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punt <strong>de</strong> <strong>libro</strong><br />

¿Se impondrá en 2010<br />

el <strong>libro</strong> electrónico?<br />

Marzo 2010<br />

Nº 10 - Año III<br />

ol


2<br />

punto <strong>de</strong> <strong>libro</strong><br />

Marzo, 2010<br />

Año III<br />

Nº 10<br />

Web: http://www.punto<strong>de</strong><strong>libro</strong>.es<br />

Blog: http://blog.punto<strong>de</strong><strong>libro</strong>.es<br />

Fnazine<br />

¿Fanzine sobre literatura o fanzine literario?<br />

Lo que nos motivó, hace ya casi dos años, a i<strong>de</strong>ar este fanzine fue nuestra<br />

afición por la lectura, afición que <strong>de</strong>seábamos compartir con cuantos lectores<br />

tuvieran a bien seguirnos. I<strong>de</strong>amos <strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong> como un pequeño<br />

fanzine sobre literatura en el que pudiésemos comentar un puñado <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s<br />

cada dos meses. Pero <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el primer número incluimos, también, un relato<br />

en cada ejemplar, <strong>de</strong> manera que nuestros lectores pudiesen, no sólo<br />

leer nuestra opinión personal sobre algunas obras literarias, sino disfrutar<br />

directamente <strong>de</strong> una lectura breve pero <strong>de</strong> calidad. Nuestra premisa ha sido<br />

siempre ofrecer una lectura <strong>de</strong> un autor consagrado y, sobre todo, presentaros<br />

el relato o cuento tal cual fue escrito, sin realizar ninguna reseña o<br />

crítica sobre él.<br />

Después <strong>de</strong> diez números, hemos dado un paso que habíamos meditado -y<br />

aplazado- largamente. En este número os ofrecemos, por primera vez, un<br />

relato original <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> nuestros lectores. Con ello no sólo aumentamos los<br />

contenidos puramente literarios, sino que abrimos las puertas a la participación<br />

plena <strong>de</strong> nuestros seguidores. Des<strong>de</strong> ahora, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> leer nuestros<br />

contenidos, también podréis confeccionar parte <strong>de</strong> ellos.<br />

No se nos escapa el cambio profundo que a la larga pue<strong>de</strong> representar<br />

este hecho para <strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong>. De ser un fanzine sobre literatura, podría<br />

pasar en poco tiempo en convertirse en una revista literaria. Para ello <strong>de</strong>berán<br />

cumplirse algunas premisas. La primera, por supuesto, será vuestra<br />

participación, con la cual ya contamos. Recibimos mucho material inédito<br />

escrito por lectores y suscriptores <strong>de</strong> nuestro fanzine, y os animamos a que<br />

sigáis enviándolo. Los que ya lo han hecho, saben que nuestra respuesta<br />

suele retrasarse varios meses, <strong>de</strong>bido a la cantidad <strong>de</strong> obras que <strong>de</strong>bemos<br />

leer, pero volvemos a insistir en que siempre respon<strong>de</strong>mos, en un sentido<br />

u otro.<br />

La segunda premisa es que los trabajos que recibamos tengan la suficiente<br />

calidad como para ser publicados. Sabemos que no hay nada más subjetivo<br />

que valorar la calidad literaria <strong>de</strong> un relato. No preten<strong>de</strong>mos que el nuestro<br />

sea el criterio más serio y solvente <strong>de</strong>l panorama literario. Es, simplemente,<br />

el nuestro. Por eso queremos insistir públicamente en algo que ya hemos<br />

dicho personalmente a aquellos que nos han enviado trabajos que no hemos<br />

publicado. Que nosotros neguemos la publicación -o la reseña- <strong>de</strong> una<br />

obra, es el resultado <strong>de</strong> la opinión personal <strong>de</strong> unos pocos aficionados a<br />

la lectura. Nada más. Así que no os <strong>de</strong>saniméis y aunque os <strong>de</strong>volvamos<br />

un relato no dudéis en enviarnos otros trabajos siempre que queráis una<br />

oportunidad para que los publiquemos. Así, entre todos, haremos un <strong>Punto</strong><br />

<strong>de</strong> <strong>libro</strong> mejor.<br />

Muchas gracias y hasta el mes <strong>de</strong> mayo.<br />

<strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong>, marzo 2010<br />

Si quieres recibir los próximos números <strong>de</strong> este fanzine<br />

por correo electrónico envíanos un e-mail a:<br />

suscripciones@punto<strong>de</strong><strong>libro</strong>.es<br />

Si quieres opinar, criticar o participar en este fanzine<br />

con algún artículo o relato, envíanos un e-mail a:<br />

lectores@punto<strong>de</strong><strong>libro</strong>.es<br />

Contenido<br />

Tema <strong>de</strong> portada. ¿Se impondrá<br />

en 2010 el <strong>libro</strong> electrónico?<br />

¿Qué es el <strong>libro</strong> electrónico? 3<br />

Sistemas <strong>de</strong> gestión <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos<br />

digitales 4<br />

Lectores electrónicos 5<br />

Los contenidos 6<br />

¿Qué po<strong>de</strong>mos esperar? 6<br />

Hemos leído...<br />

Caín 8<br />

Obsesión 8<br />

La previa muerte <strong>de</strong>l lugarteniente<br />

Aloof 8<br />

Marina 9<br />

El cojo y el loco 9<br />

Yo maldigo el río <strong>de</strong>l tiempo 10<br />

Fantasías animadas 10<br />

Lo que nos espera<br />

En<strong>de</strong>r en el exilio 11<br />

La estrategia <strong>de</strong>l agua 11<br />

El quinto día 11<br />

El tiempo envejece <strong>de</strong>prisa 11<br />

Dime quién soy 11<br />

Mi amigo Stieg Larsson 11<br />

En Internet 12<br />

El relato: La célebre rana<br />

saltarina <strong>de</strong>l distrito <strong>de</strong> Calaveras<br />

(Mark Twain) 13<br />

La página <strong>de</strong>l lector: Fuego en<br />

las venas (Daniel García<br />

Ramírez, “Castorín”) 15<br />

De todo un poco<br />

De mi puño y letra: Tochos 16<br />

Enmendando un error y lamentando<br />

una injusticia 16<br />

l


l<br />

“El progreso consiste en el cambio”, <strong>de</strong>cía<br />

Unamuno. La Humanidad vivió uno <strong>de</strong> sus<br />

cambios más importantes a nivel intelectual<br />

cuando se inventó la imprenta, lo que permitió<br />

difundir conocimiento y cultura <strong>de</strong> una<br />

forma masiva. Aquel cambio supuso que los<br />

<strong>libro</strong>s, hasta entonces objetos raros y valiosísimos<br />

pasaran a ser objetos cotidianos <strong>de</strong> fácil<br />

acceso. Si antes <strong>de</strong> la imprenta obtener un<br />

ejemplar <strong>de</strong> una obra era trabajo <strong>de</strong> copistas,<br />

y podía llevar semanas o meses obtener un<br />

único ejemplar <strong>de</strong> un <strong>libro</strong>, el cambio introducido<br />

por la imprenta permitía producir múltiples<br />

ejemplares con un mínimo esfuerzo.<br />

Es indudable que aquel cambio, que seguramente<br />

en su época llegó a generar intensos<br />

<strong>de</strong>bates y fuertes recelos, trajo consigo un<br />

progreso espectacular <strong>de</strong> prácticamente todas<br />

las ciencias y técnicas, que encontraron en la<br />

imprenta un catalizador que permitía expandir<br />

rápidamente conocimiento, compartir teorías y<br />

universalizar el saber humano.<br />

Durante siglos la lectura ha <strong>de</strong>pendido <strong>de</strong><br />

un único material: el papel. Hasta hace pocos<br />

años, el único formato en que era concebible<br />

publicar material escrito era un puñado <strong>de</strong><br />

hojas <strong>de</strong> papel, encua<strong>de</strong>rnadas o no. Libros<br />

<strong>de</strong> texto, manuales <strong>de</strong> instrucciones, tratados<br />

técnicos, obras literarias, revistas, periódicos...<br />

Todo pasa por imprimir tinta sobre un papel en<br />

blanco. Quienes leen un <strong>libro</strong> sostienen en sus<br />

manos un objeto que se ha convertido para<br />

algunos en algo así como un fetiche. El <strong>libro</strong><br />

no sólo se lee: su tamaño y peso condicionan<br />

su lectura. Su portada nos llama en ocasiones<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la estantería <strong>de</strong> una librería, haciéndonos<br />

reparar en un <strong>libro</strong> que, quizá, habría pasado<br />

<strong>de</strong>sapercibido <strong>de</strong> otra manera. Mientras<br />

leemos sentimos el tacto <strong>de</strong>l papel, percibimos<br />

el olor <strong>de</strong>l <strong>libro</strong>. Así, leer se ha convertido en<br />

un hecho que asociamos profundamente con<br />

un objeto <strong>de</strong>terminado, el <strong>libro</strong>, el objeto físico<br />

hecho <strong>de</strong> papel.<br />

Pero, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace unos años, editoriales,<br />

escritores y medios <strong>de</strong> comunicación nos avisan<br />

<strong>de</strong> que eso va a cambiar. Si bien seguiremos<br />

leyendo, el elemento físico que leeremos<br />

cambiará, nos dicen. El papel va a ser substituido<br />

por la tinta electrónica. El <strong>libro</strong> electrónico<br />

va a llegar, cambiando nuestro concepto<br />

<strong>de</strong> la lectura.<br />

Durante el año 2009 se vivió una euforia por<br />

parte <strong>de</strong> algunos editores. Se aseguraba que<br />

sería el año <strong>de</strong>l <strong>de</strong>spegue <strong>de</strong>finitivo <strong>de</strong>l <strong>libro</strong><br />

electrónico. Algunas <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s editoriales<br />

anunciaron que por primera vez se pondrían a<br />

la venta gran<strong>de</strong>s catálogos <strong>de</strong> obras en castellano,<br />

incluyendo las últimas noveda<strong>de</strong>s.<br />

Pero las predicciones no se cumplieron.<br />

Es cierto que las ventas <strong>de</strong> aparatos lectores<br />

crecieron espectacularmente. Hay que recordar,<br />

sin embargo, que las cifras <strong>de</strong> partida<br />

eran bajísimas, por lo que un aumento por-<br />

Tema <strong>de</strong> portada<br />

Fnazine<br />

centual importante no significa que las ventas<br />

hayan <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> ser testimoniales. Pero más<br />

importante que las ventas <strong>de</strong> aparatos lectores,<br />

es la disponibilidad <strong>de</strong> obras en formato electrónico.<br />

Y aquí es don<strong>de</strong> no se ha producido<br />

en absoluto el esperado cambio. Hoy en día,<br />

a principios <strong>de</strong> 2010, sigue siendo prácticamente<br />

imposible adquirir una novedad editorial<br />

en formato e-book. Se encuentran con cierta<br />

facilidad obras libres <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> autor.<br />

Es fácil leer a Cervantes, Galdós, Quevedo<br />

o Cal<strong>de</strong>rón en formato electrónico. Pero es<br />

muy difícil acce<strong>de</strong>r en ese formato a Pérez-<br />

Reverte, Muñoz Molina, Almu<strong>de</strong>na Gran<strong>de</strong>s o<br />

Isabel Allen<strong>de</strong>.<br />

Los pronósticos para 2009, en general, no<br />

se cumplieron. Pero las mismas editoriales, los<br />

mismos medios <strong>de</strong> comunicación que anunciaron<br />

la eclosión <strong>de</strong>l e-book para el pasado año,<br />

aseguran que se producirá durante el 2010.<br />

¿Será así? ¿Acabaremos el año, la mayoría <strong>de</strong><br />

lectores, con un aparato electrónico en nuestras<br />

manos para leer la última novela <strong>de</strong> Paul<br />

Auster o <strong>de</strong> Ángeles Caso, en lugar <strong>de</strong>l <strong>libro</strong><br />

<strong>de</strong> papel <strong>de</strong> toda la vida?<br />

El <strong>libro</strong> electrónico se irá introduciendo progresivamente<br />

en nuestras vidas, eso parece<br />

indudable. Pero no creemos que lo haga <strong>de</strong><br />

manera explosiva, como un big bang literario<br />

que lo cambie todo <strong>de</strong> la noche a la mañana.<br />

Es posible que durante este año comencemos<br />

a ver <strong>libro</strong>s electrónicos con mayor frecuencia.<br />

Seguro que algunas editoriales comenzarán<br />

a tener catálogos <strong>de</strong> noveda<strong>de</strong>s en formato<br />

electrónico. Pero el proceso parece que será<br />

lento y gradual, mucho más pausado <strong>de</strong> lo<br />

que la industria editorial llegó a anunciar en<br />

algunos momentos.<br />

Nuestra manera <strong>de</strong> leer va a cambiar, <strong>de</strong><br />

eso no parece haber duda. El progreso necesita<br />

<strong>de</strong>l cambio, y en el mundo literario se<br />

avecina un cambio importante. Aún así, no parece<br />

que el <strong>libro</strong> en papel vaya a <strong>de</strong>saparecer<br />

a corto plazo.<br />

Entonces, ¿qué nos espera? ¿Cómo será<br />

leer en un lector <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s electrónicos? ¿Cómo<br />

se obtendrán los <strong>libro</strong>s? ¿A qué precio? ¿Se<br />

podrán prestar? ¿Se podrán tomar prestados<br />

en una biblioteca pública? ¿Cambiarán los<br />

contenidos?<br />

Estas y otras preguntas las intentamos respon<strong>de</strong>r<br />

en este artículo al que hemos <strong>de</strong>dicado<br />

la portada <strong>de</strong> <strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong>. Intentaremos explicar<br />

paso a paso todo lo que hay <strong>de</strong>trás <strong>de</strong><br />

esta tecnología. También preten<strong>de</strong>mos aclarar<br />

algunas confusiones frecuentes, <strong>de</strong>shacer<br />

malentendidos que, seguramente, se han producido<br />

por falta <strong>de</strong> claridad en los medios a<br />

la hora <strong>de</strong> explicar el fenómeno <strong>de</strong>l <strong>libro</strong> electrónico.<br />

Finalmente, y aunque sabemos que<br />

la prospectiva es un ejercicio arriesgado, intentaremos<br />

avanzarnos al futuro y <strong>de</strong>sentrañar<br />

cuáles pue<strong>de</strong>n ser las claves para la <strong>de</strong>finitiva<br />

<strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong>, marzo 2010<br />

¿Se impondrá<br />

en 2010<br />

el <strong>libro</strong><br />

electrónico?<br />

implantación <strong>de</strong>l <strong>libro</strong> electrónico, cuáles serán<br />

los problemas a los que tendrá que enfrentarse<br />

esta tecnología, y cuáles podrían ser las soluciones<br />

para soslayarlos.<br />

Acompañadnos en este interesante viaje<br />

hacia el <strong>libro</strong> electrónico: un viaje que, nos<br />

guste o no, habremos <strong>de</strong> realizar todos los<br />

que tenemos la lectura como una <strong>de</strong> nuestras<br />

pasiones.<br />

El lector electrónico: tan manejable y cómodo como<br />

un <strong>libro</strong> <strong>de</strong> bolsillo.<br />

¿Qué es el <strong>libro</strong> electrónico?<br />

Uno <strong>de</strong> los problemas que nos plantea el<br />

tema <strong>de</strong>l <strong>libro</strong> electrónico afecta a los términos<br />

que utilizamos para referirnos a él. Y es que<br />

cuando hablamos <strong>de</strong> <strong>libro</strong> electrónico <strong>de</strong>bemos<br />

distinguir entre el <strong>libro</strong> como tal, y el aparato<br />

con el que po<strong>de</strong>mos leerlo. Lo explicaremos<br />

con una analogía. Supongamos que vamos a<br />

una tienda <strong>de</strong> discos y compramos el último<br />

CD <strong>de</strong> Joan Manuel Serrat -espléndido trabajo,<br />

por cierto, que rin<strong>de</strong> homenaje a Miguel<br />

Hernán<strong>de</strong>z en el año <strong>de</strong>l centenario <strong>de</strong><br />

su nacimiento-. Lo que contiene el CD son<br />

pistas <strong>de</strong> audio, canciones digitalizadas. Pero<br />

no po<strong>de</strong>mos disfrutar <strong>de</strong> la música que acabamos<br />

<strong>de</strong> adquirir sin un reproductor <strong>de</strong> CDs,<br />

un dispositivo creado precisamente para reproducir<br />

la información sonora que contiene un<br />

CD. En este terreno los términos son claros.<br />

Existen CDs <strong>de</strong> audio que po<strong>de</strong>mos comprar<br />

en cualquier tienda y que contienen la música<br />

<strong>de</strong> nuestros artistas favoritos, y también existen<br />

reproductores <strong>de</strong> CD, imprescindibles para<br />

escuchar esos CDs. Po<strong>de</strong>mos, incluso, utilizar<br />

dispositivos como un or<strong>de</strong>nador o un reproductor<br />

<strong>de</strong> DVD para lograr el mismo objetivo:<br />

reproducir el contenido <strong>de</strong> un CD.<br />

En el mundo <strong>de</strong> la edición electrónica ocurre<br />

algo similar. Existen <strong>libro</strong>s electrónicos, con<br />

obras digitalizadas, y existen también dispositivos<br />

lectores para po<strong>de</strong>r visualizar dichos<br />

<strong>libro</strong>s. Como en el ejemplo musical que hemos<br />

utilizado, es posible incluso utilizar un<br />

or<strong>de</strong>nador, una PDA o un teléfono móvil para<br />

leer un <strong>libro</strong> electrónico. El problema, como<br />

hemos a<strong>de</strong>lantado, estriba muchas veces en<br />

los términos que utilizamos. Si bien la cul-<br />

3


4<br />

tura anglosajona ha resuelto el tema con los<br />

términos e-book (<strong>libro</strong> electrónico) y e-rea<strong>de</strong>r<br />

(dispositivo <strong>de</strong> lectura), en castellano <strong>de</strong>bemos<br />

usar construcciones más complejas a falta <strong>de</strong><br />

unos términos exclusivos. La publicidad, los<br />

comercios y los medios usan la expresión “<strong>libro</strong><br />

electrónico” para referirse, indistintamente,<br />

a la obra editorial publicada electrónicamente<br />

y al aparato lector necesario para leerla. Para<br />

evitar malentendidos, nosotros utilizaremos la<br />

construcción “<strong>libro</strong> electrónico” sólo para referirnos<br />

a obras publicadas en formato digital,<br />

mientras que para hablar <strong>de</strong> los dispositivos<br />

utilizados para su lectura hablaremos <strong>de</strong> “lectores<br />

<strong>de</strong> <strong>libro</strong>s electrónicos”, o simplemente,<br />

“lectores electrónicos”.<br />

Volvamos al ejemplo musical con el que iniciábamos<br />

este apartado. Hablábamos <strong>de</strong>l CD<br />

como el soporte para adquirir música, pero indudablemente<br />

no es el único. Aunque ya estén<br />

casi en <strong>de</strong>suso, las obras musicales pue<strong>de</strong>n<br />

presentarse en otros formatos, como la cinta<br />

<strong>de</strong> cassette o el vinilo. Por otro lado, el propio<br />

CD parece estar quedando arrinconado por el<br />

formato más popular para almacenar audio hoy<br />

en día: el MP3. En lugar <strong>de</strong> <strong>de</strong>splazarnos a<br />

una tienda <strong>de</strong> discos, comprar el CD y buscarle<br />

una ubicación en nuestra estantería, don<strong>de</strong><br />

seguramente se amontonen <strong>de</strong>cenas o cientos<br />

<strong>de</strong> CDs que ocuparán un importante espacio,<br />

po<strong>de</strong>mos conectarnos a Internet cómodamente<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> nuestro hogar, entrar a una <strong>de</strong> las muchas<br />

tiendas <strong>de</strong> música digitales, como iTunes<br />

Store o MSN Music y obtener en pocos<br />

segundos todas las canciones <strong>de</strong>l autor que<br />

nos interesa en formato MP3. En este caso<br />

lo que compramos no es un soporte, un medio<br />

físico como el CD o el vinilo. Simplemente<br />

compramos la información digital, los archivos<br />

MP3 que <strong>de</strong>beremos almacenar en un medio<br />

a<strong>de</strong>cuado <strong>de</strong> nuestra elección: el disco duro<br />

<strong>de</strong> nuestro or<strong>de</strong>nador, una tarjeta <strong>de</strong> memoria,<br />

etc. Es evi<strong>de</strong>nte, también, que <strong>de</strong>pendiendo<br />

