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El Corredor Mediterráneo - Municipalidad de Río Cuarto

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<strong>El</strong> <strong>Corredor</strong> <strong>Mediterráneo</strong><br />

Las ganas <strong>de</strong> encontrarse.<br />

<strong>Río</strong> <strong>Cuarto</strong> / <strong>Río</strong> Tercero / San Francisco / Villa María Miércoles 29 <strong>de</strong> Abril <strong>de</strong> 2009 - Año 8 N° 331<br />

La Narrativa<br />

<strong>de</strong> Sergio Chejfec. RÍO TERCERO<br />

Una lectura <strong>de</strong><br />

Mis Dos Mundos,<br />

Lecturas<br />

METAFÍSICA<br />

DE LA PAMPA<br />

SERGIO COLAUTTI<br />

Carlos Astrada<br />

Villa María<br />

Escribe<br />

Págs. 4 , 5 y 6<br />

Lecturas<br />

LOS GUARDIANES<br />

DE LA LIBERTAD<br />

De Noam Chomsky<br />

& Edward S. Herman<br />

Lic. Romina S. Bada<br />

<strong>Río</strong> <strong>Cuarto</strong><br />

Págs. 6, 7 y 8<br />

Líquida<br />

I. <strong>El</strong> escritor vagabundo<br />

No hay comienzos <strong>de</strong>finidos ni finales visibles, sólo recomienzos inciertos y<br />

<strong>de</strong>senlaces que a<strong>de</strong>lgazan sus formas hasta la disolución. La narración se <strong>de</strong>ja atravesar<br />

por esas incertidumbres que pululan en la trama (don<strong>de</strong> se opera el <strong>de</strong>svanecimiento<br />

<strong>de</strong> la historia), en el lenguaje (siempre provisorio, dubitativo, resbaladizo)<br />

y en los resultados <strong>de</strong>l texto (que se encarga <strong>de</strong> <strong>de</strong>construir toda i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> eficiencia<br />

textual, esto es, <strong>de</strong>scree <strong>de</strong> cualquier acumulación o logro narrativo).<br />

Un escritor, a punto <strong>de</strong> cumplir años, camina por un parque <strong>de</strong>l sur <strong>de</strong> Brasil. La<br />

escritura recorre ese espacio para dar cuenta <strong>de</strong>l pensamiento (incesante, indoloro,<br />

in<strong>de</strong>finido, errático) que se <strong>de</strong>splaza por el parque obe<strong>de</strong>ciendo a la casualidad<br />

y al blando asombro:<br />

“me puse a buscar en el paisaje urbano rastros generales <strong>de</strong>l pasado...“(p. 15)<br />

Cont. pág. 2


Viene <strong>de</strong> tapa<br />

De algún modo, la escritura<br />

líquida <strong>de</strong> Chejfec anticipa y<br />

expan<strong>de</strong> las nociones que ha<br />

diseminado Zygmunt Bauman<br />

(3), esto es, la <strong>de</strong> una sociedad<br />

que no mantiene su misma<br />

forma, que trata <strong>de</strong> hacer pie en<br />

la precariedad y la incertidumbre,<br />

la <strong>de</strong> un hombre que carga<br />

con bienes u objetos inservibles,<br />

sin finalidad, que se <strong>de</strong>shace<br />

<strong>de</strong> ellos con más rapi<strong>de</strong>z<br />

que la que usa para obtenerlos,<br />

que se <strong>de</strong>sliza en una “vida<br />

líquida“ en la que no hay<br />

comienzos sino recomienzos y<br />

finales vertiginosos, incesantes,<br />

in<strong>de</strong>finidos.<br />

<strong>El</strong> <strong>Corredor</strong> <strong>Mediterráneo</strong> / Página 2<br />

La narrativa líquida<br />

“los puntos o circunstancias don<strong>de</strong> concentro<br />

mi atención toman la<br />

forma <strong>de</strong> enlaces <strong>de</strong> internet... evocaciones y<br />

pensamientos conectados ,<br />

muchas veces azarosos...“ (p. 25)<br />

La mirada <strong>de</strong>l caminante, mo<strong>de</strong>lada por la<br />

cultura, reconocible en sus apreciaciones <strong>de</strong> la<br />

arquitectura o el <strong>de</strong>talle paisajista, no logra<br />

jamás afirmarse como un or<strong>de</strong>n, como linealidad<br />

racional: vagabun<strong>de</strong>a, oscila, camina, en<br />

<strong>de</strong>finitiva, sin <strong>de</strong>limitar objetivos ni procedimientos.<br />

La incursión, sin embargo, también <strong>de</strong>para<br />

zonas más inquietantes: los cisnes a pedales<br />

<strong>de</strong>l lago -asegura el narrador- lo observan fijamente,<br />

y le recuerdan los dibujos <strong>de</strong> William<br />

Kentridge, que materializa la mirada <strong>de</strong> sus<br />

personajes. Así, lo cotidiano se cruza con lo<br />

imaginario, con la invención artística, para no<br />

ser ninguna <strong>de</strong> las dos y, a la vez, la confluencia<br />

<strong>de</strong> las dos. Se diseña la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> los “dos<br />

mundos“ como paralelos, in<strong>de</strong>finibles e inatrapables<br />

en su ser, su corporeidad, su sentido.<br />

Sólo cabe, en esa precaria coexistencia,<br />

caminar, ver, intentar escribir.<br />

En una <strong>de</strong> las metáforas más impactantes que<br />

el relato construye sobre esa noción dual, un<br />

viejito que el caminante ve en el parque podría<br />

ser él mismo en otro tiempo: como una cifra<br />

borgeana en la que la realidad juega nueva-<br />

mente con “las simetrías y los leves anacronismos“(1).<br />

Otra figura imaginativa <strong>de</strong>l texto<br />

es un reloj cuyas agujas giran en sentido inverso<br />

y que la economía <strong>de</strong> la novela vincula a<br />

las ciuda<strong>de</strong>s como las alemanas, que reconstruyeron<br />

la minuciosidad <strong>de</strong> su pasado tras la<br />

<strong>de</strong>molición <strong>de</strong> la guerra. En esos signos, la<br />

novela <strong>de</strong> Chejfec parece insinuar que no sólo<br />

el presente es inasible en la posmo<strong>de</strong>rnidad,<br />

también pue<strong>de</strong> serlo el pasado (que borra nada<br />

menos que los bombar<strong>de</strong>os) o las difusas posibilida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong>l futuro.<br />

En esa aproximación al tiempo y al<br />

espacio, como una divagación sin certezas,<br />

como un <strong>de</strong>svío <strong>de</strong> las maneras <strong>de</strong> conocimiento<br />

y percepción habituales, se diseña la<br />

narrativa líquida. Borges, Saer y Macedonio<br />

laten en esa escritura <strong>de</strong> la incertidumbre, pero<br />

también Marcelo Cohen y su poética <strong>de</strong> la<br />

disolución, tan presente en Don<strong>de</strong> yo no estaba,<br />

verda<strong>de</strong>ra joya <strong>de</strong> ese “a<strong>de</strong>lgazamiento <strong>de</strong>l<br />

ser“ que reaparece en la obra <strong>de</strong> Chejfec, especialmente<br />

en <strong>El</strong> aire y, claro está, en Mis dos<br />

mundos:<br />

“Los objetos perdían consistencia o<br />

<strong>de</strong>nsidad, aunque no su forma,<br />

en una segunda reacción, dado que<br />

no podían estallar, se volvían<br />

blandos, muelles, como si fueran<br />

mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> goma o silicona“ (p. 121)<br />

La novela <strong>de</strong> Chejfec invita a ver,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> ese prisma ambiguo y vacilante que su<br />

escritura construye con <strong>de</strong>liberación, algunos<br />

modos <strong>de</strong> relación social, <strong>de</strong> comprensión <strong>de</strong>l<br />

mundo y <strong>de</strong> construcción <strong>de</strong> una cultura <strong>de</strong><br />

