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punt <strong>de</strong> <strong>libro</strong><br />
¿Se impondrá en 2010<br />
el <strong>libro</strong> electrónico?<br />
Marzo 2010<br />
Nº 10 - Año III<br />
ol
2<br />
punto <strong>de</strong> <strong>libro</strong><br />
Marzo, 2010<br />
Año III<br />
Nº 10<br />
Web: http://www.punto<strong>de</strong><strong>libro</strong>.es<br />
Blog: http://blog.punto<strong>de</strong><strong>libro</strong>.es<br />
Fnazine<br />
¿Fanzine sobre literatura o fanzine literario?<br />
Lo que nos motivó, hace ya casi dos años, a i<strong>de</strong>ar este fanzine fue nuestra<br />
afición por la lectura, afición que <strong>de</strong>seábamos compartir con cuantos lectores<br />
tuvieran a bien seguirnos. I<strong>de</strong>amos <strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong> como un pequeño<br />
fanzine sobre literatura en el que pudiésemos comentar un puñado <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s<br />
cada dos meses. Pero <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el primer número incluimos, también, un relato<br />
en cada ejemplar, <strong>de</strong> manera que nuestros lectores pudiesen, no sólo<br />
leer nuestra opinión personal sobre algunas obras literarias, sino disfrutar<br />
directamente <strong>de</strong> una lectura breve pero <strong>de</strong> calidad. Nuestra premisa ha sido<br />
siempre ofrecer una lectura <strong>de</strong> un autor consagrado y, sobre todo, presentaros<br />
el relato o cuento tal cual fue escrito, sin realizar ninguna reseña o<br />
crítica sobre él.<br />
Después <strong>de</strong> diez números, hemos dado un paso que habíamos meditado -y<br />
aplazado- largamente. En este número os ofrecemos, por primera vez, un<br />
relato original <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> nuestros lectores. Con ello no sólo aumentamos los<br />
contenidos puramente literarios, sino que abrimos las puertas a la participación<br />
plena <strong>de</strong> nuestros seguidores. Des<strong>de</strong> ahora, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> leer nuestros<br />
contenidos, también podréis confeccionar parte <strong>de</strong> ellos.<br />
No se nos escapa el cambio profundo que a la larga pue<strong>de</strong> representar<br />
este hecho para <strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong>. De ser un fanzine sobre literatura, podría<br />
pasar en poco tiempo en convertirse en una revista literaria. Para ello <strong>de</strong>berán<br />
cumplirse algunas premisas. La primera, por supuesto, será vuestra<br />
participación, con la cual ya contamos. Recibimos mucho material inédito<br />
escrito por lectores y suscriptores <strong>de</strong> nuestro fanzine, y os animamos a que<br />
sigáis enviándolo. Los que ya lo han hecho, saben que nuestra respuesta<br />
suele retrasarse varios meses, <strong>de</strong>bido a la cantidad <strong>de</strong> obras que <strong>de</strong>bemos<br />
leer, pero volvemos a insistir en que siempre respon<strong>de</strong>mos, en un sentido<br />
u otro.<br />
La segunda premisa es que los trabajos que recibamos tengan la suficiente<br />
calidad como para ser publicados. Sabemos que no hay nada más subjetivo<br />
que valorar la calidad literaria <strong>de</strong> un relato. No preten<strong>de</strong>mos que el nuestro<br />
sea el criterio más serio y solvente <strong>de</strong>l panorama literario. Es, simplemente,<br />
el nuestro. Por eso queremos insistir públicamente en algo que ya hemos<br />
dicho personalmente a aquellos que nos han enviado trabajos que no hemos<br />
publicado. Que nosotros neguemos la publicación -o la reseña- <strong>de</strong> una<br />
obra, es el resultado <strong>de</strong> la opinión personal <strong>de</strong> unos pocos aficionados a<br />
la lectura. Nada más. Así que no os <strong>de</strong>saniméis y aunque os <strong>de</strong>volvamos<br />
un relato no dudéis en enviarnos otros trabajos siempre que queráis una<br />
oportunidad para que los publiquemos. Así, entre todos, haremos un <strong>Punto</strong><br />
<strong>de</strong> <strong>libro</strong> mejor.<br />
Muchas gracias y hasta el mes <strong>de</strong> mayo.<br />
<strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong>, marzo 2010<br />
Si quieres recibir los próximos números <strong>de</strong> este fanzine<br />
por correo electrónico envíanos un e-mail a:<br />
suscripciones@punto<strong>de</strong><strong>libro</strong>.es<br />
Si quieres opinar, criticar o participar en este fanzine<br />
con algún artículo o relato, envíanos un e-mail a:<br />
lectores@punto<strong>de</strong><strong>libro</strong>.es<br />
Contenido<br />
Tema <strong>de</strong> portada. ¿Se impondrá<br />
en 2010 el <strong>libro</strong> electrónico?<br />
¿Qué es el <strong>libro</strong> electrónico? 3<br />
Sistemas <strong>de</strong> gestión <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos<br />
digitales 4<br />
Lectores electrónicos 5<br />
Los contenidos 6<br />
¿Qué po<strong>de</strong>mos esperar? 6<br />
Hemos leído...<br />
Caín 8<br />
Obsesión 8<br />
La previa muerte <strong>de</strong>l lugarteniente<br />
Aloof 8<br />
Marina 9<br />
El cojo y el loco 9<br />
Yo maldigo el río <strong>de</strong>l tiempo 10<br />
Fantasías animadas 10<br />
Lo que nos espera<br />
En<strong>de</strong>r en el exilio 11<br />
La estrategia <strong>de</strong>l agua 11<br />
El quinto día 11<br />
El tiempo envejece <strong>de</strong>prisa 11<br />
Dime quién soy 11<br />
Mi amigo Stieg Larsson 11<br />
En Internet 12<br />
El relato: La célebre rana<br />
saltarina <strong>de</strong>l distrito <strong>de</strong> Calaveras<br />
(Mark Twain) 13<br />
La página <strong>de</strong>l lector: Fuego en<br />
las venas (Daniel García<br />
Ramírez, “Castorín”) 15<br />
De todo un poco<br />
De mi puño y letra: Tochos 16<br />
Enmendando un error y lamentando<br />
una injusticia 16<br />
l
l<br />
“El progreso consiste en el cambio”, <strong>de</strong>cía<br />
Unamuno. La Humanidad vivió uno <strong>de</strong> sus<br />
cambios más importantes a nivel intelectual<br />
cuando se inventó la imprenta, lo que permitió<br />
difundir conocimiento y cultura <strong>de</strong> una<br />
forma masiva. Aquel cambio supuso que los<br />
<strong>libro</strong>s, hasta entonces objetos raros y valiosísimos<br />
pasaran a ser objetos cotidianos <strong>de</strong> fácil<br />
acceso. Si antes <strong>de</strong> la imprenta obtener un<br />
ejemplar <strong>de</strong> una obra era trabajo <strong>de</strong> copistas,<br />
y podía llevar semanas o meses obtener un<br />
único ejemplar <strong>de</strong> un <strong>libro</strong>, el cambio introducido<br />
por la imprenta permitía producir múltiples<br />
ejemplares con un mínimo esfuerzo.<br />
Es indudable que aquel cambio, que seguramente<br />
en su época llegó a generar intensos<br />
<strong>de</strong>bates y fuertes recelos, trajo consigo un<br />
progreso espectacular <strong>de</strong> prácticamente todas<br />
las ciencias y técnicas, que encontraron en la<br />
imprenta un catalizador que permitía expandir<br />
rápidamente conocimiento, compartir teorías y<br />
universalizar el saber humano.<br />
Durante siglos la lectura ha <strong>de</strong>pendido <strong>de</strong><br />
un único material: el papel. Hasta hace pocos<br />
años, el único formato en que era concebible<br />
publicar material escrito era un puñado <strong>de</strong><br />
hojas <strong>de</strong> papel, encua<strong>de</strong>rnadas o no. Libros<br />
<strong>de</strong> texto, manuales <strong>de</strong> instrucciones, tratados<br />
técnicos, obras literarias, revistas, periódicos...<br />
Todo pasa por imprimir tinta sobre un papel en<br />
blanco. Quienes leen un <strong>libro</strong> sostienen en sus<br />
manos un objeto que se ha convertido para<br />
algunos en algo así como un fetiche. El <strong>libro</strong><br />
no sólo se lee: su tamaño y peso condicionan<br />
su lectura. Su portada nos llama en ocasiones<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la estantería <strong>de</strong> una librería, haciéndonos<br />
reparar en un <strong>libro</strong> que, quizá, habría pasado<br />
<strong>de</strong>sapercibido <strong>de</strong> otra manera. Mientras<br />
leemos sentimos el tacto <strong>de</strong>l papel, percibimos<br />
el olor <strong>de</strong>l <strong>libro</strong>. Así, leer se ha convertido en<br />
un hecho que asociamos profundamente con<br />
un objeto <strong>de</strong>terminado, el <strong>libro</strong>, el objeto físico<br />
hecho <strong>de</strong> papel.<br />
Pero, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace unos años, editoriales,<br />
escritores y medios <strong>de</strong> comunicación nos avisan<br />
<strong>de</strong> que eso va a cambiar. Si bien seguiremos<br />
leyendo, el elemento físico que leeremos<br />
cambiará, nos dicen. El papel va a ser substituido<br />
por la tinta electrónica. El <strong>libro</strong> electrónico<br />
va a llegar, cambiando nuestro concepto<br />
<strong>de</strong> la lectura.<br />
Durante el año 2009 se vivió una euforia por<br />
parte <strong>de</strong> algunos editores. Se aseguraba que<br />
sería el año <strong>de</strong>l <strong>de</strong>spegue <strong>de</strong>finitivo <strong>de</strong>l <strong>libro</strong><br />
electrónico. Algunas <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s editoriales<br />
anunciaron que por primera vez se pondrían a<br />
la venta gran<strong>de</strong>s catálogos <strong>de</strong> obras en castellano,<br />
incluyendo las últimas noveda<strong>de</strong>s.<br />
Pero las predicciones no se cumplieron.<br />
Es cierto que las ventas <strong>de</strong> aparatos lectores<br />
crecieron espectacularmente. Hay que recordar,<br />
sin embargo, que las cifras <strong>de</strong> partida<br />
eran bajísimas, por lo que un aumento por-<br />
Tema <strong>de</strong> portada<br />
Fnazine<br />
centual importante no significa que las ventas<br />
hayan <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> ser testimoniales. Pero más<br />
importante que las ventas <strong>de</strong> aparatos lectores,<br />
es la disponibilidad <strong>de</strong> obras en formato electrónico.<br />
Y aquí es don<strong>de</strong> no se ha producido<br />
en absoluto el esperado cambio. Hoy en día,<br />
a principios <strong>de</strong> 2010, sigue siendo prácticamente<br />
imposible adquirir una novedad editorial<br />
en formato e-book. Se encuentran con cierta<br />
facilidad obras libres <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> autor.<br />
Es fácil leer a Cervantes, Galdós, Quevedo<br />
o Cal<strong>de</strong>rón en formato electrónico. Pero es<br />
muy difícil acce<strong>de</strong>r en ese formato a Pérez-<br />
Reverte, Muñoz Molina, Almu<strong>de</strong>na Gran<strong>de</strong>s o<br />
Isabel Allen<strong>de</strong>.<br />
Los pronósticos para 2009, en general, no<br />
se cumplieron. Pero las mismas editoriales, los<br />
mismos medios <strong>de</strong> comunicación que anunciaron<br />
la eclosión <strong>de</strong>l e-book para el pasado año,<br />
aseguran que se producirá durante el 2010.<br />
¿Será así? ¿Acabaremos el año, la mayoría <strong>de</strong><br />
lectores, con un aparato electrónico en nuestras<br />
manos para leer la última novela <strong>de</strong> Paul<br />
Auster o <strong>de</strong> Ángeles Caso, en lugar <strong>de</strong>l <strong>libro</strong><br />
<strong>de</strong> papel <strong>de</strong> toda la vida?<br />
El <strong>libro</strong> electrónico se irá introduciendo progresivamente<br />
en nuestras vidas, eso parece<br />
indudable. Pero no creemos que lo haga <strong>de</strong><br />
manera explosiva, como un big bang literario<br />
que lo cambie todo <strong>de</strong> la noche a la mañana.<br />
Es posible que durante este año comencemos<br />
a ver <strong>libro</strong>s electrónicos con mayor frecuencia.<br />
Seguro que algunas editoriales comenzarán<br />
a tener catálogos <strong>de</strong> noveda<strong>de</strong>s en formato<br />
electrónico. Pero el proceso parece que será<br />
lento y gradual, mucho más pausado <strong>de</strong> lo<br />
que la industria editorial llegó a anunciar en<br />
algunos momentos.<br />
Nuestra manera <strong>de</strong> leer va a cambiar, <strong>de</strong><br />
eso no parece haber duda. El progreso necesita<br />
<strong>de</strong>l cambio, y en el mundo literario se<br />
avecina un cambio importante. Aún así, no parece<br />
que el <strong>libro</strong> en papel vaya a <strong>de</strong>saparecer<br />
a corto plazo.<br />
Entonces, ¿qué nos espera? ¿Cómo será<br />
leer en un lector <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s electrónicos? ¿Cómo<br />
se obtendrán los <strong>libro</strong>s? ¿A qué precio? ¿Se<br />
podrán prestar? ¿Se podrán tomar prestados<br />
en una biblioteca pública? ¿Cambiarán los<br />
contenidos?<br />
Estas y otras preguntas las intentamos respon<strong>de</strong>r<br />
en este artículo al que hemos <strong>de</strong>dicado<br />
la portada <strong>de</strong> <strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong>. Intentaremos explicar<br />
paso a paso todo lo que hay <strong>de</strong>trás <strong>de</strong><br />
esta tecnología. También preten<strong>de</strong>mos aclarar<br />
algunas confusiones frecuentes, <strong>de</strong>shacer<br />
malentendidos que, seguramente, se han producido<br />
por falta <strong>de</strong> claridad en los medios a<br />
la hora <strong>de</strong> explicar el fenómeno <strong>de</strong>l <strong>libro</strong> electrónico.<br />
Finalmente, y aunque sabemos que<br />
la prospectiva es un ejercicio arriesgado, intentaremos<br />
avanzarnos al futuro y <strong>de</strong>sentrañar<br />
cuáles pue<strong>de</strong>n ser las claves para la <strong>de</strong>finitiva<br />
<strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong>, marzo 2010<br />
¿Se impondrá<br />
en 2010<br />
el <strong>libro</strong><br />
electrónico?<br />
implantación <strong>de</strong>l <strong>libro</strong> electrónico, cuáles serán<br />
los problemas a los que tendrá que enfrentarse<br />
esta tecnología, y cuáles podrían ser las soluciones<br />
para soslayarlos.<br />
Acompañadnos en este interesante viaje<br />
hacia el <strong>libro</strong> electrónico: un viaje que, nos<br />
guste o no, habremos <strong>de</strong> realizar todos los<br />
que tenemos la lectura como una <strong>de</strong> nuestras<br />
pasiones.<br />
El lector electrónico: tan manejable y cómodo como<br />
un <strong>libro</strong> <strong>de</strong> bolsillo.<br />
¿Qué es el <strong>libro</strong> electrónico?<br />
Uno <strong>de</strong> los problemas que nos plantea el<br />
tema <strong>de</strong>l <strong>libro</strong> electrónico afecta a los términos<br />
que utilizamos para referirnos a él. Y es que<br />
cuando hablamos <strong>de</strong> <strong>libro</strong> electrónico <strong>de</strong>bemos<br />
distinguir entre el <strong>libro</strong> como tal, y el aparato<br />
con el que po<strong>de</strong>mos leerlo. Lo explicaremos<br />
con una analogía. Supongamos que vamos a<br />
una tienda <strong>de</strong> discos y compramos el último<br />
CD <strong>de</strong> Joan Manuel Serrat -espléndido trabajo,<br />
por cierto, que rin<strong>de</strong> homenaje a Miguel<br />
Hernán<strong>de</strong>z en el año <strong>de</strong>l centenario <strong>de</strong><br />
su nacimiento-. Lo que contiene el CD son<br />
pistas <strong>de</strong> audio, canciones digitalizadas. Pero<br />
no po<strong>de</strong>mos disfrutar <strong>de</strong> la música que acabamos<br />
<strong>de</strong> adquirir sin un reproductor <strong>de</strong> CDs,<br />
un dispositivo creado precisamente para reproducir<br />
la información sonora que contiene un<br />
CD. En este terreno los términos son claros.<br />
Existen CDs <strong>de</strong> audio que po<strong>de</strong>mos comprar<br />
en cualquier tienda y que contienen la música<br />
<strong>de</strong> nuestros artistas favoritos, y también existen<br />
reproductores <strong>de</strong> CD, imprescindibles para<br />
escuchar esos CDs. Po<strong>de</strong>mos, incluso, utilizar<br />
dispositivos como un or<strong>de</strong>nador o un reproductor<br />
<strong>de</strong> DVD para lograr el mismo objetivo:<br />
reproducir el contenido <strong>de</strong> un CD.<br />
En el mundo <strong>de</strong> la edición electrónica ocurre<br />
algo similar. Existen <strong>libro</strong>s electrónicos, con<br />
obras digitalizadas, y existen también dispositivos<br />
lectores para po<strong>de</strong>r visualizar dichos<br />
<strong>libro</strong>s. Como en el ejemplo musical que hemos<br />
utilizado, es posible incluso utilizar un<br />
or<strong>de</strong>nador, una PDA o un teléfono móvil para<br />
leer un <strong>libro</strong> electrónico. El problema, como<br />
hemos a<strong>de</strong>lantado, estriba muchas veces en<br />
los términos que utilizamos. Si bien la cul-<br />
3
4<br />
tura anglosajona ha resuelto el tema con los<br />
términos e-book (<strong>libro</strong> electrónico) y e-rea<strong>de</strong>r<br />
(dispositivo <strong>de</strong> lectura), en castellano <strong>de</strong>bemos<br />
usar construcciones más complejas a falta <strong>de</strong><br />
unos términos exclusivos. La publicidad, los<br />
comercios y los medios usan la expresión “<strong>libro</strong><br />
electrónico” para referirse, indistintamente,<br />
a la obra editorial publicada electrónicamente<br />
y al aparato lector necesario para leerla. Para<br />
evitar malentendidos, nosotros utilizaremos la<br />
construcción “<strong>libro</strong> electrónico” sólo para referirnos<br />
a obras publicadas en formato digital,<br />
mientras que para hablar <strong>de</strong> los dispositivos<br />
utilizados para su lectura hablaremos <strong>de</strong> “lectores<br />
<strong>de</strong> <strong>libro</strong>s electrónicos”, o simplemente,<br />
“lectores electrónicos”.<br />
Volvamos al ejemplo musical con el que iniciábamos<br />
este apartado. Hablábamos <strong>de</strong>l CD<br />
como el soporte para adquirir música, pero indudablemente<br />
no es el único. Aunque ya estén<br />
casi en <strong>de</strong>suso, las obras musicales pue<strong>de</strong>n<br />
presentarse en otros formatos, como la cinta<br />
<strong>de</strong> cassette o el vinilo. Por otro lado, el propio<br />
CD parece estar quedando arrinconado por el<br />
formato más popular para almacenar audio hoy<br />
en día: el MP3. En lugar <strong>de</strong> <strong>de</strong>splazarnos a<br />
una tienda <strong>de</strong> discos, comprar el CD y buscarle<br />
una ubicación en nuestra estantería, don<strong>de</strong><br />
seguramente se amontonen <strong>de</strong>cenas o cientos<br />
<strong>de</strong> CDs que ocuparán un importante espacio,<br />
po<strong>de</strong>mos conectarnos a Internet cómodamente<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> nuestro hogar, entrar a una <strong>de</strong> las muchas<br />
tiendas <strong>de</strong> música digitales, como iTunes<br />
Store o MSN Music y obtener en pocos<br />
segundos todas las canciones <strong>de</strong>l autor que<br />
nos interesa en formato MP3. En este caso<br />
lo que compramos no es un soporte, un medio<br />
físico como el CD o el vinilo. Simplemente<br />
compramos la información digital, los archivos<br />
MP3 que <strong>de</strong>beremos almacenar en un medio<br />
a<strong>de</strong>cuado <strong>de</strong> nuestra elección: el disco duro<br />
<strong>de</strong> nuestro or<strong>de</strong>nador, una tarjeta <strong>de</strong> memoria,<br />
etc. Es evi<strong>de</strong>nte, también, que <strong>de</strong>pendiendo<br />
<strong>de</strong>l formato en el que adquiramos la obra musical<br />
(CD, vinilo, MP3) necesitaremos aparatos<br />
reproductores diferentes (reproductor <strong>de</strong> CDs,<br />
giradiscos, reproductor <strong>de</strong> MP3). También encontraremos<br />
dispositivos que puedan reproducir<br />
más <strong>de</strong> un formato. Es el caso <strong>de</strong> un or<strong>de</strong>nador<br />
personal, que es capaz <strong>de</strong> reproducir,<br />
entre otros, CDs y archivos MP3.<br />
Pues bien, en el terreno <strong>de</strong> la edición digital<br />