<strong>de</strong>l formato en el que adquiramos la obra musical<br />

(CD, vinilo, MP3) necesitaremos aparatos<br />

reproductores diferentes (reproductor <strong>de</strong> CDs,<br />

giradiscos, reproductor <strong>de</strong> MP3). También encontraremos<br />

dispositivos que puedan reproducir<br />

más <strong>de</strong> un formato. Es el caso <strong>de</strong> un or<strong>de</strong>nador<br />

personal, que es capaz <strong>de</strong> reproducir,<br />

entre otros, CDs y archivos MP3.<br />

Pues bien, en el terreno <strong>de</strong> la edición digital<br />

suce<strong>de</strong> algo parecido. A la hora <strong>de</strong> adquirir<br />

un <strong>libro</strong> electrónico, po<strong>de</strong>mos acce<strong>de</strong>r a una<br />

página web que venda este tipo <strong>de</strong> producto,<br />

y <strong>de</strong>scargar un archivo digital que podrá tener<br />

diferentes formatos. Diferentes fabricantes<br />

han <strong>de</strong>sarrollado sus propios formatos, pero<br />

hay algunos estándares ampliamente utilizados<br />

hoy en día, como el <strong>PDF</strong>, el FictionBook<br />

(FB2) o el ePub. Otros formatos que tuvieron<br />

una amplia difusión hace unos años, como el<br />

Lit <strong>de</strong> Microsoft, han quedado ya superados y<br />

prácticamente están en <strong>de</strong>suso. Sea cual sea<br />

su formato, el archivo obtenido <strong>de</strong>berá almacenarse<br />

en un soporte <strong>de</strong> nuestra elección,<br />

como una tarjeta <strong>de</strong> memoria, un disco duro,<br />

o la memoria interna <strong>de</strong> nuestro lector electrónico.<br />

Finalmente necesitaremos un dispositivo<br />

que permita leer <strong>libro</strong>s electrónicos en el formato<br />

que hayamos <strong>de</strong>scargado: un or<strong>de</strong>nador<br />

portátil, un teléfono móvil, un lector <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s<br />

electrónicos...<br />

Es evi<strong>de</strong>nte que la existencia <strong>de</strong> diferentes<br />

formatos y la falta <strong>de</strong> un estándar universal<br />

implica molestias, incompatibilida<strong>de</strong>s y, en <strong>de</strong>finitiva,<br />

potenciales problemas para el usua-<br />

Tema <strong>de</strong> portada<br />

Fnazine<br />

La existencia <strong>de</strong> diferentes formatos no es un problema<br />

cuando el lector electrónico admite una gran<br />

variedad <strong>de</strong> formatos y pue<strong>de</strong>, a<strong>de</strong>más, actualizarse<br />

con facilidad.<br />

rio. No es algo nuevo. Problemas similares se<br />

dieron en su día con los formatos <strong>de</strong> cinta <strong>de</strong><br />

ví<strong>de</strong>o (VHS, Beta, 2000), o más recientemente<br />

con la alta <strong>de</strong>finición (DVD-HD, Blu Ray).<br />

Pero también es cierto que los dispositivos que<br />

se utilizan para leer <strong>libro</strong>s electrónicos evolucionan<br />

día a día, y casi todos admiten la gran<br />

mayoría <strong>de</strong> formatos existentes, <strong>de</strong> manera<br />

que el comprador no tiene que preocuparse<br />

en exceso por el formato en el que adquiere<br />

su <strong>libro</strong> electrónico. A<strong>de</strong>más, muchos lectores<br />

electrónicos son actualizables, y sus fabricantes<br />

ofrecen periódicamente nuevas versiones<br />

<strong>de</strong> los programas que los controlan, <strong>de</strong> manera<br />

que puedan interpretar correctamente los nuevos<br />

formatos <strong>de</strong> <strong>libro</strong> electrónico que puedan<br />

aparecer en un futuro.<br />

Sistemas <strong>de</strong> gestión <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos<br />

digitales<br />

Una <strong>de</strong> las principales preocupaciones <strong>de</strong><br />

los editores cuando se habla <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s electrónicos<br />

es evitar la circulación <strong>de</strong> copias ilegales.<br />

Autores, editores y distribuidores están<br />

escarmentados tras ver el caos que se organizó<br />

en el mundo discográfico con la aparición el<br />

MP3 y la avalancha <strong>de</strong> <strong>de</strong>scargas ilegales que<br />

trajo consigo. Temen, con razón, que el <strong>libro</strong><br />

electrónico aliente la copia indiscriminada <strong>de</strong><br />

las obras, con lo que las pérdidas económicas<br />

serían millonarias. Y es que el hecho <strong>de</strong> que<br />

un <strong>libro</strong> pase <strong>de</strong>l formato tradicional en papel<br />

al formato electrónico, tiene muchas ventajas,<br />

pero también facilita su duplicación ilimitada.<br />

Un <strong>libro</strong> electrónico no es más que un archivo<br />

informático, como un documento <strong>de</strong> Word, una<br />

fotografía digital, o una canción guardada en<br />

formato MP3. Los archivos informáticos pue<strong>de</strong>n<br />

duplicarse en segundos, muy fácilmente y<br />

sin sufrir la más mínima alteración o pérdida<br />

<strong>de</strong> calidad. Alguien dirá que antes <strong>de</strong> la aparición<br />

<strong>de</strong> los formatos digitales la copia también<br />

era posible, y es cierto. Pero era mucho más<br />

costosa y difícil <strong>de</strong> distribuir. Los que tengan<br />

más <strong>de</strong> 30 años recordarán, sin duda, las copias<br />

que podían hacerse en cinta <strong>de</strong> cassette<br />

<strong>de</strong> vinilos y otros cassettes. Se necesitaba<br />

un reproductor, un grabador, y mucho tiempo.<br />

A<strong>de</strong>más, el resultado nunca era igual que el<br />

original. El nivel <strong>de</strong> ruido aumentaba con cada<br />

copia y la fi<strong>de</strong>lidad disminuía. Con los <strong>libro</strong>s<br />

suce<strong>de</strong> otro tanto. Un <strong>libro</strong> en papel pue<strong>de</strong> copiarse,<br />

obviamente, pero es un trabajo arduo y<br />

los resultados son <strong>de</strong> pobre calidad. Veámoslo<br />

<strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong>, marzo 2010<br />

con un ejemplo.<br />

Mientras redactamos este artículo tenemos<br />

a nuestro alre<strong>de</strong>dor varios <strong>libro</strong>s. Maliciosamente<br />

tomamos el más voluminoso <strong>de</strong> ellos,<br />

lo s Pilares <strong>de</strong> la tierra, y nos preguntamos<br />

si podríamos hacer una copia ilegal. Se nos<br />

ocurre que la forma más sencilla sería fotocopiarlo.<br />

Pero no es una tarea nada fácil. El <strong>libro</strong><br />

en cuestión consta <strong>de</strong> 1359 páginas. Al tener<br />

formato <strong>de</strong> bolsillo podríamos economizar fotocopiando<br />

en un sólo folio dos página enfrentadas.<br />

Aún así <strong>de</strong>beríamos realizar casi 700<br />

fotocopias. La tarea sería tediosa y agotadora,<br />

nos llevaría -siendo muy rápidos- un par <strong>de</strong><br />

horas. Suponiendo que conseguimos un chollo<br />

y las fotocopias nos salen a 2 céntimos, la<br />

copia ilegal nos costaría 14 euros... para un<br />

<strong>libro</strong> que pue<strong>de</strong> adquirirse en las librerías por<br />

10,95€. Y ello sin hablar <strong>de</strong> la dudosa calidad<br />

<strong>de</strong>l resultado final.<br />

Todos estos inconvenientes se esfuman<br />

cuando el objeto a copiar es un archivo digital.<br />

Su copia es un proceso casi instantáneo<br />

y sin coste. Pero lo peor es que su difusión<br />

pue<strong>de</strong> ser inmediata y prácticamente universal.<br />

Internet es un medio que pue<strong>de</strong> llevar en<br />

segundos un archivo a cualquier rincón <strong>de</strong>l<br />

mundo. Con los sencillos -y temidos por los<br />

agentes económicos y autorida<strong>de</strong>s- programas<br />

P2P, que permiten la transferencia <strong>de</strong> archivos<br />

entre particulares, un <strong>libro</strong> en formato digital<br />

comprado legalmente podría llegar en horas<br />

a miles <strong>de</strong> or<strong>de</strong>nadores <strong>de</strong>, virtualmente, todo<br />

el mundo.<br />

Con semejante panorama no es <strong>de</strong> extrañar<br />

que la preocupación por los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> autor<br />

<strong>de</strong> las obras editoriales haya frenado su difusión.<br />

Uno <strong>de</strong> los métodos más efectivos para<br />

impedir la copia ilegal <strong>de</strong> archivos es dotarlos<br />

<strong>de</strong> un sistema <strong>de</strong> gestión <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos, abrevado<br />

como DRM (Digital Rights Management).<br />

Los sistemas DRM codifican los archivos digitales,<br />

en este caso los <strong>libro</strong>s electrónicos, <strong>de</strong><br />

manera que quedan asociados a un usuario y a<br />

uno o más dispositivos lectores. Un <strong>libro</strong> electrónico<br />

con DRM pue<strong>de</strong> copiarse, ciertamente,<br />

pero la copia no funcionará en dispositivos<br />

diferentes a aquel o aquellos para los que se<br />

ha adquirido el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> uso. Los sistemas<br />

<strong>de</strong> DRM más habituales obligan al usuario a<br />

crear una cuenta que <strong>de</strong>berá asociar a su lector<br />

electrónico. Al comprar un <strong>libro</strong> electrónico<br />

el usuario <strong>de</strong>be utilizar la misma cuenta <strong>de</strong><br />

usuario. Libro y dispositivo lector quedan así<br />

asociados. El mismo <strong>libro</strong> llevado simplemente<br />

a otro dispositivo lector, sencillamente no<br />

funcionará. Adicionalmente los sistemas DRM<br />

pue<strong>de</strong>n limitar o prohibir diferentes acciones.<br />

Así es posible limitar el tiempo durante el que<br />

pue<strong>de</strong> acce<strong>de</strong>rse a la información, quedando<br />

esta inservible pasado el plazo establecido. O<br />

pue<strong>de</strong> prohibirse la impresión en papel, o limitarse<br />

a un número <strong>de</strong> copias <strong>de</strong>terminado.<br />

Pero el uso <strong>de</strong> la tecnología DRM es un<br />

arma <strong>de</strong> doble filo. En la industria musical ha<br />

representado un fracaso, y planean dudas sobre<br />

su conveniencia a la hora <strong>de</strong> aplicarlo en<br />

el mundo editorial. Un <strong>libro</strong> con DRM pue<strong>de</strong><br />

provocar a su legítimo propietario muchos<br />

quebra<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> cabeza y generar molestias<br />

innecesarias. Muchos sistemas DRM admiten<br />

un número máximo <strong>de</strong> dispositivos asociados a<br />

una misma cuenta. Supongamos que tenemos<br />

un teléfono móvil, un or<strong>de</strong>nador <strong>de</strong> sobremesa,<br />

un portátil y un lector <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s electrónicos.<br />

Deberíamos asociar los cuatro dispositivos<br />

a la misma cuenta <strong>de</strong> usuario para po<strong>de</strong>r<br />

l


l<br />

leer el <strong>libro</strong> electrónico en cualquiera <strong>de</strong> ellos.<br />

Suponiendo que el sistema DRM lo permitiese<br />

-algunos sistemas limitan a cinco o seis los<br />

dispositivos admitidos-, la renovación <strong>de</strong> cualquiera<br />

<strong>de</strong> los dispositivos cuando se averiase<br />

o quedase anticuado obligaría a incrementar el<br />

número <strong>de</strong> asociaciones. Llegaría un momento<br />

en que no podríamos activar un nuevo dispositivo,<br />

y sencillamente no podríamos leer en el<br />

un <strong>libro</strong> electrónico comprado legalmente.<br />

El mayor inconveniente surge a la hora<br />

<strong>de</strong> compartir los <strong>libro</strong>s. Si cualquier miembro<br />

<strong>de</strong> nuestra familia -los hijos, nuestro cónyuge-<br />

quisiera leer nuestro <strong>libro</strong>, no bastaría<br />

con prestarle el archivo digital, ya que este<br />

no funcionaría en su lector electrónico. Deberíamos<br />

prestarle, a<strong>de</strong>más, nuestro propio dispositivo<br />

lector. No hablemos ya <strong>de</strong> compartir<br />

<strong>libro</strong>s, regalarlos <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberlos leído,<br />

intercambiarlos, comprar <strong>libro</strong>s <strong>de</strong> segunda<br />

mano... Ninguna <strong>de</strong> estas opciones es viable<br />

con archivos protegidos con DRM. Y esto tiene<br />

un perverso efecto: en lugar <strong>de</strong> proteger la<br />

propiedad intelectual y los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> autor,<br />

tien<strong>de</strong> a alentar el uso <strong>de</strong> copias ilegales. Por<br />

muy concienciado que esté un comprador con<br />

la legalidad y los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> autor, cuando<br />

compra un <strong>libro</strong> electrónico protegido con DRM<br />

suele sentirse estafado. Ha pagado un <strong>libro</strong>,<br />

lo ha adquirido legalmente, pero no pue<strong>de</strong><br />

compartirlo, prestarlo o regalarlo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

leerlo, o simplemente trasladarlo a otro dispositivo<br />

sin sufrir algún que otro quebra<strong>de</strong>ro <strong>de</strong><br />

cabeza. Y, paradójicamente, un usuario que<br />

haya obtenido un <strong>libro</strong> electrónico sin DRM,<br />

posiblemente <strong>de</strong> manera ilegal <strong>de</strong>scargándolo<br />

<strong>de</strong> Internet, podrá hacer todas las copias que<br />

quiera, distribuirlas y usarlas sin limitación.<br />

Cuando el comprador realiza una compra legal<br />

y no ve ninguna ventaja respecto a su vecino<br />

pirata, sino más bien restricciones y limitaciones,<br />

suele mantener durante poco tiempo su<br />

compromiso con el respeto a los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong><br />

autor y a la legalidad.<br />

Por todo ello, los editores <strong>de</strong>ben plantearse<br />

muy seriamente la conveniencia <strong>de</strong> implantar<br />

sistemas DRM en sus <strong>libro</strong>s electrónicos. Es<br />

cierto que son un freno a las copias ilegales,<br />

pero también pue<strong>de</strong>n suponer un freno a las<br />

ventas. Y no olvi<strong>de</strong>mos algo muy importante.<br />

Todos los sistemas anti-copia i<strong>de</strong>ados hasta<br />

la fecha, han sido sistemáticamente analizados<br />

y <strong>de</strong>sactivados. Un archivo con DRM pue<strong>de</strong><br />

ser fácilmente convertido a un formato sin limitaciones<br />

con las herramientas a<strong>de</strong>cuadas.<br />

Por supuesto es una práctica fraudulenta e<br />

ilegal, pero <strong>de</strong>be tenerse en cuenta que siempre<br />

existe esta posibilidad. Invertir en sistemas<br />

DRM y plantear problemas y limitaciones a los<br />

consumidores legítimos pue<strong>de</strong> no tener sentido<br />

si, finalmente, la obra que se intentaba proteger<br />

pue<strong>de</strong> quedar libre <strong>de</strong> protección y pasar a<br />

ser pasto <strong>de</strong> la copia ilegal.<br />

Lectores electrónicos<br />

Es más que probable que todo aquel que<br />

esté leyendo este artículo pueda leer cualquier<br />

<strong>libro</strong> electrónico sin necesidad <strong>de</strong> adquirir un<br />

nuevo dispositivo. Nuestro fanzine <strong>Punto</strong> <strong>de</strong><br />

<strong>libro</strong> se edita en formato electrónico, concretamente<br />

en <strong>PDF</strong>, como muchos <strong>libro</strong>s electrónicos<br />

que pue<strong>de</strong>n encontrarse en el mercado.<br />

Este formato pue<strong>de</strong> leerse sin problemas en<br />

cualquier or<strong>de</strong>nador, ya sea <strong>de</strong> sobremesa o<br />

portátil. De modo que, en principio, no es ne-<br />

Tema <strong>de</strong> portada<br />

Fnazine<br />

cesario comprar un dispositivo especial para<br />

leer libos electrónicos.<br />

Existen diferentes aplicaciones, como Adobe<br />

Rea<strong>de</strong>r o Lexcycle Stanza que pue<strong>de</strong>n<br />

<strong>de</strong>scargarse gratuitamente e instalarse en un<br />

or<strong>de</strong>nador. Estas aplicaciones permiten leer<br />

prácticamente cualquier <strong>libro</strong> electrónico libre<br />

se sistemas DRM. En el caso <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s con<br />

sistemas <strong>de</strong> gestión <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos se hace necesario<br />

el uso <strong>de</strong> una aplicación más específica,<br />

como Microsoft Rea<strong>de</strong>r -algo obsoleta-<br />

o Adobe Digital Editions. Con la aplicación<br />

a<strong>de</strong>cuada, un or<strong>de</strong>nador permite leer cualquier<br />

publicación en formato electrónico. Pero otros<br />

dispositivos como las PDAs o los teléfonos<br />

móviles también disponen <strong>de</strong> aplicaciones para<br />

la lectura <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s electrónicos. Los teléfonos<br />

compatibles con Windows Mobile pue<strong>de</strong>n instalar<br />

versiones específicas <strong>de</strong> Microsoft Rea<strong>de</strong>r<br />

o Adobe Rea<strong>de</strong>r. En el caso <strong>de</strong>l iPhone,<br />

por ejemplo, existen versiones específicas <strong>de</strong>l<br />

lector Kindle -utilizado por Amazon, la mayor<br />

tienda on-line <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s-, <strong>de</strong> Stanza y <strong>de</strong> otros<br />

programas <strong>de</strong> lectura electrónica.<br />

Entonces, si tanto agendas electrónicas<br />

como or<strong>de</strong>nadores o teléfonos móviles pue<strong>de</strong>n<br />

usarse para leer <strong>libro</strong>s electrónicos, ¿por qué<br />

adquirir un lector electrónico? Por varias razones<br />

que hacen la experiencia <strong>de</strong> leer mucho<br />

más cómoda y sencilla.<br />

Para empezar está el tema <strong>de</strong>l tamaño. Los<br />

or<strong>de</strong>nadores pue<strong>de</strong>n ser cómodos para leer en<br />

casa, pero llevar un or<strong>de</strong>nador encima, aunque<br />

se trate <strong>de</strong> un portátil, para leer en el autobús,<br />

en una playa o en un hotel, es algo incómodo.<br />

Incluso los mini portátiles o notebooks son más<br />

engorrosos que un <strong>libro</strong> <strong>de</strong> bolsillo. Mucho más<br />

manejables son las PDAs o los teléfonos móviles,<br />

pero en este caso el reducido tamaño <strong>de</strong><br />

sus pantallas hacen incómoda su lectura. En<br />

cambio, un lector electrónico tiene el tamaño,<br />

formato y peso a<strong>de</strong>cuados para llevarlos encima<br />

como si se tratase <strong>de</strong> un <strong>libro</strong> tradicional, y<br />

la mayoría <strong>de</strong> ellos tiene un tamaño <strong>de</strong> pantalla<br />

que oscila entre las cinco y las seis pulgadas,<br />

lo que da una superficie <strong>de</strong> lectura útil similar<br />

a una página <strong>de</strong> un <strong>libro</strong> <strong>de</strong> bolsillo.<br />

Pero la diferencia más importante estriba en<br />

la tecnología empleada para visualizar el <strong>libro</strong>.<br />

Las pantallas habituales en or<strong>de</strong>nadores y teléfonos<br />

móviles utilizan tecnología TFT o LED.<br />

Emiten luz, su frecuencia implica un parpa<strong>de</strong>o<br />

en la imagen -aunque sea casi imperceptible-<br />

y provocan fatiga visual. En cambio, los <strong>libro</strong>s<br />

Una superficie blanca, flexible, sobre las que se pue<strong>de</strong>n<br />

leer los caracteres impresos en negro. Podría<br />

ser una hoja <strong>de</strong> papel, pero es una pantalla <strong>de</strong> tinta<br />

electrónica.<br />

<strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong>, marzo 2010<br />

electrónicos utilizan una tecnología llamada<br />

tinta electrónica. Este sistema se basa en una<br />

superficie que no emite ningún tipo <strong>de</strong> luz. Sobre<br />

una superficie blanca estas pantallas son<br />

capaces <strong>de</strong> representar caracteres e imágenes<br />

en distintos tonos <strong>de</strong> grises -<strong>de</strong> momento, el<br />

color queda fuera <strong>de</strong> su alcance-. Por tanto, la<br />

pantalla <strong>de</strong> un lector electrónico se ve a todos<br />

los efectos como una hoja <strong>de</strong> papel impreso:<br />

negro sobre blanco, sin parpa<strong>de</strong>os, sin emisión<br />

<strong>de</strong> luz y sin molestias. La tinta electrónica se<br />

pue<strong>de</strong> leer con la misma calidad <strong>de</strong>s<strong>de</strong> cualquier<br />

