Ocaso - Colegio San Patricio
Ocaso - Colegio San Patricio
Ocaso - Colegio San Patricio
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Sara Muñoz Madrid<br />
1º BACH B<br />
tal vez ellos fuesen más valientes que nosotros y lo que hacían con sus<br />
cantos era desafiar a la muerte.<br />
De una cosa sí estaba seguro: no tenía ningún deseo de abandonar aquel<br />
lugar, ni de buscar un refugio como había hecho el resto de la población. Solo<br />
quería saborear los últimos momentos de mi existencia en el lugar que más<br />
recuerdos me traía: algunos dulces y alegres, otros amargos. Aceptaba mi<br />
destino, aunque lo condenaba desde lo más profundo de mi corazón. Era<br />
consciente de que mi pensamiento seguía libre, así como mi voluntad… Y mi<br />
voluntad era, precisamente, la de permanecer en la gran plaza, escuchando<br />
el trino de los pájaros, respirando la paz que mi corazón seguía guardando<br />
para mí, y esperando llevármela conmigo cuando llegase el ocaso. Paz. Eso<br />
que tanto me había costado conseguir.<br />
Me levanté del asiento y me dirigí sigiloso hasta el solitario árbol de la<br />
plaza. Temía que los pajarillos, al verme, alzasen el vuelo. Pero no fue así.<br />
Ante mi presencia, detuvieron momentáneamente sus cantos, tal vez en<br />
espera de que les hablase sobre cualquier cosa. Ellos estaban ahí, únicos<br />
habitantes de la gran plaza, aguardando conmigo, sin huir de su destino.<br />
Deseé transmitirles mi paz, pero creo que ellos ya la poseían. Presentí que<br />
poco podía enseñarles de la vida, porque ellos estaban llenos de vida.<br />
Empecé a cantar una melodía, al principio bajo aunque cada vez más alto,<br />
desafiando a la muerte. Súbitamente, un coro procedente del árbol resonó en<br />
mis oídos, acompañando mi canción, llenándome de una jubilosa alegría.<br />
Estábamos preparados para el momento final.