suce<strong>de</strong> algo parecido. A la hora <strong>de</strong> adquirir<br />
un <strong>libro</strong> electrónico, po<strong>de</strong>mos acce<strong>de</strong>r a una<br />
página web que venda este tipo <strong>de</strong> producto,<br />
y <strong>de</strong>scargar un archivo digital que podrá tener<br />
diferentes formatos. Diferentes fabricantes<br />
han <strong>de</strong>sarrollado sus propios formatos, pero<br />
hay algunos estándares ampliamente utilizados<br />
hoy en día, como el <strong>PDF</strong>, el FictionBook<br />
(FB2) o el ePub. Otros formatos que tuvieron<br />
una amplia difusión hace unos años, como el<br />
Lit <strong>de</strong> Microsoft, han quedado ya superados y<br />
prácticamente están en <strong>de</strong>suso. Sea cual sea<br />
su formato, el archivo obtenido <strong>de</strong>berá almacenarse<br />
en un soporte <strong>de</strong> nuestra elección,<br />
como una tarjeta <strong>de</strong> memoria, un disco duro,<br />
o la memoria interna <strong>de</strong> nuestro lector electrónico.<br />
Finalmente necesitaremos un dispositivo<br />
que permita leer <strong>libro</strong>s electrónicos en el formato<br />
que hayamos <strong>de</strong>scargado: un or<strong>de</strong>nador<br />
portátil, un teléfono móvil, un lector <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s<br />
electrónicos...<br />
Es evi<strong>de</strong>nte que la existencia <strong>de</strong> diferentes<br />
formatos y la falta <strong>de</strong> un estándar universal<br />
implica molestias, incompatibilida<strong>de</strong>s y, en <strong>de</strong>finitiva,<br />
potenciales problemas para el usua-<br />
Tema <strong>de</strong> portada<br />
Fnazine<br />
La existencia <strong>de</strong> diferentes formatos no es un problema<br />
cuando el lector electrónico admite una gran<br />
variedad <strong>de</strong> formatos y pue<strong>de</strong>, a<strong>de</strong>más, actualizarse<br />
con facilidad.<br />
rio. No es algo nuevo. Problemas similares se<br />
dieron en su día con los formatos <strong>de</strong> cinta <strong>de</strong><br />
ví<strong>de</strong>o (VHS, Beta, 2000), o más recientemente<br />
con la alta <strong>de</strong>finición (DVD-HD, Blu Ray).<br />
Pero también es cierto que los dispositivos que<br />
se utilizan para leer <strong>libro</strong>s electrónicos evolucionan<br />
día a día, y casi todos admiten la gran<br />
mayoría <strong>de</strong> formatos existentes, <strong>de</strong> manera<br />
que el comprador no tiene que preocuparse<br />
en exceso por el formato en el que adquiere<br />
su <strong>libro</strong> electrónico. A<strong>de</strong>más, muchos lectores<br />
electrónicos son actualizables, y sus fabricantes<br />
ofrecen periódicamente nuevas versiones<br />
<strong>de</strong> los programas que los controlan, <strong>de</strong> manera<br />
que puedan interpretar correctamente los nuevos<br />
formatos <strong>de</strong> <strong>libro</strong> electrónico que puedan<br />
aparecer en un futuro.<br />
Sistemas <strong>de</strong> gestión <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos<br />
digitales<br />
Una <strong>de</strong> las principales preocupaciones <strong>de</strong><br />
los editores cuando se habla <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s electrónicos<br />
es evitar la circulación <strong>de</strong> copias ilegales.<br />
Autores, editores y distribuidores están<br />
escarmentados tras ver el caos que se organizó<br />
en el mundo discográfico con la aparición el<br />
MP3 y la avalancha <strong>de</strong> <strong>de</strong>scargas ilegales que<br />
trajo consigo. Temen, con razón, que el <strong>libro</strong><br />
electrónico aliente la copia indiscriminada <strong>de</strong><br />
las obras, con lo que las pérdidas económicas<br />
serían millonarias. Y es que el hecho <strong>de</strong> que<br />
un <strong>libro</strong> pase <strong>de</strong>l formato tradicional en papel<br />
al formato electrónico, tiene muchas ventajas,<br />
pero también facilita su duplicación ilimitada.<br />
Un <strong>libro</strong> electrónico no es más que un archivo<br />
informático, como un documento <strong>de</strong> Word, una<br />
fotografía digital, o una canción guardada en<br />
formato MP3. Los archivos informáticos pue<strong>de</strong>n<br />
duplicarse en segundos, muy fácilmente y<br />
sin sufrir la más mínima alteración o pérdida<br />
<strong>de</strong> calidad. Alguien dirá que antes <strong>de</strong> la aparición<br />
<strong>de</strong> los formatos digitales la copia también<br />
era posible, y es cierto. Pero era mucho más<br />
costosa y difícil <strong>de</strong> distribuir. Los que tengan<br />
más <strong>de</strong> 30 años recordarán, sin duda, las copias<br />
que podían hacerse en cinta <strong>de</strong> cassette<br />
<strong>de</strong> vinilos y otros cassettes. Se necesitaba<br />
un reproductor, un grabador, y mucho tiempo.<br />
A<strong>de</strong>más, el resultado nunca era igual que el<br />
original. El nivel <strong>de</strong> ruido aumentaba con cada<br />
copia y la fi<strong>de</strong>lidad disminuía. Con los <strong>libro</strong>s<br />
suce<strong>de</strong> otro tanto. Un <strong>libro</strong> en papel pue<strong>de</strong> copiarse,<br />
obviamente, pero es un trabajo arduo y<br />
los resultados son <strong>de</strong> pobre calidad. Veámoslo<br />
<strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong>, marzo 2010<br />
con un ejemplo.<br />
Mientras redactamos este artículo tenemos<br />
a nuestro alre<strong>de</strong>dor varios <strong>libro</strong>s. Maliciosamente<br />
tomamos el más voluminoso <strong>de</strong> ellos,<br />
lo s Pilares <strong>de</strong> la tierra, y nos preguntamos<br />
si podríamos hacer una copia ilegal. Se nos<br />
ocurre que la forma más sencilla sería fotocopiarlo.<br />
Pero no es una tarea nada fácil. El <strong>libro</strong><br />
en cuestión consta <strong>de</strong> 1359 páginas. Al tener<br />
formato <strong>de</strong> bolsillo podríamos economizar fotocopiando<br />
en un sólo folio dos página enfrentadas.<br />
Aún así <strong>de</strong>beríamos realizar casi 700<br />
fotocopias. La tarea sería tediosa y agotadora,<br />
nos llevaría -siendo muy rápidos- un par <strong>de</strong><br />
horas. Suponiendo que conseguimos un chollo<br />
y las fotocopias nos salen a 2 céntimos, la<br />
copia ilegal nos costaría 14 euros... para un<br />
<strong>libro</strong> que pue<strong>de</strong> adquirirse en las librerías por<br />
10,95€. Y ello sin hablar <strong>de</strong> la dudosa calidad<br />
<strong>de</strong>l resultado final.<br />
Todos estos inconvenientes se esfuman<br />
cuando el objeto a copiar es un archivo digital.<br />
Su copia es un proceso casi instantáneo<br />
y sin coste. Pero lo peor es que su difusión<br />
pue<strong>de</strong> ser inmediata y prácticamente universal.<br />
Internet es un medio que pue<strong>de</strong> llevar en<br />
segundos un archivo a cualquier rincón <strong>de</strong>l<br />
mundo. Con los sencillos -y temidos por los<br />
agentes económicos y autorida<strong>de</strong>s- programas<br />
P2P, que permiten la transferencia <strong>de</strong> archivos<br />
entre particulares, un <strong>libro</strong> en formato digital<br />
comprado legalmente podría llegar en horas<br />
a miles <strong>de</strong> or<strong>de</strong>nadores <strong>de</strong>, virtualmente, todo<br />
el mundo.<br />
Con semejante panorama no es <strong>de</strong> extrañar<br />
que la preocupación por los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> autor<br />
<strong>de</strong> las obras editoriales haya frenado su difusión.<br />
Uno <strong>de</strong> los métodos más efectivos para<br />
impedir la copia ilegal <strong>de</strong> archivos es dotarlos<br />
<strong>de</strong> un sistema <strong>de</strong> gestión <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos, abrevado<br />
como DRM (Digital Rights Management).<br />
Los sistemas DRM codifican los archivos digitales,<br />
en este caso los <strong>libro</strong>s electrónicos, <strong>de</strong><br />
manera que quedan asociados a un usuario y a<br />
uno o más dispositivos lectores. Un <strong>libro</strong> electrónico<br />
con DRM pue<strong>de</strong> copiarse, ciertamente,<br />
pero la copia no funcionará en dispositivos<br />
diferentes a aquel o aquellos para los que se<br />
ha adquirido el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> uso. Los sistemas<br />
<strong>de</strong> DRM más habituales obligan al usuario a<br />
crear una cuenta que <strong>de</strong>berá asociar a su lector<br />
electrónico. Al comprar un <strong>libro</strong> electrónico<br />
el usuario <strong>de</strong>be utilizar la misma cuenta <strong>de</strong><br />
usuario. Libro y dispositivo lector quedan así<br />
asociados. El mismo <strong>libro</strong> llevado simplemente<br />
a otro dispositivo lector, sencillamente no<br />
funcionará. Adicionalmente los sistemas DRM<br />
pue<strong>de</strong>n limitar o prohibir diferentes acciones.<br />
Así es posible limitar el tiempo durante el que<br />
pue<strong>de</strong> acce<strong>de</strong>rse a la información, quedando<br />
esta inservible pasado el plazo establecido. O<br />
pue<strong>de</strong> prohibirse la impresión en papel, o limitarse<br />
a un número <strong>de</strong> copias <strong>de</strong>terminado.<br />
Pero el uso <strong>de</strong> la tecnología DRM es un<br />
arma <strong>de</strong> doble filo. En la industria musical ha<br />
representado un fracaso, y planean dudas sobre<br />
su conveniencia a la hora <strong>de</strong> aplicarlo en<br />
el mundo editorial. Un <strong>libro</strong> con DRM pue<strong>de</strong><br />
provocar a su legítimo propietario muchos<br />
quebra<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> cabeza y generar molestias<br />
innecesarias. Muchos sistemas DRM admiten<br />
un número máximo <strong>de</strong> dispositivos asociados a<br />
una misma cuenta. Supongamos que tenemos<br />
un teléfono móvil, un or<strong>de</strong>nador <strong>de</strong> sobremesa,<br />
un portátil y un lector <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s electrónicos.<br />
Deberíamos asociar los cuatro dispositivos<br />
a la misma cuenta <strong>de</strong> usuario para po<strong>de</strong>r<br />
l
l<br />
leer el <strong>libro</strong> electrónico en cualquiera <strong>de</strong> ellos.<br />
Suponiendo que el sistema DRM lo permitiese<br />
-algunos sistemas limitan a cinco o seis los<br />
dispositivos admitidos-, la renovación <strong>de</strong> cualquiera<br />
<strong>de</strong> los dispositivos cuando se averiase<br />
o quedase anticuado obligaría a incrementar el<br />
número <strong>de</strong> asociaciones. Llegaría un momento<br />
en que no podríamos activar un nuevo dispositivo,<br />
y sencillamente no podríamos leer en el<br />
un <strong>libro</strong> electrónico comprado legalmente.<br />
El mayor inconveniente surge a la hora<br />
<strong>de</strong> compartir los <strong>libro</strong>s. Si cualquier miembro<br />
<strong>de</strong> nuestra familia -los hijos, nuestro cónyuge-<br />
quisiera leer nuestro <strong>libro</strong>, no bastaría<br />
con prestarle el archivo digital, ya que este<br />
no funcionaría en su lector electrónico. Deberíamos<br />
prestarle, a<strong>de</strong>más, nuestro propio dispositivo<br />
lector. No hablemos ya <strong>de</strong> compartir<br />
<strong>libro</strong>s, regalarlos <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberlos leído,<br />
intercambiarlos, comprar <strong>libro</strong>s <strong>de</strong> segunda<br />
mano... Ninguna <strong>de</strong> estas opciones es viable<br />
con archivos protegidos con DRM. Y esto tiene<br />
un perverso efecto: en lugar <strong>de</strong> proteger la<br />
propiedad intelectual y los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> autor,<br />
tien<strong>de</strong> a alentar el uso <strong>de</strong> copias ilegales. Por<br />
muy concienciado que esté un comprador con<br />
la legalidad y los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> autor, cuando<br />
compra un <strong>libro</strong> electrónico protegido con DRM<br />
suele sentirse estafado. Ha pagado un <strong>libro</strong>,<br />
lo ha adquirido legalmente, pero no pue<strong>de</strong><br />
compartirlo, prestarlo o regalarlo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />
leerlo, o simplemente trasladarlo a otro dispositivo<br />
sin sufrir algún que otro quebra<strong>de</strong>ro <strong>de</strong><br />
cabeza. Y, paradójicamente, un usuario que<br />
haya obtenido un <strong>libro</strong> electrónico sin DRM,<br />
posiblemente <strong>de</strong> manera ilegal <strong>de</strong>scargándolo<br />
<strong>de</strong> Internet, podrá hacer todas las copias que<br />
quiera, distribuirlas y usarlas sin limitación.<br />
Cuando el comprador realiza una compra legal<br />
y no ve ninguna ventaja respecto a su vecino<br />
pirata, sino más bien restricciones y limitaciones,<br />
suele mantener durante poco tiempo su<br />
compromiso con el respeto a los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong><br />
autor y a la legalidad.<br />
Por todo ello, los editores <strong>de</strong>ben plantearse<br />
muy seriamente la conveniencia <strong>de</strong> implantar<br />
sistemas DRM en sus <strong>libro</strong>s electrónicos. Es<br />
cierto que son un freno a las copias ilegales,<br />
pero también pue<strong>de</strong>n suponer un freno a las<br />
ventas. Y no olvi<strong>de</strong>mos algo muy importante.<br />
Todos los sistemas anti-copia i<strong>de</strong>ados hasta<br />
la fecha, han sido sistemáticamente analizados<br />
y <strong>de</strong>sactivados. Un archivo con DRM pue<strong>de</strong><br />
ser fácilmente convertido a un formato sin limitaciones<br />
con las herramientas a<strong>de</strong>cuadas.<br />
Por supuesto es una práctica fraudulenta e<br />
ilegal, pero <strong>de</strong>be tenerse en cuenta que siempre<br />
existe esta posibilidad. Invertir en sistemas<br />
DRM y plantear problemas y limitaciones a los<br />
consumidores legítimos pue<strong>de</strong> no tener sentido<br />
si, finalmente, la obra que se intentaba proteger<br />
pue<strong>de</strong> quedar libre <strong>de</strong> protección y pasar a<br />
ser pasto <strong>de</strong> la copia ilegal.<br />
Lectores electrónicos<br />
Es más que probable que todo aquel que<br />
esté leyendo este artículo pueda leer cualquier<br />
<strong>libro</strong> electrónico sin necesidad <strong>de</strong> adquirir un<br />
nuevo dispositivo. Nuestro fanzine <strong>Punto</strong> <strong>de</strong><br />
<strong>libro</strong> se edita en formato electrónico, concretamente<br />
en <strong>PDF</strong>, como muchos <strong>libro</strong>s electrónicos<br />
que pue<strong>de</strong>n encontrarse en el mercado.<br />
Este formato pue<strong>de</strong> leerse sin problemas en<br />
cualquier or<strong>de</strong>nador, ya sea <strong>de</strong> sobremesa o<br />
portátil. De modo que, en principio, no es ne-<br />
Tema <strong>de</strong> portada<br />
Fnazine<br />
cesario comprar un dispositivo especial para<br />
leer libos electrónicos.<br />
Existen diferentes aplicaciones, como Adobe<br />
Rea<strong>de</strong>r o Lexcycle Stanza que pue<strong>de</strong>n<br />
<strong>de</strong>scargarse gratuitamente e instalarse en un<br />
or<strong>de</strong>nador. Estas aplicaciones permiten leer<br />
prácticamente cualquier <strong>libro</strong> electrónico libre<br />
se sistemas DRM. En el caso <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s con<br />
sistemas <strong>de</strong> gestión <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos se hace necesario<br />
el uso <strong>de</strong> una aplicación más específica,<br />
como Microsoft Rea<strong>de</strong>r -algo obsoleta-<br />
o Adobe Digital Editions. Con la aplicación<br />
a<strong>de</strong>cuada, un or<strong>de</strong>nador permite leer cualquier<br />
publicación en formato electrónico. Pero otros<br />
dispositivos como las PDAs o los teléfonos<br />
móviles también disponen <strong>de</strong> aplicaciones para<br />
la lectura <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s electrónicos. Los teléfonos<br />
compatibles con Windows Mobile pue<strong>de</strong>n instalar<br />
versiones específicas <strong>de</strong> Microsoft Rea<strong>de</strong>r<br />
o Adobe Rea<strong>de</strong>r. En el caso <strong>de</strong>l iPhone,<br />
por ejemplo, existen versiones específicas <strong>de</strong>l<br />
lector Kindle -utilizado por Amazon, la mayor<br />
tienda on-line <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s-, <strong>de</strong> Stanza y <strong>de</strong> otros<br />
programas <strong>de</strong> lectura electrónica.<br />
Entonces, si tanto agendas electrónicas<br />
como or<strong>de</strong>nadores o teléfonos móviles pue<strong>de</strong>n<br />
usarse para leer <strong>libro</strong>s electrónicos, ¿por qué<br />
adquirir un lector electrónico? Por varias razones<br />
que hacen la experiencia <strong>de</strong> leer mucho<br />
más cómoda y sencilla.<br />
Para empezar está el tema <strong>de</strong>l tamaño. Los<br />
or<strong>de</strong>nadores pue<strong>de</strong>n ser cómodos para leer en<br />
casa, pero llevar un or<strong>de</strong>nador encima, aunque<br />
se trate <strong>de</strong> un portátil, para leer en el autobús,<br />
en una playa o en un hotel, es algo incómodo.<br />
Incluso los mini portátiles o notebooks son más<br />
engorrosos que un <strong>libro</strong> <strong>de</strong> bolsillo. Mucho más<br />
manejables son las PDAs o los teléfonos móviles,<br />
pero en este caso el reducido tamaño <strong>de</strong><br />
sus pantallas hacen incómoda su lectura. En<br />
cambio, un lector electrónico tiene el tamaño,<br />
formato y peso a<strong>de</strong>cuados para llevarlos encima<br />
como si se tratase <strong>de</strong> un <strong>libro</strong> tradicional, y<br />
la mayoría <strong>de</strong> ellos tiene un tamaño <strong>de</strong> pantalla<br />
que oscila entre las cinco y las seis pulgadas,<br />
lo que da una superficie <strong>de</strong> lectura útil similar<br />
a una página <strong>de</strong> un <strong>libro</strong> <strong>de</strong> bolsillo.<br />
Pero la diferencia más importante estriba en<br />
la tecnología empleada para visualizar el <strong>libro</strong>.<br />
Las pantallas habituales en or<strong>de</strong>nadores y teléfonos<br />
móviles utilizan tecnología TFT o LED.<br />
Emiten luz, su frecuencia implica un parpa<strong>de</strong>o<br />
en la imagen -aunque sea casi imperceptible-<br />
y provocan fatiga visual. En cambio, los <strong>libro</strong>s<br />
Una superficie blanca, flexible, sobre las que se pue<strong>de</strong>n<br />
leer los caracteres impresos en negro. Podría<br />
ser una hoja <strong>de</strong> papel, pero es una pantalla <strong>de</strong> tinta<br />
electrónica.<br />
<strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong>, marzo 2010<br />
electrónicos utilizan una tecnología llamada<br />
tinta electrónica. Este sistema se basa en una<br />
superficie que no emite ningún tipo <strong>de</strong> luz. Sobre<br />
una superficie blanca estas pantallas son<br />
capaces <strong>de</strong> representar caracteres e imágenes<br />
en distintos tonos <strong>de</strong> grises -<strong>de</strong> momento, el<br />
color queda fuera <strong>de</strong> su alcance-. Por tanto, la<br />
pantalla <strong>de</strong> un lector electrónico se ve a todos<br />
los efectos como una hoja <strong>de</strong> papel impreso:<br />
negro sobre blanco, sin parpa<strong>de</strong>os, sin emisión<br />
<strong>de</strong> luz y sin molestias. La tinta electrónica se<br />
pue<strong>de</strong> leer con la misma calidad <strong>de</strong>s<strong>de</strong> cualquier<br />
ángulo, y provoca menos reflejos que las<br />
pantallas convencionales. Quienes no hayáis<br />
tenido la oportunidad <strong>de</strong> comprobar la enorme<br />
diferencia entre un lector electrónico y la pantalla<br />
<strong>de</strong> un or<strong>de</strong>nador, pasad por un comercio<br />
don<strong>de</strong> vendan este tipo <strong>de</strong> dispositivos y pedid<br />
una <strong>de</strong>mostración. En pocos minutos cambiaréis<br />
