Bajar en formato PDF - Ruinas Digitales

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El 3 de julio de 1954 el coronel
Castillo Armas entraba a la ciudad de
Guatemala tras derrocar, en beneficio
de la United Fruit Company, al
gobierno popular de Jacobo Arbenz.
Culminaba así una de las operaciones
más exitosas de las realizadas por la
CIA en la década de 1950, la primera
de una serie que incluiría posteriormente
los golpes en Brasil (1964),
Guyana ( 1965 ), República
Dominicana (1965) y el fiasco de
Bahía de los Cochinos (1961 ).
Intervinieron en la planificación y
en la realización del golpe de Castillo
Armas los protagonistas habituales:
un embajador de los Estados Unidos,
John PeurifQy, un Secretario para
Asunt os Latinoamericanos del
Departamento de Estado, Henry
Holland, un Subdirector de Planificación
de la CIA, Fred Wisner,
entre otros. Lo que resultó novedoso
en este caso fue la abierta participación
del aparato sindical
E DE LACIA
IERRO
norteamericano: desde los primeros.- -
meses de 1954 la AFL, y en menor
medida el CIO (las dos grandes
centrales sindicales de EE.UU. que
más tarde se unificaron en la AFL­
CIO), llevaron una activa campaña
de prensa denunciando la "infiltración
comunista" en el movimiento
obrero guatemalteco. Toda esa acti_vidad
fue dirigida por el entonces
representante de la AFL para
América latina, Serafín Ramualdi,
un personaje de larga trayectoria y
merecida mala fama.
Tan pronto la CIA puso a su títere
en el gobierno de Guatemala, una
comisión integrada por Ramualdi,
Raúl Valdivia (dirigente de la
Federación Cubana del Trabajo
controlada por Batista) y Daniel
Benedkt del CIO, corrió a prestar
ayuda en la reorganización de los
trabaja dores' 'liberados'' Teniendo en
cuenta que una de primeras medidas
del nuevo régimen fue anular
toda la legislación laboral que favorecía
a los obreros,no es de extrañar
MILITANCIA 9 P AG 34
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que la comisión haya tenido sus problemas
para explicar a la opinión /
norteamericana su forma de lucha
por la democracia. Entonces se puso
en marcha uno de los mecanismos
habituales de la política de los Estados
Unidos, simbolizada en su mismo
escudo nacional donde un águila tiene
en una garra un puñado de flechas y
en la otra garra una rama de olivo.
En las declaraciones públicas acerca
de Guatemala, las flechas las empuñó
Ramualdi y el olivo, Benedict.
Esa política de " discusión
democracia" y de "reconocimiento"
de los eventuales errores no impidió,
más bien al contrario, incitó a las
futuras intervenciones masivas del
aparato norteamericano en la vida
política latinoamericana. De esta
actividad, el ejemplo más dramático
del papel protagóníco del sindicalis­
mo infiltrado lo constituye el
derrocamiento del gobierno de Cheddi
Jagan en Guyana. En esa ocasión
laCIA actuó principalmente a través
de la AFL-CIO y de su sucursal, el
Instituto Americano para el Fomento
del Sindicalismo Libre.
Pero estos hechos no son más que'
las puntas visibles del gigantesco
iceberg que .es la infiltración nor­
teamericana en el movimiento
obrero latinoamericano. La AFL-CIO
cuenta con un formidable aparato de
relaciones exteriores y controla a la
Confederación Internacional de
Sindicatos Libres ( CISL). Pero
también mantiene estrechos lazos
orgánicos con la CIA, que han sido
reiteradamente denunciados a partir
de 1967. El Instituto Americano para
el Fomento del Sindicalismo Libre
fue creado por J. Lovestone en 1962.
Lovestone es uno de los personajes
principales de la escena sindical
norteamericana y se sabe que es
miembro de la CIA desde 1950.
Lovestone controla la actividad de
numerosos agentes en todo el mundo,
actividad ésta que no suele tomar
estado público, salvo en momentos de
particular euforia. Así, en un articulo
•
t\ Kloosterman lo lloraron sus compa-
ñeros