Folleto JESUCRISTO ME DEJÓ INQUIETO - Pastoral Vocacional ...

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JESUCRISTO
ME DEJÓ
INQUIETO
Reflexiones sobre la VOCACIÓN ...
Sólo para jóvenes inquietos.
¡ NO
DIGAS
“NO”
A
DIOS !

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Yo era el muchacho más tranquilo del mundo. Era la
personificación de la tranquilidad.
Yo era un muchacho común, espectador educado y admirador
del equipo que ganara, aunque lleno de simpatía por
los perdedores. Yo sabía ganar y perder, sin perder más de lo
debido.
Si llovía, yo dejaba que el agua cayera.
si hacia sol, me dejaba calentar.
si hacia frío, dejaba que helara.
Si era primavera, dejaba que las flores crecieran.
Yo era el muchacho más tranquilo de la parroquia.
Todo estaba bien para mi, aún cuando no lo estuviese.
Nadie tenía alguna queja contra mi, pues yo era un muchacho
tranquilo y de paz.
Ciudadano calmado, sin manías, sin extremismos, sereno
y pacifico. si había miseria a mi alrededor, yo ayudaba un
poquito y luego me tranquilizaba, al saber que muy pocos hacían
lo que hacía yo. Definitivamente yo era un buen muchacho!
Si veía sufrir, yo aportaba mi ayuda por algún tiempo
y luego volvía a mi vidita particular, sin angustias y sin inquietudes.
Si a alguien veía llorando, yo le consolaba con palabras
paternalistas, que son las que la gente dice siempre al que
llora. Después seguía mi camino...
Yo era un muchacho bueno. No quiero decir que era el
mejor del mundo, pero tampoco de los peores!
No mataba ni robaba, y hasta, de vez en cuando, sentía
un nudo en la garganta, cuando iba a alguna fiesta y gastaba
más de lo necesario en golosinas...
¡Vaya vida! Yo me merecía un premio.
En una época de tanto egoísmo, yo era de verdad un
tipo leal y sincero. En un mundo de tanta neurosis, yo era un
sujeto calmado, que comunicaba paz. En una época de tanto
desinterés, yo era un muchacho que nunca dejaba de c u m p l i r
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3.* ¿Qué compromisos te invitan a tomar estas reflexiones?
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2.– Escribe las frases que más te han hecho pensar y
que te han impresionado más:
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sus obligaciones. Incluso rezaba todos los días, cosa que muy
pocos hacen!
Todo eso era yo: calmado, tranquilo, corriente, sabía
estar en mi lugar, incapaz de entrometerme en las vidas ajenas,
lleno de compasión paternal, buen vecino, buen amigo, buen
hijo, buen hermano, buen ciudadano... ¡Menuda vida! Yo me
merecía de verdad un buen premio, el premio Nóbel de la tranquilidad!
Justo entonces Jesús pasó por mi vida... y ya nunca
pude quedarme tranquilo!
Cuando Él pasa, o uno entra en SU VIDA, o se queda
sin ninguna vida...
Samuel no tenía experiencia de Dios, y la palabra del
Señor todavía no le había sido revelada.
Por tercera vez llamó el Señor: -"Samuel!"
Se levantó, fue donde Elí y le dijo: "Heme aquí, pues
me has llamado".
Comprendió Elí que era el Señor quien llamaba al mu
chacho, y le dijo a Samuel:"Vete a acostarte, y si te
llaman, dirás: "Habla, Señor, que tu siervo te escu
cha!".
Y Samuel fue a acostarse en su sitio.
Después entró el Señor y estando allí, llamó como las
otras veces: "Samuel! Samuel!"
Samuel respondió: "Habla, Señor, que tu siervo te es
cucha!" (Sam.3,7-10)
Dios me dijo un día: "Dame un poco de tu tiempo" .
Yo respondí: "Pero, Señor, si el tiempo que tengo
no basta ni para mi!"
Dios me repitió más fuerte: "Dame un poco de tu tiempo".
Y Yo respondí: "Pero, Señor, si no es por mala voluntad...
es que de veras no me sobra ni un minuto, es que tengo tanto
que hacer!".
Dios volvió a hablarme: "Dame un poco de tu tiempo".
Y yo respondí:" Señor, ya sé que debo reservar un poco de mi
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tiempo para lo que me pides; pero sucede que a veces no me
sobra nada para poder darte. Es muy difícil vivir, y a mi me
lleva todo el tiempo! No puedo dar mas de lo que ya estoy
dando...
Entonces Dios ya no me dijo nada más.