ángulo, y provoca menos reflejos que las<br />

pantallas convencionales. Quienes no hayáis<br />

tenido la oportunidad <strong>de</strong> comprobar la enorme<br />

diferencia entre un lector electrónico y la pantalla<br />

<strong>de</strong> un or<strong>de</strong>nador, pasad por un comercio<br />

don<strong>de</strong> vendan este tipo <strong>de</strong> dispositivos y pedid<br />

una <strong>de</strong>mostración. En pocos minutos cambiaréis<br />

la i<strong>de</strong>a que teníais sobre lo que supone<br />

leer en este tipo <strong>de</strong> dispositivos.<br />

Pero las ventajas <strong>de</strong> un lector electrónico<br />

no acaban aquí. Mientras que un or<strong>de</strong>nador<br />

portátil tiene una batería que en el mejor <strong>de</strong><br />

los casos pue<strong>de</strong> durar unas cuantas horas, los<br />

lectores electrónicos pue<strong>de</strong>n utilizarse durante<br />

semanas sin necesidad <strong>de</strong> recargarlos. La<br />

tinta electrónica es una tecnología que sólo<br />

consume energía en el momento <strong>de</strong> dibujar la<br />

imagen <strong>de</strong> la página. Es <strong>de</strong>cir, mientras leemos<br />

una página el dispositivo no gasta energía.<br />

Sólo lo hace cuando pasamos página.<br />

Así, po<strong>de</strong>mos interrumpir la lectura <strong>de</strong>jando el<br />

dispositivo “conectado” sin que realice el más<br />

mínimo consumo. De hecho la página sigue<br />

siendo visible en pantalla in<strong>de</strong>finidamente, y<br />

sólo cuando reanu<strong>de</strong>mos su lectura y pasemos<br />

a la página siguiente volveremos a consumir<br />

energía. La mayoría <strong>de</strong> dispositivos tienen una<br />

autonomía <strong>de</strong> entre 5000 y 10000 cambios <strong>de</strong><br />

página, lo que permite leer <strong>de</strong>cenas <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s<br />

sin tener que recargar baterías.<br />

Una vez que se conocen las ventajas <strong>de</strong>l<br />

lector electrónico, la siguiente dificultad estriba<br />

en elegir uno <strong>de</strong> los muchos mo<strong>de</strong>los que<br />

encontramos en el mercado. Las diferencias<br />

<strong>de</strong> prestaciones y precios pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>sorientar<br />

a los profanos en el tema. Pero como veremos<br />

enseguida, realmente no hay gran<strong>de</strong>s<br />

diferencias entre dispositivos si lo único que<br />

nos interesa es leer <strong>libro</strong>s, y muchas veces los<br />

precios más altos sólo dan como contrapartida<br />

unas prestaciones superfluas que difícilmente<br />

mejorarán la experiencia lectora.<br />

Los mo<strong>de</strong>los más sencillos tienen todo lo<br />

que necesita alguien que quiera leer sus obras<br />

favoritas cómodamente. Una memoria interna<br />

<strong>de</strong> 512 Mb es más que suficiente para almacenar<br />

centenares <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s, y casi todos los<br />

mo<strong>de</strong>los a la venta parten <strong>de</strong> este mínimo.<br />

A<strong>de</strong>más, casi siempre es posible ampliar esta<br />

capacidad mediante una tarjeta <strong>de</strong> memoria<br />

adicional. Una pantalla <strong>de</strong> unas dimensiones<br />

mínimas <strong>de</strong> 5 pulgadas es el otro requisito imprescindible.<br />

Por último, el lector electrónico<br />

<strong>de</strong>be estar dotado <strong>de</strong> algún tipo <strong>de</strong> conexión al<br />

or<strong>de</strong>nador, casi siempre un puerto USB, con<br />

el fin <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r cargar contenidos y actualizar<br />

el firmware (el programa que controla el lector<br />

electrónico y gestiona sus funciones). Con estas<br />

características encontramos los dispositivos<br />

más económicos, como el Airis dBook EB001,<br />

por unos 220€, o el Woxter Scriba 150, que<br />

por unos 10 euros más ofrece la posibilidad<br />

<strong>de</strong> reproducir audio en formato en MP3 y una<br />

mayor compatibilidad con diferentes formatos<br />

-sobre todo protegidos con DRM-. Si busca-<br />

5


6<br />

El Gramatta Papyre, en sus mo<strong>de</strong>los 5.1 o 6.1, es<br />

uno <strong>de</strong> los lectores electrónicos más vendidos en<br />

España.<br />

mos pantallas algo más gran<strong>de</strong>s el precio aumenta.<br />

Así encontramos el Grammata Papyre<br />

6.1, uno <strong>de</strong> los dispositivos más vendidos,<br />

o el InvesBook 600, ambos con pantalla <strong>de</strong><br />

seis pulgadas por unos 300€. El Sony Rea<strong>de</strong>r<br />

PRS-600 es algo más caro, pero aña<strong>de</strong> una<br />

pantalla táctil que permite hacer anotaciones<br />

a mano sobre cualquier página <strong>de</strong>l <strong>libro</strong> que<br />

estemos leyendo.<br />

Existen mo<strong>de</strong>los que incluyen conexión inalámbrica<br />

a re<strong>de</strong>s (WiFi). Este extra encarece<br />

consi<strong>de</strong>rablemente el producto, y no supone<br />

una ventaja importante. El acceso inalámbrico<br />

permite <strong>de</strong>scargar contenidos sin conectar el<br />

dispositivo a un or<strong>de</strong>nador, pero con la capacidad<br />

<strong>de</strong> memoria que tienen estos aparatos,<br />

la carga <strong>de</strong> nuevos <strong>libro</strong>s es algo que<br />

se hace muy esporádicamente. Algo más útil<br />

pue<strong>de</strong> resultar la conexión WiFi para la lectura<br />

<strong>de</strong> periódicos u otras publicaciones diarias, ya<br />

que en este caso el acceso se realiza cómodamente<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> prácticamente cualquier lugar<br />

a diario. En cualquier caso, disponer <strong>de</strong> WiFi<br />

suele significar gastar <strong>de</strong> media 100 euros<br />

más. Como ejemplo, encontramos el Wol<strong>de</strong>r<br />

Boox, que por unos 400 euros dispone <strong>de</strong><br />

WiFi y pantalla táctil. Más <strong>de</strong>sorbitado es el<br />

precio <strong>de</strong>l irex Iliad, que casi alcanza los 600<br />

euros. Eso sí, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> ser táctil y disponer<br />

<strong>de</strong> WiFi, cuenta también con una conexión <strong>de</strong><br />

red por cable estándar (RJ45) y una <strong>de</strong> las<br />

pantallas más gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l mercado, con nada<br />

menos que ocho pulgadas.<br />

En cualquier caso, nuestra intención con<br />

este artículo no es ofrecer un catálogo completo<br />

<strong>de</strong> dispositivos <strong>de</strong> lectura electrónica. Si<br />

os <strong>de</strong>cidís por adquirir un lector electrónico,<br />

pedid asesoramiento a un ven<strong>de</strong>dor, consultad<br />

las páginas web <strong>de</strong> diferentes fabricantes y<br />

comparad precios y prestaciones. Confirmad,<br />

sobre todo, que sea compatible con el mayor<br />

número <strong>de</strong> formatos y, a ser posible, que<br />

se pueda actualizar su firmware. Como hemos<br />

dicho ya, por poco más <strong>de</strong> 200 euros se pue<strong>de</strong><br />

adquirir un buen lector electrónico con las<br />

prestaciones mínimas necesarias. El resto <strong>de</strong>-<br />

El Sony Rea<strong>de</strong>r PRS-600 es uno <strong>de</strong> los mo<strong>de</strong>los con<br />

pantalla táctil más populares y con mejor precio.<br />

Tema <strong>de</strong> portada<br />

Fnazine<br />

pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> vuestro presupuesto y vuestro gusto<br />

por los caprichos electrónicos. A<strong>de</strong>más, estamos<br />

hablando <strong>de</strong> una tecnología que evoluciona<br />

a gran velocidad, por lo que los mo<strong>de</strong>los<br />

aquí comentados pue<strong>de</strong>n quedar obsoletos en<br />

cuestión <strong>de</strong> meses o incluso semanas.<br />

Los contenidos<br />

Supongamos que ya tenemos nuestro lector<br />

electrónico y queremos comenzar a utilizarlo.<br />

Pongamos por caso que, leyendo este mismo<br />

fanzine, nos <strong>de</strong>cidimos por cualquiera <strong>de</strong> los<br />

<strong>libro</strong>s reseñados en las páginas <strong>de</strong> la ocho a<br />

la diez, e intentamos conseguirlos en formato<br />

digital. Pues habrá que armarse <strong>de</strong> paciencia.<br />

Actualmente ninguno <strong>de</strong> esos <strong>libro</strong>s pue<strong>de</strong> adquirirse<br />

en dicho formato en lengua castellana.<br />

De hecho, la gran mayoría <strong>de</strong> lanzamientos<br />

editoriales, ya sean noveda<strong>de</strong>s o fondo editorial,<br />

no disponen <strong>de</strong> una versión electrónica, al<br />

menos en español. En este sentido el mercado<br />

anglosajón dispone <strong>de</strong> mucha mayor cantidad<br />

y variedad <strong>de</strong> oferta. Gran parte <strong>de</strong> los fondos<br />

<strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s editoriales americanas se<br />

pue<strong>de</strong> adquirir como <strong>libro</strong> electrónico. Muchas<br />

<strong>de</strong> las noveda<strong>de</strong>s se publican simultáneamente<br />

en papel y digitalmente. En cualquiera <strong>de</strong> las<br />

muchas librerías on-line disponibles se pue<strong>de</strong>n<br />

adquirir miles <strong>de</strong> obras en este formato.<br />

Para el mercado americano el sector <strong>de</strong>l <strong>libro</strong><br />

electrónico ya cuenta con un peso específico<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l negocio editorial. Tanto es así que<br />

la mayor tienda on-line <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s, Amazon, ha<br />

creado su propio mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> lector electrónico,<br />

el Amazon Kindle, <strong>de</strong>l que ha vendido cientos<br />

<strong>de</strong> miles <strong>de</strong> unida<strong>de</strong>s.<br />

Por <strong>de</strong>sgracia, el panorama <strong>de</strong>l <strong>libro</strong> electrónico<br />

en castellano es completamente distinto.<br />

Las gran<strong>de</strong>s editoriales anunciaron durante el<br />

año pasado gran<strong>de</strong>s lanzamientos <strong>de</strong> catálogos<br />

electrónicos. En octubre apareció en los<br />

medios la noticia <strong>de</strong> que 36L, una distribuidora<br />

<strong>de</strong> <strong>libro</strong>s electrónicos, tendría en diciembre en<br />

su web entre 500 y 1000 obras en formato<br />

electrónico, que <strong>de</strong>bían incluir algunas <strong>de</strong><br />

las noveda<strong>de</strong>s más recientes. Esta iniciativa<br />

se plasmó en una plataforma llamada Leqtor.<br />

com. Si la visitáis, comprobaréis que existen<br />

algunos cientos <strong>de</strong> obras disponibles. Aunque<br />

hay novelas y autores <strong>de</strong> éxito, encontraréis<br />

pocas noveda<strong>de</strong>s editoriales.<br />

Para la época navi<strong>de</strong>ña se esperaban los<br />

primeros lanzamientos masivos que <strong>de</strong>berían<br />

haber potenciado la venta <strong>de</strong> lectores electrónicos.<br />

Pero estos lanzamientos no llegaron.<br />

Grupos editoriales como Random House Mondadori,<br />

Planeta o Santillana han manifestado<br />

su intención <strong>de</strong> abrirse al mercado electrónico<br />

a principios <strong>de</strong>l 2010, pero la cantidad <strong>de</strong><br />

títulos disponibles sigue siendo prácticamente<br />

inexistente.<br />

En el sector, cada editorial está optando<br />

por su propia estrategia. Frente las editoriales<br />

que llevan tiempo proclamando su intención<br />

inminente <strong>de</strong> <strong>de</strong>sembarcar en el mundo digital,<br />

pero que nunca llegan a hacerlo, encontramos<br />

otras más realistas y con los pies en el suelo.<br />

Recientemente, Silvia Rodríguez, <strong>de</strong>l Departamento<br />

<strong>de</strong> Prensa <strong>de</strong> La Factoría <strong>de</strong> I<strong>de</strong>as, nos<br />

comentaba que en dicha editorial <strong>de</strong> momento<br />

no tienen planes respecto al <strong>libro</strong> electrónico.<br />

Opinan que este formato aún está muy ver<strong>de</strong>,<br />

por lo que prefieren esperar pru<strong>de</strong>ntemente<br />

a ver cómo evoluciona el mercado antes <strong>de</strong><br />

posicionarse. En el extremo contrario encontramos<br />

editoriales que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el primer día han<br />

<strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong>, marzo 2010<br />

apostado por el formato electrónico. Incluso las<br />

hay que disponen <strong>de</strong> todo su catálogo publicado,<br />

a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> en papel, en versión digital. Es<br />

el caso <strong>de</strong> Libros <strong>de</strong> Cabecera, una editorial<br />

que ven<strong>de</strong> todas sus publicaciones indistintamente<br />

en papel o en formato electrónico. Guille<br />

López nos explicaba que a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> ven<strong>de</strong>r<br />

directamente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su propia web, sus <strong>libro</strong>s<br />

están disponibles en otras plataformas <strong>de</strong> venta<br />

digital, como Amazon Kindle o Leqtor.com.<br />

Por si eso fuera poco, han creado su propia<br />

aplicación para el popular iPhone -nosotros la<br />

hemos probado, y es magnífica en su sencillez-<br />

que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su lanzamiento en septiembre<br />

pasado ha tenido más <strong>de</strong> 12000 <strong>de</strong>scargas.<br />

En cuanto a formatos digitales también ofrecen<br />

variedad, ya que todos sus <strong>libro</strong>s pue<strong>de</strong>n adquirirse<br />

como <strong>PDF</strong> o ePub (y en formato MOBI<br />

a través <strong>de</strong> la plataforma Amazon Kindle).<br />

Apostar por diversificar formatos, plataformas<br />

<strong>de</strong> distribución y dispositivos implica trabajar<br />

duro, pero para Guille, todo este esfuerzo merece<br />

la pena, teniendo en cuenta que prácticamente<br />

un tercio <strong>de</strong> las ventas <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s que<br />

realizan <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su web correspon<strong>de</strong> al formato<br />

electrónico. Sin duda en ello influye un factor<br />

que se intuye como trascen<strong>de</strong>ntal a la hora<br />

<strong>de</strong> que el <strong>libro</strong> electrónico llegue a funcionar<br />

comercialmente: el precio. En Libros <strong>de</strong> Cabecera<br />

un <strong>libro</strong> electrónico cuesta menos <strong>de</strong><br />

la mitad que el mismo <strong>libro</strong> en papel. Esta<br />

joven editorial preten<strong>de</strong> seguir con esta política<br />

<strong>de</strong> precios (entre 6 y 8 euros para el formato<br />

electrónico) publicando entre 4 y 6 títulos al<br />

año. Ojalá cunda su ejemplo.<br />

La conclusión es que encontrar literatura en<br />

castellano en forma <strong>de</strong> <strong>libro</strong> electrónico sigue<br />

siendo difícil. Dejando aparte unos cientos <strong>de</strong><br />

obras clásicas, <strong>libro</strong>s cuyos <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> autor<br />

ya han expirado, y que por tanto pue<strong>de</strong>n<br />

distribuirse gratuitamente, sólo algunos cientos<br />

<strong>de</strong> títulos pue<strong>de</strong>n adquirirse en forma <strong>de</strong><br />

<strong>libro</strong> electrónico en castellano. Mucho mayor<br />

es la oferta <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s técnicos o <strong>de</strong> divulgación<br />

en este formato, así como <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s <strong>de</strong> texto.<br />

También en el terreno <strong>de</strong> las publicaciones periódicas<br />

la oferta es amplia. Muchos periódicos<br />

y revistas nacionales se pue<strong>de</strong>n adquirir en<br />

formato <strong>PDF</strong>. Existen rotativos que disponen<br />

<strong>de</strong> suscripciones en formato electrónico. Por<br />

lo tanto, el lector electrónico, hoy en día y<br />

en el mercado hispanohablante, pue<strong>de</strong> ser un<br />

utensilio muy práctico para estudiar o mantenerse<br />

informado. Pero para el lector habitual,<br />

acostumbrado a leer novela, poesía o teatro<br />

contemporáneos, aún no ha llegado el momento<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>jar el <strong>libro</strong> tradicional y sustituirlo<br />

por el electrónico.<br />

¿Qué po<strong>de</strong>mos esperar?<br />

El futuro es incierto, también en el terreno<br />

<strong>de</strong>l <strong>libro</strong> electrónico. Lo que parece claro<br />

es que en el mundo editorial va a suce<strong>de</strong>r<br />

como en el <strong>de</strong> la música. Los nuevos formatos<br />

se acabarán imponiendo por muchas dudas y<br />

reticencias que haya actualmente. Las gran<strong>de</strong>s<br />

editoriales acabarán por asomarse a esta<br />

nueva oportunidad <strong>de</strong> negocio, y pasado un<br />

tiempo <strong>de</strong> adaptación, el <strong>libro</strong> electrónico se<br />

convertirá en una opción más. Lo que no está<br />

tan claro es que a corto o medio plazo vaya a<br />

<strong>de</strong>saparecer el <strong>libro</strong> en papel. Hace ya años<br />

que el formato MP3 domina en el mundo <strong>de</strong><br />

la música, pero el CD sigue siendo el formato<br />

estándar <strong>de</strong> facto en la industria discográfica.<br />

Pero, con la llegada masiva <strong>de</strong>l <strong>libro</strong> elec-<br />

l


l<br />

trónico, ¿cuál será el impacto para los consumidores?<br />

Al margen <strong>de</strong> que el <strong>libro</strong> en papel<br />

seguirá existiendo durante años, quien quiera<br />

leer en formato electrónico va a encontrarse<br />

con cambios e incertidumbres. En primer lugar<br />

cambiará la manera <strong>de</strong> adquirir los <strong>libro</strong>s. Un<br />

<strong>libro</strong> en papel pue<strong>de</strong> comprarse en cualquier<br />

librería, pero también en gran<strong>de</strong>s almacenes,<br />

kioscos, gasolineras, etc. El <strong>libro</strong> es un elemento<br />

casi omnipresente en los comercios y,<br />

por supuesto, también pue<strong>de</strong> comprarse en<br />

tiendas on-line. Con el <strong>libro</strong> electrónico, la<br />

compra a través <strong>de</strong> Internet <strong>de</strong>bería incrementarse<br />

notablemente, ya que sería la forma más<br />

cómoda y rápida <strong>de</strong> adquirir un <strong>libro</strong>. A través<br />

<strong>de</strong> cualquier tienda on-line, la compra y <strong>de</strong>scarga<br />

<strong>de</strong>l <strong>libro</strong> se haría cómodamente <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

casa, y sería prácticamente instantánea. Cabe<br />

preguntarse, entonces, cuál sería el papel <strong>de</strong><br />

las librerías y otros comercios a la hora <strong>de</strong><br />

ven<strong>de</strong>r <strong>libro</strong>s electrónicos. Las librerías <strong>de</strong>berían<br />

seguir siendo el punto <strong>de</strong> referencia para<br />

el lector. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> seguir vendiendo <strong>libro</strong>s en<br />

formato tradicional, la función <strong>de</strong>l librero como<br />

asesor, y como punto <strong>de</strong> referencia para el<br />

lector <strong>de</strong>be seguir siendo la que es hoy en día.<br />

Complementariamente, la librería tradicional se<br />

pue<strong>de</strong> convertir en un punto <strong>de</strong> distribución<br />

<strong>de</strong> <strong>libro</strong>s electrónicos, don<strong>de</strong> el consumidor<br />

podría acudir con su lector electrónico, pedir<br />

opiniones o consejos, elegir su <strong>libro</strong> y <strong>de</strong>scargarlo<br />

directamente a través <strong>de</strong> un dispositivo<br />

–serviría un simple or<strong>de</strong>nador-, pagando al<br />

momento y con la posibilidad <strong>de</strong> hacerlo en<br />

efectivo, cosa imposible en una tienda on-line.<br />

La librería y el librero seguirán teniendo, por<br />

tanto, un papel fundamental en la distribución<br />

<strong>de</strong> los <strong>libro</strong>s electrónicos, como lo tienen ahora<br />

con el <strong>libro</strong> tradicional. Tal vez lo tengan más<br />

difícil los pequeños establecimientos, como las<br />

pequeñas papelerías o los kioscos, a los que<br />

pue<strong>de</strong> que no resulte rentable equiparse para<br />

po<strong>de</strong>r ven<strong>de</strong>r el nuevo formato digital.<br />

Pero los cambios no afectarán sólo a la<br />

forma <strong>de</strong> ven<strong>de</strong>r <strong>libro</strong>s. Con nuevos formatos<br />

y tecnologías surgen nuevas posibilida<strong>de</strong>s, y<br />

también nuevas dudas. Por ejemplo, ¿qué pasará<br />

con las bibliotecas? Una biblioteca pública,<br />

universitaria o <strong>de</strong> cualquier otro tipo, pue<strong>de</strong><br />

prestar sus <strong>libro</strong>s por un tiempo <strong>de</strong>terminado.<br />

Para los usuarios esto representa una manera<br />

gratuita y sencilla <strong>de</strong> leer un <strong>libro</strong>. No se trata<br />

<strong>de</strong> adquirirlo, sino <strong>de</strong> disponer <strong>de</strong> él durante<br />

el tiempo necesario para la lectura. Con el <strong>libro</strong><br />

electrónico esto sigue siendo posible, pero<br />

es mucho más difícil <strong>de</strong> controlar. De entrada<br />

el dispositivo lector <strong>de</strong>bería ser adquirido por<br />

el usuario. Después este podría dirigirse a la<br />

biblioteca más cercana y <strong>de</strong>scargar en su dispositivo<br />

el <strong>libro</strong> que quisiera tomar en préstamo.<br />

Pero, ¿cómo controlar el tiempo durante<br />

el que el usuario pue<strong>de</strong> leer ese <strong>libro</strong>? Si lo<br />

