El doncel don Enrique el doliente - Ataun

More documents

Recommendations

Info

-¿Pensáis que el rey Enrique III podrá negar muchas cosas a su tío don Enrique de Villena?... -No; el prestigio de que goza en la Corte es demasiado grande. -¿Y pensáis que el señor Clemente VII se expondría a perder la amistad y protección de Castilla y Aragón en su lucha con Urbano VI por tener el gusto de negar una bula de divorcio al conde de Cangas y Tineo? -Por San Pedro, Ferrus, que tenéis cabeza de cortesano más que de rimador. -Muchas gracias, señor Fernán. Algunos señores de la Corte que me desprecian cuando pasan delante de mí en el estrado de Su Alteza y que me dan una palmadita en la mejilla diciéndome: Adiós, Ferrus; dinos una gracia, podrían dar testimonio de mi destreza si supieran ellos... -Entiendo; no estoy en ese caso. -Yo estimo demasiado al primer escudero de mi amo para confundirle con la
caterva de cortesanos, cuyo brillo me ofende y cuya insolencia provoca mi venganza. -¿Y en qué estamos de Hernando y de su comisión? -interrumpió Vadillo dándole la mano y apretándosela como para dar a entender que aquel apretón de manos debía significar más que todas las frases vulgares que en semejantes casos se dicen. -Ya he dicho que no sé sino que sospecho que el conde quiere ser maestre; que Hernando puede traer noticias de la salud de don Gonzalo de Guzmán y que esta noche no se acostará don Enrique de Villena sin haber aligerado y repartido la carga de su secreto, si tiene alguno; también quiero ser franco: tal puede ser él que no me sea lícito confiarle ni a vos mismo. Pero atended. ¿No oís? -¿Qué es? -repuso el escudero escuchando. -Es la señal de haber salido la pieza; ¿no oís los ladridos de los sabuesos y la gritería de los monteros?
Page 1 and 2: Obra reproducida sin responsabilida
Page 3 and 4: CAPITULO PRIMERO Mis arreos son las
Page 5 and 6: prolongada de un poder superior que
Page 7 and 8: los sarracenos. Es verdad que ganab
Page 9 and 10: irrupción de los bárbaros, alguna
Page 11 and 12: nuestros días. El amor, el rendimi
Page 13 and 14: contra moros les debía el rey y la
Page 15 and 16: cardenal de Génova, que tomó el n
Page 17 and 18: Aragón, y por el Papa romano, el E
Page 19 and 20: Enrique III, al subir al trono a lo
Page 21 and 22: Con él van los sus monteros Con pe
Page 23 and 24: henchidas de oro las faltriqueras,
Page 25 and 26: frecuentar grandes personajes, ya q
Page 27 and 28: pariente del rey como a un montero
Page 29: -Sólo sabré deciros -contestó Fe
Page 33 and 34: espesura la encarnizada caterva, cu
Page 35 and 36: por un brazo y desviándole del cam
Page 37 and 38: me dirás tu opinión acerca de ese
Page 39 and 40: suspendida, manifestaba que la segu
Page 41 and 42: compañía libre y desembarazada de
Page 43 and 44: también contra la intemperie envol
Page 45 and 46: tardaron mucho en resonar las pesad
Page 47 and 48: don Pedro reservándose sólo el us
Page 49 and 50: también perjudicarle en el concept
Page 51 and 52: por una extraordinaria pulidez, se
Page 53 and 54: Mira lo que en este momento está p
Page 55 and 56: humanidad más de lo que ella puede
Page 57 and 58: -No importa; no he podido equivocar
Page 59 and 60: que esperaba? ¿Acaso habrá amenaz
Page 61 and 62: -Guiomar -dijo levantándose doña
Page 63 and 64: -¿Os pesan doña María? -contest
Page 65 and 66: no estuviera muy resuelto todavía
Page 67 and 68: acabad de una vez con el único est
Page 69 and 70: -¡Silencio, repito! -dijo con voz
Page 71 and 72: arrojándose delante de ella para i
Page 73 and 74: Volvió el conde al mismo tiempo la
Page 75 and 76: groseros de matemáticas, que el vu
Page 77 and 78: -Y yo, que, como camarero de nuestr
Page 79 and 80: pretexto suponer para justificar aq
Page 81 and 82:
donde la saca... Venid aquí -añad
Page 83 and 84:
Artus, que se volvió cuervo, ni lo
Page 85 and 86:
atravesarse en el camino de sus pla
Page 87 and 88:
ecompensado más allá de tus esper
Page 89 and 90:
-No serás el primero que se haya d
Page 91 and 92:
penetrar los motivos de sus accione
Page 93 and 94:
tener bajo su jurisdicción dos o t
Page 95 and 96:
-¿Crees, señor, que ella resistir
Page 97 and 98:
-¿Y si me engañan mis esperanzas?
