Comunicación Interna y sentido de pertenencia: lo móvil, lo disperso ...
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<strong>Comunicación</strong> <strong>Interna</strong> y <strong>sentido</strong> <strong>de</strong><br />
<strong>pertenencia</strong>: <strong>lo</strong> <strong>móvil</strong>, <strong>lo</strong> <strong>disperso</strong> y <strong>lo</strong><br />
esporádico<br />
Por Lic. Alejandro Formanchuk<br />
Director <strong>de</strong> Formanchuk & Asociados<br />
Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la Asociación Argentina <strong>de</strong> <strong>Comunicación</strong> <strong>Interna</strong><br />
Docente en la Universidad <strong>de</strong> Buenos Aires<br />
alejandro@formanchuk.com.ar<br />
Aquel<strong>lo</strong>s que trabajamos en comunicación muchas veces <strong>de</strong>cimos que una comunicación<br />
interna bien gestionada permite potenciar el espíritu <strong>de</strong> <strong>pertenencia</strong> <strong>de</strong>l personal. Esto es<br />
así, hay gran cantidad <strong>de</strong> casos que <strong>lo</strong> <strong>de</strong>muestran. No obstante, también es cierto que<br />
lanzar alegremente esta afirmación pue<strong>de</strong> llegar a ser algo temerario si se consi<strong>de</strong>ra la<br />
movilidad laboral que impera, don<strong>de</strong> “hacer carrera” es un anacronismo, algo que<br />
pertenece a un pasado perdido en un horizonte que ya no se ve. El “sentirse parte <strong>de</strong> una<br />
organización” es una emoción que está golpeada en sus dos pilares: las empresas marcan<br />
ritmos rápidos <strong>de</strong> entrada-salida y las personas no echan raíces, ya sea porque no les dan<br />
tiempo a hacer<strong>lo</strong> o porque directamente ya no les interesa hacer<strong>lo</strong>.<br />
Como muchas veces señalamos, la comunicación más fuerte es la que se realiza a través<br />
<strong>de</strong> la acción. Por ejemp<strong>lo</strong>, brindar capacitación al personal es una forma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cirle: quiero<br />
darte semillas para que me <strong>de</strong>s frutos. Pero cuando la visión es a corto plazo las<br />
empresas no invierten en “dar conocimiento” a gente que tal vez hoy esté aquí y<br />
mañana en la vereda <strong>de</strong> enfrente. Sencillamente ya no hay tiempo para esperar <strong>lo</strong>s<br />
frutos.<br />
¿De dón<strong>de</strong> nace esta cultura <strong>de</strong>l vértigo?, ¿las personas entran a una empresa con la i<strong>de</strong>a<br />
<strong>de</strong> irse apenas puedan o las empresa las toman con la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> renovarlas rápidamente? La<br />
respuesta por ahora quizá orille más hacia el análisis <strong>de</strong> las consecuencias que <strong>de</strong> las<br />
causas. Hay un juego <strong>de</strong> vasos comunicantes viciosos: yo no te doy porque pienso que te<br />
vas a ir y vos te querés ir porque pensás que no te doy porque quiero que te vayas. De<br />
todas formas, y a títu<strong>lo</strong> <strong>de</strong> separar las aguas, creo que la empresa cuenta con<br />
herramientas para que este círcu<strong>lo</strong> no se convierta en un g<strong>lo</strong>bo y exp<strong>lo</strong>te. Una <strong>de</strong> ellas es<br />
la comunicación interna, la cual no le pi<strong>de</strong> al personal que “tenga <strong>sentido</strong> <strong>de</strong><br />
<strong>pertenencia</strong>”, sino que le da buenas razones para que le nazca este sentimiento.<br />
<strong>Comunicación</strong> <strong>Interna</strong> y <strong>sentido</strong> <strong>de</strong> <strong>pertenencia</strong>: <strong>lo</strong> <strong>móvil</strong>, <strong>lo</strong> <strong>disperso</strong> y <strong>lo</strong> esporádico<br />
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Ahora bien, la <strong>pertenencia</strong> se construye cuando se adhiere a una i<strong>de</strong>ntidad, cuando se<br />
