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Cartas a Jóvenes Enamorados (1987) - Iglesia Adventista Agape

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<strong>Cartas</strong> a jóvenes<br />

enamorados<br />

Ellen G. White<br />

<strong>1987</strong><br />

Copyright © 2012<br />

Ellen G. White Estate, Inc.


Información sobre este libro<br />

Vista General<br />

Este libro electronic es proporcionado por Ellen G. White Estate.<br />

Se incluye en el más amplio de libertadLibros online Colección en<br />

el sitio de Elena G. De White Estate Web.<br />

Sobre el Autor<br />

Ellen G. White (1827-1915) es considerada como el autor más<br />

traducido de América, sus obras han sido publicadas en más de<br />

160 idiomas. Ella escribió más de 100.000 páginas en una amplia<br />

variedad de temas espirituales y prácticos. Guiados por el Espíritu<br />

Santo, que exaltó a Jesús y se refirió a las Escrituras como la base<br />

de la fe.<br />

Otros enlaces<br />

Una breve biografía de Elena G. de White<br />

Sobre la Elena G. White Estate<br />

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La visualización, impresión o la descarga de este libro le concede<br />

solamente una licencia limitada, no exclusiva e intransferible<br />

para el uso exclusivamente para su uso personal. Esta licencia no<br />

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uso no autorizado de este libro termina la licencia otorgada por la<br />

presente.<br />

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usted puede apoyar este servicio, póngase en contacto con el Elena<br />

I


G. de White en mail@whiteestate.org. Estamos agradecidos por su<br />

interés y comentarios y les deseo la bendición de Dios a medida que<br />

lee.<br />

I I


I I I


Índice general<br />

Información sobre este libro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . I<br />

Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . V I<br />

Te amo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . V I I<br />

De la Biblia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . V I I<br />

De los escritos de Elena G. de White . . . . . . . . . . . . . . . . V I I I<br />

Sección 1—El matrimonio—un anticipo del cielo . . . . . . . . . . . 11<br />

Un anticipo del cielo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12<br />

Haga que el romance perdure a través de la vida matrimonial 14<br />

“Si Jehová no edificare la casa” (Salmos 127:1) . . . . . . . . . . . 15<br />

El matrimonio es como el amor de Cristo por su pueblo elegido18<br />

La vida matrimonial es cada vez mejor. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19<br />

Sección 2—¿Cómo encontrar al compañero ideal? . . . . . . . . . . . 21<br />

Sea práctico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22<br />

Lo que un joven debiera considerar al buscar una esposa . . . . 23<br />

Preguntas que una señorita debiera hacer antes del matrimonio26<br />

Sección 3—¿Es realmente amor? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31<br />

¿Es esto verdadero amor? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32<br />

El amor, una planta tierna . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33<br />

El poder del amor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34<br />

Cuando el amor es ciego. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36<br />

Sección 4—¿Necesitas ayuda?. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41<br />

¿Habré hecho la elección correcta? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42<br />

Los padres pueden ser de ayuda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47<br />

No oculte su amistad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51<br />

Sección 5—Bajo control . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53<br />

En Cristo hay poder para controlarse . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54<br />

¡Antes de que diga “si”! . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55<br />

Compromisos quebrantados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56<br />

No debemos amoldarnos a las costumbres del mundo . . . . . . 62<br />

La pornografia y la mente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63<br />

Sección 6—Responsabilidad sexual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65<br />

Responsabilidad sexual de los jóvenes cristianos . . . . . . . . . . 66<br />

Jugando con los corazones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74<br />

Sección 7—Sombras sobre el nido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77<br />

I V


Índice general V<br />

Sombras sobre el nido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78<br />

¿Andarán dos juntos si no estan de acuerdo? . . . . . . . . . . . . . . 79<br />

¿Jugará usted con su matrimonio? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87<br />

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88


[6]<br />

[7]<br />

Prólogo<br />

¿Te has preguntado alguna vez cómo sería recibir una carta de<br />

un profeta? ¿Tendrías el valor de abrir el sobre y leer su contenido?<br />

En este libro hay cartas que fueron escritas por inspiración de<br />

Dios y que fueron dirigidas a jóvenes con el fin de ayudarles a hacer<br />

las elecciones correctas en su noviazgo y matrimonio.<br />

Los recopiladores han añadido en este libro las circunstancias<br />

de trasfondo relacionadas con las personas involucradas, lo cual<br />

aparece en la página que precede a cada carta. Algunas cartas largas<br />

se han abreviado sin la indicación de puntos suspensivos. Por razones<br />

obvias, los nombres han sido cambiados. En varios capítulos se han<br />

incluido consejos adicionales; algunos de ellos extraídos de cartas.<br />

No hay otro tiempo en la vida que sea tan importante para recibir<br />

consejos al respecto, como cuando dos jóvenes están planeando<br />

unirse en matrimonio. Puesto que el Señor te ama y desea que tengas<br />

vida eterna y y un hogar feliz, la lectura de tan sólo una de estas<br />

cartas podrá ayudarte a obtener ambas cosas.<br />

Te invitamos a “abrir el sobre” y a leer lo que el Señor ha dicho<br />

a otros jóvenes como tú.<br />

V I<br />

Ellen G. White Estate<br />

Washington, D. C. 2001


Te amo<br />

“¡Te Amo!” ¡Cuán significativas son estas palabras para dos<br />

jóvenes! Pero cuánto más maravillosas resultan cuando nos son<br />

dichas por nuestro Salvador quien desea que seamos felices y que<br />

encontremos gozo en nuestra relación del uno con el otro.<br />

Cristo comparó su amor por la iglesia con el amor del esposo y<br />

la esposa. Las Escrituras contienen tiernas historias de amor tales<br />

como las de Jacob y Raquel, y la conmovedora historia de Ruth,<br />

la moabita, quien mediante su matrimonio con Booz llegó a ser un<br />

eslabón en la genealogía del Mesías.<br />

Nuestro Padre celestial se interesa en nuestra vida efectiva. Mediante<br />

los escritos inspirados de las Escrituras y de Elena G. de<br />

White, Dios ha dado consejos a los jóvenes en su búsqueda de la<br />

felicidad. [8]<br />

De la Biblia<br />

“¡Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos<br />

hijos de Dios!”. 1 Juan 3:1.<br />

“Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan<br />

en abundancia”. Juan 10:10.<br />

“Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en<br />

vosotros, y vuestro gozo sea cumplido”. Juan 15:11.<br />

“El que os toca, toca a la niña de su ojo”. Zacarías 2:8.<br />

“Tener amor es saber soportar; es ser bondadoso; es<br />

no tener envidia, ni ser presumido, ni orgulloso, ni grosero,<br />

ni egoísta; es no enojarse ni guardar rencor; es<br />

no alegrarse de las injusticias, sino de la verdad. Tener<br />

amor es sufrirlo todo, esperarlo todo, soportarlo todo.<br />

El amor jamás dejará de existir” (1 Corintios 13:4-8),<br />

Dios Habla Hoy.<br />

V I I


[9]<br />

V I I I <strong>Cartas</strong> a <strong>Jóvenes</strong> <strong>Enamorados</strong><br />

“Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo:<br />

Con amor eterno te he amado; por tanto te prolongué<br />

mi misericordia”. Jeremías 51:3.<br />

“Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida,<br />

ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente,<br />

ni lo porvenir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra<br />

cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es<br />

en Cristo Jesús Señor nuestro”. Romanos 8:38, 39.<br />

De los escritos de Elena G. de White<br />

Te escribo porque te amo.—Carta 51, 1889.<br />

Queridos jóvenes, deseo hablaros decididamente porque<br />

quiero que seáis salvos.—Mensajes para los <strong>Jóvenes</strong>,<br />

138.<br />

Mi querida hermana, le he escrito porque siento amor<br />

por usted.—Carta 51, 1894.<br />

No considero que su caso sea desesperado; si lo considerara<br />

así, mi pluma no estaría escribiendo estas líneas.—<br />

Testimonies for the Church 2:582.<br />

Acepta la corrección como proveniente de Dios; acepta<br />

el consejo que se te da con amor.—Carta 30, 1875.<br />

Presenta a Dios tus necesidades, gozos, tristezas, cuidados<br />

y temores. No puedes agobiarlo ni cansarlo. El que<br />

tiene contados los cabellos de tu cabeza, no es indiferente<br />

a las necesidades de sus hijos. “Porque el Señor<br />

es muy misericordioso y compasivo”. Santiago 5:11.<br />

Su amoroso corazón se conmueve por nuestras tristezas<br />

y aun por nuestra presentación de ellas. Llévale todo<br />

lo que confunda tu mente. Ninguna cosa es demasiado<br />

grande para que él no la pueda soportar; él sostiene<br />

los mundos y gobierna todos los asuntos del universo.


Te amo I X<br />

Ninguna cosa que de alguna manera afecte nuestra paz<br />

es tan pequeña que él no la note. No hay en nuestra<br />

experiencia ningún pasaje tan oscuro que él no pueda<br />

leer, ni perplejidad tan grande que él no pueda desenredar.<br />

Ninguna calamidad puede acaecer al más pequeño<br />

de sus hijos, ninguna ansiedad puede asaltar el alma,<br />

ningún gozo alegrar, ninguna oración sincera escapar de<br />

los labios sin que el Padre celestial esté al tanto de ella,<br />

sin que tome en ello un interés inmediato. El ‘sana a los<br />

quebrantados de corazón, y venda sus heridas’. Salmos<br />

147:3. Las relaciones entre Dios y cada alma son tan<br />

claras y plenas como si no hubiese otra alma sobre la<br />

tierra a quien brindar su cuidado, otra alma por la cual<br />

hubiera dado a su Hijo amado.—El Camino a Cristo,<br />

100.<br />

[10]


X <strong>Cartas</strong> a <strong>Jóvenes</strong> <strong>Enamorados</strong>


Sección 1—El matrimonio—un anticipo del<br />

cielo<br />

El calor de la verdadera amistad y el amor que une los corazones<br />

del esposo y la esposa, es un goce anticipado del cielo.<br />

Dios ordenó que haya perfecto amor y armonía entre los que<br />

contraigan matrimonio.<br />

Que el esposo y la esposa se comprometan en la presencia del<br />

universo celestial a amarse el uno al otro como Dios lo ordenó.—En<br />

Lugares Celestiales, 204.


[11]<br />

[12]<br />

Un anticipo del cielo<br />

El hombre no fue creado para que viviese en la soledad; había<br />

de tener una naturaleza sociable. Sin compañía, las bellas escenas<br />

y las encantadoras ocupaciones del Edén, no hubiesen podido proporcionarle<br />

perfecta felicidad. Aun la comunión con los ángeles,<br />

no hubiese podido satisfacer su deseo de simpatía y compañía. No<br />

existía nadie de la misma naturaleza y forma a quien amar y de quien<br />

ser amado.<br />

Dios mismo dio a Adán una compañera. Le proveyó de una<br />

“ayuda idónea para él”, alguien que realmente le correspondía, una<br />

persona digna y apropiada para ser su compañera y que podría ser<br />

una sola cosa con él en amor y simpatía. Eva fue creada de una<br />

costilla tomada del costado de Adán; este hecho significa que ella<br />

no debía dominarlo como cabeza, ni tampoco debía ser humillada<br />

y hollada bajo sus plantas como un ser inferior, sino que más bien<br />

debía estar a su lado como su igual, para ser amada y protegida por él.<br />

Siendo parte del hombre, hueso de sus huesos y carne de su carne,<br />

era ella su segundo yo; y quedaba en evidencia la unión íntima<br />

y afectuosa que debía existir en esta relación. “Porque ninguno<br />

aborreció jamás a su propia carne, antes la sustenta y regala”. “Por<br />

tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y allegarse ha a su<br />

mujer, y serán una sola carne”. Efesios 5:29; Génesis 2:24.<br />

Dios celebró la primera boda. De manera que la institución del<br />

matrimonio tiene como su autor al Creador del universo. “Honroso<br />

es en todos el matrimonio”. Hebreos 13:3. Fue una de las primeras<br />

dádivas de Dios al hombre, y es una de las dos instituciones que,<br />

después de la caída, llevó Adán consigo al salir del paraíso. Cuando<br />

se reconocen y obedecen los principios divinos en esta materia, el<br />

matrimonio es una bendición: salvaguarda la felicidad y la pureza<br />

de la raza, satisface las necesidades sociales del hombre y eleva su<br />

naturaleza física, intelectual y moral”. 1.<br />

Al unir en matrimonio las manos de la santa pareja diciendo:<br />

“Dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y<br />

12


Un anticipo del cielo 13<br />

serán una sola carne” (Génesis 2:24), dictó la ley del matrimonio<br />

para todos los hijos de Adán hasta el fin del tiempo. Lo que el mismo<br />

Padre eterno había considerado bueno era una ley que reportaba la<br />

más elevada bendición y progreso para los hombres. 2. [13]


Haga que el romance perdure a través de la vida<br />

matrimonial<br />

No debierais decir una palabra ni realizar acción alguna que no<br />

quisiérais los ángeles viesen y anotasen en los libros del cielo. Debéis<br />

procurar sinceramente glorificar a Dios. Vuestro corazón debe tener<br />

únicamente aspectos puros, santificados, dignos de quienes siguen<br />

a Cristo, que sean de índole elevada y más celestial que terrenal.<br />

Cuanto difiere de esto degrada el noviazgo; y el matrimonio no<br />

puede ser santo y honroso a la vista de un Dios puro y santo, a<br />

menos que concuerde con los elevados principios de la Escritura. 3.<br />

Permitid que algunas de las horas del galanteo antes del matrimonio,<br />

continúen a lo largo de la vida matrimonial. 4.<br />

14


“Si Jehová no edificare la casa” (Salmos 127:1)<br />

Los que piensan en casarse deben pesar el carácter y la influencia<br />

del hogar que van a fundar. Al llegar a ser padres se les confía un<br />

depósito sagrado. De ellos depende en gran medida el bienestar<br />

de sus hijos en este mundo, y la felicidad de ellos en el mundo<br />

futuro. En alto grado determinan la naturaleza física y moral de sus<br />

pequeñuelos. Y del carácter del hogar depende la condición de la [14]<br />

sociedad. El peso de la influencia de cada familia se hará sentir en<br />

la tendencia ascendente de la sociedad.<br />

La elección de esposo o de esposa debe ser tal que asegure del<br />

mejor modo posible el bienestar físico, intelectual y espiritual de<br />

padres e hijos, de manera que capacite a unos y a otros para ser una<br />

bendición para sus semejantes y una honra para su Creador. 5.<br />

Jesús no empezó su ministerio haciendo alguna gran obra delante<br />

del Sanedrín de Jerusalén. Su poder se manifestó en una reunión<br />

familiar, celebrada en una pequeña aldea de Galilea, para aumentar<br />

el placer de una fiesta de bodas. Así demostró su simpatía por los<br />

hombres y su deseo de contribuir a su felicidad. 6.<br />

El que creó a Eva para que fuese compañera de Adán realizó su<br />

primer milagro en una boda. En la sala donde los amigos y parientes<br />

se regocijaban, Cristo principió su ministerio público. Con su<br />

presencia sancionó el matrimonio, reconociéndole como institución<br />

que él mismo había fundado. 7.<br />

Sólo la presencia de Cristo puede hacer felices a hombres y mujeres.<br />

Cristo puede transformar todas las aguas comunes de la vida<br />

en vino celestial. El hogar viene a ser entonces un Edén de bienaventuranza;<br />

la familia, un hermoso símbolo de la familia celestial. 8.<br />

Edson fue el segundo de los cuatro hijos de Elena<br />

G. de White. Debido a sus largos viajes y otras responsabilidades<br />

que desempeñó en su ocupada vida, ella<br />

tuvo que estar lejos de sus hijos. Se ha preservado una<br />

amplia colección de sus cartas a ellos. La que se incluye<br />

15


[15]<br />

16 <strong>Cartas</strong> a <strong>Jóvenes</strong> <strong>Enamorados</strong><br />

a continuación la escribió a Edson y Emma en 1870,<br />

poco después del matrimonio de ellos, y representa las<br />

esperanzas y oraciones de una madre por el hogar que<br />

acababa de establecerse. El consejo muestra el cuidado<br />

de una madre amorosa por su hijo, pero lleva también<br />

la dimensión adicional de su propia experiencia en la<br />

recepción de mensajes divinos procedentes del Señor a<br />

través de visiones.<br />

Septiembre de 1870<br />

Congreso Campestre<br />

Clyde, Ohio<br />

Queridos Edson y Emma,<br />

Vosotros, hijos míos, os habéis entregado el corazón el uno al<br />

otro. En forma unida, entregadlo ahora enteramente y sin reservas<br />

a Dios. En vuestra vida matrimonial buscad la forma de elevaros el<br />

uno al otro. Mostrad los principios elevados y ennoblecedores de<br />

vuestra santa fe en vuestras conversaciones cotidianas y en la intimidad<br />

de vuestras vidas. Sed siempre cuidadosos y de sentimientos<br />

tiernos el uno para con el otro. No os permitáis ninguna censura<br />

irónica o burlona del uno hacia el otro, ni aun en forma de juego.<br />

Son peligrosas; lastiman. La herida puede quedar disimulada, y<br />

sin embargo existir, con lo que se sacrifica la paz y se arriesga la<br />

felicidad.<br />

Hijo mío, contrólate de tal modo que en ningún caso manifiestes<br />

la más mínima actitud que pueda interpretarse como proveniente<br />

de un espíritu dictatorial y abusivo. Habrá recompensa en vigilar<br />

tus palabras antes de pronunciarlas. Esto es más fácil que intentar<br />

retirarlas una vez pronunciadas o borrar la impresión que ellas<br />

provocaron. Habla siempre amablemente. Modula el tono de tu voz.<br />

Que tu rostro y tu voz expresen solamente amor, caballerosidad y<br />

suavidad. Propónte esparcir rayos de luz, pero nunca permitas una<br />

nube. Emma será todo lo que tú puedas desear si eres cuidadoso y<br />

si no le das ocasión para sentirse perturbada, atribulada o para que<br />

dude de la genuinidad de tu amor. Vosotros mismos podéis construir<br />

vuestra felicidad o echarla a perder. Podéis edificarla tratando de<br />

conformar vuestras vidas a la Palabra de Dios, de tal modo que


“Si Jehová no edificare la casa” (Salmos 127:1) 17<br />

sean íntegras, nobles, elevadas, y suavicen el sendero de la vida del<br />

uno para con el otro.<br />

Estad dispuestos a ceder el uno al otro. Edson, muéstrate dispuesto<br />

a ceder en algunas ocasiones. No seas insistente, aun cuando<br />

tu conducta te pueda parecer la correcta. Debéis estar dispuestos<br />

a ceder, a soportar, ser amables, tiernos de corazón, compasivos,<br />

corteses, manteniendo siempre la frescura de las pequeñas cortesías<br />

de la vida, de los actos tiernos, de las palabras tiernas, animadas y<br />

estimulantes. Que las mejores bendiciones del cielo puedan descansar<br />

sobre vosotros dos, mis queridos hijos, es la oración de vuestra<br />

madre.<br />

Ellen G. White<br />

Carta 24, 1870.<br />

[16]


