Mariscal de Campo de la Armada Invencible de Cristo

directamente les dice la palabra de Dios. Cuando la palabra de Dios choca con
sus experiencias, entonces ganan sus experiencias y dejan la palabra de Dios
en un segundo plano. Esos mercenarios sectarios del SIA enseñan doctrinas
de demonios en sus seminarios bíblicos y en sus congresos pastorales, pero
son incapaces de enseñar la auténtica sana doctrina a la iglesia y al ministerio
que anda tan descarriado de la Verdad, y se encuentra tan contaminado de
mentiras, y medias verdades.
Un auténtico ministro de Sana Doctrina tiene control de sí mismo en cada área
de su vida. Como conductor espiritual, como maestro bíblico, y como esposo y
padre de familia en el caso de los casados. Como conductor espiritual sabe
que no le es dado elegir una línea ministerial en particular. El no puede decidir
ser pastor de prosperidad, ser pastor apologético, ser pastor de 20, o de mil,
ser liberal, o fundamentalista. etc. Como maestro bíblico no debe decidir que
clases, o materias debe enseñar. Debe de enseñar sana doctrina a la iglesia.
(Debe enseñar todo el consejo de Dios, fundamentando así a la iglesia en las
escrituras). Como padre y esposo no debe hacer su vida familiar a su libre
albedrío. ¿Por qué? Porque la palabra de Dios nos dice qué hacer en cada
área de nuestras vidas.
Creemos en la suficiencia y en la inerrancia de las sagradas escrituras. Dios
nos dice que hacer en cada área de nuestra vida. A Dios no se le ha pasado
nada, nos da dirección para todo lo que hacemos. Y si somos siervos de Dios
debemos someternos a sus órdenes. Hacer lo que él nos ordena, como Él lo
quiere. No debemos de hacer la obra de Dios a nuestra manera, como
podemos, o como mejor nos gusta.
XII. ¿Y en la alabanza qué?
Pues el mayor problema que vemos en las iglesias del SIA es que: los pastores
e iglesias del SIA, especialmente los “salmistas”, o líderes cantautores de
alabanza han caído en un culto para ellos y no para Dios. El culto casi siempre
es dirigido a satisfacer las emociones y sentimientos de las personas, y no
satisfacer las demandas de un Dios tres veces santo. Con el pretexto de:
“Gozarse con los que se gozan”, algunos han hecho de la música un medio, y
un fin que satisface sus deseos por un lado de fama, riqueza y poder de los mal
llamados “salmistas”, o “artistas cristianos”. Estos mercachifles de la “alabanza
cristiana” se han estado enriqueciendo y haciendo mercadería con la fe de los
creyentes a manos llenas, al vender no solo sus CD’s, videos, conciertos y mil
cosas más. Los mercachifles de la música cristiana andan buscando lo que
vende, y lo han encontrado. Todo aquello que apela a los sentidos, todo
aquello que eleva, que cautiva, que canta y le encanta al pueblo. Voces,
instrumentos musicales, estilos y todo lo que se vende y da grandes ganancias
es el propósito verdadero de sus diabólicos ministerios de la avaricia.
El culto de adoración al Dios Padre Todopoderoso y de alabanza a Su Hijo
Jesucristo ha dejado de darse a Dios y a Jesús, y de acuerdo a sus demandas,
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