14.05.2013 Views

y cuentos en verso - Biblioteca Tomás Navarro Tomás

y cuentos en verso - Biblioteca Tomás Navarro Tomás

y cuentos en verso - Biblioteca Tomás Navarro Tomás

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

JUNTA PARA AMPLIACIÓN<br />

C*^> DE ESTUDIOS<br />

INSTITUTO ESCUELA<br />

BIBLIOTECA LITERARIA DEL<br />

ESTUDIANTE §%¿ I g%¿<br />

FÁBULAS<br />

"1TCUENTOS<br />

EN VERSO


FÁBULAS Y CUENTOS<br />

EN VERSO


BIBLIOTECA LITERARIA DEL ESTUDIANTE<br />

D I R I G I D A P O R R A M Ó N M E N É N D E Z P I D A L<br />

TOMO I<br />

FÁBULAS<br />

Y CUENTOS<br />

EN VERSO<br />

SELECCIÓN, NOTAS Y GLOSARIO<br />

POR<br />

MARÍA GOYRI DE MENENDEZ PIDAL \ y<br />

Dibujos de F. Marco.<br />

SECUNDA EDICIÓN<br />

MADRID, MCMXXXIII<br />

I N S T I T U T O — E S C U E L A<br />

J U N T A P A R A A M P L I A C I Ó N D E E S T U D I O S


TIPOGRAFÍA DE ARCHIVOS. OLÓZAGA,


ADVERTENCIA DE LA PRIMERA EDICIÓN<br />

LOS CLÁSICOS EN LA ENSEÑANZA<br />

Hace tiempo que el Instituto-Escuela tropieza<br />

con bastantes inconv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes para que<br />

las lecturas literarias de sus alumnos sean<br />

todo lo ext<strong>en</strong>sas y variadas que es m<strong>en</strong>ester;<br />

la misma dificultad tocarán, <strong>en</strong> más o m<strong>en</strong>os<br />

grado, todos los profesores que se dedican a<br />

la <strong>en</strong>señanza de la l<strong>en</strong>gua y de la literatura<br />

españolas <strong>en</strong> sus primeros grados.<br />

Cierto que abundan las colecciones de trozos<br />

escogidos y que éstas cumpl<strong>en</strong> un importante<br />

fin pedagógico, sirvi<strong>en</strong>do para el exam<strong>en</strong><br />

<strong>en</strong> detalle de muy diversas cuestiones<br />

gramaticales o artísticas, pero no satisfac<strong>en</strong><br />

la necesidad que el estudiante ti<strong>en</strong>e de conocer<br />

y apreciar el conjunto mismo de la obra<br />

a que pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> esos trozos.<br />

Y para ese conocimi<strong>en</strong>to de conjunto faltan<br />

los medios. El estudiante podría quizá<br />

VII


ADVERTENCIA<br />

remediarse asisti<strong>en</strong>do a una biblioteca; pero<br />

ésta, <strong>en</strong> muchas partes no existe, o no está<br />

sufici<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te dotada; <strong>en</strong> otras ocasiones, la<br />

índole o la ext<strong>en</strong>sión de muchas obras que<br />

pued<strong>en</strong> hallarse <strong>en</strong> bibliotecas excede a la<br />

compr<strong>en</strong>sión o capacidad propias de los primeros<br />

años de trabajo; y, <strong>en</strong> todo caso, si el<br />

lector puede t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> su mesa las obras que<br />

debe conocer, logrará siempre ganar mayor<br />

familiaridad con ellas. Es, pues, muy conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te<br />

<strong>en</strong>tregar al más fácil manejo del estudiante<br />

una colección literaria de las obras<br />

principales que por él deb<strong>en</strong> ser conocidas.<br />

Por eso trabajamos hace tiempo <strong>en</strong> formar<br />

esta <strong>Biblioteca</strong> que ahora sale a luz y para<br />

la cual se hallan ya preparados gran parte de<br />

los textos, esperando mant<strong>en</strong>er continuidad y<br />

rapidez <strong>en</strong> la publicación. No excluiremos <strong>en</strong>teram<strong>en</strong>te<br />

de ella algunos extractos fragm<strong>en</strong>tarios,<br />

como los de las antologías; pero serán<br />

ext<strong>en</strong>sos y pocos. En g<strong>en</strong>eral se incluy<strong>en</strong> producciones<br />

literarias tomadas <strong>en</strong> su conjunto.<br />

Claro es, sin embargo, que muchas de las<br />

obras incluidas ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que ser acortadas a fin<br />

de que, descartado lo excesivo o inconv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te,<br />

se haga su lectura fácil y llana para cualquier<br />

jov<strong>en</strong> que no se haya de especializar <strong>en</strong><br />

la literatura. La tarea, como bi<strong>en</strong> se compr<strong>en</strong>de,<br />

es delicada <strong>en</strong> extremo, sobre todo tratándose<br />

de obras de ext<strong>en</strong>sión considerable, como<br />

VIII


ADVERTENCIA<br />

el Amadis, donde lo que se suprime es muchísimo<br />

más de lo que se conserva. Pero al<br />

eliminar trozos de cualquier composición se<br />

ha puesto todo cuidado y empeño <strong>en</strong> conservar<br />

tanto el p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to fundam<strong>en</strong>tal del autor<br />

como los pasajes principales <strong>en</strong> que ese<br />

p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to se manifiesta. También nos hemos<br />

prohibido alterar irrespetuosam<strong>en</strong>te los<br />

textos y huímos de acortarlos con supresiones<br />

m<strong>en</strong>udas y frecu<strong>en</strong>tes que desfiguran el<br />

estilo del autor, cosas ambas que hemos s<strong>en</strong>tido<br />

intolerables <strong>en</strong> algún <strong>en</strong>sayo de reducción<br />

que se ha publicado, por ejemplo, del Quijote.<br />

Proponiéndose la pres<strong>en</strong>te colección servir<br />

a una iniciación literaria bastante ext<strong>en</strong>sa, incluye<br />

piezas de muy di<strong>verso</strong> carácter: junto<br />

a las obras maestras, otras de di<strong>verso</strong> valor<br />

artístico o histórico, <strong>en</strong>tre ellas algunas demasiado<br />

olvidadas (esperamos que <strong>en</strong> los jóv<strong>en</strong>es<br />

lectores podrá revivir fácilm<strong>en</strong>te mucho<br />

del interés av<strong>en</strong>turero que <strong>en</strong>cierran los<br />

Historiadores de Indias), llegando hasta un<br />

Cancionero musical compuesto principalm<strong>en</strong>te<br />

de cantos tradicionales. Incluímos también<br />

autores americanos. Dada la amplitud del<br />

propósito, lo reducido del espacio que nos hemos<br />

impuesto y las <strong>en</strong>contradas razones que<br />

pued<strong>en</strong> abogar por la inclusión o exclusión<br />

de una obra, se compr<strong>en</strong>de que la selección<br />

ti<strong>en</strong>e que ser discutible y expuesta a inevita-<br />

IX


A OVERTENClA<br />

bles omisiones; especialm<strong>en</strong>te se notarán éstas<br />

<strong>en</strong> los autores más reci<strong>en</strong>tes, pues aquí la<br />

falta es siempre m<strong>en</strong>os s<strong>en</strong>sible, por hallarse<br />

los libros modernos más al alcance de todos.<br />

Otros notarán más bi<strong>en</strong> cierto exceso <strong>en</strong><br />

la Colección, sobre todo p<strong>en</strong>sando que, para<br />

los comi<strong>en</strong>zos del estudio, varias de las obras<br />

aquí incluidas exced<strong>en</strong> a la intelig<strong>en</strong>cia y al<br />

gusto de un muchacho <strong>en</strong> los primeros años<br />

de su estudio. Pero nunca se t<strong>en</strong>drá bastante<br />

<strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta que el apr<strong>en</strong>dizaje de un niño, y,<br />

por último, de un hombre también, se hace<br />

siempre a fuerza de percibir incompletam<strong>en</strong>te<br />

aquellas cosas que sobrqiasan la compr<strong>en</strong>sión<br />

del instante y que esperan tiempo v<strong>en</strong>idero<br />

para ser asimiladas de un modo más<br />

perfecto, ora con la conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te repetición,<br />

ora sin ella. No de otro modo el niño apr<strong>en</strong>de<br />

el l<strong>en</strong>guaje: sin darse él cu<strong>en</strong>ta ap<strong>en</strong>as de que<br />

tropieza <strong>en</strong> palabras ininteligibles, llegan éstas<br />

a iluminársele con pl<strong>en</strong>a compr<strong>en</strong>sibilidad.<br />

Pero evid<strong>en</strong>te es que no todas las obras<br />

aquí publicadas son para la edad primera.<br />

Como hay que abominar <strong>en</strong> la <strong>en</strong>señanza del<br />

l<strong>en</strong>guaje excesivam<strong>en</strong>te incompr<strong>en</strong>sible, hay<br />

que evitar la lectura de aquello <strong>en</strong> que las<br />

dificultades se hagan notar demasiado.<br />

Para que pueda esquivarse tal escollo, esta<br />

<strong>Biblioteca</strong> ha procurado dos cosas. Primeram<strong>en</strong>te<br />

trata de incluir aquellas principales<br />

x


'"" €23 ~~<br />

ADV ERT EXC I A<br />

obras maestras cuyo conocimi<strong>en</strong>to es más<br />

urg<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la historia de nuestras letras. En<br />

segundo lugar ha de incluir ciertas obras que<br />

por su s<strong>en</strong>cillez y carácter elem<strong>en</strong>tal cuadran<br />

a los primeros años de la vida y de los estudios<br />

mejor que otras obras de mayor significación<br />

y alcance artístico; pero aún esas<br />

obras han sido escogidas <strong>en</strong>tre las que ti<strong>en</strong><strong>en</strong><br />

por sí un positivo valor histórico. Véase, por<br />

ejemplo, cómo se puede <strong>en</strong>sanchar el habitual<br />

campo de las Fábulas incluy<strong>en</strong>do <strong>en</strong> él nombres<br />

de muy altos autores-<br />

Reuni<strong>en</strong>do estas dos clases de material, la<br />

pres<strong>en</strong>te <strong>Biblioteca</strong> trata de incluir <strong>en</strong> treinta<br />

tomitos las obras cuyo conocimi<strong>en</strong>to nos parece<br />

más es<strong>en</strong>cial o más oportuno <strong>en</strong> los primeros<br />

años de la <strong>en</strong>señanza, ord<strong>en</strong>ándolas<br />

bajo el doble método de géneros y épocas,<br />

para que el conjunto pueda con facilidad ser<br />

<strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido históricam<strong>en</strong>te. Así los treinta volúm<strong>en</strong>es<br />

están formados obedeci<strong>en</strong>do a un canon<br />

literario, a un catálogo previam<strong>en</strong>te establecido,<br />

de aquellas obras mejores que el<br />

estudiante debe frecu<strong>en</strong>tar <strong>en</strong> el comi<strong>en</strong>zo de<br />

sus estudios para adquirir los fundam<strong>en</strong>tos<br />

de su cultura tradicional hispánica.<br />

Desea esta <strong>Biblioteca</strong> ser parte <strong>en</strong> aminorar<br />

el caso tan frecu<strong>en</strong>te de los que se educaron<br />

<strong>en</strong> la más cerrada ignorancia de nuestra<br />

vida artística pasada y vivieron, y aun escri-<br />

XI


""* CT<br />

A D VER TEN CÍA<br />

bieron, ora v<strong>en</strong>erando meros fantasmas de<br />

los nombres famosos que alegran su oído<br />

como una charanga estrepitosa, ora despreciándolos<br />

por apaciguar el disgusto de ignorarlos<br />

o el sinsabor de haber descubierto demasiado<br />

tarde figuras que debiera haber conocido<br />

antes y con mayor preparación para<br />

compr<strong>en</strong>derlas.<br />

Pero es necesario advertir muy <strong>en</strong>carecidam<strong>en</strong>te<br />

que esta amplia ori<strong>en</strong>tación histórica,<br />

que consideramos base precisa de la educación<br />

literaria, no ha de aspirar nunca a la<br />

imitación de los autores estudiados, cosa pueril<br />

y funesta. La abundancia misma y la gran<br />

disparidad de los textos aquí reunidos indican<br />

bi<strong>en</strong> claro que esta <strong>Biblioteca</strong> no se propone<br />

dar modelos para la imitación que cohiban<br />

la nativa frescura del que los estudia,<br />

sino que se propone algo más elevado y efici<strong>en</strong>te:<br />

quiere <strong>en</strong>trañar los principales productos<br />

literarios <strong>en</strong> la intelig<strong>en</strong>cia del lector<br />

asiduo, para que el p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to y el l<strong>en</strong>guaje<br />

de éste se <strong>en</strong>riquezcan, y, des<strong>en</strong>volviéndose<br />

con fuerte arraigo <strong>en</strong> la tradición, tom<strong>en</strong><br />

como punto de partida el pasado a fin de poder<br />

proseguir la línea de progreso que la tradición<br />

señala hacia lo por v<strong>en</strong>ir.<br />

Una espontaneidad ing<strong>en</strong>ua y despreciadora<br />

de toda tradición convertiría la producción<br />

literaria de cada día <strong>en</strong> flor efímera y sin se-<br />

XII


ADVERTENCIA<br />

milla. El ideario y el l<strong>en</strong>guaje de cada g<strong>en</strong>eración<br />

serían como un apos<strong>en</strong>to cerrado, oscuro<br />

y malsano, tan sin v<strong>en</strong>tanas por donde <strong>en</strong>trase<br />

la luz de las g<strong>en</strong>eraciones de ayer como<br />

sin puertas para salir a las g<strong>en</strong>eraciones de<br />

mañana, despreciadoras también a su vez del<br />

pasado. Y no vale asegurar que la perfecta<br />

ignorancia de la tradición es prácticam<strong>en</strong>te<br />

imposible. Una ing<strong>en</strong>uidad abandonada a<br />

aquellas impresiones tradicionales más cercanas<br />

o que como a la desbandada y a más no<br />

poder se <strong>en</strong>tran por los resquicios, no producirá<br />

por lo común sino abortos sin completa<br />

gestación; estará siempre expuesta <strong>en</strong> máximo<br />

grado a ser presa incauta de cualquier<br />

bajo éxito del mom<strong>en</strong>to, que se le pres<strong>en</strong>te con<br />

aureola de novedad. Sólo cuando las impresiones<br />

tradicionales se hac<strong>en</strong> d<strong>en</strong>sas y muy variadas,<br />

la espontaneidad está <strong>en</strong>tre ellas más<br />

segura de poder madurar <strong>en</strong> sí misma sus frutos<br />

mejores, mejor nutridos por más hondas<br />

raíces.<br />

Abril 1922.<br />

La difusión y reimpresiones de los volúm<strong>en</strong>es<br />

de esta <strong>Biblioteca</strong> indican la utilidad de<br />

la misma. Aunque ella no pret<strong>en</strong>de dar a la escuela<br />

y a la segunda <strong>en</strong>señanza todos los libros<br />

de lectura necesarios, da una gran parte,<br />

XIII


» * * * *<br />

A D VERTBNCIA<br />

que cada profesor, según su aptitud y gusto,<br />

escoge para las diversas edades de los alumnos.<br />

La mayoría de los tomos han t<strong>en</strong>ido su<br />

aplicación principal <strong>en</strong> la <strong>en</strong>señanza secundaria,<br />

pero también algunos han servido para<br />

la primaria.<br />

Se discute reiteradam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> pro o <strong>en</strong> contra<br />

de la conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>cia de leer <strong>en</strong> las escuelas<br />

los autores clásicos de una literatura<br />

y jamás la cuestión podrá ser resuelta <strong>en</strong><br />

g<strong>en</strong>eral, sino para cada caso pedagógico, <strong>en</strong><br />

vista sobre todo de cómo el maestro haga la<br />

lectura, atinando o no a dirigir la mirada del<br />

niño hacia alguna de las difer<strong>en</strong>tes zonas de<br />

interés que la obra clásica pres<strong>en</strong>ta. Por mi<br />

parte, sin pret<strong>en</strong>der impertin<strong>en</strong>te echar aquí<br />

mi cuarto a espadas <strong>en</strong>tre los pedagogos,<br />

me parece claro que para todas las varias edades<br />

de la vida existe <strong>en</strong> la obra clásica un atractivo<br />

especial, más especial y más apropiado<br />

cuanto la obra es más grande. Cervantes nos<br />

declara que esto sucedió así respecto de su<br />

novela, desde su aparición: "los niños la manosean,<br />

los mozos la le<strong>en</strong>, los hombres la <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong><br />

y los viejos la celebran", y estas palabras<br />

hallan emin<strong>en</strong>te com<strong>en</strong>tario <strong>en</strong> aquellas<br />

otras donde Enrique Heine nos dice que el primer<br />

libro leído por él <strong>en</strong> la niñez, <strong>en</strong> cuanto<br />

XIV


ADV ERTEN CI A<br />

supo leer de corrido, fué el Quijote, y nos descubre<br />

(y esto ti<strong>en</strong>e importancia capital) cómo<br />

la vehem<strong>en</strong>te impresión <strong>en</strong>tonces recibida, lejos<br />

de apagar su admiración ulterior, tuvo virtud<br />

para llevarle a releer las av<strong>en</strong>turas del<br />

Ing<strong>en</strong>ioso Hidalgo <strong>en</strong> todas las etapas de la<br />

vida, y para hacerle experim<strong>en</strong>tar <strong>en</strong> cada nueva<br />

lectura las reacciones más substancialm<strong>en</strong>te<br />

diversas. Lo que importa es que el maestro<br />

<strong>en</strong>ti<strong>en</strong>da de estas varias reacciones; lo que hace<br />

falta es que sepa recobrar su alma infantil<br />

fr<strong>en</strong>te a la obra que hace leer a los chicos y<br />

acierte a sacar de lo que lee los tesoros de juguete<br />

oportunos para ofrecer a sus pequeños<br />

huéspedes de clase.<br />

Las materias de la física, de la geografía o<br />

de la historia ti<strong>en</strong><strong>en</strong> su <strong>en</strong>señanza cíclica desde<br />

los primeros años de la escuela; las principales<br />

obras maestras de una literatura deb<strong>en</strong><br />

t<strong>en</strong>er también sus ciclos de exposición, desde<br />

la infancia del alumno.<br />

Febrero 1933.<br />

R. MENÉNDEZ PIDAL.<br />

XV


RAMÓN DE BASTERRA<br />

í 1928.<br />

E L A V I Ó N Y E L M O L I N O<br />

Vio el avión, sumergi<strong>en</strong>do la mirada,<br />

anclado <strong>en</strong> el arroyo<br />

al molino.<br />

—Pudi<strong>en</strong>do aquí saciarte de azul tierno,<br />

¿cómo giras las ;:spas <strong>en</strong> un hoyo?<br />

—¿ Cómo lic<strong>en</strong>cias tú los brazos<br />

que pudi<strong>en</strong>do moler juegan sin uso?<br />

—Con lo que tú amontonas para Marta,<br />

yo viajo.<br />

—Tu vagar de María es mi fa<strong>en</strong>a blanca.<br />

Mueve tu vida indifer<strong>en</strong>te al cargo,<br />

seas avión, seas molino.


RAFAEL POMBO<br />

Bogotá (Colombia), 1834; t 1912.<br />

E L P I N Z Ó N Y L A U R R A C A<br />

—Enséñame una canción<br />

—dijo la urraca habladora<br />

al gayo y diestro pinzón<br />

que saludaba a la aurora.<br />

—-¿ A ti ? —repuso éste—. ¡ Vaya!<br />

No te burlarás de mí;<br />

a pájaros de tu laya<br />

¿quién pudo <strong>en</strong>señarles, di?<br />

—¿Y por qué? —Porque es preciso<br />

para apr<strong>en</strong>der, escuchar,<br />

y un charlatán nunca quiso<br />

dejar hablar, sino hablar.


POMBO<br />

E L S O L Y E L P O L V O<br />

Alzándose un furioso torbellino<br />

eclipsó el polvo al sol,<br />

y gritóle por mofa: —¡Astro divino!<br />

¿Dónde estás? ¿Qué te hiciste?...— Y su camino<br />

siguió <strong>en</strong> sil<strong>en</strong>cio el sol.<br />

Y cesó el huracán; y tornó al ci<strong>en</strong>o<br />

el polvo vil; y <strong>en</strong> el azul ser<strong>en</strong>o<br />

de gloria y pompa ll<strong>en</strong>o<br />

siguió <strong>en</strong> sil<strong>en</strong>cio el sol.<br />

LA C A N G R E J A C O N S E J E R A<br />

—Anda siempre derecha,<br />

querida hijita<br />

—mamá Cangreja di jóle<br />

a Cangrejita—;<br />

para ser bu<strong>en</strong>a<br />

obedece a tu madre<br />

cuanto te ord<strong>en</strong>a.


POMBO<br />

—Madre —responde aquélla—,<br />

voy a seguirte,<br />

no quiero <strong>en</strong> ningún caso<br />

contradecirte;<br />

ve tú delante,<br />

que dándome el ejemplo,<br />

lo haré al instante.


MANUEL DEL PALACIO<br />

Lérida, 1S31; T 1906.<br />

L O S P E D A Z O S D E M Á R M O L<br />

Al pie de una cantera<br />

de mármol de Carrara<br />

varios gigantes bloques<br />

restos de una gran ruina semejaban,<br />

mi<strong>en</strong>tras otro, movido<br />

por cuerdas y palancas,<br />

a un carro conducían<br />

muchos obreros <strong>en</strong> alegre zambra.<br />

Diez poderosos bueyes,<br />

uncidos por el asta,<br />

iban la inm<strong>en</strong>sa mole<br />

a llevar a través de la montaña;<br />

y cuando al recibirla<br />

rechinaron las tablas,<br />

oyóse <strong>en</strong> el espacio<br />

sordo rumor de voces y am<strong>en</strong>azas.<br />

5


MANUEL DEL PALACIO<br />

—¿Por qué nos abandonas?<br />

—las piedras murmuraban—.<br />

¿Qué buscas <strong>en</strong> tu orgullo<br />

fuera de estas regiones solitarias?<br />

—£1 hombre me ha elegido<br />

—respondió la arrastrada—<br />

para que al mundo admire,<br />

c<strong>en</strong>tinela perpetuo de su fama.<br />

Si hasta hoy he sido roca,<br />

mañana seré estatua;<br />

no t<strong>en</strong>go yo la culpa<br />

de ser la más hermosa y la más blanca.<br />

—Piedad antes que <strong>en</strong>ojo<br />

<strong>en</strong> nosotras hallaras,<br />

si cautiva a la fuerza<br />

de tu profanación no hicieras gala.<br />

Pero <strong>en</strong> vano te <strong>en</strong>gríes,<br />

la vanidad te <strong>en</strong>gaña,<br />

que aun cambiando de forma<br />

piedra serás, cual somos tus hermanas.<br />

Y antes de que te eleves<br />

del vulgo a las miradas,<br />

¡no sabes tú los golpes<br />

de cincel y martillo que te aguardan!<br />

Los hombres <strong>en</strong> la tierra<br />

son mármoles con alma,<br />

y si éstos al labrarse dejan polvo,<br />

aquéllos dejan lágrimas.<br />

6


MANUEL DEL PALACIO<br />

X ATiISALISlIO<br />

Molidos de la jornada<br />

y con hambre, aunque risueños,<br />

dos estudiantes rónd<strong>en</strong>os<br />

llegaron a una posada.<br />

Com<strong>en</strong>zaba a anochecer<br />

y <strong>en</strong>trambos, sin vacilar,<br />

acercáronse al hogar<br />

decididos a comer.<br />

Ligera cual una ardilla<br />

rubia moza les previno,<br />

con un bu<strong>en</strong> jarro de vino,<br />

salchichón, pan y tortilla,<br />

que devoraron los dos<br />

sin t<strong>en</strong>er que repetir,<br />

yéndose luego a dormir<br />

<strong>en</strong> paz y <strong>en</strong> gracia de Dios.<br />

A la mañana sigui<strong>en</strong>te,<br />

rayando ap<strong>en</strong>as el día,<br />

del v<strong>en</strong>tero <strong>en</strong> compañía<br />

tomaron el aguardi<strong>en</strong>te;<br />

y a seguida de pagar<br />

los caballos dispusieron,<br />

y alegres como vinieron<br />

se volvieron a marchar.<br />

7


\QI» " V O<br />

MANUEL DEL PALACIO<br />

No será el cu<strong>en</strong>to profundo<br />

ni por él pido mercedes;<br />

pero ¿no lo hallan ustedes<br />

lo más natural del mundo?<br />

8


RAMÓN DE CAMPOAMOR 1<br />

Navio (Asturias), 1817; t 1901.<br />

L O S H I J O S Y L O S P A D R E S<br />

Ni arrastrada un pastor llevar podía<br />

a una cabra infeliz que oía amante<br />

balar detrás al hijo, que, inconstante,<br />

marchar junto a la madre no quería.<br />

—i Necio! —al pastor un sabio le decía—;<br />

al que llevas detrás, ponió delante;<br />

échate el hijo al hombro, y al instante<br />

la madre verás ir tras de la cría.<br />

Tal consejo el pastor creyó s<strong>en</strong>cillo;<br />

cogió la cría y se marchó corri<strong>en</strong>do<br />

llevando al animal sobre el hatillo.<br />

1 Campoamor escribió las fábulas de los quince a los veintitrés<br />

años.<br />

9


CAMPOAMOR<br />

La cabra sin ramal les fué sigui<strong>en</strong>do,<br />

mas sigui<strong>en</strong>do tan cerca al cabritillo,<br />

que los pies por detrás le iba lami<strong>en</strong>do.<br />

L O S P A D R E S Y L O S H I J O S<br />

Un <strong>en</strong>jambre de pájaros metidos<br />

<strong>en</strong> jaula de metal guardó un cabrero,<br />

y a cuidarlos voló desde el otero<br />

la pareja de padres afligidos.<br />

—Si aquí —dijo el pastor— vi<strong>en</strong><strong>en</strong> unidos<br />

sus hijos a cuidar con tanto esmero,<br />

ver cómo cuidan a los padres quiero<br />

los hijos por amor y agradecidos.<br />

Deja <strong>en</strong>tre redes la pareja <strong>en</strong>vuelta,<br />

la puerta abre el pastor del duro alambre,<br />

cierra a los padres y a los hijos suelta.<br />

Huyó de los hijuelos el <strong>en</strong>jambre,<br />

y como <strong>en</strong> vano se esperó su vuelta,<br />

mató a los padres el dolor y el hambre.<br />

!0


CAMPOAMOR<br />

L A C A R A M B O L A<br />

Pasando por un pueblo un maragato<br />

llevaba sobre un mulo atado un gato,<br />

al que un chico, mostrando disimulo,<br />

le asió la cola por detrás del mulo.<br />

Herido el gato, al parecer s<strong>en</strong>sible,<br />

pególe al macho un arañazo horrible;<br />

y herido <strong>en</strong>tonces el s<strong>en</strong>sible macho,<br />

pegó una coz y derribó al muchacho.<br />

Es el mundo, a mi ver, una cad<strong>en</strong>a,<br />

do rodando la bola,<br />

el mal que hacemos <strong>en</strong> cabeza aj<strong>en</strong>a<br />

refluye <strong>en</strong> nuestro mal, por CARAMBOLA.<br />

II


CAMPO A MOR<br />

E L C O N C I E R T O D E L O S A N I M A L E S<br />

Supuesto que respira,<br />

se hace oír, bi<strong>en</strong> o mal, cualquier garganta;<br />

y <strong>en</strong> esto no hay m<strong>en</strong>tira,<br />

pues mal o bi<strong>en</strong>, el que respira, canta.<br />

Habl<strong>en</strong>, si no, mil animales duchos<br />

que dieron un concierto como muchos.<br />

Y es fama que el s<strong>en</strong>tido<br />

no acompaña a los órganos vocales,<br />

por lo que ha sucedido<br />

que <strong>en</strong> la patria de dichos animales<br />

cada cual, presumiéndose asaz diestro,<br />

gritó: —¡ Caiga el león! ¡ Fuera el maestro!<br />

Cayó la monarquía,<br />

y <strong>en</strong> república el reino convirtieron.<br />

—Vaya una sinfonía<br />

de nuestros triunfos <strong>en</strong> honor —dijeron—;<br />

cada uno cante cual le v<strong>en</strong>ga a mano;<br />

ya no más director; ¡ muera el tirano!<br />

Com<strong>en</strong>zóse el concierto,<br />

"cá-cá-rá-cá", gritando el polli-gallo;<br />

y al primer desacierto<br />

con un relincho contestó el caballo;<br />

"a-y-o, a-y-o", siguió el pollino;<br />

"pí-pí-pí", el colorín; "ufff", el cochino.<br />

El "mis" y el "marramau"<br />

cantó el gato montes, cual tigre bravo;<br />

12


CAMPO AMOR<br />

y con cierto "pau-pau"<br />

le acompañaba el indol<strong>en</strong>te pavo;<br />

formando tan horr<strong>en</strong>da algarabía,<br />

que ni el mismo Luzbel la aguantaría.<br />

El león destronado,<br />

vi<strong>en</strong>do el reino <strong>en</strong> desórd<strong>en</strong>es tan grandes,<br />

—¡ Sil<strong>en</strong>cio! —dijo airado,<br />

mostrando un arcabuz ganado <strong>en</strong> Flandes—;<br />

el rey va a dirigir: atrás, canalla.<br />

Y al verle cada cual, amorra y calla.<br />

—Vuelva a sonar la orquesta<br />

—siguió el tirano, de Nerón trasunto—,<br />

y ¡ ay de la pobre testa<br />

de aquel que por gruñir me coma un punto!<br />

¿ Qué es replicar ? No hay réplica ninguna.<br />

Palo o canción; vamos a ver: ¡ a una!<br />

Y la orquesta empezando,<br />

"pí-pí", "cá-cá-rá-cá", "mís-mís", "miau-miau"<br />

siguió después sonando<br />

"a-y-o, a-y-o", "ufff-ufff", "pau-pau".<br />

Y tal sonó la música que alabo,<br />

que el mundo gritó absorto: —-¡ Bravo! ¡ Bravo !<br />

Fué el concierto, antes loco,<br />

la maravilla, vive Dios, del arte;<br />

y aunque gruñ<strong>en</strong>do un poco,<br />

cada animal desempeñó su parte;<br />

apr<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do, <strong>en</strong> perjuicio de su testa,<br />

que sin bu<strong>en</strong> director no hay bu<strong>en</strong>a orquesta.<br />