Page 99 and 100:
inquieto Villena, si bien poco o na
Page 101 and 102:
profundo silencio variaba la monoto
Page 103 and 104:
pequeña digresión, que en vista d
Page 105 and 106:
de ella como Venus entre los demás
Page 107 and 108:
-Callaré; pero antes he de decir q
Page 109 and 110:
-Don Enrique de Villena -respondió
Page 111 and 112:
-¡Ah! perdonad, señor... señor M
Page 113 and 114:
-Bien podéis decir que me envía e
Page 115 and 116:
-Me vio en el cuarto de mi prima y
Page 117 and 118:
aposento, parte, Jaime, y si vuelve
Page 119 and 120:
alumbrar sus pasos, se presentó ll
Page 121 and 122:
las ventanas del corazón y la cara
Page 123 and 124:
observador más inteligente hubiera
Page 125 and 126:
-No importa; si nuestros intereses
Page 127 and 128:
-Disponed de mis pocas fuerzas, si
Page 129 and 130:
espada-. ¿El doncel de don Enrique
Page 131 and 132:
coraje que crecían por momentos en
Page 133 and 134:
mundo y los hombres, a pesar de vue
Page 135 and 136:
amistad que pedís, ni la busco ni
Page 137 and 138:
confusamente llegó a sus oídos di
Page 139 and 140:
que hubieron conversado largo espac
Page 141 and 142:
enjugó las lágrimas que habían i
Page 143 and 144:
manifestaba desear, era sueño, pue
Page 145 and 146:
condesa, y Elvira se retiró a la c
Page 147 and 148:
producido en su existencia un vací
Page 149 and 150:
Albornoz; y la soledad era el gran
Page 151 and 152:
confiará sus penas -añadió el pa
Page 153 and 154:
luego... una, dos, tres, cuatro, ci
Page 155 and 156:
-¿Quieres cambiar este anillo, Jai
Page 157 and 158:
trata de correr cañas, nadie le av
Page 159 and 160:
Bajóse para esto a su habitación,
Page 161 and 162:
El infante vengador, Caballero a la
Page 163 and 164:
ligada a la suerte de la de Alborno
Page 165 and 166:
habría de saberse al día siguient
Page 167 and 168:
asiéndole con mano vigorosa del cu
Page 169 and 170:
verdadero ser fantástico, como la
Page 171 and 172:
-No he podido entender la letra...
Page 173 and 174:
Mas ¿qué sentido encierran esas p
Page 175 and 176:
uido de un hombre que monta a cabal
Page 177 and 178:
su cabeza sobre el pavimento como p
Page 179 and 180:
sorprendido el sueño en medio de l
Page 181 and 182:
-Bravo modo de decirnos que el escu
Page 183 and 184:
acompañaba su fiel camarero. Hízo
Page 185 and 186:
monteros de tu casa; al llegar al a
Page 187 and 188:
cuidado del montero que se había a
Page 189 and 190:
de nuevo el conde y su primer escud
Page 191 and 192:
Repúsose Elvira lo mejor que pudo,
Page 193 and 194:
avisos; prometió el paje indagar c
Page 195 and 196:
comúnmente convenir, y el paje no
Page 197 and 198:
al ver echado por tierra tan inespe
Page 199 and 200:
la sinceridad de las palabras del c
Page 201 and 202:
-Ved aquí la mía; el cielo sabe l
Page 203 and 204:
intrusos allí por su orden o si te
Page 205 and 206:
oponerles resistencia alguna la con
Page 207 and 208:
desacato cometido en la persona de
Page 209 and 210:
ido cerrándolas todas sucesivament
Page 211 and 212:
Toledo, don Juan Hurtado de Mendoza
Page 213 and 214:
Aquí el condestable, amigo del con
Page 215 and 216:
se acercan; volviendo todos las cab
Page 217 and 218:
de su casa, cuya falta había notad
Page 219 and 220:
-Verdad dice su grandeza -repuso el
Page 221 and 222:
mano, y dióle repetidas gracias po
Page 223 and 224:
a su lado su predilecto escudero; d
Page 225 and 226:
llegada. Habrá desaparecido del mu
Page 227 and 228:
-¿Ronca? ¿No está, pues, herido
Page 229 and 230:
-Señor -exclamó besándoselos-,
Page 231 and 232:
-¿El diablo? Malandrín... -no pud
Page 233 and 234:
puede hacernos mucho mal. Alvar, tu
Page 235 and 236:
verdad en aquel momento, y comenzó
Page 237 and 238:
-Silencio -exclamó-, no pronuncies
Page 239 and 240:
de los cordones, que de su cintura
Page 241 and 242:
de escudero suyo; así que se habí
Page 243 and 244:
verdad a la menor idea de sospecha
Page 245 and 246:
Que sabiendo la verdad Todo se reme
Page 247 and 248:
-No os alteréis y oídme. Sí, cab
Page 249 and 250:
-¿Y dejaréis a la inocencia ser p
Page 251 and 252:
Dejó caer Macías al oír estas do
Page 253 and 254:
¿De dónde vino este diablo? Rom.