elige formar parte <strong>de</strong> un “nosotros”. ¿Pero qué i<strong>de</strong>ntidad construye hoy el trabajo? En<br />
principio, una i<strong>de</strong>ntidad cuestionada en su esencia: todos somos modificables y es<br />
condición <strong>de</strong> supervivencia rehacer constantemente las percepciones que uno tiene <strong>de</strong> sí<br />
mismo. Hoy se trabaja “<strong>de</strong> algo”, pero mañana se <strong>de</strong>be tener “cintura” y capacidad <strong>de</strong><br />
adaptación para trabajar <strong>de</strong> otra cosa. El trabajo nos reta, tanto al practicar<strong>lo</strong> como al<br />
intentar pensar<strong>lo</strong>. El hombre no es un trabajador en sociedad sino que es, como <strong>de</strong>scriben<br />
muchos gurúes <strong>de</strong>l tema, una “empresa unipersonal”, un “YO Sociedad Anónima”.<br />
Claro que esta nueva realidad tiene tanto <strong>de</strong> bautismo como <strong>de</strong> entierro. Po<strong>de</strong>mos hablar<br />
<strong>de</strong> un hombre flexible, pero también <strong>de</strong> uno que no tiene tiempo para conocer al otro,<br />
socializar, formar una memoria, apren<strong>de</strong>r y compartir códigos comunes, integrarse,<br />
comunicarse. Un hombre cuya acción está tensada por la ve<strong>lo</strong>cidad y la<br />
<strong>de</strong>sterritorialización <strong>de</strong> sus mundos simbólicos, una tensión que <strong>lo</strong> arranca <strong>de</strong>l tejido social<br />
y <strong>lo</strong> convierte en alguien que no camina sino que circula, que no se comunica sino que se<br />
conecta. La <strong>lo</strong>cura <strong>de</strong> la rapi<strong>de</strong>z, como señalaJosé Pab<strong>lo</strong> Feinmann, aniquila la<br />
temporalidad y por eso la frase que más se oye es “No tengo tiempo”.<br />
Se pier<strong>de</strong> el territorio porque la circulación es obligatoria. ¿Esto es nuevo? Cito un<br />
discurso que pronunció Martin Hei<strong>de</strong>gger en 1955: “la pérdida <strong>de</strong>l arraigo <strong>de</strong>l hombre <strong>de</strong><br />
hoy no viene simplemente causada por las circunstancias externas y el <strong>de</strong>stino, ni<br />
tampoco resi<strong>de</strong> só<strong>lo</strong> en la negligencia y la superficialidad <strong>de</strong>l modo <strong>de</strong> vida. La pérdida <strong>de</strong><br />
arraigo proce<strong>de</strong> <strong>de</strong>l espíritu <strong>de</strong> la época en la que a todos nos ha tocado nacer”.<br />
En este espíritu <strong>de</strong> la época la clave es no quedarse parado, cambiar, moverse, hola y<br />
chau. Todo <strong>de</strong>be ser continuo: la capacitación, la innovación y la comunicación (como<br />
veremos más a<strong>de</strong>lante). El agua y el sol que le permitían a la semilla crecer y echar raíces,<br />
son reemplazados en este nuevo vivero electrónico por bebidas energizantes que<br />
provocan efectos consi<strong>de</strong>rados positivos y <strong>de</strong>seables para esta cultura: excitación,<br />
nerviosismo, taquicardia, insomnio y tensión.<br />
<strong>Comunicación</strong> vertiginosa<br />
¿Qué pasa con la comunicación interna en un ambiente marcado por el hacer, <strong>de</strong>shacer y<br />
rehacer constante, don<strong>de</strong> la sociabilidad baila al ritmo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarraigo y la movilidad? En<br />
primer lugar, muta. Muta hacia formas y herramientas que tienen el mismo ritmo y<br />
dinámica. Si la vida es vertiginosa, la comunicación es vertiginosa, y <strong>lo</strong>s medios<br />
electrónicos brindan la agilidad necesaria para enviar flujos <strong>de</strong> información y mantener la<br />
conexión más allá <strong>de</strong>l tiempo y la frontera, pero al mismo tiempo borran la dimensión<br />
humana y vivencial <strong>de</strong> la comunicación y abren distancias, como cuando dos compañeros<br />
