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" nacional-sindicalismo" fuera de
espacio y de tiempo, completamente
"ajeno al sentir nacional", como
dicen ellos.
El general Perón ha dado en uno de
su·s textos básicos, Conducción
Politica, algunas lineas que pueden
servir en esta etapa:
'' ... a menudo la gente quie1·e or·
ganizar una cosa que sirva para d'os:
como el sofá-cama, donde uno se
sienta mal y duerme peor. Hay que
organiza•· cada cosa para su finali·
dad ... "
El enfrentamiento interno, donde
avanza hoy el enemigo del pueblo,
dentro del movimiento. debe dar·se
adecuadamente, organizando a las
masas para contribuir politicamente
en la marci;Ia de Perón hacia el poder.
No puede haber como señaló
MILITANCIA en su anterior editorial,
PERON SIN PERONISMO. Es
insoportable percibir, en cualquier
grado que sea, una diferencia entre el
general y los cuadros del movimien­
to.
Y los combates contra los traidores
deben continuar, sin prisa y sin
pausas, " armoniosamente", sin
actuar como "apurados", pero sin
seguir regalando posiciones y objeti­
vos.
LA UNIDAD PELIGRA
Es urgente esa revisión táctica
porque por momentos está en peligro
la unidad del movimhmto. Perón no
desea marginar a nadie, pero si lo
desea la ' 'familia'', el gorilón Lastiri,
López Rega, Rucci, y los " invictos"
militares como Osinde e Iñiguez, dedicados
a organizar civiles, y a darles
armas. conformando una suerte de
milicias " antipopulares", en pt·evisión
de que a alquien se le ocurra
persistir con las milicias populares.
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•
Ellos si que pretenden terminar
con el activismo peronista, y en
particular con las formaciones especiales,
a pesar de que éstas no
operan en los últimos meses, porque
saben perfectamente que la única
garantía de seriedad en la revolución
peronista es el pueblo defendido por
sus organizaciones de masas y de
cuadros.
Es en este ámbito donde puede
causar grave daño la actividad de los
que se encuentran en la cúpula del
movimiento. cerca del general, como
es el caso antes señalado de la candi­
datura " kennedysta" de Isabel
Martinez, por una parte, y por la otra
la inactividad, o la actividad equi­
vocada, de la militancia peronista.
La situación es delicada, y si no se
actúa rápida y decididamente, corre
Oa·ganizarse en la movilización popular
Las manos sucias de la burocracia
peligro la unidad del mov·imiento, y
puede ocurrir una guerra total dentro
del mismo, lo que constituiría en
estos momentos, la guerra civil.
Se provoca reiteradamente a la
militancia, y se la amenaza encubiertamente,
con el "cuento del ERP",
desde la "Central de Inteligencia",
desde la presidencia del. gorilón
Lastiri, y desde la central de
operaciones de Ifiiguez y Osinde.
Fríamente, sin "apuros" hay que
hacer llegar al general Perón las
soluciones dé fondo, sin ponerlo a definir
situaciones que no le corresponden,
y, como se ha hecho con señala­
do éxito en tiempos recientes con el
valor de verdad que contiene siempre
en política la realidad de las batallas
ganadas, concretadas en hechos
consumados+
MILITANCIA 9 PAG 7
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