Murallas y Torres - Ayuntamiento de FITERO

Murallas y Torres
El final del conjunto de edificaciones del segundo monasterio de Fitero estuvo cercado
por una muralla pétrea con almenas que databa de la época en que finalizaron las construcciones
medievales, hacia 1285, y de la que tampoco quedan vestigios ya que los pocos que
habrían sobrevivido al paso del tiempo y a las luchas, desaparecieron con la ampliación del
monasterio y de su villa. Lo que llevó al levantamiento del nuevo cercado de mayor perímetro,
también de piedra, que se realizó a comienzos del siglo XVII y del que ahora sólo
se conserva una de sus entradas, el callejón del Portal de Santa Lucía 82 .
El propio edificio del segundo monasterio aún cuenta con tres torres de caracol que
salen a los tejados de la girola, por su esquina noreste, del transepto, por su esquina suroeste,
y de la fachada, por su esquina suroeste. Tejados en los que todavía se pueden apreciar
restos de elementos defensivos sobre la girola así como la existencia del paso de ronda,
situado sobre la puerta principal, que protege la comunicación entre los tejados de ambas
naves laterales.
91

Cristo del Humilladero
Está situado en el lugar que antiguamente se conocía
como el “Paradero” y que estaba a las afueras de la
villa, junto al desaparecido Portal del Río, uno de los
portales que daban acceso a la villa y que fue desmontando
en 1845.
El humilladero debe su nombre a que era el lugar en
el que, desde 1592, el alcalde junto con los regidores del
ayuntamiento, los vecinos de la villa y la comunidad cisterciense
salían a recibir al nuevo abad del monasterio
de Fitero 83 . Anteriormente, esta ceremonia se realizaba
en una Cruz situada en el camino que iba a Niencebas
y a Yerga, ya desaparecida y que estaba situada en las cercanías
del pontigo de Fitero, también desaparecido al
quedar cubierto por la carretera.
El monumento data de 1558 y fue construido a
expensas del matrimonio formado por Juan Martínez de
Azcoitia, que fue varias veces alcalde de Fitero, y María
Serrano. La imagen de Cristo
Crucificado, que hay sobre
una columna pétrea en su interior, fue deteriorándose
con el tiempo y en 1948 fue reemplazada por la actual,
con un Cristo en el anverso y la virgen María con el
niño Jesús en el reverso, obra del escultor fiterano
Fausto Palacios, realizada en 1947 84 .

Casa del Soto
Utilizada como casa de reposo por los monjes de
Fitero, fue construida entre 1671 y 1673, por el maestro
turiasonense Pedro de Angós 85 . A pocos metros, al
oriente de este edificio, se halla un manantial de aguas
sulfurosas que, canalizado hasta la casa, se introducía en
su interior con objeto de ofrecer baños terapéuticos a sus
huéspedes 86 .
Entre la casa y el camino que va a la vega, en el lado
de poniente y a la sombra del monte Sanchoabarca, se
encontraba un estanque que servía de pesquera o piscifactoría
y que estuvo en uso hasta la desamortización y
hoy aún es posible ver la regularidad de su trazado en la
finca en que se encontraba 87 .
La elera del Soto, cuyos restos del pozo cubierto, de
vez en cuando, aún afloran en medio del camino del
Soto, poco antes de llegar a la Cueva de la Mora, así
como sus correspondientes balsas circulares para producir
y recoger hielo, que están esparcidas al oeste de la
casa del Soto y que también son visibles durante el estío
desde la altura que proporciona el monte Castillo, datan
de 1614 88 .
93

Nevera de San Valentín
Se encuentra situada en el término
de San Valentín de Tudején y data de
principios del siglo XVII, aunque algo
posterior a citada la elera del Soto. Se
trata de una dificación cilíndrica de
unos 10 m. de profundidad, que aún
conserva su cubierta consistente en una
cúpula poligonal –de 16 lados- de 30
m. de perímetro (8 m. de diámetro) y
de 4,5 m. de altura sobre el terreno, con
4 ventanas, abocinadas de ladrillo, a ras
de suelo. Aunque el remate de la cúpula
de esta nevera está cubierto de tierra y
matojos, corriendo riesgo de desaparecer
por derrumbamiento. Las paredes
del interior y el revestimiento exterior
de la cúpula son de mampostería y las
bóvedas de ladrillo. En el inventario de
la desamortización de los bienes del
monasterio de Fitero se dice que hay en
uso una “Nevera- Sita en el término de
San Valentín, con su caseta correspondiente,
puerta y llave, la cual se administra
anualmente por el Monasterio” 89 .
94