época; <strong>de</strong> aquello que podríamos llamar el<br />

espíritu posmo<strong>de</strong>rno. En la recorrida por el<br />

parque el narrador cree ver formas <strong>de</strong> fantasmas,<br />

y los <strong>de</strong>scribe subrayando su antiguo<br />

carácter extraordinario para contraponerlos a<br />

su anodina presencia actual, como acercando<br />

sus contornos hasta <strong>de</strong>sdibujarlos en una sola,<br />

precaria y <strong>de</strong>slucida evanescencia...<br />

“en un mundo cada vez más angosto<br />

y sin <strong>de</strong>masiados ribetes, ellos<br />

también han sufrido el a<strong>de</strong>lgazamiento.<br />

Hoy son vapor y sombra“ (pág. 43)<br />

La i<strong>de</strong>a aparece ya en <strong>El</strong> aire, en la<br />

que pasado y presente también se esfuman<br />

para <strong>de</strong>jar ver solamente las marcas, livianas,<br />

casi líquidas, <strong>de</strong>l presente:<br />

“<strong>El</strong> pasado era el olvido, el futuro<br />

era irreal; quedaba por lo tanto el<br />

presente aislado <strong>de</strong>l universo, como<br />

una burbuja suspendida en<br />

el aire que necesitaba sin embargo<br />

<strong>de</strong> ese mismo tiempo <strong>de</strong>l que<br />

estaba exiliado para permanecer flotando<br />

sobre su ambigüedad“ (2)<br />

De algún modo, la escritura líquida<br />

<strong>de</strong> Chejfec anticipa y expan<strong>de</strong> las nociones<br />

que ha diseminado Zygmunt Bauman (3), esto<br />

es, la <strong>de</strong> una sociedad que no mantiene su<br />

misma forma, que trata <strong>de</strong> hacer pie en la precariedad<br />

y la incertidumbre, la <strong>de</strong> un hombre<br />

que carga con bienes u objetos inservibles, sin<br />

finalidad, que se <strong>de</strong>shace <strong>de</strong> ellos con más<br />

rapi<strong>de</strong>z que la que usa para obtenerlos, que se<br />

<strong>de</strong>sliza en una “vida líquida“ en la que no hay<br />

comienzos sino recomienzos y finales vertiginosos,<br />

incesantes, in<strong>de</strong>finidos.<br />

II. Objetos:<br />

<strong>El</strong> paseo <strong>de</strong>l narrador reconoce objetos<br />

en el espacio <strong>de</strong>l parque. Disperso, <strong>de</strong>sprovisto<br />

<strong>de</strong> entusiasmos, el ojo y el lenguaje<br />

dan cuenta <strong>de</strong> un itinerario material: caminos,<br />

sen<strong>de</strong>ros, fuentes, árboles, plantas, animales.<br />

Las personas, los sitios, los objetos, parecen<br />

<strong>de</strong>cir cosas que el paseante ve y <strong>de</strong>scribe <strong>de</strong>splegando<br />

referencias realistas, anodinas a<br />

veces, o imaginarias, como el suceso <strong>de</strong>l cisne<br />

a pedales, el viejo que parece habitar un tiempo<br />

paralelo o los personajes <strong>de</strong> Kentridge.<br />

Un <strong>de</strong>svío significativo aparece<br />

cuando el narrador recuerda. Los objetos ya<br />

no están en presente -como los que se rastrean<br />

en el parque- sino en el ayer. Y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ese<br />

ayer cobra sentido la memoria, pero no una<br />

memoria humana sino objetual. No un recuerdo<br />

que el hombre, el narrador en este caso,<br />

proyecta hacia los objetos que el pasado le<br />

ofrece, sino al revés: son las cosas <strong>de</strong>l pasado<br />

las que dicen, las que significan, las que señalan<br />

que algo ocurrió y seguirá ocurriendo.<br />

Esta percepción <strong>de</strong> la memoria objetual<br />

es <strong>de</strong>stacada por el mismo Chejfec cuando<br />

analiza Austerlitz, <strong>de</strong> W. G. Sebald:<br />

“Austerlitz va rescatando <strong>de</strong> la<br />

memoria infantil escenas repartidas<br />

por la geografía europea. Los objetos<br />

luchan por revelarse, hay<br />

una concentración <strong>de</strong> sensaciones<br />

imprecisas y <strong>de</strong> percepciones<br />

contradictorias... las cosas, no sólo<br />

los hombres, pue<strong>de</strong>n guardar<br />

las marcas <strong>de</strong>l recuerdo... que los<br />

objetos sean residuos <strong>de</strong> la<br />

memoria y no al revés“ (4)


En Mis dos mundos esa operatoria<br />

se evi<strong>de</strong>ncia en los objetos que el escritor liga<br />

a su pasado: un encen<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> su abuelo, un<br />

largavistas <strong>de</strong> su padre, el reloj propio. Esas<br />

pertenencias, heredadas, serán ofrecidas a sus<br />

sobrinos, otra vez como herencias.<br />

Objetos puestos en el tiempo para significar<br />

el tiempo.<br />

Beatriz Sarlo en esta misma línea,<br />

agrega:<br />

“los objetos permiten pensar en la<br />

muerte, por eso, como un memento<br />

mori, entrar en este relato: ellos<br />

persistirán cuando el narrador los<br />

<strong>de</strong>je como herencia“ (5)<br />

Una operación similar advierte<br />

Sarlo en la novela Boca <strong>de</strong> lobo, <strong>de</strong> 2000, en<br />

la que Chejfec contrapone los objetos que<br />

intercambian los obreros pobres a la circulación<br />

capitalista <strong>de</strong> objetos:<br />

“Los trastos más miserables van<br />

girando <strong>de</strong> mano en mano, regulados<br />

por una ley <strong>de</strong> honor que hace que<br />

esos préstamos sean siempre<br />

restituidos“ (6)<br />

De esta manera parece <strong>de</strong>splegarse<br />

en la narrativa <strong>de</strong> Chejfec una semiótica <strong>de</strong><br />

los objetos, <strong>de</strong>splazados <strong>de</strong> su significación<br />

ordinaria para <strong>de</strong>cir lo que el sistema mercantil<br />

no <strong>de</strong>ja ver, ya sea en su uso social y político<br />

(Boca <strong>de</strong> lobo) o en su memoria y sentido<br />

(<strong>El</strong> aire, Mis dos mundos).<br />

III. Un escritor íntimo:<br />

<strong>El</strong> escritor que camina lleva en su<br />

morral los elementos <strong>de</strong>l caminante que escribe:<br />

un libro, un cua<strong>de</strong>rno y lápiz, el mapa <strong>de</strong><br />

la ciudad don<strong>de</strong> una mancha ver<strong>de</strong> señala el<br />

parque <strong>de</strong>sprolijo, <strong>de</strong>scuidado, sin los rigores<br />

<strong>de</strong>l or<strong>de</strong>namiento paisajístico. <strong>El</strong> mapa, como<br />

una novela <strong>de</strong> la divagación, con un territorio<br />

por <strong>de</strong>scubrir: el espacio literario, sin programas<br />

ni hojas <strong>de</strong> ruta; como el parque que<br />

recorre el escritor, la novela no tiene centro,<br />

no construye certezas, es un texto que inventa,<br />

<strong>de</strong>scubre y revisita bor<strong>de</strong>s, rincones, sitios<br />

sin rastros. La caminata <strong>de</strong>l escritor (por el<br />

parque y por la novela) no obe<strong>de</strong>ce a las rutinas<br />

<strong>de</strong>l turista sino a los antojadizos vaivenes<br />

<strong>de</strong>l explorador.<br />

Ese afán andariego, esa obsesión<br />

caminante, olvida y <strong>de</strong>construye los recorridos<br />

épicos o aventureros <strong>de</strong>l viajero clásico,<br />

<strong>de</strong>l andante tradicional para ofrecer la mo<strong>de</strong>sta<br />

posibilidad <strong>de</strong>l viajero posmo<strong>de</strong>rno. Sin<br />

rumbo preciso, sin fines heroicos, más cerca<br />

<strong>de</strong>l extravío que <strong>de</strong>l conocimiento racional, el<br />

personaje <strong>de</strong> Chejfec intenta enten<strong>de</strong>r el paisaje<br />

cercano para compren<strong>de</strong>r, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> esa<br />

mirada, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> esa especie <strong>de</strong> “pensamiento<br />

débil“, el sitio y el tiempo <strong>de</strong>l mundo que le<br />

tocó vivir. Y habla <strong>de</strong>s<strong>de</strong> esa movilidad,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> esa “errancia como escenario <strong>de</strong>l discurso“,<br />

como llamó el mismo Chejfec al estilo<br />

<strong>de</strong> su admirado W.G. Sebald (7).<br />

La recorrida no obe<strong>de</strong>ce a la higiene<br />

sanitaria ni a impulsos <strong>de</strong>portivos o paisajistas<br />

sino al estímulo literario:<br />

“si <strong>de</strong>cido comenzar así es porque<br />

dos amigos, a través <strong>de</strong> sus libros,<br />

me hicieron ver que estas fechas<br />

pue<strong>de</strong>n ser motivo <strong>de</strong> reflexión y<br />

<strong>de</strong> excusa o justificación sobre el<br />

tiempo vivido“ (p. 7)<br />

<strong>El</strong> <strong>Corredor</strong> <strong>Mediterráneo</strong> / Página 3<br />