Fnazine<br />

que toma en préstamo es un archivo digital,<br />

no tiene sentido que tenga que volver a la<br />

biblioteca para <strong>de</strong>volverlo. El archivo <strong>de</strong>bería<br />

borrarse automáticamente, o quedar inservible,<br />

pasado el tiempo estipulado. Aquí es don<strong>de</strong><br />

entra en juego la tecnología DRM que ya hemos<br />

comentado anteriormente. Las <strong>de</strong>sventajas<br />

que pue<strong>de</strong> presentar este sistema para un<br />

consumidor que adquiera un <strong>libro</strong> electrónico,<br />

se convierten en facilida<strong>de</strong>s para gestionar el<br />

préstamo en bibliotecas. Si este sistema se<br />

llegase a implantar con éxito, la biblioteca podría<br />

pasar, en poco tiempo, <strong>de</strong> ser un edificio<br />

con centenares <strong>de</strong> estantes llenos <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s,<br />

a ser un servidor <strong>de</strong> ficheros en Internet. Los<br />

<strong>libro</strong>s se podrían tomar en préstamo <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

casa, y un usuario podría acce<strong>de</strong>r a prácticamente<br />

cualquier biblioteca <strong>de</strong>l mundo, ya que<br />

no necesitaría <strong>de</strong>splazarse físicamente hasta<br />

ella para obtener su ejemplar. Sin duda se<br />

tendrá que estudiar la implantación un sistema<br />

DRM seguro, eficaz y que no suponga excesivas<br />

incomodida<strong>de</strong>s a los usuarios para conseguir<br />

que el concepto <strong>de</strong> préstamo en biblioteca<br />

siga existiendo con el <strong>libro</strong> electrónico.<br />

Yendo más allá en las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l <strong>libro</strong><br />

electrónico, cabe especular con la posibilidad<br />

<strong>de</strong> que aparezcan sistemas <strong>de</strong> lectura gratuitos,<br />

o <strong>de</strong> tarifa plana. Quizá esto suene a<br />

utópico, pero hace un par <strong>de</strong> años habríamos<br />

dicho lo mismo si alguien se hubiera atrevido<br />

a pronosticar que existiría una plataforma en<br />

Internet don<strong>de</strong> se podría escuchar virtualmente<br />

cualquier obra musical, <strong>de</strong> manera gratuita y<br />

legal. Y ahí está Spotify, para convencernos<br />

<strong>de</strong> que todo es posible si se busca un mo<strong>de</strong>lo<br />

<strong>de</strong> negocio a<strong>de</strong>cuado. Volvamos, cuando<br />

estamos finalizando este artículo, al ejemplo<br />

con el que lo abríamos. Des<strong>de</strong> el pasado 23<br />

<strong>de</strong> febrero, cuando Serrat publicó su último<br />

trabajo, los usuarios <strong>de</strong> Spotify pue<strong>de</strong>n disfrutar<br />

<strong>de</strong> dicha obra discográfica íntegramente<br />

a través <strong>de</strong> Internet, tantas veces como quieran,<br />

y <strong>de</strong> manera totalmente gratuita. Y volvemos<br />

a remarcar que se trata <strong>de</strong> un sistema<br />

totalmente legal, que paga los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong><br />

autor correspondientes. ¿Cómo se financia?<br />

Pues en parte con la publicidad que inserta<br />

Spotify en la audición. Cada cuatro o cinco<br />

pistas musicales, el usuario que acce<strong>de</strong> a este<br />

sistema <strong>de</strong> manera gratuita <strong>de</strong>be escuchar un<br />

fragmento publicitario <strong>de</strong> unos 20 segundos.<br />

De esta manera Spotify consigue ingresos con<br />

los que paga a los propietarios <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos<br />

sobre las obras. Por otro lado la empresa<br />

ofrece la posibilidad al usuario <strong>de</strong> pagar una<br />

suscripción mensual, <strong>de</strong> unos 10€ para conseguir<br />

diferentes ventajas. Por un lado <strong>de</strong>saparece<br />

la publicidad, con lo que se pue<strong>de</strong><br />

escuchar cualquier número <strong>de</strong> temas musicales<br />

sin interrupción. Por otro, el usuario “<strong>de</strong><br />

pago” adquiere el <strong>de</strong>recho a obtener las pistas<br />

<strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong>, marzo 2010<br />

musicales para almacenarlas temporalmente<br />

en su or<strong>de</strong>nador, reproductor MP3 o teléfono<br />

móvil –es estos dos últimos casos, sólo para<br />

algunos mo<strong>de</strong>los-. De esta forma el usuario<br />

pue<strong>de</strong> escuchar su música incluso sin estar<br />

conectado a Internet. Un sistema DRM asegura<br />

que si el usuario cancela su suscripción, a<br />

los pocos días ya no podrá seguir escuchando<br />

los temas musicales que hubiera <strong>de</strong>scargado<br />

en su dispositivo.<br />

Un mo<strong>de</strong>lo como el <strong>de</strong> Spotify podría implantarse<br />

perfectamente para permitir el acceso<br />

sin límites a los <strong>libro</strong>s electrónicos. Ya<br />

fuese gratuito, financiado con publicidad, o <strong>de</strong><br />

pago, mediante suscripción periódica, podría<br />

permitir a los usuarios acce<strong>de</strong>r a un número<br />

ilimitado <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s <strong>de</strong> una forma sencilla y<br />

rápida. Si el mo<strong>de</strong>lo está funcionando en el<br />

terreno musical, no hay razones para que no<br />

pueda tener éxito también en el editorial. Sólo<br />

es necesario que exista una empresa que se<br />

arriesgue y, por supuesto, un acuerdo con las<br />

principales editoriales que permita la distribución<br />

usando este mo<strong>de</strong>lo.<br />

La tecnología alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l <strong>libro</strong> electrónico<br />

pue<strong>de</strong> usarse, como ya dijimos antes, tanto<br />

para leer <strong>libro</strong>s como para acce<strong>de</strong>r a revistas,<br />

periódicos, blogs, etc. El acceso, gratuito o <strong>de</strong><br />

pago, a estos medios en formato electrónico<br />

ya es una realidad, por lo que parece que en<br />

este terreno no <strong>de</strong>ben esperarse sorpresas.<br />

Nuestra pregunta inicial era, ¿se impondrá<br />

en 2010 el <strong>libro</strong> electrónico? Ahora que hemos<br />

repasado tanto la tecnología que hay <strong>de</strong>trás<br />

<strong>de</strong> este fenómeno como sus formas <strong>de</strong> uso,<br />

po<strong>de</strong>mos aventurar una respuesta. Creemos<br />

que durante este año las gran<strong>de</strong>s editoriales<br />

comenzarán a lanzar parte <strong>de</strong> sus catálogos<br />

en formato electrónico. Eso no significará, sin<br />

embargo, que cualquier <strong>libro</strong> se pueda encontrar<br />

en este formato. Por lo tanto el <strong>libro</strong><br />

tradicional seguirá siendo mayoritario. Es <strong>de</strong><br />

esperar que las ventas <strong>de</strong> dispositivos lectores<br />

<strong>de</strong> <strong>libro</strong>s electrónicos sigan aumentando, a<br />

medida que aumente la oferta <strong>de</strong> contenidos.<br />

Pero, si hemos <strong>de</strong> apostar, creemos que en<br />

las navida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> 2010 el <strong>libro</strong> en papel seguirá<br />

siendo mucho más vendido que el electrónico.<br />

Tal vez con los años, cuando prácticamente<br />

cualquier publicación se edite en formato electrónico,<br />

el <strong>libro</strong> en papel comience a disminuir<br />

su presencia en las librerías, para acabar siendo<br />

algo testimonial. Nos parece difícil que eso<br />

ocurra a medio plazo, pero no imposible. En<br />

cualquier caso, si llega ese día, muchos <strong>de</strong> los<br />

que disfrutamos leyendo sentiremos una cierta<br />

nostalgia.<br />

Porque, como dijo Anatole France, “todos<br />

los cambios, aun los más ansiados, llevan<br />

consigo cierta melancolía”.<br />

7


8<br />

Caín<br />

José Saramago<br />

Alfaguara<br />

Hay <strong>libro</strong>s que<br />

van acompañados<br />

irremediablemente<br />

<strong>de</strong> polémicas y<br />

escándalos. Caín<br />

levantó ampollas<br />

incluso antes <strong>de</strong> su<br />

publicación, gracias<br />

en parte a la efectiva<br />

campaña publicitaria con la que se promocionó<br />

la novela. Y tocando el tema <strong>de</strong> la<br />

religión, no podía esperarse menos. Las críticas<br />

le llovieron a Saramago no sólo <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

los estamentos religiosos, sino también <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

altos cargos políticos <strong>de</strong> su país. Y si unas y<br />

otras críticas son aceptables como cualquier<br />

opinión, resulta menos comprensible que un<br />

eurodiputado portugués pidiera a Saramago<br />

que renunciase a su nacionalidad portuguesa<br />

por haber escrito esta novela. Actitu<strong>de</strong>s tan<br />

extremas sólo se entien<strong>de</strong>n <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el fanatismo<br />

más radical y, por qué no <strong>de</strong>cirlo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una<br />

notable incultura.<br />

Compren<strong>de</strong>mos que Caín pue<strong>de</strong> ser molesta<br />

y resultar ofensiva para algunos lectores, pero<br />

una persona <strong>de</strong> mente abierta, religiosa o no,<br />

católica, cristiana, agnóstica o atea, <strong>de</strong>bería<br />

po<strong>de</strong>r leer una novela y opinar sobre ella con<br />

conocimiento <strong>de</strong> causa, sin sentirse coartada<br />

por opiniones previas.<br />

Pero, ¿qué es tan terrible en Caín? ¿Qué ha<br />

hecho Saramago para ganarse tantas antipatías?<br />

Su osadía ha sido simplemente novelar<br />

la historia <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los primeros personajes<br />

que aparecen en la biblia, Caín, el hermano<br />

malo, el asesino, el <strong>de</strong>sagra<strong>de</strong>cido, el traidor.<br />

La biblia retrata así a este personaje al que<br />

Saramago reivindica en esta novela, centrando<br />

la atención en su vida <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> matar<br />

a su hermano. Y mientras intenta redimir a<br />

Caín, carga las tintas contra Dios, ese padre<br />

celestial que sembró la semilla <strong>de</strong>l odio en<br />

Caín al alabar los sacrificios <strong>de</strong> Abel mientras<br />

que <strong>de</strong>spreciaba las ofrendas <strong>de</strong> su hermano.<br />

Durante la novela asistimos a una verda<strong>de</strong>ra<br />

epopeya. La vida <strong>de</strong> Caín se <strong>de</strong>sarrolla<br />

en lugares y épocas diferentes, como en la<br />

mejor novela fantástica o <strong>de</strong> ciencia-ficción.<br />

Saramago recurre a saltos en el tiempo y el<br />

espacio <strong>de</strong> manera premeditada. El uso <strong>de</strong> los<br />

elementos clásicos <strong>de</strong> la novela fantástica es<br />

un guiño a la propia biblia. No olvi<strong>de</strong>mos que<br />

el <strong>libro</strong> sagrado es, para muchos, la primera<br />

novela fantástica escrita. En ella encontramos<br />

prodigios, apariciones y <strong>de</strong>sapariciones, oráculos<br />

y profetas, seres alados con espadas <strong>de</strong><br />

fuego, trompetas capaces <strong>de</strong> <strong>de</strong>rribar murallas<br />

y explosiones tremendas que arrasan ciuda<strong>de</strong>s<br />

y convierten en estatua <strong>de</strong> sal al que ose dirigir<br />

hacia ellas su mirada. Por lo tanto, Saramago<br />

aprovecha las licencias fantásticas que la<br />

propia biblia le proporciona para situar a Caín<br />

no sólo en el momento en que mata a Abel, el<br />

inicio <strong>de</strong> su <strong>de</strong>sgracia, sino también en los lugares<br />

y épocas más significativos <strong>de</strong> la historia<br />

sagrada. Caín presencia algunas situaciones<br />

en las que, para él, Dios tensa <strong>de</strong>masiado la<br />

cuerda, como un jugador cruel que quiere ver<br />

hasta dón<strong>de</strong> pue<strong>de</strong> subir la apuesta. Asiste al<br />

momento en que Abraham está a punto <strong>de</strong> sacrificar<br />

a su hijo, vive la confusión <strong>de</strong> lenguas<br />

en Babel, presencia el Éxodo, es testigo <strong>de</strong> la<br />

Hemos leído...<br />

Fnazine<br />

tortura <strong>de</strong>l santo Job, y se embarca en el arca<br />

<strong>de</strong> Noé. Y en todos los episodios que le toca<br />

vivir, Caín no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> preguntarse por<br />

qué Dios no interviene, no ayuda a los que<br />

sufren, o, simplemente, por qué parece disfrutar<br />

llevando al límite el sufrimiento <strong>de</strong> quienes<br />

son sus hijos.<br />

Saramago presenta a un Dios cómplice <strong>de</strong><br />

Caín, <strong>de</strong>l asesinato que este perpetra. No sólo<br />

por instigar la envidia <strong>de</strong> Caín prestando todas<br />

sus atenciones a Abel, sino por no intervenir<br />

en el momento en que ve que Caín se dispone<br />

a matar a su hermano. Si a cualquiera <strong>de</strong><br />

nosotros se nos reprocharía no intervenir en<br />

un acto <strong>de</strong>lictivo si tuviéramos la oportunidad<br />

<strong>de</strong> evitarlo, ¿por qué aceptar esa pasividad en<br />

el propio Dios? ¿En nombre <strong>de</strong>l libre albedrío?<br />

Saramago no está <strong>de</strong> acuerdo con esa teoría.<br />

Respetar la libertad <strong>de</strong>l asesino es una pobre<br />

excusa para no ayudar a la víctima y evitar la<br />

tragedia. Para Saramago el Dios <strong>de</strong> la biblia<br />

es un ser irresponsable, que <strong>de</strong>satien<strong>de</strong> sus<br />

obligaciones, su creación. Un ser que apuesta<br />

cruelmente con el <strong>de</strong>monio para ver hasta<br />

don<strong>de</strong> soportará Job un tras otra <strong>de</strong>sgracia.<br />

Un ser, en <strong>de</strong>finitiva, que no merece ser adorado.<br />

Pero que el lector no se engañe. Saramago<br />

no preten<strong>de</strong> ser irreverente con Dios, atacar a<br />

Dios o insultar a Dios. Para Saramago, obviamente,<br />

Dios no existe. Y el <strong>de</strong>stinatario <strong>de</strong> su<br />

crítica, <strong>de</strong> su <strong>de</strong>nuncia, es el ser humano. Para<br />

el escritor portugués el hombre ha inventado<br />

un dios a su medida. Y lo ha dotado <strong>de</strong> todos<br />

sus <strong>de</strong>fectos. La biblia afirma en su inicio que<br />

Dios creó al hombre a su imagen y semejanza.<br />

Saramago concluye que fue el hombre el que<br />

creó a un dios semejante a él: con sus miserias,<br />

bajezas y falta <strong>de</strong> escrúpulos.<br />

Tenemos el dios que nos merecemos. Ese<br />

parece ser el mensaje <strong>de</strong> esta original y muy<br />

bien escrita novela. Es obvio por qué pue<strong>de</strong><br />

molestar a las personas con creencias religiosas.<br />

Pero también es obvio que Saramago<br />

es todo un filósofo, y en su novela no está<br />

haciendo más que explicar su concepción <strong>de</strong>l<br />

mundo a través <strong>de</strong>l hecho religioso.<br />

Obsesión<br />

Jonathan Kellerman<br />

La Factoría <strong>de</strong><br />

I<strong>de</strong>as<br />

Alex Delaware es<br />

el personaje principal<br />

<strong>de</strong> más <strong>de</strong> una<br />

veintena <strong>de</strong> novelas<br />

escritas por Jonathan<br />

Kellerman, un<br />

consagrado autor<br />

especializado en<br />

intriga psicológica<br />

y tramas <strong>de</strong>tectivescas. La característica<br />

diferencial en esta serie <strong>de</strong> novelas es que<br />

Delaware no es un policía o un <strong>de</strong>tective privado,<br />

protagonistas habituales <strong>de</strong> este tipo <strong>de</strong><br />

historias, sino un psicólogo que tiene su propia<br />

consulta pero que con frecuencia colabora con<br />

la policía. Este hecho da a esta serie una dimensión<br />

nueva, centrada en la personalidad,<br />

no sólo <strong>de</strong> los criminales, sino sobre todo <strong>de</strong><br />

las víctimas.<br />

obsesión es una <strong>de</strong> las últimas novelas <strong>de</strong> la<br />

serie publicadas, y la última que ha aparecido<br />

en bolsillo en nuestro país. En ella Delaware<br />

se reencuentra con Tanya, una joven <strong>de</strong> diecinueve<br />

años a la que atendió en su consulta<br />

<strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong>, marzo 2010<br />

cuando era una niña. Pese a los años que han<br />

pasado, el psicólogo recuerda a aquella niña<br />

con trastorno obsesivo-compulsivo y a Patty,<br />

la mujer que la llevó a la consulta y que ejercía<br />

<strong>de</strong> madre, a pesar <strong>de</strong> que en realidad era<br />

su tía. Ahora Tanya acu<strong>de</strong> al doctor Delaware<br />

para que le ayu<strong>de</strong> a <strong>de</strong>sentrañar un misterio.<br />

Patty ha muerto y ha <strong>de</strong>jado un inquietante<br />

mensaje a su hija. Sus últimas palabras parecían<br />

una confesión, y en ellas mencionaba la<br />

muerte <strong>de</strong> una persona cercana. A Tanya le<br />

obsesiona que su madre haya podido ocultar<br />

un terrible secreto durante los últimos años <strong>de</strong><br />

su vida y quiere <strong>de</strong>sentrañar el misterio que<br />

pueda escon<strong>de</strong>rse tras las palabras <strong>de</strong> Patty.<br />

A partir <strong>de</strong> ese momento Delaware se servirá<br />

<strong>de</strong> sus contactos en la policía para poner en<br />

marcha una investigación.<br />

La trama <strong>de</strong> obsesión sigue las huellas <strong>de</strong><br />

Patty escudriñando su pasado y recorriendo<br />

los lugares en los que vivió, y los posibles hechos<br />

<strong>de</strong>lictivos en los que podría haberse visto<br />

involucrada. Pero la originalidad <strong>de</strong> la novela<br />

estriba en que no se parte <strong>de</strong> un asesinato que<br />

resolver. No se trata <strong>de</strong> averiguar qué <strong>de</strong>lito<br />

cometió Patty sino <strong>de</strong> saber si realmente hizo<br />

algo reprobable o no. La incertidumbre pesa<br />

tanto sobre el lector como sobre la pobre Tanya,<br />

a quien su obsesión le hace reproducir los<br />

comportamientos compulsivos que la llevaron<br />

años atrás a la consulta <strong>de</strong>l doctor Delaware.<br />

A medida que pasan las páginas <strong>de</strong> la novela<br />

se nos <strong>de</strong>scubren personajes que se cruzaron<br />

en el pasado con las vidas <strong>de</strong> Tanya y Patty.<br />

Como en toda novela policíaca, aparecen asesinatos,<br />

pero la incógnita sigue siendo si Patty<br />

llego a tener relación con alguno <strong>de</strong> ellos.<br />

La originalidad <strong>de</strong> la trama, el ritmo constante<br />

<strong>de</strong> avances en la investigación y la continua<br />

aparición <strong>de</strong> nuevos misterios logran lo<br />

que toda novela <strong>de</strong> intriga busca: que las más<br />

<strong>de</strong> cuatrocientas páginas <strong>de</strong> obsesión pasen<br />

como una exhalación por las manos <strong>de</strong>l lector.<br />

La novela se disfruta <strong>de</strong> principio a fin, y<br />

no ofrece tregua ni contiene capítulos tediosos<br />

<strong>de</strong> transición. La acción y la tensión son las<br />

constantes <strong>de</strong> Kellerman, y en esta novela ha<br />

logrado que absolutamente todas las páginas<br />

estén empapadas en ese elixir que le ha llevado<br />

a ven<strong>de</strong>r millones <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s durante más<br />

<strong>de</strong> dos décadas.<br />

Un par <strong>de</strong> apuntes para terminar. Kellerman<br />

es un autor que da a sus <strong>libro</strong>s un toque especial<br />

no sólo gracias a la importancia <strong>de</strong> la<br />

psicología en sus tramas. No vamos a <strong>de</strong>svelar<br />

secretos, pero esperad a leer el último<br />

capítulo <strong>de</strong> obsesión, y veréis que hay más <strong>de</strong><br />

una forma <strong>de</strong> terminar una novela. El segundo<br />

apunte, consiste en una sencilla adivinanza.<br />

A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> escritor, ¿sabéis cual es la otra<br />

profesión <strong>de</strong> Kellerman? Seguro que sí...<br />

La previa<br />

muerte <strong>de</strong>l<br />

lugarteniente<br />

Aloof<br />

Álvaro Pombo<br />

Anagrama<br />

Los <strong>libro</strong>s <strong>de</strong><br />

aventuras suelen<br />

atrapar y fascinar<br />

a lectores <strong>de</strong> cualquier<br />

edad. Ya sea<br />

un capitán valiente<br />

pero <strong>de</strong>sengañado<br />

como Alatriste, un viajero incansable y opti-<br />

l


l<br />

mista como Phileas Fogg o un hombre-mono<br />

vestido únicamente con un taparrabos como<br />

Tarzán, los personajes <strong>de</strong> los <strong>libro</strong>s <strong>de</strong> aventuras<br />

son los que suelen <strong>de</strong>jar una huella más<br />

dura<strong>de</strong>ra en los lectores. El protagonista <strong>de</strong><br />

esta novela, <strong>de</strong>l que ni siquiera sabemos su<br />

nombre, y al que conocemos por un apelativo<br />

anglosajón, Aloof, es uno <strong>de</strong> esos héroes<br />

aventureros, cuya heroicidad consiste únicamente<br />

en sobrevivir en una aventura que nunca<br />

ha buscado, pero que a la vez es el único<br />

modo en que podría o sabría vivir.<br />

Pero la Previa muerte <strong>de</strong>l lugarteniente al o o f<br />

tiene otro protagonista. Un profesor, un narratólogo<br />

-quizá un alter ego <strong>de</strong>l propio autor-<br />

encuentra un manuscrito, un diario en que se<br />

narran las peripecias <strong>de</strong> Aloof y, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong><br />

transcribirlo, lo analiza, lo disecciona y lo estudia<br />

como si se tratase <strong>de</strong> una pieza <strong>de</strong> museo.<br />