'3


CAMPO A MOR<br />

L O S D O S G O R R I O N E S<br />

—Llégame el comedero<br />

—dijo a un gorrión otro gorrión muy maula—.<br />

—Pues ábreme primero<br />

—contestó aquél— la puerta de la jaula.<br />

—¿Y si al verte ya libre, <strong>en</strong> tu embeleso,<br />

te vas sin darme de comer <strong>en</strong> pago?<br />

—¿Y quién me dice a mi —responde el preso—<br />

que me abrirás si ll<strong>en</strong>as el monago ?<br />

Y <strong>en</strong> conclusión, por si ha de ser primero<br />

llegar el comedero<br />

o correr el alambre,<br />

quedóse el <strong>en</strong>jaulado prisionero<br />

y el hambri<strong>en</strong>to volvióse con el hambre.<br />

¡ Digno amigo, por Dios, de tal amigo!<br />

Y ahora diréis, y bi<strong>en</strong>, como yo digo:<br />

—¡Vaya, que son <strong>en</strong> ciertas ocasiones<br />

lo mismo que los hombres los gorriones!<br />

17<br />

3


C AM P O AM OR<br />

S A L V A R E L H O N O R C O N F R A S E S<br />

I<br />

EL GALLO Y LA LIEBRE<br />

Dijo un gallo a un liebre: —Huye, cobarde.<br />

—¿ Cobarde yo ?— la liebre respondía.<br />

Pero atisbando a un galgo nada tarde<br />

hasta más no poder cobarde huía.<br />

—Espera —dijo el gallo— un Dios te guarde.<br />

¿No llamas a eso huir, señora mía?<br />

Y antes que el galgo le acercase el morro,<br />

la liebre contestó: —No huyo, que corro.<br />

18


CAMPO A MOR<br />

II<br />

LA LIEBRE Y EL GALLO<br />

Gritó la liebre al gallo: —Anda, medroso-<br />

—Como el Cid —dijo el dueño del serrallo;<br />

mas, vi<strong>en</strong>do no muy lejos a un raposo,<br />

hizo una acción que por medrosa callo.<br />

—T<strong>en</strong> —la liebre exclamó—, gran Cid, reposo.<br />

—Pues ¿ acaso esto es miedo ? —siguió el gallo.<br />

Y al ver que se subía a un parapeto:<br />

—No —le dijo la liebre—, eso es respeto.<br />

10


ANTONIO DE TRUEBA<br />

Bilbao, 1821; t 1889.<br />

E L E J E M P L O<br />

Cu<strong>en</strong>ta un autor, cuyo nombre<br />

no conservo <strong>en</strong> la memoria,<br />

porque fácilm<strong>en</strong>te al hombre<br />

se le va el santo a la gloria;<br />

cu<strong>en</strong>ta, repito, que un día<br />

<strong>en</strong> una ciudad que expresa,<br />

se s<strong>en</strong>tó como solía<br />

una familia a la mesa.<br />

Según los datos completos<br />

que t<strong>en</strong>emos a la vista,<br />

constaba de los sujetos<br />

que marca la adjunta lista:<br />

un viejo temblón y cano,<br />

dos esposos, por lo visto<br />

hijo y nuera del anciano,<br />

y un niño travieso y listo.<br />

Cada cual con mucho celo<br />

el estómago lepara;<br />

mas hete que al pobre abuelo<br />

20


TKUEBA<br />

se le escurre la cuchara,<br />

y como ésta es de metal,<br />

hace dosci<strong>en</strong>tos añicos<br />

un plato de pedernal,<br />

por más señas, de los ricos.<br />

El marido y la mujer<br />

gritan con mil desacatos:<br />

—¡A ese modo de romper<br />

no ganamos para platos!<br />

Continuó la pelotera,<br />

y cu<strong>en</strong>tan que al otro día<br />

<strong>en</strong> un plato de madera<br />

el pobre viejo comía;<br />

mas tan mal se las compuso,<br />

como estaba tan temblón,<br />

que pan y manteles puso<br />

hechos una perdición.<br />

—¡Esto ya pasa de raya!<br />

—gritan marido y mujer—;<br />

levántese usted y vaya<br />

a la cocina a comer;<br />

y si allí no le convi<strong>en</strong>e,<br />

vaya a comer al establo,<br />

que a todos dados nos ti<strong>en</strong>e<br />

con su suciedad al diablo.<br />

En cuanto oyó este consejo<br />

o más bi<strong>en</strong> este mandato,<br />

bajó la cabeza el viejo<br />

y se largó con su plato;<br />

21


TRUEBA<br />

y desde aquella función<br />

despachaba <strong>en</strong> la cocina<br />

tristem<strong>en</strong>te su ración<br />

por evitar tremolina.<br />

Llorando el anciano un día<br />

la ingratitud de sus hijos,<br />

sus tristes ojos t<strong>en</strong>ía<br />

el pobre <strong>en</strong> su nieto fijos.<br />

Y al ver que un madero grueso<br />

el niño afanoso esconde,<br />

le dice: —¿Para qué es eso?<br />

Y su nieto le responde:<br />

—De este madero saldrá<br />

un plato de bu<strong>en</strong>a clase<br />

para que papá y mamá<br />

coman cuando yo me case.<br />

Y exclama el mísero anciano:<br />

—¡ Hará lo que hac<strong>en</strong> conmigo!<br />

¡ Dios mío! ¡ Tu santa mano<br />

puso <strong>en</strong> la culpa el castigo!<br />

L O S T R E S A M I G O S<br />

Según Herder, un sujeto<br />

que t<strong>en</strong>ía tres amigos,<br />

a dos de ellos profesaba<br />

el más profundo cariño,<br />

y a la amistad del tercero<br />

se mostraba siempre frío.<br />

Cierto día fué acusado


TRUE BA<br />

de un horroroso homicidio,<br />

y se hallaba con el alma<br />

como qui<strong>en</strong> dice <strong>en</strong> un hilo,<br />

aunque era el hombre inoc<strong>en</strong>te<br />

de tan bárbaro delito.<br />

—Amigos míos, me acusan<br />

de un asesinato —dijo—,<br />

y el juez, según me han contado,<br />

está como un basilisco.<br />

Soy inoc<strong>en</strong>te, y deseo<br />

que v<strong>en</strong>gáis los tres conmigo<br />

a declarar mi inoc<strong>en</strong>cia<br />

<strong>en</strong> calidad de testigos.<br />

Dio por excusa el primero<br />

unos asuntos precisos;<br />

acompañóle el segundo,<br />

si bi<strong>en</strong> un poco remiso;<br />

pero así que vio la turba<br />

de c<strong>en</strong>tinelas y esbirros<br />

que el tribunal custodiaban,<br />

volvió pies atrás, más listo<br />

que Cardona, temeroso<br />

de que le echaran los cinco.<br />

No esperaba el acusado<br />

mucho del tercer amigo;<br />

pero éste, fiel y animoso,<br />

compareció ante el ministro<br />

de la ley, y al acusado<br />

def<strong>en</strong>dió tan a lo vivo<br />

27


TRV EBA<br />

que declarado inoc<strong>en</strong>te<br />

fué <strong>en</strong> aquel instante mismo.<br />

Tres amigos ti<strong>en</strong>e el hombre<br />

<strong>en</strong> el mundo <strong>en</strong> que vivimos;<br />

¿cómo se portan con él<br />

ante el tribunal divino?<br />

El dinero es el primero<br />

de los tres <strong>en</strong> su cariño,<br />

y es el primero también<br />

que le abandona mezquino.<br />

Los deudos y los pari<strong>en</strong>tes<br />

ti<strong>en</strong>e por segundo amigo;<br />

hasta junto a su sepulcro<br />

van haci<strong>en</strong>do pucheritos,<br />

mas se asustan de la muerte<br />

y se vuelv<strong>en</strong> atrás listos,<br />

dici<strong>en</strong>do a lo más: —Allá<br />

nos esperes muchos siglos.<br />

Por último, son las obras<br />

bu<strong>en</strong>as su tercer amigo,<br />

y aunque con indifer<strong>en</strong>cia<br />

por él miradas han sido,<br />

de tal modo le defi<strong>en</strong>d<strong>en</strong><br />

ante el tribunal divino,<br />

que al fin el manto de gracia<br />

cubre todos sus delitos.<br />

24


TRUEBA<br />

L A P A R T E D E L L E Ó N 1<br />

Fuéronse de caza<br />

sin perros ni trompas<br />

el león, el oso,<br />

el lobo y la zorra;<br />

y así que cazaron<br />

porción nada corta<br />

de cabras y ovejas<br />

y chotos y potras,<br />

—Hagamos —dijeron—<br />

el reparto ahora<br />

e inmediatam<strong>en</strong>te<br />

ll<strong>en</strong>emos la andorga.<br />

—¿Quién se <strong>en</strong>carga de ello?<br />

—preguntó con sorna<br />

i Ver la pág. 194. Se incluy<strong>en</strong> a veces fábulas del mismo<br />

asunto para poder establecer comparaciones de estilo.<br />

25


TRUEBA<br />

el león, sin duda<br />

buscando camorra—.<br />

—¡ Yo! —responde el oso,<br />

cuya afición tonta<br />

es hacer el ídem.<br />

—Pues manos a la obra.<br />

Cuando <strong>en</strong> cuatro partes<br />

la caza amontona,<br />

al león el oso<br />

le dice que escoja<br />

una de las cuatro,<br />

que iguales son todas.<br />

—¡ Tú partir no sabes!<br />

—gruñe con voz ronca<br />

el león al oso,<br />

que replicar no osa.<br />

Y ¡ ham! de un d<strong>en</strong>tellazo<br />

me lo descogota,<br />

y a la zorra dice<br />

con frase melosa:<br />

—Chiquita, el reparto<br />

vas a hacer tú ahora,<br />

que fío has de hacerlo<br />

a pedir de boca,<br />

pues como chiquita<br />

no eres maliciosa.<br />

En cinco montones<br />

la repartidora<br />

reparte la caza,<br />

26


TRUBBA<br />

y acabada su obra<br />

al león le dice<br />

con una graciosa<br />

rever<strong>en</strong>cia: —Vuestra<br />

majestad escoja<br />

de estas cinco partes<br />

las tres que le tocan:<br />

como león, una;<br />

como monarca, otra,<br />

y otra como jefe...<br />

—¡ Hola, hola, hola!<br />

—dice el león—; veo<br />

que tú no eres boba.<br />

Y añade, movi<strong>en</strong>do<br />

de gusto la cola:<br />

—.Di, ¿quién te ha <strong>en</strong>señado<br />

todas esas cosas?<br />

—¿ Quién, señor... ? El oso,<br />

—contesta la zorra.


TRUEBA<br />

E L L O B O Y E L C O R D E R O<br />

El lobo y el cordero llegaron a un arroyo,<br />

el lobo atorm<strong>en</strong>tado más de hambre que de sed,<br />

y <strong>en</strong>tre lobo y cordero sobrevino este diálogo,<br />

que a mí me su<strong>en</strong>a como sobrev<strong>en</strong>ido ayer:<br />

—Subdito miserable, morirás, pues el agua<br />

que yo, tu rey, bebía, te atreviste a <strong>en</strong>turbiar.<br />

—¿ Cómo, señor, haceros tal injuria he podido<br />

estando más abajo que vuestra majestad?<br />

-—Si no lo has hecho ahora lo hiciste hace seis meses.<br />

—Señor, si todavía de edad no t<strong>en</strong>go dos. [haría,<br />

—Pues si tú no lo has hecho, tu padre es qui<strong>en</strong> lo<br />

y es justo que ahora mismo sufras la expiación.<br />

2S


TRUEBA<br />

Así dici<strong>en</strong>do, el lobo, sin conci<strong>en</strong>cia ni <strong>en</strong>trañas,<br />

hizo al cordero víctima de su voracidad;<br />

que siempre los tiranos, a falta de razones<br />

para oprimir al justo, razones falsas dan.


CONCEPCIÓN ARENAL<br />

El Ferrol, 1820; t 1S93.<br />

EL SOBRIO Y EL GLOTÓ<br />

Había <strong>en</strong> un lugarón<br />

dos hombres de mucha edad,<br />

uno de gran sobriedad<br />

y el otro gran comilón.<br />

La mejor salud del mundo<br />

gozaba siempre el primero,<br />

estando de <strong>en</strong>ero a <strong>en</strong>ero<br />

débil y <strong>en</strong>teco el segundo.<br />

—¿ Por qué —el tragón dijo un d<br />

comi<strong>en</strong>do yo mucho más<br />

tú mucho más gordo estás?<br />

No lo compr<strong>en</strong>do, a fe mía.<br />

—Es —le replicó el frugal—<br />

y muy pres<strong>en</strong>te lo t<strong>en</strong>,<br />

porque yo digiero bi<strong>en</strong>,<br />

porque tú digieres mal.<br />

30


CONCEPCIÓN ARENAL<br />

Haga de esto aplicación<br />

el pedante presumido,<br />

si porque mucho ha leído<br />

cree t<strong>en</strong>er instrucción,<br />

y siempre que a juzgar fuere<br />

la regla para sí tome:<br />

No nutre lo que se come,<br />

sino lo que se digiere.<br />

EL LOBO MURMURADOR<br />

Entre las breñas de un cerro,<br />

un día de gran nevada,<br />

un lobo a su camarada<br />

hablábale así de un perro:<br />

—Es un maldito vecino,<br />

tan camorrista y cruel,<br />

que para estar libre de él<br />

ya se necesita tino.<br />

Ladrador para la g<strong>en</strong>te,<br />

<strong>en</strong>trometido, goloso,<br />

suspicaz y cauteloso;<br />

<strong>en</strong> fin, un perro indec<strong>en</strong>te.<br />

Pasaba <strong>en</strong> esta ocasión<br />

cerca de allí una raposa;<br />

paróse un tanto curiosa,<br />

y al oír la acusación<br />

3i


CONCEPCIÓN ARENAL<br />

dijo para su coleto:<br />

—Anda que te crea un bobo;<br />

perro a qui<strong>en</strong> acusa un lobo,<br />

debe ser perro completo.<br />

En caso próspero o ad<strong>verso</strong><br />

no echarás nunca <strong>en</strong> olvido<br />

que es elogio el más cumplido<br />

la c<strong>en</strong>sura del per<strong>verso</strong>.


JUAN EUGENIO HARTZENBUSCH<br />

Madrid, i


HARTZENBUSCH<br />

No r<strong>en</strong>iegues, Camilo,<br />

de tu fortuna;<br />

que otros podrán dolerse<br />

más de la suya.<br />

Si se repara,<br />

nadie <strong>en</strong> el mundo ti<strong>en</strong>e<br />

dicha colmada.<br />

3>


HARTZENBUSCH<br />

E L D R O M E D A R I O Y E L C A M E L L O<br />

El camello le dijo<br />

al dromedario:<br />

—Comparado contigo,<br />

¡cuánto más valgo!<br />

No cabe duda:<br />

yo t<strong>en</strong>go dos jorobas;<br />

tú ti<strong>en</strong>es una.<br />

E L C O M P R A D O R Y E L H O R T E R A<br />

Cu<strong>en</strong>tecillo forjado por deleite<br />

parecerá sin duda la conti<strong>en</strong>da<br />

que se trabó <strong>en</strong> Madrid <strong>en</strong> una ti<strong>en</strong>da<br />

de vinagre y aceite.<br />

Despachaba <strong>en</strong> la calle de Torija<br />

líquidos un muchacho madrileño;<br />

y otro, según la traza, lugareño,<br />

fué por aceite allí con su vasija.<br />

—Tú, cara de lechuza<br />

—dijo sin apr<strong>en</strong>sión el forastero—,<br />

despáchame ligero,<br />

lléname bi<strong>en</strong> la alcuza.<br />

—Cuando sepas hablar <strong>en</strong> castellano<br />

—le replicó el hortera—<br />

sabrás que lo que ti<strong>en</strong>es <strong>en</strong> la mano<br />

se llama la aceitera.<br />

35<br />

"II


HARTZEN BUSCH<br />

—En toda tierra que garbanzos cría<br />

—contestó el provincial <strong>en</strong>ardecido—<br />

alcuza siempre ha sido,<br />

y alcuza la nombramos <strong>en</strong> el día.<br />

—En tierra —dijo el otro— de garbanzos,<br />

corre por aceitera solam<strong>en</strong>te,<br />

y qui<strong>en</strong> le ponga nombre difer<strong>en</strong>te<br />

ha nacido <strong>en</strong>tre malvas y mastranzos.<br />

El patán <strong>en</strong> sus trece se mantuvo;<br />

le rechazaba el horterilla listo:<br />

se incomodaron, y hubo,<br />

por consigui<strong>en</strong>te, la de Dios es Cristo.<br />

A las voces y apodos<br />

cachetina siguió, larga y furiosa:<br />

todo por una cosa<br />

que se puede llamar dé <strong>en</strong>trambos modos.<br />

Pueril extravagancia<br />

es, pero comunísima <strong>en</strong> el hombre,<br />

no poner <strong>en</strong> disputa la sustancia<br />

y reñir por el nombre.<br />

36


HARTZEN BU SCH<br />

E L J U M E N T O M U R M U R A D O R<br />

—Señor, es fuerza que la sangre corra<br />

—dijo al león, solícita, la zorra—;<br />

sin cesar, el estúpido jum<strong>en</strong>to<br />

de ti murmura con furor viol<strong>en</strong>to.<br />

—¡ Bah! —respondió la g<strong>en</strong>erosa fiera—,<br />

déjale que rebuzne cuanto quiera.<br />

Pecho se necesita bi<strong>en</strong> mezquino<br />

para s<strong>en</strong>tir injurias de pollino.<br />

37


HART ZBN BUSCH<br />

EL AVARO Y EL JORNALERO 1<br />

Todo su caudal guardaba<br />

cierto avari<strong>en</strong>to cuitado<br />

<strong>en</strong> onzas de oro, metidas<br />

<strong>en</strong> un puchero de barro.<br />

Por t<strong>en</strong>erlo más seguro,<br />

fué con su puchero al campo;<br />

al pie de un árbol cavó,<br />

y lo <strong>en</strong>terró con recato.<br />

Amaneció al otro día<br />

hambri<strong>en</strong>to y desesperado<br />

un jornalero, sin pan<br />

ni esperanza de ganarlo.<br />

Sacudió las faltriqueras,<br />

y hallando <strong>en</strong> una dos cuartos,<br />

sale, se compra una soga,<br />

y <strong>en</strong> seguida, como un rayo,<br />

se va al campo a que le quite<br />

los pesares el esparto.<br />

Trataba de ahorcarse, <strong>en</strong> fin,<br />

y escogió para ello el árbol<br />

que era del tesoro <strong>en</strong> onzas,<br />

inmóvil depositario.<br />

Al afianzar de una rama<br />

bi<strong>en</strong> la soga el pobre diablo,<br />

se le hundió <strong>en</strong> el hoyo un pie<br />

i Arreglo de un cu<strong>en</strong>to de don Agustín Moreto.<br />

38


h a r t z e n b u s c h<br />

y halló el puchero <strong>en</strong>terrado.<br />

Cogióle, besóle y fuese<br />

corri<strong>en</strong>do, y a corto rato,<br />

sus preciosas amarillas<br />

vino a visitar el amo.<br />

La tierra <strong>en</strong>contró movida<br />

y el hoyo desocupado;<br />

pero de puchero y onzas •<br />

no vio ni sombra ni rastro.<br />

Reparó <strong>en</strong> la soga <strong>en</strong>tonces,<br />

y haci<strong>en</strong>do a la punta un lazo,<br />

se ahorcó para no vivir<br />

sin su tesoro adorado.<br />

Así el puchero y la soga<br />

mal o bi<strong>en</strong> se aprovecharon:<br />

él <strong>en</strong> un hambri<strong>en</strong>to, y ella<br />

<strong>en</strong> el cuello de un avaro.<br />

L A S I N D I R E C T A S D E L P A D R E C O B O S<br />

Célebres <strong>en</strong>tre agudos y <strong>en</strong>tre bobos<br />

las indirectas son del padre Cobos;<br />

mas como habrá sin duda qui<strong>en</strong> aprecie<br />

que le declare alguno lo que fueron<br />

las tales indirectas <strong>en</strong> su especie,<br />

trasladóle el informe que me dieron.<br />

Parece, pues, que había<br />

<strong>en</strong> cierta población de Andalucía<br />

un conv<strong>en</strong>to ejemplar, con un prelado,<br />

39


o a * a = =—é+o<br />

HARTZENBUSCH<br />

siervo de Dios perfecto y acabado,<br />

que de ci<strong>en</strong>cia y paci<strong>en</strong>cia era un port<strong>en</strong>to;<br />

por lo cual, uno a uno,<br />

dio <strong>en</strong> irle a visitar a su conv<strong>en</strong>to,<br />

sin qué ni para qué, tanto importuno,<br />

que siempre andaba el pobre atropellado<br />

para cumplir las reglas de su estado.<br />

Era portero de la casa un lego,<br />

catalán o gallego,<br />

Cobos apellidado,<br />

Bartolomé de nombre, alto, robusto,<br />

de resuelto g<strong>en</strong>ial y un poco adusto.<br />

Llamóle el superior, y dijo: —Mire<br />

si puede hacer, por indirecto modo,<br />

que esa g<strong>en</strong>te compr<strong>en</strong>da<br />

que de tanta visita me incomodo.<br />

—Yo haré que se retire<br />

la tal familia presto<br />

—respondió el motilón—. —Sí, ponga <strong>en</strong>mi<strong>en</strong>da,<br />

pero indirectam<strong>en</strong>te, por supuesto.<br />

—Fíe, padre, <strong>en</strong> el tino de Bartolo;<br />

para indirectas, ¡ oh!, me pinto solo.<br />

Vi<strong>en</strong>e al .sigui<strong>en</strong>te día,<br />

madrugando solícito, un molesto.<br />

Llama: Tilín, tilín... —Ave María.<br />

Bartolo, sin abrir la portería,<br />

dice al madrugador: —Hermano, trate<br />

de ir a otro manantial que no se agote:<br />

desde hoy ningún pegote<br />

40


TZENBUSCH<br />

prueba de mi prior el chocolate.<br />

Oy<strong>en</strong>do el hombre la indirecta rara,<br />

se fué, brotando bermellón su cara.<br />

Llega un necio <strong>en</strong> seguida,<br />

y Cobos dice: —Excuse la v<strong>en</strong>ida:<br />

mi<strong>en</strong>tras el cargo ejerza de portero,<br />

no <strong>en</strong>tra aquí ni gandul ni majadero.<br />

Despedido el segundo visitante,<br />

cata el número tres. —Coja el portante<br />

—prorrumpe el fiero Cobos— usiría:<br />

no está bi<strong>en</strong> <strong>en</strong>tre monjes un espía.<br />

Con una añadidura semejante,<br />

y <strong>en</strong> tono proferida nada blando,<br />

Bartolo a cada cual fué despachando;<br />

y desde <strong>en</strong>tonces al prior b<strong>en</strong>dito<br />

no perturbó <strong>en</strong> su celda ni un mosquito.<br />

Cont<strong>en</strong>to el padre, y a la par confuso,<br />

al lego preguntó: —¿De qué manera<br />

con aquella familia se compuso<br />

para que así de verme desistiera?<br />

—Fué cosa muy s<strong>en</strong>cilla,<br />

mi querido prior —Cobos repuso—•;<br />

cada quisque llevó su indirectilla,<br />

y huyó de mí la incómoda cuadrilla.<br />

—Cuénteme las discretas expresiones,<br />

cuya virtud a la razón los trajo.<br />

—Les dije la verdad: "Sois un hatajo<br />

de tunos, de chismosos y de hambrones."<br />

—¿ A eso llama indirectas, <strong>en</strong> efecto ?


HARTZBN BU SCH<br />

—Yo nunca <strong>en</strong> ellas fui más circunspecto.<br />

—Pues, hermano, m<strong>en</strong>tiras o verdades,<br />

sus indirectas son atrocidades.<br />

Dijo bi<strong>en</strong> el prior; mas como hay <strong>en</strong>tes<br />

<strong>en</strong> grado escandaloso impertin<strong>en</strong>tes,<br />

échaseles también de bu<strong>en</strong>a gana<br />

tal cual indirectilla cobosiana.<br />

L A A L A C E N A<br />

Caminando un relator<br />

del Consejo de Ultramar,<br />

hizo noche <strong>en</strong> un lugar<br />

<strong>en</strong> casa de un labrador.<br />

Acompañaba al viajero<br />

un tal Ayerbe de Ruiz,<br />

mozo de experta nariz,<br />

pero insigne majadero.<br />

C<strong>en</strong>aron <strong>en</strong> paz de Dios,<br />

trataron de madrugar<br />

y hubiéronse de acostar<br />

<strong>en</strong> una alcoba los dos.<br />

Veíanse <strong>en</strong> los costados<br />

de la estancia, fr<strong>en</strong>te a fr<strong>en</strong>te,<br />

iguales perfectam<strong>en</strong>te,<br />

cuatro postigos cerrados.<br />

El un par era un balcón,<br />

el otro correspondía<br />

42


HARTZEN BUSCH<br />

a una alac<strong>en</strong>a <strong>en</strong> que había<br />

seis quesos de Villalón.<br />

Cogió el sueño tarde y mal<br />

el relator, y durmi<strong>en</strong>do<br />

soñó s<strong>en</strong>tir el estru<strong>en</strong>do<br />

de un turbión descomunal.<br />

Cerca de la madrugada<br />

le dijo al Fulano Ayerbe:<br />

—Levántese usted y observe<br />

si huele a tierra mojada.<br />

Saltó Ayerbe de su lecho,<br />

y a ti<strong>en</strong>tas de mano y pie,<br />

por ir al balcón, se fué<br />

a la alac<strong>en</strong>a derecho.<br />

Abrió, zampó la cabeza,<br />

y aunque miró y remiró,<br />

tan negro el boquete halló<br />

como el resto de la pieza.<br />

Pero un olor <strong>en</strong> seguida<br />

percibió <strong>en</strong> aquel recinto,<br />

que le pareció distinto<br />

del de tierra humedecida.<br />

Y <strong>en</strong>tonces dijo el camueso<br />

con mucha formalidad:<br />

—No hay <strong>en</strong> el aire humedad;<br />

está oscuro y huele a queso.<br />

Así ciega y tontam<strong>en</strong>te<br />

críticas hac<strong>en</strong> famosas<br />

43


^«.g^fl .... • - r(J<br />

HART ZEN BU SCH<br />

los que no miran las cosas<br />

desde el punto conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te.<br />

Tacha de oscuro y cond<strong>en</strong>a<br />

tal concepto Santillana,<br />

y es que huye de la v<strong>en</strong>tana<br />

y se asoma a la alac<strong>en</strong>a.<br />

E L C A B A L L O D E B R O N C E<br />

Niños, que de siete a once,<br />

tarde y noche, alegrem<strong>en</strong>te<br />

jugáis <strong>en</strong> torno a la fu<strong>en</strong>te<br />

del gran caballo de bronce<br />

que hay <strong>en</strong> la plaza de Ori<strong>en</strong>te.<br />

Susp<strong>en</strong>ded vuestras carreras,<br />

pues hace calor, y oíd<br />

una historia muy de veras,<br />

y de las más lastimeras<br />

que se cu<strong>en</strong>tan por Madrid.<br />

Ese caballo... Yo empleo<br />

esta expresión, algo tonta,<br />

porque <strong>en</strong> mi conci<strong>en</strong>cia creo<br />

que decir caballo es feo,<br />

no at<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do a qui<strong>en</strong> le monta.<br />

Felipe cuarto es el tal;<br />

pero el uso g<strong>en</strong>eral,<br />

que ti<strong>en</strong>e fuerza de ley,<br />

hace que, olvidando al rey,<br />

se nombre al irracional.<br />

44


•** O<br />

H A R T Z E N u U S C tí<br />

La razón yo no la sé;<br />

a muchos la pregunté<br />

y nadie fundarlo supo;<br />

<strong>en</strong> fin, caballo diré,<br />

mas ha de <strong>en</strong>t<strong>en</strong>derse grupo.<br />

Ese caballo, años ha<br />

estaba, como quizá<br />

sabréis sin que yo lo indique,<br />

d<strong>en</strong>tro del Retiro, allá<br />

fr<strong>en</strong>te a la casa del Dique 1 .<br />

Allí da el jardín frescura<br />

con sus aguas y verdor,<br />

y el canoro ruiseñor<br />

ti<strong>en</strong>e morada segura<br />

de <strong>en</strong>emigo cazador.<br />

Allí al caballo volaban,<br />

con fácil y presto arranque,<br />

mil pájaros que llegaban<br />

a beber <strong>en</strong> el estanque,<br />

cuyas ondas le cercaban.<br />

Allí, con reserva poca,<br />

le corría todo <strong>en</strong>tero<br />

la turba intrépida y loca,<br />

y hallábale un agujero<br />

que tuvo el jaco <strong>en</strong> la boca.<br />

Y tal la disposición<br />

fué del tal, que por afuera<br />

i Así fué llamada por mucho tiempo la que estaba a orilla<br />

del estanque mayor del Retiro.<br />

45


i? T Z EN BV SCH<br />

sufría la introducción<br />

de un pajarillo cualquiera<br />

del tamaño de un gorrión.<br />

Por ad<strong>en</strong>tro era al revés:<br />

bi<strong>en</strong> que el intruso pasara<br />

cabeza y cuello; después,<br />

no hallando <strong>en</strong> qué afianzara<br />

ni las alas ni los pies,<br />

ellos no eran de provecho,<br />

y eran ellas el estorbo;<br />

y empujando con despecho<br />

le hería garganta y pecho<br />

el borde cortante y corvo.<br />

Y víctima el animal<br />

de su- imprud<strong>en</strong>cia fatal,<br />

que fuga no permitía,<br />

bregaba mi<strong>en</strong>tras podía<br />

por la cárcel de metal.<br />

Donde, triste, prisionero,<br />

pidi<strong>en</strong>do <strong>en</strong> vano merced,<br />

sobre muchos que primero<br />

tuvieron su paradero,<br />

perece de hambre y de sed.<br />

Mil avecillas, buscando<br />

sombra d<strong>en</strong>sa <strong>en</strong> el estío,<br />

mil <strong>en</strong> el invierno, cuando<br />

ya llovi<strong>en</strong>do, ya nevando,<br />

traspasábalas el frío,<br />

embocáronse <strong>en</strong> la panza<br />

46


HARTZENBU SCH<br />

del caballo, que <strong>en</strong> v<strong>en</strong>ganza<br />

debió decir para sí:<br />

—R<strong>en</strong>unciad a la esperanza,<br />

pájaros que <strong>en</strong>tráis <strong>en</strong> mí.<br />

Con el tiempo se mudó<br />

del jardín <strong>en</strong> que habitó,<br />

a la plaza donde está,<br />

y <strong>en</strong>tonces se desarmó<br />

el cuerpo que <strong>en</strong>cima va.<br />

Y los cóncavos secretos<br />

del cuadrúpedo cruel<br />

aparecieron repletos<br />

de plumas y de esqueletos<br />

de aves, tragadas por él.<br />

Mano de piedad movida<br />

cerró, como era razón,<br />

el m<strong>en</strong>udo pozo airón,<br />

que se sorbió tanta vida<br />

de paj arillo simplón.<br />

Dañosa curiosidad<br />

los condujo a muerte cruda.<br />

¡ Ay! ¡ Cuántos <strong>en</strong> nuestra edad<br />

por la brecha de la duda<br />

se abisman <strong>en</strong> la impiedad 1<br />

Abismo donde pedir<br />

favor al mortal discurso<br />

no basta para salir;<br />

él nos deja sin recurso<br />

desesperar v morir.


HARTZENBÜSCH<br />

LA R E B A N A D I T A D E P A N 1<br />

Ya s<strong>en</strong>tado a su mesita<br />

Basilio para c<strong>en</strong>ar,<br />

<strong>en</strong> su cuarto, sin llamar,<br />

éntresele una visita.<br />

Era una bella señora<br />

la que invadió el domicilio,<br />

dici<strong>en</strong>do: —Yo soy, Basilio,<br />

una sabia <strong>en</strong>cantadora.<br />

Sé que no eres haragán<br />

y es escasa tu fortuna;<br />

por tu bi<strong>en</strong>, me has de dar una<br />

rebanadita de pan.<br />

Una onza tan sólo quiero,<br />

y otra pediré mañana:<br />

préstelas de bu<strong>en</strong>a gana<br />

el honrado jornalero.<br />

—Nada me sobra, <strong>en</strong> verdad;<br />

una hija t<strong>en</strong>go y un hijo<br />

y mujer —el hombre dijo—,<br />

mas no le hace; bi<strong>en</strong>, tomad.<br />

Y con bu<strong>en</strong> talante y fe<br />

la rebanada partió<br />

Basilio; la recibió<br />

la <strong>en</strong>cantadora y se fué.<br />

i Escrita con motivo de la inauguración del nuevo edificio<br />

destinado a Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Madrid <strong>en</strong><br />

.el año de 1875.<br />

48


HARTZENBUSCH<br />

La esperaba con ahinco<br />

Basilio al sigui<strong>en</strong>te día:<br />

volvió la señora mía<br />

tresci<strong>en</strong>tos ses<strong>en</strong>ta y cinco.<br />

Y era <strong>en</strong> la pobre morada<br />

grande el júbilo y cont<strong>en</strong>to<br />

de todos, <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to<br />

de ofrecer la rebanada.<br />

Cumplido el año, tomó<br />

la mágica pedigüeña<br />

con la cara más risueña<br />

que <strong>en</strong> el año se le vio;<br />

y de un elegante escriño<br />

roscas empezó a sacar<br />

y <strong>en</strong> los brazos a <strong>en</strong>sartar<br />

a padres, a niña y niño;<br />

y di joles: —Os pres<strong>en</strong>to<br />

junto el pan que recibí<br />

de vosotros; eso sí,<br />

vi<strong>en</strong>e con algún aum<strong>en</strong>to.<br />

No es magnífico el socorro,<br />

pero él os hace merced;<br />

esta lección apr<strong>en</strong>ded<br />

de la maga del ahorro.<br />

Según deis, os volverá<br />

b<strong>en</strong>eficio, grande o chico:<br />

la receta de ser rico<br />

<strong>en</strong> vuestras manos está.<br />

49<br />

5>


HARTZENBU SCH<br />

¿ Queréis feliz situación<br />

para los días de anciano?<br />

Sed hormigas <strong>en</strong> verano,<br />

como <strong>en</strong>seña Salomón.<br />

A S U T I E M P O C A D A C O S A<br />

Una zorra iba huy<strong>en</strong>do<br />

por una loma<br />

de un mastín que llevaba<br />

casi a la cola.<br />

Por <strong>en</strong>cima volando<br />

la ve una alondra,<br />

que <strong>en</strong> el aire piaba<br />

muy sin zozobra.<br />

—Oye —dice a la que huye—<br />

mi voz sonora.<br />

—j Para música vamos!<br />

—dijo la zorra—.<br />

Divertir quiere a todos<br />

cierta persona,<br />

y por no ser a tiempo<br />

los incomoda.<br />

so


MIGUEL AGUSTÍN PRINCIPE<br />

Cuspe (Aragón), ¡Su; t 1863.<br />

E L P A P E L Y E L T R A P O<br />

A un pobre trapo que <strong>en</strong> el suelo estaba<br />

el papel desdeñaba,<br />

diciéndole: —¡Anda, sucio! No te acerques,<br />

que yo estoy limpio, rozagante y terso,<br />

y no quiero por todo el Uni<strong>verso</strong><br />

tu contacto sufrir, ni que me empuerques.<br />

—Mir<strong>en</strong> el necio —contestó el guiñapo—<br />

y cuál mi acceso <strong>en</strong> evitar se empeña I<br />

Mas ya que así me ultraja y me desdeña,<br />

dígame usted, seo Guapo:<br />

¿Cómo tan pronto <strong>en</strong> su altivez olvida<br />

que fué un harapo qui<strong>en</strong> le dio la vida,<br />

y que antes que papel ha sido trapo?<br />

Qui<strong>en</strong> de la plebe desc<strong>en</strong>der <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>da<br />

no la desdeñe, aunque sobre ella asci<strong>en</strong>da,<br />

no sea que por mucho que se eleve<br />

pueda alguno decir: —¿Veis el desprecio<br />

con que nos mira el tal ? Pues ese necio,<br />

antes de ser lo que es, ha sido plebe.<br />

51


M. PRINCIPE<br />

E L T I E M P O P E R D I D O<br />

De un jardín <strong>en</strong> el pozo<br />

solía divertirse cierto mozo<br />

horas pasando <strong>en</strong>teras y mortales<br />

<strong>en</strong> subir y bajar sus dos pozales;<br />

su objeto era ll<strong>en</strong>arlos<br />

de dicho pozo <strong>en</strong> el profundo abismo,<br />

y subirlos arriba y derramarlos,<br />

no <strong>en</strong> el jardín sino <strong>en</strong> el pozo mismo.<br />

Violo un anciano, y con su voz machucha<br />

le dijo: —¿Sabes, jov<strong>en</strong>, que no <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>do<br />

ese tu afán trem<strong>en</strong>do<br />

<strong>en</strong> fatigar la soga y la garrucha?<br />

Si al verte sacar agua <strong>en</strong> tal manera<br />

te viese al m<strong>en</strong>os arrojarla fuera,<br />

vería yo algún fin <strong>en</strong> tu trabajo;<br />

pero ¿a qué es esperar ansia tan viva<br />

<strong>en</strong> subir y subir el agua arriba<br />

para luego otra vez volverla abajo?<br />

—Yo me divierto —el mozo le contesta—<br />

con este rudo afán que a usted molesta;<br />

mas ya que usted se pone a repr<strong>en</strong>dello,<br />

¿sabrá decirme lo que pierdo <strong>en</strong> ello?<br />

El viejo le replica: —¡ Jov<strong>en</strong> loco,<br />

pierdes el tiempo! ¿ Te parece poco ?<br />

52<br />

=**í>


FRANCISCO MARTÍNEZ DE LA ROSA<br />

Granada, 1789; t 1862.<br />

EL TOPO Y EL GUSANO DE L U Z<br />

Por una estrecha h<strong>en</strong>didura<br />

sacó la cabeza un topo,<br />

con poca carne <strong>en</strong> los huesos<br />

y mucha piel <strong>en</strong> los ojos.<br />

No sabe si es noche o día;<br />

pero si<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el contorno<br />

a un gusanillo de luz,<br />

y le dice de este modo:<br />

—Ufano puedes estar,<br />

tamaño como un gorgojo,<br />

llevando <strong>en</strong> parte vedada<br />

la linterna por adorno:<br />

ya la muestras, ya la ocultas,<br />

tan altivo y orgulloso<br />

como fanal que <strong>en</strong> la torre<br />

<strong>en</strong>seña el puerto al piloto.<br />

—No tal —contestó el gusano—,<br />

que mi pequ<strong>en</strong>ez conozco ;<br />

mas a ninguno hago daño,<br />

y algún bi<strong>en</strong> procuro a otros.<br />

Doy luz, oculto <strong>en</strong> la hierba;<br />

sobre las plantas me poso,<br />

53


MARTÍNEZ DE LA ROSA<br />

y los insectos acud<strong>en</strong><br />

a guarecerse <strong>en</strong> su tronco.<br />

Ni destruyo las raíces,<br />

ni las semillas me como,<br />

ni por temor a los hombres<br />

bajo la tierra me escondo.<br />

Esto dijo el gusanillo;<br />

y lo dijo con tal tono,<br />

que el dañino animalejo<br />

quedó aún más ciego de <strong>en</strong>ojo:<br />

fué a replicar, y no pudo;<br />

sintió <strong>en</strong>c<strong>en</strong>dérsele el rostro,<br />

y, murmurando <strong>en</strong>tre di<strong>en</strong>tes,<br />

metióse d<strong>en</strong>tro de un hoyo.<br />

Así <strong>en</strong> el mundo sucede:<br />

que los más torpes y tontos,<br />

al que brilla poco o mucho<br />

le zahier<strong>en</strong> <strong>en</strong>vidiosos.<br />

E L Z A G A L Y E L N I D O<br />

—¿Dónde vas, zagal cruel;<br />

dónde vas con ese nido,<br />

ri<strong>en</strong>do tú, mi<strong>en</strong>tras pían<br />

esos tristes pajarillos?<br />

Su madre los dejó solos<br />

<strong>en</strong> este mom<strong>en</strong>to mismo<br />

para buscarles sust<strong>en</strong>to<br />

y dárselo con su pico...<br />

Mírala cuan azorada<br />

54


MARTÍNEZ DE LA ROSA<br />

echa m<strong>en</strong>os a sus hijos,<br />

salta de un árbol a otro;<br />

va, torna, vuela sin tino:<br />

al cielo favor demanda<br />

con ac<strong>en</strong>to dolorido,<br />

mi<strong>en</strong>tras ellos <strong>en</strong> tu mano<br />

bat<strong>en</strong> el ala al oírlo...<br />

Tú también tuviste madre,<br />

y la perdiste aún muy niño,<br />

y te <strong>en</strong>contraste <strong>en</strong> la tierra<br />

sin amparo y sin abrigo...<br />

Las lágrimas se le saltan<br />

al cuitado pastorcillo,<br />

y, vergonzoso y confuso,<br />

deja <strong>en</strong> el árbol el nido.


