y cuentos en verso - Biblioteca Tomás Navarro Tomás
y cuentos en verso - Biblioteca Tomás Navarro Tomás
y cuentos en verso - Biblioteca Tomás Navarro Tomás
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
JUNTA PARA AMPLIACIÓN<br />
C*^> DE ESTUDIOS<br />
INSTITUTO ESCUELA<br />
BIBLIOTECA LITERARIA DEL<br />
ESTUDIANTE §%¿ I g%¿<br />
FÁBULAS<br />
"1TCUENTOS<br />
EN VERSO
FÁBULAS Y CUENTOS<br />
EN VERSO
BIBLIOTECA LITERARIA DEL ESTUDIANTE<br />
D I R I G I D A P O R R A M Ó N M E N É N D E Z P I D A L<br />
TOMO I<br />
FÁBULAS<br />
Y CUENTOS<br />
EN VERSO<br />
SELECCIÓN, NOTAS Y GLOSARIO<br />
POR<br />
MARÍA GOYRI DE MENENDEZ PIDAL \ y<br />
Dibujos de F. Marco.<br />
SECUNDA EDICIÓN<br />
MADRID, MCMXXXIII<br />
I N S T I T U T O — E S C U E L A<br />
J U N T A P A R A A M P L I A C I Ó N D E E S T U D I O S
TIPOGRAFÍA DE ARCHIVOS. OLÓZAGA,
ADVERTENCIA DE LA PRIMERA EDICIÓN<br />
LOS CLÁSICOS EN LA ENSEÑANZA<br />
Hace tiempo que el Instituto-Escuela tropieza<br />
con bastantes inconv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes para que<br />
las lecturas literarias de sus alumnos sean<br />
todo lo ext<strong>en</strong>sas y variadas que es m<strong>en</strong>ester;<br />
la misma dificultad tocarán, <strong>en</strong> más o m<strong>en</strong>os<br />
grado, todos los profesores que se dedican a<br />
la <strong>en</strong>señanza de la l<strong>en</strong>gua y de la literatura<br />
españolas <strong>en</strong> sus primeros grados.<br />
Cierto que abundan las colecciones de trozos<br />
escogidos y que éstas cumpl<strong>en</strong> un importante<br />
fin pedagógico, sirvi<strong>en</strong>do para el exam<strong>en</strong><br />
<strong>en</strong> detalle de muy diversas cuestiones<br />
gramaticales o artísticas, pero no satisfac<strong>en</strong><br />
la necesidad que el estudiante ti<strong>en</strong>e de conocer<br />
y apreciar el conjunto mismo de la obra<br />
a que pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> esos trozos.<br />
Y para ese conocimi<strong>en</strong>to de conjunto faltan<br />
los medios. El estudiante podría quizá<br />
VII
ADVERTENCIA<br />
remediarse asisti<strong>en</strong>do a una biblioteca; pero<br />
ésta, <strong>en</strong> muchas partes no existe, o no está<br />
sufici<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te dotada; <strong>en</strong> otras ocasiones, la<br />
índole o la ext<strong>en</strong>sión de muchas obras que<br />
pued<strong>en</strong> hallarse <strong>en</strong> bibliotecas excede a la<br />
compr<strong>en</strong>sión o capacidad propias de los primeros<br />
años de trabajo; y, <strong>en</strong> todo caso, si el<br />
lector puede t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> su mesa las obras que<br />
debe conocer, logrará siempre ganar mayor<br />
familiaridad con ellas. Es, pues, muy conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te<br />
<strong>en</strong>tregar al más fácil manejo del estudiante<br />
una colección literaria de las obras<br />
principales que por él deb<strong>en</strong> ser conocidas.<br />
Por eso trabajamos hace tiempo <strong>en</strong> formar<br />
esta <strong>Biblioteca</strong> que ahora sale a luz y para<br />
la cual se hallan ya preparados gran parte de<br />
los textos, esperando mant<strong>en</strong>er continuidad y<br />
rapidez <strong>en</strong> la publicación. No excluiremos <strong>en</strong>teram<strong>en</strong>te<br />
de ella algunos extractos fragm<strong>en</strong>tarios,<br />
como los de las antologías; pero serán<br />
ext<strong>en</strong>sos y pocos. En g<strong>en</strong>eral se incluy<strong>en</strong> producciones<br />
literarias tomadas <strong>en</strong> su conjunto.<br />
Claro es, sin embargo, que muchas de las<br />
obras incluidas ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que ser acortadas a fin<br />
de que, descartado lo excesivo o inconv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te,<br />
se haga su lectura fácil y llana para cualquier<br />
jov<strong>en</strong> que no se haya de especializar <strong>en</strong><br />
la literatura. La tarea, como bi<strong>en</strong> se compr<strong>en</strong>de,<br />
es delicada <strong>en</strong> extremo, sobre todo tratándose<br />
de obras de ext<strong>en</strong>sión considerable, como<br />
VIII
ADVERTENCIA<br />
el Amadis, donde lo que se suprime es muchísimo<br />
más de lo que se conserva. Pero al<br />
eliminar trozos de cualquier composición se<br />
ha puesto todo cuidado y empeño <strong>en</strong> conservar<br />
tanto el p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to fundam<strong>en</strong>tal del autor<br />
como los pasajes principales <strong>en</strong> que ese<br />
p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to se manifiesta. También nos hemos<br />
prohibido alterar irrespetuosam<strong>en</strong>te los<br />
textos y huímos de acortarlos con supresiones<br />
m<strong>en</strong>udas y frecu<strong>en</strong>tes que desfiguran el<br />
estilo del autor, cosas ambas que hemos s<strong>en</strong>tido<br />
intolerables <strong>en</strong> algún <strong>en</strong>sayo de reducción<br />
que se ha publicado, por ejemplo, del Quijote.<br />
Proponiéndose la pres<strong>en</strong>te colección servir<br />
a una iniciación literaria bastante ext<strong>en</strong>sa, incluye<br />
piezas de muy di<strong>verso</strong> carácter: junto<br />
a las obras maestras, otras de di<strong>verso</strong> valor<br />
artístico o histórico, <strong>en</strong>tre ellas algunas demasiado<br />
olvidadas (esperamos que <strong>en</strong> los jóv<strong>en</strong>es<br />
lectores podrá revivir fácilm<strong>en</strong>te mucho<br />
del interés av<strong>en</strong>turero que <strong>en</strong>cierran los<br />
Historiadores de Indias), llegando hasta un<br />
Cancionero musical compuesto principalm<strong>en</strong>te<br />
de cantos tradicionales. Incluímos también<br />
autores americanos. Dada la amplitud del<br />
propósito, lo reducido del espacio que nos hemos<br />
impuesto y las <strong>en</strong>contradas razones que<br />
pued<strong>en</strong> abogar por la inclusión o exclusión<br />
de una obra, se compr<strong>en</strong>de que la selección<br />
ti<strong>en</strong>e que ser discutible y expuesta a inevita-<br />
IX
A OVERTENClA<br />
bles omisiones; especialm<strong>en</strong>te se notarán éstas<br />
<strong>en</strong> los autores más reci<strong>en</strong>tes, pues aquí la<br />
falta es siempre m<strong>en</strong>os s<strong>en</strong>sible, por hallarse<br />
los libros modernos más al alcance de todos.<br />
Otros notarán más bi<strong>en</strong> cierto exceso <strong>en</strong><br />
la Colección, sobre todo p<strong>en</strong>sando que, para<br />
los comi<strong>en</strong>zos del estudio, varias de las obras<br />
aquí incluidas exced<strong>en</strong> a la intelig<strong>en</strong>cia y al<br />
gusto de un muchacho <strong>en</strong> los primeros años<br />
de su estudio. Pero nunca se t<strong>en</strong>drá bastante<br />
<strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta que el apr<strong>en</strong>dizaje de un niño, y,<br />
por último, de un hombre también, se hace<br />
siempre a fuerza de percibir incompletam<strong>en</strong>te<br />
aquellas cosas que sobrqiasan la compr<strong>en</strong>sión<br />
del instante y que esperan tiempo v<strong>en</strong>idero<br />
para ser asimiladas de un modo más<br />
perfecto, ora con la conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te repetición,<br />
ora sin ella. No de otro modo el niño apr<strong>en</strong>de<br />
el l<strong>en</strong>guaje: sin darse él cu<strong>en</strong>ta ap<strong>en</strong>as de que<br />
tropieza <strong>en</strong> palabras ininteligibles, llegan éstas<br />
a iluminársele con pl<strong>en</strong>a compr<strong>en</strong>sibilidad.<br />
Pero evid<strong>en</strong>te es que no todas las obras<br />
aquí publicadas son para la edad primera.<br />
Como hay que abominar <strong>en</strong> la <strong>en</strong>señanza del<br />
l<strong>en</strong>guaje excesivam<strong>en</strong>te incompr<strong>en</strong>sible, hay<br />
que evitar la lectura de aquello <strong>en</strong> que las<br />
dificultades se hagan notar demasiado.<br />
Para que pueda esquivarse tal escollo, esta<br />
<strong>Biblioteca</strong> ha procurado dos cosas. Primeram<strong>en</strong>te<br />
trata de incluir aquellas principales<br />
x
'"" €23 ~~<br />
ADV ERT EXC I A<br />
obras maestras cuyo conocimi<strong>en</strong>to es más<br />
urg<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la historia de nuestras letras. En<br />
segundo lugar ha de incluir ciertas obras que<br />
por su s<strong>en</strong>cillez y carácter elem<strong>en</strong>tal cuadran<br />
a los primeros años de la vida y de los estudios<br />
mejor que otras obras de mayor significación<br />
y alcance artístico; pero aún esas<br />
obras han sido escogidas <strong>en</strong>tre las que ti<strong>en</strong><strong>en</strong><br />
por sí un positivo valor histórico. Véase, por<br />
ejemplo, cómo se puede <strong>en</strong>sanchar el habitual<br />
campo de las Fábulas incluy<strong>en</strong>do <strong>en</strong> él nombres<br />
de muy altos autores-<br />
Reuni<strong>en</strong>do estas dos clases de material, la<br />
pres<strong>en</strong>te <strong>Biblioteca</strong> trata de incluir <strong>en</strong> treinta<br />
tomitos las obras cuyo conocimi<strong>en</strong>to nos parece<br />
más es<strong>en</strong>cial o más oportuno <strong>en</strong> los primeros<br />
años de la <strong>en</strong>señanza, ord<strong>en</strong>ándolas<br />
bajo el doble método de géneros y épocas,<br />
para que el conjunto pueda con facilidad ser<br />
<strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido históricam<strong>en</strong>te. Así los treinta volúm<strong>en</strong>es<br />
están formados obedeci<strong>en</strong>do a un canon<br />
literario, a un catálogo previam<strong>en</strong>te establecido,<br />
de aquellas obras mejores que el<br />
estudiante debe frecu<strong>en</strong>tar <strong>en</strong> el comi<strong>en</strong>zo de<br />
sus estudios para adquirir los fundam<strong>en</strong>tos<br />
de su cultura tradicional hispánica.<br />
Desea esta <strong>Biblioteca</strong> ser parte <strong>en</strong> aminorar<br />
el caso tan frecu<strong>en</strong>te de los que se educaron<br />
<strong>en</strong> la más cerrada ignorancia de nuestra<br />
vida artística pasada y vivieron, y aun escri-<br />
XI
""* CT<br />
A D VER TEN CÍA<br />
bieron, ora v<strong>en</strong>erando meros fantasmas de<br />
los nombres famosos que alegran su oído<br />
como una charanga estrepitosa, ora despreciándolos<br />
por apaciguar el disgusto de ignorarlos<br />
o el sinsabor de haber descubierto demasiado<br />
tarde figuras que debiera haber conocido<br />
antes y con mayor preparación para<br />
compr<strong>en</strong>derlas.<br />
Pero es necesario advertir muy <strong>en</strong>carecidam<strong>en</strong>te<br />
que esta amplia ori<strong>en</strong>tación histórica,<br />
que consideramos base precisa de la educación<br />
literaria, no ha de aspirar nunca a la<br />
imitación de los autores estudiados, cosa pueril<br />
y funesta. La abundancia misma y la gran<br />
disparidad de los textos aquí reunidos indican<br />
bi<strong>en</strong> claro que esta <strong>Biblioteca</strong> no se propone<br />
dar modelos para la imitación que cohiban<br />
la nativa frescura del que los estudia,<br />
sino que se propone algo más elevado y efici<strong>en</strong>te:<br />
quiere <strong>en</strong>trañar los principales productos<br />
literarios <strong>en</strong> la intelig<strong>en</strong>cia del lector<br />
asiduo, para que el p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to y el l<strong>en</strong>guaje<br />
de éste se <strong>en</strong>riquezcan, y, des<strong>en</strong>volviéndose<br />
con fuerte arraigo <strong>en</strong> la tradición, tom<strong>en</strong><br />
como punto de partida el pasado a fin de poder<br />
proseguir la línea de progreso que la tradición<br />
señala hacia lo por v<strong>en</strong>ir.<br />
Una espontaneidad ing<strong>en</strong>ua y despreciadora<br />
de toda tradición convertiría la producción<br />
literaria de cada día <strong>en</strong> flor efímera y sin se-<br />
XII
ADVERTENCIA<br />
milla. El ideario y el l<strong>en</strong>guaje de cada g<strong>en</strong>eración<br />
serían como un apos<strong>en</strong>to cerrado, oscuro<br />
y malsano, tan sin v<strong>en</strong>tanas por donde <strong>en</strong>trase<br />
la luz de las g<strong>en</strong>eraciones de ayer como<br />
sin puertas para salir a las g<strong>en</strong>eraciones de<br />
mañana, despreciadoras también a su vez del<br />
pasado. Y no vale asegurar que la perfecta<br />
ignorancia de la tradición es prácticam<strong>en</strong>te<br />
imposible. Una ing<strong>en</strong>uidad abandonada a<br />
aquellas impresiones tradicionales más cercanas<br />
o que como a la desbandada y a más no<br />
poder se <strong>en</strong>tran por los resquicios, no producirá<br />
por lo común sino abortos sin completa<br />
gestación; estará siempre expuesta <strong>en</strong> máximo<br />
grado a ser presa incauta de cualquier<br />
bajo éxito del mom<strong>en</strong>to, que se le pres<strong>en</strong>te con<br />
aureola de novedad. Sólo cuando las impresiones<br />
tradicionales se hac<strong>en</strong> d<strong>en</strong>sas y muy variadas,<br />
la espontaneidad está <strong>en</strong>tre ellas más<br />
segura de poder madurar <strong>en</strong> sí misma sus frutos<br />
mejores, mejor nutridos por más hondas<br />
raíces.<br />
Abril 1922.<br />
La difusión y reimpresiones de los volúm<strong>en</strong>es<br />
de esta <strong>Biblioteca</strong> indican la utilidad de<br />
la misma. Aunque ella no pret<strong>en</strong>de dar a la escuela<br />
y a la segunda <strong>en</strong>señanza todos los libros<br />
de lectura necesarios, da una gran parte,<br />
XIII
» * * * *<br />
A D VERTBNCIA<br />
que cada profesor, según su aptitud y gusto,<br />
escoge para las diversas edades de los alumnos.<br />
La mayoría de los tomos han t<strong>en</strong>ido su<br />
aplicación principal <strong>en</strong> la <strong>en</strong>señanza secundaria,<br />
pero también algunos han servido para<br />
la primaria.<br />
Se discute reiteradam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> pro o <strong>en</strong> contra<br />
de la conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>cia de leer <strong>en</strong> las escuelas<br />
los autores clásicos de una literatura<br />
y jamás la cuestión podrá ser resuelta <strong>en</strong><br />
g<strong>en</strong>eral, sino para cada caso pedagógico, <strong>en</strong><br />
vista sobre todo de cómo el maestro haga la<br />
lectura, atinando o no a dirigir la mirada del<br />
niño hacia alguna de las difer<strong>en</strong>tes zonas de<br />
interés que la obra clásica pres<strong>en</strong>ta. Por mi<br />
parte, sin pret<strong>en</strong>der impertin<strong>en</strong>te echar aquí<br />
mi cuarto a espadas <strong>en</strong>tre los pedagogos,<br />
me parece claro que para todas las varias edades<br />
de la vida existe <strong>en</strong> la obra clásica un atractivo<br />
especial, más especial y más apropiado<br />
cuanto la obra es más grande. Cervantes nos<br />
declara que esto sucedió así respecto de su<br />
novela, desde su aparición: "los niños la manosean,<br />
los mozos la le<strong>en</strong>, los hombres la <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong><br />
y los viejos la celebran", y estas palabras<br />
hallan emin<strong>en</strong>te com<strong>en</strong>tario <strong>en</strong> aquellas<br />
otras donde Enrique Heine nos dice que el primer<br />
libro leído por él <strong>en</strong> la niñez, <strong>en</strong> cuanto<br />
XIV
ADV ERTEN CI A<br />
supo leer de corrido, fué el Quijote, y nos descubre<br />
(y esto ti<strong>en</strong>e importancia capital) cómo<br />
la vehem<strong>en</strong>te impresión <strong>en</strong>tonces recibida, lejos<br />
de apagar su admiración ulterior, tuvo virtud<br />
para llevarle a releer las av<strong>en</strong>turas del<br />
Ing<strong>en</strong>ioso Hidalgo <strong>en</strong> todas las etapas de la<br />
vida, y para hacerle experim<strong>en</strong>tar <strong>en</strong> cada nueva<br />
lectura las reacciones más substancialm<strong>en</strong>te<br />
diversas. Lo que importa es que el maestro<br />
<strong>en</strong>ti<strong>en</strong>da de estas varias reacciones; lo que hace<br />
falta es que sepa recobrar su alma infantil<br />
fr<strong>en</strong>te a la obra que hace leer a los chicos y<br />
acierte a sacar de lo que lee los tesoros de juguete<br />
oportunos para ofrecer a sus pequeños<br />
huéspedes de clase.<br />
Las materias de la física, de la geografía o<br />
de la historia ti<strong>en</strong><strong>en</strong> su <strong>en</strong>señanza cíclica desde<br />
los primeros años de la escuela; las principales<br />
obras maestras de una literatura deb<strong>en</strong><br />
t<strong>en</strong>er también sus ciclos de exposición, desde<br />
la infancia del alumno.<br />
Febrero 1933.<br />
R. MENÉNDEZ PIDAL.<br />
XV
RAMÓN DE BASTERRA<br />
í 1928.<br />
E L A V I Ó N Y E L M O L I N O<br />
Vio el avión, sumergi<strong>en</strong>do la mirada,<br />
anclado <strong>en</strong> el arroyo<br />
al molino.<br />
—Pudi<strong>en</strong>do aquí saciarte de azul tierno,<br />
¿cómo giras las ;:spas <strong>en</strong> un hoyo?<br />
—¿ Cómo lic<strong>en</strong>cias tú los brazos<br />
que pudi<strong>en</strong>do moler juegan sin uso?<br />
—Con lo que tú amontonas para Marta,<br />
yo viajo.<br />
—Tu vagar de María es mi fa<strong>en</strong>a blanca.<br />
Mueve tu vida indifer<strong>en</strong>te al cargo,<br />
seas avión, seas molino.
RAFAEL POMBO<br />
Bogotá (Colombia), 1834; t 1912.<br />
E L P I N Z Ó N Y L A U R R A C A<br />
—Enséñame una canción<br />
—dijo la urraca habladora<br />
al gayo y diestro pinzón<br />
que saludaba a la aurora.<br />
—-¿ A ti ? —repuso éste—. ¡ Vaya!<br />
No te burlarás de mí;<br />
a pájaros de tu laya<br />
¿quién pudo <strong>en</strong>señarles, di?<br />
—¿Y por qué? —Porque es preciso<br />
para apr<strong>en</strong>der, escuchar,<br />
y un charlatán nunca quiso<br />
dejar hablar, sino hablar.
POMBO<br />
E L S O L Y E L P O L V O<br />
Alzándose un furioso torbellino<br />
eclipsó el polvo al sol,<br />
y gritóle por mofa: —¡Astro divino!<br />
¿Dónde estás? ¿Qué te hiciste?...— Y su camino<br />
siguió <strong>en</strong> sil<strong>en</strong>cio el sol.<br />
Y cesó el huracán; y tornó al ci<strong>en</strong>o<br />
el polvo vil; y <strong>en</strong> el azul ser<strong>en</strong>o<br />
de gloria y pompa ll<strong>en</strong>o<br />
siguió <strong>en</strong> sil<strong>en</strong>cio el sol.<br />
LA C A N G R E J A C O N S E J E R A<br />
—Anda siempre derecha,<br />
querida hijita<br />
—mamá Cangreja di jóle<br />
a Cangrejita—;<br />
para ser bu<strong>en</strong>a<br />
obedece a tu madre<br />
cuanto te ord<strong>en</strong>a.
POMBO<br />
—Madre —responde aquélla—,<br />
voy a seguirte,<br />
no quiero <strong>en</strong> ningún caso<br />
contradecirte;<br />
ve tú delante,<br />
que dándome el ejemplo,<br />
lo haré al instante.