la i<strong>de</strong>a que teníais sobre lo que supone<br />
leer en este tipo <strong>de</strong> dispositivos.<br />
Pero las ventajas <strong>de</strong> un lector electrónico<br />
no acaban aquí. Mientras que un or<strong>de</strong>nador<br />
portátil tiene una batería que en el mejor <strong>de</strong><br />
los casos pue<strong>de</strong> durar unas cuantas horas, los<br />
lectores electrónicos pue<strong>de</strong>n utilizarse durante<br />
semanas sin necesidad <strong>de</strong> recargarlos. La<br />
tinta electrónica es una tecnología que sólo<br />
consume energía en el momento <strong>de</strong> dibujar la<br />
imagen <strong>de</strong> la página. Es <strong>de</strong>cir, mientras leemos<br />
una página el dispositivo no gasta energía.<br />
Sólo lo hace cuando pasamos página.<br />
Así, po<strong>de</strong>mos interrumpir la lectura <strong>de</strong>jando el<br />
dispositivo “conectado” sin que realice el más<br />
mínimo consumo. De hecho la página sigue<br />
siendo visible en pantalla in<strong>de</strong>finidamente, y<br />
sólo cuando reanu<strong>de</strong>mos su lectura y pasemos<br />
a la página siguiente volveremos a consumir<br />
energía. La mayoría <strong>de</strong> dispositivos tienen una<br />
autonomía <strong>de</strong> entre 5000 y 10000 cambios <strong>de</strong><br />
página, lo que permite leer <strong>de</strong>cenas <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s<br />
sin tener que recargar baterías.<br />
Una vez que se conocen las ventajas <strong>de</strong>l<br />
lector electrónico, la siguiente dificultad estriba<br />
en elegir uno <strong>de</strong> los muchos mo<strong>de</strong>los que<br />
encontramos en el mercado. Las diferencias<br />
<strong>de</strong> prestaciones y precios pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>sorientar<br />
a los profanos en el tema. Pero como veremos<br />
enseguida, realmente no hay gran<strong>de</strong>s<br />
diferencias entre dispositivos si lo único que<br />
nos interesa es leer <strong>libro</strong>s, y muchas veces los<br />
precios más altos sólo dan como contrapartida<br />
unas prestaciones superfluas que difícilmente<br />
mejorarán la experiencia lectora.<br />
Los mo<strong>de</strong>los más sencillos tienen todo lo<br />
que necesita alguien que quiera leer sus obras<br />
favoritas cómodamente. Una memoria interna<br />
<strong>de</strong> 512 Mb es más que suficiente para almacenar<br />
centenares <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s, y casi todos los<br />
mo<strong>de</strong>los a la venta parten <strong>de</strong> este mínimo.<br />
A<strong>de</strong>más, casi siempre es posible ampliar esta<br />
capacidad mediante una tarjeta <strong>de</strong> memoria<br />
adicional. Una pantalla <strong>de</strong> unas dimensiones<br />
mínimas <strong>de</strong> 5 pulgadas es el otro requisito imprescindible.<br />
Por último, el lector electrónico<br />
<strong>de</strong>be estar dotado <strong>de</strong> algún tipo <strong>de</strong> conexión al<br />
or<strong>de</strong>nador, casi siempre un puerto USB, con<br />
el fin <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r cargar contenidos y actualizar<br />
el firmware (el programa que controla el lector<br />
electrónico y gestiona sus funciones). Con estas<br />
características encontramos los dispositivos<br />
más económicos, como el Airis dBook EB001,<br />
por unos 220€, o el Woxter Scriba 150, que<br />
por unos 10 euros más ofrece la posibilidad<br />
<strong>de</strong> reproducir audio en formato en MP3 y una<br />
mayor compatibilidad con diferentes formatos<br />
-sobre todo protegidos con DRM-. Si busca-<br />
5
6<br />
El Gramatta Papyre, en sus mo<strong>de</strong>los 5.1 o 6.1, es<br />
uno <strong>de</strong> los lectores electrónicos más vendidos en<br />
España.<br />
mos pantallas algo más gran<strong>de</strong>s el precio aumenta.<br />
Así encontramos el Grammata Papyre<br />
6.1, uno <strong>de</strong> los dispositivos más vendidos,<br />
o el InvesBook 600, ambos con pantalla <strong>de</strong><br />
seis pulgadas por unos 300€. El Sony Rea<strong>de</strong>r<br />
PRS-600 es algo más caro, pero aña<strong>de</strong> una<br />
pantalla táctil que permite hacer anotaciones<br />
a mano sobre cualquier página <strong>de</strong>l <strong>libro</strong> que<br />
estemos leyendo.<br />
Existen mo<strong>de</strong>los que incluyen conexión inalámbrica<br />
a re<strong>de</strong>s (WiFi). Este extra encarece<br />
consi<strong>de</strong>rablemente el producto, y no supone<br />
una ventaja importante. El acceso inalámbrico<br />
permite <strong>de</strong>scargar contenidos sin conectar el<br />
dispositivo a un or<strong>de</strong>nador, pero con la capacidad<br />
<strong>de</strong> memoria que tienen estos aparatos,<br />
la carga <strong>de</strong> nuevos <strong>libro</strong>s es algo que<br />
se hace muy esporádicamente. Algo más útil<br />
pue<strong>de</strong> resultar la conexión WiFi para la lectura<br />
<strong>de</strong> periódicos u otras publicaciones diarias, ya<br />
que en este caso el acceso se realiza cómodamente<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> prácticamente cualquier lugar<br />
a diario. En cualquier caso, disponer <strong>de</strong> WiFi<br />
suele significar gastar <strong>de</strong> media 100 euros<br />
más. Como ejemplo, encontramos el Wol<strong>de</strong>r<br />
Boox, que por unos 400 euros dispone <strong>de</strong><br />
WiFi y pantalla táctil. Más <strong>de</strong>sorbitado es el<br />
precio <strong>de</strong>l irex Iliad, que casi alcanza los 600<br />
euros. Eso sí, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> ser táctil y disponer<br />
<strong>de</strong> WiFi, cuenta también con una conexión <strong>de</strong><br />
red por cable estándar (RJ45) y una <strong>de</strong> las<br />
pantallas más gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l mercado, con nada<br />
menos que ocho pulgadas.<br />
En cualquier caso, nuestra intención con<br />
este artículo no es ofrecer un catálogo completo<br />
<strong>de</strong> dispositivos <strong>de</strong> lectura electrónica. Si<br />
os <strong>de</strong>cidís por adquirir un lector electrónico,<br />
pedid asesoramiento a un ven<strong>de</strong>dor, consultad<br />
las páginas web <strong>de</strong> diferentes fabricantes y<br />
comparad precios y prestaciones. Confirmad,<br />
sobre todo, que sea compatible con el mayor<br />
número <strong>de</strong> formatos y, a ser posible, que<br />
se pueda actualizar su firmware. Como hemos<br />
dicho ya, por poco más <strong>de</strong> 200 euros se pue<strong>de</strong><br />
adquirir un buen lector electrónico con las<br />
prestaciones mínimas necesarias. El resto <strong>de</strong>-<br />
El Sony Rea<strong>de</strong>r PRS-600 es uno <strong>de</strong> los mo<strong>de</strong>los con<br />
pantalla táctil más populares y con mejor precio.<br />
Tema <strong>de</strong> portada<br />
Fnazine<br />
pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> vuestro presupuesto y vuestro gusto<br />
por los caprichos electrónicos. A<strong>de</strong>más, estamos<br />
hablando <strong>de</strong> una tecnología que evoluciona<br />
a gran velocidad, por lo que los mo<strong>de</strong>los<br />
aquí comentados pue<strong>de</strong>n quedar obsoletos en<br />
cuestión <strong>de</strong> meses o incluso semanas.<br />
Los contenidos<br />
Supongamos que ya tenemos nuestro lector<br />
electrónico y queremos comenzar a utilizarlo.<br />
Pongamos por caso que, leyendo este mismo<br />
fanzine, nos <strong>de</strong>cidimos por cualquiera <strong>de</strong> los<br />
<strong>libro</strong>s reseñados en las páginas <strong>de</strong> la ocho a<br />
la diez, e intentamos conseguirlos en formato<br />
digital. Pues habrá que armarse <strong>de</strong> paciencia.<br />
Actualmente ninguno <strong>de</strong> esos <strong>libro</strong>s pue<strong>de</strong> adquirirse<br />
en dicho formato en lengua castellana.<br />
De hecho, la gran mayoría <strong>de</strong> lanzamientos<br />
editoriales, ya sean noveda<strong>de</strong>s o fondo editorial,<br />
no disponen <strong>de</strong> una versión electrónica, al<br />
menos en español. En este sentido el mercado<br />
anglosajón dispone <strong>de</strong> mucha mayor cantidad<br />
y variedad <strong>de</strong> oferta. Gran parte <strong>de</strong> los fondos<br />
<strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s editoriales americanas se<br />
pue<strong>de</strong> adquirir como <strong>libro</strong> electrónico. Muchas<br />
<strong>de</strong> las noveda<strong>de</strong>s se publican simultáneamente<br />
en papel y digitalmente. En cualquiera <strong>de</strong> las<br />
muchas librerías on-line disponibles se pue<strong>de</strong>n<br />
adquirir miles <strong>de</strong> obras en este formato.<br />
Para el mercado americano el sector <strong>de</strong>l <strong>libro</strong><br />
electrónico ya cuenta con un peso específico<br />
<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l negocio editorial. Tanto es así que<br />
la mayor tienda on-line <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s, Amazon, ha<br />
creado su propio mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> lector electrónico,<br />
el Amazon Kindle, <strong>de</strong>l que ha vendido cientos<br />
<strong>de</strong> miles <strong>de</strong> unida<strong>de</strong>s.<br />
Por <strong>de</strong>sgracia, el panorama <strong>de</strong>l <strong>libro</strong> electrónico<br />
en castellano es completamente distinto.<br />
Las gran<strong>de</strong>s editoriales anunciaron durante el<br />
año pasado gran<strong>de</strong>s lanzamientos <strong>de</strong> catálogos<br />
electrónicos. En octubre apareció en los<br />
medios la noticia <strong>de</strong> que 36L, una distribuidora<br />
<strong>de</strong> <strong>libro</strong>s electrónicos, tendría en diciembre en<br />
su web entre 500 y 1000 obras en formato<br />
electrónico, que <strong>de</strong>bían incluir algunas <strong>de</strong><br />
las noveda<strong>de</strong>s más recientes. Esta iniciativa<br />
se plasmó en una plataforma llamada Leqtor.<br />
com. Si la visitáis, comprobaréis que existen<br />
algunos cientos <strong>de</strong> obras disponibles. Aunque<br />
hay novelas y autores <strong>de</strong> éxito, encontraréis<br />
pocas noveda<strong>de</strong>s editoriales.<br />
Para la época navi<strong>de</strong>ña se esperaban los<br />
primeros lanzamientos masivos que <strong>de</strong>berían<br />
haber potenciado la venta <strong>de</strong> lectores electrónicos.<br />
Pero estos lanzamientos no llegaron.<br />
Grupos editoriales como Random House Mondadori,<br />
Planeta o Santillana han manifestado<br />
su intención <strong>de</strong> abrirse al mercado electrónico<br />
a principios <strong>de</strong>l 2010, pero la cantidad <strong>de</strong><br />
títulos disponibles sigue siendo prácticamente<br />
inexistente.<br />
En el sector, cada editorial está optando<br />
por su propia estrategia. Frente las editoriales<br />
que llevan tiempo proclamando su intención<br />
inminente <strong>de</strong> <strong>de</strong>sembarcar en el mundo digital,<br />
pero que nunca llegan a hacerlo, encontramos<br />
otras más realistas y con los pies en el suelo.<br />
Recientemente, Silvia Rodríguez, <strong>de</strong>l Departamento<br />
<strong>de</strong> Prensa <strong>de</strong> La Factoría <strong>de</strong> I<strong>de</strong>as, nos<br />
comentaba que en dicha editorial <strong>de</strong> momento<br />
no tienen planes respecto al <strong>libro</strong> electrónico.<br />
Opinan que este formato aún está muy ver<strong>de</strong>,<br />
por lo que prefieren esperar pru<strong>de</strong>ntemente<br />
a ver cómo evoluciona el mercado antes <strong>de</strong><br />
posicionarse. En el extremo contrario encontramos<br />
editoriales que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el primer día han<br />
<strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong>, marzo 2010<br />
apostado por el formato electrónico. Incluso las<br />
hay que disponen <strong>de</strong> todo su catálogo publicado,<br />
a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> en papel, en versión digital. Es<br />
el caso <strong>de</strong> Libros <strong>de</strong> Cabecera, una editorial<br />
que ven<strong>de</strong> todas sus publicaciones indistintamente<br />
en papel o en formato electrónico. Guille<br />
López nos explicaba que a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> ven<strong>de</strong>r<br />
directamente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su propia web, sus <strong>libro</strong>s<br />
están disponibles en otras plataformas <strong>de</strong> venta<br />
digital, como Amazon Kindle o Leqtor.com.<br />
Por si eso fuera poco, han creado su propia<br />
aplicación para el popular iPhone -nosotros la<br />
hemos probado, y es magnífica en su sencillez-<br />
que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su lanzamiento en septiembre<br />
pasado ha tenido más <strong>de</strong> 12000 <strong>de</strong>scargas.<br />
En cuanto a formatos digitales también ofrecen<br />
variedad, ya que todos sus <strong>libro</strong>s pue<strong>de</strong>n adquirirse<br />
como <strong>PDF</strong> o ePub (y en formato MOBI<br />
a través <strong>de</strong> la plataforma Amazon Kindle).<br />
Apostar por diversificar formatos, plataformas<br />
<strong>de</strong> distribución y dispositivos implica trabajar<br />
duro, pero para Guille, todo este esfuerzo merece<br />
la pena, teniendo en cuenta que prácticamente<br />
un tercio <strong>de</strong> las ventas <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s que<br />
realizan <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su web correspon<strong>de</strong> al formato<br />
electrónico. Sin duda en ello influye un factor<br />
que se intuye como trascen<strong>de</strong>ntal a la hora<br />
<strong>de</strong> que el <strong>libro</strong> electrónico llegue a funcionar<br />
comercialmente: el precio. En Libros <strong>de</strong> Cabecera<br />
un <strong>libro</strong> electrónico cuesta menos <strong>de</strong><br />
la mitad que el mismo <strong>libro</strong> en papel. Esta<br />
joven editorial preten<strong>de</strong> seguir con esta política<br />
<strong>de</strong> precios (entre 6 y 8 euros para el formato<br />
electrónico) publicando entre 4 y 6 títulos al<br />
año. Ojalá cunda su ejemplo.<br />
La conclusión es que encontrar literatura en<br />
castellano en forma <strong>de</strong> <strong>libro</strong> electrónico sigue<br />
siendo difícil. Dejando aparte unos cientos <strong>de</strong><br />
obras clásicas, <strong>libro</strong>s cuyos <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> autor<br />
ya han expirado, y que por tanto pue<strong>de</strong>n<br />
distribuirse gratuitamente, sólo algunos cientos<br />
<strong>de</strong> títulos pue<strong>de</strong>n adquirirse en forma <strong>de</strong><br />
<strong>libro</strong> electrónico en castellano. Mucho mayor<br />
es la oferta <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s técnicos o <strong>de</strong> divulgación<br />
en este formato, así como <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s <strong>de</strong> texto.<br />
También en el terreno <strong>de</strong> las publicaciones periódicas<br />
la oferta es amplia. Muchos periódicos<br />
y revistas nacionales se pue<strong>de</strong>n adquirir en<br />
formato <strong>PDF</strong>. Existen rotativos que disponen<br />
<strong>de</strong> suscripciones en formato electrónico. Por<br />
lo tanto, el lector electrónico, hoy en día y<br />
en el mercado hispanohablante, pue<strong>de</strong> ser un<br />
utensilio muy práctico para estudiar o mantenerse<br />
informado. Pero para el lector habitual,<br />
acostumbrado a leer novela, poesía o teatro<br />
contemporáneos, aún no ha llegado el momento<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>jar el <strong>libro</strong> tradicional y sustituirlo<br />
por el electrónico.<br />
¿Qué po<strong>de</strong>mos esperar?<br />
El futuro es incierto, también en el terreno<br />
<strong>de</strong>l <strong>libro</strong> electrónico. Lo que parece claro<br />
es que en el mundo editorial va a suce<strong>de</strong>r<br />
como en el <strong>de</strong> la música. Los nuevos formatos<br />
se acabarán imponiendo por muchas dudas y<br />
reticencias que haya actualmente. Las gran<strong>de</strong>s<br />
editoriales acabarán por asomarse a esta<br />
nueva oportunidad <strong>de</strong> negocio, y pasado un<br />
tiempo <strong>de</strong> adaptación, el <strong>libro</strong> electrónico se<br />
convertirá en una opción más. Lo que no está<br />
tan claro es que a corto o medio plazo vaya a<br />
<strong>de</strong>saparecer el <strong>libro</strong> en papel. Hace ya años<br />
que el formato MP3 domina en el mundo <strong>de</strong><br />
la música, pero el CD sigue siendo el formato<br />
estándar <strong>de</strong> facto en la industria discográfica.<br />
Pero, con la llegada masiva <strong>de</strong>l <strong>libro</strong> elec-<br />
l
l<br />
trónico, ¿cuál será el impacto para los consumidores?<br />
Al margen <strong>de</strong> que el <strong>libro</strong> en papel<br />
seguirá existiendo durante años, quien quiera<br />
leer en formato electrónico va a encontrarse<br />
con cambios e incertidumbres. En primer lugar<br />
cambiará la manera <strong>de</strong> adquirir los <strong>libro</strong>s. Un<br />
<strong>libro</strong> en papel pue<strong>de</strong> comprarse en cualquier<br />
librería, pero también en gran<strong>de</strong>s almacenes,<br />
kioscos, gasolineras, etc. El <strong>libro</strong> es un elemento<br />
casi omnipresente en los comercios y,<br />
por supuesto, también pue<strong>de</strong> comprarse en<br />
tiendas on-line. Con el <strong>libro</strong> electrónico, la<br />
compra a través <strong>de</strong> Internet <strong>de</strong>bería incrementarse<br />
notablemente, ya que sería la forma más<br />
cómoda y rápida <strong>de</strong> adquirir un <strong>libro</strong>. A través<br />
<strong>de</strong> cualquier tienda on-line, la compra y <strong>de</strong>scarga<br />
<strong>de</strong>l <strong>libro</strong> se haría cómodamente <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
casa, y sería prácticamente instantánea. Cabe<br />
preguntarse, entonces, cuál sería el papel <strong>de</strong><br />
las librerías y otros comercios a la hora <strong>de</strong><br />
ven<strong>de</strong>r <strong>libro</strong>s electrónicos. Las librerías <strong>de</strong>berían<br />
seguir siendo el punto <strong>de</strong> referencia para<br />
el lector. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> seguir vendiendo <strong>libro</strong>s en<br />
formato tradicional, la función <strong>de</strong>l librero como<br />
asesor, y como punto <strong>de</strong> referencia para el<br />
lector <strong>de</strong>be seguir siendo la que es hoy en día.<br />
Complementariamente, la librería tradicional se<br />
pue<strong>de</strong> convertir en un punto <strong>de</strong> distribución<br />
<strong>de</strong> <strong>libro</strong>s electrónicos, don<strong>de</strong> el consumidor<br />
podría acudir con su lector electrónico, pedir<br />
opiniones o consejos, elegir su <strong>libro</strong> y <strong>de</strong>scargarlo<br />
directamente a través <strong>de</strong> un dispositivo<br />
–serviría un simple or<strong>de</strong>nador-, pagando al<br />
momento y con la posibilidad <strong>de</strong> hacerlo en<br />
efectivo, cosa imposible en una tienda on-line.<br />
La librería y el librero seguirán teniendo, por<br />
tanto, un papel fundamental en la distribución<br />
<strong>de</strong> los <strong>libro</strong>s electrónicos, como lo tienen ahora<br />
con el <strong>libro</strong> tradicional. Tal vez lo tengan más<br />
difícil los pequeños establecimientos, como las<br />
pequeñas papelerías o los kioscos, a los que<br />
pue<strong>de</strong> que no resulte rentable equiparse para<br />
po<strong>de</strong>r ven<strong>de</strong>r el nuevo formato digital.<br />
Pero los cambios no afectarán sólo a la<br />
forma <strong>de</strong> ven<strong>de</strong>r <strong>libro</strong>s. Con nuevos formatos<br />
