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D. RAMÓN CABRERA - Biblioteca Tomás Navarro Tomás

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cion llamaba gloriosa, que, rompiendo en mil perlazoa el trono de Isabel<br />

II, puso á España al borde del abismo. En tal estado, el partido<br />

carlista, levantóse enarbolando la insignia de guerra que hicieron tremolar<br />

los defensores del hermano de Fernando YI1. Don Garlos, conocido<br />

bajo el nombre de El Terso, publicó en París con fecha 30 de Junio<br />

de 1869, un manifiesto, en el cual alegaba sus derechos al trono de<br />

San Fernando y prometía adoptar con eficacia las reformas de los tiempos<br />

modernos, para constituir la felicidad de los españoles.<br />

jCabrera estaba encargado por don Carlos da la organización del<br />

partido carlista, y en efecto, aquel agrupaba elementos, para dar solución<br />

felü? á la causa que defendía. Estando aún en Inglaterra, ocupado<br />

©n la difícil tarea que le habian encomendado, cierto personaje de Madrid<br />

le preguntó por telégrafo:—«¿Qué hacéis? ¿Qué esperáis?—A lo que<br />

contestó:—nEspiTo el triunfo: hago sumas, mientras otros hacen restas.»<br />

—Esta respuesta revela el fastidio que en todo tiempo experimentó<br />

hacia los que aconsejan desde su casa y lejos de todo peligro, l& realización<br />

d(\ una empresa difícil, para después ceñir los laureles de la 'victoria,<br />

si no fracasa.<br />

Cabrera supo desde su retiro de Wentworth que don Carlos so preparaba<br />

á invadir el territorio español, de cuya circunstancia no tuvo<br />

conocimiento, pues los que le rodeaban creyeron oportuno ocultarlo al<br />

antiguo general carlista. Esto y el haberse informado Cabrera de erue<br />

ana nube de cortesanos sin merecimientos acosaban al pretendiente<br />

pidiendo honores y empleos, produjo tal disgusto en su ánimo, que no<br />

vaciló en manifestar su reprobación en estos terminaos: "|Gon qué derecho<br />

acusaremos de favoritismo á los liberales? ¿Con qué derecho diremos<br />

á los pueblos que el partido caruata llevará la economía á los presupuestos<br />

y salvará la Hacienda?»<br />

De ahí las causas poderosísimas que influyeron, en el alma de Cabrera,<br />

para renunciar la dirección de loa negocios políticos y militares del<br />

campo carlista. Otra circunstancia ruidosa motivó esta resolución.<br />

Don Carlos prometia en su manifestó á los españolea, un sistema<br />

cuasi constitucional, y Cabrera, educado en la escuela de la desgracia<br />

política, habia estudiado durante su largo ostracismo, los sistemas gu~<br />

bernativos que mejor pudieran convenir 4 su patria, con arreglo » las<br />

exigencias del siglo, dejando incólume la majestad del trono. En vista<br />

del indicado manifiesto que coincidía con las reformas por él proyectadas,<br />

dio á luz el célebre documento, que la prensa de todos las matices<br />

se apresuró á publicar, y que en resumen pondremos en conocimiento<br />

de nuestros lectores.<br />

1.° Unidad católica.<br />

2.° Independencia de la Iglesia en el ejercicio de su potestad espiritual:'<br />

j¡S"<br />

3.° Monarquía constitucional, con dos cámaras de Diputar<br />

nadorea. \\ r<br />

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