ANDRES BELLO<br />

Caracas (V<strong>en</strong>ezuela), 1781; t 1865.<br />

L.A ARDILLA, EL DOGOY EL ZORRO<br />

Madama ardilla con un dogo fiero,<br />

compadre antiguo suyo y compañero,<br />

salió al campo una tarde a solazarse.<br />

Entret<strong>en</strong>idos iban <strong>en</strong> gustosa<br />

conversación, y hubieron de alejarse<br />

tanto, que, <strong>en</strong>capotada y tempestuosa,<br />

los sorpr<strong>en</strong>dió la noche a gran distancia<br />

de su común estancia.<br />

Otra posada no se les pres<strong>en</strong>ta<br />

que <strong>en</strong> una alta <strong>en</strong>cina añosa y corpul<strong>en</strong>ta;<br />

el hueco tronco ofrece albergue y cama<br />

a nuestro dogo: la ligera ardilla<br />

se sube de tres brincos a una rama,<br />

y lo mejor que puede se acuclilla.<br />

Danse las bu<strong>en</strong>as noches, y dormidos<br />

quedaron luego. A lo que yo barrunto,<br />

eran las doce <strong>en</strong> punto,<br />

hora propicia al robo y al pillaje,<br />

56


4. BELLO<br />

cuando aportaba por aquel paraje<br />

uno de los ladrones forajidos<br />

de más r<strong>en</strong>ombre: un zorro veterano,<br />

terror de todo el campo comarcano<br />

<strong>en</strong> leguas veinte y treinta a la redonda,<br />

<strong>en</strong> torno al árbol ronda,<br />

alza el hocico hambri<strong>en</strong>to<br />

de palpitante carne; atisba, husmea,<br />

y ve a la ardilla <strong>en</strong> su elevado asi<strong>en</strong>to.<br />

Ya su imaginación la saborea<br />

y la boca se lame,<br />

y la cola m<strong>en</strong>ea;<br />

mas ¿cómo podrá ser que a tanta altura,<br />

si no le nac<strong>en</strong> alas, se <strong>en</strong>carame?<br />

Iba casi a decir "no está madura",<br />

cuando le ocurre una famosa idea.<br />

—Bella señora mía,<br />

vuesa merced perdone —le decía—<br />

si interrumpo su plácido reposo.<br />

Después de tanto afán, cuando el consuelo<br />

de hallarla me concede al fin el cielo,<br />

no puedo cont<strong>en</strong>er el delicioso<br />

júbilo que de mi alma se apodera.<br />

¿ No me conoce usted ? Su bu<strong>en</strong>a madre<br />

hermana fué de mi difunto padre.<br />

T<strong>en</strong>go el honor de ser su primo hermano.<br />

¡Ay! <strong>en</strong> su hora postrera<br />

el v<strong>en</strong>erable anciano<br />

me <strong>en</strong>com<strong>en</strong>dó que luego <strong>en</strong> busca fuera


A. BELLO<br />

de su sobrina y la mitad le diera<br />

de la hac<strong>en</strong>duela escasa<br />

que al salir de esta vida<br />

nos ha dejado. A mi paterna casa<br />

sea usted, pues, mil veces bi<strong>en</strong> v<strong>en</strong>ida,<br />

y déjeme servirla <strong>en</strong> el viaje<br />

de escudero y de paje.<br />

¿Qué es lo que duda usted? ¿Qué la deti<strong>en</strong>e<br />

que de una vez no vi<strong>en</strong>e<br />

a colmar mi v<strong>en</strong>tura, <strong>en</strong> lazo estrecho<br />

juntando el suyo a mi amoroso pecho?<br />

Ella, que por lo visto era ladina,<br />

a par que vivaracha y pizpireta,<br />

y al instante adivina<br />

la artificiosa treta,<br />

así responde al elocu<strong>en</strong>te zorro:<br />

—Fineza tanta, mi querido primo,<br />

y el liberal socorro<br />

del piadoso difunto,<br />

que <strong>en</strong> paz descanse, como debo estimo.<br />

Bajar quisiera al punto;<br />

pero, ya veis... ¡Mi sexo!... A la <strong>en</strong>trevista<br />

es m<strong>en</strong>ester que asista,<br />

si lo t<strong>en</strong>éis a bi<strong>en</strong>, un deudo caro,<br />

que de mis años tiernos fué el amparo;<br />

es persona discreta,<br />

a qui<strong>en</strong> podéis tratar sin etiqueta,<br />

y que holgará de conoceros. Vive<br />

<strong>en</strong> ese cuarto bajo;<br />

58


o**<br />

A. BELLO<br />

llamadle. Don marrajo,<br />

dándose el parabién de su fortuna,<br />

que le depara, según él concibe,<br />

dos presas <strong>en</strong> vez de una,<br />

con la mayor frescura y desahogo<br />

fué, <strong>en</strong> efecto, y llamó. Pero la suerte<br />

se vuelve azar. Despierta airado el dogo,<br />

se abalanza, le atrapa y le da muerte.<br />

Esta s<strong>en</strong>cilla historia nos advierte<br />

a un tiempo, hija querida,<br />

tres importantes cosas:<br />

de un seductor las artes alevosas,<br />

de la maldad el triste paradero,<br />

y lo que vale <strong>en</strong> lances de la vida<br />

la acertada elección de un compañero.<br />

59


FELIX MARIA DE SAMANIEGO<br />

La Guardia (Alara), 1745; t 1806.<br />

EL CAMELLO Y LA PULGA<br />

Al que ost<strong>en</strong>ta valimi<strong>en</strong>to<br />

cuando su poder es tal<br />

que ni influye <strong>en</strong> bi<strong>en</strong> ni <strong>en</strong> mal,<br />

le quiero contar un cu<strong>en</strong>to.<br />

En una larga jornada<br />

un camello muy cargado<br />

exclamó ya fatigado:<br />

—¡ Oh qué carga tan pesada !<br />

Doña pulga, que montada<br />

iba sobre él, al instante<br />

se apea y dice arrogante:<br />

—Del peso te libro yo.<br />

El camello respondió:<br />

—Gracias, señor elefante.<br />

60


I' 1<br />

'"tgfc"' "tí-<br />

SAMANIEGO<br />

L A A L F O R J A<br />

En una alforja al hombro<br />

llevo los vicios;<br />

los aj<strong>en</strong>os, delante;<br />

detrás, los míos.<br />

Esto hac<strong>en</strong> todos:<br />

así v<strong>en</strong> los aj<strong>en</strong>os,<br />

mas no los propios.<br />

61


E L C U E R V O Y E L Z O R R O<br />

En la rama de un árbol,<br />

bi<strong>en</strong> ufano y cont<strong>en</strong>to,<br />

con un queso <strong>en</strong> el pico<br />

estaba el señor cuervo.<br />

Del olor atraído,<br />

un zorro muy maestro<br />

le dijo estas palabras,<br />

a poco más o m<strong>en</strong>os:<br />

—T<strong>en</strong>ga usted bu<strong>en</strong>os días,<br />

señor cuervo, mi dueño;<br />

vaya que estáis donoso,<br />

mono, lindo <strong>en</strong> extremo;<br />

yo no gasto lisonjas<br />

y digo lo que si<strong>en</strong>to;<br />

que si a tu bella traza<br />

corresponde el gorjeo,<br />

juro a la diosa Ceres,<br />

si<strong>en</strong>do testigo el cielo,<br />

que tú serás el Fénix<br />

de sus vastos imperios.<br />

Al oír un discurso<br />

tan dulce y halagüeño,<br />

de vanidad llevado,<br />

62


SAMAN JEGO<br />

quiso cantar el cuervo.<br />

Abrió su negro pico,<br />

dejó caer el queso,<br />

y el muy astuto zorro,<br />

después de haberle preso,<br />

le dijo: —Señor bobo,<br />

pues sin otro alim<strong>en</strong>to<br />

quedáis con alabanzas<br />

tan hinchado y repleto,<br />

digerid las lisonjas<br />

mi<strong>en</strong>tras digiero el queso.<br />

Qui<strong>en</strong> oye aduladores<br />

nunca espere otro premio.


SAM ANIEGO<br />

E L P E R R O Y E L C O C O D R I L O<br />

Bebi<strong>en</strong>do un perro <strong>en</strong> el Nilo<br />

al mismo tiempo corría.<br />

—Bebe quieto —le decía<br />

un taimado cocodrilo—.<br />

Di jóle el perro prud<strong>en</strong>te:<br />

—Dañoso es beber y andar;<br />

pero ¿es sano el aguardar<br />

a que me claves el di<strong>en</strong>te ?<br />

¡ Oh qué docto perro viejo!<br />

Yo v<strong>en</strong>ero su s<strong>en</strong>tir<br />

<strong>en</strong> esto de no seguir<br />

del <strong>en</strong>emigo el consejo.<br />

64


SAMANIEGO<br />

L A S DOS R A N A S<br />

T<strong>en</strong>ían dos ranas<br />

sus pastos vecinos:<br />

una <strong>en</strong> un estanque,<br />

otra <strong>en</strong> un camino.<br />

Cierto día a ésta<br />

aquélla le dijo:<br />

-—¿ Es creíble, amiga,<br />

de tu mucho juicio,<br />

que vivas cont<strong>en</strong>ta<br />

<strong>en</strong>tre los peligros,<br />

donde te am<strong>en</strong>azan<br />

al paso preciso<br />

los pies y las ruedas,<br />

riesgos infinitos?<br />

Deja tal vivi<strong>en</strong>da,<br />

muda de destino,<br />

sigue mi dictam<strong>en</strong><br />

y v<strong>en</strong>te conmigo.<br />

En tono de mofa,<br />

haci<strong>en</strong>do mil mimos,<br />

respondió a su amiga:<br />

—¡ Excel<strong>en</strong>te aviso!<br />

¡ A mí novedades !<br />

Vaya, ¡ que delirio !<br />

Eso sí que fuera<br />

darme el diablo ruido.<br />

¿Yo dejar la casa


SAMA N IB G O<br />

que fué domicilio<br />

de padres, abuelos<br />

y todos los míos,<br />

sin que haya memoria<br />

de haber sucedido<br />

la m<strong>en</strong>or desgracia<br />

desde lu<strong>en</strong>gos siglos ?<br />

—Allá te compongas;<br />

mas t<strong>en</strong> <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido<br />

que tal vez sucede<br />

lo que no se ha visto.<br />

Llegó una carreta<br />

a este tiempo mismo,<br />

y a la triste rana<br />

tortilla la hizo.<br />

Por hombres de seso<br />

muchos hay t<strong>en</strong>idos<br />

que a nuevas razones<br />

cierran los oídos.<br />

Recibir consejos<br />

es un desvarío:<br />

la rancia costumbre<br />

suele ser su libro.<br />

66


SAMANIEGO<br />

E L R A P O S O , L A M U J E R Y E L G A L L O<br />

Con las orejas gachas<br />

y la cola <strong>en</strong>tre piernas<br />

se llevaba un raposo<br />

un gallo de la aldea.<br />

Muchas gracias al alba<br />

que pudo ver la fiesta,<br />

al salir de su casa,<br />

Juana la madruguera.<br />

Como una loca grita:<br />

—¡ Vecinos, que le lleva!<br />

¡ Que es el mío, vecinos!<br />

Oye el gallo las quejas,<br />

y le dice al raposo:<br />

—Dile que no nos mi<strong>en</strong>ta,<br />

que soy tuyo y muy tuyo.<br />

Volvi<strong>en</strong>do la cabeza<br />

le responde el raposo:<br />

—Oye, gran embustera,<br />

no es tuyo, sino mío;<br />

él mismo lo confiesa.<br />

Mi<strong>en</strong>tras esto decía,<br />

el gallo libre vuela,<br />

y <strong>en</strong> la copa de un árbol<br />

canta que se las pela.<br />

El raposo burlado,<br />

huyó, ¡ quién lo creyera!<br />

68


SAM ANIEGO<br />

Yo, pues, a más de cuatro,<br />

muy zorros <strong>en</strong> sus tretas,<br />

por hablar a destiempo<br />

les vi perder la presa.<br />

69


ÜAMANIEGO<br />

E L L E Ó N V E N C I D O P O R E L H O M B R E<br />

Cierto artífice pintó<br />

una lucha <strong>en</strong> que, vali<strong>en</strong>te,<br />

un hombre tan solam<strong>en</strong>te<br />

a un horrible león v<strong>en</strong>ció.<br />

Otro león, que el cuadro vio,<br />

sin preguntar por su autor,<br />

<strong>en</strong> tono despreciador<br />

dijo: —Bi<strong>en</strong> se deja ver<br />

que es pintar como querer<br />

y no fué león el pintor.<br />

70


La lechera.


S AM A NIEGO<br />

L A L E C H E R A<br />

Llevaba <strong>en</strong> la cabeza<br />

una lechera el cántaro al mercado<br />

con aquella presteza,<br />

aquel aire s<strong>en</strong>cillo, aquel agrado,<br />

que va dici<strong>en</strong>do a todo el que lo advierte:<br />

—i Yo sí que estoy cont<strong>en</strong>ta con mi suerte!<br />

Porque no apetecía<br />

más compañía que su p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to,<br />

que alegre le ofrecía<br />

inoc<strong>en</strong>tes ideas de cont<strong>en</strong>to.<br />

Marchaba sola la feliz lechera,<br />

y decía <strong>en</strong>tre sí de esta manera:<br />

—Esta leche v<strong>en</strong>dida,<br />

<strong>en</strong> limpio me dará tanto dinero;<br />

y con esta partida<br />

un canasto de huevos comprar quiero,<br />

para sacar ci<strong>en</strong> polios, que al estío<br />

me rode<strong>en</strong> cantando el pío, pío.<br />

Del importe logrado<br />

de tanto pollo, mercaré un cochino;<br />

con bellota, salvado,<br />

berza, castaña, <strong>en</strong>gordará sin tino;<br />

tanto, que puede ser que yo consiga<br />

el ver cómo le arrastra la barriga.<br />

Llevarélo al mercado;<br />

sacaré de él, sin duda, bu<strong>en</strong> dinero;.<br />

compraré de contado<br />

73


SAMANIBGO<br />

una robusta vaca y un ternero,<br />

que salte y corra toda la campaña<br />

desde el monte cercano a la cabana.<br />

Con este p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to<br />

<strong>en</strong>aj<strong>en</strong>ada, brinca de manera,<br />

que, a su salto viol<strong>en</strong>to,<br />

el cántaro cayó. ¡ Pobre lechera!<br />

i Qué compasión! ¡ Adiós, leche, dinero,<br />

huevos, pollos, lechón, vaca y ternero!<br />

¡ Oh loca fantasía!<br />

i Qué palacios fabricas <strong>en</strong> el vi<strong>en</strong>to!<br />

Modera tu alegría,<br />

no sea que, saltando de cont<strong>en</strong>to,<br />

al contemplar dichosa tu mudanza,<br />

quiebre su cantarillo la esperanza.<br />

No seas ambiciosa<br />

de mejor o más próspera fortuna,<br />

que vivirás ansiosa,<br />

sin que pueda saciarte cosa alguna.<br />

No anheles, impaci<strong>en</strong>te, el bi<strong>en</strong> futuro;<br />

mira que ni el pres<strong>en</strong>te está seguro.


Jlí^ NIEGO<br />

L O S G A T O S E S C R U P U L O S O S<br />

¡ Qué dolor! Por un descuido<br />

Mizifuf y Zapirón<br />

se comieron un capón<br />

<strong>en</strong> un asador metido.<br />

Después de haberse lamido,<br />

trataron <strong>en</strong> confer<strong>en</strong>cia<br />

si obrarían con prud<strong>en</strong>cia<br />

<strong>en</strong> comerse el asador.<br />

—¿ Lo comieron ? —No, señor:<br />

Era caso de conci<strong>en</strong>cia.<br />

E L V I E J O Y L A M U E R T E 1<br />

Entre montes, por áspero camino,<br />

tropezando con una y otra peña,<br />

iba un viejo cargado con su leña,<br />

maldici<strong>en</strong>do su mísero destino.<br />

Al fin cayó, y viéndose de suerte<br />

que ap<strong>en</strong>as levantarse ya podía,<br />

llamaba con colérica porfía<br />

una, dos y tres veces a la muerte.<br />

Armada de guadaña <strong>en</strong> esqueleto<br />

la Parca se le ofrece <strong>en</strong> aquel punto;<br />

pero el viejo, temi<strong>en</strong>do ser difunto,<br />

ll<strong>en</strong>o más de temor que de respeto,<br />

i Ver el mismo asunto <strong>en</strong> la pág. 184.<br />

75


SAMANIEGO<br />

trémulo la decía y balbuci<strong>en</strong>te:<br />

-—Yo... señora... os llamé desesperado;<br />

pero... —Acaba: ¿qué quieres, desdichado?<br />

—Que me carguéis la leña solam<strong>en</strong>te.<br />

T<strong>en</strong>ga paci<strong>en</strong>cia qui<strong>en</strong> se cree infelice,<br />

que aun <strong>en</strong> la situación más lam<strong>en</strong>table<br />

es la vida del hombre siempre amable:<br />

el viejo de la leña nos lo dice.<br />

L A M O N A<br />

Subió una mona a un nogal,<br />

y cogi<strong>en</strong>do una nuez verde,<br />

<strong>en</strong> la cascara la muerde,<br />

con que le supo muy mal.<br />

Arrojóla el animal,<br />

y se quedó sin comer.<br />

Así suele suceder<br />

a qui<strong>en</strong> su empresa abandona<br />

porque halla, como la mona,<br />

al principio que v<strong>en</strong>cer.<br />

76


SAMANIEGO<br />

L O S D O S A M I G O S Y E L O S O<br />

A dos amigos se aparece un oso:<br />

el uno, muy medroso,<br />

<strong>en</strong> las ramas de un árbol se asegura;<br />

el otro, abandonado a la v<strong>en</strong>tura,<br />

se finge muerto rep<strong>en</strong>tinam<strong>en</strong>te.<br />

El oso se le acerca l<strong>en</strong>tam<strong>en</strong>te;<br />

mas como este animal, según se cu<strong>en</strong>ta,<br />

de cadáveres nunca se alim<strong>en</strong>ta,<br />

sin of<strong>en</strong>derle le registra y toca,<br />

huélele las nances y la boca,<br />

no le si<strong>en</strong>te el ali<strong>en</strong>to<br />

ni el m<strong>en</strong>or movimi<strong>en</strong>to,<br />

y así se fué dici<strong>en</strong>do sin recelo:<br />

—Este tan muerto está como mi abuelo.<br />

Entonces el cobarde,<br />

de su grande amistad haci<strong>en</strong>do alarde,<br />

del árbol se despr<strong>en</strong>de muy ligero,<br />

corre, llega y abraza al compañero;<br />

pondera la fortuna<br />

de haberle hallado sin lesión alguna,<br />

y al fin le dice: —Sepas que he notado<br />

que el oso te decía algún recado.<br />

¿ Qué pudo ser ? —Diréte lo que ha sido :<br />

estas dos palabritas al oído:<br />

"Aparta tu amistad de la persona<br />

que si te ve <strong>en</strong> el riesgo te abandona."<br />

77


L A Z O R R A Y L A S U V A S<br />

Es voz común que a más del mediodía,<br />

<strong>en</strong> ayunas la zorra iba cazando:<br />

halla una parra; quédase mirando<br />

de la alta vid el fruto que p<strong>en</strong>día.<br />

Causábale mil ansias y congojas<br />

no alcanzar a las uvas con la garra,<br />

al mostrar a sus di<strong>en</strong>tes la alta parra<br />

negros racimos <strong>en</strong>tre verdes hojas.<br />

Miró, saltó y anduvo <strong>en</strong> probaduras;<br />

pero vio el imposible ya de fijo;<br />

<strong>en</strong>tonces fué cuando la zorra dijo:<br />

—No las quiero comer. No están maduras.<br />

/8


SAMANIEGO<br />

No por eso te muestres impaci<strong>en</strong>te,<br />

si se te frustra, Fabio, algún int<strong>en</strong>to;<br />

aplica bi<strong>en</strong> el cu<strong>en</strong>to,<br />

y di: No están maduras, frescam<strong>en</strong>te.<br />

79


E L C O N G R E S O D E L O S R A T O N E S 1<br />

Desde el gran Zapirón, el blanco y rubio,<br />

que después de las aguas del diluvio<br />

fué padre universal de todo gato,<br />

ha sido Miauragato<br />

qui<strong>en</strong> más sangri<strong>en</strong>tam<strong>en</strong>te<br />

persiguió a la infeliz ratona g<strong>en</strong>te.<br />

Lo cierto es que obligada<br />

de su persecución, la desdichada,<br />

<strong>en</strong> Ratópolis tuvo su congreso.<br />

Propuso el elocu<strong>en</strong>te Roequeso<br />

echarle un cascabel, y de esa suerte<br />

al ruido escaparían de la muerte.<br />

El proyecto aprobaron uno a uno.<br />

¿Quién lo ha de ejecutar? Eso, ninguno.<br />

—Yo soy corto de vista. —Yo, muy viejo.<br />

—Yo, gotoso—, decían. El consejo<br />

se acabó como muchos <strong>en</strong> el mundo.<br />

Propon<strong>en</strong> un proyecto sin segundo:<br />

le aprueban. Hac<strong>en</strong> otro. ¡Qué port<strong>en</strong>to!<br />

¿Pero la ejecución? Ahí está el cu<strong>en</strong>to.<br />

i Ver el mismo asunto <strong>en</strong> la pág. iSg.<br />

8o


El Congreso de los ratone».


SAMANIEGO<br />

E L C H A R L A T Á N<br />

—Si cualquiera de ustedes<br />

se da por las paredes<br />

o arroja de un tejado<br />

y queda a bu<strong>en</strong> librar descostillado,<br />

yo me reiré muy bi<strong>en</strong>, importa un pito,<br />

como t<strong>en</strong>ga mi bálsamo exquisito.<br />

Con esta relación un chacharero<br />

gana mucha opinión y más dinero,<br />

pues el vulgo, p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te de sus labios,<br />

más quiere a un charlatán que a veinte sabios.<br />

Por esta conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>cia<br />

los hay el día de hoy <strong>en</strong> toda ci<strong>en</strong>cia<br />

que ocupan, igualm<strong>en</strong>te acreditados,<br />

cátedras, academias y tablados.<br />

Prueba de esta verdad será un famoso<br />

doctor <strong>en</strong> elocu<strong>en</strong>cia, tan copioso<br />

<strong>en</strong> charlatanería,<br />

que ofreció <strong>en</strong>señaría<br />

a hablar discreto con fecundo pico,<br />

<strong>en</strong> diez años de término, a un borrico.<br />

Sábelo el rey; le llama, y al mom<strong>en</strong>to<br />

le manda dé lecciones a un jum<strong>en</strong>to;<br />

pero bi<strong>en</strong> <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido<br />

que sería, cumpli<strong>en</strong>do lo ofrecido,<br />

ricam<strong>en</strong>te premiado,<br />

mas cuando no, que moriría ahorcado.<br />

El doctor asegura nuevam<strong>en</strong>te<br />

83


SAMANIEGU<br />

sacar un orador asno elocu<strong>en</strong>te.<br />

Dícele callandito un cortesano:<br />

—Escuche, bu<strong>en</strong> hermano;<br />

su frescura me espanta;<br />

a cáñamo me huele su garganta.<br />

—No temáis, señor mío<br />

—respondió el charlatán—, pues yo me<br />

<strong>en</strong> diez años de plazo que t<strong>en</strong>emos,<br />

el rey, el asno o yo ¿no moriremos?<br />

Nadie <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra embarazo<br />

<strong>en</strong> dar un largo plazo<br />

a importantes negocios; mas no advierte<br />

que ajusta mal su cu<strong>en</strong>ta sin la muerte.<br />

L A C I G A R R A Y L A H O R M I G A<br />

Cantando la cigarra<br />

pasó el verano <strong>en</strong>tero,<br />

sin hacer provisiones<br />

allá para el invierno.<br />

Los fríos la obligaron<br />

a guardar el sil<strong>en</strong>cio<br />

y a acogerse al abrigo<br />

de su estrecho apos<strong>en</strong>to.<br />

Vióse desproveída<br />

del preciso sust<strong>en</strong>to,<br />

sin mosca, sin gusano,<br />

sin trigo, sin c<strong>en</strong>t<strong>en</strong>o.<br />

i Ver el mismo asunto <strong>en</strong> la pág. 141.<br />

84


SAMANIEGO<br />

Habitaba la hormiga<br />

allí tabique <strong>en</strong> medio,<br />

y con mil expresiones<br />

de at<strong>en</strong>ción y respeto,<br />

la dijo: —Doña hormiga,<br />

pues que <strong>en</strong> vuestros graneros<br />

sobran las provisiones<br />

para vuestro alim<strong>en</strong>to,<br />

prestad alguna cosa<br />

con que viva este invierno<br />

esta triste cigarra,<br />

que alegre <strong>en</strong> otro tiempo<br />

nunca conoció el daño,<br />

nunca supo temerlo.<br />

No dudéis <strong>en</strong> prestarme,<br />

que fielm<strong>en</strong>te prometo<br />

pagaros con ganancias,<br />

por el nombre que t<strong>en</strong>go.<br />

La codiciosa hormiga<br />

respondió con d<strong>en</strong>uedo,<br />

ocultando a la espalda<br />

las llaves del granero:<br />

—¡ Yo prestar lo que gano<br />

con un trabajo inm<strong>en</strong>so!<br />

Dime, pues, holgazana:<br />

¿ Qué has hecho <strong>en</strong> el bu<strong>en</strong> tiempo ?<br />

—Yo —dijo la cigarra—,<br />

a todo pasajero<br />

85


SAM ANIEGO<br />

cantaba alegrem<strong>en</strong>te<br />

sin cesar ni un mom<strong>en</strong>to.<br />

—¡ Hola! ¿ Con que cantabas<br />

cuando yo andaba al remo?<br />

Pues ahora que yo como,<br />

baila, pese a tu cuerpo.<br />

86


TOMAS DE IRIARTE<br />

Santa Cruz de Orotava, Canarias, 1750; t 1791<br />

LOS DOS CONEJOS<br />

Por <strong>en</strong>tre unas matas,<br />

seguido de perros<br />

(no diré corria)<br />

volaba un conejo.<br />

De su madriguera<br />

salió un compañero,<br />

y le dijo: —T<strong>en</strong>te;<br />

amigo, ¿qué es esto?<br />

—¿Qué ha de ser? —responde—<br />

sin ali<strong>en</strong>to llego...<br />

dos picaros galgos<br />

me vi<strong>en</strong><strong>en</strong> sigui<strong>en</strong>do.<br />

—Sí —replica el otro—;<br />

por allí los veo;<br />

pero no son galgos.<br />

—Pues ¿qué son? —Pod<strong>en</strong>cos.<br />

87


1R1ARTB<br />

—¿Qué? ¿Pod<strong>en</strong>cos dices?<br />

Sí; como mi abuelo.<br />

Galgos y muy galgos;<br />

bi<strong>en</strong> vistos los t<strong>en</strong>go.<br />

•—Son pod<strong>en</strong>cos: vaya,<br />

que no <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>des de eso.<br />

—Son galgos, te digo.<br />

—Digo que pod<strong>en</strong>cos.<br />

En esta disputa<br />

llegando los perros,<br />

pillan descuidados<br />

a mis dos conejos.<br />

Los que por cuestiones<br />

de poco mom<strong>en</strong>to<br />

dejan lo que importa,<br />

llév<strong>en</strong>se este ejemplo.


1R1ARTE<br />

E L G O Z Q U E Y E L M A C H O D E N O R I A '<br />

Bi<strong>en</strong> habrá visto el lector<br />

<strong>en</strong> hostería o conv<strong>en</strong>to<br />

un artificioso inv<strong>en</strong>to<br />

para andar el asador.<br />

Rueda de madera es<br />

con escalones, y un perro<br />

metido <strong>en</strong> aquel <strong>en</strong>cierro<br />

le da vueltas con los pies.<br />

Parece que cierto can<br />

que la máquina movía,<br />

empezó a decir un día:<br />

—Bi<strong>en</strong> trabajo, y ¿qué me dan?<br />

¡ Gomo sudo ! ¡ Ay, infeliz !<br />

Y al cabo, por gran exceso,<br />

me arrojarán algún hueso<br />

que sobre de esa perdiz.<br />

Con mucha incomodidad,<br />

aquí la vida se pasa;<br />

me iré, no sólo de casa,<br />

mas también de la ciudad.


IRIARTE<br />

Ap<strong>en</strong>as le dieron suelta,<br />

huy<strong>en</strong>do con disimulo,<br />

llegó al campo, <strong>en</strong> donde un mulo<br />

a una noria daba vuelta.<br />

Y no le hubo visto bi<strong>en</strong><br />

cuando dijo: —¿Quién va allá?<br />

Parece que por acá<br />

asamos carne también.<br />

—No aso carne, que agua saco,<br />

—el macho le respondió—.<br />

—Eso también lo haré yo<br />

—saltó el can—, aunque estoy flaco.<br />

Como esa rueda es mayor,<br />

algo más trabajaré.<br />

¿Tanto pesa...? Pues ¿y qué?<br />

¿No ando la de mi asador?<br />

Me habrán de dar, sobre todo,<br />

más ración, t<strong>en</strong>dré más gloria...<br />

Entonces el de la noria<br />

le interrumpió de este modo:<br />

—Que se vuelva le aconsejo<br />

a voltear su asador,<br />

que esta empresa es superior<br />

a las fuerzas de un gozquejo.<br />

¡Mir<strong>en</strong> el mulo bellaco,<br />

y qué bi<strong>en</strong> le replicó!<br />

Lo mismo he leído yo<br />

-<strong>en</strong> un tal Horacio Flaco,


IRIARTE<br />

que a un autor da por gran yerro<br />

cargar con lo que después<br />

no podrá llevar: esto es,<br />

que no ande la noria el perro.<br />

9i


L A A R D I L L A Y E L C A B A L L O<br />

Mirando estaba una ardilla<br />

a un g<strong>en</strong>eroso alazán,<br />

que dócil a espuela y ri<strong>en</strong>da<br />

se adiestraba <strong>en</strong> galopar.<br />

Viéndole hacer movimi<strong>en</strong>tos<br />

tan veloces y a compás,<br />

de aquesta suerte le dijo<br />

con muy poca cortedad:<br />

—Señor mío:<br />

de ese brío,<br />

ligereza<br />

y destreza<br />

no me espanto ;<br />

que otro tanto<br />

suelo hacer, y acaso más.<br />

92


IRIA r E<br />

Yo soy viva,<br />

soy activa,<br />

me m<strong>en</strong>eo,<br />

me paseo,<br />

yo trabajo,<br />

subo y bajo,<br />

no me estoy quieta jamás.<br />

El paso deti<strong>en</strong>e <strong>en</strong>tonces<br />

el bu<strong>en</strong> potro, y muy formal,<br />

<strong>en</strong> los términos sigui<strong>en</strong>tes<br />

respuesta a la ardilla da:<br />

—Tantas idas<br />

y v<strong>en</strong>idas,<br />

tantas vueltas<br />

93


IRIARTB<br />

y revueltas,<br />

quiero, amiga,<br />

que me diga:<br />

¿son de alguna utilidad?<br />

Yo me afano,<br />

mas no <strong>en</strong> vano.<br />

Sé mi oficio,<br />

y <strong>en</strong> servicio<br />

de mi dueño<br />

t<strong>en</strong>go empeño<br />

de lucir mi habilidad.<br />

Con que algunos escritores<br />

ardillas también serán,<br />

si <strong>en</strong> obras frivolas gastan<br />

todo el calor natural.<br />

L A C O M P R A D E L A S N O<br />

Ayer por mi calle<br />

pasaba un borrico,<br />

el más adornado<br />

que <strong>en</strong> mi vida he visto.<br />

Albarda y cabestro<br />

eran nuevecitos,<br />

con flecos de seda<br />

rojos y amarillos.<br />

Borlas y p<strong>en</strong>acho<br />

94


IRI ARTE<br />

llevaba el poñino,<br />

lazos, cascabeles<br />

y otros atavíos;<br />

y hechos a tijera,<br />

con arte prolijo,<br />

<strong>en</strong> pescuezo y anca<br />

dibujos muy lindos.<br />

Parece que el dueño,<br />

que es, según me han dicho,<br />

un chalán, gitano<br />

de los más ladinos,<br />

v<strong>en</strong>dió aquella alhaja<br />

a un hombre s<strong>en</strong>cillo;<br />

y añad<strong>en</strong> que al pobre<br />

le costó un s<strong>en</strong>tido.<br />

Volvi<strong>en</strong>do a su casa,<br />

mostró a sus vecinos<br />

la famosa compra,<br />

y uno de ellos dijo:<br />

—Veamos, compadre,<br />

si este animalito<br />

ti<strong>en</strong>e tan bu<strong>en</strong> cuerpo<br />

como bu<strong>en</strong> vestido.<br />

Empezó a quitarle<br />

todos los aliños;<br />

y bajo la albarda,<br />

al primer registro,<br />

le hallaron el lomo<br />

05


IRIARTB<br />

asaz malférido,<br />

con seis mataduras<br />

y tres lobanillos,<br />

amén de dos grietas<br />

y un tumor antiguo<br />

que bajo la cincha<br />

estaba escondido.<br />

—¡ Burro! —dijo el hombre—,<br />

más que el burro mismo<br />

soy yo, que me pago<br />

de adornos postizos!<br />

A fe que este lance<br />

no echaré <strong>en</strong> olvido;<br />

pues vi<strong>en</strong>e de molde<br />

a un amigo mío,<br />

el cual a bu<strong>en</strong> precio<br />

ha comprado un libro<br />

bi<strong>en</strong> <strong>en</strong>cuadernado<br />

que no vale un pito.<br />

E L N A T U R A L I S T A Y L A S L A G A R T I J A S<br />

Vio <strong>en</strong> una huerta<br />

dos lagartijas<br />

cierto curioso<br />

naturalista.<br />

Cógelas ambas<br />

96


IRIARTB<br />

y a toda prisa<br />

quiere hacer de ellas<br />

anatomía.<br />

Ya me ha pillado<br />

la más rolliza;<br />

miembro por miembro<br />

ya me la trincha;<br />

el microscopio<br />

luego le aplica.<br />

Patas y cola,<br />

pellejo y tripas,<br />

ojos y cuello,<br />

lomo y barriga,<br />

todo lo aparta<br />

y lo examina.<br />

Toma la pluma,<br />

de nuevo mira,<br />

escribe un poco,<br />

recapacita.<br />

Sus mamotretos<br />

después registra,<br />

vuelve a la propia<br />

carnicería.<br />

Varios curiosos<br />

de su pandilla<br />

<strong>en</strong>tran a verle.<br />

Dales noticia<br />

de lo que observa:<br />

97<br />

8


IHI ARTE<br />

unos se admiran,<br />

otros preguntan,<br />

otros cavilan.<br />

Finalizada<br />

la anatomía,<br />

cansóse el sabio<br />

de lagartija;<br />

soltó la otra,<br />

que estaba viva.<br />

Ella se vuelve<br />

a sus r<strong>en</strong>dijas,<br />

<strong>en</strong> donde, hablando<br />

con sus vecinas,<br />

todo el suceso<br />

les participa.<br />

—'No hay que dudarlo,<br />

no —les decía—;<br />

con estos ojos<br />

lo vi yo misma.<br />

Se ha estado el hombre<br />

todito un día<br />

mirando el cuerpo<br />

de nuestra amiga.<br />

¿Y hay qui<strong>en</strong> nos trate<br />

de sabandijas?<br />

¿Cómo se sufre<br />

tal injusticia,<br />

cuando t<strong>en</strong>emos<br />

98


IRIARTB<br />

cosas tan dignas<br />

de contemplarse<br />

y andar escritas?<br />

No hay que abatirse,<br />

noble cuadrilla;<br />

valemos mucho,<br />

por más que digan.<br />

¿Y querrán luego<br />

que no se <strong>en</strong>grían<br />

ciertos autores<br />

de obras inicuas?<br />

Les honra mucho<br />

qui<strong>en</strong> los critica.<br />

No seriam<strong>en</strong>te,<br />

muy por <strong>en</strong>cima<br />

deb<strong>en</strong> notarse<br />

sus tonterías;<br />

que hacer gran caso<br />

de lagartijas<br />

es dar motivo<br />

de que repitan:<br />

—Valemos mucho,<br />

por más que digan.<br />

E L OSO, L A M O N A Y E L C E R D O<br />

Un oso con que la vida<br />

ganaba un piamontés,<br />

99


IRIARTB<br />

la no muy bi<strong>en</strong> apr<strong>en</strong>dida<br />

danza <strong>en</strong>sayaba <strong>en</strong> dos pies.<br />

Queri<strong>en</strong>do hacer de persona,<br />

dijo a una mona: —¿Qué tal?<br />

Era perita la mona,<br />

y respondióle: —Muy mal.<br />

—Yo creo —replicó el oso—<br />

que me haces poco favor.<br />

Pues qué, ¿mi aire no es garboso<br />

¿ No hago el paso con primor ?<br />

Estaba el cerdo pres<strong>en</strong>te<br />

y dijo: —¡ Bravo! ¡ Bi<strong>en</strong> va! ;<br />

¡ Bailarín más excel<strong>en</strong>te<br />

no se ha visto ni verá!<br />

Echó el oso, al oír esto,<br />

sus cu<strong>en</strong>tas allá <strong>en</strong>tre sí,<br />

y con ademán modesto<br />

hubo de exclamar así:<br />

—Cuando me desaprobaba<br />

la mona, llegué a dudar;<br />

mas ya que el cerdo me alaba,<br />

muy mal debo de bailar.<br />

Guarde para su regalo<br />

esta s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cia un autor:<br />

"Si el sabio no aprueba, ¡malo!;<br />

si el necio aplaude, ¡peor!"<br />

100


I R I A R T B<br />

E L T O P O Y O T R O S A N I M A L E S<br />

Ciertos animalitos,<br />

todos de cuatro pies,<br />

a la gallina ciega<br />

jugaban una vez.<br />

Un perrillo, una zorra<br />

y un ratón,' que son tres;<br />

una ardilla, una liebre<br />

y un mono, que son seis.<br />

Este a todos v<strong>en</strong>daba<br />

los ojos, como que es<br />

el que mejor se sabe<br />

de las manos valer.<br />

Oyó un topo la bulla,<br />

y dijo: —Pues, ¡pardiez!,<br />

que voy allá, y <strong>en</strong> rueda<br />

me he de meter también.<br />

Pidió que le admities<strong>en</strong> ;<br />

y el mono, muy cortés,<br />

se lo otorgó (sin duda<br />

para hacer burla de él).<br />

El topo a cada paso<br />

daba veinte traspiés,<br />

porque ti<strong>en</strong>e los ojos<br />

cubiertos de una piel;<br />

y a la primera vuelta,<br />

101


IR IARTE<br />

como era de creer,<br />

facilísimam<strong>en</strong>te<br />

pillan a su merced.<br />

De ser gallina ciega<br />

le tocaba la vez;<br />

y ¿quién mejor podía<br />

hacer este papel?<br />

Pero él, con disimulo,<br />

por el bi<strong>en</strong> parecer,<br />

dijo al mono : —¿ Qué hacemos ?<br />

Vaya, ¿me v<strong>en</strong>da usted?<br />

Si el que es ciego y lo sabe,<br />

apar<strong>en</strong>ta que ve,<br />

qui<strong>en</strong> sabe que es idiota,<br />

¿confesará que lo es?


