Desempeño del Maestro y su evaluación - hector valdes veloz
Desempeño del Maestro y su evaluación - hector valdes veloz
Desempeño del Maestro y su evaluación - hector valdes veloz
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Introducción:<br />
En la historia <strong>del</strong> desarrollo educativo <strong>del</strong> presente siglo, la literatura que habla sobre<br />
factores escolares que tienen algún grado de asociación con los re<strong>su</strong>ltados <strong>del</strong><br />
aprendizaje de los alumnos y con otros elementos de <strong>su</strong> desarrollo personal, es<br />
realmente reciente.<br />
Durante varias décadas se trabajó en el sector educacional bajo el <strong>su</strong>puesto de que el<br />
peso de las condiciones socioeconómicas y culturales externas al sistema educativo<br />
sobre las posibilidades de éxito de los escolares es tan fuerte, que muy poco podía<br />
hacerse al interior de las escuelas, para contrarrestarlas.<br />
Desde los años cincuenta hasta los ochenta, la investigación educativa reforzó este<br />
<strong>su</strong>puesto. El re<strong>su</strong>ltado más consistente de la investigación educativa en estos años se<br />
refería a la capacidad explicativa <strong>del</strong> contexto socioeconómico y cultural sobre los<br />
logros de la gestión escolar. Se llegó a asegurar en esa época que el sistema<br />
educativo reproducía la estructura social y <strong>su</strong>s desigualdades. Esa afirmación se<br />
sostuvo por corrientes de investigación representadas por Coleman 1 en los Estados<br />
Unidos y por Bourdieu 2 en Europa.<br />
En el último decenio los sistemas educativos latinoamericanos han privilegiado los<br />
esfuerzos encaminados al mejoramiento de la calidad de la educación y en este<br />
empeño se ha identificado a la variable “desempeño profesional <strong>del</strong> maestro” como muy<br />
influyente, determinante, para el logro <strong>del</strong> salto cualitativo de la gestión escolar.<br />
Hoy se aprecia un cierto consenso en la idea de que el fracaso o el éxito de todo<br />
sistema educativo dependen fundamentalmente de la calidad <strong>del</strong> desempeño de <strong>su</strong>s<br />
docentes.<br />
Al respecto en el Proyecto Regional de Educación para América Latina y el Caribe se<br />
plantean cinco focos estratégicos para la acción conjunta de los países de la región.<br />
Estos focos son las áreas donde los países y la región han de canalizar <strong>su</strong>s esfuerzos<br />
para el logro de la finalidad <strong>del</strong> proyecto y de las metas establecidas en el Marco de<br />
Acción de Educación para Todos. Entre esos focos está: “Los docentes y el<br />
fortalecimiento de <strong>su</strong> protagonismo en el cambio educativo para que respondan a las<br />
necesidades de aprendizaje de los alumnos” 3 .<br />
Podrán perfeccionarse los planes de estudio, programas, textos escolares; construirse<br />
magníficas instalaciones; obtenerse excelentes medios de enseñanza, pero sin<br />
docentes eficientes no podrá tener lugar el perfeccionamiento real de la educación.<br />
1 Coleman, J. Report on the Equality of Educational Opportunity, 1966.<br />
2 Bourdieu, P. La Reproduction. Editions du Minuit, 1970.<br />
3 Proyecto Regional de Educación para América Latina y el Caribe. Declaración de La Habana, 2002,<br />
pág. 22.<br />
1
Entre las múltiples acciones que pueden realizarse para ello, la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> maestro<br />
juega un papel de primer orden, pues permite caracterizar <strong>su</strong> desempeño y por lo tanto<br />
propicia <strong>su</strong> desarrollo futuro al propio tiempo que constituye una vía fundamental para<br />
<strong>su</strong> atención y estimulación.<br />
En América Latina muchos agentes educativos consideran que para que se generen<br />
necesidades de autoperfeccionamiento continuo de <strong>su</strong> gestión en el personal docente,<br />
re<strong>su</strong>lta imprescindible que este se someta consciente y periódicamente a un proceso de<br />
<strong>evaluación</strong> de <strong>su</strong> desempeño. Otros actores educativos, sin embargo, obstaculizan todo<br />
esfuerzo porque se instauren políticas de este tipo en <strong>su</strong>s sistemas educativos, a partir<br />
de posiciones básicamente gremiales que, tratando de “proteger al docente”, olvidan el<br />
derecho de los alumnos a recibir una educación cualitativamente <strong>su</strong>perior e incluso no<br />
reflexionan en el derecho que tienen los docentes a recibir acciones de asesoramiento y<br />
control que contribuyan al mejoramiento de <strong>su</strong> trabajo.<br />
La <strong>evaluación</strong> profesoral no debe verse como una estrategia de vigilancia jerárquica<br />
que controla las actividades de los profesores, sino como una forma de fomentar y<br />
favorecer el perfeccionamiento <strong>del</strong> profesorado, como una manera de identificar las<br />
cualidades que conforman a un buen profesor para, a partir de ahí, generar políticas<br />
educativas que coadyuven a <strong>su</strong> generalización.<br />
Es inaceptable la desnaturalización de la <strong>evaluación</strong> como forma de control externo y de<br />
presión desfigurado de la profesionalización y formación de los docentes.<br />
Re<strong>su</strong>ltaría por tanto sin sentido, apelar a un mo<strong>del</strong>o coercitivo de <strong>evaluación</strong> profesoral,<br />
pues en todo caso las transformaciones educativas deben ser logradas con los<br />
maestros y no contra ellos.<br />
Por la función social que realizan los educadores están sometidos constantemente a<br />
una valoración por todos los que reciben directa o indirectamente <strong>su</strong>s servicios. Estas<br />
valoraciones y opiniones que se producen de forma espontánea sobre <strong>su</strong><br />
comportamiento o competencia, e independientemente de la voluntad de los distintos<br />
factores que intervienen en el sistema escolar, pueden dar lugar a situaciones de<br />
ambigüedad, a contradicciones, a un alto nivel de <strong>su</strong>bjetivismo y, en ocasiones, pueden<br />
ser causa de decisiones inadecuadas y de insatisfacción y desmotivación de los<br />
docentes.<br />
Por esa razón se hace necesario un sistema de <strong>evaluación</strong> que haga justo y racional<br />
ese proceso y que permita valorar <strong>su</strong> desempeño con objetividad, profundidad, e<br />
imparcialidad.<br />
La <strong>evaluación</strong> necesita de la aportación crítica de todos los participantes <strong>del</strong> claustro y<br />
ha de configurarse desde un marco dialógico y de rigurosidad que estructure mediante<br />
el análisis de contenido los criterios propuestos por la Administración.<br />
Las aproximaciones éticas y políticas a la <strong>evaluación</strong> <strong>su</strong>brayan que el problema más<br />
acuciante <strong>del</strong> proceso evaluador <strong>del</strong> profesorado es el que atañe al empleo que la<br />
2
administración y la comunidad educativa puedan hacer de los informes o certificados de<br />
<strong>evaluación</strong> y de las implicaciones derivadas de ella. La <strong>evaluación</strong> puede utilizarse para<br />
impulsar la realización profesional, la autonomía y la colaboración entre los docentes, o<br />
bien puede invertirse y promover recelos, miedos y rechazo expreso <strong>del</strong> profesorado<br />
debido a las desviaciones de que pueda ser objeto la <strong>evaluación</strong> y <strong>su</strong>s consecuencias<br />
para los docentes.<br />
La <strong>evaluación</strong>, en sí misma, ha de ser una opción de reflexión y de mejora de la<br />
realidad, pero <strong>su</strong> oportunidad y sentido de repercusión tanto en la personalidad <strong>del</strong><br />
evaluado, como en <strong>su</strong> entorno y en el equipo <strong>del</strong> que forma parte, ha de ser entendida y<br />
situada adecuadamente para posibilitar el avance profesional de los docentes.<br />
En esta obra intentaremos dar respuestas a las interrogantes siguientes:<br />
¿Quién evalúa, a quién y por qué?<br />
¿Para qué y con qué metodología?<br />
¿Desde qué contexto y con qué procesos?<br />
¿Qué evaluar?<br />
¿Cómo contribuir seriamente al desarrollo profesional de los docentes?<br />
3
Fundamentos teóricos para la construcción de un<br />
mo<strong>del</strong>o de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional<br />
<strong>del</strong> docente.<br />
En los sistemas educativos latinoamericanos la realización de reformas se ha<br />
convertido en un proceso cíclico encaminado al mejoramiento de la gestión educativa.<br />
Sin embargo, la mayoría de tales reformas han puesto siempre el énfasis en la<br />
generación de cambios en los llamados componentes impersonales de la Didáctica, a<br />
saber, los contenidos de enseñanza, los objetivos, los medios, los métodos, la<br />
<strong>evaluación</strong> y las formas de organización <strong>del</strong> proceso de enseñanza – aprendizaje.<br />
En nuestra opinión tales reformas no han puesto el énfasis en la transformación de los<br />
componentes más dinámicos de la Didáctica, o sea, los docentes y los alumnos, los<br />
componentes personales <strong>del</strong> proceso de enseñanza – aprendizaje. En particular no se<br />
han generado políticas eficientes, en el marco de estas reformas educativas,<br />
encaminadas al perfeccionamiento <strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong> docente. A nuestro juicio una de<br />
las políticas necesarias en este sentido es la instauración de un sistema de <strong>evaluación</strong><br />
<strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong> docente<br />
A continuación analizamos las principales deficiencias que existen en el diseño y<br />
aplicación de sistemas de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional de los docentes en<br />
América Latina y América <strong>del</strong> Norte.<br />
1.1. Crítica a la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño de los maestros.<br />
La <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño de los maestros comenzó a principios de la década de<br />
los años 30 <strong>del</strong> presente siglo y desde entonces ha sido un área <strong>del</strong> quehacer educativo<br />
especialmente controvertida.<br />
Desde fines de la década de 1980, con el mayor uso de las evaluaciones de<br />
desempeño tanto para maestros como para alumnos, las críticas en la literatura<br />
profesional han tendido cada vez más a concentrarse en los aspectos prácticos de las<br />
evaluaciones <strong>del</strong> desempeño. Dwayer y Stufflebeam (1996) han identificado siete<br />
cuestiones negativas en las evaluaciones de los maestros. Estas son:<br />
El uso de sistemas de <strong>evaluación</strong> no validados.<br />
4
El uso in<strong>su</strong>ficiente de estándares profesionales para la planificación y el<br />
mejoramiento de los sistemas educativos.<br />
Indeterminación de criterios claros, válidos y aplicables para realizar la <strong>evaluación</strong><br />
<strong>del</strong> desempeño de los maestros.<br />
La falta de capacitación en <strong>evaluación</strong> para los evaluadores.<br />
La no consideración <strong>del</strong> contexto <strong>del</strong> aula y la escuela en la realización de las<br />
evaluaciones.<br />
La ausencia de una base teórica para las evaluaciones.<br />
Son criticables los sistemas que se basan en observaciones de baja inferencia <strong>del</strong><br />
comportamiento de los maestros; es decir, los sistemas en los que la tarea de<br />
observación se limita a comportamientos claramente observables que requieren un bajo<br />
nivel de inferencia por parte de los evaluadores. Las calificaciones de baja inferencia,<br />
por <strong>su</strong> propia naturaleza no pueden hacer frente a facetas importantes pero<br />
inobservables de la enseñanza. Muchos detractores de las evaluaciones de los<br />
maestros basadas en el desempeño han indicado la deficiencia de los sistemas de baja<br />
inferencia, tanto los basados en las simulaciones como en las interacciones directas,<br />
que no toman en cuenta el contexto <strong>del</strong> aula como parte de la <strong>evaluación</strong>.<br />
Lamentablemente, las evaluaciones de las aptitudes básicas de habilitación y el<br />
conocimiento de la materia, la pedagogía específica para el contenido y las aptitudes<br />
pedagógicas generales se tratan con demasiada frecuencia como si fuesen<br />
intercambiables con las evaluaciones <strong>del</strong> desempeño en el aula. Las inferencias hechas<br />
sobre la base <strong>del</strong> conocimiento de la materia de un maestro atañen a una condición<br />
necesaria pero no <strong>su</strong>ficiente para una enseñanza eficaz en el aula. Por esa razón<br />
consideramos que los sistemas de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong> docente que se<br />
basan sólo en la aplicación de exámenes sobre el contenido de enseñanza re<strong>su</strong>ltan<br />
in<strong>su</strong>ficientes.<br />
En algunos países latinoamericanos la investigación educativa da cuenta de la<br />
existencia de dos errores típicos que se cometen en la práctica de la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong><br />
desempeño <strong>del</strong> maestro: el error de lenidad, descrito como la tendencia de ciertos<br />
evaluadores a sobrestimar los <strong>su</strong>jetos que juzgan. La frecuencia de puntaje máximo es<br />
claramente mayor que la esperada en una distribución normal. El director no se atreve a<br />
descalificar sino en casos muy obvios. El otro error típico es conocido como efecto de<br />
halo, que consiste en que el evaluador, a través de todo el período a evaluar, se forma<br />
una impresión global <strong>del</strong> evaluado y, a partir de ella, asigna puntos a los diferentes<br />
aspectos. Es decir no se evalúa diferencial e independientemente cada aspecto, porque<br />
no logra conocerse <strong>su</strong> comportamiento con detalle y objetividad.<br />
Los errores anteriormente descritos son evitables si se dispone de un adecuado mo<strong>del</strong>o<br />
para la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño docente y si se ejecuta con rigor pedagógico, a partir<br />
de una buena preparación de los evaluadores.<br />
Claro está para la consecución de este objetivo re<strong>su</strong>lta necesario partir de una fuerte<br />
fundamentación teórica que tome como punto de partida la definición de las funciones y<br />
5
los fines de un sistema de <strong>evaluación</strong> de esta naturaleza, pues de estas se derivará de<br />
manera natural el rumbo, el sentido <strong>del</strong> mo<strong>del</strong>o evaluativo que se construya.<br />
1.2. Funciones de la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño de los docentes<br />
Cuando un sistema educativo decide establecer un proceso de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong><br />
desempeño profesional <strong>del</strong> docente, la primera pregunta que debe hacerse es: “para<br />
qué evaluar”. Se trata de un a<strong>su</strong>nto <strong>del</strong>icado, entre otras, por las siguientes razones:<br />
Por las inquietudes que despierta un proceso de este tipo.<br />
Por los efectos secundarios que puede provocar.<br />
Por problemas éticos.<br />
Acerca de las inquietudes que <strong>su</strong>ele despertar un proceso de este tipo.<br />
Los profesores, en principio, se resisten a ser evaluados. Un planteamiento apre<strong>su</strong>rado,<br />
acompañado de un estado de desinformación o una información sesgada pueden<br />
disparar las especulaciones, creencias y <strong>su</strong>posiciones erróneas, interesadas o<br />
malintencionadas y provocar una oleada de protestas y resistencia activa, tanto de ellos<br />
como de <strong>su</strong>s organizaciones sindicales y profesionales, que truncarán toda posibilidad<br />
de procesos útiles para la mejora.<br />
Sobre los efectos secundarios que puede provocar.<br />
La <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño de los docentes, según la manera de planificarla y<br />
ejecutarla, puede ser más perjudicial que beneficiosa para el desarrollo de los<br />
estudiantes en general y para <strong>su</strong>s aprendizajes en particular. Evidentemente, si los<br />
docentes sienten que se pone en peligro <strong>su</strong> <strong>su</strong>pervivencia laboral y profesional,<br />
tenderán a comportarse y actuar de forma tal que le garantice quedar bien ante la<br />
<strong>evaluación</strong>, independientemente de <strong>su</strong>s convicciones educativas y de la riqueza de los<br />
procesos que ello comporte. Una actuación no comprendida y sin embargo a<strong>su</strong>mida,<br />
por la presión de una <strong>evaluación</strong> de <strong>su</strong> desempeño, no <strong>su</strong>pondrá mejoras en la calidad<br />
de la enseñanza, sino trabajo externalista o de fachada, pudiéndose potenciar acciones<br />
indeseadas y distorsionadoras para una educación de alta calidad.<br />
Acerca de los posibles problemas éticos.<br />
Si queremos que la <strong>evaluación</strong> tenga valor formativo para todos los implicados en las<br />
acciones evaluadoras, es imprescindible el conocimiento, análisis y debate conjunto de<br />
las evidencias que afloren durante el proceso de <strong>evaluación</strong>.<br />
Ahora bien, aquí estamos en presencia de un dilema de carácter ético difícil de resolver:<br />
por un lado, el derecho de los docentes a <strong>su</strong> privacidad y, por otro, el derecho público a<br />
saber; o sea, el problema está en cómo compaginar la preservación de la privacidad <strong>del</strong><br />
profesor y la conveniencia de que los estudiantes sean informados sobre algo que les<br />
atañe tan directamente como la acción docente de la que son parte esencial, no sólo<br />
como un derecho legítimo, sino, y sobre todo, como la única posibilidad de poder<br />
6
participar racionalmente en el análisis conjunto de las situaciones de enseñanza –<br />
aprendizaje que tienen lugar en las aulas.<br />
En mi opinión la salida a tal dilema no está en optar por una posición extrema, sino en<br />
reconocer el proceso de enseñanza – aprendizaje como responsabilidad común de<br />
profesores y estudiantes que han de potenciar, más que relaciones jerárquicas y<br />
transmisoras – receptoras <strong>del</strong> saber, comunidades de aprendizaje mutuo. Desde esta<br />
óptica, la privacidad como mezcla de lo personal y lo profesional deja de tener sentido<br />
situándose el análisis de toda acción evaluadora en el ámbito público <strong>del</strong> aula, donde<br />
las responsabilidades y actuaciones son, inevitablemente, coparticipadas y de dominio<br />
público.<br />
El análisis anterior nos sitúa en la necesidad de precisar qué funciones debiera cumplir<br />
un proceso de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong> docente. Una buena<br />
<strong>evaluación</strong> profesoral debe cumplir las funciones siguientes:<br />
Función de diagnóstico: La <strong>evaluación</strong> profesoral debe caracterizar el desempeño<br />
<strong>del</strong> maestro en un período determinado, debe constituirse en síntesis de <strong>su</strong>s<br />
principales aciertos y desaciertos, de modo que le sirva al director, al jefe de área y a<br />
él mismo, de guía para la derivación de acciones de capacitación y <strong>su</strong>peración que<br />
coadyuven a la erradicación de <strong>su</strong>s imperfecciones.<br />
Función instructiva: El proceso de <strong>evaluación</strong> en sí mismo, debe producir una<br />
síntesis de los indicadores <strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong> maestro. Por lo tanto, los actores<br />
involucrados en dicho proceso, se instruyen, aprenden <strong>del</strong> mismo, incorporan una<br />
nueva experiencia de aprendizaje laboral.<br />
Función educativa: Existe una importante relación entre los re<strong>su</strong>ltados de la<br />
<strong>evaluación</strong> profesoral y las motivaciones y actitudes de los docentes hacia el trabajo.<br />
A partir de que el maestro conoce con precisión cómo es percibido <strong>su</strong> trabajo por<br />
maestros, padres, alumnos y directivos <strong>del</strong> centro escolar, puede trazarse una<br />
estrategia para erradicar las in<strong>su</strong>ficiencias a él señaladas.<br />
Función desarrolladora: Esta función se cumple principalmente cuando como<br />
re<strong>su</strong>ltado <strong>del</strong> proceso evaluativo se incrementa la madurez <strong>del</strong> evaluado y<br />
consecuentemente la relación interpsíquica pasa a ser intrapsíquica, es decir el<br />
docente se torna capaz de autoevaluar crítica y permanentemente <strong>su</strong> desempeño, no<br />
teme a <strong>su</strong>s errores, sino que aprende de ellos y conduce entonces de manera más<br />
consciente <strong>su</strong> trabajo, sabe y comprende mucho mejor todo lo que no sabe y<br />
necesita conocer; y se desata, a partir de <strong>su</strong>s insatisfacciones consigo mismo, una<br />
incontenible necesidad de autoperfeccionamiento. El carácter desarrollador de la<br />
<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> maestro se cumple también cuando la misma contiene juicios sobre lo<br />
que debe lograr el docente para perfeccionar <strong>su</strong> trabajo futuro, <strong>su</strong>s características<br />
personales y para mejorar <strong>su</strong>s re<strong>su</strong>ltados. El carácter desarrollador de la <strong>evaluación</strong>,<br />
por si solo, justifica <strong>su</strong> necesidad. (Ver Figura Nº 1)<br />
Una de las precisiones esenciales que deben hacerse como parte <strong>del</strong> proceso de<br />
construcción de un sistema de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño de los docentes, es la de <strong>su</strong>s<br />
7
fines, pues sin dudas esta es una condición necesaria, aunque no <strong>su</strong>ficiente para<br />
alcanzarlos.<br />
Función de diagnóstico<br />
Funciones de la<br />
<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong><br />
desempeño profesional<br />
<strong>del</strong> docente<br />
Función educativa<br />
Función instructiva<br />
Función desarrolladora<br />
8<br />
Figura Nº 1
1.3. Fines de la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong> docente.<br />
Existe un cierto consenso en considerar que el principal objetivo de la <strong>evaluación</strong><br />
docente es determinar las cualidades profesionales, la preparación y el rendimiento <strong>del</strong><br />
educador.<br />
En la aplicación práctica de sistemas de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño de los maestros y<br />
en la literatura que trata este importante tema, podemos identificar varios posibles fines<br />
de este tipo de <strong>evaluación</strong>. Entre dichos fines figuran los siguientes:<br />
Mejoramiento de la escuela y de la enseñanza en el aula.<br />
Los profesores son importantes defensores de este punto de vista. El mismo entraña un<br />
desarrollo educativo continuo a lo largo <strong>del</strong> cual una persona puede mejorar, una<br />
preferencia por evaluaciones formativas en vez de <strong>su</strong>mativas, y un fuerte vínculo con<br />
las actividades de desarrollo profesional.<br />
Cuando se integran eficazmente desarrollo de personal, <strong>evaluación</strong> de profesorado y<br />
mejora de la escuela, ello lleva a una mayor eficacia.<br />
Muchos de los directivos escolares no han pensado nunca en integrar los esfuerzos de<br />
eficacia o mejora de la escuela en el proceso de <strong>evaluación</strong> para el crecimiento<br />
profesional de los docentes. Esto ocurre porque tienen una tendencia a añadir nuevas<br />
iniciativas en vez de examinar de qué forma se podrían adaptar los esfuerzos de mejora<br />
a los procesos de <strong>evaluación</strong> existentes.<br />
Re<strong>su</strong>lta especialmente adecuado integrar la <strong>evaluación</strong> de profesorado y la mejora de la<br />
escuela en aquellos sistemas escolares en que se están utilizando mo<strong>del</strong>os de<br />
<strong>evaluación</strong> que sirven para establecer objetivos. En dichos contextos, se puede pedir a<br />
los profesores que hagan de la mejora de la escuela parte de <strong>su</strong> objetivo de crecimiento<br />
y, por tanto, parte <strong>del</strong> proceso de <strong>evaluación</strong>. La mejora de la escuela proporciona otra<br />
opción a la hora de que los profesores determinen <strong>su</strong>s objetivos de rendimiento.<br />
Los esfuerzos <strong>del</strong> profesorado tienden a tener una mayor influencia cuando persiguen<br />
un objetivo tan deseado que estimule la imaginación y dé a la gente algo en lo que<br />
desee trabajar, algo que todavía no sepa hacer, algo de lo que pueda enorgullecerse<br />
cuando lo consiga. Re<strong>su</strong>miendo, las iniciativas de mejora de la escuela que <strong>su</strong>elen<br />
tener éxito son los esfuerzos basados en la escuela que centra <strong>su</strong> atención en un<br />
número realista de objetivos prioritarios que abordan las necesidades <strong>del</strong> alumno y<br />
motivan al personal de la misma. Estos objetivos prioritarios proporcionan el centro de<br />
atención para las actividades de mejora, que se pueden integrar en el proceso de<br />
<strong>evaluación</strong>.<br />
Una vez identificados los objetivos prioritarios para mejorar el grado de eficacia de la<br />
escuela, éstos se integran en el proceso de <strong>evaluación</strong> haciendo que los profesores<br />
desarrollen unos objetivos de rendimiento que centren <strong>su</strong> atención en las necesidades<br />
identificadas en los objetivos prioritarios. En algunos sistemas escolares, esto se lleva a<br />
9
cabo pidiéndoles a los profesores que consideren la opción de escribir unos objetivos<br />
de rendimiento que aborden necesidades críticas de mejora.<br />
Tanto si los objetivos se desarrollan individualmente como si los desarrollan en equipo,<br />
es importante que los profesores reflexionen sobre cómo se pueden satisfacer las<br />
necesidades de mejora de la escuela y que aportaciones personales se podría hacer a<br />
esta.<br />
Utilizar el enfoque basado en equipo para desarrollar unos objetivos de mejora tiene<br />
varias ventajas. En primer lugar, fomenta la confianza y la colegialidad. Crea una<br />
atmósfera en la que los profesores pueden trabajar juntos para desarrollar y perseguir<br />
dichos objetivos, los cuales pueden luego servir como base para <strong>su</strong> <strong>evaluación</strong>. En<br />
segundo lugar, saca parte <strong>del</strong> proceso de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> despacho <strong>del</strong> director y lo<br />
traslada al lugar donde se desarrolla el trabajo. Una vez que los profesores se han<br />
acostumbrado a desarrollar objetivos de rendimiento en equipo, este enfoque lleva<br />
menos tiempo que si se desarrollasen los mismos de forma individual con el director. En<br />
tercer lugar, a través de este enfoque, la <strong>evaluación</strong> de profesorado tiene un impacto<br />
más visible y significativo sobre la mejora de la escuela que si los profesores trabajasen<br />
solos en el desarrollo de <strong>su</strong>s objetivos de rendimiento. La <strong>evaluación</strong> de profesorado se<br />
considera así algo para mejorar las escuelas, en vez de material de archivo. Como<br />
señala Darling-Hammond (1986):<br />
“La literatura sobre las escuelas eficaces nos proporcionan una idea de lo que es<br />
posible. Esta ha descubierto que una dirección escolar en la que participan los<br />
profesores, que esté basada en la planificación realizada en colaboración, en la<br />
solución de problemas de una forma colegiada, y en el intercambio intelectual<br />
permanente puede producir enormes beneficios en términos <strong>del</strong> aprendizaje de los<br />
alumnos y <strong>del</strong> grado de satisfacción <strong>del</strong> profesorado y <strong>su</strong> consiguiente retención.<br />
Aunque los profesores en estos contextos pueden o no estar implicados en la revisión<br />
<strong>del</strong> trabajo de <strong>su</strong>s colegas para propósitos de <strong>evaluación</strong> formal, no dejan de poner en<br />
práctica una forma de <strong>evaluación</strong> cuando identifican problemas, se observan unos a<br />
otros, comparten ideas, y se preguntan: ¿Cómo lo estamos haciendo? 4<br />
Responsabilidad y desarrollo profesionales.<br />
Los maestros y <strong>su</strong>s asociaciones profesionales son los defensores principales de este<br />
punto de vista. Entraña una fuerte visión de la enseñanza como profesión con <strong>su</strong>s<br />
propios estándares, ética e incentivos intrínsecos para la persona consagrada. Aún<br />
cuando las responsabilidades son un elemento clave en este punto de vista, la<br />
responsabilidad aquí se refiere fundamentalmente a la profesión y a <strong>su</strong>s estándares de<br />
práctica y ética, más que hacia entidades externas.<br />
Según Stiggins y Duke (1988), la <strong>evaluación</strong> de profesorado puede servir a dos<br />
propósitos básicos: responsabilidad y desarrollo profesional. El primero de ellos implica<br />
4 Darling – Hammond, L. Teacher evaluation: A proposal, The elementary School Journal. 1986. Pág.<br />
531.<br />
10
la reunión de datos para determinar el grado en que los profesores han alcanzado<br />
niveles mínimos aceptables de competencia y definido los estándares que deben lograr.<br />
El interés por la responsabilidad ha tendido a dominar los pensamientos y las acciones<br />
de los directivos responsables de la <strong>evaluación</strong> de los profesores.<br />
El interés de la <strong>evaluación</strong> para el propósito <strong>del</strong> desarrollo profesional, sin embargo, ha<br />
ido aumentando en años recientes. Dicha <strong>evaluación</strong> tiene, como foco central de<br />
atención, la reunión de datos para ayudar a crecer a aquellos profesores que son, por lo<br />
menos, mínimamente competentes en <strong>su</strong> trabajo.<br />
¿Por qué es importante la <strong>evaluación</strong> para el desarrollo profesional?<br />
El potencial de los seres humanos para crecer por sí mismos está limitado por <strong>su</strong>s<br />
estructuras cognitivas, <strong>su</strong>s experiencias pasadas y <strong>su</strong> repertorio de capacidades (Knox,<br />
1977). Una vez que los individuos han agotado <strong>su</strong>s recursos mentales y emocionales,<br />
es poco probable que se sientan motivados para crecer sin la intervención de algún<br />
estímulo externo. Dicho estímulo puede darse en forma de juicio de valor de un colega,<br />
un directivo, un padre o un estudiante. La retroalimentación proporcionada por la<br />
<strong>evaluación</strong> puede representar el reto, el desafío para que tenga lugar el crecimiento<br />
profesional <strong>del</strong> docente.<br />
Ahora bien, es importante que tengamos presente, que se puede inhibir el crecimiento<br />
como consecuencia de una <strong>evaluación</strong> que re<strong>su</strong>lte amenazadora, que esté<br />
deficientemente dirigida o sea inadecuadamente comunicada.<br />
Para Brock (1981), existen tres factores que pueden influir en la eficacia de la<br />
<strong>evaluación</strong> diseñada para el desarrollo <strong>del</strong> profesor:<br />
Factores contextuales (clima organizativo, recursos, liderazgo, etc.)<br />
Factores relativos a procedimientos (instrumentos utilizados para la reunión de<br />
datos, uso de otras fuentes de retroalimentación, etc.)<br />
Factores relativos al profesor (motivación, eficacia, etc.)<br />
Stiggins y Duke (1988) a través de la realización de un conjunto de estudios de casos,<br />
identificaron las siguientes características <strong>del</strong> profesor que parecían tener relación con<br />
el desarrollo profesional:<br />
Fuertes expectativas profesionales.<br />
Una orientación positiva hacia los riesgos.<br />
Actitud abierta hacia los cambios.<br />
Deseo de experimentar en clases.<br />
Actitud abierta ante la crítica.<br />
Un conocimiento sólido de los aspectos técnicos de la enseñanza.<br />
Conocimientos sólidos de <strong>su</strong> área de especialización.<br />
Alguna experiencia anterior positiva en la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> profesorado.<br />
Estos mismos autores plantearon que las características clave de los evaluadores, para<br />
asegurar el crecimiento profesional de los docentes son:<br />
11
Credibilidad como fuente de información.<br />
Tener una relación de cooperación con el profesor.<br />
Confianza.<br />
Capacidad para expresarse de un modo no amenazador.<br />
Paciencia.<br />
Flexibilidad.<br />
Fuerte conocimiento de los aspectos técnicos de la enseñanza.<br />
Capacidad para crear <strong>su</strong>gerencias.<br />
Familiaridad con los alumnos <strong>del</strong> profesor.<br />
Experiencia pedagógica.<br />
Sugerencias útiles.<br />
Los autores antes referidos identificaron como importantes dos conjuntos de<br />
características de los sistemas de <strong>evaluación</strong>: características de los procedimientos de<br />
<strong>evaluación</strong> y características de la retroalimentación para el profesorado.<br />
Entre las características de los procedimientos de <strong>evaluación</strong> que comprobaron que<br />
tenían correlación con la calidad y el impacto de la experiencia de la <strong>evaluación</strong> (basada<br />
en percepciones de los profesores con respecto al crecimiento profesional que habían<br />
experimentado) se incluyen las siguientes:<br />
Claridad de los estándares de rendimiento.<br />
Grado de conciencia <strong>del</strong> profesor con respecto a estos estándares.<br />
Grado en que el profesor considera adecuados los estándares de rendimiento para<br />
<strong>su</strong> clase.<br />
Uso de observaciones de clases.<br />
Examen de los datos sobre el rendimiento académico de los alumnos.<br />
En el estudio de casos realizado por estos autores, se identificaron 9 características de<br />
la retroalimentación para el profesorado que tenían correlación con calidad y el impacto<br />
percibidos de la <strong>evaluación</strong>. Estas son:<br />
1. Calidad de las ideas sobre la mejora.<br />
2. Profundidad de la información.<br />
3. Especificidad de la información.<br />
4. Re<strong>su</strong>men de la información.<br />
5. Grado en que la información era descriptiva.<br />
6. Ciclos de retroalimentación para fomentar la atención sobre el mensaje.<br />
7. Grado en que la retroalimentación estaba ligada a los estándares.<br />
8. Frecuencia de la retroalimentación formal.<br />
9. Frecuencia de la retroalimentación informal.<br />
Bacharach (1989), identificó cuatro principios para la aplicación de un mo<strong>del</strong>o de<br />
<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong> docente que pone el énfasis en el desarrollo profesional<br />
de los profesores. A continuación exponemos de manera sintética estos principios:<br />
12
Evaluación basada en las capacidades frente a aquella basada en el rendimiento<br />
Este principio consiste en centrar el sistema de <strong>evaluación</strong> en la valoración de las<br />
capacidades que con más probabilidad pueden contribuir a un rendimiento eficaz, más<br />
que a medir el rendimiento en sí mismo.<br />
Una ventaja derivada de centrar la atención en la <strong>evaluación</strong> basada en las<br />
capacidades en vez de en el rendimiento es que la primera garantiza, al menos<br />
mínimamente, que incluso los alumnos con un rendimiento más bajo tengan la<br />
oportunidad de aprender con un profesor capacitado.<br />
Si los profesores son evaluados mediante el uso de medidas de rendimiento de <strong>su</strong>s<br />
re<strong>su</strong>ltados (por ejemplo, puntuaciones de tests estandarizados de estudiantes), la<br />
a<strong>su</strong>nción implícita es que la capacidad <strong>del</strong> profesor es meramente una condición<br />
<strong>su</strong>ficiente de buen rendimiento. En cambio, si se evalúa directamente a los profesores<br />
sobre <strong>su</strong>s capacidades, la a<strong>su</strong>nción es que la capacidad <strong>del</strong> profesor es una condición<br />
necesaria para que este tenga un buen rendimiento. Debe haber un equilibrio entre la<br />
orientación de los sistemas de <strong>evaluación</strong> de profesores hacia los re<strong>su</strong>ltados y a las<br />
capacidades.<br />
Criterios de desarrollo frente a criterios de <strong>evaluación</strong> uniforme<br />
Este principio implica especificar criterios de <strong>evaluación</strong> múltiples que reflejen el estadio<br />
de desarrollo de un profesor o un grupo de profesores en vez de formular un único<br />
grupo de criterios y luego aplicarlo uniformemente a todos ellos. Si hemos de tomar en<br />
serio la noción de desarrollo profesional <strong>del</strong> profesor, debemos abandonar la práctica<br />
típica de utilizar criterios idénticos para evaluar a profesores principiantes y veteranos.<br />
Evaluaciones <strong>su</strong>bjetivas frente a evaluaciones objetivas<br />
Este principio reconoce la naturaleza <strong>su</strong>bjetiva de la enseñanza en el proceso de<br />
<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> profesorado. La fuente de dicha <strong>su</strong>bjetividad debería reconocerse de<br />
inmediato: es difícil conseguir un sistema de <strong>evaluación</strong> objetivo en la educación porque<br />
la enseñanza no es simplemente la aplicación técnica de un conjunto de procedimientos<br />
claramente definidos para actuar ante problemas claros y predecibles. En lugar de ello,<br />
la enseñanza implica el ejercicio de la razón para soluciones alternativas en situaciones<br />
inherentemente inciertas.<br />
El rendimiento de un profesor no puede ser observado y evaluado sin que se emita un<br />
juicio sobre la elección que éste haga de las soluciones alternativas.<br />
Evaluaciones formativas frente a evaluaciones <strong>su</strong>mativas<br />
Este último principio implica la utilización <strong>del</strong> sistema de <strong>evaluación</strong> como un conjunto<br />
de técnicas de diagnóstico diseñadas para fomentar la mejora <strong>del</strong> profesor, en vez de<br />
cómo un proceso formulado para producir una valoración a favor o en contra <strong>del</strong><br />
profesor.<br />
13
Mientras los sistemas basados en estándares competitivos tienden a hacer uso de la<br />
<strong>evaluación</strong> <strong>su</strong>mativa, los sistemas basados en estándares de desarrollo se centran<br />
fundamentalmente en la <strong>evaluación</strong> formativa.<br />
Control administrativo.<br />
Los directivos de las escuelas son los defensores principales de este punto de vista.<br />
Entraña considerar la enseñanza como una situación de empleo que requiere<br />
<strong>su</strong>pervisión y control <strong>del</strong> maestro por la unidad administrativa.<br />
Las decisiones extremas que re<strong>su</strong>ltan como consecuencia <strong>del</strong> control administrativo <strong>del</strong><br />
desempeño de los profesores son la permanencia o el despido de los mismos de la<br />
actividad docente. Al diseñar un mo<strong>del</strong>o de <strong>evaluación</strong> de profesorado que refleje la<br />
importancia crucial de esta decisión, existen por lo menos dos formas de enfocarlo. La<br />
primera consiste en preguntar: ¿Existen razones para negar la permanencia de este<br />
profesor en la enseñanza? Esta manera de formular el problema constituye el marco en<br />
el cual se toma la decisión de despedir a un profesor que ya ocupa una plaza en<br />
propiedad. Este enfoque negativo hacia la decisión encamina a los evaluadores hasta<br />
las deficiencias en el rendimiento <strong>del</strong> profesor y garantiza que esta clase de<br />
profesionales, si se identifican y documentan las causas de <strong>su</strong> bajo rendimiento, no<br />
permanezcan en la docencia.<br />
Otra manera alternativa de enmarcar este problema es plantear la cuestión <strong>del</strong> siguiente<br />
modo: ¿Existen pruebas evidentes de que este profesor merezca permanecer en la<br />
enseñanza? Este enfoque hacia el problema centra la atención en establecer si existen<br />
<strong>su</strong>ficientes pruebas que demuestren que el profesor en cuestión es competente en el<br />
papel que ha de desempeñar dentro <strong>del</strong> aula, en el aula y en la sociedad en general.<br />
Ayuda a los evaluadores a buscar la eficacia, no la inepcia.<br />
Este segundo enfoque es bastante más probable que cumpla los objetivos en cuanto a<br />
la creación de un cuerpo docente de alta calidad. Este enfoque, al contrario <strong>del</strong> primero,<br />
no a<strong>su</strong>me que la prueba de deficiencias documentadas sea prueba de la competencia<br />
de un profesor, ni a<strong>su</strong>me tampoco que el docente que tenga una etapa insatisfactoria,<br />
necesariamente no puede mejorar <strong>su</strong> desempeño.<br />
La permanencia de un docente en la enseñanza debiera ocurrir cuando permanecen las<br />
condiciones siguientes:<br />
Se utilizan múltiples fuentes de evidencias (por ejemplo, observaciones de los<br />
directivos, rendimiento de los estudiantes, opiniones de los alumnos sobre el<br />
desempeño <strong>del</strong> profesor, etc.) para evaluar la competencia <strong>del</strong> profesor y estas<br />
fuentes múltiples llevan a la misma conclusión, es decir se trata de un profesor<br />
competente.<br />
Cada fuente de evidencias se obtiene en distintos momentos y los re<strong>su</strong>ltados en<br />
relación con <strong>su</strong> desempeño son similares.<br />
El profesor es evaluado en una diversidad de contextos.<br />
14
Este tipo de diseño debería poner el énfasis en prácticas que aumenten las<br />
oportunidades de mejora de los que tienen deficiencias en <strong>su</strong> rendimiento.<br />
Entre las diversas perspectivas de formación <strong>del</strong> profesorado destacamos las<br />
aportaciones de Kagan (1992) y Gossman (1992), quienes nos plantean la concepción<br />
<strong>del</strong> conocimiento profesional y <strong>su</strong> incremento, definiéndolo como los cambios a través<br />
<strong>del</strong> tiempo en la conducta, conocimiento, imágenes, creencias o percepciones <strong>del</strong><br />
profesor.<br />
El profesor llega a ser profesional cuando, a<strong>su</strong>miendo con armonía crítico – creadora <strong>su</strong><br />
trabajo, opta por:<br />
La estructuración y búsqueda de coherencia entre el pensamiento y la teoría, la<br />
práctica y la acción reflexiva.<br />
La valoración crítica de <strong>su</strong> personalidad, vivencias y actitudes ante la docencia,<br />
configurando un espacio de diálogo e intercambio con colegas y alumnos.<br />
A<strong>su</strong>nción de nuevo conocimiento educativo – curricular, indagado reflexiva y<br />
colaborativamente desde <strong>su</strong> práctica, vivida en intercambio con los restantes<br />
miembros <strong>del</strong> centro.<br />
Si la <strong>evaluación</strong> se orienta al desarrollo o mejora habrán de descubrirse las dificultades<br />
personales implícitas en el desempeño de la función, emplearse descripciones<br />
exhaustivas que pongan de manifiesto la situación personal y contextual, e indicarse<br />
cómo maniobrar para facilitar el cambio.<br />
La tarea evaluadora y <strong>su</strong> acción autoevaluadora proporcionan a cada educador nuevos<br />
apoyos para profundizar en la profesionalización. Esta formación depende de la<br />
naturaleza y finalidad de la <strong>evaluación</strong>, ya que la <strong>evaluación</strong> de la práctica educativa<br />
realizada requiere de un esfuerzo y metodología específicos, que al realizarla en<br />
colaboración con otros colegas se afianza y mejora; sin embargo, la “auto<strong>evaluación</strong><br />
profesional” es un proceso de formación más profundo, ya que el docente emplea los<br />
procesos metacognitivos más valiosos desde los cuales conocerse mejor como<br />
profesional y tomar decisiones como miembro de un equipo.<br />
Desde esta óptica consideramos la <strong>evaluación</strong>, una actividad de análisis, compromiso y<br />
formación <strong>del</strong> profesorado, que valora y enjuicia la concepción, práctica, proyección y<br />
desarrollo de la actividad y de la profesionalización docente.<br />
Pago por mérito.<br />
En este punto de vista se estima que los maestros necesitan el reconocimiento y la<br />
motivación que proporcionan los incrementos salariales. Los defensores principales de<br />
este punto de vista son el público en general y los funcionarios <strong>del</strong> gobierno que lo<br />
representan. Ellos desean con frecuencia utilizar el rendimiento de los alumnos como<br />
indicador <strong>del</strong> mérito para el que los aumentos de <strong>su</strong>eldo sirven de recompensa. La<br />
aplicación de este criterio puede entrañar la creación de una escala profesional con una<br />
serie de pasos vinculados con el desempeño.<br />
15
La búsqueda de criterios de <strong>evaluación</strong> siempre más objetivos, y de estándares para<br />
establecer distinciones objetivas entre los distintos niveles de mérito respecto a un<br />
criterio dado, es una absoluta necesidad a la hora de conceder <strong>su</strong>bidas salariales de<br />
una forma justa y equilibrada.<br />
Antes de poder considerar cómo compensar a los profesores, debemos tener en cuenta<br />
cómo evaluarlos. Un sistema de compensación sólo puede ser bueno si el sistema<br />
de <strong>evaluación</strong> que lo justifica lo es.<br />
En nuestra opinión para comprender con profundidad este posible fin de un sistema de<br />
<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong> docente y antes de a<strong>su</strong>mirlo como tal, es<br />
necesario dar respuesta a la siguiente interrogante: ¿Estamos tratando de purgar a<br />
aquellos profesores con un rendimiento más bajo, o deseamos compensar a los que<br />
tienen un rendimiento más alto, o estamos tratando de mejorar el rendimiento de todos<br />
los miembros <strong>del</strong> sistema?<br />
Los sistemas educativos que han diseñado y aplicado mo<strong>del</strong>os de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong><br />
profesorado tomando en cuenta este fin, han defendido tres tipos de estándares de<br />
