el mundo” - Mision Solidaria AFRICA

que no favorecen la comunicación sino más bien,
aseguran una engañosa estabilidad de las estructuras
que carismáticamente fueron creadas desde el
encuentro es decir don Bosco se encuentra con los
jóvenes y desde allí cobran forma y vida las estructuras
hoy contrariamente las estructuras muchas veces
aseguran pistas personales de carrera desvinculadas
una de otras con una preocupación permanente de
evitar los desencuentros. Lo preventivo quizás corre
el peligro de cuidar desmesuradamente que no
existan el desencuentro y no más bien cuidar como
don Bosco el favorecer el encuentro y la construcción
ccompartida.
La ternura como expresión máxima de la mirada
empática de don Bosco por los jóvenes y por cada
joven es lo que hoy necesariamente debemos
recuperar. Es urgente contemplar nuevamente
al joven sin embargo, aquello se nos hace muy
complicado cuando no podemos ni siquiera
contemplarnos a nosotros mismos, descubriendo
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en nuestra historia personal el paso de Dios y
como él mismo ha establecido una “tienda” en
medio de nuestra vida. Es el Señor quien vino al
encuentro de don Bosco, ayudándolo a releer su
propia historia personal sin embargo, don Bosco
puede acompañar a otros porque el mismo se deja
acompañar en cada uno de los momentos claves de
su vida él descubre en la vida de los y las jóvenes no
lo que la primera mirada revela sino más bien sus
grandes búsquedas y anhelos la invitación es por
tanto, a redescubrir en cada joven la llamada del
Señor a dejarnos remodelar. El abrirnos a la ternura
como expresión máxima de encuentro requiere una
madures afectiva de quien desea lo mejor para el
otro en contraposición a actitudes mezquinas de
apegos que buscan aplacar carencias afectivas no
asumidas ni resueltas. Finalmente los invitamos a
dejarse visitar y acompañar, acallar las excusas y
justificaciones, emprendamos la vuelta al espíritu
fundacional para recuperar la actitud anhelada de
apertura al Espíritu que todo lo renueva.