£1 topo y otros animales.


IRIARTE<br />

LOS DOS LOROS Y LA COTORRA<br />

De Santo Domingo trajo<br />

dos loros una señora.<br />

La isla es mitad francesa<br />

y otra mitad española;<br />

así, cada animalito<br />

hablaba distinto idioma.<br />

Pusiéronles al balcón,<br />

y aquello era Babilonia.<br />

De francés y castellano<br />

hicieron tal pepitoria,<br />

que al cabo ya no sabían<br />

hablar ni una l<strong>en</strong>gua ni otra.<br />

El francés del español<br />

tomó voces, aunque pocas;<br />

el español al francés<br />

casi se las toma todas.<br />

Manda el ama separarlos,<br />

y el francés luego reforma<br />

las palabras que apr<strong>en</strong>dió<br />

de l<strong>en</strong>gua que no es de moda.<br />

El español, al contrario,<br />

no olvida la jerigonza,<br />

y aun discurre que con ella<br />

ilustra su l<strong>en</strong>gua propia.<br />

Llegó a pedir <strong>en</strong> francés<br />

105


I R I A R T E<br />

los garbanzos de la olla;<br />

y desde el balcón de <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>te<br />

una erudita cotorra<br />

la carcajada soltó,<br />

haci<strong>en</strong>do del loro mofa.<br />

El respondió solam<strong>en</strong>te,<br />

como por tacha afr<strong>en</strong>tosa:<br />

—Vos no sois que una purista.<br />

Y ella dijo: —¡A mucha honra!—<br />

¡Vaya, que los loros son<br />

lo mismo que las personas!<br />

L A C A M P A N A Y E L E S Q U I L Ó N<br />

En cierta catedral una campana había<br />

que sólo se tocaba algún solemne día.<br />

Con el más recio son, con pausado compás,<br />

cuatro golpes o tres solía dar no más.<br />

Por esto y ser mayor de la ordinaria marca<br />

celebrada fué siempre <strong>en</strong> toda la comarca.<br />

T<strong>en</strong>ía la ciudad <strong>en</strong> su jurisdicción<br />

una aldea infeliz, de corta población,<br />

si<strong>en</strong>do su parroquial una pobre iglesita<br />

con chico campanario, a modo de una ermita,<br />

y un rajado esquilón, p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te <strong>en</strong> medio de él,<br />

era allí qui<strong>en</strong> hacía el principal papel.<br />

A fin de que imitase aqueste campanario<br />

106


**J-g3 "D'<br />

I R I A R T E<br />

al de la catedral, dispuso el vecindario<br />

que despacio y muy poco el dichoso esquilón<br />

se hubiese de tocar sólo <strong>en</strong> tal cual función;<br />

y pudo tanto aquello <strong>en</strong> la g<strong>en</strong>te aldeana,<br />

que el esquilón pasó por una gran campana.<br />

Muy verosímil es, pues que la gravedad<br />

suple <strong>en</strong> muchos así por la capacidad;<br />

dígnanse rara vez de despegar sus labios,<br />

y pi<strong>en</strong>san que con esto imitan a los sabios.<br />

E L P E D E R N A L Y E L E S L A B Ó N<br />

Al eslabón de cruel<br />

trató el pedernal un día,<br />

porque a m<strong>en</strong>udo le hería<br />

para sacar chispas de él.<br />

Riñ<strong>en</strong>do éste con aquél,<br />

al separarse los dos,<br />

—Quedaos —dijo— con Dios.<br />

¿Valéis vos algo sin mí?<br />

Y el otro responde: —Sí,<br />

lo que sin mí valéis vos.<br />

Este ejemplo material<br />

todo escritor considere<br />

que largo estudio no uniere<br />

al tal<strong>en</strong>to natural.<br />

107


1 RI A R T E<br />

Ni da lumbre el pedernal<br />

sin auxilio de eslabón,<br />

ni hay bu<strong>en</strong>a disposición<br />

que luzca faltando el arte;<br />

si obra cada cual aparte,<br />

ambos inútiles son.<br />

E L B U R R O F L A U T I S T A<br />

Esta fabulilla,<br />

salga bi<strong>en</strong> o mal,<br />

me ha ocurrido ahora<br />

por casualidad.<br />

Cerca de unos prados<br />

que hay <strong>en</strong> mi lugar,<br />

pasaba un borrico<br />

por casualidad.<br />

Una flauta <strong>en</strong> ellos<br />

halló, que un zagal<br />

se dejó olvidada<br />

por casualidad.<br />

Acercóse a olería<br />

el dicho animal,<br />

y dio un resoplido<br />

por casualidad.<br />

En la flauta el aire<br />

se hubo de colar,<br />

108


I R I A R T B<br />

y sonó la flauta<br />

por casualidad.<br />

—¡Oh •—dijo el borrico,<br />

qué bi<strong>en</strong> sé tocar!<br />

¡Y dirán que es mala<br />

la música asnal!<br />

Sin reglas del arte<br />

borriquitos hay,<br />

que una vez aciertan<br />

por casualidad.<br />

109


PEDRO DE SALAS<br />

Comi<strong>en</strong>zos del siglo xvll.<br />

E L R A T Ó N D E L C A M P O Y E L C O R T E S A N O 1<br />

A un ratón cortesano otro salvaje<br />

dio rústico hospedaje. En parca mesa<br />

su pobreza profesa; aunque arrastrados,<br />

sus más ricos bocados le franquea:<br />

desechos de la aldea, cualque orujo<br />

y mijo allí le trujo. El mejor plato<br />

fué un zatico mulato. El estadista<br />

ratón, con grave vista, al campesino<br />

dice : —¡ Triste, mezquino, miserable !<br />

¿Cómo te es tolerable aquesta vida?<br />

Si tan lauta comida hay <strong>en</strong> la aldea,<br />

a qui<strong>en</strong> tal la desea bi<strong>en</strong> le cuadre.<br />

¡ No más campo, compadre! V<strong>en</strong> conmigo<br />

y verás cuánto va de amigo a amigo.<br />

Paso a paso por una y otra cueva<br />

al palacio le lleva, y muy sin ruido<br />

le previ<strong>en</strong>e al descuido que esté alerta<br />

a todo son de puerta. Por estrados<br />

ricam<strong>en</strong>te alfombrados, cañas juegan,<br />

i Incluyo esta fábula como muestra de rima interna,<br />

una versificación que estuvo <strong>en</strong> boca a comi<strong>en</strong>zos del siglo<br />

XVII, <strong>en</strong> que se <strong>en</strong>sayaron multitud de variedades rítmicas.<br />

Ver el naisnio asunto <strong>en</strong> la pág. 203.<br />

I 10


S ALAS<br />

saltan, retozan, bregan y ya hambri<strong>en</strong>tos<br />

<strong>en</strong>tran con pasos l<strong>en</strong>tos la desp<strong>en</strong>sa,<br />

adonde, sin of<strong>en</strong>sa de <strong>en</strong>emigos,<br />

<strong>en</strong> dos quesos amigos le sepulta.<br />

De aqui por s<strong>en</strong>da oculta le <strong>en</strong>dereza<br />

a su mayor riqueza, que atesora<br />

una alac<strong>en</strong>a. Agora <strong>en</strong>tre conservas<br />

le dice : —¿ Vuestras hierbas, ermitaño,<br />

daros han todo un año tan bu<strong>en</strong> día ?<br />

Mirad la gloria mía. ¡ Este es banquete<br />

y no el vuestro, pobrete ! Al mejor plato<br />

oy<strong>en</strong> que maulla un gato, habla una puerta.<br />

—¡Ay! ¡Nuestra muerte es cierta! —el cortesana<br />

al ratón aldeano triste exclama.<br />

Turbado se derrama cada uno<br />

por su hueco oportuno. El ratoncillo<br />

agreste halló un portillo a dicha rara,<br />

y volvi<strong>en</strong>do la cara hacia el palacio.<br />

respirando despacio, dice : —¡ Oh fuego<br />

<strong>en</strong> tal desasosiego! Tus manjares<br />

más dulces, rejalgares son. ¿Tus gustos<br />

compras con tales sustos? ¿Muerte al ojo?<br />

i Xo más corte! Yo escojo <strong>en</strong> paz mis hierbas.<br />

no <strong>en</strong> guerra tus conservas, con tal costa,<br />

que tu ancha puerta angosta al temor vi<strong>en</strong>e,<br />

y tu regalo mil v<strong>en</strong><strong>en</strong>os ti<strong>en</strong>e.<br />

(Afectos divinos. Valladolid, 1638.)<br />

III


JOSÉ DE CAÑIZARES<br />

Madrid, 1676; t 1750.<br />

L O C I E R T O P O R L O D U D O S O 1<br />

¡ Ay de vosotros, si acaso<br />

dejáis torticeram<strong>en</strong>te<br />

el bi<strong>en</strong> que está asegurado<br />

por el que <strong>en</strong> duda os promet<strong>en</strong>!<br />

Contaros quiero aquel cu<strong>en</strong>to,<br />

que ya cuido que sabedes,<br />

del can que al agua llegó<br />

con la presa que hurtó alegre;<br />

y reparando al pasar<br />

que el espejo transpar<strong>en</strong>te<br />

del arroyo le ofrecía,<br />

<strong>en</strong> la fugitiva especie<br />

de la sombra, otro pedazo<br />

mayor que el que asido ti<strong>en</strong>e,<br />

Ver el mismo asunto <strong>en</strong> la pá,g. 190.<br />

112


C AÑI Z A RES<br />

<strong>en</strong>gañado y codicioso<br />

abrió, por trocar las suertes,<br />

la boca, para agarrar<br />

el otro; pero, ¡ pardieces!,<br />

que el pedazo que soltó,<br />

llevado de la corri<strong>en</strong>te,<br />

sin ambos a dos le deja;<br />

que eso y mucho más merece<br />

qui<strong>en</strong> por la sombra desprecia<br />

la realidad que posee.<br />

(La heroica Antoría García, jornada 2.")


FRANCISCO DE LA TORRE<br />

N. <strong>en</strong> Tortosa hacia 1620; t hacia 1680.<br />

AL ROMPER EL ALBA<br />

A cierto clérigo, que era<br />

madrugador impaci<strong>en</strong>te,<br />

le esperaba mucha g<strong>en</strong>te<br />

para la misa primera.<br />

Tarde el clérigo llegó,<br />

y al querer con mucha prisa<br />

salir a decir su misa,<br />

la alba de un clavo se asió;<br />

y aquí dijo, haci<strong>en</strong>do salva<br />

a la g<strong>en</strong>te <strong>en</strong> pronto alarde:<br />

•—Señores, no v<strong>en</strong>go tarde,<br />

pues v<strong>en</strong>go al romper el alba.<br />

(La confesión con el Demonio, jornada<br />

11.


AGUSTÍN MORETO<br />

Madrid, JÓJ¿; t 1669.<br />

RESPUESTA DE PERO GRULLO<br />

De frailes acompañado<br />

pasaba un <strong>en</strong>tierro un día,<br />

y uno, a qui<strong>en</strong> le parecía<br />

el <strong>en</strong>tierro autorizado,<br />

a un fraile con inquietud<br />

—-¿ Quién ha muerto ? —preguntó—,<br />

y el fraile le respondió:<br />

—El que va <strong>en</strong> el ataúd.<br />

(Industrias contra finezas, jornada 2. a , esc<strong>en</strong>a XIII.)<br />

CODICIA DE LO PROHIBIDO<br />

Yaya un ejemplo. En mi tierra<br />

había una doncellita<br />

opilada, con gran riesgo,<br />

de puro comer c<strong>en</strong>iza.<br />

Sus padres la reservaban<br />

del brasero y ¡a cocina,<br />

de suerte que cuando ella<br />

la daba alcance, embutía<br />

"5


MORETo<br />

c<strong>en</strong>iza al sabor del hurto<br />

como si fueran mellizas.<br />

Llegó del caso a la muerte;<br />

y el doctor que la asistía,<br />

para curarla, fingió<br />

que su muerte era precisa<br />

si de c<strong>en</strong>iza un brasero<br />

no comiese cada día.<br />

Ella pidió luego a gritos<br />

tan sabrosa medicina.<br />

Trajéronla un gran brasero,<br />

y al com<strong>en</strong>zar a embestilla,<br />

como ya allí le faltaba<br />

el sabor de prohibida<br />

(que a nuestro ruin apetito<br />

da sazón la culpa misma),<br />

a cada bocado della<br />

la hallaba más desabrida.<br />

Vi<strong>en</strong>do que obraba el remedio,<br />

la daba el doctor gran prisa,<br />

dici<strong>en</strong>do: —Señora, coma,<br />

que eso le importa la vida.<br />

Y ella, harta ya, <strong>en</strong>tre los dedos<br />

repasaba la c<strong>en</strong>iza,<br />

y a fuer de tomar tabaco<br />

con cada polvo escupía.<br />

Porfiábala el doctor,<br />

y ella, del todo r<strong>en</strong>dida,<br />

116


MORETO<br />

dijo: —Señor, yo no puedo;<br />

quít<strong>en</strong>la allá, muera o viva.<br />

Y desde allí le quedó<br />

tanto horror a la codicia,<br />

que de quince días antes,<br />

p<strong>en</strong>sando que ya v<strong>en</strong>ía,<br />

lloraba <strong>en</strong> Carnestol<strong>en</strong>das<br />

el miércoles de C<strong>en</strong>iza.<br />

(Yo por vos y vos por otro, jornada i.*, esc<strong>en</strong>a II.)<br />

L A F R U T A P R O H I B I D A<br />

Mira: si<strong>en</strong>do yo muchacho<br />

había <strong>en</strong> mi casa v<strong>en</strong>dimia,<br />

y por el suelo las uvas<br />

nunca me daban codicia.<br />

Pasó este tiempo, y después<br />

colgaron <strong>en</strong> la cocina<br />

las uvas para el invierno;<br />

y yo, viéndolas arriba,<br />

rabiaba por comer dellas,<br />

tanto, que trepando un día<br />

por alcanzarlas, caí<br />

y me quebré las costillas.<br />

(El desdan con el desdén, jornada i.", esc<strong>en</strong>a I.)<br />

117


P O R L A P U E N T E , Q U E E S T Á S E C O<br />

Iba camino un abad<br />

muy gordo y muy rever<strong>en</strong>do;<br />

llegando a un río, int<strong>en</strong>tó<br />

pasar el vado, y sali<strong>en</strong>do<br />

un pastor, le dijo: —Advierta<br />

que ayer se ahogó un pasajero<br />

porque erró el vado. El abad<br />

preguntó al pastor, tosi<strong>en</strong>do:<br />

—¿ Cuánto hay desde aquí a la pu<strong>en</strong>te ?<br />

—Dos leguas y media pi<strong>en</strong>so<br />

—dijo el pastor. Y el abad<br />

le respondió <strong>en</strong>tre un regüeldo:<br />

—Si el que se ahogó hubiera ido<br />

por la pu<strong>en</strong>te, aunque está lejos,<br />

118


MORBT o<br />

desde ayer acá ya hubiera<br />

pasado el río. Y el fr<strong>en</strong>o<br />

torci<strong>en</strong>do a la muía, dijo:<br />

—Por la pu<strong>en</strong>te, que está seco.<br />

(No puede ser, jornada i.*, esc<strong>en</strong>a IV.)<br />

EL DESAFÍO<br />

Desafió a otro un portugués,<br />

y le esperaba <strong>en</strong> un monte,<br />

que el subir a su horizonte<br />

cansara a un gato montes.<br />

Llegó allá el desafiado,<br />

muerto del paso prolijo,<br />

y <strong>en</strong> vi<strong>en</strong>do al contrario, dijo,<br />

molido y desal<strong>en</strong>tado:<br />

—Yo no me puedo mover;<br />

¿para qué me llamó aquí?<br />

Y él respondió: —Porque así<br />

teño m<strong>en</strong>os que facer.<br />

(El caballero, jornada 2-", esc<strong>en</strong>a I.)<br />

E L PLACER DE LA VENGAXZA<br />

Un vizcaíno insufrible<br />

por una calle iba andando,<br />

y <strong>en</strong> una reja, pasando,<br />

se dio un codazo terrible.<br />

119


MORHT O<br />

Enfurecido, aunque <strong>en</strong> vano,<br />

volvió a la reja culpada,<br />

y le dio tan gran puñada,<br />

que se destroncó la mano.<br />

Irritóse, y a dos brazos<br />

tomó, sacando la espada,<br />

y allí a pura cuchillada<br />

la hizo <strong>en</strong> la reja pedazos.<br />

Mas creyéndose v<strong>en</strong>gado<br />

partió, dici<strong>en</strong>do a su modo:<br />

—¿Manos rompes, quiebras codo?<br />

Pues toma lo que has llevado.<br />

120


CRISTÓBAL. DE MONROY<br />

Alcalá de Guadaira, 1612; t 1649.<br />

LA NATURALEZA PUEDE MAS QUE EL ARTE<br />

GAZUL. La poesía es adquirida.<br />

TRIPULINO. ES don de naturaleza.<br />

ALFONSO. El arte la perfecciona,<br />

y aun muchas veces la inv<strong>en</strong>ta.<br />

TRIPULINO. ESO no, que es difer<strong>en</strong>te<br />

arte de naturaleza.<br />

ALFONSO. ¿ Con qué lo pruebas ?<br />

TRIPULINO. Escucha:<br />

1 Ver pág. 196.<br />

aquesa disputa mesma<br />

tuvieron dos hombres; uno<br />

con industria y dilig<strong>en</strong>cia<br />

<strong>en</strong>señó un gato a t<strong>en</strong>er<br />

con las manos una vela,<br />

y cuando estaba c<strong>en</strong>ando<br />

121


MUNROY<br />

le asistía así a la mesa,<br />

y éste decía que el arte<br />

v<strong>en</strong>ce la naturaleza.<br />

Mas el de opinión contraria<br />

puso un ratón allí cerca,<br />

y el gato, así que le vio,<br />

corrió, soltando la vela,<br />

y embistió con el ratón;<br />

dando con esta advert<strong>en</strong>cia<br />

a <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der que más que el arte<br />

puede la naturaleza.<br />

(El <strong>en</strong>canto por los celos, jornada 3.")


ANTONIO DE SOLIS<br />

Alcalá, 1610; t 1686.<br />

N O E R A N A D A L O D E L<br />

Pegáronle una pedrada<br />

a un hombre por un <strong>en</strong>ojo,<br />

tan <strong>en</strong> bu<strong>en</strong> punto pegada,<br />

que le echaron fuera un ojo,<br />

como qui<strong>en</strong> no dice nada.<br />

Preguntóle al cirujano<br />

si el ojo, con el dolor,<br />

perdería; y él, ufano,<br />

le respondió: —No, señor,<br />

que yo le t<strong>en</strong>go <strong>en</strong> la mano.<br />

(El doctor Carlino,<br />

123


JUAN DE MATOS FRAGOSO<br />

Alvito (Portugal), 1614?; t 1692.<br />

E L P E R R O Y E L A S N O 1<br />

A su casa a descansar<br />

volvía un hombre de fuera,<br />

y un perrillo que t<strong>en</strong>ía,<br />

com<strong>en</strong>zándole a hacer fiestas,<br />

<strong>en</strong> los hombros le saltaba.<br />

Estaba un pollino cerca<br />

y tuvo <strong>en</strong>vidia del perro,<br />

y de la misma manera<br />

quiso halagar a su amo,<br />

y poniéndose <strong>en</strong> dos piernas<br />

le derribó una quijada.<br />

Saca tú la consecu<strong>en</strong>cia.<br />

1 Ver el mismo asunto <strong>en</strong> la pág. 188.<br />

(Lor<strong>en</strong>zo me llamo, jornada 3-")<br />

124


MATOS FRAGOSO<br />

A F E I T A R T O R A M O R D E D I O S<br />

De limosna y sin dinero<br />

la barba hacía a un pastor<br />

con la navaja peor,<br />

desazonado, un barbero.<br />

Como la navaja estaba<br />

con mil mellas que t<strong>en</strong>ía,<br />

el cabello no partía,<br />

pero el rostro desollaba.<br />

Conoció el pastor el yerro,<br />

mas vio ser fuerza que calle.<br />

En este tiempo <strong>en</strong> la calle<br />

le daban palos a un perro.<br />

—¿ Qué será aquello ? —decía<br />

el barbero a sus oídos,<br />

como con los alaridos<br />

el perro les aturdía.<br />

Respondió el pastor allí,<br />

vi<strong>en</strong>do que <strong>en</strong> saberlo escarba:<br />

—Deb<strong>en</strong> de hacerle la barba<br />

de limosna, como a mí.<br />

(Callar siempre es lo mejor, jornada 3.". y El red<strong>en</strong>tor cau­<br />

tivo, jornada 2.*, <strong>en</strong> colaboración con Sebastián de Villaviciosa.)<br />

E L D U E N D E<br />

En una casa había un du<strong>en</strong>de,<br />

y hacíales muchos daños<br />

135


MATOS FRAGOSO<br />

a los que <strong>en</strong> ella vivían:<br />

ya les daba con un jarro,<br />

ya les quitaba la ropa,<br />

ya les tiraba los platos.<br />

Los pobres, para librarse,<br />

mudarse de allí trataron<br />

a otro barrio, y aquel día<br />

que ellos se estaban mudando,<br />

vini<strong>en</strong>do el dueño de casa<br />

ya por los postreros trastos,<br />

al du<strong>en</strong>de vio, que bajaba<br />

por la escalera, cargado<br />

con todos ellos, y el hombre<br />

le preguntó muy despacio:<br />

—¿Dónde vas? Y el du<strong>en</strong>de dijo:<br />

•—Allá; pues ¿ no nos mudamos ?<br />

A que él replicó: —Si es eso,<br />

y has de seguirnos los pasos,<br />

quedarnos aquí es mejor,<br />

y excusarnos el trabajo.<br />

(El Job de las mujeres, Santa Isabel, reina de Hungría, jornada<br />

2. a )<br />

LA M U L A D E L D O C T O R 1<br />

Un barbero <strong>en</strong> un cuartago<br />

visitaba a cierto <strong>en</strong>fermo<br />

i Véase el mismo asunto <strong>en</strong> las págs. 160 y 174.<br />

ic6


MATOS FRAGOSO<br />

que t<strong>en</strong>ía una apostema<br />

con unos dolores fieros.<br />

Alargábase la cura,<br />

y el paci<strong>en</strong>te echaba verbos.<br />

—Hermano, t<strong>en</strong>ed paci<strong>en</strong>cia<br />

—decía el quirurgo diestro—,<br />

que este achaque va despacio,<br />

que <strong>en</strong> el hipocondrio interno<br />

t<strong>en</strong>éis una hidropesía;<br />

alcanzadme ese tintero,<br />

porque quiero recetaros<br />

un nuevo eficaz remedio.<br />

Y al darle el pobre la pluma,<br />

el caballo, que era inquieto,<br />

as<strong>en</strong>tóle la herradura<br />

y le rev<strong>en</strong>tó el divieso,<br />

con que al punto le cesaron<br />

los dolores al <strong>en</strong>fermo,<br />

sintiéndose mejorado,<br />

y quedó a voces dici<strong>en</strong>do:<br />

—Vive Dios, que mejor cura<br />

el caballo que el maestro.<br />

(Ver y creer, jornada i


JUAN PÉREZ DE MONTALBAN<br />

Madrid, 1602; t 1638.<br />

T E S T I G O R E C U S A D O<br />

T<strong>en</strong>ía un lindo borrico<br />

para sus necesidades<br />

cierto alcalde, y como un día<br />

un su compadre llegase<br />

a pedírsele prestado,<br />

él, por librarse de darle,<br />

dijo que estaba <strong>en</strong> el monte;<br />

pero como rebuznase<br />

el borrico a esta sazón,<br />

dijo el otro: —¿Veis, compadre,<br />

cómo el borrico está <strong>en</strong> casa<br />

y que vos os <strong>en</strong>gañasteis ?<br />

A lo cual, muy <strong>en</strong>ojado,<br />

el alcalde, sin turbarse,<br />

le respondió: —No está tal,<br />

y mi<strong>en</strong>te qui<strong>en</strong> lo p<strong>en</strong>sare,<br />

128


•n" •"g3" <<br />

PÉREZ DE M O N T ALB A N<br />

que aunque el borrico lo dice<br />

con suspiros desiguales,<br />

yo digo aquí lo contrario,<br />

y es muy mal dicho que nadie<br />

más crédito quiera dar<br />

a un borrico que a un alcalde,<br />

si<strong>en</strong>do yo un hombre de bi<strong>en</strong><br />

y el burro ün pécora campi.<br />

"o-<br />

(Los hijos de la fortuna, jornada i.*)


FRANCISCO DE LEYVA<br />

Málaga; 1630; í 1676.<br />

L A P R E C I P I T A C I Ó N<br />

Un mozo, emermo tema<br />

de los ojos a su padre,<br />

y curarlo pret<strong>en</strong>día,<br />

que <strong>en</strong> efecto lo quería<br />

cunio si lucra su madre.<br />

El remedio procurando,<br />

<strong>en</strong> un libro que se halló<br />

de medicina, hojeando,<br />

un capítulo <strong>en</strong>contró<br />

de lo que andaba buscando.<br />

"Abrojos para los ojos",<br />

el primer r<strong>en</strong>glón decía,<br />

y, sin leer más sus arrojos,<br />

como estrella que Dios guía,<br />

fué al campo a buscar abrojos.<br />

130


LE YVA<br />

Dos almorzadas muy bu<strong>en</strong>as<br />

trajo, y que quiso o no quiso,<br />

al padre que ve <strong>en</strong> sus p<strong>en</strong>as,<br />

<strong>en</strong> los ojos al proviso<br />

le puso un par de doc<strong>en</strong>as.<br />

Un li<strong>en</strong>zo muy apretado<br />

<strong>en</strong>cima le puso luego,<br />

con que al padre desdichado<br />

le saltaron de contado<br />

los ojos, y quedó ciego.<br />

A leer volvió con <strong>en</strong>ojos<br />

los r<strong>en</strong>glones, y al mirarlos<br />

despacio, vieron sus ojos:<br />

"Para los ojos, abrojos<br />

son bu<strong>en</strong>os para sacarlos."<br />

(La dama presid<strong>en</strong>te, jornada i.*)<br />

E L L O C O P O R L A P E N A E S C U E R D O 1<br />

En Sevilla un loco había<br />

de tema tan desigual<br />

que una piedra de un quintal<br />

al hombro siempre traía,<br />

v al perro de cualquier casta<br />

que dormido podía ver,<br />

i El asunto de este cu<strong>en</strong>to es el mismo que incluye Cervantes<br />

<strong>en</strong> el Quijote, parte II, cap. II.