desempeño profesional diferentes: estándares mínimos, competitivos y de desarrollo.<br />
Los estándares mínimos especifican los niveles de rendimiento que se espera alcancen<br />
y mantengan los profesores. Están diseñados para que entren o se mantengan en la<br />
profesión profesores incompetentes.<br />
En nuestra opinión, un sistema de <strong>evaluación</strong> de desempeño <strong>del</strong> docente, debe hacer<br />
algo más que garantizar la presencia de capacidades y conocimientos básicos; debe<br />
alentar a los profesionales a desarrollar <strong>su</strong>s capacidades al máximo.<br />
Los estándares competitivos tienen como propósito proporcionar incentivos y<br />
compensaciones por alguna clase de rendimiento <strong>su</strong>perior o por determinados tipos <strong>del</strong><br />
mismo. El salario según méritos y la mayoría de las escalas profesionales emplean<br />
estándares competitivos porque proporcionan unos incentivos a los profesores sobre la<br />
base de competitividad. Incluso aunque los requisitos para obtener dichos incentivos<br />
sean a veces expresados en términos de nivel absoluto <strong>del</strong> profesor o la calidad <strong>del</strong><br />
rendimiento <strong>del</strong> mismo, el número de compensaciones existentes es casi siempre<br />
limitado. Cuando el nivel absoluto lo alcanzan más profesores que las compensaciones<br />
que existen, entonces se limita el número de ellos que conseguirán las mismas.<br />
Rosenholtz y Smylie (1984), han criticado los planes de salario según méritos<br />
precisamente porque generan competitividad entre los profesores y deterioran la<br />
colegialidad entre los mismos.<br />
Por estas razones los estándares competitivos son claramente inapropiados en un<br />
sistema de <strong>evaluación</strong> diseñado para facilitar el crecimiento profesional. Los estándares<br />
competitivos simplemente animarán a los profesores a competir por un número limitado<br />
de promociones o compensaciones económicas, en vez de proporcionar a todos los<br />
profesores los medios e incentivos para lograr un mayor crecimiento profesional. Si<br />
16
solamente el profesor excepcional puede conseguir la recompensa, entonces por qué<br />
se habría de molestar el profesor medio en intentarlo. Hay más profesores medios que<br />
excepcionales, un sistema basado en estándares competitivos puede dar como<br />
re<strong>su</strong>ltado más desmotivación que motivación.<br />
Los estándares de desarrollo están diseñados para fomentar el desarrollo de los<br />
conocimientos y capacidades de los profesores especificando las áreas de capacidades<br />
u objetivos de mejora. En vez de apoyarse en enfoques correctivos (mínimos) o<br />
competitivos, los estándares de desarrollo ponen el énfasis sobre la capacidad de<br />
desarrollo y mejora de los profesores.<br />
Muchas de las propuestas de salario según mérito y escalas profesionales han<br />
fracasado porque no evalúan a los profesores para que tenga lugar el desarrollo de<br />
éstos sino para especificar los niveles mínimos de rendimiento (estándares correctivos)<br />
o para fomentar la competitividad entre los profesores con respecto a las escasas<br />
recompensas que pueden obtener.<br />
Evidentemente si el objetivo de un sistema de <strong>evaluación</strong> ha de ser el desarrollo <strong>del</strong><br />
profesor, debería centrarse en algo que éste puede de verdad desarrollar: <strong>su</strong>s<br />
capacidades profesionales.<br />
Adoptar una decisión con respecto a cuáles de estos fines u otros busca cumplir el<br />
sistema de <strong>evaluación</strong> que se desea construir re<strong>su</strong>lta imprescindible para continuar<br />
avanzando en <strong>su</strong> concepción. (Ver Figura Nº2)<br />
17
F<br />
I<br />
N<br />
E<br />
S<br />
Mejoramiento de la<br />
enseñanza en el aula<br />
Responsabilidad,<br />
desarrollo profesional<br />
Control administrativo<br />
Pago por mérito<br />
18<br />
Figura Nº 2<br />
Lógicamente en el sistema que estamos construyendo trataremos de tomar distancia de<br />
las imperfecciones antes descritas.<br />
1.4 Mo<strong>del</strong>os de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong> maestro identificados por la<br />
investigación educativa.<br />
Con el objetivo de facilitar un marco de referencia para comprender mejor la práctica de<br />
la <strong>evaluación</strong> de la acción <strong>del</strong> docente en algunos países que han iniciado un proceso
de reforma educativa, presentamos a continuación los cuatro mo<strong>del</strong>os de <strong>evaluación</strong> de<br />
la eficiencia docente que han <strong>su</strong>rgido de la investigación.<br />
Mo<strong>del</strong>o centrado en el perfil <strong>del</strong> maestro.<br />
Este mo<strong>del</strong>o consiste en evaluar el desempeño de un docente de acuerdo a <strong>su</strong> grado<br />
de concordancia con los rasgos y características, según un perfil previamente<br />
determinado, de lo que constituye un profesor ideal.<br />
Estas características se pueden establecer elaborando un perfil de las percepciones<br />
que tienen diferentes grupos (alumnos, padres, directivos, profesores) sobre lo que es<br />
un buen profesor o a partir de observaciones directas e indirectas, que permitan<br />
destacar rasgos importantes de los profesores que están relacionados con los logros de<br />
<strong>su</strong>s alumnos.<br />
Una vez establecido el perfil, se elaboran cuestionarios que se pueden aplicar a manera<br />
de auto<strong>evaluación</strong>, mediante un evaluador externo que entrevista al profesor, mediante<br />
la con<strong>su</strong>lta a los alumnos y <strong>su</strong>s padres, etc.<br />
La participación y consenso de los diferentes grupos de actores educativos en la<br />
conformación <strong>del</strong> perfil <strong>del</strong> profesor ideal es sin dudas un rasgo positivo de este mo<strong>del</strong>o.<br />
Sin embargo este mo<strong>del</strong>o ha recibido también críticas negativas. Entre ellas se<br />
destacan las siguientes:<br />
Establece el perfil de un profesor inexistente y cuyas características son<br />
prácticamente imposibles de inculcar a futuros maestros, ya que muchas de ellas se<br />
refieren a rasgos de carácter difícilmente enseñables mediante la capacitación.<br />
Puede haber poca relación entre las características <strong>del</strong> buen profesor según las<br />
percepciones de los diferentes actores educativos y las calificaciones de los<br />
alumnos, entre otros productos de la educación.<br />
Mo<strong>del</strong>o centrado en los re<strong>su</strong>ltados obtenidos.<br />
La principal característica de este mo<strong>del</strong>o consiste en evaluar el desempeño docente<br />
mediante la comprobación de los aprendizajes o re<strong>su</strong>ltados alcanzados por <strong>su</strong>s<br />
alumnos.<br />
Este mo<strong>del</strong>o <strong>su</strong>rge de una corriente de pensamiento que es muy crítica con la escuela y<br />
lo que en ella se hace. Los representantes <strong>del</strong> mismo sostienen que, para evaluar a los<br />
maestros, “el criterio que hay que usar no es el de poner la atención en lo que hace<br />
éste, sino mirar lo que acontece a los alumnos como consecuencia de lo que el profesor<br />
hace”.<br />
Con el establecimiento de este criterio como fuente esencial de información para la<br />
<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> docente se corre el riesgo de descuidar aspectos <strong>del</strong> proceso de<br />
enseñanza - aprendizaje, que son en última instancia los que determinan la calidad de<br />
los productos de la educación.<br />
19
Por otra parte es cuestionable la justicia que hay en considerar al profesor como<br />
responsable absoluto <strong>del</strong> éxito de <strong>su</strong>s alumnos, pues como sabemos los re<strong>su</strong>ltados que<br />
obtienen los alumnos son efectos de múltiples factores, uno de los cuales, de los<br />
fundamentales, es el docente y <strong>su</strong> desempeño.<br />
Mo<strong>del</strong>o centrado en el comportamiento <strong>del</strong> docente en el aula.<br />
Este mo<strong>del</strong>o propone que la <strong>evaluación</strong> de la eficacia docente se haga identificando<br />
aquellos comportamientos <strong>del</strong> profesor que se consideran relacionados con los logros<br />
de los alumnos. Dichos comportamientos se relacionan, fundamentalmente, con la<br />
capacidad <strong>del</strong> docente para crear un ambiente favorable para el aprendizaje en el aula.<br />
El mo<strong>del</strong>o de referencia ha predominado desde la década de los años sesenta,<br />
empleando pautas de observación, tablas de interacción o diferentes escalas de medida<br />
<strong>del</strong> comportamiento docente.<br />
Esta forma de <strong>evaluación</strong> ha recibido una crítica fundamentalmente referida a la<br />
persona que realiza la <strong>evaluación</strong>. Se objeta que los registros obedecen a la<br />
concepción que los observadores sostienen sobre lo que es una enseñanza efectiva y<br />
que se demuestra por los estándares que <strong>su</strong>stentan para cada hecho observado. La<br />
<strong>su</strong>bjetividad <strong>del</strong> observador entra fácilmente en juego y posibilita que este gratifique o<br />
perjudique a los observados por razones ajenas a la efectividad docente, sino más bien<br />
por <strong>su</strong> simpatía o antipatía hacia ellos.<br />
Mo<strong>del</strong>o de la práctica reflexiva o de la reflexión en la acción.<br />
Consiste en una instancia de reflexión <strong>su</strong>pervisada. Se trata de una <strong>evaluación</strong> para la<br />
mejora <strong>del</strong> personal académico y no de control para motivos de despidos o promoción.<br />
El mo<strong>del</strong>o se fundamenta en una concepción de la enseñanza como “una secuencia de<br />
episodios de encontrar y resolver problemas, en la cual las capacidades de los<br />
profesores crecen continuamente mientras enfrentan, definen y re<strong>su</strong>elven problemas<br />
prácticos” a la que Schon (1987) llama reflexión en la acción y que requiere de una<br />
reflexión sobre la acción o <strong>evaluación</strong> después <strong>del</strong> hecho para ver los éxitos, los<br />
fracasos y las cosas que se podrían haber hecho de otra manera. Aunque básicamente<br />
cuando hablamos de acción nos estamos refiriendo a la clase, también puede<br />
concebirse <strong>su</strong> utilización para cualquier otra forma de organización <strong>del</strong> proceso de<br />
enseñanza - aprendizaje.<br />
En la ejecución de este mo<strong>del</strong>o se contemplan tres etapas. Ellas son:<br />
Una sesión de observación y registro anecdótico de la actividad.<br />
Una conversación reflexiva con la persona que se observa para comentar lo<br />
observado y en la que se hacen preguntas encaminadas a descubrir significatividad y<br />
la coherencia de la práctica observada.<br />
20
Una conversación de seguimiento en la que se retoman los temas conversados y las<br />
acciones acordadas en la segunda etapa. Si es necesario y conveniente, en esta<br />
etapa se puede hacer una nueva observación con registro.<br />
La aplicación de este mo<strong>del</strong>o requiere de la existencia de un sistema de <strong>su</strong>pervisión,<br />
con personas y tiempos destinados a ello. Sin embargo, el mo<strong>del</strong>o puede ser adaptado<br />
para que la observación sea hecha por otras personas, como por ejemplo, colegas <strong>del</strong><br />
mismo establecimiento o algún directivo.<br />
La <strong>evaluación</strong> es esencialmente un juicio de valor, profundamente comprensivo de una<br />
realidad, en este caso con la acción y participación <strong>del</strong> profesorado en el diseño y<br />
desarrollo de la tarea educativa y en <strong>su</strong> proyección sociorrelacional y<br />
profesionalizadora. Para configurarse como juicio ajustado, crítico – formativo de la<br />
acción e implicación de los participantes necesita de la indagación y de la innovación.<br />
La indagación como base de acción y fundamentación de los datos que sintetiza y<br />
acota la realidad a juzgar, sin indagación la <strong>evaluación</strong> y específicamente la <strong>del</strong><br />
profesorado carece de una base esencial. La innovación proyecta y da razón de ser a la<br />
<strong>evaluación</strong>.<br />
Hasta aquí hemos descrito las características fundamentales de los mo<strong>del</strong>os de<br />
<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño docente identificados por la investigación educativa. Para<br />
precisar qué mo<strong>del</strong>o concretamente nosotros a<strong>su</strong>mimos, tenemos dos opciones, a<br />
saber: escogemos uno de los anteriormente descritos o construimos un nuevo mo<strong>del</strong>o<br />
que potencie las ventajas de los anteriores y que al mismo tiempo, tome distancia de<br />
<strong>su</strong>s respectivas desventajas. Nosotros optamos por la segunda alternativa. (Ver Figura<br />
Nº3)<br />
21
Mo<strong>del</strong>o<br />
centrad<br />
o en el<br />
perfil<br />
<strong>del</strong><br />
docente<br />
Mo<strong>del</strong>o de la<br />
práctica<br />
reflexiva<br />
Mo<strong>del</strong>os de <strong>evaluación</strong><br />
<strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong><br />
docente<br />
Mo<strong>del</strong>o<br />
centra-<br />
do en<br />
los<br />
re<strong>su</strong>lta--<br />
dos ob-<br />
tenidos<br />
Mo<strong>del</strong>o<br />
centra-<br />
do en el<br />
compor<br />
tamien-<br />
to en el<br />
aula<br />
22<br />
Figura Nº 3
1.5 Reseña histórica de la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional de los docentes<br />
en Cuba.<br />
La <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong> docente en los años de Revolución.<br />
Con el objetivo de conformar una sistematización histórica de lo acontecido con esta<br />
política educativa en los años de Revolución, se ha seguido como criterio para la<br />
periodización, tratar de dar respuesta, en cada etapa, a las preguntas: ¿para qué<br />
evaluar?, ¿qué evaluar? y ¿cómo evaluar? La primera pregunta hace alusión a los<br />
objetivos, fines y funciones que se planteaban entonces para la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong><br />
desempeño <strong>del</strong> docente. La segunda pregunta se refiere a los aspectos o indicadores<br />
que se evaluaban y la tercera alude a los métodos utilizados para <strong>su</strong> realización.<br />
Al mismo tiempo se trata de inferir de los principales hechos históricos acontecidos en<br />
cada etapa, la influencia que ejercieron en las respuestas que los documentos<br />
normativos de esta política educativa les daban a cada una de las preguntas<br />
anteriormente referidas.<br />
De esta manera se puede apreciar el movimiento, la evolución que tuvo en todos estos<br />
años la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong> docente y hacer un análisis diacrónico que<br />
permita establecer las tendencias prevalecientes en cada etapa y cómo y por qué se<br />
llegó a lo que se tiene hoy en este importante elemento de la conducción <strong>del</strong> sistema<br />
educativo.<br />
Primera etapa: De 1959 a 1971.<br />
Con el triunfo de la Revolución el 1° de enero de 1959, comienza un profundo proceso<br />
de cambios y transformaciones de la base económico - social de Cuba, y<br />
consecuentemente se modifica radicalmente <strong>su</strong> <strong>su</strong>perestructura.<br />
Siendo consecuente con el Programa <strong>del</strong> Moncada enunciado por Fi<strong>del</strong> Castro en <strong>su</strong><br />
alegato “La Historia me Absolverá”, la educación constituyó desde los primeros años de<br />
la Revolución y lo continúa siendo una de <strong>su</strong>s principales prioridades.<br />
Los primeros esfuerzos de la Revolución, en materia de educación estuvieron dirigidos<br />
a dar solución a los grandes problemas heredados <strong>del</strong> pasado capitalista; a la<br />
reorganización <strong>del</strong> Ministerio de Educación, y a la adopción de un conjunto de medidas<br />
encaminadas a garantizar la extensión de los servicios educacionales y a la eliminación<br />
<strong>del</strong> analfabetismo.<br />
En un breve lapso de tiempo el Gobierno Revolucionario extendió los servicios<br />
educacionales en la educación primaria a los lugares más apartados <strong>del</strong> país. En<br />
apenas un solo día se crearon 10 000 nuevas aulas y la escolarización se elevó en el<br />
año 1959 a casi el 90% en las edades de 6 a 12 años.<br />
Este colosal esfuerzo en la creación de escuelas unido al abrupto crecimiento<br />
demográfico, provocó un acelerado incremento de la matrícula en la enseñanza<br />
23
primaria; en consecuencia, se requería entonces de una mayor fuerza profesional que<br />
inicialmente se fue integrando por maestros que dieron el paso al frente ante el llamado<br />
de la Revolución y luego por un contingente nutrido de jóvenes estudiantes que<br />
marcharon a educar a los niños de las montañas, integrados en la Brigada de <strong>Maestro</strong>s<br />
Voluntarios. Posteriormente, se <strong>su</strong>maron los maestros populares, que tenían gran<br />
motivación para resolver el importante déficit existente entonces en el magisterio<br />
cubano, aún cuando no todos tenían el nivel cultural y técnico necesario para ello.<br />
Con gran entusiasmo y sorprendente inteligencia brotaban ideas filosóficas<br />
trascendentales desde la dirección de la Revolución, que han marcado el quehacer<br />
educativo en la nación cubana hasta el presente.<br />
Así por ejemplo, en el “Mensaje Educacional <strong>del</strong> pueblo de Cuba”, presentado por el<br />
compañero Armando Hart, entonces Ministro de Educación, el 30 de noviembre de<br />
1959, se señala lo siguiente:<br />
“Concebimos a los Directores <strong>del</strong> Ministerio como maestros de los Directores<br />
Provinciales, a estos como maestros de los Directores Municipales, a estos últimos<br />
como maestros de los inspectores, a los inspectores como maestros de los Directores<br />
de Escuelas, a estos como maestros de los maestros de aula” 5 .<br />
Nacía así la idea de estructurar un verdadero sistema educacional, donde cada nivel de<br />
dirección estaba bien eslabonado con el nivel <strong>su</strong>perior y el <strong>su</strong>bordinado, y donde todos<br />
estaban comprometidos con acompañar al maestro en la realización de <strong>su</strong> obra<br />
creadora.<br />
En el propio año 1959 el gobierno Revolucionario dicta un conjunto de leyes que crean<br />
las condiciones para que el Ministerio de Educación inicie una colosal reforma<br />
educacional.<br />
Así por ejemplo, el 15 de septiembre de 1959, se promulga la Ley N° 559, mediante la<br />
cual, en <strong>su</strong> Disposición Transitoria Cuarta, se autoriza al Ministerio de Educación para<br />
establecer las medidas que considere convenientes al buen régimen de la enseñanza.<br />
Al mismo tiempo esta ley declara en <strong>su</strong>spenso todas las leyes y reglamentos<br />
promulgados con anterioridad al 1° de enero de 1959, en cuanto se opongan a tales<br />
medidas.<br />
Posteriormente, el 23 de diciembre de 1959, se promulga la Ley N° 680, que autoriza al<br />
Ministerio de Educación a dictar las regulaciones que fueren oportunas para propiciar la<br />
implantación de la reforma educativa.<br />
Apoyado precisamente en las leyes antes referidas, el Ministerio de Educación<br />
comienza a concretar un conjunto de esfuerzos normativos encaminados a reformar la<br />
educación cubana.<br />
5 Hart Dávalos, Armando. Mensaje Educacional <strong>del</strong> Pueblo de Cuba, 1959, pág. 111.<br />
24
El 18 de julio de 1962, se dicta la Resolución Ministerial 1892 / 62, mediante la cual se<br />
establece un sistema para la <strong>evaluación</strong> de los maestros y directores de escuelas<br />
primarias en ejercicio.<br />
En la referida Resolución Ministerial se planteaba lo siguiente:<br />
“POR CUANTO: Se hace necesario establecer la norma para la <strong>evaluación</strong> de los<br />
maestros y directores de escuelas primarias, en ejercicio, con vista a la confección de<br />
los escalafones que regirán, a <strong>su</strong>s efectos correspondientes, en el curso escolar de<br />
1962 a 1963.<br />
POR CUANTO: Es responsabilidad de este Ministerio que la <strong>evaluación</strong> de maestros y<br />
directores, a estos fines, se base en la justa interpretación de aquellos aspectos de la<br />
labor que a los mismos corresponde, y que sean índices ciertos de comprobación<br />
objetiva de una provechosa labor docente y de la correcta actitud que exige la función<br />
magisterial” 6 .<br />
En estos dos “Por cuanto”, se evidencia que el único fin u objetivo de la <strong>evaluación</strong> de la<br />
actividad pedagógica profesional entonces era ordenar jerárquicamente a los docentes<br />
de este masivo nivel de enseñanza, según <strong>su</strong> desempeño, para efectos escalafonarios.<br />
De estos escalafones dependían los movimientos, cambios de plazas de los docentes,<br />
etc.<br />
En cuanto a qué evaluar, en esta Resolución Ministerial se establecía que los aspectos<br />
a evaluar eran los siguientes:<br />
I. Trabajo docente.<br />
Este aspecto se desglosaba en:<br />
a) Promoción de los alumnos.<br />
b) Asistencia <strong>del</strong> maestro o director.<br />
II. Superación.<br />
a) Por el doctorado o licenciatura en Pedagogía, en adición al título básico.<br />
b) Por estudios incompletos <strong>del</strong> Plan de Liquidación.<br />
c) Por la publicación de textos escolares, obras y estudios pedagógicos, etc., aprobados<br />
por el MINED.<br />
III. Antigüedad.<br />
IV. Otras especificaciones.<br />
a) Por atender aula propia de aceleración, o por acelerar en horas extraescolares, en<br />
aulas normales.<br />
b) Por atender aula de seguimiento.<br />
c) Por atender un aula de <strong>su</strong>peración obrera.<br />
d) Por haber participado como profesor en cursos de <strong>su</strong>peración de maestros populares<br />
o en ejercicio.<br />
e) Por residir en el pueblo o ciudad donde está ubicada la escuela en que ejerce el<br />
maestro.<br />
6 Resolución Ministerial 1892 /62, <strong>del</strong> 18 de julio e 1962.<br />
25
A cada uno de los aspectos antes descritos le correspondía un puntaje (arbitrariamente<br />
establecido) y se establecía una manera precisa para <strong>su</strong> calificación.<br />
Si se analizan detenidamente tales aspectos o indicadores, se puede concluir que el fin<br />
u objetivo que cumplía este sistema de <strong>evaluación</strong> signaba, determinaba un contenido<br />
de aspectos cuantificables con relativa facilidad, sin que se pueda afirmar que los<br />
mismos penetraran al interior de lo que se debe considerar lo más trascendente <strong>del</strong><br />
trabajo de un maestro.<br />
En cuanto al ¿cómo evaluar?, no se hacía alusión explícita en la mencionada<br />
Resolución Ministerial a los métodos que se debían utilizar para obtener los datos<br />
referidos al desempeño a evaluar.<br />
En toda esta etapa las características de las Resoluciones Ministeriales relacionadas<br />
con esta política educativa eran similares a la anteriormente descrita. Así cada año se<br />
emitía una Resolución similar, que se establecía para evaluar a los docentes en el curso<br />
o en varios cursos escolares posteriores, también para fines escalafonarios, sólo se<br />
producían ligeras variaciones en los aspectos o indicadores a evaluar, todo lo cual<br />
puede constatarse en el ANEXO II.<br />
Nótese que en esa etapa había necesidad de alfabetizar o dar seguimiento a personas<br />
alfabetizadas, trabajar en aulas de aceleración destinadas a reducir el retraso escolar,<br />
trabajar en la <strong>su</strong>peración de obreros u otras tareas docentes, por lo que a través de la<br />
<strong>evaluación</strong> se pretendía estimular esas importantes tareas de la época.<br />
Segunda etapa: De 1972 a 1981.<br />
En el curso escolar 1970 – 1971 el Comandante en Jefe Fi<strong>del</strong> Castro promueve, como<br />
parte de la política de fortalecimiento <strong>del</strong> movimiento obrero, un conjunto de eventos en<br />
el sector educacional.<br />
Así se desarrollaron asambleas de maestros y profesores en cada una de las provincias<br />
<strong>del</strong> país.<br />
“Las asambleas provinciales sirvieron para analizar y debatir los principales problemas<br />
de la educación y las inquietudes <strong>del</strong> personal docente en un amplio marco<br />
democrático” 7 .<br />
Este importante proceso asambleario tuvo como colofón el Primer Congreso de<br />
Educación y Cultura. Dicho Congreso, que contó con una alta representación de<br />
maestros, funcionarios, técnicos, dirigentes y representantes de las organizaciones<br />
políticas y de masas y de un gran número de instituciones, reveló con un gran espíritu<br />
crítico las in<strong>su</strong>ficiencias que presentaba el sistema educacional cubano.<br />
7 Informe <strong>del</strong> Ministerio de Educación a la Asamblea Nacional <strong>del</strong> Poder Popular, 1982. pág. 45.<br />
26
Entre las principales críticas y recomendaciones que se derivaron de las profundas<br />
discusiones sostenidas entonces, se encuentran las siguientes:<br />
- “La realidad actual en que se encuentra nuestro magisterio exige, más que<br />
fiscalización y vigilancia, ayuda, consejos, aclaraciones y orientaciones, por lo que<br />
<strong>su</strong>gerimos que se adopte el nombre de Asesor para el dirigente educacional encargado<br />
de orientar, coordinar, dirigir, estimular y <strong>su</strong>pervisar toda la ayuda técnica que se brinda<br />
al personal bajo <strong>su</strong> responsabilidad” 8 .<br />
- “La tarea fundamental <strong>del</strong> director es asesorar técnicamente a los maestros, el número<br />
excesivo de tareas que tienen los directores, le impide realizar estas funciones,<br />
viéndose interrumpida con la solicitud de datos que pueden obtenerse a través <strong>del</strong><br />
asesor, en los consejos seccionales de educación, etc. 9<br />
Las numerosas recomendaciones que re<strong>su</strong>ltaron de este importante evento, se<br />
comenzaron a analizar de inmediato, y en consecuencia se aplicaron progresivamente,<br />
por lo que se puede afirmar que este Congreso marcó un nuevo rumbo en el desarrollo<br />
de la actividad educacional <strong>del</strong> país.<br />
Un año después de celebrado el I Congreso Nacional de Educación y Cultura, se<br />
celebró el II Congreso de la UJC, en cuya clau<strong>su</strong>ra el Comandante en Jefe, luego de<br />
realizar un profundo análisis sobre la situación educacional <strong>del</strong> país, planteó lo<br />
siguiente:<br />
“... no queda la menor duda de que todas estas circunstancias configuran la necesidad<br />
de realizar una verdadera revolución educacional.<br />
Nosotros creemos que el país, en este momento, dispone de los medios y de los<br />
recursos materiales y de la fuerza para apoyar la revolución educacional” 10 .<br />
Se iniciaron los trabajos para comenzar a aplicar el Plan de Perfeccionamiento <strong>del</strong><br />
Sistema Nacional de Educación, cuyo propósito principal era el de adecuar el sistema<br />
educacional a las necesidades de la construcción socialista <strong>del</strong> país, a la luz <strong>del</strong><br />
progreso científico – técnico y cultural.<br />
Sobre el carácter de esta tarea en el informe central al I Congreso <strong>del</strong> Partido<br />
Comunista de Cuba, se señala lo siguiente:<br />
“El Plan sienta las bases para el continuo e ininterrumpido perfeccionamiento <strong>del</strong><br />
sistema, ya que los principios metodológicos y organizativos marxistas – leninistas en<br />
que <strong>su</strong>stenta <strong>su</strong> fundamentación, conllevan estudios e investigaciones sobre el<br />
pronóstico científico <strong>del</strong> desarrollo de la educación, que le sirven para proyectarse<br />
perspectivamente” 11 .<br />
Las tesis, al abordar las deficiencias que tendrían que ser <strong>su</strong>peradas, señalan lo relativo<br />
a la escuela y a los docentes, destacando dos aspectos fundamentales:<br />
8<br />
Dictámenes y Recomendaciones. I Congreso Nacional de Educación y Cultura, N° 2, pág. 115.<br />
9<br />
Ibídem., pág. 118.<br />
10<br />
Informe <strong>del</strong> Ministro de Educación a la Asamblea Nacional <strong>del</strong> Poder Popular, 1982, pág. 45.<br />
11<br />
Informe Central al I Congreso <strong>del</strong> Partido Comunista de Cuba, 1975, pág. 122.<br />
27
“la escasa cantidad y débil calidad de los cuadros pedagógicos y la excesiva carga en el<br />
trabajo <strong>del</strong> maestro y los directores de los centros escolares, con tareas no centradas<br />
en <strong>su</strong> esencial labor docente” 12 .<br />
Re<strong>su</strong>miendo, se puede afirmar entonces que los grandes cambios que se producen a<br />
partir de 1971 en el sistema educativo cubano estuvieron determinados por tres<br />
acontecimientos muy importantes:<br />
El I Congreso de Educación y Cultura.<br />
El II Congreso de la UJC.<br />
El Congreso <strong>del</strong> Partido Comunista de Cuba.<br />
A continuación se precisa qué influencia ejercieron los re<strong>su</strong>ltados de estos eventos en<br />
las regulaciones y normas relativas a la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional de los<br />
docentes:<br />
En cuanto al qué y cómo evaluar se produce en esta etapa un cambio radical con<br />
respecto a la etapa anterior.<br />
Se establece “el método de escogencia forzada” para evaluar el desempeño de los<br />
docentes, caracterizado por el uso de frases descriptivas de determinadas alternativas<br />
de tipo de desempeño individual. Se dan bloques de cinco frases (desde una extrema<br />
positiva hasta una extrema negativa), para que el evaluador escogiera forzosamente<br />
apenas una, la que más identificara el desempeño <strong>del</strong> docente en cuestión (Ver<br />
ANEXO).<br />
Se amplía notablemente el conjunto de indicadores, para cada uno de los cuales se<br />
plantean cinco frases posibles a escoger una. Los indicadores evaluados eran los<br />
siguientes:<br />
Salud física.<br />
Aspecto personal.<br />
Carácter.<br />
Relaciones humanas (sin precisar con quién: alumnos, docentes, directores o<br />
padres).<br />
Actitud ante el trabajo productivo.<br />
Actitud ante la crítica.<br />
Actitud ante la defensa.<br />
Actitud ante la <strong>su</strong>peración política.<br />
Actitud ante el trabajo.<br />
Autodisciplina.<br />
Asistencia y puntualidad.<br />
Preparación de clases.<br />
Conocimiento sobre la materia.<br />
Utilización y cuidado de los medios de enseñanza.<br />
Cumplimiento <strong>del</strong> programa de estudio.<br />
12 Tesis y Resoluciones sobre Política Educacional: 1975. I Congreso <strong>del</strong> PCC, pág. 380.<br />
28
Atención al aprovechamiento académico de los alumnos.<br />
Actitud ante la disciplina en el aula y en el centro.<br />
Atención a los horarios de con<strong>su</strong>lta y guardias docentes.<br />
Actitud ante la <strong>su</strong>peración técnica profesional.<br />
Atención a los círculos de interés.<br />
Atención a los monitores, a alumnos instructores o ayudantes.<br />
Asistencia y participación en los colectivos y reuniones de cátedras.<br />
Cumplimiento de las orientaciones de la inspección técnica.<br />
Entrega de la documentación.<br />
El uso <strong>del</strong> método de escogencia forzada representó un paso de avance en cuanto a la<br />
calidad de la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong> docente en Cuba, básicamente<br />
porque el mismo <strong>su</strong>ele proporcionar re<strong>su</strong>ltados más confiables y puede alejarse más de<br />
influencias <strong>su</strong>bjetivas y personales en el proceso evaluador, al tiempo que <strong>su</strong> aplicación<br />
es simple y no exige una preparación intensa o sofisticada de los evaluadores, y como<br />
ya se ha dicho anteriormente, en aquella época a los directores de escuelas les faltaba<br />
preparación pedagógica y tiempo para desempeñar adecuadamente <strong>su</strong>s funciones.<br />
Sin embargo, este es un método fundamentalmente comparativo y discriminativo que<br />
presenta sólo re<strong>su</strong>ltados globales que permiten discriminar a docentes de desempeño<br />
bueno, regular y malo, sin brindar mayor y más precisa información que caracterice con<br />
especificidad el trabajo de cada maestro, como premisa necesaria para <strong>del</strong>inear una<br />
estrategia de <strong>su</strong>peración y capacitación efectiva para cada uno de ellos.<br />
Un sistema de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño docente centrado en <strong>su</strong> desarrollo profesional<br />
requeriría de una complementación de información sobre necesidades de<br />
entrenamiento y potencial de desarrollo, lo que pre<strong>su</strong>pone obtención de datos válidos y<br />
fiables sobre la frecuencia de errores en los diferentes indicadores <strong>del</strong> desempeño o<br />
proporciones de los desaciertos, para lograr entonces una adecuada jerarquización de<br />
las acciones de capacitación.<br />
Ahora bien, la gran cantidad y variedad de aspectos que se evaluaban en esa época<br />
hacían que el proceso evaluador re<strong>su</strong>ltara más integral. No obstante, es cuestionable la<br />
inclusión de indicadores relativos al carácter <strong>del</strong> profesor, los que no son de solución<br />
fácil como consecuencia de un proceso de capacitación o entrenamiento.<br />
Tercera etapa: De 1982 a 2004<br />
Realmente en todos esos años se produjeron muy pocos cambios en la legislación <strong>del</strong><br />
MINED sobre la <strong>evaluación</strong> profesoral, asociados sobre todo a la necesidad de unificar<br />
las metodologías vigentes para la <strong>evaluación</strong> y de incluir nuevos cargos docentes que<br />
fueron <strong>su</strong>rgiendo producto <strong>del</strong> propio desarrollo <strong>del</strong> sistema educativo.<br />
En esencia la tendencia predominante fue la de perfeccionar los mecanismos de<br />
estimulación de los trabajadores con mejores re<strong>su</strong>ltados en <strong>su</strong> trabajo, así como de<br />
sanción de los que alcanzaban re<strong>su</strong>ltados insatisfactorios, es decir se le puso énfasis<br />
especial en el “pago por mérito”. No menos importante fue la prioridad dada al<br />
29
cumplimiento de las funciones educativa y desarrolladora de la <strong>evaluación</strong>, todo lo cual<br />
se puede constatar, por ejemplo, en los objetivos de la misma enunciados en la<br />
Metodología para la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> personal docente correspondiente a la Resolución<br />
Ministerial 517 / 83, donde se expresa: “Conocer de forma integral las características<br />
personales y la preparación político – ideológica, científica, pedagógico – metodológica<br />
de los profesores, maestros, educadoras, instructores de enseñanza práctica,<br />
bibliotecarios escolares, auxiliar de reeducación, auxiliar técnico docente,<br />
psicopedagogo, pedagogo clínico, psicólogo y logopeda y mantener una constante<br />
atención sobre <strong>su</strong> desarrollo, de modo que la <strong>evaluación</strong> cumpla <strong>su</strong> función<br />
educativa” 13 .<br />
En esta etapa también se realizaron algunos avances conceptuales como por ejemplo<br />
el considerar que “la <strong>evaluación</strong> es un proceso ininterrumpido, constante que posibilita<br />
la educación y corrección de los evaluados en el propio desarrollo de <strong>su</strong> trabajo, es por<br />
ello que no puede reducirse solamente a la confección <strong>del</strong> certificado de <strong>evaluación</strong>,<br />
sino que requiere de la acción permanente <strong>del</strong> jefe con <strong>su</strong> <strong>su</strong>bordinado, <strong>del</strong><br />
señalamiento oportuno y preciso, cuando fuera necesario” 14 .<br />
En cuanto a qué evaluar, en estos años se produce una sensible disminución de las<br />
dimensiones e indicadores a evaluar, los que en general quedan como sigue:<br />
Dimensiones<br />
Re<strong>su</strong>ltados <strong>del</strong> trabajo.<br />
Preparación para el desarrollo <strong>del</strong> trabajo.<br />
Características personales y cumplimiento de las normas de conducta y principios<br />
de la Ética Pedagógica y Profesional.<br />
Indicadores<br />
Calidad de la docencia impartida, especialmente la clase.<br />
Nivel de solidez de los conocimientos alcanzados por <strong>su</strong>s alumnos.<br />
Grado de desarrollo de las capacidades, hábitos y habilidades y en la formación de<br />
convicciones en los educandos.<br />
Conducta social que se observa en los educandos puesta de manifiesto en <strong>su</strong><br />
interés por el estudio, autodisciplina, hábitos de cortesía, de respeto, higiénicos,<br />
formas de expresión, uso <strong>del</strong> uniforme y <strong>su</strong>s atributos, cuidado de la propiedad<br />
social e individual, en la educación para el trabajo y en la educación patriótico –<br />
militar.<br />
Participación de los educandos en el estudio – trabajo, en las actividades de<br />
formación vocacional.<br />
Dominio metodológico y <strong>del</strong> contenido de enseñanza que debe impartir.<br />
Interés demostrado y re<strong>su</strong>ltados alcanzados en <strong>su</strong> <strong>su</strong>peración profesional.<br />
Ejemplaridad sobre la base de <strong>su</strong>s características personales.<br />
Presencia, vocabulario y equilibrio emocional.<br />
13 Metodología para la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> personal docente. Resolución Ministerial 517 / 83, pág. 1<br />
14 Metodología para la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> personal técnico de la docencia. Resolución Ministerial Nº 435 / 89,<br />
pág. 7.<br />
30
Relaciones con los educandos, con el colectivo laboral y con la familia de los<br />
alumnos,<br />
Disciplina laboral.<br />
Prestigio que posee en <strong>su</strong> centro laboral y en la sociedad.<br />
En relación con el cómo evaluar continúa siendo la observación directa de <strong>su</strong>s clases la<br />
principal vía recomendada por las metodologías establecidas para la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong><br />
desempeño docente en esos años.<br />
Se abandona el método de la “escogencia forzada” y se deja plena libertad a los<br />
evaluadores para elaborar los certificados de <strong>evaluación</strong> a partir de <strong>su</strong>s concepciones y<br />
los datos que obtienen <strong>del</strong> desempeño de cada docente durante el proceso evaluador.<br />
Como se puede apreciar, en ninguna de las tres etapas antes descritas se mostró a los<br />
directivos educacionales <strong>del</strong> país las mejores vías y métodos para realizar la <strong>evaluación</strong><br />
<strong>del</strong> desempeño de los docentes con precisión, objetividad y especificidad.<br />
Esa es una de las razones por la que nos animamos a escribir este libro, ideas que<br />
desarrollamos más a<strong>del</strong>ante en el capítulo 3.<br />
31
Propuesta de un mo<strong>del</strong>o para la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong><br />
desempeño profesional <strong>del</strong> docente.<br />
El mo<strong>del</strong>o que a continuación exponemos, trata en primer lugar de evitar caer en los<br />
errores que señala la crítica a los sistemas de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño docente que<br />
existen hoy en la práctica educativa de algunos de nuestros países. Por esa razón<br />
procura partir de un marco teórico coherente, de donde se derive, de forma natural, un<br />
conjunto de indicadores, cuya medición confiable y objetiva, sin desconocer la<br />
<strong>su</strong>bjetividad <strong>del</strong> evaluador y <strong>del</strong> evaluado, permita emitir juicios de valor pertinentes<br />
sobre el desempeño de los docentes.<br />
En segundo lugar, trata de re<strong>su</strong>mir las ventajas principales de cada uno de los mo<strong>del</strong>os<br />
anteriormente caracterizados, aunque sin dudas es el mo<strong>del</strong>o de la práctica reflexiva o<br />
de la reflexión en la acción el que le sirve de principal inspiración.<br />
2.1 Marco conceptual para la construcción de un sistema de indicadores para<br />
evaluar la calidad <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong> docente.<br />
El proceso para el que nos proponemos construir un mo<strong>del</strong>o de <strong>evaluación</strong> es el<br />
desempeño profesional docente. El mismo debe tomar como punto de partida la<br />
educación, pues educar es en <strong>su</strong>ma la meta esencial y final de la actividad profesional<br />
<strong>del</strong> docente.<br />
Ante todo nos parece necesario precisar los conceptos de “educación”, “calidad”,<br />
“<strong>evaluación</strong>”, pues los mismos nos pueden servir de guía teórica para llegar a una<br />
definición <strong>del</strong> concepto “calidad de la educación” y a partir de este encontrar una<br />
definición teórica y operacional <strong>del</strong> concepto “<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong><br />
docente”.<br />
“La educación es un proceso conscientemente organizado, dirigido y sistematizado<br />
sobre la base de una concepción pedagógica determinada, que se plantea como<br />
objetivo más general la formación multilateral y armónica <strong>del</strong> educando para que se<br />
integre a la sociedad en que vive, contribuya a <strong>su</strong> desarrollo y perfeccionamiento. El<br />
núcleo esencial de esa formación ha de ser la riqueza moral” 15 .<br />
15 Colectivo de autores <strong>del</strong> Grupo Pedagogía <strong>del</strong> Instituto Central de Ciencias<br />
32
Sin dudas el concepto anterior analiza la educación en un sentido estrecho, pues se<br />
refiere sobre todo a la educación escolarizada. Sin embargo como todos sabemos “la<br />
educación empieza con la vida y no acaba sino con la muerte” 16 , lo que implica que ella<br />
tiene lugar en todos los ámbitos en que se desarrolla la vida humana, a saber: la familia,<br />
la escuela y la comunidad-sociedad. No obstante, esa es realmente la educación que<br />
ha de brindar un docente, un proceso conscientemente organizado, dirigido y<br />
sistematizado sobre la base de una concepción pedagógica determinada. Por lo tanto<br />
re<strong>su</strong>lta esencial la naturaleza de la concepción pedagógica que guía el desempeño y es<br />
por ella por donde debe comenzar un proceso evaluativo de la calidad de <strong>su</strong><br />
desempeño.<br />
Durante el siglo XX se ha ido produciendo un proceso paulatino y sostenido de<br />
reducción <strong>del</strong> concepto de educación. De un concepto general y abarcador <strong>del</strong> proceso<br />
que tiene lugar en todos los ámbitos de la vida humana, se ha pasado a un concepto de<br />
educación escolar, de este al de educación escolar básica y, si nos descuidamos, al<br />
paso que vamos estaremos hablando dentro de muy poco de educación escolar básica<br />
aúlica.<br />
Esta reducción progresiva <strong>del</strong> concepto de educación, ha condicionado la existencia de<br />
un proceso de desresponsabilización creciente de los agentes sociales, no escolares,<br />
que tienen sin dudas mucho que ver con el contexto, in<strong>su</strong>mos, procesos y re<strong>su</strong>ltados de<br />
la educación; y por lo tanto con <strong>su</strong> calidad.<br />
En consecuencia, existe una marcada tendencia en la mayoría de las sociedades<br />
latinoamericanas a buscar el origen y la solución de la mayoría de los problemas<br />
sociales en la escuela. Así, no es extraño escuchar cuando se analizan las causas de<br />
determinados flagelos sociales: “Algo no se hace o se hace mal en la escuela”, como si<br />
esta fuera el único espacio de socialización que tienen las generaciones actuales de<br />
ciudadanos y ciudadanas.<br />
Cuando analizamos los cambios en los escenarios en que tiene lugar la educación de<br />
hoy, debemos reconocer que hay un cierto debilitamiento de los espacios de<br />
socialización primario y secundario, o sea, de la escuela y la familia, que confluye con el<br />
<strong>su</strong>rgimiento y desarrollo de nuevos espacios de socialización que escapan al “control”<br />
de la escuela, incluso en la mayoría de los países, escapan al “control” de los estados<br />
nacionales. Me estoy refiriendo, por ejemplo, a los medios masivos de comunicación y<br />
<strong>su</strong> potenciación a partir <strong>del</strong> desarrollo de nuevas y más poderosas tecnologías, el<br />
llamado ciberespacio cuyos fines están absolutamente dominados por las<br />
transnacionales de la informática, etc.<br />
Pedagógicas. Principales categorías de la Pedagogía como ciencia, folleto,<br />
1997, pág. 29.<br />
16 Martí, Pérez. La Edad de Oro. Edit. Cultural S.A, La Habana, 1959, pág. 183.<br />
33
Ante esta indiscutible realidad, se debe tener mucha precisión en definir cuál es el<br />
verdadero rol de la institución escolar en general y <strong>del</strong> docente en particular, para la<br />
consecución de los objetivos de la educación y precisar qué es lo esperable de <strong>su</strong><br />
desempeño con realismo y al mismo tiempo con optimismo. (Ver Figura Nº 4)<br />
REDUCCIÓN PROGRESIVA DEL CONCEPTO DE EDUCACIÓN<br />
Educación Educación<br />
escolar<br />
Educación<br />
escolar<br />
básica<br />
Analicemos ahora una definición <strong>del</strong> concepto “calidad”:<br />
Educación<br />
escolar<br />
básica<br />
aúlica<br />
PROCESO DE DESRESPONSABILIZACIÓN SOCIAL CON LA<br />
EDUCACIÓN<br />
34<br />
Figura Nº 4<br />
“Calidad de algo se refiere a una o varias propiedades de ese algo, que permiten<br />
apreciarlo como igual, mejor o peor que otras unidades de <strong>su</strong> misma especie. Siendo en<br />
esencia un concepto evaluativo, averiguar la calidad de algo exige constatar <strong>su</strong><br />
naturaleza y luego, expresarlo de modo que permita una comparación” 17 . Luego, al<br />
17 Lafourcade, Pedro. Calidad de la Educación. Buenos Aires, abril de 1988. Dirección Nacional de<br />
Información, difusión estadística y tecnología educativa <strong>del</strong> Ministerio de Educación y Justicia, págs. 12 –<br />
13.
