o descargar este libro - La Princesa del Guárico
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manifiestan su disposición a hablar, pero piden les dejen tomar agua primero porque se<br />
estaban muriendo de sed. Los realistas los dejan ir hacia el Caño de la Vigía de donde,<br />
una vez traspuestas las últimas filas realistas, emprenden una veloz carrera por el<br />
camino que conduce hacia Chaguaramal de Perales (Zaraza). A la distancia, seguros que<br />
los disparos no tendrían efectividad y sumergidos en la noche, dejan escuchar un ¡Viva<br />
la Patria! y el disparo de un trabuco que era la señal convenida para informar el éxito de<br />
la operación. En la plaza, los sitiados que estaban pendientes de la señal, gritan de<br />
contento porque, por lo menos, la encomienda iba al encuentro de Piar.<br />
Al día siguiente, 24 de mayo, los capitanes José Ignacio García y Salomón<br />
Calderín después de recorrer, sin descanso, 22 leguas llegan a Chaguaramal de Perales.<br />
A su arribo, se informan que Piar ya se había movido hacia Valle de la Pascua, pero por<br />
otro camino por lo que, inmediatamente, emprenden el regreso. Redoblan la marcha con<br />
titánico esfuerzo, pues no habían dormido, descansado ni comido, pero para aquellos<br />
hombres todos los sacrificios eran pocos cuando de la patria se trataba. Por fin, después<br />
de haber andado, a galope tendido, todo el día logran, por la tarde, darle alcance a unas<br />
seis leguas de Chaguaramal de Perales, en el sitio conocido como Camoruco o<br />
Higuerote donde acampaba y, con la premura <strong>del</strong> caso, le comunican el encargo de<br />
Zaraza.<br />
Enterado Piar de la situación en que se encontraba Zaraza y su tropa, ordenó a<br />
sus subalternos levantar el campamento y se dirigió a Valle de la Pascua en marcha<br />
forzada durante toda la noche. Al amanecer, ante el cansancio que se apoderó de la<br />
infantería, Piar optó por apartar, en el sitio de Los Morrocoyes, 200 hombres con la<br />
mejor caballería y 200 infantes que montó en las grupas de aquellos, y siguió al<br />
pasitrote dejando el resto de la tropa a la retaguardia, pero en marcha para reunírsele en<br />
Valle de la Pascua.<br />
De esa manera, el 25 de mayo, llegó Piar, con sus 400 soldados, al sitio conocido<br />
como Fogoncito, lugar que ubicamos hoy en la salida hacia Tucupido, cerca <strong>del</strong> peaje.<br />
Ahí se detuvo y envió soldados de su espionaje a buscar información acerca de los<br />
sitiados, así como a alertarlos de su llegada. Los espías se acercaron a las trincheras y<br />
dejaron escuchar el clarín de guerra, el cual sonó, para los sitiados, como una diana<br />
victoriosa y un mensaje de lucha y muerte para los realistas. Un grito entusiasta de los<br />
patriotas salió de las trincheras en reto de venganza contra sus enemigos, quienes no<br />
esperaban a Piar por aquella vía y creyeron que la gente de inteligencia era la<br />
vanguardia por lo que se compactan, aceleradamente, formándose en batalla al sur<strong>este</strong><br />
de la población, mientras que los sitiados se preparan para salir de sus improvisados<br />
parapetos.<br />
Aproximadamente a las 3 de la tarde, se presenta la División de Orientales en el<br />
alto de la <strong>La</strong>guna de <strong>La</strong> Vigía donde Piar, levantando la mano y dirigiéndola hacia<br />
donde estaban los realistas, grita: “Viva la América libre”, y con un ademán de su brazo<br />
derecho indica que hay que irse al ataque. Cumpliendo la orden, los soldados se<br />
abalanzan al enemigo por el frente, mientras Zaraza y los desesperados sitiados lo hacen<br />
por el flanco izquierdo y fue una embestida tan ardorosa y encarnizada que sólo<br />
bastaron pocos minutos para que los patriotas, inferiores en número pero grandes en<br />
corazón, destrozaran a los realistas y los pusieran en huida, la que hicieron vía Jácome.<br />
Los patriotas los persiguen a unas cuatro leguas, hasta el sitio conocido como “<strong>La</strong><br />
Parada de Durán”, donde los encontró la noche, y temiendo exponerse a una emboscada,