El matrimonio es como el amor de Cristo por su<br />

pueblo elegido<br />

Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, se emplea<br />

el matrimonio para representar la unión tierna y sagrada que existe<br />

entre Cristo y su pueblo, los redimidos a quienes él adquirió al precio<br />

del Calvario. Dice: “No temas... porque tu marido es tu Hacedor;<br />

Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor el Santo de Israel;<br />

Dios de toda la tierra será llamado”. “Convertíos, hijos rebeldes,<br />

dice Jehová, porque yo soy vuestro esposo”. Isaías 54:4, 5; Jeremías<br />

3:14. En el Cantar de los Cantares oímos decir a la voz de la novia:<br />

“Mi amado es mío, y yo suya”. Y él “señalado entre diez mil” dice a<br />

su escogida: “Tú eres hermosa, amiga mía y en ti no hay mancha”.<br />

Cantares 2:16; 5:10;. 4:7. 9.<br />

18


La vida matrimonial es cada vez mejor<br />

Hombres y mujeres pueden alcanzar el ideal que Dios les señala<br />

si aceptan la ayuda de Cristo. Lo que la humana sabiduría no puede<br />

lograr, la gracia de Dios lo hará en quienes se entregan a él con amor<br />

y confianza. Su providencia puede unir los corazones con lazos de<br />

origen celestial. El amor no será tan sólo un intercambio de palabras<br />

dulces y aduladoras. El telar del cielo teje con urdimbre y trama<br />

más finas, pero más firmes, que las de los telares de esta tierra. Su<br />

producto no es una tela endeble, sino un tejido capaz de resistir<br />

cualquier prueba, por dura que sea. El corazón quedará unido al<br />

corazón con los áureos lazos de un amor perdurable”. 10.<br />

Amar como Cristo amó significa manifestar altruismo en toda<br />

ocasión y en todo lugar, mediante palabras amables y miradas placenteras.<br />

A los que las otorgan no les cuestan nada, en cambio dejan<br />

detrás una fragancia que envuelve el alma. Su efecto nunca puede<br />

ser debidamente estimado. No son solamente una bendición para<br />

quien las recibe, sino también para el dador, porque reaccionan sobre [17]<br />

él mismo. El amor genuino es un precioso atributo de origen divino,<br />

que aumenta en fragancia en la medida en que se lo dispensa a otros.<br />

El amor de Cristo es profundo y ferviente, y fluye como un torrente<br />

incontenible a todos aquellos que lo aceptan. No hay egoísmo<br />

en su amor. En este amor nacido del cielo hay un principio que<br />

permanece en el corazón y que se dará a conocer, no solamente<br />

a aquellos a los cuales consideramos más queridos en la relación<br />

sagrada, sino a todos aquellos con los cuales entramos en contacto.<br />

Nos impulsará a expresarlo en pequeños actos de cortesía, a hacer<br />

concesiones, a realizar actos amables, a hablar palabras tiernas, veraces<br />

y animadoras. Nos impulsará a simpatizar con aquellos cuyos<br />

corazones sienten hambre de simpatía. 11. [18]<br />

19


20 <strong>Cartas</strong> a <strong>Jóvenes</strong> <strong>Enamorados</strong>


Sección 2—¿Cómo encontrar al compañero<br />

ideal?


[19]<br />

[20]<br />

Sea práctico<br />

Antes de asumir las responsabilidades del matrimonio, los jóvenes<br />

y las jóvenes deben tener una experiencia práctica que los haga<br />

aptos para cumplir los deberes de la vida y llevar las cargas de ella. 1.<br />

Puesto que tanto los hombres como las mujeres tienen una parte<br />

en la constitución del hogar, tanto los niños como las niñas deberían<br />

obtener un conocimiento de los deberes domésticos. El tender la<br />

cama, ordenar una pieza, lavar la loza, preparar una comida, lavar y<br />

remendar su ropa, constituyen una educación que no tiene por qué<br />

hacer menos varonil a ningún muchacho; lo hará más feliz y más<br />

útil. 2.<br />

Hay demasiadas niñas que se casan y tienen familia, y que tienen<br />

muy poco conocimiento práctico de los deberes que corresponden a<br />

una esposa y madre. Saben leer y ejecutar un instrumento musical,<br />

pero no saben cocinar. No saben hacer un buen pan, que es tan esencial<br />

para la salud de la familia. No pueden cortar y hacer vestidos,<br />

porque nunca aprendieron a hacerlos.<br />

Consideraron estas cosas como no esenciales, y en su vida matrimonial<br />

son tan dependientes de alguna otra persona para hacerles estas<br />

cosas como lo son de ellas sus propios pequeñuelos. 3.<br />

22


Lo que un joven debiera considerar al buscar una<br />

esposa<br />

Busque el joven como compañera que esté siempre a su lado, a<br />

quien sea capaz de asumir su parte de las responsabilidades de la<br />

vida, y cuya influencia le ennoblezca, le comunique mayor refinamiento<br />

y le haga feliz en su amor. 4.<br />

“De Jehová [es] la mujer prudente”. “El corazón de su marido<br />

está en ella confiado”. “Le da ella bien y no mal todos los días de<br />

su vida”. “Abre su boca con sabiduría, y la ley de clemencia está<br />

en su lengua. Considera los caminos de su casa, y no come el pan<br />

de balde. Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; y su<br />

marido también la alaba; muchas mujeres hicieron el bien; mas tú<br />

sobrepasas a todas”. “El que halla esposa, halla el bien, y alcanza<br />

la benevolencia de Jehová”. Proverbios 19:14; 31:11, 12, 26-29;.<br />

18:22.<br />

Rodolfo era hijo de un destacado pastor europeo. La<br />

señorita con la cual él quería casarse no estaba segura<br />

de si lo amaba, pero él la urgía a comprometerse con él.<br />

Había otros problemas que indicaban que ella no<br />

estaba preparada para asumir las responsabilidades de<br />

la vida matrimonial, ya fuera por razones de temperamento<br />

o educación. Elena G. de White le hizo algunas<br />

preguntas a Rodolfo, que debieran ser contestadas por<br />

cada joven que está trazando planes de matrimonio.<br />

Great Brimsby, Inglaterra<br />

Septiembre 23, 1886<br />

Estimado Rodolfo,<br />

Mientras estuve en Basilea conversé un poco con Edith en cuanto<br />

a las atenciones que tú le brindas. Le pregunté si estaba plenamente<br />

segura de que te amaba lo suficiente como para unir sus intereses<br />

23<br />

[21]


[22]<br />

24 <strong>Cartas</strong> a <strong>Jóvenes</strong> <strong>Enamorados</strong><br />

con los tuyos de por vida. Me contestó que no se sentía plenamente<br />

decidida en relación a este punto. Le dije que ella debería saber<br />

qué pasos eran los que estaba dando; que no debiera estimular las<br />

atenciones de ningún joven, mostrándole preferencia, a menos que<br />

lo ame.<br />

Ella dijo claramente que no sabe si te ama, pero que pensó que<br />

si se comprometía contigo llegarían a familiarizarse. Pero como se<br />

han dado las cosas, ustedes no han tenido la oportunidad de llegar<br />

a conocerse.<br />

Yo tenía razón al pensar que a ella no le gustan las tareas<br />

domésticas, y que tú debieras tener una esposa con la que puedas<br />

formar un hogar feliz. Le pregunté si tenía alguna experiencia en los<br />

deberes propios del hogar. Me contestó que había realizado tareas<br />

domésticas en el hogar de la familia de su padre. Le hice estas<br />

preguntas porque se me reveló su carácter y su necesidad de una<br />

educación especial en los deberes prácticos de la vida; y que no<br />

tiene gusto ni inclinación por estas cosas.<br />

Me dijo que no había decidido nada, que tú eres muy insistente<br />

y que la amas, pero que ella no podía decir lo mismo, aunque eres<br />

muy amable y atento. Le dije, “entonces recapacita, no le permitas<br />

seguir adelante”.<br />

Le dije que debía pensar en cuál sería el objeto de casarse contigo;<br />

si por un paso tal ambos glorificarían a Dios; si llegarían a ser<br />

más espirituales; y si sus vidas serían más útiles. Los matrimonios<br />

planeados en forma egoísta e impulsiva, generalmente no terminan<br />

bien, sino que a menudo se transforman en miserables fracasos.<br />

Ahora bien, Rodolfo, yo no pretendo que sea de mi competencia<br />

decirte que no te cases con Edith; pero sí puedo decir que tengo<br />

interés en ti. Estas son las cosas que debieran tomarse en cuenta: la<br />

persona con quien te cases, ¿traerá felicidad a tu hogar? ¿Es Edith<br />

ahorrativa? y si se casara, ¿gastaría no solamente todo lo que ella<br />

gana sino también todo lo tuyo para satisfacer su vanidad, su amor<br />

a la apariencia? ¿Son sus principios en este aspecto correctos?<br />

No creo que Edith sepa lo que es la abnegación. Si se le presentara<br />

la oportunidad, encontraría formas de gastar más medios de<br />

los que gana. En el caso de ella, las gratificaciones egoístas nunca<br />

han sido vencidas, y este egoísmo natural ha llegado a ser parte de<br />

su vida. Lo que ella desea es una vida fácil y placentera.


Lo que un joven debiera considerar al buscar una esposa 25<br />

Debo hablar con claridad. Yo sé, Rodolfo, que si te casaras con<br />

ella, harían pareja, pero no armonizarían. Habría una deficiencia<br />

en la que sería tu esposa. Y en lo relacionado a la devoción y a la<br />

piedad cristianas, éstas nunca pueden crecer donde un egoísmo tan<br />

grande está en posesión del alma.<br />

Te escribo, Rodolfo, exactamente como lo haría a mi hijo. Delante<br />

de nosotros se extiende una obra grande y noble, y la parte que<br />

desempeñaremos en este mundo depende enteramente de nuestros<br />

blancos y propósitos en la vida. Podríamos estar siguiendo un impulso.<br />

Tú tienes las cualidades necesarias para hacer de ti un hombre<br />

útil, pero si sigues tu inclinación, esta fuerte corriente voluntariosa<br />

te arrastrará. Colócate una norma elevada, y trata fervorosamente<br />

de alcanzarla.<br />

Que sea el propósito gobernante de tu corazón crecer hasta<br />

llegar a ser un hombre completo en Cristo Jesús. En Cristo puedes<br />

actuar con valor; pero sin Cristo no podrás hacer nada bien hecho.<br />

Tú tienes determinación para lograr lo que te propones. Este no<br />

es un rasgo objetable en tu carácter si es que todas tus facultades<br />

están entregadas a Dios. Por favor, ten en mente que no tienes la<br />

libertad de disponer de ti mismo de acuerdo con lo que tu fantasía<br />

te dicte. Cristo te ha comprado a un precio infinito. Le perteneces a<br />

él, y en todos tus planes debes tener esto en cuenta.<br />

Especialmente en lo que se refiere a las relaciones matrimoniales,<br />

sé cuidadoso a fin de unirte con alguien que esté contigo hombro<br />

a hombro en el crecimiento espiritual.<br />

Rodolfo, yo quisiera que consideraras todas estas cosas. Dios te<br />

ayude a orar sobre este asunto. Los ángeles están observando esta<br />

lucha. Te dejo con este asunto para que lo consideres y decidas por<br />

ti mismo.<br />

Ellen G. White<br />

Carta 23, 1886.<br />

[23]


[24]<br />

Preguntas que una señorita debiera hacer antes del<br />

matrimonio<br />

Antes de dar su mano en matrimonio, toda mujer debe averiguar<br />

si aquel con quien está por unir su destino es digno. ¿Cuál ha sido<br />

su pasado? ¿Es pura su vida? ¿Es de un carácter noble y elevado el<br />

amor que expresa, o es un simple cariño emotivo? ¿Tiene los rasgos<br />

de carácter que la harán a ella feliz? ¿Puede encontrar verdadera paz<br />

y gozo en su afecto? ¿Le permitirá preservar su individualidad, o<br />

deberá entregar su juicio y su conciencia al dominio de su esposo?<br />

Como discípula de Cristo, no se pertenece; ha sido comprada por<br />

precio. ¿Puede ella honrar los requerimientos del Salvador como<br />

supremos? Conservará su alma y su cuerpo, sus pensamientos y<br />

propósitos, puros y santos? Estas preguntas tienen una relación vital<br />

con el bienestar de cada mujer que contrae matrimonio. 5.<br />

Haga las siguientes preguntas: ¿Me ayudará esta unión en mi<br />

avance hacia el cielo? ¿Aumentará mi amor por Dios y ampliará<br />

mi esfera de utilidad en esta vida? Si estas reflexiones no presentan<br />

inconvenientes, entonces avance en el temor de Dios.<br />

El verdadero amor es una planta que necesita ser cultivada. Que<br />

la mujer que desea una unión apacible y feliz, que le permita evitar<br />

miserias y tristezas en el futuro, se pregunte antes de entregar sus<br />

afectos, ¿tiene mi novio madre? ¿Cuáles son las características del<br />

carácter de ella? ¿Reconoce él sus obligaciones hacia ella? ¿Es<br />

considerado con sus deseos y felicidad? Si no respeta y honra a su<br />

madre, ¿manifestará respeto y amor, bondad y consideración hacia<br />

su esposa? Cuando haya pasado la novedad del matrimonio, ¿me<br />

seguirá amando? ¿Será paciente para con mis errores o será crítico,<br />

exigente y dictatorial? El verdadero afecto pasará por alto muchos<br />

errores; el amor no los discernirá. 6.<br />

Acepte la joven como compañero de la vida tan sólo a un hombre<br />

que posea rasgos de carácter puros y viriles, que sea diligente y<br />

rebose de aspiraciones, que sea honrado, ame a Dios y le tema. 7.<br />

26


Preguntas que una señorita debiera hacer antes del matrimonio 27<br />

Esta carta a Nélida contiene preguntas parecidas a la carta anterior<br />

dirigida a Rodolfo. El grupo con el cual ella se asociaba no era<br />

bueno. Su pretendiente era irreverente, perezoso y de lenguaje impuro.<br />

Tenía, además, otros hábitos objetables. Elena G. de White le<br />

dirigió a ella algunas preguntas muy directas que muy bien podrían<br />

aplicarse también a ti al leer esta carta. [25]<br />

Norfolk Villa, Prospect St.<br />

Grandville, N.S.W.<br />

Agosto 9, 1894<br />

Querida Nélida,<br />

Me siento agradecida a Dios porque amas la verdad y porque<br />

amas a Jesús; y anhelo que continúes tu camino hacia adelante y<br />

hacia arriba a fin de que puedas alcanzar la norma del carácter<br />

cristiano que se revela en la Palabra de Dios. Que la Palabra de<br />

Dios sea tu libro guía a fin de que en todo puedas ser modelada en<br />

conducta y carácter de acuerdo a sus requerimientos.<br />

Eres propiedad del Señor tanto por creación como por redención.<br />

Puedes ser una luz en tu hogar, y ejercer continuamente una<br />

influencia salvadora viviendo la verdad Cuando la verdad está en el<br />

corazón, su influencia salvadora es percibida por todos los que viven<br />

en la casa. Sobre ti descansa una responsabilidad sagrada, que<br />

requiere que mantengas tu alma pura consagrándote enteramente<br />

al Señor.<br />

Tus amigos que se muestran totalmente contrarios a las cosas<br />

espirituales, no son refinados, ennoblecidos y elevados por la práctica<br />

de la verdad No están bajo la conducción de Cristo, sino bajo<br />

el estandarte negro del príncipe de las tinieblas. Asociarse con los<br />

que ni temen ni aman a Dios—a menos que tu asociación con ellos<br />

responda al propósito de ganarlos para Jesús—será en detrimento<br />

de tu espiritualidad Si no puedes elevarlos, la influencia de ellos<br />

te afectará corrompiendo y contaminando tu fe. Es correcto que<br />

los trates amablemente, pero no lo es que los ames y que busques<br />

su compañía, porque si escoges la atmósfera que rodea sus almas,<br />

abandonarás el compañerismo con Jesús.<br />

Por la luz que al Señor le ha complacido darme, quiero advertirte<br />

que estás en peligro de ser engañada por el enemigo. Estás en<br />

peligro de elegir tu propio camino, de no seguir el consejo de Dios<br />

ni de caminar en obediencia a la voluntad de él.