tratar de evaluar la calidad <strong>del</strong> desempeño profesional de los docentes, es necesario<br />
aislar las capacidades y características más generales de <strong>su</strong> labor que deben ser<br />
atributos de todos, independientemente que reconozcamos que cada contexto en el que<br />
desarrollan <strong>su</strong> trabajo es único e irrepetible<br />
Ahora consideramos que es necesario encontrar una adecuada definición <strong>del</strong> concepto<br />
de calidad de la educación.<br />
Un análisis minucioso de la literatura disponible en Cuba y en otros cinco países acerca<br />
<strong>del</strong> tratamiento dado al concepto “calidad de la educación”, nos lleva a la conclusión de<br />
que en general existen tres tendencias claramente diferenciadas al abordarlo: una de<br />
ellas procura discutirlo y definirlo en forma constitutiva o conceptual, o sea, busca<br />
definirlo teóricamente; la segunda trata de definirlo operacionalmente y la tercera elude<br />
definirlo.<br />
A continuación haremos un análisis, basado en ejemplos concretos, de cada una de las<br />
tendencias antes referidas.<br />
1 ª tendencia<br />
El autor argentino Pedro Lafourcade señala que “una educación de calidad puede<br />
significar la que posibilite el dominio de un saber desinteresado que se manifiesta en la<br />
adquisición de una cultura científica o literaria, la que desarrolla la máxima capacidad<br />
para generar riquezas o convertir a alguien en un recurso humano idóneo para<br />
contribuir al aparato productivo; la que promueve el <strong>su</strong>ficiente espíritu crítico y fortalece<br />
el compromiso para transformar una realidad social enajenada por el imperio de una<br />
estructura de poder que beneficia socialmente a unos pocos, etc” 18 .<br />
Este autor se inscribe en la primera tendencia a la que hacíamos referencia<br />
anteriormente, es decir, procura ofrecer una definición teórica <strong>del</strong> concepto calidad de la<br />
educación. Ahora bien, en nuestra opinión, al hacerlo comete el error de darle un<br />
carácter adjetivo a la calidad cuando habla de “educación de calidad”, pre<strong>su</strong>poniendo<br />
entonces la existencia de otra educación “sin calidad”. Comete así un grave error<br />
filosófico, pues la calidad de todo objeto, en este caso la educación, está enlazada con<br />
todo el objeto, lo engloba por completo y es inseparable de él. El concepto calidad se<br />
vincula con el ser <strong>del</strong> objeto, que, siendo el mismo, no puede perder <strong>su</strong> calidad.<br />
Por lo tanto, toda educación tiene una determinada calidad, ahora bien, esta puede ser<br />
mayor o menor (cantidad), en la medida en que <strong>su</strong>s características se acercan o se<br />
alejan de los paradigmas filosóficos, pedagógicos, psicológicos y sociológicos que<br />
imperen en una sociedad histórico-concreta.<br />
18 Lafourcade, Pedro. Calidad de la Educación, Buenos Aires, abril de 1988. Dirección Nacional de<br />
Información, difusión estadística y tecnología educativa <strong>del</strong> Ministerio de Educación y Justicia, pág. 1.<br />
35
Por otra parte, para nuestra sociedad no es la formación de un “recurso humano”<br />
idóneo el objetivo esencial de la educación, sino el que cada hombre y mujer se<br />
desarrolle plenamente en correspondencia con <strong>su</strong>s potencialidades y esté en capacidad<br />
y disposición de poner <strong>su</strong> talento y energías al servicio de la sociedad a partir de los<br />
valores universales y nacionales de los cuales se ha apropiado. Además, la educación<br />
no sólo debe posibilitar el dominio de un “saber”, sino también de un “saber hacer” y de<br />
“saber ser”. Esto último está determinado por la formación de un conjunto de cualidades<br />
de la personalidad que no se reducen a poseer un determinado espíritu crítico.<br />
2 ª tendencia<br />
La autora mexicana Silvia Schmelkes asegura:<br />
“En países como los nuestros, en los que la universalización de la educación básica<br />
todavía no es una realidad, es importante precisar que por calidad de este nivel<br />
educativo estamos entendiendo un concepto complejo que incluye cuando menos los<br />
siguientes componentes:<br />
a) La relevancia: Un sistema educativo, para ser de calidad, debe ser capaz de ofrecer<br />
a <strong>su</strong> demanda real y potencial aprendizajes que re<strong>su</strong>lten relevantes para la vida<br />
actual y futura de los educandos y para las necesidades actuales y futuras de la<br />
sociedad en la que estos se desenvuelven. La relevancia de los objetivos y de los<br />
logros educativos se convierte en el componente esencial de esta manera de<br />
entender la calidad de la educación, fundamentalmente porque ella tiene mucho que<br />
ver con la capacidad de asegurar cobertura y permanencia de los alumnos dentro <strong>del</strong><br />
sistema educativo.<br />
b) La eficacia: Entiendo la eficacia como la capacidad de un sistema educativo básico<br />
de lograr los objetivos - <strong>su</strong>poniendo que estos son relevantes - con la totalidad de los<br />
alumnos que teóricamente deben cursar el nivel, y en el tiempo previsto para ello. Un<br />
sistema educativo será más eficaz en la medida en que se acerque a esta finalidad.<br />
Este concepto incluye el de cobertura, el de permanencia, el de promoción y el de<br />
aprendizaje real.<br />
c) La equidad: Un sistema de educación básica -que es el nivel que se presenta como<br />
obligatorio para toda la población en una determinada edad- para ser de calidad,<br />
debe partir <strong>del</strong> reconocimiento de que diferentes tipos de alumnos acceden a la<br />
educación básica con diferentes puntos de partida. Al hacerlo, se propone ofrecer<br />
apoyos diferenciales a fin de asegurar que los objetivos de la educación se logren, de<br />
manera equiparable, para todos. La equidad implica dar más, apoyar más, a los que<br />
lo necesitan. La equidad se verá reflejada en la eficacia.<br />
d) La eficiencia: Un sistema será de mayor calidad en la medida en que, comparado<br />
con otro, logra re<strong>su</strong>ltados similares con menores recursos” 19 .<br />
Esta autora comete el mismo error, ya comentado anteriormente, en relación con el uso<br />
de la expresión “educación de calidad”. Además, partir de una definición operacional <strong>del</strong><br />
19 Schmelkes, Silvia. Documento 3. Programa Evaluación de la Calidad de la Educación. Cumbre<br />
Iberoamericana, 1997, págs. 4 – 5.<br />
36
concepto calidad de la educación, sin una precedencia de <strong>su</strong> definición teórica, nos<br />
hace perder el vínculo entre teoría y práctica, y quedan por lo tanto muchas preguntas<br />
esenciales sin respuesta. Por ejemplo, cuándo podemos decir que es relevante un<br />
aprendizaje, un objetivo o un logro educativo.<br />
3 ª tendencia<br />
En <strong>su</strong> libro “Claves para una educación de calidad”, los autores chilenos Juan Casas<strong>su</strong>s<br />
y Violeta Arancibia plantean:<br />
“Calidad de la educación es uno de esos conceptos significantes, movilizadores y<br />
cargados de fuerza emotiva que se manejan extensivamente en la sociedad. Su riqueza<br />
radica precisamente en <strong>su</strong> ambigüedad” 20 .<br />
Desde el punto de vista filosófico en general y lógico en particular, consideramos<br />
inadecuada esta postura a los efectos de poder penetrar en la esencia de este complejo<br />
objeto que es la calidad de la educación (C.E). Definir, caracterizar, ejemplificar,<br />
dividir, limitar y generalizar un concepto son operaciones lógicas que se deben realizar<br />
para poder conocerlo con profundidad y no cabe dudas de que si no hay <strong>su</strong>ficiente<br />
claridad acerca de la esencia de este concepto, poco puede hacerse para diseñar un<br />
adecuado sistema que permita evaluarlo.<br />
¿Qué posición debemos a<strong>su</strong>mir entonces, en qué tendencia debemos incluirnos?<br />
Sin lugar a dudas los esfuerzos por conocer qué es C.E son todos válidos, aportan a la<br />
penetración en <strong>su</strong> esencia. Ahora bien, nosotros partimos <strong>del</strong> criterio de que si bien el<br />
camino <strong>del</strong> conocimiento de un objeto es infinito, existen caminos que lo facilitan<br />
mientras que otros lo dificultan.<br />
Lenin en <strong>su</strong> obra “Cuadernos Filosóficos”, asegura que “el conocimiento es la<br />
aproximación eterna, infinita, <strong>del</strong> pensamiento al objeto. El reflejo de la naturaleza en el<br />
pensamiento <strong>del</strong> hombre debe ser entendido, no en forma inerte, no en forma abstracta,<br />
no carente de movimiento, no carente de contradicciones, sino en el eterno proceso <strong>del</strong><br />
movimiento, en el <strong>su</strong>rgimiento de las contradicciones y en <strong>su</strong> solución” 21 .<br />
De estas palabras de Lenin se desprende la comprensión <strong>del</strong> problema <strong>del</strong><br />
conocimiento como un proceso en el cual el hombre como <strong>su</strong>jeto cognoscente va en<br />
busca de la verdad objetiva a través <strong>del</strong> camino dialéctico de infinitas verdades<br />
absolutas y relativas, donde el carácter contradictorio <strong>del</strong> conocimiento, en <strong>su</strong><br />
naturaleza refleja y en <strong>su</strong> carácter infinito e inagotable, permite aproximarnos cada vez<br />
más y mejor a la esencia <strong>del</strong> objeto o fenómeno que pretende conocer.<br />
20 Casas<strong>su</strong>s, Juan y Arancibia, Violeta. Claves para una Educación de Calidad. Edit. Kapelusz, Buenos<br />
Aires, 1997, pág.9.<br />
21 Lenin, Vladimir I. Cuadernos Filosóficos. Edit.Progreso.<br />
37
Por todo lo anterior, en el caso que nos ocupa, nos parece necesario partir de una<br />
definición teórica <strong>del</strong> concepto C.E y derivar de esta, una definición operacional cuya<br />
efectividad se puede corroborar en la práctica educativa a través de múltiples análisis<br />
multivariados, que nos permitan sistemáticamente ir aumentando lo que conocemos y<br />
disminuyendo lo que desconocemos sobre C.E.<br />
Como no nos satisfacen las definiciones teóricas encontradas en la literatura<br />
con<strong>su</strong>ltada, construimos la nuestra, la que exponemos a continuación:<br />
“Calidad de la educación, se refiere a las características de los in<strong>su</strong>mos, los procesos<br />
y los re<strong>su</strong>ltados de la formación <strong>del</strong> hombre, condicionados histórica y socialmente; que<br />
toman una expresión concreta a partir de los paradigmas filosóficos, pedagógicos,<br />
sociológicos y psicológicos imperantes en una sociedad determinada y se mide por<br />
la distancia existente entre la norma (los paradigmas) y el dato (lo que ocurre realmente<br />
en la práctica educativa” 22 .<br />
La definición anterior nos conduce a un mo<strong>del</strong>o evaluativo de discrepancia (Provus,<br />
1971), pues está orientado fundamentalmente hacia dos propósitos: la toma de<br />
decisiones y la de responsabilidades, las que constituyen la base de un sistema de<br />
indicadores como el que se quiere construir.<br />
La definición anterior sirve de marco conceptual general de partida, pero naturalmente<br />
nos obliga a precisar, por lo menos, qué es un paradigma y cuáles son los paradigmas<br />
filosóficos, pedagógicos, psicológicos y sociológicos que en el caso de nuestro país<br />
representan el mo<strong>del</strong>o ideal, el deber ser para la educación cubana de estos tiempos.<br />
Existen diferentes criterios sobre el concepto de paradigma:<br />
T.S Kuhn (1964) plantea que el paradigma constituye el marco referencial para<br />
generalizaciones, los valores, las creencias, normas y actitudes ante la vida y el<br />
conocimiento de cada individuo y de los diferentes grupos sociales.<br />
Veinte años después el propio T.S Kuhn (1984) considera que los paradigmas son<br />
realizaciones científicas universales reconocidas, que durante cierto tiempo<br />
proporcionan mo<strong>del</strong>os de problemas y soluciones a una comunidad científica.<br />
Nosotros nos adscribimos a esta última definición de T.S Kuhn.<br />
22 Valdés Veloz, Héctor. Revista Desafío Escolar. Año 1, Vol.1. Mayo-Junio de 1997. Artículo: De la<br />
utopía de la cantidad a la utopía de la calidad: Reflexiones sobre la calidad de la educación y <strong>su</strong><br />
<strong>evaluación</strong>, México, pág.18.<br />
38
Breve síntesis <strong>del</strong> marco conceptual <strong>del</strong> paradigma filosófico para la escuela<br />
cubana actual.<br />
“El <strong>su</strong>stento filosófico de la educación cubana es el marxismo - leninismo, pero como<br />
expresión más alta de la evolución <strong>del</strong> legítimo desarrollo <strong>del</strong> pensamiento nacional,<br />
principalmente <strong>del</strong> ideario martiano con el que se conjuga creadoramente” 23 .<br />
Al a<strong>su</strong>mir esta importante afirmación <strong>del</strong> Grupo Pedagogía <strong>del</strong> Instituto Central de<br />
Ciencias Pedagógicas, lo hacemos con las consecuencias que ello entraña en relación<br />
con los tres cuerpos teóricos esenciales de la filosofía: la ontología o teoría <strong>del</strong> ser, la<br />
lógica y la teoría <strong>del</strong> conocimiento.<br />
La filosofía de la educación propicia el tratamiento acerca de la educabilidad <strong>del</strong> hombre<br />
y da respuestas a interrogantes tan importantes como ¿qué es educación? y ¿por qué y<br />
para qué se educa? Por lo tanto re<strong>su</strong>lta muy importante para evaluar la calidad de la<br />
educación, partir de identificar la naturaleza de las respuestas que los maestros y<br />
directivos le dan a esas interrogantes en teoría y sobre todo en la práctica educativa,<br />
pues estas determinan en gran medida el fin y los objetivos de la educación, que como<br />
asegura el Dr. Justo Chávez, son la brújula orientadora de toda acción educativa.<br />
“La educación cubana se identifica con un proyecto social que tiene como finalidad la<br />
prosperidad, la integración, la independencia, el desarrollo humano sostenible y la<br />
preservación de la identidad cultural <strong>del</strong> pueblo. Luego todo proyecto educativo de<br />
nuestras instituciones escolares deben partir de la ponderación de tales valores y de la<br />
lucha tenaz contra antivalores tales como: el egoísmo, el divisionismo, la ineficiencia, la<br />
desnacionalización, etc” 24 .<br />
La educación debe ser concebida de forma que el educando desarrolle <strong>su</strong> espíritu<br />
crítico y se favorezca el desarrollo de <strong>su</strong> creatividad y debe lograr un adecuado<br />
equilibrio entre la formación científico-técnica y el pleno desarrollo espiritual <strong>del</strong> hombre.<br />
Debe ser un proceso donde se complemente la explicación y la comprensión <strong>del</strong> mundo<br />
social y natural.<br />
Breve síntesis <strong>del</strong> marco conceptual <strong>del</strong> paradigma psicológico para la escuela<br />
cubana actual.<br />
Sabido es que la concepción que se adopte <strong>del</strong> desarrollo psicológico ejerce una<br />
importante influencia en la concepción <strong>del</strong> proceso de educación <strong>del</strong> hombre. Por esa<br />
razón la fundamentación psicológica juega un papel muy importante en el diseño de la<br />
educación, en el proceso de enseñanza y por lo tanto en <strong>su</strong> <strong>evaluación</strong>. Claro está esta<br />
influencia no es determinística, toda concepción psicológica para ser aplicada a la<br />
23 Colectivo de autores, grupo Pedagogía <strong>del</strong> Instituto Central de Ciencias Pedagógicas. Marco<br />
conceptual para la elaboración de una teoría pedagógica, 1998, pág. 4.<br />
24 Ibidem, págs. 5 – 6<br />
39
práctica educativa debe ser pasada rigurosamente por un “tamiz pedagógico”, en<br />
evitación de caer en el psicologismo, mal que ha estado presente en no pocas prácticas<br />
pedagógicas de nuestra región geográfica.<br />
En la educación cubana actual, la concepción <strong>del</strong> desarrollo histórico cultural de la<br />
psiquis humana elaborada por Vigostky y desarrollada por la psicología soviética<br />
constituye la teoría psicológica que fundamenta la pedagogía cubana. Claro está, la<br />
psicología cubana a partir de esta concepción ha tenido un amplio desarrollo y ha<br />
hecho importantes aportes que atemperan a nuestro contexto ese paradigma<br />
psicológico.<br />
El paradigma histórico cultural tiene una esencia humanista y se basa en la concepción<br />
ontológica de la filosofía marxista. Además, es coherente con las ideas educativas de<br />
nuestros principales maestros de los siglos pasado y antes pasado.<br />
El enfoque histórico cultural de la psicología pedagógica ofrece una profunda<br />
explicación acerca de las grandes posibilidades de la educabilidad <strong>del</strong> hombre,<br />
constituyéndose así en una teoría <strong>del</strong> desarrollo psíquico, íntimamente relacionada con<br />
el proceso educativo, y que se puede calificar de optimista y responsable.<br />
Este enfoque le demuestra al educador las indudables posibilidades que tiene de influir<br />
en la formación y desarrollo de las nuevas generaciones y lo per<strong>su</strong>ade de lo<br />
determinante que re<strong>su</strong>lta la acción educativa en todos los ámbitos en que vive.<br />
En esta teoría psicológica, la categoría principal es la apropiación por el hombre de la<br />
herencia cultural, elaborada por las generaciones precedentes, entendida ésta no como<br />
una copia o reflejo pasivo de la realidad, ni como la entienden los biologicistas, sino<br />
como las formas y recursos a través de los cuales el <strong>su</strong>jeto, de forma activa y en íntima<br />
relación con <strong>su</strong>s pares y con los adultos, hace <strong>su</strong>yos los conocimientos, las técnicas, las<br />
actitudes, los valores, los ideales de la sociedad en que vive y los mecanismos<br />
mediante los cuales se autodesarrolla.<br />
Al mismo tiempo que el <strong>su</strong>jeto se apropia de la herencia sociocultural, la construye, la<br />
desarrolla, la enriquece y la transforma y convierte <strong>su</strong> aporte, en <strong>su</strong> legado a las<br />
generaciones futuras.<br />
En esta teoría psicológica está muy clara la unidad entre instrucción y educación, la<br />
cual pre<strong>su</strong>pone que el proceso de apropiación se vincula tanto al plano cognitivo como<br />
al afectivo.<br />
Al evaluar la efectividad de esta concepción en la práctica educativa, debemos ver <strong>su</strong><br />
aplicación no de manera directa sino mediada por una reflexión pedagógica creativa y<br />
dialéctica.<br />
40
Breve síntesis <strong>del</strong> marco conceptual <strong>del</strong> paradigma pedagógico para la escuela<br />
cubana actual.<br />
Diversos estudios realizados en Cuba, entre los que se destacan los realizados por el<br />
“Grupo Pedagogía” <strong>del</strong> Instituto Central de Ciencias Pedagógicas, han revelado la<br />
existencia de una valiosa tradición pedagógica cubana, que al sistematizarse, tomando<br />
en cuenta además las ideas universales, contribuyen a una concepción autónoma de la<br />
educación y de la escuela cubanas.<br />
En principio re<strong>su</strong>lta necesario, para expresar de manera sintética la esencia de nuestra<br />
concepción pedagógica, definir un conjunto de <strong>su</strong>s principales categorías así como<br />
caracterizar <strong>su</strong>s interrelaciones fundamentales.<br />
“El proceso instructivo se refiere básicamente al sistema de información, a los<br />
conocimientos y a los procedimientos que los estudiantes deben alcanzar en función de<br />
la concepción curricular en que se inserten” 25 .<br />
La Pedagogía cubana actual valora la necesaria integración de la didáctica como una<br />
sola rama de la pedagogía, abarcadora de los procesos instructivos y no respondiendo<br />
dicotómicamente la teoría de la enseñanza y a la teoría de la educación, o sea,<br />
considera que la instrucción está incluida en el proceso educativo y por lo tanto, no<br />
puede darse aisladamente <strong>del</strong> resto de las influencias que integran este último.<br />
La posición anterior no desconoce las especificidades metodológicas determinadas por<br />
el contenido y el tipo de actividades que se realicen en el proceso educativo.<br />
La categoría objetivo tiene un papel rector de todo el proceso educativo y por lo tanto,<br />
a partir de las reflexiones anteriores referidas a la relación que existe entre educación e<br />
instrucción, consideramos que carece de sentido que en la práctica educativa se utilicen<br />
dicotómicamente objetivos instructivos y educativos.<br />
Por <strong>su</strong> parte la enseñanza la comprendemos como la dirección, organización,<br />
orientación y control <strong>del</strong> aprendizaje, pero que puede incluir el propio autoaprendizaje,<br />
como autodirección y autocontrol <strong>del</strong> proceso por el propio alumno, aspectos que son<br />
cada vez más posibles como re<strong>su</strong>ltado <strong>del</strong> desarrollo de las técnicas educativas, y<br />
también de nuevas relaciones, más democráticas y cooperadoras entre el maestro y el<br />
alumno.<br />
El aprendizaje es posiblemente la categoría más compleja de la pedagogía, ha sido por<br />
lo general monopolizada por la psicología, particularmente por el conductismo y el<br />
cognitivismo, las que han hecho enfocar aprendizaje en términos muy técnicos,<br />
pragmáticos, y cientificistas. La comprensión <strong>del</strong> aprendizaje en el contexto pedagógico<br />
puede expresarse como “un proceso en el cual el educando, bajo la dirección directa e<br />
25 Colectivo de autores, grupo Pedagogía <strong>del</strong> ICCP. Principales categorías de la Pedagogía como ciencia,<br />
1997, pág. 31<br />
41
indirecta <strong>del</strong> maestro, en una situación especialmente estructurada para formarlo<br />
individual y socialmente, desarrolla capacidades, hábitos y habilidades que le permiten<br />
apropiarse de la cultura y de los medios para conocerla y enriquecerla. En el proceso de<br />
esa apropiación se van formando también los sentimientos, intereses, motivos de<br />
conducta, valores, es decir, se desarrollan simultáneamente todas las esferas de la<br />
personalidad” 26 .<br />
Al concebir la relación entre la enseñanza y el aprendizaje a partir <strong>del</strong> enfoque histórico<br />
cultural, a<strong>su</strong>mimos que la educación y la enseñanza guían el desarrollo y a <strong>su</strong> vez<br />
toman en cuenta las regularidades <strong>del</strong> propio desarrollo, éste es un producto de la<br />
enseñanza, de la actividad y de la comunicación <strong>del</strong> alumno con dicho proceso.<br />
Entre los rasgos que deben caracterizar el proceso de enseñanza aprendizaje según<br />
nuestra concepción pedagógica están: <strong>su</strong> carácter social, individual, activo,<br />
comunicativo, motivante, significativo, cooperativo y consciente en determinadas etapas<br />
evolutivas.<br />
Entender la educación como desarrollo implica reconocer que es en primer lugar un<br />
proceso de cambios y transformaciones cuantitativos y cualitativos que ocurren en el<br />
individuo, la sociedad y los grupos, los cuales constituyen premisa, condición y<br />
re<strong>su</strong>ltado de la propia educación, pues sin un determinado desarrollo, sin determinadas<br />
premisas biológicas y sociohistóricas no es posible el desarrollo humano pleno sin la<br />
acción formativa consciente, facilitadora y dirigida a lograr determinado tipo de<br />
desarrollo.<br />
La formación es un concepto que llega desde la filosofía, y que hoy toma mucha<br />
fuerza, algunos lo proponen como el concepto principal de la pedagogía, porque es el<br />
que define lo educativo, que radica en ser un proceso de humanización, de creación de<br />
un tipo de hombre de acuerdo a determinados ideales y fines sociales. El hombre no<br />
nace, se hace y por lo tanto hay que formarlo, es decir hay que dotarlo de valores y de<br />
un sentido de la vida. Este concepto destaca la dimensión axiológica de la educación y<br />
apunta esencialmente a <strong>su</strong>s re<strong>su</strong>ltados.<br />
El desarrollo y la formación deben verse en <strong>su</strong> unidad: toda formación implica un<br />
desarrollo y todo desarrollo conduce en última instancia a una formación psíquica de un<br />
orden <strong>su</strong>perior.<br />
Al procurar una definición operacional de un concepto complejo como es el de C.E,<br />
agruparemos las variables o elementos que lo integran, de tal manera, que se haga<br />
evidente la relación causa-efecto a través de la relación variables incidentes-variables<br />
de producto.<br />
Aquí tomamos <strong>del</strong> marxismo la categoría causalidad entendida como categoría<br />
filosófica que designa la conexión genética necesaria de los fenómenos, uno de los<br />
26 Colectivo de autores, grupo Pedagogía <strong>del</strong> ICCP. Principales categorías de la Pedagogía como ciencia,<br />
1997, pág. 33<br />
42
cuales (llamado causa), condiciona al otro (llamado efecto o acción). Se diferencia la<br />
causa completa de la causa específica. La causa completa es el conjunto de todas las<br />
circunstancias cuya concurrencia produce necesariamente el efecto. La causa<br />
específica es el conjunto de varias circunstancias, cuya aparición (estando presentes<br />
otras muchas circunstancias que existían ya en la situación dada antes <strong>del</strong> <strong>su</strong>rgimiento<br />
<strong>del</strong> efecto y que constituyen las condiciones de la acción de la causa) conduce a la<br />
aparición <strong>del</strong> efecto.<br />
A partir de la definición anterior se nos hace claro que en el caso <strong>del</strong> concepto C.E,<br />
sería poco menos que imposible procurar una definición operacional precisando la<br />
causa completa de una educación de buena calidad. Más bien, re<strong>su</strong>lta aconsejable,<br />
aunque muy difícil precisar la causa específica; no sólo al plantear las variables<br />
involucradas en este concepto, sino también y sobre todo al operacionalizarlas en<br />
dimensiones e indicadores.<br />
El establecimiento de la causa completa sólo re<strong>su</strong>lta posible en casos relativamente<br />
simples y este evidentemente no lo es.<br />
43
Filosófico<br />
La educación cubana se<br />
identifica con un proyecto<br />
social que tiene como<br />
finalidad la prosperidad, la<br />
integración, la<br />
independencia, el<br />
desarrollo humano<br />
sostenible y la<br />
preservación de la<br />
identidad cultural <strong>del</strong><br />
pueblo. Esta debe lograr un<br />
justo equilibrio entre la<br />
formación científico –<br />
técnica y el pleno<br />
desarrollo espiritual <strong>del</strong><br />
hombre y de la mujer.<br />
Psicológico Pedagógico<br />
La teoría psicológica que<br />
fundamenta la pedagogía<br />
cubana es la concepción<br />
<strong>del</strong> desarrollo histórico<br />
cultural de la psiquis<br />
humana, de Vigotsky<br />
44<br />
Sistema categorial<br />
principal de la Pedagogía:<br />
Educación<br />
Instrucción<br />
Objetivo<br />
Enseñanza<br />
Aprendizaje<br />
Desarrollo<br />
Formación<br />
Figura Nº 5
2.2. Implicaciones de las principales corrientes psicológicas para la teoría y<br />
la práctica pedagógicas.<br />
El conductismo<br />
La concepción conductista dominó gran parte de la primera mitad de este siglo. Las<br />
investigaciones sobre el comportamiento animal hicieron pensar que el aprendizaje era<br />
una respuesta que se producía ante un determinado estímulo. La repetición era la<br />
garantía para aprender y siempre se podía obtener más rendimiento si se <strong>su</strong>ministraban<br />
los refuerzos oportunos.<br />
Esta concepción <strong>del</strong> aprendizaje, asociada al esquema estímulo – respuesta, era<br />
coherente con las concepciones epistemológicas empiristas – conductistas sobre la<br />
naturaleza <strong>del</strong> conocimiento y la investigación, que ya habían defendido Bacon y<br />
Pearson en los siglos XVIII y finales <strong>del</strong> XIX, respectivamente.<br />
Los años cuarenta <strong>del</strong> siglo XX fueron hegemónicos de esta concepción y debido a ello<br />
se eclipsaron otras tendencias que empezaban a <strong>su</strong>rgir, para las que la comprensión<br />
humana se basaba en algo más que en la lógica <strong>del</strong> descubrimiento.<br />
En este enfoque el trabajo <strong>del</strong> maestro consiste en desarrollar una adecuada serie de<br />
arreglos contingenciales de reforzamiento para enseñar. Keller (1978) ha señalado que<br />
en esta aproximación, el maestro debe verse como un "ingeniero educacional y un<br />
administrador de contingencias". Un maestro eficaz debe de ser capaz de manejar<br />
hábilmente los recursos tecnológicos conductuales de este enfoque (principios,<br />
procedimientos, programas conductuales), para lograr con éxito niveles de eficiencia en<br />
<strong>su</strong> enseñanza y sobre todo en el aprendizaje de <strong>su</strong>s alumnos. Dentro de los principios<br />
deben manejar especialmente los referidos al reforzamiento positivo y evitar en la<br />
medida de lo posible los basados en el castigo (Skinner, 1970).<br />
El Humanismo<br />
El núcleo central <strong>del</strong> papel <strong>del</strong> docente en una educación humanista está basada<br />
en una relación de respeto con <strong>su</strong>s alumnos. El profesor debe partir siempre,<br />
de las potencialidades y necesidades individuales de los alumnos y con ello crear y<br />
fomentar un clima social fundamental para que la comunicación de la información<br />
académica y la emocional sea exitosa (Hamachek, 1987).<br />
Otra característica importante <strong>del</strong> maestro humanista, asociada con la anterior es<br />
que debe ser un facilitador de la capacidad potencial de autorrealización de los<br />
alumnos. Sus esfuerzos didácticos, deben estar encaminados a lograr que las<br />
actividades de los alumnos sean autodirigidas fomentando el autoaprendizaje y la<br />
creatividad. El maestro no debe limitar, ni poner restricciones en la entrega de los<br />
materiales pedagógicos, más bien debe proporcionarles a los alumnos, todos los que<br />
estén a <strong>su</strong> alcance (Rogers, 1978).<br />
Varios autores mencionan otros rasgos no menos importantes que debe poseer el<br />
45
maestro humanista, a saber:<br />
Debe ser un maestro interesado en la persona total de los alumnos (Hamachek,<br />
1987).<br />
Debe estar abierto ante nuevas formas de enseñanza u opciones educativas<br />
(Carlos, Hernández y García, 1991: Sebastián, 1986).<br />
Fomentar el espíritu cooperativo de <strong>su</strong>s alumnos (Sebastián, 1986).<br />
Debe ser frente a <strong>su</strong>s alumnos tal y como es, auténtico y genuino (Good y<br />
Brophy, 1983; Sebastián, 1986).<br />
Debe comprender a los alumnos poniéndose en el lugar de ellos, siendo<br />
sensible a <strong>su</strong>s percepciones y sentimientos (comprensión empática) (Good y<br />
Brophy, 1983).<br />
Debe rechazar las posturas autoritarias y egocéntricas (Sebastián, 1986).<br />
El cognitivismo.<br />
Como primera condición, el maestro debe partir de la idea de un alumno activo que<br />
aprenda significativamente, que aprenda a aprender y a pensar. Su papel en este<br />
sentido, se centra especialmente en confeccionar y organizar experiencias didácticas<br />
que logren esos fines. Las diferencias con el profesor tradicionalista consisten en<br />
no centrarse en enseñar exclusivamente información, ni en tomar un papel<br />
protagónico (es el que sabe, el que da la clase, etc.) en detrimento de la<br />
participación de los alumnos.<br />
Desde la perspectiva au<strong>su</strong>beliana, el profesor debe estar profundamente<br />
interesado en promover en <strong>su</strong>s alumnos el aprendizaje significativo de los<br />
contenidos escolares (descubrimiento y recepción). Para ello, es necesario que<br />
procure que en <strong>su</strong>s lecciones, exposiciones de los contenidos, lecturas y experiencias<br />
de aprendizaje, exista siempre un grado necesario de significatividad lógica (arreglo<br />
lógico de ideas, claridad de expresión, estructuración adecuada, etc.) para aspirar a<br />
que los alumnos logren un aprendizaje verdaderamente significativo. Igualmente,<br />
debe conocer y hacer uso de las denominadas estrategias instruccionales<br />
cognitivas, para aplicarlas de manera efectiva en <strong>su</strong>s cursos o situaciones<br />
instruccionales. Otro aspecto relevante, es la preocupación que debe mostrar por el<br />
desarrollo, inducción y enseñanza de habilidades o estrategias cognoscitivas y<br />
metacognitivas de los alumnos. En los enfoques de enseñar a pensar, el maestro<br />
debe permitir a los alumnos experimentar y reflexionar sobre tópicos definidos de<br />
antemano o que emerjan de las inquietudes de los alumnos, con un apoyo y<br />
retroalimentación continuas.<br />
El constructivismo.<br />
De acuerdo con la aproximación psicogenética el maestro es un promotor <strong>del</strong><br />
desarrollo y de la autonomía de los educandos. Debe conocer a profundidad los<br />
problemas y características <strong>del</strong> aprendizaje operatorio de los alumnos y las etapas y<br />
estadios <strong>del</strong> desarrollo cognoscitivo general. Su papel fundamental consiste en<br />
promover una atmósfera de reciprocidad, de respeto y auto confianza para el<br />
46
niño, dando oportunidad para el aprendizaje autoestructurante de los educandos,<br />
principalmente a través de la "enseñanza indirecta" y <strong>del</strong> planteamiento de<br />
problemas y conflictos cognoscitivos.<br />
El maestro debe reducir <strong>su</strong> nivel de autoridad en la medida de lo posible, para que el<br />
alumno no se sienta <strong>su</strong>peditado a lo que él dice, cuando intente aprender o conocer<br />
algún contenido escolar y no se fomente en él la dependencia moral e intelectual. En<br />
este sentido, el profesor debe respetar los errores (los cuales siempre tienen algo de<br />
la respuesta correcta) y estrategias de conocimiento propias de los niños y no exigir la<br />
emisión simple de la "respuesta correcta". Debe evitar el uso de la recompensa y el<br />
castigo (sanciones expiatorias) y promover que los niños construyan <strong>su</strong>s propios<br />
valores morales y sólo en aquellas ocasiones cuando sea necesario hacer uso más<br />
bien, de lo que Piaget llamó sanciones por reciprocidad, siempre en un contexto de<br />
respeto mutuo.<br />
De acuerdo con los escritos de Piaget (1985) existen dos tipos de sanciones: las<br />
sanciones expiatorias y las sanciones por reciprocidad. Las sanciones por<br />
expiación, son aquellas donde no existe una relación lógica entre la acción a ser<br />
sancionada y la sanción; esto es, el vínculo es totalmente arbitrario e impuesto por una<br />
persona con autoridad. Estas sanciones, obviamente están asociadas con el fomento<br />
de una moral heterónoma en el niño. En cambio las sanciones por reciprocidad, son<br />
aquellas que están directamente relacionadas con el acto a sancionar y <strong>su</strong> efecto es<br />
ayudar a construir reglas de conducta mediante la coordinación de puntos de vista<br />
(finalmente esta coordinación, es la fuente de la autonomía tanto moral como<br />
intelectual). Las sanciones de este tipo están basadas en la "regla de oro" (no hagas a<br />
otro lo que no quieras que te sea hecho) y deben ser utilizadas sólo en casos<br />
necesarios y siempre en un ambiente de mutuo respeto entre el maestro y el alumno.<br />
Finalmente, respecto a la formación docente es importante también ser congruente<br />
con la posición constructivista, esto es, permitiendo que el maestro llegue a a<strong>su</strong>mir<br />
estos nuevos roles y a considerar los cambios en <strong>su</strong>s prácticas educativas (en la<br />
enseñanza, la interacción con los alumnos, etc.) por convicción autoconstruida (no por<br />
simple información sobre las ventajas de esta nueva forma de enseñar, aunque en el<br />
fondo no crean en ellas...) luego de la realización de experiencias concretas e<br />
incluso dando oportunidad a que <strong>su</strong> práctica docente y los planes de estudio se vean<br />
enriquecidos por <strong>su</strong> propia creatividad y vigencias particulares.<br />
El Histórico - Cultural<br />
En este paradigma o corriente psicológica la figura cimera es Vigotsky. Este autor<br />
estudió el impacto <strong>del</strong> medio y de las personas que rodean al niño en el proceso de<br />
aprendizaje y desarrolló la teoría <strong>del</strong> “origen social de la mente”.<br />
El concepto básico aportado por Vigotsky es el de “zona de desarrollo próximo. Según<br />
él, cada alumno es capaz de aprender una serie de aspectos que tienen que ver con <strong>su</strong><br />
nivel de desarrollo, pero existen otros fuera de <strong>su</strong> alcance que pueden ser asimilados<br />
con la ayuda de un adulto o de iguales más aventajados. Este tramo entre lo que el<br />
47
alumno no puede aprender por sí mismo y lo que puede aprender con ayuda es lo que<br />
denomina zona de desarrollo próximo.<br />
Este concepto re<strong>su</strong>ltó de gran interés, ya que define una zona donde la acción <strong>del</strong><br />
profesor es de especial incidencia. En este sentido la teoría de Vigotsky concede al<br />
docente un papel esencial al considerarle facilitador <strong>del</strong> desarrollo de estructuras<br />
mentales en el alumno para que sea capaz de construir aprendizajes más complejos.<br />
Vigotsky propone también la idea de la doble formación, al defender que toda función<br />
cognitiva aparece primero en el plano interpersonal y posteriormente se reconstruye en<br />
el plano intrapersonal. Es decir, se aprende en interacción con los demás y se produce<br />
el desarrollo cuando internamente se controla el proceso, integrando las nuevas<br />
competencias a la estructura cognitiva. La importancia que el autor ruso concede a la<br />
interacción con adultos y entre iguales ha hecho que se desarrolle una interesante<br />
investigación sobre el aprendizaje cooperativo como estrategia de aprendizaje.<br />
En la concepción sociocultural podemos hacer extensiva la noción de maestro a<br />
cualquier otro guía o experto que mediatice o provea un tutelaje, aún en<br />
situaciones de educación informal o extraescolar que propicia un aprendizaje guiado<br />
(Cole, 1985). En este sentido hay que hacer mención <strong>del</strong> paralelismo existente entre<br />
aquellos estudios que han investigado a través de un análisis microgenético las<br />
interacciones didácticas madre-hijo (que <strong>su</strong>pone una cierta instrucción) los<br />
estudios de Bruner y Cole. citados en Linaza, 1984 y los realizados por McLane,<br />
1987 y Wertsch, 1988 o los estudios realizados sobre aprendizaje cooperativo en<br />
grupos pequeños de niños, bajo el paradigma de la "enseñanza recíproca"<br />
(Brown y Palincsar, 1984) y los estudios realizados en escenarios naturales de<br />
corte más bien etnográfico (v. Cole o Rogoff) sobre la llamada "enseñanza<br />
problémica, donde se ha demostrado cómo se involucra la noción de Zona<br />
Desarrollo Próximo y la gran similitud de las actividades realizadas con aquellas que<br />
se <strong>su</strong>pone debe realizar un maestro en el aula que oriente <strong>su</strong> práctica de<br />
acuerdo con la postura vygotskiana.<br />
La teoría de Au<strong>su</strong>bel<br />
Au<strong>su</strong>bel publica en 1963 <strong>su</strong> obra “Psicología <strong>del</strong> aprendizaje verbal significativo”. Su<br />
teoría acuña el concepto de aprendizaje significativo para distinguirlo <strong>del</strong> repetitivo o<br />
memorístico y señala el papel que juegan los conocimientos previos <strong>del</strong> alumno en la<br />
adquisición de nuevas afirmaciones.<br />
Estima que aprender significa comprender y para ello es condición indispensable tener<br />
en cuenta lo que el alumno ya sabe sobre aquello que se quiere enseñar. Propone la<br />
necesidad de diseñar para la acción docente lo que llama organizadores previos, una<br />
especie de puentes cognitivos, a partir de los cuales los alumnos puedan establecer<br />
relaciones significativas con los nuevos contenidos. Defiende un mo<strong>del</strong>o didáctico de<br />
transmisión – recepción significativa, que <strong>su</strong>pere las deficiencias <strong>del</strong> mo<strong>del</strong>o tradicional,<br />
al tener en cuenta el punto de partida de los estudiantes y la estructura y jerarquía de<br />
los conceptos.<br />
48
Para Au<strong>su</strong>bel lo fundamental, por lo tanto, es conocer las ideas previas de los alumnos.<br />
Propone para ello la técnica de los mapas conceptuales que es capaz de detectar las<br />
relaciones que los alumnos establecen entre los conceptos. Por medio de la enseñanza<br />
se van produciendo variaciones en las estructuras conceptuales a través de dos<br />
procesos que él denomina diferenciación progresiva y reconciliación integradora.<br />
La diferenciación progresiva significa que a lo largo <strong>del</strong> tiempo los conceptos van<br />
ampliando <strong>su</strong> significado así como <strong>su</strong> ámbito de aplicación. Con la reconciliación<br />
integradora se establecen progresivamente nuevas relaciones entre conjuntos de<br />
conceptos. Las personas inteligentes parecen caracterizarse por tener más conceptos<br />
integrados en <strong>su</strong>s estructuras y poseer mayor número de vínculos y jerarquías entre<br />
ellos.<br />
Au<strong>su</strong>bel planteó que las tres condiciones necesarias para que se produzca un<br />
aprendizaje significativo son:<br />
Que los materiales de enseñanza estén estructurados lógicamente con una jerarquía<br />
conceptual, situándose en la parte <strong>su</strong>perior los más generales, inclusivos y poco<br />
diferenciados.<br />
Que se organice la enseñanza respetando la estructura psicológica <strong>del</strong> alumno, es<br />
decir, <strong>su</strong>s conocimientos previos y <strong>su</strong>s estilos de aprendizaje.<br />
Que los alumnos estén motivados para aprender.<br />
La teoría de Ausebel aportó ideas muy importantes como la <strong>del</strong> aprendizaje<br />
significativo, el interés de las ideas previas y las críticas a los mo<strong>del</strong>os inductivistas. Sin<br />
embargo, se ha criticado por varios autores <strong>su</strong> reduccionismo conceptual y el mo<strong>del</strong>o<br />
didáctico que defiende la transmisión – recepción. Muchos investigadores cuestionan la<br />
pertinencia de <strong>su</strong> aplicación en edades tempranas.<br />
Driver y Gil (1986), critican este mo<strong>del</strong>o porque consideran que no es capaz de resolver<br />
los problemas asociados a la persistencia de los errores conceptuales o concepciones<br />
alternativas o creencias.<br />
Dada la abundancia de las teorías de la enseñanza, hemos de seleccionar aquella que<br />
por <strong>su</strong> amplitud comprensiva, relevancia y significatividad, facilite las bases necesarias<br />
para entender la acción didáctica, como actividad interactiva. Desde esta concepción la<br />
enseñanza es un proceso de interrelación y clarificación continua entre docentes y<br />
alumnos en el marco de un clima social generado por estos protagonistas dentro de un<br />
contexto comunitario.<br />
En general, cualquiera sea la tendencia o enfoque psicopedagógico al cual se adscriba<br />
nuestra práctica educativa, la mejor estrategia para evaluar el desempeño de los<br />
maestros puede re<strong>su</strong>mirse en: identificar primero qué es importante conocer acerca<br />
<strong>del</strong> maestro y <strong>su</strong> labor y, luego, determinar el procedimiento óptimo para obtener<br />
la información necesaria.<br />
49
2.3. Aportes de la teoría de la actividad pedagógica profesional <strong>del</strong> docente a la<br />
<strong>evaluación</strong> de <strong>su</strong> desempeño.<br />
La actividad humana<br />
En el diccionario enciclopédico de Filosofía se define la “actividad”, como “forma<br />
específicamente humana de relación activa con el mundo circundante cuyo contenido<br />
estriba en la transformación <strong>del</strong> mundo en concordancia con un objetivo. La actividad<br />
<strong>del</strong> hombre pre<strong>su</strong>pone determinada contraposición <strong>del</strong> <strong>su</strong>jeto y el objeto de la<br />
actividad” 27 .<br />
De la definición anterior de esa importante categoría puede inferirse el carácter<br />
necesariamente consciente que pre<strong>su</strong>pone la actividad humana.<br />
Es decir, esta se realiza a partir de la existencia de objetivos previamente definidos en<br />
el hombre que él debe concienciar como premisa necesaria para que pueda lograr,<br />
como <strong>su</strong>jeto de la actividad, la transformación <strong>del</strong> objeto.<br />
También se puede inferir de la definición antes referida que las categorías filosóficas<br />
básicas de la actividad humana son el “<strong>su</strong>jeto” y el “objeto”.<br />
Según M. S. Kagán, “la actividad humana, desde el punto de vista filosófico, no es otra<br />
cosa que la actividad <strong>del</strong> <strong>su</strong>jeto que está dirigida hacia el objeto y hacia otros <strong>su</strong>jetos” 28<br />
Cuando la educación se propone que los alumnos además de adquirir conocimientos,<br />
formen o asimilen valores, necesita recurrir a un tipo de relación maestro – alumno en<br />
que se impone el diálogo, en el que el alumno es considerado como <strong>su</strong>jeto, dotado de<br />
independencia.<br />
La actividad pedagógica<br />
N. V. Kuzmina, en <strong>su</strong> “Ensayo sobre la psicología de la actividad <strong>del</strong> maestro” afirma<br />
que: “ Si para el éxito de otra actividad tiene gran importancia la actitud <strong>del</strong> hombre ante<br />
la misma, <strong>su</strong> interés, <strong>su</strong> atracción por ella, <strong>su</strong> responsabilidad, entonces el éxito de la<br />
actividad pedagógica no sólo depende de la actitud <strong>del</strong> pedagogo hacia los niños, sino<br />
también de la actitud de los niños hacia el pedagogo, es decir, de las interrelaciones…<br />
La peculiaridad <strong>del</strong> objeto de la actividad pedagógica consiste también en que este no<br />
se desarrolla en dependencia proporcional directa de la influencia pedagógica sobre<br />
dicho objeto, sino de acuerdo con las leyes propias de la psique, es decir de las<br />
particularidades de la percepción, de la comprensión, <strong>del</strong> recuerdo, <strong>del</strong> proceso de<br />
formación de la voluntad y <strong>del</strong> carácter” 29 .<br />
27<br />
Diccionario enciclopédico de Filosofía. Editorial enciclopedia soviética. Moscú, 1983, pág. 151.<br />
28<br />
Kagán, M. S. Conferencias sobre teoría de la cultura. Instituto Superior de Arte. Material<br />
mimeografiado, 1989, pág. 2.<br />
29<br />
Kuzmina, N.V. Ensayo sobre la psicología de la actividad <strong>del</strong> maestro. Editorial Pueblo y Educación,<br />
Ciudad de la Habana, 1987, p+ag. 6.<br />
50
Siguiendo esta línea de pensamiento y aportando otras precisiones relativas a las<br />
diferentes formas de organizar la relación <strong>su</strong>jeto – objeto y <strong>su</strong>jeto – <strong>su</strong>jeto, O.A.<br />
Abdulina señala que “la actividad pedagógica es una actividad conjunta <strong>del</strong> maestro y<br />
los alumnos, en cuyo proceso se desarrollan tanto la relación <strong>su</strong>jeto – objeto (<strong>su</strong>jeto de<br />
la acción pedagógica, el maestro, objeto de la influencia pedagógica, el niño, que al<br />
mismo tiempo es <strong>su</strong>jeto de auto – educación), como también la relación <strong>su</strong>jeto – <strong>su</strong>jeto<br />
(relaciones interpersonales <strong>del</strong> maestro y los alumnos sobre la base de la colaboración,<br />
la confianza mutua, generosidad espiritual, bondad). Unas y otras relaciones se forman<br />
sobre la base de una constante comunicación <strong>del</strong> maestro con los alumnos en el<br />
proceso de enseñanza – aprendizaje, <strong>del</strong> trabajo extra – clase, en el curso de la<br />
utilización de diferentes formas y métodos de educación ideopolítica, laboral, moral y<br />
estética de los escolares. Su comunicación con los niños tiene un carácter<br />
particularmente profesional y tiene una dirección pedagógica expresada con<br />
precisión” 30 .<br />
Re<strong>su</strong>ltan muy importantes los criterios expresados por esta autora, en particular en lo<br />
relativo a la necesidad <strong>del</strong> carácter profesional que debe tener el proceso de<br />
comunicación <strong>del</strong> docente con los alumnos, así como a <strong>su</strong> dirección pedagógica.<br />
Ahora bien, una idea verdaderamente crucial sobre la especificidad de la actividad<br />
pedagógica fue expresada por Y. N. Kuliutkin cuando expresó:<br />
“La actividad pedagógica pertenece al tipo de profesión en cuya base se encuentra la<br />
relación hombre – hombre. La particularidad esencial la constituye el hecho de que ella<br />
se presenta como actividad para dirigir otra actividad” 31 .<br />
Las ideas expresadas anteriormente conducen a la conclusión de que la misión esencial<br />
de la actividad pedagógica consiste en enseñar a los alumnos a transformar la<br />
educación en auto – educación, la regulación externa en autorregulación, todo lo cual<br />
pre<strong>su</strong>pone que el alumno se convierta de objeto de las influencias pedagógicas <strong>del</strong><br />
maestro, en <strong>su</strong>jeto de <strong>su</strong> propia formación.<br />
La actividad pedagógica es un proceso muy complejo y dinámico que exige una<br />
rigurosa organización y planificación por parte <strong>del</strong> maestro. En <strong>su</strong> ejecución se realiza la<br />
dirección de la actividad cognoscitiva <strong>del</strong> alumno, en conjunción estrecha con la<br />
formación de las cualidades de <strong>su</strong> personalidad previstas en el fin y los objetivos de la<br />
educación.<br />
Para la realización exitosa de la actividad pedagógica re<strong>su</strong>lta imprescindible que el<br />
maestro conozca exhaustivamente las características de partida <strong>del</strong> objeto de <strong>su</strong><br />
influencia, el cual es verdaderamente muy complejo porque, por una parte, la<br />
personalidad <strong>del</strong> educando es en sí un fenómeno muy amplio y tiene un carácter activo<br />
pues refleja de manera individual, acorde con <strong>su</strong>s características internas, las<br />
30 Abdulina, O.A. La preparación pedagógica general <strong>del</strong> maestro. Sistema de Instrucción Superior<br />
Pedagógica. Prosvechenia, Moscú, 1984. Traducido al Español en el I.S.P “Enrique José Varona”.<br />
Impresión ligera, pág. 39 – 40.<br />
31 Kuliutkin, Y. N. El pensamiento creador en la actividad profesional <strong>del</strong> maestro. Voprosil. Psijologuie 2,<br />
1986, pág. 21.<br />
51
influencias externas que recibe; y por otra parte, la enseñanza y la educación se<br />
realizan de forma colectiva, pues el maestro trabaja al mismo tiempo con muchas<br />
personalidades que se influyen mutuamente y esas influencias también deben ser<br />
dirigidas por el maestro.<br />
Luego el colectivo estudiantil y la materia de estudio deben ser consideradas también<br />
componentes <strong>del</strong> objeto de la actividad pedagógica.<br />
La actividad pedagógica profesional.<br />
En esta obra se a<strong>su</strong>me la definición de “actividad pedagógica profesional” planteada por<br />
Lisardo García Ramis y otros en <strong>su</strong> trabajo inédito de ese propio nombre cuando<br />
expresaron:<br />
“La actividad pedagógica profesional es aquella actividad que está dirigida a la<br />
transformación de la personalidad de los escolares en función de los objetivos que<br />
plantea el Estado a la formación de las nuevas generaciones. Se desarrolla en el marco<br />
de un proceso de solución conjunta de tareas pedagógicas tanto de carácter instructivas<br />
como educativas y en condiciones de plena comunicación entre el maestro, el alumno,<br />
el colectivo escolar y pedagógico, la familia y las organizaciones estudiantiles” 32 .<br />
En ese propio trabajo los autores hicieron un estudio acerca de las características<br />
históricas de la actividad pedagógica profesional de la pedagogía cubana en los siglos<br />
XIX y XX. Al respecto aseguraron que entre tales características se encuentran:<br />
El sentido orientador de la actividad pedagógica dirigido al fortalecimiento <strong>del</strong><br />
patriotismo, de la cultura y tradiciones nacionales y de los más puros sentimientos<br />
ciudadanos.<br />
El carácter especial y primordial de la comunicación entre maestro y alumno, que<br />
tiene particularidades específicas y cuya correcta realización garantiza un<br />
aprendizaje satisfactorio y el desarrollo de los sentimientos y convicciones en los<br />
jóvenes.<br />
El papel fundamental <strong>del</strong> ejemplo <strong>del</strong> maestro en la formación de los estudiantes,<br />
que debe partir de una alta maestría pedagógica.<br />
El carácter desarrollador y creador de la actividad pedagógica que ha puesto el<br />
énfasis más que en la trasmisión de los conocimientos, en el desarrollo de las<br />
potencialidades de los niños, en correspondencia con los a<strong>del</strong>antos científicos y<br />
pedagógicos de la época y la búsqueda de hombres libres y activos transformadores<br />
de la sociedad.<br />
La insistencia en el carácter especializado de la profesión pedagógica y de la<br />
preparación que el maestro debe poseer para el éxito de <strong>su</strong> labor.<br />
Los aspectos antes señalados constituyen un buen re<strong>su</strong>men de la experiencia<br />
pedagógica cubana y sientan las bases para la adopción de nuestros puntos de vista<br />
sobre el funcionamiento de las tradiciones <strong>del</strong> magisterio cubano.<br />
32 García Ramis, Lisardo y otros. La actividad pedagógica profesional <strong>del</strong> maestro. Material<br />
mimeografiado, 1989, pág. 65.<br />
52
Análisis estructural de la actividad pedagógica profesional <strong>del</strong> docente.<br />
La actividad pedagógica profesional exige <strong>del</strong> maestro un sistema de trabajo<br />
determinado y una secuencia de acciones y operaciones que se relacionan formando<br />
una estructura peculiar.<br />
Al tratar de penetrar en la esencia de tal estructura, debe partirse de la estructura<br />
general de la actividad humana ya analizada en epígrafes anteriores, tanto desde el<br />
punto de vista filosófico como psicológico. Además re<strong>su</strong>lta necesario considerar<br />
también las peculiaridades que distinguen lo específico de la actividad pedagógica<br />
como tipo específico de actividad social.<br />
Se puede afirmar entonces que los componentes de la actividad pedagógica profesional<br />
son:<br />
El objeto, que es aquello a cuya transformación se dirige esencialmente, que es<br />
complejo y dinámico por lo que se hace necesario conocer profundamente <strong>su</strong>s<br />
peculiaridades. El objeto es en esencia la personalidad <strong>del</strong> educando. Como ya se<br />
ha explicado antes, el objeto es también <strong>su</strong>jeto de <strong>su</strong> propio desarrollo y educación.<br />
El <strong>su</strong>jeto, o sea el maestro, que es un elemento portador de las necesidades,<br />
motivos y objetivos, que ejecuta <strong>su</strong>s acciones y operaciones en condiciones<br />
cambiantes, y el que al hacerlo también cambia, se transforma.<br />
Las condiciones en que se desarrolla, a saber: los factores ambientales, los recursos<br />
con que se cuenta, las condiciones económicas, políticas y sociales, el nivel de<br />
desarrollo alcanzado por cada uno de los alumnos y por el colectivo estudiantil en <strong>su</strong><br />
conjunto, por el colectivo pedagógico y por el propio maestro, así como los contextos<br />
en que se desarrollan cada una de las formas de organización de la enseñanza.<br />
Los medios, es decir los recursos pedagógicos de que se vale el docente para<br />
educar, tales como los métodos de enseñanza y de educación, el contenido de la<br />
enseñanza y educación, así como lo que se conoce como medios de enseñanza y<br />
demás componentes de la Didáctica.<br />
El re<strong>su</strong>ltado, que consiste básicamente en lograr la transformación esperada en la<br />
personalidad de los alumnos, un cambio en la calidad de <strong>su</strong> formación, que se<br />
expresa en el sistema de conocimientos, hábitos y habilidades que asimila, las<br />
capacidades que desarrolla, así como en las convicciones, normas de conducta y<br />
cualidades <strong>del</strong> carácter que muestra tener.<br />
Análisis funcional de la actividad pedagógica profesional <strong>del</strong> docente.<br />
Al interpretar la actividad pedagógica profesional como un conjunto de acciones<br />
encaminadas al logro de un determinado objetivo, se pone de manifiesto la<br />
comprensión de la actividad como un sistema funcional.<br />
“Al determinar las principales funciones de la actividad pedagógica (como un sistema<br />
funcional), entenderemos por tales aquellos efectos de la actividad que satisfacen<br />
necesidades, objetivamente existentes, de vital importancia e indispensable para la<br />
53
conservación y desarrollo <strong>del</strong> proceso pedagógico” 33 .<br />
Se puede asegurar que las principales funciones que debe cumplir la actividad<br />
pedagógica profesional son:<br />
La función instructiva – informativa, la que exige que el profesor pertreche a los<br />
alumnos de los conocimientos fundamentales de las diferentes asignaturas que<br />
imparte.<br />
Ahora bien, en las condiciones de la actual revolución científico – técnica en que<br />
vivimos, el cumplimiento de tal función se complejiza en alto grado, pues el maestro<br />
debe elegir, dentro de un amplio repertorio de recursos mediáticos tales como los<br />
softwares, los videos educativos, las publicaciones periódicas, los programas de<br />
televisión, etc. El debe analizar cuando es mejor utilizar uno u otro medio en función de<br />
lo que pre<strong>su</strong>miblemente pueden impactar en el cumplimiento de los objetivos de la<br />
actividad docente – educativa de que se trate.<br />
Luego el maestro tiene el deber de regular y poner orden en el flujo de información que<br />
reciben los alumnos en las diferentes actividades escolares y extraescolares.<br />
El cumplimiento adecuado de esta función pre<strong>su</strong>pone que el docente tenga un profundo<br />
dominio de los contenidos que le corresponde enseñar y comprende el abordaje de<br />
todos los sistemas de conocimientos, a saber: los político – ideológicos, los científicos<br />
propios de <strong>su</strong> materia de estudio, los morales, estéticos, físicos, sexuales, etc.<br />
La función educativa, la que está presente en todo momento de la actividad<br />
pedagógica y que por tanto se desarrolla a lo largo de todo el proceso pedagógico.<br />
Esta tiene un carácter general y abarca la transformación <strong>del</strong> estudiante de manera<br />
integral y multifacética.<br />
La función orientadora, que consiste esencialmente en formar en los alumnos las<br />
relaciones positivas hacia la realidad objetiva, hacia el medio en que se desarrolla.<br />
El cumplimiento de esta función crea los valores sociales de los estudiantes hacia el<br />
contexto en que viven, les proporciona <strong>su</strong> concepción <strong>del</strong> mundo y ejerce una gran<br />
influencia sobre la esfera intelectual y moral de los alumnos y los guía a abrazar las<br />
ideas revolucionarias y patrióticas de nuestro pueblo.<br />
La función desarrolladora, que expresa no sólo las relaciones hacia la orientación<br />
<strong>del</strong> alumno como un <strong>su</strong>jeto activo en el proceso pedagógico, sino además el<br />
desarrollo al máximo de las potencialidades creadoras y las capacidades de los<br />
alumnos.<br />
Esta función expresa la unidad entre enseñanza y educación. El cumplimiento de la<br />
misma exige <strong>del</strong> docente la habilidad para conocer la capacidad de los alumnos para<br />
33 Komarov, M. S. “La explicación funcional en la sociología burguesa contemporánea”, en: Problemas<br />
actuales <strong>del</strong> desarrollo de las investigaciones sociales concretas. Colectivo de autores. Sociología.<br />
Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 1980.<br />
54
el estudio, para determinar en cada uno de ellos qué pueden hacer con<br />
independencia y qué pueden hacer solamente si cuentan con la ayuda de otro, para<br />
pronosticar en cada caso el próximo estadio a alcanzar y la mejor vía para lograrlo.<br />
La función investigativa, la que exige <strong>del</strong> maestro un enfoque científico hacia los<br />
fenómenos pedagógicos, así como habilidades para plantearse hipótesis, proyectar<br />
y realizar estudios pedagógicos sencillos. Exige estar en capacidad de analizar la<br />
experiencia propia y la de los demás maestros, tener hábitos de estudio y trabajo<br />
con la literatura científica.<br />
La realización de esta función posibilita darle al trabajo <strong>del</strong> maestro un sentido<br />
creador.<br />
La función movilizadora, que se expresa en el logro de una correcta actitud de los<br />
alumnos hacia el estudio y el trabajo, así como en los motivos para mantener una<br />
conducta adecuada en la escuela y en <strong>su</strong> vida.<br />
2.4. Contribución de la teoría general de la administración de los recursos<br />
humanos en las organizaciones, a la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional de los<br />
docentes.<br />
Las prácticas de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño de los empleados en <strong>su</strong>s organizaciones,<br />
no son nuevas; desde que el hombre dio empleo a otro, el trabajo de este último fue<br />
evaluado.<br />
Durante mucho tiempo los administradores de las organizaciones se preocuparon<br />