L E W A<br />

dej abásela caer,<br />

con que quedaba hecho plasta.<br />

Con un pod<strong>en</strong>co afamado<br />

de un sombrerero <strong>en</strong>contró,<br />

a cuestas la ley le echó<br />

y dejólo ajusticiado.<br />

Indignado el sombrerero,<br />

con un garrote salió<br />

y dos mil palos le dio,<br />

y tras cada golpe fiero<br />

muchas veces repetía:<br />

—¿Que era pod<strong>en</strong>co no viste,<br />

loco infame? Fuese el triste<br />

y luego, aunque un gozque vía,<br />

mastín, o perro mostr<strong>en</strong>co,<br />

al irle la piedra a echar,<br />

volviéndola a retirar,<br />

decía: —¡Guarda!, es pod<strong>en</strong>co.<br />

(No hay contra un padre razón, jornada 2. a<br />

)


ALVARO CUBILLO DE ARAGÓN<br />

N. <strong>en</strong> Granada hacia 1596; t 1661.<br />

E L B U R E O E N T R E D O S P I E N S O S<br />

Pusiéronle dos montones<br />

a un borrico de cebada,<br />

toda limpia y ahechada<br />

como unos gordos piñones.<br />

Y puesto el asno, <strong>en</strong> efecto,<br />

a igual distancia apartado,<br />

se halló tan embarazado<br />

(porque era un asno discreto),<br />

que dudando a cuál iría,<br />

apeteci<strong>en</strong>do y dudando,<br />

se quedó a los dos mirando,<br />

sin comer todo aquel día.<br />

(El amor como ha de ser, acto<br />

1.33


CUBILLO DE ARAGÓN<br />

M A L D I C I Ó N D E C O R C O V A D O<br />

Hurtáronle a un corcovado<br />

una ropilla, y como era<br />

hecha a su medida y como<br />

para una tortuga hecha,<br />

cuando echó m<strong>en</strong>os el hurto<br />

no hizo mayor dilig<strong>en</strong>cia<br />

que decir contra el ladrón:<br />

—Plegué a Dios que bi<strong>en</strong> le v<strong>en</strong>ga.<br />

(El invisible principe del baúl, acto<br />

134


SEBASTIAN DE VILLA VICIOSA<br />

Floreció a mediados del siglo xvii.<br />

E L S U E Ñ O E N G A Ñ O S O<br />

Soñaba un hombre una noche<br />

que le v<strong>en</strong>ía gran suma<br />

de doblones del gran Cairo,<br />

y <strong>en</strong> una cabalgadura<br />

soñó que iba a recibirlos,<br />

y al irlos a echar la uña,<br />

vi<strong>en</strong>do un montonazo de oro,<br />

por apear de la muía,<br />

¡ zas!, se cayó de la cama,<br />

y sobre una piedra aguda<br />

se abrió un jeme de cabeza,<br />

y vino a quedarse, <strong>en</strong> suma,<br />

sin dineros y sin sueño,<br />

descalabrado y a oscuras.<br />

(.Vuestra Señora del Pilar, jornada 1. A )<br />

135


JACINTO DE HERRERA<br />

N. <strong>en</strong> Madrid a fines del siglo xvi; t 1644.<br />

E L E M B U S T E R O<br />

Dijéronle a un caballero<br />

la murmuración que había<br />

de lo mucho que m<strong>en</strong>tía,<br />

y él dijo a un paje: —Yo quiero<br />

<strong>en</strong>m<strong>en</strong>darme; a ti te <strong>en</strong>cargo<br />

que te estés siempre conmigo,<br />

y si algunos <strong>cu<strong>en</strong>tos</strong> digo,<br />

cuando vieres que me alargo<br />

<strong>en</strong> lo que voy a decir,<br />

tírame, estando allí junto,<br />

de la capa al mismo punto,<br />

y no me dejes m<strong>en</strong>tir.<br />

Esperó el paje ocasión,<br />

y su amo <strong>en</strong> la primera<br />

de m<strong>en</strong>tir, que <strong>en</strong> fin ya era<br />

aquella su inclinación,<br />

136


. DE HERRERA<br />

dijo:— En una casa mía<br />

t<strong>en</strong>go sala de mil pasos<br />

de largo, y no son escasos.<br />

—¿ Y cuántos de ancho t<strong>en</strong>ía ?<br />

—preguntó luego un oy<strong>en</strong>te—.<br />

A que el paje le tiró<br />

de la capa y respondió:<br />

—Seis pasos tasadam<strong>en</strong>te.<br />

Replicaron los demás:<br />

—Pues ¿cómo así lo trazaste,<br />

que a sala tan larga echaste<br />

seis pasos de ancho no más?<br />

Y a los que le preguntaron<br />

respondía él al pasar:<br />

—Más le quisiera yo echar,<br />

sino que no me dejaron.<br />

(Duelo de honor y amistad, jornada 2. a<br />

)


. DE HERRERA<br />

L A Z O R R A Y E L L E Ó N 1<br />

Murmuraban del león<br />

que t<strong>en</strong>ía mal ali<strong>en</strong>to<br />

de boca, y él, descont<strong>en</strong>to<br />

de t<strong>en</strong>er esta opinión,<br />

como es rey este animal,<br />

mandó que todos le olies<strong>en</strong><br />

la boca, y luego dijes<strong>en</strong><br />

si le olía bi<strong>en</strong> o mal.<br />

El que llegaba decía:<br />

—Mal le huele a vuestra alteza.<br />

Y él, con <strong>en</strong>ojo y braveza,<br />

le mataba y le mordía.<br />

Fué la zorra y preguntada<br />

—¿Huéleme mal? —respondió:<br />

—T<strong>en</strong>go romadizo yo<br />

y no he podido oler nada.<br />

1 Compárese pág. 172.<br />

(Duelo de honor y amistad, jornada 2.")<br />

13S


LUIS DE BELMONTE BERMUDEZ<br />

N. <strong>en</strong> Sevilla, 1587; t hacia i6¿o.<br />

L O S A R Q U E Ó L O G O S<br />

Pleiteaban ciertos curas<br />

de San Miguel y Santa Ana,<br />

probando el uno y el otro<br />

la antigüedad de su casa;<br />

y el de San Miguel un día,<br />

que acaso se paseaba<br />

por el corral de su iglesia,<br />

descubrió mohosa y parda<br />

una losa y ciertas letras,<br />

que gastó tiempo <strong>en</strong> limpiarlas;<br />

dic<strong>en</strong>: Por aquí Selim...<br />

Partió como un rayo a casa<br />

del obispo, y dijo a voces:<br />

—Mi justicia está muy llana,<br />

ilustrísimo señor;<br />

esta piedra era la <strong>en</strong>trada<br />

139


BELMONTE BERMUDEZ<br />

de alguna cueva, por donde<br />

el moro Selín <strong>en</strong>traba<br />

para guardar los despojos<br />

<strong>en</strong> la pérdida de España.<br />

Quedó confuso el Obispo;<br />

pero el cura de Santa Ana,<br />

que estaba pres<strong>en</strong>te, dijo:<br />

—Vamos a ver dónde estaba<br />

esa piedra tan morisca,<br />

que tan castellano habla.<br />

Fuéronse los dos, y <strong>en</strong>trando<br />

a la misma parte, hallan<br />

rompida otra media losa,<br />

y que juntándolas ambas,<br />

dic<strong>en</strong>: Por aquí se limpian<br />

las letrinas de esta casa.<br />

(La R<strong>en</strong>egada de Valladolid, jornada i.*)<br />

140


ANTONIO MIRA DE AMESCUA<br />

Guadix, hacia 1574; t 1644.<br />

L A C I G A R R A Y L A H O R M I G A 1<br />

La hormiga de su hormiguero<br />

sacaba con alegría<br />

lo que <strong>en</strong> el verano había<br />

recogido <strong>en</strong> su granero.<br />

Llegó una cigarra y dijo:<br />

—De aqueso me puedes dar,<br />

pues no lo puedo ganar,<br />

que es el invierno prolijo.<br />

Mas la hormiga con gobierno<br />

le respondió <strong>en</strong> canto llano:<br />

—Pues cantaste <strong>en</strong> el verano,<br />

danza, hermana, <strong>en</strong> el invierno.<br />

Ver pág. 84.<br />

(Lo que le toca al valor, jornada 3.*)<br />

141


DON PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA<br />

Madrid, 1600; t 16S1,<br />

POR UN CERO<br />

De una dama era galán<br />

un vidriero, que vivía<br />

<strong>en</strong> Tremecén, y t<strong>en</strong>ía<br />

un grande amigo <strong>en</strong> Tetuán.<br />

Pidióle un día la dama<br />

que a su amigo le escribiera<br />

que una mona remitiera;<br />

y como siempre qui<strong>en</strong> ama<br />

se desvela <strong>en</strong> conseguir<br />

lo que su dama le ord<strong>en</strong>a,<br />

por escoger una bu<strong>en</strong>a<br />

tres o cuatro <strong>en</strong>vió a pedir.<br />

El tres o cuatro escribió<br />

<strong>en</strong> guarismo el majadero:<br />

y como es allí la o cero,<br />

el de Tetüán leyó:<br />

142


CALDERÓN DE LA BARCA<br />

"Amigo, para personas<br />

a qui<strong>en</strong> t<strong>en</strong>go voluntad,<br />

luego al punto me <strong>en</strong>viad<br />

tresci<strong>en</strong>tas y cuatro monas."<br />

Hallóse afligido el tal;<br />

pero mucho más se halló<br />

el vidriero cuando vio,<br />

contra su frágil caudal,<br />

d<strong>en</strong>tro de muy pocos días,<br />

apearse con estru<strong>en</strong>do<br />

tresci<strong>en</strong>tas monas, haci<strong>en</strong>do<br />

tresci<strong>en</strong>tas mil monerías.<br />

(£/ secreto a voces, jornada i.*, esc<strong>en</strong>a XIII.>


CALDERÓN DE LA BARCA<br />

C O M E D I M I E N T O Y A S T U C I A<br />

A cuatro o cinco chiquillos<br />

daba de comer su padre<br />

cada día; y como eran<br />

tantas porciones iguales,<br />

un día se olvidó de uno.<br />

El, por no pedir (que es grave<br />

desacato de los niños),<br />

estábase muerto de hambre.<br />

Un gato maullaba <strong>en</strong>tonces,<br />

y dijo el chiquillo: —¡ Zape!<br />

¿De qué me pides los huesos,<br />

si aún no me han dado la carne?<br />

(El pintor de su deshonra, jornada 3. a, esc<strong>en</strong>a XXI.)


CALDERÓN DE LA BARCA<br />

EL CONSUELO<br />

Cu<strong>en</strong>tan de un sabio que un día,<br />

tan pobre y mísero estaba,<br />

que sólo se sust<strong>en</strong>taba<br />

de unas hierbas que cogía.<br />

—¿ Habrá otro —<strong>en</strong>tre sí decía—<br />

más pobre y triste que yo?<br />

Y cuando el rostro volvió<br />

halló la respuesta, vi<strong>en</strong>do<br />

que iba otro sabio cogi<strong>en</strong>do<br />

las hojas que él arrojó.<br />

(La vida es sueño, jornada i.*)<br />

DESPRECIO DE LA GRANDEZA HUMANA<br />

Medita un poco este ejemplo:<br />

Un filósofo que estaba<br />

<strong>en</strong> un monte, o <strong>en</strong> un valle<br />

(que no importa a la maraña<br />

que esté <strong>en</strong> bajo o esté <strong>en</strong> alto),<br />

vio un soldado que pasaba;<br />

se puso a parlar con él,<br />

y al fin de pláticas largas,<br />

le dijo: —¿Posible ha sido<br />

que nunca has visto la cara<br />

de Alejandro, nuestro César,<br />

de aquel cuyas alabanzas<br />

le coronan de laureles<br />

145<br />

11


a»» ••»gICLlÜ i "•!><br />

CALDERÓN DE LA BARCA<br />

y rey del orbe le aclaman?<br />

El filósofo le dijo:<br />

—¿ No es un hombre ? ¿ Qué importancia<br />

t<strong>en</strong>drá el verle más que a ti ?<br />

O si no (para que salgas<br />

desa adulación común),<br />

del suelo una flor levanta,<br />

llévala y dile a Alejandro<br />

que digo yo que me haga<br />

sola una flor como ella.<br />

Verás luego que no pasan<br />

trofeos, aplausos, glorias,<br />

lauros, triunfos y alabanzas<br />

de lo humano, pues no puede,<br />

después de victorias tantas,<br />

hacer una flor tan fácil,<br />

que <strong>en</strong> cualquier campo se halla.<br />

(La cisma de Inglaterra, jornada 2.*, esc<strong>en</strong>a II.><br />

PASIÓN DE POETA<br />

Oye lo que sucedió<br />

a un poeta con su ama:<br />

Como dic<strong>en</strong> que se inflama<br />

de un espíritu su pecho,<br />

de cuyo ardor satisfecho<br />

es el corazón la llama,<br />

él <strong>en</strong>furecido estaba,<br />

y tanto se divertía<br />

del afecto que llevaba,<br />

M6


CALDERÓN DE LA BARCA<br />

que todo cuanto escribía<br />

a voces repres<strong>en</strong>taba.<br />

Llegó al paso de un león<br />

a aquella misma ocasión<br />

que con la comida <strong>en</strong>traba<br />

el ama, y como él estaba<br />

llevado de su pasión:<br />

—¡Guarda el león! —con voz fiera<br />

dijo—. Y el ama ligera,<br />

que ya temió sus cosquillas,<br />

con puchero y escudillas<br />

rodó toda la escalera,<br />

dici<strong>en</strong>do: —¡Ay, Virg<strong>en</strong> sagrada,<br />

librad a Mari-Guisada<br />

de sus uñas importunas!<br />

Quedando el amo <strong>en</strong> ayunas,<br />

y la rucia ama, rodada.<br />

(Lances de amor y fortuna, jornada 3. a, esc<strong>en</strong>a FV.)<br />

CULPAR AL PRÓJIMO DE LA FALTA PROPIA<br />

Sordo un hombre amaneció,<br />

y vi<strong>en</strong>do que nada oía<br />

de cuanto hablaban, decía:<br />

—¿Qué diablos os obligó<br />

a hablar hoy de aquesos modos?<br />

Volvían a hablarle bi<strong>en</strong>,<br />

y él decía: -—¡ Hay tal! ¡ Que d<strong>en</strong><br />

hoy <strong>en</strong> hablar quedo todos!,<br />

147


CALDERÓN DE LA BARCA<br />

sin persuadirse a que fuese<br />

suyo el defecto. Tú así<br />

presumes que no está <strong>en</strong> ti<br />

la culpa; y aunque te pese,<br />

es tuya, y no la conoces,<br />

pues das, sordo, <strong>en</strong> la locura<br />

de no <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der la hermosura<br />

que el mundo te dice a voces.<br />

(El pintor de su deshonra, jornada 2.*, esc<strong>en</strong>a II.)<br />

POR NO HABLAR CLARO<br />

Pues mal hace <strong>en</strong> no decirlo<br />

claro: dolores y p<strong>en</strong>as<br />

no se han de decir por frases.<br />

Dolíale a un hombre una muela;<br />

vino un barbero a sacarla,<br />

y estando la boca abierta:<br />

—¿ Cuál es la que duele? -—dijo—.<br />

Dióle <strong>en</strong> culto la respuesta,<br />

—La p<strong>en</strong>última —dici<strong>en</strong>do—.<br />

El barbero, que no era<br />

<strong>en</strong> p<strong>en</strong>últimas muy ducho,<br />

le echó la última fuera.<br />

A informarse del dolor<br />

acudió al punto la l<strong>en</strong>gua,<br />

y dijo <strong>en</strong> sangri<strong>en</strong>tas voces:<br />

—La mala, maestro, no es ésa.<br />

Disculpóse con decir:<br />

148


O " I U»»J l><br />

CALDERÓN DE LA BARCA<br />

—¿ No es la última de la hilera ?<br />

—Sí —respondió—; mas yo dije<br />

p<strong>en</strong>última, y ucé advierta<br />

que p<strong>en</strong>último es el que<br />

junto al último se asi<strong>en</strong>ta.<br />

Volvió, mejor informado,<br />

a dar al gatillo vuelta,<br />

dici<strong>en</strong>do: —En efecto, ¿es<br />

de la última la más cerca?<br />

—Sí —dijo—. —Pues vela aquí,<br />

—respondió con gran presteza,<br />

sacándole la que estaba<br />

p<strong>en</strong>última; de manera<br />

que quedó, por no hablar claro,<br />

con la mala y sin dos bu<strong>en</strong>as.<br />

(Los dos amantes del ciclo, jornada 2-*, esc<strong>en</strong>a VI.)<br />

CONTENTAR A TODOS<br />

Hay cerca de Ratisbona<br />

dos lugares de gran fama,<br />

que el uno Agere se llama,<br />

y el otro, Macarandona.<br />

Un solo cura servía,<br />

humilde siervo de Dios,<br />

a los dos, y así a los dos<br />

misa las fiestas decía.<br />

Un vecino del lugar<br />

de Macarandona fué<br />

149


CALDERÓN DE LA BARCA<br />

a Ágere, y oy<strong>en</strong>do que<br />

el cura empezó a cantar<br />

el prefacio, reparó<br />

<strong>en</strong> que a voces aquel día<br />

Gratias agere, decía,<br />

y a Macarandona no.<br />

Con lo cual muy <strong>en</strong>ojado<br />

dijo: —El cura gracias da<br />

a Ágere, como si acá<br />

no le hubiéramos pagado<br />

sus diezmos—. Cuando escucharon<br />

tan bi<strong>en</strong> s<strong>en</strong>tidas razones<br />

los nobles macarandones,<br />

los bodigos le sisaron.<br />

Viéndose desbodigar,<br />

al sacristán preguntó<br />

la causa. El se la contó,<br />

y él dio desde allí <strong>en</strong> cantar,<br />

siempre que el prefacio <strong>en</strong>tona,<br />

por que la ofr<strong>en</strong>da se aplique:<br />

Tibi semper et ubique<br />

gratias a Macarandona.<br />

(El secreto a roces, jornada 2.", esc<strong>en</strong>a XVIII<br />

LOS HUÉSPED E S O U É C. U S T O DAS...<br />

Llegando una compañía<br />

de soldados a un lugar,<br />

empezó un villano a dar<br />

150


CALDERÓN DE LA BARCA<br />

mil voces, <strong>en</strong> que decía:<br />

—Dos soldados para mí.<br />

—Lo que excusar quier<strong>en</strong> todos<br />

—dijo uno—, ¿con tales modos<br />

pides? Y él respondió: —Sí;<br />

que aunque molestias me dan<br />

cuando vi<strong>en</strong><strong>en</strong>, es muy justo<br />

admitirlos, por el gusto<br />

que me hac<strong>en</strong> cuando se van.<br />

(EL PINTAR DE SU DESHONRA, jornada esc<strong>en</strong>a III.)<br />

LA MANDA DEL SOLDADO<br />

Un soldado de hartos bríos,<br />

muñéndose, así decía:<br />

—ítem, es voluntad mía<br />

que los camaradas míos<br />

me llev<strong>en</strong> <strong>en</strong> mi ataúd,<br />

a qui<strong>en</strong> quiero se les dé<br />

treinta reales, para que<br />

los beban a mi salud.<br />

(LOS DOS AMANTES DEL CIT-LO, jornada 2. a<br />

, esc<strong>en</strong>a XVII.)<br />

i: r. c, a x


CALDERÓN DE LA BARCA<br />

su rescate; de manera<br />

que cuando el moro le vio<br />

defectuoso, le dio<br />

muy barato. Estando fuera<br />

del bajel: —Moro —decía—,<br />

no soy mudo, hablar no ignoro.<br />

A qui<strong>en</strong>, oyéndolo el moro,<br />

de esta suerte respondía:<br />

—Tú fuiste gran m<strong>en</strong>tecato<br />

<strong>en</strong> fingir aquí el callar;<br />

porque si te oyera hablar,<br />

aún te diera más barato.<br />

(Los dos amantes del cielo, jornada 2.*, esc<strong>en</strong>a XVII.)<br />

15-'


•1»* ^ <<br />

^^^*-^Ig-^^*' "f><br />

C A L D E R Ó N DE L A B A R C A<br />

A P R E N D I E R A B U E N O F I C I O<br />

De una fiesta a su lugar<br />

volvía un tamborilero,<br />

y un fraile también volvía<br />

de la fiesta a su conv<strong>en</strong>to.<br />

El tamborilero iba<br />

<strong>en</strong> un burro caballero,<br />

y el fraile a pie. Preguntóle<br />

el padre: —¿ De dónde bu<strong>en</strong>o ?<br />

—De tañer —dijo— esta flauta<br />

y este tamboril. —Por eso<br />

—le preguntó—, ¿qué le han dado?<br />

El respondió : —Poco, cierto :<br />

cincu<strong>en</strong>ta reales, comido<br />

y bebido, que no es m<strong>en</strong>os,<br />

llevado y traído; sin otros<br />

regalillos que aquí t<strong>en</strong>go.<br />

—¿ Eso es poco ? —dijo el padre—.<br />

Pues yo de predicar v<strong>en</strong>go<br />

y ni aun de comer me han dado,<br />

y como ve, a pie me vuelvo.<br />

El tamborilero <strong>en</strong>tonces<br />

dijo <strong>en</strong>ojado y soberbio:<br />

—Pues tamborilero y padre<br />

predicador ¿es lo mesmo?<br />

i53


CALDERÓN DE LA BARCA<br />

Apr<strong>en</strong>diera bu<strong>en</strong> oficio<br />

y no se quejara deso,<br />

que no somos todos unos<br />

frailes y tamborileros.<br />

(De una causa dos efectos, jornada 2.", esc<strong>en</strong>a IX.)<br />

4


CALDERÓN DE LA BARCA<br />

EL MAL PINTOR<br />

Un mal pintor compró una<br />

mala casa, y muy cont<strong>en</strong>to,<br />

un mal amigo llevó<br />

a <strong>en</strong>señarla; lo primero<br />

fué un mal apos<strong>en</strong>to y dijo:<br />

—¿Veis este mal apos<strong>en</strong>to?<br />

Pues dejádmele blanquear,<br />

y que yo le pinte luego<br />

de mi mano todo él,<br />

las paredes y los techos,<br />

y veréis qué bu<strong>en</strong>o queda.<br />

A que el amigo, risueño,<br />

dijo: —¡Bu<strong>en</strong>o quedará!,<br />

mas si le pintáis primero,<br />

y le blanqueáis después,<br />

quedará mucho más bu<strong>en</strong>o.<br />

(LOS DOS AMANTES DEL CICLO, jornada i. a , esc<strong>en</strong>a IV.)<br />

LA I. I II E R Al.m A D<br />

Pobre y miserable un día<br />

llegó a los pies de Alejandro<br />

el doctísimo Terpandro,<br />

celebrado <strong>en</strong> la poesía:<br />

y queri<strong>en</strong>do con alguna<br />

merced el César ufano<br />

155


CALDERÓN DE LA BARCA<br />

hacer paces, aunque <strong>en</strong> vano,<br />

<strong>en</strong>tre el ing<strong>en</strong>io y fortuna,<br />

le dio tan preciosos dones,<br />

que desvanecer pudieran<br />

a la ambición cuando fueran<br />

los átomos ambiciones.<br />

Susp<strong>en</strong>so el sabio quedó<br />

sin responder, temeroso<br />

a la merced, y dudoso<br />

Alejandro preguntó:<br />

—¿Cómo el bi<strong>en</strong> das al olvido<br />

y a la memoria el agravio?<br />

¿Tú cómo puedes ser sabio,<br />

si<strong>en</strong>do desagradecido ?<br />

A qui<strong>en</strong> Terpandro miró,<br />

dici<strong>en</strong>do: —Si el gusto está<br />

<strong>en</strong> la mano del que da,<br />

y del que recibe no,<br />

yo no debo agradecerte<br />

el bi<strong>en</strong> que me haces aquí.<br />

Tú has de agradecerme a mí<br />

el darte yo desta suerte<br />

ocasión <strong>en</strong> que mostró<br />

tu pecho grandeza tal,<br />

pues no fueras liberal<br />

si no fuera pobre yo.<br />

(Saber del mal y del bi<strong>en</strong>, jornada i.*, esc<strong>en</strong>a XII)<br />

156


CALDERÓN DE LA BARCA<br />

EL CIEGO<br />

Un ciego <strong>en</strong> Londres había<br />

tal, que no determinaba<br />

los bultos con qui<strong>en</strong> hablaba<br />

<strong>en</strong> el resplandor del día.<br />

Y una noche que llovía<br />

(como una de las pasadas)<br />

a cántaros y a lanzadas,<br />

por las calles caminando,<br />

se iba mi ciego alumbrando<br />

con unas pajas quemadas.<br />

Uno que le conoció,<br />

dijo: —Si no os alumbráis,<br />

¿para qué esa luz lleváis?<br />

Y el ciego le respondió:<br />

—Si no veo la luz yo,<br />

la ve el que vi<strong>en</strong>e, y así<br />

no <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra conmigo aquí;<br />

con que aquesta luz que ves,<br />

si no es para ver yo, es<br />

para que me vean a mí.<br />

(La cisma de Inglaterra, jornada i.a, esc<strong>en</strong>a VI.)<br />

REGATEO<br />

[Uno] llamó al sacristán<br />

y le dijo: —¿Cuánto quiere<br />

157


CALDERÓN DE LA BARCA<br />

vuesarced por <strong>en</strong>terrarme ?<br />

El dijo, supongo: —Veinte<br />

reales. —¿Quiere diez y seis?<br />

—dijo—. —Más costa me ti<strong>en</strong>e<br />

—le replicó el sacristán—.<br />

A que respondió el doli<strong>en</strong>te:<br />

—Pues mire si le está bi<strong>en</strong><br />

y <strong>en</strong>tiérreme <strong>en</strong> diez y siete,<br />

porque no me moriré<br />

como un cuarto más me cueste.<br />

(Dicha y desdicha del nombre, jornada 3.", esc<strong>en</strong>a V.)<br />

PARA ABLANDAR LA CAMA<br />

Con hambre y cansancio un día<br />

a una posada llegó<br />

cierto fraile, y preguntó<br />

a la huéspeda qué había<br />

de comer. —Si una gallina<br />

no mato —le dijo ella—,<br />

nada hay. —¿ Quién podrá comella<br />

—respondió con gran mohína—<br />

acabada de matar?<br />

—Tierna estará —replicó<br />

la huéspeda—, porque yo<br />

sé un secreto singular<br />

con que se ablande—. Y cogi<strong>en</strong>do<br />

la polla, que viva estaba,<br />

158


CALDERÓN DE LA BARCA<br />

vio que los pies la quemaba,<br />

con que a nuestro rever<strong>en</strong>do<br />

muy blanda le pareció;<br />

y aunque el hambre pudo hacello,<br />

atribuyéndolo a aquéllo,<br />

<strong>en</strong> la cama se acostó.<br />

Estaba la cama dura,<br />

tanto que le t<strong>en</strong>ía inquieto;<br />

y él, cay<strong>en</strong>do <strong>en</strong> el secreto,<br />

pegarla a los pies procura<br />

la luz. Dijo al ver la llama<br />

la huéspeda: —Padre, ¿ qué es<br />

eso?— Y él dijo: —Nuestra ama,<br />

por que se ablande la cama,<br />

quemo a la cama los pies.<br />

(No siempre lo peor es cierto, jornada 2A, esc<strong>en</strong>a XIII.)"


FRANCISCO DE ROJAS Y ZORRILLA<br />

Toledo, 1607; t 164S.<br />

LA M U L A DEL DOCTOR 1<br />

Apeóse un médico a hablar<br />

a otro médico estafermo<br />

a la puerta de un <strong>en</strong>fermo<br />

que él v<strong>en</strong>ía a visitar<br />

de una postema o flemón<br />

que <strong>en</strong> la garganta t<strong>en</strong>ía,<br />

y sobre cómo vivía<br />

trabaron conversación,<br />

y para hablar sin trabajo<br />

la muía al portal <strong>en</strong>vía:<br />

es a saber que vivía<br />

el <strong>en</strong>fermo <strong>en</strong> cuarto bajo.<br />

La muía, con des<strong>en</strong>fado,<br />

con gualdrapa y ornam<strong>en</strong>to,<br />

se fué <strong>en</strong>trando al apos<strong>en</strong>to<br />

adonde estaba acostado.<br />

1 Ver págs. 126 y 174.<br />

160


ROJAS Y Z O R R I L L A<br />

El <strong>en</strong>fermo, que sintió<br />

herraduras, con dolor<br />

dijo: —Aqueste es el doctor.<br />

Sacó el pulso, y no miró.<br />

La muía, que miró el brazo<br />

sin saber sus accid<strong>en</strong>tes,<br />

tomó el pulso con los di<strong>en</strong>tes<br />

con grande desembarazo.<br />

El volvió el rostro con tema<br />

y salió a echarla <strong>en</strong> camisa,<br />

pero dióle tanta risa<br />

que rev<strong>en</strong>tó la postema.<br />

El médico que la vio,<br />

para que el mozo la agarre<br />

le dijo a la muía: —¡ Arre!<br />

Y él dijo al médico: —¡Jo!<br />

Señor doctor, yo he quedado<br />

absorto del caso y mudo;<br />

la postema, que él no pudo,<br />

su muía me ha rev<strong>en</strong>tado;<br />

y si esto otra vez me pasa,<br />

aunque el caso me atribula,<br />

<strong>en</strong>víeme acá su muía<br />

y quédese usted <strong>en</strong> casa.<br />

(También la afr<strong>en</strong>ta es v<strong>en</strong><strong>en</strong>o, jornada 3. B<br />

)<br />

12


ROJAS Y Z O R R I L L A<br />

E L C O C H I N O<br />

En cierta parte del mundo,<br />

que aquí no importa la parte,<br />

había una grande hechicera<br />

que volvía <strong>en</strong> animales<br />

difer<strong>en</strong>tes a los hombres.<br />

A unos los hacía elefantes,<br />

a otros, gatos ; a otros, perros;<br />

a otros, tigres muy galanes,<br />

y a otros, torpes lechones.<br />

En fin, cuanto la nadante<br />

arca <strong>en</strong>cerró de Noé,<br />

t<strong>en</strong>ía ella <strong>en</strong> dos corrales.<br />

Llegó un hombre que sabía<br />

el contrahechizo al paraje<br />

<strong>en</strong> que estaba, y empezó<br />

con des<strong>en</strong>fado galante<br />

a ir des<strong>en</strong>cantando hombres,<br />

que a sus formas naturales<br />

volvían dando mil brincos<br />

del cont<strong>en</strong>to de librarse.<br />

Llegó a uno, a qui<strong>en</strong> la forma<br />

de cochino abominable<br />

cubría, y hacía gran fuerza<br />

con conjuros y ademanes<br />

por des<strong>en</strong>cantarle; mas<br />

porque no le des<strong>en</strong>cant<strong>en</strong><br />

162


ROJAS Y ZORRILLA<br />

lo que hacía era gruñir,<br />

andar hacía atrás y darle.<br />

El tal des<strong>en</strong>cantador<br />

se mataba por librarle;<br />

mas el maldito lechón<br />

le dijo, haci<strong>en</strong>do visajes:<br />

•—Yo gusto de ser cochino;<br />

vuesa merced no se canse.<br />

(La más hidalga hermosura, jornada i.*)<br />

163


JUAN RUIZ DE ALARCON<br />

N. <strong>en</strong> Méjico, hacia 15S1; f 1639.<br />

EL OFENSOR O F E N D I D O<br />

Oye este caso, señor:<br />

En una casa <strong>en</strong> que había<br />

conversación cierto día<br />

salieron al corredor<br />

dos solos, que una cuestión<br />

t<strong>en</strong>ían que averiguar,<br />

y <strong>en</strong> ella le vino a dar<br />

uno a otro un bofetón.<br />

Pues el que le recibió,<br />

a grandes voces y apriesa<br />

dijo al otro: —Tomaos ésa.<br />

La g<strong>en</strong>te, que d<strong>en</strong>tro oyó<br />

el golpe, y no vio la mano,<br />

atribuyó la victoria<br />

al que cantaba la gloria<br />

tan orgulloso y ufano.<br />

Y así, con esta inv<strong>en</strong>ción,<br />

vino a quedar agraviado<br />

aquel mismo que había dado<br />

al contrario el bofetón.<br />

(La prueba de las promesas, acto 3-'<br />

164


¿ni ni ttt<br />

RU1Z DE ALARCON<br />

EL COBARDE<br />

Sacó la espada un vali<strong>en</strong>te<br />

contra un gallina, y huy<strong>en</strong>do<br />

el cobarde, iba dici<strong>en</strong>do:<br />

—Hombre, que me has muerto, t<strong>en</strong>te.<br />

Acudió g<strong>en</strong>te al ruido,<br />

y uno, que llegó a buscarle<br />

la herida para curarle,<br />

vi<strong>en</strong>do que no estaba herido,<br />

dijo: —¿ Qué os pudo obligar<br />

a decir, si no os hirió,<br />

que os ha muerto ? Y respondió:<br />

—¿No me pudiera matar?<br />

(Los pechos privilegiados, acto 2.°, esc<strong>en</strong>a XII.)


RUIZ DE ALARCON<br />

EL SABIO ENTRE LOS LOCOS<br />

Un aguacero cayó<br />

<strong>en</strong> un lugar, que privó<br />

a cuantos mojó de seso.<br />

Y un sabio que por v<strong>en</strong>tura<br />

se escapó del aguacero,<br />

vi<strong>en</strong>do que al lugar <strong>en</strong>tero<br />

era común la locura,<br />

mojóse y <strong>en</strong>loqueció,<br />

dici<strong>en</strong>do: —En esto ¿ qué pierdo ?<br />

Aquí, donde nadie es cuerdo,<br />

¿para qué he de serlo yo?<br />

(El exam<strong>en</strong> de maridos, acto i.o, esc<strong>en</strong>a XV.)<br />

D E S P U É S DE YO MUERTO<br />

Dióg<strong>en</strong>es, cuando veía<br />

su fin cercano, mandó<br />

no <strong>en</strong>terrarse. Replicó<br />

un su amigo que sería<br />

pasto su cuerpo de fieras.<br />

El dijo: —Un palo t<strong>en</strong>dré<br />

con que me def<strong>en</strong>deré.<br />

—Pues dime: ¿ No consideras<br />

—su amigo le replicó—<br />

que muerto, ni s<strong>en</strong>tirás<br />

ni def<strong>en</strong>derte podrás?<br />

Y el sabio le respondió:<br />

166


RUIZ DE AL ARC ON<br />

—Luego son tus miedos vanos;<br />

que si he de estar sin s<strong>en</strong>tido,<br />

¿ qué importa más ser comido<br />

de fieras que de gusanos?<br />

(Hazañas del Marqués de Cañete, acto 2.0)<br />

QUIEN PIDE, ALCANZA<br />

Callando, ¿quién persuadió?<br />

¿ Quién v<strong>en</strong>ció sin int<strong>en</strong>tar ?<br />

¿Quién obligó sin rogar?<br />

¿Quién sin pedir alcanzó?<br />

Aun con los dioses, que <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong><br />

las humanas int<strong>en</strong>ciones,<br />

a fuerza de peticiones<br />

negocian lo que pret<strong>en</strong>d<strong>en</strong>;<br />

y al fin, para concluir,<br />

oye una comparación:<br />

Al tribunal del león<br />

llegó una oveja a pedir<br />

justicia de un carnicero<br />

lobo, que un hijo le había<br />

muerto, de dos que t<strong>en</strong>ía;<br />

y con el otro cordero<br />

que vivo quedó, postrada,<br />

por dalle más compasión,<br />

ante los pies del león,<br />

calló un rato, o bi<strong>en</strong> turbada,<br />

o bi<strong>en</strong> por <strong>en</strong>carecer<br />

desta suerte de su mal<br />

167


RUIZ DE ALARCON<br />

el extremo, que es señal<br />

de gran p<strong>en</strong>a <strong>en</strong>mudecer.<br />

Estaba hambri<strong>en</strong>to el león,<br />

y como calló la oveja,<br />

o no previno su queja,<br />

o no quiso su int<strong>en</strong>ción ,<br />

<strong>en</strong>t<strong>en</strong>der; hízose bobo,<br />

y fingi<strong>en</strong>do que p<strong>en</strong>saba<br />

que el cordero le <strong>en</strong>donaba,<br />

hizo lo mismo que el lobo.<br />

La oveja, con agonía<br />

balando, empezó al mom<strong>en</strong>to<br />

a declaralle el int<strong>en</strong>to<br />

con que allí v<strong>en</strong>ido había.<br />

Mas él dijo: —No negaras<br />

tanto la voz a los labios:<br />

si era contar tus agravios<br />

tu fin, al punto empezaras,<br />

hablando, a informarme dellos:<br />

que <strong>en</strong> esto de corazones<br />

sabemos más los leones<br />

de comellos que <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dellos.<br />

(Lo amistad castigada, acto 2.a, esc<strong>en</strong>a IV.)<br />

EL R U I N CON MANDO<br />

Juntó cortes el león,<br />

estando <strong>en</strong>fermo una vez,<br />

para elegir un juez<br />

a qui<strong>en</strong> la jurisdicción<br />

168


RU I Z DE ALARCON<br />

de sus reinos <strong>en</strong>cargase.<br />

Los animales, at<strong>en</strong>to<br />

a que es tan manso el jum<strong>en</strong>to,<br />

pidieron que él gobernase.<br />

Tomó, al fin, la posesión,<br />

y por dalle autoridad,<br />

junto con la potestad,<br />

sus uñas le dio el león.<br />

Parabién le vino a dar<br />

luego con grande alegría<br />

un rocín, que ser solia<br />

su amigo; y él, por usar<br />

del poder, dos uñaradas<br />

le dio al amigo inoc<strong>en</strong>te;<br />

y viéndose injustam<strong>en</strong>te<br />

las carnes acribilladas,<br />

dijo llorando el rocín:<br />

—No ti<strong>en</strong>es tú culpa, no,<br />

sino qui<strong>en</strong> uñas le dio<br />

a un animal tan ruin.<br />

El león, airado y fiero,<br />

le quitó con el oficio<br />

las uñas, y al ejercicio<br />

le hizo volver de arriero.<br />

Pues hombre que oficio empuñas,<br />

sabe templado ejercello,<br />

pues a tantos, por no hacello,<br />

has visto quitar las uñas.<br />

(La crueldad per el honor, acto 2.0, esc<strong>en</strong>a V.)<br />

169


RUIZ DE ALARCON<br />

LA CORNEJA CON PLUMAS AJENAS<br />

Bi<strong>en</strong> lo pudiera <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der<br />

qui<strong>en</strong> la fabulilla vieja<br />

supiera de la corneja,<br />

que ha mucho ya que por ser<br />

tan común nadie contó,<br />

y de puro no contada<br />

es de muchos ignorada,<br />

y así he de contarla yo,<br />

porque al caso se acomoda.<br />

Asistir quiso a la boda<br />

del águila, mas se halló<br />

la corneja tan sin galas,<br />

que adornó el cuerpo y las alas<br />

de varias plumas que hurtó<br />

a otras aves; de manera<br />

que ap<strong>en</strong>as llegó a las bodas,<br />

cuando conocieron todas<br />

sus plumas, y la primera<br />

el águila la embistió<br />

a cobrarlas con tal furia,<br />

que para la misma injuria<br />

ejemplo a las otras dio.<br />

—Det<strong>en</strong>te. ¿Qué rabia es ésta?<br />

—dijo la corneja—. Advierte<br />

170


RUIZ DE AL ARCO N<br />

que sólo por complacerte,<br />

y por v<strong>en</strong>ir a tu fiesta<br />

más brillante, las hurté.<br />

Y el águila respondió:<br />

—Necia, ¿por v<strong>en</strong>tura yo<br />

pudiera culpar tu fe,<br />

si<strong>en</strong>do tu fortuna escasa,<br />

cuando galas no trujeras?<br />

O con las tuyas vinieras,<br />

o estuviéraste <strong>en</strong> tu casa.<br />

(No hay mal que por bi<strong>en</strong> no v<strong>en</strong>ga, acto 2.0, esc<strong>en</strong>a VIII.)