[26]<br />

28 <strong>Cartas</strong> a <strong>Jóvenes</strong> <strong>Enamorados</strong><br />

El Señor ha dado reglas para la orientación de cada alma de<br />

tal manera que nadie necesite errar el camino. Estas direcciones<br />

representan todo para nosotros, porque forman la norma a la cual<br />

cada hijo e hija de Adán debiera conformarse.<br />

Estás entrando en la etapa en que te estás transformando en<br />

mujer, y si buscas la gracia de Cristo, si sigues el sendero en el<br />

cual Jesús señala el camino llegarás más y más a ser una verdadera<br />

mujer. Crecerás en gracia, llegarás a ser más sabia por experiencia,<br />

y al avanzar de una luz a otra luz mayor llegarás a sentirte más feliz.<br />

Recuerda que tu vida pertenece a Jesús, y que no debes vivir para<br />

agradarte a ti misma.<br />

Evita a los que son irreverentes. Evita a quien sea amante de la<br />

pereza; evita a quien se burle de las cosas santas. Evita la compañía<br />

de quien usa un lenguaje profano o es adicto al uso de licor, aunque<br />

fuera de un solo vaso. No escuches las propuestas de un hombre<br />

que no se da cuenta de su responsabilidad ante Dios. La verdad<br />

pura que santifica el alma te dará valor para cortar la amistad más<br />

placentera y separarte de la que tú sabes que no ama ni teme a<br />

Dios, y que no conoce nada acerca de los principios de la verdadera<br />

justicia. Nosotros podemos tolerar las debilidades y la ignorancia<br />

de un amigo, pero nunca sus vicios.<br />

Sé cautelosa en cada paso que des; necesitas a Jesús a cada<br />

paso. Tu vida es demasiado preciosa para considerarla de poca<br />

importancia. El Calvario da testimonio del valor de tu alma. Consulta<br />

con la Palabra de Dios a fin de que puedas saber cómo usar la<br />

vida que ha sido comprada para ti a un costo infinito. Como hija de<br />

Dios te está permitido contraer matrimonio solamente en el Señor.<br />

Asegúrate de no estar siguiendo la imaginación de tu corazón, y de<br />

avanzar en el temor de Dios.<br />

Si los que son creyentes se asocian con los incrédulos con el<br />

propósito de ganarlos para Cristo, serán testigos de Cristo, y habiendo<br />

cumplido su misión se retirarán a fin de respirar en una<br />

atmósfera pura y santa. Cuando estés en compañía de incrédulos,<br />

recuerda siempre que tú eres representante de Cristo en carácter y<br />

no permitas que salgan de tus labios palabras livianas y frívolas, ni<br />

conversaciones ordinarias.<br />

Recuerda el valor del alma, y recuerda que es tu privilegio y tu<br />

deber colaborar en toda forma posible con Dios. No debes rebajarte


Preguntas que una señorita debiera hacer antes del matrimonio 29<br />

al mismo nivel de los incrédulos, ni reirte ni pronunciar las mismas<br />

palabras ordinarias.<br />

El Señor será tu ayudador, y si confías en él te elevará a una<br />

norma noble y colocará tus pies sobre la plataforma de la verdad<br />

eterna. Mediante la gracia de Cristo harás uso correcto de las<br />

capacidades que te fueron confiadas y llegarás a ser un instrumento<br />

para el bien en la ganancia de almas para Cristo. Todos los talentos<br />

que tienes debieran ser empleados correctamente. [27]<br />

Mi querida hermana, te he escrito por amor a tu alma, y te<br />

ruego que escuches mis palabras. Cuando encuentre el tiempo para<br />

hacerlo, volveré a escribirte.<br />

Con amor cristiano,<br />

Ellen G. White<br />

Carta 51, 1894.<br />

[28]


30 <strong>Cartas</strong> a <strong>Jóvenes</strong> <strong>Enamorados</strong>


Sección 3—¿Es realmente amor?<br />

El [Satanás] está activamente ocupado en influir sobre aquellos<br />

que son totalmente incompatibles el uno con el otro para que unan<br />

sus intereses. Se regocija en esta obra, porque por ella puede producir<br />

más miseria y desdicha desesperada a la familia humana que por el<br />

ejercicio de su habilidad en cualquier otra dirección. 1.<br />

Muchos matrimonios son sólo fuente de miseria; sin embargo,<br />

las mentes de los jóvenes corren en esta dirección porque hacia<br />

ella los conduce Satanás, haciéndoles creer que deben casarse a fin<br />

de ser felices, cuando no tienen ni la habilidad de controlarse a sí<br />

mismos ni la de sostener una familia. Los que no están dispuestos<br />

a adaptarse a las actitudes del otro, como para evitar diferencias y<br />

disputas desagradables, no debieran dar ese paso. 2.<br />

La cuestión del matrimonio debiera ser un asunto de estudio más<br />

bien que de impulsos. 3.<br />

[29]


[30]<br />

¿Es esto verdadero amor?<br />

El amor verdadero es un principio santo y elevado, por completo<br />

diferente en su carácter del amor despertado por el impulso, que<br />

muere de repente cuando es severamente probado. 4.<br />

El amor verdadero no es una pasión impetuosa, arrolladora y<br />

ardiente. Por el contrario, es sereno y profundo. Mira más allá de<br />

lo externo, y es atraído solamente por las cualidades. Es prudente y<br />

capaz de discernir claramente y su devoción es real y permanente. 5.<br />

El amor es un precioso don que recibimos de Jesús. El afecto<br />

puro y santo no es un sentimiento, sino un principio. Los que son<br />

movidos por el amor verdadero no carecen de juicio ni son ciegos. 6.<br />

La mansedumbre y la amabilidad, la tolerancia y la longanimidad,<br />

el no sentirse fácilmente provocado y el soportarlo, esperarlo<br />

y sufrirlo todo, esas cosas son los frutos que produce el precioso<br />

árbol del amor, de crecimiento celestial. Este árbol, si se lo nutre, se<br />

mantendrá siempre verde, sus ramas no se caerán, ni se marchitarán<br />

sus hojas. Es inmortal, eterno, y regado de continuo por los rocíos<br />

del cielo. 7.<br />

32


El amor, una planta tierna<br />

El amor es una planta de crecimiento celestial y debe ser nutrida y<br />

alimentada. Los corazones afectuosos, las palabras veraces y llenas<br />

de amor producirán familias felices y originarán una influencia [31]<br />

elevadora sobre todos los que entren en contacto con la esfera de su<br />

influencia. 8.<br />

Las mujeres desean a hombres de caracteres fuertes y nobles, a<br />

quienes puedan respetar y amar, y estas cualidades necesitan combinarse<br />

con ternura y afecto, paciencia y tolerancia. A su vez, la<br />

esposa debiera ser animosa, amable y devota, asimilando su gusto al<br />

de su marido en todo lo que resulte posible sin perder su individualidad.<br />

Ambos esposos debieran cultivar paciencia y bondad y ese<br />

amor tierno del uno por el otro que hará placentera y gozosa la vida<br />

matrimonial.<br />

Los que tienen ideas tan elevadas de la vida matrimonial, cuya<br />

imaginación ha construído una imagen de castillos en el aire que no<br />

tiene nada que ver con las perplejidades y problemas de la vida, se<br />

encontrarán penosamente chasqueados ante la realidad. Cuando la<br />

vida real llega con sus problemas y preocupaciones, están totalmente<br />

desprevenidos para hacerles frente. Esperan perfección en el otro,<br />

pero encuentran debilidad y defectos, porque los hombres y las<br />

mujeres finitos no están libres de faltas. Entonces comienzan a<br />

encontrar faltas el uno en el otro y a expresar su frustración. En vez<br />

de hacer esto, debieran tratar de ayudarse el uno al otro, y debieran<br />

buscar piedad práctica que los ayude a librar valientemente la batalla<br />

de la vida. 9.<br />

33


[32]<br />

[33]<br />

El poder del amor<br />

El amor es poder. Este principio encierra fuerza intelectual y<br />

moral, que no se puede separar de él. El poder de la riqueza tiende a<br />

corromper y a destruir. El poder de la fuerza es grande para hacer<br />

daño; pero la excelencia y el valor del amor puro consiste en su<br />

eficiencia para hacer bien, solamente el bien.<br />

Cualquier cosa que se haga por puro amor, por pequeña o despreciable<br />

que sea a la vista de los hombres, es completamente fructífera,<br />

porque Dios considera más con cuánto amor se trabajó que la cantidad<br />

lograda.<br />

El amor es de Dios. El corazón inconverso no puede dar origen ni<br />

producir esta planta cultivada por el cielo, porque ésta vive y florece<br />

solamente donde Cristo reina...<br />

El amor no obra por ganancia o recompensa; sin embargo, Dios<br />

ha manifestado que toda labor de amor tendrá una ganancia como<br />

seguro resultado. Su naturaleza es difusiva, y obra en forma tranquila,<br />

sin embargo, es poderoso en su propósito de vencer grandes males.<br />

Su influencia enternece y transforma, y al apoderarse de la vida de<br />

los pecadores afecta su corazón aun cuando ningún otro medio haya<br />

tenido éxito.<br />

Dondequiera que se emplee el poder del intelecto, de la autoridad<br />

o de la fuerza, y no se manifieste la presencia del amor, los afectos y<br />

la voluntad de aquellos a quienes procuramos alcanzar, asumen una<br />

actitud defensiva y rebelde, y su resistencia se multiplica...<br />

El amor puro es sencillo en sus manifestaciones, y distinto de<br />

cualquier otro principio de acción. El amor por la influencia y el<br />

deseo de que otros nos estimen, pueden producir una vida bien ordenada,<br />

y con frecuencia una conversación sin mancha. El respeto<br />

propio puede inducirnos a evitar la apariencia del mal. Un corazón<br />

egoísta puede ejecutar acciones generosas, reconocer la verdad presente<br />

y expresar humildad y afecto exteriormente, y sin embargo, los<br />

motivos pueden ser engañosos e impuros; las acciones que fluyen de<br />

un corazón tal pueden estar privadas del sabor de vida, de los frutos<br />

34


El poder del amor 35<br />

de la verdadera santidad, y de los principios del amor puro. Debe<br />

albergarse y cultivarse el amor, porque su influencia es divina. 10.


[34]<br />

Cuando el amor es ciego<br />

Dos personas llegan a conocerse, se enamoran ciegamente y cada<br />

una absorbe la atención de la otra. Se oscurece la razón y se depone<br />

el criterio. No quieren someterse a ningún consejo ni gobierno sino<br />

que insisten en hacer su voluntad, indiferentes a las consecuencias.<br />

La infatuación que los posee es como una epidemia o contagio<br />

que tiene que seguir su curso, y no parece haber forma de detener<br />

las cosas. Quizá haya entre los que los rodean quienes se den cuenta<br />

de que si los interesados se unen en matrimonio serán desgraciados<br />

toda la vida. Pero son vanos todos los ruegos y las exhortaciones.<br />

Quizás se aminore y destruya con tal unión la utilidad de uno a quien<br />

Dios bendeciría en su servicio, pero el razonamiento y la persuasión<br />

son igualmente desatendidos.<br />

Ningún efecto tiene lo que puedan decir los hombres y mujeres<br />

de experiencia; es impotente para cambiar la decisión a la cual<br />

los han conducido sus deseos. Pierden el interés por la reunión de<br />

oración y por todo lo que pertenece a la religión. Están cegados<br />

mutuamente y se descuidan los deberes de la vida, como si fuesen<br />

asuntos de poca importancia...<br />

El buen nombre del honor es sacrificado bajo el hechizo de esta<br />

ceguera, y no puede ser solemnizado el matrimonio de tales personas<br />

bajo la aprobación de Dios. Se han casado porque la pasión los<br />

impulsó, y cuando haya pasado la novedad del asunto, empezarán<br />

a darse cuenta de lo que han hecho. A los seis meses de haber<br />

hecho el voto, sus sentimientos han experimentado un cambio. En la<br />

vida conyugal, cada uno ha llegado a conocer mejor el carácter del<br />

compañero escogido. Cada uno descubre imperfecciones que no se<br />

veían durante la ceguera y locura de sus relaciones anteriores. Las<br />

promesas hechas ante el altar ya no los ligan. Como consecuencia<br />

de los matrimonios precipitados, hay, aun entre el pueblo profeso de<br />

Dios, separaciones, divorcios y gran confusión en la iglesia...<br />

Cuando es demasiado tarde descubren que han cometido un<br />

error, y que han puesto en peligro su felicidad en esta vida y la<br />

36


Cuando el amor es ciego 37<br />

salvación de sus almas. No quisieron admitir que alguien, fuera de<br />

ellos, pudiese saber algo en cuanto al asunto, cuando si hubiesen<br />

aceptado los consejos, se habrían ahorrado años de ansiedad y penas.<br />

Pero son inútiles los consejos dados a aquellos que están resueltos<br />

a hacer su voluntad. A tales individuos, la pasión los hace pasar<br />

por encima de todas las barreras que puedan oponer la razón y el<br />

criterio. 11.<br />

Pese cada sentimiento, y observe todo desarrollo del carácter en<br />

la persona con la cual piensa ligar el destino de su vida. El paso que<br />

usted está por dar es uno de los más importantes de su vida, y no [35]<br />

debiera ser tomado con precipitación. Si bien usted puede amar, no<br />

ame ciegamente. 12.<br />

Hermano, espero que tengas suficiente respeto por ti mismo para<br />

evitar esta forma de noviazgo. Si sólo tienes en vista la gloria de<br />

Dios, procederás con deliberada prudencia. No permitirás que un<br />

sentimentalismo amoroso ciegue de tal modo tu visión que no puedas<br />

discernir los derechos que Dios tiene sobre ti como cristiano. 13.<br />

En esta carta se plantean varios interrogantes muy<br />

serios. Parece que ambos eran demasiado jóvenes e inmaduros<br />

como para pensar en el matrimonio. La carta<br />

sugiere algunas evidencias de esa inmadurez. Se observa<br />

un problema de superficialidad de parte de la niña.<br />

También se considera la cuestión de si lo que sienten es<br />

amor real o infatuación. Elena G. de White insta a este<br />

joven a ser previsor más bien que pensar solamente en<br />

el momento presente.<br />

Salem, Oregon<br />

Junio 8, 1880<br />

Muy estimado Juan,<br />

Me siento apenada de que te hayas enredado en un flirteo con<br />

Isabel. En primer lugar, tu ansiedad sobre este asunto es prematura.<br />

Te hablo como alguien que tiene experiencia. Espera hasta que<br />

tengas algún conocimiento exacto de ti mismo y del mundo, y de las<br />

[36]


[37]<br />

38 <strong>Cartas</strong> a <strong>Jóvenes</strong> <strong>Enamorados</strong><br />

reacciones y carácter de las jóvenes, antes de permitir que el tema<br />

del matrimonio se posesione de tus pensamientos.<br />

Isabel nunca te elevará. Ella no tiene en sí las facultades ocultas<br />

que, desarrolladas, la harían una mujer de juicio y habilidad para<br />

estar a tu lado, a fin de ayudarte en las batallas de la vida. Ella<br />

carece de fuerza de voluntad No tiene profundidad de pensamiento ni<br />

amplitud de mente que podrían ser una ayuda para ti. Tú contemplas<br />

la superficie y eso es todo lo que hay. En poco tiempo, si te casaras,<br />

el encanto desaparecería. Habiendo cesado la novedad de la vida<br />

matrimonial, verías las cosas en su perspectiva real, y encontrarías<br />

que has cometido una triste equivocación.<br />

El amor es un sentimiento tan sagrado que muy pocos saben<br />

lo que realmente es. Es un término que se utiliza, pero que no se<br />

comprende. El cálido resplandor del impulso, la fascinación que<br />

un joven siente por una señorita no es amor; no merece ese nombre.<br />

El amor verdadero tiene una base intelectual, un conocimiento<br />

profundo del objeto amado.<br />

Recuerda que el amor impulsivo es totalmente ciego. Tan pronto<br />

se coloca sobre objetos indignos como dignos. Controla un amor tal<br />

para que permanezca calmo y sereno. Dale lugar al pensamiento<br />

genuino y profundo, a la reflexión ferviente. ¿Es este objeto de tu<br />

afecto, en la escala de inteligencia y excelencia moral, en conducta<br />

y maneras educadas, de tal naturaleza que sentirías orgullo en<br />

presentarla a la familia de tu padre, y reconocerla en toda sociedad<br />

como el objeto de tu elección?<br />

Concédete suficiente tiempo para observarla en todo aspecto, y<br />

entonces no confíes en tu propio juicio, sino permite que tu madre<br />

que te ama, tu padre, y tus amigos íntimos, hagan los comentarios<br />

críticos de aquella a quien te sientes inclinado a preferir. No confíes<br />

en tu propio juicio, y no te cases con alguien que sientes que no<br />

será una honra para tu padre y tu madre, sino con alguien que tiene<br />

inteligencia y dignidad moral.<br />

La niña que entrega sus afectos a un hombre, y atrae su atención<br />

por medio de sus insinuaciones, exhibiéndose donde no pueda menos<br />

que ser tomada en cuenta por él, si no quiere parecer rudo, no es la<br />

niña con la cual querrá asociarse. Su conversación es ordinaria y<br />

frecuentemente superficial.


Cuando el amor es ciego 39<br />

Sería mucho mejor no casarse nunca que casarse y ser desgraciado.<br />

Busca el consejo de Dios en todas estas cosas, y sé tan calmo,<br />

tan sujeto a la voluntad de Dios como para no dejarte afectar por<br />

una excitación febril y descalificarte para su servicio por tus lazos<br />

afectivos.<br />

No tenemos sino un corto tiempo para atesorar buenas obras<br />

en el cielo; por lo tanto, no cometas un error en esto. Sirve a Dios<br />

con afecto indiviso. Sé celoso e íntegro. Que tu ejemplo sea de tal<br />

naturaleza que pueda ayudar a otros a decidirse por Jesús. Los<br />

jóvenes no se dan cuenta del poder de su influencia. Labora para<br />

este tiempo y para la eternidad.<br />

Tu madre adoptiva,<br />

Ellen G. White<br />

Carta 59, 1880.<br />

[38]


40 <strong>Cartas</strong> a <strong>Jóvenes</strong> <strong>Enamorados</strong>


Sección 4—¿Necesitas ayuda?