que tienen <strong>lo</strong>s escritorios a un metro <strong>de</strong> distancia eligen “hablarse” durante todo el día<br />
por e-mail.<br />
¿Po<strong>de</strong>mos aún pensar la comunicación interna <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una dimensión humana o estamos<br />
limitados a trabajar con fragmentos <strong>de</strong> sujetos <strong>móvil</strong>es, diversos, esporádicos? ¿Cómo<br />
<strong>Comunicación</strong> <strong>Interna</strong> y <strong>sentido</strong> <strong>de</strong> <strong>pertenencia</strong>: <strong>lo</strong> <strong>móvil</strong>, <strong>lo</strong> <strong>disperso</strong> y <strong>lo</strong> esporádico<br />
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ecuperar una perspectiva g<strong>lo</strong>bal <strong>de</strong> la comunicación en la empresa cuando <strong>lo</strong> que está en<br />
juego es una nueva sensibilidad? Basta tener el oído atento para anotar qué palabras<br />
ganan terreno (flujos, conexiones, re<strong>de</strong>s) y cuáles pier<strong>de</strong>n va<strong>lo</strong>r (encuentro, comprensión,<br />
escucha).<br />
Como señalamos párrafos atrás, hoy la forma está en el movimiento continuo. La<br />
comunicación también <strong>de</strong>be ser continua y esto provoca que no haya una “puesta en<br />
común” sino una inundación <strong>de</strong> información. En muchas auditorias <strong>de</strong> comunicación se<br />
<strong>de</strong>scubre que el personal consi<strong>de</strong>ra “poco relevante” la información que recibe pero<br />
<strong>de</strong>staca el flujo constante. Abundan palabras, pero cada vez tienen menos va<strong>lo</strong>r.<br />
Es difícil estructurar un plan <strong>de</strong> comunicación cuando la i<strong>de</strong>ntidad ya no es nítida ni <strong>lo</strong>s<br />
arraigos son fuertes. Cuando <strong>lo</strong>s escenarios hacia el futuro son enigmáticos (este es el<br />
pulso <strong>de</strong> este tiempo: el enigma), cuando hay una expansión estructural <strong>de</strong>l anonimato y<br />
la gente es liberada <strong>de</strong> la obligación <strong>de</strong> tener que intercambiar una palabra, o, como<br />
diría Jesús Martín Barbero, cuando hay una sustitución <strong>de</strong> la interacción comunicativa por<br />
la textualidad informativa. Es difícil poner en común cuando se pregona un “Yo S.A.” y no<br />
un “Nosotros S.A.”.<br />
¿Qué hacer frente a este panorama? Echar mano <strong>de</strong> la nostalgia no parece constructivo.<br />
Una i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> “tiempo pasado-tiempo mejor” conduce a un pesimismo que impi<strong>de</strong><br />
compren<strong>de</strong>r por qué el re<strong>lo</strong>j camina más rápido ahora que antes, por qué la ve<strong>lo</strong>cidad<br />
mató al tiempo. Lo que sí po<strong>de</strong>mos es tomar nota <strong>de</strong>l espíritu <strong>de</strong> la época para saber<br />
cuáles son las nuevas formas <strong>de</strong> vivir y <strong>de</strong> narrar <strong>lo</strong> que se vive <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una empresa, las<br />
maneras <strong>de</strong> estar y <strong>de</strong> sentirnos juntos, <strong>de</strong> socializar y por en<strong>de</strong> <strong>de</strong> comunicarnos y<br />
expresarnos.<br />
Este artícu<strong>lo</strong> pue<strong>de</strong> reproducirse, publicarse y difundirse libre y gratuitamente. Solamente<br />
pedimos que sea citada la fuente y se nos informe cuando se realice la publicación.<br />
Muchas gracias.<br />
<strong>Comunicación</strong> <strong>Interna</strong> y <strong>sentido</strong> <strong>de</strong> <strong>pertenencia</strong>: <strong>lo</strong> <strong>móvil</strong>, <strong>lo</strong> <strong>disperso</strong> y <strong>lo</strong> esporádico<br />
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