También el toro lleva capa Diccionario de las capas de los toros ...

Rosa, Chicuelo, Martín Agüero y Manolito el Litri- y con el que
protagonizó Ignacio Sánchez Mejías su célebre incursión como
«espontáneo» cumpliendo la promesa hecha al empresario José Salgueiro
de pisar el albero sevillano aquella feria pese a la negativa de éste a
contratarlo. Previo permiso al Rey y con la complicidad de Martín
Agüero -a quien correspondía el toro-, Ignacio colocó, tras valiente y
vistosa preparación, dos soberbios pares de banderillas al hilo de las
tablas que le valieron la entusiasta ovación del público y el brindis del
torero bilbaíno, en cuya compaña dio la vuelta al ruedo una vez arrastrado
el del conde.
Dícese listón al toro que presenta una franja estrecha a lo largo de la
espina dorsal -desde la cruz a la penca del rabo- de color más claro -si la
pinta es oscura- o más oscuro -si la pinta es clara- que el resto del pelaje;
en los de capa negra, la lista presenta tono parduzco. Ejemplares listones
son frecuentes en la mayor parte de las vacadas, ya sea que provengan de
la línea Ibarra-Parladé, ya de Murube, pese a ser estas ultimas poco
propensas a romper la uniformidad de su negro pelaje. Con un negro
listón -número 87, Presumido de nombre y el pial de Antonio Pérez
Angoso- confirmó en Madrid Palomo Linares -19 de mayo de 1970- su
alternativa vallisoletana de cuatro años antes.
Común a todas las reses de capa negra, al parecer más chicas que las
de pinta clara del mismo peso; detalle a tener en cuenta por el aficionado
para contrarrestar con su magín el inevitable efecto óptico.
La “sotana roja”
Con el color rojo como base, presenta la capa toruna una variada
gradación de tonalidades que abarca del castaño al colorao melocotón y
cuenta entremetidos el avinagrado, el retinto, el jijón y el colorao
propiamente. mente dicho.
El castaño ofrece el color de la castaña madura; pelaje frecuente,
aparece en las reses que conservan sangre vazqueña, de Cabrera o
Navarra; aunque también lo hace en las de Vistahermosa. Con Holgazán,
un toro de este pelo y el hierro del marqués de Domecq, fue investido
matador de toros el diestro sanluqueño José Luis Parada -31 de agosto de
1969 en el coso de El Puerto de Santa María. Cartel gaditano por los
cuatro costados que contó con José Martínez (Limeño), paisano del
toricantano como padrino de ceremonia y con el «cañaílla» Ruiz Miguel
como testigo.
Motéjase retinto al colorao oscuro con irisaciones de tinto de la Mancha
presenta sus cabos -extremo de las patas- y cuello más oscuro que el
resto. Característico de las reses colmenareñas, citemos entre las de triste
recuerdo al toro Distinguido, de don Félix Gómez, que hirió mortalmente
en Cartagena -9 de agosto de 1914- al matador de toros cordobés Fermín
Muñoz (Corchaíto).
El toro colorao propiamente dicho, equivale a lo que en los humanos
designamos como pelirrojo. Abundante en las vacadas oriundas de Parladé,
Contreras, y en las vazqueñas, fueron pinta hegemónica de la hoy
desaparecida casta Navarra. Pelaje típico de su casa, fue capricho de don