exclusivamente de la eficiencia de la máquina, como medio de aumentar la<br />
productividad de las mismas. Esta “Teoría Clásica de la Administración”, no logró<br />
resolver el problema <strong>del</strong> aumento de la eficiencia de la organización.<br />
A partir de la humanización de la teoría de la administración y con el <strong>su</strong>rgimiento de la<br />
“Escuela de las Relaciones Humanas”, ocurrió un cambio rotundo en el enfoque clásico,<br />
siendo entonces el hombre la principal preocupación de los administradores. La<br />
atención que había estado colocada frente a la máquina pasó a colocarse frente al<br />
hombre.<br />
Surgieron entonces un conjunto de interrogantes, cuyas respuestas re<strong>su</strong>ltaron cruciales<br />
para el desarrollo ulterior de la teoría y práctica de la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño. Entre<br />
tales interrogantes se encuentran las siguientes:<br />
¿Cómo conocer y medir la potencialidad <strong>del</strong> hombre?<br />
¿Cómo llevarlo a aplicar totalmente ese potencial al desempeño de <strong>su</strong> trabajo?<br />
¿Qué lleva al hombre a ser más eficiente y productivo?<br />
¿Cuál es la fuerza básica que lleva <strong>su</strong>s energías a la acción?<br />
¿Cuáles son <strong>su</strong>s necesidades para un funcionamiento estable y duradero?<br />
¿Cuál es el ambiente más adecuado para <strong>su</strong> funcionamiento?<br />
55
Con las primeras respuestas a estas interrogantes y estudios sobre la motivación<br />
humana <strong>su</strong>rgió la “Teoría Behaviorista de la Administración”, preocupada no sólo por el<br />
comportamiento individual <strong>del</strong> hombre dentro de la organización, sino principalmente,<br />
por el comportamiento organizacional.<br />
Según este nuevo enfoque, mediante el trabajo el hombre vislumbra consciente o<br />
inconscientemente las perspectivas de satisfacción y autorrealización que las<br />
actividades que desarrolla le permitirán alcanzar.<br />
Innumerables investigaciones revelaron ciertas aspiraciones fundamentales que<br />
condicionan el comportamiento <strong>del</strong> hombre dentro de la organización:<br />
Deseo de sentirse necesario e importante para la organización a la que<br />
pertenece.<br />
Deseo de sentir el interés <strong>del</strong> Jefe por <strong>su</strong> éxito o bienestar.<br />
Deseo de recibir reconocimiento y aprobación por lo que hace, principalmente<br />
cuando tiene éxito y cuando produce provecho a la organización.<br />
Deseo de recibir consideración y respeto por medio de un tratamiento capaz de<br />
mantener <strong>su</strong> amor propio y <strong>su</strong> autoapreciación.<br />
Deseo de participar y de sentirse integrado y satisfecho dentro de un ambiente<br />
de relaciones humanas compatibles.<br />
Deseo de sentirse comprendido por <strong>su</strong>s <strong>su</strong>periores en cuanto a <strong>su</strong>s problemas<br />
personales que lo afectan y que muchas veces condicionan <strong>su</strong> pensamiento y<br />
acción.<br />
Percepción de posibilidades claras de permanencia en la organización, de<br />
progreso y de futuro.<br />
Vi<strong>su</strong>alización de los objetivos organizacionales capaces de hacerlo sentirse<br />
orgulloso de ser miembro de la organización.<br />
Esta obra abraza los preceptos fundamentales de la Teoría Behaviorista, aplicados a<br />
una organización muy singular que es la institución escolar, donde la coordinación de<br />
las influencias educativas de todo el colectivo pedagógico se convierte en una premisa<br />
necesaria para el éxito en la formación de los educandos.<br />
El gran reto está entonces en lograr el diseño e implementación de un sistema de<br />
<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong> docente, que esté centrado en <strong>su</strong> desarrollo<br />
profesional, y por lo tanto estimule <strong>su</strong> permanencia y compromiso con la escuela y <strong>su</strong>s<br />
re<strong>su</strong>ltados docentes y educativos.<br />
Para ello re<strong>su</strong>lta imprescindible partir de conceptos claros y coherentes sobre “la<br />
<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño”.<br />
Según María Antonieta Mesa, “la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño, consiste en la<br />
identificación y medición de los objetivos de la labor que desempeña un individuo, la<br />
56
forma en que utiliza los recursos para cumplir esos objetivos y la gestión <strong>del</strong><br />
rendimiento humano en las organizaciones” 34 .<br />
En la definición anterior queda claro que las primeras acciones destinadas a la<br />
<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño de un individuo en <strong>su</strong> organización, deben estar<br />
encaminadas a la identificación de los objetivos de <strong>su</strong> empleo, porque es contra ellos,<br />
por contrastación, contra los que se medirá si los cumple en la práctica con eficiencia y<br />
eficacia. Sin embargo, esta definición sólo hace referencia a la medición <strong>del</strong> rendimiento<br />
humano, dejando de lado el análisis <strong>del</strong> comportamiento <strong>del</strong> proceso que conduce a tal<br />
rendimiento, única fórmula capaz de propiciar que se detecten las posibles causas de<br />
los efectos laborales no deseables.<br />
Por <strong>su</strong> parte Idalberto Chiavenato asegura que “la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño es un<br />
sistema de apreciación <strong>del</strong> desenvolvimiento <strong>del</strong> individuo en <strong>su</strong> cargo, y de <strong>su</strong><br />
potencial de desarrollo. Toda <strong>evaluación</strong> es un proceso para estimar o juzgar el valor, la<br />
excelencia, las cualidades o el status de algún objeto o persona” 35 .<br />
Este autor, con esa definición aporta un nuevo elemento muy importante, la necesidad<br />
de evaluar no sólo la actuación <strong>del</strong> individuo en el ejercicio de <strong>su</strong> cargo, sino también<br />
estimar <strong>su</strong> potencial de desarrollo.<br />
En esta misma línea de pensamiento se manifiestan los autores Ernesto Blanco y<br />
Mercedes Di Vora, quienes consideran que “la apreciación <strong>del</strong> desempeño o <strong>evaluación</strong><br />
es el proceso de precisar, medir y desarrollar la idoneidad, talento, aptitud,<br />
competencia, <strong>su</strong>ficiencia y disposición <strong>del</strong> personal de las organizaciones en el ejercicio<br />
de las funciones propias de <strong>su</strong> cargo u oficio” 36 .<br />
Y más a<strong>del</strong>ante señalan que “un sistema eficaz de apreciación debe no solamente<br />
medir con exactitud los niveles de desempeño actual, sino también contener<br />
mecanismos para reforzar las potencialidades, precisar las deficiencias y comunicar tal<br />
información a los evaluados con el fin de que ellos puedan perfeccionar <strong>su</strong> desempeño<br />
futuro. La apreciación <strong>del</strong> desempeño es entonces el proceso de observar, precisar,<br />
medir y desarrollar el comportamiento humano en las organizaciones” 37 .<br />
34 Mesa Espinosa, María Antonieta y otros. La <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño. Folletos gerenciales, Año IV,<br />
N° 6, junio <strong>del</strong> 2000. Publicación Periórica <strong>del</strong> Centro de Estudios de Dirección. Ministerio de Educación<br />
Superior, pág. 40.<br />
35 Chiavenato, Idalberto. Administración de recursos humanos. Mc Graw – Hill, México, 1988, pág. 300.<br />
36 Blanco G. Ernesto y Di Vora, Mercedes. Evaluación <strong>del</strong> personal docente. Guía para <strong>su</strong> desarrollo.<br />
Ediciones Publicitarias, Venezuela, 1992, pág. 25.<br />
37 Blanco G. Ernesto y Di Vora, Mercedes. Evaluación <strong>del</strong> personal docente. Guía para <strong>su</strong> desarrollo.<br />
Ediciones Publicitarias, Venezuela, 1992, pág. 25.<br />
57
Al analizar detenidamente la definición y el comentario anterior, se destacan tres<br />
elementos distintivos de la concepción de estos autores sobre la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong><br />
desempeño, a saber:<br />
1. Observar y precisar, refriéndose al proceso de ver, examinar, inquirir y averiguar<br />
cuidadosamente los comportamientos <strong>del</strong> trabajo y <strong>su</strong>s circunstancias; elegir<br />
aquellos comportamientos que se deben observar de la persona evaluada y la<br />
frecuencia en que deben observarse.<br />
2. Medir, en el sentido de cerciorarse de la extensión, grado y nivel de un<br />
comportamiento o conducta. Después que el evaluador elige qué información<br />
debe examinar, compara esta información acerca <strong>del</strong> comportamiento de la<br />
persona evaluada con un conjunto de expectativas organizacionales o<br />
personales para cada trabajo o cargo. El grado en el cual el comportamiento<br />
observado cumple o excede las expectativas determina el nivel de logro o el nivel<br />
de desempeño alcanzado.<br />
3. Desarrollar, refiriéndose al mejoramiento <strong>del</strong> desempeño en el tiempo. Un<br />
sistema de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño debe contener mecanismos para<br />
comunicar las expectativas a las personas que están siendo evaluadas,<br />
motivarlas para que corrijan las deficiencias encontradas y reforzar las<br />
potencialidades con el fin de perfeccionar el desempeño futuro.<br />
Ahora bien, en el planteamiento de cualquier <strong>evaluación</strong> es esencial determinar cuál es<br />
el <strong>su</strong>jeto u objeto que deberá ser evaluado. Esta determinación ayuda a precisar la<br />
clase de información que debe ser recolectada y cómo debe ser analizada.<br />
Por tanto, si se trata de evaluar el desempeño profesional <strong>del</strong> docente, se requiere<br />
a<strong>su</strong>mir una definición específica al respecto.<br />
En esta obra se a<strong>su</strong>me que la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong> docente<br />
comprende la medición y valoración tanto de la actuación como de la idoneidad <strong>del</strong><br />
docente, expresada esta última esencialmente en un conjunto de capacidades<br />
pedagógicas, necesarias para la realización de un ejercicio profesional eficiente y<br />
eficaz.<br />
2.5 Aportes de la teoría de las competencias profesionales a la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong><br />
desempeño profesional de los docentes<br />
Cuando exploramos los antecedentes <strong>del</strong> término competencia, observamos que este<br />
comienza a ser empleado en el campo de la ciencia psicológica a finales de la década<br />
de los cincuenta <strong>del</strong> siglo pasado por los teóricos de la nueva psicología cognitiva 38 ,<br />
cuando Noam Chomsky introduce el concepto de competencia lingüística para hacer<br />
referencia a un conocimiento formal y abstracto acerca de las reglas y principios que<br />
regulan el sistema lingüístico.<br />
38 La llamada revolución cognitiva se inicia en 1956 en los Estados Unidos, como respuesta a las demandas<br />
tecnológicas de la sociedad postindustrial, entendiendo al ser humano como un activo procesador de información y<br />
ubicando <strong>su</strong> estudio desde la analogía mente-ordenador.<br />
58
Sin embargo, no es hasta finales de la década de los ochenta e inicios de los noventa,<br />
que la categoría competencia, abordada hasta entonces desde la arista de la actividad<br />
cognitiva-instrumental humana, comienza a ser reconceptualizada en los marcos <strong>del</strong><br />
debate internacional y regional en torno a los problemas de la calidad de la educación y<br />
la in<strong>su</strong>ficiente relevancia o significatividad social e individual de los currículos de las<br />
instituciones educativas formales, tanto en los niveles básico y medio, como en la<br />
enseñanza técnica, la formación docente y la educación universitaria.<br />
En los últimos años se ha registrado un uso frecuente de la categoría “competencia<br />
profesional” en diversas publicaciones pedagógicas y documentos de agencias<br />
internacionales. Sin embargo, no todos los autores se refieren necesariamente a lo<br />
mismo cuando hacen alusión a la misma.<br />
Así por ejemplo los doctores Beatriz Castellanos, Miguel Jorge Llivina y Ana María<br />
Fernández, en <strong>su</strong> curso pre – Congreso Pedagogía 2003 “La gestión de la actividad de<br />
ciencia e innovación tecnológica y la competencia investigativa <strong>del</strong> profesional de la<br />
educación”, aseguran que existen varios enfoques en la conceptualización <strong>del</strong> término<br />
“competencia”, a saber:<br />
Enfoque centrado en la competitividad.<br />
Enfoque centrado en la nueva ciudadanía.<br />
Enfoque reduccionista / conductista.<br />
Enfoque integrador / contextualista.<br />
Enfoque centrado en la competitividad.<br />
Desde este enfoque, <strong>su</strong>stentado en una filosofía pragmática, utilitarista y racionalista, la<br />
educación y la formación se convierten en un medio o inversión indispensable a los<br />
efectos de los intereses económicos de los consorcios y las competencias se identifican<br />
con las competencias laborales o profesionales, definiéndose a partir de un perfil<br />
estrecho que privilegia el componente técnico en detrimento de otros aspectos de la<br />
personalidad integral.<br />
Su lógica centrada en la competitividad puede conducir a la formación de tecnócratas<br />
altamente especializados y capaces de insertarse con éxito en los modernos procesos<br />
de producción y servicios.<br />
Enfoque centrado en la nueva ciudadanía.<br />
Las competencias para la vida abarcan todas las esferas de la existencia humana y no<br />
se reducen a las competencias laborales. El concepto articulador de esas grandes<br />
competencias sería el de la nueva ciudadanía <strong>del</strong> siglo XXI, como utopía que plantea el<br />
mo<strong>del</strong>o universal de un nuevo tipo de hombre.<br />
Estas posiciones pueden conducir en algunos casos a un análisis ingenuo y<br />
desideologizado de la educación y de los factores que determinan en última instancia la<br />
dinámica de la vida social: el mejoramiento de la educación constituye una condición<br />
59
dinamizadora, pero no puede solucionar, por si solo, los graves problemas estructurales<br />
de las sociedades contemporáneas.<br />
Enfoque reduccionista / conductista.<br />
En este enfoque las competencias profesionales son entendidas a partir de las<br />
conductas y acciones que el profesional puede realizar en un área laboral concreta a<br />
partir de un perfil preestablecido por los empleadores, lo que viabiliza la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong><br />
trabajador.<br />
Por tanto los autores de este enfoque definen la competencia laboral como “un conjunto<br />
identificable y evaluable de conocimientos, actitudes, valores y habilidades relacionadas<br />
entre sí que permiten desempeños satisfactorios en situaciones reales de trabajo,<br />
según estándares utilizados en el área ocupacional” 39 .<br />
Como respuesta a los enfoques antes descritos, comienzan a <strong>su</strong>rgir ideas más<br />
integradoras acerca de las competencias, como las de Pearson (1984) quien distingue<br />
entre el “conocimiento teórico habitual”, derivado <strong>del</strong> análisis de tareas que preparan a<br />
una persona para el desempeño de ciertas rutinas necesarias en <strong>su</strong> profesión, y el<br />
“conocimiento teórico inteligente”, que <strong>su</strong>pone el ejercicio <strong>del</strong> discernimiento, la acción<br />
inteligente en situaciones no estructuradas que requieren creatividad y la búsqueda de<br />
alternativas ante la toma de decisiones, entre otros requerimientos.<br />
Enfoque integrador / contextualista.<br />
En los últimos años se ha ido abriendo pasos la concepción de las competencias como<br />
“unidades integradas y complejas”, que incluyen diferentes componentes psicológicos y<br />
/ o personológicos interrelacionados que van a determinar la actuación exitosa en un<br />
contexto.<br />
Al abordar la problemática de la estructura de las competencias, predomina el consenso<br />
de que estas incluyen componentes diversos, a saber: conocimientos, destrezas,<br />
habilidades, capacidades y otros aspectos intelectuales, prácticos, éticos, actitudinales,<br />
afectivos, volitivos, estéticos y sociales, así como capacidades interactivas.<br />
Dentro de este enfoque la competencia se considera una categoría psicológica que<br />
integra determinados componentes figurativos, procedimentales, actitudinales y<br />
personológicos, en función de lograr un desempeño eficiente en un contexto concreto<br />
de actuación.<br />
La competencia como configuración psicológica.<br />
Para adentrarnos con éxito en la esencia misma de la categoría competencia, re<strong>su</strong>lta<br />
necesario tratar de responder las interrogantes siguientes:<br />
39 FROMM, ERICH. ¿Tener o ser? Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 1993. P. 28.<br />
60
¿Qué tipo de estructura psicológica es la competencia?<br />
¿Podemos identificarla con la capacidad?<br />
¿Cuáles son <strong>su</strong>s componentes estructurales y qué papel desempeñan en la<br />
regulación de la actividad de la persona en determinados contextos de actuación?<br />
Según José Tejeda (1999) poseer capacidades no significa ser competente, por cuanto<br />
la competencia no reside en los recursos (capacidades), sino en la movilización misma<br />
de los recursos, no es poseer, es utilizar.<br />
Para Rubinstein las capacidades constituyen “propiedades o cualidades <strong>del</strong> hombre que<br />
lo hacen apto para realizar con éxito algunos tipos de actividades socialmente útiles” 40 ,<br />
mientras que para Leontiev, son “propiedades <strong>del</strong> individuo cuyo conjunto condiciona el<br />
éxito en el cumplimiento de determinada actividad” 41 .<br />
De las definiciones anteriores de capacidades, se infiere que estas son condiciones<br />
necesarias pero no <strong>su</strong>ficientes para un desempeño exitoso en el campo de actuación<br />
de que se trate. En ambas se expresa de manera diferente la dialéctica de lo potencial y<br />
lo real: si la capacidad es potencialidad que puede llegar o no a convertirse en realidad<br />
y actualizarse, la competencia es realidad actualizada y se manifiesta en un<br />
comportamiento concreto, en la acción.<br />
La competencia no puede ser entendida entonces como una formación psicológica, sino<br />
como una configuración psicológica que se distingue funcional y estructuralmente de las<br />
capacidades.<br />
La Dra. Isel Parra en <strong>su</strong> tesis doctoral define este concepto de la manera siguiente: “Las<br />
competencias profesionales constituyen configuraciones psicológicas en las que se<br />
integran competencias motivacionales, cognitivos, metacognitivos y cualidades de la<br />
personalidad que permiten que se desarrollen desempeños sociales deseables en el<br />
contexto particular de actuación profesional” 42 .<br />
La utilidad entonces de la categoría competencia para la conceptualización de la<br />
<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong> docente radica entonces en que <strong>su</strong> definición<br />
como configuración permite integrar formaciones de carácter fundamentalmente<br />
cognitivo (como las capacidades y las habilidades) y otras de carácter motivacional, con<br />
vistas a explicar el funcionamiento exitoso de la personalidad en un contexto dado,<br />
revelado en una actuación exitosa.<br />
40 RUBINSTEIN, S. L.. El problema de las capacidades y las cuestiones relativas a la teoría psicológica. En:<br />
Antología de la Psicología Pedagógica y de las Edades. Compilado por I. I. Iliasov y V. Ya. Liaudis. Editorial Pueblo y<br />
Educación, La Habana, 1986, p. 60.<br />
41 LEONTIEV, A. N. Sobre la formación de las capacidades. En: Antología de la Psicología Pedagógica y de las<br />
Edades. Compilado por I. I. Iliasov y V. Ya. Liaudis. Editorial Pueblo y Educación, La Habana, 1986, p. 45.<br />
41 RUBINSTEIN, S. L. Op. cit., p. 63.<br />
42 Parra Vigo, Isel Bibiana. Tesis doctoral: “Mo<strong>del</strong>o didáctico para contribuir a la dirección <strong>del</strong> desarrollo<br />
de la competencia didáctica <strong>del</strong> profesional de la educación en formación inicial, La Habana, 2002, pág.<br />
21.<br />
61
Ello se expresa a través de determinados indicadores funcionales como el alto nivel de<br />
flexibilidad y reflexión, el comportamiento alternativo ante la solución de problemas,<br />
entre otros, que apuntan a un nivel de regulación <strong>su</strong>perior.<br />
En este trabajo nos adscribimos entonces a la definición de competencia de Beatriz<br />
Castellanos y otros, en el trabajo que citamos anteriormente donde expresaron que: “es<br />
una configuración psicológica que integra diversos componentes cognitivos,<br />
metacognitivos, motivacionales y cualidades de la personalidad en estrecha unidad<br />
funcional, autorregulando el desempeño real y eficiente en una esfera específica de la<br />
actividad, en correspondencia con el mo<strong>del</strong>o de desempeño deseable socialmente<br />
construido en un contexto histórico concreto” 43 .<br />
A manera de conclusión, podemos plantear que consideramos pertinente utilizar el<br />
término competencia para referirnos a un comportamiento <strong>del</strong> <strong>su</strong>jeto ante la solución de<br />
problemas de <strong>su</strong> actuación profesional y personal, diferente a lo nominado con el uso<br />
de otras categorías, como las capacidades. Aunque la relación entre ambos conceptos<br />
es indiscutible, el enfoque de un contenido de la personalidad estructurado como<br />
configuración psicológica, ofrece la posibilidad de integrar y articular diferentes<br />
formaciones y cualidades que intervienen en el desempeño, lo que debe propiciar un<br />
comportamiento autorregulado.<br />
Estas posiciones tienen importantes implicaciones en el orden educativo en general y<br />
pedagógico en particular, ya que una configuración psicológica no se forma directa y<br />
linealmente a partir de la apropiación de conocimientos y habilidades en el proceso de<br />
aprendizaje. Así, la competencia representa un producto <strong>del</strong> desarrollo psicológico; es una<br />
neoformación psicológica <strong>su</strong>perior que se constituye como re<strong>su</strong>ltado de los complejos<br />
nexos dialécticos existentes entre la educación, el aprendizaje y el desarrollo individual.<br />
2.6. Una definición teórica <strong>del</strong> concepto “<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional<br />
<strong>del</strong> docente”<br />
En la amplia literatura con<strong>su</strong>ltada sobre este tema no encontramos una definición clara<br />
y específica de este concepto, por esa razón nos dimos a la tarea de elaborar nuestra<br />
propia definición de este concepto central de la presente obra.<br />
La <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong> docente es un proceso sistemático<br />
de obtención de datos válidos y fiables, con el objetivo de comprobar y valorar el<br />
efecto educativo que produce en los alumnos el despliegue de <strong>su</strong>s capacidades<br />
pedagógicas, <strong>su</strong> emocionalidad, responsabilidad laboral y la naturaleza de <strong>su</strong>s<br />
relaciones interpersonales con alumnos, padres, directivos, colegas y<br />
representantes de las instituciones de la comunidad.<br />
De la definición anterior se infiere que evaluar es proceder a conocer una realidad<br />
pasada, en <strong>su</strong> máxima extensión, destacando los conflictos en las condiciones y<br />
43 Castellanos Simona, Beatriz y otros. Curso Pre – Congreso Pedagogía 2003. La gestión de la actividad<br />
de ciencia e innovación tecnológica y la competencia investigativa <strong>del</strong> profesional de la educación.<br />
62
acciones realizadas, avanzando hipótesis de mejora y sobre todo, a partir <strong>del</strong> conjunto<br />
de datos e informes más fundamentados, con la máxima intervención de los<br />
participantes, emitir un juicio sobre la amplitud, evolución y complejidad de la tarea.<br />
Evaluar al profesorado no es proyectar en él las deficiencias o razonables limitaciones<br />
<strong>del</strong> Sistema Educativo, sino es a<strong>su</strong>mir un nuevo estilo, clima y horizonte de reflexión<br />
compartida para optimizar y posibilitar espacios reales de desarrollo profesional de los<br />
docentes, de generación de culturas innovadoras en los centros.<br />
La <strong>evaluación</strong> es un juicio de valor que necesita referentes bien consolidados a los que<br />
tender y con los que contrastar la realidad evaluada, más esta constatación exigiría<br />
plena coincidencia en la identificación de tales referentes y en <strong>su</strong> aplicación.<br />
La definición anterior nos proporciona una clave para la determinación de las<br />
dimensiones que debe comprender la operacionalización de la variable “desempeño<br />
profesional <strong>del</strong> docente”, y por lo tanto re<strong>su</strong>lta muy útil para la construcción de una<br />
definición operacional <strong>del</strong> referido concepto.<br />
2.6 Propuesta de un sistema de indicadores para evaluar la calidad <strong>del</strong><br />
desempeño <strong>del</strong> docente.<br />
Reflexiones acerca <strong>del</strong> concepto de indicador<br />
Procuremos ahora, definir operacionalmente lo que entendemos por “desempeño <strong>del</strong><br />
maestro”, o sea pretendemos encontrar un sistema de indicadores que nos permitan<br />
evaluar la calidad <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong> docente. Antes nos parece necesario<br />
definir el concepto indicador.<br />
“Indicador es un elemento informativo, específicamente cuantitativo, sobre atributos de<br />
los sistemas educativos como totalidad o de algunos de <strong>su</strong>s componentes básicos, que<br />
pueden servir como fundamento para elaborar juicios sobre los fines, los contextos, los<br />
in<strong>su</strong>mos, los procesos o los productos de la educación”(14).<br />
Al a<strong>su</strong>mir la definición anterior debemos tener presente que la explicación e<br />
interpretación de la realidad, es una tarea compleja, al menos tan compleja como la<br />
propia realidad, que exige diversos enfoques y herramientas.<br />
Los indicadores tienen la virtud, entre otras, de objetivar el debate educativo en las<br />
sociedades democráticas, proporcionando una información relevante, significativa y<br />
fácilmente comprensible incluso para los ciudadanos no especialistas en Educación.<br />
Ahora bien, al construir un sistema de indicadores, debemos tener en cuenta que:<br />
- Los indicadores deben apoyarse en alguna teoría o mo<strong>del</strong>o de los procesos<br />
educativos.<br />
- Deben referirse a rasgos estables <strong>del</strong> sistema educativo<br />
63
- Se requiere que previamente a la construcción de un sistema de indicadores se ponga<br />
de manifiesto lo que se espera <strong>del</strong> sistema educativo; en este caso de la actuación <strong>del</strong><br />
maestro.<br />
- Lo más que podemos esperar de un sistema de indicadores, y no es poco, es que<br />
representen de manera coherente la parcela de la realidad educativa para cuya<br />
valoración se ha diseñado, que destaque <strong>su</strong>s puntos fuertes y débiles, y que permita un<br />
cierto grado de comparación y el estudio de las tendencias principales.<br />
Siendo consecuente con las valoraciones realizadas anteriormente sobre el concepto<br />
de indicador de la calidad educativa y <strong>su</strong> uso, se impone ahora que caractericemos,<br />
brevemente, el mo<strong>del</strong>o de actuación <strong>del</strong> maestro, según cada uno de los principales<br />
paradigmas psicológicos. Cada uno de ellos tiene sin dudas <strong>su</strong>s propias implicaciones<br />
para la teoría y práctica pedagógicas.<br />
Para juzgar adecuadamente la calidad de un sistema de indicadores, existen por lo<br />
menos seis criterios generales, los que explicamos a continuación:<br />
Validez interna<br />
Consiste en la precisión matemática <strong>del</strong> cálculo involucrado en los indicadores<br />
cuantitativos o en la precisión conceptual de los indicadores cualitativos.<br />
Validez externa<br />
Se refiere a la capacidad <strong>del</strong> indicador para representar correctamente el fenómeno <strong>del</strong><br />
sistema educativo de que trate.<br />
Consistencia interna<br />
Consiste en la coherencia de los indicadores entre sí, evitando contradicciones entre la<br />
categoría de información reportada. Los sistemas de indicadores deben tener un cierto<br />
grado de redundancia, en el sentido de que varios indicadores deben medir el mismo<br />
fenómeno, con el objetivo de determinar la consistencia de la información y de los<br />
indicadores utilizados.<br />
Comprensibilidad<br />
Consiste en la capacidad de los sistemas de indicadores para considerar los factores<br />
críticos que permiten describir o explicar la condición <strong>del</strong> sistema educativo.<br />
Deben basarse en un mo<strong>del</strong>o causal<br />
Los indicadores deben centrarse en los factores estratégicos para que decisiones o<br />
acciones políticas puedan alterar en forma dramática el comportamiento <strong>del</strong> sistema.<br />
Por <strong>su</strong> uso<br />
En última instancia este es el criterio más relevante para evaluar los indicadores.<br />
Deben informar lo <strong>su</strong>ficiente como para elaborar juicios con fundamento sobre la<br />
condición de la educación en general o de determinadas variables de esta, que sirvan<br />
de base para diseñar, implementar y evaluar políticas para <strong>su</strong> mejoramiento.<br />
La propuesta que a continuación presentamos de operacionalización de la variable<br />
64
desempeño profesional <strong>del</strong> docente, se apoya fundamentalmente en las ideas <strong>del</strong><br />
paradigma histórico - cultural, aunque toma en cuenta las ideas que consideramos más<br />
positivas de otros paradigmas.<br />
Es necesario que el sistema de <strong>evaluación</strong>, que empleemos se base en ítems<br />
específicos de conductas que la investigación ha descubierto, que correlacionen<br />
positivamente con productos de la enseñanza. Tal es el caso de los indicadores que<br />
proponemos a continuación:<br />
DIMENSIONES INDICADORES<br />
1.Capacidades<br />
pedagógicas.<br />
D1<br />
1.1. Grado de dominio de los contenidos que<br />
imparte, de la Teoría de la Educación, de la<br />
Didáctica General y de la Didáctica de la<br />
especialidad.<br />
1.2. Capacidad para hacer <strong>su</strong> materia<br />
entretenida e interesante.<br />
1.3. Calidad de <strong>su</strong> comunicación verbal y no<br />
verbal.<br />
1.4. Capacidad para planificar adecuadamente<br />
el proceso docente – educativo.<br />
1.5. Alcance de <strong>su</strong> contribución a un adecuado<br />
clima de trabajo en el aula.<br />
1.6. Capacidad para identificar, comprender las<br />
situaciones áulicas y ajustar <strong>su</strong> intervención<br />
pedagógica.<br />
1.7. Utilización de variedad de prácticas<br />
educativas.<br />
1.8. Grado de conocimiento y tratamiento de<br />
las características psicológicas individuales de<br />
los alumnos.<br />
1.9. Grado de información sobre la marcha <strong>del</strong><br />
aprendizaje de <strong>su</strong>s alumnos.<br />
1.10. Calidad de <strong>su</strong> representación sobre el<br />
encargo social de la escuela.<br />
1.11. Contribución a la formación de valores<br />
nacionales y universales y al desarrollo de<br />
capacidades valorativas.<br />
1.12. Efectividad de <strong>su</strong> capacitación y<br />
autopreparación.<br />
1.13. Capacidad para crear un ambiente<br />
favorable para que el alumno conozca <strong>su</strong>s<br />
derechos y responsabilidades, y aprenda a<br />
ejercerlos.<br />
65
DIMENSIONES INDICADORES<br />
1.14. Capacidad para desarrollar un proceso de<br />
reflexión autocrítica permanente sobre <strong>su</strong><br />
práctica educativa<br />
2.<br />
Emocionalidad<br />
D2<br />
3.Responsabilidad<br />
en el desempeño de<br />
<strong>su</strong>s funciones<br />
laborales.<br />
D3<br />
4. Relaciones<br />
interpersonales con<br />
<strong>su</strong>s alumnos,<br />
padres, directivos,<br />
docentes y<br />
comunidad escolar<br />
en general.<br />
D4<br />
1.5. Re<strong>su</strong>ltados de<br />
<strong>su</strong> labor educativa.<br />
D5<br />
2.1. Vocación pedagógica.<br />
2.2. Autoestima.<br />
2.3. Capacidad para actuar con justicia, y<br />
realismo.<br />
2.4. Nivel de satisfacción con la labor que<br />
realiza.<br />
3.1. Asistencia y puntualidad a la escuela y a<br />
<strong>su</strong>s clases.<br />
3.2. Grado de participación en las sesiones<br />
metodológicas o en jornadas de reflexión entre<br />
los docentes.<br />
3.3. Cumplimiento de la normativa..<br />
3.4. Nivel profesional alcanzado.<br />
3.5. Implicación personal en la toma de<br />
decisiones de la institución.<br />
3.6. Grado de autonomía profesional relativa<br />
alcanzada para desarrollar <strong>su</strong> tarea en la<br />
institución.<br />
3.7. Nivel profesional alcanzado.<br />
4.1. Nivel de preocupación y comprensión de<br />
los problemas de <strong>su</strong>s alumnos.<br />
4.2. Nivel de expectativas respecto al<br />
desarrollo de <strong>su</strong>s alumnos.<br />
4.3. Flexibilidad para aceptar la diversidad de<br />
opinión y sentimientos de los alumnos y<br />
respeto real por <strong>su</strong>s diferencias de género,<br />
raza y situación socioeconómica.<br />
1.5.1. Rendimiento académico alcanzado por<br />
<strong>su</strong>s alumnos en la o las asignaturas que<br />
imparte.<br />
1.5.2. Grado de orientación valorativa positiva<br />
alcanzado hacia las cualidades de la<br />
personalidad deseables de acuerdo al mo<strong>del</strong>o<br />
de hombre que se pretende formar.<br />
66
DIMENSIONES INDICADORES<br />
1.5.3. Grado en que <strong>su</strong>s alumnos poseen<br />
sentimientos de amor a la Patria, a la<br />
naturaleza, al estudio y al género humano.<br />
Caracterización de cada uno de los indicadores planteados<br />
Dimensión 1: Capacidades pedagógicas.<br />
La actividad pedagógica es uno de los dominios más complejos <strong>del</strong> trabajo humano. Su<br />
realización exitosa plantea al docente la necesidad de poseer una sólida formación<br />
científica, así como profundos conocimientos, capacidades y habilidades pedagógicas.<br />
Aquí estamos entendiendo por actividad pedagógica profesional “aquella actividad que<br />
está dirigida a la transformación de la personalidad de los escolares, en función de los<br />
objetivos que plantea la sociedad a la formación de las nuevas generaciones. Se<br />
desarrolla en el marco de un proceso de solución conjunta de tareas pedagógicas tanto<br />
de carácter instructivo como educativas, y en condiciones de plena comunicación entre<br />
el docente, el alumno, el colectivo escolar y pedagógico, la familia y las organizaciones<br />
estudiantiles”, tal como lo planteó Lisardo García Ramis ya citado anteriormente.<br />
Para poder operacionalizar de manera adecuada las capacidades pedagógicas en un<br />
grupo de indicadores que posean consistencia interna y externa, debemos partir de<br />
tratar de dar respuesta a la pregunta: ¿Cuáles son las principales características de la<br />
actividad pedagógica?<br />
En <strong>su</strong> libro “Los retos <strong>del</strong> cambio educativo”, los integrantes <strong>del</strong> Grupo <strong>Maestro</strong> <strong>del</strong><br />
Instituto Central de Ciencias Pedagógicas de Cuba identifican las siguientes<br />
características de la actividad pedagógica, luego de precisar que se trata de un tipo de<br />
actividad profesional muy especial:<br />
1. Tiene un carácter transformador.<br />
2. Es una actividad eminentemente creadora.<br />
3. Tiene un carácter humanista.<br />
4. Sus componentes fundamentales son: los motivos y las tareas docentes; las<br />
acciones docentes y las acciones de control y <strong>evaluación</strong> de los escolares.<br />
5. Es un proceso dinámico que requiere de un alto nivel de planificación y proyección.<br />
6. Tiene un carácter orientado, dirigido hacia el cumplimiento de los objetivos trazados.<br />
Por <strong>su</strong> parte el destacado psicólogo ruso A. V. Petrovski en <strong>su</strong> libro “Psicología<br />
General”, define el concepto capacidades de la manera siguiente:<br />
“Así, las capacidades son particularidades psicológico – individuales de la personalidad<br />
que son condiciones para realizar con éxito una actividad dada y que revelan las<br />
diferencias en el dominio de los conocimientos, habilidades y hábitos necesarios” 44 .<br />
44 Pretovski, A.V. Psicología General. Editorial Pueblo y Educación, 1982, pág. 470.<br />
67
Re<strong>su</strong>lta necesario aclarar que si bien Petrovski no precisa en esta definición la<br />
naturaleza de tales “condiciones para realizar con éxito una actividad dada”, en otra<br />
parte <strong>del</strong> texto citado puede encontrarse que él las considera condiciones necesarias<br />
pero no <strong>su</strong>ficientes.<br />
Este autor señala que en relación con los hábitos, habilidades y conocimientos, las<br />
capacidades <strong>del</strong> hombre intervienen como posibilidad, o sea es necesaria la existencia<br />
de las capacidades para que la adquisición de los conocimientos hábitos y habilidades<br />
se transformen de posibilidad en realidad.<br />
Siendo particularidades psicológico – individuales, las capacidades no pueden ser<br />
contrapuestas a otras cualidades y propiedades de la personalidad tales como la<br />
inteligencia, la memoria, los rasgos <strong>del</strong> carácter, las propiedades emocionales; las<br />
cuales no deben ser colocadas en un mismo orden.<br />
La estructura conjunta de las cualidades psíquicas que se manifiestan como capacidad,<br />
en última instancia, se determina por las exigencias de la actividad concreta y es<br />
distinta para las diferentes formas de actividad. En particular, las capacidades relativas<br />
a la actividad pedagógica tienen <strong>su</strong>s peculiaridades.<br />
Por <strong>su</strong> parte el psicólogo ruso V. A. Krutetski brindó la siguiente definición <strong>del</strong> concepto<br />
capacidad pedagógica:<br />
“Se llaman capacidades pedagógicas el conjunto de peculiaridades psicológico –<br />
individuales de la personalidad que corresponden a los requisitos de la actividad<br />
pedagógica y predeterminan el éxito en dominar dicha actividad” 45 .<br />
La predisposición hacia los alumnos Krutetski la entiende como el amor sensato y el<br />
apego a ellos, el deseo y la aspiración a trabajar e intercomunicarse con <strong>su</strong>s alumnos,<br />
la profunda satisfacción por la posibilidad de penetrar en <strong>su</strong> peculiar mundo interior. Se<br />
expresa además en el trato atento, benevolente y <strong>del</strong>icado a ellos que no se debe<br />
confundir con condescendencia y sentimentalismos irresponsables.<br />
El aguante y dominio de sí mismo es considerado por este autor como un factor muy<br />
importante para el docente, que pre<strong>su</strong>pone la aptitud para dominarse a sí mismo<br />
siempre y en cualquier situación, la posibilidad de, en circunstancias imprevistas, no<br />
perder el control de <strong>su</strong> comportamiento.<br />
La aptitud para dirigir <strong>su</strong> propio estado psíquico, <strong>su</strong> ánimo se relaciona con la<br />
constante permanencia <strong>del</strong> docente en estado psíquicamente óptimo durante las clases<br />
y otras formas de organización <strong>del</strong> proceso docente – educativo, caracterizándose por<br />
la jovialidad y vivacidad.<br />
45 Krutetski, V.A. Psicología. Vneshtorgizdat, Moscú,1989, pág. 335.<br />
68
La aptitud para explicar pre<strong>su</strong>pone la capacidad para presentar <strong>su</strong>s ideas de modo<br />
comprensible para los demás, <strong>su</strong> posibilidad de aclarar y explicar lo complicado e<br />
incomprensible, de convertir en fácil lo difícil.<br />
Las aptitudes académicas se entienden como las cualidades que posee el docente<br />
para profundizar en la ciencia que explica, las aptitudes para alcanzar conocimientos de<br />
gran envergadura, impulsado por el imperativo de ampliar constantemente <strong>su</strong> dominio<br />
sobre la o las disciplinas que explica.<br />
Por aptitud para hablar se entiende la aptitud para expresar de manera clara y concisa<br />
<strong>su</strong>s pensamientos y emociones.<br />
Por <strong>su</strong> parte las capacidades organizativas se manifiestan tanto en la aptitud para<br />
organizar el colectivo de alumnos, como <strong>su</strong>s propias actividades, lo que pre<strong>su</strong>pone la<br />
habilidad de planificar <strong>su</strong> trabajo y ejercer un adecuado autocontrol, la habilidad de<br />
distribuir adecuadamente <strong>su</strong> trabajo en el tiempo.<br />
La capacidad comunicativa pre<strong>su</strong>pone la disposición a establecer correctas<br />
interrelaciones con los alumnos, con todos y con cada uno de ello individualmente, a<br />
partir de <strong>su</strong>s peculiaridades psicológicas individuales.<br />
La aptitud para la observación es la capacidad de penetrar en el mundo interior de los<br />
alumnos.<br />
El tacto pedagógico se manifiesta en la aptitud para tomar las más acertadas medidas<br />
para ejercer influencia adecuada en los alumnos, con arreglo a las peculiaridades<br />
individuales y la edad de ellos, dependiendo de la situación concreta. Se expresa<br />
también en saber combinar el respeto y la exigencia a los alumnos, brindarle confianza<br />
y ejercer el control sistemático.<br />
La aptitud <strong>su</strong>gestiva pre<strong>su</strong>pone el influjo volitivo – emocional sobre los alumnos, la<br />
capacidad de presentar metas y objetivos, y conseguir <strong>su</strong> cumplimiento incondicional<br />
por parte de los alumnos.<br />
La imaginación pedagógica se denota en la aptitud para pronosticar las<br />
consecuencias de <strong>su</strong>s acciones, la programación <strong>del</strong> proceso de educación de la<br />
personalidad de los alumnos, está relacionada con el optimismo pedagógico, con la fé<br />
en el poder de la educación, con la fé en el hombre.<br />
La distribución de la atención consiste en la posibilidad de que el docente distribuya<br />
<strong>su</strong> atención entre dos o más actividades, objetos o <strong>su</strong>jetos, con determinada<br />
simultaneidad.<br />
Krutatski asegura además que las capacidades antes referidas tienen un carácter<br />
general porque todo docente las necesita, independientemente de la disciplina que<br />
69
imparte y <strong>del</strong> nivel de enseñanza donde labora.<br />
Indicadores<br />
Dominio de los conocimientos que imparte, de la Didáctica General y de la Didáctica de<br />
la especialidad: Aquí se evalúa si el profesor conoce no solo lo que debe lograr que<br />
<strong>su</strong>s alumnos aprendan, sino si posee conocimientos y habilidades que le permiten tener<br />
un dominio más amplio de los temas y prever el grado de dominio que necesitarán los<br />
alumnos en los grados que restan <strong>del</strong> ciclo y en el ciclo que sigue. Comprende además<br />
el conocimiento de las leyes, principios, funciones y reglas de la Didáctica General , así<br />
como mantenerse actualizado en el conocimiento de los avances de la Didáctica de la<br />
especialidad.<br />
Capacidad para hacer <strong>su</strong> materia entretenida e interesante: Hace referencia a la<br />
capacidad profesional <strong>del</strong> maestro para hacer <strong>del</strong> acto instructivo, un acto agradable<br />
que despierta interés, motivación por aprender y placer por lo aprendido por <strong>su</strong>s<br />
alumnos.<br />
Alcance de <strong>su</strong> contribución a un adecuado clima de trabajo: Aquí se trata de valorar el<br />
papel <strong>del</strong> docente en el colectivo pedagógico y en qué medida él contribuye a que se<br />
cree un adecuado clima de trabajo en el centro.<br />
Capacidad para renovar los modos de actuación en función de las necesidades de los<br />
alumnos y <strong>del</strong> colectivo pedagógico: Se trata de evaluar la capacidad <strong>del</strong> docente de<br />
modificar patrones de conductas frente a necesidades de <strong>su</strong> actividad como formador.<br />
Utilización de variedad de prácticas educativas: Aquí se procura medir hasta qué punto<br />
el profesor utiliza diferentes prácticas educativas en función de los requerimientos <strong>del</strong><br />
contenido y de la situación educativa de <strong>su</strong> grupo.<br />
Grado de conocimiento y tratamiento de las características psicológicas individuales de<br />
los alumnos: En este indicador debe investigarse el conocimiento que tienen los<br />
docentes no solo sobre las características psicológicas generales propias de las edades<br />
que tienen <strong>su</strong>s alumnos, sino también de las características individuales relativas a <strong>su</strong><br />
autoestima, autoconcepto, autoideal, carácter, temperamento, etc.<br />
Grado de información sobre la marcha <strong>del</strong> aprendizaje de <strong>su</strong>s alumnos: Este indicador<br />
evalúa el grado en que el docente conoce las in<strong>su</strong>ficiencias y los logros de <strong>su</strong>s<br />
alumnos.<br />
Fundamentación <strong>del</strong> “Indice de certeza <strong>del</strong> diagnóstico <strong>del</strong> maestro”.<br />
Para lograr una construcción adecuada <strong>del</strong> conocimiento, re<strong>su</strong>lta necesario que el<br />
docente mantenga actualizada la información que posee sobre el estado real <strong>del</strong><br />
aprendizaje de <strong>su</strong>s alumnos. Esto si bien no es una condición <strong>su</strong>ficiente para alcanzar<br />
un adecuado nivel de logros de aprendizaje en <strong>su</strong>s discípulos si re<strong>su</strong>lta una condición<br />
necesaria para dirigir adecuadamente el proceso docente educativo.<br />
Por lo tanto es muy útil contar con un procedimiento que permita constatar eficazmente<br />
el nivel de conocimiento real que tiene el maestro sobre la marcha <strong>del</strong> aprendizaje de<br />
<strong>su</strong>s alumnos.<br />
70
En general la distribución <strong>del</strong> rendimiento académico de un grupo de alumnos formados<br />
al azar es de tipo normal. Esto implica que al calcular el puntaje medio obtenidos por los<br />
alumnos en una prueba, así como <strong>su</strong> distribución estándar, se puede precisar una<br />
clasificación de los alumnos de acuerdo a <strong>su</strong> rendimiento académico en esa asignatura<br />
en cuestión <strong>del</strong> modo siguiente:<br />
Bajo Rendimiento Rendimiento Medio Alto Rendimiento<br />
X – S X + S<br />
Luego, si tenemos los puntajes alcanzados por todos los alumnos de un grupo en una<br />
prueba, es fácil aproximarnos, de la manera descrita anteriormente, a una clasificación<br />
de los alumnos de acuerdo a <strong>su</strong> rendimiento académico en esa asignatura.<br />
Por otra parte, podemos pedirle a los docentes que clasifiquen a <strong>su</strong>s alumnos en esas<br />
tres categorías de acuerdo a <strong>su</strong> comportamiento habitual en las clases de dicha<br />
asignatura. De esta manera tenemos dos clasificaciones que se pueden comparar y<br />
obtener así coincidencias y discrepancias. Lo esperable aquí es que a mayor<br />
coincidencia, mejor diagnóstico <strong>del</strong> maestro.<br />
Calidad de <strong>su</strong> representación sobre el encargo social de la escuela: Aquí se trata de<br />
valorar si el docente se representa el encargo social de la escuela en toda <strong>su</strong> dimensión<br />
o ve la acción escolar limitada a alguna o algunas de <strong>su</strong>s dimensiones. Esto significa,<br />
entre otras cosas, evaluar si comprende la necesidad de la acción educativa de la<br />
escuela y <strong>su</strong> papel en la comunidad, además de <strong>su</strong> labor instructiva.<br />
Contribución a la formación de valores nacionales y universales y al desarrollo de<br />
capacidades valorativas: A través de este indicador se trata de valorar en qué medida el<br />
docente propicia en la clase la realización de valoraciones, la discusión acerca de la<br />
utilidad de los conocimientos, destaca el vínculo con la práctica social en general y con<br />
la comunidad de <strong>su</strong>s alumnos en particular, y cómo trata de formar y desarrollar en <strong>su</strong>s<br />
alumnos los más caros valores nacionales y universales.<br />
Efectividad de <strong>su</strong> <strong>su</strong>peración y autopreparación: Aquí se evalúa hasta en qué medida la<br />
<strong>su</strong>peración y autopreparación <strong>del</strong> docente marcha en la dirección de la solución de <strong>su</strong>s<br />
deficiencias científico-pedagógicas y técnico-metodológicas y cómo estas tienen una<br />
repercusión directa en el mejoramiento de <strong>su</strong> práctica educativa.<br />
Capacidad para crear un ambiente favorable para que el alumno conozca <strong>su</strong>s derechos<br />
y responsabilidades y aprenda a ejercerlos : Se refiere a la creación de un clima<br />
adecuado de trabajo en el aula y fuera de ella para que los alumnos asimilen <strong>su</strong>s<br />
derechos y los defiendan con firmeza y respeto, y al propio tiempo, acepten <strong>su</strong>s<br />
71
esponsabilidades y se propongan cumplirlas.<br />
Capacidad para desarrollar un proceso de reflexión autocrítica sobre <strong>su</strong> práctica<br />
educativa : Se trata de la manera responsable en que el docente se representa las<br />
causas <strong>del</strong> éxito y el fracaso de <strong>su</strong>s alumnos tanto en el plano instructivo como en el<br />
educativo, de <strong>su</strong> capacidad de autoperfeccionamiento de la práctica educativa.<br />
Dimensión 2: Emocionalidad.<br />
“Los sentimientos son el reflejo en el cerebro <strong>del</strong> hombre de <strong>su</strong>s relaciones reales, o<br />
sea, de las relaciones <strong>del</strong> <strong>su</strong>jeto que experimenta las necesidades con los objetos que<br />
tienen significado para él” 46 .<br />
No deben identificarse los términos “sentimientos” y “emociones”, como comúnmente se<br />
hace de manera popular y hasta en determinados manuales de psicología. Emoción es<br />
sólo la forma concreta, el transcurso <strong>del</strong> proceso psíquico de experimentación de los<br />
sentimientos. Los procesos emocionales y los estados emocionales o sentimientos,<br />
como <strong>su</strong>ele decirse en la acepción más restringida <strong>del</strong> término, constituyen la forma<br />
u<strong>su</strong>al y característica en que se experimentan los sentimientos. La emoción es la<br />
experimentación directa, inmediata de cualquier sentimiento.<br />
Lenin dijo: ...”sin emociones humanas no se ha acometido ni puede acometerse la<br />
búsqueda humana de la verdad 47 . Sin embargo, una gran emotividad, puede en<br />
ocasiones, traer aparejado un reflejo distorsionado, alterado, de los objetos, la<br />
interpretación <strong>su</strong>bjetiva de los hechos, errores lógicos en las conclusiones y<br />
valoraciones.<br />
Por esa razón, todo docente debe aprender a autorregularse, a dominar <strong>su</strong>s emociones<br />
de orientación negativa en el proceso de enseñanza aprendizaje y en general en <strong>su</strong>s<br />
relaciones interpersonales con <strong>su</strong>s alumnos, padres, directivos y colegas.<br />
Estudios educacionales cualitativos y cuantitativos, señalan que uno de los puntos<br />
obstaculizadores para un mejoramiento y transformación <strong>del</strong> desempeño docente, lo<br />
constituyen los marcos de referencia que <strong>su</strong>stentan las prácticas pedagógicas basadas<br />
en el paradigma positivista, el concibe al conocimiento como información, fundado en<br />
verdades absolutas y ahistóricas.<br />
Un grupo de teorías sociales y <strong>del</strong> ámbito de la educación, fuertemente influidas por<br />
este reduccionismo teórico y metodológico legitimó cuál era el conocimiento verdadero.<br />
La preocupación por la búsqueda de leyes universales de la conducta humana y la<br />
atención por los comportamientos observables y cuantificables, lleva a aceptar<br />
<strong>su</strong>puestos mecanicistas, estáticos, que permiten pensar que los individuos pueden ser<br />
estudiados de modo objetivo, mediante análisis empíricos, aislando e ignorando el<br />
46 Pretovski, A.V. Psicología General. Editorial Pueblo y Educación, 1982, pág. 392.<br />
47 Lenin, Vladimir I. Obras completas, tomo 25, pág. 112. (En ruso).<br />
72
contexto socioemocional y cultural. El peso que logró alcanzar la postura positivista,<br />
dotó a las investigaciones de una perspectiva no humana, ya que no consideraban las<br />
emocionalidades y las valoraciones que existen en toda interacción social.<br />
Las prácticas pedagógicas no deben ser un accionar irreflexivo que puede llevar a la<br />
robotización, sino más bien deben estar apoyadas en el análisis y la reflexión crítica,<br />
para tratar de mejorar los niveles de calidad de los procesos de enseñanza y<br />
aprendizaje.<br />
Según Echeverría (1994), las emociones al igual que las motivaciones son estados<br />
internos, difícilmente observables o medibles en forma externa. Las emociones las<br />
asociamos con los quiebres, esto es, con las interrupciones en nuestra transparencia<br />
en el fluir de nuestro actuar pedagógico. Al hacer un análisis crítico de las prácticas<br />
pedagógicas se descubre que al producirse los episodios críticos, que son momentos<br />
concretos de quiebre en la rutina pedagógica en el cual el docente entra en conflicto<br />
emocional y/o intelectualmente por la forma de interacción con el alumno, se modifica el<br />
espacio de posibilidades de acción pedagógica adecuada.<br />
“La emoción, por tanto, es una distinción que hacemos en el lenguaje para referirnos al<br />
cambio de nuestro espacio de posibilidades a raíz de determinados acontecimientos.<br />
Cuando hablamos de emociones, podemos señalar que existen circunstancias<br />
particulares que la generan. Podemos identificar los acontecimientos que gatillan las<br />
emociones” 48 .<br />
La autoimagen <strong>del</strong> docente se ve constantemente afectada por las actitudes propias<br />
hacia mismo y por las actitudes de los otros (alumnos, docentes, directivos, padres). En<br />
la autoimagen están implicadas diversas reacciones emocionales hacia sí mismo, tales<br />
como el orgullo, la vanidad, la arrogancia, la humildad, la confusión, la falta de<br />
confianza en sí mismo, la vergüenza, el desamparo, la autocomplacencia, entre otras,<br />
las cuales se encuentran a la base de las acciones pedagógicas (Rosenberg, 1977).<br />
Indicadores<br />
Vocación pedagógica: Se refiere al grado de sentimiento afectivo que siente el maestro<br />
por la carrera pedagógico, a <strong>su</strong> compromiso emocional con esta actividad humana, a <strong>su</strong><br />
predisposición positiva por esta ocupación.<br />
Autoestima: Grado de valoración positiva o negativa que los docentes tienen de si<br />
mismos, es decir, cuánto se quieren, aprecian o valoran. Se trata de la correspondencia<br />
entre valoración, juicio y autoconcepto.<br />
Capacidad para actuar con justicia, realismo y sentido <strong>del</strong> humor: Este indicador informa<br />
sobre la capacidad <strong>del</strong> docente de pensar y actuar en cada momento adecuándose a la<br />
situación real que se le presenta ante sí, dando los niveles de ayuda o ejerciendo la<br />
crítica que cada cual merece y todo ello con el mayor tacto pedagógico y con la debida<br />
autorregulación.<br />
48 Pretovski, A.V. Psicología General. Editorial Pueblo y Educación, 1982, pág. 396.<br />
73
Nivel de satisfacción con la labor que realiza: Grado de aprobación o rechazo que los<br />
docentes tienen de las acciones que realizan en la escuela, así como de <strong>su</strong>s re<strong>su</strong>ltados.<br />
Dimensión 3: Responsabilidad en el desempeño de <strong>su</strong>s funciones laborales.<br />
Indicadores<br />
Asistencia y puntualidad a la escuela y a <strong>su</strong>s clases: Se trata <strong>del</strong> grado de cumplimiento<br />
que logra de <strong>su</strong> primer deber como trabajador de la docencia, asistir puntualmente a la<br />
escuela y <strong>su</strong>s clases.<br />
Grado de participación en las sesiones metodológicas o en jornadas de reflexión entre<br />
los docentes: Aquí se trata de medir la asistencia y el grado de participación <strong>del</strong> docente<br />
en las sesiones de trabajo metodológico que se realizan con otros maestros de <strong>su</strong><br />
departamento o de la escuela, si contribuye o no al enriquecimiento <strong>del</strong> acervo<br />
pedagógico de <strong>su</strong>s colegas.<br />
Cumplimiento de la normativa: En este indicador se controla si el docente ha recibido<br />
alguna sanción disciplinaria en el período lectivo que se evalúa.<br />
Grado en que a<strong>su</strong>me teórica y prácticamente la necesidad profesional de la formación y<br />
capacitación permanente : En este indicador se pretende medir en qué medida el<br />
docente comprende y es consecuente con la capacitación y formación permanente<br />
tanto formal como informal.<br />
Implicación personal en la toma de decisiones de la institución : Se refiere al grado en<br />
que se identifica positivamente con las decisiones que se adoptan en la institución a<br />
partir de percibir <strong>su</strong> participación en ellas y al grado de compromiso que siente con <strong>su</strong><br />
cumplimiento.<br />
Grado de autonomía profesional relativa alcanzada para desarrollar <strong>su</strong> tarea en la<br />
institución : Aquí se necesita evaluar la relativa independencia <strong>del</strong> docente en <strong>su</strong><br />
actuación ganada con <strong>su</strong> autoridad funcional en la institución, sin negar por ello <strong>su</strong><br />
compromiso con la coordinación de las influencias educativas que debe lograr con el<br />
resto de los docentes.<br />
Nivel profesional alcanzado: Este indicador informa sobre el mayor título, grado<br />
académico o grado científico alcanzado por el maestro en cuestión, o en <strong>su</strong> defecto, el<br />
último año aprobado de la carrera para obtener el título idóneo.<br />
Dimensión 4: Relaciones interpersonales con <strong>su</strong>s alumnos, padres, directivos,<br />
docentes y comunidad escolar en general.<br />
“El término proceso pedagógico incluye los procesos de enseñanza y educación<br />
organizados en <strong>su</strong> conjunto, y dirigidos a la formación de la personalidad; en este<br />
proceso se establecen relaciones sociales activas entre pedagogos y educandos, y <strong>su</strong><br />
influencia recíproca, <strong>su</strong>bordinados al logro de los objetivos planteados por la<br />
sociedad” 49 .<br />
49 García Ramis, Lisardo y otros. Los retos <strong>del</strong> cambio educativo. Editorial Pueblo y Educación, 1996,<br />
pag. 14.<br />
74
En este proceso no están aislados el docente y los alumnos. Hay que tener en cuenta el<br />
carácter complejo de las interrelaciones <strong>del</strong> colectivo escolar, de <strong>su</strong>s organizaciones,<br />
<strong>del</strong> colectivo pedagógico, la familia, la comunidad y las organizaciones sociales.<br />
En estas relaciones desempeñan un papel esencial las relativas a las relaciones<br />
maestro – alumno, no sólo en el marco de la clase, sino también en el trabajo que el<br />
maestro desarrolla fuera de la clase, y que va dirigido a la formación multilateral de la<br />
personalidad. Es en este contexto que ocupa un lugar destacado la dirección por el<br />
maestro de la actividad docente de los alumnos.<br />
Nivel de preocupación y comprensión de los problemas de <strong>su</strong>s alumnos: Aquí se trata<br />
de medir hasta qué punto el maestro se preocupa y conoce los problemas docentes,<br />
familiares y personales de <strong>su</strong>s alumnos y en qué medida lo ayuda en <strong>su</strong> solución.<br />
Nivel de expectativas respecto al desarrollo de <strong>su</strong>s alumnos: Este indicador informa<br />
sobre el nivel de aspiraciones de los docentes con respecto al grado escolar máximo<br />
que deben alcanzar <strong>su</strong>s alumnos, así como a <strong>su</strong> futura inserción laboral en la sociedad<br />
en que viven.<br />
Dimensión 5: Re<strong>su</strong>ltados de <strong>su</strong> labor educativa.<br />
Rendimiento académico alcanzado por <strong>su</strong>s alumnos en la o las asignaturas que<br />
imparte: Aquí se mide el porcentaje de respuestas correctas que el alumno alcanza en<br />
una prueba objetiva estandarizada y debidamente validada.<br />
Grado de orientación valorativa positiva hacia cualidades de la personalidad deseables:<br />
Se trata de constatar el signo de las orientaciones valorativas de los alumnos hacia las<br />
cualidades de la personalidad que se corresponden con el ideal de hombre que busca<br />
formar el proyecto educativo institucional.<br />
Estas cualidades deben estar adecuadamente definidas y operacionalizadas para poder<br />
aproximarnos al logro de una <strong>evaluación</strong> de ellas, al menos de manera opinática.<br />
A continuación ejemplificamos lo anterior con algunas cualidades universalmente<br />
deseables :<br />
Concepto Cualidad Comportamiento<br />
Organización: Es el orden en<br />
el espacio, tiempo, estructura<br />
social y en la secuencia de<br />
actividades 50 .<br />
Organizado<br />
75<br />
Asistir diariamente a la<br />
escuela.<br />
Distribuir y controlar el<br />
tiempo de estudio, de<br />
trabajo y de recreación<br />
para hacer en cada<br />
momento la actividad<br />
señalada.<br />
Terminar todas las<br />
50 Avendaño Olivera, Rita M. Y Minujin, Alicia. Metodología de los círculos ¿Cómo soy y<br />
cómo quiero ser?, folleto, ICCP, octubre 1985, pág.23.