FRAY GABRIEL TELLEZ<br />

(TIRSO DE MOLINA)<br />

Madrid, 1584; t 1648.<br />

EL LEÓN Y LA RAPOSA 1<br />

Estaba cojo una vez<br />

un león viejo —no es nuevo<br />

qui<strong>en</strong> anda mucho mancebo<br />

estar cojo a la vejez—.<br />

Como no podía cazar,<br />

y andaba solo y hambri<strong>en</strong>to,<br />

aguzó el <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to<br />

para comer sin andar;<br />

y llamando a cortes reales,<br />

mandó por edicto y ley<br />

que at<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do que era rey<br />

de todos los animales,<br />

1 Ver pág. 138.


TIRSO DE MOLINA<br />

acudies<strong>en</strong> a su cueva.<br />

Fueron todos, y as<strong>en</strong>tados,<br />

dijo: —Vasallos honrados,<br />

a mí me han dado una nueva<br />

extraña, y que me provoca<br />

a pesadumbre y pasión,<br />

y es que dic<strong>en</strong> que al león<br />

le huele muy mal la boca.<br />

No es bi<strong>en</strong> que un sujeto real,<br />

de tantos brutos señor,<br />

<strong>en</strong> vez de dar bu<strong>en</strong> olor,<br />

a todos huela tan mal.<br />

Y así, buscando el remedio,<br />

hallo que a todos os toca,<br />

que llegándoos a mi boca,<br />

veáis si al principio o medio<br />

alguna muela podrida<br />

huele mal, por que se saque,<br />

y desta suerte se aplaque<br />

afr<strong>en</strong>ta tan conocida.<br />

Metióse con esto ad<strong>en</strong>tro,<br />

y <strong>en</strong>trando de uno <strong>en</strong> uno,<br />

no vieron salir ninguno.<br />

La raposa, que es el c<strong>en</strong>tro<br />

de malicias, olió el poste;<br />

y convidándola a <strong>en</strong>trar<br />

para ver y visitar<br />

al león, respondió: —¡ Oste!


TIRSO DE MOLINA<br />

Y asomando la cabeza,<br />

dijo: —Por no ser t<strong>en</strong>ida<br />

por tosca y descomedida,<br />

no <strong>en</strong>tro a ver a vuestra alteza;<br />

que como paso trabajos,<br />

unos ajos he almorzado,<br />

y para un rey no hay <strong>en</strong>fado<br />

como el olor de los ajos.<br />

Por aquesta cerbatana<br />

vuestra alteza eche el ali<strong>en</strong>to;<br />

que si yo por ella si<strong>en</strong>to<br />

el mal olor, cosa es llana<br />

que hay muela con agujero,<br />

y el sacalla está a otra cu<strong>en</strong>ta,<br />

que yo estoy sin herrami<strong>en</strong>ta<br />

y <strong>en</strong> mi vida fui barbero.<br />

(El pret<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te al revés, acto i.o, esc<strong>en</strong>a XII.)<br />

LA M U L A DEL D O C T O R 1<br />

Tuvo un pobre una postema<br />

(dic<strong>en</strong> que oculta <strong>en</strong> un lado)<br />

y estaba desesperado<br />

de ver la ignorante flema<br />

con que el doctor le decía:<br />

—En no yéndoos a la mano<br />

i Ver págs. 126 y 160.<br />

1/4


1<br />

TIRSO DE MOLÍ N A<br />

<strong>en</strong> beber, morios, hermano,<br />

porque esa es hidropesía.<br />

Ord<strong>en</strong>óle una receta,<br />

y cuando le llegó a dar<br />

la pluma para firmar,<br />

la muía, que era algo inquieta,<br />

as<strong>en</strong>tóle la herradura<br />

(emplasto dijera yo)<br />

<strong>en</strong> el lado, y rev<strong>en</strong>tó ,<br />

la postema, ya madura;<br />

con que cesando el dolor,<br />

dijo, mirándola abierta:<br />

—En postemas, más acierta<br />

la muía que su doctor.<br />

(El amor médico, acto i.o, esc<strong>en</strong>a I.)<br />

EL ASNO Y EL C O C H I N O 1<br />

Señor Juan de Silva, escuche:<br />

Crió un villano <strong>en</strong> su casa<br />

un cochino y un jum<strong>en</strong>to.<br />

Al cochino regalaba<br />

tanto, que al jum<strong>en</strong>to mismo<br />

daba <strong>en</strong>vidia, que esta falta<br />

es muy de asnos. Llegó el día<br />

de San Martín, y escuchaba<br />

el asno grandes gruñidos.<br />

Ver pág. 198.


TIRSO DE MOLINA<br />

Asomóse a una v<strong>en</strong>tana,<br />

y vio al mísero cochino,<br />

el cuchillo a la garganta,<br />

que roncaba sin dormir.<br />

—¿ Para aquesto le <strong>en</strong>gordaban ?<br />

—dijo el asno—. Voime al monte<br />

por leña, v<strong>en</strong>ga mi albarda.<br />

(Adversa fortuna de D. Alvaro de Luna, jornada 2.a, esc<strong>en</strong>a<br />

IV.)<br />

MEJOR GOZA EL BIEN QUIEN DESDE<br />

EL MAL VINO A ÉL<br />

Yo sé de cierto señor<br />

algo regalado y tierno<br />

que, acostándose el invierno,<br />

después que el cal<strong>en</strong>tador<br />

la cama le sazonaba,<br />

se levantaba <strong>en</strong> camisa,<br />

y dando causa a la risa,<br />

desnudo se paseaba.<br />

Burlábase de él su g<strong>en</strong>te<br />

y juzgaba a desvarío<br />

que tiritase de frío<br />

y diese di<strong>en</strong>te con di<strong>en</strong>te<br />

qui<strong>en</strong> abrigarse podía;<br />

mas él, después de haber dado


" v<br />

O "o<br />

TIRSO DE MOLINA<br />

sus paseos, casi helado<br />

a la cama se volvía,<br />

dici<strong>en</strong>do: —Para estimar<br />

el calor que ahora adquiero<br />

es necesario primero<br />

el frío experim<strong>en</strong>tar.<br />

(La Fingida Arcadia, jornada i.")


LOPE DE VEGA<br />

Madrid, 1562; t i6¡¡.<br />

PERDICES ME MANDA MI PADRE QUE COMA<br />

Un cu<strong>en</strong>to <strong>en</strong> esta ocasión<br />

te diré muy semejante:<br />

T<strong>en</strong>ía un viejo estudiante,<br />

a tu traza y condición,<br />

un hidalgo <strong>en</strong> Salamanca,<br />

y escribióle que comiese<br />

lo más barato que hubiese<br />

<strong>en</strong> aquella plaza franca.<br />

Preguntaba qué valía<br />

una vaca a sus criados,<br />

y como veinte ducados<br />

el comprador respondía,<br />

178


LOPE D E VEGA<br />

replicaba : —¿ Y dos perdices ?<br />

—Cuatro reales. —Pues comer<br />

perdices y obedecer.<br />

(Sembrar <strong>en</strong> bu<strong>en</strong>a tierra, acto i.°)<br />

SI EL BURRO CAE, NADA<br />

Preguntóle un caminante<br />

a un labrador qué llevaba<br />

<strong>en</strong> una carga, y él dijo,<br />

previni<strong>en</strong>do la desgracia:<br />

—Yo, nada, si cae el jum<strong>en</strong>to<br />

(que era de vidrios la carga).<br />

(¡Si no vieran las mujeres'...., acto 2. 0 , esc<strong>en</strong>a IV.)<br />

EL MAL HACE APRECIAR EL BIEN<br />

En mi tierra, un azotado<br />

dio al verdugo ci<strong>en</strong> escudos<br />

por que se los diese mudos,<br />

que era honrado y delicado.<br />

En sali<strong>en</strong>do por la puerta<br />

asi la mano as<strong>en</strong>tó,<br />

que al primero que le dio<br />

le dejó la espalda abierta.<br />

El hombre volvió del yugo<br />

la cabeza al golpe fiero<br />

R<br />

79


LOPE £>£ VEGA<br />

y di jóle: —¿Y el dinero?<br />

Y aquí respondió el verdugo:<br />

—Todos habían de ser<br />

como éste, y así sabrá<br />

<strong>en</strong> qué obligación me está<br />

por el dinero de ayer;<br />

que si quedo se los diera,<br />

bi<strong>en</strong> sabe que no podía<br />

conocer la cortesía<br />

de los que adelante espera.<br />

(.Las cu<strong>en</strong>tas del Gran Capitán, acto 2.°)t


E L LABRADOR, SU HIJO Y EL ASNO<br />

Yo no sé cómo ha de ser,<br />

que me sucede, señor,<br />

como al otro labrador<br />

que llevó el asno a v<strong>en</strong>der.<br />

Que él y un hijo que t<strong>en</strong>ía<br />

iban a pie tras la bestia<br />

y la g<strong>en</strong>te con molestia<br />

ver libre el asno sufría.<br />

Subió el viejo, y no faltó<br />

qui<strong>en</strong> dijo: —El mozo lleváis<br />

a pie, y caballero vais.<br />

Luego el viejo se bajó<br />

y subió el mozo; mas luego<br />

hubo qui<strong>en</strong> dijo: —El anciano<br />

va a pie, y el mozo villano<br />

va caballero, ¡ oh mal fuego!<br />

El viejo <strong>en</strong>tonces subió<br />

con el mozo, y un lugar<br />

181


LOPE DE VEGA<br />

<strong>en</strong>tero empezó a gritar:<br />

—¿ Dos <strong>en</strong> un asno ? Eso, no.<br />

Vi<strong>en</strong>do tal desasosiego,<br />

los pies le ató, y <strong>en</strong> un pino<br />

llevaba al hombro el pollino<br />

de él y del hijo; mas luego<br />

se burlaron de los dos,<br />

dici<strong>en</strong>do : —¿ Desa manera<br />

lleváis, necios, qui<strong>en</strong> pudiera<br />

mejor llevaros a vos?<br />

El viejo <strong>en</strong>tonces, tomando<br />

el asno, le despeñó<br />

a un rio, y sospecho yo,<br />

que <strong>en</strong> estas vísperas ando,<br />

que vi<strong>en</strong>do el ing<strong>en</strong>io mío,<br />

que no puede cont<strong>en</strong>tar<br />

a todos, habrá de dar<br />

con todo el asno <strong>en</strong> el río.<br />

(Con su pan se lo cómo, acto 2. 0 .)<br />

E R R O R SALVADO<br />

Mandóle pintar la C<strong>en</strong>a<br />

a un pintor un bachiller,<br />

y acabada, fuéla a ver,<br />

y hallóla de g<strong>en</strong>te ll<strong>en</strong>a.<br />

Trece apóstoles contó,<br />

y dijo muy espantado:<br />

—Todo este li<strong>en</strong>zo está errado,<br />

no pi<strong>en</strong>so pagarle yo.<br />

182


LOPE DE VEGA<br />

Un apóstol aquí está<br />

de más. Y el sabio pintor<br />

dijo : —Llevadla, señor,<br />

que éste, <strong>en</strong> c<strong>en</strong>ando, se irá.<br />

(Amar sin saber a quién, acto 3.0, esc<strong>en</strong>a I.)<br />

CENSURAR ES FÁCIL<br />

Escrib<strong>en</strong> que Cicerón,<br />

oy<strong>en</strong>do al repres<strong>en</strong>tante<br />

Galo, que <strong>en</strong> Roma triunfante<br />

tuvo excel<strong>en</strong>te opinión,<br />

vio silbar y murmurar,<br />

y que com<strong>en</strong>zó a decir:<br />

—Mancebos, el escribir<br />

es ing<strong>en</strong>io, y no el silbar.<br />

Y esto al hombre se prohibe,<br />

porque <strong>en</strong> difer<strong>en</strong>cia igual,<br />

silba cualquier animal,<br />

pero sólo el hombre escribe.<br />

(Lo que ha de ser, acto esc<strong>en</strong>a VIII.)<br />

NO FIRMES CARTA QUE NO LEAS<br />

Dijo un rey a un secretario<br />

que escribiese a cierto reino<br />

le hicies<strong>en</strong> ci<strong>en</strong> alabardas.<br />

Los reyes nunca hablan recio,<br />

y por no le preguntar,<br />

183


LOPE DE VEGA<br />

escribió al reino que luego<br />

le <strong>en</strong>vias<strong>en</strong> ci<strong>en</strong> albardas.<br />

Despacháronselas presto;<br />

y estando el rey a un balcón<br />

con el secretario mesmo,<br />

vio v<strong>en</strong>ir las ci<strong>en</strong> albardas;<br />

y diciéndole: —¿ Qué es esto ?,<br />

le respondió que traían<br />

lo que él mandó; a qui<strong>en</strong> discreto<br />

replicó el rey: —Repartamos<br />

desta manera las ci<strong>en</strong>to:<br />

las cincu<strong>en</strong>ta para mí,<br />

que firmo lo que no leo,<br />

y las otras para vos,<br />

pues más ligero que cuerdo<br />

hacéis lo que no <strong>en</strong>t<strong>en</strong>déis.<br />

[Aplicar podéis el cu<strong>en</strong>to.]<br />

(La llave de la honra, acto esc<strong>en</strong>a XVT.)<br />

EL LEÑADOR Y LA M U E R T E 1<br />

Escucha el cu<strong>en</strong>to: Un caduco<br />

viejo, con años och<strong>en</strong>ta,<br />

traía leña de un monte<br />

hasta la ciudad de At<strong>en</strong>as.<br />

Como era tanto el trabajo,<br />

rogaba a la muerte fiera<br />

que le llevase, dici<strong>en</strong>do:<br />

i Ver pág. 75.<br />

184


LOPE DE VEGA<br />

—V<strong>en</strong>, Muerte! Muerte, ¿ no llegas ?<br />

Oyóle la Muerte un día,<br />

y con la armadura seca<br />

se puso al viejo delante;<br />

habló <strong>en</strong> los huesos sin l<strong>en</strong>gua:<br />

—Dime, ¿qué quieres? —le dijo—.<br />

Y el viejo, temblando <strong>en</strong> verla:<br />

—Que me ayudes a cargar<br />

este hacecillo de leña.<br />

(Qui<strong>en</strong> más no puede, acto 2.»)<br />

NORMA DE PRIVADOS<br />

Pésame, pues no es pequeño<br />

principio de aborrecer<br />

un criado el <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der<br />

que sabe más que su dueño.<br />

De cierto rey se contó<br />

que le dijo a un gran privado:<br />

—Un papel me da cuidado,<br />

y si bi<strong>en</strong> le he escrito yo,<br />

quiero ver otro de vos,<br />

y el mejor escoger quiero.<br />

Escribióle el caballero,<br />

y fué el mejor de los dos.<br />

Como vio que el rey decía<br />

que era su papel mejor,<br />

fuese, y díjole al mayor<br />

hijo, de tres que t<strong>en</strong>ía:<br />

i°5


LOPE DE VEGA<br />

•—Vamonos del reino luego,<br />

que <strong>en</strong> gran peligro estoy yo.<br />

El mozo le preguntó<br />

la causa, turbado y ciego;<br />

y respondióle: —Ha sabido<br />

el rey que yo sé más que él;<br />

[y el alto no sufre a aquel<br />

que <strong>en</strong> algo le haya excedido].<br />

(El perro del hortelano, acto esc<strong>en</strong>a XVII.)<br />

EL ASNO Y LA DIOSA<br />

MENDO. Pues ¿ a quién llevan dinero<br />

que reciba mal a qui<strong>en</strong><br />

se lo lleva?<br />

TELLO EL VIEJO. Dices bi<strong>en</strong>,<br />

y agradecértelo quiero;<br />

que <strong>en</strong> un librillo he leído<br />

que <strong>en</strong> un jum<strong>en</strong>to llevaban<br />

una diosa, que adoraban<br />

con el respeto debido<br />

los que la vían pasar,<br />

hincándose de rodillas,<br />

cuyas altas maravillas<br />

pudo el jum<strong>en</strong>to p<strong>en</strong>sar<br />

(como <strong>en</strong> fin era jum<strong>en</strong>to)<br />

que eran por él, y paróse.<br />

Viéndolo el dueño, <strong>en</strong>fadóse<br />

del soberbio p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to,<br />

186


LOPE DE VEGA<br />

y pegándole muy bi<strong>en</strong>,<br />

le dijo con voz furiosa:<br />

—No es a ti, sino a la diosa.<br />

Que es esto mismo también;<br />

y así, pidi<strong>en</strong>do primero<br />

del compararte perdón,<br />

las honras del rey no son,<br />

Tello, a ti, sino al dinero.<br />

(Los Tellos de Metieses, 1. A parte, acto 3. 01, esc<strong>en</strong>a I.)<br />

187


LOPE DE VEGA<br />

EL PERRO Y EL ASNO 1<br />

Esopo cu<strong>en</strong>ta que había<br />

un hombre <strong>en</strong> cierta nación<br />

que para su recreación<br />

una perrilla t<strong>en</strong>ía;<br />

ésta, al <strong>en</strong>trar cada día<br />

<strong>en</strong> su casa, si tardaba,<br />

le halagaba y retozaba,<br />

por cuya causa a la mesa<br />

con la más segura presa<br />

el señor la regalaba.<br />

Atalayando un jum<strong>en</strong>to<br />

desde su caballeriza,<br />

que porque le solemniza<br />

i ,Ver pág. 124.<br />

188


LOPE DE VEGA<br />

le daba siempre sust<strong>en</strong>to,<br />

con asnal atrevimi<strong>en</strong>to<br />

una mañana salió,<br />

y <strong>en</strong> dos pies se levantó,<br />

y puso <strong>en</strong> el pecho todo<br />

las manos ll<strong>en</strong>as de lodo,<br />

y aun dic<strong>en</strong> que le besó.<br />

Y al punto el señor mandó<br />

que le dies<strong>en</strong> muchos palos,<br />

<strong>en</strong> lugar de los regalos<br />

que <strong>en</strong>tre sus pi<strong>en</strong>sos p<strong>en</strong>só.<br />

(El más galán portugués, acto 2.0)<br />

EL CASCABEL AL G A T O 1<br />

Juntáronse los ratones<br />

para librarse del gato,<br />

y después de largo rato<br />

de disputas y opiniones,<br />

dijeron que acertarían<br />

<strong>en</strong> ponerle un cascabel,<br />

que andando el gato con él<br />

guardarse mejor podían.<br />

Salió un ratón barbicano,<br />

colilargo, hociquirromo,<br />

y <strong>en</strong>crespando el grueso lomo<br />

dijo al s<strong>en</strong>ado romano,<br />

1 Ver pág. 80.<br />

189


LOPE DE VEGA<br />

después de hablar culto un rato:<br />

—¿ Quién de todos ha de ser<br />

el que se atreva a poner<br />

ese cascabel al gato?<br />

(La esclava de su galán, acto esc<strong>en</strong>a X.)<br />

P E R D E R LO CIERTO POR LO D U D O S O "<br />

Un perro una vez pasaba<br />

otro río como el Duero,<br />

y un pedazo de carnero<br />

<strong>en</strong>tre los di<strong>en</strong>tes llevaba.<br />

La sombra, que no era poca,<br />

d<strong>en</strong>tro de las aguas vio,<br />

y por cogerla soltó<br />

lo que llevaba <strong>en</strong> la boca.<br />

Fué a asirla, y su desvarío<br />

el perro al instante vio;<br />

volvió a su carne, y halló<br />

que se la llevó el tal río.<br />

(El milagro por los celos, jornada 3.*)<br />

EL SOBERBIO Y EL H U M I L D E<br />

Se criaba un arbolillo<br />

<strong>en</strong> una huerta, y rogaba<br />

al que de él más cerca estaba,<br />

que era su muerte y cuchillo,<br />

1 Ver pág. 112.<br />

190


LO t E DE V EGA<br />

que le dejase crecer;<br />

y el olmo presuntuoso,<br />

de sus ramas ambicioso,<br />

ni el sol le dejaba ver.<br />

—Arbolillo —le decía—,<br />

conténtate con vivir<br />

donde me puedas servir.<br />

Pero llegó al fin el día<br />

<strong>en</strong> que la villa int<strong>en</strong>tó<br />

<strong>en</strong>sanchar el verde suelo,<br />

y el olmo atrevido al cielo<br />

cortado al suelo cayó.<br />

El arbolillo, ya dueño<br />

del sol, dijo: —Estos asaltos<br />

da la fortuna a los altos;<br />

más me quiero ser pequeño.<br />

(El desconfiado, acto 2.0}<br />

EL SOBERBIO ABATIDO<br />

Escribe Esopo que había<br />

hecho burla el roble fuerte<br />

de la débil caña. Advierte<br />

lo que a los dos pasó un día:<br />

Vino un vi<strong>en</strong>to, y el altivo<br />

roble, fuerte, resistió<br />

tanto, que el tronco sacó<br />

de su cimi<strong>en</strong>to nativo.<br />

191


LOPE DE VEGA<br />

Pero la caña humillada<br />

por <strong>en</strong>cima le dejó<br />

que pasase, y él pasó<br />

sin que la of<strong>en</strong>diese <strong>en</strong> nada.<br />

Y ansí, cesando la guerra,<br />

la caña se alzó como antes,<br />

y el roble las arrogantes<br />

ramas dejó por la tierra.<br />

(Los hidalgos del aldea, acto 3. 0 )<br />

C O N T E N T A R S E CON SU ESTADO<br />

Cu<strong>en</strong>tan acá los pastores<br />

que a Júpiter se quejó<br />

un monte (presumo yo<br />

que de los montes mayores),<br />

diciéndole : —Gran señor,<br />

cuanto has criado se muda;<br />

si yo estoy firme, es sin duda<br />

que t<strong>en</strong>go poco valor.<br />

Los que estaban <strong>en</strong>cumbrados<br />

bajan tan bajos que espantan,<br />

y a sus puestos se levantan<br />

los que estaban derribados.<br />

Alguno fué pobre ayer<br />

que hoy ti<strong>en</strong>e suma riqueza,<br />

y otro vi<strong>en</strong>e a gran pobreza<br />

que tuvo inm<strong>en</strong>so poder.<br />

192


LOPE DE VEGA<br />

¿Cómo yo nunca soy más<br />

de aquel ser <strong>en</strong> que nací?<br />

Pero respondióle así:<br />

—¡ Oh necio! Engañado estás.<br />

Déjalo todo mudar,<br />

pues firme puedes vivir;<br />

que qui<strong>en</strong> no pudo subir,<br />

tampoco pudo bajar.<br />

(El hijo de los leones, acto 2.°, esc<strong>en</strong>a XI.)<br />

L AS MUELAS Y EL HOMBRE<br />

A Júpiter se quejaron<br />

las muelas del hombre un día,<br />

dici<strong>en</strong>do a su señoría<br />

los años que trabajaron<br />

desde la muela primera,<br />

mascando lo que comía,<br />

y que por dolor de un día<br />

luego las echaba fuera.<br />

Don Júpiter le riñó,<br />

y él respondió: —¿ Qué he de hacer,<br />

si no dejan de doler?<br />

A qui<strong>en</strong> luego replicó:<br />

—Hombre, sufre, pues te toca,<br />

el dolor, que bi<strong>en</strong> podrás;<br />

que después te alegrarás<br />

de ver tu muela <strong>en</strong> tu boca.<br />

(Porfiar hasta morir, acto 3.0, esc<strong>en</strong>a XII.)<br />

193<br />

14


LOPE DE VEGA<br />

ESCARMENTAR EN CABEZA AJENA 1<br />

La zorra, el asno y león,<br />

un día que a caza fueron,<br />

sobre un prado la pusieron<br />

para hacer su partición.<br />

Dijo el león al jum<strong>en</strong>to:<br />

—Parte esa caza. Y el bobo<br />

hizo tres partes del robo:<br />

dio la suya al león hambri<strong>en</strong>to.<br />

Vi<strong>en</strong>do el león que le daba<br />

parte igual, agarró de él<br />

y deshízole cruel<br />

porque con él se igualaba.<br />

Luego a la zorra miró,<br />

y dijo: —Parte esa presa.<br />

La zorra tomó la presa<br />

más pequeñita que halló,<br />

y dio al león la demás,<br />

que le dijo: •—¿Cómo has hecho<br />

tan a gusto de mi pecho<br />

partes, pues tanta me das?<br />

Respondió : —Mi habilidad<br />

y cauta naturaleza<br />

me <strong>en</strong>señó que a tu grandeza<br />

rinda mi flaca humildad.<br />

i Ver pág. 25.<br />

194


LOPE DE VEGA<br />

Por cuyas cuerdas razones<br />

me río yo de jum<strong>en</strong>tos<br />

que igualan sus p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>tos<br />

a los soberbios leones.<br />

(Obras son amores, acto 3.0)<br />

195


LOPE DE VEGA<br />

LA GATA MUJER 1<br />

¡ Plegué al cielo que no sea<br />

como aquel hombre de At<strong>en</strong>as,<br />

que pidió a V<strong>en</strong>us le hiciese<br />

mujer, con ruegos y ofr<strong>en</strong>das,<br />

una gata dominica,<br />

quiero decir, blanca y negra!<br />

Estando <strong>en</strong> su estrado un día<br />

con moño y naguas de tela,<br />

vio pasar un animal<br />

de aquestos, como poetas,<br />

que andan roy<strong>en</strong>do papeles,<br />

y dando un salto ligera<br />

de la tarima al ratón,<br />

mostró que <strong>en</strong> naturaleza<br />

la que es gata, será gata;<br />

la que es perra, será perra,<br />

1 Ver pág. 121.<br />

in saecula saeculorum.<br />

(El castigo sin v<strong>en</strong>ganza, acto 3.°)<br />

196


LOPE DE VEGA<br />

LA GATA MUJER<br />

Cierta fabulilla trata<br />

que un hombre quiso a una gata,<br />

de suerte que cada dia<br />

a Júpiter le pedía<br />

con ofr<strong>en</strong>das de oro y plata<br />

se la volviese mujer.<br />

Júpiter lo vino a hacer;<br />

y estando el hombre casado,<br />

y ella s<strong>en</strong>tada <strong>en</strong> su estrado<br />

vi<strong>en</strong>do cantar y tañer,<br />

dic<strong>en</strong> que un ratón pasó,<br />

y ap<strong>en</strong>as ella le vio<br />

cuando, corri<strong>en</strong>do tras él,<br />

le dio uñarada cruel<br />

y al primero ser volvió.<br />

(El Príncipe Perfecto, i." parte, acto 2.0, esc<strong>en</strong>a XIY.)<br />

LA GATA MUJER<br />

Las fábulas nos cu<strong>en</strong>tan que una gata<br />

de tal manera amaba un hombre rico,<br />

que pidió a Juno, y dio un blandón de plata<br />

que la hiciese mujer, y a mí la aplico.<br />

La diosa, por no ser al don ingrata,<br />

mudóle <strong>en</strong> rostro humano el negro hocico,<br />

la piel pelosa, <strong>en</strong> cuerpo deseado,<br />

y fué su casami<strong>en</strong>to celebrado.<br />

197


LOPE DE VEGA<br />

Mas como <strong>en</strong> el estrado viese un día<br />

pasar unos ratones, como antes<br />

arrojóse tras ellos la que había<br />

tratado <strong>en</strong> liviandades semejantes 1<br />

.<br />

(Ejemplo de casadas, acto 2.a)<br />

EL ASNO Y EL C O C H I N O 2<br />

[Al amor de la lumbre], <strong>en</strong> un librillo,<br />

leía esotra noche mi carillo,<br />

pi<strong>en</strong>so que eran las írápulas de Esopo,<br />

que un asno, vi<strong>en</strong>do a un puerco como un topo<br />

siempre echado a pacer <strong>en</strong> la pocilga,<br />

con <strong>en</strong>vidia que el ánima pecilga<br />

decía: —Que éste <strong>en</strong>gorde y yo trabaje,<br />

que el mozo el pan, y el amo a veces baje<br />

cascaras de melón y otros regalos,<br />

y a mí con agua y leña me d<strong>en</strong> palos.<br />

Pero llegado el día de San Lucas,<br />

agarraron al puerco, y al pescuezo<br />

pusieron el cuchillo; y cuando el asno<br />

oyó los gritos, dijo: —Hermano puerco,<br />

si para eso os <strong>en</strong>gordaba el amo,<br />

igual es trabajar; asno me llamo.<br />

(Con su pan se lo coma, acto<br />

1 He puesto aquí estas tres fábulas seguidas como muestra<br />

de la facilidad que t<strong>en</strong>ía Lope de Vega para tratar múltiple*<br />

veces un mismo asunto sin repetirse <strong>en</strong> la forma.<br />

2 Ver pág. 175.<br />

108


1»> ' " g g " '<br />

LOPE DE VEGA<br />

G R A T I T U D<br />

Feroz león la planta, fiera <strong>en</strong> vano,<br />

atravesada de la dura espina,<br />

muestra al esclavo, y a curarle inclina,<br />

humilde el inhumano, al sabio humano.<br />

Vele después salir <strong>en</strong> el romano<br />

Anfiteatro, y que a morir camina,<br />

y paga la piadosa medicina<br />

r<strong>en</strong>dido al pie que le curó la mano.<br />

Pues si humilla un león tanta fiereza,<br />

¿quién hay que corresponda con mal trato<br />

a qui<strong>en</strong> debe piedad, honra y nobleza ?<br />

Si<strong>en</strong>do un león de la amistad retrato,<br />

corrida puede estar naturaleza<br />

el día que ha formado un hombre ingrato.<br />

(Amar sin saber a quién, acto 2.°, esc<strong>en</strong>a III.)<br />

199


BALTASAR DEL ALCAZAR<br />

Sevilla, 15so; t 160Ó.<br />

DESENGAÑO<br />

Quiso Mercurio saber,<br />

juzgándose sin segundo,<br />

la estimación que <strong>en</strong> el mundo<br />

su deidad pudo t<strong>en</strong>er.<br />

Y halló ser necesario,<br />

para <strong>en</strong>terarse del hecho,<br />

irse a la ti<strong>en</strong>da derecho<br />

de un pintor imaginario.<br />

Y asi <strong>en</strong> ello resumido,<br />

hizo al punto su viaje,<br />

mudado el divino traje,<br />

para no ser conocido,<br />

sin mirar cuan fácil es,<br />

al escarbar la gallina,<br />

200


BALTASAR DEL ALCÁZAR<br />

descubrir la aguda espina<br />

que le lastima los pies.<br />

Vido ll<strong>en</strong>a la oficina<br />

de tablas artificiosas,<br />

todas de dioses y diosas<br />

de belleza peregrina.<br />

También vio la suya <strong>en</strong>tre ellas,<br />

que a su parecer ultraja<br />

las demás con la v<strong>en</strong>taja<br />

que el sol hace a las estrellas.<br />

Hallóse a todo pres<strong>en</strong>te<br />

el artífice discreto,<br />

con qui<strong>en</strong> el dios inquieto<br />

tuvo el coloquio sigui<strong>en</strong>te:<br />

—Esta tabla principal<br />

de Júpiter ¿cuánto vale?<br />

—Esa de ordinario sale<br />

v<strong>en</strong>dida <strong>en</strong> medio real.<br />

—Y esta de la diosa Juno,<br />

¿<strong>en</strong> qué se suele v<strong>en</strong>der?<br />

—Esta, por ser de mujer,<br />

suele v<strong>en</strong>derse por uno.<br />

•—Y esta del famoso dios<br />

Mercurio ¿<strong>en</strong> qué sueles dalla?<br />

—De balde suele llevalla<br />

qui<strong>en</strong> me compra esotras dos.<br />

Amargóle esta verdad,<br />

pero juzgó sin pasión<br />

201


BALTASAR DEL ALCAZAR<br />

que la propia estimación<br />

no suele dar calidad,<br />

y que los que más están<br />

con su estimación casados,<br />

sólo ti<strong>en</strong><strong>en</strong> de estimados<br />

lo que los otros les dan.<br />

202


JUAN RUIZ, ARCIPRESTE DE HITA<br />

Del "Libro de Bu<strong>en</strong> amor" escrito <strong>en</strong> 1330.<br />

EL MUÉ DE MONFERRADO E EL MUR DE GUADALAJARA (i)<br />

Mur de Guadalajara un lunes madrugaba;<br />

fuese a Monferrado, a mercado andaba;<br />

un mur de franca barba recibiol' <strong>en</strong> su cava,<br />

convidol' a yantar e diole una faba.<br />

5 Estaba <strong>en</strong> mesa pobre bu<strong>en</strong> gesto e bu<strong>en</strong>a cara,<br />

con la poca vianda bu<strong>en</strong>a voluntad para,<br />

a los pobres manjares el placer los repara;<br />

pagos' del bu<strong>en</strong> talante mur de Guadalajara.<br />

(1) Por tratarse de trozos <strong>en</strong> que abundan los arcaísmos,<br />

pongo todas las notas al pie de la página.<br />

1. mur, ratón.—3. de franca barba, dicho de una persona<br />

liberal, g<strong>en</strong>erosa.—cava, cueva.—recibiol', convidol', pagos',<br />

queV &, formas con pérdida o elisión de la vocal e.—4. yantar,<br />

comer.—faba, haba; no se anotarán las otras formas con /,<br />

convertida <strong>en</strong> /1.—6. parar, poner delante, exponer.—7. reparar,<br />

componer.—8. talante o tál<strong>en</strong>te, voluntad, deseo.<br />

203


»> ti* gg if<br />

ARCIPRESTE DE HITA<br />

La su yantar comida, el manjar acabado,<br />

10 convidó el de la villa al mur de Monferrado<br />

que el martes quisiese ir ver el su mercado,<br />

e como él fué suyo, fuese él su convidado.<br />

Fué con él a su casa e diol' mucho de queso,<br />

mucho tocino lardo, que non era salpreso,<br />

15 <strong>en</strong>jundias e pan cocho sin ración e sin peso;<br />

con esto el aldeano tovos' por bi<strong>en</strong> apreso.<br />

Manteles de bu<strong>en</strong> li<strong>en</strong>zo, una blanca talega<br />

bi<strong>en</strong> ll<strong>en</strong>a de fariña, el mur allí se allega;<br />

mucha honra le fizo e servicio quel' plega,<br />

20 alegría, bu<strong>en</strong> rostro, con todo esto se llega.<br />

Está <strong>en</strong> mesa rica mucha bu<strong>en</strong>a vianda,<br />

un manjar mejor que otro am<strong>en</strong>udo y anda,<br />

e demás bu<strong>en</strong> tál<strong>en</strong>te, huésped esto demanda:<br />

solaz con yantar bu<strong>en</strong>a todos los homes ablanda.<br />

25 Do comían e folgaban, <strong>en</strong> medio de su yantar,<br />

la puerta del palacio com<strong>en</strong>zó a sonar;<br />

abríala su señora, d<strong>en</strong>tro quería <strong>en</strong>trar.<br />

Los mures, con el miedo, fuxieron al andar.<br />

9. la su, el su. Obsérvese el uso del posesivo precedido de<br />

.".rticulo. Recordar cómo este arcaísmo se conserva <strong>en</strong> la oración<br />

del Padre Nuestro : el tu nombre, el tu reino. Es forma de<br />

uso corri<strong>en</strong>te <strong>en</strong> Castilla la Vieja.— 1 1. ir ver. hoy habria que<br />

intercalar la preposición a.—13. mucho de queso, nótese el de<br />

partitivo, hoy <strong>en</strong> desuso.—14. lardo, gordo, i^raso.—salpreso,<br />

salado. Esa clase de tocino se llama hoy saladillo, y fresco al que<br />

está sin salar.—non, nin, perdieron con el tiempo la n final.—15.<br />

<strong>en</strong>jundia, grosura de los animales.—cocho, cocido.—16. tovos'<br />

por bi<strong>en</strong> apreso, túvose por v<strong>en</strong>turoso.—18. allegarse, acercarse.—22.<br />

y, allí.—23. demandar, pedir.—24. home, hombre.—<br />

25. do, cuando.—28. fuxir, huir.