[39]<br />

[40]<br />

¿Habré hecho la elección correcta?<br />

No hemos de colocar la responsabilidad de nuestro deber en<br />

otros, y esperar que ellos nos digan lo que debemos hacer. No podemos<br />

depender de la humanidad para obtener consejo. El señor nos<br />

enseñará nuestro deber tan voluntariamente como a cualquier otra<br />

persona. Si acudimos a él con fe, nos dirá sus misterios a nosotros<br />

personalmente. Nuestro corazón arderá con frecuencia en nosotros<br />

mismos cuando él se ponga en comunión con nosotros como lo hizo<br />

con Enoc. Los que decidan no hacer, en ningún ramo, algo que desagrade<br />

a Dios, sabrán, después de presentarle su caso, exactamente<br />

qué conducta seguir. Y recibirán no solamente sabiduría, sino fuerza.<br />

Se les impartirá poder para obedecer, para servir, según lo prometió<br />

Cristo. 1.<br />

El casamiento es algo que afectará vuestra vida en este mundo<br />

y en el venidero. Una persona que sea sinceramente cristiana no<br />

hará progresar sus planes en esa dirección sin saber si Dios aprueba<br />

su conducta. No querrá elegir por su cuenta, sino que reconocerá<br />

que a Dios incumbe decidir por ella. No hemos de complacernos a<br />

nosotros mismos, pues Cristo no buscó su propio agrado. No quisiera<br />

que se me interpretara en el sentido que una persona deba casarse<br />

con alguien a quien no ame. Esto sería un pecado. Pero no debe<br />

permitir que la fantasía y la naturaleza emotiva la conduzcan a la<br />

ruina. Dios requiere todo el corazón, los afectos supremos. 2.<br />

Si los hombres y las mujeres tienen el hábito de orar dos veces al<br />

día antes de pensar en el matrimonio, deberían hacerlo cuatro veces<br />

diarias cuando tienen en vista semejante paso. El matrimonio es algo<br />

que influirá en vuestra vida y la afectará tanto en este mundo como<br />

en el venidero. El cristiano sincero no llevará adelante sus planes en<br />

este sentido sin el conocimiento de que Dios aprueba su conducta. 3.<br />

Si hay un tema que debiera considerarse con mente serena y<br />

juicio desapasionado, es el tema del matrimonio. Si alguna vez la<br />

Biblia es necesaria como consejera, es antes de tomar un paso que<br />

unirá a dos personas por toda la vida. 4.<br />

42


¿Habré hecho la elección correcta? 43<br />

Instituido por Dios, el casamiento es un rito sagrado y no debe<br />

participarse en él con espíritu de egoísmo. Los que piensan dar ese<br />

paso deben considerar su importancia solemnemente y con oración<br />

para procurar el consejo divino a fin de saber si su conducta está en<br />

armonía con la voluntad de Dios. Las instrucciones dadas al respecto<br />

en la Palabra de Dios deben estudiarse cuidadosamente. El cielo<br />

mira con agrado el casamiento de quienes se hallan motivados por<br />

el fervoroso deseo de conformarse con las indicaciones dadas en las<br />

Escrituras. 5.<br />

Al parecer, Belia no quería recibir consejos de<br />

nadie—ni siquiera de las personas más allegadas a ella,<br />

y que estaban más interesadas en su felicidad. Elena<br />

G. de White le sugiere que escuche a sus padres. A su<br />

vez, se siente chasqueada de que sus propios consejos<br />

hubieran sido ignorados. Le ruega a Belia que si no está<br />

dispuesta a buscar ayuda humana, ciertamente debería<br />

volverse a Dios. A continuación aparecen dos cartas<br />

que la Sra. de White le escribió.<br />

Carta 1<br />

Battle Creek, Míchigan<br />

Marzo 1, 1889<br />

Querida Belia,<br />

Espero encontrarme contigo y que podamos conversar. Temo<br />

grandemente que estés descuidando la luz que al Señor le complació<br />

darte por mi intermedio. Yo sé que el Señor te ama tierna y compasivamente,<br />

y espero que no estarás bajo la tentación de seguir un<br />

curso de acción que separe tu alma de Dios. Son muchos los que<br />

no teniendo a Dios por su consejero, están listos para dar consejos<br />

y confundir la mente con sus orientaciones, y todo lo que puedan<br />

decir solamente confundirá más a quien ya se siente muy perplejo.<br />

Belia, tu disposición y temperamento son tales que me hacen<br />

temer mucho por tu alma. Temo que no escogerás como compañeros<br />

a quienes son discretos, sabios y humildes de corazón, que aman a<br />

Dios y guardan sus mandamientos.<br />

La exhortación inspirada del apóstol es que nos abstengamos<br />

aun de la apariencia del mal. ¿Lo has hecho? Lo sensacional y<br />

[41]


[42]<br />

44 <strong>Cartas</strong> a <strong>Jóvenes</strong> <strong>Enamorados</strong><br />

emocional está más plenamente desarrollado que lo intelectual.<br />

Debieras evitar, Belia, todo lo que desarrolle aquellas tendencias y<br />

las transforme en un poder dominante. Tú tienes buenos propósitos,<br />

manténlos incorruptos y enteramente dedicados a Dios. El te ha<br />

otorgado capacidades y facultades para que sean santificadas y las<br />

ejercites para su gloria.<br />

Tú tienes una historia y estás haciendo historia. En esta crisis<br />

de tu vida, tu mente puede desarrollar una tendencia hacia lo vulgar<br />

más bien que hacia lo refinado. Las influencias contaminantes del<br />

mundo pueden moldear tus hábitos, tus gustos, tu conversación y<br />

tu conducta Estás en el lado perdedor. Los momentos preciosos tan<br />

solemnes, cargados de resultado eternos, pueden estar enteramente<br />

del lado de Satanás en este asunto y resultar en tu ruina. Yo no<br />

quisiera que ocurriera así. Yo quisiera que tú fueras una cristiana,<br />

una hija de Dios, una heredera del cielo.<br />

Estás en peligro de abandonar a Cristo, de volverte inquieta y<br />

sin disposición a escuchar un consejo sabio. El consejo del amor<br />

paternal se pierde en oídos sordos. Belia, ¿estás dispuesta a pensar<br />

seriamente si recibirás consejos de los que tienen más experiencia?<br />

¿Te dejarás guiar por tus amigos? ¿Desoirás el consejo paternal?<br />

¿Tomarás tu caso en tus propias manos?<br />

Yo espero que cambies de actitud, porque si alguna vez el Señor<br />

habló por mí, él te está diciendo ahora que vuelvas sobre tus pasos.<br />

Tus pasiones son fuertes, tus principios están en peligro, y no estás<br />

dispuesta a prestar atención ni a seguir el consejo que sabes que es<br />

para tu bien y la única cosa clara, segura y congruente que hacer.<br />

¿No te resolverás a hacer lo correcto, a ser correcta, y a escuchar<br />

el consejo que te he dado en el nombre del Señor? Dios te ha dado<br />

capacidades; ¿debieran ser malgastadas al azar?<br />

Los esfuerzos no orientados irán más a menudo en la dirección<br />

incorrecta que en la correcta. ¿Permitirás que transcurran años de<br />

extravío, de chasco y de vergüenza, y que las impresiones erróneas<br />

que produzcas sobre las mentes de los demás debido a tu conducta<br />

sean tales que nunca más puedas tener la influencia que podrías<br />

haber tenido?<br />

A fin de obtener aquello que piensas que es tu libertad, sigues<br />

un curso de acción que, si continúas en él, te mantendrá en una<br />

servidumbre peor que la esclavitud Debes cambiar tu conducta y


¿Habré hecho la elección correcta? 45<br />

ser guiada por el consejo de la experiencia; y mediante la sabiduría<br />

de aquellos a quienes el Señor enseña, colocar tu voluntad del lado<br />

de la voluntad de Dios.<br />

Pero si estás decidida a no escuchar consejos, sino los tuyos<br />

propios y resuelves cada problema por ti misma, entonces puedes<br />

estar segura de que cosecharás lo que sembraste. Dejarás completamente<br />

el camino correcto a menos que, herida, lastimada y<br />

empequeñecida en carácter religioso, te vuelvas al Señor humildemente<br />

y arrepentida, confieses tus errores. Te fatigarás de golpear<br />

al aire.<br />

Recuerda que cada acción tiene una de dos características, o es<br />

virtuosa o desmoralizadora. Dios está descontento contigo. ¿Puedes<br />

permitirle continuar con la conducta que estás siguiendo?<br />

Ellen G. White<br />

Carta 47, 1889.<br />

Carta 2<br />

Querida Belia,<br />

Mi corazón otra vez se extiende hacia ti. ¿Cómo está tu alma?<br />

¿Tienes una conciencia libre de ofensa hacia Dios y el hombre? Son<br />

tus amistades de tal naturaleza que elevan tu mente a Dios y a las<br />

cosas celestiales para incrementar en ti el respeto por tus padres,<br />

y las aspiraciones puras y santas? ¿Amas la verdad y lo que es<br />

correcto? ¿O te estás permitiendo una imaginación creativa que no<br />

tiene una influencia saludable sobre el alma? ¿Puedes contemplar<br />

el último año de tu vida con satisfacción? ¿Percibes en ti un crecimiento<br />

en poder espiritual? Cualquier gratificación baja, cualquier<br />

autoindulgencia, deja una cicatriz en el alma y corrompe las nobles<br />

facultades de la mente. Puede haber arrepentimiento, pero el alma<br />

queda estropeada y llevará las cicatrices todo el tiempo. Jesús puede<br />

limpiar el pecado, pero el alma ha experimentado una pérdida.<br />

Belia, te ruego que vayas a Dios en busca de sabiduría. Lo<br />

más difícil que tienes para controlar eres tú misma. Tus pruebas<br />

cotidianas, tus emociones, y tu temperamento peculiar, tus impulsos<br />

interiores,—éstos son los asuntos difíciles que tienes para controlar,<br />

y estas inclinaciones desviadas te colocan a menudo en servidumbre<br />

y oscuridad.<br />

[43]


[44]<br />

[45]<br />

46 <strong>Cartas</strong> a <strong>Jóvenes</strong> <strong>Enamorados</strong><br />

Lo que tienes que hacer es entregarte sin reservas en las manos<br />

de Jesús—todas tus experiencias, todas tus tentaciones, todas tus<br />

pruebas, todos tus impulsos—y permitir que el Señor te moldeé como<br />

la arcilla es modelada en las manos del alfarero. No te perteneces y,<br />

por lo tanto, es necesario que entregues tu yo ingobernable en las<br />

manos de quien es capaz de conducirte. Entonces vendrá a tu alma<br />

reposo, precioso reposo y paz.<br />

Belia, no es demasiado tarde para que lo erróneo sea corregido.<br />

No es demasiado tarde para asegurar tu vocación y elección.<br />

Puedes ahora comenzar a trabajar sobre el plan de adición. Añade<br />

a tu fe virtud, conocimiento, temperancia, paciencia, y toda gracia<br />

cristiana. Todo lo demás perecerá en el gran día de la conflagración,<br />

pero el oro de un carácter santo perdurará. No conoce deterioro.<br />

Soportará la prueba de los fuegos del último día. Mi querida niña,<br />

deseo que recuerdes que “Dios traerá toda obra a juicio, juntamente<br />

con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala”. Eclesiastés 12:14.<br />

¿Qué estás haciendo, Belia? Desde que decidiste rechazar todo<br />

consejo, toda advertencia, ¿has estado creciendo con un carácter<br />

firme y bien desarrollado? ¿O has encontrado que al escoger tus<br />

propios caminos, has traído sobre ti misma inquietud, perplejidad y<br />

tristeza?<br />

¿Por qué no escuchas los consejos de tus padres? Delante de<br />

ti está el sendero que conduce a la ruina certera. ¿No te volverás<br />

mientras puedas hacerlo? ¿No buscarás al Señor mientras que la<br />

dulce voz de la misericordia te invita a hacerlo, o insistirás todavía<br />

en seguir tu propio camino? El Señor se compadece de ti. El Señor<br />

te invita. ¿Vendrás?<br />

El Señor te ayude a tomar la decisión de ser enteramente suya.<br />

Te escribo porque te amo.<br />

Ellen G. White<br />

Carta 51, 1889.


Los padres pueden ser de ayuda<br />

Si gozáis de la bendición de tener padres temerosos de Dios, consultadlos.<br />

Comunicadles vuestras esperanzas e intenciones, aprended<br />

las lecciones que la vida les enseñó... 6.<br />

¿Debiera un hijo o una hija escoger un compañero sin consultar<br />

primeramente con sus padres, cuando un paso tal afectará indudablemente<br />

la felicidad de éstos si es que tienen algún afecto por sus<br />

hijos? ¿Y debiera ese hijo, no obstante los ruegos y el consejo de<br />

sus padres, persistir en seguir su propio camino? Definidamente<br />

contesto: NO; a menos que no se case. “Honra a tu padre y a tu<br />

madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios<br />

te da”. Este mandamiento tiene una promesa que el Señor seguramente<br />

cumplirá con aquellos que obedecen. Los padres sabios nunca<br />

elegirán compañeros para sus hijos sin respetar los deseos de ellos. 7.<br />

Uno de los mayores errores relacionados con este tema es la<br />

idea de que los jóvenes no deben ser molestados en sus afectos; que<br />

no debe haber interferencias en su experiencia amorosa. Si hay un<br />

tema que debe ser contemplado desde todos los ángulos, es éste.<br />

La ayuda de la experiencia de otros y una ponderación serena y<br />

cuidadosa de ambos lados, es definidamente esencial. Es un tema<br />

tratado demasiado livianamente por la gran mayoría de la gente.<br />

Queridos jóvenes, tomen en cuenta a Dios y a sus padres. Oren sobre<br />

el asunto.<br />

Si los hijos trataran más con sus padres, si confiaran en ellos y<br />

les compartieran sus gozos y tristezas, se ahorrarían muchos dolores.<br />

Cuando se sientan perplejos por no saber cuál es el camino correcto,<br />

expongan el asunto tal como lo ven delante de sus padres y pídanles<br />

consejo. ¿Quiénes están mejor capacitados para señalar los peligros<br />

que los padres piadosos? ¿Quién puede entender mejor que ellos<br />

sus temperamentos particulares? Los hijos cristianos estimarán por<br />

encima de toda bendición terrenal el amor y la aprobación de sus<br />

padres temerosos de Dios. Los padres pueden simpatizar con sus<br />

47


[46]<br />

[47]<br />

48 <strong>Cartas</strong> a <strong>Jóvenes</strong> <strong>Enamorados</strong><br />

hijos, y orar por ellos y con ellos para que Dios los proteja y los<br />

guíe. 8.<br />

Esta carta enfoca la responsabilidad de los padres.<br />

Resulta claro que Juan estaba tratando de capturar los<br />

afectos de la joven, en contra de la fuerte oposición de<br />

los padres de ella, y sin tomar en cuenta sus sentimientos.<br />

Esta situación suscita la pregunta de si los padres<br />

debieran ser tomados en cuenta en el proceso de elegir<br />

una esposa. ¿Qué ocurre después de un matrimonio tal<br />

en lo que atañe a las relaciones con ellos? Elena G. de<br />

White presenta estas consecuencias en una forma digna<br />

de tomarse en cuenta.<br />

Ginebra, Suiza<br />

Diciembre 16, 1885<br />

Apreciado Juan,<br />

He sabido que quieres conocer mi opinión acerca de asuntos que<br />

te preocupan en relación a tu casamiento con la hija del hermano<br />

Meyer. Entiendo que el padre de la joven en quien has colocado tus<br />

afectos no está dispuesto a permitir que su hija se case contigo. A la<br />

vez que siento simpatía por ti debido a tu frustración, quiero decirte:<br />

“¿Quién podría estar más interesado en su hija que su propio padre,<br />

como así también su madre?”<br />

La misma premura que manifiestas en este asunto contra los<br />

deseos de los padres, es evidencia de que el Espíritu de Dios no tiene<br />

el primer lugar en tu corazón, ni es un poder controlador en tu vida.<br />

Tienes una voluntad fuerte, una determinación firme y persistente<br />

para lograr cualquier cosa que te propones.<br />

¿Analizarás, mi hermano, tu propio espíritu para criticar tus<br />

motivos a fin de ver si tienes en este asunto la buena intención de<br />

hacer todas las cosas para la gloria de Dios? Se me mostró los casos<br />

de varios jóvenes en Suiza que estaban demasiado excitados en<br />

relación al tema del matrimonio. Sus mentes estaban tan totalmente<br />

ocupadas con este tema que se estaban descalificando para hacer<br />

la obra que Dios quería que hicieran.<br />

Se me mostró a un joven que estaba tratando de llegar a formar<br />

parte de la familia del hermano Meyer, pero que éste no parecía


Los padres pueden ser de ayuda 49<br />

estar dispuesto a aceptarlo. Estaba en gran perplejidad y preocupación<br />

mental No puedo sino pensar que esto se te aplica a ti.<br />

Este joven no estaba preparado en ningún sentido para asumir las<br />

responsabilidades de un esposo o de una familia, y si esta unión se<br />

formara ahora, traería como resultado una gran infelicidad.<br />

Ahora bien, hermano, mi consejo para ti es que entregues tu<br />

mente y tus afectos a Dios y te coloques sobre el altar de Dios.<br />

Debes respetar el quinto mandamiento. Si este mandamiento se<br />

hubiera respetado más de lo que lo ha sido—si los hijos hubieran<br />

sido obedientes a sus padres, honrándolos—¡cuánto sufrimiento y<br />

miseria se habrían ahorrado! La niña inexperta no puede discernir<br />

qué es lo mejor para ella, ni cómo elegir sabiamente un compañero [48]<br />

que hará su vida placentera y feliz; un matrimonio infeliz es la<br />

mayor calamidad que pueda caer sobre ambos.<br />

Mi hermano, ¿examinarás tu corazón para ver si estás o no<br />

en el amor de Dios? ¿Pesarás los sentimientos que han surgido<br />

en ti contra el hermano Meyer porque él no puede convencerse de<br />

consentir en que su hija se case contigo? Si estuvieras aprendiendo<br />

en la escuela de Cristo a llevar su yugo, a compartir sus cargas, a<br />

ser manso y humilde como Jesús, no intentarías imponer tu voluntad<br />

y tus deseos en forma tan persistente.<br />

No te descalifiques por tu resolución de llevar adelante tus puntos<br />

de vista a cualquier costo. Detente donde estás y pregúntate:<br />

“¿Qué clase de espíritu me está controlando? ¿Estoy amando a<br />

Dios con todo mi corazón? ¿Estoy amando a mi prójimo como a mí<br />

mismo?<br />

El primer deber que descansa sobre la hija del hermano Meyer<br />

es el de obedecer a sus padres; de honrar a su padre y a su madre.<br />

Podrá hacerlo si no mantienes su mente en un estado de agitación,<br />

al punto de que ella no puede cumplir su deber para con sus padres.<br />

La madre necesita la ayuda de su hija, y cuando ella tenga<br />

algunos años más comprenderá mejor cómo elegir un marido que<br />

le proporcione una vida apacible y feliz. Una mujer que se somete<br />

siempre a que se le dicte qué debe hacer en los asuntos más pequeños<br />

de la vida doméstica, que renuncia a su identidad, nunca será de<br />

mucha ayuda o bendición en el mundo y no logrará el propósito de<br />

Dios para su existencia. Es una mera máquina para ser guiada por<br />

la voluntad y la mente de otro. A cada uno, hombre y mujer, Dios le


[49]<br />

50 <strong>Cartas</strong> a <strong>Jóvenes</strong> <strong>Enamorados</strong><br />

ha dado una identidad, una individualidad Todos deben conducirse<br />

en el temor de Dios.<br />

¡Hay tantos matrimonios infelices! ¿Podemos sorprendernos de<br />

que los padres sean tan celosos y traten de precaver a sus hijos de<br />

cualquier vínculo que pudiera no ser el más sabio y mejor?<br />

Tu hermana en Cristo,<br />

Ellen G. White<br />

Carta 25, 1885.