Concepto Cualidad Comportamiento<br />
tareas que emprende.<br />
Tener en el puesto de<br />
trabajo únicamente lo<br />
que vaya a utilizar en<br />
cada tarea.<br />
Recoger ordenadamente<br />
los materiales, al<br />
terminar cada tarea.<br />
Cuidar los materiales y<br />
equipos, forrar las<br />
Responsabilidad: Es el<br />
cumplimiento cabal (en<br />
tiempo y con calidad) de las<br />
misiones, tareas o<br />
compromisos y el a<strong>su</strong>mir las<br />
consecuencias de <strong>su</strong>s<br />
actos 51 .<br />
Respeto: Es la forma<br />
adecuada de comportarse<br />
con las personas y honrar la<br />
Patria 52 .<br />
Responsable<br />
Respetuoso<br />
76<br />
libretas y los libros, etc.<br />
Estudiar diariamente,<br />
especialmente<br />
re<strong>su</strong>lta difícil.<br />
lo que<br />
Pensar en lo que hace y<br />
realizarlo con calidad.<br />
Participar en las<br />
actividades que<br />
programa la escuela.<br />
Recordar llevar a la<br />
escuela los materiales<br />
necesarios para realizar<br />
las actividades.<br />
Cumplir con los<br />
compromisos<br />
obligaciones.<br />
y<br />
Pensar en las<br />
consecuencias de <strong>su</strong>s<br />
actos y responder por<br />
ellos.<br />
Honrar los símbolos<br />
patrios,<br />
mártires.<br />
héroes y<br />
Tener en cuenta a los<br />
demás.<br />
Escuchar cuando otros<br />
hablan.<br />
Practicar con todos la<br />
51 Avendaño Olivera, Rita M. Y Minujin, Alicia. Metodología de los círculos ¿Cómo soy y<br />
cómo quiero ser?, folleto, ICCP, octubre 1985, pág.23.<br />
52 Avendaño Olivera, Rita M. Y Minujin, Alicia. Metodología de los círculos ¿Cómo soy y<br />
cómo quiero ser?, folleto, ICCP, octubre 1985, pág.24.
Concepto Cualidad Comportamiento<br />
cortesía, saludar, cuidar<br />
los modales.<br />
Hablar en voz baja y<br />
esperar <strong>su</strong> turno.<br />
Valorar el trabajo ajeno.<br />
Plantear los desacuerdo<br />
a la persona indicada en<br />
buena forma, en lugar u<br />
Colectivismo: Es la<br />
incorporación al grupo para<br />
realizar conjuntamente las<br />
actividades escolares con la<br />
mayor armonía 53 .<br />
Honestidad: Es la sinceridad,<br />
la veracidad, la actuación sin<br />
dobleces, ocultamientos,<br />
engaños ni encubrimientos 54 .<br />
Colectivista<br />
Honesto<br />
77<br />
momentos adecuados.<br />
Trabajar y estudiar para<br />
que <strong>su</strong> grupo sea el<br />
mejor.<br />
Cooperar con<br />
entusiasmo y alegría en<br />
las labores de la<br />
escuela.<br />
Llevarse bien con los<br />
compañeros.<br />
Ayudar a los<br />
compañeros para que<br />
todos trabajen, estudien<br />
y se comporten<br />
correctamente.<br />
Aceptar la ayuda que le<br />
brindan.<br />
Compartir materiales y<br />
otras cosas.<br />
Contribuir a que todos<br />
se pongan de acuerdo.<br />
Portarse bien aunque<br />
nadie lo vea.<br />
En las evaluaciones<br />
demuestra lo que él<br />
realmente sabe, no<br />
copia.<br />
Decir la verdad, ser<br />
sincero.<br />
Repudiar el robo y el<br />
53 Avendaño Olivera, Rita M. Y Minujin, Alicia. Metodología de los círculos ¿Cómo soy y<br />
cómo quiero ser?, folleto, ICCP, octubre 1985, pág.24.<br />
54 Avendaño Olivera, Rita M. Y Minujin, Alicia. Metodología de los círculos ¿Cómo soy y cómo quiero<br />
ser?, folleto, ICCP, octubre 1985, pág.24.
Concepto Cualidad Comportamiento<br />
fraude.<br />
Decir lo que piensa, no<br />
hablar de nadie por<br />
detrás.<br />
Reconocer los errores y<br />
Independencia: Amar el<br />
trabajo y demostrarlo<br />
trabajando 55 .<br />
Laboriosidad: Amar el<br />
trabajo y demostrarlo<br />
trabajando 56 .<br />
Independiente<br />
Laborioso<br />
rectificarlos.<br />
78<br />
Resolver con <strong>su</strong>s<br />
propios esfuerzos las<br />
tareas orientadas.<br />
Pensar por si sólo.<br />
Enfrentar las dificultades<br />
y luchar hasta vencerlas.<br />
Mantener los puntos de<br />
vista mientras no lo<br />
convenzan de <strong>su</strong> error.<br />
Tomar decisiones<br />
después de analizar las<br />
posibles soluciones o<br />
vías.<br />
Criticar los errores y<br />
ayudar a corregirlos.<br />
Respetar el trabajo que<br />
realizan los demás.<br />
Realizar las tareas que<br />
se le encomiendan con<br />
calidad.<br />
Ayudar en las tareas <strong>del</strong><br />
hogar.<br />
Asistir regularmente al<br />
trabajo.<br />
Demostrar interés por<br />
las labores que realiza.<br />
Demostrar satisfacción<br />
personal por la labor que<br />
realiza.<br />
55 Avendaño Olivera, Rita M. Y Minujin, Alicia. Metodología de los círculos ¿Cómo soy y cómo quiero<br />
ser?, folleto, ICCP, octubre 1985, pág.25.<br />
56 Avendaño Olivera, Rita M. Y Minujin, Alicia. Metodología de los círculos ¿Cómo soy y cómo quiero<br />
ser?, folleto, ICCP, octubre 1985, pág.25.
Grado en que <strong>su</strong>s alumnos poseen sentimientos de amor a la Patria, a la naturaleza, al<br />
estudio y al género humano: Se trata de valores <strong>su</strong>premos y universales, que sólo se<br />
pueden alcanzar con una educación humanista y muy comprometida socialmente. La<br />
idea martiana de que Patria es humanidad, debe ser inculcada a cada alumno, teniendo<br />
en cuenta que ellos sólo se apropiarán de ella se observan en el texto y en el contexto<br />
una acción coherente y consecuente con el discurso, en las relaciones macro, meso y<br />
microsociales.<br />
Capacidades<br />
pedagógicas<br />
Mo<strong>del</strong>o de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong> Docente<br />
Emocionalidad Responsabilidad Sistema de<br />
relaciones<br />
interpersonales<br />
RESULTADOS DE SU<br />
LABOR EDUCATIVA<br />
Figura Nº 6<br />
79
De los métodos de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño<br />
profesional <strong>del</strong> docente<br />
A continuación mostramos los métodos cuya utilización consideramos necesaria y útil<br />
para evaluar de manera válida y confiable el desempeño profesional <strong>del</strong> maestro, así<br />
como las dimensiones sobre los que pueden información pertinente:<br />
MÉTODO DIMENSIONES QUE EVALÚA<br />
1. Observación de clases. Capacidades pedagógicas.<br />
Sistema de relaciones interpersonales<br />
con <strong>su</strong>s alumnos.<br />
Responsabilidad en el desempeño de<br />
<strong>su</strong>s funciones.<br />
Emocionalidad.<br />
Re<strong>su</strong>ltados de <strong>su</strong> labor educativa.<br />
2. Encuesta de opiniones profesionales. Capacidades pedagógicas.<br />
Emocionalidad.<br />
3. Pruebas objetivas estandarizadas y Re<strong>su</strong>ltados de <strong>su</strong> labor educativa.<br />
test sobre desarrollo humano.<br />
4. Portafolio Responsabilidad en el desempeño de<br />
<strong>su</strong>s funciones.<br />
5. Test de conocimientos y ejercicios de Capacidades pedagógicas.<br />
rendimiento profesional.<br />
6. Auto<strong>evaluación</strong> Capacidades pedagógicas.<br />
Responsabilidad en el desempeño de<br />
<strong>su</strong>s funciones.<br />
Por la importancia que le concedemos a la observación de clases como necesaria<br />
actividad para evaluar el desempeño profesional <strong>del</strong> docente desarrollamos a<br />
continuación, en toda <strong>su</strong> extensión, nuestras ideas sobre este método de <strong>evaluación</strong>.<br />
Desarrollamos también en este capítulo un epígrafe relacionado con cada uno de los<br />
principales métodos anteriormente referidos y finalmente desplegamos algunas ideas<br />
80
esenciales acerca de los métodos para la combinación de datos de <strong>evaluación</strong><br />
procedentes de diferentes fuentes, por la complejidad que constituye el tránsito <strong>del</strong><br />
análisis a la síntesis en todo proceso evaluativo.<br />
3.1 La observación de clases.<br />
La <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong> docente, cualquiera que sea el método utilizado, es<br />
compleja y difícil. Existe una serie de enfoques, pero cada uno de ellos tiene <strong>su</strong>s pros y<br />
<strong>su</strong>s contras. En lo que parecen coincidir esos enfoques es en el hecho de que la<br />
omisión de la observación directa en la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong> docente re<strong>su</strong>lta<br />
impensable, pues ¿cómo puede evaluarse a los profesores sin ver a estos en acción?<br />
Sin embargo, las observaciones no deberían tener un papel tan predominante que por<br />
<strong>su</strong> presencia se ignoren aspectos de la enseñanza que no son fácilmente observables.<br />
Por esa razón para nosotros una <strong>evaluación</strong> ideal incorpora fuentes múltiples de datos<br />
sobre el desempeño de los profesores y <strong>su</strong>s consecuencias sobre los alumnos.<br />
Las entrevistas pre y posobservación pueden proporcionar parte de la información<br />
necesaria para completar la imagen de las competencias necesarias en todo docente.<br />
Estas pueden revelar los planes de un profesor, así como <strong>su</strong>s razones para enseñar<br />
como lo hace a un tipo determinado de alumnos. Además de las entrevistas, se pueden<br />
utilizar algunos instrumentos de “papel y lápiz” como los cuestionarios que exploran el<br />
comportamiento de determinadas variables relativas a la actuación <strong>del</strong> docente y <strong>su</strong><br />
contexto institucional y aúlico, o incluso las pruebas para valorar el conocimiento que<br />
tienen sobre las diversas materias así como Pedagogía.<br />
Las observaciones de clases pueden ser la pieza fundamental de una estrategia de<br />
<strong>evaluación</strong> sistemática <strong>del</strong> desempeño de los docentes.<br />
Re<strong>su</strong>lta necesario precisar desde el inicio mismo de estas reflexiones que todo método<br />
de observación de clases debe estar acompañado de una concepción de lo que es la<br />
enseñanza y, específicamente, una concepción de lo que es una enseñanza buena o<br />
eficaz. Al analizar el uso de un proceso de <strong>evaluación</strong> tal como la observación<br />
sistemática, se encuentran de inmediato no solo problemas de método y<br />
procedimientos, sino la misma raíz <strong>del</strong> problema de definir la enseñanza en sí.<br />
Ahora bien, los procedimientos no son neutros. O bien amplían o bien limitan las<br />
propias opiniones con respecto a la enseñanza y a determinados eventos pedagógicos.<br />
Las categorías incorporadas a un sistema de observación centran la atención en<br />
algunos aspectos de la actividad pedagógica y excluyen otros. Es mejor reconocer<br />
explícitamente estas elecciones que pensar que se está siendo totalmente objetivo,<br />
científico o neutro al utilizar un procedimiento observacional sistemático. Al seleccionar<br />
y desarrollar un procedimiento observacional, se da una forma explícita a las<br />
a<strong>su</strong>nciones y creencias sobre lo que constituye la enseñanza y se toman decisiones<br />
acerca de aquellos aspectos dignos de atención y escrutinio.<br />
Existe un nexo bastante directo entre el rendimiento observable y la competencia<br />
<strong>su</strong>byacente. El uso de la observación como un procedimiento de <strong>evaluación</strong> pre<strong>su</strong>me<br />
81
que las acciones didácticas observables proporcionan una base <strong>su</strong>ficiente para juzgar el<br />
grado de idoneidad de un profesor incluso si se sostiene que la enseñanza no es<br />
solamente un conjunto de comportamientos o rendimientos observables.<br />
La observación es un método empírico de investigación que se utiliza con mucha<br />
frecuencia en la mayoría de los mo<strong>del</strong>os de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong> docente. Su<br />
amplio uso se justifica por la necesidad de analizar las características <strong>del</strong> desempeño<br />
<strong>del</strong> maestro en <strong>su</strong> contexto, lo que evita realizar inferencias inobjetivas acerca de lo que<br />
verdaderamente acontece en la sala de clase.<br />
Esta modalidad de recolección de testimonios de la actuación <strong>del</strong> maestro ha tenido<br />
históricamente varios enfoques paradigmáticos. Uno de estos paradigmas es el<br />
proceso-producto, que se define como la relación entre lo que los docentes hacen en<br />
el aula (proceso de enseñanza) y lo que ocurre con <strong>su</strong>s alumnos (productos <strong>del</strong><br />
aprendizaje) (Shulman,1990; Montern, 1990).<br />
Otros de los paradigmas que han guiado el uso de este método es el mediacional. Este<br />
enfoque se centra más en la enseñanza que en el aprendizaje y considera a la primera<br />
como un proceso tecnológico de resolución de problemas. Luego aquí se considera que<br />
la eficacia <strong>del</strong> trabajo <strong>del</strong> docente se asocia a <strong>su</strong> capacidad para diagnosticar los<br />
problemas de aprendizaje de los alumnos, elaborar estrategias para darle solución y<br />
contrastar <strong>su</strong> efectividad en la práctica (Schulman, 1975; Clark, 1976; Wagner, Elstein,<br />
1977; Schaselson, 1979; entre otros).<br />
Hacia fines de la década <strong>del</strong> 70 se desarrolla el denominado paradigma ecológico que<br />
caracteriza la vida <strong>del</strong> aula en términos de intercambios socioculturales y por lo tanto<br />
utiliza esencialmente una metodología cualitativa en la medición de la efectividad <strong>del</strong><br />
desempeño <strong>del</strong> maestro. Gibaja (1988-1991), representante de este paradigma, llega a<br />
plantear que lo que <strong>su</strong>cede en cada aula es un fenómeno único que puede entenderse<br />
solo bajo condiciones relativamente ideosincráticas.<br />
La propuesta que estamos presentando aquí se adscribe fundamentalmente al<br />
paradigma proceso-producto. No obstante se a<strong>su</strong>men un conjunto de indicadores que<br />
se derivan de los otros paradigmas.<br />
El uso de listas de comportamientos específicos es compatible con la idea de que la<br />
enseñanza consiste en ciertas clases de acciones pedagógicas, pero no es compatible<br />
con una visión de la enseñanza como la preparación de un medio en el que tenga lugar<br />
el aprendizaje <strong>del</strong> alumno. Sin embargo, a los efectos de completar información o<br />
verificar <strong>su</strong> validez sobre el desempeño docente, obtenida a través de otros<br />
procedimientos tales como entrevistas, cuestionarios, etc., las listas de<br />
comportamientos específicos pueden re<strong>su</strong>ltar muy útiles por <strong>su</strong> alto grado de<br />
concreción y por la factibilidad de <strong>su</strong> cuantificación e interpretación cualitativa.<br />
Se puede hacer una distinción muy general entre las evaluaciones cuyo objetivo es<br />
llegar a una decisión relativa a empleo, certificación, permanencia o despido, promoción<br />
en la enseñanza, etc., y aquella utilizada esencialmente para el desarrollo <strong>del</strong><br />
82
profesorado, para que tenga lugar una mejora permanente de la enseñanza y de la<br />
escuela. Las observaciones pueden ser especialmente adecuadas para propósitos<br />
llamados de “mejora”, porque proporcionan una base de discusión sobre la enseñanza<br />
real que tiene lugar en cada aula en particular.<br />
En términos generales, la observación es buena para considerar comportamientos o<br />
acciones, pero es una herramienta muy limitada para lograr comprender los<br />
pensamientos y sentimientos <strong>del</strong> <strong>su</strong>jeto observado. Así, si se desea saber cómo se<br />
comporta un docente con un grupo de alumnos durante una clase, la observación<br />
puede ser una buena forma de reunir información. Por el contrario, si se quiere saber<br />
por qué se comportan los docentes de una manera determinada, la observación por sí<br />
sola sería una elección incompleta. También sería un procedimiento inadecuado si se<br />
quisiera saber cómo se siente un docente durante una clase.<br />
Cuando se utiliza la observación, debe a<strong>su</strong>mirse que la muestra de comportamiento<br />
obtenida indica competencia en dominios que no se han observado, que las pruebas<br />
con respecto a los mismos no es esencial para evaluar, o que las pruebas<br />
concernientes a competencias sin observar se obtendrán por otros medios.<br />
Por lo tanto, debe tenerse muy en cuenta que la observación en el aula deja fuera<br />
pruebas sistemáticas directas sobre la planificación que hace el profesor de <strong>su</strong>s clases,<br />
<strong>su</strong> valoración y modificación de los materiales didácticos que emplea, <strong>su</strong> elección y<br />
adaptación de métodos pedagógicos, y <strong>su</strong>s relaciones de trabajo con colegas, padres y<br />
miembros de la comunidad escolar.<br />
Distintos sistemas de observación<br />
La observación como método de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong> docente, puede tomar<br />
formas muy diversas. En algunos de los países donde se realiza desde hace algún<br />
tiempo <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> profesorado, esta las llevaba a cabo el director o el <strong>su</strong>pervisor<br />
basándose en una o más observaciones cortas durante las clases <strong>del</strong> profesor. Los<br />
procedimientos para la observación que utilizaban en la mayoría de ellos eran<br />
típicamente informales, no se requería de un formato especial. El observador<br />
reflexionaba sobre la que veía o bien emitía un juicio sobre el profesor, o bien <strong>su</strong>giería<br />
posibles mejoras pedagógicas.<br />
Más recientemente se han instituido procedimientos que implican la observación<br />
sistemática de los profesores mediante la utilización de instrumentos específicos.<br />
En la actualidad se utiliza un amplio abanico de instrumentos que incluyen listas de<br />
comportamientos, sistemas de categorías, informes escritos, resúmenes y sistemas de<br />
clasificación. Los procedimientos también varían con respecto al grado de inferencia<br />
que pueden requerir para categorizar los comportamientos observados.<br />
Existen diferencias entre los métodos de observación abiertos y los métodos cerrados<br />
(Wright, 1969). En los sistemas abiertos se incluyen notas, narraciones, informes, así<br />
como películas o cintas de video. El informe de la observación contiene una descripción<br />
83
de una secuencia de comportamientos en lenguaje ordinario o en forma mecánicamente<br />
reproducible. Al tomar informes abiertos se hace un esfuerzo para describir plenamente<br />
“todo” el comportamiento que tiene lugar para evitar las interpretaciones o la selección.<br />
Los sistemas abiertos se utilizan a veces en conexión con los juicios emitidos por el<br />
evaluador. Los informes proveen ejemplos específicos que se pueden discutir o analizar<br />
en una reunión entre el evaluador y el profesor o en una revisión realizada por los<br />
colegas.<br />
Por el contrario, los sistemas cerrados ponen el énfasis en la reunión de datos y centran<br />
<strong>su</strong> atención en tipos o aspectos específicos <strong>del</strong> comportamiento. Los sistemas cerrados<br />
incluyen sistemas de categorías y signos, así como listas de comportamientos y escalas<br />
de clasificación. El sistema de categorías típico contiene categorías mutuamente<br />
exclusivas y exhaustivas que son aplicadas a los comportamientos de interés. Cuando<br />
se utiliza un sistema de categorías, todos los comportamientos de relevancia<br />
observados se sitúan en una y sólo una categoría.<br />
Un claro ejemplo de sistema de categorías es el utilizado por Good y Brophy (1987)<br />
para valorar la implicación <strong>del</strong> alumno en el trabajo asignado durante la clase. En <strong>su</strong><br />
aplicación práctica, <strong>su</strong>gieren que todos los alumnos sean observados cada dos minutos<br />
y que <strong>su</strong> comportamiento se sitúe en una de cuatro categorías mutuamente exclusivas:<br />
claramente implicado en el trabajo asignado, no se puede decir, quizá pensando y sin<br />
trabajar.<br />
Los sistemas de signos también contienen categorías de codificación predefinidas, pero<br />
mientras que las categorías son mutuamente exclusivas, no son exhaustivas. Sólo se<br />
registran comportamientos específicos seleccionados cuando se utiliza un sistema de<br />
signos; el observador ignora comportamientos que no encajen en ninguna categoría y<br />
que por tanto carecen de interés. Good y Brophy (1987) también proporcionan un<br />
ejemplo de sistema de signos. En este caso lo utilizan para constatar el tipo de<br />
preguntas realizada por el profesor durante la clase. Aquí las categorías utilizadas por<br />
ellos son: preguntas académicas sobre datos, académicas sobre opinión, y no –<br />
académicas. Nótese que algunas preguntas no se pueden acomodar en ninguna de<br />
estas categorías, por ejemplo aquellas que requieren aplicación, síntesis u otros<br />
procesos mentales que sean académicos pero que no se basen en los datos. La<br />
selección de categorías, como en este caso, es característica de un sistema de signos.<br />
Por <strong>su</strong> parte, las listas de comportamientos son una forma común de observación<br />
cerrada que se utiliza en las evaluaciones de profesorado. Las listas de<br />
comportamientos están hechas de tal manera que el observador indica la presencia o<br />
ausencia de un comportamiento dado durante una clase o durante un intervalo de<br />
tiempo determinado de una clase.<br />
Al contrario que muchos sistemas cerrados, especialmente las listas de<br />
comportamientos, los sistemas de clasificación representan un procedimiento de alta<br />
inferencia en que el evaluador emite juicios acerca <strong>del</strong> rendimiento <strong>del</strong> profesor. Las<br />
clasificaciones a veces se realizan después de llevar a cabo un registro sistemático de<br />
las observaciones abiertas así como después <strong>del</strong> uso de listas de comportamientos.<br />
84
Estabilidad, generalización, fiabilidad y validez de los sistemas de observación.<br />
Del párrafo anterior se deduce que existen sistemas de observación de alta y de baja<br />
inferencia. La diferencia entre ambos está en la especificidad de las definiciones de<br />
comportamientos <strong>del</strong> sistema de observación. En los sistemas de baja inferencia se<br />
codifican comportamientos específicos y fácilmente identificados. Aquí las<br />
observaciones normalmente están dirigidas hacia la frecuencia de comportamientos<br />
pedagógicos. Consecuentemente, los observadores normalmente llegan a altos niveles<br />
de exactitud con los sistemas de baja inferencia a menos que se les pida que registren<br />
un número excesivo de comportamientos a intervalos cortos. Uno de los puntos fuertes<br />
de los sistemas de baja inferencia es <strong>su</strong> fiabilidad (la fiabilidad de la medida, tal y como<br />
aquí se utiliza, se refiere a la objetividad y grado en que se puede reproducir una<br />
observación en un momento dado. Si un procedimiento es fiable en este sentido, las<br />
frecuencias o las clasificaciones derivadas de una observación deberían ser muy<br />
parecidas si participa en la observación más de una persona).<br />
El aspecto de la fiabilidad más afín a la coherencia, estabilidad o generalización<br />
representa la idea de que aparecerán clasificaciones y juicios similares cuando el<br />
mismo profesor sea observado en una serie de ocasiones.<br />
Para tener un procedimiento de observación válido, tanto el instrumento en sí como el<br />
plan de muestra que se utilice deben reflejar adecuadamente la definición de<br />
enseñanza que utiliza el evaluador.<br />
Hay una especie de pacto entre la validez y la fiabilidad a la hora de seleccionar un<br />
sistema de observación de alta o baja inferencia. Si se considera que la enseñanza es<br />
decididamente algo más que la <strong>su</strong>ma de unas partes definibles, un sistema de baja<br />
inferencia, puede ser muy fiable, pero es con toda probabilidad menos válido que un<br />
sistema de alta inferencia.<br />
Ha habido, en mi opinión y la de muchos autores con<strong>su</strong>ltados, una desafortunada<br />
tendencia a preocuparse excesivamente de la fiabilidad y objetividad de los sistemas de<br />
observación de profesorado y a ocuparse in<strong>su</strong>ficientemente de la validez y de las<br />
definiciones de lo que constituye la enseñanza.<br />
Por todo lo anterior considero que la selección de un sistema de observación para este<br />
proyecto debería estar determinada por la coherencia entre la visión de la dirección<br />
general de escuelas de la provincia Buenos Aires sobre la enseñanza efectiva y la<br />
fi<strong>del</strong>idad con que el instrumento refleje dicha visión. Luego, soy de la opinión de que<br />
una combinación armónica y coherente de sistemas de alta y baja inferencia puede<br />
lograr altos índices de fiabilidad y validez. Por lo tanto, propongo concretamente utilizar<br />
un sistema de observación que conste de dos instrumentos utilizados en dos etapas<br />
<strong>su</strong>cesivamente: En la primera etapa se debe aplicar un sistema de observación abierto,<br />
específicamente un informe (sistema de alta inferencia), y en la segunda etapa, a partir<br />
<strong>del</strong> informe, se debe llenar una lista de comportamientos (sistema de baja inferencia).<br />
85
Acerca de la muestra de clases a observar<br />
En la práctica actual dos o tres observaciones de una hora de duración representan el<br />
máximo de tiempo que se le dedica a observar a un docente (Kowalski, 1978; Wise,<br />
1984; Mc Laughlin y Pfeifer, 1988).<br />
Bajo una perspectiva de medida tradicional es esperable que aumentar el número de<br />
observaciones incrementaría la constancia y la fiabilidad. Rowley (1978) demostró que<br />
más observaciones producen una fiabilidad más altas en algunas medidas de clase,<br />
especialmente cuando las circunstancias bajo las que se están realizando las<br />
observaciones son relativamente similares. Este autor señala que un número mayor de<br />
observaciones de una menor duración pueden producir una mayor fiabilidad que<br />
observaciones más largas incluso aunque la cantidad de tiempo total sea igual en los<br />
dos casos. Se puede intuir que es mejor observar clases íntegras que partes de las<br />
mismas, pero desde el punto de vsta de la fiabilidad, las observaciones más cortas<br />
probablemente produzcan datos más fiables.<br />
Para generalizar y encontrar validez y fiabilidad, habría que tomar muestras de diversos<br />
tipos de clases en una serie de asignaturas de las que imparte el docente en cuestión.<br />
Cuando las observaciones se utilizan para mejorar la instrucción, la estabilidad y la<br />
posibilidad de generalizar pueden ser cuestiones de menos importancia. Un pequeño<br />
número de observaciones puede proporcionar <strong>su</strong>gerencias de gran utilidad, siempre y<br />
cuando se tenga claro que no se ha obtenido una visión completa de las capacidades y<br />
habilidades pedagógicas <strong>del</strong> profesor.<br />
Un plan de muestra que tenga en cuenta una serie de observaciones seleccionadas<br />
para representar los contextos clave en los que trabaja el profesor constituye un<br />
enfoque, si bien caro, potencialmente deseable. Otra alternativa es centrar la atención<br />
en un pequeño número de los tipos de clase utilizados o de asignaturas enseñadas más<br />
frecuentemente. Una tercera estrategia seleccionaría el tipo de clase utilizado que fuera<br />
indicativo de las habilidades <strong>del</strong> profesor debido a <strong>su</strong> importancia. Cada uno de estos<br />
criterios muestrales tiene en cuenta las fuentes de variación principales de la práctica<br />
pedagógica y las acomoda de modos distintos pero plausibles.<br />
En conclusión <strong>su</strong>giero tratar de aproximarnos, hasta donde sea posible, a la primera de<br />
las estrategias descritas anteriormente, observándoles 4 clases a cada profesor de la<br />
muestra y tratando de que sean distintos tipos de clases.<br />
Algunas consideraciones sobre procedimientos para la aplicación práctica de un<br />
sistema de observación de clases.<br />
Al ejecutar un sistema de observación se presentan algunos problemas de tipo práctico.<br />
En primer lugar, es necesario decidir si se debe informar al profesor que será observado<br />
con antelación. A veces es una obligación contractual notificar previamente estas<br />
visitas, y en general parece deseable. Una observación planificada permite realizar una<br />
reunión previa a la observación con objeto de que evaluador y profesor discutan las<br />
características de la clase, así como los procedimientos de observación y las<br />
86
expectativas. Planificar las observaciones también permite que tenga lugar una<br />
selección más precisa <strong>del</strong> tipo de clases que se va a observar. En cambio, unas<br />
observaciones que no se han anunciado con antelación pueden detectar a aquellos<br />
profesores que no preparan <strong>su</strong>s clases o que no están motivados y quienes alteran <strong>su</strong><br />
comportamiento habitual cuando saben que van a ser observados.<br />
En segundo lugar, está la cuestión de si el docente a observar debería o no estar<br />
familiarizado de antemano con el instrumento de observación y con el modo en que se<br />
obtendrán las conclusiones. Para algunos dar esta información a los docentes que<br />
serán observados es como describir el contenido de un examen al <strong>su</strong>jeto al que se le va<br />
a aplicar. Sin embargo, no se dispone de datos basados en investigación alguna sobre<br />
esta cuestión, aunque hay pruebas anecdóticas de que algunos profesores tratan de<br />
tener comportamientos específicos cuando se utilizan listas de baja inferencia. En mi<br />
opinión, los profesores deberían conocer los estándares y las expectativas de la<br />
<strong>evaluación</strong> de la que serán objeto. Si el proceso en sí influye sobre el modo en que<br />
enseñe el profesor, entonces puede inferirse que se trata de un tipo de acción que,<br />
potencialmente, puede impulsar la mejora educativa. Considerar si dicha influencia es<br />
deseable o no es responsabilidad de las autoridades que demandan y dirigen este<br />
proyecto.<br />
Casi siempre es necesario que se mantenga una reunión después de la observación<br />
para discutir la misma y las conclusiones extraídas. Los profesores tienen derecho a<br />
saber cuándo se han sacado conclusiones acerca de <strong>su</strong> rendimiento, de qué tipo han<br />
sido estas, y según ello planificar <strong>su</strong>s objetivos de desarrollo profesional. Por <strong>su</strong>puesto,<br />
cuando las observaciones tienen lugar como un medio para compartir información y<br />
percepciones con los colegas, las discusiones posteriores a la observación son una<br />
parte natural <strong>del</strong> proceso.<br />
En las condiciones de nuestro proyecto <strong>su</strong>giero que sólo al final de las 4 observaciones<br />
se establezca con el docente en cuestión un diálogo abierto, franco y profesional sobre<br />
lo observado, donde no se discuta solamente sobre los aciertos y desaciertos de <strong>su</strong>s<br />
clases, sino también donde se les ponga ejemplo de la importancia de los datos<br />
recolectados como in<strong>su</strong>mos para la toma de decisiones de política educativa que<br />
pudieran beneficiar <strong>su</strong> práctica. De esta manera se lograría disminuir un tanto la actitud<br />
de permanente sospecha y predisposición desfavorable que tienen algunos docentes<br />
sobre la acciones de <strong>evaluación</strong> de <strong>su</strong> desempeño.<br />
Acerca de los evaluadores<br />
El papel de evaluador lo desempeñan personas que por <strong>su</strong> trabajo dentro de <strong>su</strong> sistema<br />
escolar están <strong>su</strong>puestamente más capacidades para ello. Dentro de los sistemas<br />
escolares estas personas <strong>su</strong>elen ser inspectores, directores, <strong>su</strong>bdirectores, jefes de<br />
departamento o <strong>su</strong>pervisores <strong>del</strong> currículo.<br />
El propósito de una <strong>evaluación</strong> es relevante a la hora de decidir quién va a realizar las<br />
observaciones y quién va a extraer las conclusiones pertinentes. Son importantes, en<br />
87
todas las circunstancias, la objetividad y la equidad, y deben ponerse en práctica a<br />
través de una conducta profesional y una formación adecuada.<br />
Probablemente sea más fácil realizar el papel de evaluador por aquellas personas que<br />
enseñan los mismos cursos y las mismas materias que el <strong>su</strong>jeto evaluado. Esto implica<br />
que re<strong>su</strong>lta conveniente y deseable incluir en los equipos de evaluadores a docentes<br />
sin cargos directivos que han acumulado gran experiencia en el ejercicio de la docencia<br />
en circunstancias similares a las <strong>del</strong> contexto de los profesores que serán evaluados.<br />
Si la experiencia <strong>del</strong> evaluador es muy diferente de la <strong>del</strong> profesor objeto de la<br />
<strong>evaluación</strong>, entonces lo más probable es que sea necesario que disponga de una lista<br />
de comportamientos muy estructurada. Cuando el procedimiento de observación está<br />
muy definido, quizá tenga menos importancia disponer de un conocimiento previo de<br />
determinados tipos de enseñanza, aunque siga siendo importante tener un antecedente<br />
en el campo de la educación. No obstante, una experiencia similar mejorará la validez<br />
de una observación aún cuando se trabaje con un sistema de categorías cerradas.<br />
La formación <strong>del</strong> observador se ve influenciada por el tipo específico de observación y<br />
el propósito de la misma. Una formación adecuada en el uso de métodos abiertos y<br />
cerrados puede con frecuencia llevarse a cabo mediante el uso de cintas de vídeo en<br />
vez de observaciones. No obstante, es importante que los observadores vayan a las<br />
aulas y realicen observaciones “en vivo”, de modo que se puedan familiarizar con el<br />
proceso de centrar <strong>su</strong> atención sobre los <strong>su</strong>cesos relevantes en el contexto global de<br />
una clase. Las observaciones reales también proporcionan formación en lo que se<br />
refiere a <strong>su</strong> trato directo con los profesores, los estudiantes, y demás personal de la<br />
escuela.<br />
Probablemente uno de los aspectos más difíciles de la formación <strong>del</strong> evaluador es la<br />
especificación de los medios por los cuales se van a traducir los datos de las<br />
observaciones a las conclusiones. En algunos casos, un estándar numérico sobre la<br />
frecuencia de determinados comportamientos es satisfactorio y el procedimiento<br />
bastante mecánico. Sin embargo, otros procedimientos, por ejemplo los que requieren<br />
la formulación de recomendaciones para mejorar la enseñanza <strong>del</strong> profesor evaluado,<br />
demandan el ejercicio <strong>del</strong> juicio y la experiencia profesionales. Para aplicarlos se<br />
demanda experiencia y alto grado de inferencia por parte de los evaluadores.<br />
El instrumento que presentamos a continuación es una “Guía de observación<br />
estructurada” que actualmente se utiliza de forma generalizada en las escuelas de la<br />
educación primaria en Cuba. La misma es fruto <strong>del</strong> trabajo de construcción <strong>del</strong> “Grupo<br />
Aprendizaje” de investigadores <strong>del</strong> Instituto Central de Ciencias Pedagógicas, el que<br />
realizó una ardua labor de sistematización de todo lo producido al respecto por los<br />
investigadores de nuestro país.<br />
Re<strong>su</strong>lta necesario destacar la necesidad de atender celosamente a las “orientaciones<br />
metodológicas para el llenado de la guía en cuestión, como elemento indispensable<br />
para garantizar la “consistencia externa de los indicadores” que forman la misma en<br />
forma de ítems. Por esa razón mostramos a continuación ambos documentos, es decir,<br />
88
la guía y las orientaciones para <strong>su</strong> llenado.<br />
Datos generales<br />
Ministerio de Educación<br />
Instituto Central de Ciencias Pedagógicas<br />
Guía para la Observación de Clases<br />
Educación Primaria<br />
2003<br />
Escuela: __________________________ Provincia: __________ Municipio: __________<br />
Grado: ______ Grupo:_____ Nombre <strong>del</strong> maestro: ____________________ No: _______<br />
Marque con una (X) el tipo de formación: Lic. ___ Emergente ___<br />
Auxiliar pedagógica en formación _____<br />
Asignatura:__________________ A<strong>su</strong>nto de la clase:_____________________________<br />
Nombre de observador: _______________________________________<br />
Marque por filas, con solo una equis (X), en cada columna, según corresponda.<br />
DOMINIO DE LOS OBJETIVOS<br />
1. El maestro conoce los objetivos de <strong>su</strong> clase.<br />
INDICADORES Bien Regular Mal<br />
2. Comunica los objetivos con claridad a los alumnos.<br />
3. Se corresponden con las exigencias <strong>del</strong> grado, asignatura,<br />
momentos <strong>del</strong> desarrollo y nivel.<br />
4. Las actividades de aprendizaje se corresponden con los<br />
objetivos, así como con los diferentes niveles de<br />
desempeño.<br />
5. Propicia que los alumnos comprendan el valor <strong>del</strong> nuevo<br />
conocimiento.<br />
DOMINIO DEL CONTENIDO<br />
6. Realiza un tratamiento correcto y contextualizado de los<br />
conceptos. Establece relaciones entre los conceptos y los<br />
procedimientos que trabaja en la clase.<br />
7. Correspondencia, entre objetivos, contenido y<br />
características psicológicas de los alumnos.<br />
8. Atiende a las diferencias individuales en función <strong>del</strong><br />
diagnóstico.<br />
9. Exige a los alumnos corrección en <strong>su</strong>s respuestas.<br />
10. Propicia el vínculo intermateria.<br />
11. Aprovecha todas las posibilidades que el contenido ofrece<br />
para educar a los alumnos.<br />
12. Trabaja para lograr la nivelación de los alumnos, a partir <strong>del</strong><br />
diagnóstico.<br />
89
INDICADORES Bien Regular Mal<br />
13. Orienta actividades que se corresponden con los diferentes<br />
niveles de asimilación o de desempeño.<br />
USO DE MÉTODOS Y PROCEDIMIENTOS<br />
METODOLÓGICOS<br />
14. Utiliza métodos y procedimientos metodológicos que<br />
orientan y activan al alumno hacia la búsqueda<br />
independiente <strong>del</strong> conocimiento hasta llegar a la esencia<br />
<strong>del</strong> concepto y <strong>su</strong> aplicación.<br />
15. Estimula a la búsqueda de información en otras fuentes,<br />
propiciando el desarrollo <strong>del</strong> pensamiento reflexivo y de la<br />
independencia cognoscitiva.<br />
16. Dirige el proceso sin anticiparse a los razonamientos y<br />
juicios de los alumnos.<br />
17. El maestro utiliza niveles de ayuda que permiten al alumno<br />
reflexionar sobre <strong>su</strong> error y rectificarlo.<br />
MEDIOS DE ENSEÑANZA<br />
18. Emplea los medios de enseñanza(láminas, juegos,<br />
maquetas, mo<strong>del</strong>os, etc.) para favorecer un aprendizaje<br />
desarrollador.<br />
19. Utiliza el contenido de la emisión televisiva, vinculándolo a<br />
los objetivos y contenidos de enseñanza <strong>del</strong> grado.<br />
20. Utiliza los software educativos vinculándolos a los objetivos<br />
y contenidos de enseñanza <strong>del</strong> grado.<br />
21. Utiliza el vídeo a partir de los objetivos y contenidos de<br />
enseñanza <strong>del</strong> grado.<br />
22. Explota las potencialidades <strong>del</strong> medio.<br />
CLIMA PSICOLÓGICO DEL AULA<br />
23. Favorece un clima agradable hacia el aprendizaje, donde<br />
con respeto y afecto, los alumnos expresan sentimientos,<br />
argumentos y se plantean proyectos propios. Utiliza un<br />
lenguaje coloquial con tono adecuado.<br />
24. Las actividades que se realizan contribuyen al desarrollo<br />
de las posibilidades comunicativas de <strong>su</strong>s alumnos.<br />
25. Contribuye con <strong>su</strong> ejemplo y con el uso adecuado de<br />
estrategias de trabajo a la correcta formación de hábitos.<br />
26. Demuestra confianza en la posibilidades de aprendizaje de<br />
todos <strong>su</strong>s alumnos, apoyándolos con palabras que les den<br />
seguridad.<br />
MOTIVACIÓN<br />
27. Con la motivación implica al alumno durante toda la clase.<br />
90
ETAPA DE ORIENTACIÓN<br />
INDICADORES Bien Regular Mal<br />
28. Logra que el alumno comprenda qué, para qué, por qué,<br />
cómo y bajo qué condiciones va a aprender antes de<br />
ejecución(Orientación hacia el objetivo).<br />
29. Propicia que el alumno establezca nexos entre lo conocido<br />
y lo nuevo por conocer(aseguramiento de las condiciones<br />
previas).<br />
30. Utiliza vías metodológicas que orienten e impliquen al<br />
alumno en el análisis de las condiciones de las tareas y en<br />
los procedimientos que habrá de utilizar en <strong>su</strong> solución<br />
posterior.<br />
31. Controla si comprenden lo orientado.<br />
ETAPA DE EJECUCIÓN<br />
32. Los alumnos ejecutan sólo actividades individuales<br />
33. Los alumnos ejecutan actividades por parejas, por equipos<br />
y por grupos.<br />
34. Los alumnos ejecutan actividades variadas, diferenciadas y<br />
con niveles crecientes de complejidad.<br />
35. Atiende diferenciadamente las necesidades y<br />
potencialidades de los alumnos individuales y <strong>del</strong> grupo, a<br />
partir <strong>del</strong> diagnóstico.<br />
ETAPA DE CONTROL<br />
36. El maestro propicia la realización de actividades de control<br />
y valoración, por parejas y colectivas.<br />
37. Los alumnos autocontrolan y autovaloran <strong>su</strong>s tareas.<br />
38. Durante la clase el maestro utiliza diferentes formas de<br />
control.<br />
PRODUCTIVIDAD DURANTE LA CLASE<br />
39. Las actividades que planifica contribuyen a garantizar la<br />
máxima productividad de cada alumno durante toda la<br />
clase.<br />
FORMACIÓN DE HÁBITOS<br />
40. Da atención a los hábitos posturales<br />
41. Se aprecia en los alumnos cuidado de <strong>su</strong> apariencia personal y<br />
hábitos de higiene y orden en el aula<br />
91
DIMENSIONES e INDICADORES:<br />
DOMINIO DE LOS OBJETIVOS<br />
1. El maestro conoce los objetivos de <strong>su</strong> clase.<br />
2. Comunica los objetivos con claridad a los alumnos.<br />
3. Se corresponden con las exigencias <strong>del</strong> grado, asignaturas y momentos <strong>del</strong><br />
desarrollo.<br />
4. Las actividades de aprendizaje se corresponden con los objetivos, así como con<br />
los diferentes niveles de desempeño.<br />
5. Propicia que los alumnos comprendan el valor <strong>del</strong> nuevo conocimiento.<br />
DOMINIO DEL CONTENIDO.<br />
6. Realiza un tratamiento correcto y contextualizado de los conceptos. Establece<br />
relaciones entre los conceptos y los procedimientos que trabaja en la clase.<br />
7. Correspondencia, entre objetivos, contenido y características psicológicas de los<br />
alumnos.<br />
8. Atiende a las diferencias individuales en función <strong>del</strong> diagnóstico.<br />
9. Exige a los alumnos corrección en <strong>su</strong>s respuestas.<br />
10. Propicia el vínculo intermateria.<br />
11. Aprovecha todas las posibilidades que el contenido ofrece para educar a los<br />
alumnos.<br />
12. Trabaja para lograr la nivelación de los alumnos, a partir <strong>del</strong> diagnóstico<br />
USO DE MÉTODOS Y PROCEDIMIENTOS METODOLÓGICOS<br />
13. Utiliza métodos y procedimientos metodológicos que orientan y activan al<br />
alumno hacia la búsqueda independiente <strong>del</strong> conocimiento hasta llegar a la<br />
esencia <strong>del</strong> concepto y <strong>su</strong> aplicación.<br />
14. Estimula a la búsqueda de información en otras fuentes, propiciando el<br />
desarrollo <strong>del</strong> pensamiento reflexivo y de la independencia cognoscitiva.<br />
15. Dirige el proceso sin anticiparse a los razonamientos y juicios de los alumnos.<br />
16. El maestro utiliza niveles de ayuda que permiten al alumno reflexionar sobre <strong>su</strong><br />
error y rectificarlo.<br />
MEDIOS DE ENSEÑANZA<br />
17. Emplea los medios de enseñanza(láminas, juegos, maquetas, mo<strong>del</strong>os, objetos<br />
naturales) para favorecer un aprendizaje desarrollador.<br />
18. Utiliza el contenido de la emisión televisiva, vinculándolo al contenido de<br />
enseñanza <strong>del</strong> grado.<br />
92
19. Utiliza los software educativos vinculándolos al contenido de enseñaza <strong>del</strong> grado.<br />
20. Utiliza el vídeo a partir de los objetivos y contenidos de enseñanza <strong>del</strong> grado.<br />
CLIMA PSICOLÓGICO DEL AULA<br />
21. Favorece un clima agradable hacia el aprendizaje, donde con respeto y afecto,<br />
los alumnos expresan sentimientos, argumentos y se plantean proyectos propios.<br />
22. Las actividades que se realizan contribuyen al desarrollo de las posibilidades<br />
comunicativas de los alumnos.<br />
23. Contribuye con <strong>su</strong> ejemplo y con el uso adecuado de estrategias de trabajo a la<br />
correcta formación de hábitos.<br />
24. Utiliza métodos y estrategias metodológicas para contribuir a la formación de<br />
valores.<br />
MOTIVACIÓN<br />
25. Motivación durante la clase, y grado de implicación que logra en el alumno, de<br />
modo que el proceso tenga significado y sentido para él en los diferentes<br />
momentos de la actividad.<br />
Organización y dirección de los diferentes momentos de la actividad: (Momentos<br />
en los que está presente la motivación)<br />
Orientación:<br />
26. Propicia que el alumno establezca nexos entre lo conocido y lo nuevo por<br />
conocer(aseguramiento de las condiciones previas).<br />
27. Orienta qué, cómo, por qué, para qué y bajo que condiciones el alumno(a) ha de<br />
aprender(Orientación hacia el objetivo).<br />
28. 26.Utiliza preguntas de reflexión, u otras vías que orienten e impliquen al alumno<br />
en el análisis de las condiciones de las tareas y los procedimientos,<br />
favoreciendo con ello la formación <strong>del</strong> hábito de controlar mejor <strong>su</strong>s re<strong>su</strong>ltados.<br />
29. Controla como parte de la orientación la comprensión por el alumno(a) de lo que<br />
ha de aprender y de lo que va a ejecutar.<br />
Ejecución.<br />
30. Propicia la ejecución de tareas individuales,<br />
31. Propicia la ejecución de tareas por parejas, por equipos o por grupos, favoreciendo<br />
con estas últimas los procesos de socialización.<br />
32. Atiende diferenciadamente las necesidades y potencialidades de los alumnos<br />
individuales y <strong>del</strong> grupo, a partir <strong>del</strong> diagnóstico, para desde la utilización de<br />
niveles de ayuda, lograr el máximo desarrollo de cada alumno en el alcance de<br />
los objetivos.<br />
Control<br />
93
33. Propicia la realización de actividades de control y valoración por parejas, y<br />
colectivas.<br />
34. Los alumnos autocontrolan y autovaloran <strong>su</strong>s tareas.<br />
35. Durante la clase el maestro utiliza diferentes formas de control.<br />
Atención a la formación de normas y valores.<br />
36. Da atención al desarrollo de hábitos, de normas de comportamiento y valores<br />
sociales, como parte <strong>del</strong> proceso de formación de cualidades y orientaciones<br />
valorativas de la personalidad de los escolares.<br />
Productividad en la clase.<br />
37. Las actividades que planifica contribuyen a garantizar la máxima productividad<br />
de cada alumno durante todo el tiempo que dura la clase.<br />
Algunas precisiones para la comprensión y el control valorativo de los<br />
indicadores <strong>del</strong> Proceso de Enseñanza-Aprendizaje<br />
Dominio <strong>del</strong> Fin, los objetivos <strong>del</strong> grado, de la asignatura y de los momentos <strong>del</strong><br />
desarrollo que orientan la planificación de la clase y <strong>del</strong> sistema de clases.<br />
Se apreciará el dominio de estos aspectos en la planificación que ha hecho <strong>del</strong><br />
contenido de <strong>su</strong> clase y de <strong>su</strong> correspondencia con el sistema de actividades de<br />
aprendizaje seleccionadas, así como en el tratamiento a los aspectos educativos<br />
derivados de este sistema, para la clase en particular y para el sistema de clases. No se<br />
trata de que lo tenga escrito en una libreta sino de que sea visible durante el desarrollo<br />
de la clase, esto no significa que se le diga al niño mecánicamente cuáles son los<br />
objetivos, sino que se pueda apreciar que estén implícitos a partir de lo que se hace.<br />
Los objetivos deben reflejar las exigencias <strong>del</strong> grado, el momento de desarrollo <strong>del</strong> niño<br />
y la asignatura de que se trate de acuerdo con el Fin y los objetivos más generales de la<br />
escuela.<br />
Se evaluará en:<br />
Bien: Si se corresponde lo que hace con los objetivos que se plantea y esto es visible<br />