Molinos, Trujales y Batanes
Tras la desamortización del monasterio quedaban en
funcionamiento, en Fitero: un batán de paños, un
molino harinero y un trujal de aceite. A todos estos tres
ingenios hidráulicos les daba servicio el mismo río
Molinar o de la Piedra, llamado así por consistir en un
canal de piedra por el que se conducía el agua que se
había extraído del Alhama en una presa construida a la
altura de Solosto.
El batán estaba situado a mitad de cuesta de la
Mejorada, junto a una chopera que había en la margen
izquierda del Alhama. Estuvo en funcionamiento hasta
el último cuarto del pasado siglo, aunque ya sólo se conservan
los restos del salto de agua en el que iba instalada
la rueda hidráulica que movía los mazos que golpeaban
o abatanaban los paños de lana con el fin de desengrasar
y apelmazar su pelo hasta lograr la textura deseada, así
como parte de la acequia de piedra por la que se encauzaba
el agua 90 .
Esquema descriptivo de la situación del batán con respecto al río Alhama y al monasterio de Fitero, que seguramente data del siglo XVII.

Cortijo
El cortijo data de finales del
siglo XIII o principios del XIV 93 .
Hasta finales del siglo XV fue la
única población que, dependiente
del monasterio de Fitero, hubo en el
lugar en el que después surgió la
villa de Fitero.
Las puertas que tenía el cortijo
hacían de éste, junto con el entramado
medieval de sus calles que aún
es visible, un lugar fortificado tal y
como el origen de su nombre lo
indica. Capaz de resistir algunos
envistes y, en caso de necesidad, de
ofrecer un acceso rápido y seguro a
la iglesia del monasterio, a través de
la desaparecida puerta de los
Conversos, para resistir en su interior
prolongados asedios gracias a
los víveres que a tal efecto solían
tener allí almacenados 94 .
96
El trujal de los frailes se construyó hacia 1663 y el edificio
en el que estaba situado todavía se puede ver, reformado,
en la calle que sale del Barrio Bajo hacia el río Alhama 91 . De
este modo, los monjes cistercienses aprovechaban el agua de
este río que habían encauzado en la presa de Solosoto, por
medio de la citada acequia o río del molino, para el servicio
de éste, tras haber pasado primero por el salto de agua del
batán y después de pasar también por el correspondiente
salto de agua del molino harinero que había junto al primitivo
monasterio de Castellón-Fitero y al que también daba
servicio antes de dividirse para continuar, por una parte,
hasta convertirse en el río de la Huerta, tras atravesar el
actual paseo de San Raimundo, por delante del callejón del
Guache, y, por otra, dar servicio al trujal para, desde ahí, volver
al cauce del río Alhama, por el antiguo prado de los
Caballos del monasterio situado frente al arenal que había en
la orilla del Paseo Nuevo o del Barranco 92 .
6
3
5
1
2
4
1 Iglesia del monasterio
2 Claustro del monasterio
3 Cocina
4 Biblioteca
5 Palacio del Abad
6 Cortijo

Baños de Fitero
El monasterio de Fitero adquirió las antiguas termas de Tudején,
pues así eran conocidas hasta finales del pasado siglo, a mediados del
siglo XII. Aunque su explotación es conocida, al menos desde el
principio de nuestra era por parte de los romanos 95 , también es cierto
que pocos años antes de que se instalasen los cistercienses en Fitero,
los baños de Tudején ya figuran en la literatura europea de la época,
pues se mencionan en el libro I, capítulo 2 del Códice Calixtino 96 .
A partir del siglo XVII y hasta la desamortización de 1835, los
baños de Tudején o baños viejos, fueron los únicos existentes en
Fitero y estuvieron en explotación indirecta por parte del monasterio
de Fitero a través del alquiler de sus instalaciones a un encargado
temporal de las mismas.
En 1846 se descubrió la segunda fuente termal que dio lugar a la
sociedad anónima de Baños Nuevos de Fitero. Empresa que, en 1909,
adquirió también los baños viejos y que en 1973 los renombró como
Gustavo Adolfo Bécquer y Virrey Palafox, respectivamente 97 .
Ermita de la
Soledad
Inicialmente, esta ermita consistió en el depósito de
una estatua de la virgen de la Soledad en una sencilla y
pequeña cueva que hay en la propia roca de la peña del
Baño, por parte del alcaide de éste, Pedro Navarro, que
fue quien se encargó de la crianza de Juan de Palafox
durante su estancia en Fitero. Desde que éste nació en el
establecimiento termal, el 24 de junio de 1600, y fue
abandonado por su madre, Ana de Casanate, hasta que,
a los nueve años, fue reconocido por su padre, el marqués
de Ariza, y fue llevado a estudiar a Tarazona.
Desde el año 1600, el cuidado y mantenimiento de
esta sencilla ermita corrió a cargo del citado Pedro Navarro
Fachada del balneario Virrey Palafox.
97