Des<strong>de</strong> su ensayo Miedo líquido, Z.<br />

Bauman analiza la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> simulacro <strong>de</strong><br />

Baudrillard (una clave <strong>de</strong>l <strong>de</strong>bate mo<strong>de</strong>rnidad/<br />

posmo<strong>de</strong>rnidad), quien lo diferenciaba <strong>de</strong> la<br />

simulación, más parecida al fingimiento. <strong>El</strong><br />

simulacro baudrillar<strong>de</strong>ano , dice Bauman,<br />

“niega la diferenciación entre la realidad<br />

y su representación y, por tanto, anula<br />

e invalida la contraposición entre<br />

verdad y falsedad, o entre el parecido y la<br />

distorsión <strong>de</strong> éste“ (8)<br />

La novela <strong>de</strong> Chejfec se escribe<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> ese pliegue, entre esos “dos mundos“;<br />

ante la imposible tarea <strong>de</strong> diferenciar o al<br />

menos <strong>de</strong>slindar esos planos, el narrador <strong>de</strong>ci<strong>de</strong><br />

abandonarse a la vacilación y la incertidumbre;<br />

oscila y permanece en esa zona que<br />

no es realidad ni ficción, verdad ni falsedad<br />

sino mero simulacro...<br />

“cada quien tiene su mentira vital,<br />

sin la cual la existencia diaria y<br />

acostumbrada, se <strong>de</strong>smoronaría;<br />

la mía consistía en los simulacros,<br />

<strong>de</strong> la literatura en este caso“ (pág.<br />

118)<br />

Cont. pág. 4


Viene <strong>de</strong> pág 3<br />

La minimización <strong>de</strong> la figura <strong>de</strong> narrador,<br />

su escamoteo <strong>de</strong>liberado en el<br />

engranaje narrativo, obe<strong>de</strong>ce a una convicción<br />

más profunda, compartida con<br />

buena parte <strong>de</strong>l posestructuralismo<br />

francés (Barthes, Blanchot, Derrida,<br />

entre otros) pero especialmente con<br />

Juan José Saer...<br />

<strong>El</strong> sitio <strong>de</strong>l texto es esa convivencia entre los “dos<br />

mundos“, esa zona que termina siendo un espacio literario,<br />

el único capaz <strong>de</strong> cobijar los contenidos <strong>de</strong> los dos mundos,<br />

que lo tienen como catalizador. <strong>El</strong> narrador se convierte,<br />

por su actitud vacilante, por su pensamiento débil, por sus<br />

efímeras convicciones <strong>de</strong> novelista, en un escritor privado,<br />

vergonzoso <strong>de</strong> ser <strong>de</strong>scubierto escribiendo en público y<br />

reprendido por realizar trabajos improductivos. Más aún, es<br />

un escritor íntimo que no escribe, que no lee la novela que<br />

lleva en el morral (¿es una novela no escrita? ¿es la misma<br />

novela escribiéndose? ).<br />

La caminata <strong>de</strong>l narrador por el parque, entonces,<br />

como una cifra <strong>de</strong> la escritura <strong>de</strong>l texto en el tiempo y en el<br />

espacio <strong>de</strong>l parque. Escribir como quien camina sobre un<br />

mapa sin <strong>de</strong>limitación ni objetivos. Escribir el mapa <strong>de</strong> la<br />

novela <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los sentidos que los objetos expresen, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />

memoria que los objetos <strong>de</strong>splieguen en el tiempo a la vez<br />

real e imaginario <strong>de</strong>l paseo. Narrativa como divagación <strong>de</strong>l<br />

sentido.<br />

<strong>El</strong> hombre <strong>de</strong>spojado <strong>de</strong> cualida<strong>de</strong>s o aptitu<strong>de</strong>s<br />

elije, por <strong>de</strong>cantación, simplemente caminar. O escribir sin<br />

exponerlo: escritura <strong>de</strong> una intimidad sin atributos, sin mercado,<br />

sin aspiraciones públicas.<br />

“Des<strong>de</strong> un temprano momento me he sentido<br />

inepto para albergar<br />

cualquier entusiasmo: incapaz <strong>de</strong> creer en casi<br />

nada, o en nada<br />

directamente... inútil en síntesis para el trabajo en<br />

general, carente<br />

<strong>de</strong> todo esto no me quedó más opción que caminar,<br />

lo más parecido<br />

a la mente disponible y en blanco.“ (p. 56)<br />

Chejfec replantea el concepto <strong>de</strong> narración. Otra<br />

vez en la línea Macedonio-Borges- Saer- Cohen pone en<br />

jaque las nociones <strong>de</strong> narrador/ texto / lector. Proce<strong>de</strong> a su<br />

<strong>de</strong>sedimentación, a la reformulación <strong>de</strong> esas categorías pero<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> una escritura personal, alejada y hasta indiferente <strong>de</strong>l<br />

consejo editorial.<br />

<strong>El</strong> <strong>Corredor</strong> <strong>Mediterráneo</strong> / Página 4<br />

En Mis dos mundos <strong>de</strong>construye especialmente la<br />

noción <strong>de</strong> escritor, a<strong>de</strong>lgazando su presencia hasta la disolución<br />

para luego construir, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ese vaciamiento, la i<strong>de</strong>a<br />

<strong>de</strong>l escritor íntimo, <strong>de</strong>l narrador que recorre un texto como<br />

quien visita un parque sin otra ambición que la ambigua<br />

divagación.<br />

La minimización <strong>de</strong> la figura <strong>de</strong> narrador, su escamoteo<br />

<strong>de</strong>liberado en el engranaje narrativo, obe<strong>de</strong>ce a una<br />

convicción más profunda, compartida con buena parte <strong>de</strong>l<br />

posestructuralismo francés (Barthes, Blanchot, Derrida,<br />

entre otros) pero especialmente con Juan José Saer: el<br />

vaciamiento <strong>de</strong>l sujeto y las (im) posibilida<strong>de</strong>s que enfrenta<br />

la narrativa actual para dar cuenta <strong>de</strong> lo real.<br />

Referencias:<br />

1) Borges Jorge Luis, <strong>El</strong> Sur, en Ficciones, Emecé, Bs.<br />

As. 1955.-<br />

2) Chejfec Sergio, <strong>El</strong> aire, Alfaguara, Bs As. 1992.-<br />

3) Bauman Zigmunt, Miedo líquido/ Vida líquida.<br />

Paidós, Barcelona.-<br />

4) Chejfec Sergio, La historia como representación y con<strong>de</strong>na,<br />

en <strong>El</strong> punto vacilante, Norma, Bs. As.,<br />

2005 (pág. 125)<br />

5)Sarlo Beatriz, la originalidad y el recato, sobre Mis dos<br />

Mundos, <strong>de</strong> S. Chejfec, en Perfil, Bs. As., 5-10-09.-<br />

6)Sarlo Beatriz, <strong>El</strong> amargo corazón <strong>de</strong>l mundo, en<br />

Escritos sobre literatura argentina,. S XXI editores, Bs<br />

As, 2007.- (pág. 398)<br />

7) Chejfec Sergio, La historia como representación y con<strong>de</strong>na,<br />

op. cit.<br />

8) Bauman Zigmunt, Miedo líquido, Paidós, Barcelona,<br />

2006. (pág. 64)<br />

Metafísica<br />

<strong>de</strong> la Pampa<br />

VILLA MARÍA<br />

Lecturas


CARLOS ASTRADA<br />

Escribe<br />

“Demasiado rápidamente se suele dar por<br />

clausurado el esfuerzo efectuado en<br />

Argentina por diseñar un pensamiento<br />

emancipado; nuestra condición vicaria<br />

prohijada por la <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia económica y<br />

cultural <strong>de</strong>l occi<strong>de</strong>nte europeo pesa como<br />

una lápida irre<strong>de</strong>nta sobre toda palabra que<br />

se quiera soberana”<br />

Guillermo David.<br />

<strong>El</strong> <strong>Corredor</strong> <strong>Mediterráneo</strong> / Página 5<br />