Así el lector lee dos novelas al mismo tiempo:<br />

la que da origen a todo, la historia <strong>de</strong> Aloof<br />

narrada por él mismo, y la <strong>de</strong>l narratólogo, que<br />

analiza <strong>de</strong>s<strong>de</strong> varios puntos <strong>de</strong> vista el diario<br />

encontrado, y que en su afán investigador intentará<br />

dar con la i<strong>de</strong>ntidad real <strong>de</strong> quien se<br />

escon<strong>de</strong> tras el seudónimo <strong>de</strong> Aloof.<br />

Así, Pombo logra un efecto magnífico en su<br />

obra. No sólo hay una aventura -la <strong>de</strong> Aloof-,<br />

sino también un ensayo filosófico sobre el<br />

aventurero y sus motivaciones, al tiempo que<br />

se hace un estudio filológico <strong>de</strong> las narraciones<br />

aventureras -basta leer el pulcro y pormenorizado<br />

análisis lingüístico que hace el narratólogo<br />

<strong>de</strong> la primera frase <strong>de</strong>l diario <strong>de</strong> Aloof.<br />

Y este ensayo sobre la literatura <strong>de</strong> aventuras<br />

se convierte, a su vez, en una nueva aventura.<br />

Investigar la proce<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l diario, intentar dar<br />

con su autor, entrevistar a sus posibles amigos<br />

o familiares, se convertirá para el narratólogo<br />

-nuestro segundo aventurero- en una tarea<br />

fascinante que le dará material para escribir su<br />

propia historia.<br />

Pombo utiliza todos sus recursos narrativos<br />

para escribir una obra sencilla en apariencia,<br />

pero extremadamente compleja <strong>de</strong> construir.<br />

Lograr la perfecta simbiosis entre un diario y<br />

un ensayo sólo pue<strong>de</strong> lograrse con gran<strong>de</strong>s<br />

dosis <strong>de</strong> habilidad narrativa y una enorme pasión<br />

por la literatura en general y las novelas<br />

<strong>de</strong> aventuras en particular. Si a todo ello<br />

le sumamos la pulcra y minuciosa prosa <strong>de</strong><br />

Pombo, y el uso rico pero sin estri<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong>l<br />

vocabulario, tenemos una novela original en su<br />

contenido y casi perfecta en su construcción.<br />

Un <strong>libro</strong> que hará a los lectores sumergirse<br />

durante unas horas -pocas, por cierto, dada<br />

la extensión <strong>de</strong> la novela- en dos aventuras<br />

evocadoras y sugerentes.<br />

Marina<br />

Carlos Ruiz Zafón<br />

Planeta<br />

marina es la<br />

cuarta novela que<br />

publicó Carlos Ruiz<br />

Zafón, y marca la<br />

transición entre su<br />

etapa <strong>de</strong>dicada a<br />

la literatura juvenil y<br />

sus obras orientadas<br />

a un lector más<br />

adulto. En cualquier<br />

caso, la frontera entre uno y otro sector <strong>de</strong><br />

público no está perfectamente <strong>de</strong>limitada. La<br />

obra <strong>de</strong> Zafón sigue una estructura similar -a<br />

veces, incluso, <strong>de</strong>masiado repetitiva-, y sus<br />

Hemos leído...<br />

Fnazine<br />

novelas se van <strong>de</strong>spojando poco a poco <strong>de</strong> los<br />

elementos fantásticos que las hacen tan apetecibles<br />

para el lector joven. En marina, esos<br />

toques fantásticos aún perduran, pero dan sus<br />

últimos coletazos a<strong>de</strong>lantando lo que sería su<br />

primera novela <strong>de</strong> corte realista, la sombra <strong>de</strong>l<br />

viento.<br />

En marina el protagonista es Óscar Drai, un<br />

adolescente que estudia en un internado en<br />

Barcelona. Para huir <strong>de</strong>l aburrimiento <strong>de</strong>dica<br />

sus horas libres a vagar por la ciudad sin rumbo<br />

fijo. En una <strong>de</strong> sus caminatas conoce a<br />

Marina, que vive con su padre en una mansión<br />

no muy lejos <strong>de</strong>l internado. Marina tiene la<br />

misma edad <strong>de</strong> Óscar, y su madre murió hace<br />

años. Su padre y ella viven solos en aquella<br />

mansión y no tienen otra familia, así que cuidan<br />

el uno <strong>de</strong>l otro. Óscar y Marina se hacen<br />

amigos, y ella le lleva un día a presenciar un<br />

hecho misterioso. En el cementerio <strong>de</strong> Sarrià,<br />

una enigmática mujer acu<strong>de</strong> el último domingo<br />

<strong>de</strong> cada mes a visitar una tumba, y el hecho<br />

fascina a la joven pareja <strong>de</strong> amigos, que <strong>de</strong>ci<strong>de</strong>n<br />

averiguar algo más sobre la misteriosa<br />

dama. Ese es el inicio <strong>de</strong> una aventura que les<br />

llevará a <strong>de</strong>scubrir hechos insólitos ocurridos<br />

varias décadas atrás y pondrá en peligro no<br />

sólo sus vidas sino también la <strong>de</strong> todos aquellos<br />

que se crucen en su camino.<br />

Como en obras anteriores <strong>de</strong> Zafón, los<br />

continuos <strong>de</strong>scubrimientos que hacen Óscar y<br />

Marina son la base <strong>de</strong> nuevos misterios. Personaje<br />

tras personaje <strong>de</strong>sfilan por la novela<br />

aportando nuevos datos y nuevos interrogantes.<br />

La trama llega a ser un tanto monótona,<br />

al enlazar, una tras otra, entrevistas en las que<br />

la información va apareciendo con cuentagotas.<br />

Pero pese a todo, marina consigue mantener<br />

la tensión <strong>de</strong>l lector y la inquietud por el<br />

<strong>de</strong>senlace. Como ya hemos mencionado antes,<br />

el misterio en el que los protagonistas se<br />

ven envueltos tiene un importante componente<br />

fantástico. No queremos <strong>de</strong>strozar la novela<br />

explicándolo, pero a poco avispado que sea<br />

el lector, lo <strong>de</strong>scubrirá, quizá <strong>de</strong>masiado pronto.<br />

Tal vez la novela mantendría el suspense<br />

durante más tiempo si el autor no hubiese sucumbido<br />

<strong>de</strong> manera facilona a la tentación <strong>de</strong><br />

dar el nombre <strong>de</strong> María Shelley a uno <strong>de</strong> los<br />

personajes que aparecen en la historia.<br />

La estructura <strong>de</strong> marina es similar a la <strong>de</strong><br />

la anterior novela <strong>de</strong>l autor, las luCes <strong>de</strong> sePtiembre,<br />

y no dista mucho <strong>de</strong> la <strong>de</strong> su obra<br />

más aclamada, la sombra <strong>de</strong>l viento. Y aunque<br />

se trata <strong>de</strong> una novela que se lee bien, que<br />

pue<strong>de</strong> atrapar a lectores <strong>de</strong> cualquier edad, es<br />

inevitable que si el lector ha leído otras obras<br />

<strong>de</strong> Zafón eche <strong>de</strong> menos cierta originalidad<br />

estructural y argumental. El cojo y el<br />

loco<br />

Jaime Bayly<br />

Alfaguara<br />

Jaime Bayly vuelve<br />

con una novela<br />

dura, violenta, agresiva,<br />

<strong>de</strong>sagradable.<br />

Hay que advertirlo<br />

porque el lector no<br />

va a encontrar la<br />

fina ironía, el sarcasmo<br />

habitual en<br />

Bayly. Lo que narra<br />

esta novela es la historia terrible <strong>de</strong> dos seres<br />

monstruosos, <strong>de</strong> dos vidas <strong>de</strong>sgraciadas que,<br />

<strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong>, marzo 2010<br />

si bien comienzan sufriendo por el rechazo<br />

<strong>de</strong> su familia y su entorno, <strong>de</strong>spués vengan<br />

su sufrimiento <strong>de</strong>volviendo con creces toda la<br />

brutalidad a la que fueron sometidos. Es pues,<br />

el l o C o y el C o j o, una novela que pue<strong>de</strong> resultar<br />

incómoda al lector más sensible.<br />

Los protagonistas <strong>de</strong> la historia son dos<br />

personas que siguen vidas paralelas, si bien<br />

no llegan a encontrarse más que en un breve<br />

episodio <strong>de</strong> sus vidas. Bobby nace en el<br />

seno <strong>de</strong> una familia acomodada. A los ocho<br />

años <strong>de</strong> edad una osteomielitis le <strong>de</strong>ja una<br />

terrible secuela: una pierna ocho centímetros<br />

más corta que la otra. A partir <strong>de</strong> entonces<br />

será conocido como “el cojo”, y sufrirá el aislamiento<br />

<strong>de</strong> sus amigos, y hasta el rechazo <strong>de</strong><br />

su familia. En un intento por apartarlo <strong>de</strong> sus<br />

vidas, sus padres lo envían a estudiar a un<br />

internado en Europa. En el viaje sufre abusos<br />

sexuales por parte <strong>de</strong> la tripulación <strong>de</strong>l barco<br />

en el que viaja. A partir <strong>de</strong> ese momento el<br />

cojo toma una importante <strong>de</strong>cisión en su vida:<br />

nunca más <strong>de</strong>jará que abusen <strong>de</strong> él, será él<br />

quien abuse <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más.<br />

Pancho, el otro protagonista <strong>de</strong> la novela,<br />

nace también en una casa <strong>de</strong> clase alta. Es un<br />

niño feo y a medida que crece se hace patente<br />

en él una tartamu<strong>de</strong>z incontrolable. A<strong>de</strong>más,<br />

<strong>de</strong> bien joven <strong>de</strong>muestra una enfermiza adicción<br />

al sexo. Pronto se gana el apelativo <strong>de</strong><br />

“el loco”. Por todo ello sufre, como el cojo, la<br />

exclusión <strong>de</strong> su familia que, avergonzada, intenta<br />

apartarlo <strong>de</strong> su lado. El loco se convertirá<br />

a partir <strong>de</strong> entonces en un sátiro cuya sed <strong>de</strong><br />

sexo nunca queda saciada.<br />

El cojo y el loco son dos almas atormentadas,<br />

que sufren durante su niñez el aislamiento,<br />

el <strong>de</strong>sprecio <strong>de</strong> sus familias. El lector<br />

sabe lo que han sufrido, pero aún así resulta<br />

inconcebible la tremenda violencia que llegan<br />

a generar, el poco valor que dan a la vida -la<br />

suya y la <strong>de</strong> los que les ro<strong>de</strong>an-, y la crueldad<br />

con la que son capaces <strong>de</strong> actuar.<br />

La crítica ha recibido esta nueva novela <strong>de</strong><br />

Jaime Bayly <strong>de</strong>stacando su originalidad. Ciertamente<br />

se aparta <strong>de</strong> la mayoría <strong>de</strong> obras <strong>de</strong><br />

este autor, don<strong>de</strong> generalmente el protagonista<br />

es un alter ego <strong>de</strong>l propio Bayly. Pero no hace<br />

falta ser <strong>de</strong>masiado observador para darse<br />

cuenta <strong>de</strong> que Bayly no está <strong>de</strong>l todo ausente<br />

en la trama <strong>de</strong> el C o j o y el l o C o. Si algo tienen<br />

en común los personajes <strong>de</strong> anteriores novelas<br />

<strong>de</strong> Bayly, es el rechazo <strong>de</strong> su familia, <strong>de</strong> su<br />

clase social, <strong>de</strong> su entorno. No importa si el<br />

personaje es tartamudo, cojo o bisexual. En<br />

cualquier caso la diferencia crea un muro <strong>de</strong><br />

incomprensión, <strong>de</strong> rechazo, que aparta al que<br />

es distinto consi<strong>de</strong>rándolo una aberración.<br />

Si en esta novela las consecuencias son<br />

mucho más dramáticas que en otras anteriores,<br />

el fondo parece ser el mismo. Bayly vuelve<br />

a hablar en el C o j o y el l o C o <strong>de</strong> los seres<br />

que pier<strong>de</strong>n el <strong>de</strong>recho a sentirse parte <strong>de</strong> una<br />

familia, <strong>de</strong> un hogar, por el hecho <strong>de</strong> ser diferentes.<br />

Sigue hablando, en parte, <strong>de</strong> sí mismo,<br />

aunque en esta novela su imaginación haga<br />

llegar a los personajes hasta extremos que,<br />

hasta ahora, no se habían intuido en novelas<br />

anteriores <strong>de</strong>l autor.<br />

Si el lector es <strong>de</strong> cabeza fría y difícilmente<br />

impresionable, podrá leer el C o j o y el l o C o con<br />

ciertas garantías <strong>de</strong> no quedarse en el camino.<br />

Podrá llegar a apreciar la buena construcción<br />

<strong>de</strong> la novela, y el relato duro pero sincero<br />

<strong>de</strong> un autor solvente. Con todo, que llegue a<br />

disfrutar con la novela será mucho más complicado.<br />

9


10<br />

Yo maldigo el<br />

río <strong>de</strong>l tiempo<br />

Per Petterson<br />

Mondadori<br />

Cuando Arvid,<br />

el protagonista <strong>de</strong><br />

esta novela, recibe<br />

la noticia <strong>de</strong> que<br />

a su madre le han<br />

diagnosticado un<br />

cáncer <strong>de</strong> estómago,<br />

el último <strong>de</strong> los<br />

cimientos <strong>de</strong> su vida<br />

comienza a tambalearse.<br />

A sus treinta y siete años casi todo<br />

aquello en lo que creía ha <strong>de</strong>saparecido o le<br />

ha <strong>de</strong>fraudado. Su matrimonio ha naufragado<br />

y el divorcio es inminente. De joven <strong>de</strong>jó los<br />

estudios para consagrar su vida al trabajo y<br />

a los i<strong>de</strong>ales <strong>de</strong>l comunismo. Pero ahora el<br />

comunismo hace aguas, y la caída <strong>de</strong>l muro<br />

<strong>de</strong> Berlín será el carpetazo <strong>de</strong>finitivo a una<br />

época caduca y olvidada. Y ahora su madre se<br />

enfrenta a una enfermedad mortal.<br />

Al saber que su madre ha viajado sola a<br />

Jutlandia, la ciudad en la que nació, <strong>de</strong>ci<strong>de</strong><br />

seguir sus pasos y toma un barco para encontrarse<br />

con ella. No es este un viaje para el<br />

reencuentro, para apoyar o consolar a su madre<br />

enferma. Es la huida <strong>de</strong> Arvid ante la evi<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong> que su vida ha quedado totalmente<br />

vacía <strong>de</strong> significado, carente <strong>de</strong> motivaciones<br />

y <strong>de</strong> sentido. Es un intento <strong>de</strong>sesperado por<br />

aferrarse a algo cotidiano, conocido. Es Arvid<br />

el que necesita el apoyo <strong>de</strong> su madre.<br />

yo m a l d i g o el río <strong>de</strong>l tiemPo nos enfrenta a la<br />

sensación <strong>de</strong> impotencia que siente quien cree<br />

haber <strong>de</strong>sperdiciado su vida. Arvid ve ahora,<br />

con la perspectiva que le dan los años, los<br />

errores que cometió, las elecciones que le llevaron<br />

a un callejón vacío y sin salida. Pero lo<br />

peor es que ahora no sabe qué hacer. Sabe<br />

qué hizo mal, pero no tiene la menor i<strong>de</strong>a <strong>de</strong><br />

cómo reconducir su vida. Todo lo contrario <strong>de</strong><br />

lo que le ocurre a su madre, que <strong>de</strong>searía<br />

contar con más tiempo para seguir tejiendo su<br />

propia vida, su propia historia.<br />

La obra <strong>de</strong> Petterson no es difícil <strong>de</strong> <strong>de</strong>sentrañar.<br />

La actitud que madre e hijo toman<br />

ante la vida es bien distinta. Arvid es fatalista,<br />

se siente fracasado, y no sabe o no quiere<br />

encontrar un camino para seguir <strong>de</strong>lante. Su<br />

madre, en cambio, sólo necesita más tiempo.<br />

Si se le conce<strong>de</strong>, ella sabrá cómo emplearlo.<br />

Petterson no hace uso <strong>de</strong> sentimentalismos,<br />

Hemos leído...<br />

Fnazine<br />

apenas se <strong>de</strong>tiene en la intimidad <strong>de</strong> los personajes.<br />

Se limita a reflejar lo que piensan,<br />

usando para ello la narración en primera persona.<br />

Así no hay juicio <strong>de</strong>l autor, y es el lector<br />

el que <strong>de</strong>be intentar enten<strong>de</strong>r a Arvid, y<br />

absolverle o con<strong>de</strong>narle por labrar su propia<br />

<strong>de</strong>sgracia y por no saber salir <strong>de</strong> ella.<br />

Fantasías<br />

animadas<br />

Berta Marsé<br />

Anagrama<br />

Ofrecer un conjunto<br />

<strong>de</strong> relatos es<br />

una buena manera<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>butar en el<br />

mundo <strong>de</strong> la publicación,<br />

pues <strong>de</strong> una<br />

sola tacada el lector<br />

conoce diferentes<br />

trabajos, estilos y<br />

enfoques <strong>de</strong>l mismo autor. Si, a<strong>de</strong>más, los<br />

relatos son casi perfectos en su sencillez y a<br />

la vez originales sin estri<strong>de</strong>ncias, el estreno<br />

no pue<strong>de</strong> ser mejor. Este es el caso <strong>de</strong> Berta<br />

Marsé, que con los siete relatos que publica<br />

en fantasías animadas inaugura una carrera literaria<br />

que esperamos nos <strong>de</strong>pare muchos otros<br />

buenos trabajos.<br />

Los siete relatos, o las siete fantasías que<br />

nos ofrece la autora, son in<strong>de</strong>pendientes en<br />

cuanto a personajes y argumentos, pero la<br />

sensación <strong>de</strong> unidad que <strong>de</strong>stilan es po<strong>de</strong>rosa.<br />

Quizá la fantasía cotidiana -no hablamos<br />

<strong>de</strong> la fantasía como género- sea lo que une<br />

estos siete eslabones en una fuerte ca<strong>de</strong>na<br />

<strong>de</strong> emociones que acompañan al lector <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

la primera a la última página. Esa fantasía,<br />

unida a un ligero <strong>de</strong>sasosiego, una sensación<br />

<strong>de</strong> que algo está fuera <strong>de</strong> lugar, propician una<br />

atmósfera lectora cercana al thriller, aún cuando<br />

muchos <strong>de</strong> los episodios narrados en estos<br />

relatos sean <strong>de</strong> lo más prosaico.<br />

fantasías animadas se abre con el relato titulado<br />

lo s Po n s Po n s. Este es el único reparo<br />

que po<strong>de</strong>mos ponerle a esta obra. No porque<br />

se trate <strong>de</strong> un mal relato, ni muchísimo menos,<br />

pero sin duda el inicio <strong>de</strong>l <strong>libro</strong> habría sido<br />

mucho más impactante si se hubiera elegido<br />

cualquiera <strong>de</strong> los seis restantes para abrir el<br />

volumen. En este primer cuento, una serie <strong>de</strong><br />

televisión cobra una especial importancia para<br />

un joven que ve su vida y la <strong>de</strong> los que le<br />

ro<strong>de</strong>an fielmente reflejada en el argumento <strong>de</strong>l<br />

programa. Avisado queda el lector <strong>de</strong> que lo<br />

<strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong>, marzo 2010<br />

que encontrará en las primeras páginas se ve<br />

superado con creces por los relatos siguientes.<br />

Mucho más impactante es lo <strong>de</strong> d o n vito,<br />

don<strong>de</strong> un sencillo encargo <strong>de</strong> una amiga provocará<br />

que la vida <strong>de</strong> la protagonista se aboque<br />

sin remedio al caos más absoluto. Sin ser<br />

un relato <strong>de</strong> terror, los escalofríos se harán<br />

perceptibles a medida que se acerque el final<br />

<strong>de</strong> la historia. El terror soterrado es una constante<br />

en varias <strong>de</strong> las historias que componen<br />

fantasías animadas. En alguno <strong>de</strong> ellos está<br />

claramente buscado por la autora, como en el<br />

bebé <strong>de</strong> ro s a, todo un homenaje a la película<br />

la semilla <strong>de</strong>l diablo. Pero, paradójicamente,<br />

es mucho más inquietante el relato anterior a<br />

este, CoCinitas, don<strong>de</strong> la candi<strong>de</strong>z <strong>de</strong> un grupo<br />