MANUEL DEL PALACIO<br />
Lérida, 1S31; T 1906.<br />
L O S P E D A Z O S D E M Á R M O L<br />
Al pie de una cantera<br />
de mármol de Carrara<br />
varios gigantes bloques<br />
restos de una gran ruina semejaban,<br />
mi<strong>en</strong>tras otro, movido<br />
por cuerdas y palancas,<br />
a un carro conducían<br />
muchos obreros <strong>en</strong> alegre zambra.<br />
Diez poderosos bueyes,<br />
uncidos por el asta,<br />
iban la inm<strong>en</strong>sa mole<br />
a llevar a través de la montaña;<br />
y cuando al recibirla<br />
rechinaron las tablas,<br />
oyóse <strong>en</strong> el espacio<br />
sordo rumor de voces y am<strong>en</strong>azas.<br />
5
MANUEL DEL PALACIO<br />
—¿Por qué nos abandonas?<br />
—las piedras murmuraban—.<br />
¿Qué buscas <strong>en</strong> tu orgullo<br />
fuera de estas regiones solitarias?<br />
—£1 hombre me ha elegido<br />
—respondió la arrastrada—<br />
para que al mundo admire,<br />
c<strong>en</strong>tinela perpetuo de su fama.<br />
Si hasta hoy he sido roca,<br />
mañana seré estatua;<br />
no t<strong>en</strong>go yo la culpa<br />
de ser la más hermosa y la más blanca.<br />
—Piedad antes que <strong>en</strong>ojo<br />
<strong>en</strong> nosotras hallaras,<br />
si cautiva a la fuerza<br />
de tu profanación no hicieras gala.<br />
Pero <strong>en</strong> vano te <strong>en</strong>gríes,<br />
la vanidad te <strong>en</strong>gaña,<br />
que aun cambiando de forma<br />
piedra serás, cual somos tus hermanas.<br />
Y antes de que te eleves<br />
del vulgo a las miradas,<br />
¡no sabes tú los golpes<br />
de cincel y martillo que te aguardan!<br />
Los hombres <strong>en</strong> la tierra<br />
son mármoles con alma,<br />
y si éstos al labrarse dejan polvo,<br />
aquéllos dejan lágrimas.<br />
6
MANUEL DEL PALACIO<br />
X ATiISALISlIO<br />
Molidos de la jornada<br />
y con hambre, aunque risueños,<br />
dos estudiantes rónd<strong>en</strong>os<br />
llegaron a una posada.<br />
Com<strong>en</strong>zaba a anochecer<br />
y <strong>en</strong>trambos, sin vacilar,<br />
acercáronse al hogar<br />
decididos a comer.<br />
Ligera cual una ardilla<br />
rubia moza les previno,<br />
con un bu<strong>en</strong> jarro de vino,<br />
salchichón, pan y tortilla,<br />
que devoraron los dos<br />
sin t<strong>en</strong>er que repetir,<br />
yéndose luego a dormir<br />
<strong>en</strong> paz y <strong>en</strong> gracia de Dios.<br />
A la mañana sigui<strong>en</strong>te,<br />
rayando ap<strong>en</strong>as el día,<br />
del v<strong>en</strong>tero <strong>en</strong> compañía<br />
tomaron el aguardi<strong>en</strong>te;<br />
y a seguida de pagar<br />
los caballos dispusieron,<br />
y alegres como vinieron<br />
se volvieron a marchar.<br />
7
\QI» " V O<br />
MANUEL DEL PALACIO<br />
No será el cu<strong>en</strong>to profundo<br />
ni por él pido mercedes;<br />
pero ¿no lo hallan ustedes<br />
lo más natural del mundo?<br />
8
RAMÓN DE CAMPOAMOR 1<br />
Navio (Asturias), 1817; t 1901.<br />
L O S H I J O S Y L O S P A D R E S<br />
Ni arrastrada un pastor llevar podía<br />
a una cabra infeliz que oía amante<br />
balar detrás al hijo, que, inconstante,<br />
marchar junto a la madre no quería.<br />
—i Necio! —al pastor un sabio le decía—;<br />
al que llevas detrás, ponió delante;<br />
échate el hijo al hombro, y al instante<br />
la madre verás ir tras de la cría.<br />
Tal consejo el pastor creyó s<strong>en</strong>cillo;<br />
cogió la cría y se marchó corri<strong>en</strong>do<br />
llevando al animal sobre el hatillo.<br />
1 Campoamor escribió las fábulas de los quince a los veintitrés<br />
años.<br />
9
CAMPOAMOR<br />
La cabra sin ramal les fué sigui<strong>en</strong>do,<br />
mas sigui<strong>en</strong>do tan cerca al cabritillo,<br />
que los pies por detrás le iba lami<strong>en</strong>do.<br />
L O S P A D R E S Y L O S H I J O S<br />
Un <strong>en</strong>jambre de pájaros metidos<br />
<strong>en</strong> jaula de metal guardó un cabrero,<br />
y a cuidarlos voló desde el otero<br />
la pareja de padres afligidos.<br />
—Si aquí —dijo el pastor— vi<strong>en</strong><strong>en</strong> unidos<br />
sus hijos a cuidar con tanto esmero,<br />
ver cómo cuidan a los padres quiero<br />
los hijos por amor y agradecidos.<br />
Deja <strong>en</strong>tre redes la pareja <strong>en</strong>vuelta,<br />
la puerta abre el pastor del duro alambre,<br />
cierra a los padres y a los hijos suelta.<br />
Huyó de los hijuelos el <strong>en</strong>jambre,<br />
y como <strong>en</strong> vano se esperó su vuelta,<br />
mató a los padres el dolor y el hambre.<br />
!0
CAMPOAMOR<br />
L A C A R A M B O L A<br />
Pasando por un pueblo un maragato<br />
llevaba sobre un mulo atado un gato,<br />
al que un chico, mostrando disimulo,<br />
le asió la cola por detrás del mulo.<br />
Herido el gato, al parecer s<strong>en</strong>sible,<br />
pególe al macho un arañazo horrible;<br />
y herido <strong>en</strong>tonces el s<strong>en</strong>sible macho,<br />
pegó una coz y derribó al muchacho.<br />
Es el mundo, a mi ver, una cad<strong>en</strong>a,<br />
do rodando la bola,<br />
el mal que hacemos <strong>en</strong> cabeza aj<strong>en</strong>a<br />
refluye <strong>en</strong> nuestro mal, por CARAMBOLA.<br />
II
CAMPO A MOR<br />
E L C O N C I E R T O D E L O S A N I M A L E S<br />
Supuesto que respira,<br />
se hace oír, bi<strong>en</strong> o mal, cualquier garganta;<br />
y <strong>en</strong> esto no hay m<strong>en</strong>tira,<br />
pues mal o bi<strong>en</strong>, el que respira, canta.<br />
Habl<strong>en</strong>, si no, mil animales duchos<br />
que dieron un concierto como muchos.<br />
Y es fama que el s<strong>en</strong>tido<br />
no acompaña a los órganos vocales,<br />
por lo que ha sucedido<br />
que <strong>en</strong> la patria de dichos animales<br />
cada cual, presumiéndose asaz diestro,<br />
gritó: —¡ Caiga el león! ¡ Fuera el maestro!<br />
Cayó la monarquía,<br />
y <strong>en</strong> república el reino convirtieron.<br />
—Vaya una sinfonía<br />
de nuestros triunfos <strong>en</strong> honor —dijeron—;<br />
cada uno cante cual le v<strong>en</strong>ga a mano;<br />
ya no más director; ¡ muera el tirano!<br />
Com<strong>en</strong>zóse el concierto,<br />
"cá-cá-rá-cá", gritando el polli-gallo;<br />
y al primer desacierto<br />
con un relincho contestó el caballo;<br />
"a-y-o, a-y-o", siguió el pollino;<br />
"pí-pí-pí", el colorín; "ufff", el cochino.<br />
El "mis" y el "marramau"<br />
cantó el gato montes, cual tigre bravo;<br />
12
CAMPO AMOR<br />
y con cierto "pau-pau"<br />
le acompañaba el indol<strong>en</strong>te pavo;<br />
formando tan horr<strong>en</strong>da algarabía,<br />
que ni el mismo Luzbel la aguantaría.<br />
El león destronado,<br />
vi<strong>en</strong>do el reino <strong>en</strong> desórd<strong>en</strong>es tan grandes,<br />
—¡ Sil<strong>en</strong>cio! —dijo airado,<br />
mostrando un arcabuz ganado <strong>en</strong> Flandes—;<br />
el rey va a dirigir: atrás, canalla.<br />
Y al verle cada cual, amorra y calla.<br />
—Vuelva a sonar la orquesta<br />
—siguió el tirano, de Nerón trasunto—,<br />
y ¡ ay de la pobre testa<br />
de aquel que por gruñir me coma un punto!<br />
¿ Qué es replicar ? No hay réplica ninguna.<br />
Palo o canción; vamos a ver: ¡ a una!<br />
Y la orquesta empezando,<br />
"pí-pí", "cá-cá-rá-cá", "mís-mís", "miau-miau"<br />
siguió después sonando<br />
"a-y-o, a-y-o", "ufff-ufff", "pau-pau".<br />
Y tal sonó la música que alabo,<br />
que el mundo gritó absorto: —-¡ Bravo! ¡ Bravo !<br />
Fué el concierto, antes loco,<br />
la maravilla, vive Dios, del arte;<br />
y aunque gruñ<strong>en</strong>do un poco,<br />
cada animal desempeñó su parte;<br />
apr<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do, <strong>en</strong> perjuicio de su testa,<br />
que sin bu<strong>en</strong> director no hay bu<strong>en</strong>a orquesta.<br />
'3
CAMPO A MOR<br />
L O S D O S G O R R I O N E S<br />
—Llégame el comedero<br />
—dijo a un gorrión otro gorrión muy maula—.<br />
—Pues ábreme primero<br />
—contestó aquél— la puerta de la jaula.<br />
—¿Y si al verte ya libre, <strong>en</strong> tu embeleso,<br />
te vas sin darme de comer <strong>en</strong> pago?<br />
—¿Y quién me dice a mi —responde el preso—<br />
que me abrirás si ll<strong>en</strong>as el monago ?<br />
Y <strong>en</strong> conclusión, por si ha de ser primero<br />
llegar el comedero<br />
o correr el alambre,<br />
quedóse el <strong>en</strong>jaulado prisionero<br />
y el hambri<strong>en</strong>to volvióse con el hambre.<br />
¡ Digno amigo, por Dios, de tal amigo!<br />
Y ahora diréis, y bi<strong>en</strong>, como yo digo:<br />
—¡Vaya, que son <strong>en</strong> ciertas ocasiones<br />
lo mismo que los hombres los gorriones!<br />
17<br />
3
C AM P O AM OR<br />
S A L V A R E L H O N O R C O N F R A S E S<br />
I<br />
EL GALLO Y LA LIEBRE<br />
Dijo un gallo a un liebre: —Huye, cobarde.<br />
—¿ Cobarde yo ?— la liebre respondía.<br />
Pero atisbando a un galgo nada tarde<br />
hasta más no poder cobarde huía.<br />
—Espera —dijo el gallo— un Dios te guarde.<br />
¿No llamas a eso huir, señora mía?<br />
Y antes que el galgo le acercase el morro,<br />
la liebre contestó: —No huyo, que corro.<br />
18
CAMPO A MOR<br />
II<br />
LA LIEBRE Y EL GALLO<br />
Gritó la liebre al gallo: —Anda, medroso-<br />
—Como el Cid —dijo el dueño del serrallo;<br />
mas, vi<strong>en</strong>do no muy lejos a un raposo,<br />
hizo una acción que por medrosa callo.<br />
—T<strong>en</strong> —la liebre exclamó—, gran Cid, reposo.<br />
—Pues ¿ acaso esto es miedo ? —siguió el gallo.<br />
Y al ver que se subía a un parapeto:<br />
—No —le dijo la liebre—, eso es respeto.<br />
10
ANTONIO DE TRUEBA<br />
Bilbao, 1821; t 1889.<br />
E L E J E M P L O<br />
Cu<strong>en</strong>ta un autor, cuyo nombre<br />
no conservo <strong>en</strong> la memoria,<br />
porque fácilm<strong>en</strong>te al hombre<br />
se le va el santo a la gloria;<br />
cu<strong>en</strong>ta, repito, que un día<br />
<strong>en</strong> una ciudad que expresa,<br />
se s<strong>en</strong>tó como solía<br />
una familia a la mesa.<br />
Según los datos completos<br />
que t<strong>en</strong>emos a la vista,<br />
constaba de los sujetos<br />
que marca la adjunta lista:<br />
un viejo temblón y cano,<br />
dos esposos, por lo visto<br />
hijo y nuera del anciano,<br />
y un niño travieso y listo.<br />
Cada cual con mucho celo<br />
el estómago lepara;<br />
mas hete que al pobre abuelo<br />
20
TKUEBA<br />
se le escurre la cuchara,<br />
y como ésta es de metal,<br />
hace dosci<strong>en</strong>tos añicos<br />
un plato de pedernal,<br />
por más señas, de los ricos.<br />
El marido y la mujer<br />
gritan con mil desacatos:<br />
—¡A ese modo de romper<br />
no ganamos para platos!<br />
Continuó la pelotera,<br />
y cu<strong>en</strong>tan que al otro día<br />
<strong>en</strong> un plato de madera<br />
el pobre viejo comía;<br />
mas tan mal se las compuso,<br />
como estaba tan temblón,<br />
que pan y manteles puso<br />
hechos una perdición.<br />
—¡Esto ya pasa de raya!<br />
—gritan marido y mujer—;<br />
levántese usted y vaya<br />
a la cocina a comer;<br />
y si allí no le convi<strong>en</strong>e,<br />
vaya a comer al establo,<br />
que a todos dados nos ti<strong>en</strong>e<br />
con su suciedad al diablo.<br />
En cuanto oyó este consejo<br />
o más bi<strong>en</strong> este mandato,<br />
bajó la cabeza el viejo<br />
y se largó con su plato;<br />
21
TRUEBA<br />
y desde aquella función<br />
despachaba <strong>en</strong> la cocina<br />
tristem<strong>en</strong>te su ración<br />
por evitar tremolina.<br />
Llorando el anciano un día<br />
la ingratitud de sus hijos,<br />
sus tristes ojos t<strong>en</strong>ía<br />
el pobre <strong>en</strong> su nieto fijos.<br />
Y al ver que un madero grueso<br />
el niño afanoso esconde,<br />
le dice: —¿Para qué es eso?<br />
Y su nieto le responde:<br />
—De este madero saldrá<br />
un plato de bu<strong>en</strong>a clase<br />
para que papá y mamá<br />
coman cuando yo me case.<br />
Y exclama el mísero anciano:<br />
—¡ Hará lo que hac<strong>en</strong> conmigo!<br />
¡ Dios mío! ¡ Tu santa mano<br />
puso <strong>en</strong> la culpa el castigo!<br />
L O S T R E S A M I G O S<br />
Según Herder, un sujeto<br />
que t<strong>en</strong>ía tres amigos,<br />
a dos de ellos profesaba<br />
el más profundo cariño,<br />
y a la amistad del tercero<br />
se mostraba siempre frío.<br />
Cierto día fué acusado
TRUE BA<br />
de un horroroso homicidio,<br />
y se hallaba con el alma<br />
como qui<strong>en</strong> dice <strong>en</strong> un hilo,<br />
aunque era el hombre inoc<strong>en</strong>te<br />
de tan bárbaro delito.<br />
—Amigos míos, me acusan<br />
de un asesinato —dijo—,<br />
y el juez, según me han contado,<br />
está como un basilisco.<br />
Soy inoc<strong>en</strong>te, y deseo<br />
que v<strong>en</strong>gáis los tres conmigo<br />
a declarar mi inoc<strong>en</strong>cia<br />
<strong>en</strong> calidad de testigos.<br />
Dio por excusa el primero<br />
unos asuntos precisos;<br />
acompañóle el segundo,<br />
si bi<strong>en</strong> un poco remiso;<br />
pero así que vio la turba<br />
de c<strong>en</strong>tinelas y esbirros<br />
que el tribunal custodiaban,<br />
volvió pies atrás, más listo<br />
que Cardona, temeroso<br />
de que le echaran los cinco.<br />
No esperaba el acusado<br />
mucho del tercer amigo;<br />
pero éste, fiel y animoso,<br />
compareció ante el ministro<br />
de la ley, y al acusado<br />
def<strong>en</strong>dió tan a lo vivo<br />
27
TRV EBA<br />
que declarado inoc<strong>en</strong>te<br />
fué <strong>en</strong> aquel instante mismo.<br />
Tres amigos ti<strong>en</strong>e el hombre<br />
<strong>en</strong> el mundo <strong>en</strong> que vivimos;<br />
¿cómo se portan con él<br />
ante el tribunal divino?<br />
El dinero es el primero<br />
de los tres <strong>en</strong> su cariño,<br />
y es el primero también<br />
que le abandona mezquino.<br />
Los deudos y los pari<strong>en</strong>tes<br />
ti<strong>en</strong>e por segundo amigo;<br />
hasta junto a su sepulcro<br />
van haci<strong>en</strong>do pucheritos,<br />
mas se asustan de la muerte<br />
y se vuelv<strong>en</strong> atrás listos,<br />
dici<strong>en</strong>do a lo más: —Allá<br />
nos esperes muchos siglos.<br />
Por último, son las obras<br />
bu<strong>en</strong>as su tercer amigo,<br />
y aunque con indifer<strong>en</strong>cia<br />
por él miradas han sido,<br />
de tal modo le defi<strong>en</strong>d<strong>en</strong><br />
ante el tribunal divino,<br />
que al fin el manto de gracia<br />
cubre todos sus delitos.<br />
24
TRUEBA<br />
L A P A R T E D E L L E Ó N 1<br />
Fuéronse de caza<br />
sin perros ni trompas<br />
el león, el oso,<br />
el lobo y la zorra;<br />
y así que cazaron<br />
porción nada corta<br />
de cabras y ovejas<br />
y chotos y potras,<br />
—Hagamos —dijeron—<br />
el reparto ahora<br />
e inmediatam<strong>en</strong>te<br />
ll<strong>en</strong>emos la andorga.<br />
—¿Quién se <strong>en</strong>carga de ello?<br />
—preguntó con sorna<br />
i Ver la pág. 194. Se incluy<strong>en</strong> a veces fábulas del mismo<br />
asunto para poder establecer comparaciones de estilo.<br />
25
TRUEBA<br />
el león, sin duda<br />
buscando camorra—.<br />
—¡ Yo! —responde el oso,<br />
cuya afición tonta<br />
es hacer el ídem.<br />
—Pues manos a la obra.<br />
Cuando <strong>en</strong> cuatro partes<br />
la caza amontona,<br />
al león el oso<br />
le dice que escoja<br />
una de las cuatro,<br />
que iguales son todas.<br />
—¡ Tú partir no sabes!<br />
—gruñe con voz ronca<br />
el león al oso,<br />
que replicar no osa.<br />
Y ¡ ham! de un d<strong>en</strong>tellazo<br />
me lo descogota,<br />
y a la zorra dice<br />
con frase melosa:<br />
—Chiquita, el reparto<br />
vas a hacer tú ahora,<br />
que fío has de hacerlo<br />
a pedir de boca,<br />
pues como chiquita<br />
no eres maliciosa.<br />
En cinco montones<br />
la repartidora<br />
reparte la caza,<br />
26
TRUBBA<br />
y acabada su obra<br />
al león le dice<br />
con una graciosa<br />
rever<strong>en</strong>cia: —Vuestra<br />
majestad escoja<br />
de estas cinco partes<br />
las tres que le tocan:<br />
como león, una;<br />
como monarca, otra,<br />
y otra como jefe...<br />
—¡ Hola, hola, hola!<br />
—dice el león—; veo<br />
que tú no eres boba.<br />
Y añade, movi<strong>en</strong>do<br />
de gusto la cola:<br />
—.Di, ¿quién te ha <strong>en</strong>señado<br />
todas esas cosas?<br />
—¿ Quién, señor... ? El oso,<br />
—contesta la zorra.
TRUEBA<br />
E L L O B O Y E L C O R D E R O<br />
El lobo y el cordero llegaron a un arroyo,<br />
el lobo atorm<strong>en</strong>tado más de hambre que de sed,<br />
y <strong>en</strong>tre lobo y cordero sobrevino este diálogo,<br />
que a mí me su<strong>en</strong>a como sobrev<strong>en</strong>ido ayer:<br />
—Subdito miserable, morirás, pues el agua<br />
que yo, tu rey, bebía, te atreviste a <strong>en</strong>turbiar.<br />
—¿ Cómo, señor, haceros tal injuria he podido<br />
estando más abajo que vuestra majestad?<br />
-—Si no lo has hecho ahora lo hiciste hace seis meses.<br />
—Señor, si todavía de edad no t<strong>en</strong>go dos. [haría,<br />
—Pues si tú no lo has hecho, tu padre es qui<strong>en</strong> lo<br />
y es justo que ahora mismo sufras la expiación.<br />
2S
TRUEBA<br />
Así dici<strong>en</strong>do, el lobo, sin conci<strong>en</strong>cia ni <strong>en</strong>trañas,<br />
hizo al cordero víctima de su voracidad;<br />
que siempre los tiranos, a falta de razones<br />
para oprimir al justo, razones falsas dan.
CONCEPCIÓN ARENAL<br />
El Ferrol, 1820; t 1S93.<br />
EL SOBRIO Y EL GLOTÓ<br />
Había <strong>en</strong> un lugarón<br />
dos hombres de mucha edad,<br />
uno de gran sobriedad<br />
y el otro gran comilón.<br />
La mejor salud del mundo<br />
gozaba siempre el primero,<br />
estando de <strong>en</strong>ero a <strong>en</strong>ero<br />
débil y <strong>en</strong>teco el segundo.<br />
—¿ Por qué —el tragón dijo un d<br />
comi<strong>en</strong>do yo mucho más<br />
tú mucho más gordo estás?<br />
No lo compr<strong>en</strong>do, a fe mía.<br />
—Es —le replicó el frugal—<br />
y muy pres<strong>en</strong>te lo t<strong>en</strong>,<br />
porque yo digiero bi<strong>en</strong>,<br />
porque tú digieres mal.<br />
30
CONCEPCIÓN ARENAL<br />
Haga de esto aplicación<br />
el pedante presumido,<br />
si porque mucho ha leído<br />
cree t<strong>en</strong>er instrucción,<br />
y siempre que a juzgar fuere<br />
la regla para sí tome:<br />
No nutre lo que se come,<br />
sino lo que se digiere.<br />
EL LOBO MURMURADOR<br />
Entre las breñas de un cerro,<br />
un día de gran nevada,<br />
un lobo a su camarada<br />
hablábale así de un perro:<br />
—Es un maldito vecino,<br />
tan camorrista y cruel,<br />
que para estar libre de él<br />
ya se necesita tino.<br />
Ladrador para la g<strong>en</strong>te,<br />
<strong>en</strong>trometido, goloso,<br />
suspicaz y cauteloso;<br />
<strong>en</strong> fin, un perro indec<strong>en</strong>te.<br />
Pasaba <strong>en</strong> esta ocasión<br />
cerca de allí una raposa;<br />
paróse un tanto curiosa,<br />
y al oír la acusación<br />
3i
CONCEPCIÓN ARENAL<br />
dijo para su coleto:<br />
—Anda que te crea un bobo;<br />
perro a qui<strong>en</strong> acusa un lobo,<br />
debe ser perro completo.<br />
En caso próspero o ad<strong>verso</strong><br />
no echarás nunca <strong>en</strong> olvido<br />
que es elogio el más cumplido<br />
la c<strong>en</strong>sura del per<strong>verso</strong>.
JUAN EUGENIO HARTZENBUSCH<br />
Madrid, i
HARTZENBUSCH<br />
No r<strong>en</strong>iegues, Camilo,<br />
de tu fortuna;<br />
que otros podrán dolerse<br />
más de la suya.<br />
Si se repara,<br />
nadie <strong>en</strong> el mundo ti<strong>en</strong>e<br />
dicha colmada.<br />
3>
HARTZENBUSCH<br />
E L D R O M E D A R I O Y E L C A M E L L O<br />
El camello le dijo<br />
al dromedario:<br />
—Comparado contigo,<br />
¡cuánto más valgo!<br />
No cabe duda:<br />
yo t<strong>en</strong>go dos jorobas;<br />
tú ti<strong>en</strong>es una.<br />
E L C O M P R A D O R Y E L H O R T E R A<br />
Cu<strong>en</strong>tecillo forjado por deleite<br />
parecerá sin duda la conti<strong>en</strong>da<br />
que se trabó <strong>en</strong> Madrid <strong>en</strong> una ti<strong>en</strong>da<br />
de vinagre y aceite.<br />
Despachaba <strong>en</strong> la calle de Torija<br />
líquidos un muchacho madrileño;<br />
y otro, según la traza, lugareño,<br />
fué por aceite allí con su vasija.<br />
—Tú, cara de lechuza<br />
—dijo sin apr<strong>en</strong>sión el forastero—,<br />
despáchame ligero,<br />
lléname bi<strong>en</strong> la alcuza.<br />
—Cuando sepas hablar <strong>en</strong> castellano<br />
—le replicó el hortera—<br />
sabrás que lo que ti<strong>en</strong>es <strong>en</strong> la mano<br />
se llama la aceitera.<br />
35<br />
"II
HARTZEN BUSCH<br />
—En toda tierra que garbanzos cría<br />
—contestó el provincial <strong>en</strong>ardecido—<br />
alcuza siempre ha sido,<br />
y alcuza la nombramos <strong>en</strong> el día.<br />
—En tierra —dijo el otro— de garbanzos,<br />
corre por aceitera solam<strong>en</strong>te,<br />
y qui<strong>en</strong> le ponga nombre difer<strong>en</strong>te<br />
ha nacido <strong>en</strong>tre malvas y mastranzos.<br />
El patán <strong>en</strong> sus trece se mantuvo;<br />
le rechazaba el horterilla listo:<br />
se incomodaron, y hubo,<br />
por consigui<strong>en</strong>te, la de Dios es Cristo.<br />
A las voces y apodos<br />
cachetina siguió, larga y furiosa:<br />
todo por una cosa<br />
que se puede llamar dé <strong>en</strong>trambos modos.<br />
Pueril extravagancia<br />
es, pero comunísima <strong>en</strong> el hombre,<br />
no poner <strong>en</strong> disputa la sustancia<br />
y reñir por el nombre.<br />
36
HARTZEN BU SCH<br />
E L J U M E N T O M U R M U R A D O R<br />
—Señor, es fuerza que la sangre corra<br />
—dijo al león, solícita, la zorra—;<br />
sin cesar, el estúpido jum<strong>en</strong>to<br />
de ti murmura con furor viol<strong>en</strong>to.<br />
—¡ Bah! —respondió la g<strong>en</strong>erosa fiera—,<br />
déjale que rebuzne cuanto quiera.<br />
Pecho se necesita bi<strong>en</strong> mezquino<br />
para s<strong>en</strong>tir injurias de pollino.<br />
37
HART ZBN BUSCH<br />
EL AVARO Y EL JORNALERO 1<br />
Todo su caudal guardaba<br />
cierto avari<strong>en</strong>to cuitado<br />
<strong>en</strong> onzas de oro, metidas<br />
<strong>en</strong> un puchero de barro.<br />
Por t<strong>en</strong>erlo más seguro,<br />
fué con su puchero al campo;<br />
al pie de un árbol cavó,<br />
y lo <strong>en</strong>terró con recato.<br />
Amaneció al otro día<br />
hambri<strong>en</strong>to y desesperado<br />
un jornalero, sin pan<br />
ni esperanza de ganarlo.<br />
Sacudió las faltriqueras,<br />
y hallando <strong>en</strong> una dos cuartos,<br />
sale, se compra una soga,<br />
y <strong>en</strong> seguida, como un rayo,<br />
se va al campo a que le quite<br />
los pesares el esparto.<br />
Trataba de ahorcarse, <strong>en</strong> fin,<br />
y escogió para ello el árbol<br />
que era del tesoro <strong>en</strong> onzas,<br />
inmóvil depositario.<br />
Al afianzar de una rama<br />
bi<strong>en</strong> la soga el pobre diablo,<br />
se le hundió <strong>en</strong> el hoyo un pie<br />
i Arreglo de un cu<strong>en</strong>to de don Agustín Moreto.<br />
38
h a r t z e n b u s c h<br />
y halló el puchero <strong>en</strong>terrado.<br />
Cogióle, besóle y fuese<br />
corri<strong>en</strong>do, y a corto rato,<br />
sus preciosas amarillas<br />
vino a visitar el amo.<br />
La tierra <strong>en</strong>contró movida<br />
y el hoyo desocupado;<br />
pero de puchero y onzas •<br />
no vio ni sombra ni rastro.<br />
Reparó <strong>en</strong> la soga <strong>en</strong>tonces,<br />
y haci<strong>en</strong>do a la punta un lazo,<br />
se ahorcó para no vivir<br />
sin su tesoro adorado.<br />
Así el puchero y la soga<br />
mal o bi<strong>en</strong> se aprovecharon:<br />
él <strong>en</strong> un hambri<strong>en</strong>to, y ella<br />
<strong>en</strong> el cuello de un avaro.<br />
L A S I N D I R E C T A S D E L P A D R E C O B O S<br />
Célebres <strong>en</strong>tre agudos y <strong>en</strong>tre bobos<br />
las indirectas son del padre Cobos;<br />
mas como habrá sin duda qui<strong>en</strong> aprecie<br />
que le declare alguno lo que fueron<br />
las tales indirectas <strong>en</strong> su especie,<br />
trasladóle el informe que me dieron.<br />
Parece, pues, que había<br />
<strong>en</strong> cierta población de Andalucía<br />
un conv<strong>en</strong>to ejemplar, con un prelado,<br />
39
o a * a = =—é+o<br />
HARTZENBUSCH<br />
siervo de Dios perfecto y acabado,<br />
que de ci<strong>en</strong>cia y paci<strong>en</strong>cia era un port<strong>en</strong>to;<br />
por lo cual, uno a uno,<br />
dio <strong>en</strong> irle a visitar a su conv<strong>en</strong>to,<br />
sin qué ni para qué, tanto importuno,<br />
que siempre andaba el pobre atropellado<br />
para cumplir las reglas de su estado.<br />
Era portero de la casa un lego,<br />
catalán o gallego,<br />
Cobos apellidado,<br />
Bartolomé de nombre, alto, robusto,<br />
de resuelto g<strong>en</strong>ial y un poco adusto.<br />
Llamóle el superior, y dijo: —Mire<br />
si puede hacer, por indirecto modo,<br />
que esa g<strong>en</strong>te compr<strong>en</strong>da<br />
que de tanta visita me incomodo.<br />
—Yo haré que se retire<br />
la tal familia presto<br />
—respondió el motilón—. —Sí, ponga <strong>en</strong>mi<strong>en</strong>da,<br />
pero indirectam<strong>en</strong>te, por supuesto.<br />
—Fíe, padre, <strong>en</strong> el tino de Bartolo;<br />
para indirectas, ¡ oh!, me pinto solo.<br />
Vi<strong>en</strong>e al .sigui<strong>en</strong>te día,<br />
madrugando solícito, un molesto.<br />
Llama: Tilín, tilín... —Ave María.<br />
Bartolo, sin abrir la portería,<br />
dice al madrugador: —Hermano, trate<br />
de ir a otro manantial que no se agote:<br />
desde hoy ningún pegote<br />
40
TZENBUSCH<br />
prueba de mi prior el chocolate.<br />
Oy<strong>en</strong>do el hombre la indirecta rara,<br />
se fué, brotando bermellón su cara.<br />
Llega un necio <strong>en</strong> seguida,<br />
y Cobos dice: —Excuse la v<strong>en</strong>ida:<br />
mi<strong>en</strong>tras el cargo ejerza de portero,<br />
no <strong>en</strong>tra aquí ni gandul ni majadero.<br />
Despedido el segundo visitante,<br />
cata el número tres. —Coja el portante<br />
—prorrumpe el fiero Cobos— usiría:<br />
no está bi<strong>en</strong> <strong>en</strong>tre monjes un espía.<br />
Con una añadidura semejante,<br />
y <strong>en</strong> tono proferida nada blando,<br />
Bartolo a cada cual fué despachando;<br />
y desde <strong>en</strong>tonces al prior b<strong>en</strong>dito<br />
no perturbó <strong>en</strong> su celda ni un mosquito.<br />
Cont<strong>en</strong>to el padre, y a la par confuso,<br />
al lego preguntó: —¿De qué manera<br />
con aquella familia se compuso<br />
para que así de verme desistiera?<br />
—Fué cosa muy s<strong>en</strong>cilla,<br />
mi querido prior —Cobos repuso—•;<br />
cada quisque llevó su indirectilla,<br />
y huyó de mí la incómoda cuadrilla.<br />
—Cuénteme las discretas expresiones,<br />
cuya virtud a la razón los trajo.<br />
—Les dije la verdad: "Sois un hatajo<br />
de tunos, de chismosos y de hambrones."<br />
—¿ A eso llama indirectas, <strong>en</strong> efecto ?
HARTZBN BU SCH<br />
—Yo nunca <strong>en</strong> ellas fui más circunspecto.<br />
—Pues, hermano, m<strong>en</strong>tiras o verdades,<br />
sus indirectas son atrocidades.<br />
Dijo bi<strong>en</strong> el prior; mas como hay <strong>en</strong>tes<br />
<strong>en</strong> grado escandaloso impertin<strong>en</strong>tes,<br />
échaseles también de bu<strong>en</strong>a gana<br />
tal cual indirectilla cobosiana.<br />
L A A L A C E N A<br />
Caminando un relator<br />
del Consejo de Ultramar,<br />
hizo noche <strong>en</strong> un lugar<br />
<strong>en</strong> casa de un labrador.<br />
Acompañaba al viajero<br />
un tal Ayerbe de Ruiz,<br />
mozo de experta nariz,<br />
pero insigne majadero.<br />
C<strong>en</strong>aron <strong>en</strong> paz de Dios,<br />
trataron de madrugar<br />
y hubiéronse de acostar<br />
<strong>en</strong> una alcoba los dos.<br />
Veíanse <strong>en</strong> los costados<br />
de la estancia, fr<strong>en</strong>te a fr<strong>en</strong>te,<br />
iguales perfectam<strong>en</strong>te,<br />
cuatro postigos cerrados.<br />
El un par era un balcón,<br />
el otro correspondía<br />
42
HARTZEN BUSCH<br />
a una alac<strong>en</strong>a <strong>en</strong> que había<br />
seis quesos de Villalón.<br />
Cogió el sueño tarde y mal<br />
el relator, y durmi<strong>en</strong>do<br />
soñó s<strong>en</strong>tir el estru<strong>en</strong>do<br />
de un turbión descomunal.<br />
Cerca de la madrugada<br />
le dijo al Fulano Ayerbe:<br />
—Levántese usted y observe<br />
si huele a tierra mojada.<br />
Saltó Ayerbe de su lecho,<br />
y a ti<strong>en</strong>tas de mano y pie,<br />
por ir al balcón, se fué<br />
a la alac<strong>en</strong>a derecho.<br />
Abrió, zampó la cabeza,<br />
y aunque miró y remiró,<br />
tan negro el boquete halló<br />
como el resto de la pieza.<br />
Pero un olor <strong>en</strong> seguida<br />
percibió <strong>en</strong> aquel recinto,<br />
que le pareció distinto<br />
del de tierra humedecida.<br />
Y <strong>en</strong>tonces dijo el camueso<br />
con mucha formalidad:<br />
—No hay <strong>en</strong> el aire humedad;<br />
está oscuro y huele a queso.<br />
Así ciega y tontam<strong>en</strong>te<br />
críticas hac<strong>en</strong> famosas<br />
43
^«.g^fl .... • - r(J<br />
HART ZEN BU SCH<br />
los que no miran las cosas<br />
desde el punto conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te.<br />
Tacha de oscuro y cond<strong>en</strong>a<br />
tal concepto Santillana,<br />
y es que huye de la v<strong>en</strong>tana<br />
y se asoma a la alac<strong>en</strong>a.<br />
E L C A B A L L O D E B R O N C E<br />
Niños, que de siete a once,<br />
tarde y noche, alegrem<strong>en</strong>te<br />
jugáis <strong>en</strong> torno a la fu<strong>en</strong>te<br />
del gran caballo de bronce<br />
que hay <strong>en</strong> la plaza de Ori<strong>en</strong>te.<br />
Susp<strong>en</strong>ded vuestras carreras,<br />
pues hace calor, y oíd<br />
una historia muy de veras,<br />
y de las más lastimeras<br />
que se cu<strong>en</strong>tan por Madrid.<br />
Ese caballo... Yo empleo<br />
esta expresión, algo tonta,<br />
porque <strong>en</strong> mi conci<strong>en</strong>cia creo<br />
que decir caballo es feo,<br />
no at<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do a qui<strong>en</strong> le monta.<br />
Felipe cuarto es el tal;<br />
pero el uso g<strong>en</strong>eral,<br />
que ti<strong>en</strong>e fuerza de ley,<br />
hace que, olvidando al rey,<br />
se nombre al irracional.<br />
44
•** O<br />
H A R T Z E N u U S C tí<br />
La razón yo no la sé;<br />
a muchos la pregunté<br />
y nadie fundarlo supo;<br />
<strong>en</strong> fin, caballo diré,<br />
mas ha de <strong>en</strong>t<strong>en</strong>derse grupo.<br />
Ese caballo, años ha<br />
estaba, como quizá<br />
sabréis sin que yo lo indique,<br />
d<strong>en</strong>tro del Retiro, allá<br />
fr<strong>en</strong>te a la casa del Dique 1 .<br />
Allí da el jardín frescura<br />
con sus aguas y verdor,<br />
y el canoro ruiseñor<br />
ti<strong>en</strong>e morada segura<br />
de <strong>en</strong>emigo cazador.<br />
Allí al caballo volaban,<br />
con fácil y presto arranque,<br />
mil pájaros que llegaban<br />
a beber <strong>en</strong> el estanque,<br />
cuyas ondas le cercaban.<br />
Allí, con reserva poca,<br />
le corría todo <strong>en</strong>tero<br />
la turba intrépida y loca,<br />
y hallábale un agujero<br />
que tuvo el jaco <strong>en</strong> la boca.<br />
Y tal la disposición<br />
fué del tal, que por afuera<br />
i Así fué llamada por mucho tiempo la que estaba a orilla<br />
del estanque mayor del Retiro.<br />
45
i? T Z EN BV SCH<br />
sufría la introducción<br />
de un pajarillo cualquiera<br />
del tamaño de un gorrión.<br />
Por ad<strong>en</strong>tro era al revés:<br />
bi<strong>en</strong> que el intruso pasara<br />
cabeza y cuello; después,<br />
no hallando <strong>en</strong> qué afianzara<br />
ni las alas ni los pies,<br />
ellos no eran de provecho,<br />
y eran ellas el estorbo;<br />
y empujando con despecho<br />
le hería garganta y pecho<br />
el borde cortante y corvo.<br />
Y víctima el animal<br />
de su- imprud<strong>en</strong>cia fatal,<br />
que fuga no permitía,<br />
bregaba mi<strong>en</strong>tras podía<br />
por la cárcel de metal.<br />
Donde, triste, prisionero,<br />
pidi<strong>en</strong>do <strong>en</strong> vano merced,<br />
sobre muchos que primero<br />
tuvieron su paradero,<br />
perece de hambre y de sed.<br />
Mil avecillas, buscando<br />
sombra d<strong>en</strong>sa <strong>en</strong> el estío,<br />
mil <strong>en</strong> el invierno, cuando<br />
ya llovi<strong>en</strong>do, ya nevando,<br />
traspasábalas el frío,<br />
embocáronse <strong>en</strong> la panza<br />
46
HARTZENBU SCH<br />
del caballo, que <strong>en</strong> v<strong>en</strong>ganza<br />
debió decir para sí:<br />
—R<strong>en</strong>unciad a la esperanza,<br />
pájaros que <strong>en</strong>tráis <strong>en</strong> mí.<br />
Con el tiempo se mudó<br />
del jardín <strong>en</strong> que habitó,<br />
a la plaza donde está,<br />
y <strong>en</strong>tonces se desarmó<br />
el cuerpo que <strong>en</strong>cima va.<br />
Y los cóncavos secretos<br />
del cuadrúpedo cruel<br />
aparecieron repletos<br />
de plumas y de esqueletos<br />
de aves, tragadas por él.<br />
Mano de piedad movida<br />
cerró, como era razón,<br />
el m<strong>en</strong>udo pozo airón,<br />
que se sorbió tanta vida<br />
de paj arillo simplón.<br />
Dañosa curiosidad<br />
los condujo a muerte cruda.<br />
¡ Ay! ¡ Cuántos <strong>en</strong> nuestra edad<br />
por la brecha de la duda<br />
se abisman <strong>en</strong> la impiedad 1<br />
Abismo donde pedir<br />
favor al mortal discurso<br />
no basta para salir;<br />
él nos deja sin recurso<br />
desesperar v morir.