en el desarrollo de la clase y, en particular en el sistema de actividades que planifica y<br />
realizan los alumnos. Estos objetivos deben corresponderse con las exigencias <strong>del</strong><br />
grado, el momento de desarrollo <strong>del</strong> niño y la asignatura de que se trate.<br />
Regular: Si puede precisar cuáles son los objetivos de la clase pero éstos no se<br />
revelan claramente en <strong>su</strong> sistema de actividades, o no demuestra conocer cuáles son<br />
esos objetivos, pero <strong>su</strong> diseño de actividades permite al menos inferirlos.<br />
Mal: Si no demuestra tener claridad con lo que quiere de la clase ni las actividades<br />
que realiza hacen visible qué objetivos se pretendían con la clase, o estos no se<br />
corresponden con las exigencias <strong>del</strong> grado, el momento de desarrollo <strong>del</strong> niño y la<br />
asignatura de que se trate.<br />
94
Dominio <strong>del</strong> contenido instructivo y educativo y de los vínculos interasignaturas,<br />
de la clase que imparte y <strong>del</strong> sistema de clases concebida.<br />
Se apreciará en el tratamiento que da al trabajo con los conceptos, y las relaciones<br />
entre ellos, así como a las habilidades y procedimientos que el alumno debe aprender<br />
vinculados a éstos, en la forma que los precise durante la clase, en <strong>su</strong> expresión<br />
verbal, escrita o dentro de las actividades que propone, lo que garantiza la necesaria<br />
sistematización de <strong>su</strong> aprendizaje por el alumno. Como parte de las relaciones que ha<br />
de lograrse entre conceptos y procedimientos, es esencial la búsqueda de la<br />
articulación lógica que logra entre el contenido de diferentes asignaturas, sin vínculos<br />
forzados, lo que enriquece dicha sistematización, así como toda la riqueza de<br />
influencias <strong>del</strong> contenido instructivo en todo el proceso educativo.<br />
Este dominio encuentra además <strong>su</strong> manifestación correcta cuando el maestro no<br />
comete imprecisiones y errores de contenido, <strong>su</strong> vocabulario es correcto, las<br />
actividades que propone no presentan errores de este tipo y exige a <strong>su</strong>s alumnos<br />
corrección en <strong>su</strong>s respuestas. De igual forma, un aspecto esencial de este dominio, se<br />
expresa en la correspondencia que logre con los objetivos y las características<br />
psicológicas de <strong>su</strong>s alumnos.<br />
Este indicador se evaluará de la forma siguiente:<br />
Bien: Si se corresponde con los parámetros antes mencionados y, en particular no<br />
comete errores de contenido, <strong>su</strong> vocabulario es correcto, las actividades que propone<br />
no presentan errores de ese tipo y exige a <strong>su</strong>s alumnos corrección en <strong>su</strong>s respuestas.<br />
Regular: Si comete algún error o imprecisiones de contenido, o de vocabulario o<br />
diseña alguna actividad con errores de ese tipo.<br />
Mal: Si comete errores o imprecisiones de contenido y de vocabulario, así como,<br />
diseña actividades con errores de ese tipo y no es exigente con los alumnos en cuanto<br />
a <strong>su</strong> corrección al expresarse o al realizar los procedimientos previstos en la clase.<br />
Métodos y procedimientos que emplea en la dirección <strong>del</strong> proceso. Como parte de<br />
este aspecto re<strong>su</strong>ltan esenciales los indicadores siguientes:<br />
En un proceso de aprendizaje productivo, re<strong>su</strong>ltan desde <strong>su</strong> dirección metodológica<br />
esenciales, tener en cuenta los indicadores referidos a la posibilidad de lograr orientar y<br />
activar intelectualmente al alumno, de forma gradual, hacia la búsqueda independiente<br />
<strong>del</strong> conocimiento, de los procedimientos, <strong>del</strong> empleo de diferentes fuentes para buscar<br />
información, con lo que se propicia un aprendizaje reflexivo y el desarrollo de la<br />
independencia cognoscitiva. Como parte de estos indicadores un lugar especial lo<br />
ocupa el no anticiparse a los razonamientos y juicios de los alumnos, dándole la<br />
posibilidad de expresar <strong>su</strong>s ideas, sentimientos plantearse proyectos propios, así como<br />
el poder ofrecer niveles de ayuda que permitan al escolar reflexionar sobre <strong>su</strong> error y<br />
rectificarlo en un proceso productivo en el que el alumno pueda reconocer que es<br />
posible equivocarse y rectificar el error.<br />
Estos indicadores se evaluarán de la forma siguiente:<br />
95
Bien: Si utiliza los procedimientos descritos en los indicadores referidos. Obsérvese que en la<br />
formulación de dichos indicadores están contenidas las acciones metodológicas requeridas para el<br />
cambio.<br />
Regular: Cuando se aprecia en la dirección pedagógica por el maestro el tener en<br />
cuenta algunos de estos aspectos pero otros re<strong>su</strong>ltan in<strong>su</strong>ficientes o no los tiene en<br />
cuenta, o se observa aún fuerte predominio o tendencia hacia que sea el docente el que<br />
ofrezca la información.<br />
Mal: Cuando no se aprecia en <strong>su</strong> dirección la presencia de estos procederes<br />
metodológicos.<br />
Utilización de los Medios de Enseñanza en un proceso desarrollador.<br />
Como parte de esta dimensión re<strong>su</strong>ltarán pertinentes la incorporación por el docente de<br />
los diferentes medios como láminas, juegos didácticos, maquetas, etc, que potencien<br />
una asimilación <strong>del</strong> conocimiento más productiva y reflexiva para el escolar,<br />
constituyendo algunos de ellos elementos esenciales como vía materializada de los<br />
conceptos objeto de aprendizaje y con los cuales es fundamental que el alumno<br />
interactúe y que se constituyen en niveles de ayuda importantes para aquellos alumnos<br />
con dificultades en el aprendizaje.<br />
Un lugar especial han venido a constituir la introducción en las clases de la emisión<br />
televisiva, el empleo de los software educativos y de los videos, medios que deberá el<br />
docente vincular con los objetivos y el contenido de enseñanza <strong>del</strong> grado. La realización<br />
de este trabajo requiere desde la concepción y planificación <strong>del</strong> sistema de clases,<br />
buscar los momentos oportunos que permitan una articulación efectiva y productiva de<br />
estos medios, siempre en función de potenciar al máximo el alcance hacia los objetivos.<br />
La Tecnología Educativa, y en particular la Computación, constituye hoy un gran reto de<br />
carácter didáctico para los docentes pues es extraordinaria la diversidad de formas en<br />
que puede llegar la información <strong>del</strong> conocimiento a cada uno de los escolares y sobre<br />
todo de poder interactuar cada uno de ellos de manera individual con esta información.<br />
Lo anterior, sin dudas requiere de la remo<strong>del</strong>ación profunda de la dirección <strong>del</strong> proceso<br />
de enseñanza aprendizaje, pues bajo estas exigencias y condiciones de posibilidades<br />
de aprendizaje individual interactivo, también hay que atender a condiciones de<br />
aprendizaje grupal, requisito esencial cuando se a<strong>su</strong>me una posición desarrolladora <strong>del</strong><br />
proceso de enseñanza aprendizaje.<br />
Es oportuno que se seleccionen de acuerdo con el tiempo que se dispone en clase si<br />
se requiere o todo el video o todo el software o parte de ellos. Su selección permite<br />
llevar al alumno a la comprensión, ejercitación y aplicación de la esencia <strong>del</strong> concepto<br />
objeto de enseñanza-aprendizaje.<br />
De esta forma se puede, en el tiempo de clases, explotar la utilización productiva de los<br />
mismos en tiempos de 10, 15 o 20 minutos o combinarlos, pero siempre precedidos de<br />
un trabajo de planificación eficiente, de lo contrario, si se realizan actividades con <strong>su</strong><br />
96
empleo pero ocupando grandes espacios de tiempo pueden dañar la motivación y<br />
productividad de la clase. Un trabajo de selección y planificación eficiente permite lograr<br />
un proceso más enriquecido y que actúe en un buen aprendizaje.<br />
Los indicadores que seguidamente se presentan se utilizarán en la planificación y<br />
<strong>evaluación</strong> de las clases cuando éstas se apoyen en el uso de la computación<br />
como medio de enseñanza <strong>del</strong> docente y de aprendizaje de los alumnos.<br />
Los indicadores propuestos están dirigidos a potenciar los procesos de instrucción,<br />
desarrollo y educación de los escolares, tomando como posibilidad las propias<br />
potencialidades que ofrece la computación como recurso tecnológico.<br />
Ofrecemos, por consiguiente, un grupo de ideas previas, las cuales pueden ayudar a<br />
reflexionar desde la planeación <strong>del</strong> proceso cómo acercarnos, desde estas ideas y<br />
desde la utilización de un grupo de indicadores, a la búsqueda de niveles <strong>su</strong>periores de<br />
calidad de la clase y <strong>del</strong> sistema de clases, donde el uso de este importante medio se<br />
inserte a <strong>su</strong> vez de manera armónica en el resto de los componentes <strong>del</strong> proceso de<br />
enseñanza aprendizaje, y en el cual el docente sigue siendo el mediador principal, guía<br />
y conductor de este proceso y que tiene entre otros y varios de <strong>su</strong>s propósitos, que la<br />
tecnología acompañe al aprendizaje de <strong>su</strong>s alumnos.<br />
Concepción de la utilización <strong>del</strong> medio en la planificación <strong>del</strong> sistema de clases.<br />
(A modo de ideas previas a la utilización de los indicadores).<br />
Estudio y análisis de los objetivos y contenidos de los programas de la asignatura,<br />
de los objetivos <strong>del</strong> grado y de los software que se orientan para el grado y ciclo y<br />
selección <strong>del</strong> contenido de éstos o parte de éstos por <strong>su</strong> correspondencia con los<br />
objetivos de la asignatura y grado en particular.<br />
Determinación y precisión de <strong>su</strong> utilización en el sistema de clase de acuerdo con<br />
las tareas o funciones didácticas que ha de cumplir cada clase en el sistema<br />
(apropiación de nuevos contenidos, desarrollo de habilidades y hábitos,<br />
sistematización de conocimientos y habilidades, control de conocimientos,<br />
habilidades y hábitos).<br />
Precisión de la estructura de cada clase en el sistema de clases, estableciendo el<br />
vínculo y la concreción necesaria entre todos los componentes <strong>del</strong> proceso (objetivocontenido-métodos<br />
y procedimientos-medios-formas de organización<strong>evaluación</strong>).<br />
Posteriormente se describen un conjunto de indicadores para la observación de las<br />
clases con la inserción de la televisión(con acciones <strong>del</strong> docente antes, durante y<br />
después de la emisión) sin embargo, como parte de este indicador más general que se<br />
analiza y que abarca las diferentes tecnologías, es posible observar si el docente en la<br />
planificación de <strong>su</strong> sistema de clases y, en la clase particular que se observa retoma<br />
aspectos <strong>del</strong> mensaje televisivo que pueden articularse con elementos de los software o<br />
de un video o el uso <strong>del</strong> pizarrón o de láminas u otras fuentes gráficas, para facilitar la<br />
fijación, ejercitación y aplicación <strong>del</strong> contenido de enseñanza de la propia emisión<br />
97
televisiva lo que equivale a utilizar los medios de enseñanza como sistema, dentro <strong>del</strong><br />
propio sistema de clases. Siempre considerando el papel rector de los objetivos como<br />
categoría rectora en este proceso.<br />
Otras formas de organización <strong>del</strong> proceso, como las excursiones, visitas, trabajos<br />
prácticos, entre otras, son factibles de vincular al trabajo con la televisión, como<br />
extensión de algunos de <strong>su</strong>s programas que adoptan estas formas organizativas, pero<br />
que aunque son de valor, no <strong>su</strong>stituyen las vivencias directas de niños y niñas en la<br />
naturaleza u otras fuentes y la búsqueda de información en ellas.<br />
Como parte de esta dimensión re<strong>su</strong>ltarán pertinentes las acciones metodológicas que<br />
la escuela y estructuras trabajen para el logro <strong>del</strong> Fin y los objetivos, teniendo en cuenta<br />
el enriquecimiento que aportan las tecnologías que por ser de introducción reciente<br />
requieren de un trabajo especial para lograr potenciar <strong>su</strong> utilización al máximo.<br />
Este indicador se evaluará de la forma siguiente:<br />
Bien: Si en la clase al utilizar los diferentes medios se puede apreciar una articulación<br />
lógica a los objetivos y contenidos objeto de enseñanza que enriquezcan y potencien la<br />
comprensión y aplicación de estos últimos. Es importante además, poder apreciar el<br />
trabajo como sistema de medios siempre como apoyo al cumplimiento <strong>del</strong> Fin y los<br />
Objetivos.<br />
Regular: Si son utilizados pero no se aprecia una explotación totalmente consecuente<br />
que permitan el cumplimiento de los objetivos y contenidos que se trabajan, en el caso<br />
de los videos o software, si se dilata mucho la clase por no selección de aspectos<br />
esenciales de estos y <strong>su</strong> extensión en tiempo afecta la motivación y productividad.<br />
Mal: Si no se utiliza ningún tipo de medios de enseñanza como parte de la clase.<br />
CLIMA PSICOLÓGICO DEL AULA<br />
Como parte de esta dimensión re<strong>su</strong>ltan de gran importancia los indicadores<br />
relacionados con un ambiente positivo en cuanto al respeto, relaciones afectivas,<br />
posibilidades de estimular a cada niño de acuerdo con <strong>su</strong>s diferencias y en particular a<br />
los escolares con problemas de aprendizaje los que deberán ser apoyados con<br />
palabras que impliquen seguridad y posibilidades que tienen todos para aprender,<br />
demostrando así <strong>su</strong> confianza en todos por igual.<br />
Otro aspecto importante esta vinculado con las posibilidades comunicativas que genera<br />
a partir de las diferentes tareas que planifica.<br />
Su ejemplo y el ser portador de las normas que trata de desarrollar, así como el<br />
lenguaje coloquial y afectivo que utiliza, se constituyen en elementos importantes <strong>del</strong><br />
clima, lo que permite que los alumnos tengan confianza para expresar <strong>su</strong>s vivencias<br />
criterios, necesidades, etc.<br />
98
Motivación y orientación que realiza en los diferentes momentos de la clase.<br />
Se apreciará desde las actividades iniciales mediante las cuales el maestro(a) debe<br />
propiciar que los niños(as) sientan deseos de aprender lo nuevo o de continuar<br />
trabajando con mayor profundidad los conocimientos y procedimientos que ya conocen,<br />
lo que es esencial para crear un ambiente emocional positivo ante el aprendizaje<br />
Estas actividades iniciales de motivación, están vinculadas con el proceso de<br />
orientación de lo nuevo que se va a aprender en la clase o a reafirmar, pues queda para<br />
ellos claro lo que han de aprender y cómo, pues además el maestro tiene en cuenta <strong>su</strong>s<br />
necesidades, vivencias, sentimientos e ideas precedentes. La motivación se apreciará<br />
en todo el desarrollo de la clase, lo que está relacionado con la calidad de la orientación<br />
y el tipo de actividades que propone el maestro(a) y ejecutan los niños(as) y <strong>su</strong><br />
carácter instructivo y educativo desarrollador.<br />
Un aspecto también muy importante dentro de la motivación, es que en el desarrollo de<br />
la clase lo que se haga tenga significación para el niño, o sea que él lo comprenda<br />
perfectamente, así como pueda valorar la importancia de lo que aprende y hace para la<br />
vida práctica y para <strong>su</strong> propio desarrollo como persona. La conducción por el maestro<br />
debe propiciar que el alumno se implique en la actividad a partir <strong>del</strong> significado que<br />
tiene para él el contenido de enseñanza.<br />
Se evaluará este indicador en:<br />
Bien: Si desarrolla actividades de motivación, con las características descritas en los<br />
párrafos anteriores.<br />
Regular: Si desarrolla actividades de motivación, pero estas no son <strong>su</strong>ficientes o no<br />
están bien diseñadas, por lo que no siempre logran el objetivo de motivar a los niños<br />
para la actividad.<br />
Mal: No desarrolla actividades que propicien la motivación en los alumnos, o estas<br />
son tan deficientes que no logran motivar a los niños.<br />
Orientación que realiza <strong>del</strong> proceso de aprendizaje dentro de la clase.<br />
La orientación es una de las etapas fundamentales en el proceso de aprendizaje <strong>del</strong><br />
niño, y en especial tiene gran importancia dentro de la clase, como se ha reflejado como<br />
parte de la motivación. Esta orientación se pone de manifiesto cuando se precisa al<br />
alumno qué es lo nuevo que se va a aprender y en qué se diferencia de lo que ya ha<br />
aprendido, lo que se logra cuando mediante diferentes actividades el maestro propicia<br />
que el alumno establezca nexos entre lo conocido y lo nuevo que va a aprender de una<br />
forma muy clara para el alumno.<br />
Para poder establecer los nexos antes planteados es indispensable que el maestro(a)<br />
conozca cuáles son las condiciones previas que poseen <strong>su</strong>s alumnos para aprender lo<br />
nuevo, y qué conocen ya de lo nuevo que van a aprender (ideas, vivencias, nociones<br />
acerca de lo nuevo)<br />
99
También se pone de manifiesto la orientación, cuando el maestro utiliza diferentes vías<br />
que propician que el niño se ubique e implique en el análisis de las condiciones de las<br />
tareas y en los procedimientos de solución, utilizando técnicas generales para el<br />
trabajo de aprendizaje(válidas para cualquier asignatura) como por ejemplo, la lectura<br />
global(enseñar al niño la necesidad de realizar una primera lectura general de la tarea),<br />
la lectura analítica(la necesidad, como procedimiento de trabajo, de realizar una<br />
segunda lectura que le permita identificar los aspectos esenciales para comprender<br />
qué se pide, con qué datos e información cuento, qué vías de solución son posibles de<br />
aplicar, qué re<strong>su</strong>ltados se esperan) que les permitirá realizar con mayor profundidad el<br />
referido análisis, evitando con ello la tendencia a la ejecución mecánica e irreflexiva. De<br />
igual forma, la mo<strong>del</strong>ación se constituye en un procedimiento de trabajo que permite al<br />
alumno poder apreciar con mayor objetividad los nexos y las relaciones esenciales que<br />
se dan entre los diferentes elementos de una tarea como ejemplo de nivel de ayuda<br />
importante para una ejecución consciente por el alumno.<br />
Se manifiesta también la orientación, cuando el maestro en el proceso inicial de<br />
búsqueda de ideas para resolver una tarea dada, propicia en colaboración conjunta,<br />
que él y los alumnos(as) tanteen diferentes vías de solución en lo que ha de hacerse,<br />
mediante el análisis y búsquedas de otras formas de realizar la actividad, lo que<br />
contribuye al desarrollo de un pensamiento flexible y a formas de independencia<br />
cognoscitiva a trabajar desde las primeras edades escolares.<br />
En sentido general, las orientaciones hacia la actividad de aprendizaje deben<br />
considerar con <strong>su</strong>ficiente precisión el qué los alumnos van a aprender, el cómo<br />
aprenderán(que incluye la orientación hacia los procedimientos lógicos, y habilidades<br />
dirigidos hacia la búsqueda <strong>del</strong> conocimiento, en particular de los elementos esenciales<br />
de los conceptos y procedimientos objetos de aprendizaje)Otros aspectos a tener en<br />
cuenta como parte de la orientación se dirigen a bajo qué condiciones se organiza el<br />
proceso de aprendizaje (individual, por equipos, en parejas); el para qué y el por qué se<br />
realiza el aprendizaje propiciando con estos últimos los aspectos vinculados al sentido y<br />
significado de la actividad.<br />
Este trabajo de orientación se hace más efectivo cuando se enseña al niño a que<br />
participe junto con el maestro, en la construcción de la Base Orientadora de la<br />
Actividad de aprendizaje.<br />
De particular importancia como parte de la orientación re<strong>su</strong>ltan las acciones de control<br />
que realice el maestro para verificar la comprensión por el alumno(a) de lo que va a<br />
hacer antes de ejecutarlo.<br />
Cada indicador correspondiente al momento de orientación se evaluará de:<br />
Bien: Si desarrolla actividades de orientación con las características descritas en los<br />
párrafos anteriores.<br />
Regular: Si desarrolla actividades de orientación, pero estas no son <strong>su</strong>ficientes o no<br />
son muy claras y precisas pues no incluyen el análisis de las acciones que el niño ha de<br />
aprender, por lo que no siempre logran <strong>su</strong> objetivo de orientarlos en el desarrollo de la<br />
100
actividad y por consiguiente se afecta la comprensión, motivación y ejecución<br />
satisfactoria de la actividad.<br />
Mal: No desarrolla actividades que propicien la orientación de los alumnos, o éstas<br />
son tan deficientes o confusas que no logran orientar adecuadamente a los niños.<br />
Posibilidades que ofrece el maestro para favorecer las acciones ejecutoras en los<br />
niños en el proceso de la clase.<br />
Las etapas de orientación y de ejecución se caracterizan por la correspondencia que<br />
hay entre las acciones que realizan los niños. Esto significa que no pueden ser dos<br />
etapas desarticuladas, pues de ser así la orientación dejaría de tener sentido para el<br />
niño y carecería de valor pedagógico. Por otra parte, si la orientación fue efectiva, el<br />
proceso de ejecución se puede lograr con una mayor independencia por parte de los<br />
alumnos(as), los que no requerirán de tantas orientaciones individuales y colectivas por<br />
parte <strong>del</strong> maestro para ejecutar <strong>su</strong>s tareas.<br />
Las posibilidades que el maestro ofrece para que el niño tenga una implicación<br />
consciente, motivada y participativa en la etapa de ejecución en los diferentes<br />
momentos de la actividad dentro de la clase, se pone de manifiesto, entonces, desde la<br />
etapa de orientación cuando propicia tareas con diferentes tipos de órdenes, así como<br />
la ejecución de tareas donde se combinen las actividades colectivas (por parejas, por<br />
equipos o por grupos) con las individuales, cuando las tareas son significativas para los<br />
alumnos porque están inmersas en <strong>su</strong> contexto y vivencias personales o cuando ellos<br />
mismos han participado en la elaboración de los procedimientos de orientación.<br />
De gran importancia en esta etapa, re<strong>su</strong>ltan las actividades y tareas de aprendizaje que<br />
con crecientes y diferentes niveles de dificultad el maestro selecciona para atender a la<br />
zona de desarrollo próximo de cada uno de los niños, y al grupo, dando de este modo<br />
atención a las diferencias individuales dentro de la clase y propiciando <strong>su</strong> máximo<br />
desarrollo, en el alcance de todos hacia los objetivos, así como logrando un tratamiento<br />
al error desde posturas que permitan al alumno(a) reflexionar sobre cómo resolvió el<br />
ejercicio, problema o respuesta que ofrece, para <strong>su</strong> rectificación.<br />
Este indicador se evaluará de:<br />
Bien: Si planifica <strong>su</strong> actividad atendiendo a las características antes descritas.<br />
(referidas a los procesos de socialización y a la atención diferenciada y desarrolladora<br />
de las actividades que ejecutan los alumnos) y si logra una atención correcta a los<br />
escolares a partir de procesos de reflexión.<br />
Regular: Si planifica <strong>su</strong> actividad de modo que se propicien algunas acciones de<br />
ejecución adecuadas en los niños en cuanto a los procesos de socialización, pero esto<br />
no lo hace con <strong>su</strong>ficiente sistematicidad dentro de la clase y no son lo <strong>su</strong>ficientemente<br />
desarrolladoras, no atiende adecuadamente las diferencias individuales, por lo que no<br />
siempre se propicia el mayor desarrollo posible en todos los alumnos. No en todos los<br />
momentos de la actividad favorece las reflexiones correspondientes con respecto a los<br />
errores individuales y/o colectivos.<br />
Mal: Si no desarrolla actividades que propicien favorablemente la ejecución en los<br />
alumnos en cuanto a los procesos de socialización o éstas son tan deficientes que no<br />
101
propician ningún desarrollo en los alumnos. Los errores se <strong>su</strong>stituyen por las respuestas<br />
correctas ofrecidas por el maestro u otros alumnos(as).<br />
Acciones de control y auto control que se realizan en la clase.<br />
Un aspecto importante <strong>del</strong> desarrollo <strong>del</strong> proceso dentro de la clase es el control que el<br />
maestro ejerce sobre el aprendizaje que se va produciendo en los niños, así como en<br />
qué medida va logrando que cada alumno aprenda a controlar y valorar por sí solo <strong>su</strong>s<br />
avances.<br />
El control es una de las acciones más importantes que el maestro debe planificar y<br />
ejecutar en todo momento de la clase de modo que pueda realmente monitorear cómo<br />
se está desarrollando el proceso y pueda realizar las correcciones individuales y<br />
colectivas en <strong>su</strong>s alumnos, así como en <strong>su</strong> propio proceder, de modo que se garantice<br />
que el aprendizaje se produzca en la dirección deseada.<br />
Un control es adecuado cuando permite al maestro conocer con bastante exactitud<br />
cuáles son los errores más frecuentes que se están cometiendo en cada momento de la<br />
clase y en qué aspectos hay mejores re<strong>su</strong>ltados, y cuando sabe también, con bastante<br />
precisión, cuáles son los alumnos que están presentando mayores dificultades y cuáles<br />
son éstas, así como los que se manifiestan con más éxito en la realización de cada<br />
actividad. Esto le permitirá reorientar <strong>su</strong> clase si es necesario, o indicar tareas<br />
especializadas o correctivas, de acuerdo al caso, a aquellos que avanzan con más<br />
lentitud o más rapidez que la prevista.<br />
Estas acciones de control también deben incluir, cono antes se señaló, al propio niño<br />
que también debe aprender a autocontrolar y autovalorar <strong>su</strong> actividad de aprendizaje y<br />
reorientar <strong>su</strong> proceder si esto es necesario, un aspecto importante en este logro lo<br />
constituye la incorporación gradual <strong>del</strong> alumno en el control de las actividades de <strong>su</strong>s<br />
compañeros, pues mediante este proceso va aprendiendo las exigencias o indicadores<br />
que debe cumplir en cada tipo de tarea o actividad de aprendizaje las cuales reflejan la<br />
calidad que debe ser alcanzada en el desarrollo de las mismas.<br />
En este sentido, el maestro les debe ofrecer vías para que realicen <strong>su</strong> autocontrol o<br />
debe exigirle el uso de ellas <strong>su</strong>poniendo que ya sean conocidas con anterioridad. Estas<br />
acciones de autocontrol pueden estar dirigidas a los re<strong>su</strong>ltados que han obtenido en el<br />
desarrollo de alguna actividad, y pueden ser acciones de comparación con algún<br />
mo<strong>del</strong>o, conjunto de exigencias o indicadores, o mediante el empleo de técnicas de<br />
comprobación, como las que se emplean en las operaciones de cálculo, solución de<br />
ecuaciones y solución de problemas matemáticos.<br />
También pueden ser acciones de autocontrol <strong>del</strong> proceso de realización de <strong>su</strong> actividad,<br />
lo que representa una mayor exigencia para el alumno, pero que es necesario irlas<br />
incorporando en <strong>su</strong> actividad de aprendizaje si se quiere realmente que este se<br />
produzca de una manera consciente.<br />
La <strong>evaluación</strong> de este indicador se realizará siguiendo los criterios siguientes:<br />
102
Bien: Si el maestro utiliza formas variadas de control adecuadas a las características<br />
de la actividad que está realizando, y este control que realiza le permite saber con<br />
bastante exactitud donde están los éxitos y los fracasos más comunes en cada<br />
actividad que realiza, así como la situación que presentan <strong>su</strong>s alumnos más<br />
desaventajados y los de mayores éxitos y reorienta <strong>su</strong> trabajo a partir de esta<br />
información. Se tendrá en cuenta además si el maestro va logrando avances en <strong>su</strong>s<br />
alumnos con respecto a las acciones de autocontrol y autovaloración.<br />
Regular: Si el maestro utiliza formas de control adecuadas a las características de la<br />
actividad que está realizando, pero este control que realiza solo le permite saber con<br />
poca exactitud donde están los éxitos y los fracasos más comunes en cada actividad,<br />
así como la situación que presentan los alumnos más desaventajados o los de mayores<br />
éxitos, lo que no le permite reorientar bien <strong>su</strong> trabajo a partir de esta información. Es de<br />
valor también considerar que el maestro no atiende a la formación de acciones de<br />
control y autovaloración en <strong>su</strong>s alumnos.<br />
Mal: Sus formas de control son muy in<strong>su</strong>ficientes y poco variadas por lo que conoce,<br />
a lo <strong>su</strong>mo, cómo se están desenvolviendo <strong>su</strong>s alumnos más desaventajados y, por<br />
tanto, si realiza acciones de reorientación de <strong>su</strong> clase solo estarán dirigidas a este tipo<br />
de alumnos, por lo que el resto se queda sin avanzar; o por el contrario si solamente se<br />
aprecia atención en el control hacia los alumnos aventajados.<br />
Formas que utiliza el maestro para dirigir el proceso de aprendizaje y atención<br />
que brinda en la clase a la formación de valores y a la adquisición de hábitos y de<br />
normas de comportamiento.<br />
En este aspecto hay que tener en cuenta la disposición <strong>del</strong> maestro para atender, en<br />
los diferentes momentos de la clase, no solo los aspectos relacionados con la<br />
instrucción sino también la educación de <strong>su</strong>s alumnos en cuanto a los valores<br />
socialmente establecidos y los hábitos y normas de comportamiento reconocidos por la<br />
comunidad social.<br />
Para ello es importante el clima con el que desarrolla <strong>su</strong> clase (ambiente que genera<br />
con <strong>su</strong> actuación) y el trato que le da a <strong>su</strong>s alumnos. Como parte <strong>del</strong> clima se tendrán<br />
en cuenta las formas de comunicarse y las relaciones que establece el maestro(a) con<br />
<strong>su</strong>s alumnos en el aula, así como las que establecen los alumnos entre sí.<br />
Estas formas de comunicación no deben ser autoritarias, ni formales sino afectivas, de<br />
cooperación y las relaciones deben ser de respeto, pero a la vez armoniosas y<br />
agradables, sin perder de vista que aún estos niños son pequeños y la excesiva<br />
formalidad ni la comprenden ni les favorece en <strong>su</strong> comportamiento.<br />
En este aspecto, y muy ligado al clima, es muy importante la forma en que el maestro<br />
dirige el proceso de aprendizaje de los niños, en todos los momentos en que estos<br />
desarrollan <strong>su</strong>s acciones tanto de orientación, como de ejecución, como de control, de<br />
modo que se revele el carácter flexible, democrático y creador que debe tener este<br />
proceso.<br />
103
Lo antes planteado se pone de manifiesto cuando en los diferentes momentos de la<br />
clase, la comunicación que establece el maestro con <strong>su</strong>s alumnos es de amplia<br />
colaboración y participación mutua y el maestro le da posibilidad a los niños de expresar<br />
<strong>su</strong>s ideas, sentimientos, les permite plantearse proyectos propios así como dar<br />
argumentos sin anticiparse a <strong>su</strong>s juicios y razonamientos, y permite y propicia que los<br />
niños realicen actividades por <strong>su</strong> propia iniciativa y creatividad.<br />
Una concepción <strong>del</strong> proceso de enseñanza aprendizaje de la manera antes expresada<br />
posibilita que los niños se manifiesten contentos, sin inhibiciones y se relacionan con<br />
armonía y cordialidad entre ellos, así como que tengan la posibilidad de manifestarse y<br />
expresar <strong>su</strong>s ideas, vivencias y sentimientos durante el desarrollo de la clase, lo cual es<br />
muy importante para <strong>su</strong> formación.<br />
Es importante que el maestro tenga muy en cuenta que cuando en el aula se crea un<br />
ambiente de autoritarismo en <strong>su</strong> trato con los alumnos y en <strong>su</strong> forma de dirigir el<br />
proceso, esto se refleja de inmediato en el comportamiento poco espontáneo o inhibido<br />
de los niños, así como en las relaciones entre ellos, lo que es muy negativo para el<br />
desarrollo de <strong>su</strong> personalidad y para <strong>su</strong> educación en sentido general.<br />
La <strong>evaluación</strong> de este indicador será:<br />
Bueno si se percibe un trato adecuado por parte <strong>del</strong> maestro, con las características<br />
antes descritas y los niños se manifiestan contentos y se relacionan con armonía y<br />
cordialidad entre ellos, así como tienen la posibilidad de manifestarse y expresar <strong>su</strong>s<br />
ideas y sentimientos durante el desarrollo de la clase.<br />
Regular si se percibe un trato adecuado por parte <strong>del</strong> maestro, pero no se aprecia en<br />
los niños <strong>su</strong> alegría natural, sino mas bien inhibidos, o las relaciones entre ellos no es<br />
muy cordial, o no siempre se les permite expresar <strong>su</strong>s ideas, vivencias y sentimientos.<br />
Malo si se percibe en el aula un ambiente de autoritarismo por parte <strong>del</strong> maestro en<br />
<strong>su</strong> trato con los alumnos y en <strong>su</strong> forma de dirigir el proceso y esto se refleja en el<br />
comportamiento poco espontáneo o inhibido de los niños, así como en las relaciones<br />
entre ellos.<br />
Diseño de actividades o aprovechar situaciones que favorezcan la formación de<br />
valores.<br />
En la planificación de la clase el maestro debe prever todas las potencialidades que el<br />
contenido le ofrece para contribuir a formar en los alumnos valores asociados a <strong>su</strong><br />
identidad nacional, amor a <strong>su</strong> patria, <strong>su</strong>s costumbres y tradiciones, a las personas y al<br />
medio que les rodea, entre otros aspectos, así como otras que contribuyan a la<br />
formación de determinadas características de la personalidad de los alumnos deseadas<br />
por la sociedad.<br />
Lo antes planteado debe hacerse de forma integrada al contenido, siempre que sea<br />
posible, apreciándose dicha integración de forma natural. En el desarrollo de la clase<br />
el maestro debe atender, a esa formación en <strong>su</strong>s alumnos sin desaprovechar todas las<br />
situaciones que le permitan influir en dicha formación y permitiendo y propiciando que el<br />
alumno pueda plantear <strong>su</strong>s puntos de vista, opiniones y reflexionar colectivamente<br />
acerca de las mismas.<br />
104
Formación de hábitos y de normas de comportamiento.<br />
En este aspecto el maestro debe preocuparse y ocuparse durante la clase por la<br />
formación de hábitos en <strong>su</strong>s alumnos tales como la realización sistemática de <strong>su</strong>s<br />
tareas, la asistencia y puntualidad a clases, la limpieza y orden con el que trabajan, el<br />
cuidado de <strong>su</strong> apariencia personal, el uso correcto <strong>del</strong> vestuario, los hábitos posturales,<br />
entre otros. También debe atender a algunas normas de comportamiento como son las<br />
de saludar, dar las gracias, pedir excusas, prestarse las cosas, la forma en que se<br />
sientan, participan y salen a los recesos, entre otras, así como a otros rasgos o<br />
cualidades previstas para el momento de desarrollo en que se encuentran. Se tendrá en<br />
cuenta también aquí, la forma integrada en que se instrumenten las acciones dirigidas<br />
en este sentido, a partir de las posibilidades que brinda el contenido de la clase.<br />
Este indicador se valorará como sigue:<br />
Bien si se aprecia un comportamiento adecuado en los niños y el maestro evidencia <strong>su</strong><br />
ocupación por esos aspectos relativos a la formación de hábitos y de comportamiento<br />
correctos, integrándolos adecuadamente para <strong>su</strong> formación a los contenidos de la clase<br />
que está impartiendo.<br />
Regular si se aprecian dificultades en el comportamiento de los niños o falta de<br />
ocupación <strong>del</strong> maestro por los referidos aspectos.<br />
Mal si se aprecian dificultades en el comportamiento de los niños y falta de ocupación<br />
<strong>del</strong> maestro por los referidos aspectos.<br />
Productividad durante la clase.<br />
Como parte de este indicador, debe velarse por las diferentes actividades planificadas<br />
por el docente que permitan el máximo desarrollo de cada alumno durante toda la clase,<br />
en ello también están presentes los momentos de orientación y control que hagan más<br />
eficiente el desarrollo fluido de la actividad, así como que pueda apreciarse un empleo<br />
de actividades y tareas de acuerdo con el diagnóstico de cada alumno(a) en particular y<br />
<strong>del</strong> grupo en <strong>su</strong> conjunto, lo que a <strong>su</strong> vez está asociado al trabajo que se desarrolla<br />
para lograr la nivelación <strong>del</strong> grupo, lo que significa lograr desde los inicios <strong>del</strong> trabajo en<br />
cada grado, un nivel básico mínimo y común para la generalidad de los alumnos que<br />
cursan el grado en cuestión, lo que puede considerarse una condición necesaria para<br />
elevar el nivel de logros en el aprendizaje.<br />
En esta dirección de trabajo son esenciales las acciones previas de diagnóstico fino e<br />
integral de cada alumno en particular y <strong>del</strong> grupo en general, con la utilización de<br />
métodos, procedimientos y actividades que conduzcan a un proceso de aprendizaje<br />
motivante, consciente, reflexivo y valorativo, en los avances hacia el alcance de metas<br />
<strong>su</strong>periores en el que todos estén implicados y en el cual se desarrolle un sistema de<br />
actividades con niveles crecientes de exigencias, desde los más simples de<br />
familiarización de conceptos y habilidades, pasando por el nivel necesario de<br />
reproducción, de aplicación y creatividad, que contribuyan al alcance de tales metas.<br />
Este indicador, como puede apreciarse, nos permite tener un juicio general de la calidad<br />
de la clase en el que intervienen los diferentes indicadores, de ahí que <strong>su</strong> <strong>evaluación</strong><br />
estuviere asociada al cumplimiento en mayor o menor medida de los diferentes<br />
105
indicadores analizados con anterioridad que encuentran <strong>su</strong> integración en una clase<br />
expresando la productividad de la misma.<br />
3.2. La Auto<strong>evaluación</strong>.<br />
¿Qué es la auto<strong>evaluación</strong>?<br />
“La auto<strong>evaluación</strong> es “el método por medio <strong>del</strong> cual, el propio empleado es solicitado<br />
para hacer un sincero análisis de <strong>su</strong>s propias características de desempeño” 57 .<br />
Entre los objetivos de este método de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong> docente se<br />
pueden citar:<br />
Estimular la capacidad de autoanálisis y autocrítica <strong>del</strong> profesor, así como <strong>su</strong><br />
potencial de autodesarrollo.<br />
Aumentar el nivel de profesionalidad <strong>del</strong> profesor.<br />
Bolam (1988), Escudero (1992) y De Vicente (1993), han evidenciado que la<br />
auto<strong>evaluación</strong> es una propuesta esencial para facilitar la teoría <strong>del</strong> cambio y promover<br />
una cultura innovadora en los centros y aulas.<br />
La auto<strong>evaluación</strong> sitúa al propio docente en el principal protagonismo de la tarea<br />
evaluadora, mientras que la hetero<strong>evaluación</strong> se lleva a cabo por los directivos o por<br />
una comisión evaluadora que ellos presiden y que integran además a colegas, padres,<br />
etc. Según el énfasis que se de a una o a otra, se estimulará el protagonismo <strong>del</strong><br />
profesorado o se ponderará el control externo de la acción docente.<br />
La auto<strong>evaluación</strong> reflejará el proceso de desarrollo profesional partiendo de la<br />
narración de la tarea educativa, profundizando en el contraste entre la historia vivida,<br />
críticamente a<strong>su</strong>mida y la transformación de la acción futura, mediante el autoanálisis<br />
de la práctica pasada más cercana.<br />
El papel fundamental de la <strong>evaluación</strong> en la actualidad es expandir las oportunidades<br />
para que los docentes reflexionen sobre la enseñanza examinando analíticamente el<br />
proceso docente educativo. Por esa razón es muy importante el uso de la<br />
auto<strong>evaluación</strong> en todo sistema de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong> docente<br />
que se desee implementar.<br />
A continuación examinamos brevemente las técnicas que con mayor frecuencia se<br />
utilizan al aplicar este método:<br />
Retroalimentación proporcionada por cintas de vídeo y audio.<br />
Esta técnica implica la grabación de un episodio pedagógico para el propósito de la<br />
auto<strong>evaluación</strong>. Es el medio potencialmente más poderoso de auto<strong>evaluación</strong>, pues<br />
57 Chiavenato Idalberto. Administración de recursos humanos, Brasil, 1998, pág. 328.<br />
106
permite al <strong>su</strong>jeto evaluado verse a sí mismo como lo ven los demás, por lo que algunos<br />
autores llaman a esta técnica “confrontación con uno mismo”.<br />
La técnica con frecuencia implica el uso de algún instrumento de observación dirigida<br />
que aclare qué es lo que se desea observar.<br />
En numerosas investigaciones realizadas en E.U se ha encontrado que la<br />
retroalimentación proporcionada por cintas de vídeos es de gran utilidad para propiciar<br />
cambios a largo plazo en el desempeño <strong>del</strong> docente.<br />
Hojas de autoclasificación<br />
Una hoja de autoclasificación es un instrumento que requiere que el profesor se puntúe<br />
a sí mismo en lo referente a una diversidad de capacidades pedagógicas citadas en la<br />
misma. La escala puede ser numérica o categórica .<br />
Generalmente estas hojas se utilizan en conjunción con otros tipos de técnicas de<br />
auto<strong>evaluación</strong>.<br />
Informes elaborados por el propio profesor<br />
Esta clase de informes son similares a las hojas de autoclasificación, en que son un<br />
instrumento escrito preparado por el profesor, pero difieren de estas últimas en el hecho<br />
de que estos informes normalmente utilizan un formato abierto que consiste en<br />
respuestas a preguntas relacionadas con la instrucción y educación que brinda a <strong>su</strong>s<br />
alumnos.<br />
Los informes preparados por el propio profesor generalmente proporcionan información<br />
más extensiva que una escala de clasificación.<br />
Materiales de autoestudio<br />
Los materiales de autoestudio son algunos programas diseñados de tal manera que el<br />
propio profesor pueda valorar y analizar <strong>su</strong> estilo de enseñanza, así como investigar<br />
técnicas y materiales alternativos. Frecuentemente, estos materiales adoptan la forma<br />
de un texto de enseñanza programada.<br />
Mo<strong>del</strong>aje<br />
El “mo<strong>del</strong>aje” consiste en la observación de una enseñanza de alta calidad con el<br />
objetivo de imitarla. En este caso los profesores comparan <strong>su</strong> propio estilo de<br />
enseñanza y educación, y <strong>su</strong>s habilidades didácticas con las de uno o varios profesores<br />
expertos.<br />
Sus observaciones pueden ser libres y poco estructuradas o pueden estar<br />
específicamente dirigidas hacia determinados aspectos <strong>del</strong> profesor mo<strong>del</strong>o. La<br />
107
observación puede tomar la forma de varias clases reales <strong>del</strong> colega recomendado<br />
grabadas en vídeos u observadas directamente. También pueden realizarse<br />
observaciones de otras formas de organización <strong>del</strong> proceso docente educativo.<br />
Cuestionarios a alumnos y/o padres de familia<br />
En este caso el profesor sólo o asistido por un experto construye cuestionarios<br />
destinados a alumnos y a padres de familia, donde de forma anónima, ellos evalúan la<br />
actuación educativa y didáctica <strong>del</strong> profesor. La tabulación e interpretación de los<br />
re<strong>su</strong>ltados por el propio docente, sin lugar s dudas le puede proporcionar una valiosa<br />
información a los efectos de repensar y remo<strong>del</strong>ar <strong>su</strong> práctica educativa, en aras de<br />
alcanzar mejores re<strong>su</strong>ltados formativos e instructivos en <strong>su</strong>s alumnos.<br />
En la práctica pocas veces se encuentran ejemplos de una técnica de auto<strong>evaluación</strong><br />
que se utilice por sí sola. Lo más frecuente es encontrar combinaciones de técnicas de<br />
auto<strong>evaluación</strong>, así los puntos débiles de determinadas técnicas pueden equilibrarse<br />
con las fortalezas de otras.<br />
Es importante precisar que el mo<strong>del</strong>o de reflexión en la acción que hemos propugnado<br />
en esta obra, pre<strong>su</strong>pone que cada acción evaluativa que se ejerza sobre el docente, lo<br />
haga partícipe de <strong>su</strong>s re<strong>su</strong>ltados y, por lo tanto, de hecho todas las acciones<br />
evaluativas, contribuyen a la profundización y perfeccionamiento de la auto<strong>evaluación</strong><br />
<strong>del</strong> docente, sobre todo si todas ellas le proporcionan in<strong>su</strong>mos informativos objetivos y<br />
trascendentes.<br />
3.3. El Portafolio.<br />
Aquí entenderemos el término “portafolio” como un receptáculo, un archivo, un<br />
expediente donde se colocan, de manera ordenada, con arreglo a una guía<br />
preconcebida, documentos relativos a un grupo de actividades <strong>del</strong> profesor que sirven<br />
para testimoniar una parte de <strong>su</strong> desempeño profesional.<br />
Lo más frecuente es encontrar en los portafolios documentos de tres tipos: los<br />
elaborados por el profesor, realizados por el profesor y otros colegas y elaborados por<br />
los directivos.<br />
Ahora bien, sin una tradición que les ayude a documentar <strong>su</strong> trabajo, se podría esperar<br />
que los profesores elaborasen unos portafolios como un ejercicio de acumulación de<br />
papeles y una pérdida de tiempo tanto para ellos como para las personas encargadas<br />
de revisarlos. Por esa razón, nosotros concebimos el portafolio como un simple “file”,<br />
que documentan y controlan fundamentalmente los directivos (jefes de ciclos o<br />
departamentos, director, etc.), y que se construye a partir de una estructura<br />
preconcebida que encaje en la naturaleza específica <strong>del</strong> trabajo <strong>del</strong> profesor y de las<br />
actividades de este que se quieran documentar.<br />
A partir <strong>del</strong> mo<strong>del</strong>o de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong> docente que estamos<br />
108
proponiendo, nos parece conveniente <strong>su</strong>gerir los siguientes componentes estructurales<br />
para un portafolio:<br />
A. Asistencia y puntualidad al trabajo en general y a <strong>su</strong>s clases en particular.<br />
B. Planificación de clases y otros documentos presentados por él y analizados en<br />
colectivos de ciclo o departamento por <strong>su</strong>s colegas, así como los principales<br />
re<strong>su</strong>ltados <strong>del</strong> debate académico que se produzca.<br />
C. Cumplimiento de las normativas (código de ética pedagógica, estatutos o<br />
reglamento para los docentes, etc.).<br />
D. Interacción con los padres de <strong>su</strong>s alumnos y con miembros de la comunidad en<br />
general.<br />
E. Re<strong>su</strong>ltados de las comprobaciones de conocimientos y otras evaluaciones externas<br />
realizadas a <strong>su</strong>s alumnos por directivos de las escuelas y <strong>su</strong>pervisores de los<br />
diferentes niveles de dirección <strong>del</strong> sistema educativo.<br />
3.5. Ejercicios de rendimiento profesional.<br />