Nuestra esfinge, la esfinge <strong>de</strong>l hombre argentino,<br />

es la pampa, la extensión ilimitada, con<br />

sus horizontes evanescentes, en fuga; la<br />

pampa que en diversas formas inarticuladas,<br />

que se refun<strong>de</strong>n en una sola nota reiterada y<br />

obsesionante, nos está diciendo: ¡O <strong>de</strong>scifras<br />

mi secreto o te <strong>de</strong>voro!<br />

No es empresa fácil ni placentera enfrentarse<br />

con la esfinge; no es una oportunidad contemplativa<br />

ni un problema hacia el que vayamos<br />

por ocio o mera curiosidad intelectual, sino el<br />

primer acto <strong>de</strong> un drama que acontece en<br />

nosotros mismos, y en cuyo tempo y ámbito<br />

viene a inscribirse nuestro <strong>de</strong>stino espiritual e<br />

histórico. Desdoblándonos para asistir al<br />

drama en que somos actores, tenemos, ante<br />

todo, que ver y <strong>de</strong>stacar las dificulta<strong>de</strong>s que<br />

nos cierran el acceso al enigma. Para ello<br />

hemos <strong>de</strong> volver la mirada a los senos espirituales<br />

y emotivos <strong>de</strong>l alma <strong>de</strong>l hombre argentino<br />

y afincarnos en esta certidumbre primaria,<br />

anterior a todo examen y que tiene la fuerza <strong>de</strong><br />

un sino: somos hombres <strong>de</strong> la pampa y llevamos<br />

a<strong>de</strong>ntrado su <strong>de</strong>solación y su misterio. <strong>El</strong><br />

vago contorno pampeano es el contorno<br />

mismo <strong>de</strong> nuestra intimidad, la atmósfera <strong>de</strong>spoblada<br />

y yerta que nuestros contenidos<br />

expresivos <strong>de</strong>ben trasponer antes <strong>de</strong> llegar a<br />

los seres y las cosas. Cuando estamos lejos <strong>de</strong>l<br />

predio pampeano y nos aturdimos un poco en<br />

medio <strong>de</strong> la alucinación <strong>de</strong> las urbes europeas,<br />

tentadoras y sabias, nos acaece que <strong>de</strong> pronto<br />

nos sentimos dispersos, <strong>de</strong>samparados en una<br />

zona <strong>de</strong>sértica superpuesta, o mejor, infrapuesta<br />

por arte mágica a la convivencia culta y<br />

civilizada; nos sentimos acometidos por una<br />

especie <strong>de</strong> discontinuidad interior, por un <strong>de</strong>sconcertante<br />

silencio emocional. Un silencio<br />

que se llena <strong>de</strong> la sombra <strong>de</strong> noches lejanas. Es<br />

el enigma <strong>de</strong> la pampa –su maleficio- que<br />

viaja con nosotros.<br />

Para saber qué somos y qué queremos, <strong>de</strong>bemos,<br />

antes que nada, esforzarnos por indagar y<br />

precisar la forma peculiar <strong>de</strong> existencia <strong>de</strong>l<br />

hombre pampeano. Es <strong>de</strong>cir, tenemos que<br />

hacer un análisis <strong>de</strong>l ser <strong>de</strong>l hombre argentino,<br />

y mediante este análisis, inferir el horizonte y<br />

la proyección <strong>de</strong> una metafísica <strong>de</strong> la pampa<br />

misma. Nuestra tarea, entonces, no es rastrear<br />

una génesis ni perfilar un impulso histórico<br />

evolutivo, sino iluminar una presencia –o una<br />

ausencia-, una intención humana; al ver al<br />

trasluz un ser, vale <strong>de</strong>cir un a<strong>de</strong>mán ontológico<br />

con sus raíces telúricas y espirituales, si las<br />

tiene, consignando a su órbita peculiar y con<br />

su posible proyección temporal. <strong>El</strong> ser <strong>de</strong>l<br />

hombre es un complicado e impon<strong>de</strong>rable<br />

dinamismo, iluminado por el espíritu y disparado<br />

sobre las dimensiones contingentes <strong>de</strong>l<br />

cosmos histórico en pos <strong>de</strong> la plenitud <strong>de</strong> sí<br />

mismo y <strong>de</strong> un rumbo y una labor que cumplir<br />

más allá <strong>de</strong> sí mismo. En su irradiación esencial,<br />

en su voluntad <strong>de</strong> trascen<strong>de</strong>ncia es una<br />

flecha que se afana por un blanco remoto, pero<br />

cuya vida y tarea es un movimiento mismo, la<br />

tensión <strong>de</strong> su vuelo, su intención nunca dormida.<br />

¿En qué dirección vibra, qué tarea se ha<br />

impuesto y qué meta busca el hombre pampeano?<br />

Cualesquiera sean los modos en que su<br />

existir se concreta o aspira a expresarse, cabe<br />

siempre <strong>de</strong>terminar analíticamente su carácter<br />

y su esencia, precisar, <strong>de</strong> manera aproximada,<br />

la actualidad inmanente <strong>de</strong> su ser. Con esto<br />

está dicho que nuestro problema es poner al<br />

<strong>de</strong>scubierto la estructura esencial y las posibilida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong>l hombre argentino.<br />

Sobre este tema, los intelectuales extranjeros<br />

que nos visitaron, rozándolo epidérmicamente,<br />

nos han obsequiado algunas bouta<strong>de</strong>s, se<br />

les diluyó la agu<strong>de</strong>za y acierto en la esencia<br />

virgen y esquiva <strong>de</strong> la pampa, que quedó<br />

intacta, in<strong>de</strong>finida, insospechada. Para nosotros,<br />

argentinos, este problema no es algo susceptible<br />

<strong>de</strong> “puntos <strong>de</strong> vista” teóricos y estrictamente<br />

“objetivos”, sino una <strong>de</strong>sazón que nos<br />

punza y angustia. Mas aún que un problema<br />

inquietante, es una incisión abierta en nuestro<br />

<strong>de</strong>stino en ciernes, el que se siente y se sabe<br />

vacilante en la encrucijada <strong>de</strong> las posibilida<strong>de</strong>s<br />

y la <strong>de</strong>cisión; es una acuciosa oportunidad<br />

existencial, <strong>de</strong> la que, según cómo la afrontemos<br />

y absolvamos, <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> el rumbo <strong>de</strong> nuestras<br />

realizaciones y <strong>de</strong> todos nuestros contenidos<br />

vitales, como asimismo el <strong>de</strong> las expresiones<br />

culturales propias <strong>de</strong> nuestra humanidad<br />

histórica, en trance <strong>de</strong> accesión a la universalidad.<br />

Proponerse ya el problema tiene, pues, para<br />

nosotros, un sentido <strong>de</strong> urgencia solícita con<br />

respecto a nuestro propio ser y a nuestro porvenir<br />

existencial y vital. Es, en un dramático<br />

esfuerzo por recogernos <strong>de</strong> la dispersión, afanarse,<br />

en la pampa inmensa, por una ciuda<strong>de</strong>la<br />

espiritual en que fortificar una esperanza<br />

contra el asedio <strong>de</strong> la <strong>de</strong>solación cósmica, contra<br />

la presión <strong>de</strong>l témpano <strong>de</strong> la soledad telúrica;<br />

es sobreponiéndonos a nuestro dolor <strong>de</strong><br />

náufragos, <strong>de</strong>cidirse a bracear en este mar<br />

monótono y melancólico para alcanzar la tierra<br />

firme <strong>de</strong> una certidumbre salvadora, el bathos<br />

profundo en que hundir y estabilizar raíces.<br />

Si la existencia pampeana es sólo una sombra<br />

errante en la extensión inhóspita tratemos <strong>de</strong><br />

iluminarla un momento para sorpren<strong>de</strong>r su<br />

borrosa trama, su escurridiza inestabilidad.<br />

Detengámonos –prófugos presurosos- para oír<br />

cómo, en la pampa, el eco <strong>de</strong> los pasos se<br />

apaga; para percibir, siquiera una vez, cómo<br />

un viento –el viento- borra sus huellas. Hemos<br />

<strong>de</strong> retomar en el camino sin hitos un punto <strong>de</strong><br />

partida. Este esfuerza no es pugnar por orígenes,<br />

siempre discutibles, sino ahondamiento<br />

en el presente <strong>de</strong> un ser, intuición <strong>de</strong> una<br />

esencia inestable y fluctuante para po<strong>de</strong>r<br />

seguirlo con la esperanza y <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong><br />

apresarlo en alguno <strong>de</strong> los avatares <strong>de</strong> su<br />

radical dispersión.<br />

Cont. pág. 6


Viene <strong>de</strong> pág 5<br />

Entendamos que la pampa no es exclusivamente el<br />

medio físico, sino incluso ya una <strong>de</strong>finida modalidad<br />

o estructura existencial <strong>de</strong>l hombre argentino; vale<br />

<strong>de</strong>cir, que es también pampa espiritual. <strong>El</strong>la es plano<br />

horizontal sobre el que se proyecta y dispersa su ser,<br />

impreciso y en <strong>de</strong>serción. Si Tales <strong>de</strong> Mileto, al formular<br />

su cosmología, pudo sentenciar que, en cuanto<br />

a la realidad, el hombre no es nada y el agua lo es<br />

todo (“no es el hombre, sino el agua la realidad <strong>de</strong><br />

las cosas”), nosotros, inmersos en la extensión, que<br />

adquiere el rango <strong>de</strong> un elemento cósmico primordial,<br />

po<strong>de</strong>mos afirmar que no es nuestro hombre,<br />

sino la pampa, la esencia <strong>de</strong> la realidad, <strong>de</strong> su realidad<br />

misma. Efectivamente, en la pampa el hombre<br />

no es nada, o mejor, es una nada y aquélla lo es todo,<br />

es <strong>de</strong>cir es un todo que totaliza la dispersión y na<strong>de</strong>ría<br />