HARTZENBÜSCH<br />
LA R E B A N A D I T A D E P A N 1<br />
Ya s<strong>en</strong>tado a su mesita<br />
Basilio para c<strong>en</strong>ar,<br />
<strong>en</strong> su cuarto, sin llamar,<br />
éntresele una visita.<br />
Era una bella señora<br />
la que invadió el domicilio,<br />
dici<strong>en</strong>do: —Yo soy, Basilio,<br />
una sabia <strong>en</strong>cantadora.<br />
Sé que no eres haragán<br />
y es escasa tu fortuna;<br />
por tu bi<strong>en</strong>, me has de dar una<br />
rebanadita de pan.<br />
Una onza tan sólo quiero,<br />
y otra pediré mañana:<br />
préstelas de bu<strong>en</strong>a gana<br />
el honrado jornalero.<br />
—Nada me sobra, <strong>en</strong> verdad;<br />
una hija t<strong>en</strong>go y un hijo<br />
y mujer —el hombre dijo—,<br />
mas no le hace; bi<strong>en</strong>, tomad.<br />
Y con bu<strong>en</strong> talante y fe<br />
la rebanada partió<br />
Basilio; la recibió<br />
la <strong>en</strong>cantadora y se fué.<br />
i Escrita con motivo de la inauguración del nuevo edificio<br />
destinado a Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Madrid <strong>en</strong><br />
.el año de 1875.<br />
48
HARTZENBUSCH<br />
La esperaba con ahinco<br />
Basilio al sigui<strong>en</strong>te día:<br />
volvió la señora mía<br />
tresci<strong>en</strong>tos ses<strong>en</strong>ta y cinco.<br />
Y era <strong>en</strong> la pobre morada<br />
grande el júbilo y cont<strong>en</strong>to<br />
de todos, <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to<br />
de ofrecer la rebanada.<br />
Cumplido el año, tomó<br />
la mágica pedigüeña<br />
con la cara más risueña<br />
que <strong>en</strong> el año se le vio;<br />
y de un elegante escriño<br />
roscas empezó a sacar<br />
y <strong>en</strong> los brazos a <strong>en</strong>sartar<br />
a padres, a niña y niño;<br />
y di joles: —Os pres<strong>en</strong>to<br />
junto el pan que recibí<br />
de vosotros; eso sí,<br />
vi<strong>en</strong>e con algún aum<strong>en</strong>to.<br />
No es magnífico el socorro,<br />
pero él os hace merced;<br />
esta lección apr<strong>en</strong>ded<br />
de la maga del ahorro.<br />
Según deis, os volverá<br />
b<strong>en</strong>eficio, grande o chico:<br />
la receta de ser rico<br />
<strong>en</strong> vuestras manos está.<br />
49<br />
5>
HARTZENBU SCH<br />
¿ Queréis feliz situación<br />
para los días de anciano?<br />
Sed hormigas <strong>en</strong> verano,<br />
como <strong>en</strong>seña Salomón.<br />
A S U T I E M P O C A D A C O S A<br />
Una zorra iba huy<strong>en</strong>do<br />
por una loma<br />
de un mastín que llevaba<br />
casi a la cola.<br />
Por <strong>en</strong>cima volando<br />
la ve una alondra,<br />
que <strong>en</strong> el aire piaba<br />
muy sin zozobra.<br />
—Oye —dice a la que huye—<br />
mi voz sonora.<br />
—j Para música vamos!<br />
—dijo la zorra—.<br />
Divertir quiere a todos<br />
cierta persona,<br />
y por no ser a tiempo<br />
los incomoda.<br />
so
MIGUEL AGUSTÍN PRINCIPE<br />
Cuspe (Aragón), ¡Su; t 1863.<br />
E L P A P E L Y E L T R A P O<br />
A un pobre trapo que <strong>en</strong> el suelo estaba<br />
el papel desdeñaba,<br />
diciéndole: —¡Anda, sucio! No te acerques,<br />
que yo estoy limpio, rozagante y terso,<br />
y no quiero por todo el Uni<strong>verso</strong><br />
tu contacto sufrir, ni que me empuerques.<br />
—Mir<strong>en</strong> el necio —contestó el guiñapo—<br />
y cuál mi acceso <strong>en</strong> evitar se empeña I<br />
Mas ya que así me ultraja y me desdeña,<br />
dígame usted, seo Guapo:<br />
¿Cómo tan pronto <strong>en</strong> su altivez olvida<br />
que fué un harapo qui<strong>en</strong> le dio la vida,<br />
y que antes que papel ha sido trapo?<br />
Qui<strong>en</strong> de la plebe desc<strong>en</strong>der <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>da<br />
no la desdeñe, aunque sobre ella asci<strong>en</strong>da,<br />
no sea que por mucho que se eleve<br />
pueda alguno decir: —¿Veis el desprecio<br />
con que nos mira el tal ? Pues ese necio,<br />
antes de ser lo que es, ha sido plebe.<br />
51
M. PRINCIPE<br />
E L T I E M P O P E R D I D O<br />
De un jardín <strong>en</strong> el pozo<br />
solía divertirse cierto mozo<br />
horas pasando <strong>en</strong>teras y mortales<br />
<strong>en</strong> subir y bajar sus dos pozales;<br />
su objeto era ll<strong>en</strong>arlos<br />
de dicho pozo <strong>en</strong> el profundo abismo,<br />
y subirlos arriba y derramarlos,<br />
no <strong>en</strong> el jardín sino <strong>en</strong> el pozo mismo.<br />
Violo un anciano, y con su voz machucha<br />
le dijo: —¿Sabes, jov<strong>en</strong>, que no <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>do<br />
ese tu afán trem<strong>en</strong>do<br />
<strong>en</strong> fatigar la soga y la garrucha?<br />
Si al verte sacar agua <strong>en</strong> tal manera<br />
te viese al m<strong>en</strong>os arrojarla fuera,<br />
vería yo algún fin <strong>en</strong> tu trabajo;<br />
pero ¿a qué es esperar ansia tan viva<br />
<strong>en</strong> subir y subir el agua arriba<br />
para luego otra vez volverla abajo?<br />
—Yo me divierto —el mozo le contesta—<br />
con este rudo afán que a usted molesta;<br />
mas ya que usted se pone a repr<strong>en</strong>dello,<br />
¿sabrá decirme lo que pierdo <strong>en</strong> ello?<br />
El viejo le replica: —¡ Jov<strong>en</strong> loco,<br />
pierdes el tiempo! ¿ Te parece poco ?<br />
52<br />
=**í>
FRANCISCO MARTÍNEZ DE LA ROSA<br />
Granada, 1789; t 1862.<br />
EL TOPO Y EL GUSANO DE L U Z<br />
Por una estrecha h<strong>en</strong>didura<br />
sacó la cabeza un topo,<br />
con poca carne <strong>en</strong> los huesos<br />
y mucha piel <strong>en</strong> los ojos.<br />
No sabe si es noche o día;<br />
pero si<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el contorno<br />
a un gusanillo de luz,<br />
y le dice de este modo:<br />
—Ufano puedes estar,<br />
tamaño como un gorgojo,<br />
llevando <strong>en</strong> parte vedada<br />
la linterna por adorno:<br />
ya la muestras, ya la ocultas,<br />
tan altivo y orgulloso<br />
como fanal que <strong>en</strong> la torre<br />
<strong>en</strong>seña el puerto al piloto.<br />
—No tal —contestó el gusano—,<br />
que mi pequ<strong>en</strong>ez conozco ;<br />
mas a ninguno hago daño,<br />
y algún bi<strong>en</strong> procuro a otros.<br />
Doy luz, oculto <strong>en</strong> la hierba;<br />
sobre las plantas me poso,<br />
53
MARTÍNEZ DE LA ROSA<br />
y los insectos acud<strong>en</strong><br />
a guarecerse <strong>en</strong> su tronco.<br />
Ni destruyo las raíces,<br />
ni las semillas me como,<br />
ni por temor a los hombres<br />
bajo la tierra me escondo.<br />
Esto dijo el gusanillo;<br />
y lo dijo con tal tono,<br />
que el dañino animalejo<br />
quedó aún más ciego de <strong>en</strong>ojo:<br />
fué a replicar, y no pudo;<br />
sintió <strong>en</strong>c<strong>en</strong>dérsele el rostro,<br />
y, murmurando <strong>en</strong>tre di<strong>en</strong>tes,<br />
metióse d<strong>en</strong>tro de un hoyo.<br />
Así <strong>en</strong> el mundo sucede:<br />
que los más torpes y tontos,<br />
al que brilla poco o mucho<br />
le zahier<strong>en</strong> <strong>en</strong>vidiosos.<br />
E L Z A G A L Y E L N I D O<br />
—¿Dónde vas, zagal cruel;<br />
dónde vas con ese nido,<br />
ri<strong>en</strong>do tú, mi<strong>en</strong>tras pían<br />
esos tristes pajarillos?<br />
Su madre los dejó solos<br />
<strong>en</strong> este mom<strong>en</strong>to mismo<br />
para buscarles sust<strong>en</strong>to<br />
y dárselo con su pico...<br />
Mírala cuan azorada<br />
54
MARTÍNEZ DE LA ROSA<br />
echa m<strong>en</strong>os a sus hijos,<br />
salta de un árbol a otro;<br />
va, torna, vuela sin tino:<br />
al cielo favor demanda<br />
con ac<strong>en</strong>to dolorido,<br />
mi<strong>en</strong>tras ellos <strong>en</strong> tu mano<br />
bat<strong>en</strong> el ala al oírlo...<br />
Tú también tuviste madre,<br />
y la perdiste aún muy niño,<br />
y te <strong>en</strong>contraste <strong>en</strong> la tierra<br />
sin amparo y sin abrigo...<br />
Las lágrimas se le saltan<br />
al cuitado pastorcillo,<br />
y, vergonzoso y confuso,<br />
deja <strong>en</strong> el árbol el nido.
ANDRES BELLO<br />
Caracas (V<strong>en</strong>ezuela), 1781; t 1865.<br />
L.A ARDILLA, EL DOGOY EL ZORRO<br />
Madama ardilla con un dogo fiero,<br />
compadre antiguo suyo y compañero,<br />
salió al campo una tarde a solazarse.<br />
Entret<strong>en</strong>idos iban <strong>en</strong> gustosa<br />
conversación, y hubieron de alejarse<br />
tanto, que, <strong>en</strong>capotada y tempestuosa,<br />
los sorpr<strong>en</strong>dió la noche a gran distancia<br />
de su común estancia.<br />
Otra posada no se les pres<strong>en</strong>ta<br />
que <strong>en</strong> una alta <strong>en</strong>cina añosa y corpul<strong>en</strong>ta;<br />
el hueco tronco ofrece albergue y cama<br />
a nuestro dogo: la ligera ardilla<br />
se sube de tres brincos a una rama,<br />
y lo mejor que puede se acuclilla.<br />
Danse las bu<strong>en</strong>as noches, y dormidos<br />
quedaron luego. A lo que yo barrunto,<br />
eran las doce <strong>en</strong> punto,<br />
hora propicia al robo y al pillaje,<br />
56
4. BELLO<br />
cuando aportaba por aquel paraje<br />
uno de los ladrones forajidos<br />
de más r<strong>en</strong>ombre: un zorro veterano,<br />
terror de todo el campo comarcano<br />
<strong>en</strong> leguas veinte y treinta a la redonda,<br />
<strong>en</strong> torno al árbol ronda,<br />
alza el hocico hambri<strong>en</strong>to<br />
de palpitante carne; atisba, husmea,<br />
y ve a la ardilla <strong>en</strong> su elevado asi<strong>en</strong>to.<br />
Ya su imaginación la saborea<br />
y la boca se lame,<br />
y la cola m<strong>en</strong>ea;<br />
mas ¿cómo podrá ser que a tanta altura,<br />
si no le nac<strong>en</strong> alas, se <strong>en</strong>carame?<br />
Iba casi a decir "no está madura",<br />
cuando le ocurre una famosa idea.<br />
—Bella señora mía,<br />
vuesa merced perdone —le decía—<br />
si interrumpo su plácido reposo.<br />
Después de tanto afán, cuando el consuelo<br />
de hallarla me concede al fin el cielo,<br />
no puedo cont<strong>en</strong>er el delicioso<br />
júbilo que de mi alma se apodera.<br />
¿ No me conoce usted ? Su bu<strong>en</strong>a madre<br />
hermana fué de mi difunto padre.<br />
T<strong>en</strong>go el honor de ser su primo hermano.<br />
¡Ay! <strong>en</strong> su hora postrera<br />
el v<strong>en</strong>erable anciano<br />
me <strong>en</strong>com<strong>en</strong>dó que luego <strong>en</strong> busca fuera
A. BELLO<br />
de su sobrina y la mitad le diera<br />
de la hac<strong>en</strong>duela escasa<br />
que al salir de esta vida<br />
nos ha dejado. A mi paterna casa<br />
sea usted, pues, mil veces bi<strong>en</strong> v<strong>en</strong>ida,<br />
y déjeme servirla <strong>en</strong> el viaje<br />
de escudero y de paje.<br />
¿Qué es lo que duda usted? ¿Qué la deti<strong>en</strong>e<br />
que de una vez no vi<strong>en</strong>e<br />
a colmar mi v<strong>en</strong>tura, <strong>en</strong> lazo estrecho<br />
juntando el suyo a mi amoroso pecho?<br />
Ella, que por lo visto era ladina,<br />
a par que vivaracha y pizpireta,<br />
y al instante adivina<br />
la artificiosa treta,<br />
así responde al elocu<strong>en</strong>te zorro:<br />
—Fineza tanta, mi querido primo,<br />
y el liberal socorro<br />
del piadoso difunto,<br />
que <strong>en</strong> paz descanse, como debo estimo.<br />
Bajar quisiera al punto;<br />
pero, ya veis... ¡Mi sexo!... A la <strong>en</strong>trevista<br />
es m<strong>en</strong>ester que asista,<br />
si lo t<strong>en</strong>éis a bi<strong>en</strong>, un deudo caro,<br />
que de mis años tiernos fué el amparo;<br />
es persona discreta,<br />
a qui<strong>en</strong> podéis tratar sin etiqueta,<br />
y que holgará de conoceros. Vive<br />
<strong>en</strong> ese cuarto bajo;<br />
58
o**<br />
A. BELLO<br />
llamadle. Don marrajo,<br />
dándose el parabién de su fortuna,<br />
que le depara, según él concibe,<br />
dos presas <strong>en</strong> vez de una,<br />
con la mayor frescura y desahogo<br />
fué, <strong>en</strong> efecto, y llamó. Pero la suerte<br />
se vuelve azar. Despierta airado el dogo,<br />
se abalanza, le atrapa y le da muerte.<br />
Esta s<strong>en</strong>cilla historia nos advierte<br />
a un tiempo, hija querida,<br />
tres importantes cosas:<br />
de un seductor las artes alevosas,<br />
de la maldad el triste paradero,<br />
y lo que vale <strong>en</strong> lances de la vida<br />
la acertada elección de un compañero.<br />
59
FELIX MARIA DE SAMANIEGO<br />
La Guardia (Alara), 1745; t 1806.<br />
EL CAMELLO Y LA PULGA<br />
Al que ost<strong>en</strong>ta valimi<strong>en</strong>to<br />
cuando su poder es tal<br />
que ni influye <strong>en</strong> bi<strong>en</strong> ni <strong>en</strong> mal,<br />
le quiero contar un cu<strong>en</strong>to.<br />
En una larga jornada<br />
un camello muy cargado<br />
exclamó ya fatigado:<br />
—¡ Oh qué carga tan pesada !<br />
Doña pulga, que montada<br />
iba sobre él, al instante<br />
se apea y dice arrogante:<br />
—Del peso te libro yo.<br />
El camello respondió:<br />
—Gracias, señor elefante.<br />
60
I' 1<br />
'"tgfc"' "tí-<br />
SAMANIEGO<br />
L A A L F O R J A<br />
En una alforja al hombro<br />
llevo los vicios;<br />
los aj<strong>en</strong>os, delante;<br />
detrás, los míos.<br />
Esto hac<strong>en</strong> todos:<br />
así v<strong>en</strong> los aj<strong>en</strong>os,<br />
mas no los propios.<br />
61
E L C U E R V O Y E L Z O R R O<br />
En la rama de un árbol,<br />
bi<strong>en</strong> ufano y cont<strong>en</strong>to,<br />
con un queso <strong>en</strong> el pico<br />
estaba el señor cuervo.<br />
Del olor atraído,<br />
un zorro muy maestro<br />
le dijo estas palabras,<br />
a poco más o m<strong>en</strong>os:<br />
—T<strong>en</strong>ga usted bu<strong>en</strong>os días,<br />
señor cuervo, mi dueño;<br />
vaya que estáis donoso,<br />
mono, lindo <strong>en</strong> extremo;<br />
yo no gasto lisonjas<br />
y digo lo que si<strong>en</strong>to;<br />
que si a tu bella traza<br />
corresponde el gorjeo,<br />
juro a la diosa Ceres,<br />
si<strong>en</strong>do testigo el cielo,<br />
que tú serás el Fénix<br />
de sus vastos imperios.<br />
Al oír un discurso<br />
tan dulce y halagüeño,<br />
de vanidad llevado,<br />
62
SAMAN JEGO<br />
quiso cantar el cuervo.<br />
Abrió su negro pico,<br />
dejó caer el queso,<br />
y el muy astuto zorro,<br />
después de haberle preso,<br />
le dijo: —Señor bobo,<br />
pues sin otro alim<strong>en</strong>to<br />
quedáis con alabanzas<br />
tan hinchado y repleto,<br />
digerid las lisonjas<br />
mi<strong>en</strong>tras digiero el queso.<br />
Qui<strong>en</strong> oye aduladores<br />
nunca espere otro premio.
SAM ANIEGO<br />
E L P E R R O Y E L C O C O D R I L O<br />
Bebi<strong>en</strong>do un perro <strong>en</strong> el Nilo<br />
al mismo tiempo corría.<br />
—Bebe quieto —le decía<br />
un taimado cocodrilo—.<br />
Di jóle el perro prud<strong>en</strong>te:<br />
—Dañoso es beber y andar;<br />
pero ¿es sano el aguardar<br />
a que me claves el di<strong>en</strong>te ?<br />
¡ Oh qué docto perro viejo!<br />
Yo v<strong>en</strong>ero su s<strong>en</strong>tir<br />
<strong>en</strong> esto de no seguir<br />
del <strong>en</strong>emigo el consejo.<br />
64
SAMANIEGO<br />
L A S DOS R A N A S<br />
T<strong>en</strong>ían dos ranas<br />
sus pastos vecinos:<br />
una <strong>en</strong> un estanque,<br />
otra <strong>en</strong> un camino.<br />
Cierto día a ésta<br />
aquélla le dijo:<br />
-—¿ Es creíble, amiga,<br />
de tu mucho juicio,<br />
que vivas cont<strong>en</strong>ta<br />
<strong>en</strong>tre los peligros,<br />
donde te am<strong>en</strong>azan<br />
al paso preciso<br />
los pies y las ruedas,<br />
riesgos infinitos?<br />
Deja tal vivi<strong>en</strong>da,<br />
muda de destino,<br />
sigue mi dictam<strong>en</strong><br />
y v<strong>en</strong>te conmigo.<br />
En tono de mofa,<br />
haci<strong>en</strong>do mil mimos,<br />
respondió a su amiga:<br />
—¡ Excel<strong>en</strong>te aviso!<br />
¡ A mí novedades !<br />
Vaya, ¡ que delirio !<br />
Eso sí que fuera<br />
darme el diablo ruido.<br />
¿Yo dejar la casa
SAMA N IB G O<br />
que fué domicilio<br />
de padres, abuelos<br />
y todos los míos,<br />
sin que haya memoria<br />
de haber sucedido<br />
la m<strong>en</strong>or desgracia<br />
desde lu<strong>en</strong>gos siglos ?<br />
—Allá te compongas;<br />
mas t<strong>en</strong> <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido<br />
que tal vez sucede<br />
lo que no se ha visto.<br />
Llegó una carreta<br />
a este tiempo mismo,<br />
y a la triste rana<br />
tortilla la hizo.<br />
Por hombres de seso<br />
muchos hay t<strong>en</strong>idos<br />
que a nuevas razones<br />
cierran los oídos.<br />
Recibir consejos<br />
es un desvarío:<br />
la rancia costumbre<br />
suele ser su libro.<br />
66
SAMANIEGO<br />
E L R A P O S O , L A M U J E R Y E L G A L L O<br />
Con las orejas gachas<br />
y la cola <strong>en</strong>tre piernas<br />
se llevaba un raposo<br />
un gallo de la aldea.<br />
Muchas gracias al alba<br />
que pudo ver la fiesta,<br />
al salir de su casa,<br />
Juana la madruguera.<br />
Como una loca grita:<br />
—¡ Vecinos, que le lleva!<br />
¡ Que es el mío, vecinos!<br />
Oye el gallo las quejas,<br />
y le dice al raposo:<br />
—Dile que no nos mi<strong>en</strong>ta,<br />
que soy tuyo y muy tuyo.<br />
Volvi<strong>en</strong>do la cabeza<br />
le responde el raposo:<br />
—Oye, gran embustera,<br />
no es tuyo, sino mío;<br />
él mismo lo confiesa.<br />
Mi<strong>en</strong>tras esto decía,<br />
el gallo libre vuela,<br />
y <strong>en</strong> la copa de un árbol<br />
canta que se las pela.<br />
El raposo burlado,<br />
huyó, ¡ quién lo creyera!<br />
68
SAM ANIEGO<br />
Yo, pues, a más de cuatro,<br />
muy zorros <strong>en</strong> sus tretas,<br />
por hablar a destiempo<br />
les vi perder la presa.<br />
69
ÜAMANIEGO<br />
E L L E Ó N V E N C I D O P O R E L H O M B R E<br />
Cierto artífice pintó<br />
una lucha <strong>en</strong> que, vali<strong>en</strong>te,<br />
un hombre tan solam<strong>en</strong>te<br />
a un horrible león v<strong>en</strong>ció.<br />
Otro león, que el cuadro vio,<br />
sin preguntar por su autor,<br />
<strong>en</strong> tono despreciador<br />
dijo: —Bi<strong>en</strong> se deja ver<br />
que es pintar como querer<br />
y no fué león el pintor.<br />
70
La lechera.
S AM A NIEGO<br />
L A L E C H E R A<br />
Llevaba <strong>en</strong> la cabeza<br />
una lechera el cántaro al mercado<br />
con aquella presteza,<br />
aquel aire s<strong>en</strong>cillo, aquel agrado,<br />
que va dici<strong>en</strong>do a todo el que lo advierte:<br />
—i Yo sí que estoy cont<strong>en</strong>ta con mi suerte!<br />
Porque no apetecía<br />
más compañía que su p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to,<br />
que alegre le ofrecía<br />
inoc<strong>en</strong>tes ideas de cont<strong>en</strong>to.<br />
Marchaba sola la feliz lechera,<br />
y decía <strong>en</strong>tre sí de esta manera:<br />
—Esta leche v<strong>en</strong>dida,<br />
<strong>en</strong> limpio me dará tanto dinero;<br />
y con esta partida<br />
un canasto de huevos comprar quiero,<br />
para sacar ci<strong>en</strong> polios, que al estío<br />
me rode<strong>en</strong> cantando el pío, pío.<br />
Del importe logrado<br />
de tanto pollo, mercaré un cochino;<br />
con bellota, salvado,<br />
berza, castaña, <strong>en</strong>gordará sin tino;<br />
tanto, que puede ser que yo consiga<br />
el ver cómo le arrastra la barriga.<br />
Llevarélo al mercado;<br />
sacaré de él, sin duda, bu<strong>en</strong> dinero;.<br />
compraré de contado<br />
73
SAMANIBGO<br />
una robusta vaca y un ternero,<br />
que salte y corra toda la campaña<br />
desde el monte cercano a la cabana.<br />
Con este p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to<br />
<strong>en</strong>aj<strong>en</strong>ada, brinca de manera,<br />
que, a su salto viol<strong>en</strong>to,<br />
el cántaro cayó. ¡ Pobre lechera!<br />
i Qué compasión! ¡ Adiós, leche, dinero,<br />
huevos, pollos, lechón, vaca y ternero!<br />
¡ Oh loca fantasía!<br />
i Qué palacios fabricas <strong>en</strong> el vi<strong>en</strong>to!<br />
Modera tu alegría,<br />
no sea que, saltando de cont<strong>en</strong>to,<br />
al contemplar dichosa tu mudanza,<br />
quiebre su cantarillo la esperanza.<br />
No seas ambiciosa<br />
de mejor o más próspera fortuna,<br />
que vivirás ansiosa,<br />
sin que pueda saciarte cosa alguna.<br />
No anheles, impaci<strong>en</strong>te, el bi<strong>en</strong> futuro;<br />
mira que ni el pres<strong>en</strong>te está seguro.