No oculte su amistad<br />

El joven que se relaciona con una niña y gana su amistad sin<br />

que lo sepan los padres de ésta, no actúa en forma noble y cristiana<br />

con ella ni con sus padres. Mediante comunicaciones y encuentros<br />

secretos él puede influir sobre la mente de ella; pero haciéndolo,<br />

deja de manifestar esa nobleza e integridad de alma que cada hijo<br />

de Dios debe poseer. A fin de lograr sus fines no actúan en forma<br />

franca, abierta y en armonía con la norma bíblica, y se muestran<br />

falsos para con aquellos que los aman y que tratan de ser sus fieles<br />

guardianes. Los matrimonios contraídos bajo tales influencias no<br />

están en armonía con la Palabra de Dios. El que aparta a una hija de<br />

su deber, que confunde sus ideas acerca de los mandamientos claros<br />

y definidos de Dios en cuanto a obedecer y honrar a sus padres, es<br />

alguien que no será fiel a las obligaciones matrimoniales.<br />

“No hurtarás” fue escrito por el dedo de Dios sobre las tablas de<br />

piedra; sin embargo cuánto robo de afectos clandestinos se práctica<br />

y excusa. Se mantiene un noviazgo engañoso, se realizan comunicaciones<br />

secretas, hasta que los afectos de una joven inexperta que<br />

no conoce hasta dónde pueden conducir estas cosas, son en cierta<br />

medida retirados de sus padres y colocados sobre quien, por su mismo<br />

curso de acción, muestra que es indigno de su amor. La Biblia<br />

condena toda deshonestidad y exige hacer lo correcto bajo todas las<br />

circunstancias. 9. [50]<br />

51


52 <strong>Cartas</strong> a <strong>Jóvenes</strong> <strong>Enamorados</strong>


Sección 5—Bajo control


[51]<br />

En Cristo hay poder para controlarse<br />

Todos son responsables por sus actos mientras estén en este mundo<br />

de prueba. Todos tienen poder para controlar sus acciones si lo<br />

desean. Si son débiles en la virtud y en la pureza de los pensamientos<br />

y actos, pueden obtener ayuda del Amigo de los desvalidos. Jesús<br />

está familiarizado con todas las debilidades de la naturaleza humana,<br />

y si se le suplica, dará fortaleza para vencer las más poderosas<br />

tentaciones. Todos pueden obtener esta fortaleza si la buscan con<br />

humildad. 1.<br />

“Si, pues, coméis, o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo<br />

para la gloria de Dios”. 1 Corintios 10:31. Este principio yace en el<br />

cimiento de todo acto, pensamiento y motivo; la consagración del<br />

ser entero, tanto físico como mental, debe estar bajo el control del<br />

Espíritu de Dios... Puede hacer todas las cosas mediante Cristo que<br />

lo fortalece. 2.<br />

54


¡Antes de que diga “si”!<br />

No se han de favorecer los matrimonios prematuros. Un compromiso<br />

tan importante como el matrimonio, y de resultados tan<br />

trascendentales, no debe contraerse con precipitación, sin la suficiente<br />

preparación y antes de que las facultades intelectuales y físicas<br />

estén bien desarrolladas. 3.<br />

Los afectos formados en la infancia han terminado frecuentemente<br />

en uniones desgraciadas o separaciones vergonzosas. Rara<br />

vez han resultado felices las uniones prematuras, si han sido hechas<br />

sin el consentimiento de los padres... Una vez que ha madurado el<br />

criterio, se contemplan atados el uno al otro para siempre, y quizás [52]<br />

sin condiciones para hacerse mutuamente felices. Entonces, en vez<br />

de tratar de sacar el mejor partido de su suerte, se hacen recriminaciones,<br />

la brecha se agranda hasta sentir completa indiferencia<br />

y despreocupación del uno hacia el otro. La palabra hogar no tiene<br />

nada de sagrado para ellos. Hasta su misma atmósfera queda<br />

envenenada por palabras duras y amargos reproches. 4.<br />

55


[53]<br />

Compromisos quebrantados<br />

Aun cuando se haya comprometido sin un conocimiento pleno<br />

del carácter de la persona con quien intenta unirse, no piense que el<br />

compromiso hace que sea imprescindible que tome sobre sí el voto<br />

matrimonial y vincule su vida con alguien a quien no puede amar ni<br />

respetar. Hay que ser muy cuidadosos antes de entrar en compromisos;<br />

pero mejor, mucho mejor es quebrantar el compromiso antes<br />

del matrimonio que separarse después, como muchos lo hacen. 5.<br />

Ana María parece egocéntrica y voluntariosa, no<br />

ejerciendo siempre el mejor juicio en la elección de<br />

amigos. El joven de su elección especial procede de una<br />

familia de adventistas prominente; no obstante es irreligioso,<br />

y se burla de la iglesia y de las cosas espirituales.<br />

Es engañoso, aparentando ser lo que no es delante de<br />

Ana María, a fin de ganar su corazón. Elena de White<br />

considera el efecto casi hipnótico que puede tener<br />

una relación tal, y presenta algunas cosas que permiten<br />

adentrarse hasta el corazón mismo de la situación.<br />

Essex Junction, Vermont<br />

Agosto 22, 1875<br />

Querida Ana María,<br />

Se me han mostrado algunas cosas concernientes a ti que no me<br />

atrevo a retener por más tiempo porque creo que estás en peligro.<br />

Dios te ama y te ha dado evidencias inconfundibles de ese amor.<br />

Jesús te ha comprado con su propia sangre, ¿y que has hecho tú por<br />

él?<br />

Te amas a ti misma, amas los placeres, y amas la compañía de<br />

hombres jóvenes; pero no eres capaz de discernir entre lo digno y lo<br />

indigno. No tienes experiencia ni juicio y estás en peligro de adoptar<br />

una conducta que demostrará estar completamente equivocada y<br />

resultará en tu ruina. Tienes afectos fuertes, pero tu inexperiencia<br />

56


Compromisos quebrantados 57<br />

hace que los coloques en objetos impropios. Debieras estar en<br />

guardia y no seguir la inclinación de tu mente.<br />

Mi querida niña, vivimos entre los peligros de los últimos días.<br />

Satanás está tratando de corromper las mentes de los jóvenes con<br />

pensamientos, afectos y simpatías que ellos consideran como amor<br />

real y genuino, pero con los que no deben jugar. Esto es lo que se me<br />

mostró en tu caso. Poco conoces cuán grandes y llenas de ansiedad<br />

han sido las cargas que tus padres han estado llevando por ti.<br />

No has honrado a tus padres como Dios lo requiere de ti. El<br />

pecado de esta generación entre los hijos es que son “desobedientes<br />

a los padres, ingratos, impíos, ... amadores de los deleites más que<br />

de Dios”. 2 Timoteo 3:2, 4. Y esta situación existe en grado tal que<br />

ha sido mencionada en la profecía como una de las señales de que<br />

estamos viviendo en los últimos días del tiempo del fin.<br />

Perteneces a Dios. Te ha bendecido con vida, con salud, con<br />

aptitudes y raciocinio que puedes desarrollar para ser más útil,<br />

o puedes abusar grandemente de estas capacidades y cualidades<br />

entregándolas al control de Satanás. Eres responsable por los dones<br />

que Dios te ha dado. Puedes, mediante el máximo desarrollo de<br />

estos privilegios, capacitarte para una posición de influencia y<br />

cumplimiento del deber.<br />

En mi última visión se me mostró que muchos de los jóvenes de<br />

Battle Creek no tienen el temor de Dios, ni tampoco predisposición<br />

religiosa. También hay otra clase, la de los burladores. Entre los<br />

últimos se encuentra Arturo Jones. Toda su vida ha sido un rebelde. [54]<br />

Deshonró a sus padres. Despreció la restricción del hogar y la<br />

autoridad paterna, rebelándose contra ellos. No se ha humillado.<br />

El espíritu de rebelión le resulta tan natural como la respiración.<br />

Es pendenciero en el hogar, desobediente, terco, vanidoso, ingrato y<br />

mundano. Un espíritu tal es el que tú favoreces. Estás permitiendo<br />

que tus afectos vayan tras este muchacho. Detente allí mismo donde<br />

estás. No te permitas dar un paso más en este asunto.<br />

Se me mostró que él se burla de la religión, que es un miserable<br />

incrédulo, un escéptico. Se divierte a costa de las cosas religiosas.<br />

Aparenta exteriormente ser correcto a fin de mantener tu favor, pero<br />

toda su vida ha sido un rebelde en el hogar y un rebelde contra<br />

Dios.


[55]<br />

58 <strong>Cartas</strong> a <strong>Jóvenes</strong> <strong>Enamorados</strong><br />

No importa qué es lo que diga para engañarte, Dios lo contempla<br />

tal como es y te advierte que no debes cultivar sentimientos de afecto<br />

hacia este joven. Corta toda vinculación íntima y estrecha con él.<br />

Es indigno de tu amor. No te respetará, ni respetará ni honrará a<br />

tus padres.<br />

No debes mostrarte tan dispuesta a entregar los afectos de tu corazón.<br />

Eres joven y sin malicia. Con toda seguridad serás engañada<br />

a menos que te mantengas más vigilante. Dios tiene propósitos para<br />

contigo que Satanás desea estorbar. Entrégate sin reservas a Dios;<br />

vincúlate con el cielo.<br />

No te dejes apartar de tu Redentor por un joven irreligioso, un<br />

burlador de las cosas sagradas. Corta de inmediato la intimidad que<br />

existe entre ustedes. No sigas tu propia inclinación, sino al Salvador.<br />

Es vida eterna, mi querida niña, vida eterna lo que debes anhelar a<br />

cualquier costo. No la sacrifiques en aras de tu placer, por seguir<br />

tus propios sentimientos, sino que entrégate a Jesús, ámalo y vive<br />

para su gloria.<br />

Presta atención a estas palabras, actúa en consonancia con ellas<br />

y Dios te bendecirá abundantemente. Acepta la reprensión como<br />

proveniente de Dios, acepta la orientación y el consejo que se te<br />

dan con amor.<br />

Dios te ha dado oportunidades áureas. Mejóralas. Aprovecha al<br />

máximo el tiempo. Has que tu alma busque a Dios fervientemente.<br />

Humilla tu corazón delante de él y con la sencillez de una fe humilde,<br />

toma tu cruz y tus responsabilidades, y sigue al Modelo que te fue<br />

dado. El cielo te parecerá muy barato. La preciosa vida inmortal les<br />

será dada a todos los que eligen el sendero de la obediencia humilde.<br />

Desde este momento en adelante, ¿harás un cambio completo en tu<br />

vida y tratarás de conocer cuál es la voluntad de Dios para ti? No<br />

descuides este tiempo de privilegios, sino que ahora, ahora mismo,<br />

coloca todo a los pies de Jesús y sírvele con tus afectos indivisos.<br />

Dios te ayude a romper los grillos con los que Satanás ha tratado<br />

de aherrojarte.<br />

Con premura y mucho amor,<br />

Ellen G. White<br />

Carta 30, 1875.


Compromisos quebrantados 59<br />

Esta carta contiene algunas de las advertencias y<br />

consejos más severos de la sierva del Señor que se encuentran<br />

en este libro. Parece que Isabel tiene tantos<br />

problemas y debilidades personales que su caso es desesperado.<br />

Al principio esta carta pareciera ser un juicio<br />

final de Dios, pero justamente en la mitad de toda la<br />

reprensión se encuentran las siguientes palabras de ánimo:<br />

“No considero tu caso desesperado; si así fuera,<br />

mi pluma no estaría escribiendo estas líneas”. Elena<br />

G. de White concluye con una fuerte apelación para la<br />

conversión de Isabel.<br />

Querida Isabel,<br />

Se me ha mostrado que estás en peligro de caer completamente<br />

bajo el control del gran adversario de las almas. Te opones a la<br />

restricción, eres obstinada, voluntariosa y terca, y les has dado<br />

muchos problemas a tus padres. Ellos cometieron equivocaciones.<br />

Tu padre te consintió imprudentemente. Tú te aprovechaste de esto<br />

y te volviste engañosa. Recibiste aprobación que no mereces.<br />

En la escuela tenías un maestro bueno y noble, sin embargo te indignabas<br />

porque te controlaba. Pensaste que por ser hija del pastor<br />

Cole, tu maestro debía mostrar preferencia por ti, y que no debiera<br />

haberse tomado la libertad de corregirte y reprenderte Mientras<br />

estabas en la escuela hubo ocasiones en que fuiste problemática,<br />

atrevida y desafiante, y en gran medida te faltó modestia y decoro.<br />

Eras descarada, egoísta y orgullosa y necesitabas disciplina firme<br />

tanto en el hogar como en la escuela.<br />

Tienes ideas incorrectas en cuanto a la sociabilidad entre las<br />

niñas y los jóvenes, y te resulta muy atrayente estar en compañía<br />

de los muchachos. Te hiciste daño leyendo novelas de amor y de<br />

romances y tu mente quedó fascinada con pensamientos impuros. Tu<br />

imaginación se corrompió al punto de no tener poder para dominar<br />

tus pensamientos. Satanás te lleva cautiva a su voluntad.<br />

Tu conducta no ha sido casta, ni modesta ni de buen nombre. No<br />

tienes el temor de Dios delante de tus ojos. Mi querida niña, a menos<br />

que te detengas justamente donde estás, con seguridad la ruina está<br />

[56]<br />

[57]


[58]<br />

60 <strong>Cartas</strong> a <strong>Jóvenes</strong> <strong>Enamorados</strong><br />

delante de ti. Cesa en tus ensueños, en tu forjar de castillos en el<br />

aire. Detén tus pensamientos de ir tras los canales de la necedad<br />

y de la corrupción. Si albergas imaginaciones vanas, permitiendo<br />

que tu mente se detenga sobre pensamientos impuros, eres en cierto<br />

grado, tan culpable delante de Dios como si tus pensamientos fueran<br />

llevados a la acción. Lo único que impide la acción es la falta de<br />

oportunidad. Tendrás que transformarte en una fiel centinela de<br />

tus ojos, de tus oídos y de todos los sentidos si quieres controlar tu<br />

mente e impedir que pensamientos vanos y corruptos manchen tu<br />

alma. La imaginación debe controlarse en forma definida y continua<br />

a fin de que las pasiones y los afectos se sometan a la razón y a<br />

la conciencia. Estás en peligro, pues estás a punto de sacrificar<br />

tus intereses eternos sobre el altar de la pasión. La pasión está<br />

obteniendo el dominio definido de todo tu ser; y una pasión ¿de qué<br />

calidad? De naturaleza baja y destructora.<br />

Te ruego que te detengas donde estás. No avances ni un solo<br />

paso más en tu sendero obstinado y desenfrenado, porque delante de<br />

ti están la miseria y la muerte. A menos que ejerzas autocontrol con<br />

relación a tus pasiones y afectos, acarrearás sobre ti desprestigio<br />

a la vista de los que te rodean y tu carácter será de mal nombre<br />

mientras vivas.<br />

No considero que tu caso sea sin esperanza. Si así fuera, mi<br />

pluma no estaría trazando estas líneas. Con la fortaleza de Dios,<br />

puedes redimir tu pasado. Puedes obtener excelencia moral de modo<br />

que tu nombre se asocie con cosas puras y santas. Puedes elevarte.<br />

Dios ha provisto para ti la ayuda necesaria.<br />

Piensas demasiado en ti misma, en tu astucia, que te ha llevado<br />

a una afectación y vanidad tales que casi han hecho de ti una<br />

necia. Tu lengua es engañosa, ejercitada en la tergiversación y<br />

la falsedad Oh, mi querida niña, si reflexionaras; si tu conciencia<br />

aletargada y mortecina despertara y pudieras cultivar habitualmente<br />

el sentimiento de la presencia de Dios, y te mantuvieras sometida al<br />

control de una conciencia iluminada y despierta, te sentirías feliz y<br />

serías una bendición para tus padres, cuyos corazones ahora están<br />

adoloridos. Puedes llegar a ser un instrumento de justicia para<br />

quienes se asocian contigo. Necesitas una conversión completa,<br />

sin la cual te encuentras en hiel de amargura y en ligaduras de<br />

iniquidad.