<strong>de</strong> un ser, diluido en ese todo sin partes, absorbido<br />

por él. La intención espiritual, el a<strong>de</strong>mán ontológico<br />

<strong>de</strong>l hombre pampeano, no acaba nunca <strong>de</strong> trascen<strong>de</strong>r<br />

el enorme ente o cosa cósmica que es la<br />

pampa. Ésta, infinita y <strong>de</strong>solada, es la ausencia <strong>de</strong><br />

las cosas familiares, <strong>de</strong> las circunstancias habituales<br />

que, <strong>de</strong> acuerdo a los implícitos propósitos e intenciones<br />

finalistas <strong>de</strong> la existencia humana, <strong>de</strong>finen un<br />

mundo circundante, concretan un paisaje viviente y<br />

con sentido humano, o sea un contorno humanizado.<br />

La pampa es el plano espiritual sobre el que se <strong>de</strong>sperdiga<br />

y diluye nuestro peculiar existir. Como consecuencia<br />

<strong>de</strong> esta dispersión radical, inva<strong>de</strong> a la existencia<br />

pampeana la melancolía, que es asimismo un<br />

plano horizontal recorrido –en fuga- por un puro<br />

<strong>de</strong>vaneo imaginativo, divagar que, no obstante haber<br />

sedimentado más <strong>de</strong> una vez en magníficas expresiones<br />

literarias, no tropieza con ningún “cosmos” y<br />

menos ha sido capaz <strong>de</strong> estructurar uno. Carecemos,<br />

pues, <strong>de</strong> Weltanschauung, y esto es ya muy sintomático.<br />

Aristóteles hace arrancar a la melancolía el<br />

impulso que nos lleva a la metafísica. <strong>El</strong> hombre<br />

pampeano, en su constante e inacabable <strong>de</strong>slizarse<br />

sobre el plano <strong>de</strong> la melancolía es, en un sentido particular,<br />

un metafísico <strong>de</strong> su propio <strong>de</strong>stino, lo que<br />

ciertamente no quiere significar que se dé en él la<br />

vocación que <strong>de</strong>fine el carácter <strong>de</strong>l espíritu metafísico.<br />

No llega a la metafísica porque no acaba nunca<br />

<strong>de</strong> recorrer su dilatada melancolía. Él está siempre<br />

más allá <strong>de</strong> su vida, la que disparada hacia horizontes<br />

inciertos y movibles que apenas velan un fondo<br />

inmutable –la pampa-, se diluye y quiebra en mirajes<br />

lejanos. Es tal el hechizo <strong>de</strong> la lejanía, el esfumarse<br />

<strong>de</strong> todo límite ejerce sobre él, que su ser, en<br />

un dramático y fallido a<strong>de</strong>mán <strong>de</strong> trascen<strong>de</strong>ncia, es<br />

un proyectarse hacia un horizonte que constante-<br />

<strong>El</strong> <strong>Corredor</strong> <strong>Mediterráneo</strong> / Página 6<br />

mente se ahonda y dilata, sin que este ser tenga posibilidad<br />

alguna <strong>de</strong> retomarse, <strong>de</strong> estabilizarse en su<br />

peculiar tesitura ontológica, en la natural gravitación<br />

<strong>de</strong> su esencia. Es el drama existencial –ya traspuesto,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, al plano <strong>de</strong> la conciencia intelectual<strong>de</strong>l<br />

hombre anonadado por la extensión ilimitada y<br />

entregado sin rescate a una radical soledad telúrica.<br />

Sobre la pampa infinita –invitación a huir <strong>de</strong> sí<br />

mismo, a trashumar sin rumbo, al azar-, el hombre<br />

argentino, bloqueado por la soledad, presa <strong>de</strong>l aburrimiento,<br />

diluido en la melancolía, es, ni más ni<br />

menos, otro átomo pronto a <strong>de</strong>splazarse y disiparse<br />

en el pampero, vehículo veloz para su <strong>de</strong>serción fundamental.<br />

De aquí que él sea una existencia extrañada<br />

<strong>de</strong> sí misma, ausente, extravertida en la extensión,<br />

i<strong>de</strong>ntificada con la monotonía <strong>de</strong> la llanura y con la<br />

inestabilidad <strong>de</strong> sus elementos.<br />

<strong>El</strong> hombre, por la estructura esencial <strong>de</strong> su existir, es<br />

primariamente un ser distante, excéntrico, es <strong>de</strong>cir<br />

que, para él, el ser <strong>de</strong> su existencia es lo mas lejano,<br />

al contrario <strong>de</strong> su vida psico-física, que es lo más<br />

próximo e inmediato. En esto consiste la viviente<br />

paradoja existencial que es el hombre, lo que lo<br />

<strong>de</strong>fine <strong>de</strong> modo esencial, su ser, es para él lo más<br />

remoto con relación a las cosas circundantes e inclusive<br />

a su persona física. Así, la revelación y posesión<br />

<strong>de</strong> su existencia sólo las adquiere por retorno, por un<br />

retomar o asir su ser <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ese alejamiento ontológico.<br />

<strong>El</strong> hombre <strong>de</strong> la pampa –y esto ya nos dice que<br />

posee una forma privativa <strong>de</strong> existencia que espera<br />

elucidación- es constitutivamente un ser <strong>de</strong> la lejanía,<br />

vale <strong>de</strong>cir que es doblemente excéntrico, pero<br />

cuyo existir no pue<strong>de</strong> recuperarse por retorno, recogerse<br />

en su propio e inmanente impulso. A él no le<br />

ha sido dable centrarse en su peculiar existencia y<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> esta establecer y señorear un equilibrio con su<br />

contorno físico y humano. Todo su ser es una sombra<br />

en fuga y dispersión sobre su total melancolía,<br />

correlato espiritual (ontológico) <strong>de</strong> la infinitud<br />

monocor<strong>de</strong> <strong>de</strong> la extensión. Ontológicamente, la<br />

melancolía es aquí una inercia totalizadora. Totaliza<br />

la sombra <strong>de</strong> un ser sin <strong>de</strong>jarnos entrever la imagen<br />

inestable y oscilante que la proyecta sobre la reiterada<br />

y total monotonía <strong>de</strong> la pampa. De aquí que la<br />

existencia pampeana no haya podido aferrar la posibilidad<br />

<strong>de</strong> retomarse <strong>de</strong> esta fantasmática proyección<br />

<strong>de</strong> su ser, <strong>de</strong> afirmarse y concentrarse en un<br />

nódulo trascen<strong>de</strong>nte y creador. Disparada casi automáticamente<br />

al limbo <strong>de</strong> lo remoto y borroso, ignora<br />

todavía sus potencias en ciernes, la lumbre acogedora<br />

<strong>de</strong> los caminos que pue<strong>de</strong>n conducirla a la plenitud<br />

<strong>de</strong> sí misma.<br />

RÍO CUARTO<br />

LOS GUARDIANES<br />

DE LA LIBERTAD<br />

<strong>de</strong> Noam Chomsky<br />

& Edward S. Herman<br />

LIC. ROMINA S. BADA<br />

Universidad<br />

Nacional<br />

<strong>de</strong> <strong>Río</strong> <strong>Cuarto</strong>


Para comenzar<br />

Dada a la estructuración <strong>de</strong> este libro y a las firmes<br />

intenciones <strong>de</strong> los autores <strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrar la injusta y errónea utilización<br />

<strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación en favor <strong>de</strong> intereses<br />

ajenos (bien sean estos políticos, económicos o i<strong>de</strong>ológicos)<br />

sobre la verda<strong>de</strong>ra finalidad <strong>de</strong> los medios que no es otra cosa<br />

más que informar verazmente sobre el acontecer sin sujeción a<br />

otros intereses que la verdad y el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l público a estar<br />

informado, llevaré este análisis basándome en el espíritu que<br />

motivó la creación <strong>de</strong> dicho estudio: los diferentes intereses<br />

externos, ajenos a la labor comunicativa que amenazan la<br />

transparencia y honra<strong>de</strong>z informativa que necesariamente <strong>de</strong>be<br />

haber en los medios <strong>de</strong> comunicación dignos.<br />

Lo primero que Chomsky y Herman postulan es la total<br />

in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación <strong>de</strong> cualquier<br />

interés privado o estatal, económico o político ajeno a la esencia<br />

<strong>de</strong>mocrática que inspira el periodismo como disciplina. De<br />

allí dicen... la obligación <strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrir la verdad e informar <strong>de</strong><br />

ella, y no reflejar pura y simplemente la percepción <strong>de</strong>l mundo<br />

que <strong>de</strong>searían los grupos <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r.<br />

Chomsky cree que los medios no siempre han estado al<br />

servicio <strong>de</strong> la verdad sino al <strong>de</strong> intereses especiales que dominan<br />

la actividad estatal y privada. Si en Los medios globales<br />

<strong>de</strong> Herman y McChesney se <strong>de</strong>nunciaba la falta <strong>de</strong> transparencia<br />

y el servicio <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación corporativos<br />

globales a unos intereses económicos poco favorecedores para<br />

el sector público, cuando no excluyentes, en este trabajo <strong>de</strong><br />

Chomsky se dan los datos correctos y precisos <strong>de</strong> cómo los<br />

medios <strong>de</strong> comunicación estadouni<strong>de</strong>nses han servido muchas<br />

veces a intereses poco claros y faltos <strong>de</strong> transparencia (esta vez<br />

gubernamentales) y cómo adolecen <strong>de</strong>l rigor y la objetividad<br />

necesarias para ser consi<strong>de</strong>rados unos medios <strong>de</strong> comunicación<br />

dignos e in<strong>de</strong>pendientes.<br />

Para ello, Chomsky y Herman acusan a los medios <strong>de</strong><br />

seleccionar las noticias sobre la base <strong>de</strong> criterios valorativos<br />

<strong>de</strong>terminados por aquellos que ostentan el po<strong>de</strong>r, <strong>de</strong> realizar<br />

activida<strong>de</strong>s propagandísticas <strong>de</strong> éste <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los contenidos <strong>de</strong>l<br />

mismo medio y <strong>de</strong> refugiarse muchas veces en un autocontrol<br />

exacerbado que lleva a la censura <strong>de</strong>l periodista que trabaja en<br />

dicho medio.<br />

<strong>El</strong> <strong>Corredor</strong> <strong>Mediterráneo</strong> / Página 7<br />

Describirán esta situación <strong>de</strong> los medios como “sistema<br />

<strong>de</strong> mercado dirigido”, don<strong>de</strong> los intereses <strong>de</strong>l gobierno y su<br />

potestad para establecer qué cosas tienen cabida y qué cosas no<br />

en la edición diaria así como la exclusión <strong>de</strong>liberada <strong>de</strong> la luz<br />

pública <strong>de</strong> hechos inconvenientes provocan injusticias informativas<br />

claramente reconocibles en casos como el <strong>de</strong> la Guerra<br />

<strong>de</strong> <strong>El</strong> Salvador, Nicaragua o Guatemala propiciados por la existencia<br />

anterior <strong>de</strong> campañas propagandísticas a favor <strong>de</strong>l<br />

gobierno <strong>de</strong> los Estados Unidos.<br />

<strong>El</strong> mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> propaganda <strong>de</strong> los medios<br />

Los medios <strong>de</strong> comunicación <strong>de</strong> masas muchas veces<br />

obe<strong>de</strong>cen a requerimientos políticos <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n social que intentan,<br />

mediante la propaganda <strong>de</strong> los contenidos <strong>de</strong> la prensa, la<br />

radio o la televisión, mantener vivos en los individuos <strong>de</strong>terminados<br />

valores, creencias y códigos <strong>de</strong> conducta que permitan<br />

la perpetuación <strong>de</strong> ese or<strong>de</strong>n a la vez que ayu<strong>de</strong>n a su integración<br />

en las diversas estructuras institucionales.<br />

Cuando los medios obe<strong>de</strong>cen a gobiernos totalitarios o<br />

meramente burocráticos don<strong>de</strong> el control monopolístico sobre<br />

éstos hace florecer la censura oficial, la manipulación <strong>de</strong> la<br />

información es fácil <strong>de</strong> reconocer. Sin embargo, reflexionan<br />

Herman y Chomsky… cuando los medios <strong>de</strong> comunicación<br />

son privados y no existe censura formal la actuación <strong>de</strong> un sistema<br />

propagandístico sobre los medios <strong>de</strong> comunicación es<br />

mucho más difícil <strong>de</strong> reconocer, tanto más si ese gobierno que<br />

los sustenta es el objetivo principal <strong>de</strong> sus ataques y los<br />

medios… se autocalifican enérgicamente <strong>de</strong> portavoces <strong>de</strong> la<br />

libertad <strong>de</strong> expresión y <strong>de</strong> los intereses generales <strong>de</strong> la comunidad.<br />

En cuento a los elementos que integrarían este mo<strong>de</strong>lo<br />

<strong>de</strong> propaganda llevado a cabo por los medios, ambos autores<br />

mencionan los siguientes:<br />

(1) La concentración <strong>de</strong> propiedad <strong>de</strong>l propietario <strong>de</strong>l medio y<br />

los intereses económicos <strong>de</strong> las empresas dominantes <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong>l ámbito <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación.<br />

(2) La publicidad como principal fuente <strong>de</strong> ingresos <strong>de</strong> estos<br />

medios, pues gracias a su inversión el medio se pue<strong>de</strong> permitir<br />

cierta bonanza económica que asegure su continuidad.<br />

(3) La <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia informativa <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong>l suministro<br />

institucional <strong>de</strong> datos avalados por el gobierno, empresas,<br />

expertos u otros agentes <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r. Los medios mantienen una<br />

relación <strong>de</strong> mutuo interés con las fuentes <strong>de</strong> información <strong>de</strong>l<br />

establishment porque ambas se benefician <strong>de</strong> esta actividad.<br />

(4) Las distintas “contramedidas” para castigar y/o disciplinar<br />

a los medios <strong>de</strong> comunicación que nos ocupan.<br />

(5) <strong>El</strong> anticomunismo como motor i<strong>de</strong>ológico principal <strong>de</strong><br />

dicho sistema propagandístico.<br />

Cada uno <strong>de</strong> estos elementos actúan como “filtro” por el<br />

que cada noticia ha <strong>de</strong> pasar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su recepción en la redacción<br />

hasta su posterior publicación o locución en el medio; a veces,<br />

la utilización <strong>de</strong> estos filtros es tan natural que el redactor cree<br />

sinceramente estar realizando su trabajo con el rigor y la objetividad<br />

necesaria sin darse cuenta <strong>de</strong> que su criterio sobre la<br />

selección <strong>de</strong> noticias ya está sesgado por intereses ajenos a los<br />

<strong>de</strong> la información.<br />

Estos cinco elementos reducen la gama <strong>de</strong> noticias<br />

seleccionadas y limitan consi<strong>de</strong>rablemente las noticias que<br />

provienen <strong>de</strong> fuera <strong>de</strong>l establishment y que, al no tener la<br />

garantía <strong>de</strong> información oficial, pue<strong>de</strong>n ser atribuidas a disi<strong>de</strong>ntes,<br />

comunistas u opositores <strong>de</strong> la ten<strong>de</strong>ncia oficial partiendo<br />

así con una clara <strong>de</strong>sventaja tanto en cuestiones económicas<br />

como i<strong>de</strong>ológicas que las <strong>de</strong>sproveen <strong>de</strong> la credibilidad suficiente<br />

para pasar la criba <strong>de</strong> los medios.<br />

De esta forma la realidad y las informaciones se dicotomizan<br />

en función <strong>de</strong> las campañas <strong>de</strong> propaganda y <strong>de</strong>scrédito<br />

iniciadas por el gobierno o por otra empresa <strong>de</strong> comunicación<br />

hacia otro gobierno u otro medio. Casos como el <strong>de</strong> la campaña<br />

gubernamental estadouni<strong>de</strong>nse contra el gobierno <strong>de</strong><br />