y de su familia que, al parecer, tenían especial devoción por
la virgen de la Soledad en agradecimiento al excepcional
acontecimiento que en dicha cueva se habría producido al
permanecer sólo y abandonado, durante casi un día
entero, el recién nacido Juan de Palafox.
Las obras de ampliación de la ermita comenzaron en
1628 pero al enterarse el abad del monasterio de Fitero
de que la familia Navarro había adaptado el exterior de
la cueva añadiéndole un pequeño pórtico a la ermita y
excavando en el interior de la cueva unos peldaños, a la
vez que le daba a éste la forma de hornacina y colocaba
en su muro posterior un lienzo de la virgen de la
Soledad, entabló un pleito que ganó en 1630 y en 1631
ordenó a Pedro Navarro hijo, conocido con el sobrenombre
del granadino, que abandonase el proyecto de
construir una pequeña basílica en su propiedad. Hecho
ante el que Juan de Palafox intervino personal e inmediatamente
ante el abad de Fitero y al no tener el resultado
buscado, logró incluso que el propio rey Felipe IV
le expidiese al abad una Real Cédula concediéndole el
solicitado permiso de construcción a Pedro Navarro.
Permiso que fue recurrido y anulado ante los tribunales,
por entender el monasterio que esta edificación contravenía
a sus intereses en la explotación comercial de las
aguas termales.
98
Posteriormente, en 1665, cuando la villa estaba
pleiteando en los tribunales con el monasterio de
Fitero con la intención de independizarse de éste y de
construir en el término del Olivarete, una villa de
señorío real en lugar de abacial, presentó como precedente
de sus intereses y derechos para la construcción
en el monte de la citada nueva población la existencia
en la peña del Baño de las ruinas de la ermita que había
construido Pedro Navarro. La villa perdió el pleito y,
poco a poco, la historia y la localización de la ermita se
olvidaron completamente.
Sin embargo, en 1979 se pudieron localizar el lugar
y los restos que fueron fielmente restaurados en 2000
con motivo del cuarto centenario del nacimiento de
Juan de Palafox, gracias a la documentación del citado
pleito de 1655, entre la que se encuentra el acta del reconocimiento
que de los restos de la ermita había hecho el
auditor de la Real Cancillería de Valladolid, Jerónimo de
Feloaga 98 .

Exorno del antiguo monasterio
de Fitero
16
11 10
12
13 14
Planta baja
Primera planta
17
18
19
20
15
21
1 Cristo de la Columna
2 Museo de Palafox
3 Retablo de San José
4 Retablo de San Ignacio de Antioquía
5 Retablo de San Bernardo
6 Órgano
7 Retablo de Santa Teresa
8 Retablo de San Miguel
9 Retablo Mayor y sepulcros
10 Virgen del Rosario
11 Virgen de la Soledad
12 Retablo de la Asunción
9
6
5
4
3
1
23
8
2
22
7
13 San Joaquín
14 Retablo del Cristo de la Guía
15 Púlpito
16 Capilla de la Virgen de la Barda
17 Retablo de San Benito
18 Retablo de San Ildefonso
19 Retablo de la virgen del Rosario
20 Capilla del Cristo de la Cruz a Cuestas
21 Coro (sillería y fascistol)
22 Sacristía (cajoneras, espejos, etc.)
23 Pabellón de los lavamanos
Como bien expuso
Ricardo Fernández: El hecho
de que la Iglesia abacial de
Fitero permaneciese como
parroquia de la villa tras la
exclaustración definitiva de los
monjes cistercienses, fue la
causa de que la mayor parte de
su rico patrimonio se preservase
y no fuese diseminado o destruido,
tal y como ocurrió en el
resto de los cenobios y conventos
navarros. De hecho, el mobiliario,
lienzos y demás exorno
del resto de las estancias del
monasterio que se subastaron o
pasaron a propiedad municipal
desapareció, lo mismo que
la rica biblioteca y gran parte
del archivo 99 .
99