Y desde entonces descubrí que cuando Dios pide algo,
pide nuestra vida misma. Y si uno da solo un poco, Dios se
calla. El paso siguiente ha de ser cosa nuestra, porque a Dios
no le gusta el monólogo!
"vine a traer fuego a la tierra, ¡y cuánto desearía que ya estuviera
ardiendo!" (Jesús)
Y Dios volvió a hablar:
"El pueblo está necesitando un profeta. Tu, ¿vienes, o no?"
Y yo dije: "Iría, Señor; pero, ¡ya sabes! Andan por ahí matando
a los profetas, difamando su nombre, calumniando y armando
trampas para que caigan en descrédito. Además, todos
quieren que el profeta diga lo que a ellos les gusta... ¡Y yo no
logro afrontar semejante responsabilidad!"
Dios volvió a hablar: "Tú, ¿Vas a ir o no a la gente?"
Y yo dije: "Pero, Señor! La izquierda quiere que el profeta derrumbe
las estructuras; la derecha quiere un profeta que mantenga
el viejo orden; los políticos modernos quieren un profeta
que sea hábil y diplomático...Todos quieren a un profeta que
diga lo que les gusta oír, porque ellos mismos no tienen el valor
de hablar... Yo no tengo madera de profeta!... No sé hablar
en nombre de los cobardes. ¡Yo no quisiera ser profeta, Señor!
Y Dios volvió a quedarse en silencio.
Escribe tus reflexiones:
PARA TU REFLEXIÓN
1.* ¿Qué sentimientos te han suscitado estas paginas?
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JESUCRISTO ME INQUIETA.
Tengo rabia, y El me dice que debo perdonar.
Tengo miedo, y El me dice que debo arriesgarme.
Tengo dudas, y El me dice que debo creer.
Estoy angustiado, y El me dice que me tranquilice.
Siento pereza, y El me dice que debo continuar.
Tengo mis proyectos, y El me dice que debo aceptar los suyos.
Tengo propiedades, y El me dice que sea mendigo.
Tengo seguridades y El me dice que nada promete en esta vida.
Quiero vivir y El me dice que tengo que dar la vida.
Quiero ser bueno, y El me dice que no es suficiente.
Quiero mandar y El me dice que debo obedecer.
Quiero entender y El me dice que debo asimilar.
Quiero ser un Líder, y El me dice que debo servir.
Quiero claridad, y El me habla sólo por signos.
Quiero tranquilidad y El dice que vino a traer fuego e inquietud.
Quiero fuerza y El me habla de mansedumbre.
Quiero ser el mas grande y El me dice que debo ser el más pequeño.
Quiero permanecer anónimo, y El me dice que mi luz debe
permanecer encendida, para que todos la vean.
Quiero aparecer, y El me dice que debo rezar en secreto.
No entiendo sus caminos...
Jesús de Nazareth me confunde, me obliga a ser sincero,
auténtico, atrevido... a ser como El.
Luego de un tiempo, empecé a angustiarme, temiendo
que Dios se me vengara. Y me decía a mi mismo: "¡Qué va!
¡Es que me dejo impresionar!
¡Figúrate si Dios va a tomar represalias contra mi!... El es tan
bueno... Todos lo saben. si no lo logra conmigo, ya se las arreglara
para encontrar a otro profeta mejor que yo... que haga
lo que me pidió a mi... porque yo honestamente no me siento a
la altura de tanto trabajo y de semejante tarea, que me pide.
Pero, de vez en cuando, yo me encontraba con una
mirada de Dios, que fija y discretamente, me interrogaba mudamente,
corno quien espera ansiosamente una respuesta.
Fue cuando empecé a estar inquieto, nervioso, confuso,
sintiendo que no tenía otra salida que la de por lo menos fingir
estar de acuerdo con su idea. Yo aceptaría por ahora, mientras
Dios encontrara el profeta esperado.
Y empecé a fingir ser profeta.
Y fui a buscar a mi Señor: "Oye, Dios mío. Lleguemos
a un acuerdo. Yo no quiero ser profeta, y Tu en cambio necesi-
tas uno. No tengo madera de profeta, y a Ti te sirve uno que la
tenga.
Corno me doy perfectamente cuenta de la falta de profetas
en el mundo de hoy, encuentro que no es justo que yo me
niegue a colaborar.
Te propongo, por lo tanto, que el Señor se digne en
nombrarme profeta provisional. Seré un profeta solo por ahora,
hasta que encuentres al hombre indicado, que reúna todas
las cualidades que debe tener un verdadero profeta."
Dios no me dijo nada. ¡Se calló otra vez!
A la mañana siguiente decidí probar mi capacidad
profética.