Los ejercicios de rendimiento <strong>del</strong> profesor han sido creados para medir cuerpos de<br />
conocimientos y capacidades que parecen de vital importancia para que tenga lugar<br />
una buena enseñanza, pero que puede re<strong>su</strong>ltar muy difícil o imposible medir mediante<br />
la utilización de exámenes convencionales u otros métodos para evaluar el desempeño<br />
profesional <strong>del</strong> docente.<br />
Entre los ejercicios de rendimiento que se han desarrollado con éxito en diferentes<br />
países podemos citar:<br />
Impartición de una clase por un docente a uno de <strong>su</strong>s grupos de alumnos o a un<br />
pequeño <strong>su</strong>bgrupo, observada por <strong>su</strong>s colegas de ciclo o departamento.<br />
Comentarios críticos de un profesor, sobre lo observado en una cinta de vídeo o en<br />
una clase observada directamente a un colega.<br />
Dar respuestas a preguntas formuladas por alumnos por escrito, sobre la materia<br />
que él imparte, ante <strong>su</strong>s colegas.<br />
Presentar la planeación de una clase que debe impartir en días próximos y<br />
argumentar el porqué de las actividades diseñadas.<br />
Presentar la estrategia de trabajo educativo y psicológico para remo<strong>del</strong>ar la<br />
actuación de alumnos “difíciles”.<br />
Crítica de materiales curriculares, etc.<br />
Está claro que los ejercicios de rendimiento que requieren que se dé o se realice una<br />
crítica de una clase, están diseñados para someter a examen la habilidad global <strong>del</strong><br />
profesor para preparar y dictar una clase, y requieren mucho más que la mera<br />
aplicación de capacidades concretas.<br />
Ahora bien, re<strong>su</strong>lta necesario tener presente que los ejercicios de rendimiento pueden<br />
mostrar lo que un profesor es capaz de hacer, pero no pueden revelar lo que<br />
normalmente hace. Para comprobar esto último hemos estado explicando,<br />
109
anteriormente, otros métodos para evaluar el desempeño profesional <strong>del</strong> docente.<br />
Los ejercicios de rendimiento ponderan el “saber cómo” sobre el “saber qué”. Por eso<br />
<strong>su</strong> inclusión en un sistema de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño docente es muy importante.<br />
3.6. Tests de desarrollo humano.<br />
Al hablar de desarrollo integral o formación humana se está haciendo referencia a un<br />
aspecto de lo humano de gran amplitud, que dificulta el distinguir todos los aspectos o<br />
variables que lo componen. Por eso lo primero es decidir qué explorar, lo cual no re<strong>su</strong>lta<br />
tarea fácil. En tal sentido es conveniente concebir un conjunto de criterios que<br />
conduzcan la selección.<br />
En nuestra opinión pueden re<strong>su</strong>ltar útiles, entre otros, los siguientes criterios:<br />
Que re<strong>su</strong>lten posible de explorar a través de instrumentos relativamente masivos.<br />
Que presenten relación con el desarrollo de competencias en las áreas que el<br />
profesor a evaluar imparte, o que no re<strong>su</strong>lten una transversalidad utópica e<br />
impracticable con éxito y naturalidad.<br />
Que constituyan demandas de la sociedad a la escuela.<br />
Que se relacionen con los procesos de toma de decisiones de los alumnos.<br />
De este modo se pueden explorar aspectos o variables tales como el autoconcepto, la<br />
autorregulación, motivación y valores. Un alumno que confía en <strong>su</strong>s capacidades para<br />
aprender y para relacionarse con los demás (autoconcepto), que es capaz de desplegar<br />
esfuerzos y poner en práctica hábitos de aprendizaje efectivos (autorregulación),<br />
deseoso e interesado por aprender (motivación), que a<strong>su</strong>me con responsabilidad <strong>su</strong>s<br />
compromisos y orienta <strong>su</strong> existencia hacia una relación armónica y cooperativa con <strong>su</strong><br />
entorno (valores), tiene más probabilidades de lograr adecuados niveles de logros en<br />
<strong>su</strong>s aprendizajes y lo que es más importante, transformarse en una persona con un<br />
desarrollo integral y pleno.<br />
La <strong>evaluación</strong> de aspectos como los antes referidos, permite conocer rasgos de la<br />
personalidad <strong>del</strong> alumno que están en la base de los procesos de aprendizaje de las<br />
disciplinas, que <strong>su</strong>stentan el desarrollo de <strong>su</strong> formación humana y, sobre los que la<br />
escuela y en particular el docente tiene un rol importante que desempeñar.<br />
De esta manera nos situamos ante una visión holística de la <strong>evaluación</strong> de los alumnos<br />
y de la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong> docente, lo que pre<strong>su</strong>pone un<br />
enfoque que busca apreciar todos los elementos que intervienen en un proceso, con<br />
una mirada que busca aprehender la totalidad. Esta visión concibe al proceso educativo<br />
como todo aquello que ocurre en la escuela y fuera de ella, y que influye en el<br />
desarrollo integral de los alumnos y de todos los integrantes de la comunidad educativa.<br />
El término “valor” está relacionado con la propia existencia de la persona, afecta a <strong>su</strong><br />
conducta, configura y mo<strong>del</strong>a <strong>su</strong>s ideas y condiciona <strong>su</strong>s sentimientos. Se trata de algo<br />
dinámico, que, en apariencia, hemos elegido libremente entre diversas alternativas.<br />
110
Depende, sin embargo, en buena medida, de lo interiorizado a lo largo <strong>del</strong> proceso de<br />
socialización y, por consiguiente; de ideas y actitudes que reproducimos a partir de las<br />
diversas instancias socilizadoras.<br />
Todo valor tiene una polaridad, ya que puede ser positivo o negativo; es valor o<br />
antivalor (contravalor). Hay unos más estimables que otros, les otorgamos una<br />
jerarquía.<br />
Los contenidos generales de todo diseño curricular moderno debieran incluir contenidos<br />
conceptuales (hechos, conceptos, principios); contenidos procedimentales<br />
(procedimientos) y contenidos actitudinales (actitudes, valores , normas). Estos últimos<br />
deben responder a problemas y realidades que están vivas en el ámbito social, que <strong>su</strong>s<br />
alumnos experimentan en <strong>su</strong> vivir cotidiano y que, por <strong>su</strong> importancia existencial, en el<br />
presente y para el futuro, requieren y demandan un respuesta educativa.<br />
El acto educativo debe ser considerado como una acción eminentemente<br />
humanizadora, es decir, una acción capaz de favorecer y potenciar en los alumnos la<br />
interiorización y desarrollo de valores humanos.<br />
Los valores se relacionan entre sí y unos hacen referencia a otros. Así por ejemplo si<br />
coincidimos en que la responsabilidad, la justicia, el amor y la autoestima son cuatro<br />
macrovalores, podemos encontrar que se relacionan con estos los siguientes:<br />
Con RESPONSABILIDAD<br />
Criterio propio<br />
Esfuerzo<br />
Implicación<br />
Constancia<br />
Colaboración<br />
Respeto<br />
Gusto por el trabajo bien realizado<br />
Honradez<br />
Con JUSTICIA<br />
Solidaridad<br />
Sinceridad<br />
Colaboración<br />
Respeto<br />
Crítica constructiva<br />
Con AMOR<br />
No violencia<br />
Convivencia<br />
111
Amistad<br />
Tolerancia<br />
Implicación<br />
Colaboración<br />
Respeto<br />
Sinceridad<br />
Compañerismo<br />
Con AUTOESTIMA<br />
Confianza en uno mismo<br />
Autonomía<br />
Criterio propio<br />
Respeto<br />
Consideramos que es básico dentro de una formación o educación en valores construir<br />
criterios “prosociales”. La “prosocialidad”, que se define como la conducta que tiende a<br />
beneficiar a otras personas, grupos o metas sociales sin que existe la previsión de una<br />
recompensa exterior (Roche, 1985).<br />
En la formación de la prosocialidad inciden aspectos como los siguientes: ayuda física,<br />
servicio físico, compartir, ayuda verbal, con<strong>su</strong>elo verbal, confirmación y valoración<br />
positiva <strong>del</strong> otro, presencia positiva, escucha profunda, empatía y solidaridad.<br />
Los sistemas valorativos de las personas cumplen, básicamente, las funciones<br />
siguientes:<br />
Función valorativa: Frente a cada hecho, objeto o fenómeno de la vida, a las personas<br />
sólo le queda una alternativa, valorar, tomar una postura valorativa, juzgan la situación<br />
de alguna manera y e producto final se concreta en un juicio o valoración. Esta es pues<br />
la función fundamental <strong>del</strong> sistema valorativo, producir valoraciones éticas, estéticas,<br />
políticas, afectivas, etc.<br />
Permitir optar: Ante los dilemas de la vida, son los sistemas valorativos de las personas<br />
los que le permiten optar, elegir, una postura y consecuentemente una actuación.<br />
Función prospectiva o proyectiva: Como afirma Miguel de Zubiría (33), “el ser humano<br />
no es un navegante sin rumbo”. Durante la adolescencia y la primera fase de la adultez<br />
cada ser humano se formula un proyecto de vida. Este elige una carrera, un partido<br />
político, una pareja, una religión, etc. De esta manera compromete toda <strong>su</strong> existencia.<br />
Las funciones de los sistemas valorativos antes descritas, <strong>su</strong>gieren la idea de que<br />
cuando exploramos el estado de los sistemas valorativos de los alumnos, captamos<br />
información acerca <strong>del</strong> desarrollo de tales funciones.<br />
Los valores no son directamente observables, pero sí lo son las actitudes y el respeto a<br />
112
las normas, así como el esfuerzo para comprenderlos y defenderlos. Su <strong>evaluación</strong><br />
debe ser diversa pues cada actitud pues cada actitud se puede estimar desde distintos<br />
puntos de vista y con diferentes procedimientos, tales como: la observación sistemática,<br />
la observación intergrupal de la cualidad, los cuestionarios, las escalas tipo Líker, los<br />
dilemas valorativos (tipo Kolhberg), los tests psicológicos objetivos, los tests<br />
proyectivos, la auto<strong>evaluación</strong>, etc.<br />
A continuación mostramos, a manera de ejemplos, un conjunto de actividades<br />
evaluativas diversas destinadas a evaluar en los alumnos el comportamiento de <strong>su</strong>s<br />
orientaciones valorativas o el estado de <strong>su</strong>s sentimientos.<br />
AUTOEVALUACIÓN<br />
Con el objetivo de conocer el grado de sinceridad alcanzado por un grupo de alumnos<br />
de enseñanza básica, se les puede proponer el siguiente cuestionario:<br />
¿Soy sincero?<br />
Cada alumno autoevaluará el grado de sinceridad que le caracteriza respondiendo si<br />
está de acuerdo o no:<br />
Ïtem Sí No<br />
1. Cuando no he realizado la tarea para la casa ¿digo que se me<br />
olvidó?<br />
2. Si encontrara $100.00 pesos en el aula ¿preguntaría si algún<br />
compañero los ha perdido?<br />
3. Cuando prometo no decir un secreto ¿se lo cuento a alguien?<br />
4. Si un niño o una niña me re<strong>su</strong>lta muy simpático ¿ se lo digo?<br />
5. Por la mañana cuando no deseo ir a la escuela ¿le digo a mis<br />
padres que me siento mal?<br />
6. Si tomo algo de algún compañero y pregunta quién lo ha tomado<br />
¿digo, enseguida, que he sido yo?<br />
7. Cuando me cuentan un chiste y me preguntan si me ha gustado<br />
¿digo siempre que sí?<br />
8. Cuando cojo una golosina a escondidas y pregunatn quién ha<br />
sido ¿lo reconozco?<br />
9. Si no entiendo lo que explica el profesor ¿le pido que vuelva a<br />
explicarlo porque no he entendido bien?<br />
10. Cuando hago algo que está mal ¿reconozco mi error?<br />
Para evaluar las respuestas dadas por los alumnos, debe tenerse en cuenta que las<br />
actitudes sinceras serán:<br />
Respuestas Sí en las preguntas: 2, 4, 6 .8, 9, 10<br />
Respuestas No en las preguntas: 1, 3, 5, 7<br />
En el caso de que en las preguntas 6 y 10 un alumno no responda lo mismo, habrá<br />
113
que sospechar de la sinceridad de las respuestas.<br />
Consideraremos que un alumno tiene una actitud sincera a partir de 8 respuestas<br />
correspondientes a actitudes sinceras.<br />
Este cuestionario debe aplicarse al inicio y al final <strong>del</strong> curso escolar, con la finalidad de<br />
poder considerar que una cuota de la responsabilidad <strong>del</strong> cambio de comportamiento<br />
que experimenten los alumnos, se debe al desempeño <strong>del</strong> docente durante ese curso<br />
escolar. No deberá desconocerse la incidencia de la familia, de los grupos formales e<br />
informales de socialización donde se desarrolla la vida de los alumnos y la sociedad en<br />
<strong>su</strong> conjunto en la evolución negativa o positiva que puedan experimentar los alumnos.<br />
Por esa razón todos los datos <strong>del</strong> contexto que los evaluadores tengan deberán ser<br />
tomados en cuenta.<br />
Veamos a través de una gráfica los dos perfiles de la sinceridad logrados en un grupo<br />
de alumnos (inicio y final <strong>del</strong> curso escolar).<br />
Puntaje obtenido<br />
Nº Alumnos Inicio <strong>del</strong> curso Final <strong>del</strong> curso<br />
1. Alfonso 4 4<br />
2. Carlos 5 7<br />
3. Ana 3 8<br />
4. Esperanza 6 7<br />
5. Pedro 9 7<br />
6. Selma 5 9<br />
7. Susel 7 8<br />
8. Juan 4 6<br />
9. Pablo 9 9<br />
10. Enrique 8 10<br />
114
12<br />
10<br />
8<br />
6<br />
4<br />
2<br />
0<br />
Alfonso<br />
Carlos<br />
Ana<br />
Esperanza<br />
Pedro<br />
Selma<br />
Susel<br />
Juan<br />
Pablo<br />
Enrique<br />
Inicio<br />
Final<br />
115<br />
Figura Nº 7<br />
En sentido general la gráfica muestra la prevalencia de una tendencia al incremento de<br />
las actitudes sinceras en los alumnos de este grupo, aunque en dos casos no hay<br />
movimiento y uno involuciona.<br />
OBSERVACIÓN<br />
Para evaluar el valor “Amistad”, por ejemplo, se puede hacer una observación <strong>del</strong> clima<br />
de la clase. El evaluador podría observar, durante varias clases u otras actividades, el<br />
comportamiento de los alumnos frente a las siguientes situaciones cotidianas:<br />
1. Si un compañero pide que le ayuden a realizar la tarea orientada por el docente,<br />
algún alumno <strong>del</strong> grupo lo ayuda...<br />
___a) Siempre<br />
___b) Frecuentemente<br />
___c) Alguna vez<br />
___d) Nunca<br />
2. Si falta algún compañero a clase porque está enfermo, algún alumno se brinda<br />
voluntariamente para llevarles las notas de clases y preocuparse por <strong>su</strong> salud.<br />
___a) Siempre<br />
___b) Frecuentemente<br />
___c) Alguna vez
___d) Nunca<br />
3. Si se produce alguna indisciplina en clases, el alumno responsable se lo informa al<br />
profesor y evita que se castigue a todo el grupo.<br />
___a) Siempre<br />
___b) Frecuentemente<br />
___c) Alguna vez<br />
___d) Nunca<br />
4. Hay manifestaciones de indiferencia y/o sentimientos de envidia de algunos<br />
alumnos con respecto a otros que obtienen muy buenas notas.<br />
___a) Siempre<br />
___b) Frecuentemente<br />
___c) Alguna vez<br />
___d) Nunca<br />
CUESTIONARIO PARA EXPLORAR SENTIMIENTOS EN ALUMNOS DE LOS<br />
PRIMEROS GRADOS DE PRIMARIA<br />
A continuación mostramos un ejemplo de Cuestionario muy simple que puede ser<br />
utilizado para explorar cómo se sienten los niños de los primeros grados de la<br />
enseñanza primaria en <strong>su</strong>s distintos espacios de socialización.<br />
INSTITUTO CENTRAL DE CIENCIAS PEDAGÓGICAS<br />
MINISTERIO DE EDUCACIÓN<br />
Estamos haciendo un estudio con el objetivo de conocer lo que tu sientes en relación<br />
con aspectos fundamentales de tu vida y poder ayudarte. Tus respuestas nos serán de<br />
gran utilidad. No tienes que poner tu nombre.<br />
Muchas gracias.<br />
Edad: _____ años Sexo: Masculino___ Femenino ____<br />
Nombre de la escuela: ______________________ Urbana ____ Rural ____<br />
Grupo: ____ Nombre de tu maestra: ________________________________<br />
Municipio: ________________________ Provincia: __________________<br />
INSTRUCCIONES :<br />
116
En esta hoja te proponemos una lista de situaciones variadas frente a las cuales, tú y<br />
tus amigos pueden sentir cosas diferentes. Por esta razón NO HAY RESPUESTAS<br />
CORRECTAS O INCORRECTAS.<br />
Queremos saber lo que TU SIENTES. Por eso te pedimos que marques con una (X) la<br />
cara que exprese lo que tu sientes en cada una de las diez (10) situaciones.<br />
Si por ejemplo respondes de la siguiente forma:<br />
¿ Qué cara expresa lo que tú sientes cuando ...<br />
1. ... llegas a la casa cada día ?<br />
Esto quiere decir que al llegar a la casa cada día te sientes contento ó contenta<br />
Si uno de tus compañeros responde esta misma pregunta de la siguiente forma:<br />
1. ... llegas a la casa cada día ?<br />
Esto quiere decir que el se siente triste al llegar a la casa.<br />
Estas son las opciones para dar respuesta a cada pregunta:<br />
Satisfecha ó<br />
Satisfecho<br />
Contenta ó<br />
Contento<br />
No me<br />
importa<br />
¿ Qué cara expresa lo que tú sientes cuando ...<br />
1. ... llegas a la escuela cada día ?<br />
2. ... estás con tus compañeros ?<br />
Triste<br />
Enojado ó<br />
Enojada<br />
117
3. ... piensas en tu maestra o maestro ?<br />
4. ... piensas en ti ?<br />
5. ... tienes que resolver un problema de<br />
matemática ?<br />
6. ... estás leyendo ?<br />
7. ... piensas en tu familia ?<br />
8. ... tienes que compartir algo ?<br />
9. ... tienes que estudiar ?<br />
10. ... piensas en tú país ?<br />
PROCESAMIENTO DE LA INFORMACION<br />
Escuela:___________________________ Grado:____ No. Alumnos_____<br />
ITEM<br />
Alumno 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10<br />
1<br />
2<br />
3<br />
4<br />
5<br />
6<br />
7<br />
8<br />
9<br />
10<br />
11<br />
12<br />
13<br />
14<br />
...<br />
118
Total<br />
Escala:<br />
Satisfecho 5<br />
Contento 4<br />
No me importa 3<br />
Triste 2<br />
Enojado 1<br />
Por cada alumno se recogerá la puntuación obtenida en cada ítem acorde a la escala<br />
utilizada.<br />
Nota: El total es igual a la <strong>su</strong>matoria de los valores de forma vertical que<br />
aparecen en cada ítem, dividido por el número de alumnos.<br />
CUESTIONARIO PARA EVALUAR LAS ORIENTACIONES VALORATIVAS DE<br />
ALUMNOS DE SECUNDARIA BÁSICA<br />
Nombre de la escuela: _______________________________<br />
Provincia:___________________<br />
Municipio:___________________<br />
Edad:___ años. Sexo: F___ M ___ Grado<br />
El Ministerio de Educación realiza un estudio de los aspectos que pueden preocupar o<br />
interesar a los estudiantes, con el objetivo de conocer y analizar los más significativos,<br />
los cuales serán considerados para mejorar la labor educacional.<br />
Por lo antes expuesto, necesitamos que respondas todas las preguntas de forma<br />
que se corresponda con tu verdadera opinión. Nadie más que nosotros conocerá tus<br />
respuestas.<br />
Muchas gracias.<br />
I. Siempre que valoramos a una persona u opinamos sobre alguien, lo hacemos<br />
teniendo en cuenta <strong>su</strong>s cualidades.<br />
Lee cuidadosamente hasta el final la lista que se te ofrece a continuación; todas las<br />
cualidades son importantes pero debes seleccionar marcando con una equis (X) las 5<br />
cualidades que tú consideras más importantes.<br />
a) ___Ser educado y disciplinado en todos los lugares.<br />
b) ___Querer a los maestros y mantener buenas relaciones con ellos<br />
119
c) ___Ser un buen hijo. Que los padres se sientan orgullosos de él<br />
d) ___ Cooperar, ayudar a quien lo necesite y ser capaz de sacrificarse por los demás.<br />
e) ___ Ser preferido entre los compañeros y que siempre lo inviten a las fiestas.<br />
f) ___ Respetar, amar y defender <strong>su</strong> Patria.<br />
g) ___ Cuidar la apariencia física. Estar siempre correctamente vestido y presentable.<br />
h) ___ Ser un buen alumno: estudioso y preocupado por aprender.<br />
i) ___ Ayudar en los quehaceres de la casa y ser considerado con los padres y demás<br />
familiares.<br />
j) ___ Reconocer los errores cometidos y ser crítico con los demás.<br />
k) ___ Ser entusiasta, divertido y alegre.<br />
l) ___ Sentir respeto y admiración por los héroes de la Patria y <strong>su</strong>s más abnegados<br />
trabajadores.<br />
ll) ___ Respetar lo establecido. Ser disciplinado y cumplir con los deberes.<br />
m) ___ Tener buena actitud ante el trabajo.<br />
n) ___ Ser preocupado, cariñoso y atento con la familia.<br />
0) ___ Ser sincero, defender la verdad ante todo y rechazar cualquier forma de hipocresía.<br />
p)___ Vestirse a la moda.<br />
q) ___ Tener la valentía necesaria para enfrentar las calumnias de los enemigos de la<br />
Revolución.<br />
II- A continuación te presentamos una serie de situaciones que pueden reflejar lo<br />
<strong>su</strong>cedido a<br />
un estudiante. Necesitamos que nos digas si los compañeros más cercanos a ti<br />
actuarían así; y tú Cómo actuarías.<br />
1) En la realización de un trabajo agrícola, se conoció que un grupo de compañeros<br />
de una brigada incumplió la norma establecida para la jornada. Sin embargo,<br />
acordaron informar más de lo producido para que la brigada ocupara un mejor<br />
lugar en la emulación.<br />
¿Tus compañeros más cercanos actuarían así ? Si ___ No ___ ¿Por qué?<br />
______________________________________________________________________<br />
______________________________________________________________________<br />
______________________________________________________________________<br />
¿ Cómo actuarías tú ?<br />
2) En un matutino hay varios alumnos que no entonan el Himno Nacional, ni prestan<br />
atención al izamiento de la bandera, mientras que otros conversan, se trasladan<br />
de un lugar a otro e incluso juegan.<br />
¿Tus compañeros más cercanos actuarían así? Si ___ No ___ ¿Por qué?<br />
______________________________________________________________________<br />
120
______________________________________________________________________<br />
______________________________________________________________________<br />
¿Cómo actuarías tú?<br />
III- Pablo dice que es más importante vestirse a la moda que ser estudioso.<br />
Mercy dice que<br />
ser estudioso es más importante. ¿Con quién estás de acuerdo?<br />
Estoy de acuerdo con: _________________________<br />
¿Por qué?<br />
______________________________________________________________<br />
______________________________________________________________________<br />
______________________________________________________________________<br />
IV- A dos alumnas le preguntaron cómo querían ser:<br />
Laura dijo que quería ser bonita, alta, laboriosa, bailadora y estudiosa.<br />
Nancy dijo que quería ser alegre, cariñosa, revolucionaria y solidaria con los demás.<br />
Escoge dos cualidades que más te gusten de las planteadas por Laura:<br />
__________________________________________<br />
__________________________________________<br />
Escoge dos cualidades que más te gusten de las planteadas por Nancy:<br />
_________________________________________<br />
_________________________________________<br />
V- Escribe tres de las cualidades que, en tu opinión, describen cómo tú eres:<br />
Yo soy ________________________________________<br />
Yo soy ________________________________________<br />
Yo soy ________________________________________<br />
121
TABULACIÓN DEL CUESTIONARIO SOBRE ORIENTACIONES VALORATIVAS<br />
Áreas exploradas Incisos<br />
correspondientes<br />
Cualidades<br />
d), j), o)<br />
sociomorales<br />
Comportamiento a), g), ll)<br />
social<br />
Vida escolar b), h), m)<br />
Vida familiar c), i), n)<br />
Aspectos<br />
e), k), p)<br />
personales<br />
Formación<br />
f), l), q)<br />
políticoideológica<br />
1er. i 2do. i 3er. i Total %/t<br />
En la tabla se sitúan los totales de cada uno de los incisos seleccionados y los<br />
porcientos que representa cada área <strong>del</strong> total de opciones de selección de los alumnos,<br />
con lo cual queda claro en nuestra opinión en qué proporción de alumnos y hacia qué<br />
áreas y cualidades presentan una mayor orientación.<br />
Al contrastar el re<strong>su</strong>ltado anterior contra la jerarquía de valores que el sistema social o<br />
la escuela en <strong>su</strong> proyecto educativo se ha propuesto lograr, se puede inferir la<br />
tendencia de cada <strong>su</strong>jeto y <strong>del</strong> grupo objeto de muestra lo que sirve como punto de<br />
partida para las acciones futuras de la sociedad, la familia y la escuela.<br />
3.7. Las pruebas pedagógicas de lápiz y papel.<br />
Para obtener información acerca de los conocimientos y habilidades que poseen los<br />
alumnos en las distintas asignaturas <strong>del</strong> currículo se pueden aplicar pruebas escritas<br />
(de lápiz y papel). En nuestra opinión deben aplicarse al menos en dos momentos <strong>del</strong><br />
curso escolar (preferentemente al inicio y al final <strong>del</strong> mismo), con el objetivo de apreciar<br />
“el valor agregado o añadido” que ha podido representar el desempeño <strong>del</strong> docente a<br />
evaluar en el curso escolar en cuestión. Estas pruebas se clasifican según el tipo de<br />
respuestas en pruebas de desarrollo, pruebas objetivas y pruebas mixtas.<br />
Las pruebas de desarrollo no son estructuradas, o sea, consisten en ítems que<br />
demandan <strong>del</strong> alumno respuestas amplias, creatividad, expresarse con <strong>su</strong>s propias<br />
palabras, etc. Y requieren determinar los criterios que se tendrán en cuenta para <strong>su</strong><br />
calificación y tabulación.<br />
Las pruebas objetivas son altamente estructuradas, pues emplean ítems de opción<br />
múltiple que están constituidos por una proposición (expresada en forma directa o como<br />
una oración incompleta) y una serie de soluciones establecidas en forma de opciones<br />
(palabras, frases, símbolos, números), una de las cuales es la correcta o la mejor<br />
respuesta , y las demás actúan como distractores.<br />
122
En la actualidad la prueba objetiva representa el tipo de prueba más empleado. Su<br />
mayor uso se debe, a que presenta , entre otras, las siguientes ventajas:<br />
Su estructura es menos artificial.<br />
Neutralizan la tendencia a las preguntas y respuestas en series.<br />
Los puntajes son más objetivos.<br />
Permiten precisar las implicancias y derivaciones de las respuestas dadas a las<br />
preguntas, de un modo más coherente, relacionado homogéneo que lo que podría<br />
esperarse de otras pruebas.<br />
La presencia de múltiples opciones posibilita diagnosticar (en el caso de que el<br />
alumno elija algún distractor) las deficiencias de aprendizaje que necesitan ulteriores<br />
ajustes.<br />
Posibilidad de calificación, tabulación, interpretación y devolución de re<strong>su</strong>ltados en<br />
un breve lapso de tiempo.<br />
Independiente de los reparos que se podrían formular a todas las pruebas de lápiz y<br />
papel (No miden conductas en situaciones reales), quizás <strong>su</strong>s desventajas esenciales<br />
serían:<br />
Dificultades para <strong>su</strong> construcción.<br />
Incapacidad para medir variedades de objetivos relacionados con el pensamiento<br />
divergente.<br />
En los últimos tiempos crece el número de docentes y especialistas que optan por la<br />
utilización de pruebas mixtas, es decir pruebas donde confluyen armónicamente ítems<br />
abiertos y de opciones múltiples, de forma que se <strong>su</strong>men las ventajas de ambos tipos<br />
de ítems.<br />
3.8. La combinación de datos procedentes de diversas fuentes de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong><br />
desempeño profesional <strong>del</strong> docente.<br />
Desde el primer capítulo de este libro, hemos insistido en que la <strong>evaluación</strong> profesoral<br />
puede tener diferentes fines y que estos condicionan los métodos evaluativos a utilizar,<br />
el tipo de datos a captar y los instrumentos a aplicar; así como la toma de decisiones<br />
que se adopte a partir de los re<strong>su</strong>ltados de la <strong>evaluación</strong>.<br />
En general, la decisión a la que se ha de llegar a partir de los datos, determina si es<br />
necesario una calificación compuesta o combinada. Además, si uno desea utilizar una<br />
calificación compuesta, que propicie el cumplimiento de diferentes fines, tal vez sea<br />
sensato informar también de las <strong>su</strong>bclasificaciones que han dado lugar a aquella.<br />
Como los distintos propósitos requieren diferentes decisiones, la necesidad de combinar<br />
los datos depende de estas.<br />
En la <strong>evaluación</strong> para propósitos de desarrollo o mejora profesional, por ejemplo, uno<br />
desea obtener un perfil de las capacidades pedagógicas <strong>del</strong> profesor. En dichos casos,<br />
no hay necesidad de obtener una calificación compuesta, global, de las capacidades de<br />
123
éste. Sin embargo, si distintas fuentes de datos miden la misma capacidad, dichas<br />
medidas tal vez deban ser combinadas de algún modo para obtener una medida<br />
<strong>su</strong>ficientemente fiable a los efectos de tomar decisiones relativas a la necesidad de<br />
desarrollo o mejora en esa área en particular.<br />
En la <strong>evaluación</strong> para “pago por méritos”, la persona que toma la decisión debe<br />
combinar los datos de cada docente objeto de <strong>evaluación</strong> de forma explícita o implícita.<br />
Schmidt y Kaplan (1971), aseguran que si los datos emanados de las diferentes fuentes<br />
tienen poca o ninguna correlación entre sí, entonces están midiendo variables<br />
diferentes y combinarlos produce calificaciones que son tan ambiguas que no es posible<br />
interpretarlas.<br />
En la literatura con<strong>su</strong>ltada sobre este tema, es común encontrar que los métodos de<br />
combinación de datos pueden ser clínicos o estadísticos. Combinar los datos de un<br />
modo clínico significa mirar por encima los distintos grupos de datos para llegar a una<br />
decisión global, mientras que hacerlo de un modo estadístico implica el uso de valores<br />
fijos que se han atribuido a los datos en una ecuación matemática.<br />
La investigación ha mostrado que, en general, cuando se dispone de un criterio de<br />
medida la predicción estadística provee una mayor precisión que la predicción clínica, si<br />
se determina una combinación estadística óptima a través de un procedimiento<br />
empírico. Así pues, si se tienen valores numéricos para una serie de medidas de<br />
calidad <strong>del</strong> profesor, es preferible combinarlos de algún modo algorítmico que mirarlos<br />
por encima para llegar a alguna conclusión sobre la misma.<br />
Ahora bien, si se desea una <strong>evaluación</strong> justa, no debería permitirse que el libre albedrío<br />
de los evaluadores determine qué valores dar a cada variable.<br />
Los tres mo<strong>del</strong>os más difundidos de toma de decisiones estadística para combinar<br />
datos son el conjuntivo, el disyuntivo, y el compensatorio.<br />
En el mo<strong>del</strong>o conjuntivo los evaluados deben aprobar todas las medidas para obtener<br />
una calificación general satisfactoria. En el mo<strong>del</strong>o disyuntivo, los evaluados deben<br />
obtener satisfactorio sólo en una de las medidas.En el mo<strong>del</strong>o compensatorio, se<br />
combinan los datos en un algoritmo, comúnmente aditivo, que permite que las bajas<br />
puntuaciones en unas variables se vean compensadas por las altas puntuaciones en<br />
otras.<br />
Criterios para la utilización de los mo<strong>del</strong>os conjuntivos, disyuntivos y<br />
compensatorios.<br />
El mo<strong>del</strong>o disyuntivo generalmente se utiliza cuando hay varias medidas de la misma<br />
variable y se desea beneficiar a los evaluados, considerando sólo la medida más alta o<br />
la aceptabe. Por ejemplo, si se le aplica varias veces a un docente un test de<br />
conocimientos sobre <strong>su</strong> especialidad o área y se desea a<strong>su</strong>mir como aceptable que al<br />
menos apruebe en una ocasión.<br />
124
Ahora bien, para elegir entre los mo<strong>del</strong>os conjuntivos y compensatorios, lo más<br />
importante es analizar si es o no factible que un exceso de la medida de una variable<br />
compense el déficit de la medida de otra variable.<br />
No siempre es cierto que un exceso de una variable pueda compensar una deficiencia<br />
en otra. En la educación, existen de hecho muchas áreas en las que un exceso de la<br />
medida de una variable no compensa la carencia de otra. Por ejemplo, un profesor de<br />
Biología en una secundaria básica necesita saber Biología y saber relacionarse con <strong>su</strong>s<br />
alumnos, entre otras cosas. Un alto sentido de la justicia, tacto pedagógico y una gran<br />
sensibilidad hacia los alumnos, le permite relacionarse con ellos de manera adecuada,<br />
pero no compensa las deficiencias que pueda tener en el conocimiento de la Biología.<br />
Sin embargo, tal vez preparar clases de Biología con <strong>su</strong>mo cuidado pueda compensar<br />
una deficiencia en la capacidad necesaria para atender a las diferencias cognitivas<br />
individuales de los alumnos. Por lo tanto, la <strong>evaluación</strong> satisfactoria de un docente<br />
debería exigir un mínimo en cada variable evaluada. Así tal vez en estos casos se<br />
necesite emplear un enfoque evaluativo que combine los mo<strong>del</strong>os conjuntivo y<br />
compensatorio.<br />
125
Consideraciones éticas <strong>del</strong> proceso de<br />
<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong><br />
docente.<br />
4.1 De los derechos de los agentes educativos en el proceso de <strong>evaluación</strong> de los<br />
docentes.<br />
Sólo en un clima de paz, de verdadero respeto por el otro, puede desarrollarse un<br />
proceso de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional de los docentes, de manera que<br />
estos queden motivados intrínsecamente para perfeccionar <strong>su</strong> labor educativa. Y no<br />
sólo ellos, padres, alumnos y directivos, deben también constatar en cada proceso<br />
evaluativo, que <strong>su</strong>s derechos han sido respetados y que han experimentado también un<br />
nuevo aprendizaje que los sitúa en condiciones para ejercer tales derechos cada vez<br />
con mayor profundidad, exigencia y justicia.<br />
Como dijo el ilustre mexicano Benito Juárez,: “el respeto al derecho ajeno es la paz”.<br />
Inspirados en este apotenma juarista, iniciamos este capítulo declarando cuáles son, a<br />
nuestro juicio, los principales derechos de cada agente educativo que interviene en el<br />
proceso de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong> docente.<br />
Kenneth A. Strikke (1997), plantea los siguientes principios generales como aspectos<br />
éticos que deberán tenerse en cuenta en todo proceso de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> profesorado:<br />
1. Procedimientos legales: Que los juicios se emitan sobre la base de unos estándares<br />
conocidos y razonables, y que éstos se apliquen de igual forma de unos docentes a<br />
otros; que se utilicen procedimientos sistemáticos y razonables para reunir y verificar<br />
los datos.<br />
2. Intimidad: Se requiere que los procedimientos evaluativos no sean excesivamente<br />
intrusivos y que la <strong>evaluación</strong> se centre en aquellos aspectos de la actividad <strong>del</strong><br />
profesor relacionados con el trabajo. Se debe además proteger la confidencialidad<br />
de la información relativa a la <strong>evaluación</strong>.<br />
3. Igualdad: Consiste sobre todo en la prohibición contra la toma de decisiones<br />
basadas en datos irrelevantes.<br />
4. Transparencia: Se requiere estar permanentemente abiertos a las personas que<br />
tienen relación con los procedimientos, los propósitos y los re<strong>su</strong>ltados de la<br />
126
<strong>evaluación</strong>.<br />
5. Humanidad: Pre<strong>su</strong>ponen que se muestre consideración por los sentimientos de los<br />
individuos implicados en el proceso evaluativo.<br />
6. Beneficios para el cliente: Requiere que las decisiones evaluativas se tomen de tal<br />
manera que se respeten los intereses de los alumnos, los padres y el público en<br />
general relacionado con el producto <strong>del</strong> servicio educativo, por encima de las<br />
instituciones educativas y <strong>su</strong> personal.<br />
7. Libertad académica: Implica que prime una atmósfera de libertad intelectual tanto<br />
por los profesores como por los alumnos. La <strong>evaluación</strong> no debe limitar tal<br />
atmósfera.<br />
Los principios éticos generales antes referidos pueden y deben ser operacionalizados<br />
en un conjunto de derechos específicos para cada uno de los agentes educativos que<br />
tienen alguna participación en el proceso de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional de<br />
los docentes. Entre estos consideramos básicos los siguientes:<br />
Derechos de los directivos de las instituciones escolares<br />
Los directivos de las instituciones educativas tienen derecho a:<br />
Supervisar el trabajo de los profesores de <strong>su</strong>s instituciones y tomar decisiones al<br />
respecto con el objetivo de mejorar la calidad de la educación que proporcionan.<br />
Reunir información relevante a los efectos de <strong>su</strong>pervisión y <strong>evaluación</strong>.<br />
Actuar a partir de dicha información en interés de los estudiantes a quienes tratan de<br />
formar.<br />
Recibir la cooperación <strong>del</strong> personal docente en la aplicación y ejecución de un<br />
sistema de <strong>evaluación</strong> justo y eficaz.<br />
Derechos de los docentes<br />
Los docentes tienen derecho a:<br />
Ser evaluados sobre la base de criterios relevantes.<br />
No ser evaluados sobre la base de rumores o quejas no verificadas.<br />
Ser evaluados según unos estándares generales, públicos y comprensibles.<br />
Ser avisados de cuándo van a ser evaluados.<br />
Conocer los re<strong>su</strong>ltados de <strong>su</strong> <strong>evaluación</strong>.<br />
Expresar <strong>su</strong> opinión sobre los re<strong>su</strong>ltados de <strong>su</strong> <strong>evaluación</strong>.<br />
Que les comuniquen las razones de cualquier acción emprendida con respecto a <strong>su</strong><br />
trabajo.<br />
Apelar cualquier decisión adversa y a tener <strong>su</strong>s propias opiniones.<br />
Una <strong>evaluación</strong> ordenada y puntual.<br />
Unos procedimientos de <strong>evaluación</strong> humanos.<br />
Que <strong>su</strong> <strong>evaluación</strong> sea confidencial.<br />
Que <strong>su</strong>s vidas privadas se consideren irrelevantes en <strong>su</strong> <strong>evaluación</strong>.<br />
127
Que las evaluaciones no se utilicen coercitivamente para propósitos ilegítimos.<br />
Ser sometidos a criterios y procedimientos que no sean discriminatorios.<br />
Que no se utilice la <strong>evaluación</strong> para inhibir la expresión de opiniones poco<br />
populares.<br />
Una <strong>evaluación</strong> global honesta y abierta de <strong>su</strong> desempeño.<br />
Derechos de los padres de los alumnos y de los miembros de la comunidad<br />
Los padres y miembros de la comunidad tienen derecho a:<br />
Esperar que el bienestar educativo de <strong>su</strong>s hijos sea el interés central de cualquier<br />
sistema de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional de los docentes que se aplique.<br />
Esperar que <strong>su</strong>s hijos sean educados por profesionales competentes.<br />
Esperar que la competencia de los docentes sea evaluada regularmente de un modo<br />
justo y funcional.<br />
Exigir que la <strong>evaluación</strong> sirva para mejorar la educación de <strong>su</strong>s hijos.<br />
Que se tengan en cuenta <strong>su</strong>s quejas y opiniones sobre <strong>su</strong> conocimiento y<br />
percepción de la calidad educativa que reciben <strong>su</strong>s hijos.<br />
Que los profesores sean evaluados según los estándares y prácticas públicamente<br />
conocidas.<br />
Es un deber de toda la comunidad educativa participar activa y responsablemente en<br />
los procesos de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong> profesorado, no con opiniones<br />
infundadas que sólo pueden contribuir a enrarecer el clima de paz y profesionalidad que<br />
debe caracterizar tales procesos, sino con opiniones formadas a partir de datos<br />
obtenidos mediante procedimientos pertinentes y adecuadamente utilizados.<br />
128
¿Y después de la <strong>evaluación</strong> qué?<br />
Los informes o certificados de <strong>evaluación</strong> son descripciones y narraciones<br />
estructuradas, apoyadas en datos contrastados y coherentes con el mo<strong>del</strong>o de<br />
<strong>evaluación</strong>, que pretenden comprender y explicar la actividad educativa y profesional<br />
<strong>del</strong> profesorado. Los informes han de posibilitar la afirmación profesional y la<br />
actualización de los docentes, la consolidación <strong>del</strong> claustro de profesores <strong>del</strong> centro<br />
docente y la repercusión positiva en la formación <strong>del</strong> alumnado.<br />
Los certificados de <strong>evaluación</strong> han de servir prioritariamente a los docentes para<br />
comprobar <strong>su</strong> actuación en el aula, descubrir <strong>su</strong>s limitaciones y diseñar en colaboración<br />
con <strong>su</strong>s colegas la línea de <strong>su</strong>peración profesional permanente.<br />
Cada docente tendrá anualmente los informes adecuados a <strong>su</strong>s necesidades y<br />
expectativas, avanzando en la <strong>evaluación</strong>, desde la opción formativa y la mejora<br />
profesional. Estos informes sólo tienen razón de ser, si evitan toda orientación<br />
controladora e inhibidora.<br />
En la definición <strong>del</strong> concepto “<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong> docente” que<br />
brindamos en este libro, planteamos que los juicios re<strong>su</strong>ltantes <strong>del</strong> proceso de<br />
<strong>evaluación</strong> se utilizarán en la toma de decisiones con el objetivo de mejorar el<br />
desempeño valorado. En consecuencia, re<strong>su</strong>lta necesario que tratemos ahora cómo<br />
concretar la incorporación a la toma de decisiones de la dirección de la institución<br />
escolar, los re<strong>su</strong>ltados de la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong> docente.<br />
5.1. La entrevista con el evaluado para analizar los re<strong>su</strong>ltados de <strong>su</strong> <strong>evaluación</strong>.<br />
La comunicación <strong>del</strong> re<strong>su</strong>ltado de la <strong>evaluación</strong> al docente evaluado es un momento<br />
fundamental dentro <strong>del</strong> sistema de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño. Re<strong>su</strong>lta necesario darle<br />
al docente conocimiento sobre las informaciones significativas de <strong>su</strong> desempeño, a fin<br />
de que los objetivos de la política educativa puedan ser plenamente alcanzados.<br />
Según Planty y Efferson 58 , los propósitos de la entrevista de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño,<br />
la cual ellos nombran entrevista de consejería para comunicar los re<strong>su</strong>ltados de la<br />
<strong>evaluación</strong>, son los siguientes:<br />
58 Earl G. Planty y Carlos E. Efferson, “Counseling Executives after merit Rating or Eavaluation” en J. M.<br />
Dooher e V. Marquis, The Development of Executive Talent (Nueva York, American Management<br />
Association, 1953), págs. 239 y 240.<br />
129
Facilitar al <strong>su</strong>bordinado condiciones para mejorar <strong>su</strong> trabajo mediante una<br />
comunicación clara e inequívoca de <strong>su</strong> patrón de desempeño. La entrevista le da<br />
oportunidad al <strong>su</strong>bordinado no solamente de conocer y aprender lo que el jefe<br />
espera de él en términos de calidad, cantidad y método de trabajo, sino también de<br />
entender las razones de esos patrones de desempeño. Son las reglas <strong>del</strong> juego, el<br />
que sólo podrá ser bien jugado cuando los jugadores entiendan y compartan las<br />
reglas.<br />
Dar una idea clara de cómo está desempeñando <strong>su</strong> trabajo, resaltando <strong>su</strong>s puntos<br />
fuertes y débiles, y comparándolos con los patrones de desempeño esperados.<br />
Muchas veces, el <strong>su</strong>bordinado cree <strong>su</strong>bjetivamente que todo va bien y puede<br />
desarrollar una idea distorsionada respecto a <strong>su</strong> desempeño ideal. Necesita saber lo<br />
que el jefe opina de <strong>su</strong> trabajo, a fin de ajustar y adecuar du desepeño a los<br />
patrones esperados.<br />
Discutir los dos, el <strong>su</strong>bordinado y el jefe, las medidas y los planes para desarrollar<br />
mejor y utilizar las aptitudes <strong>del</strong> <strong>su</strong>bordinado, que necesita entender cómo podrá<br />
mejorar <strong>su</strong> desempeño para participar activamente en la determinación de las<br />
medidas para tal mejoría.<br />
Estimular relaciones personales más fuertes entre el jefe y el <strong>su</strong>bordinado, en las<br />
que ambos tengan condiciones y oportunidades de hablar francamente respecto <strong>del</strong><br />
trabajo, cómo se está desarrollando, y cómo podrá mejorarse e incrementarse. La<br />
intensificación de la comprensión hombre a hombre es factor básico para el<br />
desarrollo de relaciones humanas fuertes y sanas.<br />
Eliminar o reducir ansiedades, tensiones e incertidumbres que <strong>su</strong>rgen cuando los<br />
individuos no gozan de las ventajas de la consejería planeada y bien orientada.<br />
En nuestra opinión los objetivos planteados por Planty y Efferson para la entrevista de<br />
<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño de los empleados de cualquier organización, son totalmente<br />
válidos en particular para la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong> docente.<br />
Consideramos no obstante conveniente que el papel <strong>del</strong> jefe sea a<strong>su</strong>mido por una<br />
comisión de <strong>evaluación</strong> que, dirigida por el director de la institución escolar, integre<br />
además a representantes de las organizaciones sindicales, políticas, padres de familia,<br />
etc.<br />
Las buenas relaciones humanas en el trabajo deben basarse en un diálogo franco y<br />
cordial de hechos, aciertos, potencialidades y problemas entre los directivos y el<br />
docente evaluado. A veces re<strong>su</strong>lta difícil tener habilidad de presentar los hechos y<br />
lograr que el docente, al terminar la entrevista, quede convencido de desarrollar y<br />
ajustar <strong>su</strong> desempeño al nivel exigido por <strong>su</strong>s funciones, y sea consciente de los<br />
aspectos positivos y negativos de <strong>su</strong> desempeño. El éxito de una entrevista de<br />
<strong>evaluación</strong> depende de muchos factores. La entrevista debe ser debidamente<br />
preparada, para que la comisión evaluadora sepa de antemano lo que dirá al evaluado<br />
y cómo lo dirá.<br />
El evaluador debe tomar muy en cuenta dos aspectos importantes:<br />
1. Todo docente posee aspiraciones y objetivos personales y debe considerársele<br />
siempre una persona individualizada, diferente a las demás.<br />
130
2. El desepeño debe ser evaluado en función de las funciones específicas <strong>del</strong> docente,<br />
y principalmente de la orientación y de las oportunidades que ricibió <strong>del</strong> directivo.<br />
Re<strong>su</strong>ltan muy interesantes los re<strong>su</strong>ltados de un estudio realizado por Meyer, Kay y<br />
French, Jr. 59 , para verificar la eficacia <strong>del</strong> programa de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño en la<br />
General Electric. En dicho estudio ellos concedieron mucha atención a la entrevista<br />
entre el <strong>su</strong>bordinado y <strong>su</strong> gerente por el impacto que esta puede tener en la motivación<br />
<strong>del</strong> evaluado para mejorar <strong>su</strong> desempeño.<br />
Los autores antes referidos defienden la participación <strong>del</strong> evaluado en la determinación<br />
de objetivos para <strong>su</strong> propio trabajo como medio para obtener un efecto favorable sobre<br />
la moral y el desempeño individual. En entrevistas con gerentes y <strong>su</strong>bordinados<br />
comprobaron que la acción sobre a<strong>su</strong>ntos salariales había dominado la entrevista de<br />
<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño anual, dejando completamente de lado la discusión de<br />
planes para mejorar el desempeño. Pidieron a los gerentes que dividieran la tradicional<br />
entrevista de <strong>evaluación</strong> en dos secciones: una para evaluar el desempeño y la acción<br />
salarial, y otra, para planear el mejoramiento <strong>del</strong> desempeño dos semanas después de<br />
la primera.<br />
Tal separación les permitió realizar una experiencia sobre los efectos de la participación<br />
