12.05.2013 Views

Cuentos del hogar - Biblioteca Virtual Universal

Cuentos del hogar - Biblioteca Virtual Universal

Cuentos del hogar - Biblioteca Virtual Universal

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Don Juan le recibió, según expresión <strong>del</strong> mismo Perico, como si fuera su parigual, y le<br />

hizo sentar en una butaca de terciopelo que dio un susto a Perico, pues éste creyó que la<br />

butaca se hundía apenas apoyó en ella las posaderas.<br />

La mañana estaba fría, pero en aquel gabinete y en aquellos salones la temperatura era<br />

tan suave y había unos olores tan gratos de flores o qué se yo, que Perico creía hallarse en<br />

un jardín <strong>del</strong>icioso en uno de los días más hermosos de primavera.<br />

Don Juan empezó por tutear a Perico, prueba de bondad que a éste le llegó al alma.<br />

-Amigo Perico -dijo don Juan-, es necesario que hoy vistas y comas y bebas y te<br />

diviertas como corresponde a la casa en que estás y al caballero que te acompaña.<br />

¿Supongo que tendrás ya ganas <strong>del</strong> desayuno?<br />

-¡Cá! No señor; ya me ha dado aquélla una copita de aguardiente con un mantecado, que<br />

me ha puesto el cuerpo como una guitarra.<br />

-Eso no basta, hombre, para caballeros como nosotros.<br />

-¡Carape! ¡Qué bromista es usted, señor don Juan! ¿Caballero yo?<br />

-¡Pues no lo has de ser, hombre! Lo único que te falta para serlo es el traje, y eso lo<br />

vamos a arreglar ahora.<br />

Don Juan llevó a Perico a otro gabinete <strong>del</strong>iciosamente amueblado, donde había una<br />

cama com más seda y holanda que la de un rey, y un tocador con más perfumes que la<br />

Alcarria, y le dijo:<br />

-Ahí tienes tu cuarto, y en la pieza inmediata tienes tu ayuda de cámara para lo que se te<br />

ofrezca. Vístete de puntapiés a cabeza, que en ese armario de palo santo encontrarás cuanto<br />

para ello necesites. Yo voy a hacer entretanto lo mismo, para que en seguida tomemos el<br />

desayuno.<br />

Perico, medio absorto con lo que oía, veía y olía, pues allí también olía a gloria, quiso<br />

replicar a don Juan no sé qué; pero don Juan se lo impidió, cortándole la palabra con una<br />

amable y bondadosa lisonja y dejándole solo.<br />

Perico abrió el armario y encontró en él ropas, tan elegantes y ricas, que al fin se decidió<br />

a vestirse con las más modestas. Se lavó, se vistió, se peinó y se perfumó, y yendo a mirarse<br />

en un espejo de cuerpo entero, no pudo menos de lanzar un grito de alegría viéndose<br />

convertido en todo un caballero mal comparado. Botas de charol, tan finas que él no las<br />

hubiera hecho ni por media onza, pantalón de satén, chaleco de terciopelo color de guinda<br />

con botonadura de oro, gabán negro de castor finísimo, camisa de holanda con pechera de<br />

batista, corbata de moaré de última moda, sombrero de ocho duros, guantes de veinticuatro<br />

reales, reloj de oro con cadena de lo mismo, su valor lo menos media talega, y bastón de<br />

concha con puño de oro preciosamente cincelado, y dentro, por lo que pudiera ocurrir,<br />

estoque que daba miedo el verle.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!