Page 255 and 256:
Hízolo Ferrus como se le mandaba.
Page 257 and 258:
noche haya tendido sus densas sombr
Page 259 and 260:
sol, yo hago ese precioso metal con
Page 261 and 262:
-Ahora lo sabemos dos en Madrid. Vo
Page 263 and 264:
para haberle de dar cuentas largas
Page 265 and 266:
esponderle más claramente. Observ
Page 267 and 268:
-¡Ah! pero me hacéis recordar...
Page 269 and 270:
Viendo aquesto un moro viejo Que so
Page 271 and 272:
de su boca, ni más ni menos que el
Page 273 and 274:
Francisco-, ¡oh portento! -continu
Page 275 and 276:
cruz roja las barras de Aragón. Ot
Page 277 and 278:
ecogimiento en que quedó pareció
Page 279 and 280:
El salón principal del alcázar do
Page 281 and 282:
-Acaso. Pues nada oí; estuve jugan
Page 283 and 284:
en cuyos pechos lucían las cruces
Page 285 and 286:
Hablaba el bárbaro, y Sotomayor, q
Page 287 and 288:
cuales dijeron a Su Alteza, despué
Page 289 and 290:
-Hernán Pérez -dijo el de Villena
Page 291 and 292:
insolentemente tu trono, validos de
Page 293 and 294:
-Sí -añadió con voz trémula el
Page 295 and 296:
descubrirme en público? Tomad, se
Page 297 and 298:
jóvenes caballeros prendas del amo
Page 299 and 300:
toma esta demanda? El caballero que
Page 301 and 302:
-No responderé nunca, señor, a la
Page 303 and 304:
estas dos palabras bordadas imposib
Page 305 and 306:
que don Enrique inmóvil, no recog
Page 307 and 308:
Inclinóse Macías en señal de gra
Page 309 and 310:
-¿No podéis explicaros? -Ahora im
Page 311 and 312:
Albornoz, y Macías por amor a esa
Page 313 and 314:
-Puede... -¿Cómo? ¿puede?... -Ta
Page 315 and 316:
-No. -Sí. -Bien, sí... Estoy mort
Page 317 and 318:
mentira, mentira. Yo amo a mi espos
Page 319 and 320:
cabellos erizados y los ojos casi f
Page 321 and 322:
aguarda para darme una razón que e
Page 323 and 324:
Su intento y sus pretensiones A los
Page 325 and 326:
probado, además, don Luis que cono
Page 327 and 328:
manifestado, que tenía tanto don L
Page 329 and 330:
Rey, miró al conde de Cangas, mir
Page 331 and 332:
dignidad que acababa de deslizárse
Page 333 and 334:
seguridad de un hombre que está mu
Page 335 and 336:
estamos acostumbrados a sufrir ultr
Page 337 and 338:
-¡Fuera, fuera! -gritaron a una lo
Page 339 and 340:
ventajas que al demonio le podían
Page 341 and 342:
corriese una gota de sangre por las
Page 343 and 344:
le tenía embarcado a la sazón su
Page 345 and 346:
-Veo que os hace obrar, señora, al
Page 347 and 348:
-¡Oh! eso no es nada. Más es de a
Page 349 and 350:
-Digo, pues, que acaso ahora con se
Page 351 and 352:
-La tomaréis -dijo el físico prep
Page 353 and 354:
-¡Una hora, Abrahem! Quiero marcha
Page 355 and 356:
Canc. de rom. Anónimo. Más de una
Page 357 and 358:
-Muchas veces, Hernando, conviene c
Page 359 and 360:
ignoraba cuán favorable es a la os
Page 361 and 362:
amante arrodillado. Su extrema blan
Page 363 and 364:
desviar de su dueño la fantástica
Page 365 and 366:
-No; no, caballero; no he dicho mi
Page 367 and 368:
-¿Juzgáis, señora, por ventura,
Page 369 and 370:
encuentro, casual sin duda, en la h
Page 371 and 372:
Detúvole, empero, y acabó de conf
Page 373 and 374:
espetemos este lugar; pero en otra
Page 375 and 376:
oscureciendo su rostro una nube de