y tecnologías surgen nuevas posibilida<strong>de</strong>s, y<br />
también nuevas dudas. Por ejemplo, ¿qué pasará<br />
con las bibliotecas? Una biblioteca pública,<br />
universitaria o <strong>de</strong> cualquier otro tipo, pue<strong>de</strong><br />
prestar sus <strong>libro</strong>s por un tiempo <strong>de</strong>terminado.<br />
Para los usuarios esto representa una manera<br />
gratuita y sencilla <strong>de</strong> leer un <strong>libro</strong>. No se trata<br />
<strong>de</strong> adquirirlo, sino <strong>de</strong> disponer <strong>de</strong> él durante<br />
el tiempo necesario para la lectura. Con el <strong>libro</strong><br />
electrónico esto sigue siendo posible, pero<br />
es mucho más difícil <strong>de</strong> controlar. De entrada<br />
el dispositivo lector <strong>de</strong>bería ser adquirido por<br />
el usuario. Después este podría dirigirse a la<br />
biblioteca más cercana y <strong>de</strong>scargar en su dispositivo<br />
el <strong>libro</strong> que quisiera tomar en préstamo.<br />
Pero, ¿cómo controlar el tiempo durante<br />
el que el usuario pue<strong>de</strong> leer ese <strong>libro</strong>? Si lo<br />
Fnazine<br />
que toma en préstamo es un archivo digital,<br />
no tiene sentido que tenga que volver a la<br />
biblioteca para <strong>de</strong>volverlo. El archivo <strong>de</strong>bería<br />
borrarse automáticamente, o quedar inservible,<br />
pasado el tiempo estipulado. Aquí es don<strong>de</strong><br />
entra en juego la tecnología DRM que ya hemos<br />
comentado anteriormente. Las <strong>de</strong>sventajas<br />
que pue<strong>de</strong> presentar este sistema para un<br />
consumidor que adquiera un <strong>libro</strong> electrónico,<br />
se convierten en facilida<strong>de</strong>s para gestionar el<br />
préstamo en bibliotecas. Si este sistema se<br />
llegase a implantar con éxito, la biblioteca podría<br />
pasar, en poco tiempo, <strong>de</strong> ser un edificio<br />
con centenares <strong>de</strong> estantes llenos <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s,<br />
a ser un servidor <strong>de</strong> ficheros en Internet. Los<br />
<strong>libro</strong>s se podrían tomar en préstamo <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
casa, y un usuario podría acce<strong>de</strong>r a prácticamente<br />
cualquier biblioteca <strong>de</strong>l mundo, ya que<br />
no necesitaría <strong>de</strong>splazarse físicamente hasta<br />
ella para obtener su ejemplar. Sin duda se<br />
tendrá que estudiar la implantación un sistema<br />
DRM seguro, eficaz y que no suponga excesivas<br />
incomodida<strong>de</strong>s a los usuarios para conseguir<br />
que el concepto <strong>de</strong> préstamo en biblioteca<br />
siga existiendo con el <strong>libro</strong> electrónico.<br />
Yendo más allá en las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l <strong>libro</strong><br />
electrónico, cabe especular con la posibilidad<br />
<strong>de</strong> que aparezcan sistemas <strong>de</strong> lectura gratuitos,<br />
o <strong>de</strong> tarifa plana. Quizá esto suene a<br />
utópico, pero hace un par <strong>de</strong> años habríamos<br />
dicho lo mismo si alguien se hubiera atrevido<br />
a pronosticar que existiría una plataforma en<br />
Internet don<strong>de</strong> se podría escuchar virtualmente<br />
cualquier obra musical, <strong>de</strong> manera gratuita y<br />
legal. Y ahí está Spotify, para convencernos<br />
<strong>de</strong> que todo es posible si se busca un mo<strong>de</strong>lo<br />
<strong>de</strong> negocio a<strong>de</strong>cuado. Volvamos, cuando<br />
estamos finalizando este artículo, al ejemplo<br />
con el que lo abríamos. Des<strong>de</strong> el pasado 23<br />
<strong>de</strong> febrero, cuando Serrat publicó su último<br />
trabajo, los usuarios <strong>de</strong> Spotify pue<strong>de</strong>n disfrutar<br />
<strong>de</strong> dicha obra discográfica íntegramente<br />
a través <strong>de</strong> Internet, tantas veces como quieran,<br />
y <strong>de</strong> manera totalmente gratuita. Y volvemos<br />
a remarcar que se trata <strong>de</strong> un sistema<br />
totalmente legal, que paga los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong><br />
autor correspondientes. ¿Cómo se financia?<br />
Pues en parte con la publicidad que inserta<br />
Spotify en la audición. Cada cuatro o cinco<br />
pistas musicales, el usuario que acce<strong>de</strong> a este<br />
sistema <strong>de</strong> manera gratuita <strong>de</strong>be escuchar un<br />
fragmento publicitario <strong>de</strong> unos 20 segundos.<br />
De esta manera Spotify consigue ingresos con<br />
los que paga a los propietarios <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos<br />
sobre las obras. Por otro lado la empresa<br />
ofrece la posibilidad al usuario <strong>de</strong> pagar una<br />
suscripción mensual, <strong>de</strong> unos 10€ para conseguir<br />
diferentes ventajas. Por un lado <strong>de</strong>saparece<br />
la publicidad, con lo que se pue<strong>de</strong><br />
escuchar cualquier número <strong>de</strong> temas musicales<br />
sin interrupción. Por otro, el usuario “<strong>de</strong><br />
pago” adquiere el <strong>de</strong>recho a obtener las pistas<br />
<strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong>, marzo 2010<br />
musicales para almacenarlas temporalmente<br />
en su or<strong>de</strong>nador, reproductor MP3 o teléfono<br />
móvil –es estos dos últimos casos, sólo para<br />
algunos mo<strong>de</strong>los-. De esta forma el usuario<br />
pue<strong>de</strong> escuchar su música incluso sin estar<br />
conectado a Internet. Un sistema DRM asegura<br />
que si el usuario cancela su suscripción, a<br />
los pocos días ya no podrá seguir escuchando<br />
los temas musicales que hubiera <strong>de</strong>scargado<br />
en su dispositivo.<br />
Un mo<strong>de</strong>lo como el <strong>de</strong> Spotify podría implantarse<br />
perfectamente para permitir el acceso<br />
sin límites a los <strong>libro</strong>s electrónicos. Ya<br />
fuese gratuito, financiado con publicidad, o <strong>de</strong><br />
pago, mediante suscripción periódica, podría<br />
permitir a los usuarios acce<strong>de</strong>r a un número<br />
ilimitado <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s <strong>de</strong> una forma sencilla y<br />
rápida. Si el mo<strong>de</strong>lo está funcionando en el<br />
terreno musical, no hay razones para que no<br />
pueda tener éxito también en el editorial. Sólo<br />
es necesario que exista una empresa que se<br />
arriesgue y, por supuesto, un acuerdo con las<br />
principales editoriales que permita la distribución<br />
usando este mo<strong>de</strong>lo.<br />
La tecnología alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l <strong>libro</strong> electrónico<br />
pue<strong>de</strong> usarse, como ya dijimos antes, tanto<br />
para leer <strong>libro</strong>s como para acce<strong>de</strong>r a revistas,<br />
periódicos, blogs, etc. El acceso, gratuito o <strong>de</strong><br />
pago, a estos medios en formato electrónico<br />
ya es una realidad, por lo que parece que en<br />
este terreno no <strong>de</strong>ben esperarse sorpresas.<br />
Nuestra pregunta inicial era, ¿se impondrá<br />
en 2010 el <strong>libro</strong> electrónico? Ahora que hemos<br />
repasado tanto la tecnología que hay <strong>de</strong>trás<br />
<strong>de</strong> este fenómeno como sus formas <strong>de</strong> uso,<br />
po<strong>de</strong>mos aventurar una respuesta. Creemos<br />
que durante este año las gran<strong>de</strong>s editoriales<br />
comenzarán a lanzar parte <strong>de</strong> sus catálogos<br />
en formato electrónico. Eso no significará, sin<br />
embargo, que cualquier <strong>libro</strong> se pueda encontrar<br />
en este formato. Por lo tanto el <strong>libro</strong><br />
tradicional seguirá siendo mayoritario. Es <strong>de</strong><br />
esperar que las ventas <strong>de</strong> dispositivos lectores<br />
<strong>de</strong> <strong>libro</strong>s electrónicos sigan aumentando, a<br />
medida que aumente la oferta <strong>de</strong> contenidos.<br />
Pero, si hemos <strong>de</strong> apostar, creemos que en<br />
las navida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> 2010 el <strong>libro</strong> en papel seguirá<br />
siendo mucho más vendido que el electrónico.<br />
Tal vez con los años, cuando prácticamente<br />
cualquier publicación se edite en formato electrónico,<br />
el <strong>libro</strong> en papel comience a disminuir<br />
su presencia en las librerías, para acabar siendo<br />
algo testimonial. Nos parece difícil que eso<br />
ocurra a medio plazo, pero no imposible. En<br />
cualquier caso, si llega ese día, muchos <strong>de</strong> los<br />
que disfrutamos leyendo sentiremos una cierta<br />
nostalgia.<br />
Porque, como dijo Anatole France, “todos<br />
los cambios, aun los más ansiados, llevan<br />
consigo cierta melancolía”.<br />
7
8<br />
Caín<br />
José Saramago<br />
Alfaguara<br />
Hay <strong>libro</strong>s que<br />
van acompañados<br />
irremediablemente<br />
<strong>de</strong> polémicas y<br />
escándalos. Caín<br />
levantó ampollas<br />
incluso antes <strong>de</strong> su<br />
publicación, gracias<br />
en parte a la efectiva<br />
campaña publicitaria con la que se promocionó<br />
la novela. Y tocando el tema <strong>de</strong> la<br />
religión, no podía esperarse menos. Las críticas<br />
le llovieron a Saramago no sólo <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
los estamentos religiosos, sino también <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
altos cargos políticos <strong>de</strong> su país. Y si unas y<br />
otras críticas son aceptables como cualquier<br />
opinión, resulta menos comprensible que un<br />
eurodiputado portugués pidiera a Saramago<br />
que renunciase a su nacionalidad portuguesa<br />
por haber escrito esta novela. Actitu<strong>de</strong>s tan<br />
extremas sólo se entien<strong>de</strong>n <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el fanatismo<br />
más radical y, por qué no <strong>de</strong>cirlo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una<br />
notable incultura.<br />
Compren<strong>de</strong>mos que Caín pue<strong>de</strong> ser molesta<br />
y resultar ofensiva para algunos lectores, pero<br />
una persona <strong>de</strong> mente abierta, religiosa o no,<br />
católica, cristiana, agnóstica o atea, <strong>de</strong>bería<br />
po<strong>de</strong>r leer una novela y opinar sobre ella con<br />
conocimiento <strong>de</strong> causa, sin sentirse coartada<br />
por opiniones previas.<br />
Pero, ¿qué es tan terrible en Caín? ¿Qué ha<br />
hecho Saramago para ganarse tantas antipatías?<br />
Su osadía ha sido simplemente novelar<br />
la historia <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los primeros personajes<br />
que aparecen en la biblia, Caín, el hermano<br />
malo, el asesino, el <strong>de</strong>sagra<strong>de</strong>cido, el traidor.<br />
La biblia retrata así a este personaje al que<br />
Saramago reivindica en esta novela, centrando<br />
la atención en su vida <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> matar<br />
a su hermano. Y mientras intenta redimir a<br />
Caín, carga las tintas contra Dios, ese padre<br />
celestial que sembró la semilla <strong>de</strong>l odio en<br />
Caín al alabar los sacrificios <strong>de</strong> Abel mientras<br />
que <strong>de</strong>spreciaba las ofrendas <strong>de</strong> su hermano.<br />
Durante la novela asistimos a una verda<strong>de</strong>ra<br />
epopeya. La vida <strong>de</strong> Caín se <strong>de</strong>sarrolla<br />
en lugares y épocas diferentes, como en la<br />
mejor novela fantástica o <strong>de</strong> ciencia-ficción.<br />
Saramago recurre a saltos en el tiempo y el<br />
espacio <strong>de</strong> manera premeditada. El uso <strong>de</strong> los<br />
elementos clásicos <strong>de</strong> la novela fantástica es<br />
un guiño a la propia biblia. No olvi<strong>de</strong>mos que<br />
el <strong>libro</strong> sagrado es, para muchos, la primera<br />
novela fantástica escrita. En ella encontramos<br />
prodigios, apariciones y <strong>de</strong>sapariciones, oráculos<br />
y profetas, seres alados con espadas <strong>de</strong><br />
fuego, trompetas capaces <strong>de</strong> <strong>de</strong>rribar murallas<br />
y explosiones tremendas que arrasan ciuda<strong>de</strong>s<br />
y convierten en estatua <strong>de</strong> sal al que ose dirigir<br />
hacia ellas su mirada. Por lo tanto, Saramago<br />
aprovecha las licencias fantásticas que la<br />
propia biblia le proporciona para situar a Caín<br />
no sólo en el momento en que mata a Abel, el<br />
inicio <strong>de</strong> su <strong>de</strong>sgracia, sino también en los lugares<br />
y épocas más significativos <strong>de</strong> la historia<br />
sagrada. Caín presencia algunas situaciones<br />
en las que, para él, Dios tensa <strong>de</strong>masiado la<br />
cuerda, como un jugador cruel que quiere ver<br />
hasta dón<strong>de</strong> pue<strong>de</strong> subir la apuesta. Asiste al<br />
momento en que Abraham está a punto <strong>de</strong> sacrificar<br />
a su hijo, vive la confusión <strong>de</strong> lenguas<br />
en Babel, presencia el Éxodo, es testigo <strong>de</strong> la<br />
Hemos leído...<br />
Fnazine<br />
tortura <strong>de</strong>l santo Job, y se embarca en el arca<br />
<strong>de</strong> Noé. Y en todos los episodios que le toca<br />
vivir, Caín no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> preguntarse por<br />
qué Dios no interviene, no ayuda a los que<br />
sufren, o, simplemente, por qué parece disfrutar<br />
llevando al límite el sufrimiento <strong>de</strong> quienes<br />
son sus hijos.<br />
Saramago presenta a un Dios cómplice <strong>de</strong><br />
Caín, <strong>de</strong>l asesinato que este perpetra. No sólo<br />
por instigar la envidia <strong>de</strong> Caín prestando todas<br />
sus atenciones a Abel, sino por no intervenir<br />
en el momento en que ve que Caín se dispone<br />
a matar a su hermano. Si a cualquiera <strong>de</strong><br />
nosotros se nos reprocharía no intervenir en<br />
un acto <strong>de</strong>lictivo si tuviéramos la oportunidad<br />
<strong>de</strong> evitarlo, ¿por qué aceptar esa pasividad en<br />
el propio Dios? ¿En nombre <strong>de</strong>l libre albedrío?<br />
Saramago no está <strong>de</strong> acuerdo con esa teoría.<br />
Respetar la libertad <strong>de</strong>l asesino es una pobre<br />
excusa para no ayudar a la víctima y evitar la<br />
tragedia. Para Saramago el Dios <strong>de</strong> la biblia<br />
es un ser irresponsable, que <strong>de</strong>satien<strong>de</strong> sus<br />
obligaciones, su creación. Un ser que apuesta<br />
cruelmente con el <strong>de</strong>monio para ver hasta<br />
don<strong>de</strong> soportará Job un tras otra <strong>de</strong>sgracia.<br />
Un ser, en <strong>de</strong>finitiva, que no merece ser adorado.<br />
Pero que el lector no se engañe. Saramago<br />
no preten<strong>de</strong> ser irreverente con Dios, atacar a<br />
Dios o insultar a Dios. Para Saramago, obviamente,<br />
Dios no existe. Y el <strong>de</strong>stinatario <strong>de</strong> su<br />
crítica, <strong>de</strong> su <strong>de</strong>nuncia, es el ser humano. Para<br />
el escritor portugués el hombre ha inventado<br />
un dios a su medida. Y lo ha dotado <strong>de</strong> todos<br />
sus <strong>de</strong>fectos. La biblia afirma en su inicio que<br />
Dios creó al hombre a su imagen y semejanza.<br />
Saramago concluye que fue el hombre el que<br />
creó a un dios semejante a él: con sus miserias,<br />
bajezas y falta <strong>de</strong> escrúpulos.<br />
Tenemos el dios que nos merecemos. Ese<br />
parece ser el mensaje <strong>de</strong> esta original y muy<br />
bien escrita novela. Es obvio por qué pue<strong>de</strong><br />
molestar a las personas con creencias religiosas.<br />
Pero también es obvio que Saramago<br />
es todo un filósofo, y en su novela no está<br />
haciendo más que explicar su concepción <strong>de</strong>l<br />
mundo a través <strong>de</strong>l hecho religioso.<br />
Obsesión<br />
Jonathan Kellerman<br />
La Factoría <strong>de</strong><br />
I<strong>de</strong>as<br />
Alex Delaware es<br />
el personaje principal<br />
<strong>de</strong> más <strong>de</strong> una<br />
veintena <strong>de</strong> novelas<br />
escritas por Jonathan<br />
Kellerman, un<br />
consagrado autor<br />
especializado en<br />
intriga psicológica<br />
y tramas <strong>de</strong>tectivescas. La característica<br />
diferencial en esta serie <strong>de</strong> novelas es que<br />
Delaware no es un policía o un <strong>de</strong>tective privado,<br />
protagonistas habituales <strong>de</strong> este tipo <strong>de</strong><br />
historias, sino un psicólogo que tiene su propia<br />
consulta pero que con frecuencia colabora con<br />
la policía. Este hecho da a esta serie una dimensión<br />
nueva, centrada en la personalidad,<br />
no sólo <strong>de</strong> los criminales, sino sobre todo <strong>de</strong><br />
las víctimas.<br />
obsesión es una <strong>de</strong> las últimas novelas <strong>de</strong> la<br />
serie publicadas, y la última que ha aparecido<br />
en bolsillo en nuestro país. En ella Delaware<br />
se reencuentra con Tanya, una joven <strong>de</strong> diecinueve<br />
años a la que atendió en su consulta<br />
<strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong>, marzo 2010<br />
cuando era una niña. Pese a los años que han<br />
pasado, el psicólogo recuerda a aquella niña<br />
con trastorno obsesivo-compulsivo y a Patty,<br />
la mujer que la llevó a la consulta y que ejercía<br />
<strong>de</strong> madre, a pesar <strong>de</strong> que en realidad era<br />
su tía. Ahora Tanya acu<strong>de</strong> al doctor Delaware<br />
para que le ayu<strong>de</strong> a <strong>de</strong>sentrañar un misterio.<br />
Patty ha muerto y ha <strong>de</strong>jado un inquietante<br />
mensaje a su hija. Sus últimas palabras parecían<br />
una confesión, y en ellas mencionaba la<br />
muerte <strong>de</strong> una persona cercana. A Tanya le<br />
obsesiona que su madre haya podido ocultar<br />
un terrible secreto durante los últimos años <strong>de</strong><br />
su vida y quiere <strong>de</strong>sentrañar el misterio que<br />
pueda escon<strong>de</strong>rse tras las palabras <strong>de</strong> Patty.<br />
A partir <strong>de</strong> ese momento Delaware se servirá<br />
<strong>de</strong> sus contactos en la policía para poner en<br />
marcha una investigación.<br />
La trama <strong>de</strong> obsesión sigue las huellas <strong>de</strong><br />
Patty escudriñando su pasado y recorriendo<br />
los lugares en los que vivió, y los posibles hechos<br />
<strong>de</strong>lictivos en los que podría haberse visto<br />
involucrada. Pero la originalidad <strong>de</strong> la novela<br />
estriba en que no se parte <strong>de</strong> un asesinato que<br />
resolver. No se trata <strong>de</strong> averiguar qué <strong>de</strong>lito<br />
cometió Patty sino <strong>de</strong> saber si realmente hizo<br />
algo reprobable o no. La incertidumbre pesa<br />
tanto sobre el lector como sobre la pobre Tanya,<br />
a quien su obsesión le hace reproducir los<br />
comportamientos compulsivos que la llevaron<br />
años atrás a la consulta <strong>de</strong>l doctor Delaware.<br />
A medida que pasan las páginas <strong>de</strong> la novela<br />
se nos <strong>de</strong>scubren personajes que se cruzaron<br />
en el pasado con las vidas <strong>de</strong> Tanya y Patty.<br />
Como en toda novela policíaca, aparecen asesinatos,<br />
pero la incógnita sigue siendo si Patty<br />
llego a tener relación con alguno <strong>de</strong> ellos.<br />
La originalidad <strong>de</strong> la trama, el ritmo constante<br />
<strong>de</strong> avances en la investigación y la continua<br />
aparición <strong>de</strong> nuevos misterios logran lo<br />
que toda novela <strong>de</strong> intriga busca: que las más<br />
<strong>de</strong> cuatrocientas páginas <strong>de</strong> obsesión pasen<br />
como una exhalación por las manos <strong>de</strong>l lector.<br />
La novela se disfruta <strong>de</strong> principio a fin, y<br />