Retablo Mayor
La advocación del monasterio
de Fitero, como en la mayoría de los
monasterios cistercienses, está dedicada
a Santa María la Real. De ahí
que en el retablo renacentista que
hay en el altar mayor ocupe un lugar
destacado la coronación de la virgen
María como Santa María reina,
como también lo hace el Calvario
que remata la calle central del retablo,
aunque su titular corresponda a
la escultura, de dimensiones monumentales,
de la Asunción de la virgen
María, patrona de la orden cisterciense.
Todas ellas, obras romanistas
del escultor arnedano Antón
de Zárraga.
La construcción de este retablo
se realizó a lo largo de algo más de
una década, pues su armazón de
madera data de 1581, obra del
maestro arquitecto Diego Sánchez,
y sus pinturas fueron realizadas
entre 1590 y 1592, obra del pintor
flamenco, natural de Bruselas aun-
que afincado en Zaragoza, Roland
de Mois. Quien, por cierto, falleció
a finales de dicho año dejando sin
acabar de pintar el sagrario de este
retablo, aunque en él figure como su
fecha de finalización la prevista del
año 1591.
Las pinturas son de estilo
manierista reformado que representan
diferentes temas entre los que se
encuentran el culto a San Bernardo
de Clairvaux –dos pasajes de sus
experiencias místicas, según su
hagiografía-, a Cristo –Nacimiento
y Epifanía-, a los pilares de la Iglesia
Católica representados en apóstoles
y santos Padres, así como a las devociones
locales –santa Lucía y Santa
Águeda- del monacato occidental
–San Benito de Nursia- y, finalmente,
de la España de aquellos
momentos –San Lorenzo-. Las
tablas del banco del retablo son cuatro
y representan a San Agustín y
San Ambrosio, revestidos de obis-
pos, San Jerónimo, vestido de cardenal,
y San Gregorio Magno, revestido
de pontífice. También son cuatro
los cobres de los pedestales de las
dos columnas, en uno se representa
la decapitación de San Pablo y a San
Simón, y en el otro la aparición de
Cristo resucitado a San Pedro en las
puertas de Roma y a San Bartolomé.
Destacando también las delicadas
pinturas con que se completa el
adorno de los frisos del retablo, de
numerosos temas, como las virtudes,
cigüeñas, cartelas, faunas, tritones,
etc. 100 .
Desde el 23 de diciembre de
2002, este retablo de la parroquia de
Santa María la Real de Fitero es
considerado como un Bien de
Interés Cultural por sí mismo 101 , lo
que pone de manifiesto que aunque
también lo sea el desaparecido
monasterio, no queda claro lo que
con su declaración de 1931 está
actualmente clasificado como tal.

San Gregorio Magno, papa
San Jerónimo, sacerdote
(revestido de cardenal).
San Ambrosio,
obispo de Milán
San Agustín,
obispo de Hippo 102 .

San Juan
Bautista.
San Juan
Evangelista.
San Pedro. San Pablo.

San Lorenzo y San Benito. Santa Lucía y Santa Ágeda.
Jesús en la cruz, acompañado de la Virgen
María y San Juan Evangelista.
Coronación de la Virgen María. Asunción de la
Virgen María.

San Bartolomé.
Visiones místicas de San Bernardo, con la Virgen María y con Cristo Crucificado.
Quo Vadis.
Decapitación de San Pablo.
San Simón.

Retablo
Santa
Teresa
Monumental retablo barroco, adosado
al muro sur del crucero, obra del
cascantino José Serrano Jiménez en
su taller de Tudela, que data de 1732,
habiéndose comenzado su ejecución
en 1730, y que fue erigido a costa de
los fondos recaudados, desde 1714,
por el gremio de alpargateros y cordeleros
de Fitero para honrar a su
patrona.
En este retablo se exaltaron los
valores de la Iglesia local: el primer
abad y fundador del monasterio de
Fitero y de la Orden Militar de
Calatrava, San Raimundo de
Fitero, los copatronos de Navarra,
San Fermín y San Francisco
Javier 103 , la patrona de la cofradía
de alpargateros y titular del retablo,
Santa Teresa de Jesús, así
como otro santo español, San
Ignacio de Loyola, y dos representantes
de la Iglesia Católica, San
Pedro y San Pablo; quedando Dios
Padre, vestido de pontifical y rodeado
de ángeles, representado por
encima de todos los demás 104 .