Nicaragua o el iniciado por el Rea<strong>de</strong>r´s Digest junto con la<br />

ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> televisión NBC y el prestigioso New York Times para<br />

publicitar los crímenes <strong>de</strong> Pol Pot y el presunto complot soviético<br />

para asesinar a Karol Woijtila ilustran este capítulo.<br />

A veces, incluso se emprendían campañas <strong>de</strong> propaganda<br />

y <strong>de</strong>scrédito por parte <strong>de</strong> la unión entre gobierno y medio.<br />

Dado que todas ellas precisan la infraestructura y credibilidad<br />

<strong>de</strong> los medios no parece muy complicado suponer a qué<br />

intereses prioritarios obe<strong>de</strong>cían dichas campañas, pues casi<br />

todas eran <strong>de</strong> una única dirección, sin embargo, el compli-<br />

cado y bien urdido sistema <strong>de</strong> filtros establecido en la pren-<br />

sa estadouni<strong>de</strong>nse permitía el total anonimato <strong>de</strong> los verda<strong>de</strong>ros<br />

intereses que las motivaban.<br />

Cont. pág. 8


Viene <strong>de</strong> pág 7<br />

LOS GUARDIANES<br />

DE LA LIBERTAD<br />

<strong>Municipalidad</strong> <strong>de</strong> la<br />

Ciudad <strong>de</strong> <strong>Río</strong> <strong>Cuarto</strong>.<br />

Subsecretaría <strong>de</strong> Cultura.<br />

Constitución 945 PA<br />

tel.0358 - 4671206/207<br />

myrname<strong>de</strong>ot@arnet.com.ar<br />

La utilización <strong>de</strong> campañas propagandísticas<br />

en los medios es apreciable claramente<br />

por factores tan consustanciales al<br />

periodismo como la calidad, el tono, la elección<br />

<strong>de</strong>l estilo literario, el emplazamiento <strong>de</strong><br />

la noticia o incluso el tamaño <strong>de</strong>l titular <strong>de</strong><br />

unas informaciones u otras. Esta dicotomización<br />

no se realizó <strong>de</strong> una forma aislada, más<br />

bien todo lo contrario, <strong>de</strong> una manera sistemática<br />

para favorecer no sólo los intereses<br />

comerciales o publicitarios <strong>de</strong> según qué<br />

anunciante sino para servir fines políticos que<br />

no siempre se basaban en la honesta salvaguarda<br />

<strong>de</strong> los valores <strong>de</strong>mocráticos.<br />

Los casos <strong>de</strong> las víctimas dignas e indignas<br />

<strong>de</strong> Estados Unidos<br />

Las informaciones motivadas por víctimas<br />

dignas o indignas, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l contexto<br />

<strong>de</strong> propaganda encubierta en los medios, son<br />

reconocibles a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> por otros factores<br />

como por su diferencia <strong>de</strong> calidad. En este<br />

sentido dicen ellos… esta diferencia <strong>de</strong> trato queda patente en<br />

el alcance y el carácter <strong>de</strong> la atención e indignación que reflejan<br />

las informaciones.<br />

Los autores <strong>de</strong>tallan los casos <strong>de</strong> numerosas víctimas<br />

dignas en contraposición con otras indignas que los medios<br />

reflejaron durante este período especialmente tenso <strong>de</strong> Guerra<br />

Fría. A saber mencionan:<br />

Jerzy Popieluszko: un sacerdote polaco asesinado por la policía<br />

<strong>de</strong> su país, fue consi<strong>de</strong>rado víctima digna <strong>de</strong> atención por los<br />

estadouni<strong>de</strong>nses <strong>de</strong>bido a las continuas fricciones entre los<br />

Estados Unidos y la esfera comunista soviética (en la cual se<br />

inscribía también Polonia) en contraposición con otras cien víctimas<br />

religiosas estadouni<strong>de</strong>nses asesinadas en América Latina<br />

a las que no se les prestó ninguna atención especial. La sobredimensión<br />

<strong>de</strong>l asesinato <strong>de</strong> Popieluszko vino <strong>de</strong>terminada quizás<br />

por dos factores: (1) la víctima había sido asesinada por<br />

fuerzas enemigas y (2) se trataba <strong>de</strong> un juicio a los asesinos<br />

sobre el cual los periodistas americanos podían informar con<br />

total libertad.<br />

En este caso, como en muchos otros, se apreciaron<br />

varios rasgos i<strong>de</strong>ntificativos y diferenciadores en el tratamiento<br />

<strong>de</strong> la noticia consistentes en:<br />

(1) La amplitud y reiteración <strong>de</strong> los <strong>de</strong>talles <strong>de</strong>l asesinato. Con<br />

esto se hace referencia a la exuberancia <strong>de</strong> <strong>de</strong>talles innecesarios<br />

que se repetían constantemente sin la menor necesidad para<br />

acrecentar la sensación <strong>de</strong> injusticia.<br />

(2) <strong>El</strong> énfasis en la indignación, la conmoción y las peticiones<br />

<strong>de</strong> justicia. Básicamente aquí, como consecuencia se logró lo<br />

<strong>de</strong>seado; es <strong>de</strong>cir, se obtuvo el <strong>de</strong>spertar <strong>de</strong> una viva atención<br />

occi<strong>de</strong>ntal que hizo al gobierno polaco adoptar medidas <strong>de</strong>fensivas.<br />

(3) Las conclusiones y el seguimiento <strong>de</strong> la noticia. Con esto se<br />

evi<strong>de</strong>ncia que inclinaron la balanza hacia el represivo sistema<br />

polaco cuando había otros temas <strong>de</strong> actualidad más importantes.<br />

Rutilio Gran<strong>de</strong>: otro sacerdote salvadoreño asesinado en <strong>El</strong><br />

Salvador por la policía <strong>de</strong> su país y fue, junto con otros setenta<br />

y dos asesinados, una víctima indigna <strong>de</strong> la atención <strong>de</strong> los<br />

<strong>Municipalidad</strong> <strong>de</strong> la<br />

Ciudad <strong>de</strong> Villa María<br />

Bv. Sarmiento y San Martín<br />

tel. 0353 4527092<br />

rubenruedi@hotmail.com<br />

<strong>El</strong> <strong>Corredor</strong> <strong>Mediterráneo</strong> / Página 8<br />

medios <strong>de</strong> comunicación estadouni<strong>de</strong>nses que apenas le <strong>de</strong>dicaron<br />

un total <strong>de</strong> ocho artículos en los meses en los que ocurrió<br />

la matanza.<br />

Y quizás el personaje más polémico <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los mencionados<br />

fue Óscar Arnulfo Romero: un arzobispo <strong>de</strong> <strong>El</strong><br />

Salvador asesinado por las fuerzas militares <strong>de</strong>l gobierno represivo<br />

salvadoreño por su oposición abierta al régimen. Fue una<br />

víctima indigna <strong>de</strong> la atención <strong>de</strong> los medios, hasta tal punto<br />

que, en la prensa estadouni<strong>de</strong>nse, se le llamó activista <strong>de</strong>bido a<br />

su oposición a la alianza que el ejército y los oligarcas <strong>de</strong> ese<br />

país iban a realizar con el beneplácito <strong>de</strong> la política exterior<br />

estadouni<strong>de</strong>nse.<br />

<strong>El</strong> caso <strong>de</strong> este arzobispo fue largo y espinoso pero, aunque<br />

hubo medios, nunca se le llegó a aclarar a la opinión pública<br />

quién o quiénes fueron sus verda<strong>de</strong>ros asesinos. Por su parte,<br />

el gobierno estadouni<strong>de</strong>nse, que respaldaba políticamente al<br />

gobierno <strong>de</strong> <strong>El</strong> Salvador, no podía asumir que la violencia <strong>de</strong><br />

sus fuerzas paramilitares era la culpable <strong>de</strong> semejante acción,<br />

pues era la misma violencia que este gobierno utilizaba para<br />

aterrorizar a la población.<br />

Otros casos <strong>de</strong> lo que Herman y Chomsky tipificaron<br />

como víctimas dignas e indignas (en este caso indignas) fueron<br />

las violaciones y asesinatos <strong>de</strong> cuatro religiosas estadouni<strong>de</strong>nses<br />

a manos <strong>de</strong> la Guardia Nacional <strong>de</strong> <strong>El</strong> Salvador, cuya brutal<br />

muerte pasó completamente inadvertida entre los medios<br />

estadouni<strong>de</strong>nses, sin duda, por la misma causa que en el caso<br />