"¡Óyeme, pueblo! He venido a decir unas cosas importantes:
pero, ojo con querer proclamarme profeta! Yo estoy
aquí reemplazando, hasta que llegue el profeta que ustedes esperan.
Así, que escuchen bien lo que les voy a decir; pero cui-
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dado luego con venir tras de mi, pidiendo milagros y favores,
que yo no soy el verdadero profeta."
El pueblo no se resistió. Se quedó oyendo atentamente...Y
yo me quedé hablando... De vez en cuando hacia una
pausa y miraba a Dios diciéndole despacito: "¿Qué tal? ¿Era
esto lo que querías? ¿Me estoy portando bien con el pueblo?"
Pero El no decía nada.
Y yo seguía: "Son raza de víboras. No hacen las cosas bien y
cuando se ven en aprietos por su propia testarudez, se quedan
rezando y pidiendo a Dios un profeta... para que haga lo que
ustedes por cobardía no quieren hacer. Se han dejado oprimir,
esclavizar, explotar, sin reaccionar nunca. ¡Y luego se quejan
ante Dios de que El los ha abandonado y claman un mesías
libertador! Si en verdad quieren un mesías, búsquenlo en el
lugar apropiado. ¡Hace ya mucho que anda en medio de ustedes!
Su nombre es Jesús de Nazareth.
¿Por qué no lo buscan? ¿por qué no lo escuchan? En vez de
esto, se quedan exigiendo que los profetas griten al mundo lo
que ustedes no tienen el valor de gritar."
Y la gente aplaudía y se reía a carcajadas.
Decía: "Este sí que es original! ¡Fenomenal! Dice las cosas a
la cara, sin miedo a quedarse con la palabra en la boca. Es un
hombre diferente. Este de verdad va a ser el Mesías...
Y yo contestaba:" ¿Han oído bien lo que les dije? ¡Yo no
soy un profeta! Me niego a ser profeta! Yo no tengo madera de
profeta. Yo sirvo a Dios a mi manera. Yo soy una persona normal
y corriente, pacifica y buen cristiano; Lo que estoy haciendo
es solo una prueba...
Fue precisamente entonces, cuando Dios me reprendió:
ALMA INQUIETA Y CORAZÓN FELIZ
Cuando Dios me llamó, no me prometi6 tranquilidad,
no me prometió que resolvería todos mis problemas, no dijo
que con El la vida me sería más fácil,
no me aseguró la felicidad a precios módicos,
no me dijo que solucionaría todos mis embrollos,
no se ofreció en corregir todos mis defectos,
no dijo que aplastaría a todos mis enemigos,
no habló de ahorrarme humillaciones,
no me aseguró queme libraría de las tentaciones,
no me prometió de alejar de mi el dolor y amarguras...
Lo que me dijo fue:
"¡VEN Y SÍGUEME! ¿YO ESTARÉ CONTIGO!"
Por eso no espero que Dios haga por mi lo que yo debo
hacer.
No espero que Dios me recompense con plenitud por
algo que es mi deber realizar.
Soy un siervo inútil.
El Padre recompensa a quién quiere, como quiere y
cuando quiere, y con cuanto quiere.
A mi me encanta servirle.
Sólo espero que Dios me acepte como he sido hasta hoy:
un hombre de alma inquieta, pero de corazón feliz.
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Con Dios el lenguaje es “¡Si, Si; no, no!”
iQUE ES LO QUE POSEES, QUE NO PUEDAS DAR?
Tu Dios te pide algo. ¡Y le dices que No! Pero...
¿Qué es lo que posees, que no puedas dar con un pequeño
esfuerzo?
Entre lo bienes que Dios te ha dado, ¿Qué es lo que
posees de tan precioso y de lo que no puedes despojarte?
¿Qué es tan tuyo que no quieras devolverlo al Dios que
te lo prestó?
¿Una casa? ¿Un sueldo? ¿Un empleo? ¿Una joya? ¿Un
amor humano? ¿Padre y Madre? ¿Un novio o una novia? ¿Un
apellido? ¿Una carrera?
Aceptarías que alguien te quitase todo eso, como a Job
y..., como Job, seguir creyendo?
¿Podrías vivir lejos de esos bienes y de esa gente, si
fuera necesario, por amor?
¿Aceptarías sufrir la falta de todo eso, por un bien más
grande, que pocos comprenderían?
¿Serias capaz de vivir para Dios y para los pobres?
¿Para los jóvenes y para dar amor a los que no tienen
amor?..
¿Qué es lo que tienes, que no puedas dar?