Page 377 and 378:
con mortales angustias entre el des
Page 379 and 380:
-Basta, Abenzarsal -gritó Villena
Page 381 and 382:
y no nos faltarán medios después
Page 383 and 384:
impulso extraordinario, se traslada
Page 385 and 386:
-No me podréis negar que una entre
Page 387 and 388:
no permitía una defensa tan hábil
Page 389 and 390:
ecibidos-. No es vuestra la herida
Page 391 and 392:
Llegándose en seguida dos de los j
Page 393 and 394:
-Date -repitió el mismo que había
Page 395 and 396:
-¡Hernando! -exclamó Macías arro
Page 397 and 398:
Su fijo del emperante Porque él re
Page 399 and 400:
demasiado virtuosa para no tratar d
Page 401 and 402:
del todo; una mujer menos virtuosa
Page 403 and 404:
especto a su conducta, porque en es
Page 405 and 406:
Dirigió en seguida a los que le tr
Page 407 and 408:
atención a que el escudero de don
Page 409 and 410:
las más favorables. Nosotros, que
Page 411 and 412:
salido ambos con varios criados en
Page 413 and 414:
CAPITULO VIGESIMOCUARTO Todo le par
Page 415 and 416:
palabras. El artificioso conde no h
Page 417 and 418:
Elvira había dispensado Su Alteza
Page 419 and 420:
encor, contribuían no poco a debil
Page 421 and 422:
carmín, y la despedazaba la idea d
Page 423 and 424:
salud es harto importante para vues
Page 425 and 426:
desempeñé los deberes de la hospi
Page 427 and 428:
-¿Presumís que puede tenerse noti
Page 429 and 430:
lavaré en su sangre mis ofensas. C
Page 431 and 432:
su persona con un rey o un príncip
Page 433 and 434:
aunque más subalterna, y el agua d
Page 435 and 436:
la brecha abierta ya de una torre o
Page 437 and 438:
Tenorio, arzobispo de Toledo, se br
Page 439 and 440:
oponerse a aquella concesión crist
Page 441 and 442:
El resto de la capilla estaba ocupa
Page 443 and 444:
coyuntura y ocasión que se present
Page 445 and 446:
principales de la corte. Ni el ofic
Page 447 and 448:
azos naturalmente a recibir de él,
Page 449 and 450:
Acabada la ceremonia, retiróse cad
Page 451 and 452:
había merecido siempre en la corte
Page 453 and 454:
poco de esto. No estaba seguro de q
Page 455 and 456:
vencido en la persona de su campeó
Page 457 and 458:
palabras, y no habiendo podido veri
Page 459 and 460:
-Lo sabe todo, lo sabe todo -dijo p
Page 461 and 462:
-Moderaos, joven arrebatado. ¿Qué
Page 463 and 464:
ser premio de la victoria, pero de
Page 465 and 466:
cabeza cuantos medios podían ocurr
Page 467 and 468:
cuando yo le encontré distraído,
Page 469 and 470:
-Lo que oís; sólo que yo no lo en
Page 471 and 472:
que os he reñido yo a vos, en vez
Page 473 and 474:
-¡Qué palabras! Pues advertid que
Page 475 and 476:
-¿A dónde queréis, Elvira, que m
Page 477 and 478:
embargo, os lo dijeron. ¿Cómo imp
Page 479 and 480:
-Falso es, Macías, lo que habláis
Page 481 and 482:
-Abismo que se llenará, que yo tra
Page 483 and 484:
-Macías -dijo Elvira desasiéndose
Page 485 and 486:
-¿Viene, Jaime?... -preguntó Elvi
Page 487 and 488:
prosecución del cuento de las cuit
Page 489 and 490:
con el amor; pero un concurso de ci
Page 491 and 492:
-He tardado, ¿no es verdad, Elvira
Page 493 and 494:
no cazo. Diome, pues, este azor en
Page 495 and 496:
haber insistido, por otra parte, de
Page 497 and 498:
secretos para vuestro esposo, no os
Page 499 and 500:
-Esas palabras, señor... ¡Ah! soy
Page 501 and 502:
exclamación. Elvira, al oírla, mi
Page 503 and 504:
También el doncel oyó el ósculo
Page 505 and 506:
-Sería el paje, señor, el que aqu
Page 507 and 508:
-¡Santo Dios! ¿Con que es falso e
Page 509 and 510:
-¡Cierto! Soy un testigo importuno
Page 511 and 512:
que no pudiera hacernos reír con f
Page 513 and 514:
-¡Adiós, Jaime! -dijo en voz baja
Page 515 and 516:
desvelos? ¡Qué bobería, Abenzars
Page 517 and 518:
tuviera en mi poder, como debiera,
Page 519 and 520:
deja de vivir a los ojos de los hom
Page 521 and 522:
mucho que si el hombre puede no ser
Page 523 and 524:
umor extraño en la cámara de Su A
Page 525 and 526:
demostraciones y ademanes de conten
Page 527 and 528:
amor. Castigue en cabeza ajena, E n
Page 529 and 530:
sumergido en la más profunda medit
Page 531 and 532:
-Su letra, Abenzarsal. ¿Es magia e
Page 533 and 534:
pensamiento, era nada menos que el
Page 535 and 536:
después de una breve pausa, en la
Page 537 and 538:
según él, la prueba más singular
Page 539 and 540:
ciertamente a aquellas horas y en a
Page 541 and 542:
-¿Me llamas, señora, para escucha
Page 543 and 544:
-¿Y ese es amor tan grande? ¿Me a
Page 545 and 546:
-¡Ah! -exclamó Elvira, reluchando
Page 547 and 548:
-No es tiempo ya, no es tiempo. Sed
Page 549 and 550:
la ventana lanzó contra los que ya
Page 551 and 552:
muchos pueblos de nuestra patria. A
Page 553 and 554:
contra la Corona de Castilla la Ord
Page 555 and 556:
lograr sus fines habíase dado a la
Page 557 and 558:
-Podéis hacer lo que gustéis -con
Page 559 and 560:
la puerta principal del interior de
Page 561 and 562:
suerte que había dejado en herenci
Page 563 and 564:
que de una reja baja salía, inclin
Page 565 and 566:
Pero como no podía bastar el respl
Page 567 and 568:
le dirigía la palabra, lo cual hac
Page 569 and 570:
-¡Ah! ¡ah! sí, como gustéis, se
Page 571 and 572:
-Lo que gustéis, señor, lo que gu
Page 573 and 574:
-He visto, he visto -repuso su come
Page 575 and 576:
cuarto de hora media despensa, y qu
Page 577 and 578:
guardaba ha cedido las llaves al se
Page 579 and 580:
yo me traía conmigo todas mis duda
Page 581 and 582:
lado, ya me curaría yo de moros y
Page 583 and 584:
-Oíd -contestó éste apartándose
Page 585 and 586:
Como gustéis -añadió volviéndos
Page 587 and 588:
de mi bocina, os referiré cosas qu
Page 589 and 590:
parecían indicar que acababan de s
Page 591 and 592:
equivoca siempre la senda, la mujer
Page 593 and 594:
Ayer parece llegaron ellos. Hoy he
Page 595 and 596:
he de disparar el venablo, que se m
Page 597 and 598:
podían fiar tan importante comisi
Page 599 and 600:
llegaba a probar algún día que do
Page 601 and 602:
noble camarero para que le pudiese
Page 603 and 604:
inútil a nuestro propósito, perdo
Page 605 and 606:
euniéndose a toda prisa con Hernan
Page 607 and 608:
No recibía más luz aquel cavernos
Page 609 and 610:
menos mago que el amante de Zelinda
Page 611 and 612:
Europa, conversaban tranquilamente
Page 613 and 614:
-Bien sabéis -contestó Ferrus- qu
Page 615 and 616:
-Pero ése, señor, no los pasará
Page 617 and 618:
nosotros dos, según la faena que d
Page 619 and 620:
conseguían privar al colega; plan
Page 621 and 622:
se atreven por respetos al cielo, n
Page 623 and 624:
llevar además un amigo consigo. Es
Page 625 and 626:
que se dieron el brazo mutuamente a
Page 627 and 628:
frailes, cuando llamó a las puerta
Page 629 and 630:
-¡Voto a tal! no hay cuidado -dijo
Page 631 and 632:
-La mora... Zelindaja queréis deci
Page 633 and 634:
Ferrus, cuyo asombro fue tal al ver
Page 635 and 636:
de metal, diéronse a subir con la
Page 637 and 638:
-¡Santa María! -exclamó, dando d
Page 639 and 640:
desesperación, una figura cadavér
Page 641 and 642:
¡Hernando era montero! -y volvió
Page 643 and 644:
-A salvaros, señora -repuso Hernan
Page 645 and 646:
a salir al rayar el alba, y que pro
Page 647 and 648:
parte de la torre en que se hallaba
Page 649 and 650:
aventura, poniendo el éxito en man
Page 651 and 652:
¡Ay mísero aquél, que así amor
Page 653 and 654:
No tuvo lugar de preguntar segunda
Page 655 and 656:
Su posición tenía más dificultad
Page 657 and 658:
muralla hasta la puerta principal y
Page 659 and 660:
haberse descuidado sobremanera en e
Page 661 and 662:
por consiguiente pudo ver de lo que
Page 663 and 664:
custodia de Elvira, la cual pasó a
Page 665 and 666:
la lucha de encontrados sentimiento
Page 667 and 668:
valimiento, y el que debía aument
Page 669 and 670:
hizo breve relación de los pasos q
Page 671 and 672:
Requeridos a presentarse ante Su Al
Page 673 and 674:
-Nadie -exclamó con loca alegría-
Page 675 and 676:
Don Luis de Guzmán vio salir a tod
Page 677 and 678:
-¡Si digo que está llena la casa!
Page 679 and 680:
deteniendo a uno que corría hacia
Page 681 and 682:
a otras en los más bajos para alca
Page 683 and 684:
-Amén. -Amén. -Amén. -Pues sí;
Page 685 and 686:
testimoniar y dar fe de lo que acae
Page 687 and 688:
frente mancillada por la adusta man
Page 689 and 690:
Dispuesta ya la liza en esta forma,
Page 691 and 692:
consecutivas, el cual no pareciendo
Page 693 and 694:
la vuelta al palenque. Atraído un
Page 695 and 696:
procederse a la ejecución de la ac
Page 697 and 698:
Dirigiéndose en seguida Hernán P
Page 699 and 700:
cualquiera. Aplacáronle, sin embar
Page 701 and 702:
El que más animado parecía era nu
Page 703 and 704:
-¡Victoria! ¡Victoria! -clamaron
Page 705 and 706:
mariscal del campo para ser suspend
Page 707 and 708:
ora queriendo descifrar si era, efe
Page 709 and 710:
Rom. del rey Rod. Luego que Fernán
Page 711 and 712:
manera burlado por su mismo parient
Page 713 and 714:
que habiendo salido a pie, no podí
Page 715 and 716:
distribuir atalayas en las murallas
Page 717 and 718:
del vencido, colgólo en la pared d
Page 719 and 720:
de Hernando. No acababa el prisione
Page 721 and 722:
-¡A él, amigos a él! -gritaba Fe
Page 723 and 724:
venablo en su alcaide a la menor co
Page 725 and 726:
concediéndole, empero, Hernando pa
Page 727 and 728:
¡Brabonel! ¡Al oso!, ¡al oso! -y
Page 729 and 730:
con desesperación, y el justicia m
Page 731 and 732:
a su dolor y tomó de allí a poco
Page 733 and 734:
Llegáronse, efectivamente, al grup
Page 735 and 736:
palabras. No llora nunca; ¿oís es
show all

El doncel don Enrique el doliente - Ataun

Create successful ePaper yourself

Delete template?

Save as template?