<strong>de</strong>l arzobispo Romero, atendiendo a intereses políticos o militares<br />

que silenciaron la verda<strong>de</strong>ra versión (ni exagerada ni<br />

minimizada) <strong>de</strong> los hechos. En este caso, como el <strong>de</strong>l<br />

Popieluszko, también se evi<strong>de</strong>ncias elementos enfrentados:<br />

(1) La omisión <strong>de</strong> <strong>de</strong>talles en la muerte <strong>de</strong> las religiosas: aquí<br />

los medios estadouni<strong>de</strong>nses se limitaron a relatar la sucesión <strong>de</strong><br />

los “posibles hechos” sin ninguna muestra <strong>de</strong>l patetismo <strong>de</strong>l<br />

que tanto hicieron gala cuando Popieluszko fue asesinado.<br />

(2) La ausencia <strong>de</strong> indignación y <strong>de</strong> las <strong>de</strong>mandas <strong>de</strong> justicia<br />

que, por otra parte, tan insistentes habían sido en el caso <strong>de</strong>l<br />

padre polaco.<br />

(3) La falta <strong>de</strong> entusiasmo por la búsqueda <strong>de</strong> responsabilida<strong>de</strong>s<br />

en las gran<strong>de</strong>s esferas: De hecho, los medios <strong>de</strong> comunicación<br />

ni siquiera se hicieron eco <strong>de</strong> la evi<strong>de</strong>nte conexión entre<br />

los asesinos y el gobierno <strong>de</strong> <strong>El</strong> Salvador, puesto que en aquellos<br />

momentos la política exterior estadouni<strong>de</strong>nse era <strong>de</strong> posiciones<br />

cercanas a la salvadoreña.<br />

Reflexiones Finales<br />

Una vez conocidos algunos <strong>de</strong> los casos informativos en<br />

los que la opinión pública americana se vio claramente manipulada,<br />

me permito establecer algunas conclusiones <strong>de</strong> este<br />

libro incluso teniendo como ejemplos otros casos <strong>de</strong> control<br />

informativo por parte <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r gubernamental en respaldo <strong>de</strong><br />

la política exterior norteamericana como pue<strong>de</strong> ser la tensa<br />

situación política <strong>de</strong> Nicaragua y Guatemala, junto con las guerras<br />

<strong>de</strong> Indochina, Laos y Camboya.<br />

Observo cómo el “propósito social” <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong><br />

comunicación estadouni<strong>de</strong>nses en la aplicación <strong>de</strong> sus mo<strong>de</strong>los<br />

Quienes <strong>de</strong>seen colaborar con esta publicación, pue<strong>de</strong>n enviar sus trabajos, o consultar en las siguientes municipalida<strong>de</strong>s:<br />

Dirección General <strong>de</strong><br />

Cultura y Educación<br />

<strong>de</strong> la Ciudad <strong>de</strong> San Francisco<br />

Av. Hipólito Yrigoyen 21<br />

Tel 03564-439157/8<br />

Secretaría <strong>de</strong> Cultura <strong>de</strong> la<br />

<strong>Municipalidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Río</strong> Tercero<br />

Casa <strong>de</strong> La Cultura Villa <strong>El</strong>isa<br />

Tel.:03571-422150<br />

malvina.furlani@riotercero.gov.ar<br />

<strong>de</strong> propaganda y <strong>de</strong>scrédito fueron la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n económico,<br />

social y político <strong>de</strong> los grupos privilegiados <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r<br />

dominantes <strong>de</strong>l Estado. A través <strong>de</strong> la selección sistemática <strong>de</strong><br />

temas, la distribución <strong>de</strong> intereses, el filtrado <strong>de</strong> informaciones,<br />

el distinto énfasis y tono que se le imprime a una u otra comunicación<br />

y el mantenimiento <strong>de</strong>l <strong>de</strong>bate político <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los<br />

límites razonables, los medios <strong>de</strong> comunicación <strong>de</strong> masas cumplen<br />

el propósito social que sus respectivos po<strong>de</strong>res económicos<br />

y fácticos, en beneficio <strong>de</strong> sus propios intereses y no <strong>de</strong>l<br />

interés público, les hayan previamente marcado.<br />

Herman y Chomsky aducen que esta instrumentalización<br />

<strong>de</strong> los medios para lograr fines propios, o cuanto menos<br />

parciales, alejados <strong>de</strong>l bien social se dio con una total subordinación<br />

<strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación (los supuestamente<br />

encargados <strong>de</strong> vigilar el proceso político) incluso en aquellos<br />

casos en los que la administración y los sectores más conservadores<br />

reprendieron a la prensa por su exuberante <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia<br />

y <strong>de</strong>safío a la autoridad como fue el caso sobre el Watergate o<br />

en la fase final <strong>de</strong> la guerra <strong>de</strong>l Vietnam.<br />

La falta <strong>de</strong> celo investigador e interés, el conformismo y<br />

comodidad <strong>de</strong> los medios y sus periodistas que preferían<br />

muchas veces callar antes que <strong>de</strong>nunciar la verda<strong>de</strong>ra naturaleza<br />

<strong>de</strong> las informaciones por no buscarse problemas han ayudado<br />

a que, <strong>de</strong> forma regular, se cometieran violaciones sistemáticas<br />

<strong>de</strong> las leyes constitucionales <strong>de</strong>l país así como una perversión<br />

<strong>de</strong>plorable <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación social cuyos<br />

servicios fueron utilizados para la salvaguarda y consecución<br />

<strong>de</strong> bienes económicos privados <strong>de</strong> las élites y en ningún caso<br />

como servicio público a la sociedad.<br />

A diferencia <strong>de</strong> los sistemas <strong>de</strong> medios <strong>de</strong> los Estados<br />

totalitarios <strong>de</strong> la Guerra Fría, duramente represivos y con gran<strong>de</strong>s<br />

dosis <strong>de</strong> censura, los medios <strong>de</strong> comunicación norteamericanos<br />

permitían y fomentaban el <strong>de</strong>bate público, la discrepancia<br />

e incluso la disi<strong>de</strong>ncia siempre que ésta se mantuviera <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong> unos límites. Precisamente los mismos límites que constituían<br />

la base <strong>de</strong> consenso <strong>de</strong> la élite que dominaba la información.<br />

Cuando los gobiernos presionan a los medios <strong>de</strong> comunicación<br />

para ocultar datos y hechos relevantes para la actualidad<br />

política al público receptor <strong>de</strong> un Estado se aseguran la nodiscrepancia<br />

<strong>de</strong> los hechos, lógicamente, y a<strong>de</strong>más la imposibilidad<br />

<strong>de</strong> que los medios o el público ejerzan ningún tipo <strong>de</strong> ejercicio<br />

soberano al intentar participar en el proceso político <strong>de</strong> su<br />

país a través <strong>de</strong> las instituciones públicas.<br />

Personalmente y para finalizar consi<strong>de</strong>ro que el mal uso<br />

<strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación, bien sea bajo el <strong>de</strong>signio <strong>de</strong><br />

intereses políticos, económicos o mediáticos, es una <strong>de</strong> las peores<br />

perversiones que pue<strong>de</strong>n darse en el seno <strong>de</strong> una sociedad<br />

<strong>de</strong>mocrática. Los distintos estadíos <strong>de</strong> la Historia nos <strong>de</strong>muestran<br />

cómo la lucha por el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación<br />

social es una <strong>de</strong> las más arraigadas entre los gobiernos capitalistas<br />

y <strong>de</strong> tinte conservador, don<strong>de</strong> se benefician los intereses<br />

<strong>de</strong> clase en perjuicio <strong>de</strong>l beneficio público o común <strong>de</strong> la sociedad<br />

y, aún encima, se preten<strong>de</strong> que parezca precisamente lo<br />

contrario.<br />

Bibliografía<br />

Chomsky, N. y Edward S. Herman (2001),<br />

Los Guardianes <strong>de</strong> la Libertad, Ed. Crítica, Barcelona.<br />

Herman, Ed. S. y Robert McChesney (1999),<br />

Los medios globales. Los nuevos misioneros <strong>de</strong>l capitalismo<br />

corporativo, Ed. Cátedra, Madrid.<br />

Equipo Editorial<br />

Myrna Me<strong>de</strong>ot, Diego Formía,<br />

Normand Argarate, Virginia Otero,<br />

Analía Maschio.<br />

Diseño: Ana Lía Alonso<br />

Fotos: Susana Menossi

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