Compromisos quebrantados 61<br />

Saca de tu cabeza de niña la idea del casamiento. En ninguna<br />

forma estás preparada para eso. Necesitas años de experiencia<br />

antes de que estés calificada para entender los deberes y tomar las<br />

cargas de la vida matrimonial.<br />

Puedes convertirte en una niña prudente, recatada y virtuosa, pero<br />

no sin un esfuerzo ferviente. Debes velar, orar, meditar, investigar<br />

tus motivos y tus acciones. Analiza detenidamente tus sentimientos<br />

y tus actos. ¿Realizarías un acto impuro en la presencia de tu padre?<br />

Ciertamente no; pero lo cometes en la presencia de tu Padre<br />

celestial que es tanto más exaltado, santo y puro. Sí, corrompes tu<br />

cuerpo en la presencia de los ángeles puros y sin pecado y en la<br />

presencia de Cristo, y continúas haciéndolo sin tomar en cuenta la<br />

conciencia, ni la luz, ni las amonestaciones que te han sido dadas. [59]<br />

Ríndete a Cristo sin demora; solamente él, por el poder de su<br />

gracia, puede redimirte de la ruina. Solamente él puede devolver<br />

la salud a tus facultades morales y mentales. Tu corazón puede ser<br />

enternecido con el amor de Dios; tu entendimiento puede aclararse y<br />

madurar; tu voluntad puede llegar a ser recta y santificada, sometida<br />

al dominio del Espíritu de Dios. Puedes hacer de ti lo que elijas.<br />

Si ahora cambias de frente, si cesas de hacer el mal y aprendes a<br />

hacer el bien, ciertamente entonces serás feliz; tendrás éxito en las<br />

batallas de la vida y te elevarás a la gloria y el honor en la vida<br />

mejor. “Escogeos hoy a quién sirváis”.<br />

Ellen G. White<br />

Carta en Testimonies for the Church 2:558-565. [60]


No debemos amoldarnos a las costumbres del<br />

mundo<br />

Los que no quieran ser víctimas de las trampas de Satanás, deben<br />

guardar bien las avenidas del alma; deben evitar el leer, mirar u oír lo<br />

que podría sugerir pensamientos impuros. No se debe permitir que<br />

la mente se espacie al azar en cualquier tema que sugiera el enemigo<br />

de nuestras almas. Hay que vigilar fielmente el corazón, porque los<br />

males de afuera despertarán los males de adentro, y el alma vagará<br />

en tinieblas. 6.<br />

A fin de ser sabios, los que quieran tener la sabiduría de Dios<br />

deben llegar a parecer insensatos con respecto al conocimiento pecaminoso<br />

de esta época. Deben cerrar los ojos para no ver ni aprender<br />

el mal. Deben taparse los oídos, para no percibir lo malo ni obtener<br />

un conocimiento que mancillaría la pureza de sus pensamientos y<br />

actos. Y deben guardar su lengua para no expresar comunicaciones<br />

corruptas y para que no se halle engaño en su boca. 7.<br />

Se nos ordena que crucifiquemos la carne, con los afectos y las<br />

concupiscencias. ¿Cómo lo haremos? ¿Infligiremos dolor al cuerpo?<br />

No, pero daremos muerte a la tentación a pecar. Debe expulsarse el<br />

pensamiento corrompido. Todo intento debe someterse al cautiverio<br />

de Jesucristo. Todas las propensiones animales deben sujetarse a las<br />

facultades superiores del alma. El amor de Dios debe reinar supremo;<br />

Cristo debe ocupar un trono indiviso. Nuestros cuerpos deben ser<br />

considerados como su posesión adquirida. Los miembros del cuerpo<br />

han de llegar a ser instrumentos de la justicia. 8.<br />

62


La pornografia y la mente<br />

Muchos jóvenes están ansiosos de obtener libros. Leen todo<br />

lo que cae en sus manos. Las historias excitantes de amor y las<br />

imágenes impuras tienen una influencia corruptora. Las novelas son<br />

ansiosamente leídas por muchos, y como resultado, su imaginación<br />

se contamina. Circulan frecuentemente para la venta fotografías de<br />

mujeres desnudas.<br />

Vivimos en una época en que la corrupción surge por todas<br />

partes. La concupiscencia de los ojos y las pasiones corruptas se<br />

despiertan por la contemplación y por la lectura. El corazón se corrompe<br />

por medio de la imaginación. La mente se complace en<br />

contemplar escenas que despiertan las pasiones más bajas y viles.<br />

Estas imágenes viles, vistas a través de una imaginación contami- [61]<br />

nada, corrompen la moral y preparan a los individuos engañados e<br />

infatuados para que den rienda suelta a pasiones concupiscentes.<br />

Evítese la lectura y la contemplación de cosas que sugieran pensamientos<br />

impuros. Cultívense las facultades morales e intelectuales.<br />

No se permita que estas nobles facultades se debiliten y perviertan<br />

por demasiada lectura aun de libros de historias. 9.<br />

Satanás ha descendido con gran poder para obrar sus engaños.<br />

Ocupa la mente e imaginación con cosas impuras e ilegítimas. Los<br />

cristianos llegan a ser como Cristo en carácter contemplando al<br />

Modelo divino. Aquello con lo cual entran en contacto tiene una<br />

influencia modeladora sobre su vida y carácter. Leí cierta vez de un<br />

pintor que nunca contemplaba una pintura imperfecta ni siquiera<br />

por un solo momento, debido a que podría tener una influencia<br />

deteriorante sobre su propio ojo y concepciones. Aquello que nos<br />

permitimos mirar con más frecuencia, y en lo que más pensamos, se<br />

transfiere en gran medida sobre nosotros. 10. [62]<br />

63


64 <strong>Cartas</strong> a <strong>Jóvenes</strong> <strong>Enamorados</strong>


Sección 6—Responsabilidad sexual


[63]<br />

[64]<br />

Responsabilidad sexual de los jóvenes cristianos<br />

La entrega de todas las facultades a Dios simplifica mucho los<br />

problemas de la vida. Debilita y abrevia mil luchas con las pasiones<br />

del corazón carnal. 1.<br />

Deberían mantenerse sujetos los afectos juveniles hasta que<br />

llegue el tiempo en que la edad y la experiencia suficientes permitan<br />

libertarlos con honra y seguridad. 2.<br />

Un corto tiempo invertido en sembrar malas hierbas, queridos<br />

amigos jóvenes, producirá una cosecha que amargará vuestra vida<br />

toda; una hora de descuido; ceder una vez a la tentación, pueden hacer<br />

que toda la corriente de vuestra vida se encauce en una dirección<br />

equivocada. No podéis tener más que una juventud; invertidla en<br />

forma útil. Cuando hayáis pasado sobre este terreno una vez, nunca<br />

podréis regresar para rectificar vuestros errores. El que se niega a<br />

relacionarse con Dios, y se coloca a sí mismo en el camino de la<br />

tentación, caerá con seguridad. Dios está probando a cada joven. 3.<br />

La sensualidad es el pecado de esta época. Pero la religión de<br />

Jesucristo mantendrá las riendas de control sobre toda especie de<br />

libertad ilegítima. Las facultades morales mantendrán las riendas<br />

sobre cada pensamiento, palabra y acción. No se encontrará culpa<br />

en los labios del verdadero cristiano. No se permitirá ningún pensamiento<br />

impuro, ninguna palabra que se aproxime a la sensualidad,<br />

ninguna acción que tenga la más mínima apariencia de mal.<br />

No tratéis de ver cuán cerca podéis caminar por el borde de un<br />

precipicio con seguridad. Evitad la primera aproximación al peligro.<br />

Los intereses del alma no pueden ser motivo de juego. Vuestro<br />

capital es vuestro carácter.<br />

Cuidadlo como lo haríais con un dorado tesoro. La pureza moral,<br />

el respeto propio, un fuerte poder de resistencia, pueden cultivarse<br />

firme y constantemente. 4.<br />

Cada pasión no santificada debe mantenerse bajo el control de la<br />

razón santificada mediante la gracia que Dios otorga abundantemente<br />

en cada emergencia. Pero no se haga ningún arreglo para crear<br />

66


Responsabilidad sexual de los jóvenes cristianos 67<br />

una emergencia; que no haya un acto voluntario que coloque el alma<br />

donde será asaltada por la tentación; ni se dé la menor ocasión para<br />

que otros piensen de uno como culpable de indiscreción. 5.<br />

Mientras dure la vida es preciso resguardar los afectos y las<br />

pasiones con un propósito firme. Hay corrupción interna; hay tentaciones<br />

externas; y siempre que deba avanzar la obra de Dios, Satanás<br />

hará planes para disponer las circunstancias de modo que la tentación<br />

sobrevenga con poder aplastante sobre el alma. No podemos<br />

estar seguros ni un momento a menos que dependamos de Dios y<br />

nuestra vida esté oculta con Cristo en Dios. 6. [65]<br />

Guillermo estaba totalmente hechizado por Carolina.<br />

En esta serie de cartas podemos ver el esfuerzo<br />

continuo de Elena G. de White para ayudarlo. Carolina<br />

había estimulado una amistad que casi había absorbido<br />

totalmente la atención de ambos. Había ido mucho más<br />

allá de los límites de lo que es correcto y honorable,<br />

al punto que estaban profundamente involucrados en<br />

prácticas que, como lo dice Elena G. de White, deben<br />

reservarse para el matrimonio. Una relación tal amenazaba<br />

la utilidad futura tanto de Guillermo como de<br />

Carolina. Elena G. de White los insta o a separarse o a<br />

casarse, a fin de no arruinar la reputación de ellos y su<br />

testimonio como cristianos.<br />

Carta 1<br />

Ballardvale, Mass.<br />

Agosto, 1879<br />

Apreciado Guillermo,<br />

Entré a mi tienda con el corazón adolorido, con el propósito<br />

de aliviar mi mente escribiéndote acerca de algunas cosas que me<br />

fueron mostradas en visión.<br />

El Señor te ha mostrado que tu relación con Carolina no ha<br />

sido en ninguna manera calculada para ayudarte moralmente o<br />

para fortalecer tu vida espiritual. Hiciste algunos débiles intentos<br />

de separarte de ella, pero pronto renovaste tus atenciones hacia ella,<br />

respondiendo a sus incitaciones e infatuándote con ella.<br />

[66]


[67]<br />

68 <strong>Cartas</strong> a <strong>Jóvenes</strong> <strong>Enamorados</strong><br />

Debido a la infatuación de ambos, invertiste horas nocturnas<br />

en su compañía. Ella te profesa amor, pero desconoce lo que es un<br />

amor puro que brota de un corazón modesto. Se me mostró que estás<br />

fascinado, engañado, y que Satanás se regocija de que alguien que<br />

difícilmente tiene un rasgo de carácter que podría convertirla en la<br />

esposa que te hiciera feliz en un hogar feliz, tenga una influencia<br />

tal que te separa de tu madre que te ama con un afecto inalterable.<br />

En el nombre del Señor, cesa tus atenciones hacia Carolina o cásate<br />

con ella—no escandalices a la causa de Dios.<br />

Seguiste tu propio curso de acción sin tomar en cuenta las consecuencias.<br />

Tu corazón se rebela contra tu madre porque ella no<br />

puede aceptar en forma alguna a Carolina ni aprobar las atenciones<br />

que le brindas.<br />

La intimidad que has desarrollado con Carolina no ha servido<br />

para acercarte al Señor ni para santificarte mediante la verdad.<br />

Estás arriesgando intereses eternos en la compañía de esta niña.<br />

Carolina espera casarse contigo, y tú la has estimulado a pensar<br />

en eso por tus atenciones. Tu felicidad en esta vida y en la vida futura<br />

está en peligro. Has estado siguiendo sus atenciones engañosas y<br />

necias y tu propio juicio, los cuales no han hecho de ti un cristiano<br />

más consistente ni un hijo más fiel y respetuoso. Si la atmósfera<br />

que rodea a Carolina es muy agradable para ti; si ella llena las<br />

aspiraciones que tienes en cuanto a lo que debe ser la esposa que<br />

ha de estar a la cabeza de tu familia; si con juicio sereno, y a la luz<br />

de lo que Dios ha señalado, su ejemplo es digno de imitarse, sería<br />

mejor que te casaras con ella en vez de frecuentar su compañía y<br />

luego conducirse como solamente los esposos debieran hacerlo.<br />

Vuestros actos y conversación son ofensivos a Dios. Los ángeles<br />

de Dios registran vuestras palabras y acciones. Se te ha dado luz<br />

pero no la has escuchado. La conducta que has seguido trae reproche<br />

sobre la causa de Dios. Tu proceder es incorrecto y no cristiano.<br />

Cuando deberíais haber estado cada uno en su propia casa, habéis<br />

estado el uno en compañía del otro, y el uno en los brazos del otro<br />

casi toda la noche. ¿Han sido vuestros pensamientos más puros, más<br />

santos, más elevados y ennoblecidos? ¿Habéis tenido un consejo<br />

más claro del deber y un amor mayor hacia Dios y la verdad?<br />

Tu amiga,


Responsabilidad sexual de los jóvenes cristianos 69<br />

Ellen G. White<br />

Carta 2<br />

Enero 12, 1880<br />

Apreciado Guillermo,<br />

Me levanté temprano esta mañana Pensando en ti mi mente no<br />

tiene descanso. Tu caso me ha sido mostrado. El registro del cielo<br />

se abrió y pude leer una crónica de tu vida.<br />

Arrojas sobre ti reflejos de los más amargos por haber confiado<br />

en tu propio juicio y haber caminado en tu propia sabiduría, rechazando<br />

la voz de Dios y despreciando las advertencias y consejos de<br />

sus siervos, y siguiendo con perseverancia y persistencia tus propios<br />

caminos perniciosos por lo cual el camino de la verdad ha sido<br />

blasfemado y se perdieron almas que podrían haberse salvado por<br />

tu intermedio.<br />

Mucho más podría decir acerca de ti, pero esto es suficiente<br />

por el momento. Me sentí tan agradecida cuando salí de la visión<br />

y comprendí que no era una realidad presente, y que el tiempo de<br />

gracia todavía se prolongaba. Y ahora quisiera apelar a ti para que<br />

te apresures y no juegues más con las cosas eternas.<br />

Te vanaglorías de que eres honesto, pero no lo eres. Por tu conducta<br />

has estado soldando las cadenas que te mantendrán en la<br />

mismísima servidumbre con Carolina, y aún continúas haciéndolo.<br />

Rechazaste la voz de Dios y escuchaste la voz de Satanás. Actúas<br />

como un hombre desprovisto de sus sentidos. ¿Y por quién? Por<br />

una niña sin principios, sin un solo rasgo apreciable de carácter,<br />

orgullosa, extravagante, voluntariosa, sin consagración, impaciente,<br />

obstinada, sin afecto natural, impulsiva. Si te separas completamente<br />

de ella, tendría la oportunidad de verse como es y de humillar su<br />

corazón delante de Dios.<br />

En la vida de todo joven hay un período crítico cuando se separa<br />

de las influencias del hogar y de los consejos sabios, y entra en<br />

nuevas escenas y circunstancias probatorias. Si por razones ajenas<br />

a su voluntad o elección se ve colocado en situaciones peligrosas, y<br />

depende de Dios para recibir fortaleza—cultivando el amor de Dios<br />

en su corazón—está guardado de ceder a la tentación por el poder<br />

de Dios que lo está probando.<br />

[68]


[69]<br />

[70]<br />

70 <strong>Cartas</strong> a <strong>Jóvenes</strong> <strong>Enamorados</strong><br />

Qué diferencia entre el caso de José y el de los jóvenes que<br />

aparentemente entran en forma voluntaria en el terreno del enemigo,<br />

exponiéndose a los fieros asaltos de Satanás.<br />

Fue el Señor quien prosperó a José, pero en medio de la prosperidad<br />

vino la adversidad más oscura. La esposa de su amo era una<br />

mujer licenciosa, que trató de empujar sus pasos hacia el infierno.<br />

¿Mancillaría José su carácter moral de oro ante las seducciones de<br />

una mujer corrupta? ¿Recordaría que el ojo de Dios estaba sobre<br />

él?<br />

Hay pocas tentaciones más peligrosas y fatales para los jóvenes<br />

que la tentación a la sensualidad, y ninguna, si se cede a ella,<br />

probará ser tan definidamente ruinosa para el alma y el cuerpo,<br />

para este tiempo y la eternidad El bienestar de todo el futuro de José<br />

depende de la decisión de un momento. Calmosamente José levanta<br />

sus ojos al cielo en demanda de ayuda; se desprende de su manto<br />

exterior dejándolo en las manos de su tentadora, y mientras sus<br />

ojos brillan con la expresión de una resolución firme en vez de una<br />

pasión impía, exclama: “¿Cómo, pues, haría yo este grande mal, y<br />

pecaría contra Dios?” Obtuvo la victoria; huyó de la hechicera y<br />

se salvó.<br />

Tuviste la oportunidad de mostrar si tu religión era una realidad<br />

práctica. Te tomaste libertades a la vista de Dios y de los santos<br />

ángeles que no te hubieras permitido bajo la observación de tus<br />

prójimos. La verdadera religión abarca todos los pensamientos de<br />

la mente, penetra hasta las intenciones secretas del corazón y los<br />

motivos de las acciones; el objeto y la dirección de los afectos y<br />

todo el marco de referencia de nuestras vidas.<br />

“Tú, Dios, me ves”, será el santo y seña, la guardia de la vida.<br />

Tú puedes aceptar estas lecciones. Tienes necesidad de aprender.<br />

Dios te ayude.<br />

Carta 3<br />

Hornellsville, New York<br />

Apreciado Guillermo,<br />

Ellen G. White


Responsabilidad sexual de los jóvenes cristianos 71<br />

Tengo profundo interés de que este último llamado no sea tratado<br />

con indiferencia como ocurrió con los anteriores. Si no escuchas<br />

esta amonestación, será la última que recibirás.<br />

Queda por verse si continuarás en el camino de infatuación, y si<br />

Carolina, después de su confesión seguirá haciendo lo mismo. Se me<br />

mostró su conducta como sigue: reconoció su mal proceder, y luego<br />

atrajo tus simpatías de la manera más patética por medio de cartas<br />

y de conversaciones. Fuiste atraído de nuevo hacia ella para darle<br />

simpatía y ánimo, pero estabas tan completamente enceguecido y<br />

fuiste tan débil, que te enredaste otra vez con ella y más firmemente<br />

que nunca antes.<br />

Se me mostró que estabas en su compañía hasta altas horas de<br />

la noche. Tú sabes muy bien en qué forma pasaron esas horas. Me<br />

llamaste para preguntarme si habías quebrantado los mandamientos<br />

de Dios. Te pregunto, ¿no los has quebrantado? ¿Cómo emplearon<br />

ustedes las horas juntos noche tras noche? ¿Fueron vuestras posiciones,<br />

actitudes y afectos tales que desearíais que se los registrara<br />

en el libro del cielo? Vi y escuché cosas que harían ruborizar a los<br />

ángeles.<br />

Ningún joven debiera hacer lo que hiciste a Carolina a menos<br />

que estuviera casado con ella. Quedé muy sorprendida al saber que<br />

no ves este asunto en su verdadera luz. Te escribo ahora para implorarte<br />

por el bien de tu alma que no juegues más con la tentación.<br />

Apresúrate a romper este hechizo que como una terrible pesadilla<br />

ha estado cerniéndose sobre ti. Libérate ahora y para siempre, si es<br />

que tienes algún deseo de obtener el favor de Dios.<br />

Una conducta como la que has manifestado, es suficiente para<br />

destruir la confianza en ti como hombre honesto y cristiano. Si no<br />

estuvieras bajo la influencia de un hechizo satánico no harías lo que<br />

haces. Pero estoy en duda en cuanto a si ahora cambiarás tu curso<br />

de acción. Sé cuál es el poder que mantiene su encantamiento sobre<br />

ti, y deseo que lo veas y que lo percibas antes de que sea demasiado<br />

tarde. ¿Estarás dispuesto a cambiar completamente y a cortar el<br />

último vínculo con Carolina? [71]<br />

¿Estará ella dispuesta a hacer lo mismo? Si ninguno de ustedes<br />

quiere hacerlo, cásense de inmediato y no atraigan más deshonra<br />

sobre ustedes y sobre la causa de Dios.