no ofrece tregua ni contiene capítulos tediosos<br />
<strong>de</strong> transición. La acción y la tensión son las<br />
constantes <strong>de</strong> Kellerman, y en esta novela ha<br />
logrado que absolutamente todas las páginas<br />
estén empapadas en ese elixir que le ha llevado<br />
a ven<strong>de</strong>r millones <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s durante más<br />
<strong>de</strong> dos décadas.<br />
Un par <strong>de</strong> apuntes para terminar. Kellerman<br />
es un autor que da a sus <strong>libro</strong>s un toque especial<br />
no sólo gracias a la importancia <strong>de</strong> la<br />
psicología en sus tramas. No vamos a <strong>de</strong>svelar<br />
secretos, pero esperad a leer el último<br />
capítulo <strong>de</strong> obsesión, y veréis que hay más <strong>de</strong><br />
una forma <strong>de</strong> terminar una novela. El segundo<br />
apunte, consiste en una sencilla adivinanza.<br />
A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> escritor, ¿sabéis cual es la otra<br />
profesión <strong>de</strong> Kellerman? Seguro que sí...<br />
La previa<br />
muerte <strong>de</strong>l<br />
lugarteniente<br />
Aloof<br />
Álvaro Pombo<br />
Anagrama<br />
Los <strong>libro</strong>s <strong>de</strong><br />
aventuras suelen<br />
atrapar y fascinar<br />
a lectores <strong>de</strong> cualquier<br />
edad. Ya sea<br />
un capitán valiente<br />
pero <strong>de</strong>sengañado<br />
como Alatriste, un viajero incansable y opti-<br />
l
l<br />
mista como Phileas Fogg o un hombre-mono<br />
vestido únicamente con un taparrabos como<br />
Tarzán, los personajes <strong>de</strong> los <strong>libro</strong>s <strong>de</strong> aventuras<br />
son los que suelen <strong>de</strong>jar una huella más<br />
dura<strong>de</strong>ra en los lectores. El protagonista <strong>de</strong><br />
esta novela, <strong>de</strong>l que ni siquiera sabemos su<br />
nombre, y al que conocemos por un apelativo<br />
anglosajón, Aloof, es uno <strong>de</strong> esos héroes<br />
aventureros, cuya heroicidad consiste únicamente<br />
en sobrevivir en una aventura que nunca<br />
ha buscado, pero que a la vez es el único<br />
modo en que podría o sabría vivir.<br />
Pero la Previa muerte <strong>de</strong>l lugarteniente al o o f<br />
tiene otro protagonista. Un profesor, un narratólogo<br />
-quizá un alter ego <strong>de</strong>l propio autor-<br />
encuentra un manuscrito, un diario en que se<br />
narran las peripecias <strong>de</strong> Aloof y, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong><br />
transcribirlo, lo analiza, lo disecciona y lo estudia<br />
como si se tratase <strong>de</strong> una pieza <strong>de</strong> museo.<br />
Así el lector lee dos novelas al mismo tiempo:<br />
la que da origen a todo, la historia <strong>de</strong> Aloof<br />
narrada por él mismo, y la <strong>de</strong>l narratólogo, que<br />
analiza <strong>de</strong>s<strong>de</strong> varios puntos <strong>de</strong> vista el diario<br />
encontrado, y que en su afán investigador intentará<br />
dar con la i<strong>de</strong>ntidad real <strong>de</strong> quien se<br />
escon<strong>de</strong> tras el seudónimo <strong>de</strong> Aloof.<br />
Así, Pombo logra un efecto magnífico en su<br />
obra. No sólo hay una aventura -la <strong>de</strong> Aloof-,<br />
sino también un ensayo filosófico sobre el<br />
aventurero y sus motivaciones, al tiempo que<br />
se hace un estudio filológico <strong>de</strong> las narraciones<br />
aventureras -basta leer el pulcro y pormenorizado<br />
análisis lingüístico que hace el narratólogo<br />
<strong>de</strong> la primera frase <strong>de</strong>l diario <strong>de</strong> Aloof.<br />
Y este ensayo sobre la literatura <strong>de</strong> aventuras<br />
se convierte, a su vez, en una nueva aventura.<br />
Investigar la proce<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l diario, intentar dar<br />
con su autor, entrevistar a sus posibles amigos<br />
o familiares, se convertirá para el narratólogo<br />
-nuestro segundo aventurero- en una tarea<br />
fascinante que le dará material para escribir su<br />
propia historia.<br />
Pombo utiliza todos sus recursos narrativos<br />
para escribir una obra sencilla en apariencia,<br />
pero extremadamente compleja <strong>de</strong> construir.<br />
Lograr la perfecta simbiosis entre un diario y<br />
un ensayo sólo pue<strong>de</strong> lograrse con gran<strong>de</strong>s<br />
dosis <strong>de</strong> habilidad narrativa y una enorme pasión<br />
por la literatura en general y las novelas<br />
<strong>de</strong> aventuras en particular. Si a todo ello<br />
le sumamos la pulcra y minuciosa prosa <strong>de</strong><br />
Pombo, y el uso rico pero sin estri<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong>l<br />
vocabulario, tenemos una novela original en su<br />
contenido y casi perfecta en su construcción.<br />
Un <strong>libro</strong> que hará a los lectores sumergirse<br />
durante unas horas -pocas, por cierto, dada<br />
la extensión <strong>de</strong> la novela- en dos aventuras<br />
evocadoras y sugerentes.<br />
Marina<br />
Carlos Ruiz Zafón<br />
Planeta<br />
marina es la<br />
cuarta novela que<br />
publicó Carlos Ruiz<br />
Zafón, y marca la<br />
transición entre su<br />
etapa <strong>de</strong>dicada a<br />
la literatura juvenil y<br />
sus obras orientadas<br />
a un lector más<br />
adulto. En cualquier<br />
caso, la frontera entre uno y otro sector <strong>de</strong><br />
público no está perfectamente <strong>de</strong>limitada. La<br />
obra <strong>de</strong> Zafón sigue una estructura similar -a<br />
veces, incluso, <strong>de</strong>masiado repetitiva-, y sus<br />
Hemos leído...<br />
Fnazine<br />
novelas se van <strong>de</strong>spojando poco a poco <strong>de</strong> los<br />
elementos fantásticos que las hacen tan apetecibles<br />
para el lector joven. En marina, esos<br />
toques fantásticos aún perduran, pero dan sus<br />
últimos coletazos a<strong>de</strong>lantando lo que sería su<br />
primera novela <strong>de</strong> corte realista, la sombra <strong>de</strong>l<br />
viento.<br />
En marina el protagonista es Óscar Drai, un<br />
adolescente que estudia en un internado en<br />
Barcelona. Para huir <strong>de</strong>l aburrimiento <strong>de</strong>dica<br />
sus horas libres a vagar por la ciudad sin rumbo<br />
fijo. En una <strong>de</strong> sus caminatas conoce a<br />
Marina, que vive con su padre en una mansión<br />
no muy lejos <strong>de</strong>l internado. Marina tiene la<br />
misma edad <strong>de</strong> Óscar, y su madre murió hace<br />
años. Su padre y ella viven solos en aquella<br />
mansión y no tienen otra familia, así que cuidan<br />
el uno <strong>de</strong>l otro. Óscar y Marina se hacen<br />
amigos, y ella le lleva un día a presenciar un<br />
hecho misterioso. En el cementerio <strong>de</strong> Sarrià,<br />
una enigmática mujer acu<strong>de</strong> el último domingo<br />
<strong>de</strong> cada mes a visitar una tumba, y el hecho<br />
fascina a la joven pareja <strong>de</strong> amigos, que <strong>de</strong>ci<strong>de</strong>n<br />
averiguar algo más sobre la misteriosa<br />
dama. Ese es el inicio <strong>de</strong> una aventura que les<br />
llevará a <strong>de</strong>scubrir hechos insólitos ocurridos<br />
varias décadas atrás y pondrá en peligro no<br />
sólo sus vidas sino también la <strong>de</strong> todos aquellos<br />
que se crucen en su camino.<br />
Como en obras anteriores <strong>de</strong> Zafón, los<br />
continuos <strong>de</strong>scubrimientos que hacen Óscar y<br />
Marina son la base <strong>de</strong> nuevos misterios. Personaje<br />
tras personaje <strong>de</strong>sfilan por la novela<br />
aportando nuevos datos y nuevos interrogantes.<br />
La trama llega a ser un tanto monótona,<br />
al enlazar, una tras otra, entrevistas en las que<br />
la información va apareciendo con cuentagotas.<br />
Pero pese a todo, marina consigue mantener<br />
la tensión <strong>de</strong>l lector y la inquietud por el<br />
<strong>de</strong>senlace. Como ya hemos mencionado antes,<br />
el misterio en el que los protagonistas se<br />
ven envueltos tiene un importante componente<br />
fantástico. No queremos <strong>de</strong>strozar la novela<br />
explicándolo, pero a poco avispado que sea<br />
el lector, lo <strong>de</strong>scubrirá, quizá <strong>de</strong>masiado pronto.<br />
Tal vez la novela mantendría el suspense<br />
durante más tiempo si el autor no hubiese sucumbido<br />
<strong>de</strong> manera facilona a la tentación <strong>de</strong><br />
dar el nombre <strong>de</strong> María Shelley a uno <strong>de</strong> los<br />
personajes que aparecen en la historia.<br />
La estructura <strong>de</strong> marina es similar a la <strong>de</strong><br />
la anterior novela <strong>de</strong>l autor, las luCes <strong>de</strong> sePtiembre,<br />
y no dista mucho <strong>de</strong> la <strong>de</strong> su obra<br />
más aclamada, la sombra <strong>de</strong>l viento. Y aunque<br />
se trata <strong>de</strong> una novela que se lee bien, que<br />
pue<strong>de</strong> atrapar a lectores <strong>de</strong> cualquier edad, es<br />
inevitable que si el lector ha leído otras obras<br />
<strong>de</strong> Zafón eche <strong>de</strong> menos cierta originalidad<br />
estructural y argumental. El cojo y el<br />
loco<br />
Jaime Bayly<br />
Alfaguara<br />
Jaime Bayly vuelve<br />
con una novela<br />
dura, violenta, agresiva,<br />
<strong>de</strong>sagradable.<br />
Hay que advertirlo<br />
porque el lector no<br />
va a encontrar la<br />
fina ironía, el sarcasmo<br />
habitual en<br />
Bayly. Lo que narra<br />
esta novela es la historia terrible <strong>de</strong> dos seres<br />
monstruosos, <strong>de</strong> dos vidas <strong>de</strong>sgraciadas que,<br />
<strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong>, marzo 2010<br />
si bien comienzan sufriendo por el rechazo<br />
<strong>de</strong> su familia y su entorno, <strong>de</strong>spués vengan<br />
su sufrimiento <strong>de</strong>volviendo con creces toda la<br />
brutalidad a la que fueron sometidos. Es pues,<br />
el l o C o y el C o j o, una novela que pue<strong>de</strong> resultar<br />
incómoda al lector más sensible.<br />
Los protagonistas <strong>de</strong> la historia son dos<br />
personas que siguen vidas paralelas, si bien<br />
no llegan a encontrarse más que en un breve<br />
episodio <strong>de</strong> sus vidas. Bobby nace en el<br />
seno <strong>de</strong> una familia acomodada. A los ocho<br />
años <strong>de</strong> edad una osteomielitis le <strong>de</strong>ja una<br />
terrible secuela: una pierna ocho centímetros<br />
más corta que la otra. A partir <strong>de</strong> entonces<br />
será conocido como “el cojo”, y sufrirá el aislamiento<br />
<strong>de</strong> sus amigos, y hasta el rechazo <strong>de</strong><br />
su familia. En un intento por apartarlo <strong>de</strong> sus<br />
vidas, sus padres lo envían a estudiar a un<br />
internado en Europa. En el viaje sufre abusos<br />
sexuales por parte <strong>de</strong> la tripulación <strong>de</strong>l barco<br />
en el que viaja. A partir <strong>de</strong> ese momento el<br />
cojo toma una importante <strong>de</strong>cisión en su vida:<br />
nunca más <strong>de</strong>jará que abusen <strong>de</strong> él, será él<br />
quien abuse <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más.<br />
Pancho, el otro protagonista <strong>de</strong> la novela,<br />
nace también en una casa <strong>de</strong> clase alta. Es un<br />
niño feo y a medida que crece se hace patente<br />
en él una tartamu<strong>de</strong>z incontrolable. A<strong>de</strong>más,<br />
<strong>de</strong> bien joven <strong>de</strong>muestra una enfermiza adicción<br />
al sexo. Pronto se gana el apelativo <strong>de</strong><br />
“el loco”. Por todo ello sufre, como el cojo, la<br />
exclusión <strong>de</strong> su familia que, avergonzada, intenta<br />
apartarlo <strong>de</strong> su lado. El loco se convertirá<br />
a partir <strong>de</strong> entonces en un sátiro cuya sed <strong>de</strong><br />
sexo nunca queda saciada.<br />
El cojo y el loco son dos almas atormentadas,<br />
que sufren durante su niñez el aislamiento,<br />
el <strong>de</strong>sprecio <strong>de</strong> sus familias. El lector<br />
sabe lo que han sufrido, pero aún así resulta<br />
inconcebible la tremenda violencia que llegan<br />
a generar, el poco valor que dan a la vida -la<br />
suya y la <strong>de</strong> los que les ro<strong>de</strong>an-, y la crueldad<br />
con la que son capaces <strong>de</strong> actuar.<br />
La crítica ha recibido esta nueva novela <strong>de</strong><br />
Jaime Bayly <strong>de</strong>stacando su originalidad. Ciertamente<br />
se aparta <strong>de</strong> la mayoría <strong>de</strong> obras <strong>de</strong><br />
este autor, don<strong>de</strong> generalmente el protagonista<br />
es un alter ego <strong>de</strong>l propio Bayly. Pero no hace<br />
falta ser <strong>de</strong>masiado observador para darse<br />
cuenta <strong>de</strong> que Bayly no está <strong>de</strong>l todo ausente<br />
en la trama <strong>de</strong> el C o j o y el l o C o. Si algo tienen<br />
en común los personajes <strong>de</strong> anteriores novelas<br />
<strong>de</strong> Bayly, es el rechazo <strong>de</strong> su familia, <strong>de</strong> su<br />
clase social, <strong>de</strong> su entorno. No importa si el<br />
personaje es tartamudo, cojo o bisexual. En<br />
cualquier caso la diferencia crea un muro <strong>de</strong><br />
incomprensión, <strong>de</strong> rechazo, que aparta al que<br />
es distinto consi<strong>de</strong>rándolo una aberración.<br />
Si en esta novela las consecuencias son<br />
mucho más dramáticas que en otras anteriores,<br />
el fondo parece ser el mismo. Bayly vuelve<br />
a hablar en el C o j o y el l o C o <strong>de</strong> los seres<br />
que pier<strong>de</strong>n el <strong>de</strong>recho a sentirse parte <strong>de</strong> una<br />
familia, <strong>de</strong> un hogar, por el hecho <strong>de</strong> ser diferentes.<br />
Sigue hablando, en parte, <strong>de</strong> sí mismo,<br />
aunque en esta novela su imaginación haga<br />
llegar a los personajes hasta extremos que,<br />
hasta ahora, no se habían intuido en novelas<br />
anteriores <strong>de</strong>l autor.<br />
Si el lector es <strong>de</strong> cabeza fría y difícilmente<br />
impresionable, podrá leer el C o j o y el l o C o con<br />
ciertas garantías <strong>de</strong> no quedarse en el camino.<br />
Podrá llegar a apreciar la buena construcción<br />
<strong>de</strong> la novela, y el relato duro pero sincero<br />
<strong>de</strong> un autor solvente. Con todo, que llegue a<br />
disfrutar con la novela será mucho más complicado.<br />
9
10<br />
Yo maldigo el<br />
río <strong>de</strong>l tiempo<br />
Per Petterson<br />
Mondadori<br />
Cuando Arvid,<br />
el protagonista <strong>de</strong><br />
esta novela, recibe<br />
la noticia <strong>de</strong> que<br />
a su madre le han<br />
diagnosticado un<br />
cáncer <strong>de</strong> estómago,<br />
el último <strong>de</strong> los<br />
cimientos <strong>de</strong> su vida<br />
comienza a tambalearse.<br />
A sus treinta y siete años casi todo<br />
aquello en lo que creía ha <strong>de</strong>saparecido o le<br />
ha <strong>de</strong>fraudado. Su matrimonio ha naufragado<br />
y el divorcio es inminente. De joven <strong>de</strong>jó los<br />
estudios para consagrar su vida al trabajo y<br />
a los i<strong>de</strong>ales <strong>de</strong>l comunismo. Pero ahora el<br />
comunismo hace aguas, y la caída <strong>de</strong>l muro<br />
<strong>de</strong> Berlín será el carpetazo <strong>de</strong>finitivo a una<br />
época caduca y olvidada. Y ahora su madre se<br />
enfrenta a una enfermedad mortal.<br />
Al saber que su madre ha viajado sola a<br />
Jutlandia, la ciudad en la que nació, <strong>de</strong>ci<strong>de</strong><br />
seguir sus pasos y toma un barco para encontrarse<br />
con ella. No es este un viaje para el<br />
reencuentro, para apoyar o consolar a su madre<br />
enferma. Es la huida <strong>de</strong> Arvid ante la evi<strong>de</strong>ncia<br />
<strong>de</strong> que su vida ha quedado totalmente<br />
vacía <strong>de</strong> significado, carente <strong>de</strong> motivaciones<br />
y <strong>de</strong> sentido. Es un intento <strong>de</strong>sesperado por<br />
aferrarse a algo cotidiano, conocido. Es Arvid<br />
el que necesita el apoyo <strong>de</strong> su madre.<br />
yo m a l d i g o el río <strong>de</strong>l tiemPo nos enfrenta a la<br />
sensación <strong>de</strong> impotencia que siente quien cree<br />
haber <strong>de</strong>sperdiciado su vida. Arvid ve ahora,<br />
con la perspectiva que le dan los años, los<br />
errores que cometió, las elecciones que le llevaron<br />
a un callejón vacío y sin salida. Pero lo<br />
peor es que ahora no sabe qué hacer. Sabe<br />
qué hizo mal, pero no tiene la menor i<strong>de</strong>a <strong>de</strong><br />
cómo reconducir su vida. Todo lo contrario <strong>de</strong><br />
lo que le ocurre a su madre, que <strong>de</strong>searía<br />
contar con más tiempo para seguir tejiendo su<br />
propia vida, su propia historia.<br />
La obra <strong>de</strong> Petterson no es difícil <strong>de</strong> <strong>de</strong>sentrañar.<br />
La actitud que madre e hijo toman<br />
ante la vida es bien distinta. Arvid es fatalista,<br />
se siente fracasado, y no sabe o no quiere<br />
encontrar un camino para seguir <strong>de</strong>lante. Su<br />
madre, en cambio, sólo necesita más tiempo.<br />
Si se le conce<strong>de</strong>, ella sabrá cómo emplearlo.<br />
Petterson no hace uso <strong>de</strong> sentimentalismos,<br />
Hemos leído...<br />
Fnazine<br />
apenas se <strong>de</strong>tiene en la intimidad <strong>de</strong> los personajes.<br />
Se limita a reflejar lo que piensan,<br />
usando para ello la narración en primera persona.<br />
Así no hay juicio <strong>de</strong>l autor, y es el lector<br />
el que <strong>de</strong>be intentar enten<strong>de</strong>r a Arvid, y<br />
absolverle o con<strong>de</strong>narle por labrar su propia<br />
<strong>de</strong>sgracia y por no saber salir <strong>de</strong> ella.<br />
Fantasías<br />
animadas<br />
Berta Marsé<br />
Anagrama<br />
Ofrecer un conjunto<br />
<strong>de</strong> relatos es<br />
una buena manera<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>butar en el<br />
mundo <strong>de</strong> la publicación,<br />
pues <strong>de</strong> una<br />
sola tacada el lector<br />
conoce diferentes<br />
trabajos, estilos y<br />
enfoques <strong>de</strong>l mismo autor. Si, a<strong>de</strong>más, los<br />
relatos son casi perfectos en su sencillez y a<br />
la vez originales sin estri<strong>de</strong>ncias, el estreno<br />
no pue<strong>de</strong> ser mejor. Este es el caso <strong>de</strong> Berta<br />
Marsé, que con los siete relatos que publica<br />
en fantasías animadas inaugura una carrera literaria<br />
que esperamos nos <strong>de</strong>pare muchos otros<br />
buenos trabajos.<br />
Los siete relatos, o las siete fantasías que<br />
nos ofrece la autora, son in<strong>de</strong>pendientes en<br />
cuanto a personajes y argumentos, pero la<br />
sensación <strong>de</strong> unidad que <strong>de</strong>stilan es po<strong>de</strong>rosa.<br />
Quizá la fantasía cotidiana -no hablamos<br />
<strong>de</strong> la fantasía como género- sea lo que une<br />
estos siete eslabones en una fuerte ca<strong>de</strong>na<br />
<strong>de</strong> emociones que acompañan al lector <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
la primera a la última página. Esa fantasía,<br />
unida a un ligero <strong>de</strong>sasosiego, una sensación<br />
<strong>de</strong> que algo está fuera <strong>de</strong> lugar, propician una<br />
atmósfera lectora cercana al thriller, aún cuando<br />
muchos <strong>de</strong> los episodios narrados en estos<br />
relatos sean <strong>de</strong> lo más prosaico.<br />
fantasías animadas se abre con el relato titulado<br />
lo s Po n s Po n s. Este es el único reparo<br />
que po<strong>de</strong>mos ponerle a esta obra. No porque<br />