Jlí^ NIEGO<br />
L O S G A T O S E S C R U P U L O S O S<br />
¡ Qué dolor! Por un descuido<br />
Mizifuf y Zapirón<br />
se comieron un capón<br />
<strong>en</strong> un asador metido.<br />
Después de haberse lamido,<br />
trataron <strong>en</strong> confer<strong>en</strong>cia<br />
si obrarían con prud<strong>en</strong>cia<br />
<strong>en</strong> comerse el asador.<br />
—¿ Lo comieron ? —No, señor:<br />
Era caso de conci<strong>en</strong>cia.<br />
E L V I E J O Y L A M U E R T E 1<br />
Entre montes, por áspero camino,<br />
tropezando con una y otra peña,<br />
iba un viejo cargado con su leña,<br />
maldici<strong>en</strong>do su mísero destino.<br />
Al fin cayó, y viéndose de suerte<br />
que ap<strong>en</strong>as levantarse ya podía,<br />
llamaba con colérica porfía<br />
una, dos y tres veces a la muerte.<br />
Armada de guadaña <strong>en</strong> esqueleto<br />
la Parca se le ofrece <strong>en</strong> aquel punto;<br />
pero el viejo, temi<strong>en</strong>do ser difunto,<br />
ll<strong>en</strong>o más de temor que de respeto,<br />
i Ver el mismo asunto <strong>en</strong> la pág. 184.<br />
75
SAMANIEGO<br />
trémulo la decía y balbuci<strong>en</strong>te:<br />
-—Yo... señora... os llamé desesperado;<br />
pero... —Acaba: ¿qué quieres, desdichado?<br />
—Que me carguéis la leña solam<strong>en</strong>te.<br />
T<strong>en</strong>ga paci<strong>en</strong>cia qui<strong>en</strong> se cree infelice,<br />
que aun <strong>en</strong> la situación más lam<strong>en</strong>table<br />
es la vida del hombre siempre amable:<br />
el viejo de la leña nos lo dice.<br />
L A M O N A<br />
Subió una mona a un nogal,<br />
y cogi<strong>en</strong>do una nuez verde,<br />
<strong>en</strong> la cascara la muerde,<br />
con que le supo muy mal.<br />
Arrojóla el animal,<br />
y se quedó sin comer.<br />
Así suele suceder<br />
a qui<strong>en</strong> su empresa abandona<br />
porque halla, como la mona,<br />
al principio que v<strong>en</strong>cer.<br />
76
SAMANIEGO<br />
L O S D O S A M I G O S Y E L O S O<br />
A dos amigos se aparece un oso:<br />
el uno, muy medroso,<br />
<strong>en</strong> las ramas de un árbol se asegura;<br />
el otro, abandonado a la v<strong>en</strong>tura,<br />
se finge muerto rep<strong>en</strong>tinam<strong>en</strong>te.<br />
El oso se le acerca l<strong>en</strong>tam<strong>en</strong>te;<br />
mas como este animal, según se cu<strong>en</strong>ta,<br />
de cadáveres nunca se alim<strong>en</strong>ta,<br />
sin of<strong>en</strong>derle le registra y toca,<br />
huélele las nances y la boca,<br />
no le si<strong>en</strong>te el ali<strong>en</strong>to<br />
ni el m<strong>en</strong>or movimi<strong>en</strong>to,<br />
y así se fué dici<strong>en</strong>do sin recelo:<br />
—Este tan muerto está como mi abuelo.<br />
Entonces el cobarde,<br />
de su grande amistad haci<strong>en</strong>do alarde,<br />
del árbol se despr<strong>en</strong>de muy ligero,<br />
corre, llega y abraza al compañero;<br />
pondera la fortuna<br />
de haberle hallado sin lesión alguna,<br />
y al fin le dice: —Sepas que he notado<br />
que el oso te decía algún recado.<br />
¿ Qué pudo ser ? —Diréte lo que ha sido :<br />
estas dos palabritas al oído:<br />
"Aparta tu amistad de la persona<br />
que si te ve <strong>en</strong> el riesgo te abandona."<br />
77
L A Z O R R A Y L A S U V A S<br />
Es voz común que a más del mediodía,<br />
<strong>en</strong> ayunas la zorra iba cazando:<br />
halla una parra; quédase mirando<br />
de la alta vid el fruto que p<strong>en</strong>día.<br />
Causábale mil ansias y congojas<br />
no alcanzar a las uvas con la garra,<br />
al mostrar a sus di<strong>en</strong>tes la alta parra<br />
negros racimos <strong>en</strong>tre verdes hojas.<br />
Miró, saltó y anduvo <strong>en</strong> probaduras;<br />
pero vio el imposible ya de fijo;<br />
<strong>en</strong>tonces fué cuando la zorra dijo:<br />
—No las quiero comer. No están maduras.<br />
/8
SAMANIEGO<br />
No por eso te muestres impaci<strong>en</strong>te,<br />
si se te frustra, Fabio, algún int<strong>en</strong>to;<br />
aplica bi<strong>en</strong> el cu<strong>en</strong>to,<br />
y di: No están maduras, frescam<strong>en</strong>te.<br />
79
E L C O N G R E S O D E L O S R A T O N E S 1<br />
Desde el gran Zapirón, el blanco y rubio,<br />
que después de las aguas del diluvio<br />
fué padre universal de todo gato,<br />
ha sido Miauragato<br />
qui<strong>en</strong> más sangri<strong>en</strong>tam<strong>en</strong>te<br />
persiguió a la infeliz ratona g<strong>en</strong>te.<br />
Lo cierto es que obligada<br />
de su persecución, la desdichada,<br />
<strong>en</strong> Ratópolis tuvo su congreso.<br />
Propuso el elocu<strong>en</strong>te Roequeso<br />
echarle un cascabel, y de esa suerte<br />
al ruido escaparían de la muerte.<br />
El proyecto aprobaron uno a uno.<br />
¿Quién lo ha de ejecutar? Eso, ninguno.<br />
—Yo soy corto de vista. —Yo, muy viejo.<br />
—Yo, gotoso—, decían. El consejo<br />
se acabó como muchos <strong>en</strong> el mundo.<br />
Propon<strong>en</strong> un proyecto sin segundo:<br />
le aprueban. Hac<strong>en</strong> otro. ¡Qué port<strong>en</strong>to!<br />
¿Pero la ejecución? Ahí está el cu<strong>en</strong>to.<br />
i Ver el mismo asunto <strong>en</strong> la pág. iSg.<br />
8o
El Congreso de los ratone».
SAMANIEGO<br />
E L C H A R L A T Á N<br />
—Si cualquiera de ustedes<br />
se da por las paredes<br />
o arroja de un tejado<br />
y queda a bu<strong>en</strong> librar descostillado,<br />
yo me reiré muy bi<strong>en</strong>, importa un pito,<br />
como t<strong>en</strong>ga mi bálsamo exquisito.<br />
Con esta relación un chacharero<br />
gana mucha opinión y más dinero,<br />
pues el vulgo, p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te de sus labios,<br />
más quiere a un charlatán que a veinte sabios.<br />
Por esta conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>cia<br />
los hay el día de hoy <strong>en</strong> toda ci<strong>en</strong>cia<br />
que ocupan, igualm<strong>en</strong>te acreditados,<br />
cátedras, academias y tablados.<br />
Prueba de esta verdad será un famoso<br />
doctor <strong>en</strong> elocu<strong>en</strong>cia, tan copioso<br />
<strong>en</strong> charlatanería,<br />
que ofreció <strong>en</strong>señaría<br />
a hablar discreto con fecundo pico,<br />
<strong>en</strong> diez años de término, a un borrico.<br />
Sábelo el rey; le llama, y al mom<strong>en</strong>to<br />
le manda dé lecciones a un jum<strong>en</strong>to;<br />
pero bi<strong>en</strong> <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido<br />
que sería, cumpli<strong>en</strong>do lo ofrecido,<br />
ricam<strong>en</strong>te premiado,<br />
mas cuando no, que moriría ahorcado.<br />
El doctor asegura nuevam<strong>en</strong>te<br />
83
SAMANIEGU<br />
sacar un orador asno elocu<strong>en</strong>te.<br />
Dícele callandito un cortesano:<br />
—Escuche, bu<strong>en</strong> hermano;<br />
su frescura me espanta;<br />
a cáñamo me huele su garganta.<br />
—No temáis, señor mío<br />
—respondió el charlatán—, pues yo me<br />
<strong>en</strong> diez años de plazo que t<strong>en</strong>emos,<br />
el rey, el asno o yo ¿no moriremos?<br />
Nadie <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra embarazo<br />
<strong>en</strong> dar un largo plazo<br />
a importantes negocios; mas no advierte<br />
que ajusta mal su cu<strong>en</strong>ta sin la muerte.<br />
L A C I G A R R A Y L A H O R M I G A<br />
Cantando la cigarra<br />
pasó el verano <strong>en</strong>tero,<br />
sin hacer provisiones<br />
allá para el invierno.<br />
Los fríos la obligaron<br />
a guardar el sil<strong>en</strong>cio<br />
y a acogerse al abrigo<br />
de su estrecho apos<strong>en</strong>to.<br />
Vióse desproveída<br />
del preciso sust<strong>en</strong>to,<br />
sin mosca, sin gusano,<br />
sin trigo, sin c<strong>en</strong>t<strong>en</strong>o.<br />
i Ver el mismo asunto <strong>en</strong> la pág. 141.<br />
84
SAMANIEGO<br />
Habitaba la hormiga<br />
allí tabique <strong>en</strong> medio,<br />
y con mil expresiones<br />
de at<strong>en</strong>ción y respeto,<br />
la dijo: —Doña hormiga,<br />
pues que <strong>en</strong> vuestros graneros<br />
sobran las provisiones<br />
para vuestro alim<strong>en</strong>to,<br />
prestad alguna cosa<br />
con que viva este invierno<br />
esta triste cigarra,<br />
que alegre <strong>en</strong> otro tiempo<br />
nunca conoció el daño,<br />
nunca supo temerlo.<br />
No dudéis <strong>en</strong> prestarme,<br />
que fielm<strong>en</strong>te prometo<br />
pagaros con ganancias,<br />
por el nombre que t<strong>en</strong>go.<br />
La codiciosa hormiga<br />
respondió con d<strong>en</strong>uedo,<br />
ocultando a la espalda<br />
las llaves del granero:<br />
—¡ Yo prestar lo que gano<br />
con un trabajo inm<strong>en</strong>so!<br />
Dime, pues, holgazana:<br />
¿ Qué has hecho <strong>en</strong> el bu<strong>en</strong> tiempo ?<br />
—Yo —dijo la cigarra—,<br />
a todo pasajero<br />
85
SAM ANIEGO<br />
cantaba alegrem<strong>en</strong>te<br />
sin cesar ni un mom<strong>en</strong>to.<br />
—¡ Hola! ¿ Con que cantabas<br />
cuando yo andaba al remo?<br />
Pues ahora que yo como,<br />
baila, pese a tu cuerpo.<br />
86
TOMAS DE IRIARTE<br />
Santa Cruz de Orotava, Canarias, 1750; t 1791<br />
LOS DOS CONEJOS<br />
Por <strong>en</strong>tre unas matas,<br />
seguido de perros<br />
(no diré corria)<br />
volaba un conejo.<br />
De su madriguera<br />
salió un compañero,<br />
y le dijo: —T<strong>en</strong>te;<br />
amigo, ¿qué es esto?<br />
—¿Qué ha de ser? —responde—<br />
sin ali<strong>en</strong>to llego...<br />
dos picaros galgos<br />
me vi<strong>en</strong><strong>en</strong> sigui<strong>en</strong>do.<br />
—Sí —replica el otro—;<br />
por allí los veo;<br />
pero no son galgos.<br />
—Pues ¿qué son? —Pod<strong>en</strong>cos.<br />
87
1R1ARTB<br />
—¿Qué? ¿Pod<strong>en</strong>cos dices?<br />
Sí; como mi abuelo.<br />
Galgos y muy galgos;<br />
bi<strong>en</strong> vistos los t<strong>en</strong>go.<br />
•—Son pod<strong>en</strong>cos: vaya,<br />
que no <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>des de eso.<br />
—Son galgos, te digo.<br />
—Digo que pod<strong>en</strong>cos.<br />
En esta disputa<br />
llegando los perros,<br />
pillan descuidados<br />
a mis dos conejos.<br />
Los que por cuestiones<br />
de poco mom<strong>en</strong>to<br />
dejan lo que importa,<br />
llév<strong>en</strong>se este ejemplo.
1R1ARTE<br />
E L G O Z Q U E Y E L M A C H O D E N O R I A '<br />
Bi<strong>en</strong> habrá visto el lector<br />
<strong>en</strong> hostería o conv<strong>en</strong>to<br />
un artificioso inv<strong>en</strong>to<br />
para andar el asador.<br />
Rueda de madera es<br />
con escalones, y un perro<br />
metido <strong>en</strong> aquel <strong>en</strong>cierro<br />
le da vueltas con los pies.<br />
Parece que cierto can<br />
que la máquina movía,<br />
empezó a decir un día:<br />
—Bi<strong>en</strong> trabajo, y ¿qué me dan?<br />
¡ Gomo sudo ! ¡ Ay, infeliz !<br />
Y al cabo, por gran exceso,<br />
me arrojarán algún hueso<br />
que sobre de esa perdiz.<br />
Con mucha incomodidad,<br />
aquí la vida se pasa;<br />
me iré, no sólo de casa,<br />
mas también de la ciudad.
IRIARTE<br />
Ap<strong>en</strong>as le dieron suelta,<br />
huy<strong>en</strong>do con disimulo,<br />
llegó al campo, <strong>en</strong> donde un mulo<br />
a una noria daba vuelta.<br />
Y no le hubo visto bi<strong>en</strong><br />
cuando dijo: —¿Quién va allá?<br />
Parece que por acá<br />
asamos carne también.<br />
—No aso carne, que agua saco,<br />
—el macho le respondió—.<br />
—Eso también lo haré yo<br />
—saltó el can—, aunque estoy flaco.<br />
Como esa rueda es mayor,<br />
algo más trabajaré.<br />
¿Tanto pesa...? Pues ¿y qué?<br />
¿No ando la de mi asador?<br />
Me habrán de dar, sobre todo,<br />
más ración, t<strong>en</strong>dré más gloria...<br />
Entonces el de la noria<br />
le interrumpió de este modo:<br />
—Que se vuelva le aconsejo<br />
a voltear su asador,<br />
que esta empresa es superior<br />
a las fuerzas de un gozquejo.<br />
¡Mir<strong>en</strong> el mulo bellaco,<br />
y qué bi<strong>en</strong> le replicó!<br />
Lo mismo he leído yo<br />
-<strong>en</strong> un tal Horacio Flaco,
IRIARTE<br />
que a un autor da por gran yerro<br />
cargar con lo que después<br />
no podrá llevar: esto es,<br />
que no ande la noria el perro.<br />
9i
L A A R D I L L A Y E L C A B A L L O<br />
Mirando estaba una ardilla<br />
a un g<strong>en</strong>eroso alazán,<br />
que dócil a espuela y ri<strong>en</strong>da<br />
se adiestraba <strong>en</strong> galopar.<br />
Viéndole hacer movimi<strong>en</strong>tos<br />
tan veloces y a compás,<br />
de aquesta suerte le dijo<br />
con muy poca cortedad:<br />
—Señor mío:<br />
de ese brío,<br />
ligereza<br />
y destreza<br />
no me espanto ;<br />
que otro tanto<br />
suelo hacer, y acaso más.<br />
92
IRIA r E<br />
Yo soy viva,<br />
soy activa,<br />
me m<strong>en</strong>eo,<br />
me paseo,<br />
yo trabajo,<br />
subo y bajo,<br />
no me estoy quieta jamás.<br />
El paso deti<strong>en</strong>e <strong>en</strong>tonces<br />
el bu<strong>en</strong> potro, y muy formal,<br />
<strong>en</strong> los términos sigui<strong>en</strong>tes<br />
respuesta a la ardilla da:<br />
—Tantas idas<br />
y v<strong>en</strong>idas,<br />
tantas vueltas<br />
93
IRIARTB<br />
y revueltas,<br />
quiero, amiga,<br />
que me diga:<br />
¿son de alguna utilidad?<br />
Yo me afano,<br />
mas no <strong>en</strong> vano.<br />
Sé mi oficio,<br />
y <strong>en</strong> servicio<br />
de mi dueño<br />
t<strong>en</strong>go empeño<br />
de lucir mi habilidad.<br />
Con que algunos escritores<br />
ardillas también serán,<br />
si <strong>en</strong> obras frivolas gastan<br />
todo el calor natural.<br />
L A C O M P R A D E L A S N O<br />
Ayer por mi calle<br />
pasaba un borrico,<br />
el más adornado<br />
que <strong>en</strong> mi vida he visto.<br />
Albarda y cabestro<br />
eran nuevecitos,<br />
con flecos de seda<br />
rojos y amarillos.<br />
Borlas y p<strong>en</strong>acho<br />
94
IRI ARTE<br />
llevaba el poñino,<br />
lazos, cascabeles<br />
y otros atavíos;<br />
y hechos a tijera,<br />
con arte prolijo,<br />
<strong>en</strong> pescuezo y anca<br />
dibujos muy lindos.<br />
Parece que el dueño,<br />
que es, según me han dicho,<br />
un chalán, gitano<br />
de los más ladinos,<br />
v<strong>en</strong>dió aquella alhaja<br />
a un hombre s<strong>en</strong>cillo;<br />
y añad<strong>en</strong> que al pobre<br />
le costó un s<strong>en</strong>tido.<br />
Volvi<strong>en</strong>do a su casa,<br />
mostró a sus vecinos<br />
la famosa compra,<br />
y uno de ellos dijo:<br />
—Veamos, compadre,<br />
si este animalito<br />
ti<strong>en</strong>e tan bu<strong>en</strong> cuerpo<br />
como bu<strong>en</strong> vestido.<br />
Empezó a quitarle<br />
todos los aliños;<br />
y bajo la albarda,<br />
al primer registro,<br />
le hallaron el lomo<br />
05
IRIARTB<br />
asaz malférido,<br />
con seis mataduras<br />
y tres lobanillos,<br />
amén de dos grietas<br />
y un tumor antiguo<br />
que bajo la cincha<br />
estaba escondido.<br />
—¡ Burro! —dijo el hombre—,<br />
más que el burro mismo<br />
soy yo, que me pago<br />
de adornos postizos!<br />
A fe que este lance<br />
no echaré <strong>en</strong> olvido;<br />
pues vi<strong>en</strong>e de molde<br />
a un amigo mío,<br />
el cual a bu<strong>en</strong> precio<br />
ha comprado un libro<br />
bi<strong>en</strong> <strong>en</strong>cuadernado<br />
que no vale un pito.<br />
E L N A T U R A L I S T A Y L A S L A G A R T I J A S<br />
Vio <strong>en</strong> una huerta<br />
dos lagartijas<br />
cierto curioso<br />
naturalista.<br />
Cógelas ambas<br />
96
IRIARTB<br />
y a toda prisa<br />
quiere hacer de ellas<br />
anatomía.<br />
Ya me ha pillado<br />
la más rolliza;<br />
miembro por miembro<br />
ya me la trincha;<br />
el microscopio<br />
luego le aplica.<br />
Patas y cola,<br />
pellejo y tripas,<br />
ojos y cuello,<br />
lomo y barriga,<br />
todo lo aparta<br />
y lo examina.<br />
Toma la pluma,<br />
de nuevo mira,<br />
escribe un poco,<br />
recapacita.<br />
Sus mamotretos<br />
después registra,<br />
vuelve a la propia<br />
carnicería.<br />
Varios curiosos<br />
de su pandilla<br />
<strong>en</strong>tran a verle.<br />
Dales noticia<br />
de lo que observa:<br />
97<br />
8
IHI ARTE<br />
unos se admiran,<br />
otros preguntan,<br />
otros cavilan.<br />
Finalizada<br />
la anatomía,<br />
cansóse el sabio<br />
de lagartija;<br />
soltó la otra,<br />
que estaba viva.<br />
Ella se vuelve<br />
a sus r<strong>en</strong>dijas,<br />
<strong>en</strong> donde, hablando<br />
con sus vecinas,<br />
todo el suceso<br />
les participa.<br />
—'No hay que dudarlo,<br />
no —les decía—;<br />
con estos ojos<br />
lo vi yo misma.<br />
Se ha estado el hombre<br />
todito un día<br />
mirando el cuerpo<br />
de nuestra amiga.<br />
¿Y hay qui<strong>en</strong> nos trate<br />
de sabandijas?<br />
¿Cómo se sufre<br />
tal injusticia,<br />
cuando t<strong>en</strong>emos<br />
98
IRIARTB<br />
cosas tan dignas<br />
de contemplarse<br />
y andar escritas?<br />
No hay que abatirse,<br />
noble cuadrilla;<br />
valemos mucho,<br />
por más que digan.<br />
¿Y querrán luego<br />
que no se <strong>en</strong>grían<br />
ciertos autores<br />
de obras inicuas?<br />
Les honra mucho<br />
qui<strong>en</strong> los critica.<br />
No seriam<strong>en</strong>te,<br />
muy por <strong>en</strong>cima<br />
deb<strong>en</strong> notarse<br />
sus tonterías;<br />
que hacer gran caso<br />
de lagartijas<br />
es dar motivo<br />
de que repitan:<br />
—Valemos mucho,<br />
por más que digan.<br />
E L OSO, L A M O N A Y E L C E R D O<br />
Un oso con que la vida<br />
ganaba un piamontés,<br />
99
IRIARTB<br />
la no muy bi<strong>en</strong> apr<strong>en</strong>dida<br />
danza <strong>en</strong>sayaba <strong>en</strong> dos pies.<br />
Queri<strong>en</strong>do hacer de persona,<br />
dijo a una mona: —¿Qué tal?<br />
Era perita la mona,<br />
y respondióle: —Muy mal.<br />
—Yo creo —replicó el oso—<br />
que me haces poco favor.<br />
Pues qué, ¿mi aire no es garboso<br />
¿ No hago el paso con primor ?<br />
Estaba el cerdo pres<strong>en</strong>te<br />
y dijo: —¡ Bravo! ¡ Bi<strong>en</strong> va! ;<br />
¡ Bailarín más excel<strong>en</strong>te<br />
no se ha visto ni verá!<br />
Echó el oso, al oír esto,<br />
sus cu<strong>en</strong>tas allá <strong>en</strong>tre sí,<br />
y con ademán modesto<br />
hubo de exclamar así:<br />
—Cuando me desaprobaba<br />
la mona, llegué a dudar;<br />
mas ya que el cerdo me alaba,<br />
muy mal debo de bailar.<br />
Guarde para su regalo<br />
esta s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cia un autor:<br />
"Si el sabio no aprueba, ¡malo!;<br />
si el necio aplaude, ¡peor!"<br />
100
I R I A R T B<br />
E L T O P O Y O T R O S A N I M A L E S<br />
Ciertos animalitos,<br />
todos de cuatro pies,<br />
a la gallina ciega<br />
jugaban una vez.<br />
Un perrillo, una zorra<br />
y un ratón,' que son tres;<br />
una ardilla, una liebre<br />
y un mono, que son seis.<br />
Este a todos v<strong>en</strong>daba<br />
los ojos, como que es<br />
el que mejor se sabe<br />
de las manos valer.<br />
Oyó un topo la bulla,<br />
y dijo: —Pues, ¡pardiez!,<br />
que voy allá, y <strong>en</strong> rueda<br />
me he de meter también.<br />
Pidió que le admities<strong>en</strong> ;<br />
y el mono, muy cortés,<br />
se lo otorgó (sin duda<br />
para hacer burla de él).<br />
El topo a cada paso<br />
daba veinte traspiés,<br />
porque ti<strong>en</strong>e los ojos<br />
cubiertos de una piel;<br />
y a la primera vuelta,<br />
101
IR IARTE<br />
como era de creer,<br />
facilísimam<strong>en</strong>te<br />
pillan a su merced.<br />
De ser gallina ciega<br />
le tocaba la vez;<br />
y ¿quién mejor podía<br />
hacer este papel?<br />
Pero él, con disimulo,<br />
por el bi<strong>en</strong> parecer,<br />
dijo al mono : —¿ Qué hacemos ?<br />
Vaya, ¿me v<strong>en</strong>da usted?<br />
Si el que es ciego y lo sabe,<br />
apar<strong>en</strong>ta que ve,<br />
qui<strong>en</strong> sabe que es idiota,<br />
¿confesará que lo es?
£1 topo y otros animales.
IRIARTE<br />
LOS DOS LOROS Y LA COTORRA<br />
De Santo Domingo trajo<br />
dos loros una señora.<br />
La isla es mitad francesa<br />
y otra mitad española;<br />
así, cada animalito<br />
hablaba distinto idioma.<br />
Pusiéronles al balcón,<br />
y aquello era Babilonia.<br />
De francés y castellano<br />
hicieron tal pepitoria,<br />
que al cabo ya no sabían<br />
hablar ni una l<strong>en</strong>gua ni otra.<br />
El francés del español<br />
tomó voces, aunque pocas;<br />
el español al francés<br />
casi se las toma todas.<br />
Manda el ama separarlos,<br />
y el francés luego reforma<br />
las palabras que apr<strong>en</strong>dió<br />
de l<strong>en</strong>gua que no es de moda.<br />
El español, al contrario,<br />
no olvida la jerigonza,<br />
y aun discurre que con ella<br />
ilustra su l<strong>en</strong>gua propia.<br />
Llegó a pedir <strong>en</strong> francés<br />
105
I R I A R T E<br />
los garbanzos de la olla;<br />
y desde el balcón de <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>te<br />
una erudita cotorra<br />
la carcajada soltó,<br />
haci<strong>en</strong>do del loro mofa.<br />
El respondió solam<strong>en</strong>te,<br />
como por tacha afr<strong>en</strong>tosa:<br />
—Vos no sois que una purista.<br />
Y ella dijo: —¡A mucha honra!—<br />
¡Vaya, que los loros son<br />
lo mismo que las personas!<br />
L A C A M P A N A Y E L E S Q U I L Ó N<br />
En cierta catedral una campana había<br />
que sólo se tocaba algún solemne día.<br />
Con el más recio son, con pausado compás,<br />
cuatro golpes o tres solía dar no más.<br />
Por esto y ser mayor de la ordinaria marca<br />
celebrada fué siempre <strong>en</strong> toda la comarca.<br />
T<strong>en</strong>ía la ciudad <strong>en</strong> su jurisdicción<br />
una aldea infeliz, de corta población,<br />
si<strong>en</strong>do su parroquial una pobre iglesita<br />
con chico campanario, a modo de una ermita,<br />
y un rajado esquilón, p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te <strong>en</strong> medio de él,<br />
era allí qui<strong>en</strong> hacía el principal papel.<br />
A fin de que imitase aqueste campanario<br />
106
**J-g3 "D'<br />
I R I A R T E<br />
al de la catedral, dispuso el vecindario<br />
que despacio y muy poco el dichoso esquilón<br />
se hubiese de tocar sólo <strong>en</strong> tal cual función;<br />
y pudo tanto aquello <strong>en</strong> la g<strong>en</strong>te aldeana,<br />
que el esquilón pasó por una gran campana.<br />
Muy verosímil es, pues que la gravedad<br />
suple <strong>en</strong> muchos así por la capacidad;<br />
dígnanse rara vez de despegar sus labios,<br />
y pi<strong>en</strong>san que con esto imitan a los sabios.<br />
E L P E D E R N A L Y E L E S L A B Ó N<br />
Al eslabón de cruel<br />
trató el pedernal un día,<br />
porque a m<strong>en</strong>udo le hería<br />
para sacar chispas de él.<br />
Riñ<strong>en</strong>do éste con aquél,<br />
al separarse los dos,<br />
—Quedaos —dijo— con Dios.<br />
¿Valéis vos algo sin mí?<br />
Y el otro responde: —Sí,<br />
lo que sin mí valéis vos.<br />
Este ejemplo material<br />
todo escritor considere<br />
que largo estudio no uniere<br />
al tal<strong>en</strong>to natural.<br />
107
1 RI A R T E<br />
Ni da lumbre el pedernal<br />
sin auxilio de eslabón,<br />
ni hay bu<strong>en</strong>a disposición<br />
que luzca faltando el arte;<br />
si obra cada cual aparte,<br />
ambos inútiles son.<br />
E L B U R R O F L A U T I S T A<br />
Esta fabulilla,<br />
salga bi<strong>en</strong> o mal,<br />
me ha ocurrido ahora<br />
por casualidad.<br />
Cerca de unos prados<br />
que hay <strong>en</strong> mi lugar,<br />
pasaba un borrico<br />
por casualidad.<br />
Una flauta <strong>en</strong> ellos<br />
halló, que un zagal<br />
se dejó olvidada<br />
por casualidad.<br />
Acercóse a olería<br />
el dicho animal,<br />
y dio un resoplido<br />
por casualidad.<br />
En la flauta el aire<br />
se hubo de colar,<br />
108
I R I A R T B<br />
y sonó la flauta<br />
por casualidad.<br />
—¡Oh •—dijo el borrico,<br />
qué bi<strong>en</strong> sé tocar!<br />
¡Y dirán que es mala<br />
la música asnal!<br />
Sin reglas del arte<br />
borriquitos hay,<br />
que una vez aciertan<br />
por casualidad.<br />
109
PEDRO DE SALAS<br />
Comi<strong>en</strong>zos del siglo xvll.<br />
E L R A T Ó N D E L C A M P O Y E L C O R T E S A N O 1<br />
A un ratón cortesano otro salvaje<br />
dio rústico hospedaje. En parca mesa<br />
su pobreza profesa; aunque arrastrados,<br />
sus más ricos bocados le franquea:<br />
desechos de la aldea, cualque orujo<br />
y mijo allí le trujo. El mejor plato<br />
fué un zatico mulato. El estadista<br />
ratón, con grave vista, al campesino<br />
dice : —¡ Triste, mezquino, miserable !<br />
¿Cómo te es tolerable aquesta vida?<br />
Si tan lauta comida hay <strong>en</strong> la aldea,<br />
a qui<strong>en</strong> tal la desea bi<strong>en</strong> le cuadre.<br />
¡ No más campo, compadre! V<strong>en</strong> conmigo<br />
y verás cuánto va de amigo a amigo.<br />
Paso a paso por una y otra cueva<br />
al palacio le lleva, y muy sin ruido<br />
le previ<strong>en</strong>e al descuido que esté alerta<br />
a todo son de puerta. Por estrados<br />
ricam<strong>en</strong>te alfombrados, cañas juegan,<br />
i Incluyo esta fábula como muestra de rima interna,<br />
una versificación que estuvo <strong>en</strong> boca a comi<strong>en</strong>zos del siglo<br />
XVII, <strong>en</strong> que se <strong>en</strong>sayaron multitud de variedades rítmicas.<br />
Ver el naisnio asunto <strong>en</strong> la pág. 203.<br />
I 10
S ALAS<br />
saltan, retozan, bregan y ya hambri<strong>en</strong>tos<br />
<strong>en</strong>tran con pasos l<strong>en</strong>tos la desp<strong>en</strong>sa,<br />
adonde, sin of<strong>en</strong>sa de <strong>en</strong>emigos,<br />
<strong>en</strong> dos quesos amigos le sepulta.<br />
De aqui por s<strong>en</strong>da oculta le <strong>en</strong>dereza<br />
a su mayor riqueza, que atesora<br />
una alac<strong>en</strong>a. Agora <strong>en</strong>tre conservas<br />
le dice : —¿ Vuestras hierbas, ermitaño,<br />
daros han todo un año tan bu<strong>en</strong> día ?<br />
Mirad la gloria mía. ¡ Este es banquete<br />
y no el vuestro, pobrete ! Al mejor plato<br />
oy<strong>en</strong> que maulla un gato, habla una puerta.<br />
—¡Ay! ¡Nuestra muerte es cierta! —el cortesana<br />
al ratón aldeano triste exclama.<br />
Turbado se derrama cada uno<br />
por su hueco oportuno. El ratoncillo<br />
agreste halló un portillo a dicha rara,<br />
y volvi<strong>en</strong>do la cara hacia el palacio.<br />
respirando despacio, dice : —¡ Oh fuego<br />
<strong>en</strong> tal desasosiego! Tus manjares<br />
más dulces, rejalgares son. ¿Tus gustos<br />
compras con tales sustos? ¿Muerte al ojo?<br />
i Xo más corte! Yo escojo <strong>en</strong> paz mis hierbas.<br />
no <strong>en</strong> guerra tus conservas, con tal costa,<br />
que tu ancha puerta angosta al temor vi<strong>en</strong>e,<br />
y tu regalo mil v<strong>en</strong><strong>en</strong>os ti<strong>en</strong>e.<br />
(Afectos divinos. Valladolid, 1638.)<br />
III
JOSÉ DE CAÑIZARES<br />
Madrid, 1676; t 1750.<br />
L O C I E R T O P O R L O D U D O S O 1<br />
¡ Ay de vosotros, si acaso<br />
dejáis torticeram<strong>en</strong>te<br />
el bi<strong>en</strong> que está asegurado<br />
por el que <strong>en</strong> duda os promet<strong>en</strong>!<br />
Contaros quiero aquel cu<strong>en</strong>to,<br />
que ya cuido que sabedes,<br />
del can que al agua llegó<br />
con la presa que hurtó alegre;<br />
y reparando al pasar<br />
que el espejo transpar<strong>en</strong>te<br />
del arroyo le ofrecía,<br />
<strong>en</strong> la fugitiva especie<br />
de la sombra, otro pedazo<br />
mayor que el que asido ti<strong>en</strong>e,<br />
Ver el mismo asunto <strong>en</strong> la pá,g. 190.<br />
112
C AÑI Z A RES<br />
<strong>en</strong>gañado y codicioso<br />
abrió, por trocar las suertes,<br />
la boca, para agarrar<br />
el otro; pero, ¡ pardieces!,<br />
que el pedazo que soltó,<br />
llevado de la corri<strong>en</strong>te,<br />
sin ambos a dos le deja;<br />
que eso y mucho más merece<br />
qui<strong>en</strong> por la sombra desprecia<br />
la realidad que posee.<br />
(La heroica Antoría García, jornada 2.")