110
San Fermín y
San Francisco Javier 103 ,
copatronos de Navarra.
San Ignacio de Loyola,
devoción popular fruto
de la misiones de los
jesuitas en los siglos
XVII y XVIII.

San Pedro y San Pablo.
111

San Raimundo, primer
abad y fundador del
monasterio de Fitero y de
la Orden Militar de
Calatrava.

Dios Padre, vestido de
pontifical y rodeado de ángeles,
representado por encima de
todos los demás santos 104 .

Retablo
de la Asunción
Obra de un pintor aragonés, discípulo aventajado
del flamenco Roland de Mois con quien colaboró en las
pinturas del retablo mayor que habían sido promovidas
por el abad fray Marcos de Villalba. Motivo por el que
no extrañaría que el pintor le retratase a él, así como a su
maestro o a sí mismo en el propio retablo de la Asunción
que data de la primera mitad del siglo XVII. Siendo la
imagen de la Inmaculada Concepción una talla de 1643,
año en que la villa de Fitero adoptó por votación su festividad
junto a la cisterciense de San Bernardo de
Clairvaux.
En este retablo manierista, adosado al muro norte
del transepto, se representan imágenes de la vida de la
virgen María y de la infancia y resurrección de Jesús,
siguiendo el evangelio de San Lucas, –Asunción,
Anunciación, Visitación de la Virgen María a Santa
Isabel, Nacimiento, Epifanía y Aparición de Cristo resucitado-,
tres momentos de la pasión de Cristo –Huerto
de los Olivos, Vía Crucis y Calvario- y una serie de santos
cistercienses y otros de devociones locales, que
corresponden a la beata Matilde de Hackeborn, Santa
Engracia, un abad cisterciense que puede ser San
Esteban Harding, otro abad revestido con capa cardenalicia,
que puede ser el beato cisterciense Conrad von
Urach, y, finalmente, San Lucas, representado como un
caballero pintor de la época que quizá es un autorretrato
del pintor del retablo, y el de un santo sanador vestido
también como médico de la época. Todos ellos bajo la
atenta mirada del padre eterno 105 .

Beata Matilde de Hackeborn. Santa Engracia. Conrad von Urach.
San Lucas, representado como pintor
vestido al estilo de la época.
116
Santo sanador vestido como
médico al estilo de la época.
San Benito.
San Esteban Harding.
San Bernardo.

Ascensión de la
Virgen como reina de
los cielos ante la
atenta mirada de los
apóstoles y del abad
que encargó la
realización de este
retablo.
117

118
Anunciación de la Virgen María.

Visitación de la Virgen María a Santa Isabel.
119

120
Adoración de los Pastores.

Adoración de los Reyes Magos.
121

122
Circuncisión del Niño Jesús.

Oración de Cristo en el huerto de los Olivos, al fondo delación de Judas a los romanos.
123

124
La Verónica.

Crucifixión y en la parte superior el Padre Eterno.

126
Aparición de Cristo resucitado a la Virgen María.

Retablo
San Miguel
Este retablo renacentista fue obra del alfareño Juan
de Irigoyen y Macaya quien, en 1614, recibió el encargo
de realizar cinco retablos, a imitación del dedicado a San
Bernardo, para las cinco capillas de la girola.
La imagen de San Miguel no es la original sino que
se trata de una obra del primer tercio del siglo XVII, de
estilo castellano. Sobre la tabla de la predela hay pinturas
que representan a San Jerónimo y a San Sebastián 106 .

Huida a Egipto de la
Sagrada Familia.
San José
Retablo
Este retablo barroco data de comienzos del siglo XVIII
y procede del taller tudelano de los San Juan. La escultura
original de San José acompañado del niño Jesús, costeada
por la cofradía de San José, del gremio de los carpinteros,
data de pocos años después de 1645, mientras que la que
preside este retablo data de 1916 y procede del taller de
Mauricio Iranzo, de Durango. En el ático hay un lienzo
barroco que representa la Huida a Egipto 107 .