se trate <strong>de</strong> un mal relato, ni muchísimo menos,<br />
pero sin duda el inicio <strong>de</strong>l <strong>libro</strong> habría sido<br />
mucho más impactante si se hubiera elegido<br />
cualquiera <strong>de</strong> los seis restantes para abrir el<br />
volumen. En este primer cuento, una serie <strong>de</strong><br />
televisión cobra una especial importancia para<br />
un joven que ve su vida y la <strong>de</strong> los que le<br />
ro<strong>de</strong>an fielmente reflejada en el argumento <strong>de</strong>l<br />
programa. Avisado queda el lector <strong>de</strong> que lo<br />
<strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong>, marzo 2010<br />
que encontrará en las primeras páginas se ve<br />
superado con creces por los relatos siguientes.<br />
Mucho más impactante es lo <strong>de</strong> d o n vito,<br />
don<strong>de</strong> un sencillo encargo <strong>de</strong> una amiga provocará<br />
que la vida <strong>de</strong> la protagonista se aboque<br />
sin remedio al caos más absoluto. Sin ser<br />
un relato <strong>de</strong> terror, los escalofríos se harán<br />
perceptibles a medida que se acerque el final<br />
<strong>de</strong> la historia. El terror soterrado es una constante<br />
en varias <strong>de</strong> las historias que componen<br />
fantasías animadas. En alguno <strong>de</strong> ellos está<br />
claramente buscado por la autora, como en el<br />
bebé <strong>de</strong> ro s a, todo un homenaje a la película<br />
la semilla <strong>de</strong>l diablo. Pero, paradójicamente,<br />
es mucho más inquietante el relato anterior a<br />
este, CoCinitas, don<strong>de</strong> la candi<strong>de</strong>z <strong>de</strong> un grupo<br />
<strong>de</strong> niñas <strong>de</strong> unos siete años escon<strong>de</strong> el terror<br />
más genuino: el que provoca intuir al monstruo<br />
que todos llevamos <strong>de</strong>ntro.<br />
Con lo s a m i g o s Perdidos, Marsé nos sitúa en<br />
el escenario quizá más cotidiano. Se trata <strong>de</strong>l<br />
relato en el que nos po<strong>de</strong>mos sentir más i<strong>de</strong>ntificados.<br />
¿Quién no ha pasado una velada con<br />
amigos o amigas, hablando <strong>de</strong> todo y <strong>de</strong> nada,<br />
y criticando sin piedad a alguien ausente? Más<br />
difícil se hace empatizar con la protagonista <strong>de</strong><br />
gran noChe <strong>de</strong> g a l a, a pesar <strong>de</strong> ser, <strong>de</strong> nuevo,<br />
un personaje tan cotidiano como podría serlo<br />
nuestra hermana o nuestra esposa. El hecho<br />
<strong>de</strong> ver a esta mujer <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>de</strong>ntro, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus<br />
pensamientos más íntimos, es lo que provoca,<br />
quizá, el rechazo temeroso <strong>de</strong>l lector, que no<br />
quiere llegar a i<strong>de</strong>ntificarse con la protagonista<br />
para no sufrir con ella.<br />
Cierra esta obra el relato más evocador y<br />
sentimental -lo que no significa que caiga en<br />
el sentimentalismo trasnochado <strong>de</strong> lágrima fácil-.<br />
Con las ProsPerinas, Berta Marsé pone<br />
un broche <strong>de</strong> oro a esta colección <strong>de</strong> relatos,<br />
<strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> una anciana que va perdiendo<br />
poco a poco la memoria reciente, y a la vez<br />
comienza a evocar hechos <strong>de</strong> un pasado remoto,<br />
ya olvidado, que sus personas allegadas<br />
<strong>de</strong>sconocen.<br />
Leer fantasías animadas agita la conciencia,<br />
provoca sensaciones, zaran<strong>de</strong>a al lector en<br />
una montaña rusa <strong>de</strong> emociones íntimas. Con<br />
una <strong>de</strong>streza narrativa digna <strong>de</strong> elogio, Berta<br />
Marsé consigue un ritmo fluido que invita a<br />
leer la obra <strong>de</strong> una sola vez, sin pausas, sin<br />
querer <strong>de</strong>jar nada para más tar<strong>de</strong>, pero a la<br />
vez <strong>de</strong>seando no llegar al final. Porque lo único<br />
malo <strong>de</strong> fantasías animadas es llegar a su<br />
última página y no po<strong>de</strong>r seguir leyendo más<br />
relatos <strong>de</strong> esta prometedora autora.<br />
En el blog “LiteRatos”<br />
encontrarás algunos <strong>de</strong> los<br />
comentarios sobre <strong>libro</strong>s que<br />
publicamos en esta sección,<br />
y otros que no tienen cabida<br />
en ella por falta <strong>de</strong> espacio.<br />
Visítalo en:<br />
http://www.lite-ratos.com<br />
También encontrarás un enlace<br />
a este blog <strong>de</strong>s<strong>de</strong> nuestra<br />
página:<br />
http://www.punto<strong>de</strong><strong>libro</strong>.es<br />
l
l<br />
En<strong>de</strong>r en el exilio<br />
Orson Scott Card - Ediciones B<br />
Previsto: 17/03/2010<br />
La saga <strong>de</strong> En<strong>de</strong>r es una <strong>de</strong> las series <strong>de</strong><br />
ciencia-ficción <strong>de</strong> mayor éxito <strong>de</strong> los últimos<br />
tiempos. La saga original consta <strong>de</strong> cuatro<br />
novelas, aunque el autor inició una serie paralela<br />
-la saga <strong>de</strong> las sombras- que narraba<br />
los mismos hechos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong><br />
otro personaje.<br />
Ahora aparece la quinta novela <strong>de</strong> la saga<br />
original, que se sitúa temporalmente entre los<br />
hechos narrados en la primera (el j u e g o <strong>de</strong><br />
en<strong>de</strong>r) y la segunda (la v o z <strong>de</strong> l o s muertos).<br />
Tras abandonar la Escuela <strong>de</strong> Batalla, En<strong>de</strong>r<br />
Wiggin intenta localizar el planeta en el<br />
que las “reinas” <strong>de</strong> los insectores se habían<br />
concentrado. El comandante <strong>de</strong> la nave en la<br />
que viaja En<strong>de</strong>r <strong>de</strong>sea hacerse con el po<strong>de</strong>r,<br />
y si es necesario enviará al chico a la Tierra<br />
para po<strong>de</strong>r ejercer el control absoluto <strong>de</strong> la<br />
colonia Ganges. En<strong>de</strong>r <strong>de</strong>berá <strong>de</strong>mostrar <strong>de</strong><br />
nuevo sus dotes <strong>de</strong> estratega que exhibió en<br />
la Escuela <strong>de</strong> Batalla para salir airoso <strong>de</strong> la<br />
situación.<br />
La estrategia <strong>de</strong>l agua<br />
Lorenzo Silva - Destino<br />
Previsto: 04/03/2010<br />
Lorenzo Silva nos ofrece una nueva entrega<br />
<strong>de</strong> su famosa serie <strong>de</strong> Bevilacqua y Chamorro,<br />
esa pareja <strong>de</strong> la Guardia Civil que tan buenos<br />
ratos ha hecho pasar a los aficionados a la<br />
novela <strong>de</strong> crimen y misterio.<br />
En esta ocasión Vila se siente <strong>de</strong>sencantado,<br />
ya que un error judicial <strong>de</strong>ja en libertad a<br />
un asesino que él mismo capturó. Sin tiempo<br />
para lamentarse, tiene que hacerse cargo<br />
<strong>de</strong> un nuevo caso: un hombre corriente Óscar<br />
Santacruz ha aparecido muerto <strong>de</strong> dos disparos<br />
en el ascensor <strong>de</strong>l edificio en el que<br />
vivía. Sin móvil aparente, el extraño asesinato<br />
Lo que nos espera<br />
Fnazine<br />
centrará la investigación en la que Bevilacqua<br />
mantendrá una actitud más escéptica y menos<br />
comprometida que en anteriores ocasiones.<br />
Una <strong>de</strong> las noveda<strong>de</strong>s en esta entrega es<br />
la aparición <strong>de</strong> un tercer Guardia Civil, Arnau,<br />
un joven que se intentará ganar la confianza<br />
<strong>de</strong> Bevilacqua.<br />
El quinto día<br />
Andrew Hartley - La Factoría <strong>de</strong> I<strong>de</strong>as<br />
Previsto: 03/2010<br />
Thomas Knight recibe la noticia <strong>de</strong> la muerte<br />
<strong>de</strong> su hermano, un sacerdote católico que investigaba<br />
la historia <strong>de</strong> los símbolos cristianos<br />
viajando por todo el mundo. El silencio con el<br />
que la jerarquía eclesiástica envuelve el inci<strong>de</strong>nte<br />
hace sospechar a Knight, quien en compañía<br />
<strong>de</strong> Deborah Miller, una conservadora <strong>de</strong><br />
museos, seguirá las huellas <strong>de</strong> su hermano<br />
para intentar aclarar los hechos. Los pasos <strong>de</strong><br />
los dos investigadores serán seguidos por un<br />
grupo <strong>de</strong> fanáticos dispuestos a todo, incluso a<br />
asesinar, para mantener oculto un asombroso<br />
secreto.<br />
En la línea tradicional <strong>de</strong> la especulación<br />
histórica este autor, licenciado en Egiptología<br />
y apasionado <strong>de</strong> la arqueología, la mitología y<br />
la historia, nos ofrece una novela que mezcla<br />
intriga, acción, religión e historia, y que no<br />
<strong>de</strong>be confundirse con la novela homónima que<br />
publicó hace unos años Frank Chatzing.<br />
El tiempo envejece <strong>de</strong>prisa<br />
Antonio Tabucchi - Anagrama<br />
Previsto: 04/03/2010<br />
Este <strong>libro</strong> <strong>de</strong> relatos presenta una galería<br />
<strong>de</strong> personajes enfrentados con el tiempo. El<br />
pasado que regresa insistente, el presente que<br />
se escapa velozmente, el futuro que intenta<br />
<strong>de</strong>sentrañar uno <strong>de</strong> los personajes mediante la<br />
contemplación <strong>de</strong> las nubes... Nueve relatos,<br />
nueve historias que dan lugar a un viaje por el<br />
tiempo y por los efectos que el tiempo tiene en<br />
sus protagonistas.<br />
<strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong>, marzo 2010<br />
Dime quién soy<br />
Julia Navarro - Plaza & Janés<br />
Previsto: 12/03/2010<br />
Una periodista recibe el encargo <strong>de</strong> investigar<br />
el pasado <strong>de</strong> su propia abuela, quien<br />
poco antes <strong>de</strong> estallar la Guerra Civil Española<br />
abandonó su casa y su familia sin <strong>de</strong>jar la<br />
menor pista sobre su <strong>de</strong>stino. Investigar la vida<br />
<strong>de</strong> Amelia Garayoa obligará a la protagonista a<br />
bucear en la vida sentimental <strong>de</strong> su abuela, a<br />
investigar a los hombres que compartieron su<br />
vida, y a repasar la historia política y bélica <strong>de</strong><br />
varias décadas.<br />
La novela hace un recorrido por los hechos<br />
más importantes <strong>de</strong>l siglo XX. La Guerra Civil,<br />
la Segunda Guerra Mundial, el nazismo y la<br />
Guerra Fría, en un relato que mezcla la revisión<br />
histórica con la intriga <strong>de</strong>tectivesca.<br />
Mi amigo Stieg Larsson<br />
Kurdo Baksi - Destino<br />
Previsto: Disponible<br />
Que la saga millenium ha sido uno <strong>de</strong> los<br />
mayores éxitos editoriales <strong>de</strong> los últimos años<br />
es innegable. Pero parece que el negocio en<br />
torno al <strong>de</strong>saparecido autor <strong>de</strong> esta serie no ha<br />
hecho más que empezar. En abril se publicará<br />
un <strong>libro</strong> cuyo título no pue<strong>de</strong> ser más revelador.<br />
El periodista Kurdo Baksi, amigo durante<br />
años <strong>de</strong> Stieg Larsson, recuerda los hechos<br />
fundamentales <strong>de</strong> su vida, pone un énfasis<br />
especial en la lucha que Larsson mantuvo<br />
contra el racismo y el fascismo en Suecia.<br />
Un <strong>libro</strong> que, si bien se había anunciado<br />
para el mes <strong>de</strong> abril, ha visto a<strong>de</strong>lantada su<br />
publicación, tal vez apremiado por la implacable<br />
batalla que mantienen actualmente familiares<br />
y amigos <strong>de</strong> Larsson por la herencia <strong>de</strong>l<br />
autor y la publicación <strong>de</strong> material inédito que<br />
<strong>de</strong>jó inconcluso antes <strong>de</strong> morir.<br />
11
12<br />
En Internet<br />
Fnazine<br />
Libros <strong>de</strong> cabecera http://www.<strong>libro</strong>s<strong>de</strong>cabecera.com/<br />
li b r o s <strong>de</strong> CabeCera es una editorial temática especializada en obras<br />
<strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong>, marzo 2010<br />
sobre economía y empresa. No sólo edita ensayos u obras <strong>de</strong> divulgación:<br />
también incluye en su catálogo narrativa que tenga que ver con<br />
el mundo <strong>de</strong> los negocios o las finanzas.<br />
Pero lo que distingue a esta joven editorial -justo en el momento<br />
<strong>de</strong> redactar este artículo cumple un año <strong>de</strong> vida- es su enfoque hacia<br />
las nuevas tecnologías, lo que se hace evi<strong>de</strong>nte en su página web.<br />
Aunque el catálogo <strong>de</strong> obras publicadas es, <strong>de</strong> momento, reducido,<br />
todos los <strong>libro</strong>s <strong>de</strong> esta editorial se ven<strong>de</strong>n tanto en papel como en<br />
formato digital. Si se opta por el <strong>libro</strong> tradicional, todas las obras tienen<br />
un mismo y práctico formato. Si se opta por el <strong>libro</strong> electrónico, la editorial<br />
ofrece la posibilidad <strong>de</strong> adquirir las obras en dos formatos, <strong>PDF</strong><br />
y EPUB. En ambos casos el precio <strong>de</strong> venta se encuentra por <strong>de</strong>bajo<br />
<strong>de</strong>l 50% <strong>de</strong>l precio <strong>de</strong> la misma obra en papel.<br />
Lo mejor es que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la página web pue<strong>de</strong> consultarse el catálogo,<br />
leer gratuitamente los primeros capítulos <strong>de</strong> cada obra, y adquirirlas<br />
en cualquiera <strong>de</strong> sus formatos. Todo esto en una <strong>de</strong> las webs más<br />
accesibles que hemos visto en todo el sector. Con una sencillez casi<br />
espartana, pero con un diseño agradable y cómodo, los contenidos<br />
se muestran claramente, las opciones <strong>de</strong> compra están perfectamente<br />
explicadas y se huye, en <strong>de</strong>finitiva, <strong>de</strong> cualquier estri<strong>de</strong>ncia que distraiga<br />
al visitante.<br />
Una página web que podría utilizarse como ejemplo <strong>de</strong> lo que <strong>de</strong>be<br />
ser un diseño práctico, para una editorial que también apunta a ser un<br />
ejemplo en su sector.<br />
Editorial MAD http://www.mad.es/<br />
La editorial mad se <strong>de</strong>fine a sí misma como “la editorial <strong>de</strong>l opositor”.<br />
En su web se pue<strong>de</strong> encontrar el amplísimo catálogo <strong>de</strong> publicaciones<br />
que edita a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> información sobre convocatorias y<br />
requisitos para las oposiciones.<br />
Los métodos <strong>de</strong> búsqueda <strong>de</strong> la web permiten localizar con facilidad<br />
la obra buscada, por título o por ISBN. Pero sin duda la opción más<br />
útil es acce<strong>de</strong>r al catálogo organizado en una jerarquía temática. Allí<br />
se pue<strong>de</strong>n localizar rápidamente los <strong>libro</strong>s relacionados con el tema<br />
que nos interese.<br />
Los <strong>libro</strong>s pue<strong>de</strong>n comprarse directamente en la web. La mayoría<br />
<strong>de</strong> ellos se ofrece, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> en papel, en formato electrónico. Si se<br />
opta por el <strong>libro</strong> digital, el formato que ofrece editorial mad es <strong>PDF</strong><br />
con sistema <strong>de</strong> gestión <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos (DRM) lo que limita en ciertos<br />
aspectos la utilización e impresión <strong>de</strong>l <strong>libro</strong>. A<strong>de</strong>más, en este caso el<br />
precio un <strong>libro</strong> digital supone el 70% <strong>de</strong>l precio <strong>de</strong> la misma obra en<br />
papel. El ahorro, aunque evi<strong>de</strong>nte, no es el habitual cuando se trata<br />
<strong>de</strong> obras digitalizadas.<br />
Pero ya hemos indicado que la web <strong>de</strong> editorial mad no se limita<br />
al <strong>libro</strong>, sino que ofrece todo tipo <strong>de</strong> información y servicios sobre<br />
oposiciones. Así se pue<strong>de</strong> encontrar un completo calendario <strong>de</strong> convocatorias<br />
que cuenta con su correspondiente buscador. A<strong>de</strong>más dispone<br />
<strong>de</strong> un aula virtual en la que se pue<strong>de</strong>n seguir diferentes cursos<br />
<strong>de</strong> preparación para oposiciones. El catálogo <strong>de</strong> cursos es amplísimo,<br />
con precios que oscilan entre los 35 y los más <strong>de</strong> 300 euros. A<strong>de</strong>más<br />
existe la posibilidad <strong>de</strong> contratar el curso con <strong>libro</strong>s incluidos por un<br />
importe adicional.<br />
La web <strong>de</strong> editorial mad es un sitio <strong>de</strong> referencia para los opositores,<br />
con amplios contenidos y un diseño algo recargado pero fácil<br />
<strong>de</strong> utilizar.<br />
Grammata http://mipapyre.com/<br />
gr a m m a t a distribuye uno <strong>de</strong> los mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> lector electrónico más<br />
vendidos en España: el Papyre. Por lo tanto, este producto es el centro<br />
<strong>de</strong> su página web. En ella se pue<strong>de</strong>n conocer en <strong>de</strong>talle las versiones<br />
y características <strong>de</strong> este lector y, por supuesto, adquirirlo directamente<br />
en la tienda on-line. Las opciones <strong>de</strong> soporte al usuario son muy completas,<br />
ya que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la página web pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>scargarse manuales,<br />
programas complementarios y la actualización <strong>de</strong>l firmware, el software<br />
que controla las funciones <strong>de</strong>l lector. Esto permite que Papyre no<br />
que<strong>de</strong> obsoleto. Si aparecen nuevos estándares <strong>de</strong> <strong>libro</strong> electrónico, o<br />
surgen nuevas funciones, basta con actualizar el firmware para disponer<br />
<strong>de</strong> un mo<strong>de</strong>lo renovado sin invertir ni un euro <strong>de</strong> más.<br />
Pero la web <strong>de</strong> gr a m m a t a no se limita al lector electrónico. También<br />
intenta dotarlo <strong>de</strong> contenidos. La zona <strong>de</strong> <strong>de</strong>scarga <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s ofrece<br />
algunos títulos, todos ellos gratuitos al tratarse <strong>de</strong> obras cuyos <strong>de</strong>rechos<br />
<strong>de</strong> autor ya han expirado. El usuario no encontrará, por tanto,<br />
obras <strong>de</strong> las últimas décadas, y mucho menos noveda<strong>de</strong>s editoriales<br />
recientes. El apartado <strong>de</strong> contenidos se complementa con el acceso a<br />
publicaciones periódicas: revistas, blogs y periódicos nacionales pue<strong>de</strong>n<br />
obtenerse en formato electrónico para su lectura en Papyre.<br />
Un blog sobre <strong>libro</strong>s electrónicos y la zona <strong>de</strong> foros completan una<br />
página web correcta, con todas las funciones que se pue<strong>de</strong>n esperar<br />
para un producto como Papyre, pero que adolece <strong>de</strong> algo que afecta<br />
en general a todos los distribuidores <strong>de</strong> <strong>libro</strong>s electrónicos: la falta <strong>de</strong><br />
un amplio catálogo <strong>de</strong> contenidos que abarque todas las temáticas e<br />
incluya obras recientes y <strong>de</strong> actualidad.<br />
l
l<br />
La célebre rana saltarina <strong>de</strong>l distrito <strong>de</strong> Calaveras<br />
Mark Twain<br />
Para cumplir el encargo <strong>de</strong> un amigo que<br />
me escribía <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Este, fui a hacer una<br />
visita a ese simpático joven y viejo charlatán<br />
que es Simón Wheeler.<br />
Fui a pedirle noticias <strong>de</strong> un amigo <strong>de</strong> mi<br />
amigo, Leónidas W. Smiley, y este es el resultado.<br />
Tengo una vaga sospecha <strong>de</strong> que Leónidas<br />
W. Smiley no es más que un mito, que mi<br />
amigo nunca lo conoció, y que mencionárselo<br />