FRANCISCO DE LA TORRE<br />
N. <strong>en</strong> Tortosa hacia 1620; t hacia 1680.<br />
AL ROMPER EL ALBA<br />
A cierto clérigo, que era<br />
madrugador impaci<strong>en</strong>te,<br />
le esperaba mucha g<strong>en</strong>te<br />
para la misa primera.<br />
Tarde el clérigo llegó,<br />
y al querer con mucha prisa<br />
salir a decir su misa,<br />
la alba de un clavo se asió;<br />
y aquí dijo, haci<strong>en</strong>do salva<br />
a la g<strong>en</strong>te <strong>en</strong> pronto alarde:<br />
•—Señores, no v<strong>en</strong>go tarde,<br />
pues v<strong>en</strong>go al romper el alba.<br />
(La confesión con el Demonio, jornada<br />
11.
AGUSTÍN MORETO<br />
Madrid, JÓJ¿; t 1669.<br />
RESPUESTA DE PERO GRULLO<br />
De frailes acompañado<br />
pasaba un <strong>en</strong>tierro un día,<br />
y uno, a qui<strong>en</strong> le parecía<br />
el <strong>en</strong>tierro autorizado,<br />
a un fraile con inquietud<br />
—-¿ Quién ha muerto ? —preguntó—,<br />
y el fraile le respondió:<br />
—El que va <strong>en</strong> el ataúd.<br />
(Industrias contra finezas, jornada 2. a , esc<strong>en</strong>a XIII.)<br />
CODICIA DE LO PROHIBIDO<br />
Yaya un ejemplo. En mi tierra<br />
había una doncellita<br />
opilada, con gran riesgo,<br />
de puro comer c<strong>en</strong>iza.<br />
Sus padres la reservaban<br />
del brasero y ¡a cocina,<br />
de suerte que cuando ella<br />
la daba alcance, embutía<br />
"5
MORETo<br />
c<strong>en</strong>iza al sabor del hurto<br />
como si fueran mellizas.<br />
Llegó del caso a la muerte;<br />
y el doctor que la asistía,<br />
para curarla, fingió<br />
que su muerte era precisa<br />
si de c<strong>en</strong>iza un brasero<br />
no comiese cada día.<br />
Ella pidió luego a gritos<br />
tan sabrosa medicina.<br />
Trajéronla un gran brasero,<br />
y al com<strong>en</strong>zar a embestilla,<br />
como ya allí le faltaba<br />
el sabor de prohibida<br />
(que a nuestro ruin apetito<br />
da sazón la culpa misma),<br />
a cada bocado della<br />
la hallaba más desabrida.<br />
Vi<strong>en</strong>do que obraba el remedio,<br />
la daba el doctor gran prisa,<br />
dici<strong>en</strong>do: —Señora, coma,<br />
que eso le importa la vida.<br />
Y ella, harta ya, <strong>en</strong>tre los dedos<br />
repasaba la c<strong>en</strong>iza,<br />
y a fuer de tomar tabaco<br />
con cada polvo escupía.<br />
Porfiábala el doctor,<br />
y ella, del todo r<strong>en</strong>dida,<br />
116
MORETO<br />
dijo: —Señor, yo no puedo;<br />
quít<strong>en</strong>la allá, muera o viva.<br />
Y desde allí le quedó<br />
tanto horror a la codicia,<br />
que de quince días antes,<br />
p<strong>en</strong>sando que ya v<strong>en</strong>ía,<br />
lloraba <strong>en</strong> Carnestol<strong>en</strong>das<br />
el miércoles de C<strong>en</strong>iza.<br />
(Yo por vos y vos por otro, jornada i.*, esc<strong>en</strong>a II.)<br />
L A F R U T A P R O H I B I D A<br />
Mira: si<strong>en</strong>do yo muchacho<br />
había <strong>en</strong> mi casa v<strong>en</strong>dimia,<br />
y por el suelo las uvas<br />
nunca me daban codicia.<br />
Pasó este tiempo, y después<br />
colgaron <strong>en</strong> la cocina<br />
las uvas para el invierno;<br />
y yo, viéndolas arriba,<br />
rabiaba por comer dellas,<br />
tanto, que trepando un día<br />
por alcanzarlas, caí<br />
y me quebré las costillas.<br />
(El desdan con el desdén, jornada i.", esc<strong>en</strong>a I.)<br />
117
P O R L A P U E N T E , Q U E E S T Á S E C O<br />
Iba camino un abad<br />
muy gordo y muy rever<strong>en</strong>do;<br />
llegando a un río, int<strong>en</strong>tó<br />
pasar el vado, y sali<strong>en</strong>do<br />
un pastor, le dijo: —Advierta<br />
que ayer se ahogó un pasajero<br />
porque erró el vado. El abad<br />
preguntó al pastor, tosi<strong>en</strong>do:<br />
—¿ Cuánto hay desde aquí a la pu<strong>en</strong>te ?<br />
—Dos leguas y media pi<strong>en</strong>so<br />
—dijo el pastor. Y el abad<br />
le respondió <strong>en</strong>tre un regüeldo:<br />
—Si el que se ahogó hubiera ido<br />
por la pu<strong>en</strong>te, aunque está lejos,<br />
118
MORBT o<br />
desde ayer acá ya hubiera<br />
pasado el río. Y el fr<strong>en</strong>o<br />
torci<strong>en</strong>do a la muía, dijo:<br />
—Por la pu<strong>en</strong>te, que está seco.<br />
(No puede ser, jornada i.*, esc<strong>en</strong>a IV.)<br />
EL DESAFÍO<br />
Desafió a otro un portugués,<br />
y le esperaba <strong>en</strong> un monte,<br />
que el subir a su horizonte<br />
cansara a un gato montes.<br />
Llegó allá el desafiado,<br />
muerto del paso prolijo,<br />
y <strong>en</strong> vi<strong>en</strong>do al contrario, dijo,<br />
molido y desal<strong>en</strong>tado:<br />
—Yo no me puedo mover;<br />
¿para qué me llamó aquí?<br />
Y él respondió: —Porque así<br />
teño m<strong>en</strong>os que facer.<br />
(El caballero, jornada 2-", esc<strong>en</strong>a I.)<br />
E L PLACER DE LA VENGAXZA<br />
Un vizcaíno insufrible<br />
por una calle iba andando,<br />
y <strong>en</strong> una reja, pasando,<br />
se dio un codazo terrible.<br />
119
MORHT O<br />
Enfurecido, aunque <strong>en</strong> vano,<br />
volvió a la reja culpada,<br />
y le dio tan gran puñada,<br />
que se destroncó la mano.<br />
Irritóse, y a dos brazos<br />
tomó, sacando la espada,<br />
y allí a pura cuchillada<br />
la hizo <strong>en</strong> la reja pedazos.<br />
Mas creyéndose v<strong>en</strong>gado<br />
partió, dici<strong>en</strong>do a su modo:<br />
—¿Manos rompes, quiebras codo?<br />
Pues toma lo que has llevado.<br />
120
CRISTÓBAL. DE MONROY<br />
Alcalá de Guadaira, 1612; t 1649.<br />
LA NATURALEZA PUEDE MAS QUE EL ARTE<br />
GAZUL. La poesía es adquirida.<br />
TRIPULINO. ES don de naturaleza.<br />
ALFONSO. El arte la perfecciona,<br />
y aun muchas veces la inv<strong>en</strong>ta.<br />
TRIPULINO. ESO no, que es difer<strong>en</strong>te<br />
arte de naturaleza.<br />
ALFONSO. ¿ Con qué lo pruebas ?<br />
TRIPULINO. Escucha:<br />
1 Ver pág. 196.<br />
aquesa disputa mesma<br />
tuvieron dos hombres; uno<br />
con industria y dilig<strong>en</strong>cia<br />
<strong>en</strong>señó un gato a t<strong>en</strong>er<br />
con las manos una vela,<br />
y cuando estaba c<strong>en</strong>ando<br />
121
MUNROY<br />
le asistía así a la mesa,<br />
y éste decía que el arte<br />
v<strong>en</strong>ce la naturaleza.<br />
Mas el de opinión contraria<br />
puso un ratón allí cerca,<br />
y el gato, así que le vio,<br />
corrió, soltando la vela,<br />
y embistió con el ratón;<br />
dando con esta advert<strong>en</strong>cia<br />
a <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der que más que el arte<br />
puede la naturaleza.<br />
(El <strong>en</strong>canto por los celos, jornada 3.")
ANTONIO DE SOLIS<br />
Alcalá, 1610; t 1686.<br />
N O E R A N A D A L O D E L<br />
Pegáronle una pedrada<br />
a un hombre por un <strong>en</strong>ojo,<br />
tan <strong>en</strong> bu<strong>en</strong> punto pegada,<br />
que le echaron fuera un ojo,<br />
como qui<strong>en</strong> no dice nada.<br />
Preguntóle al cirujano<br />
si el ojo, con el dolor,<br />
perdería; y él, ufano,<br />
le respondió: —No, señor,<br />
que yo le t<strong>en</strong>go <strong>en</strong> la mano.<br />
(El doctor Carlino,<br />
123
JUAN DE MATOS FRAGOSO<br />
Alvito (Portugal), 1614?; t 1692.<br />
E L P E R R O Y E L A S N O 1<br />
A su casa a descansar<br />
volvía un hombre de fuera,<br />
y un perrillo que t<strong>en</strong>ía,<br />
com<strong>en</strong>zándole a hacer fiestas,<br />
<strong>en</strong> los hombros le saltaba.<br />
Estaba un pollino cerca<br />
y tuvo <strong>en</strong>vidia del perro,<br />
y de la misma manera<br />
quiso halagar a su amo,<br />
y poniéndose <strong>en</strong> dos piernas<br />
le derribó una quijada.<br />
Saca tú la consecu<strong>en</strong>cia.<br />
1 Ver el mismo asunto <strong>en</strong> la pág. 188.<br />
(Lor<strong>en</strong>zo me llamo, jornada 3-")<br />
124
MATOS FRAGOSO<br />
A F E I T A R T O R A M O R D E D I O S<br />
De limosna y sin dinero<br />
la barba hacía a un pastor<br />
con la navaja peor,<br />
desazonado, un barbero.<br />
Como la navaja estaba<br />
con mil mellas que t<strong>en</strong>ía,<br />
el cabello no partía,<br />
pero el rostro desollaba.<br />
Conoció el pastor el yerro,<br />
mas vio ser fuerza que calle.<br />
En este tiempo <strong>en</strong> la calle<br />
le daban palos a un perro.<br />
—¿ Qué será aquello ? —decía<br />
el barbero a sus oídos,<br />
como con los alaridos<br />
el perro les aturdía.<br />
Respondió el pastor allí,<br />
vi<strong>en</strong>do que <strong>en</strong> saberlo escarba:<br />
—Deb<strong>en</strong> de hacerle la barba<br />
de limosna, como a mí.<br />
(Callar siempre es lo mejor, jornada 3.". y El red<strong>en</strong>tor cau<br />
tivo, jornada 2.*, <strong>en</strong> colaboración con Sebastián de Villaviciosa.)<br />
E L D U E N D E<br />
En una casa había un du<strong>en</strong>de,<br />
y hacíales muchos daños<br />
135
MATOS FRAGOSO<br />
a los que <strong>en</strong> ella vivían:<br />
ya les daba con un jarro,<br />
ya les quitaba la ropa,<br />
ya les tiraba los platos.<br />
Los pobres, para librarse,<br />
mudarse de allí trataron<br />
a otro barrio, y aquel día<br />
que ellos se estaban mudando,<br />
vini<strong>en</strong>do el dueño de casa<br />
ya por los postreros trastos,<br />
al du<strong>en</strong>de vio, que bajaba<br />
por la escalera, cargado<br />
con todos ellos, y el hombre<br />
le preguntó muy despacio:<br />
—¿Dónde vas? Y el du<strong>en</strong>de dijo:<br />
•—Allá; pues ¿ no nos mudamos ?<br />
A que él replicó: —Si es eso,<br />
y has de seguirnos los pasos,<br />
quedarnos aquí es mejor,<br />
y excusarnos el trabajo.<br />
(El Job de las mujeres, Santa Isabel, reina de Hungría, jornada<br />
2. a )<br />
LA M U L A D E L D O C T O R 1<br />
Un barbero <strong>en</strong> un cuartago<br />
visitaba a cierto <strong>en</strong>fermo<br />
i Véase el mismo asunto <strong>en</strong> las págs. 160 y 174.<br />
ic6
MATOS FRAGOSO<br />
que t<strong>en</strong>ía una apostema<br />
con unos dolores fieros.<br />
Alargábase la cura,<br />
y el paci<strong>en</strong>te echaba verbos.<br />
—Hermano, t<strong>en</strong>ed paci<strong>en</strong>cia<br />
—decía el quirurgo diestro—,<br />
que este achaque va despacio,<br />
que <strong>en</strong> el hipocondrio interno<br />
t<strong>en</strong>éis una hidropesía;<br />
alcanzadme ese tintero,<br />
porque quiero recetaros<br />
un nuevo eficaz remedio.<br />
Y al darle el pobre la pluma,<br />
el caballo, que era inquieto,<br />
as<strong>en</strong>tóle la herradura<br />
y le rev<strong>en</strong>tó el divieso,<br />
con que al punto le cesaron<br />
los dolores al <strong>en</strong>fermo,<br />
sintiéndose mejorado,<br />
y quedó a voces dici<strong>en</strong>do:<br />
—Vive Dios, que mejor cura<br />
el caballo que el maestro.<br />
(Ver y creer, jornada i
JUAN PÉREZ DE MONTALBAN<br />
Madrid, 1602; t 1638.<br />
T E S T I G O R E C U S A D O<br />
T<strong>en</strong>ía un lindo borrico<br />
para sus necesidades<br />
cierto alcalde, y como un día<br />
un su compadre llegase<br />
a pedírsele prestado,<br />
él, por librarse de darle,<br />
dijo que estaba <strong>en</strong> el monte;<br />
pero como rebuznase<br />
el borrico a esta sazón,<br />
dijo el otro: —¿Veis, compadre,<br />
cómo el borrico está <strong>en</strong> casa<br />
y que vos os <strong>en</strong>gañasteis ?<br />
A lo cual, muy <strong>en</strong>ojado,<br />
el alcalde, sin turbarse,<br />
le respondió: —No está tal,<br />
y mi<strong>en</strong>te qui<strong>en</strong> lo p<strong>en</strong>sare,<br />
128
•n" •"g3" <<br />
PÉREZ DE M O N T ALB A N<br />
que aunque el borrico lo dice<br />
con suspiros desiguales,<br />
yo digo aquí lo contrario,<br />
y es muy mal dicho que nadie<br />
más crédito quiera dar<br />
a un borrico que a un alcalde,<br />
si<strong>en</strong>do yo un hombre de bi<strong>en</strong><br />
y el burro ün pécora campi.<br />
"o-<br />
(Los hijos de la fortuna, jornada i.*)
FRANCISCO DE LEYVA<br />
Málaga; 1630; í 1676.<br />
L A P R E C I P I T A C I Ó N<br />
Un mozo, emermo tema<br />
de los ojos a su padre,<br />
y curarlo pret<strong>en</strong>día,<br />
que <strong>en</strong> efecto lo quería<br />
cunio si lucra su madre.<br />
El remedio procurando,<br />
<strong>en</strong> un libro que se halló<br />
de medicina, hojeando,<br />
un capítulo <strong>en</strong>contró<br />
de lo que andaba buscando.<br />
"Abrojos para los ojos",<br />
el primer r<strong>en</strong>glón decía,<br />
y, sin leer más sus arrojos,<br />
como estrella que Dios guía,<br />
fué al campo a buscar abrojos.<br />
130
LE YVA<br />
Dos almorzadas muy bu<strong>en</strong>as<br />
trajo, y que quiso o no quiso,<br />
al padre que ve <strong>en</strong> sus p<strong>en</strong>as,<br />
<strong>en</strong> los ojos al proviso<br />
le puso un par de doc<strong>en</strong>as.<br />
Un li<strong>en</strong>zo muy apretado<br />
<strong>en</strong>cima le puso luego,<br />
con que al padre desdichado<br />
le saltaron de contado<br />
los ojos, y quedó ciego.<br />
A leer volvió con <strong>en</strong>ojos<br />
los r<strong>en</strong>glones, y al mirarlos<br />
despacio, vieron sus ojos:<br />
"Para los ojos, abrojos<br />
son bu<strong>en</strong>os para sacarlos."<br />
(La dama presid<strong>en</strong>te, jornada i.*)<br />
E L L O C O P O R L A P E N A E S C U E R D O 1<br />
En Sevilla un loco había<br />
de tema tan desigual<br />
que una piedra de un quintal<br />
al hombro siempre traía,<br />
v al perro de cualquier casta<br />
que dormido podía ver,<br />
i El asunto de este cu<strong>en</strong>to es el mismo que incluye Cervantes<br />
<strong>en</strong> el Quijote, parte II, cap. II.
L E W A<br />
dej abásela caer,<br />
con que quedaba hecho plasta.<br />
Con un pod<strong>en</strong>co afamado<br />
de un sombrerero <strong>en</strong>contró,<br />
a cuestas la ley le echó<br />
y dejólo ajusticiado.<br />
Indignado el sombrerero,<br />
con un garrote salió<br />
y dos mil palos le dio,<br />
y tras cada golpe fiero<br />
muchas veces repetía:<br />
—¿Que era pod<strong>en</strong>co no viste,<br />
loco infame? Fuese el triste<br />
y luego, aunque un gozque vía,<br />
mastín, o perro mostr<strong>en</strong>co,<br />
al irle la piedra a echar,<br />
volviéndola a retirar,<br />
decía: —¡Guarda!, es pod<strong>en</strong>co.<br />
(No hay contra un padre razón, jornada 2. a<br />
)
ALVARO CUBILLO DE ARAGÓN<br />
N. <strong>en</strong> Granada hacia 1596; t 1661.<br />
E L B U R E O E N T R E D O S P I E N S O S<br />
Pusiéronle dos montones<br />
a un borrico de cebada,<br />
toda limpia y ahechada<br />
como unos gordos piñones.<br />
Y puesto el asno, <strong>en</strong> efecto,<br />
a igual distancia apartado,<br />
se halló tan embarazado<br />
(porque era un asno discreto),<br />
que dudando a cuál iría,<br />
apeteci<strong>en</strong>do y dudando,<br />
se quedó a los dos mirando,<br />
sin comer todo aquel día.<br />
(El amor como ha de ser, acto<br />
1.33
CUBILLO DE ARAGÓN<br />
M A L D I C I Ó N D E C O R C O V A D O<br />
Hurtáronle a un corcovado<br />
una ropilla, y como era<br />
hecha a su medida y como<br />
para una tortuga hecha,<br />
cuando echó m<strong>en</strong>os el hurto<br />
no hizo mayor dilig<strong>en</strong>cia<br />
que decir contra el ladrón:<br />
—Plegué a Dios que bi<strong>en</strong> le v<strong>en</strong>ga.<br />
(El invisible principe del baúl, acto<br />
134
SEBASTIAN DE VILLA VICIOSA<br />
Floreció a mediados del siglo xvii.<br />
E L S U E Ñ O E N G A Ñ O S O<br />
Soñaba un hombre una noche<br />
que le v<strong>en</strong>ía gran suma<br />
de doblones del gran Cairo,<br />
y <strong>en</strong> una cabalgadura<br />
soñó que iba a recibirlos,<br />
y al irlos a echar la uña,<br />
vi<strong>en</strong>do un montonazo de oro,<br />
por apear de la muía,<br />
¡ zas!, se cayó de la cama,<br />
y sobre una piedra aguda<br />
se abrió un jeme de cabeza,<br />
y vino a quedarse, <strong>en</strong> suma,<br />
sin dineros y sin sueño,<br />
descalabrado y a oscuras.<br />
(.Vuestra Señora del Pilar, jornada 1. A )<br />
135
JACINTO DE HERRERA<br />
N. <strong>en</strong> Madrid a fines del siglo xvi; t 1644.<br />
E L E M B U S T E R O<br />
Dijéronle a un caballero<br />
la murmuración que había<br />
de lo mucho que m<strong>en</strong>tía,<br />
y él dijo a un paje: —Yo quiero<br />
<strong>en</strong>m<strong>en</strong>darme; a ti te <strong>en</strong>cargo<br />
que te estés siempre conmigo,<br />
y si algunos <strong>cu<strong>en</strong>tos</strong> digo,<br />
cuando vieres que me alargo<br />
<strong>en</strong> lo que voy a decir,<br />
tírame, estando allí junto,<br />
de la capa al mismo punto,<br />
y no me dejes m<strong>en</strong>tir.<br />
Esperó el paje ocasión,<br />
y su amo <strong>en</strong> la primera<br />
de m<strong>en</strong>tir, que <strong>en</strong> fin ya era<br />
aquella su inclinación,<br />
136
. DE HERRERA<br />
dijo:— En una casa mía<br />
t<strong>en</strong>go sala de mil pasos<br />
de largo, y no son escasos.<br />
—¿ Y cuántos de ancho t<strong>en</strong>ía ?<br />
—preguntó luego un oy<strong>en</strong>te—.<br />
A que el paje le tiró<br />
de la capa y respondió:<br />
—Seis pasos tasadam<strong>en</strong>te.<br />
Replicaron los demás:<br />
—Pues ¿cómo así lo trazaste,<br />
que a sala tan larga echaste<br />
seis pasos de ancho no más?<br />
Y a los que le preguntaron<br />
respondía él al pasar:<br />
—Más le quisiera yo echar,<br />
sino que no me dejaron.<br />
(Duelo de honor y amistad, jornada 2. a<br />
)
. DE HERRERA<br />
L A Z O R R A Y E L L E Ó N 1<br />
Murmuraban del león<br />
que t<strong>en</strong>ía mal ali<strong>en</strong>to<br />
de boca, y él, descont<strong>en</strong>to<br />
de t<strong>en</strong>er esta opinión,<br />
como es rey este animal,<br />
mandó que todos le olies<strong>en</strong><br />
la boca, y luego dijes<strong>en</strong><br />
si le olía bi<strong>en</strong> o mal.<br />
El que llegaba decía:<br />
—Mal le huele a vuestra alteza.<br />
Y él, con <strong>en</strong>ojo y braveza,<br />
le mataba y le mordía.<br />
Fué la zorra y preguntada<br />
—¿Huéleme mal? —respondió:<br />
—T<strong>en</strong>go romadizo yo<br />
y no he podido oler nada.<br />
1 Compárese pág. 172.<br />
(Duelo de honor y amistad, jornada 2.")<br />
13S
LUIS DE BELMONTE BERMUDEZ<br />
N. <strong>en</strong> Sevilla, 1587; t hacia i6¿o.<br />
L O S A R Q U E Ó L O G O S<br />
Pleiteaban ciertos curas<br />
de San Miguel y Santa Ana,<br />
probando el uno y el otro<br />
la antigüedad de su casa;<br />
y el de San Miguel un día,<br />
que acaso se paseaba<br />
por el corral de su iglesia,<br />
descubrió mohosa y parda<br />
una losa y ciertas letras,<br />
que gastó tiempo <strong>en</strong> limpiarlas;<br />
dic<strong>en</strong>: Por aquí Selim...<br />
Partió como un rayo a casa<br />
del obispo, y dijo a voces:<br />
—Mi justicia está muy llana,<br />
ilustrísimo señor;<br />
esta piedra era la <strong>en</strong>trada<br />
139
BELMONTE BERMUDEZ<br />
de alguna cueva, por donde<br />
el moro Selín <strong>en</strong>traba<br />
para guardar los despojos<br />
<strong>en</strong> la pérdida de España.<br />
Quedó confuso el Obispo;<br />
pero el cura de Santa Ana,<br />
que estaba pres<strong>en</strong>te, dijo:<br />
—Vamos a ver dónde estaba<br />
esa piedra tan morisca,<br />
que tan castellano habla.<br />
Fuéronse los dos, y <strong>en</strong>trando<br />
a la misma parte, hallan<br />
rompida otra media losa,<br />
y que juntándolas ambas,<br />
dic<strong>en</strong>: Por aquí se limpian<br />
las letrinas de esta casa.<br />
(La R<strong>en</strong>egada de Valladolid, jornada i.*)<br />
140
ANTONIO MIRA DE AMESCUA<br />
Guadix, hacia 1574; t 1644.<br />
L A C I G A R R A Y L A H O R M I G A 1<br />
La hormiga de su hormiguero<br />
sacaba con alegría<br />
lo que <strong>en</strong> el verano había<br />
recogido <strong>en</strong> su granero.<br />
Llegó una cigarra y dijo:<br />
—De aqueso me puedes dar,<br />
pues no lo puedo ganar,<br />
que es el invierno prolijo.<br />
Mas la hormiga con gobierno<br />
le respondió <strong>en</strong> canto llano:<br />
—Pues cantaste <strong>en</strong> el verano,<br />
danza, hermana, <strong>en</strong> el invierno.<br />
Ver pág. 84.<br />
(Lo que le toca al valor, jornada 3.*)<br />
141
DON PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA<br />
Madrid, 1600; t 16S1,<br />
POR UN CERO<br />
De una dama era galán<br />
un vidriero, que vivía<br />
<strong>en</strong> Tremecén, y t<strong>en</strong>ía<br />
un grande amigo <strong>en</strong> Tetuán.<br />
Pidióle un día la dama<br />
que a su amigo le escribiera<br />
que una mona remitiera;<br />
y como siempre qui<strong>en</strong> ama<br />
se desvela <strong>en</strong> conseguir<br />
lo que su dama le ord<strong>en</strong>a,<br />
por escoger una bu<strong>en</strong>a<br />
tres o cuatro <strong>en</strong>vió a pedir.<br />
El tres o cuatro escribió<br />
<strong>en</strong> guarismo el majadero:<br />
y como es allí la o cero,<br />
el de Tetüán leyó:<br />
142
CALDERÓN DE LA BARCA<br />
"Amigo, para personas<br />
a qui<strong>en</strong> t<strong>en</strong>go voluntad,<br />
luego al punto me <strong>en</strong>viad<br />
tresci<strong>en</strong>tas y cuatro monas."<br />
Hallóse afligido el tal;<br />
pero mucho más se halló<br />
el vidriero cuando vio,<br />
contra su frágil caudal,<br />
d<strong>en</strong>tro de muy pocos días,<br />
apearse con estru<strong>en</strong>do<br />
tresci<strong>en</strong>tas monas, haci<strong>en</strong>do<br />
tresci<strong>en</strong>tas mil monerías.<br />
(£/ secreto a voces, jornada i.*, esc<strong>en</strong>a XIII.>
CALDERÓN DE LA BARCA<br />
C O M E D I M I E N T O Y A S T U C I A<br />
A cuatro o cinco chiquillos<br />
daba de comer su padre<br />
cada día; y como eran<br />
tantas porciones iguales,<br />
un día se olvidó de uno.<br />
El, por no pedir (que es grave<br />
desacato de los niños),<br />
estábase muerto de hambre.<br />
Un gato maullaba <strong>en</strong>tonces,<br />
y dijo el chiquillo: —¡ Zape!<br />
¿De qué me pides los huesos,<br />
si aún no me han dado la carne?<br />
(El pintor de su deshonra, jornada 3. a, esc<strong>en</strong>a XXI.)