[72]<br />

72 <strong>Cartas</strong> a <strong>Jóvenes</strong> <strong>Enamorados</strong><br />

Has fracasado marcadamente en casi todo aspecto. Ahora, en el<br />

resto de tu vida, busca recuperar lo que has perdido. Que el libro<br />

del cielo pueda proporcionar un registro diferente de tu conducta.<br />

Dios te bendiga.<br />

Ellen G. White<br />

Carta 4<br />

Septiembre de 1880<br />

Apreciado Guillermo,<br />

Me sentí complacida al recibir tu carta y al leer tu sugerencia de<br />

permanecer donde estás hasta que te hayas rehabilitado o deshecho<br />

la influencia errónea que ejerciste. Me siento feliz de que lo sientas<br />

así. Tú sabes que te escribí muy definida y claramente en cuanto a<br />

las cosas que se me mostraron; y la preocupación que tengo por tu<br />

salvación me movió a presentar tu caso tal cual me fue mostrado,<br />

como de gran peligro. Será difícil que lo veas así, pero en un sueño<br />

que tuve anoche le estabas diciendo a tu madre, “si las cosas son<br />

realmente así, de nada vale que me esfuerce porque voy a fracasar”.<br />

Te dije, Guillermo, que cuando trates con toda perseverancia y<br />

determinación de volver sobre tus pasos y recuperarte de la trampa<br />

de Satanás, te libertarás de tu servidumbre y serás un hombre libre.<br />

Requerirá mucha fuerza de voluntad en la fortaleza de Jesús, quebrantar<br />

el poder del hábito y despedir al adversario de las almas al<br />

cual has atendido por tanto tiempo. Cambia de invitado y extiéndela<br />

la bienvenida a Jesús para que tome posesión del templo de tu alma.<br />

El no comparte el corazón con Satanás. Aun ahora, en este momento,<br />

puedes hacer un esfuerzo decidido, no en tu fortaleza sino en la de<br />

Jesús.<br />

Quebranta tu corazón delante de Dios y confiesa y abandona las<br />

cosas que te han separado de Cristo. La obra de arrepentimiento<br />

debe comenzar con tuma dre. Nunca vendrás a la luz a menos que<br />

hagas esto. No dejes de hacer ninguna de las cosas que debes hacer<br />

para corregir los errores, porque has llegado a un momento decisivo.<br />

Tendrás que soportar la prueba, porque serás probado por Dios.<br />

Si sales purificado como oro, Dios podrá usarte. No seas infiel sino<br />

creyente. Tu tribulación no será al presente gozosa, sino más bien<br />

penosa, pero producirá fruto apacible de justicia. “Porque el Señor


Responsabilidad sexual de los jóvenes cristianos 73<br />

al que ama, disciplina y azota a todo aquel que recibe por hijo. Si<br />

soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo<br />

es aquel a quien el padre no disciplina?” Hebreos 12:6, 7.<br />

Ahora tus pasos deben descender profundamente por el valle<br />

de la humillación. Has pensado: “Mi fundamento permanece firme.<br />

Puedo controlarme”. Pero tu experiencia pasada y tu situación<br />

presente debe darte un claro discernimiento de la depravación del [73]<br />

hombre por causa de su separación de Dios.<br />

Mi querido muchacho, por amor a Cristo, no continúes engañándote<br />

en tu conducta. Trabaja para la eternidad No consultes<br />

contigo mismo. Quebranta tu corazón delante de Dios a fin de que<br />

la roca no caiga sobre ti y te muela hasta transformarte en polvo.<br />

¿Qué más podría decirte? Lo que anhelo es que seas salvo.<br />

Deseo que seas perfecto delante de Dios.<br />

Con amor,<br />

Ellen G. White<br />

Carta 50, 1880.<br />

[74]


[75]<br />

Jugando con los corazones<br />

Jugar con los corazones es un crimen no pequeño a la vista de<br />

un Dios santo. Y sin embargo hay quienes manifiestan preferencias<br />

por ciertas jóvenes y conquistan sus afectos, luego siguen su camino<br />

y se olvidan por completo de las palabras que pronunciaron y de sus<br />

afectos. Otros semblantes los atraen, repiten las mismas palabras y<br />

dedican a otra persona las mismas atenciones.<br />

Esta disposición seguirá revelándose en su vida de casados. La<br />

relación matrimonial no vuelve siempre firme el ánimo veleidoso,<br />

ni da constancia a los vacilantes ni los hace fieles a los buenos<br />

principios. Los tales se cansan de la constancia, y sus pensamientos<br />

profanos se revelarán en actos profanos. 7.<br />

Con corazón angustiado escribo que en esta época las mujeres,<br />

casadas y solteras, con demasiada frecuencia no observan la reserva<br />

necesaria. Coqueteando, estimulan las atenciones de hombres solteros<br />

y casados y los que son moralmente débiles quedan seducidos 8. ...<br />

Se despiertan pensamientos que no se habrían despertado si la mujer<br />

hubiese conservado su lugar con toda modestia y seriedad... Si ellas<br />

se hubiesen mantenido circunspectas y reservadas y si, en vez de<br />

permitirse libertades y recibir atenciones injustificables, hubiesen<br />

mantenido un alto tono moral y una dignidad apropiada, podría habey<br />

de Dios, hasta que su utilidad queda arruinada y sus almas están<br />

en peligro. 9.<br />

¿No habrán de vigilarse estrictamente a sí mismas las mujeres<br />

que profesan la verdad, a fin de no estimular la menor familiaridad<br />

injustificable? Pueden cerrar muchas puertas de tentación si observan<br />

en toda ocasión una reserva estricta y una conducta apropiada. 10.<br />

Janet era impulsiva, y corría el peligro de hacer decisiones<br />

que afectarían su propia vida y su testimonio<br />

en favor de otros, de una manera negativa. Elena G. de<br />

White la insta a dar preferencia a los estudios, a fin de<br />

prepararse para una vida útil para el Señor.<br />

74


Jugando con los corazones 75<br />

Janet trabajó por cierto tiempo en el hogar de Elena<br />

G. de White, de manera que llegaron a familiarizarse la<br />

una con la otra.<br />

Hastings, Nueva Zelanda<br />

Septiembre 13, 1893<br />

Querida Janet,<br />

Hoy me desperté a las 3:00 de la madrugada. Durante la noche<br />

mantuve una fervorosa conversación contigo en la que te decía:<br />

“Janet, el Señor tiene una obra para ti”. Te presenté los peligros por<br />

los que atravesaste en tu vida pasada.<br />

Siento una carga sobre mí, la de mantener vigilante cuidado<br />

por tu alma Corres el peligro de cometer penosas equivocaciones<br />

por seguir tus impulsos. Dios te ha salvado de entrar en relaciones<br />

matrimoniales con personas que de ninguna manera podrían<br />

haberte hecho feliz; que eran de moral corrupta, y que te hubieran<br />

amarrado en la trampa de Satanás, en la que habrías sido miserable<br />

en esta vida, y habría peligrado tu alma. ¿No son suficientes para<br />

ti las lecciones del pasado? Eres demasiado liberal con tus afectos<br />

y si se te permitiera seguir tu propio curso de acción cometerías<br />

un error que tendrías que acarrear toda la vida. No te ofrezcas en<br />

venta en un mercado barato.<br />

Debes aceptar la advertencia y no ser descuidada en la elección<br />

de tus compañías. A fin de que puedas desempeñar tu parte en el<br />

servicio de Dios, tanto como resulte posible, debes avanzar con<br />

las ventajas de una educación intelectual. Necesitas del desarrollo<br />

armonioso y simétrico de tus facultades mentales, y de un desarrollo<br />

cultural múltiple, cristiano y lleno de gracia, a fin de ser una<br />

verdadera obrera de Dios.<br />

Debes considerar cada paso que des a la luz del hecho de que<br />

no te perteneces, sino que has sido comprada por precio. Te escribo<br />

acerca de esto ahora, y volveré a hacerlo pronto, porque me fue<br />

presentado el error de tu vida pasada, y no me atrevo a retener el<br />

ruego ferviente de que te mantengas estrictamente bajo disciplina.<br />

Estás viviendo ahora tu vida estudiantil. Que tu mente descanse<br />

sobre temas espirituales. Aleja de tu vida todo sentimentalismo.<br />

Estás en el período de formación del carácter; nada de lo que<br />

tiene que ver contigo debe considerarse trivial o sin importancia;<br />

[76]


[77]<br />

[78]<br />

76 <strong>Cartas</strong> a <strong>Jóvenes</strong> <strong>Enamorados</strong><br />

nada que pueda apartarte del interés más elevado y santo, y de<br />

tu eficiencia en la preparación para hacer la obra que Dios te ha<br />

designado.<br />

Es tu deber eliminar todo rasgo de carácter objetable a fin de<br />

que puedas ser completa en Cristo Jesús. Tienes una gran reserva<br />

de afecto y necesitarás vigilarla constantemente para no otorgarlo<br />

a quienes no sean dignos de él. Se forma el carácter para la utilidad<br />

y el deber mediante el estudio de la vida y el carácter de Jesucristo,<br />

nuestro Modelo.<br />

Nunca podrás ser demasiado cuidadosa o reservada en todos tus<br />

caminos. Que tu influencia, dondequiera estés, sea de tal naturaleza<br />

que resulte de ayuda y bendición para otros. Dios tiene una obra<br />

para ti. En ningún caso coloques tu cuello bajo un yugo que te<br />

amargará toda la vida. Sé honesta contigo misma y con Dios y<br />

tendrás la aprobación divina, que es más valiosa que la vida misma.<br />

Ruego al Señor que te bendiga abundantemente.<br />

Ellen G. White<br />

Carta 23, 1893.


Sección 7—Sombras sobre el nido


[79]<br />

[80]<br />

Sombras sobre el nido<br />

El corazón anhela amor humano, pero este amor no es bastante<br />

fuerte, ni puro, ni precioso para reemplazar el amor de Jesús. Únicamente<br />

en su Salvador puede la esposa hallar sabiduría, fuerza y<br />

gracia para hacer frente a los cuidados, responsabilidades y pesares<br />

de la vida. Ella debe hacer de él su fuerza y guía. Dése la mujer a<br />

Cristo antes que darse a otro amigo terrenal, y no forme ninguna<br />

relación que contraríe esto. Los que quieren disfrutar verdadera felicidad,<br />

deben tener la bendición del cielo sobre todo lo que poseen,<br />

y sobre todo lo que hacen. Es la desobediencia a Dios lo que llena<br />

tantos corazones y hogares de infortunio. Hermana mía, a menos<br />

que quiera tener un hogar del que nunca se levanten las sombras, no<br />

se case con un enemigo de Dios. 1.<br />

Unirse con un incrédulo es ponerse en el terreno de Satanás. Usted<br />

agravia al Espíritu de Dios y pierde el derecho de su protección.<br />

¿Puede usted incurrir en tales desventajas mientras pelea la batalla<br />

por la vida eterna? 2.<br />

“Si dos de vosotros se convinieren en la tierra, de toda cosa<br />

que pidieren, les será hecha por mi Padre que está en los cielos”.<br />

Mateo 18:19. ¡Pero cuán extraño es el espectáculo! Mientras una de<br />

las personas tan íntimamente unidas se dedica a la oración, la otra<br />

permanece indiferente y descuidada; mientras una busca el camino<br />

a la vida eterna, la otra se halla en el anchuroso camino que lleva a<br />

la muerte. 3.<br />

78


¿Andarán dos juntos si no estan de acuerdo?<br />

Me han sido mostrados los casos de algunos que profesan creer<br />

la verdad y han cometido el gran error de casarse con personas incrédulas.<br />

Tenían la esperanza de que el cónyuge incrédulo aceptaría<br />

la verdad, pero éste después de alcanzar su objeto se halla más lejos<br />

de la verdad que antes. Y luego empiezan los trabajos sutiles, los<br />

esfuerzos continuos del enemigo para apartar al creyente de la fe.<br />

Muchos están perdiendo ahora su interés y confianza en la verdad<br />

porque se han relacionado íntimamente con la incredulidad. Respiran<br />

una atmósfera de duda y descreimiento. Ven y oyen a la incredulidad,<br />

y finalmente la aprecian. Algunos tienen el valor de resistir a estas<br />

influencias, pero en muchos casos su fe queda imperceptiblemente<br />

minada y finalmente destruida...<br />

Satanás sabe muy bien que la hora del casamiento de muchos<br />

jóvenes de ambos sexos cierra la historia de su experiencia religiosa<br />

y de su utilidad. Quedan perdidos para Cristo. Tal vez hagan durante<br />

un tiempo un esfuerzo para vivir una vida cristiana; pero todas sus<br />

luchas se estrellan contra una constante influencia en la dirección<br />

opuesta. Hubo un tiempo en que era para ellos un privilegio y un<br />

gozo hablar de su fe y esperanza; pero luego llegan a no tener<br />

deseos de mencionar el asunto, sabiendo que la persona a la cual han<br />

ligado su destino no se interesa en ello. Como resultado, la fe en la<br />

preciosa verdad muere en el corazón, y Satanás teje insidiosamente<br />

en derredor de ellos una tela de escepticismo... [81]<br />

El cónyuge creyente razona que, dada su nueva relación, debe<br />

conceder algo al compañero que ha elegido. Asiste a diversiones sociales<br />

y mundanas. Al principio lo hace de mala gana; pero el interés<br />

por la verdad disminuye, y la fe se trueca en duda e incredulidad...<br />

¿Qué debe hacer todo creyente cuando se encuentra en esa penosa<br />

situación que prueba la integridad de los principios religiosos?<br />

Con firmeza digna de imitación debe decir francamente: “Soy cristiano<br />

a conciencia. Creo que el séptimo día de la semana es el día de<br />

reposo bíblico. Nuestra fe y principios son tales que van en direc-<br />

79


[82]<br />

80 <strong>Cartas</strong> a <strong>Jóvenes</strong> <strong>Enamorados</strong><br />

ciones opuestas. No podemos ser felices juntos, porque si yo sigo<br />

adelante para adquirir un conocimiento más perfecto de la voluntad<br />

de Dios, llegaré a ser más diferente del mundo y semejante a Cristo.<br />

Si usted continúa no viendo hermosura en Cristo, ni atractivos en<br />

la verdad, amará al mundo, al cual yo no puedo amar, mientras yo<br />

amaré las cosas de Dios que usted no puede amar...<br />

Usted no será feliz; sentirá celos por el afecto que entrego a Dios;<br />

y yo igualmente me sentiré aislada por mis creencias religiosas.<br />

Cuando sus opiniones cambien, cuando su corazón responda a las<br />

exigencias de Dios y usted aprenda a amar a mi Salvador, entonces<br />

podremos renovar nuestras relaciones”.<br />

El creyente hace así por Cristo un sacrificio que su conciencia<br />

aprueba, y que demuestra que aprecia demasiado la vida eterna<br />

para correr el riesgo de perderla. Siente que sería mejor permanecer<br />

soltero que ligar sus intereses para toda la vida a una persona que<br />

prefiere el mundo a Cristo...<br />

¿Podrá aquel que busca gloria, honra, inmortalidad y vida eterna,<br />

unirse con otra persona que rehusa alistarse con los soldados de<br />

la cruz de Cristo? Vosotros, los que profesáis elegir a Cristo como<br />

vuestro maestro y obedecerle en todas las cosas, ¿habréis de unir<br />

vuestros intereses con personas regidas por el príncipe de las potestades<br />

de las tinieblas? “¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de<br />

concierto? Amós 3:3...<br />

Centenares de personas han sacrificado a Cristo y el cielo al<br />

casarse con personas inconversas. ¿Pueden conceder tan poco valor<br />

al amor y a la comunión de Cristo que prefieren la compañía de<br />

pobres mortales? 4.<br />

La carta dirigida a Rosa, trata del problema quizás<br />

más peligroso para una joven—el casarse con un incrédulo.<br />

Este asunto es ciertamente uno de los obstáculos<br />

más serios para un matrimonio cristiano feliz.<br />

El punto que Elena de White considera con Rosa,<br />

lo debiera tomar seriamente en cuenta cada señorita—<br />

no escuchar promesas. La cuestión del compromiso<br />

espiritual se establece mejor antes del matrimonio, no


¿Andarán dos juntos si no estan de acuerdo? 81<br />

después. Como lo sugiere esta carta, “es cuestión de<br />

vida o muerte”.<br />

Copenhague, Dinamarca<br />

Junio 3, 1887<br />

Querida Rosa,<br />

He sabido que estás pensando casarte con un hombre que no<br />

es creyente. No puedo escribirte ahora una carta larga, pero quisiera<br />

decirte que si das este paso estás apartándote de la clarísima<br />

prohibición de la Palabra de Dios y no puedes esperar o reclamar<br />

su bendición sobre una unión tal. Todas las promesas de Dios están<br />

condicionadas a la obediencia.<br />

Satanás está listo para cegar la mente y el alma del que siga<br />

una conducta directamente contraria a la expresa voluntad de Dios,<br />

a fin de separar a esa alma de Dios, intervenir con sus tentaciones<br />

y obtener el control sobre la mente y los afectos del corazón. Es el<br />

plan estudiado de Satanás llevar a las almas a apartarse de Aquel<br />

que es poderoso en consejo a fin de que se entreguen a la persuasión<br />

de mentes que no tienen el amor de Dios y que no aman la verdad.<br />

Dios te ha bendecido con gran luz y el Señor espera que estudies<br />

su voluntad, a fin de que sigas cuidadosamente las direcciones que<br />

se te dan en su Palabra. Estás enceguecida, estás siendo entrampada<br />

para tu ruina. Tienes razones para sentirte agradecida a Dios cada<br />

hora. Apóyate en él, cuya sabiduría se da en consejo en su santa<br />

Palabra. El se preocupa por sus hijos más de lo que lo hace el padre<br />

más afectuoso. Ve el fin desde el principio, y por esta razón nos ha<br />

dejado promesas y advertencias y ha prohibido a sus hijos seguir<br />

cierto proceder que sería ruinoso para ellos.<br />

El apóstol Pablo envía una nota de advertencia acerca de este<br />

asunto para este tiempo. “No os unáis en yugo desigual con los<br />

incrédulos, porque, ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia?<br />