"¿Cuando acabarás de autocompadecerte? ¡Hasta ahora has
hab1ado sólo de ti mismo! ¿Qué tal si ahora empiezas a hab-
1ar siquiera un poquito de Mi? ¡Ve, y di1es que 1es amo!".
Pero yo respondí impaciente: "Ya te dije que no tengo
madera de profeta... ¿por qué me llamaste propio a mi, Señor?"
Pero Dios volvió a reprenderme:
"¿Y quién dijo que es necesario tener madera de profeta?
¿Es que has visto alguien alguna vez que ame por decreto
o ley? si amas, no hace falta nada más. Entonces, ¿Vienes o
no? ¿Vas o no?"
Y de nuevo bajó un gran silencio entre los dos. Fue entonces
cuando, no teniendo otra alternativa, empecé a ser profeta
de verdad.
De este modo, una tarde cualquiera, yo, un muchacho
bueno, pero mediocre, pacífico, pero pasivo, tranquilo, pero
insignificante... se convirtió en un profeta.
¡YO! yo que soy un desconocido e insignificante ciudadano
de este planeta llamado tierra... yo que soy un cualquier
muchacho nacido veinte siglos después de Jesús... tuve
que responder a Dios, que insistentemente me llamaba, con su
silencio, con suavidad. ..
Tuve que responderle : "AQUI ESTOY SENOR!"
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PARA TU REFLEXION:
1.* ¿Crees que Dios llama y escoge a los que tienen "madera
de profeta" para anunciar su mensaje? ¿por qué?
2.* Cuando nos sentimos llamados por Dios, siempre nos da
miedo o encontramos mil excusas para no comprometernos
con Él... ¿A qué crees se deba esto?
3.* Estas reflexiones, te llevan a un compromiso concreto?
¿Cual?
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UNA VOZ EN MI INTERIOR
Una voz en mi interior me dice: "Te necesito."
Una voz fuera de mi me dice: "No haces falta."
Una voz dentro de mi me dice:
"Te elegí para que seas mi amigo."
Una voz de afuera me dice:
"No tengas ilusiones. El tiene otros amigos!"
Una voz interna me habla y me dice:
"El mundo se siente huérfano"
Una voz exterior me dice:
"El mundo ya está grandecito para necesitar un
padre!"
Una voz interior me dice:
"¡Eres libre! ¡La decisión es tuya!"
La voz de afuera calla... ¡Ella sabe que no puede afirmar lo
mismo!
EXISTE UN DIOS QUE ME LLAMA
Existe un Dios que me llama. Nunca oí su voz; jamás ví su
rostro; nunca veo sus ojos, tampoco sus manos. Pero hay un
Dios que me llama.
Lo percibo todos los días, a veces por la mañana, a veces
por la tarde, a veces por la noche, a veces durante el día
entero, y por largas semanas.
Después hace silencio, pero cuando pienso que todo
esta terminado, de pronto, El regresa.
Y vuelvo a sentirme llamado, sin oír jamás su voz,
sin nunca verle su rostro,
sin contemplar jamás aquellos ojos
y sin querer saber si hace gestos.
Nunca lo he visto. Tengo de él una pálida idea,
LA DECISIÓN ES TUYA.
Cuando Dios te llama, no te conviene, ni deberías , ni
necesitas responder, si tu respuesta ha de ser dada con rabia,
con miedo, o con displicencia.
Cuando tu Dios te llama, es mejor que no respondas,
si tu respuesta será dada entre rezongos, quejas y rechinar de
dientes.
Cuando tu Dios te llama, es mejor que no respondas, si
todo lo que sabes decir es:...pero..., sin embargo..., mientras
que...
o lo haces sin condiciones, o es mejor que no respondas!
Si El dice que lo es todo, ¡Lo es todo!
Si El dice que es renuncia, ¡Es renuncia!
Si El dice que es muerte, ¡Es muerte!
Si El dice que es martirio, ¡Es martirio!
No introduzcas tu versión más blanda,
si no su llamado deja de ser de él,
para convertirse en un deseo tuyo.
¡Pero la decisión es tuya!
Cuando tu Dios te llama, es ¡Si o No!
Y si tu Si no es con completa disponibilidad y generosidad,
¡será como si hubieses dicho que no!
¡Con todo, la decisión es tuya!
Tu Dios sólo no quiere que aceptes con rabia...
¡Pero la decisión es tuya! ¡Solamente tuya...!
Cuando no dices ni Sí, ni No, cuando respondes que
"Quizás... tal vez ..., quién sabe. . . " EN REALIDAD, ESTAS
DICIENDO QUE NO.
