Comunicación Interna y sentido de pertenencia: lo móvil, lo disperso ...
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Ahora bien, la <strong>pertenencia</strong> se construye cuando se adhiere a una i<strong>de</strong>ntidad, cuando se<br />
elige formar parte <strong>de</strong> un “nosotros”. ¿Pero qué i<strong>de</strong>ntidad construye hoy el trabajo? En<br />
principio, una i<strong>de</strong>ntidad cuestionada en su esencia: todos somos modificables y es<br />
condición <strong>de</strong> supervivencia rehacer constantemente las percepciones que uno tiene <strong>de</strong> sí<br />
mismo. Hoy se trabaja “<strong>de</strong> algo”, pero mañana se <strong>de</strong>be tener “cintura” y capacidad <strong>de</strong><br />
adaptación para trabajar <strong>de</strong> otra cosa. El trabajo nos reta, tanto al practicar<strong>lo</strong> como al<br />
intentar pensar<strong>lo</strong>. El hombre no es un trabajador en sociedad sino que es, como <strong>de</strong>scriben<br />
muchos gurúes <strong>de</strong>l tema, una “empresa unipersonal”, un “YO Sociedad Anónima”.<br />
Claro que esta nueva realidad tiene tanto <strong>de</strong> bautismo como <strong>de</strong> entierro. Po<strong>de</strong>mos hablar<br />
<strong>de</strong> un hombre flexible, pero también <strong>de</strong> uno que no tiene tiempo para conocer al otro,<br />
socializar, formar una memoria, apren<strong>de</strong>r y compartir códigos comunes, integrarse,<br />
comunicarse. Un hombre cuya acción está tensada por la ve<strong>lo</strong>cidad y la<br />
<strong>de</strong>sterritorialización <strong>de</strong> sus mundos simbólicos, una tensión que <strong>lo</strong> arranca <strong>de</strong>l tejido social<br />
y <strong>lo</strong> convierte en alguien que no camina sino que circula, que no se comunica sino que se<br />
conecta. La <strong>lo</strong>cura <strong>de</strong> la rapi<strong>de</strong>z, como señalaJosé Pab<strong>lo</strong> Feinmann, aniquila la<br />
temporalidad y por eso la frase que más se oye es “No tengo tiempo”.<br />
Se pier<strong>de</strong> el territorio porque la circulación es obligatoria. ¿Esto es nuevo? Cito un<br />
discurso que pronunció Martin Hei<strong>de</strong>gger en 1955: “la pérdida <strong>de</strong>l arraigo <strong>de</strong>l hombre <strong>de</strong><br />
hoy no viene simplemente causada por las circunstancias externas y el <strong>de</strong>stino, ni<br />
tampoco resi<strong>de</strong> só<strong>lo</strong> en la negligencia y la superficialidad <strong>de</strong>l modo <strong>de</strong> vida. La pérdida <strong>de</strong><br />
arraigo proce<strong>de</strong> <strong>de</strong>l espíritu <strong>de</strong> la época en la que a todos nos ha tocado nacer”.<br />
En este espíritu <strong>de</strong> la época la clave es no quedarse parado, cambiar, moverse, hola y<br />
chau. Todo <strong>de</strong>be ser continuo: la capacitación, la innovación y la comunicación (como<br />
veremos más a<strong>de</strong>lante). El agua y el sol que le permitían a la semilla crecer y echar raíces,<br />
son reemplazados en este nuevo vivero electrónico por bebidas energizantes que<br />
provocan efectos consi<strong>de</strong>rados positivos y <strong>de</strong>seables para esta cultura: excitación,<br />
nerviosismo, taquicardia, insomnio y tensión.<br />
<strong>Comunicación</strong> vertiginosa<br />
¿Qué pasa con la comunicación interna en un ambiente marcado por el hacer, <strong>de</strong>shacer y<br />
rehacer constante, don<strong>de</strong> la sociabilidad baila al ritmo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarraigo y la movilidad? En<br />
primer lugar, muta. Muta hacia formas y herramientas que tienen el mismo ritmo y<br />
dinámica. Si la vida es vertiginosa, la comunicación es vertiginosa, y <strong>lo</strong>s medios<br />
electrónicos brindan la agilidad necesaria para enviar flujos <strong>de</strong> información y mantener la<br />
conexión más allá <strong>de</strong>l tiempo y la frontera, pero al mismo tiempo borran la dimensión<br />
humana y vivencial <strong>de</strong> la comunicación y abren distancias, como cuando dos compañeros<br />
que tienen <strong>lo</strong>s escritorios a un metro <strong>de</strong> distancia eligen “hablarse” durante todo el día<br />
por e-mail.<br />
¿Po<strong>de</strong>mos aún pensar la comunicación interna <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una dimensión humana o estamos<br />
limitados a trabajar con fragmentos <strong>de</strong> sujetos <strong>móvil</strong>es, diversos, esporádicos? ¿Cómo<br />
<strong>Comunicación</strong> <strong>Interna</strong> y <strong>sentido</strong> <strong>de</strong> <strong>pertenencia</strong>: <strong>lo</strong> <strong>móvil</strong>, <strong>lo</strong> <strong>disperso</strong> y <strong>lo</strong> esporádico<br />
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