CALDERÓN DE LA BARCA<br />
EL CONSUELO<br />
Cu<strong>en</strong>tan de un sabio que un día,<br />
tan pobre y mísero estaba,<br />
que sólo se sust<strong>en</strong>taba<br />
de unas hierbas que cogía.<br />
—¿ Habrá otro —<strong>en</strong>tre sí decía—<br />
más pobre y triste que yo?<br />
Y cuando el rostro volvió<br />
halló la respuesta, vi<strong>en</strong>do<br />
que iba otro sabio cogi<strong>en</strong>do<br />
las hojas que él arrojó.<br />
(La vida es sueño, jornada i.*)<br />
DESPRECIO DE LA GRANDEZA HUMANA<br />
Medita un poco este ejemplo:<br />
Un filósofo que estaba<br />
<strong>en</strong> un monte, o <strong>en</strong> un valle<br />
(que no importa a la maraña<br />
que esté <strong>en</strong> bajo o esté <strong>en</strong> alto),<br />
vio un soldado que pasaba;<br />
se puso a parlar con él,<br />
y al fin de pláticas largas,<br />
le dijo: —¿Posible ha sido<br />
que nunca has visto la cara<br />
de Alejandro, nuestro César,<br />
de aquel cuyas alabanzas<br />
le coronan de laureles<br />
145<br />
11
a»» ••»gICLlÜ i "•!><br />
CALDERÓN DE LA BARCA<br />
y rey del orbe le aclaman?<br />
El filósofo le dijo:<br />
—¿ No es un hombre ? ¿ Qué importancia<br />
t<strong>en</strong>drá el verle más que a ti ?<br />
O si no (para que salgas<br />
desa adulación común),<br />
del suelo una flor levanta,<br />
llévala y dile a Alejandro<br />
que digo yo que me haga<br />
sola una flor como ella.<br />
Verás luego que no pasan<br />
trofeos, aplausos, glorias,<br />
lauros, triunfos y alabanzas<br />
de lo humano, pues no puede,<br />
después de victorias tantas,<br />
hacer una flor tan fácil,<br />
que <strong>en</strong> cualquier campo se halla.<br />
(La cisma de Inglaterra, jornada 2.*, esc<strong>en</strong>a II.><br />
PASIÓN DE POETA<br />
Oye lo que sucedió<br />
a un poeta con su ama:<br />
Como dic<strong>en</strong> que se inflama<br />
de un espíritu su pecho,<br />
de cuyo ardor satisfecho<br />
es el corazón la llama,<br />
él <strong>en</strong>furecido estaba,<br />
y tanto se divertía<br />
del afecto que llevaba,<br />
M6
CALDERÓN DE LA BARCA<br />
que todo cuanto escribía<br />
a voces repres<strong>en</strong>taba.<br />
Llegó al paso de un león<br />
a aquella misma ocasión<br />
que con la comida <strong>en</strong>traba<br />
el ama, y como él estaba<br />
llevado de su pasión:<br />
—¡Guarda el león! —con voz fiera<br />
dijo—. Y el ama ligera,<br />
que ya temió sus cosquillas,<br />
con puchero y escudillas<br />
rodó toda la escalera,<br />
dici<strong>en</strong>do: —¡Ay, Virg<strong>en</strong> sagrada,<br />
librad a Mari-Guisada<br />
de sus uñas importunas!<br />
Quedando el amo <strong>en</strong> ayunas,<br />
y la rucia ama, rodada.<br />
(Lances de amor y fortuna, jornada 3. a, esc<strong>en</strong>a FV.)<br />
CULPAR AL PRÓJIMO DE LA FALTA PROPIA<br />
Sordo un hombre amaneció,<br />
y vi<strong>en</strong>do que nada oía<br />
de cuanto hablaban, decía:<br />
—¿Qué diablos os obligó<br />
a hablar hoy de aquesos modos?<br />
Volvían a hablarle bi<strong>en</strong>,<br />
y él decía: -—¡ Hay tal! ¡ Que d<strong>en</strong><br />
hoy <strong>en</strong> hablar quedo todos!,<br />
147
CALDERÓN DE LA BARCA<br />
sin persuadirse a que fuese<br />
suyo el defecto. Tú así<br />
presumes que no está <strong>en</strong> ti<br />
la culpa; y aunque te pese,<br />
es tuya, y no la conoces,<br />
pues das, sordo, <strong>en</strong> la locura<br />
de no <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der la hermosura<br />
que el mundo te dice a voces.<br />
(El pintor de su deshonra, jornada 2.*, esc<strong>en</strong>a II.)<br />
POR NO HABLAR CLARO<br />
Pues mal hace <strong>en</strong> no decirlo<br />
claro: dolores y p<strong>en</strong>as<br />
no se han de decir por frases.<br />
Dolíale a un hombre una muela;<br />
vino un barbero a sacarla,<br />
y estando la boca abierta:<br />
—¿ Cuál es la que duele? -—dijo—.<br />
Dióle <strong>en</strong> culto la respuesta,<br />
—La p<strong>en</strong>última —dici<strong>en</strong>do—.<br />
El barbero, que no era<br />
<strong>en</strong> p<strong>en</strong>últimas muy ducho,<br />
le echó la última fuera.<br />
A informarse del dolor<br />
acudió al punto la l<strong>en</strong>gua,<br />
y dijo <strong>en</strong> sangri<strong>en</strong>tas voces:<br />
—La mala, maestro, no es ésa.<br />
Disculpóse con decir:<br />
148
O " I U»»J l><br />
CALDERÓN DE LA BARCA<br />
—¿ No es la última de la hilera ?<br />
—Sí —respondió—; mas yo dije<br />
p<strong>en</strong>última, y ucé advierta<br />
que p<strong>en</strong>último es el que<br />
junto al último se asi<strong>en</strong>ta.<br />
Volvió, mejor informado,<br />
a dar al gatillo vuelta,<br />
dici<strong>en</strong>do: —En efecto, ¿es<br />
de la última la más cerca?<br />
—Sí —dijo—. —Pues vela aquí,<br />
—respondió con gran presteza,<br />
sacándole la que estaba<br />
p<strong>en</strong>última; de manera<br />
que quedó, por no hablar claro,<br />
con la mala y sin dos bu<strong>en</strong>as.<br />
(Los dos amantes del ciclo, jornada 2-*, esc<strong>en</strong>a VI.)<br />
CONTENTAR A TODOS<br />
Hay cerca de Ratisbona<br />
dos lugares de gran fama,<br />
que el uno Agere se llama,<br />
y el otro, Macarandona.<br />
Un solo cura servía,<br />
humilde siervo de Dios,<br />
a los dos, y así a los dos<br />
misa las fiestas decía.<br />
Un vecino del lugar<br />
de Macarandona fué<br />
149
CALDERÓN DE LA BARCA<br />
a Ágere, y oy<strong>en</strong>do que<br />
el cura empezó a cantar<br />
el prefacio, reparó<br />
<strong>en</strong> que a voces aquel día<br />
Gratias agere, decía,<br />
y a Macarandona no.<br />
Con lo cual muy <strong>en</strong>ojado<br />
dijo: —El cura gracias da<br />
a Ágere, como si acá<br />
no le hubiéramos pagado<br />
sus diezmos—. Cuando escucharon<br />
tan bi<strong>en</strong> s<strong>en</strong>tidas razones<br />
los nobles macarandones,<br />
los bodigos le sisaron.<br />
Viéndose desbodigar,<br />
al sacristán preguntó<br />
la causa. El se la contó,<br />
y él dio desde allí <strong>en</strong> cantar,<br />
siempre que el prefacio <strong>en</strong>tona,<br />
por que la ofr<strong>en</strong>da se aplique:<br />
Tibi semper et ubique<br />
gratias a Macarandona.<br />
(El secreto a roces, jornada 2.", esc<strong>en</strong>a XVIII<br />
LOS HUÉSPED E S O U É C. U S T O DAS...<br />
Llegando una compañía<br />
de soldados a un lugar,<br />
empezó un villano a dar<br />
150
CALDERÓN DE LA BARCA<br />
mil voces, <strong>en</strong> que decía:<br />
—Dos soldados para mí.<br />
—Lo que excusar quier<strong>en</strong> todos<br />
—dijo uno—, ¿con tales modos<br />
pides? Y él respondió: —Sí;<br />
que aunque molestias me dan<br />
cuando vi<strong>en</strong><strong>en</strong>, es muy justo<br />
admitirlos, por el gusto<br />
que me hac<strong>en</strong> cuando se van.<br />
(EL PINTAR DE SU DESHONRA, jornada esc<strong>en</strong>a III.)<br />
LA MANDA DEL SOLDADO<br />
Un soldado de hartos bríos,<br />
muñéndose, así decía:<br />
—ítem, es voluntad mía<br />
que los camaradas míos<br />
me llev<strong>en</strong> <strong>en</strong> mi ataúd,<br />
a qui<strong>en</strong> quiero se les dé<br />
treinta reales, para que<br />
los beban a mi salud.<br />
(LOS DOS AMANTES DEL CIT-LO, jornada 2. a<br />
, esc<strong>en</strong>a XVII.)<br />
i: r. c, a x
CALDERÓN DE LA BARCA<br />
su rescate; de manera<br />
que cuando el moro le vio<br />
defectuoso, le dio<br />
muy barato. Estando fuera<br />
del bajel: —Moro —decía—,<br />
no soy mudo, hablar no ignoro.<br />
A qui<strong>en</strong>, oyéndolo el moro,<br />
de esta suerte respondía:<br />
—Tú fuiste gran m<strong>en</strong>tecato<br />
<strong>en</strong> fingir aquí el callar;<br />
porque si te oyera hablar,<br />
aún te diera más barato.<br />
(Los dos amantes del cielo, jornada 2.*, esc<strong>en</strong>a XVII.)<br />
15-'
•1»* ^ <<br />
^^^*-^Ig-^^*' "f><br />
C A L D E R Ó N DE L A B A R C A<br />
A P R E N D I E R A B U E N O F I C I O<br />
De una fiesta a su lugar<br />
volvía un tamborilero,<br />
y un fraile también volvía<br />
de la fiesta a su conv<strong>en</strong>to.<br />
El tamborilero iba<br />
<strong>en</strong> un burro caballero,<br />
y el fraile a pie. Preguntóle<br />
el padre: —¿ De dónde bu<strong>en</strong>o ?<br />
—De tañer —dijo— esta flauta<br />
y este tamboril. —Por eso<br />
—le preguntó—, ¿qué le han dado?<br />
El respondió : —Poco, cierto :<br />
cincu<strong>en</strong>ta reales, comido<br />
y bebido, que no es m<strong>en</strong>os,<br />
llevado y traído; sin otros<br />
regalillos que aquí t<strong>en</strong>go.<br />
—¿ Eso es poco ? —dijo el padre—.<br />
Pues yo de predicar v<strong>en</strong>go<br />
y ni aun de comer me han dado,<br />
y como ve, a pie me vuelvo.<br />
El tamborilero <strong>en</strong>tonces<br />
dijo <strong>en</strong>ojado y soberbio:<br />
—Pues tamborilero y padre<br />
predicador ¿es lo mesmo?<br />
i53
CALDERÓN DE LA BARCA<br />
Apr<strong>en</strong>diera bu<strong>en</strong> oficio<br />
y no se quejara deso,<br />
que no somos todos unos<br />
frailes y tamborileros.<br />
(De una causa dos efectos, jornada 2.", esc<strong>en</strong>a IX.)<br />
4
CALDERÓN DE LA BARCA<br />
EL MAL PINTOR<br />
Un mal pintor compró una<br />
mala casa, y muy cont<strong>en</strong>to,<br />
un mal amigo llevó<br />
a <strong>en</strong>señarla; lo primero<br />
fué un mal apos<strong>en</strong>to y dijo:<br />
—¿Veis este mal apos<strong>en</strong>to?<br />
Pues dejádmele blanquear,<br />
y que yo le pinte luego<br />
de mi mano todo él,<br />
las paredes y los techos,<br />
y veréis qué bu<strong>en</strong>o queda.<br />
A que el amigo, risueño,<br />
dijo: —¡Bu<strong>en</strong>o quedará!,<br />
mas si le pintáis primero,<br />
y le blanqueáis después,<br />
quedará mucho más bu<strong>en</strong>o.<br />
(LOS DOS AMANTES DEL CICLO, jornada i. a , esc<strong>en</strong>a IV.)<br />
LA I. I II E R Al.m A D<br />
Pobre y miserable un día<br />
llegó a los pies de Alejandro<br />
el doctísimo Terpandro,<br />
celebrado <strong>en</strong> la poesía:<br />
y queri<strong>en</strong>do con alguna<br />
merced el César ufano<br />
155
CALDERÓN DE LA BARCA<br />
hacer paces, aunque <strong>en</strong> vano,<br />
<strong>en</strong>tre el ing<strong>en</strong>io y fortuna,<br />
le dio tan preciosos dones,<br />
que desvanecer pudieran<br />
a la ambición cuando fueran<br />
los átomos ambiciones.<br />
Susp<strong>en</strong>so el sabio quedó<br />
sin responder, temeroso<br />
a la merced, y dudoso<br />
Alejandro preguntó:<br />
—¿Cómo el bi<strong>en</strong> das al olvido<br />
y a la memoria el agravio?<br />
¿Tú cómo puedes ser sabio,<br />
si<strong>en</strong>do desagradecido ?<br />
A qui<strong>en</strong> Terpandro miró,<br />
dici<strong>en</strong>do: —Si el gusto está<br />
<strong>en</strong> la mano del que da,<br />
y del que recibe no,<br />
yo no debo agradecerte<br />
el bi<strong>en</strong> que me haces aquí.<br />
Tú has de agradecerme a mí<br />
el darte yo desta suerte<br />
ocasión <strong>en</strong> que mostró<br />
tu pecho grandeza tal,<br />
pues no fueras liberal<br />
si no fuera pobre yo.<br />
(Saber del mal y del bi<strong>en</strong>, jornada i.*, esc<strong>en</strong>a XII)<br />
156
CALDERÓN DE LA BARCA<br />
EL CIEGO<br />
Un ciego <strong>en</strong> Londres había<br />
tal, que no determinaba<br />
los bultos con qui<strong>en</strong> hablaba<br />
<strong>en</strong> el resplandor del día.<br />
Y una noche que llovía<br />
(como una de las pasadas)<br />
a cántaros y a lanzadas,<br />
por las calles caminando,<br />
se iba mi ciego alumbrando<br />
con unas pajas quemadas.<br />
Uno que le conoció,<br />
dijo: —Si no os alumbráis,<br />
¿para qué esa luz lleváis?<br />
Y el ciego le respondió:<br />
—Si no veo la luz yo,<br />
la ve el que vi<strong>en</strong>e, y así<br />
no <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra conmigo aquí;<br />
con que aquesta luz que ves,<br />
si no es para ver yo, es<br />
para que me vean a mí.<br />
(La cisma de Inglaterra, jornada i.a, esc<strong>en</strong>a VI.)<br />
REGATEO<br />
[Uno] llamó al sacristán<br />
y le dijo: —¿Cuánto quiere<br />
157
CALDERÓN DE LA BARCA<br />
vuesarced por <strong>en</strong>terrarme ?<br />
El dijo, supongo: —Veinte<br />
reales. —¿Quiere diez y seis?<br />
—dijo—. —Más costa me ti<strong>en</strong>e<br />
—le replicó el sacristán—.<br />
A que respondió el doli<strong>en</strong>te:<br />
—Pues mire si le está bi<strong>en</strong><br />
y <strong>en</strong>tiérreme <strong>en</strong> diez y siete,<br />
porque no me moriré<br />
como un cuarto más me cueste.<br />
(Dicha y desdicha del nombre, jornada 3.", esc<strong>en</strong>a V.)<br />
PARA ABLANDAR LA CAMA<br />
Con hambre y cansancio un día<br />
a una posada llegó<br />
cierto fraile, y preguntó<br />
a la huéspeda qué había<br />
de comer. —Si una gallina<br />
no mato —le dijo ella—,<br />
nada hay. —¿ Quién podrá comella<br />
—respondió con gran mohína—<br />
acabada de matar?<br />
—Tierna estará —replicó<br />
la huéspeda—, porque yo<br />
sé un secreto singular<br />
con que se ablande—. Y cogi<strong>en</strong>do<br />
la polla, que viva estaba,<br />
158
CALDERÓN DE LA BARCA<br />
vio que los pies la quemaba,<br />
con que a nuestro rever<strong>en</strong>do<br />
muy blanda le pareció;<br />
y aunque el hambre pudo hacello,<br />
atribuyéndolo a aquéllo,<br />
<strong>en</strong> la cama se acostó.<br />
Estaba la cama dura,<br />
tanto que le t<strong>en</strong>ía inquieto;<br />
y él, cay<strong>en</strong>do <strong>en</strong> el secreto,<br />
pegarla a los pies procura<br />
la luz. Dijo al ver la llama<br />
la huéspeda: —Padre, ¿ qué es<br />
eso?— Y él dijo: —Nuestra ama,<br />
por que se ablande la cama,<br />
quemo a la cama los pies.<br />
(No siempre lo peor es cierto, jornada 2A, esc<strong>en</strong>a XIII.)"
FRANCISCO DE ROJAS Y ZORRILLA<br />
Toledo, 1607; t 164S.<br />
LA M U L A DEL DOCTOR 1<br />
Apeóse un médico a hablar<br />
a otro médico estafermo<br />
a la puerta de un <strong>en</strong>fermo<br />
que él v<strong>en</strong>ía a visitar<br />
de una postema o flemón<br />
que <strong>en</strong> la garganta t<strong>en</strong>ía,<br />
y sobre cómo vivía<br />
trabaron conversación,<br />
y para hablar sin trabajo<br />
la muía al portal <strong>en</strong>vía:<br />
es a saber que vivía<br />
el <strong>en</strong>fermo <strong>en</strong> cuarto bajo.<br />
La muía, con des<strong>en</strong>fado,<br />
con gualdrapa y ornam<strong>en</strong>to,<br />
se fué <strong>en</strong>trando al apos<strong>en</strong>to<br />
adonde estaba acostado.<br />
1 Ver págs. 126 y 174.<br />
160
ROJAS Y Z O R R I L L A<br />
El <strong>en</strong>fermo, que sintió<br />
herraduras, con dolor<br />
dijo: —Aqueste es el doctor.<br />
Sacó el pulso, y no miró.<br />
La muía, que miró el brazo<br />
sin saber sus accid<strong>en</strong>tes,<br />
tomó el pulso con los di<strong>en</strong>tes<br />
con grande desembarazo.<br />
El volvió el rostro con tema<br />
y salió a echarla <strong>en</strong> camisa,<br />
pero dióle tanta risa<br />
que rev<strong>en</strong>tó la postema.<br />
El médico que la vio,<br />
para que el mozo la agarre<br />
le dijo a la muía: —¡ Arre!<br />
Y él dijo al médico: —¡Jo!<br />
Señor doctor, yo he quedado<br />
absorto del caso y mudo;<br />
la postema, que él no pudo,<br />
su muía me ha rev<strong>en</strong>tado;<br />
y si esto otra vez me pasa,<br />
aunque el caso me atribula,<br />
<strong>en</strong>víeme acá su muía<br />
y quédese usted <strong>en</strong> casa.<br />
(También la afr<strong>en</strong>ta es v<strong>en</strong><strong>en</strong>o, jornada 3. B<br />
)<br />
12
ROJAS Y Z O R R I L L A<br />
E L C O C H I N O<br />
En cierta parte del mundo,<br />
que aquí no importa la parte,<br />
había una grande hechicera<br />
que volvía <strong>en</strong> animales<br />
difer<strong>en</strong>tes a los hombres.<br />
A unos los hacía elefantes,<br />
a otros, gatos ; a otros, perros;<br />
a otros, tigres muy galanes,<br />
y a otros, torpes lechones.<br />
En fin, cuanto la nadante<br />
arca <strong>en</strong>cerró de Noé,<br />
t<strong>en</strong>ía ella <strong>en</strong> dos corrales.<br />
Llegó un hombre que sabía<br />
el contrahechizo al paraje<br />
<strong>en</strong> que estaba, y empezó<br />
con des<strong>en</strong>fado galante<br />
a ir des<strong>en</strong>cantando hombres,<br />
que a sus formas naturales<br />
volvían dando mil brincos<br />
del cont<strong>en</strong>to de librarse.<br />
Llegó a uno, a qui<strong>en</strong> la forma<br />
de cochino abominable<br />
cubría, y hacía gran fuerza<br />
con conjuros y ademanes<br />
por des<strong>en</strong>cantarle; mas<br />
porque no le des<strong>en</strong>cant<strong>en</strong><br />
162
ROJAS Y ZORRILLA<br />
lo que hacía era gruñir,<br />
andar hacía atrás y darle.<br />
El tal des<strong>en</strong>cantador<br />
se mataba por librarle;<br />
mas el maldito lechón<br />
le dijo, haci<strong>en</strong>do visajes:<br />
•—Yo gusto de ser cochino;<br />
vuesa merced no se canse.<br />
(La más hidalga hermosura, jornada i.*)<br />
163
JUAN RUIZ DE ALARCON<br />
N. <strong>en</strong> Méjico, hacia 15S1; f 1639.<br />
EL OFENSOR O F E N D I D O<br />
Oye este caso, señor:<br />
En una casa <strong>en</strong> que había<br />
conversación cierto día<br />
salieron al corredor<br />
dos solos, que una cuestión<br />
t<strong>en</strong>ían que averiguar,<br />
y <strong>en</strong> ella le vino a dar<br />
uno a otro un bofetón.<br />
Pues el que le recibió,<br />
a grandes voces y apriesa<br />
dijo al otro: —Tomaos ésa.<br />
La g<strong>en</strong>te, que d<strong>en</strong>tro oyó<br />
el golpe, y no vio la mano,<br />
atribuyó la victoria<br />
al que cantaba la gloria<br />
tan orgulloso y ufano.<br />
Y así, con esta inv<strong>en</strong>ción,<br />
vino a quedar agraviado<br />
aquel mismo que había dado<br />
al contrario el bofetón.<br />
(La prueba de las promesas, acto 3-'<br />
164
¿ni ni ttt<br />
RU1Z DE ALARCON<br />
EL COBARDE<br />
Sacó la espada un vali<strong>en</strong>te<br />
contra un gallina, y huy<strong>en</strong>do<br />
el cobarde, iba dici<strong>en</strong>do:<br />
—Hombre, que me has muerto, t<strong>en</strong>te.<br />
Acudió g<strong>en</strong>te al ruido,<br />
y uno, que llegó a buscarle<br />
la herida para curarle,<br />
vi<strong>en</strong>do que no estaba herido,<br />
dijo: —¿ Qué os pudo obligar<br />
a decir, si no os hirió,<br />
que os ha muerto ? Y respondió:<br />
—¿No me pudiera matar?<br />
(Los pechos privilegiados, acto 2.°, esc<strong>en</strong>a XII.)
RUIZ DE ALARCON<br />
EL SABIO ENTRE LOS LOCOS<br />
Un aguacero cayó<br />
<strong>en</strong> un lugar, que privó<br />
a cuantos mojó de seso.<br />
Y un sabio que por v<strong>en</strong>tura<br />
se escapó del aguacero,<br />
vi<strong>en</strong>do que al lugar <strong>en</strong>tero<br />
era común la locura,<br />
mojóse y <strong>en</strong>loqueció,<br />
dici<strong>en</strong>do: —En esto ¿ qué pierdo ?<br />
Aquí, donde nadie es cuerdo,<br />
¿para qué he de serlo yo?<br />
(El exam<strong>en</strong> de maridos, acto i.o, esc<strong>en</strong>a XV.)<br />
D E S P U É S DE YO MUERTO<br />
Dióg<strong>en</strong>es, cuando veía<br />
su fin cercano, mandó<br />
no <strong>en</strong>terrarse. Replicó<br />
un su amigo que sería<br />
pasto su cuerpo de fieras.<br />
El dijo: —Un palo t<strong>en</strong>dré<br />
con que me def<strong>en</strong>deré.<br />
—Pues dime: ¿ No consideras<br />
—su amigo le replicó—<br />
que muerto, ni s<strong>en</strong>tirás<br />
ni def<strong>en</strong>derte podrás?<br />
Y el sabio le respondió:<br />
166
RUIZ DE AL ARC ON<br />
—Luego son tus miedos vanos;<br />
que si he de estar sin s<strong>en</strong>tido,<br />
¿ qué importa más ser comido<br />
de fieras que de gusanos?<br />
(Hazañas del Marqués de Cañete, acto 2.0)<br />
QUIEN PIDE, ALCANZA<br />
Callando, ¿quién persuadió?<br />
¿ Quién v<strong>en</strong>ció sin int<strong>en</strong>tar ?<br />
¿Quién obligó sin rogar?<br />
¿Quién sin pedir alcanzó?<br />
Aun con los dioses, que <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong><br />
las humanas int<strong>en</strong>ciones,<br />
a fuerza de peticiones<br />
negocian lo que pret<strong>en</strong>d<strong>en</strong>;<br />
y al fin, para concluir,<br />
oye una comparación:<br />
Al tribunal del león<br />
llegó una oveja a pedir<br />
justicia de un carnicero<br />
lobo, que un hijo le había<br />
muerto, de dos que t<strong>en</strong>ía;<br />
y con el otro cordero<br />
que vivo quedó, postrada,<br />
por dalle más compasión,<br />
ante los pies del león,<br />
calló un rato, o bi<strong>en</strong> turbada,<br />
o bi<strong>en</strong> por <strong>en</strong>carecer<br />
desta suerte de su mal<br />
167
RUIZ DE ALARCON<br />
el extremo, que es señal<br />
de gran p<strong>en</strong>a <strong>en</strong>mudecer.<br />
Estaba hambri<strong>en</strong>to el león,<br />
y como calló la oveja,<br />
o no previno su queja,<br />
o no quiso su int<strong>en</strong>ción ,<br />
<strong>en</strong>t<strong>en</strong>der; hízose bobo,<br />
y fingi<strong>en</strong>do que p<strong>en</strong>saba<br />
que el cordero le <strong>en</strong>donaba,<br />
hizo lo mismo que el lobo.<br />
La oveja, con agonía<br />
balando, empezó al mom<strong>en</strong>to<br />
a declaralle el int<strong>en</strong>to<br />
con que allí v<strong>en</strong>ido había.<br />
Mas él dijo: —No negaras<br />
tanto la voz a los labios:<br />
si era contar tus agravios<br />
tu fin, al punto empezaras,<br />
hablando, a informarme dellos:<br />
que <strong>en</strong> esto de corazones<br />
sabemos más los leones<br />
de comellos que <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dellos.<br />
(Lo amistad castigada, acto 2.a, esc<strong>en</strong>a IV.)<br />
EL R U I N CON MANDO<br />
Juntó cortes el león,<br />
estando <strong>en</strong>fermo una vez,<br />
para elegir un juez<br />
a qui<strong>en</strong> la jurisdicción<br />
168
RU I Z DE ALARCON<br />
de sus reinos <strong>en</strong>cargase.<br />
Los animales, at<strong>en</strong>to<br />
a que es tan manso el jum<strong>en</strong>to,<br />
pidieron que él gobernase.<br />
Tomó, al fin, la posesión,<br />
y por dalle autoridad,<br />
junto con la potestad,<br />
sus uñas le dio el león.<br />
Parabién le vino a dar<br />
luego con grande alegría<br />
un rocín, que ser solia<br />
su amigo; y él, por usar<br />
del poder, dos uñaradas<br />
le dio al amigo inoc<strong>en</strong>te;<br />
y viéndose injustam<strong>en</strong>te<br />
las carnes acribilladas,<br />
dijo llorando el rocín:<br />
—No ti<strong>en</strong>es tú culpa, no,<br />
sino qui<strong>en</strong> uñas le dio<br />
a un animal tan ruin.<br />
El león, airado y fiero,<br />
le quitó con el oficio<br />
las uñas, y al ejercicio<br />
le hizo volver de arriero.<br />
Pues hombre que oficio empuñas,<br />
sabe templado ejercello,<br />
pues a tantos, por no hacello,<br />
has visto quitar las uñas.<br />
(La crueldad per el honor, acto 2.0, esc<strong>en</strong>a V.)<br />
169
RUIZ DE ALARCON<br />
LA CORNEJA CON PLUMAS AJENAS<br />
Bi<strong>en</strong> lo pudiera <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der<br />
qui<strong>en</strong> la fabulilla vieja<br />
supiera de la corneja,<br />
que ha mucho ya que por ser<br />
tan común nadie contó,<br />
y de puro no contada<br />
es de muchos ignorada,<br />
y así he de contarla yo,<br />
porque al caso se acomoda.<br />
Asistir quiso a la boda<br />
del águila, mas se halló<br />
la corneja tan sin galas,<br />
que adornó el cuerpo y las alas<br />
de varias plumas que hurtó<br />
a otras aves; de manera<br />
que ap<strong>en</strong>as llegó a las bodas,<br />
cuando conocieron todas<br />
sus plumas, y la primera<br />
el águila la embistió<br />
a cobrarlas con tal furia,<br />
que para la misma injuria<br />
ejemplo a las otras dio.<br />
—Det<strong>en</strong>te. ¿Qué rabia es ésta?<br />
—dijo la corneja—. Advierte<br />
170
RUIZ DE AL ARCO N<br />
que sólo por complacerte,<br />
y por v<strong>en</strong>ir a tu fiesta<br />
más brillante, las hurté.<br />
Y el águila respondió:<br />
—Necia, ¿por v<strong>en</strong>tura yo<br />
pudiera culpar tu fe,<br />
si<strong>en</strong>do tu fortuna escasa,<br />
cuando galas no trujeras?<br />
O con las tuyas vinieras,<br />
o estuviéraste <strong>en</strong> tu casa.<br />
(No hay mal que por bi<strong>en</strong> no v<strong>en</strong>ga, acto 2.0, esc<strong>en</strong>a VIII.)