<strong>de</strong> niñas <strong>de</strong> unos siete años escon<strong>de</strong> el terror<br />

más genuino: el que provoca intuir al monstruo<br />

que todos llevamos <strong>de</strong>ntro.<br />

Con lo s a m i g o s Perdidos, Marsé nos sitúa en<br />

el escenario quizá más cotidiano. Se trata <strong>de</strong>l<br />

relato en el que nos po<strong>de</strong>mos sentir más i<strong>de</strong>ntificados.<br />

¿Quién no ha pasado una velada con<br />

amigos o amigas, hablando <strong>de</strong> todo y <strong>de</strong> nada,<br />

y criticando sin piedad a alguien ausente? Más<br />

difícil se hace empatizar con la protagonista <strong>de</strong><br />

gran noChe <strong>de</strong> g a l a, a pesar <strong>de</strong> ser, <strong>de</strong> nuevo,<br />

un personaje tan cotidiano como podría serlo<br />

nuestra hermana o nuestra esposa. El hecho<br />

<strong>de</strong> ver a esta mujer <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>de</strong>ntro, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus<br />

pensamientos más íntimos, es lo que provoca,<br />

quizá, el rechazo temeroso <strong>de</strong>l lector, que no<br />

quiere llegar a i<strong>de</strong>ntificarse con la protagonista<br />

para no sufrir con ella.<br />

Cierra esta obra el relato más evocador y<br />

sentimental -lo que no significa que caiga en<br />

el sentimentalismo trasnochado <strong>de</strong> lágrima fácil-.<br />

Con las ProsPerinas, Berta Marsé pone<br />

un broche <strong>de</strong> oro a esta colección <strong>de</strong> relatos,<br />

<strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> una anciana que va perdiendo<br />

poco a poco la memoria reciente, y a la vez<br />

comienza a evocar hechos <strong>de</strong> un pasado remoto,<br />

ya olvidado, que sus personas allegadas<br />

<strong>de</strong>sconocen.<br />

Leer fantasías animadas agita la conciencia,<br />

provoca sensaciones, zaran<strong>de</strong>a al lector en<br />

una montaña rusa <strong>de</strong> emociones íntimas. Con<br />

una <strong>de</strong>streza narrativa digna <strong>de</strong> elogio, Berta<br />

Marsé consigue un ritmo fluido que invita a<br />

leer la obra <strong>de</strong> una sola vez, sin pausas, sin<br />

querer <strong>de</strong>jar nada para más tar<strong>de</strong>, pero a la<br />

vez <strong>de</strong>seando no llegar al final. Porque lo único<br />

malo <strong>de</strong> fantasías animadas es llegar a su<br />

última página y no po<strong>de</strong>r seguir leyendo más<br />

relatos <strong>de</strong> esta prometedora autora.<br />

En el blog “LiteRatos”<br />

encontrarás algunos <strong>de</strong> los<br />

comentarios sobre <strong>libro</strong>s que<br />

publicamos en esta sección,<br />

y otros que no tienen cabida<br />

en ella por falta <strong>de</strong> espacio.<br />

Visítalo en:<br />

http://www.lite-ratos.com<br />

También encontrarás un enlace<br />

a este blog <strong>de</strong>s<strong>de</strong> nuestra<br />

página:<br />

http://www.punto<strong>de</strong><strong>libro</strong>.es<br />

l


l<br />

En<strong>de</strong>r en el exilio<br />

Orson Scott Card - Ediciones B<br />

Previsto: 17/03/2010<br />

La saga <strong>de</strong> En<strong>de</strong>r es una <strong>de</strong> las series <strong>de</strong><br />

ciencia-ficción <strong>de</strong> mayor éxito <strong>de</strong> los últimos<br />

tiempos. La saga original consta <strong>de</strong> cuatro<br />

novelas, aunque el autor inició una serie paralela<br />

-la saga <strong>de</strong> las sombras- que narraba<br />

los mismos hechos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong><br />

otro personaje.<br />

Ahora aparece la quinta novela <strong>de</strong> la saga<br />

original, que se sitúa temporalmente entre los<br />

hechos narrados en la primera (el j u e g o <strong>de</strong><br />

en<strong>de</strong>r) y la segunda (la v o z <strong>de</strong> l o s muertos).<br />

Tras abandonar la Escuela <strong>de</strong> Batalla, En<strong>de</strong>r<br />

Wiggin intenta localizar el planeta en el<br />

que las “reinas” <strong>de</strong> los insectores se habían<br />

concentrado. El comandante <strong>de</strong> la nave en la<br />

que viaja En<strong>de</strong>r <strong>de</strong>sea hacerse con el po<strong>de</strong>r,<br />

y si es necesario enviará al chico a la Tierra<br />

para po<strong>de</strong>r ejercer el control absoluto <strong>de</strong> la<br />

colonia Ganges. En<strong>de</strong>r <strong>de</strong>berá <strong>de</strong>mostrar <strong>de</strong><br />

nuevo sus dotes <strong>de</strong> estratega que exhibió en<br />

la Escuela <strong>de</strong> Batalla para salir airoso <strong>de</strong> la<br />

situación.<br />

La estrategia <strong>de</strong>l agua<br />

Lorenzo Silva - Destino<br />

Previsto: 04/03/2010<br />

Lorenzo Silva nos ofrece una nueva entrega<br />

<strong>de</strong> su famosa serie <strong>de</strong> Bevilacqua y Chamorro,<br />

esa pareja <strong>de</strong> la Guardia Civil que tan buenos<br />

ratos ha hecho pasar a los aficionados a la<br />

novela <strong>de</strong> crimen y misterio.<br />

En esta ocasión Vila se siente <strong>de</strong>sencantado,<br />

ya que un error judicial <strong>de</strong>ja en libertad a<br />

un asesino que él mismo capturó. Sin tiempo<br />

para lamentarse, tiene que hacerse cargo<br />

<strong>de</strong> un nuevo caso: un hombre corriente Óscar<br />

Santacruz ha aparecido muerto <strong>de</strong> dos disparos<br />

en el ascensor <strong>de</strong>l edificio en el que<br />

vivía. Sin móvil aparente, el extraño asesinato<br />

Lo que nos espera<br />

Fnazine<br />

centrará la investigación en la que Bevilacqua<br />

mantendrá una actitud más escéptica y menos<br />

comprometida que en anteriores ocasiones.<br />

Una <strong>de</strong> las noveda<strong>de</strong>s en esta entrega es<br />

la aparición <strong>de</strong> un tercer Guardia Civil, Arnau,<br />

un joven que se intentará ganar la confianza<br />

<strong>de</strong> Bevilacqua.<br />

El quinto día<br />

Andrew Hartley - La Factoría <strong>de</strong> I<strong>de</strong>as<br />

Previsto: 03/2010<br />

Thomas Knight recibe la noticia <strong>de</strong> la muerte<br />

<strong>de</strong> su hermano, un sacerdote católico que investigaba<br />

la historia <strong>de</strong> los símbolos cristianos<br />

viajando por todo el mundo. El silencio con el<br />

que la jerarquía eclesiástica envuelve el inci<strong>de</strong>nte<br />

hace sospechar a Knight, quien en compañía<br />

<strong>de</strong> Deborah Miller, una conservadora <strong>de</strong><br />

museos, seguirá las huellas <strong>de</strong> su hermano<br />

para intentar aclarar los hechos. Los pasos <strong>de</strong><br />

los dos investigadores serán seguidos por un<br />

grupo <strong>de</strong> fanáticos dispuestos a todo, incluso a<br />

asesinar, para mantener oculto un asombroso<br />

secreto.<br />

En la línea tradicional <strong>de</strong> la especulación<br />

histórica este autor, licenciado en Egiptología<br />

y apasionado <strong>de</strong> la arqueología, la mitología y<br />

la historia, nos ofrece una novela que mezcla<br />

intriga, acción, religión e historia, y que no<br />

<strong>de</strong>be confundirse con la novela homónima que<br />

publicó hace unos años Frank Chatzing.<br />

El tiempo envejece <strong>de</strong>prisa<br />

Antonio Tabucchi - Anagrama<br />

Previsto: 04/03/2010<br />

Este <strong>libro</strong> <strong>de</strong> relatos presenta una galería<br />

<strong>de</strong> personajes enfrentados con el tiempo. El<br />

pasado que regresa insistente, el presente que<br />

se escapa velozmente, el futuro que intenta<br />

<strong>de</strong>sentrañar uno <strong>de</strong> los personajes mediante la<br />

contemplación <strong>de</strong> las nubes... Nueve relatos,<br />

nueve historias que dan lugar a un viaje por el<br />

tiempo y por los efectos que el tiempo tiene en<br />

sus protagonistas.<br />

<strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong>, marzo 2010<br />

Dime quién soy<br />

Julia Navarro - Plaza & Janés<br />

Previsto: 12/03/2010<br />

Una periodista recibe el encargo <strong>de</strong> investigar<br />

el pasado <strong>de</strong> su propia abuela, quien<br />

poco antes <strong>de</strong> estallar la Guerra Civil Española<br />

abandonó su casa y su familia sin <strong>de</strong>jar la<br />

menor pista sobre su <strong>de</strong>stino. Investigar la vida<br />

<strong>de</strong> Amelia Garayoa obligará a la protagonista a<br />

bucear en la vida sentimental <strong>de</strong> su abuela, a<br />

investigar a los hombres que compartieron su<br />

vida, y a repasar la historia política y bélica <strong>de</strong><br />

varias décadas.<br />

La novela hace un recorrido por los hechos<br />

más importantes <strong>de</strong>l siglo XX. La Guerra Civil,<br />

la Segunda Guerra Mundial, el nazismo y la<br />

Guerra Fría, en un relato que mezcla la revisión<br />

histórica con la intriga <strong>de</strong>tectivesca.<br />

Mi amigo Stieg Larsson<br />

Kurdo Baksi - Destino<br />

Previsto: Disponible<br />

Que la saga millenium ha sido uno <strong>de</strong> los<br />

mayores éxitos editoriales <strong>de</strong> los últimos años<br />

es innegable. Pero parece que el negocio en<br />

torno al <strong>de</strong>saparecido autor <strong>de</strong> esta serie no ha<br />

hecho más que empezar. En abril se publicará<br />

un <strong>libro</strong> cuyo título no pue<strong>de</strong> ser más revelador.<br />

El periodista Kurdo Baksi, amigo durante<br />

años <strong>de</strong> Stieg Larsson, recuerda los hechos<br />

fundamentales <strong>de</strong> su vida, pone un énfasis<br />

especial en la lucha que Larsson mantuvo<br />

contra el racismo y el fascismo en Suecia.<br />

Un <strong>libro</strong> que, si bien se había anunciado<br />

para el mes <strong>de</strong> abril, ha visto a<strong>de</strong>lantada su<br />

publicación, tal vez apremiado por la implacable<br />

batalla que mantienen actualmente familiares<br />

y amigos <strong>de</strong> Larsson por la herencia <strong>de</strong>l<br />

autor y la publicación <strong>de</strong> material inédito que<br />

<strong>de</strong>jó inconcluso antes <strong>de</strong> morir.<br />

11


12<br />

En Internet<br />

Fnazine<br />

Libros <strong>de</strong> cabecera http://www.<strong>libro</strong>s<strong>de</strong>cabecera.com/<br />

li b r o s <strong>de</strong> CabeCera es una editorial temática especializada en obras<br />

<strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong>, marzo 2010<br />

sobre economía y empresa. No sólo edita ensayos u obras <strong>de</strong> divulgación:<br />

también incluye en su catálogo narrativa que tenga que ver con<br />

el mundo <strong>de</strong> los negocios o las finanzas.<br />

Pero lo que distingue a esta joven editorial -justo en el momento<br />

<strong>de</strong> redactar este artículo cumple un año <strong>de</strong> vida- es su enfoque hacia<br />

las nuevas tecnologías, lo que se hace evi<strong>de</strong>nte en su página web.<br />

Aunque el catálogo <strong>de</strong> obras publicadas es, <strong>de</strong> momento, reducido,<br />

todos los <strong>libro</strong>s <strong>de</strong> esta editorial se ven<strong>de</strong>n tanto en papel como en<br />

formato digital. Si se opta por el <strong>libro</strong> tradicional, todas las obras tienen<br />

un mismo y práctico formato. Si se opta por el <strong>libro</strong> electrónico, la editorial<br />

ofrece la posibilidad <strong>de</strong> adquirir las obras en dos formatos, <strong>PDF</strong><br />

y EPUB. En ambos casos el precio <strong>de</strong> venta se encuentra por <strong>de</strong>bajo<br />

<strong>de</strong>l 50% <strong>de</strong>l precio <strong>de</strong> la misma obra en papel.<br />

Lo mejor es que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la página web pue<strong>de</strong> consultarse el catálogo,<br />

leer gratuitamente los primeros capítulos <strong>de</strong> cada obra, y adquirirlas<br />

en cualquiera <strong>de</strong> sus formatos. Todo esto en una <strong>de</strong> las webs más<br />

accesibles que hemos visto en todo el sector. Con una sencillez casi<br />

espartana, pero con un diseño agradable y cómodo, los contenidos<br />

se muestran claramente, las opciones <strong>de</strong> compra están perfectamente<br />

explicadas y se huye, en <strong>de</strong>finitiva, <strong>de</strong> cualquier estri<strong>de</strong>ncia que distraiga<br />

al visitante.<br />

Una página web que podría utilizarse como ejemplo <strong>de</strong> lo que <strong>de</strong>be<br />

ser un diseño práctico, para una editorial que también apunta a ser un<br />

ejemplo en su sector.<br />

Editorial MAD http://www.mad.es/<br />

La editorial mad se <strong>de</strong>fine a sí misma como “la editorial <strong>de</strong>l opositor”.<br />

En su web se pue<strong>de</strong> encontrar el amplísimo catálogo <strong>de</strong> publicaciones<br />

que edita a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> información sobre convocatorias y<br />

requisitos para las oposiciones.<br />

Los métodos <strong>de</strong> búsqueda <strong>de</strong> la web permiten localizar con facilidad<br />

la obra buscada, por título o por ISBN. Pero sin duda la opción más<br />

útil es acce<strong>de</strong>r al catálogo organizado en una jerarquía temática. Allí<br />

se pue<strong>de</strong>n localizar rápidamente los <strong>libro</strong>s relacionados con el tema<br />

que nos interese.<br />

Los <strong>libro</strong>s pue<strong>de</strong>n comprarse directamente en la web. La mayoría<br />

<strong>de</strong> ellos se ofrece, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> en papel, en formato electrónico. Si se<br />

opta por el <strong>libro</strong> digital, el formato que ofrece editorial mad es <strong>PDF</strong><br />

con sistema <strong>de</strong> gestión <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos (DRM) lo que limita en ciertos<br />

aspectos la utilización e impresión <strong>de</strong>l <strong>libro</strong>. A<strong>de</strong>más, en este caso el<br />

precio un <strong>libro</strong> digital supone el 70% <strong>de</strong>l precio <strong>de</strong> la misma obra en<br />

papel. El ahorro, aunque evi<strong>de</strong>nte, no es el habitual cuando se trata<br />

<strong>de</strong> obras digitalizadas.<br />

Pero ya hemos indicado que la web <strong>de</strong> editorial mad no se limita<br />

al <strong>libro</strong>, sino que ofrece todo tipo <strong>de</strong> información y servicios sobre<br />

oposiciones. Así se pue<strong>de</strong> encontrar un completo calendario <strong>de</strong> convocatorias<br />

que cuenta con su correspondiente buscador. A<strong>de</strong>más dispone<br />

<strong>de</strong> un aula virtual en la que se pue<strong>de</strong>n seguir diferentes cursos<br />

<strong>de</strong> preparación para oposiciones. El catálogo <strong>de</strong> cursos es amplísimo,<br />

con precios que oscilan entre los 35 y los más <strong>de</strong> 300 euros. A<strong>de</strong>más<br />

existe la posibilidad <strong>de</strong> contratar el curso con <strong>libro</strong>s incluidos por un<br />

importe adicional.<br />

La web <strong>de</strong> editorial mad es un sitio <strong>de</strong> referencia para los opositores,<br />

con amplios contenidos y un diseño algo recargado pero fácil<br />

<strong>de</strong> utilizar.<br />

Grammata http://mipapyre.com/<br />

gr a m m a t a distribuye uno <strong>de</strong> los mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> lector electrónico más<br />

vendidos en España: el Papyre. Por lo tanto, este producto es el centro<br />

<strong>de</strong> su página web. En ella se pue<strong>de</strong>n conocer en <strong>de</strong>talle las versiones<br />

y características <strong>de</strong> este lector y, por supuesto, adquirirlo directamente<br />

en la tienda on-line. Las opciones <strong>de</strong> soporte al usuario son muy completas,<br />

ya que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la página web pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>scargarse manuales,<br />

programas complementarios y la actualización <strong>de</strong>l firmware, el software<br />

que controla las funciones <strong>de</strong>l lector. Esto permite que Papyre no<br />

que<strong>de</strong> obsoleto. Si aparecen nuevos estándares <strong>de</strong> <strong>libro</strong> electrónico, o<br />

surgen nuevas funciones, basta con actualizar el firmware para disponer<br />

<strong>de</strong> un mo<strong>de</strong>lo renovado sin invertir ni un euro <strong>de</strong> más.<br />

Pero la web <strong>de</strong> gr a m m a t a no se limita al lector electrónico. También<br />

intenta dotarlo <strong>de</strong> contenidos. La zona <strong>de</strong> <strong>de</strong>scarga <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s ofrece<br />

algunos títulos, todos ellos gratuitos al tratarse <strong>de</strong> obras cuyos <strong>de</strong>rechos<br />

<strong>de</strong> autor ya han expirado. El usuario no encontrará, por tanto,<br />

obras <strong>de</strong> las últimas décadas, y mucho menos noveda<strong>de</strong>s editoriales<br />

recientes. El apartado <strong>de</strong> contenidos se complementa con el acceso a<br />

publicaciones periódicas: revistas, blogs y periódicos nacionales pue<strong>de</strong>n<br />

obtenerse en formato electrónico para su lectura en Papyre.<br />

Un blog sobre <strong>libro</strong>s electrónicos y la zona <strong>de</strong> foros completan una<br />

página web correcta, con todas las funciones que se pue<strong>de</strong>n esperar<br />

para un producto como Papyre, pero que adolece <strong>de</strong> algo que afecta<br />

en general a todos los distribuidores <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s electrónicos: la falta <strong>de</strong><br />

un amplio catálogo <strong>de</strong> contenidos que abarque todas las temáticas e<br />

incluya obras recientes y <strong>de</strong> actualidad.<br />

l


l<br />

La célebre rana saltarina <strong>de</strong>l distrito <strong>de</strong> Calaveras<br />