^i?C/Pi?B5r£ Z>£ HITA<br />

Mur de Guadalajara <strong>en</strong>tró <strong>en</strong> su forado,<br />

30 el huésped acá e allá fuía deserrado,<br />

non t<strong>en</strong>ía lugar cierto do fuese amparado,<br />

estovo a lo escuro a la pared arrimado.<br />

Cerrada ya la puerta e pasado el temor,<br />

estaba el aldeano con miedo e con tremor;<br />

35 falagábal' el otro deci<strong>en</strong>dol': —Amigo, señor,<br />

alégrate e come de lo que has más sabor.<br />

Este manjar es dulce, sabe como la miel.<br />

Dixo el aldeano al otro: —V<strong>en</strong>ino yaz <strong>en</strong> él;<br />

el que teme la muerte, el panal le sabe fiel;<br />

40 a ti solo es dulce, tú solo come del.<br />

Al home con el miedo nol' sabe dulce cosa,<br />

non ti<strong>en</strong>e voluntad clara la vista temerosa;<br />

con miedo de la muerte, la miel non es sabrosa,<br />

todas cosas amargan <strong>en</strong> vida peligrosa.<br />

45 Más quiero roer faba seguro e <strong>en</strong> paz<br />

que comer mil manjares corrido e sin solaz;<br />

las viandas preciadas con miedo son agraz,<br />

todo es amargura do mortal miedo yaz.<br />

Porque tanto me tardo, aquí todo me mato<br />

50 del miedo que he habido cuando bi<strong>en</strong> me lo cato;<br />

como estaba solo, si viniera el gato,<br />

29. forado, horado, agujero.—30. deserrado, descaminado,<br />

desori<strong>en</strong>tado.—31. do, donde, a difer<strong>en</strong>cia de do, cuando <strong>en</strong> v.<br />

25.—32. escuro, oscuro.—33. tremor, temblor.—36. sabor, gusto.—3<br />

8. dixo, dixiere, la x se convirtió más tarde <strong>en</strong> j.—-v<strong>en</strong>ino,<br />

v<strong>en</strong><strong>en</strong>o.—39. fiel, hiél.—cosa, cosa ninguna, nada.—46. corrido,<br />

perseguido.—4 7. agraz, uva sin madurar, y jugo que de ella<br />

se extrae.—5 0. catar, considerar.<br />

205


ARCIPRESTE DE HITA<br />

allí me alcanzara e me diera mal rato.<br />

Tú ti<strong>en</strong>es grandes casas, mas hay mucha compaña;<br />

comes muchas viandas, aquesto te <strong>en</strong>gaña:<br />

55 bu<strong>en</strong>a es mi pobreza <strong>en</strong> segura cabana,<br />

que mal pisa el home, el gato mal rascaña.<br />

Con paz e seguranza es bu<strong>en</strong>a la pobreza,<br />

al rico temeroso es pobre la riqueza,<br />

siempre ti<strong>en</strong>e recelo e con miedo tristeza;<br />

6o la pobredad alegre es segura nobleza.<br />

LA RAPOSA E EL CUERVO<br />

La marfusa un día con la fambre andaba,<br />

vido el cuervo negro <strong>en</strong> un árbol do estaba<br />

grand pedazo de queso <strong>en</strong> el pico levaba,<br />

ella con su lisonja tan bi<strong>en</strong> lo saludaba:<br />

5 ; Oh cuervo tan apuesto!, del cisne eres pari<strong>en</strong>te,<br />

<strong>en</strong> blancura, <strong>en</strong> dono, fermoso, reluci<strong>en</strong>te;<br />

más que todas las aves cantas muy dulcem<strong>en</strong>te;<br />

si un cantar dixieres, diré yo por él veinte.<br />

Mejor que la calandria nin el papagayo,<br />

IO mejor gritas que tordo, nin ruiseñor, nin gayo;<br />

53. compaña, g<strong>en</strong>te.—54. aquesto, esto.—5 6. rascañar, rasguñar.—5<br />

7. seguranza, seguridad.—60. pobredad, pobreza.<br />

1. marfús, falso, <strong>en</strong>gañoso. Designa con ese apelativo a la<br />

zorra.—2. vido, vio.—6. dono, donaire, gracia.—10. gayo, arr<strong>en</strong>dajo.<br />

2


ARCIPRESTE DE HITA<br />

si agora cantases, todo el pesar que trayo<br />

me tirarías <strong>en</strong> punto más que otro <strong>en</strong>sayo.<br />

Bi<strong>en</strong> se cuidó el cuervo que con el gorjear<br />

placía a todo el mundo más que con otro cantar:<br />

r 5 creyó que la su l<strong>en</strong>gua e el su mucho graznar<br />

alegraba las g<strong>en</strong>tes más que otro juglar.<br />

Com<strong>en</strong>zó a cantar, la su voz a ercer<br />

el queso de la boca hóbosele a caer;<br />

la gulhara <strong>en</strong> punto se lo fue a comer;<br />

20 el cuervo con el daño hobo de <strong>en</strong>tristecer.<br />

Falsa honra e vana gloria y el risete falso<br />

dan pesar e tristeza e daño sin traspaso:<br />

muchos cuidan que guarda el viñadero el paso,<br />

e es la magadaña que está <strong>en</strong> el cadahalso.<br />

11. trayo. traigo.—12. (¿rar, quitar.—<strong>en</strong> punto, al punto, inmediatam<strong>en</strong>te.—13.<br />

cuidar, p<strong>en</strong>sar.—16. juglar, el que t<strong>en</strong>ía<br />

por of ció divertir a las g<strong>en</strong>tes, tocando, cantando o haci<strong>en</strong>da<br />

difer<strong>en</strong>tes iueeos,—17. errer, alzar, crecer.—18. hóbosele a<br />

caer, húbosele de caer.—10. gulhara o gulfara, zorra, raposa.—<br />

21. rise'e. risita.—22. traspaso, tregua, descanso.—23. viñadero,<br />

guarda de una vifv'—2-1. magadaña, espantapájaros, armadi'o.—cadahalso,<br />

tablado <strong>en</strong> alto.


GLOSARIO<br />

El glosario que sigue responde a las necesidades s<strong>en</strong>tidas al<br />

usar este libro <strong>en</strong> las clases de niños de ocho y nueve años de<br />

la Sección Preparatoria del Instituto Escuela. Ello justifica el<br />

que vayan incluidas algunas voces cuya explicación acaso parezca<br />

ociosa.<br />

En esa edad el alumno no puede todavía manejar el diccionario;<br />

pero es necesario desde un principio acostumbrarle a la<br />

precisión <strong>en</strong> el l<strong>en</strong>guaje, y una larga experi<strong>en</strong>cia me ha <strong>en</strong>señado<br />

que el maestro no siempre ti<strong>en</strong>e vagar para hacer la<br />

preparación conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te de la clase de lectura; de donde resulta<br />

que el niño se acostumbra a <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der a medias lo que<br />

lee y a dar interpretación errónea a las palabras.<br />

He de advertir que cuando una voz ti<strong>en</strong>e varias acepciones,<br />

sólo he puesto aquella <strong>en</strong> que está usada <strong>en</strong> el texto. Indico<br />

si una palabra es anticuada o si pert<strong>en</strong>ece al habla vulgar o<br />

al estilo poético.<br />

Si estuviese dedicado al maestro este com<strong>en</strong>tario, consistiría<br />

<strong>en</strong> sugerir ideas para poner de relieve los di<strong>verso</strong>s matices<br />

que a su p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to ha querido dar cada autor; todo <strong>en</strong>caminado<br />

a que el lector recree la obra para que la saboree<br />

con gusto. Esa es la principal tarea <strong>en</strong>com<strong>en</strong>dada al maestro.<br />

Abad, el superior de un<br />

monasterio.<br />

Abatirse, h u m i 1 1 arsc,<br />

desanimarse.<br />

Abierto, dicese de una<br />

parte del cuerpo <strong>en</strong> que están<br />

los músculos relajados.<br />

Abismarse, h u n d irse,<br />

sumirse.<br />

A b i s m o , profundidad<br />

grande, sima.<br />

Abrojo, fruto con púas<br />

de la planta del mismo<br />

nombre.<br />

Acri b i 11 a fio, que le han<br />

hecho muchos agujeros o<br />

heridas.<br />

Acuclillarse, ponerse <strong>en</strong><br />

cuclillas.<br />

Ademán, actitud, movimi<strong>en</strong>to<br />

con que se expresa<br />

un estado afectivo.<br />

15


GLOSARIO<br />

Adjunto, que va unido<br />

a otra cosa.<br />

Adusto, de carácter poco<br />

agradable, áspero.<br />

Afanarse, <strong>en</strong>tregarse al<br />

trabajo con ardor, con exceso.<br />

A fe mía, frase ero que<br />

se afirma la verdad de lo<br />

dicho.<br />

Afr<strong>en</strong>ta, vergü<strong>en</strong>za, deshonor.<br />

A fuer de, a manera de.<br />

Agere y Macarandona,<br />

nombres de lugar inv<strong>en</strong>tados<br />

por el poeta. [ [<br />

Gratias agere, frase latina<br />

que significa dar gracias.<br />

Agonía, angustia, congoja.<br />

Agora, ahora, forma anticuada.<br />

Agravio, of<strong>en</strong>sa, afr<strong>en</strong>ta.<br />

Agreste, campesino, rústico.<br />

Aguacero, lluvia fuerte<br />

y de poca duración.<br />

Agudo, listo, que <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de<br />

rápidam<strong>en</strong>te.<br />

Aguzar, hacer que sea<br />

agudo, sutil.<br />

Ahechar, limpiar las semillas<br />

con la criba.<br />

Ajusticiado, castigado<br />

con la p<strong>en</strong>a de muerte.<br />

Alabarda, arma compuesta<br />

de un asta y una<br />

punta <strong>en</strong> forma de media<br />

luna.<br />

Alarde, revista que se<br />

hacía de los soldados y de<br />

sus armas. | ¡ Ost<strong>en</strong>tación,<br />

vanagloria.<br />

210<br />

Alargarse, ext<strong>en</strong>d e r s e<br />

demasiado <strong>en</strong> lo que se<br />

dice.<br />

Alarido, grito lastimero.<br />

Alazáu, caballo de pelo<br />

de color de canela.<br />

Alba, primera luz del<br />

día. || Vestidura de teia<br />

blanca que se viste el sacerdote<br />

debajo de la casulla. Ln<br />

la tabula de la pág. 114 hay<br />

un juego de palabras con<br />

romper el alúa, que signmca<br />

amanecer, y el s<strong>en</strong>tido<br />

material de la frase.<br />

Albarda, parte del aparejo<br />

que se coloca sobre el<br />

lomo del animal de carga.<br />

Alcalde, presid<strong>en</strong>te del<br />

ayuntami<strong>en</strong>to de una localidad.<br />

Alcuza, vasija de metal<br />

d e forma cónica, para<br />

echar el aceite.<br />

Alejandro, rey de Macedonia<br />

<strong>en</strong> el siglo iv antes<br />

de J. C.<br />

Aleve, alevoso, traidor,<br />

desleal.<br />

Algarabía, gritería confusa<br />

de varias personas.<br />

Aliño, aderezo, adorno.<br />

Almorzada, porción de<br />

una cosa que cabe <strong>en</strong> el<br />

hueco de las dos manos<br />

unidas por el borde del dedo<br />

meñique.<br />

Alondra, pájaro de color<br />

pardo y blancuzco, muy<br />

cantarín.<br />

Al proviso, al instante.<br />

Es de poco uso.


GLOSARIO<br />

A mano, con facilidad,<br />

sin esfuerzo.<br />

Amarillas, designa <strong>en</strong><br />

broma a las onzas, por el color<br />

del oro.<br />

Amén, además. Es voz<br />

de poco uso.<br />

Amorrar, bajar la cabeza<br />

y no querer hablar.<br />

Anatomía, separación de<br />

las distintas partes de un<br />

cuerpo orgánico para su<br />

estudio.<br />

Andar al remo, pasar<br />

muchas fatigas trabajando.<br />

Andorga, barriga, tripa.<br />

Es voz familiar.<br />

Anfiteatro, edificio<br />

circular con gradas para<br />

los espectadores y que deja<br />

<strong>en</strong> el c<strong>en</strong>tro un espacio libre,<br />

donde se realizan juegos.<br />

Algo semejante son<br />

nuestras plazas de toros.<br />

Angosto, estrecho.<br />

Ansí, así, de tal modo.<br />

Es forma anticuada.<br />

Ansioso, codicioso, que<br />

desea algo con vehem<strong>en</strong>cia.<br />

Añicos, pedazos pequeños<br />

que resultan al romperse<br />

una cosa.<br />

Apriesa, aprisa. Forma<br />

anticuada.<br />

Aqneso, eso. Voz anticuada.<br />

Arcabuz, arma de fuego<br />

antigua.<br />

Añoso, de muchos años.<br />

A pedir de boca, a medida<br />

del deseó, según apetece<br />

uno'.<br />

211<br />

Apodo, sobr<strong>en</strong>ombre que<br />

se da a una persona, tomado,<br />

por lo g<strong>en</strong>eral, de sus<br />

defectos.<br />

Aportar, llegar a un<br />

paraje.<br />

Apostema o postema,<br />

bulto que se forma <strong>en</strong> el<br />

cuerpo por acumulación de<br />

pus.<br />

Ardilla, roedor de cola<br />

muy poblada y erguida. Se<br />

caracteriza por la rapidez<br />

de los movimi<strong>en</strong>tos.<br />

Arqueólogo, el que estudia<br />

las artes y monum<strong>en</strong>tos<br />

de la antigüedad.<br />

Arriero, el que lleva<br />

cargas <strong>en</strong> caballerías de un<br />

punto a otro.<br />

Arrojo, osadía, intrepidez.<br />

Artífice, persona que<br />

ejecuta una obra artística o<br />

mecánica.<br />

Artificioso, disimulado,<br />

<strong>en</strong>gañoso. || Hecho con arte.<br />

Asador, aparato usado<br />

para asar; consiste <strong>en</strong> una<br />

varilla con la cual se atraviesa<br />

la vianda y que se<br />

apoya <strong>en</strong> dos soportes, sobre<br />

los que da vueltas.<br />

Asalto, acometida por<br />

sorpresa.<br />

Asaz, bastante, mucho.<br />

Se usa sólo <strong>en</strong> estilo literario.<br />

A seguida. Es forma<br />

desusada por <strong>en</strong> seguida,<br />

inmediatam<strong>en</strong>te.<br />

Asido, cogido, agarrado.<br />

Aspa, cada uno de los


GLOSARIO<br />

brazos que, impelidos por<br />

el vi<strong>en</strong>to, muev<strong>en</strong> el molino.<br />

Astucia, ardid, arte para<br />

alcanzar algo con disimulo.<br />

Atalayar, espiar, acechar,<br />

mirar con disimulo.<br />

Ataúd, caja donde se<br />

mete el cadáver para <strong>en</strong>terrarlo.<br />

At<strong>en</strong>as, capital de Grecia.<br />

At<strong>en</strong>to, <strong>en</strong> at<strong>en</strong>ción, t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do<br />

pres<strong>en</strong>te.<br />

Atisbar, <strong>en</strong>trever, percibir<br />

sin ser visto.<br />

Átomo, elem<strong>en</strong>to primario<br />

de la composición de<br />

un cuerpo. Parte infinitam<strong>en</strong>te<br />

pequeña.<br />

Atribular, causar p<strong>en</strong>a,<br />

atorm<strong>en</strong>tar.<br />

Atropellado, apresurado,<br />

afanado, sin tiempo para<br />

cumplir con su obligación.<br />

Autorizado, importante,<br />

de calidad.<br />

Averiguar, descubrir la<br />

verdad.<br />

Azar, suerte contraria,<br />

desgracia impre\ista.<br />

Azorado, Sobresaltado,<br />

alterado, asustado.<br />

Azotado, el que era<br />

cond<strong>en</strong>ado a la p<strong>en</strong>a de<br />

azotes, que se le daban <strong>en</strong><br />

las espaldas, llevándole desnudo<br />

de medio cuerpo arriba,<br />

atado sobre un burro y<br />

precedido d el pregonero,<br />

cer Babilonia o Babel<br />

frase con que se indica<br />

lugar <strong>en</strong> que hay gran (<br />

ord<strong>en</strong> y confusión, por i<br />

sión a la torre de Babel<br />

las Sagradas Escritura!<br />

Bachiller, hoy es el<br />

obti<strong>en</strong>e el grado que<br />

concede ai terminar la<br />

-gunda <strong>en</strong>señanza. En c<br />

tiempo era el que obte<br />

el primer grado de facult<br />

que ahora es la lic<strong>en</strong>ciatt<br />

Bajel, barco, buque.<br />

Balbuci<strong>en</strong>te, que ha<br />

con voz vacilante, sin<br />

ticular claram<strong>en</strong>te las<br />

labras.<br />

Barbero, el que ti'<br />

por oficio afeitar; pero a><br />

más ejerce de peluquero,<br />

<strong>en</strong> los pueblos, de sacam<br />

las y hasta de cirujano.<br />

Barbicano, colilarg<br />

hociquirromo. Pal a b r<br />

compuestas de un nomb<br />

que cambia su última VO'<br />

<strong>en</strong> i, más un adjetivo,<br />

formación muy común<br />

español, que, por lo dem<br />

es l<strong>en</strong>gua <strong>en</strong> que no abt<br />

dan los compuestos.<br />

Barruntar, p r e s<strong>en</strong>t<br />

t<strong>en</strong>er indicio de algo.<br />

Basilisco, animal fab<br />

loso, que se dice mata o<br />

la vista. Se compara con<br />

a la persona que se po<br />

muy <strong>en</strong>fadada.<br />

Beber a la salud d


Bermellón, cierta sus -<br />

tancia de color rojo vivo.<br />

Blandón, candelero<br />

grande.<br />

Bodigo, panecillo que<br />

se lleva como ofr<strong>en</strong>da a la<br />

misa. Esta costumbre se<br />

conserva <strong>en</strong> algunos pueblos.<br />

Bregar, luchar para v<strong>en</strong>cer<br />

una dificultad.<br />

Breña, tierra quebrada<br />

<strong>en</strong>tre peñas y poblada de<br />

maleza.<br />

Brío, garbo, pujanza.<br />

Cabestro, ramal que se<br />

ata a la cabeza de la caballería.<br />

Cada quisque, cada uno,<br />

cada cual. Quisque es voz<br />

latina.<br />

Caduco, de edad muy<br />

avanzada, que ha perdido ya<br />

las fuerzas.<br />

Cal<strong>en</strong>tador, especie de<br />

braserillo con mango para<br />

cal<strong>en</strong>tar la cama.<br />

Camorra, riña, p<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia.<br />

Camorrista, p<strong>en</strong>d<strong>en</strong>ciero,<br />

que le gusta buscar camorra.<br />

Camueso, voz familiar<br />

para motejar a uno de bruto<br />

o necio.<br />

Can, perro. Es voz que<br />

ha caído <strong>en</strong> desuso.<br />

Canalla, g<strong>en</strong>te despre -<br />

ciable, g<strong>en</strong>tuza.<br />

Canoro, de canto grato y<br />

melodioso.<br />

Cañas, juego a caballo<br />

<strong>en</strong> que escaramuzaban los<br />

213<br />

jinetes armados con cañas<br />

y adargas.<br />

Capacidad, tal<strong>en</strong>to, disposición<br />

para alguna cosa.<br />

Carambola, lance <strong>en</strong> el<br />

juego de billar. Por carambola,<br />

indirectam<strong>en</strong>te,<br />

de manera que se obt<strong>en</strong>ga<br />

un resultado distinto d e<br />

aquello para que uno puso<br />

los medios.<br />

Carnestol<strong>en</strong>das, los<br />

tres días d e Carnaval. E s<br />

voz anticuada.<br />

Carnicería, destrozo de<br />

seres vivos, mortandad.<br />

Caro, querido.<br />

Carrara, ciudad de Italia,<br />

universalm<strong>en</strong>te famosa<br />

por sus canteras de mármol.<br />

Catar, mirar, considerar.<br />

Cauteloso, que obra con<br />

astucia, con habilidad, para<br />

<strong>en</strong>gañar o para no dejarse<br />

<strong>en</strong>gañar.<br />

Cautivo, cristiano prisionero<br />

de los infieles. Se refiere<br />

el cu<strong>en</strong>to de la pág. 151<br />

a la época <strong>en</strong> que el Mediterráneo<br />

estaba invadido<br />

por los corsarios berberiscos.<br />

Naves cristianas aportaban<br />

a las costas africanas<br />

para ejercer la caritativa<br />

obra de redimir los cautivos.<br />

Cauto, precavido, que<br />

obra con precaución.<br />

Cavilar, discurrir con<br />

t<strong>en</strong>acidad sobre algo.<br />

C<strong>en</strong>a, dicho especialm<strong>en</strong>te<br />

por la última que celebró<br />

Cristo con sus Após-


GLOSARIO<br />

toles, <strong>en</strong> la que instituyó la<br />

Sagrada Eucaristía.<br />

C<strong>en</strong>iza, comer c<strong>en</strong>iza y<br />

barro fué vicio que cundió<br />

<strong>en</strong> el siglo XVII.<br />

Cerbatana, canuto o tubo<br />

que sirve para lanzar<br />

proyectiles pequeños soplando<br />

por un extremo<br />

Ceres, diosa latina, que<br />

simboliza la Agricultura.<br />

Ce\sar, emperador.<br />

Cicerón, el más elocu<strong>en</strong>te<br />

de los oradores romanos.<br />

Vivió <strong>en</strong> el siglo primero<br />

antes de J. C.<br />

Ciego, <strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido figurado,<br />

se dice del que está<br />

ofuscado, que no acierta a<br />

compr<strong>en</strong>der.<br />

Cincel, herrami<strong>en</strong>ta que,<br />

golpeada con el martillo,<br />

sirve para labrar piedras o<br />

metales.<br />

Circunspecto, prud<strong>en</strong>te,<br />

comedido.<br />

Cirujano, el que cura<br />

las <strong>en</strong>fermedades practicando<br />

operaciones.<br />

Coboslnna. refer<strong>en</strong>te a<br />

Cobos. Voz formada ocasionalm<strong>en</strong>te.<br />

Coger o tomar el portante,<br />

irse.<br />

Colmado, completo, que<br />

no cabe más <strong>en</strong> su linca.<br />

Coloquio, conversación.<br />

Colmar, ll<strong>en</strong>ar por completo.<br />

Comedimi<strong>en</strong>to, m o d e -<br />

ración, cortesía.<br />

Como mi abuelo, frase<br />

214<br />

usada como refuerzo de lo<br />

que se 'dice.<br />

Como un rayo, comparación<br />

que se hace para indicar<br />

la gran rapidez de<br />

una acción.<br />

Compadre, amigo, camarada.<br />

Se dan este nombre<br />

mutuam<strong>en</strong>te el que ha<br />

sacado de pila a un niño y<br />

los padres y la madrina del<br />

mismo.<br />

Comparecer, pres<strong>en</strong>tarse<br />

ante una autoridad cuando<br />

lo requiere un negocio.<br />

Compás, ritmo de una<br />

pieza musical.<br />

Con el alma <strong>en</strong> un<br />

liilo, temi<strong>en</strong>do una desgracia,<br />

<strong>en</strong> grave peligro.<br />

Confuso, turbado, susp<strong>en</strong>so,<br />

avergonzado.<br />

Congreso, junta o reunión<br />

para discutir y tomar<br />

acuerdos.<br />

Conjuro, palabras e invocaciones<br />

supersticiosas de<br />

los hechiceros.<br />

Conti<strong>en</strong>da, disputa, pelea.<br />

Contorno, terr<strong>en</strong>o alrededor<br />

de un lugar.<br />

Contrahechlzo, medio<br />

para deshacer el hechizo o<br />

<strong>en</strong>canto.<br />

Corcovado, j o r obado,<br />

contrahecho.<br />

Corneja, ave semejante<br />

al cuervo, con las plumas<br />

del cuerpo c<strong>en</strong>ici<strong>en</strong>tas y la<br />

cabeza, alas y cola, negras.<br />

Corrido, a v ergonzado,<br />

confuso.


GLOSARIO<br />

Cortes, reunión de repres<strong>en</strong>tantes<br />

de la nación.<br />

Cortesano, que reside<br />

<strong>en</strong> la corte.<br />

Costa, can t i d a d que<br />

cuesta una cosa.<br />

Costar un s<strong>en</strong>tido, t<strong>en</strong>er<br />

un precio muy elevado.<br />

Crítica, arte de juzgar<br />

las obras artísticas o literarias.<br />

Cuadrarle a nno nna<br />

cosa, v<strong>en</strong>irle bi<strong>en</strong>, conv<strong>en</strong>irle.<br />

Cualque. alguno, cualquiera.<br />

Es voz anticuada.<br />

Cuartago, c a bailo de<br />

poca alzada.<br />

Cuarto, moneda de cobre<br />

que equivalía a unos<br />

tres céntimos.<br />

Cuchillo, <strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido figurado,<br />

aquello que produce<br />

gran daño.<br />

Cuerdo, que está <strong>en</strong> su<br />

juicio.<br />

Cuidar, p<strong>en</strong>sar, imaginar.<br />

Es voz anticuada.<br />

Cuitado, afligido, ap<strong>en</strong>ado.<br />

Es voz anticuada.<br />

Culto, dicc


no se escrib<strong>en</strong> <strong>en</strong> una sola<br />

palabra.<br />

Despeñar, arrojar desde<br />

el alto de un terr<strong>en</strong>o.<br />

Destroncar, descoyun -<br />

tar una part- del cuerpo.<br />

Desvarío, locura, cosa<br />

fuera de razón.<br />

Deudo, pari<strong>en</strong>te.<br />

GLOSARIO<br />

Diálogo, c o n v ersación<br />

<strong>en</strong> que hablan alternativam<strong>en</strong>te<br />

dos personas.<br />

Dictam<strong>en</strong>, opinión, parecer.<br />

!<br />

\ *i<br />

Diestro,<br />

m<strong>en</strong>tado.<br />

hábil, experi­<br />

Diezmo, décima parte<br />

de los frutos que los fieles<br />

pairaban a la Iglesia.<br />

Dióg<strong>en</strong>es, filósofo griego<br />

del siglo iv a. de C.<br />

Dios te guarde, fórmula<br />

de saludo usada <strong>en</strong> otro<br />

tiempo.<br />

Dique, muro hecho para<br />

cont<strong>en</strong>er las aguas.<br />

Divertirse, <strong>en</strong>tret<strong>en</strong>erse,<br />

r c c r c a r se. |J Distraerse,<br />

apartarse. Fsta acepción es<br />

desusada.<br />

Divieso, tumor duro que<br />

se forma hnjo la piel y que<br />

llecra a supurar.<br />

Do. donde. ?e usa sólo<br />

<strong>en</strong> estilo poético.<br />

Dogo, perro tninrdíín. de<br />

cabeza grande y hocico chata.<br />

Dominico, religioso d e<br />

la ord<strong>en</strong> fundada por Santo<br />

Domingo. Vist<strong>en</strong> h á b i t o<br />

blanco y capa negra.<br />

2i6<br />

Donoso, gracioso, airoso.<br />

Dromedario, r u miante<br />

parecido al camello, del cual<br />

se distingue por no t<strong>en</strong>er<br />

más que una joroba.<br />

Ducado, moneda antigua<br />

de oro que equivaldría<br />

a unas siete pesetas.<br />

Ducho, diestro, experto,<br />

práctico <strong>en</strong> hacer una cosa.<br />

Du<strong>en</strong>de, ser imaginario<br />

amigo de hacer mil travesuras.<br />

Duero, río que nace <strong>en</strong><br />

la sierra de Urbión y desemboca<br />

<strong>en</strong> el Atlántico por<br />

O porto.<br />

Edicto, mandato, ord<strong>en</strong><br />

nue se publica para que todos<br />

se <strong>en</strong>ter<strong>en</strong>.<br />

El Cairo, capital d e<br />

Egipto.<br />

Embarazo, d i f ¡cuitad,<br />

obstáculo.<br />

Embeleso, esta do de<br />

embobami<strong>en</strong>to produc ido<br />

por tin gran placer.<br />

EmbcstiHa, embestirla.<br />

En ler gv aje antiguo, cuando<br />

al infinitivo acompañaba<br />

un pronombre <strong>en</strong>clítico de<br />

tercera <strong>verso</strong>na la r final<br />

del verbo se asimilaba a la<br />

inicial del pronombre (r -ff<br />

= 11). En el texto se <strong>en</strong>contrarán<br />

muchos ejemplos.<br />

Embestir, acometer, v<strong>en</strong>ir<br />

impetuosam<strong>en</strong>te sobre<br />

uno.<br />

Embocarse, meterse por<br />

una parte estrecha.


Embutir, atiborrar, <strong>en</strong>gullir.<br />

Empresa, int<strong>en</strong>to, propósito<br />

de hacer algo.<br />

Enaj<strong>en</strong>ado, que está sin<br />

saber lo que se hace, fuera<br />

de sí.<br />

Encapotado, c u b ierto<br />

de nubes.<br />

Encarecer, pon derar,<br />

exagerar.<br />

Enc<strong>en</strong>derse, sofocarse,<br />

ponerse <strong>en</strong>carnado.<br />

Encontrar con uno,<br />

tropezar, darle un <strong>en</strong>contronazo.<br />

Endonar, donar, regalar.<br />

Es voz anticuada.<br />

Engreírse, <strong>en</strong>vanecerse,<br />

s<strong>en</strong>tirse orgulloso.<br />

Enjambre, multitud de<br />

ciertos animales que andan<br />

reunidos. Dícese especialm<strong>en</strong>te<br />

de las abejas.<br />

En limpio, como resultado,<br />

<strong>en</strong> sustancia.<br />

Enojo, <strong>en</strong>fado, molestia.<br />

En sus trece, obstinadam<strong>en</strong>te,<br />

con terquedad.<br />

Ente, ser, lo que existe,<br />

persona.<br />

Enteco, flaco, débil, <strong>en</strong>fermizo.<br />

En toda tierra d e<br />

garbanzos, <strong>en</strong> todas partes.<br />

Es frase familiar.<br />

Entrometido, que le<br />

gusta meterse donde no hace<br />

falta.<br />

Errar, equivocarse, no<br />

acertar.<br />

Esbirro, alcruacil, el que<br />

pr<strong>en</strong>de a los delincu<strong>en</strong>tes.<br />

GLOSARIO<br />

217<br />

Escriño, cesto de paja.<br />

Escudero, sirvi<strong>en</strong>te que<br />

acompañaba al caballero o a<br />

las damas.<br />

Escudilla, vasija ancha,<br />

semiesférica.<br />

Eslabón, pieza de acero<br />

con que se golpea el pedernal<br />

para producir chispas.<br />

Esmero, sumo cuidado<br />

y solicitud con que se hace<br />

una cosa.<br />

Esopo, fabulista griego<br />

que floreció <strong>en</strong> el siglo v<br />

antes de J. C.<br />

Esquilón, campana pequeña.<br />

Estafermo, persona que<br />

está parada y como embobada.<br />

Estío, verano. Ya sólo se<br />

usa <strong>en</strong> estilo literario.<br />

Esí ra do. Era una tarima<br />

cubierta de alfombra,<br />

londe las señoras se s<strong>en</strong>taban<br />

sobre cojines para recibir<br />

las visitas. jj Sala <strong>en</strong><br />

que se recibían bis visitas.<br />

Etiqueta, ceremonia <strong>en</strong><br />

1 trafn rio In** personas.<br />

Experim<strong>en</strong>tar, nota r ,<br />

su frír.<br />

Experto, que ti<strong>en</strong>e experi<strong>en</strong>cia,<br />

práctico.<br />

Expiación, neto de sufrir<br />

la p<strong>en</strong>a deluda por la<br />


sillo que se atan las mujeres<br />

de pueblo a la cintura y<br />

lo llevan colgando debaj o<br />

de la falda o del delantal.<br />

Familia, grup o de personas<br />

que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> alguna<br />

condición común.<br />

Fantasía, imaginación,<br />

facultad que nos hace ver<br />

como real aquello que p<strong>en</strong>samos.<br />

Felipe IV, rey de España<br />

de 1621 a 1661.<br />

Fénix, ave fabulosa, que<br />

se dice es única y que r<strong>en</strong>ace<br />

de sus c<strong>en</strong>izas. S e<br />

aplica este nombre al que<br />

no ti<strong>en</strong>e igual <strong>en</strong> su género.<br />

Fineza, agasajo, muestra<br />

de cariño.<br />

Flandes, región de los<br />

Países Bajos.<br />

Flemón, inflamación<br />

aguda del tejido celular <strong>en</strong><br />

cualquier parte del cuerpo.<br />

Forajido, facineroso que<br />

anda por el campo huy<strong>en</strong>do<br />

de la justicia.<br />

Forastero, que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra<br />

<strong>en</strong> lugar distinto de<br />

aquel <strong>en</strong> que reside habitualm<strong>en</strong>te.<br />

Forjar, inv<strong>en</strong>tar, formar.<br />

Frágil, que se destruye<br />

fácilm<strong>en</strong>te, perecedero.<br />

Franco, libre, que no<br />

paga impuesto.<br />

Frío, hablando del carácter<br />

o del modo de comportarse<br />

una persona, se aplica<br />

al que muestra indifer<strong>en</strong>cia<br />

o desafecto.<br />

Frivolo, ligero, de poca<br />

sustancia.<br />

GLOSARIO<br />

218<br />

Frugal, moderado <strong>en</strong> el<br />

comer y beber.<br />

Frustrarse, malograrse<br />

un int<strong>en</strong>to.<br />

Gala, hacer gala de una<br />

cosa, vanagloriarse de ella,<br />

ost<strong>en</strong>tarla con orgullo.<br />

Galán, novio, galanteador.<br />

Galgo, perro muy ligero,<br />

de orejas colgantes, cuerpo,<br />

patas y rabo largos.<br />

Galo, Marco Fabio Galo.<br />

Filósofo romano que vivió<br />

a mediados del siglo primero<br />

antes de J. C. Se conservan<br />

varias cartas que le dirigió<br />

Cicerón.<br />

Gallina, persona cobarde.<br />

Es voz familiar.<br />

Gandul, holgazán, perezoso.<br />

Gangoso, que habla con<br />

resonancia nasal.<br />

Garboso, que ti<strong>en</strong>e movimi<strong>en</strong>tos<br />

graciosos, airoso.<br />

Garrucha, polea que ti<strong>en</strong>e<br />

el canto acanalado, por<br />

donde se desliza una cuerda.<br />

Gatillo, especie de t<strong>en</strong>azas<br />

para sacar las muelas.<br />

Gayo, alegre, vistoso.<br />

G<strong>en</strong>ial, g<strong>en</strong>io, carácter.<br />

Pert<strong>en</strong>ece al estilo vulgar.<br />

Gitano, cierta raza de<br />

g<strong>en</strong>tes errantes, esparcida<br />

por toda Europa.<br />

Gorjeo, quiebros que se<br />

hac<strong>en</strong> con la voz al cantar.<br />

Gotoso, que padece la<br />

<strong>en</strong>fermedad llamada gota, la<br />

cual causa hinchazón muy


dolo-rosa <strong>en</strong> las articulaciones.<br />

Gozque, perro pequeño,<br />

muy ladrador.<br />

Grupo, conjunto de seres<br />

o cosas.<br />

G u a d aña, instrum<strong>en</strong>to<br />

para segar, compuesto de<br />

un mango largo y una cuchilla<br />

puntiaguda y corva.<br />

Gualdrapa, cobe rtura<br />

larga que cubre la grupa<br />

del caballo.<br />

¡ Guarda! Voz con que<br />

se advierte a uno que se<br />

aparte de un peligro.<br />

Guarismo, cifra o número.<br />

Guiñapo, trapo roto, harapo,<br />

andrajo.<br />

Gusano de luz, luciérnaga<br />

; insecto cuya hembra<br />

se parece a un gusano, y<br />

ti<strong>en</strong>e la propiedad de fosforescer.<br />

Hac<strong>en</strong>duela, diminutivo<br />

de haci<strong>en</strong>da; bi<strong>en</strong>es, riqueza.<br />

Hacer la harna, afeitar,<br />

cortar la barba.<br />

Hacer pucheros, gesto<br />

que precede al llanto, sin<br />

que brot<strong>en</strong> lágrimas.<br />

Hacer tortilla, despachurrar,<br />

aplastar. Es frase<br />

familiar.<br />

Haragán, holgazán, perezoso.<br />

Harapo, trapo roto, guiñapo.<br />

Hatajo, conjunto, colección.<br />

Se aplica <strong>en</strong> mal<br />

s<strong>en</strong>tido.: hatajo de disparates,<br />

de ladrones.<br />

GLOSARIO<br />

219<br />

Hatillo, diminutivo de<br />

hato: conjunto de provisiones<br />

y ropas que lleva el pastor,<br />

por lo g<strong>en</strong>eral metidas<br />

<strong>en</strong> el zurrón.<br />

Haz, porción atada de<br />

lino, mies, leña, etc.<br />

He. «cernido de mr. te, 1c,<br />

aquí, allí y otras voces semejantes,<br />

se usa para llamar<br />

la at<strong>en</strong>ción sobre una<br />

cosa.<br />

Hechicero, el que <strong>en</strong> virtud<br />

de artes maléficas produce<br />

a otro un daño.<br />

Herder, filósofo alemán<br />

del siglo xviii.<br />

Hidropesía, acumulación<br />

anormal de humor seroso <strong>en</strong><br />

cualquier parte del cuerpo.<br />

Los que padec<strong>en</strong> esta <strong>en</strong>fermedad<br />

si<strong>en</strong>t<strong>en</strong> mucha sed. y<br />

era cre<strong>en</strong>cia que el beber los<br />

agravaba.<br />

Hipocondrio, cada una<br />

de las partes laterales superiores<br />

del abdom<strong>en</strong>.<br />

Homicidio, muerte viol<strong>en</strong>ta<br />

causada a una persona<br />

por otra.<br />

Horacio Flaco, celebre<br />

poeta latino de tiempo de<br />

Atiqtisto, autor, <strong>en</strong>tre otras<br />

obras, de un Arte poética.<br />

Horr<strong>en</strong>do, que causa<br />

horror, que espanta.<br />

Hortera, dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te de<br />

comercio. Es voz de desprecio,<br />

que ya no se usa.<br />

Hostería, posada, casa<br />

donde se da alojami<strong>en</strong>to y<br />

comida al que lo paga.