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Y DIOS ME HABLO OTRA VEZ
Y Dios me hablo otra vez.
"Mira- me dijo- ¿Estás contento de cómo camina el
mundo?". Y me llevó adentro de Su corazón, donde se guardan
los afectos más secretos, donde se almacenan las lagrimas.
Vi a un sinnúmero de niños hambrientos, de pan y de
Dios. "Yo los amo", me dijo.
Vi a un montón de jóvenes desconcertados. "Yo los
amo", me dijo.
Sin rumbo, sin brújula, vi a muchos hombres, en búsqueda
de verdad, de paz, de amor, de Dios...
"Yo los amo"- me dijo.
Vi muchos rostros: blancos, morenos, negros, mestizos,
amarillos... curtidos, con sus ojos hambrientos y su alma
en espera... "Yo los amo"- me dijo.
Luego calló. Solo me miró y sentí su palabra derecha
al corazón: "¿No quieres ayudarme a poner un poco de esperanza
en e1 mundo? ¿No quieres llevar mi Amor en e1 corazón
de los que están solos y perdidos? Te di manos para
actuar, te di pies para andar, Te di capacidades suficientes
para SERVIR... ¿Qué piensas hacer?"
Dios me volvió a hablar. Para llamarme otra vez.
"¿QUIERES...? ¡VEN Y SÍGUEME!"
¡imagen, ¡ninguna! Sé que se parece a nada; y que nada se parece
a El. Sé que no habla como nosotros, no escucha como
nosotros, no ve como nosotros, no hace gestos, ni actúa como
nosotros.
Pero lo siento presente, llamando... llamando.. llamando.
. .
Diciéndome que soy todo suyo!
YO TENIA UN PLAN DE VIDA
Sucede que yo tenía un plan...
¡Pero no tuve tiempo de contárselo a nadie!
El llamado fue tan fuerte, tan insistente, ¡que ni siquiera
pude hablar sobre mi proyecto!
¡Yo tenia un plan de vida! ¡Todo estaba previsto!
Pero el Señor Jesucristo tenía su plan también.
En mi mente atrevida yo fabricaba castillos;
no aceptaba consejos, no consultaba a nadie.
Pero, El se acercó suavemente, colocó flechas en la
ruta, y enderezó mi camino.
No fue solamente un sueño, ni una idea cualquiera;
fue un llamado incesante, insistente, constante, que me
hizo decir que sí... que sí... que sí...
que sí, al plan de Dios;
que no, al plan que yo tenía.
Y ahora, después de este sí, después de este no...
¡Yo comprendo!...Si, yo comprendo...
¡EXISTE UN DIOS QUE ME LLAMA!
que me necesita, que cuenta conmigo.
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10
No me preguntes cómo, dónde, cuando y por qué.
¡No sabría responder! Lo que sé es lo que dije;
Existe un Dios que me llama, desde niño.
¡EXISTE UN DIOS QUE ME LLAMA¡
DIOS SIMPLEMENTE ME LLAMÓ
No me hizo firmar ningún papel.
No me sometió a ningún test de madurez.
No me analizó en ningún diván.
Solo me miró profundamente, llegó a mi corazón,
y me dijo: "Ven. Te necesito."
Dios no me dijo: "Agustín. Ven aquí. De ahora en adelante
serás mi sacerdote".
Dios no dijo a Jorge: "Jorge, Ven aquí. De ahora en
adelante serás mi Jorge.
Tampoco les dijo a Carmen, a Graciela, o a Silvia:
"Carmen, ven aquí! De ahora en adelante serán Hermana Carmen,
Hermana Silvia, Hermana Graciela.
¿Sabes lo que dijo? ¡Nada!
Me fue rodeando, conduciendo, y de pronto... tuve la
impresión de que me llamaba por mi nombre.
No oí nada, pero sentía que estaba hablando conmigo.
Traté de pensar que se trataba de otro Agustín.
Pero me estaba hablando a mi.
Así sucedió con Jorge, con Adelio, con Livio, con Carmen,
con Sara, con Martha... y con todos aquellos que conoces.
Ninguno de nosotros lo oyó con los oídos.
Pero era El. Y no era un llamado general.
Era específico. Personal. Individual.
El Dios que llama por el nombre quiere una respuesta.
¡Verás, que ya comenzó a llamarte!
¡Verás, que ya estás siendo llamado!
Nunca se sabe cuando comienza.
Lo que sé es que no es bueno fingir que entendemos.
Peor es hacerse el sordomudo...
El Dios que llama por nombre ya te miró.
¡NO LE DIGAS QUE NO...!
Por favor, NO LE DIGAS QUE NO!
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