FRAY GABRIEL TELLEZ<br />
(TIRSO DE MOLINA)<br />
Madrid, 1584; t 1648.<br />
EL LEÓN Y LA RAPOSA 1<br />
Estaba cojo una vez<br />
un león viejo —no es nuevo<br />
qui<strong>en</strong> anda mucho mancebo<br />
estar cojo a la vejez—.<br />
Como no podía cazar,<br />
y andaba solo y hambri<strong>en</strong>to,<br />
aguzó el <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to<br />
para comer sin andar;<br />
y llamando a cortes reales,<br />
mandó por edicto y ley<br />
que at<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do que era rey<br />
de todos los animales,<br />
1 Ver pág. 138.
TIRSO DE MOLINA<br />
acudies<strong>en</strong> a su cueva.<br />
Fueron todos, y as<strong>en</strong>tados,<br />
dijo: —Vasallos honrados,<br />
a mí me han dado una nueva<br />
extraña, y que me provoca<br />
a pesadumbre y pasión,<br />
y es que dic<strong>en</strong> que al león<br />
le huele muy mal la boca.<br />
No es bi<strong>en</strong> que un sujeto real,<br />
de tantos brutos señor,<br />
<strong>en</strong> vez de dar bu<strong>en</strong> olor,<br />
a todos huela tan mal.<br />
Y así, buscando el remedio,<br />
hallo que a todos os toca,<br />
que llegándoos a mi boca,<br />
veáis si al principio o medio<br />
alguna muela podrida<br />
huele mal, por que se saque,<br />
y desta suerte se aplaque<br />
afr<strong>en</strong>ta tan conocida.<br />
Metióse con esto ad<strong>en</strong>tro,<br />
y <strong>en</strong>trando de uno <strong>en</strong> uno,<br />
no vieron salir ninguno.<br />
La raposa, que es el c<strong>en</strong>tro<br />
de malicias, olió el poste;<br />
y convidándola a <strong>en</strong>trar<br />
para ver y visitar<br />
al león, respondió: —¡ Oste!
TIRSO DE MOLINA<br />
Y asomando la cabeza,<br />
dijo: —Por no ser t<strong>en</strong>ida<br />
por tosca y descomedida,<br />
no <strong>en</strong>tro a ver a vuestra alteza;<br />
que como paso trabajos,<br />
unos ajos he almorzado,<br />
y para un rey no hay <strong>en</strong>fado<br />
como el olor de los ajos.<br />
Por aquesta cerbatana<br />
vuestra alteza eche el ali<strong>en</strong>to;<br />
que si yo por ella si<strong>en</strong>to<br />
el mal olor, cosa es llana<br />
que hay muela con agujero,<br />
y el sacalla está a otra cu<strong>en</strong>ta,<br />
que yo estoy sin herrami<strong>en</strong>ta<br />
y <strong>en</strong> mi vida fui barbero.<br />
(El pret<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te al revés, acto i.o, esc<strong>en</strong>a XII.)<br />
LA M U L A DEL D O C T O R 1<br />
Tuvo un pobre una postema<br />
(dic<strong>en</strong> que oculta <strong>en</strong> un lado)<br />
y estaba desesperado<br />
de ver la ignorante flema<br />
con que el doctor le decía:<br />
—En no yéndoos a la mano<br />
i Ver págs. 126 y 160.<br />
1/4
1<br />
TIRSO DE MOLÍ N A<br />
<strong>en</strong> beber, morios, hermano,<br />
porque esa es hidropesía.<br />
Ord<strong>en</strong>óle una receta,<br />
y cuando le llegó a dar<br />
la pluma para firmar,<br />
la muía, que era algo inquieta,<br />
as<strong>en</strong>tóle la herradura<br />
(emplasto dijera yo)<br />
<strong>en</strong> el lado, y rev<strong>en</strong>tó ,<br />
la postema, ya madura;<br />
con que cesando el dolor,<br />
dijo, mirándola abierta:<br />
—En postemas, más acierta<br />
la muía que su doctor.<br />
(El amor médico, acto i.o, esc<strong>en</strong>a I.)<br />
EL ASNO Y EL C O C H I N O 1<br />
Señor Juan de Silva, escuche:<br />
Crió un villano <strong>en</strong> su casa<br />
un cochino y un jum<strong>en</strong>to.<br />
Al cochino regalaba<br />
tanto, que al jum<strong>en</strong>to mismo<br />
daba <strong>en</strong>vidia, que esta falta<br />
es muy de asnos. Llegó el día<br />
de San Martín, y escuchaba<br />
el asno grandes gruñidos.<br />
Ver pág. 198.
TIRSO DE MOLINA<br />
Asomóse a una v<strong>en</strong>tana,<br />
y vio al mísero cochino,<br />
el cuchillo a la garganta,<br />
que roncaba sin dormir.<br />
—¿ Para aquesto le <strong>en</strong>gordaban ?<br />
—dijo el asno—. Voime al monte<br />
por leña, v<strong>en</strong>ga mi albarda.<br />
(Adversa fortuna de D. Alvaro de Luna, jornada 2.a, esc<strong>en</strong>a<br />
IV.)<br />
MEJOR GOZA EL BIEN QUIEN DESDE<br />
EL MAL VINO A ÉL<br />
Yo sé de cierto señor<br />
algo regalado y tierno<br />
que, acostándose el invierno,<br />
después que el cal<strong>en</strong>tador<br />
la cama le sazonaba,<br />
se levantaba <strong>en</strong> camisa,<br />
y dando causa a la risa,<br />
desnudo se paseaba.<br />
Burlábase de él su g<strong>en</strong>te<br />
y juzgaba a desvarío<br />
que tiritase de frío<br />
y diese di<strong>en</strong>te con di<strong>en</strong>te<br />
qui<strong>en</strong> abrigarse podía;<br />
mas él, después de haber dado
" v<br />
O "o<br />
TIRSO DE MOLINA<br />
sus paseos, casi helado<br />
a la cama se volvía,<br />
dici<strong>en</strong>do: —Para estimar<br />
el calor que ahora adquiero<br />
es necesario primero<br />
el frío experim<strong>en</strong>tar.<br />
(La Fingida Arcadia, jornada i.")
LOPE DE VEGA<br />
Madrid, 1562; t i6¡¡.<br />
PERDICES ME MANDA MI PADRE QUE COMA<br />
Un cu<strong>en</strong>to <strong>en</strong> esta ocasión<br />
te diré muy semejante:<br />
T<strong>en</strong>ía un viejo estudiante,<br />
a tu traza y condición,<br />
un hidalgo <strong>en</strong> Salamanca,<br />
y escribióle que comiese<br />
lo más barato que hubiese<br />
<strong>en</strong> aquella plaza franca.<br />
Preguntaba qué valía<br />
una vaca a sus criados,<br />
y como veinte ducados<br />
el comprador respondía,<br />
178
LOPE D E VEGA<br />
replicaba : —¿ Y dos perdices ?<br />
—Cuatro reales. —Pues comer<br />
perdices y obedecer.<br />
(Sembrar <strong>en</strong> bu<strong>en</strong>a tierra, acto i.°)<br />
SI EL BURRO CAE, NADA<br />
Preguntóle un caminante<br />
a un labrador qué llevaba<br />
<strong>en</strong> una carga, y él dijo,<br />
previni<strong>en</strong>do la desgracia:<br />
—Yo, nada, si cae el jum<strong>en</strong>to<br />
(que era de vidrios la carga).<br />
(¡Si no vieran las mujeres'...., acto 2. 0 , esc<strong>en</strong>a IV.)<br />
EL MAL HACE APRECIAR EL BIEN<br />
En mi tierra, un azotado<br />
dio al verdugo ci<strong>en</strong> escudos<br />
por que se los diese mudos,<br />
que era honrado y delicado.<br />
En sali<strong>en</strong>do por la puerta<br />
asi la mano as<strong>en</strong>tó,<br />
que al primero que le dio<br />
le dejó la espalda abierta.<br />
El hombre volvió del yugo<br />
la cabeza al golpe fiero<br />
R<br />
79
LOPE £>£ VEGA<br />
y di jóle: —¿Y el dinero?<br />
Y aquí respondió el verdugo:<br />
—Todos habían de ser<br />
como éste, y así sabrá<br />
<strong>en</strong> qué obligación me está<br />
por el dinero de ayer;<br />
que si quedo se los diera,<br />
bi<strong>en</strong> sabe que no podía<br />
conocer la cortesía<br />
de los que adelante espera.<br />
(.Las cu<strong>en</strong>tas del Gran Capitán, acto 2.°)t
E L LABRADOR, SU HIJO Y EL ASNO<br />
Yo no sé cómo ha de ser,<br />
que me sucede, señor,<br />
como al otro labrador<br />
que llevó el asno a v<strong>en</strong>der.<br />
Que él y un hijo que t<strong>en</strong>ía<br />
iban a pie tras la bestia<br />
y la g<strong>en</strong>te con molestia<br />
ver libre el asno sufría.<br />
Subió el viejo, y no faltó<br />
qui<strong>en</strong> dijo: —El mozo lleváis<br />
a pie, y caballero vais.<br />
Luego el viejo se bajó<br />
y subió el mozo; mas luego<br />
hubo qui<strong>en</strong> dijo: —El anciano<br />
va a pie, y el mozo villano<br />
va caballero, ¡ oh mal fuego!<br />
El viejo <strong>en</strong>tonces subió<br />
con el mozo, y un lugar<br />
181
LOPE DE VEGA<br />
<strong>en</strong>tero empezó a gritar:<br />
—¿ Dos <strong>en</strong> un asno ? Eso, no.<br />
Vi<strong>en</strong>do tal desasosiego,<br />
los pies le ató, y <strong>en</strong> un pino<br />
llevaba al hombro el pollino<br />
de él y del hijo; mas luego<br />
se burlaron de los dos,<br />
dici<strong>en</strong>do : —¿ Desa manera<br />
lleváis, necios, qui<strong>en</strong> pudiera<br />
mejor llevaros a vos?<br />
El viejo <strong>en</strong>tonces, tomando<br />
el asno, le despeñó<br />
a un rio, y sospecho yo,<br />
que <strong>en</strong> estas vísperas ando,<br />
que vi<strong>en</strong>do el ing<strong>en</strong>io mío,<br />
que no puede cont<strong>en</strong>tar<br />
a todos, habrá de dar<br />
con todo el asno <strong>en</strong> el río.<br />
(Con su pan se lo cómo, acto 2. 0 .)<br />
E R R O R SALVADO<br />
Mandóle pintar la C<strong>en</strong>a<br />
a un pintor un bachiller,<br />
y acabada, fuéla a ver,<br />
y hallóla de g<strong>en</strong>te ll<strong>en</strong>a.<br />
Trece apóstoles contó,<br />
y dijo muy espantado:<br />
—Todo este li<strong>en</strong>zo está errado,<br />
no pi<strong>en</strong>so pagarle yo.<br />
182
LOPE DE VEGA<br />
Un apóstol aquí está<br />
de más. Y el sabio pintor<br />
dijo : —Llevadla, señor,<br />
que éste, <strong>en</strong> c<strong>en</strong>ando, se irá.<br />
(Amar sin saber a quién, acto 3.0, esc<strong>en</strong>a I.)<br />
CENSURAR ES FÁCIL<br />
Escrib<strong>en</strong> que Cicerón,<br />
oy<strong>en</strong>do al repres<strong>en</strong>tante<br />
Galo, que <strong>en</strong> Roma triunfante<br />
tuvo excel<strong>en</strong>te opinión,<br />
vio silbar y murmurar,<br />
y que com<strong>en</strong>zó a decir:<br />
—Mancebos, el escribir<br />
es ing<strong>en</strong>io, y no el silbar.<br />
Y esto al hombre se prohibe,<br />
porque <strong>en</strong> difer<strong>en</strong>cia igual,<br />
silba cualquier animal,<br />
pero sólo el hombre escribe.<br />
(Lo que ha de ser, acto esc<strong>en</strong>a VIII.)<br />
NO FIRMES CARTA QUE NO LEAS<br />
Dijo un rey a un secretario<br />
que escribiese a cierto reino<br />
le hicies<strong>en</strong> ci<strong>en</strong> alabardas.<br />
Los reyes nunca hablan recio,<br />
y por no le preguntar,<br />
183
LOPE DE VEGA<br />
escribió al reino que luego<br />
le <strong>en</strong>vias<strong>en</strong> ci<strong>en</strong> albardas.<br />
Despacháronselas presto;<br />
y estando el rey a un balcón<br />
con el secretario mesmo,<br />
vio v<strong>en</strong>ir las ci<strong>en</strong> albardas;<br />
y diciéndole: —¿ Qué es esto ?,<br />
le respondió que traían<br />
lo que él mandó; a qui<strong>en</strong> discreto<br />
replicó el rey: —Repartamos<br />
desta manera las ci<strong>en</strong>to:<br />
las cincu<strong>en</strong>ta para mí,<br />
que firmo lo que no leo,<br />
y las otras para vos,<br />
pues más ligero que cuerdo<br />
hacéis lo que no <strong>en</strong>t<strong>en</strong>déis.<br />
[Aplicar podéis el cu<strong>en</strong>to.]<br />
(La llave de la honra, acto esc<strong>en</strong>a XVT.)<br />
EL LEÑADOR Y LA M U E R T E 1<br />
Escucha el cu<strong>en</strong>to: Un caduco<br />
viejo, con años och<strong>en</strong>ta,<br />
traía leña de un monte<br />
hasta la ciudad de At<strong>en</strong>as.<br />
Como era tanto el trabajo,<br />
rogaba a la muerte fiera<br />
que le llevase, dici<strong>en</strong>do:<br />
i Ver pág. 75.<br />
184
LOPE DE VEGA<br />
—V<strong>en</strong>, Muerte! Muerte, ¿ no llegas ?<br />
Oyóle la Muerte un día,<br />
y con la armadura seca<br />
se puso al viejo delante;<br />
habló <strong>en</strong> los huesos sin l<strong>en</strong>gua:<br />
—Dime, ¿qué quieres? —le dijo—.<br />
Y el viejo, temblando <strong>en</strong> verla:<br />
—Que me ayudes a cargar<br />
este hacecillo de leña.<br />
(Qui<strong>en</strong> más no puede, acto 2.»)<br />
NORMA DE PRIVADOS<br />
Pésame, pues no es pequeño<br />
principio de aborrecer<br />
un criado el <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der<br />
que sabe más que su dueño.<br />
De cierto rey se contó<br />
que le dijo a un gran privado:<br />
—Un papel me da cuidado,<br />
y si bi<strong>en</strong> le he escrito yo,<br />
quiero ver otro de vos,<br />
y el mejor escoger quiero.<br />
Escribióle el caballero,<br />
y fué el mejor de los dos.<br />
Como vio que el rey decía<br />
que era su papel mejor,<br />
fuese, y díjole al mayor<br />
hijo, de tres que t<strong>en</strong>ía:<br />
i°5
LOPE DE VEGA<br />
•—Vamonos del reino luego,<br />
que <strong>en</strong> gran peligro estoy yo.<br />
El mozo le preguntó<br />
la causa, turbado y ciego;<br />
y respondióle: —Ha sabido<br />
el rey que yo sé más que él;<br />
[y el alto no sufre a aquel<br />
que <strong>en</strong> algo le haya excedido].<br />
(El perro del hortelano, acto esc<strong>en</strong>a XVII.)<br />
EL ASNO Y LA DIOSA<br />
MENDO. Pues ¿ a quién llevan dinero<br />
que reciba mal a qui<strong>en</strong><br />
se lo lleva?<br />
TELLO EL VIEJO. Dices bi<strong>en</strong>,<br />
y agradecértelo quiero;<br />
que <strong>en</strong> un librillo he leído<br />
que <strong>en</strong> un jum<strong>en</strong>to llevaban<br />
una diosa, que adoraban<br />
con el respeto debido<br />
los que la vían pasar,<br />
hincándose de rodillas,<br />
cuyas altas maravillas<br />
pudo el jum<strong>en</strong>to p<strong>en</strong>sar<br />
(como <strong>en</strong> fin era jum<strong>en</strong>to)<br />
que eran por él, y paróse.<br />
Viéndolo el dueño, <strong>en</strong>fadóse<br />
del soberbio p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to,<br />
186
LOPE DE VEGA<br />
y pegándole muy bi<strong>en</strong>,<br />
le dijo con voz furiosa:<br />
—No es a ti, sino a la diosa.<br />
Que es esto mismo también;<br />
y así, pidi<strong>en</strong>do primero<br />
del compararte perdón,<br />
las honras del rey no son,<br />
Tello, a ti, sino al dinero.<br />
(Los Tellos de Metieses, 1. A parte, acto 3. 01, esc<strong>en</strong>a I.)<br />
187
LOPE DE VEGA<br />
EL PERRO Y EL ASNO 1<br />
Esopo cu<strong>en</strong>ta que había<br />
un hombre <strong>en</strong> cierta nación<br />
que para su recreación<br />
una perrilla t<strong>en</strong>ía;<br />
ésta, al <strong>en</strong>trar cada día<br />
<strong>en</strong> su casa, si tardaba,<br />
le halagaba y retozaba,<br />
por cuya causa a la mesa<br />
con la más segura presa<br />
el señor la regalaba.<br />
Atalayando un jum<strong>en</strong>to<br />
desde su caballeriza,<br />
que porque le solemniza<br />
i ,Ver pág. 124.<br />
188
LOPE DE VEGA<br />
le daba siempre sust<strong>en</strong>to,<br />
con asnal atrevimi<strong>en</strong>to<br />
una mañana salió,<br />
y <strong>en</strong> dos pies se levantó,<br />
y puso <strong>en</strong> el pecho todo<br />
las manos ll<strong>en</strong>as de lodo,<br />
y aun dic<strong>en</strong> que le besó.<br />
Y al punto el señor mandó<br />
que le dies<strong>en</strong> muchos palos,<br />
<strong>en</strong> lugar de los regalos<br />
que <strong>en</strong>tre sus pi<strong>en</strong>sos p<strong>en</strong>só.<br />
(El más galán portugués, acto 2.0)<br />
EL CASCABEL AL G A T O 1<br />
Juntáronse los ratones<br />
para librarse del gato,<br />
y después de largo rato<br />
de disputas y opiniones,<br />
dijeron que acertarían<br />
<strong>en</strong> ponerle un cascabel,<br />
que andando el gato con él<br />
guardarse mejor podían.<br />
Salió un ratón barbicano,<br />
colilargo, hociquirromo,<br />
y <strong>en</strong>crespando el grueso lomo<br />
dijo al s<strong>en</strong>ado romano,<br />
1 Ver pág. 80.<br />
189
LOPE DE VEGA<br />
después de hablar culto un rato:<br />
—¿ Quién de todos ha de ser<br />
el que se atreva a poner<br />
ese cascabel al gato?<br />
(La esclava de su galán, acto esc<strong>en</strong>a X.)<br />
P E R D E R LO CIERTO POR LO D U D O S O "<br />
Un perro una vez pasaba<br />
otro río como el Duero,<br />
y un pedazo de carnero<br />
<strong>en</strong>tre los di<strong>en</strong>tes llevaba.<br />
La sombra, que no era poca,<br />
d<strong>en</strong>tro de las aguas vio,<br />
y por cogerla soltó<br />
lo que llevaba <strong>en</strong> la boca.<br />
Fué a asirla, y su desvarío<br />
el perro al instante vio;<br />
volvió a su carne, y halló<br />
que se la llevó el tal río.<br />
(El milagro por los celos, jornada 3.*)<br />
EL SOBERBIO Y EL H U M I L D E<br />
Se criaba un arbolillo<br />
<strong>en</strong> una huerta, y rogaba<br />
al que de él más cerca estaba,<br />
que era su muerte y cuchillo,<br />
1 Ver pág. 112.<br />
190
LO t E DE V EGA<br />
que le dejase crecer;<br />
y el olmo presuntuoso,<br />
de sus ramas ambicioso,<br />
ni el sol le dejaba ver.<br />
—Arbolillo —le decía—,<br />
conténtate con vivir<br />
donde me puedas servir.<br />
Pero llegó al fin el día<br />
<strong>en</strong> que la villa int<strong>en</strong>tó<br />
<strong>en</strong>sanchar el verde suelo,<br />
y el olmo atrevido al cielo<br />
cortado al suelo cayó.<br />
El arbolillo, ya dueño<br />
del sol, dijo: —Estos asaltos<br />
da la fortuna a los altos;<br />
más me quiero ser pequeño.<br />
(El desconfiado, acto 2.0}<br />
EL SOBERBIO ABATIDO<br />
Escribe Esopo que había<br />
hecho burla el roble fuerte<br />
de la débil caña. Advierte<br />
lo que a los dos pasó un día:<br />
Vino un vi<strong>en</strong>to, y el altivo<br />
roble, fuerte, resistió<br />
tanto, que el tronco sacó<br />
de su cimi<strong>en</strong>to nativo.<br />
191
LOPE DE VEGA<br />
Pero la caña humillada<br />
por <strong>en</strong>cima le dejó<br />
que pasase, y él pasó<br />
sin que la of<strong>en</strong>diese <strong>en</strong> nada.<br />
Y ansí, cesando la guerra,<br />
la caña se alzó como antes,<br />
y el roble las arrogantes<br />
ramas dejó por la tierra.<br />
(Los hidalgos del aldea, acto 3. 0 )<br />
C O N T E N T A R S E CON SU ESTADO<br />
Cu<strong>en</strong>tan acá los pastores<br />
que a Júpiter se quejó<br />
un monte (presumo yo<br />
que de los montes mayores),<br />
diciéndole : —Gran señor,<br />
cuanto has criado se muda;<br />
si yo estoy firme, es sin duda<br />
que t<strong>en</strong>go poco valor.<br />
Los que estaban <strong>en</strong>cumbrados<br />
bajan tan bajos que espantan,<br />
y a sus puestos se levantan<br />
los que estaban derribados.<br />
Alguno fué pobre ayer<br />
que hoy ti<strong>en</strong>e suma riqueza,<br />
y otro vi<strong>en</strong>e a gran pobreza<br />
que tuvo inm<strong>en</strong>so poder.<br />
192
LOPE DE VEGA<br />
¿Cómo yo nunca soy más<br />
de aquel ser <strong>en</strong> que nací?<br />
Pero respondióle así:<br />
—¡ Oh necio! Engañado estás.<br />
Déjalo todo mudar,<br />
pues firme puedes vivir;<br />
que qui<strong>en</strong> no pudo subir,<br />
tampoco pudo bajar.<br />
(El hijo de los leones, acto 2.°, esc<strong>en</strong>a XI.)<br />
L AS MUELAS Y EL HOMBRE<br />
A Júpiter se quejaron<br />
las muelas del hombre un día,<br />
dici<strong>en</strong>do a su señoría<br />
los años que trabajaron<br />
desde la muela primera,<br />
mascando lo que comía,<br />
y que por dolor de un día<br />
luego las echaba fuera.<br />
Don Júpiter le riñó,<br />
y él respondió: —¿ Qué he de hacer,<br />
si no dejan de doler?<br />
A qui<strong>en</strong> luego replicó:<br />
—Hombre, sufre, pues te toca,<br />
el dolor, que bi<strong>en</strong> podrás;<br />
que después te alegrarás<br />
de ver tu muela <strong>en</strong> tu boca.<br />
(Porfiar hasta morir, acto 3.0, esc<strong>en</strong>a XII.)<br />
193<br />
14
LOPE DE VEGA<br />
ESCARMENTAR EN CABEZA AJENA 1<br />
La zorra, el asno y león,<br />
un día que a caza fueron,<br />
sobre un prado la pusieron<br />
para hacer su partición.<br />
Dijo el león al jum<strong>en</strong>to:<br />
—Parte esa caza. Y el bobo<br />
hizo tres partes del robo:<br />
dio la suya al león hambri<strong>en</strong>to.<br />
Vi<strong>en</strong>do el león que le daba<br />
parte igual, agarró de él<br />
y deshízole cruel<br />
porque con él se igualaba.<br />
Luego a la zorra miró,<br />
y dijo: —Parte esa presa.<br />
La zorra tomó la presa<br />
más pequeñita que halló,<br />
y dio al león la demás,<br />
que le dijo: •—¿Cómo has hecho<br />
tan a gusto de mi pecho<br />
partes, pues tanta me das?<br />
Respondió : —Mi habilidad<br />
y cauta naturaleza<br />
me <strong>en</strong>señó que a tu grandeza<br />
rinda mi flaca humildad.<br />
i Ver pág. 25.<br />
194
LOPE DE VEGA<br />
Por cuyas cuerdas razones<br />
me río yo de jum<strong>en</strong>tos<br />
que igualan sus p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>tos<br />
a los soberbios leones.<br />
(Obras son amores, acto 3.0)<br />
195
LOPE DE VEGA<br />
LA GATA MUJER 1<br />
¡ Plegué al cielo que no sea<br />
como aquel hombre de At<strong>en</strong>as,<br />
que pidió a V<strong>en</strong>us le hiciese<br />
mujer, con ruegos y ofr<strong>en</strong>das,<br />
una gata dominica,<br />
quiero decir, blanca y negra!<br />
Estando <strong>en</strong> su estrado un día<br />
con moño y naguas de tela,<br />
vio pasar un animal<br />
de aquestos, como poetas,<br />
que andan roy<strong>en</strong>do papeles,<br />
y dando un salto ligera<br />
de la tarima al ratón,<br />
mostró que <strong>en</strong> naturaleza<br />
la que es gata, será gata;<br />
la que es perra, será perra,<br />
1 Ver pág. 121.<br />
in saecula saeculorum.<br />
(El castigo sin v<strong>en</strong>ganza, acto 3.°)<br />
196
LOPE DE VEGA<br />
LA GATA MUJER<br />
Cierta fabulilla trata<br />
que un hombre quiso a una gata,<br />
de suerte que cada dia<br />
a Júpiter le pedía<br />
con ofr<strong>en</strong>das de oro y plata<br />
se la volviese mujer.<br />
Júpiter lo vino a hacer;<br />
y estando el hombre casado,<br />
y ella s<strong>en</strong>tada <strong>en</strong> su estrado<br />
vi<strong>en</strong>do cantar y tañer,<br />
dic<strong>en</strong> que un ratón pasó,<br />
y ap<strong>en</strong>as ella le vio<br />
cuando, corri<strong>en</strong>do tras él,<br />
le dio uñarada cruel<br />
y al primero ser volvió.<br />
(El Príncipe Perfecto, i." parte, acto 2.0, esc<strong>en</strong>a XIY.)<br />
LA GATA MUJER<br />
Las fábulas nos cu<strong>en</strong>tan que una gata<br />
de tal manera amaba un hombre rico,<br />
que pidió a Juno, y dio un blandón de plata<br />
que la hiciese mujer, y a mí la aplico.<br />
La diosa, por no ser al don ingrata,<br />
mudóle <strong>en</strong> rostro humano el negro hocico,<br />
la piel pelosa, <strong>en</strong> cuerpo deseado,<br />
y fué su casami<strong>en</strong>to celebrado.<br />
197
LOPE DE VEGA<br />
Mas como <strong>en</strong> el estrado viese un día<br />
pasar unos ratones, como antes<br />
arrojóse tras ellos la que había<br />
tratado <strong>en</strong> liviandades semejantes 1<br />
.<br />
(Ejemplo de casadas, acto 2.a)<br />
EL ASNO Y EL C O C H I N O 2<br />
[Al amor de la lumbre], <strong>en</strong> un librillo,<br />
leía esotra noche mi carillo,<br />
pi<strong>en</strong>so que eran las írápulas de Esopo,<br />
que un asno, vi<strong>en</strong>do a un puerco como un topo<br />
siempre echado a pacer <strong>en</strong> la pocilga,<br />
con <strong>en</strong>vidia que el ánima pecilga<br />
decía: —Que éste <strong>en</strong>gorde y yo trabaje,<br />
que el mozo el pan, y el amo a veces baje<br />
cascaras de melón y otros regalos,<br />
y a mí con agua y leña me d<strong>en</strong> palos.<br />
Pero llegado el día de San Lucas,<br />
agarraron al puerco, y al pescuezo<br />
pusieron el cuchillo; y cuando el asno<br />
oyó los gritos, dijo: —Hermano puerco,<br />
si para eso os <strong>en</strong>gordaba el amo,<br />
igual es trabajar; asno me llamo.<br />
(Con su pan se lo coma, acto<br />
1 He puesto aquí estas tres fábulas seguidas como muestra<br />
de la facilidad que t<strong>en</strong>ía Lope de Vega para tratar múltiple*<br />
veces un mismo asunto sin repetirse <strong>en</strong> la forma.<br />
2 Ver pág. 175.<br />
108
1»> ' " g g " '<br />
LOPE DE VEGA<br />
G R A T I T U D<br />
Feroz león la planta, fiera <strong>en</strong> vano,<br />
atravesada de la dura espina,<br />
muestra al esclavo, y a curarle inclina,<br />
humilde el inhumano, al sabio humano.<br />
Vele después salir <strong>en</strong> el romano<br />
Anfiteatro, y que a morir camina,<br />
y paga la piadosa medicina<br />
r<strong>en</strong>dido al pie que le curó la mano.<br />
Pues si humilla un león tanta fiereza,<br />
¿quién hay que corresponda con mal trato<br />
a qui<strong>en</strong> debe piedad, honra y nobleza ?<br />
Si<strong>en</strong>do un león de la amistad retrato,<br />
corrida puede estar naturaleza<br />
el día que ha formado un hombre ingrato.<br />
(Amar sin saber a quién, acto 2.°, esc<strong>en</strong>a III.)<br />
199
BALTASAR DEL ALCAZAR<br />
Sevilla, 15so; t 160Ó.<br />
DESENGAÑO<br />
Quiso Mercurio saber,<br />
juzgándose sin segundo,<br />
la estimación que <strong>en</strong> el mundo<br />
su deidad pudo t<strong>en</strong>er.<br />
Y halló ser necesario,<br />
para <strong>en</strong>terarse del hecho,<br />
irse a la ti<strong>en</strong>da derecho<br />
de un pintor imaginario.<br />
Y asi <strong>en</strong> ello resumido,<br />
hizo al punto su viaje,<br />
mudado el divino traje,<br />
para no ser conocido,<br />
sin mirar cuan fácil es,<br />
al escarbar la gallina,<br />
200
BALTASAR DEL ALCÁZAR<br />
descubrir la aguda espina<br />
que le lastima los pies.<br />
Vido ll<strong>en</strong>a la oficina<br />
de tablas artificiosas,<br />
todas de dioses y diosas<br />
de belleza peregrina.<br />
También vio la suya <strong>en</strong>tre ellas,<br />
que a su parecer ultraja<br />
las demás con la v<strong>en</strong>taja<br />
que el sol hace a las estrellas.<br />
Hallóse a todo pres<strong>en</strong>te<br />
el artífice discreto,<br />
con qui<strong>en</strong> el dios inquieto<br />
tuvo el coloquio sigui<strong>en</strong>te:<br />
—Esta tabla principal<br />
de Júpiter ¿cuánto vale?<br />
—Esa de ordinario sale<br />
v<strong>en</strong>dida <strong>en</strong> medio real.<br />
—Y esta de la diosa Juno,<br />
¿<strong>en</strong> qué se suele v<strong>en</strong>der?<br />
—Esta, por ser de mujer,<br />
suele v<strong>en</strong>derse por uno.<br />
•—Y esta del famoso dios<br />
Mercurio ¿<strong>en</strong> qué sueles dalla?<br />
—De balde suele llevalla<br />
qui<strong>en</strong> me compra esotras dos.<br />
Amargóle esta verdad,<br />
pero juzgó sin pasión<br />
201
BALTASAR DEL ALCAZAR<br />
que la propia estimación<br />
no suele dar calidad,<br />
y que los que más están<br />
con su estimación casados,<br />
sólo ti<strong>en</strong><strong>en</strong> de estimados<br />
lo que los otros les dan.<br />
202
JUAN RUIZ, ARCIPRESTE DE HITA<br />
Del "Libro de Bu<strong>en</strong> amor" escrito <strong>en</strong> 1330.<br />
EL MUÉ DE MONFERRADO E EL MUR DE GUADALAJARA (i)<br />
Mur de Guadalajara un lunes madrugaba;<br />
fuese a Monferrado, a mercado andaba;<br />
un mur de franca barba recibiol' <strong>en</strong> su cava,<br />
convidol' a yantar e diole una faba.<br />
5 Estaba <strong>en</strong> mesa pobre bu<strong>en</strong> gesto e bu<strong>en</strong>a cara,<br />
con la poca vianda bu<strong>en</strong>a voluntad para,<br />
a los pobres manjares el placer los repara;<br />
pagos' del bu<strong>en</strong> talante mur de Guadalajara.<br />
(1) Por tratarse de trozos <strong>en</strong> que abundan los arcaísmos,<br />
pongo todas las notas al pie de la página.<br />
1. mur, ratón.—3. de franca barba, dicho de una persona<br />
liberal, g<strong>en</strong>erosa.—cava, cueva.—recibiol', convidol', pagos',<br />
queV &, formas con pérdida o elisión de la vocal e.—4. yantar,<br />
comer.—faba, haba; no se anotarán las otras formas con /,<br />
convertida <strong>en</strong> /1.—6. parar, poner delante, exponer.—7. reparar,<br />
componer.—8. talante o tál<strong>en</strong>te, voluntad, deseo.<br />
203
»> ti* gg if<br />
ARCIPRESTE DE HITA<br />
La su yantar comida, el manjar acabado,<br />
10 convidó el de la villa al mur de Monferrado<br />
que el martes quisiese ir ver el su mercado,<br />
e como él fué suyo, fuese él su convidado.<br />
Fué con él a su casa e diol' mucho de queso,<br />
mucho tocino lardo, que non era salpreso,<br />
15 <strong>en</strong>jundias e pan cocho sin ración e sin peso;<br />
con esto el aldeano tovos' por bi<strong>en</strong> apreso.<br />
Manteles de bu<strong>en</strong> li<strong>en</strong>zo, una blanca talega<br />
bi<strong>en</strong> ll<strong>en</strong>a de fariña, el mur allí se allega;<br />
mucha honra le fizo e servicio quel' plega,<br />
20 alegría, bu<strong>en</strong> rostro, con todo esto se llega.<br />
Está <strong>en</strong> mesa rica mucha bu<strong>en</strong>a vianda,<br />
un manjar mejor que otro am<strong>en</strong>udo y anda,<br />
e demás bu<strong>en</strong> tál<strong>en</strong>te, huésped esto demanda:<br />
solaz con yantar bu<strong>en</strong>a todos los homes ablanda.<br />
25 Do comían e folgaban, <strong>en</strong> medio de su yantar,<br />
la puerta del palacio com<strong>en</strong>zó a sonar;<br />
abríala su señora, d<strong>en</strong>tro quería <strong>en</strong>trar.<br />
Los mures, con el miedo, fuxieron al andar.<br />
9. la su, el su. Obsérvese el uso del posesivo precedido de<br />
.".rticulo. Recordar cómo este arcaísmo se conserva <strong>en</strong> la oración<br />
del Padre Nuestro : el tu nombre, el tu reino. Es forma de<br />
uso corri<strong>en</strong>te <strong>en</strong> Castilla la Vieja.— 1 1. ir ver. hoy habria que<br />
intercalar la preposición a.—13. mucho de queso, nótese el de<br />
partitivo, hoy <strong>en</strong> desuso.—14. lardo, gordo, i^raso.—salpreso,<br />
salado. Esa clase de tocino se llama hoy saladillo, y fresco al que<br />
está sin salar.—non, nin, perdieron con el tiempo la n final.—15.<br />
<strong>en</strong>jundia, grosura de los animales.—cocho, cocido.—16. tovos'<br />
por bi<strong>en</strong> apreso, túvose por v<strong>en</strong>turoso.—18. allegarse, acercarse.—22.<br />
y, allí.—23. demandar, pedir.—24. home, hombre.—<br />
25. do, cuando.—28. fuxir, huir.