Huésped, persona que<br />

hospeda a otra <strong>en</strong> su casa.<br />

Hurto, cosa tomada sin<br />

la voluntad de su dueño,<br />

pero sin viol<strong>en</strong>cia.<br />

Husmear, andar averiguando<br />

algo con disimulo.<br />

ídem, lo mismo. Es voz<br />

latina.<br />

Imaginarlo. Decíase del<br />

que hacía imág<strong>en</strong>es.<br />

Importuno, e n f a doso,<br />

molesto, que acude cuando<br />

no es ocasión.<br />

Inconstante, que muda<br />

fácilm<strong>en</strong>te de parecer, que<br />

no ti<strong>en</strong>e continuidad <strong>en</strong> lo<br />

que hace.<br />

Indirecta, rodeo de que<br />

uno se vale para dar a <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der<br />

una cosa sin decirla<br />

claram<strong>en</strong>te. lias indirectas<br />

del Padre Cobos,<br />

frase proverbial que se aplica<br />

a las declaraciones expuestas<br />

con crudeza cuando<br />

debían de hacerse embozadam<strong>en</strong>te.<br />

Indol<strong>en</strong>te, p e r e z oso,<br />

flojo.<br />

Inicuo, malvado, injusto.<br />

En la fábula de la pág. 99<br />

ti<strong>en</strong>e el significado de malo,<br />

detestable.<br />

Intrépido, vali<strong>en</strong>te, atrevido.<br />

Ir caballero, ir montado<br />

<strong>en</strong> la cabalgadura.<br />

írsele a uno el santo a<br />

la gloria, o al cielo, olvidársele<br />

lo que va a hacer<br />

o a decir.<br />

GLOSARIO<br />

220<br />

ítem, también. Es voz<br />

latina.<br />

Jaco, caballo pequeño.<br />

Jeme, distancia que hay<br />

desde la extremidad del<br />

dedo pulgar a la del indice,<br />

apartados todo lo posible.<br />

Jerigonza, l<strong>en</strong>guaje difícil<br />

de <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der.<br />

¡Jo! i So! Interjección<br />

con que se manda parar a<br />

las caballerías.<br />

Júbilo, alegría que se<br />

manifiesta al exterior.<br />

Jum<strong>en</strong>to, asno, burro,<br />

borrico.<br />

Juno, diosa, esposa de<br />

Júpiter.<br />

Júpiter, padre de los<br />

dioses <strong>en</strong>tre los romanos.<br />

Jurisdicción, término<br />

de un lugar o provincia. 11<br />

Autoridad para gobernar y<br />

hacer cumplir las leyes.<br />

La de Dios es Cristo,<br />

gran disputa o riña.<br />

Ladino, taimado, astuto.<br />

Lastimero, que da lástima<br />

o compasión.<br />

Lauro, laurel que s e<br />

da por premio al v<strong>en</strong>cedor,<br />

o simplem<strong>en</strong>te, triunfo alcanzado.<br />

Lauto, espléndido, rico.<br />

Se usa muy poco.<br />

Laya, especie, casta, clase.<br />

Lechón. puerco, y especialm<strong>en</strong>te<br />

el cochinillo o cría<br />

del cerdo.<br />

Lecbuza, ave de rapiña<br />

nocturna.


GLOSARIO<br />

Lego, religioso profeso<br />

que no ha recibido las órd<strong>en</strong>es<br />

sagradas.<br />

Lesión, daño corporal.<br />

Letrina, retrete. Por tratarse<br />

de un lugar que se<br />

evita nombrar, está continuam<strong>en</strong>te<br />

cambiando d e<br />

nombre; hoy se ha llegado<br />

a designar con el nombre<br />

inglés water, para que<br />

no se <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>da.<br />

Liberalidad, g<strong>en</strong>erosidad,<br />

despr<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to.<br />

Lic<strong>en</strong>ciar, dar permiso,<br />

dar por terminado el servicio<br />

militar.<br />

Lisonja, alabanza <strong>en</strong>gañosa,<br />

adulación.<br />

Liviandad, ligereza, acción<br />

liviana.<br />

Lobanillo, tumor superficial<br />

que se forma <strong>en</strong> algunas<br />

partes del cuerpo.<br />

Loma, elevación del terr<strong>en</strong>o<br />

pequeña y prolongada.<br />

Lu<strong>en</strong>gos, largo, lejano.<br />

Voz anticuada, que sólo se<br />

usa <strong>en</strong> estilo literario.<br />

Lugareño, hombre que<br />

habita <strong>en</strong> un pueblo pequeño.<br />

Lugarón. pueblo pequeño,<br />

sin importancia. Es voz<br />

despreciativa.<br />

Luzbel, el demonio, el<br />

án?el rebelde.<br />

Llover a cántaros ó a<br />

lanzadas, llover torr<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te.<br />

Machucho, maduro de<br />

años, viejo.<br />

Madriguera, g u a r ida<br />

22T<br />

subterránea de algunos animales,<br />

especialm<strong>en</strong>te del conejo.<br />

Madruguero, madrugador,<br />

que acostumbra levantarse<br />

temprano.<br />

Maestro, el que es práctico<br />

<strong>en</strong> una materia.<br />

Majadero, necio, tonto.<br />

Malferido, voz anticuada<br />

; malherido.<br />

Mamotreto, libro o cuaderno<br />

de mucho volum<strong>en</strong>.<br />

Mancebo, jov<strong>en</strong>, mozo<br />

de pocos años.<br />

Manos a la obra, frase<br />

con que se anima a empr<strong>en</strong>der<br />

una cosa.<br />

Maragato, natural d e<br />

Maragateria, comarca de la<br />

provincia de León. Los tnaragatos<br />

se dedicaban a la<br />

arriería y a v<strong>en</strong>der pescado.<br />

Maraña, <strong>en</strong>redo, asunto<br />

complicado.<br />

Marrajo, astuto, difícil<br />

de <strong>en</strong>gañar.<br />

Marta y María, dos figuras<br />

de una parábola<br />

evangélica que simbolizan<br />

respectivam<strong>en</strong>te la vida activa<br />

y la contemplativa.<br />

Más listo que Cardona,<br />

frase con que se pondera<br />

el despejo y soltura<br />

de una persona.<br />

Mastín, perro grande de<br />

presa muy vali<strong>en</strong>te y leal.<br />

Mastranzo, planta aromática<br />

que se cría a orillas<br />

de los arroyos.<br />

Matadura, herida que


GLOSARIO<br />

produce a las caballerías el<br />

roce del aparejo.<br />

Maula, picaro, pillo, taimado.<br />

Medroso, miedoso, cobarde.<br />

Meüiza, especie de salchichón<br />

adobado con miel.<br />

M<strong>en</strong>tecato, falto de juicio,<br />

necio.<br />

Mercar, comprar.<br />

Mercurio, m<strong>en</strong>saj ero de<br />

los dioses <strong>en</strong> el Olimpo romano.<br />

Mesmo, mismo. Es forma<br />

anticuada.<br />

M e z q u ino, miserable,<br />

pobre de espíritu, falto de<br />

g<strong>en</strong>erosidad.<br />

Microscopio, instrum<strong>en</strong>to<br />

para ver de cerca, agrandados,<br />

los objetos muy pequeños.<br />

Mercóles de C<strong>en</strong>iza,<br />

el primer día de la Cuaresma,<br />

Mijo, semilla de la planta<br />

del mismo nombre. Es<br />

un grano m<strong>en</strong>udo, redondo<br />

y amarillo.<br />

Ministro de la. ley»<br />

juez que administra justicia.<br />

Mísero, desdichado, desgraciado.<br />

Mofa, burla.<br />

Moína, disgusto, <strong>en</strong>fado.<br />

Mohoso, cubierto d e<br />

moho, que es un hongo que<br />

se produce <strong>en</strong> la superficie<br />

de algunos cuerpos <strong>en</strong> descomposición.<br />

Mom<strong>en</strong>to, cosa do poco<br />

mom<strong>en</strong>to, de poca Importancia.<br />

Monago, tripa, vi<strong>en</strong>tre,<br />

barriga. Es voz de uso familiar.<br />

Mortal, fatigoso, abrumador.<br />

Mostr<strong>en</strong>co, que no ti<strong>en</strong>e<br />

dueño.<br />

Motilón, pelón, dicho del<br />

lego porque va rapado.<br />

Mudar, cambiar, variar.<br />

Mulato, mor<strong>en</strong>o.<br />

Nacido <strong>en</strong>tre malvas y<br />

mastranzos, frase usada<br />

para echar <strong>en</strong> cara a uno<br />

que es campesino.<br />

Nagua, <strong>en</strong>agua, pr<strong>en</strong>da<br />

interior de vestir de la mujer.<br />

Es forma anticuada.<br />

Nerón, emperador romano,<br />

del que se cu<strong>en</strong>tan muchas<br />

crueldades. Por ext<strong>en</strong>sión<br />

se da este nombre<br />

al que es muy cruel.<br />

Noé\ personaje bíblico, a<br />

qui<strong>en</strong> Dios <strong>en</strong>cargó la construcción<br />

de un arca para salvar<br />

del diluvio algunas personas<br />

y animales.<br />

No están maduras, frase<br />

proverbial tomada de la<br />

fábula de la zorra y las<br />

uvas. Se usa cuando uno<br />

desprecia algo que no ha<br />

podido conseguir.<br />

Oficina, sitio o departam<strong>en</strong>to<br />

donde se trabaja.<br />

Oler el poste, prever un<br />

daño para guardarse de él.<br />

Está toncado de una mala<br />

pasada que jugó Lazarillo<br />

de Tormes al ciego. Este


olió a Lazarillo que le había<br />

comido la longaniza y le<br />

castigó. El muchacho al pasar<br />

un arroyo le puso fr<strong>en</strong>te<br />

a un poste, le mandó saltar<br />

y, dejándole descalabrado, le<br />

dijo: "¿Olisteis la longaniza<br />

y no el poste?"<br />

Onza, moneda d e oro<br />

que valía 8o pesetas. 1 Peso<br />

que equivale a unos 29<br />

gramos. '<br />

GLOSARIO<br />

Opilado, que ti<strong>en</strong>e una<br />

<strong>en</strong>fermedad que impide eliminar<br />

las secreciones delj<br />

cuerpo. j<br />

Orbe, mundo.<br />

Orujo, hollejo de la uva<br />

después de exprimida.<br />

¡Oste! interjección para<br />

ahuy<strong>en</strong>tar algo que molesta.<br />

Pagarse, ufanarse d e<br />

una cosa, estar satisfecho.<br />

Paje, criado o lacayo.<br />

Palacios o castillos <strong>en</strong><br />

el aire, esperanza sin fundam<strong>en</strong>to<br />

que se desvanece<br />

fácilm<strong>en</strong>te.<br />

Palanca, barra rígida<br />

que, apoyada <strong>en</strong> un punto,<br />

pira sobre él y sirve para<br />

mover pesos.<br />

Pandilla, reunión de<br />

g<strong>en</strong>te; se toma g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te<br />

<strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido despectivo.<br />

Parabién, felicitación,<br />

<strong>en</strong>horabu<strong>en</strong>a.<br />

Parapeto, múrete o baranda<br />

que se pone <strong>en</strong> los<br />

sitios <strong>en</strong> que hay peligro de<br />

caerse.<br />

Parca, cada una de tres<br />

deidades mitológicas que su­<br />

223<br />

ponían dueñas de las vidas<br />

de los hombres.<br />

Parco, moderado, escaso.<br />

¡Pardiez! Interjección.<br />

¡ Por Dios!<br />

Pasar de la raya, exceder<br />

de lo conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te o<br />

de lo permitido.<br />

Pasión, pesadumbre.<br />

Patán, hombre rústico,<br />

sin cultura.<br />

Pecilgar, pellizcar. Hoy<br />

es voz rústica.<br />

Pedante, que hace alarde<br />

de lo que sabe.<br />

Pedernal, piedra, especie<br />

de cuarzo.<br />

Pedigüeño, que ti<strong>en</strong>e<br />

el vicio de pedir.<br />

Pegote, i ni p c r tin<strong>en</strong>te,<br />

pelmazo. Es voz familiar.<br />

Pelárselas, e x p resión<br />

familiar para indicar que se<br />

hace una cosa con vehem<strong>en</strong>cia,<br />

con viveza.<br />

Pelotera, riña, pelea<br />

acompañada de voces.<br />

P<strong>en</strong>último, que está antes<br />

del último.<br />

Pepitoria, r e v o 11 i jo,<br />

confusión.<br />

Perdición, cosa estropeada,<br />

que no ti<strong>en</strong>e arreglo.<br />

Peregrino, especial, pocas<br />

veces visto.<br />

Perito, hábil, práctico <strong>en</strong><br />

una ci<strong>en</strong>cia o un arte.<br />

Persuadirse, conv<strong>en</strong>cerse<br />

de algo, creerlo.<br />

Per<strong>verso</strong>, muy malo.<br />

Pesadumbre, pesar, disgusto.


GLOSARIO<br />

Piamontés, natural del<br />

Piamonte, región del N. de<br />

Italia.<br />

Pillaje, latrocinio, tapiña.<br />

Pintarse solo para una<br />

cosa, t<strong>en</strong>er excepcionales<br />

condiciones para hacerla.<br />

Pinzón, pájaro semejante<br />

al gorrión, pero con plumaje<br />

de varios colores.<br />

Pizpireta, dícese de la<br />

que es viva, lista, despierta.<br />

Plácido, agradable, gustoso.<br />

Plebe, el populacho, la<br />

g<strong>en</strong>te baja.<br />

Plegué, forma del verbo<br />

placer.<br />

Pobrete, des v<strong>en</strong>turado.<br />

Voz de desprecio y conmiseración.<br />

Pod<strong>en</strong>co, perro muy ágil<br />

y resist<strong>en</strong>te para la caza, de<br />

orejas tiesas y cola <strong>en</strong>roscada.<br />

Polli-gallo, voz humorística<br />

compuesta de pollo y<br />

gallo.<br />

Porfía, continuación insist<strong>en</strong>te<br />

y obstinada <strong>en</strong> un<br />

propósito.<br />

Porte, modo de comportarse.<br />

Port<strong>en</strong>to, cosa que produce<br />

admiración por ser extraordinaria.<br />

Postigo, puerta pequeña,<br />

puertecilla de una v<strong>en</strong>tana<br />

o balcón.<br />

Postrero, último <strong>en</strong> ord<strong>en</strong>.<br />

324<br />

Potestad, dominio, poder.<br />

Pozal, cubo para sacar<br />

agua de un pozo.<br />

Pozo airón, sima muy<br />

profunda, <strong>en</strong> donde lo que<br />

cae desaparece para siempre.<br />

Prelado, parte de la<br />

misa que precede al canon.<br />

Prelado, superior eclesiástico<br />

que desempeña una<br />

de las dignidades de la Iglesia.<br />

Presa, tajada de carne.<br />

Presuntuoso, orgulloso,<br />

vanidoso.<br />

Presteza, ligereza, agilidad.<br />

Presto, pronto, veloz.<br />

Prev<strong>en</strong>ir, advertir, prever.<br />

Privado, el que ocupa el<br />

primer lugar <strong>en</strong> la gracia<br />

de un personaje y que ti<strong>en</strong>e<br />

poderosa influ<strong>en</strong>cia.<br />

Profanación, acción de<br />

profanar, de deshonrar.<br />

Profosar, dedicar, consagrar.<br />

Profundo, difícil de <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der<br />

su significado.<br />

Prolijo, demasiado largo,<br />

pesado. 1 Excesivam<strong>en</strong>te<br />

cuidadoso.<br />

Próspero, favor able,<br />

v<strong>en</strong>turoso.<br />

Pu<strong>en</strong>te, c o n st rucción<br />

con que se un<strong>en</strong> las dos<br />

orillas de un río o de un<br />

foso para poder cruzar. Es<br />

de los nombres llamados<br />

ambiguos, o que indifer<strong>en</strong>te-


Rompido, roto. Forma<br />

anticuada.<br />

Rondeño, natural d e<br />

Ronda, <strong>en</strong> la provincia de<br />

Málaga.<br />

Ropilla, vestidura corta<br />

con mangas, que se vestía<br />

sobre el jubón.<br />

Rozagante, vistoso.<br />

Rucio, dícese de la persona<br />

que ti<strong>en</strong>e el pelo <strong>en</strong>trecano.<br />

Calderón, <strong>en</strong> la fábula<br />

de la pág. 147, hace<br />

un juego de palabras dando<br />

a las voces rucia y rodada<br />

el doble significado de<br />

mujer canosa que ha rodado<br />

las escaleras, o bi<strong>en</strong> caballería<br />

de pelo gris o pardo,<br />

con manchas redondas.<br />

Ruin, vil, despreciable.<br />

Rústico, propio del campo,<br />

tosco.<br />

Sabandija, anira alejo<br />

repugnante o molesto.<br />

Sabedes, sabéis. Es voz<br />

anticuada. Las terminaciones<br />

verbales ades, edes, ides<br />

equival<strong>en</strong> a ais, cis, is:<br />

habladesm habí ais ; t<strong>en</strong>edes<br />

ret<strong>en</strong>éis ; partides—partís.<br />

Saciar, satisfacer, hartar.<br />

Salomón, rey de Israel,<br />

famoso por su sabiduría.<br />

Salva, saludo, bi<strong>en</strong>v<strong>en</strong>ida,<br />

y también el saludo hecho<br />

con armas de fuego. Hay<br />

<strong>en</strong> la pág. 114 un juego de<br />

palabras con los dos significados.<br />

San Lucas. Se celebra el<br />

día 18 de octubre.<br />

GLOSARIO<br />

236<br />

San Martín, se celebra<br />

el 11 de noviembre, y por<br />

esos días se hace la matanza.<br />

Sazón, punto conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te<br />

<strong>en</strong> que ha de estar una<br />

cosa para que sea agradable.<br />

Sazonar, poner las cosas<br />

<strong>en</strong> sazón.<br />

Seductor, que induce al<br />

mal.<br />

Seo, voz vulgar por seor<br />

o señor.<br />

Serrallo, estancia <strong>en</strong> que<br />

habitan las mujeres de los<br />

mahometanos. Llama al gallo<br />

dueño del serrallo porque<br />

gobierna él solo muchas<br />

hembras.<br />

Sinfonía, conjunto de<br />

voces o instrum<strong>en</strong>tos que<br />

su<strong>en</strong>an acordadam<strong>en</strong>te. ¡ j<br />

Pieza de música que, por lo<br />

g<strong>en</strong>eral, precede a las óperas.<br />

Sin segundo, que no<br />

ti<strong>en</strong>e igual, que es superior<br />

a todos <strong>en</strong> su línea.<br />

Sisar, hurtar una parte<br />

de los géneros o del dinero<br />

que uno maneja por cu<strong>en</strong>ta<br />

aj<strong>en</strong>a.<br />

Sobriedad, moderación<br />

<strong>en</strong> comer y beber.<br />

Solazarse, recrearse, divertirse.<br />

Solemne, que se celebra<br />

con suntuosidad, con gran<br />

aparato.<br />

Solemnizar, celebrar, dar<br />

su aprobación.<br />

Solícito, que pone inte-


GLOSARIO<br />

res y dilig<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> lo que<br />

hace.<br />

Sorna, burla disimulada.<br />

Sumergir, hundir, meter<br />

<strong>en</strong> lo profundo.<br />

Suspicaz, prop<strong>en</strong>so a sospechar,<br />

desconfiado.<br />

Tal, precedido de sí o no,<br />

se emplea para reforzar la<br />

réplica.<br />

Tañer, tocar un instrum<strong>en</strong>to.<br />

Tasadam<strong>en</strong>te, esc asam<strong>en</strong>te.<br />

Tema, porfía.<br />

Templado, que ti<strong>en</strong>e<br />

moderación, que sosiega sus<br />

pasiones.<br />

Terpandro, músico y<br />

poeta griego del siglo vn<br />

antes de J. C. No fué, por<br />

tanto, contemporáneo de Alejandro<br />

Magno; pero el consonante<br />

era t<strong>en</strong>tador, y se<br />

puede perdonar el anacronismo.<br />

Terso, brillante, resplandeci<strong>en</strong>te.<br />

Testa, cabeza. Se usa sólo<br />

<strong>en</strong> estilo jocoso. Derivados<br />

suyos son testarudez,<br />

testarudo.<br />

Tetuán, puerto de Marruecos,<br />

<strong>en</strong> el Mediterráneo.<br />

Tierno, delicado, s<strong>en</strong>sible.<br />

Tirano, persona que gobierna<br />

un estado contra derecho.<br />

|| Dícese del que<br />

abusa de su poder.<br />

Torticeram<strong>en</strong>te, injustam<strong>en</strong>te,<br />

contra la razón o<br />

el derecho.<br />

227<br />

Tosco, grosero, inculto,<br />

burdo.<br />

Trápula, es voz que usa<br />

el autor <strong>en</strong> broma, mezcla<br />

de trápala (embuste) y fábula.<br />

Traspié, tropezón, resbalón.<br />

Trasunto, copia, reproducción.<br />

Traza, apari<strong>en</strong>cia o figura.<br />

Tremecén o Tlemacén,<br />

ciudad de Argelia.<br />

Tremolina, bulla, gritería.<br />

Trémulo, tembloroso.<br />

Treta, artimaña, medio<br />

<strong>en</strong>gañoso para alcanzar algo.<br />

Trocar, cambiar una cosa<br />

por otra.<br />

Trofeo, monum<strong>en</strong>to o insignia<br />

que conmemora una<br />

batalla.<br />

Trompa, instrum<strong>en</strong>to músico<br />

de vi<strong>en</strong>to.<br />

Trujo, forma anticuada<br />

por trajo, de traer.<br />

Tuno, tunante, picaro,<br />

bribón.<br />

Turbarse, alterarse, aturdirse<br />

sin poder hablar.<br />

Turbión, chaparrón<br />

acompañado de vi<strong>en</strong>to.<br />

TJcé. abreviatura de vuestra<br />

merced.<br />

Ufano, satisfecho, <strong>en</strong>greído.<br />

Ultrajar, despreciar, injuriar.<br />

Ultramar, país que está<br />

al otro lado del mar. Dábamos<br />

especialm<strong>en</strong>te este<br />

nombre a las posesiones que


GLOSARIO<br />

hasta 1898 t<strong>en</strong>ía España <strong>en</strong><br />

América y Oceanía.<br />

Uncir, atar al yugo una<br />

bestia.<br />

Un pito, cosa sin importancia.<br />

Es frase familiar.<br />

Usiría, usía, vuestra señoría;<br />

tratami<strong>en</strong>to que se<br />

daba a determinadas personas.<br />

Valimi<strong>en</strong>to, protección,<br />

amparo.<br />

Vasallo, el que está sujeto<br />

a la soberanía de otro.<br />

V<strong>en</strong>us, diosa de la belleza<br />

<strong>en</strong>tre los romanos.<br />

Verbos, juram<strong>en</strong>tos, maldiciones.<br />

Verdugo, ministro d e<br />

justicia que ejecuta las pepas<br />

corporales<br />

Verosímil, que parece<br />

verdadero.<br />

Vían, Tido, veían, vio;<br />

formas anticuadas del verbo<br />

ver.<br />

Villalón, villa de la provincia<br />

de Valladolid.<br />

Visaje, gesto, mueca.<br />

Vivaracho, vivo de g<strong>en</strong>io,<br />

alegre.<br />

228<br />

Vizcaíno, natural d e<br />

Vizcaya. Por hablar una l<strong>en</strong>gua<br />

que no ti<strong>en</strong>e desin<strong>en</strong>cias<br />

hallan dificultad para<br />

usar el castellano.<br />

Voraz, que come con ansia.<br />

Voracidad, ansia de comer.<br />

Vuesa merced, tratami<strong>en</strong>to<br />

que se daba a cierta<br />

clase de personas.<br />

Vulgo, el común de las<br />

g<strong>en</strong>tes.<br />

Y darle, y dale. Se usa<br />

para reprobar la pesadez o<br />

repetición molesta.<br />

Yugo, <strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido figurado<br />

se dice a cualquier prisión<br />

o atadura.<br />

Zaherir, mortificar a uno<br />

con repr<strong>en</strong>sión áspera.<br />

Zagal, muchacho, mozo<br />

que guarda el ganado.<br />

Zambra, bulla, algazara,<br />

gritería.<br />

Zampar, meter de golpe.<br />

Zatico, m<strong>en</strong>drugo de pan.<br />

Zote, torpe, ignorante.<br />

Zozobra, temor, inquietud,<br />

desazón.


INDICE<br />

PÁGS.<br />

Advert<strong>en</strong>cia de la primera edición vn<br />

Ramón de Basterra.<br />

El avión y el molino i<br />

Rafael Rombo.<br />

El pinzón y la urraca<br />

2<br />

El sol y el polvo 3<br />

La cangreja consejera 3<br />

Manuel del Palacio.<br />

Los pedazos de mármol i<br />

Naturalismo 7<br />

Ramón de Campoamor.<br />

Los hijos y los padres 9<br />

Los padres y los hijos io<br />

La carambola II<br />

El concierto de los animales 12<br />

Los dos gorriones 17<br />

Salvar el honor con frases 18<br />

La liebre y el gallo 19<br />

Antonio de Trueba.<br />

El ejemplo 20<br />

Los tres amigos 22<br />

La parte del león 25<br />

El lobo y el cordero 28<br />

229


PÁGS.<br />

Concepción Ar<strong>en</strong>al.<br />

El sobrio y el glotón 30<br />

El lobo murmurador 31<br />

Juan Eug<strong>en</strong>io Harts<strong>en</strong>busch.<br />

Las espigas 33<br />

Los tres quejosos 33<br />

El dromedario y el camello 35<br />

El comprador y el hortera 35<br />

El jum<strong>en</strong>to murmurador 37<br />

El avaro y el jornalero 38<br />

Las indirectas del padre Cobos 39<br />

La alac<strong>en</strong>a 4 3<br />

El caballo de bronce 44<br />

La rebanadita de pan 48<br />

A su tiempo cada cosa 5 o<br />

Miguel Agustín Príncipe.<br />

El papal y el trapo 5 1<br />

El tiempo perdido 5 2<br />

Francisco Martines de la Rosa.<br />

El topo y el gusano de luz 53<br />

El zagal y el nido 54<br />

Andrés Bello.<br />

La ardilla, el dogo y el zorro 56<br />

Félix María de Sanianiego.<br />

El camello y la puilsra 60<br />

La alforja 61<br />

El cuervo y el zorro 62<br />

El perro y el cocodrilo 64<br />

Las dos ranas 65<br />

La zorra y el busto 67<br />

El raposo, la mujer y el gallo 68<br />

230


INDICE<br />

PÁGS.<br />

El león v<strong>en</strong>cido por el hombre 70<br />

La lechera 73<br />

Los gatos escrupulosos 75<br />

El viejo y la muerte 75<br />

La mona 76<br />

Los dos amigos y el oso 77<br />

La zorra y las uvas 78<br />

El congreso de los ratones 80<br />

EH charlatán 83<br />

La cigarra y la hormiga 84<br />

<strong>Tomás</strong> de Iriarte.<br />

Los dos conejos 87<br />

El gozque y el macho de noria 89<br />

La ardilla y el caballo 92<br />

La compra del asno 94<br />

El naturalista y las lagartijas 96<br />

El oso, la mona y el cerdo 99<br />

El topo y otros animales 101<br />

Los dos loros y la cotorra 105<br />

La campana y el esquilón 106<br />

El pedernal y el eslabón 107<br />

El burro flautista 108<br />

Pedro de Salas.<br />

El ratón del campo y el cortesano 110<br />

José de Cañizares.<br />

Lo cierto por lo dudoso 112<br />

Francisco de la Torre.<br />

Al romper el alba 114<br />

Agustín Moreto.<br />

Respuesta de Pero Grullo 11.5<br />

Codicia de lo prohibido 115<br />

231


INDICE<br />

PÁGS.<br />

La fruta prohibida H7<br />

Por la pu<strong>en</strong>te, que está seco 118<br />

El desafío<br />

El placer de la v<strong>en</strong>ganza no<br />

Cristóbal de Monroy.<br />

La naturaleza puede más que el arte 121<br />

Antonio de Solís.<br />

No era nada lo del ojo 123<br />

Juan de Matos Fragoso.<br />

El perro y el asno i 2<br />

-f<br />

Afeitar por amor de Dios 125<br />

El du<strong>en</strong>de 125<br />

La muía del doctor 126<br />

Juan Pérez de Montalbán.<br />

Testigo recusado 128<br />

Francisco de Leyva.<br />

La precipitación 13°<br />

El loco por la p<strong>en</strong>a es cuerdo I3 1<br />

Alvaro Cubillo de Aragón.<br />

El burro <strong>en</strong>tre dos pi<strong>en</strong>sos 133<br />

Maldición de corcovado 134<br />

Sebastián de Villaviciosa.<br />

El sueño <strong>en</strong>gañoso 135<br />

Jacinto de Herrera.<br />

El embustero 136<br />

La zorra y el león 138<br />

232


INDICE<br />

Luis de Belmonte Bermúdez.<br />

PÁGS.<br />

Los arqueólogos 139<br />

Antonio Mira de Amescua.<br />

La cigarra y la hormiga 141<br />

Don Pedro Calderón de la Barca.<br />

Por un cero 14 2<br />

Comedimi<strong>en</strong>to y astucia 144<br />

El consuelo 145<br />

Desprecio de la grandeza humana 14S<br />

Pasión de poeta 146<br />

Culpar al prójimo de la falta propia 147<br />

Por no hablar claro 148<br />

Cont<strong>en</strong>tar a todos 149<br />

Los huéspedes qué gusto dan 150<br />

La manda del soldado 15 1<br />

El gangoso 15 1<br />

Apr<strong>en</strong>diera bu<strong>en</strong> oficio IS3<br />

El mal pintor 155<br />

La liberalidad 155<br />

El ciego 157<br />

Regateo 157<br />

Para ablandar la cama 158<br />

Francisco de Rojas y Zorrilla.<br />

La muía del doctor 160<br />

El cochino 162<br />

Juan Ruis de Alar con.<br />

El of<strong>en</strong>sor of<strong>en</strong>dido 164<br />

El cobarde 165<br />

El sabio <strong>en</strong>tre los locos 166<br />

Después de yo muerto 166<br />

Qui<strong>en</strong> pide, alcanza 167<br />

233


iV JO/CE<br />

PÁGS.<br />

El ruin con mando 168<br />

La corneja con plumas aj<strong>en</strong>as 170<br />

Fray Gabriel Tilles. (Tirso de Molina.)<br />

El león y la raposa 172<br />

La muía del doctor 174<br />

El asno y el cochino 175<br />

Mejor goza el bi<strong>en</strong> qui<strong>en</strong> desde el mal vino a él. 176<br />

Lope de Vega.<br />

Perdices me manda mi padre que coma 178<br />

Si el burro cae, nada 179<br />

El mal hace apreciar el bi<strong>en</strong> 179<br />

El labrador, su hijo y el asno 181<br />

Error salvado 182<br />

C<strong>en</strong>surar es fácil 183<br />

No firmes carta que no leas 183<br />

El leñador y la muerte 184<br />

Norma de privados 185<br />

El asno y la diosa 186<br />

El perro y el asno 188<br />

El cascabel al gato 189<br />

Perder lo cierto por lo dudoso 190<br />

El soberbio y el humilde 19o El soberbio abatido<br />

l<br />

9 l<br />

Cont<strong>en</strong>tarse con su estado 192<br />

Las muelas y el hombre 193<br />

Escarm<strong>en</strong>tar <strong>en</strong> cabeza aj<strong>en</strong>a 194<br />

La gata mujer 196<br />

La gata mujer 197<br />

La gata mujer 197<br />

El asno y el cochino 198<br />

Gratitud 199<br />

Baltasar del Alcázar.<br />

Des<strong>en</strong>gaño<br />

234<br />

2 0 0


ÍNDICE<br />

Juan Ruis, Arcipreste de Hita.<br />

233<br />

PÁGS.<br />

El mur de Monferrado e el mur de Guadal ajara 203<br />

La raposa e el cuervo 206<br />

Glosario 209

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!