Mark Twain<br />

Para cumplir el encargo <strong>de</strong> un amigo que<br />

me escribía <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Este, fui a hacer una<br />

visita a ese simpático joven y viejo charlatán<br />

que es Simón Wheeler.<br />

Fui a pedirle noticias <strong>de</strong> un amigo <strong>de</strong> mi<br />

amigo, Leónidas W. Smiley, y este es el resultado.<br />

Tengo una vaga sospecha <strong>de</strong> que Leónidas<br />

W. Smiley no es más que un mito, que mi<br />

amigo nunca lo conoció, y que mencionárselo<br />

a Simón Wheeler era motivo suficiente<br />

para que él recuer<strong>de</strong> al maldito Jim Smiley,<br />

y me aburra a muerte con alguna anécdota<br />

insoportable <strong>de</strong> ese personaje <strong>de</strong> historia tan<br />

larga, cansadora y falta <strong>de</strong> interés. Si era esa<br />

la intención <strong>de</strong> mi amigo, lo logró.<br />

Encontré a Simón Wheeler soñoliento y cómodamente<br />

instalado cerca <strong>de</strong> la chimenea,<br />

en el banco <strong>de</strong> una vieja taberna en ruinas,<br />

situada en medio <strong>de</strong>l antiguo campo minero<br />

<strong>de</strong> El Ángel. Observé que era gordo y calvo y<br />

que tenía en su rostro una expresión <strong>de</strong> dulce<br />

simpatía y <strong>de</strong> ingenua sencillez.<br />

Se <strong>de</strong>spertó y me saludó. Le dije que<br />

uno <strong>de</strong> mis amigos me había encargado hacer<br />

algunas averiguaciones sobre un querido<br />

compañero <strong>de</strong> infancia, llamado Leónidas W.<br />

Smiley, el reverendo Leónidas W. Smiley, joven<br />

ministro evangelista, que había residido<br />

algún tiempo en el campo <strong>de</strong> El Ángel.<br />

Agregué que si él podía darme informes<br />

sobre el tal Leónidas W. Smiley, yo le quedaría<br />

muy agra<strong>de</strong>cido.<br />

Simón Wheeler me llevó a un rincón, me<br />

bloqueó el paso con su silla, se sentó, y luego<br />

me envolvió con la siguiente historia monótona.<br />

Durante el relato no sonrió una sola vez, ni<br />

arqueó una sola vez las cejas, ni cambió <strong>de</strong><br />

entonación y hasta el final mantuvo el mismo<br />

sonsonete uniforme con el que había comenzado<br />

su primera frase. Ni una vez mostró el<br />

más ligero entusiasmo.<br />

Pero su interminable recitado estaba recorrido<br />

por un caudal <strong>de</strong> impresionante y seria<br />

sinceridad. No me quedó la menor duda <strong>de</strong><br />

que él no veía nada <strong>de</strong> ridículo o <strong>de</strong> divertido<br />

en esta historia. La consi<strong>de</strong>raba, en realidad,<br />

como un acontecimiento importante, y juzgaba<br />

con admiración a sus dos protagonistas,<br />

como hombres inteligentes que <strong>de</strong>mostraban<br />

su ingenio.<br />

Le <strong>de</strong>jé, pues, hablar, sin interrumpirlo ni<br />

una sola vez.<br />

El reverendo Leónidas W. Smiley. ¡Hum! El<br />

reverendo. Me acuerdo perfectamente. Había<br />

antes en este lugar un pícaro llamado Jim<br />

Smiley.<br />

Era el invierno <strong>de</strong> 1849 o quizás en la pri-<br />

El relato<br />

Fnazine<br />

mavera <strong>de</strong> 1850. No recuerdo con exactitud,<br />

pero lo que me hace pensar que era aproximadamente<br />

esa época, es que la gran barrera<br />

<strong>de</strong>l río no estaba terminada cuando él llegó<br />

al campo.<br />

Siempre diré que jamás se ha visto hombre<br />

más particular. Hacía apuestas sobre cualquier<br />

cosa, por cualquier cosa, siempre que<br />

encontrase con quién. Todo lo que pudiera<br />

servir <strong>de</strong> motivo <strong>de</strong> apuesta para el otro, también<br />

le servía a él. Sólo necesitaba encontrar<br />

su hombre. En ese caso, estaba satisfecho.<br />

Si no le aceptaban su apuesta, él la intercambiaba<br />

con el adversario. Por otra parte,<br />

tenía una suerte extraordinaria y generalmente<br />

ganaba. Siempre estaba listo y dispuesto a<br />

apostar. No se podía mencionar la cosa más<br />

pequeña sin que aquel pícaro propusiera una<br />

apuesta en favor o en contra. Le daba lo mismo,<br />

como ya le dije.<br />

Los días <strong>de</strong> carreras <strong>de</strong> caballos se lo encontraba<br />

a la salida, colorado <strong>de</strong> alegría o<br />

<strong>de</strong>spojado <strong>de</strong> hasta el último centavo. Si había<br />

una pelea <strong>de</strong> perros, él apostaba; si había<br />

una pelea <strong>de</strong> gatos, apostaba; si había una<br />

riña <strong>de</strong> gallos, apostaba.<br />

Si veía dos pájaros posados sobre una<br />

rama, apostaba a cuál volaría primero, y si<br />

había una reunión en el campo, ahí precisamente<br />

se encontraba él, apostando a que<br />

el pastor Walker era el mejor predicador <strong>de</strong>l<br />

país. Y lo era en efecto, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> ser una<br />

gran persona.<br />

Si Smiley hubiera visto una chinche con la<br />

pata alzada para ir no importa adón<strong>de</strong>, hubiera<br />

sido capaz <strong>de</strong> apostar sobre el tiempo que<br />

le tomaría el viaje, y si uno se prendía en la<br />

apuesta, habría seguido a la chinche hasta<br />

México, sin inquietarse por la distancia o por<br />

el tiempo que tardaría en llegar.<br />

Aquí hay un montón <strong>de</strong> personas que han<br />

conocido a ese Smiley y que podrían contarle<br />

cosas sobre él. Él hubiera apostado sobre<br />

cualquier cosa, sin tener preferencias <strong>de</strong> ninguna<br />

clase. Era un tipo audaz.<br />

En cierta época, la mujer <strong>de</strong>l pastor Walker<br />

estaba muy enferma. Su enfermedad duró<br />

mucho tiempo. Creían que ya no tenía salvación.<br />

Una mañana, el pastor entró y Smiley<br />

le pidió noticias. El pastor le respondió que<br />

ella estaba mejor, gracias a la infinita misericordia<br />

<strong>de</strong>l Señor, y que con la bendición <strong>de</strong><br />

la Provi<strong>de</strong>ncia iba tan bien que seguramente<br />

mejoraría rápidamente. Smiley, sin pensar en<br />

lo que <strong>de</strong>cía, hizo su apuesta: “A que está<br />

muerta, a las dos y media” -dijo.<br />

Ese Smiley tenía una mula a la que los<br />

muchachos llamaban “la yegua <strong>de</strong>l cuarto <strong>de</strong><br />

hora”. Eso no era más que una broma, por-<br />

<strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong>, marzo 2010<br />

que, seguramente ella tardaba menos que un<br />

cuarto <strong>de</strong> hora en hacer su camino, y por<br />

lo común, él ganaba dinero con esta bestia<br />

aunque fuese tan lenta y aunque siempre tuviese<br />

ataques <strong>de</strong> asma, fatiga y otras cosas<br />

parecidas.<br />

Le podían dar <strong>de</strong> dos a trescientos metros<br />

<strong>de</strong> ventaja; igual se la alcanzaba pronto.<br />

Pero al final <strong>de</strong> la carrera, se animaba increíblemente,<br />

y se ponía a trotar y a galopar,<br />

impulsando sus patas hacia todas partes, por<br />

el aire o sobre las barreras, levantando una<br />

polvareda tremenda, y haciendo un ruido terrible<br />

con su tos, y siempre llegaba primera,<br />

exactamente por una cabeza.<br />

Tenía también un bulldog pequeño, que parecía<br />

no valer ni dos centavos, por su aspecto<br />

vulgar y poco agresivo, tanto que al apostar<br />

contra él uno temía quedar como un ladrón.<br />

Pero cuando el dinero estaba apostado, se<br />

convertía en otro perro.<br />

Su mandíbula inferior comenzaba a resaltar<br />

como la torre <strong>de</strong> un barco a vapor, y se<br />

<strong>de</strong>scubrían sus dientes, brillantes como una<br />

hoguera. Otro perro podía correrlo, provocarlo,<br />

mor<strong>de</strong>rlo, arrojarlo sobre su espalda dos<br />

o tres veces. Andrés Jackson -este era su<br />

apodo- se <strong>de</strong>jaba hacer, siempre con el aspecto<br />

<strong>de</strong> un perro al que le parece totalmente<br />

natural lo que le hacen.<br />

Se doblaban las apuestas, se triplicaban,<br />

contra él, hasta que no hubiese más dinero<br />

que apostar; entonces, <strong>de</strong> repente, atrapaba<br />

con fuerza al otro perro exactamente en las<br />

articulaciones <strong>de</strong> las patas traseras, sin hincar<br />

<strong>de</strong>masiado los dientes, lo suficiente para<br />

cuidar su presa, y mantenerse así tanto tiempo<br />

que si no se arrojaba la esponja, hubiera<br />

seguido un año.<br />

Smiley había ganado siempre con este animal,<br />

hasta el día en que encontró un perro<br />

que no tenía patas traseras porque se las<br />

había cortado una sierra circular. Cuando Ia<br />

pelea se había prolongado bastante y ya se<br />

habían vaciado todos los bolsillos, al ir Andrés<br />

Jackson a mor<strong>de</strong>r su pedazo favorito, se dio<br />

cuenta <strong>de</strong> que se habían burlado <strong>de</strong> él, y<br />

que el otro perro lo tenía a su merced, por<br />

así <strong>de</strong>cir.<br />

Se lo vio sorprendido, avergonzado y acobardado;<br />

no hizo ni un solo esfuerzo, y <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

ese instante, el otro lo sacudió con ru<strong>de</strong>za.<br />

Dirigió una mirada a Smiley, que parecía <strong>de</strong>cirle<br />

que su corazón estaba sufriendo y que<br />

era su culpa, la <strong>de</strong> Smiley, el haber traído un<br />

perro que no tenía patas traseras que él pudiera<br />

mor<strong>de</strong>r, porque eso era lo que se acostumbraba<br />

en una pelea.<br />

Acto seguido dio algunos pasos renquean-<br />

13


14<br />

do, se acostó y murió. Era un buen perro este<br />

Andrés Jackson. Sería famoso si viviera. Porque<br />

tenía ma<strong>de</strong>ra y genio. Lo aseguro, aunque<br />

las circunstancias lo hayan traicionado.<br />

Sería absurdo no reconocer que para luchar<br />

<strong>de</strong> esta manera, un perro <strong>de</strong>be tener un talento<br />

especial. Siempre me pongo triste cuando<br />

pienso en su último torneo y en la forma<br />

en que acabó.<br />

Pues bien, aquel Smiley tenía fox-terriers,<br />

gallos <strong>de</strong> pelea y toda clase <strong>de</strong> animales,<br />

hasta el punto <strong>de</strong> no contar con ningún instante<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>scanso. Así, cuando alguien quería<br />

encontrar no importa qué cosa, para apostar<br />

en su contra, siempre estaba dispuesto.<br />

Un día atrapó una rana, la llevó a su casa<br />

y dijo que iba a educarla. Durante tres meses<br />

no hizo nada más que tenerla en su corral y<br />

enseñarle a saltar, y apuesto lo que quiera<br />

que le enseñó.<br />

No tenía más que darle un pequeño empujón<br />

por <strong>de</strong>trás, e inmediatamente se veía a la<br />

rana girando por el aire como una espiral que<br />

diese una vuelta, o dos si había tomado gran<br />

impulso, y volver a caer sobre sus patas con<br />

la <strong>de</strong>streza <strong>de</strong> un gato.<br />

Le había enseñado también el arte <strong>de</strong> atrapar<br />

las moscas, y tan pacientemente la había<br />

adiestrado sobre el tema, que localizaba una<br />

mosca sobre la pared a una distancia mayor<br />

<strong>de</strong> la que podía verla.<br />

Smiley <strong>de</strong>cía que todo lo que le hacía falta<br />

a una rana era educación, y que educándola,<br />

se podía hacer <strong>de</strong> ella casi lo que se quisiera,<br />

y yo creo que tenía razón.<br />

Fíjese, yo lo vi colocar a Daniel Webster<br />

sobre el piso -Daniel Webster, era el nombre<br />

<strong>de</strong> la rana- y preguntarle: “¿Las moscas,<br />

Dani, las moscas?”. Y antes <strong>de</strong> que usted<br />

pudiera hacer un guiño, ella daba un salto, y<br />

engullía una mosca aquí, sobre el mostrador,<br />

volvía a saltar al suelo como una pelota <strong>de</strong><br />

barro, y se rascaba <strong>de</strong>spués la cabeza con<br />

una <strong>de</strong> las patas traseras, con una actitud tan<br />

indiferente que parecía que no tuviese la menor<br />

i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> lo que había hecho, como si creyese<br />

que cualquier otra rana podía hacerlo.<br />

Jamás han visto una rana tan mo<strong>de</strong>sta y<br />

leal, tan adiestrada como esa. Y cuando se<br />

trataba <strong>de</strong> saltar sobre un terreno liso, lo hacía<br />

en cualquier momento con toda facilidad,<br />

y atravesaba más espacio <strong>de</strong> un salto que<br />

ningún otro animal <strong>de</strong> su especie.<br />

El salto en largo era su especialidad. En<br />

esos casos, Smiley apuntaba todo su dinero,<br />

apostando por ella, mientras tuviese una moneda.<br />

Estaba bárbaramente orgulloso <strong>de</strong> su<br />

rana, y tenía <strong>de</strong>recho a estarlo. Si hasta personas<br />

que habían viajado y estado en todas<br />

partes, <strong>de</strong>cían que ella vencería a todas las<br />

ranas que habían visto.<br />

Muy bien. Smiley guardaba su rana en una<br />

pequeña jaula, y a veces la llevaba con él a<br />

El relato<br />

Fnazine<br />

la ciudad, para hacer apuestas. Un día, cierto<br />

individuo, extraño en nuestro campo, lo encontró<br />

con su jaulita y le dijo: “¿Qué diablos<br />

lleva ahí <strong>de</strong>ntro?”<br />

Smiley, con expresión indiferente, le respondió:<br />

“Podría ser un loro, o un canario, pero<br />

no, es exactamente una rana”.<br />

El otro la tomó, la miró atentamente, la volvió<br />

a mirar en todos sentidos, y luego dijo: “Es<br />

verdad. ¿Y qué es lo que sabe hacer?”<br />

“Yo le aseguro -dijo Smiley con gesto <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>sinterés y aire <strong>de</strong>spreocupado- que sabe<br />

hacer una cosa. Pue<strong>de</strong> vencer saltando a<br />

cualquier rana <strong>de</strong> Calaveras”.<br />

El individuo volvió a tomar la jaula, la examinó<br />

<strong>de</strong> nuevo durante largo rato, atentamente,<br />

y se la dio a Smiley diciendo con <strong>de</strong>cisión:<br />

“Después <strong>de</strong> todo, no veo en esta rana nada<br />

que sea mejor que en cualquier otra rana”.<br />

“Es posible -respondió Smiley-. Tal vez<br />

usted entien<strong>de</strong> <strong>de</strong> ranas, y tal vez usted no<br />

entien<strong>de</strong>. Quizás usted tenga experiencia, y<br />

quizás no sea más que un aficionado. En<br />

cualquier caso, yo tengo mi opinión, y apuesto<br />

cuarenta dólares a que esta rana salta una<br />

distancia mayor que ninguna otra rana <strong>de</strong> Calaveras”.<br />

El otro pensó un minuto, y luego dijo, con<br />

cierta pena: “Mire, en este lugar no soy más<br />

que un forastero, no tengo rana. Si tuviera<br />

una, apostaría”.<br />

“Muy bien -dijo Smiley-; si quiere cuidar mi<br />

jaula por un instante, yo le buscaré una”.<br />

El individuo tomó la jaulita, puso sus cuarenta<br />

dólares junto a los <strong>de</strong> Smiley y se sentó<br />

a esperar que este regresara.<br />

Allí estuvo un buen tiempo, pensando y<br />

pensando. Luego, sacó la rana <strong>de</strong> la jaula, le<br />

abrió la boca todo lo que pudo, y tomó una<br />

cuchara <strong>de</strong> té. Y acto seguido se <strong>de</strong>dicó a<br />

llenar la rana con pequeños trozos <strong>de</strong> plomo,<br />

llenándola hasta el mentón; luego, la colocó<br />

sobre el suelo, <strong>de</strong>licadamente.<br />

Durante ese tiempo, Smiley, que había ido<br />

a la charca, chapoteaba en el barro. Al fin,<br />

atrapó una rana, la llevó y se la dio al individuo,<br />

diciendo: “Ahora, si ya está listo, póngala<br />

al lado <strong>de</strong> Daniel, con las patas <strong>de</strong> a<strong>de</strong>lante<br />

al nivel <strong>de</strong> las <strong>de</strong> Daniel, y yo daré la señal”.<br />

Entonces dijo: “Uno, dos, tres, ¡a saltar!”.<br />

Y Smiley y el individuo tocaron cada uno a<br />

su rana por <strong>de</strong>trás la nueva rana saltó con<br />

viveza; Daniel, hizo un esfuerzo y se encogió<br />

<strong>de</strong> hombros <strong>de</strong> este modo -como un francés-,<br />

pero fue en vano.<br />

No podía moverse, estaba clavada en tierra<br />

tan sólidamente como una iglesia. No podía<br />

avanzar, como si estuviese anclada. Smiley<br />

estaba terriblemente sorprendido, y hasta<br />

enojado, pero no podía sospechar lo que pasaba.<br />

¡Seguro que no!<br />

El individuo tomó el dinero y se fue. Pero<br />

cuando llegó al umbral <strong>de</strong> la puerta, hizo<br />

<strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong>, marzo 2010<br />

chasquear su pulgar, por encima <strong>de</strong>l hombro,<br />

<strong>de</strong> esta manera, con aspecto insolente, y dijo<br />

con soberbia: “No veo en esta rana nada mejor<br />

que en otra rana cualquiera”.<br />

Smiley quedó un buen rato, rascándose la<br />

cabeza, con los ojos clavados en Daniel. Al<br />

fin, se dijo: “No comprendo por qué esta rana<br />

no quiso saltar. ¿No le pasará algo? Se la ve<br />

más hinchada que nunca”.<br />

Tomó a Daniel por la piel <strong>de</strong>l cuello, y la<br />

levantó, exclamando: “¡Que me lleve el diablo<br />

si no pesa cinco libras!”<br />

Puso la rana cabeza abajo, y Daniel escupió<br />

un puñado doble <strong>de</strong> plomo. Entonces,<br />

Smiley comprendió todo. Se volvió loco <strong>de</strong><br />

rabia, y <strong>de</strong>jando a la rana, corrió tras el individuo,<br />

pero no pudo alcanzarlo. Y...<br />

En este momento, Simón Wheeler oyó que<br />

le llamaban <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el patio y salió para ver<br />

quién era. Al salir, giró hacia mí y me dijo:<br />

“Qué<strong>de</strong>se ahí, forastero, y no se preocupe,<br />

que no tardo ni un segundo”.<br />

Pero yo pensaba, y supongo que estarán<br />

<strong>de</strong> acuerdo conmigo, que la historia <strong>de</strong>l ingenioso<br />

vagabundo Jim Smiley seguramente no<br />

me daría muchos datos respecto <strong>de</strong>l reverendo<br />

Leónidas W. Smiley. Así que me fui.<br />

En la puerta encontré al amable Wheeler<br />

que volvía. Me tomó por un botón <strong>de</strong>l saco, y<br />

comenzó una nueva historia:<br />

-Sí, ese Smiley tenía una vaca amarilla,<br />

que era tuerta, y que no tenía cola, o casi no<br />

la tenía, nada más que un pequeño rabo <strong>de</strong>l<br />

largo <strong>de</strong> una banana, y...<br />

Pero yo no tenía ni tiempo ni ganas para oír<br />

la continuación <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> la simpática<br />

vaca, y me <strong>de</strong>spedí.<br />

Samuel Langhorne Clemens, conocido<br />

universalmente por el seudónimo<br />

<strong>de</strong> Mark Twain, nació en Florida<br />

(Missouri, Estados Unidos) en<br />

1835, y murió en Redding (Connecticut)<br />

en 1910. Se <strong>de</strong>dicó durante<br />

un tiempo al periodismo, pero sus<br />

artículos <strong>de</strong> <strong>de</strong>nuncia le crearon<br />

problemas y acabó <strong>de</strong>spedido <strong>de</strong>l<br />

periódico en el que colaboraba. A<br />

partir <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> sus primeros trabajos,<br />

La r a n a sa Lta r i n a d e L c o n d a d o<br />

d e ca Lav e r a s, Mark Twain adquirió<br />

una tremenda popularidad en<br />

1.865. Años más tar<strong>de</strong> vendrían<br />

sus novelas más conocidas, como<br />

la serie <strong>de</strong> to m sa w y e r o La s av e n t ur<br />

a s d e HuckLeberry Fi n n.<br />

Su ingente producción, más <strong>de</strong><br />

500 trabajos entre novelas y relatos,<br />

está fuertemente marcada por<br />

su experiencia al quedar huérfano<br />

a los 12 años <strong>de</strong> edad y su cercanía<br />

al río Mississippi durante sus<br />

primeros años <strong>de</strong> vida.<br />

l


l<br />

Fuego en las venas<br />

Daniel García Ramírez (Castorín)<br />

http://chenel-3.blogspot.com/<br />

-La vida es una mierda, <strong>de</strong>finitivamente.<br />

O al menos así lo pensaba Ciriaco, cada<br />

vez que cerraba la puerta <strong>de</strong> la habitación<br />

don<strong>de</strong> su progenitor maltrataba a su madre,<br />

día sí y día también.<br />

Hoy le tocaba a ella, mañana quizá a mí.<br />

Recuerdo que <strong>de</strong>bía <strong>de</strong> tener alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong><br />

quince años, y una furia y rabia contenida en<br />

mi interior fuera <strong>de</strong> lo común para un muchacho<br />

<strong>de</strong> mi edad. Era como un pitbull enjaulado<br />

y siempre había algún gilipollas atizándome<br />

con un palo entre las rejas a modo <strong>de</strong> castigo.<br />

-¡Ey chico!, soy el nuevo director <strong>de</strong>l colegio<br />

y tu nombre ha sido elegido al azar entre<br />

otros alumnos para realizar un simple test <strong>de</strong><br />

inteligencia.<br />

-¿Pero qué cojones se han creído estos<br />

cretinos, acaso me toman por retrasado? -regurgité<br />

para mí.<br />

-Sí señor, como no; la haré...<br />

-De acuerdo Ciriaco, entonces a las cinco<br />

en punto nos vemos en la sala <strong>de</strong> actos, allí<br />

os esperará el psicólogo.<br />

-¿Psicólogo? -aullé.<br />

-Si, ¿tiene algún problema?<br />

-No, no, ninguno.<br />

Siempre creí que los psicólogos y <strong>de</strong>más<br />

jarfia eran unos embaucadores <strong>de</strong> mentes débiles,<br />

sin rumbo; no era mi caso. Yo era un<br />

chico <strong>de</strong>l montón, <strong>de</strong>l montón <strong>de</strong> los <strong>de</strong>spojos,<br />

pero con una seguridad en mí mismo abrumadora.<br />

Y con una afición: mascar chicle a<br />

tiempo completo. De ahí, que cada vez que<br />

me miro al espejo digo:<br />

-Jo<strong>de</strong>r, el tiempo pasa y mi <strong>de</strong>ntadura <strong>de</strong><br />

macaco sigue igual que todos los días, seré<br />

feo.<br />

Lavada <strong>de</strong> cara y un trago.<br />

Las cinco <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong> y ahí estaba yo, borracho<br />

y en medio <strong>de</strong> un director, un psicólogo<br />

y un grupo <strong>de</strong> intelectuales que se hacían<br />

llamar compañeros <strong>de</strong> clase.<br />

-Bueno Ciriaco, ¿tienes alguna duda?<br />

-Si -afirmé.<br />

-Entonces exponla para que todos podamos<br />

escucharte.<br />

-Mmmmm, bueno, mi pregunta es para el<br />

psicólogo -señalé con mi <strong>de</strong>do índice a modo<br />

<strong>de</strong> acusación.<br />

Éste se giro <strong>de</strong> su silla con una mueca<br />

amanerada.<br />

-Dime -susurró.<br />

-Mire, yo no creo en los psicólogos ni en<br />

sus milongas... pero creo que me pue<strong>de</strong> resolver<br />

una duda que me ronda por la mente<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace tiempo...<br />