a Simón Wheeler era motivo suficiente<br />
para que él recuer<strong>de</strong> al maldito Jim Smiley,<br />
y me aburra a muerte con alguna anécdota<br />
insoportable <strong>de</strong> ese personaje <strong>de</strong> historia tan<br />
larga, cansadora y falta <strong>de</strong> interés. Si era esa<br />
la intención <strong>de</strong> mi amigo, lo logró.<br />
Encontré a Simón Wheeler soñoliento y cómodamente<br />
instalado cerca <strong>de</strong> la chimenea,<br />
en el banco <strong>de</strong> una vieja taberna en ruinas,<br />
situada en medio <strong>de</strong>l antiguo campo minero<br />
<strong>de</strong> El Ángel. Observé que era gordo y calvo y<br />
que tenía en su rostro una expresión <strong>de</strong> dulce<br />
simpatía y <strong>de</strong> ingenua sencillez.<br />
Se <strong>de</strong>spertó y me saludó. Le dije que<br />
uno <strong>de</strong> mis amigos me había encargado hacer<br />
algunas averiguaciones sobre un querido<br />
compañero <strong>de</strong> infancia, llamado Leónidas W.<br />
Smiley, el reverendo Leónidas W. Smiley, joven<br />
ministro evangelista, que había residido<br />
algún tiempo en el campo <strong>de</strong> El Ángel.<br />
Agregué que si él podía darme informes<br />
sobre el tal Leónidas W. Smiley, yo le quedaría<br />
muy agra<strong>de</strong>cido.<br />
Simón Wheeler me llevó a un rincón, me<br />
bloqueó el paso con su silla, se sentó, y luego<br />
me envolvió con la siguiente historia monótona.<br />
Durante el relato no sonrió una sola vez, ni<br />
arqueó una sola vez las cejas, ni cambió <strong>de</strong><br />
entonación y hasta el final mantuvo el mismo<br />
sonsonete uniforme con el que había comenzado<br />
su primera frase. Ni una vez mostró el<br />
más ligero entusiasmo.<br />
Pero su interminable recitado estaba recorrido<br />
por un caudal <strong>de</strong> impresionante y seria<br />
sinceridad. No me quedó la menor duda <strong>de</strong><br />
que él no veía nada <strong>de</strong> ridículo o <strong>de</strong> divertido<br />
en esta historia. La consi<strong>de</strong>raba, en realidad,<br />
como un acontecimiento importante, y juzgaba<br />
con admiración a sus dos protagonistas,<br />
como hombres inteligentes que <strong>de</strong>mostraban<br />
su ingenio.<br />
Le <strong>de</strong>jé, pues, hablar, sin interrumpirlo ni<br />
una sola vez.<br />
El reverendo Leónidas W. Smiley. ¡Hum! El<br />
reverendo. Me acuerdo perfectamente. Había<br />
antes en este lugar un pícaro llamado Jim<br />
Smiley.<br />
Era el invierno <strong>de</strong> 1849 o quizás en la pri-<br />
El relato<br />
Fnazine<br />
mavera <strong>de</strong> 1850. No recuerdo con exactitud,<br />
pero lo que me hace pensar que era aproximadamente<br />
esa época, es que la gran barrera<br />
<strong>de</strong>l río no estaba terminada cuando él llegó<br />
al campo.<br />
Siempre diré que jamás se ha visto hombre<br />
más particular. Hacía apuestas sobre cualquier<br />
cosa, por cualquier cosa, siempre que<br />
encontrase con quién. Todo lo que pudiera<br />
servir <strong>de</strong> motivo <strong>de</strong> apuesta para el otro, también<br />
le servía a él. Sólo necesitaba encontrar<br />
su hombre. En ese caso, estaba satisfecho.<br />
Si no le aceptaban su apuesta, él la intercambiaba<br />
con el adversario. Por otra parte,<br />
tenía una suerte extraordinaria y generalmente<br />
ganaba. Siempre estaba listo y dispuesto a<br />
apostar. No se podía mencionar la cosa más<br />
pequeña sin que aquel pícaro propusiera una<br />
apuesta en favor o en contra. Le daba lo mismo,<br />
como ya le dije.<br />
Los días <strong>de</strong> carreras <strong>de</strong> caballos se lo encontraba<br />
a la salida, colorado <strong>de</strong> alegría o<br />
<strong>de</strong>spojado <strong>de</strong> hasta el último centavo. Si había<br />
una pelea <strong>de</strong> perros, él apostaba; si había<br />
una pelea <strong>de</strong> gatos, apostaba; si había una<br />
riña <strong>de</strong> gallos, apostaba.<br />
Si veía dos pájaros posados sobre una<br />
rama, apostaba a cuál volaría primero, y si<br />
había una reunión en el campo, ahí precisamente<br />
se encontraba él, apostando a que<br />
el pastor Walker era el mejor predicador <strong>de</strong>l<br />
país. Y lo era en efecto, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> ser una<br />
gran persona.<br />
Si Smiley hubiera visto una chinche con la<br />
pata alzada para ir no importa adón<strong>de</strong>, hubiera<br />
sido capaz <strong>de</strong> apostar sobre el tiempo que<br />
le tomaría el viaje, y si uno se prendía en la<br />
apuesta, habría seguido a la chinche hasta<br />
México, sin inquietarse por la distancia o por<br />
el tiempo que tardaría en llegar.<br />
Aquí hay un montón <strong>de</strong> personas que han<br />
conocido a ese Smiley y que podrían contarle<br />
cosas sobre él. Él hubiera apostado sobre<br />
cualquier cosa, sin tener preferencias <strong>de</strong> ninguna<br />
clase. Era un tipo audaz.<br />
En cierta época, la mujer <strong>de</strong>l pastor Walker<br />
estaba muy enferma. Su enfermedad duró<br />
mucho tiempo. Creían que ya no tenía salvación.<br />
Una mañana, el pastor entró y Smiley<br />
le pidió noticias. El pastor le respondió que<br />
ella estaba mejor, gracias a la infinita misericordia<br />
<strong>de</strong>l Señor, y que con la bendición <strong>de</strong><br />
la Provi<strong>de</strong>ncia iba tan bien que seguramente<br />
mejoraría rápidamente. Smiley, sin pensar en<br />
lo que <strong>de</strong>cía, hizo su apuesta: “A que está<br />
muerta, a las dos y media” -dijo.<br />
Ese Smiley tenía una mula a la que los<br />
muchachos llamaban “la yegua <strong>de</strong>l cuarto <strong>de</strong><br />
hora”. Eso no era más que una broma, por-<br />
<strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong>, marzo 2010<br />
que, seguramente ella tardaba menos que un<br />
cuarto <strong>de</strong> hora en hacer su camino, y por<br />
lo común, él ganaba dinero con esta bestia<br />
aunque fuese tan lenta y aunque siempre tuviese<br />
ataques <strong>de</strong> asma, fatiga y otras cosas<br />
parecidas.<br />
Le podían dar <strong>de</strong> dos a trescientos metros<br />
<strong>de</strong> ventaja; igual se la alcanzaba pronto.<br />
Pero al final <strong>de</strong> la carrera, se animaba increíblemente,<br />
y se ponía a trotar y a galopar,<br />
impulsando sus patas hacia todas partes, por<br />
el aire o sobre las barreras, levantando una<br />
polvareda tremenda, y haciendo un ruido terrible<br />
con su tos, y siempre llegaba primera,<br />
exactamente por una cabeza.<br />
Tenía también un bulldog pequeño, que parecía<br />
no valer ni dos centavos, por su aspecto<br />
vulgar y poco agresivo, tanto que al apostar<br />
contra él uno temía quedar como un ladrón.<br />
Pero cuando el dinero estaba apostado, se<br />
convertía en otro perro.<br />
Su mandíbula inferior comenzaba a resaltar<br />
como la torre <strong>de</strong> un barco a vapor, y se<br />
<strong>de</strong>scubrían sus dientes, brillantes como una<br />
hoguera. Otro perro podía correrlo, provocarlo,<br />
mor<strong>de</strong>rlo, arrojarlo sobre su espalda dos<br />
o tres veces. Andrés Jackson -este era su<br />
apodo- se <strong>de</strong>jaba hacer, siempre con el aspecto<br />
<strong>de</strong> un perro al que le parece totalmente<br />
natural lo que le hacen.<br />
Se doblaban las apuestas, se triplicaban,<br />
contra él, hasta que no hubiese más dinero<br />
que apostar; entonces, <strong>de</strong> repente, atrapaba<br />
con fuerza al otro perro exactamente en las<br />
articulaciones <strong>de</strong> las patas traseras, sin hincar<br />
<strong>de</strong>masiado los dientes, lo suficiente para<br />
cuidar su presa, y mantenerse así tanto tiempo<br />
que si no se arrojaba la esponja, hubiera<br />
seguido un año.<br />
Smiley había ganado siempre con este animal,<br />
hasta el día en que encontró un perro<br />
que no tenía patas traseras porque se las<br />
había cortado una sierra circular. Cuando Ia<br />
pelea se había prolongado bastante y ya se<br />
habían vaciado todos los bolsillos, al ir Andrés<br />
Jackson a mor<strong>de</strong>r su pedazo favorito, se dio<br />
cuenta <strong>de</strong> que se habían burlado <strong>de</strong> él, y<br />
que el otro perro lo tenía a su merced, por<br />
así <strong>de</strong>cir.<br />
Se lo vio sorprendido, avergonzado y acobardado;<br />
no hizo ni un solo esfuerzo, y <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
ese instante, el otro lo sacudió con ru<strong>de</strong>za.<br />
Dirigió una mirada a Smiley, que parecía <strong>de</strong>cirle<br />
que su corazón estaba sufriendo y que<br />
era su culpa, la <strong>de</strong> Smiley, el haber traído un<br />
perro que no tenía patas traseras que él pudiera<br />
mor<strong>de</strong>r, porque eso era lo que se acostumbraba<br />
en una pelea.<br />
Acto seguido dio algunos pasos renquean-<br />
13
14<br />
do, se acostó y murió. Era un buen perro este<br />
Andrés Jackson. Sería famoso si viviera. Porque<br />
tenía ma<strong>de</strong>ra y genio. Lo aseguro, aunque<br />
las circunstancias lo hayan traicionado.<br />
Sería absurdo no reconocer que para luchar<br />
<strong>de</strong> esta manera, un perro <strong>de</strong>be tener un talento<br />
especial. Siempre me pongo triste cuando<br />
pienso en su último torneo y en la forma<br />
en que acabó.<br />
Pues bien, aquel Smiley tenía fox-terriers,<br />
gallos <strong>de</strong> pelea y toda clase <strong>de</strong> animales,<br />
hasta el punto <strong>de</strong> no contar con ningún instante<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>scanso. Así, cuando alguien quería<br />
encontrar no importa qué cosa, para apostar<br />
en su contra, siempre estaba dispuesto.<br />
Un día atrapó una rana, la llevó a su casa<br />
y dijo que iba a educarla. Durante tres meses<br />
no hizo nada más que tenerla en su corral y<br />
enseñarle a saltar, y apuesto lo que quiera<br />
que le enseñó.<br />
No tenía más que darle un pequeño empujón<br />
por <strong>de</strong>trás, e inmediatamente se veía a la<br />
rana girando por el aire como una espiral que<br />
diese una vuelta, o dos si había tomado gran<br />
impulso, y volver a caer sobre sus patas con<br />
la <strong>de</strong>streza <strong>de</strong> un gato.<br />
Le había enseñado también el arte <strong>de</strong> atrapar<br />
las moscas, y tan pacientemente la había<br />
adiestrado sobre el tema, que localizaba una<br />
mosca sobre la pared a una distancia mayor<br />
<strong>de</strong> la que podía verla.<br />
Smiley <strong>de</strong>cía que todo lo que le hacía falta<br />
a una rana era educación, y que educándola,<br />
se podía hacer <strong>de</strong> ella casi lo que se quisiera,<br />
y yo creo que tenía razón.<br />
Fíjese, yo lo vi colocar a Daniel Webster<br />
sobre el piso -Daniel Webster, era el nombre<br />
<strong>de</strong> la rana- y preguntarle: “¿Las moscas,<br />
Dani, las moscas?”. Y antes <strong>de</strong> que usted<br />
pudiera hacer un guiño, ella daba un salto, y<br />
engullía una mosca aquí, sobre el mostrador,<br />
volvía a saltar al suelo como una pelota <strong>de</strong><br />
barro, y se rascaba <strong>de</strong>spués la cabeza con<br />
una <strong>de</strong> las patas traseras, con una actitud tan<br />
indiferente que parecía que no tuviese la menor<br />
i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> lo que había hecho, como si creyese<br />
que cualquier otra rana podía hacerlo.<br />
Jamás han visto una rana tan mo<strong>de</strong>sta y<br />
leal, tan adiestrada como esa. Y cuando se<br />
trataba <strong>de</strong> saltar sobre un terreno liso, lo hacía<br />
en cualquier momento con toda facilidad,<br />
y atravesaba más espacio <strong>de</strong> un salto que<br />
ningún otro animal <strong>de</strong> su especie.<br />
El salto en largo era su especialidad. En<br />
esos casos, Smiley apuntaba todo su dinero,<br />
apostando por ella, mientras tuviese una moneda.<br />
Estaba bárbaramente orgulloso <strong>de</strong> su<br />
rana, y tenía <strong>de</strong>recho a estarlo. Si hasta personas<br />
que habían viajado y estado en todas<br />
partes, <strong>de</strong>cían que ella vencería a todas las<br />
ranas que habían visto.<br />
Muy bien. Smiley guardaba su rana en una<br />
pequeña jaula, y a veces la llevaba con él a<br />
El relato<br />
Fnazine<br />
la ciudad, para hacer apuestas. Un día, cierto<br />
individuo, extraño en nuestro campo, lo encontró<br />
con su jaulita y le dijo: “¿Qué diablos<br />
lleva ahí <strong>de</strong>ntro?”<br />
Smiley, con expresión indiferente, le respondió:<br />
“Podría ser un loro, o un canario, pero<br />
no, es exactamente una rana”.<br />
El otro la tomó, la miró atentamente, la volvió<br />
a mirar en todos sentidos, y luego dijo: “Es<br />
verdad. ¿Y qué es lo que sabe hacer?”<br />
“Yo le aseguro -dijo Smiley con gesto <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>sinterés y aire <strong>de</strong>spreocupado- que sabe<br />
hacer una cosa. Pue<strong>de</strong> vencer saltando a<br />
cualquier rana <strong>de</strong> Calaveras”.<br />
El individuo volvió a tomar la jaula, la examinó<br />
<strong>de</strong> nuevo durante largo rato, atentamente,<br />
y se la dio a Smiley diciendo con <strong>de</strong>cisión:<br />
“Después <strong>de</strong> todo, no veo en esta rana nada<br />
que sea mejor que en cualquier otra rana”.<br />
“Es posible -respondió Smiley-. Tal vez<br />
usted entien<strong>de</strong> <strong>de</strong> ranas, y tal vez usted no<br />
entien<strong>de</strong>. Quizás usted tenga experiencia, y<br />
quizás no sea más que un aficionado. En<br />
cualquier caso, yo tengo mi opinión, y apuesto<br />
cuarenta dólares a que esta rana salta una<br />
distancia mayor que ninguna otra rana <strong>de</strong> Calaveras”.<br />
El otro pensó un minuto, y luego dijo, con<br />
cierta pena: “Mire, en este lugar no soy más<br />
que un forastero, no tengo rana. Si tuviera<br />
una, apostaría”.<br />
“Muy bien -dijo Smiley-; si quiere cuidar mi<br />
jaula por un instante, yo le buscaré una”.<br />
El individuo tomó la jaulita, puso sus cuarenta<br />
dólares junto a los <strong>de</strong> Smiley y se sentó<br />
a esperar que este regresara.<br />
Allí estuvo un buen tiempo, pensando y<br />
pensando. Luego, sacó la rana <strong>de</strong> la jaula, le<br />
abrió la boca todo lo que pudo, y tomó una<br />
cuchara <strong>de</strong> té. Y acto seguido se <strong>de</strong>dicó a<br />
llenar la rana con pequeños trozos <strong>de</strong> plomo,<br />
llenándola hasta el mentón; luego, la colocó<br />
sobre el suelo, <strong>de</strong>licadamente.<br />
Durante ese tiempo, Smiley, que había ido<br />
a la charca, chapoteaba en el barro. Al fin,<br />
atrapó una rana, la llevó y se la dio al individuo,<br />
diciendo: “Ahora, si ya está listo, póngala<br />
al lado <strong>de</strong> Daniel, con las patas <strong>de</strong> a<strong>de</strong>lante<br />
al nivel <strong>de</strong> las <strong>de</strong> Daniel, y yo daré la señal”.<br />
Entonces dijo: “Uno, dos, tres, ¡a saltar!”.<br />
Y Smiley y el individuo tocaron cada uno a<br />
su rana por <strong>de</strong>trás la nueva rana saltó con<br />
viveza; Daniel, hizo un esfuerzo y se encogió<br />
<strong>de</strong> hombros <strong>de</strong> este modo -como un francés-,<br />
pero fue en vano.<br />
No podía moverse, estaba clavada en tierra<br />
tan sólidamente como una iglesia. No podía<br />
avanzar, como si estuviese anclada. Smiley<br />
estaba terriblemente sorprendido, y hasta<br />
enojado, pero no podía sospechar lo que pasaba.<br />
¡Seguro que no!<br />
El individuo tomó el dinero y se fue. Pero<br />
cuando llegó al umbral <strong>de</strong> la puerta, hizo<br />
<strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong>, marzo 2010<br />
chasquear su pulgar, por encima <strong>de</strong>l hombro,<br />
<strong>de</strong> esta manera, con aspecto insolente, y dijo<br />
con soberbia: “No veo en esta rana nada mejor<br />
que en otra rana cualquiera”.<br />
Smiley quedó un buen rato, rascándose la<br />
cabeza, con los ojos clavados en Daniel. Al<br />
fin, se dijo: “No comprendo por qué esta rana<br />
no quiso saltar. ¿No le pasará algo? Se la ve<br />
más hinchada que nunca”.<br />
Tomó a Daniel por la piel <strong>de</strong>l cuello, y la<br />
levantó, exclamando: “¡Que me lleve el diablo<br />
si no pesa cinco libras!”<br />
Puso la rana cabeza abajo, y Daniel escupió<br />
un puñado doble <strong>de</strong> plomo. Entonces,<br />
Smiley comprendió todo. Se volvió loco <strong>de</strong><br />
rabia, y <strong>de</strong>jando a la rana, corrió tras el individuo,<br />
pero no pudo alcanzarlo. Y...<br />
En este momento, Simón Wheeler oyó que<br />
le llamaban <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el patio y salió para ver<br />
quién era. Al salir, giró hacia mí y me dijo:<br />
“Qué<strong>de</strong>se ahí, forastero, y no se preocupe,<br />
que no tardo ni un segundo”.<br />
Pero yo pensaba, y supongo que estarán<br />
<strong>de</strong> acuerdo conmigo, que la historia <strong>de</strong>l ingenioso<br />
vagabundo Jim Smiley seguramente no<br />
me daría muchos datos respecto <strong>de</strong>l reverendo<br />
Leónidas W. Smiley. Así que me fui.<br />
En la puerta encontré al amable Wheeler<br />
que volvía. Me tomó por un botón <strong>de</strong>l saco, y<br />
comenzó una nueva historia:<br />
-Sí, ese Smiley tenía una vaca amarilla,<br />
que era tuerta, y que no tenía cola, o casi no<br />
la tenía, nada más que un pequeño rabo <strong>de</strong>l<br />
largo <strong>de</strong> una banana, y...<br />
Pero yo no tenía ni tiempo ni ganas para oír<br />
la continuación <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> la simpática<br />
vaca, y me <strong>de</strong>spedí.<br />
Samuel Langhorne Clemens, conocido<br />
universalmente por el seudónimo<br />
<strong>de</strong> Mark Twain, nació en Florida<br />
(Missouri, Estados Unidos) en<br />
1835, y murió en Redding (Connecticut)<br />
en 1910. Se <strong>de</strong>dicó durante<br />
un tiempo al periodismo, pero sus<br />
artículos <strong>de</strong> <strong>de</strong>nuncia le crearon<br />
problemas y acabó <strong>de</strong>spedido <strong>de</strong>l<br />
periódico en el que colaboraba. A<br />
partir <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> sus primeros trabajos,<br />
La r a n a sa Lta r i n a d e L c o n d a d o<br />
d e ca Lav e r a s, Mark Twain adquirió<br />
una tremenda popularidad en<br />
1.865. Años más tar<strong>de</strong> vendrían<br />
sus novelas más conocidas, como<br />
la serie <strong>de</strong> to m sa w y e r o La s av e n t ur<br />
a s d e HuckLeberry Fi n n.<br />
Su ingente producción, más <strong>de</strong><br />
500 trabajos entre novelas y relatos,<br />
está fuertemente marcada por<br />
su experiencia al quedar huérfano<br />
a los 12 años <strong>de</strong> edad y su cercanía<br />
al río Mississippi durante sus<br />
primeros años <strong>de</strong> vida.<br />
l
l<br />
Fuego en las venas<br />
Daniel García Ramírez (Castorín)<br />
http://chenel-3.blogspot.com/<br />
-La vida es una mierda, <strong>de</strong>finitivamente.<br />
O al menos así lo pensaba Ciriaco, cada<br />
vez que cerraba la puerta <strong>de</strong> la habitación<br />
don<strong>de</strong> su progenitor maltrataba a su madre,<br />
día sí y día también.<br />
Hoy le tocaba a ella, mañana quizá a mí.<br />
Recuerdo que <strong>de</strong>bía <strong>de</strong> tener alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong><br />
quince años, y una furia y rabia contenida en<br />
mi interior fuera <strong>de</strong> lo común para un muchacho<br />
<strong>de</strong> mi edad. Era como un pitbull enjaulado<br />
y siempre había algún gilipollas atizándome<br />
con un palo entre las rejas a modo <strong>de</strong> castigo.<br />
-¡Ey chico!, soy el nuevo director <strong>de</strong>l colegio<br />
y tu nombre ha sido elegido al azar entre<br />
otros alumnos para realizar un simple test <strong>de</strong><br />
inteligencia.<br />
-¿Pero qué cojones se han creído estos<br />
cretinos, acaso me toman por retrasado? -regurgité<br />
para mí.<br />