<strong>del</strong> <strong>su</strong>bordinado en el planteamiento de los objetivos. Una parte de los gerentes fue<br />
instruida en el sentido de permitir un enfoque de elevada participación en la entrevista<br />
(en la cual el evaluado preparaba un conjunto de objetivos para alcanzar mejoría en <strong>su</strong><br />
desempeño, sometiéndolo a la consideración <strong>del</strong> gerente para <strong>su</strong> apreciación y<br />
aprobación) y a la otra parte se le pidió una técnica de baja participación. Comprobaron<br />
que:<br />
La discusión de la <strong>evaluación</strong> en sí tiene poca influencia en el desempeño futuro <strong>del</strong><br />
cargo.<br />
Las críticas generan defensas en el <strong>su</strong>bordinado, la fijación de objetivos, y no de<br />
críticas, mejora el desempeño.<br />
Se deben hacer evaluaciones separadas para diferentes propósitos, tales como: mejora<br />
<strong>del</strong> desempeño, promociones, aumentos salariales, etc.<br />
Finalmente estos autores <strong>su</strong>gieren:<br />
Discusiones más frecuentes respecto <strong>del</strong> desempeño.<br />
Abandono de juicios <strong>su</strong>marios o por categorías.<br />
Discusiones sobre recomendaciones salariales hechas separadamente.<br />
Énfasis en el planteamiento mutuo de objetivos y solución de problemas.<br />
De los re<strong>su</strong>ltados <strong>del</strong> estudio antes referido se puede inferir que es necesario no perder<br />
de vista nunca cuál es la orientación principal que tiene el sistema de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong><br />
59 Meyer, Kay y French, Jr. , Págs, 378 – 379, citado por Idalberto Chiavenato en<br />
“Administración de recursos humanos”, Brasil, 1994.<br />
131
desempeño profesional <strong>del</strong> docente que a<strong>su</strong>mimos. Si esta está determinada<br />
esencialmente por <strong>su</strong> función desarrolladora, es decir, si está centrada en el desarrollo<br />
profesional <strong>del</strong> docente, entonces parece clara la conveniencia de concederle al<br />
evaluado un papel activo y protagónico en la determinación de los objetivos y acciones<br />
para el mejoramiento de <strong>su</strong> desempeño, lo cual pudiera ser incluido en la parte final de<br />
<strong>su</strong> auto<strong>evaluación</strong>. Esto último deberá tener un espacio prioritario en la entrevista de<br />
<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño.<br />
Consideramos que la entrevista entre el evaluador y el evaluado no sólo debe<br />
constituirse en una oportunidad de crecimiento profesional para el evaluado, sino<br />
también para el evaluador. Este último deberá reflexionar permanentemente sobre las<br />
dificultades que tuvo, en el período evaluado, para reunir información adecuada sobre<br />
el desempeño <strong>del</strong> docente evaluado y para mantenerla actualizada. Además, debe<br />
evitar conducir la entrevista de <strong>evaluación</strong> como si fuera una tarea de rutina.<br />
El evaluador no debe perder de vista que existen algunos docentes que presentan una<br />
conducta profesional no adecuada, caracterizada por recelos, preocupaciones y<br />
prejuicios, que en ocasiones no son <strong>del</strong> todo injustificadas, y que requieren de un<br />
tratamiento muy profesional y convincente a los efectos de lograr convencer y no vencer<br />
al evaluado.<br />
5.2. Meta<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong> docente.<br />
En este epígrafe final <strong>del</strong> libro, transcribimos de forma re<strong>su</strong>mida los estándares para<br />
evaluaciones de personal desarrollados por el Comité Conjunto de Estándares para la<br />
Evaluación Educativa, publicados en 1988 por Sage Publications y cuyos 16 miembros<br />
fueron designados de entre 14 asociaciones muy influyentes e interesadas en la<br />
educación, según Daniel L. Stufflebeam y James R. Sanders. Al hacerlo, pretendemos<br />
entregarle al lector un conjunto de estándares que le permitan evaluar la calidad de un<br />
sistema de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño docente, o sea realizar adecuadamente la<br />
meta<strong>evaluación</strong>.<br />
En <strong>su</strong> “guía de definiciones” este Comité define un estándar como “un principio<br />
consen<strong>su</strong>ado por las personas implicadas en la práctica profesional de la <strong>evaluación</strong><br />
para la medida <strong>del</strong> valor o de la calidad de una <strong>evaluación</strong>” 60 .<br />
Si entendemos meta<strong>evaluación</strong> como “la <strong>evaluación</strong> de la <strong>evaluación</strong>”, en este caso <strong>del</strong><br />
desempeño profesional <strong>del</strong> docente, entonces podemos comprender que los<br />
estándares, anteriormente definidos, pueden contribuir de manera decisiva a<br />
metaevaluar con profundidad el desempeño profesional <strong>del</strong> docente, es decir pueden<br />
constituir una guía práctica para el análisis de la calidad de los informes o certificados<br />
de <strong>evaluación</strong> elaborados, así como <strong>del</strong> propio proceso cuyos re<strong>su</strong>ltados ellos<br />
pretenden re<strong>su</strong>mir.<br />
60 Joint Committe, 1981, pág. 12.<br />
132
A continuación presentamos los estándares desarrollados por el referido Comité:<br />
El principio básico que anima este grupo de estándares es que las escuelas<br />
existen para servir a los estudiantes; por lo tanto, las evaluaciones de personal<br />
deberían centrar <strong>su</strong>s esfuerzos en determinar si los educadores están<br />
satisfaciendo las necesidades de los alumnos.<br />
P1. Orientación <strong>del</strong> servicio: La <strong>evaluación</strong> de educadores debería fomentar unos<br />
principios educativos sólidos, la realización de misiones institucionales, y una<br />
a<strong>su</strong>nción eficaz de las responsabilidades relativas al trabajo de modo que se<br />
satisfagan las necesidades de estudiantes, comunidad y sociedad.<br />
P2. Pautas de <strong>evaluación</strong> formal: Las pautas para la <strong>evaluación</strong> de personal<br />
deberían proporcionarse a los empleados en forma de enunciados sobre políticas,<br />
acuerdos negociados y/o manuales de <strong>evaluación</strong> de tal manera que las evaluaciones<br />
sean coherentes, equitativas y cumplan las leyes y códigos éticos pertinentes.<br />
P3. Conflicto de intereses: Los conflictos de intereses deberían identificarse y ser<br />
tratados abierta y honestamente de modo que no comprometan el proceso de<br />
<strong>evaluación</strong> y los re<strong>su</strong>ltados.<br />
P4. Acceso a los informes sobre <strong>evaluación</strong> de personal: El acceso a los informes<br />
sobre <strong>evaluación</strong> de personal debería estar limitado a los individuos que tengan una<br />
nacesidad legítima de revisar y utilizar los informes, y así garantizar.<br />
P5: Interacciones con los <strong>su</strong>jetos evaluados: La <strong>evaluación</strong> debería proceder ante<br />
los <strong>su</strong>jetos evaluados de un modo profesional, considerado y cortés de tal forma que<br />
<strong>su</strong> autoestima, <strong>su</strong> motivación, <strong>su</strong> reputación profesional, <strong>su</strong> rendimiento y <strong>su</strong>s<br />
actitudes hacia la <strong>evaluación</strong> mejoren o, al menos, no <strong>su</strong>fran perjuicio alguno.<br />
Los estándares de utilidad deben guiar la <strong>evaluación</strong> de tal forma que esta sea<br />
informativa, oportuna y capaz de ejercer una influencia adecuada. Estos estándares<br />
requieren, especialmente, que la <strong>evaluación</strong> provea una información útil para que<br />
individuos y grupos de educadores mejoren <strong>su</strong> rendimiento.<br />
U1: Orientación constructiva: La <strong>evaluación</strong> debería ser constructiva de modo que<br />
ayude a las instituciones a desarrollar los recursos humanos y a los <strong>su</strong>jetos de la<br />
<strong>evaluación</strong> a proporcionar un servicio excelente.<br />
U2: Usos definidos: los u<strong>su</strong>arios y los usos de una <strong>evaluación</strong> de personal deberían<br />
ser identificados de manera que la <strong>evaluación</strong> pueda abordar las cuestiones<br />
apropiadas.<br />
133
U3: Credibilidad <strong>del</strong> evaluador: El sistema de <strong>evaluación</strong> deberían dirigirlo y aplicarlo<br />
personas con las cualificaciones, capacidades y autoridad necesarias, y los evaluadores<br />
deberían conducirse de un modo profesional con objeto de que los informes de la<br />
<strong>evaluación</strong> sean respetados y utilizados.<br />
U4: Informe funcional: Los informes deberían ser claros, oportunos y precisos de<br />
forma que tengan un valor práctico para el <strong>su</strong>jeto evaluado u otros públicos.<br />
U5: Seguimiento e impacto: Se debería realizar un seguimiento de la <strong>evaluación</strong> para<br />
que <strong>su</strong>s u<strong>su</strong>arios puedan comprender los re<strong>su</strong>ltados y emprender las acciones<br />
pertinentes.<br />
Los estándares de viabilidad requieren sistemas de <strong>evaluación</strong> que sean<br />
eficaces, fáciles de utilizar, viables políticamente y estén adecuadamente<br />
financiados.<br />
V1: Procedimientos prácticos: Deberían planificarse y aplicarse procedimientos de<br />
<strong>evaluación</strong> de personal que produzcan la información necesaria al tiempo que<br />
minimizan <strong>su</strong> costo.<br />
V2: Viabilidad política: El sistema de <strong>evaluación</strong> debería desarrollarse y tutelarse en<br />
colaboración de tal manera que todas las partes interesadas se vean implicadas<br />
constructivamente en el funcionamiento <strong>del</strong> sistema.<br />
V3: Viabilidad fiscal: Deberían proporcionarse tiempo y recursos adecuados para la<br />
realización de las actividades de <strong>evaluación</strong> de modo que se puedan aplicar eficaz y<br />
eficientemente los planes de <strong>evaluación</strong>.<br />
Estos estándares requieren que la información obtenida sea técnicamente<br />
defendible y que las conclusiones puedan relacionarse de un modo lógico con los<br />
datos.<br />
P1: Papel definido: El papel, las responsabilidades, los objetivos de rendimiento y las<br />
cualificaciones necesarias <strong>del</strong> <strong>su</strong>jeto evaluado deberían estar claramente definidas, de<br />
modo que el evaluador pueda determinar unos criterios de <strong>evaluación</strong> válidos.<br />
134
P2: Ambiente de trabajo: Debería identificarse y describirse el contexto en el que tiene<br />
lugar la <strong>evaluación</strong> de tal manera que las influencias y limitaciones ambientales sobre el<br />
rendimiento puedan considerarse en la <strong>evaluación</strong>.<br />
P3: Documentación de procedimientos: Los procedimientos de <strong>evaluación</strong> seguidos<br />
deberían estar documentados con objeto de que los <strong>su</strong>jetos evaluados y otros u<strong>su</strong>arios<br />
puedan evaluar los procedimientos reales con respecto a los planificados.<br />
P4: Medidas válidas: Los procedimientos de medida deberían elegirse o desarrollarse<br />
y aplicarse sobre la base <strong>del</strong> papel descrito y el uso deseado de forma que las<br />
inferencias referentes al <strong>su</strong>jeto evaluado sean válidas y precisas.<br />
P5: Medidas fiables: Los procedimientos de medida deberían elegirse o desarrollarse<br />
para garantizar la fiabilidad de tal manera que la información obtenida proporcione<br />
indicaciones <strong>del</strong> rendimiento <strong>del</strong> <strong>su</strong>jeto evaluado.<br />
P6: Control sistemático de datos: La información utilizada debería procesarse y<br />
almacenarse con cuidado con objeto de garantizar que los datos analizados son los<br />
mismos que los reunidos.<br />
P7: Control de sesgos: El proceso de <strong>evaluación</strong> debería proporcionar una<br />
salvaguardia contra los sesgos, de tal modo que las cualificaciones <strong>del</strong> <strong>su</strong>jeto evaluado<br />
se evalúen de manera justa.<br />
Los estándares antes referidos nos pueden servir de guía orientadora para la<br />
<strong>evaluación</strong> de la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional de los docentes<br />
(meta<strong>evaluación</strong>). Para ello re<strong>su</strong>lta conveniente operacionalizarlos a través de un<br />
conjunto de interrogantes cuyas respuestas posibiliten conocer el grado en que el<br />
sistema evaluativo satisfacen los mismos tanto en un nivel teórica como en <strong>su</strong><br />
aplicación práctica.<br />
A continuación mostramos un cuestionario de 100 preguntas que nos pueden facilitar la<br />
realización de la meta<strong>evaluación</strong> de cualquier sistema de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño<br />
profesional de los docentes que se haya diseñado.<br />
CUESTIONARIO PARA LA EVALUACIÓN DE LA CALIDAD DEL<br />
SISTEMA DE EVALUACIÓN DEL DESEMPEÑO PROFESIONAL DE LOS<br />
DOCENTES<br />
En 1988 la Editorial Sage Publications publicó el libro “Estándares de <strong>evaluación</strong> de personal” .<br />
Estos estándares fueron elaborados por el Comité Conjunto de Estándares para la <strong>evaluación</strong><br />
educativa, integrado por 16 miembros designados por 14 de las asociaciones profesionales más<br />
influyentes interesadas en la educación de los Estados Unidos de América.<br />
Compañero Director (a):<br />
135
A partir de los referidos estándares, este investigador ha elaborado un cuestionario que nos permitirá<br />
evaluar con objetividad y profundidad la calidad <strong>del</strong> sistema de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional de<br />
los docentes que está vigente en nuestro país.<br />
Le rogamos que lo responda con el mayor apego a la realidad que le sea posible.<br />
ESTÁNDAR DE PROPIEDAD P-1: ORIENTACIÓN HACIA EL SERVICIO<br />
136<br />
Muchas gracias<br />
P-1: Las evaluaciones de los educadores deberían promover los<br />
principios de educación bien fundamentados, el cumplimiento de<br />
misiones institucionales, ejecución eficaz de responsabilidades<br />
profesionales para que las necesidades educativas de los alumnos, la<br />
comunidad y la sociedad se cumpla.<br />
A continuación le formulamos un conjunto de preguntas que en nuestra opinión operacionalizan la<br />
aplicación práctica <strong>del</strong> estándar antes referido. Lo mismo haremos a partir <strong>del</strong> enunciado de cada uno de<br />
los restantes estándares.<br />
MARQUE CON UNA CRUZ EN LA CELDA QUE CORRESPONDA SEGÚN SU OPINIÓN.<br />
PREGUNTAS<br />
1. ¿Está previsto que todos los profesores sean evaluados?<br />
2. ¿Está previsto tomar decisiones en materia de empleo<br />
basadas en los re<strong>su</strong>ltados de la <strong>evaluación</strong>?<br />
3. ¿Está previsto recompensar la práctica educativa que<br />
evaluada de sobresaliente?<br />
4. ¿Está previsto evaluar si los docentes brindan una<br />
atención equitativa a <strong>su</strong>s alumnos?<br />
5. ¿Está previsto utilizar los re<strong>su</strong>ltados de la <strong>evaluación</strong><br />
profesoral como base para diseñar el trabajo metodológico de<br />
la escuela tanto colectivo como individual?<br />
6. ¿Está previsto rehabilitar la actuación deficiente de algunos<br />
docentes y en caso necesario prescindir de <strong>su</strong>s servicios?<br />
7. ¿Está previsto determinar si el docente se mantiene<br />
actualizado acerca de los a<strong>del</strong>antos de las ciencias que<br />
explican?<br />
8. ¿Incluyen los criterios de <strong>evaluación</strong> alguna medida<br />
concreta <strong>del</strong> impacto de <strong>su</strong> desempeño en el aprendizaje de<br />
<strong>su</strong>s alumnos?<br />
9. ¿Incluyen los criterios de <strong>evaluación</strong> las necesidades de<br />
los alumnos y las prioridades de la comunidad?<br />
* N.S: Significa “No <strong>su</strong>ficientemente”.<br />
Se evidencia en<br />
los documentos<br />
normativos<br />
Se evidencia en<br />
la práctica de la<br />
<strong>evaluación</strong><br />
SÍ NO SÍ NO NS<br />
ESTÁNDAR DE PROPIEDAD P-2: ORIENTACIONES FORMALES DE EVALUACIÓN<br />
P-2: Las orientaciones de las evaluaciones de los docentes deberían<br />
ser comunicadas en declaraciones de política, y/o manuales de
<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> profesorado para que las evaluaciones sean<br />
consistentes, equitativas, y de acuerdo con códigos éticos y las leyes<br />
correspondientes.<br />
PREGUNTAS<br />
10. ¿Hay orientaciones para aplicar los métodos y<br />
procedimientos de <strong>evaluación</strong> en alguno de los documentos<br />
normativos relativos a la <strong>evaluación</strong> profesoral?<br />
11. ¿Se limitan los criterios de <strong>evaluación</strong> sólo a algunos<br />
temas importantes relacionados con el trabajo de los<br />
docentes?<br />
12. ¿Son claros, específicos y comprensibles tanto las<br />
orientaciones para la implementación de la <strong>evaluación</strong><br />
profesoral como los criterios e indicadores de la misma?<br />
13. ¿Están previsto en los documentos normativos sobre la<br />
<strong>evaluación</strong> profesoral los énfasis o pesos que se adjudican a<br />
cada criterio e indicador para la <strong>evaluación</strong>?<br />
14. ¿Está previsto explicar el sistema de <strong>evaluación</strong> y <strong>su</strong><br />
aplicación práctica en la escuela a todos los evaluados,<br />
anualmente?<br />
15. ¿Está previsto aplicar planes de rehabilitación para los<br />
que re<strong>su</strong>lten con malos re<strong>su</strong>ltados en la <strong>evaluación</strong>, con<br />
etapas progresivas?<br />
16. ¿Se dan declaraciones claras y precisas de los tipos de<br />
re<strong>su</strong>ltados de <strong>evaluación</strong> que probablemente causarán el<br />
despido <strong>del</strong> docente?<br />
17. ¿Existe un calendario para realizar la <strong>evaluación</strong> por<br />
etapas dentro <strong>del</strong> curso escolar, donde se precisan cuándo<br />
se aplican los diferentes instrumentos?<br />
Se evidencia en<br />
los documentos<br />
normativos<br />
ESTÁNDAR DE PROPIEDAD P-3: CONFLICTO DE INTERESES<br />
Se evidencia en<br />
la práctica de la<br />
<strong>evaluación</strong><br />
SÍ NO SÍ NO NS<br />
P-3: Los conflictos de intereses deben ser detectados y tratados<br />
abiertamente y con honestidad con el fin de que no comprometan el<br />
proceso y los re<strong>su</strong>ltados de la <strong>evaluación</strong>.<br />
PREGUNTAS<br />
18. ¿Está prevista la cooperación entre la dirección<br />
administrativa, las organizaciones políticas, el sindicato, las<br />
organizaciones estudiantiles y los padres en el diseño de la<br />
aplicación de la <strong>evaluación</strong>?<br />
19. ¿Está previsto controlar los conflictos de intereses como<br />
parte de la selección <strong>del</strong> personal que llevará a cabo las<br />
evaluaciones?<br />
20. ¿Está prevista la implicación y participación <strong>del</strong> evaluando<br />
en la revisión <strong>del</strong> proceso y las evidencias re<strong>su</strong>ltantes antes<br />
de finalizar la elaboración final <strong>del</strong> certificado de <strong>evaluación</strong>?<br />
Se evidencia en<br />
los documentos<br />
normativos<br />
Se evidencia en<br />
la práctica de la<br />
<strong>evaluación</strong><br />
SÍ NO SÍ NO NS<br />
137
PREGUNTAS<br />
21. ¿Está previsto qué evidencias <strong>del</strong> proceso evaluativo son<br />
decisivas y deben utilizarse en caso de apelación?<br />
22. ¿El sistema utiliza múltiples fuentes de <strong>evaluación</strong> como<br />
la auto<strong>evaluación</strong>, <strong>evaluación</strong> hecha por los alumnos,<br />
observaciones de las actividades docentes, evaluaciones<br />
hechas por los colegas, portafolios, etc?<br />
23. ¿Si se da un conflicto irresoluble está previsto designar<br />
evaluadores alternativos?<br />
24. ¿Está previsto llegar a acuerdos entre el evaluador y el<br />
evaluando sobre los criterios que regirán el proceso<br />
evaluativo y <strong>su</strong>s re<strong>su</strong>ltados?<br />
Se evidencia en<br />
los documentos<br />
normativos<br />
Se evidencia en<br />
la práctica de la<br />
<strong>evaluación</strong><br />
SÍ NO SÍ NO NS<br />
ESTÁNDAR DE PROPIEDAD P-4: ACCESO A INFORMES DE EVALUACIÓN DE<br />
PERSONAL<br />
P-4: El acceso a los informes de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> personal debería<br />
limitarse a los individuos con una necesidad legítima de revisar y<br />
utilizar los informes de manera que se garantice el uso adecuado de la<br />
información.<br />
PREGUNTAS<br />
25. ¿Está previsto el almacenamiento seguro de la<br />
información recogida durante el proceso de <strong>evaluación</strong> (uso<br />
de bases de datos u otros medios similares)?<br />
26. ¿Está previsto limitar el acceso a los certificados de<br />
<strong>evaluación</strong> a aquellos que deben tomar o defender decisiones<br />
basadas en ellos?<br />
27. ¿Está previsto quién recibe copias de los certificados de<br />
<strong>evaluación</strong>?<br />
28. ¿Está previsto discutir toda la información con el evaluado<br />
antes de que se archive en el archivo oficial de personal?<br />
Se evidencia en<br />
los documentos<br />
normativos<br />
Se evidencia en<br />
la práctica de la<br />
<strong>evaluación</strong><br />
SÍ NO SÍ NO NS<br />
ESTÁNDAR DE PROPIEDAD P-5: INTERACCIÓN CON LOS EVALUANDOS<br />
P-5: La <strong>evaluación</strong> debería tratar a los evaluando de una manera<br />
profesional, cortés, educada, para que <strong>su</strong> propia estima, motivación,<br />
reputación profesional, actuación y actitud hacia la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong><br />
personal mejoren, o por lo menos, no sean dañadas<br />
innecesariamente.<br />
138
PREGUNTAS<br />
29. ¿Está previsto establecer fechas específicas de<br />
<strong>evaluación</strong> en colaboración con los evaluandos?<br />
30. ¿Está prevista la asistencia o intervención inmediata<br />
cuando las deficiencias de la actuación requieran tal<br />
respuesta?<br />
31. ¿Está previsto apoyar y estimular el crecimiento<br />
profesional de los docentes?<br />
32. ¿Está previsto sostener permanentemente sesiones<br />
privadas con el evaluando para retroalimentarlo con respecto<br />
a los re<strong>su</strong>ltados parciales de <strong>su</strong> <strong>evaluación</strong>?<br />
33. ¿Está previsto un proceso de apelación de las<br />
evaluaciones?<br />
34. ¿Está previsto que los evaluandos señalen que están de<br />
acuerdo o en desacuerdo con <strong>su</strong> certificado de <strong>evaluación</strong> y<br />
que adjunten en este último caso <strong>su</strong> respuesta por escrito?<br />
35. ¿Está previsto que los evaluandos reciban una copia de<br />
<strong>su</strong> certificado de <strong>evaluación</strong>?<br />
36. ¿Está previsto que los evaluadores reciban capacitación<br />
en “interacción humana”?<br />
Se evidencia en<br />
los documentos<br />
normativos<br />
Se evidencia en<br />
la práctica de la<br />
<strong>evaluación</strong><br />
SÍ NO SÍ NO NS<br />
ESTÁNDAR DE UTILIDAD U-1: ORIENTACIÓN CONSTRUCTIVA<br />
U-1: Las evaluaciones deberían ser constructivas para que ayuden a<br />
las instituciones a desarrollar recursos humanos y estimulen y<br />
apoyen a los evaluados a proporcionar un servicio excelente.<br />
PREGUNTAS<br />
37. ¿Está previsto que se definan estándares para la<br />
actuación de los docentes en la escuela y que todas las<br />
partes interesadas participen o estén representadas en el<br />
proceso de definición?<br />
38. ¿Está previsto comenzar todas las entrevistas con los<br />
evaluandos para comunicar los re<strong>su</strong>ltados <strong>del</strong> proceso<br />
evaluador con una comunicación positiva (puntos fuertes en<br />
<strong>su</strong> actuación).<br />
39. ¿Está previsto detectar explícitamente áreas de actuación<br />
que requieran refuerzo y 7 o mejora?<br />
40. ¿Está previsto proporcionarle al evaluando recursos para<br />
mejorar <strong>su</strong> actuación (apoyo de profesores expertos, líderes<br />
educativos, libros y nombre de libros que debe estudiar,<br />
cursos de capacitación a los que debe asistir, etc?<br />
41. ¿Está previsto darle pautas al evaluando para que mejore<br />
<strong>su</strong> auto<strong>evaluación</strong> y <strong>su</strong> propia práctica?<br />
Se evidencia en<br />
los documentos<br />
normativos<br />
Se evidencia en<br />
la práctica de la<br />
<strong>evaluación</strong><br />
SÍ NO SÍ NO NS<br />
139
ESTÁNDAR DE UTILIDAD U-2: USOS DEFINIDOS<br />
U-2:Los u<strong>su</strong>arios y los usos pretendidos de una <strong>evaluación</strong> de<br />
personal deberían ser identificados para que la <strong>evaluación</strong> pueda<br />
tratar cuestiones adecuadas.<br />
PREGUNTAS<br />
42. ¿Está previsto informarle a todos los agentes educativos<br />
interesados (docentes, alumnos, padres de los alumnos) los<br />
principales re<strong>su</strong>ltados de la <strong>evaluación</strong> de cada docente?<br />
43. ¿Está previsto limitar el acceso a los certificados de<br />
<strong>evaluación</strong> y acordar los usos que se les darán antes de<br />
iniciar el proceso evaluador?<br />
44. ¿Está previsto que los jefes académicos utilicen los<br />
certificados de <strong>evaluación</strong> para elaborar el plan de mejora y<br />
de desarrollo profesional de cada evaluando para la próxima<br />
etapa?<br />
Se evidencia en<br />
los documentos<br />
normativos<br />
Se evidencia en<br />
la práctica de la<br />
<strong>evaluación</strong><br />
SÍ NO SÍ NO NS<br />
ESTÁNDAR DE UTILIDAD U-3: CREDIBILIDAD DEL EVALUADOR<br />
U-3: El sistema de <strong>evaluación</strong> debería ser gestionado y ejecutado por<br />
personas con la necesaria cualificación y autoridad, y todos los<br />
evaluadores deberían comportarse profesionalmente para que los<br />
certificados de <strong>evaluación</strong> sean respetados y utilizados.<br />
PREGUNTAS<br />
45. ¿Está previsto proporcionarle preparación específica en<br />
<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional de los docentes a los<br />
evaluadores?<br />
46. ¿Está previsto que esté implicado más de un evaluador<br />
en la recogida de información para la <strong>evaluación</strong> de un<br />
docente concreto?<br />
47. ¿Está previsto darle apoyo en la recogida y análisis de la<br />
información a aquellos evaluadores que no tienen la<br />
competencia profesional necesaria para determinadas tareas<br />
evaluativas?<br />
48. ¿Está previsto garantizar la estabilidad <strong>del</strong> evaluador<br />
durante todo el proceso evaluativo o la entrega formal y<br />
detallada de un evaluador a otro en los casos en que<br />
necesariamente se producen cambios?<br />
Se evidencia en<br />
los documentos<br />
normativos<br />
Se evidencia en<br />
la práctica de la<br />
<strong>evaluación</strong><br />
SÍ NO SÍ NO NS<br />
140
ESTÁNDAR DE UTILIDAD U-4: INFORMES O CERTIFICADOS<br />
FUNCIONALES<br />
U-4: Los informes o certificados de <strong>evaluación</strong> deberían ser<br />
claramente oportunos en el tiempo, precisos y concisos para que<br />
tengan un valor práctico para el evaluado y otras audiencias<br />
pertinentes.<br />
PREGUNTAS<br />
49. ¿Está previsto utilizar múltiples criterios e indicadores<br />
para evaluar el desempeño de los docentes?<br />
50. ¿Está previsto otorgar una calificación o puntaje general<br />
de eficacia de la actuación docente?<br />
51. ¿Está prevista la realización de varios cortes evaluativos<br />
durante el curso escolar, con comunicación al evaluando de<br />
<strong>su</strong>s re<strong>su</strong>ltados?<br />
52. ¿Está prevista la comunicación formal y escrita <strong>del</strong><br />
evaluador al evaluando cada vez que concluye un evento<br />
evaluativo (observación de clases, aplicación de encuesta a<br />
alumnos, prueba de conocimientos aplicada a los alumnos,<br />
etc.)<br />
Se evidencia en<br />
los documentos<br />
normativos<br />
ESTÁNDAR DE UTILIDAD U-5: SEGUIMIENTO E IMPACTO<br />
Se evidencia en<br />
la práctica de la<br />
<strong>evaluación</strong><br />
SÍ NO SÍ NO NS<br />
U-5: Las evaluaciones deberían tener un seguimiento de manera que<br />
los u<strong>su</strong>arios y evaluados sean asistidos en <strong>su</strong> comprensión de los<br />
re<strong>su</strong>ltados y en las acciones consiguientes.<br />
PREGUNTAS<br />
53. ¿Está previsto revisar y analizar con el evaluando los<br />
puntos fuertes y débiles de <strong>su</strong> desempeño y brindarle<br />
<strong>su</strong>gerencias para mejorarlo?<br />
54. ¿Está previsto establecer un plan preciso y calendariado<br />
para la mejora de los puntos débiles <strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong><br />
evaluando?<br />
55. ¿Está prevista la participación activa <strong>del</strong> evaluando en la<br />
concepción <strong>del</strong> plan para <strong>su</strong> crecimiento profesional que le<br />
permita reforzar los puntos fuertes de <strong>su</strong> desempeño y<br />
mejorar los puntos débiles?<br />
56. ¿Está previsto realizar entrevistas de seguimiento de la<br />
<strong>evaluación</strong> con el evaluando y registrar por escrito <strong>su</strong>s<br />
re<strong>su</strong>ltados?<br />
Se evidencia en<br />
los documentos<br />
normativos<br />
Se evidencia en<br />
la práctica de la<br />
<strong>evaluación</strong><br />
SÍ NO SÍ NO NS<br />
141
ESTÁNDAR DE VIABILIDAD V1: PROCEDIMIENTOS PRÁCTICOS<br />
V-1: Los procedimientos de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> personal deberían ser<br />
planificados y dirigidos de manera ue produzcan la información<br />
necesaria al tiempo que reducen al mínimo la desorganización y el<br />
costo.<br />
PREGUNTAS<br />
57. ¿Está previsto evitar o eliminar la duplicidad de<br />
información que ya existe?<br />
58. ¿Están previstas sesiones de orientación periódicas para<br />
ayudar a los educadores a comprender los fines y los<br />
procedimientos <strong>del</strong> sistema de <strong>evaluación</strong>?<br />
59. ¿Está previsto estimular al profesorado a <strong>su</strong>gerir formas<br />
en las que los procedimientos de <strong>evaluación</strong> puedan hacerse<br />
más útiles?<br />
60. ¿Está previsto limitar la recogida de la información que<br />
re<strong>su</strong>lta relevante a los fines de la <strong>evaluación</strong>?<br />
ESTÁNDAR DE VIABILIDAD V2: VIABILIDAD POLÍTICA<br />
Se evidencia en<br />
los documentos<br />
normativos<br />
Se evidencia en<br />
la práctica de la<br />
<strong>evaluación</strong><br />
SÍ NO SÍ NO NS<br />
V-2: El sistema de <strong>evaluación</strong> de personal debería ser desarrollado y<br />
<strong>su</strong>pervisado de forma colaborativa de manera que todas las partes se<br />
impliquen constructivamente en que l sistema funcione.<br />
PREGUNTAS<br />
61. ¿Está previsto que el Consejo de Dirección de la escuela<br />
decida qué a<strong>su</strong>ntos específicos sea los que definitivamente<br />
se evaluarán?<br />
62. ¿Está previsto que una comisión decidida por el Consejo<br />
de Dirección revise y proponga anualmente los cambios que<br />
deben producirse en los procedimientos y a<strong>su</strong>ntos que han<br />
de evaluarse?<br />
63. ¿Está previsto que el Consejo de Dirección llegue a<br />
acuerdo con el claustro en relación con los a<strong>su</strong>ntos a evaluar<br />
en el año escolar y los procedimientos que se utilizarán?<br />
ESTÁNDAR DE VIABILIDAD V3: VIABILIDAD FISCAL<br />
Se evidencia en<br />
los documentos<br />
normativos<br />
Se evidencia en<br />
la práctica de la<br />
<strong>evaluación</strong><br />
SÍ NO SÍ NO NS<br />
V-3: Se deberían proporcionar el tiempo y recursos adecuados para<br />
las actividades de personal para que los planes de <strong>evaluación</strong> puedan<br />
ser aplicados eficaces y eficientemente.<br />
142
PREGUNTAS<br />
64. ¿Se dispone de los recursos necesarios para la ejecución<br />
de los diferentes procedimientos para la <strong>evaluación</strong> cuya<br />
aplicación está prevista?<br />
65. ¿Está previsto invertir un mínimo de tiempo y de<br />
procedimientos para obtener la información necesaria para la<br />
<strong>evaluación</strong>?<br />
66. ¿Está previsto <strong>su</strong>pervisar la eficacia y eficiencia <strong>del</strong><br />
sistema (<strong>evaluación</strong> de la <strong>evaluación</strong>)?<br />
67. ¿Está prevista la búsqueda continua de nuevas ideas<br />
para elevar al mayor nivel posible la eficacia <strong>del</strong> sistema de<br />
<strong>evaluación</strong>?<br />
ESTÁNDAR DE PRECISIÓN Pr.1: PAPEL DEFINIDO<br />
Se evidencia en<br />
los documentos<br />
normativos<br />
Se evidencia en<br />
la práctica de la<br />
<strong>evaluación</strong><br />
SÍ NO SÍ NO NS<br />
Pr.-1: El papel, las responsabilidades, los objetivos de actuación y las<br />
cualificaciones <strong>del</strong> evaluado deberían estar claramente definidas para<br />
que el evaluador pueda determinar datos de <strong>evaluación</strong> válidos.<br />
PREGUNTAS<br />
68. ¿Existen descripciones claras de las funciones y tareas<br />
educativas de los docentes que sirven de patrón para la<br />
<strong>evaluación</strong>?<br />
69. ¿Está previsto evaluar otras responsabilidades que no<br />
son directamente las educativas como pueden ser hábitos de<br />
trabajo, colaboración con los compañeros, etc.?<br />
70. ¿Los docentes están informados de los niveles de<br />
actuación de ellos que se consideran aceptables?<br />
71. ¿Está prevista la revisión periódica de los criterios de<br />
<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño de los docentes y la descripción<br />
de <strong>su</strong>s funciones?<br />
72. ¿Está previsto requerir la aptitud de los evaluados para<br />
conocer permanentemente el grado de conocimientos de <strong>su</strong>s<br />
alumnos?<br />
73. ¿Está previsto determinar el nivel de implicación de los<br />
evaluados en actividades o espacios para la reflexión<br />
colectiva y la coordinación de influencias educativas entre<br />
docentes?<br />
74. ¿Está previsto evaluar si los alumnos reciben un trato<br />
justo por los profesores?<br />
Se evidencia en<br />
los documentos<br />
normativos<br />
ESTÁNDAR DE PRECISIÓN Pr.2: AMBIENTE DE TRABAJO<br />
Se evidencia en<br />
la práctica de la<br />
<strong>evaluación</strong><br />
SÍ NO SÍ NO NS<br />
Pr.-2: El contexto en el que trabaja el evaluado debería ser<br />
identificado, descrito y registrado de manera que las influencias<br />
143
ambientales y los límites a <strong>su</strong> actuación puedan ser tenidos en cuenta<br />
en la <strong>evaluación</strong>.<br />
PREGUNTAS<br />
75. ¿Está previsto tener en cuenta y registrar la disponibilidad<br />
e idoneidad de las instalaciones escolares y materiales<br />
docentes?<br />
76. ¿Está previsto registrar y tener en cuenta las condiciones<br />
de otros espacios donde se desempeña el docente en alguna<br />
otra forma de organizar el proceso docente educativo?<br />
77. ¿Está previsto registrar y tener en cuenta las<br />
características <strong>del</strong> alumnado que puedan afectar la actuación<br />
<strong>del</strong> profesorado?<br />
78. ¿Está previsto tener en cuenta el tipo de escuela y nivel<br />
de educación, <strong>su</strong> régimen (interno o externo) y otras<br />
características que pueden determinar que las condiciones<br />
laborales <strong>del</strong> docente sean menos favorables?<br />
Se evidencia en<br />
los documentos<br />
normativos<br />
Se evidencia en<br />
la práctica de la<br />
<strong>evaluación</strong><br />
SÍ NO SÍ NO NS<br />
ESTÁNDAR DE PRECISIÓN Pr.3: DOCUMENTACIÓN DE PROCEDIMIENTOS<br />
Pr.-3: Los procedimientos de <strong>evaluación</strong> aplicados deben ser<br />
documentados para que el evaluado y otros u<strong>su</strong>arios puedan evaluar<br />
los procedimientos reales, en relación con los pretendidos.<br />
PREGUNTAS<br />
79. ¿Está previsto que los procedimientos de <strong>evaluación</strong> que<br />
se van a utilizar sean aprobados en el Consejo de Dirección<br />
de la escuela?<br />
80. ¿Está previsto registrar las evaluaciones basándose en<br />
criterios de <strong>evaluación</strong> establecidos?<br />
81. ¿Está previsto incluir todas las fuentes de datos de<br />
<strong>evaluación</strong> en los certificados de <strong>evaluación</strong>?<br />
82. ¿Está previsto mantener registros escritos de los<br />
re<strong>su</strong>ltados de las entrevistas individuales con los evaluados<br />
cuando se le da a conocer <strong>su</strong> certificado de <strong>evaluación</strong>?<br />
ESTÁNDAR DE PRECISIÓN Pr.4: MEDICIÓN VÁLIDA<br />
Se evidencia en<br />
los documentos<br />
normativos<br />
Se evidencia en<br />
la práctica de la<br />
<strong>evaluación</strong><br />
SÍ NO SÍ NO NS<br />
Pr.-4: Los procedimientos de medición deberían ser elegidos o<br />
desarrollados sobre la base <strong>del</strong> papel descrito y el uso pretendido<br />
para que las inferencias relacionadas con el evaluado sean válidas y<br />
precisas.<br />
144
PREGUNTAS<br />
83. ¿Está previsto recoger información de <strong>evaluación</strong> de una<br />
variedad de fuentes?<br />
84. ¿Está previsto asegurar que las fuentes de información<br />
de <strong>evaluación</strong> utilizadas se correspondan con los fines <strong>del</strong><br />
sistema?<br />
85. ¿Está previsto implicar a los docentes, padres y alumnos<br />
en la determinación de la idoneidad de los fines, criterios,<br />
procesos e instrumentos utilizados en la <strong>evaluación</strong>?<br />
86. ¿Está previsto limitar la <strong>evaluación</strong> a la valoración de los<br />
criterios e indicadores previstos y acordados?<br />
87. ¿Está previsto explicitar y describir claramente y con<br />
precisión los datos en los que se basa la <strong>evaluación</strong>?<br />
ESTÁNDAR DE PRECISIÓN Pr.5: MEDICIÓN FIABLE<br />
Se evidencia en<br />
los documentos<br />
normativos<br />
Se evidencia en<br />
la práctica de la<br />
<strong>evaluación</strong><br />
SÍ NO SÍ NO NS<br />
Pr.-5: Los procedimientos de medición deberían ser elegidos o<br />
desarrollados para que garanticen la fiabilidad, de manera que la<br />
información obtenida proporcione información consistente sobre la<br />
actuación <strong>del</strong> evaluado.<br />
PREGUNTAS<br />
88. ¿Está previsto formar a los evaluadores en el uso de los<br />
instrumentos y procedimientos que se pretenden emplear en<br />
la <strong>evaluación</strong>?<br />
89. ¿Está previsto probar la consistencia de los<br />
procedimientos entre todos los evaluadores y realizar los<br />
cambios indicados por los re<strong>su</strong>ltados?<br />
90. ¿Están previstas pruebas pilotos de cambios en los<br />
procedimientos e instrumentos antes de <strong>su</strong> aplicación<br />
completa para garantizar <strong>su</strong> consistencia?<br />
Se evidencia en<br />
los documentos<br />
normativos<br />
Se evidencia en<br />
la práctica de la<br />
<strong>evaluación</strong><br />
SÍ NO SÍ NO NS<br />
ESTÁNDAR DE PRECISIÓN Pr.6: CONTROL SISTEMÁTICO DE LOS DATOS<br />
Pr.- 6: La información utilizada en la <strong>evaluación</strong> debería guardarse en<br />
lugar seguro y debería ser procesada y mantenida cuidadosamente<br />
con el fin de asegurar que los datos mantenidos y analizados son los<br />
mismos que los datos recogidos.<br />
PREGUNTAS<br />
91. ¿Está previsto guardar la documentación de la <strong>evaluación</strong><br />
en archivos de seguridad?<br />
Se evidencia en<br />
los documentos<br />
normativos<br />
Se evidencia en<br />
la práctica de la<br />
<strong>evaluación</strong><br />
SÍ NO SÍ NO NS<br />
145
PREGUNTAS<br />
92. ¿Está previsto desarrollar y mantener un sistema de<br />
archivo adecuado para que la información pueda ser<br />
recuperada de forma fácil y precisa cuando sea necesario?<br />
93. ¿Está previsto asegurar que los documentos tomados de<br />
los lugres de almacenamiento sean devueltos a <strong>su</strong> forma<br />
original?<br />
Se evidencia en<br />
los documentos<br />
normativos<br />
ESTÁNDAR DE PRECISIÓN Pr.7: CONTROL DEL SESGO<br />
Se evidencia en<br />
la práctica de la<br />
<strong>evaluación</strong><br />
SÍ NO SÍ NO NS<br />
Pr.-7: El proceso de <strong>evaluación</strong> debería proporcionar salvaguardias<br />
contra el sesgo con el fin de que las cualificaciones o la actuación <strong>del</strong><br />
evaluado sea evaluada adecuadamente.<br />
PREGUNTAS<br />
94. ¿Está previsto que se realicen revisiones rápidas por<br />
terceras personas ante las apelaciones?<br />
95. ¿Está previsto <strong>su</strong>pervisar el proceso de <strong>evaluación</strong> para<br />
que no se centre sobre aspectos de la actuación y<br />
actividades personales irrelevantes con respecto a las<br />
funciones de la <strong>evaluación</strong> identificadas y acordadas?<br />
96. ¿Está previsto que el evaluador y el profesor evaluado<br />
revisen conjuntamente el borrador <strong>del</strong> certificado de<br />
<strong>evaluación</strong>?<br />
97. ¿Está previsto comunicar la información relevante al<br />
evaluado, incluso si entra en conflicto con las conclusiones y<br />
recomendaciones generales?<br />
Se evidencia en<br />
los documentos<br />
normativos<br />
Se evidencia en<br />
la práctica de la<br />
<strong>evaluación</strong><br />
SÍ NO SÍ NO NS<br />
ESTÁNDAR DE PRECISIÓN Pr.8: SUPERVISIÓN DE SISTEMAS DE EVALUACIÓN<br />
Pr.-8: El sistema de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> personal debería ser revisado<br />
periódicamente y sistemáticamente para que se puedan hacer<br />
revisiones sistemáticas.<br />
PREGUNTAS<br />
98. ¿Está previsto revisar políticas, procedimientos e<br />
instrumentos de <strong>evaluación</strong> periódicamente, para determinar<br />
si son todavía adecuados y eficaces?<br />
99. ¿Está previsto comparar los planes de <strong>evaluación</strong> con la<br />
práctica real?<br />
100. ¿Está previsto encuestar al personal para obtener<br />
críticas y recomendaciones relacionadas con las políticas,<br />
procedimientos e instrumentos de <strong>evaluación</strong>?<br />
Se evidencia en<br />
los documentos<br />
normativos<br />
Se evidencia en<br />
la práctica de la<br />
<strong>evaluación</strong><br />
SÍ NO SÍ NO NS<br />
146
Ahumada, P. Evaluación de la eficiencia docente. Chile: Universidad Católica de<br />
Valparaíso, 1992.<br />
Arancibia, V. Características de los profesores efectivos en Chile y <strong>su</strong> impacto en el<br />
rendimiento escolar y autoconcepto académico. Vol.3, N°2, 1994.<br />
Andrews, H. A.. Evaluating for Excellence: Addressing the Need for Responsible and<br />
Effective Faculty Evaluation. Stillwater, OK: New Forums Press, 1985.<br />
Au<strong>su</strong>bel, D.P; Novak, J.D; Hanesian, H (1977). Psicología educativa: un punto de<br />
vista cognitivo. México, Trillas.<br />
Avendaño Olivera, Rita M. Y Minujin, Alicia. Metodología de los círculos ¿Cómo soy<br />
y cómo quiero ser?, folleto, ICCP, octubre 1985.<br />
Banks, C.A.M. The challenges of national standards in multiculural society.<br />
Education Horizos, 75, 3: 126-132.<br />
Blanco C. , Ernesto y Di Vora, Mercedes. Evaluación <strong>del</strong> personal docente: Guía para<br />
<strong>su</strong> desarrollo.Ediciones publicitarias, Carabobo, Venezuela, 1992.<br />
Bolívar, A. Los contenidos actitudinales en el currículo de la reforma. Escuela<br />
Española, Madrid, 1993.<br />
Bosello, A.P. Escuela y valores. CCS, Madrid, 1994.<br />
Brezinka, W. ¿Educación de los valores?, en Revista de Ciencias de la Educación,<br />
num. 151, julio – septiembre, 1992.<br />
Bronferbrunner V. (1979). La ecología <strong>del</strong> desarrollo humano. Paidos.<br />
Carreras, LL y otros. Cómo educar en Valores. Editorial Narcea S.A, 6ª edición,<br />
1998.<br />
Casas<strong>su</strong>s, Juan y Arancibia Violeta. Claves para una Educación de Calidad, Editorial<br />
Kapelusz, Buenos Aires, 1997.<br />
147
Colectivo de autores <strong>del</strong> Grupo Pedagogía <strong>del</strong> Instituto Central de Ciencias<br />
Pedagógicas. Principales categorías de la Pedagogía como ciencia, folleto,<br />
1997.<br />
Colectivo de autores, grupo Pedagogía <strong>del</strong> Instituto Central de Ciencias<br />
Pedagógicas. Marco conceptual para la elaboración de una teoría pedagógica,<br />
1998.<br />
Colectivo de autores, grupo Pedagogía <strong>del</strong> ICCP. Principales categorías de la<br />
Pedagogía como ciencia, 1997.<br />
Coll, C (1983). La construcción de esquemas de conocimiento en el proceso de<br />
enseñanza aprendizaje, en Psicología genética y aprendizajes escolares: Madrid –<br />
Siglo XXI.<br />
Coll, C.; Solé, Y. (1989). Aprendizaje significativo y ayuda pedagógica. Cuadernos de<br />
Pedagogía.<br />
Coll, C.; Colomina, R. (1990). Interacción entre alumnos y aprendizaje escolar.<br />
Cristán Gómez, D. “El educador y los valores sociales”, en revista Española de<br />
Pedagogía, núm. 175, enero – marzo, 1987, pp. 57 – 81.<br />
Darling – Hammond, L. Teacher evaluation: A proposal, The elementary School<br />
Journal. 1986.<br />
De Zubiría Samper, Miguel. Tratado de pedagogía Conceptual, tomo 3.<br />
Formación de valores y actitudes: Un reto a las escuelas y actitudes. Fondo de<br />
Publicaciones Bernardo Herrera Merino. Fundación Alberto Merani, Bogotá,<br />
Colombia, 1995.<br />
Domenech, J. Y Enesco, I. “Educación en valores”, en Cuadernos de Pedagogía,<br />
núm. 205, julio – agosto, 1992, pp. 56 – 58.<br />
Dwayer, Carol. Evaluación de los maestros. Evaluación y Reforma educativa.<br />
Opiniones de política, PREAL, 1997.<br />
Edwuards, D.; Mucu, N. (1988). El conocimiento compartido. El desarrollo de la<br />
comprensión en el aula. Barcelona. Paidos/MEC.<br />
Escamez, J. Y Martínez, B. “Cómo se aprenden los valores y actitudes”, en Aula en<br />
Innovación Educativa, núm. 16 – 17, julio – agosto, 1993.<br />
García Ramis, Lisardo y otros. Los retos <strong>del</strong> cambio educativo. Editorial Pueblo y<br />
Educación, 1996.<br />
148
Gibaja, R.E. (1988). Acerca <strong>del</strong> debate metodológico en la investigación educacional.<br />
La Educación. Revista Interamericana de Desarrollo Educativo 103 OEA.<br />
Gibaja, R.E. (1991). La cultura de la escuela. Buenos Aires, Aìque.<br />
Guzmán, Jesús Carlos y Hernández Gerardo. Implicaciones educativas de seis<br />
teorías psicológicas. CONALTE, UNAM, México, 1993.<br />
Joint Committee on Standards for Educational Evaluation. The Personnel Evaluation<br />
Standards. Newbury park, Ca: Sage, 1988.<br />
Krutetski, V.A. Psicología. Vneshtorgizdat, Moscú,1989.<br />
Lafourcade, Pedro. Calidad de la Educación. Buenos Aires, abril de 1988. Dirección<br />
Nacional de Información, difusión estadística y tecnología educativa <strong>del</strong> Ministerio de<br />
Educación y Justicia.<br />
Lafourcade, Pedro. Calidad de la Educación, Buenos Aires, abril de 1988. Dirección<br />
Nacional de Información, difusión estadística y tecnología educativa <strong>del</strong> Ministerio<br />
de Educación y Justicia.<br />
Lenin, Vladimir I. Cuadernos Filosóficos. Edit. Progreso, 1985.<br />
Lenin, Vladimir I. Obras completas, tomo 25. (En ruso).<br />
Martí Pérez, José. La Edad de Oro. Edit. Cultural S.A, La Habana, 1959.<br />
Pérez, E. Y Miestre, V. “La educación moral en los valores”, en Cuadernos de<br />
trabajo social, núm. 6, 1993.<br />
Pretovski, A.V. Psicología General. Editorial Pueblo y Educación, 1982.<br />
Piaget, J. (1978). La equilibración de las estructuras cognitivas. Problema central <strong>del</strong><br />
desarrollo. Madrid. Siglo XXI.<br />
Sanavria, B. (1992). El aprendizaje y la enseñanza de las actitudes en Los<br />
contenidos de la Enseñanza.<br />
Schmelkes, Silvia. Documento 3. Programa Evaluación de la Calidad de la<br />
Educación. Cumbre Iberoamericana, 1997.<br />
Tiana Ferrer, Alejandro. Cuadernos de Pedagogía, Nº 256, marzo de 1996, artículo:<br />
Qué son y qué pretenden.<br />
Valdés H. Concepciones teóricas acerca de un sistema para evaluar la calidad de la<br />
149
educación en la enseñanza primaria. Tesis presentada en opción al título de Máster<br />
en Investigación Educativa. La Habana, 1995.<br />
Valdés Veloz, Héctor. Revista Desafío Escolar. Año 1, Vol.1. Mayo-Junio de 1997.<br />
Artículo: “De la utopía de la cantidad a la utopía de la calidad, reflexiones sobre la<br />
calidad de la educación y <strong>su</strong> <strong>evaluación</strong>”, México.<br />
Vigotsky, L.S. (1979). El desarrollo de los procesos psicológicos <strong>su</strong>periores,<br />
Barcelona, Crítica.<br />
Webster, W.J, Mendro, R. L., Y Almaguer, T.O. Effectiveness Indices: The Major<br />
Component of an Equitable Accountability System. Estudio presentado en la reunión<br />
anual de la American Educational Research Association, Atlanta, GA, 1993.<br />
150