¿y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia<br />

Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué<br />

acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros<br />

sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré<br />

entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Por lo cual,<br />

salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis<br />

lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para vosotros Padre y vosotros<br />

[83]


[84]<br />

[85]<br />

82 <strong>Cartas</strong> a <strong>Jóvenes</strong> <strong>Enamorados</strong><br />

me seréis hijos e hijas, dice el Señor todopoderoso”. 2 Corintios<br />

6:16-18.<br />

El Señor ha prohibido expresamente a su pueblo unirse en matrimonio<br />

con los incrédulos. Dios sabe lo que es mejor para los<br />

intereses eternos y para el bien presente del alma. Te advierto que<br />

te apartes de este terreno prohibido.<br />

Podría contarte acerca de diferentes casos que el Señor me mostró<br />

en Europa, de personas que cometieron un error similar al que tú<br />

estás cometiendo ahora; la miserable realidad que están experimentando<br />

por haberse unido a compañeros incrédulos, obstaculizados<br />

en todo lo que tiene que ver con el avance espiritual, a pesar de las<br />

solemnes promesas que se les hicieron de que de ninguna manera se<br />

les pondrían obstáculos en sus privilegios religiosos. ¿De qué valen<br />

esas promesas? ¡Las promesas más solemnes quebrantadas! ¿Cómo<br />

podría ser de otra forma cuando los dos sirven bajo generales<br />

distintos, cada uno de ellos en mortal oposición al otro? ¿Dónde,<br />

entonces, está la dulce armonía?<br />

Rosa, observa bien tus pasos; no escuches promesas, cree solamente<br />

la Palabra de Dios que te hará sabia para la salvación.<br />

No confíes en tu propio corazón porque el corazón es engañoso<br />

por sobre todas las cosas y desesperadamente malo. Amo tu alma<br />

porque eres la adquisición de la sangre de Jesucristo. El ha pagado<br />

un gran precio por tu redención y no te perteneces para disponer de<br />

ti misma como se te ocurra. Debes dar estrecha cuenta en el juicio<br />

de cómo has utilizado las facultades que te dio Dios.<br />

Estas cosas requieren de ti seria reflexión y acción decidida en<br />

armonía con las clarísimas direcciones establecidas en la Palabra<br />

de Dios. Ahora estás siendo tentada. Es tu tiempo de prueba. ¿Resistirás<br />

al enemigo? ¿O te colocarás en una posición tal que ejerza<br />

su poder sobre ti?<br />

Es cuestión de vida o muerte para ti El Señor te ayude a ver<br />

cada trampa de Satanás a fin de evitarlas, y que te aferres de Jesús<br />

con corazón, alma, mente y fuerza.<br />

Ellen G. White<br />

Carta 1, 1887.


¿Andarán dos juntos si no estan de acuerdo? 83<br />

Esta carta a Laura, como la anterior dirigida a Rosa,<br />

enfoca el problema de casarse con un incrédulo. La<br />

mensajera del Señor plantea algunas preguntas bastante<br />

directas. ¿Cómo las contestarías si estuvieras en lugar<br />

de Laura?<br />

Al leer esta carta, habría otras preguntas que muy<br />

bien se podrían hacer a cada señorita que contempla<br />

un matrimonio tal. ¿Estás siendo justa y honesta con el<br />

joven que quiere casarse contigo?<br />

En esta carta, publicada en Testimonies, tomo 5,<br />

Elena G. de White define al incrédulo como uno que<br />

“no ha aceptado la verdad para este tiempo”.<br />

Santa Elena, California<br />

Febrero 13, 1885<br />

Querida Laura,<br />

He sabido que piensas casarte con alguien que no está unido<br />

contigo en fe religiosa, y me temo que no has pesado cuidadosamente<br />

este asunto tan importante. Antes de dar un paso que ha de ejercer<br />

una influencia sobre toda tu vida futura, te ruego que estudies el<br />

asunto con oración y reflexión. ¿Resultará esta nueva relación en<br />

fuente de verdadera felicidad? ¿Te ayudará en la vida cristiana?<br />

¿Agradará a Dios? ¿Será el tuyo un ejemplo para otros?<br />

Antes de dar su mano en matrimonio, toda mujer debe averiguar<br />

si aquel con quien está por unir su destino es digno. ¿Cuál ha sido<br />

su pasado? ¿Es pura su vida? ¿Es el amor que expresa de carácter<br />

noble y elevado o es un simple enamoramiento emotivo? ¿Tiene<br />

rasgos de carácter que le harán feliz a ella? ¿Podrá encontrar<br />

verdadera paz y gozo en su afecto? ¿Se le permitirá preservar su<br />

individualidad, o deberá someter su juicio y conciencia al dominio<br />

de su marido? Como discípula de Cristo, no se pertenece; ha<br />

sido comprada por precio. ¿Puede ella honrar los requerimientos<br />

del Salvador como supremos? ¿Conservará su alma y su cuerpo,<br />

sus pensamientos y propósitos puros y santos? Estas preguntas tienen<br />

una relación vital con el bienestar de cada mujer que contrae<br />

matrimonio.<br />

[86]


[87]<br />

84 <strong>Cartas</strong> a <strong>Jóvenes</strong> <strong>Enamorados</strong><br />

Se necesita religión en el hogar. Únicamente ella puede prevenir<br />

los graves males que tan a menudo amargan la vida conyugal. Solamente<br />

donde reina Cristo puede haber amor profundo, verdadero y<br />

abnegado. Los ángeles de Dios serán los huéspedes en el hogar y<br />

sus santas vigilias santificarán la cámara nupcial.<br />

Te suplico que consideres el paso que te propones dar. Pregúntate:<br />

“¿Apartará un esposo incrédulo mis pensamientos de Jesús?<br />

¿Ama los placeres más que a Dios? ¿No me inducirá a disfrutar de<br />

las cosas en que él se goza?” La senda que conduce a la vida eterna<br />

es penosa y escarpada. No tomes sobre ti cargas adicionales que<br />

retardarán tu avance.<br />

El Señor ordenó al antiguo Israel que no se relacionara por<br />

casamiento con las naciones idólatras que lo rodeaban. Se da la<br />

razón. La sabiduría infinita, previendo el resultado de tales uniones,<br />

declara: “Porque desviará a tu hijo de en pos de mí, y servirán a<br />

dioses ajenos; y el furor de Jehová se encenderá sobre vosotros, y<br />

te destruirá pronto”. “Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu<br />

Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle pueblo especial, más<br />

que todos los pueblos que están sobre la tierra”. Deuteronomio 7:4,<br />

6.<br />

En el Nuevo Testamento se registran prohibiciones similares<br />

concernientes al matrimonio de los cristianos con los impíos. “No<br />

os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo<br />

tiene la justicia con la injusticia?” 2 Corintios 6:14.<br />

Laura, ¿te atreverás a despreciar estas indicaciones claras y<br />

definidas? Como hija de Dios y súbdito del reino de Cristo, comprada<br />

por su sangre, ¿cómo puedes unirte con quien no reconoce sus<br />

requerimientos, que no está dominado por su Espíritu? Los mandamientos<br />

que te he citado no son palabras de hombre, sino de Dios.<br />

Aunque el compañero de tu elección fuera digno en otros aspectos<br />

(lo cual no es así), no ha aceptado la verdad para este tiempo; es<br />

incrédulo, y el cielo te prohíbe unirte con él. No puedes, sin peligro<br />

de tu alma, desoír la prohibición divina.<br />

Tal vez digas: “Pero yo he dado mi promesa, ¿debo retractarla?”<br />

Te contesto: Si has hecho una promesa contraria a las Escrituras,<br />

por lo que más quieras, retráctate de ella sin dilación, y en humildad<br />

delante de Dios, arrepiéntete de la infatuación que te indujo a hacer<br />

una promesa tan temeraria. Es mucho mejor retirar una promesa


¿Andarán dos juntos si no estan de acuerdo? 85<br />

tal, en el temor de Dios, que cumplirla y por ello deshonrar a tu<br />

Hacedor.<br />

Hay en el mundo cristiano una indiferencia asombrosa y alarmante<br />

para con las enseñanzas de la Palabra de Dios acerca del<br />

casamiento de los cristianos con los incrédulos. Muchos que profesan<br />

amar y temer a Dios prefieren seguir su propia inclinación<br />

antes que aceptar el consejo de la sabiduría infinita. En un asunto<br />

que afecta vitalmente a la felicidad y el bienestar de ambas partes,<br />

para este mundo y el venidero, la razón, el juicio, y el temor de Dios<br />

son puestos de lado, y se deja que dominen el impulso ciego y la<br />

determinación obstinada.<br />

Hombres y mujeres que en otros aspectos son sensatos y concienzudos,<br />

cierran sus oídos al consejo; son sordos a las súplicas y<br />

ruegos de amigos y parientes, y de los siervos de Dios. La expresión<br />

de cautela o amonestación es considerada como entrometimiento<br />

impertinente, y el amigo que es bastante fiel como para hacer una<br />

reprensión es tratado como enemigo. [88]<br />

Todo esto está de acuerdo con el deseo de Satanás. El teje sus<br />

ensalmos en derredor del alma, y ésta queda hechizada, infatuada.<br />

La razón deja caer las riendas del dominio propio sobre el cuello de<br />

la concupiscencia, las pasiones no santificadas predominan, hasta<br />

que demasiado tarde, la víctima se despierta para vivir una vida de<br />

desdicha y servidumbre. Este no es un cuadro imaginario, sino un<br />

relato de hechos ocurridos. Dios no sanciona las uniones que ha<br />

prohibido expresamente.<br />

Durante años he estado recibiendo cartas de distintas personas<br />

que formaron matrimonios infelices, y las historias repugnantes que<br />

me fueron presentadas bastan para hacer doler el corazón. No es<br />

ciertamente fácil decidir qué consejo se puede dar a estas personas<br />

desdichadas, ni cómo se podría aliviar su condición; pero por lo<br />

menos, su triste suerte debe servir de advertencia para otros.<br />

Tú estás bajo la más sagrada obligación de no empequeñecer o<br />

comprometer tu santa fe vinculándote con los enemigos de Dios.<br />

Si te sientes tentada a despreciar las recomendaciones de su<br />

Palabra porque otros lo han hecho, recuerda que también tu ejemplo<br />

ejercerá influencia. Otros harán como tú haces, y de esta manera se<br />

extenderá el mal.


[89]<br />

86 <strong>Cartas</strong> a <strong>Jóvenes</strong> <strong>Enamorados</strong><br />

Se nos ofrecen los mayores incentivos para ser fieles, las más<br />

gloriosas recompensas. Los cristianos han de ser representantes de<br />

Cristo, hijos e hijas de Dios.<br />

Dios te ayude a soportar la prueba y a conservar tu integridad.<br />

Aférrate por la fe a Jesús. No faltes a tu Redentor.<br />

Con el más profundo afecto<br />

Ellen G. White<br />

Carta en Joyas de los Testimonios 2:119-125.


¿Jugará usted con su matrimonio?<br />

La persona incrédula puede poseer un excelente carácter moral;<br />

pero el hecho de que no haya respondido a las exigencias de Dios y<br />

haya descuidado una salvación tan grande, es razón suficiente para<br />

que no se verifique una unión tal. 5.<br />

A veces se arguye que el no creyente favorece la religión y que<br />

como cónyuge es todo lo que puede desearse, excepto en una cosa,<br />

que no es creyente. Aunque el buen juicio indique al creyente lo<br />

impropio que es unirse para toda la vida con otra persona incrédula,<br />

en nueve casos de cada diez triunfa la inclinación. La decadencia<br />

espiritual comienza en el momento en que se hace el voto ante el<br />

altar; el fervor religioso se enfría, y se quebranta una fortaleza tras<br />

otra, hasta que ambos están lado a lado bajo el negro estandarte de<br />

Satanás. Aun en las fiestas de boda, el Espíritu del mundo triunfa<br />

contra la conciencia, la fe y la verdad. En el nuevo hogar no se<br />

respeta la hora de oración. El esposo y la esposa se han elegido<br />

mutuamente y han despedido a Jesús.<br />

Al principio el cónyuge no creyente no se opondrá abiertamente,<br />

pero cuando se le presenta el asunto de la verdad bíblica a su atención<br />

y consideración, surge en seguida el sentimiento: “Te casaste<br />

conmigo sabiendo lo que era y no quiero que se me moleste. De<br />

ahora en adelante quede bien entendido que la conversación sobre<br />

tus opiniones particulares queda prohibida”. Si el cónyuge creyente<br />

manifiesta algún fervor especial respecto de su propia fe, ello tal vez<br />

pueda ser interpretado como falta de bondad hacia el que no tiene<br />

interés en la experiencia cristiana. 6. [90]<br />

Los que piensan en casarse deben pesar cada sentimiento y cada<br />

manifestación del carácter de la persona con quien se proponen unir<br />

su suerte. Cada paso dado hacia el matrimonio debe ser acompañado<br />

de modestia, sencillez y sinceridad, así como del serio propósito de<br />

agradar y honrar a Dios. El matrimonio afecta la vida ulterior en<br />

este mundo y en el venidero. El cristiano sincero no hará planes que<br />

Dios no pueda aprobar. 7. [91]<br />

87<br />

[92]<br />

[93]


Un anticipo del cielo<br />

1. Historia de los Patriarcas y Profetas, 26, 27.<br />

2. El Discurso Maestro de Jesucristo, 57.<br />

Haga que el romance perdure a través de la vida matrimonial<br />

3. El hogar adventista (1894), 46.<br />

4. El hogar adventista (1894), 47.<br />

“Si Jehová no edificare la casa” (Salmos 127:1)<br />

5. El Ministerio de Curación, 275, 276.<br />

6. El Deseado de Todas las Gentes, 118.<br />

7. El Ministerio de Curación, 275.<br />

8. El hogar adventista (1894), 24.<br />

El matrimonio es como el amor de Cristo por su pueblo elegido<br />

9. El Discurso Maestro de Jesucristo, 57.<br />

La vida matrimonial es cada vez mejor<br />

10. El Ministerio de Curación, 280.<br />

11. The S.D.A. Bible Commentary 5:1140.<br />

Sea práctico<br />

1. El Ministerio de Curación, 276.<br />

2. La Educación, 212.<br />

3. Testimonies for the Church 3:156.<br />

Lo que un joven debiera considerar al buscar una esposa<br />

4. El Ministerio de Curación, 277.<br />

Preguntas que una señorita debiera hacer antes del matrimonio<br />

5. Joyas de los Testimonios 2:119.<br />

6. Fundamentals of Christian Education, 105.<br />

7. El Ministerio de Curación, 277.<br />

Sección 3—¿Es realmente amor?<br />

1. Testimonies for the Church 2:248.<br />

88


2. Testimonies for the Church 5:122, 123.<br />

3. The Review and Herald, 2 de febrero de 1886.<br />

¿Es esto verdadero amor?<br />

4. Historia de los Patriarcas y Profetas, 164.<br />

5. Joyas de los Testimonios 1:247.<br />

6. El Ministerio de Curación, 276, 277.<br />

7. Joyas de los Testimonios 1:248, 249.<br />

El amor, una planta tierna<br />

8. Testimonies for the Church 4:548.<br />

9. The Review and Herald, 2 de febrero de 1886.<br />

El poder del amor<br />

10. Joyas de los Testimonios 1:249-251.<br />

Cuando el amor es ciego<br />

11. Mensajes para los <strong>Jóvenes</strong>, 324.<br />

12. Fundamentals of Christian Education, 104.<br />

13. Mensajes para los <strong>Jóvenes</strong>, 310.<br />

¿Habré hecho la elección correcta?<br />

1. El Deseado de Todas las Gentes, 622.<br />

2. El hogar adventista (1894), 34, 35.<br />

3. Mensajes para los <strong>Jóvenes</strong>, 324.<br />

4. Fundamentals of Christian Education, 103.<br />

5. El hogar adventista (1894), 60.<br />

Los padres pueden ser de ayuda<br />

6. El Ministerio de Curación, 277.<br />

7. Testimonies for the Church 5:108, 109.<br />

8. Fundamentals of Christian Education, 105-106.<br />

No oculte su amistad<br />

9. Fundamentals of Christian Education, 104-106.<br />

En Cristo hay poder para controlarse<br />

1. Conducción del Niño, 440.<br />

2. Testimonies for the Church 3:84.<br />

¡Antes de que diga “si”!<br />

3. El Ministerio de Curación, 276.<br />

4. Mensajes para los <strong>Jóvenes</strong>, 319.<br />

89


90 <strong>Cartas</strong> a <strong>Jóvenes</strong> <strong>Enamorados</strong><br />

Compromisos quebrantados<br />

5. Fundamentals of Christian Education, 105.<br />

No debemos amoldarnos a las costumbres del mundo<br />

6. Los Hechos de los Apóstoles, 427.<br />

7. El hogar adventista (1894), 367.<br />

8. El hogar adventista (1894), 112.<br />

La pornografia y la mente<br />

9. Testimonies for the Church 2:410.<br />

10. The Review and Herald, 24 de mayo de 1887<br />

Responsabilidad sexual de los jóvenes cristianos<br />

1. Mensajes para los <strong>Jóvenes</strong>, 27.<br />

2. Mensajes para los <strong>Jóvenes</strong>, 319.<br />

3. Testimonies for the Church 4:622, 623.<br />

4. Medical Ministry, 142, 143.<br />

5. Carta 18, 1891.<br />

6. Comentario Bíblico <strong>Adventista</strong> 2:1026.<br />

Jugando con los corazones<br />

7. El hogar adventista (1894), 48.<br />

8. El hogar adventista (1894), 300, 301.<br />

9. Joyas de los Testimonios 2:238.<br />

10. Joyas de los Testimonios 2:243.<br />

Sombras sobre el nido<br />

1. Joyas de los Testimonios 2:120.<br />

2. Joyas de los Testimonios 2:122.<br />

3. Joyas de los Testimonios 577.<br />

¿Andarán dos juntos si no estan de acuerdo?<br />

4. Joyas de los Testimonios 578.<br />

¿Jugará usted con su matrimonio?<br />

5. Joyas de los Testimonios 575.<br />

6. Joyas de los Testimonios 576.<br />

7. El Ministerio de Curación, 277.

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