-Sí señor, como no; la haré...<br />
-De acuerdo Ciriaco, entonces a las cinco<br />
en punto nos vemos en la sala <strong>de</strong> actos, allí<br />
os esperará el psicólogo.<br />
-¿Psicólogo? -aullé.<br />
-Si, ¿tiene algún problema?<br />
-No, no, ninguno.<br />
Siempre creí que los psicólogos y <strong>de</strong>más<br />
jarfia eran unos embaucadores <strong>de</strong> mentes débiles,<br />
sin rumbo; no era mi caso. Yo era un<br />
chico <strong>de</strong>l montón, <strong>de</strong>l montón <strong>de</strong> los <strong>de</strong>spojos,<br />
pero con una seguridad en mí mismo abrumadora.<br />
Y con una afición: mascar chicle a<br />
tiempo completo. De ahí, que cada vez que<br />
me miro al espejo digo:<br />
-Jo<strong>de</strong>r, el tiempo pasa y mi <strong>de</strong>ntadura <strong>de</strong><br />
macaco sigue igual que todos los días, seré<br />
feo.<br />
Lavada <strong>de</strong> cara y un trago.<br />
Las cinco <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong> y ahí estaba yo, borracho<br />
y en medio <strong>de</strong> un director, un psicólogo<br />
y un grupo <strong>de</strong> intelectuales que se hacían<br />
llamar compañeros <strong>de</strong> clase.<br />
-Bueno Ciriaco, ¿tienes alguna duda?<br />
-Si -afirmé.<br />
-Entonces exponla para que todos podamos<br />
escucharte.<br />
-Mmmmm, bueno, mi pregunta es para el<br />
psicólogo -señalé con mi <strong>de</strong>do índice a modo<br />
<strong>de</strong> acusación.<br />
Éste se giro <strong>de</strong> su silla con una mueca<br />
amanerada.<br />
-Dime -susurró.<br />
-Mire, yo no creo en los psicólogos ni en<br />
sus milongas... pero creo que me pue<strong>de</strong> resolver<br />
una duda que me ronda por la mente<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace tiempo...<br />
La página <strong>de</strong>l lector<br />
Fnazine<br />
-A<strong>de</strong>lante -prosiguió éste.<br />
-Uste<strong>de</strong>s los psicólogos ayudáis, aconsejáis<br />
y motiváis a vuestros pacientes, ¿no es<br />
cierto?.<br />
-En efecto, así es.<br />
-Pues bien, ¿acaso uste<strong>de</strong>s no tienen problemas,<br />
no necesitan <strong>de</strong> consejos y <strong>de</strong>más<br />
basura por el estilo?<br />
-Mo<strong>de</strong>re su vocabulario, señor Ciriaco, o<br />
me veré obligado a expulsarle <strong>de</strong> la sala -intervino<br />
el director.<br />
-Haga lo que se le salga <strong>de</strong> los huevos.<br />
Hubo un silencio total; todos los chicos me<br />
miraban sorprendidos, y las chicas cuchicheaban<br />
entre sí.<br />
-¿Como ha dicho?<br />
-¡QUE HAGA LO QUE LE SALGA DE LOS<br />
HUEVOS! -vociferé.<br />
El sonido <strong>de</strong> mi alarido retumbó en todas<br />
las esquinas y encajó en la mandíbula <strong>de</strong>l<br />
director como un crochet bien lanzado.<br />
-Señor Ciriaco, le ruego que salga <strong>de</strong> la<br />
sala ahora mismo y me espere en mi <strong>de</strong>spacho.<br />
Salí, con la cabeza bien alta, con las manos<br />
amarradas a mi cinto, cual boxeador que<br />
sostiene su cinturón <strong>de</strong> campeón, <strong>de</strong>safiando<br />
a cada subnormal que me observaba al pasar<br />
a su lado.<br />
Sentado; en aquella silla mugrienta, carcomida<br />
por el paso <strong>de</strong>l tiempo, en la que tantas<br />
veces había posado mi culo pelado <strong>de</strong> simio.<br />
Una araña tejía su hilo en una esquina <strong>de</strong>l<br />
<strong>de</strong>spacho, parecía frotar sus pegajosas patas<br />
esperando a su presa, podía intuir que llevaba<br />
días sin comer.<br />
Y ahí estaba, enfrente mío, ese <strong>de</strong>sgraciado<br />
frotándose sus manos dándome otro sermón<br />
<strong>de</strong> los suyos.<br />
-Ciriaco, no es la primera vez que está<br />
usted aquí, me tiene harto...<br />
-¿Y qué quiere que le haga?, si son uste<strong>de</strong>s<br />
los que me incitan.<br />
-¿Cómo? Bueno, <strong>de</strong>jémonos <strong>de</strong> banalida<strong>de</strong>s,<br />
sabe usted que está expulsado <strong>de</strong>l<br />
colegio durante quince días por indisciplina y<br />
reinci<strong>de</strong>ncia.<br />
-¡De puta madre! -aullé.<br />
-Es usted un sinvergüenza, no comprendo<br />
cómo sus padres le soportan.<br />
-En realidad, soy yo quien los soporta a<br />
ellos -rectifiqué.<br />
-Ring, ring -interrumpió el teléfono.<br />
-¿Sí, dígame?<br />
-No cariño, ahora no puedo, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong><br />
poco llegaré a casa.<br />
Era como un malabarista retirado, a la vez<br />
que sostenía el teléfono entre el hombro y<br />
<strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong>, marzo 2010<br />
su oreja izquierda, me redactaba mi con<strong>de</strong>na,<br />
mientras con la otra mano se toqueteaba sus<br />
partes.<br />
-¡Te he dicho que pronto estaré ahí, espérame<br />
<strong>de</strong>snuda!<br />
Colgó el aparato y garabateó furiosamente<br />
en la esquina <strong>de</strong>l papel. Mientras, yo <strong>de</strong>senvolvía<br />
pausadamente un chicle <strong>de</strong> menta y<br />
empezaba a mascarlo.<br />
-Quiero que se lo entregues a tus padres<br />
hoy cuando llegues a casa, ¿entendido?<br />
-Está bien -suspiré resignado.<br />
Lo que él no sabía era la paliza que me<br />
aguardaba en casa. Me levanté, abrí la puerta<br />
chirriante a la vez que me tiraba un pedo<br />
fundiéndose los dos sonidos en una leve armonía.<br />
Cerré la puerta.<br />
Daniel García Ramírez (Castorín)<br />
Vitoria, 9 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1983.<br />
Daniel es un joven autor que en<br />
el momento <strong>de</strong> publicarse este<br />
número está a punto <strong>de</strong> cumplir<br />
veintisiete años. Ha participado en<br />
varias revistas literarias, y dispone<br />
<strong>de</strong> un blog en el que podéis leer<br />
sus colaboraciones.<br />
Antes <strong>de</strong> que la crisis le proporcionase<br />
tiempo libre para escribir<br />
trabajaba como carretillero en una<br />
fábrica, lo que pue<strong>de</strong> ser un buen<br />
comienzo para un futuro literato.<br />
Quien no esté <strong>de</strong> acuerdo, que le<br />
pregunte a David Monteagudo.<br />
Entre sus aficiones nos <strong>de</strong>staca la<br />
lectura, la escritura y la pesca... y<br />
no se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que casen nada<br />
mal.<br />
Entre sus autores favoritos se cuentan<br />
Charles Bukowski, John Fante,<br />
Patxi Irurzun o Richard Ford.<br />
“Mis escritos narran el realismo <strong>de</strong>l<br />
día a día <strong>de</strong> la gente normal como<br />
tú y yo. Me gusta contar las cosas<br />
como las veo, como son en realidad<br />
-nos cuenta-. Actualmente estoy<br />
colaborando en varias páginas<br />
web y blogs, y enfrascado escribiendo<br />
una novela que espero vea<br />
pronto la luz.”<br />
Nosotros también lo esperamos<br />
así, y en el momento en que se<br />
publique daremos cumplida cuenta<br />
<strong>de</strong> ello en nuestro fanzine.<br />
Suerte, Dani.<br />
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16<br />
De mi puño y letra: Tochos.<br />
Advierto que escribo estas estupi<strong>de</strong>ces en<br />
un momento en el que mi mala leche está<br />
varios puntos por encima <strong>de</strong> su nivel habitual,<br />
que ya es <strong>de</strong>cir. Los lectores habituales ya<br />
saben <strong>de</strong> mi avinagrado carácter, <strong>de</strong> lo que da<br />
fe en la redacción <strong>de</strong> este fanzine la recepción<br />
relativamente frecuente <strong>de</strong> correos con<br />
los que <strong>de</strong> una manera más o menos amable<br />
los lectores intentan hacer <strong>de</strong> mí una persona<br />
apacible y paciente. Pues, lo dicho: que hoy<br />
estoy <strong>de</strong> peor humor que <strong>de</strong> costumbre.<br />
Hay que <strong>de</strong>cir, en mi <strong>de</strong>scargo, que escribo<br />
estas líneas a mediados <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 2010,<br />
unas fechas en las que la vida, el universo<br />
y todo lo <strong>de</strong>más no le animan a uno a ser<br />
optimista. Si no fuera suficientemente trágica<br />
la muerte <strong>de</strong> miles <strong>de</strong> personas en un país<br />
tan <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> Dios y <strong>de</strong> la nuestra<br />
que la mayoría no sabríamos ni situarlo<br />
en un mapa, a<strong>de</strong>más nos vemos obligados<br />
a soportar los pequeños efectos colaterales.<br />
Mientras lloramos -en sentido literal o metafórico-<br />
la muerte <strong>de</strong> niños y adultos, tenemos<br />
que escuchar a religiosos <strong>de</strong>salmados -lo que<br />
no <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser una bonita paradoja-, a los<br />
que, en uno y otro lado <strong>de</strong>l atlántico, les da<br />
por aprovechar un micrófono como si hubieran<br />
encontrado un consolador tirado en la calle y<br />
les faltase tiempo para <strong>de</strong>cidir en qué orificio,<br />
propio o ajeno, lo <strong>de</strong>ben introducir. Unos, con<br />
el cerebro <strong>de</strong>secho a causa <strong>de</strong> los berridos<br />
que dan, imagino, telepredicando a las masas,<br />
van diciendo que les está muy bien a<br />
los haitianos esos, que si uno anda haciendo<br />
pactos con el diablo, pues eso, que terremoto<br />
al canto, o tsunami, o plaga bíblica, o<br />
lo que tenga a bien enviarles ese rencoroso<br />
y vengativo dios menor que algunos fanáticos<br />
han creado a imagen y semejanza suya.<br />
Otros, menos sectarios -o simplemente pertenecientes<br />
a una secta mucho más gran<strong>de</strong><br />
y aceptada socialmente- argumentan que sí,<br />
que es una penita, que fíjate qué mal lo pasan<br />
los pobrecitos, pero que dón<strong>de</strong> va a parar lo<br />
nuestro, que es mucho peor, que hemos perdido<br />
los valores y tal, y que ya quisiéramos<br />
estar como esos haitianos que tienen todo su<br />
cuerpo enterrado entre escombros y a duras<br />
penas logran mantener libres <strong>de</strong> polvo los orificios<br />
nasales para no ahogarse entre cemento<br />
y arena. Valientes ejemplos, los cabroncetes,<br />
<strong>de</strong> amor al prójimo. Claro, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lejos se<br />
ve todo muy bonito, como en las estampas<br />
cursis que adornaban los catecismos que leía<br />
<strong>de</strong> pequeño, don<strong>de</strong> el sol siempre lanzaba<br />
unos magníficos haces <strong>de</strong> luz a la tierra, que<br />
en nuestra bendita ignorancia llamábamos “rayos<br />
<strong>de</strong> Dios”. Ya me gustaría ver a estos tipos<br />
en medio <strong>de</strong> la tragedia, arremangados y metiendo<br />
las manos en la mierda, la sangre, el<br />
pus y la carne viva, como hacen con ejemplar<br />
valentía y arrojo unas auténticas santas, las<br />
Hijas <strong>de</strong> la Caridad <strong>de</strong> San Vicente Paúl, Eso<br />
sí es todo un ejemplo <strong>de</strong> caridad cristiana.<br />
Encima, si uno <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> cerrar los ojos al mundo<br />
para escapar con algo <strong>de</strong> cordura <strong>de</strong> tal<br />
De todo un poco<br />
Fnazine<br />
<strong>de</strong>saguisado, y se arriesga a ponerse <strong>de</strong>lante<br />
<strong>de</strong> la tele para ver algún programa insulso, <strong>de</strong><br />
entretenimiento y marujeo, se da <strong>de</strong> bruces<br />
con programas especiales y conexiones vía<br />
satélite, cubiertos por lo mejor <strong>de</strong>l periodismo<br />
<strong>de</strong>l país, indignados por el ataque a la constitución<br />
y los <strong>de</strong>rechos humanos que supone<br />
el que no <strong>de</strong>jen a una periodista presentarse<br />
a un concurso <strong>de</strong> cantantes.<br />
Total, entre unos hijos <strong>de</strong> puta <strong>de</strong> allí, y<br />
otros cantamañanas <strong>de</strong> aquí, me tienen con<br />
el morro torcido y un ligero tic en el párpado<br />
<strong>de</strong>recho, señal inequívoca <strong>de</strong> que en cualquier<br />
momento me meto en eBay a ver si alguien<br />
subasta, por un casual, un bazuca en buen<br />
estado y a precio razonable.<br />
Y en esas estoy cuando un compañero me<br />
encuentra por la calle, se fija en el <strong>libro</strong> que<br />
llevo bajo el brazo y me suelta: “Vaya tocho,<br />
¿eh?”. Me molesta horrores ese término aplicado<br />
a un <strong>libro</strong>, pero si la RAE ha certificado<br />
su uso corriente, será porque hay muchas<br />
personas que hablan como mi compañero.<br />
“Sí, es un <strong>libro</strong> <strong>de</strong> Pérez-Reverte”, respondo<br />
yo intentando no <strong>de</strong>mostrar en mi tono <strong>de</strong><br />
voz mi crispación y enojo. A lo que Rebollo<br />
-vamos a llamarle así para proteger la i<strong>de</strong>ntidad<br />
<strong>de</strong>l susodicho-, replica. “¿Y <strong>de</strong> qué va?”.<br />
Entonces, algo más animado, me lanzo a una<br />
breve pero prolija explicación. Le digo que el<br />
<strong>libro</strong> no va <strong>de</strong> nada, que no hay trama porque<br />
no es una novela, sino una antología <strong>de</strong><br />
artículos, una recopilación <strong>de</strong> varios años <strong>de</strong><br />
la columna semanal que el autor escribe en<br />
un suplemento dominical. Y entonces Rebollo<br />
lanza su frase final, la que me dispara el tic<br />
<strong>de</strong>l párpado y me evoca diferentes formas <strong>de</strong><br />
tortura: “Ah, pero entonces no es literatura.<br />
Pensaba que sólo leías <strong>libro</strong>s <strong>de</strong> verdad”.<br />
Y ahí acaba mi conversación con Rebollo,<br />
porque pretextando que me estoy cagando<br />
-aunque no le digo en quien- me voy a paso<br />
ligero.<br />
¿Cuál es el verda<strong>de</strong>ro problema? ¿Que en<br />
este país llamemos tocho a todo <strong>libro</strong> que<br />
tenga más <strong>de</strong> ciento veinte páginas? ¿Que<br />
haya quien tenga la <strong>de</strong>svergüenza <strong>de</strong> publicar<br />
<strong>libro</strong>s <strong>de</strong> cincuenta hojas, con evocadoras<br />
imágenes <strong>de</strong> amaneceres y textos a cuádruple<br />
espacio cobrando un ojo <strong>de</strong> la cara por la<br />
encua<strong>de</strong>rnación? ¿Que prefiramos leer lo que<br />
sea, mientras sea breve, a algo que merezca<br />
la pena pero que llene seiscientas o mil<br />
páginas?<br />
Los <strong>libro</strong>s que más se leen ahora son esos<br />
que en una página sólo tienen una frase. Frases<br />
<strong>de</strong>l tipo: “si durante el día le sonríes al<br />
cielo, la noche te premiará con infinitas estrellas”.<br />
Por mí, al que se pase el día sonriendo<br />
mirando las nubes, ya le pue<strong>de</strong>n dar estrellas,<br />
cagarle las palomas en los ojos, o caerle un<br />
meteorito encima. Que me da igual, vamos.<br />
Por mí, que cada uno lea lo que quiera, o<br />
lo que sepa enten<strong>de</strong>r. De lo que estoy harto<br />
es <strong>de</strong> que te miren por encima <strong>de</strong>l hombro<br />
porque lees <strong>libro</strong>s gordos, tochos, vamos. O<br />
<strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong>, marzo 2010<br />
porque lees <strong>libro</strong>s raros, que ni son novelas<br />
ni nada. Que la gente lea lo que le venga<br />
en gana, pero sin insultar a la literatura, ¿<strong>de</strong><br />
acuerdo? Que hasta ahí podíamos llegar.<br />
Que una columna, un artículo o un reportaje<br />
en un periódico pue<strong>de</strong> ser muchas cosas, sobre<br />
todo hoy en día, lo sabemos todos. Con<br />
tanto sucedáneo <strong>de</strong> periódico, esos panfletillos<br />
gratuitos llenos <strong>de</strong> publicidad don<strong>de</strong> se inserta<br />
algún que otro titular sensacionalista, lleno <strong>de</strong><br />
faltas <strong>de</strong> ortografía, leer un periódico <strong>de</strong> verdad<br />
es hoy algo atrevido, casi incomprensible.<br />
Pero si uno los lee, <strong>de</strong> vez en cuando -y<br />
recalco, sólo <strong>de</strong> vez en cuando- encuentra un<br />
reportaje en profundidad, una crónica <strong>de</strong> guerra,<br />
o una columna <strong>de</strong> opinión que ennoblece<br />
la profesión <strong>de</strong>l periodista, y que por <strong>de</strong>recho<br />
propio se constituye en pieza literaria.<br />
Porque, si vamos a negar que el periodista<br />
o el articulista pueda ser consi<strong>de</strong>rado literato,<br />
ya po<strong>de</strong>mos ir expurgando los <strong>libro</strong>s <strong>de</strong> texto<br />
<strong>de</strong> literatura -si es que aún se usan en las<br />
aulas- <strong>de</strong> <strong>de</strong>cenas <strong>de</strong> nombres recogidos sin<br />
merecerlo, empezando por el insigne Mariano<br />
José <strong>de</strong> Larra.<br />
Vivimos en un país don<strong>de</strong> leemos el Que! o<br />
el 20 minutos en lugar <strong>de</strong> el País, o la vanguardia,<br />
o el abC, o el que sea, con el pretexto<br />
<strong>de</strong> que claro, gastarse un dineral -1,20<br />
euros- en un diario no se lo pue<strong>de</strong> permitir<br />
nuestra maltrecha economía, esa que nos<br />
permite <strong>de</strong>sayunar cada día en el bar mientras<br />
leemos nuestro panfleto preferido. Vivimos en<br />
un país don<strong>de</strong> leemos un infumable <strong>libro</strong> <strong>de</strong><br />
autoayuda para que el feng-shui sea armonioso<br />
con nuestro biorritmo, nuestro karma,<br />
nuestro aura y nuestra tontería, pero encontramos<br />
aburrido, anticuado y estúpido calzarnos<br />
las novelas ejemPlares.<br />
Vivimos, en <strong>de</strong>finitiva, en un país don<strong>de</strong> la<br />
cultura es algo nuevo, reinventado, don<strong>de</strong> un<br />
<strong>libro</strong> no es un <strong>libro</strong>, sino un diorama; don<strong>de</strong><br />
un periodista no es un literato, sino un<br />
cantante frustrado al que el sistema represivo<br />
<strong>de</strong>l estado no le permite hacer el ridículo en<br />
un concurso rancio y hortera; don<strong>de</strong> algunos<br />
tontos cargamos con <strong>libro</strong>s que pesan ochocientos<br />
cincuenta gramos y que, encima, no<br />
son literatura <strong>de</strong>l maestro Dan Brown; don<strong>de</strong><br />
los que no sabemos lo importante que es para<br />
nuestra vida amorosa que Orión haya entrado<br />
en la casa <strong>de</strong> Sagitario somos tachados <strong>de</strong><br />
incultos analfabetos; don<strong>de</strong> un profesor que<br />
intente que un chaval <strong>de</strong> catorce años lea<br />
a Cal<strong>de</strong>rón <strong>de</strong> la Barca en la escuela pue<strong>de</strong><br />
ser sancionado gravemente por reaccionario<br />
y por clásico.<br />
Vivimos en un país don<strong>de</strong> mi compañero<br />
Rebollo, o los millones que hay como él, se<br />
alejan <strong>de</strong> nosotros pensando, sabiendo, que<br />
son mucho más listos que nosotros y murmurando:<br />
“Pfff, ahí va ese cargando con una<br />
mierda <strong>de</strong> <strong>libro</strong> hecho <strong>de</strong> recortes <strong>de</strong> periódico.<br />
Será pringao...”<br />
Toni Martínez<br />
Enmendando un error y lamentando una injusticia<br />
En nuestro anterior número publicamos un artículo sobre el blog vo c e s t r a s La s r e j a s (<strong>Punto</strong> <strong>de</strong> <strong>libro</strong> nº 9, Enero-2010, Pág. 11).<br />
Como algunos lectores nos han hecho notar, al hablar <strong>de</strong> este blog se nos coló un gazapo y cambiamos el nombre <strong>de</strong> su autor,<br />
preso político en Cuba, que es Pablo Pacheco Ávila, y no Pedro como indicábamos incorrectamente. Desgraciadamente, sólo<br />
un par <strong>de</strong> días antes <strong>de</strong>l cierre <strong>de</strong> este ejemplar vuelve a cobrar actualidad la situación <strong>de</strong> los presos que, como Pablo, sufren<br />
prisión en Cuba por <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r sus i<strong>de</strong>as políticas. Ojalá Orlando Zapata Tamayo sea la última víctima <strong>de</strong> una situación injusta e<br />
inhumana.<br />
l