la Llama de Amor del Inmaculado Corazón de

Mt.5: 15-16. “Del mismo modo, procurad que vuestra luz brille
delante de la gente, para que, viendo el bien que hacéis,
alaben todos a vuestro Padre que está en el cielo”.
El ejemplo de una vida consagrada al Amor es poderoso porque
irradia la paz de Dios y el gozo de su Santo Espíritu. El
desierto hecho en las almas busca con ansia el beber de estas
Aguas, y no solo escuchar que se hable de ellas, sonando a los
oídos como el murmullo de algo lejano, inalcanzable e
imposible de poder apagar su sed o llenando de más tinieblas
cuando alguno dice una cosa pero hace lo contrario.
Rom.13, 11-14 “En todo esto tened en cuenta el tiempo en que
vivimos: que ya es hora de despertarnos del sueño. Porque
nuestra salvación está ahora más cerca que al principio,
cuando creímos en el mensaje. La noche está muy avanzada y se
acerca el día; por eso, dejemos de hacer las cosas propias de
la oscuridad y revistámonos de luz, como un soldado se reviste
de su armadura”.
Porque,
Lc.8: 16-17 “Nadie enciende una lámpara para taparla con una
olla o ponerla debajo de la cama, sino que la pone en alto
para que tengan luz los que entran. De la misma manera, no hay
nada escondido que no llegue a descubrirse ni nada secreto que
no llegue a conocerse y ponerse en claro”.
Jesús Dice, "Mi pequeña Vassula, diles que Mi Palabra es una
lámpara que alumbra y da su Luz a fin de que cada alma pueda
verme, sentirme y volver a Mí. ¿Ves? Yo deseo librarlos de
esta oscuridad que pesa tanto sobre este mundo. Yo os doy Mi
lámpara, para que la pongáis sobre un candelero y no debajo de
la cama." (Jesús - 28 de agosto, 1989)
Jesús Dice, “No me gustan los avaros del espíritu. Todo lo que
Yo doy a uno, es para todos”… Así, el que recibe la Palabra
que es la Luz del Mundo, debe ponerla en lo alto llevándola a
otros, para que sus pasos sean guiados por la Luz que los
ilumina hacia el Camino del Cielo. Las Leyes del Espíritu
16