La página <strong>de</strong>l lector<br />

Fnazine<br />

-A<strong>de</strong>lante -prosiguió éste.<br />

-Uste<strong>de</strong>s los psicólogos ayudáis, aconsejáis<br />

y motiváis a vuestros pacientes, ¿no es<br />

cierto?.<br />

-En efecto, así es.<br />

-Pues bien, ¿acaso uste<strong>de</strong>s no tienen problemas,<br />

no necesitan <strong>de</strong> consejos y <strong>de</strong>más<br />

basura por el estilo?<br />

-Mo<strong>de</strong>re su vocabulario, señor Ciriaco, o<br />

me veré obligado a expulsarle <strong>de</strong> la sala -intervino<br />

el director.<br />

-Haga lo que se le salga <strong>de</strong> los huevos.<br />

Hubo un silencio total; todos los chicos me<br />

miraban sorprendidos, y las chicas cuchicheaban<br />

entre sí.<br />

-¿Como ha dicho?<br />

-¡QUE HAGA LO QUE LE SALGA DE LOS<br />

HUEVOS! -vociferé.<br />

El sonido <strong>de</strong> mi alarido retumbó en todas<br />

las esquinas y encajó en la mandíbula <strong>de</strong>l<br />

director como un crochet bien lanzado.<br />

-Señor Ciriaco, le ruego que salga <strong>de</strong> la<br />

sala ahora mismo y me espere en mi <strong>de</strong>spacho.<br />

Salí, con la cabeza bien alta, con las manos<br />

amarradas a mi cinto, cual boxeador que<br />

sostiene su cinturón <strong>de</strong> campeón, <strong>de</strong>safiando<br />

a cada subnormal que me observaba al pasar<br />

a su lado.<br />

Sentado; en aquella silla mugrienta, carcomida<br />

por el paso <strong>de</strong>l tiempo, en la que tantas<br />

veces había posado mi culo pelado <strong>de</strong> simio.<br />

Una araña tejía su hilo en una esquina <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>spacho, parecía frotar sus pegajosas patas<br />

esperando a su presa, podía intuir que llevaba<br />

días sin comer.<br />

Y ahí estaba, enfrente mío, ese <strong>de</strong>sgraciado<br />

frotándose sus manos dándome otro sermón<br />

<strong>de</strong> los suyos.<br />

-Ciriaco, no es la primera vez que está<br />

usted aquí, me tiene harto...<br />

-¿Y qué quiere que le haga?, si son uste<strong>de</strong>s<br />

los que me incitan.<br />

-¿Cómo? Bueno, <strong>de</strong>jémonos <strong>de</strong> banalida<strong>de</strong>s,<br />

sabe usted que está expulsado <strong>de</strong>l<br />

colegio durante quince días por indisciplina y<br />

reinci<strong>de</strong>ncia.<br />

-¡De puta madre! -aullé.<br />

-Es usted un sinvergüenza, no comprendo<br />

cómo sus padres le soportan.<br />

-En realidad, soy yo quien los soporta a<br />

ellos -rectifiqué.<br />

-Ring, ring -interrumpió el teléfono.<br />

-¿Sí, dígame?<br />

-No cariño, ahora no puedo, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong><br />

poco llegaré a casa.<br />

Era como un malabarista retirado, a la vez<br />

que sostenía el teléfono entre el hombro y<br />

<strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong>, marzo 2010<br />

su oreja izquierda, me redactaba mi con<strong>de</strong>na,<br />

mientras con la otra mano se toqueteaba sus<br />

partes.<br />

-¡Te he dicho que pronto estaré ahí, espérame<br />

<strong>de</strong>snuda!<br />

Colgó el aparato y garabateó furiosamente<br />

en la esquina <strong>de</strong>l papel. Mientras, yo <strong>de</strong>senvolvía<br />

pausadamente un chicle <strong>de</strong> menta y<br />

empezaba a mascarlo.<br />

-Quiero que se lo entregues a tus padres<br />

hoy cuando llegues a casa, ¿entendido?<br />

-Está bien -suspiré resignado.<br />

Lo que él no sabía era la paliza que me<br />

aguardaba en casa. Me levanté, abrí la puerta<br />

chirriante a la vez que me tiraba un pedo<br />

fundiéndose los dos sonidos en una leve armonía.<br />

Cerré la puerta.<br />

Daniel García Ramírez (Castorín)<br />

Vitoria, 9 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1983.<br />

Daniel es un joven autor que en<br />

el momento <strong>de</strong> publicarse este<br />

número está a punto <strong>de</strong> cumplir<br />

veintisiete años. Ha participado en<br />

varias revistas literarias, y dispone<br />

<strong>de</strong> un blog en el que podéis leer<br />

sus colaboraciones.<br />

Antes <strong>de</strong> que la crisis le proporcionase<br />

tiempo libre para escribir<br />

trabajaba como carretillero en una<br />

fábrica, lo que pue<strong>de</strong> ser un buen<br />

comienzo para un futuro literato.<br />

Quien no esté <strong>de</strong> acuerdo, que le<br />

pregunte a David Monteagudo.<br />

Entre sus aficiones nos <strong>de</strong>staca la<br />

lectura, la escritura y la pesca... y<br />

no se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que casen nada<br />

mal.<br />

Entre sus autores favoritos se cuentan<br />

Charles Bukowski, John Fante,<br />

Patxi Irurzun o Richard Ford.<br />

“Mis escritos narran el realismo <strong>de</strong>l<br />

día a día <strong>de</strong> la gente normal como<br />

tú y yo. Me gusta contar las cosas<br />

como las veo, como son en realidad<br />

-nos cuenta-. Actualmente estoy<br />

colaborando en varias páginas<br />

web y blogs, y enfrascado escribiendo<br />

una novela que espero vea<br />

pronto la luz.”<br />

Nosotros también lo esperamos<br />

así, y en el momento en que se<br />

publique daremos cumplida cuenta<br />

<strong>de</strong> ello en nuestro fanzine.<br />

Suerte, Dani.<br />

15


16<br />

De mi puño y letra: Tochos.<br />

Advierto que escribo estas estupi<strong>de</strong>ces en<br />

un momento en el que mi mala leche está<br />

varios puntos por encima <strong>de</strong> su nivel habitual,<br />

que ya es <strong>de</strong>cir. Los lectores habituales ya<br />

saben <strong>de</strong> mi avinagrado carácter, <strong>de</strong> lo que da<br />

fe en la redacción <strong>de</strong> este fanzine la recepción<br />

relativamente frecuente <strong>de</strong> correos con<br />

los que <strong>de</strong> una manera más o menos amable<br />

los lectores intentan hacer <strong>de</strong> mí una persona<br />

apacible y paciente. Pues, lo dicho: que hoy<br />

estoy <strong>de</strong> peor humor que <strong>de</strong> costumbre.<br />

Hay que <strong>de</strong>cir, en mi <strong>de</strong>scargo, que escribo<br />

estas líneas a mediados <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 2010,<br />

unas fechas en las que la vida, el universo<br />

y todo lo <strong>de</strong>más no le animan a uno a ser<br />

optimista. Si no fuera suficientemente trágica<br />

la muerte <strong>de</strong> miles <strong>de</strong> personas en un país<br />

tan <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> Dios y <strong>de</strong> la nuestra<br />

que la mayoría no sabríamos ni situarlo<br />

en un mapa, a<strong>de</strong>más nos vemos obligados<br />

a soportar los pequeños efectos colaterales.<br />

Mientras lloramos -en sentido literal o metafórico-<br />

la muerte <strong>de</strong> niños y adultos, tenemos<br />

que escuchar a religiosos <strong>de</strong>salmados -lo que<br />

no <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser una bonita paradoja-, a los<br />

que, en uno y otro lado <strong>de</strong>l atlántico, les da<br />

por aprovechar un micrófono como si hubieran<br />

encontrado un consolador tirado en la calle y<br />

les faltase tiempo para <strong>de</strong>cidir en qué orificio,<br />

propio o ajeno, lo <strong>de</strong>ben introducir. Unos, con<br />

el cerebro <strong>de</strong>secho a causa <strong>de</strong> los berridos<br />

que dan, imagino, telepredicando a las masas,<br />

van diciendo que les está muy bien a<br />

los haitianos esos, que si uno anda haciendo<br />

pactos con el diablo, pues eso, que terremoto<br />

al canto, o tsunami, o plaga bíblica, o<br />

lo que tenga a bien enviarles ese rencoroso<br />

y vengativo dios menor que algunos fanáticos<br />

han creado a imagen y semejanza suya.<br />

Otros, menos sectarios -o simplemente pertenecientes<br />

a una secta mucho más gran<strong>de</strong><br />

y aceptada socialmente- argumentan que sí,<br />

que es una penita, que fíjate qué mal lo pasan<br />

los pobrecitos, pero que dón<strong>de</strong> va a parar lo<br />

nuestro, que es mucho peor, que hemos perdido<br />

los valores y tal, y que ya quisiéramos<br />

estar como esos haitianos que tienen todo su<br />

cuerpo enterrado entre escombros y a duras<br />

penas logran mantener libres <strong>de</strong> polvo los orificios<br />

nasales para no ahogarse entre cemento<br />

y arena. Valientes ejemplos, los cabroncetes,<br />

<strong>de</strong> amor al prójimo. Claro, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lejos se<br />

ve todo muy bonito, como en las estampas<br />

cursis que adornaban los catecismos que leía<br />

<strong>de</strong> pequeño, don<strong>de</strong> el sol siempre lanzaba<br />

unos magníficos haces <strong>de</strong> luz a la tierra, que<br />

en nuestra bendita ignorancia llamábamos “rayos<br />

<strong>de</strong> Dios”. Ya me gustaría ver a estos tipos<br />

en medio <strong>de</strong> la tragedia, arremangados y metiendo<br />

las manos en la mierda, la sangre, el<br />

pus y la carne viva, como hacen con ejemplar<br />

valentía y arrojo unas auténticas santas, las<br />

Hijas <strong>de</strong> la Caridad <strong>de</strong> San Vicente Paúl, Eso<br />

sí es todo un ejemplo <strong>de</strong> caridad cristiana.<br />

Encima, si uno <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> cerrar los ojos al mundo<br />

para escapar con algo <strong>de</strong> cordura <strong>de</strong> tal<br />

De todo un poco<br />

Fnazine<br />

<strong>de</strong>saguisado, y se arriesga a ponerse <strong>de</strong>lante<br />

<strong>de</strong> la tele para ver algún programa insulso, <strong>de</strong><br />

entretenimiento y marujeo, se da <strong>de</strong> bruces<br />

con programas especiales y conexiones vía<br />

satélite, cubiertos por lo mejor <strong>de</strong>l periodismo<br />

<strong>de</strong>l país, indignados por el ataque a la constitución<br />

y los <strong>de</strong>rechos humanos que supone<br />

el que no <strong>de</strong>jen a una periodista presentarse<br />

a un concurso <strong>de</strong> cantantes.<br />

Total, entre unos hijos <strong>de</strong> puta <strong>de</strong> allí, y<br />

otros cantamañanas <strong>de</strong> aquí, me tienen con<br />

el morro torcido y un ligero tic en el párpado<br />

<strong>de</strong>recho, señal inequívoca <strong>de</strong> que en cualquier<br />

momento me meto en eBay a ver si alguien<br />

subasta, por un casual, un bazuca en buen<br />

estado y a precio razonable.<br />

Y en esas estoy cuando un compañero me<br />

encuentra por la calle, se fija en el <strong>libro</strong> que<br />

llevo bajo el brazo y me suelta: “Vaya tocho,<br />

¿eh?”. Me molesta horrores ese término aplicado<br />

a un <strong>libro</strong>, pero si la RAE ha certificado<br />

su uso corriente, será porque hay muchas<br />

personas que hablan como mi compañero.<br />

“Sí, es un <strong>libro</strong> <strong>de</strong> Pérez-Reverte”, respondo<br />

yo intentando no <strong>de</strong>mostrar en mi tono <strong>de</strong><br />

voz mi crispación y enojo. A lo que Rebollo<br />

-vamos a llamarle así para proteger la i<strong>de</strong>ntidad<br />

<strong>de</strong>l susodicho-, replica. “¿Y <strong>de</strong> qué va?”.<br />

Entonces, algo más animado, me lanzo a una<br />

breve pero prolija explicación. Le digo que el<br />

<strong>libro</strong> no va <strong>de</strong> nada, que no hay trama porque<br />

no es una novela, sino una antología <strong>de</strong><br />

artículos, una recopilación <strong>de</strong> varios años <strong>de</strong><br />

la columna semanal que el autor escribe en<br />

un suplemento dominical. Y entonces Rebollo<br />

lanza su frase final, la que me dispara el tic<br />

<strong>de</strong>l párpado y me evoca diferentes formas <strong>de</strong><br />

tortura: “Ah, pero entonces no es literatura.<br />

Pensaba que sólo leías <strong>libro</strong>s <strong>de</strong> verdad”.<br />

Y ahí acaba mi conversación con Rebollo,<br />

porque pretextando que me estoy cagando<br />

-aunque no le digo en quien- me voy a paso<br />

ligero.<br />

¿Cuál es el verda<strong>de</strong>ro problema? ¿Que en<br />

este país llamemos tocho a todo <strong>libro</strong> que<br />

tenga más <strong>de</strong> ciento veinte páginas? ¿Que<br />

haya quien tenga la <strong>de</strong>svergüenza <strong>de</strong> publicar<br />

<strong>libro</strong>s <strong>de</strong> cincuenta hojas, con evocadoras<br />

imágenes <strong>de</strong> amaneceres y textos a cuádruple<br />

espacio cobrando un ojo <strong>de</strong> la cara por la<br />

encua<strong>de</strong>rnación? ¿Que prefiramos leer lo que<br />

sea, mientras sea breve, a algo que merezca<br />

la pena pero que llene seiscientas o mil<br />

páginas?<br />

Los <strong>libro</strong>s que más se leen ahora son esos<br />

que en una página sólo tienen una frase. Frases<br />

<strong>de</strong>l tipo: “si durante el día le sonríes al<br />

cielo, la noche te premiará con infinitas estrellas”.<br />

Por mí, al que se pase el día sonriendo<br />

mirando las nubes, ya le pue<strong>de</strong>n dar estrellas,<br />

cagarle las palomas en los ojos, o caerle un<br />

meteorito encima. Que me da igual, vamos.<br />

Por mí, que cada uno lea lo que quiera, o<br />

lo que sepa enten<strong>de</strong>r. De lo que estoy harto<br />

es <strong>de</strong> que te miren por encima <strong>de</strong>l hombro<br />

porque lees <strong>libro</strong>s gordos, tochos, vamos. O<br />

<strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong>, marzo 2010<br />

porque lees <strong>libro</strong>s raros, que ni son novelas<br />

ni nada. Que la gente lea lo que le venga<br />

en gana, pero sin insultar a la literatura, ¿<strong>de</strong><br />

acuerdo? Que hasta ahí podíamos llegar.<br />

Que una columna, un artículo o un reportaje<br />

en un periódico pue<strong>de</strong> ser muchas cosas, sobre<br />

todo hoy en día, lo sabemos todos. Con<br />

tanto sucedáneo <strong>de</strong> periódico, esos panfletillos<br />

gratuitos llenos <strong>de</strong> publicidad don<strong>de</strong> se inserta<br />

algún que otro titular sensacionalista, lleno <strong>de</strong><br />

faltas <strong>de</strong> ortografía, leer un periódico <strong>de</strong> verdad<br />

es hoy algo atrevido, casi incomprensible.<br />

Pero si uno los lee, <strong>de</strong> vez en cuando -y<br />

recalco, sólo <strong>de</strong> vez en cuando- encuentra un<br />

reportaje en profundidad, una crónica <strong>de</strong> guerra,<br />

o una columna <strong>de</strong> opinión que ennoblece<br />

la profesión <strong>de</strong>l periodista, y que por <strong>de</strong>recho<br />

propio se constituye en pieza literaria.<br />

Porque, si vamos a negar que el periodista<br />

o el articulista pueda ser consi<strong>de</strong>rado literato,<br />

ya po<strong>de</strong>mos ir expurgando los <strong>libro</strong>s <strong>de</strong> texto<br />

<strong>de</strong> literatura -si es que aún se usan en las<br />

aulas- <strong>de</strong> <strong>de</strong>cenas <strong>de</strong> nombres recogidos sin<br />

merecerlo, empezando por el insigne Mariano<br />

José <strong>de</strong> Larra.<br />

Vivimos en un país don<strong>de</strong> leemos el Que! o<br />

el 20 minutos en lugar <strong>de</strong> el País, o la vanguardia,<br />

o el abC, o el que sea, con el pretexto<br />

<strong>de</strong> que claro, gastarse un dineral -1,20<br />

euros- en un diario no se lo pue<strong>de</strong> permitir<br />

nuestra maltrecha economía, esa que nos<br />

permite <strong>de</strong>sayunar cada día en el bar mientras<br />

leemos nuestro panfleto preferido. Vivimos en<br />

un país don<strong>de</strong> leemos un infumable <strong>libro</strong> <strong>de</strong><br />

autoayuda para que el feng-shui sea armonioso<br />

con nuestro biorritmo, nuestro karma,<br />

nuestro aura y nuestra tontería, pero encontramos<br />

aburrido, anticuado y estúpido calzarnos<br />

las novelas ejemPlares.<br />

Vivimos, en <strong>de</strong>finitiva, en un país don<strong>de</strong> la<br />

cultura es algo nuevo, reinventado, don<strong>de</strong> un<br />

<strong>libro</strong> no es un <strong>libro</strong>, sino un diorama; don<strong>de</strong><br />

un periodista no es un literato, sino un<br />

cantante frustrado al que el sistema represivo<br />

<strong>de</strong>l estado no le permite hacer el ridículo en<br />

un concurso rancio y hortera; don<strong>de</strong> algunos<br />

tontos cargamos con <strong>libro</strong>s que pesan ochocientos<br />

cincuenta gramos y que, encima, no<br />

son literatura <strong>de</strong>l maestro Dan Brown; don<strong>de</strong><br />

los que no sabemos lo importante que es para<br />

nuestra vida amorosa que Orión haya entrado<br />

en la casa <strong>de</strong> Sagitario somos tachados <strong>de</strong><br />

incultos analfabetos; don<strong>de</strong> un profesor que<br />

intente que un chaval <strong>de</strong> catorce años lea<br />

a Cal<strong>de</strong>rón <strong>de</strong> la Barca en la escuela pue<strong>de</strong><br />

ser sancionado gravemente por reaccionario<br />

y por clásico.<br />

Vivimos en un país don<strong>de</strong> mi compañero<br />

Rebollo, o los millones que hay como él, se<br />

alejan <strong>de</strong> nosotros pensando, sabiendo, que<br />

son mucho más listos que nosotros y murmurando:<br />

“Pfff, ahí va ese cargando con una<br />

mierda <strong>de</strong> <strong>libro</strong> hecho <strong>de</strong> recortes <strong>de</strong> periódico.<br />

Será pringao...”<br />

Toni Martínez<br />

Enmendando un error y lamentando una injusticia<br />

En nuestro anterior número publicamos un artículo sobre el blog vo c e s t r a s La s r e j a s (<strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong> nº 9, Enero-2010, Pág. 11).<br />

Como algunos lectores nos han hecho notar, al hablar <strong>de</strong> este blog se nos coló un gazapo y cambiamos el nombre <strong>de</strong> su autor,<br />

preso político en Cuba, que es Pablo Pacheco Ávila, y no Pedro como indicábamos incorrectamente. Desgraciadamente, sólo<br />

un par <strong>de</strong> días antes <strong>de</strong>l cierre <strong>de</strong> este ejemplar vuelve a cobrar actualidad la situación <strong>de</strong> los presos que, como Pablo, sufren<br />

prisión en Cuba por <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r sus i<strong>de</strong>as políticas. Ojalá Orlando Zapata Tamayo sea la última víctima <strong>de</strong> una situación injusta e<br />

inhumana.<br />

l

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