Caminalia - Extremambiente

especies ambas no comunes en la zona y que
ofrecen un toque de diversidad.
Al ir ganando altura (estamos ya rondando los
900 mts.), el castaño va progresivamente dando
paso al roble, el bosque pierde frondosidad, tanto
que permite a la luz tocar el suelo y casi sin darnos
cuenta tenemos a la vista el Puerto de Santa
Clara.
A esta altura, contemplamos ya una vista perfecta
de la ladera opuesta del valle. Sorprende
comprobar como sus condiciones son totalmente
opuestas a la que hemos transitado, totalmente
desforestada y poblada de bolos graníticos, con
un perfi l más abrupto y duro. Llegamos por fi n al
puerto, después de atravesar una vaguada cuyas
aguas, que se precipitan en una hermosa cascada,
alimentan el río de la Vega.
Una vez en el puerto (1024 mts..), a la derecha
queda la carretera que une S. Martín con el
pueblo salmantino de El Payo, y a la izquierda encontraremos
una cancela que da acceso a una
bella praderilla desde la que observamos hacia el
Oeste la inmensa mole del Jálama (1487 mts.),
hacia el Sur el bello valle del río de La Vega y ante
nosotros la ladera granítica por la que descenderemos.
El camino se encuentra jalonado de las
Sierra de Gata | 91
señales de PR (blancas y amarillas), con lo que
no tendremos ningún problema de orientación.
Sólo queda ya emprender el camino hacia
Eljas, atravesando “el Bosque” granítico, bordeando
el Teso de la Nave (1061 mts.) y suavemente, ir
perdiendo altura extasiados con la panorámica
del Castañar del Soto y el Jálama. En suave
descenso, llegaremos a un hermoso bosque de
robles, aterrazado y salpicado de enormes bolos
de caprichosas formas donde, tras una última y
acentuada bajada, llegaremos felizmente a Eljas.
En otoño la masa de hojas caídas puede
ocultar piedras o algún hoyo.
En el puerto es posible que ventee. Llevad
prevista una prenda de abrigo.
En el descenso, id pendientes de las
señales, hay frecuentes bifurcaciones e
intersecciones.
En esta zona posiblemente encontraréis
ganado suelto, os dejarán paso de manera
natural. No les ahuyentéis ni asustéis.