^i?C/Pi?B5r£ Z>£ HITA<br />
Mur de Guadalajara <strong>en</strong>tró <strong>en</strong> su forado,<br />
30 el huésped acá e allá fuía deserrado,<br />
non t<strong>en</strong>ía lugar cierto do fuese amparado,<br />
estovo a lo escuro a la pared arrimado.<br />
Cerrada ya la puerta e pasado el temor,<br />
estaba el aldeano con miedo e con tremor;<br />
35 falagábal' el otro deci<strong>en</strong>dol': —Amigo, señor,<br />
alégrate e come de lo que has más sabor.<br />
Este manjar es dulce, sabe como la miel.<br />
Dixo el aldeano al otro: —V<strong>en</strong>ino yaz <strong>en</strong> él;<br />
el que teme la muerte, el panal le sabe fiel;<br />
40 a ti solo es dulce, tú solo come del.<br />
Al home con el miedo nol' sabe dulce cosa,<br />
non ti<strong>en</strong>e voluntad clara la vista temerosa;<br />
con miedo de la muerte, la miel non es sabrosa,<br />
todas cosas amargan <strong>en</strong> vida peligrosa.<br />
45 Más quiero roer faba seguro e <strong>en</strong> paz<br />
que comer mil manjares corrido e sin solaz;<br />
las viandas preciadas con miedo son agraz,<br />
todo es amargura do mortal miedo yaz.<br />
Porque tanto me tardo, aquí todo me mato<br />
50 del miedo que he habido cuando bi<strong>en</strong> me lo cato;<br />
como estaba solo, si viniera el gato,<br />
29. forado, horado, agujero.—30. deserrado, descaminado,<br />
desori<strong>en</strong>tado.—31. do, donde, a difer<strong>en</strong>cia de do, cuando <strong>en</strong> v.<br />
25.—32. escuro, oscuro.—33. tremor, temblor.—36. sabor, gusto.—3<br />
8. dixo, dixiere, la x se convirtió más tarde <strong>en</strong> j.—-v<strong>en</strong>ino,<br />
v<strong>en</strong><strong>en</strong>o.—39. fiel, hiél.—cosa, cosa ninguna, nada.—46. corrido,<br />
perseguido.—4 7. agraz, uva sin madurar, y jugo que de ella<br />
se extrae.—5 0. catar, considerar.<br />
205
ARCIPRESTE DE HITA<br />
allí me alcanzara e me diera mal rato.<br />
Tú ti<strong>en</strong>es grandes casas, mas hay mucha compaña;<br />
comes muchas viandas, aquesto te <strong>en</strong>gaña:<br />
55 bu<strong>en</strong>a es mi pobreza <strong>en</strong> segura cabana,<br />
que mal pisa el home, el gato mal rascaña.<br />
Con paz e seguranza es bu<strong>en</strong>a la pobreza,<br />
al rico temeroso es pobre la riqueza,<br />
siempre ti<strong>en</strong>e recelo e con miedo tristeza;<br />
6o la pobredad alegre es segura nobleza.<br />
LA RAPOSA E EL CUERVO<br />
La marfusa un día con la fambre andaba,<br />
vido el cuervo negro <strong>en</strong> un árbol do estaba<br />
grand pedazo de queso <strong>en</strong> el pico levaba,<br />
ella con su lisonja tan bi<strong>en</strong> lo saludaba:<br />
5 ; Oh cuervo tan apuesto!, del cisne eres pari<strong>en</strong>te,<br />
<strong>en</strong> blancura, <strong>en</strong> dono, fermoso, reluci<strong>en</strong>te;<br />
más que todas las aves cantas muy dulcem<strong>en</strong>te;<br />
si un cantar dixieres, diré yo por él veinte.<br />
Mejor que la calandria nin el papagayo,<br />
IO mejor gritas que tordo, nin ruiseñor, nin gayo;<br />
53. compaña, g<strong>en</strong>te.—54. aquesto, esto.—5 6. rascañar, rasguñar.—5<br />
7. seguranza, seguridad.—60. pobredad, pobreza.<br />
1. marfús, falso, <strong>en</strong>gañoso. Designa con ese apelativo a la<br />
zorra.—2. vido, vio.—6. dono, donaire, gracia.—10. gayo, arr<strong>en</strong>dajo.<br />
2
ARCIPRESTE DE HITA<br />
si agora cantases, todo el pesar que trayo<br />
me tirarías <strong>en</strong> punto más que otro <strong>en</strong>sayo.<br />
Bi<strong>en</strong> se cuidó el cuervo que con el gorjear<br />
placía a todo el mundo más que con otro cantar:<br />
r 5 creyó que la su l<strong>en</strong>gua e el su mucho graznar<br />
alegraba las g<strong>en</strong>tes más que otro juglar.<br />
Com<strong>en</strong>zó a cantar, la su voz a ercer<br />
el queso de la boca hóbosele a caer;<br />
la gulhara <strong>en</strong> punto se lo fue a comer;<br />
20 el cuervo con el daño hobo de <strong>en</strong>tristecer.<br />
Falsa honra e vana gloria y el risete falso<br />
dan pesar e tristeza e daño sin traspaso:<br />
muchos cuidan que guarda el viñadero el paso,<br />
e es la magadaña que está <strong>en</strong> el cadahalso.<br />
11. trayo. traigo.—12. (¿rar, quitar.—<strong>en</strong> punto, al punto, inmediatam<strong>en</strong>te.—13.<br />
cuidar, p<strong>en</strong>sar.—16. juglar, el que t<strong>en</strong>ía<br />
por of ció divertir a las g<strong>en</strong>tes, tocando, cantando o haci<strong>en</strong>da<br />
difer<strong>en</strong>tes iueeos,—17. errer, alzar, crecer.—18. hóbosele a<br />
caer, húbosele de caer.—10. gulhara o gulfara, zorra, raposa.—<br />
21. rise'e. risita.—22. traspaso, tregua, descanso.—23. viñadero,<br />
guarda de una vifv'—2-1. magadaña, espantapájaros, armadi'o.—cadahalso,<br />
tablado <strong>en</strong> alto.
GLOSARIO<br />
El glosario que sigue responde a las necesidades s<strong>en</strong>tidas al<br />
usar este libro <strong>en</strong> las clases de niños de ocho y nueve años de<br />
la Sección Preparatoria del Instituto Escuela. Ello justifica el<br />
que vayan incluidas algunas voces cuya explicación acaso parezca<br />
ociosa.<br />
En esa edad el alumno no puede todavía manejar el diccionario;<br />
pero es necesario desde un principio acostumbrarle a la<br />
precisión <strong>en</strong> el l<strong>en</strong>guaje, y una larga experi<strong>en</strong>cia me ha <strong>en</strong>señado<br />
que el maestro no siempre ti<strong>en</strong>e vagar para hacer la<br />
preparación conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te de la clase de lectura; de donde resulta<br />
que el niño se acostumbra a <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der a medias lo que<br />
lee y a dar interpretación errónea a las palabras.<br />
He de advertir que cuando una voz ti<strong>en</strong>e varias acepciones,<br />
sólo he puesto aquella <strong>en</strong> que está usada <strong>en</strong> el texto. Indico<br />
si una palabra es anticuada o si pert<strong>en</strong>ece al habla vulgar o<br />
al estilo poético.<br />
Si estuviese dedicado al maestro este com<strong>en</strong>tario, consistiría<br />
<strong>en</strong> sugerir ideas para poner de relieve los di<strong>verso</strong>s matices<br />
que a su p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to ha querido dar cada autor; todo <strong>en</strong>caminado<br />
a que el lector recree la obra para que la saboree<br />
con gusto. Esa es la principal tarea <strong>en</strong>com<strong>en</strong>dada al maestro.<br />
Abad, el superior de un<br />
monasterio.<br />
Abatirse, h u m i 1 1 arsc,<br />
desanimarse.<br />
Abierto, dicese de una<br />
parte del cuerpo <strong>en</strong> que están<br />
los músculos relajados.<br />
Abismarse, h u n d irse,<br />
sumirse.<br />
A b i s m o , profundidad<br />
grande, sima.<br />
Abrojo, fruto con púas<br />
de la planta del mismo<br />
nombre.<br />
Acri b i 11 a fio, que le han<br />
hecho muchos agujeros o<br />
heridas.<br />
Acuclillarse, ponerse <strong>en</strong><br />
cuclillas.<br />
Ademán, actitud, movimi<strong>en</strong>to<br />
con que se expresa<br />
un estado afectivo.<br />
15
GLOSARIO<br />
Adjunto, que va unido<br />
a otra cosa.<br />
Adusto, de carácter poco<br />
agradable, áspero.<br />
Afanarse, <strong>en</strong>tregarse al<br />
trabajo con ardor, con exceso.<br />
A fe mía, frase ero que<br />
se afirma la verdad de lo<br />
dicho.<br />
Afr<strong>en</strong>ta, vergü<strong>en</strong>za, deshonor.<br />
A fuer de, a manera de.<br />
Agere y Macarandona,<br />
nombres de lugar inv<strong>en</strong>tados<br />
por el poeta. [ [<br />
Gratias agere, frase latina<br />
que significa dar gracias.<br />
Agonía, angustia, congoja.<br />
Agora, ahora, forma anticuada.<br />
Agravio, of<strong>en</strong>sa, afr<strong>en</strong>ta.<br />
Agreste, campesino, rústico.<br />
Aguacero, lluvia fuerte<br />
y de poca duración.<br />
Agudo, listo, que <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de<br />
rápidam<strong>en</strong>te.<br />
Aguzar, hacer que sea<br />
agudo, sutil.<br />
Ahechar, limpiar las semillas<br />
con la criba.<br />
Ajusticiado, castigado<br />
con la p<strong>en</strong>a de muerte.<br />
Alabarda, arma compuesta<br />
de un asta y una<br />
punta <strong>en</strong> forma de media<br />
luna.<br />
Alarde, revista que se<br />
hacía de los soldados y de<br />
sus armas. | ¡ Ost<strong>en</strong>tación,<br />
vanagloria.<br />
210<br />
Alargarse, ext<strong>en</strong>d e r s e<br />
demasiado <strong>en</strong> lo que se<br />
dice.<br />
Alarido, grito lastimero.<br />
Alazáu, caballo de pelo<br />
de color de canela.<br />
Alba, primera luz del<br />
día. || Vestidura de teia<br />
blanca que se viste el sacerdote<br />
debajo de la casulla. Ln<br />
la tabula de la pág. 114 hay<br />
un juego de palabras con<br />
romper el alúa, que signmca<br />
amanecer, y el s<strong>en</strong>tido<br />
material de la frase.<br />
Albarda, parte del aparejo<br />
que se coloca sobre el<br />
lomo del animal de carga.<br />
Alcalde, presid<strong>en</strong>te del<br />
ayuntami<strong>en</strong>to de una localidad.<br />
Alcuza, vasija de metal<br />
d e forma cónica, para<br />
echar el aceite.<br />
Alejandro, rey de Macedonia<br />
<strong>en</strong> el siglo iv antes<br />
de J. C.<br />
Aleve, alevoso, traidor,<br />
desleal.<br />
Algarabía, gritería confusa<br />
de varias personas.<br />
Aliño, aderezo, adorno.<br />
Almorzada, porción de<br />
una cosa que cabe <strong>en</strong> el<br />
hueco de las dos manos<br />
unidas por el borde del dedo<br />
meñique.<br />
Alondra, pájaro de color<br />
pardo y blancuzco, muy<br />
cantarín.<br />
Al proviso, al instante.<br />
Es de poco uso.
GLOSARIO<br />
A mano, con facilidad,<br />
sin esfuerzo.<br />
Amarillas, designa <strong>en</strong><br />
broma a las onzas, por el color<br />
del oro.<br />
Amén, además. Es voz<br />
de poco uso.<br />
Amorrar, bajar la cabeza<br />
y no querer hablar.<br />
Anatomía, separación de<br />
las distintas partes de un<br />
cuerpo orgánico para su<br />
estudio.<br />
Andar al remo, pasar<br />
muchas fatigas trabajando.<br />
Andorga, barriga, tripa.<br />
Es voz familiar.<br />
Anfiteatro, edificio<br />
circular con gradas para<br />
los espectadores y que deja<br />
<strong>en</strong> el c<strong>en</strong>tro un espacio libre,<br />
donde se realizan juegos.<br />
Algo semejante son<br />
nuestras plazas de toros.<br />
Angosto, estrecho.<br />
Ansí, así, de tal modo.<br />
Es forma anticuada.<br />
Ansioso, codicioso, que<br />
desea algo con vehem<strong>en</strong>cia.<br />
Añicos, pedazos pequeños<br />
que resultan al romperse<br />
una cosa.<br />
Apriesa, aprisa. Forma<br />
anticuada.<br />
Aqneso, eso. Voz anticuada.<br />
Arcabuz, arma de fuego<br />
antigua.<br />
Añoso, de muchos años.<br />
A pedir de boca, a medida<br />
del deseó, según apetece<br />
uno'.<br />
211<br />
Apodo, sobr<strong>en</strong>ombre que<br />
se da a una persona, tomado,<br />
por lo g<strong>en</strong>eral, de sus<br />
defectos.<br />
Aportar, llegar a un<br />
paraje.<br />
Apostema o postema,<br />
bulto que se forma <strong>en</strong> el<br />
cuerpo por acumulación de<br />
pus.<br />
Ardilla, roedor de cola<br />
muy poblada y erguida. Se<br />
caracteriza por la rapidez<br />
de los movimi<strong>en</strong>tos.<br />
Arqueólogo, el que estudia<br />
las artes y monum<strong>en</strong>tos<br />
de la antigüedad.<br />
Arriero, el que lleva<br />
cargas <strong>en</strong> caballerías de un<br />
punto a otro.<br />
Arrojo, osadía, intrepidez.<br />
Artífice, persona que<br />
ejecuta una obra artística o<br />
mecánica.<br />
Artificioso, disimulado,<br />
<strong>en</strong>gañoso. || Hecho con arte.<br />
Asador, aparato usado<br />
para asar; consiste <strong>en</strong> una<br />
varilla con la cual se atraviesa<br />
la vianda y que se<br />
apoya <strong>en</strong> dos soportes, sobre<br />
los que da vueltas.<br />
Asalto, acometida por<br />
sorpresa.<br />
Asaz, bastante, mucho.<br />
Se usa sólo <strong>en</strong> estilo literario.<br />
A seguida. Es forma<br />
desusada por <strong>en</strong> seguida,<br />
inmediatam<strong>en</strong>te.<br />
Asido, cogido, agarrado.<br />
Aspa, cada uno de los
GLOSARIO<br />
brazos que, impelidos por<br />
el vi<strong>en</strong>to, muev<strong>en</strong> el molino.<br />
Astucia, ardid, arte para<br />
alcanzar algo con disimulo.<br />
Atalayar, espiar, acechar,<br />
mirar con disimulo.<br />
Ataúd, caja donde se<br />
mete el cadáver para <strong>en</strong>terrarlo.<br />
At<strong>en</strong>as, capital de Grecia.<br />
At<strong>en</strong>to, <strong>en</strong> at<strong>en</strong>ción, t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do<br />
pres<strong>en</strong>te.<br />
Atisbar, <strong>en</strong>trever, percibir<br />
sin ser visto.<br />
Átomo, elem<strong>en</strong>to primario<br />
de la composición de<br />
un cuerpo. Parte infinitam<strong>en</strong>te<br />
pequeña.<br />
Atribular, causar p<strong>en</strong>a,<br />
atorm<strong>en</strong>tar.<br />
Atropellado, apresurado,<br />
afanado, sin tiempo para<br />
cumplir con su obligación.<br />
Autorizado, importante,<br />
de calidad.<br />
Averiguar, descubrir la<br />
verdad.<br />
Azar, suerte contraria,<br />
desgracia impre\ista.<br />
Azorado, Sobresaltado,<br />
alterado, asustado.<br />
Azotado, el que era<br />
cond<strong>en</strong>ado a la p<strong>en</strong>a de<br />
azotes, que se le daban <strong>en</strong><br />
las espaldas, llevándole desnudo<br />
de medio cuerpo arriba,<br />
atado sobre un burro y<br />
precedido d el pregonero,<br />
cer Babilonia o Babel<br />
frase con que se indica<br />
lugar <strong>en</strong> que hay gran (<br />
ord<strong>en</strong> y confusión, por i<br />
sión a la torre de Babel<br />
las Sagradas Escritura!<br />
Bachiller, hoy es el<br />
obti<strong>en</strong>e el grado que<br />
concede ai terminar la<br />
-gunda <strong>en</strong>señanza. En c<br />
tiempo era el que obte<br />
el primer grado de facult<br />
que ahora es la lic<strong>en</strong>ciatt<br />
Bajel, barco, buque.<br />
Balbuci<strong>en</strong>te, que ha<br />
con voz vacilante, sin<br />
ticular claram<strong>en</strong>te las<br />
labras.<br />
Barbero, el que ti'<br />
por oficio afeitar; pero a><br />
más ejerce de peluquero,<br />
<strong>en</strong> los pueblos, de sacam<br />
las y hasta de cirujano.<br />
Barbicano, colilarg<br />
hociquirromo. Pal a b r<br />
compuestas de un nomb<br />
que cambia su última VO'<br />
<strong>en</strong> i, más un adjetivo,<br />
formación muy común<br />
español, que, por lo dem<br />
es l<strong>en</strong>gua <strong>en</strong> que no abt<br />
dan los compuestos.<br />
Barruntar, p r e s<strong>en</strong>t<br />
t<strong>en</strong>er indicio de algo.<br />
Basilisco, animal fab<br />
loso, que se dice mata o<br />
la vista. Se compara con<br />
a la persona que se po<br />
muy <strong>en</strong>fadada.<br />
Beber a la salud d
Bermellón, cierta sus -<br />
tancia de color rojo vivo.<br />
Blandón, candelero<br />
grande.<br />
Bodigo, panecillo que<br />
se lleva como ofr<strong>en</strong>da a la<br />
misa. Esta costumbre se<br />
conserva <strong>en</strong> algunos pueblos.<br />
Bregar, luchar para v<strong>en</strong>cer<br />
una dificultad.<br />
Breña, tierra quebrada<br />
<strong>en</strong>tre peñas y poblada de<br />
maleza.<br />
Brío, garbo, pujanza.<br />
Cabestro, ramal que se<br />
ata a la cabeza de la caballería.<br />
Cada quisque, cada uno,<br />
cada cual. Quisque es voz<br />
latina.<br />
Caduco, de edad muy<br />
avanzada, que ha perdido ya<br />
las fuerzas.<br />
Cal<strong>en</strong>tador, especie de<br />
braserillo con mango para<br />
cal<strong>en</strong>tar la cama.<br />
Camorra, riña, p<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia.<br />
Camorrista, p<strong>en</strong>d<strong>en</strong>ciero,<br />
que le gusta buscar camorra.<br />
Camueso, voz familiar<br />
para motejar a uno de bruto<br />
o necio.<br />
Can, perro. Es voz que<br />
ha caído <strong>en</strong> desuso.<br />
Canalla, g<strong>en</strong>te despre -<br />
ciable, g<strong>en</strong>tuza.<br />
Canoro, de canto grato y<br />
melodioso.<br />
Cañas, juego a caballo<br />
<strong>en</strong> que escaramuzaban los<br />
213<br />
jinetes armados con cañas<br />
y adargas.<br />
Capacidad, tal<strong>en</strong>to, disposición<br />
para alguna cosa.<br />
Carambola, lance <strong>en</strong> el<br />
juego de billar. Por carambola,<br />
indirectam<strong>en</strong>te,<br />
de manera que se obt<strong>en</strong>ga<br />
un resultado distinto d e<br />
aquello para que uno puso<br />
los medios.<br />
Carnestol<strong>en</strong>das, los<br />
tres días d e Carnaval. E s<br />
voz anticuada.<br />
Carnicería, destrozo de<br />
seres vivos, mortandad.<br />
Caro, querido.<br />
Carrara, ciudad de Italia,<br />
universalm<strong>en</strong>te famosa<br />
por sus canteras de mármol.<br />
Catar, mirar, considerar.<br />
Cauteloso, que obra con<br />
astucia, con habilidad, para<br />
<strong>en</strong>gañar o para no dejarse<br />
<strong>en</strong>gañar.<br />
Cautivo, cristiano prisionero<br />
de los infieles. Se refiere<br />
el cu<strong>en</strong>to de la pág. 151<br />
a la época <strong>en</strong> que el Mediterráneo<br />
estaba invadido<br />
por los corsarios berberiscos.<br />
Naves cristianas aportaban<br />
a las costas africanas<br />
para ejercer la caritativa<br />
obra de redimir los cautivos.<br />
Cauto, precavido, que<br />
obra con precaución.<br />
Cavilar, discurrir con<br />
t<strong>en</strong>acidad sobre algo.<br />
C<strong>en</strong>a, dicho especialm<strong>en</strong>te<br />
por la última que celebró<br />
Cristo con sus Após-
GLOSARIO<br />
toles, <strong>en</strong> la que instituyó la<br />
Sagrada Eucaristía.<br />
C<strong>en</strong>iza, comer c<strong>en</strong>iza y<br />
barro fué vicio que cundió<br />
<strong>en</strong> el siglo XVII.<br />
Cerbatana, canuto o tubo<br />
que sirve para lanzar<br />
proyectiles pequeños soplando<br />
por un extremo<br />
Ceres, diosa latina, que<br />
simboliza la Agricultura.<br />
Ce\sar, emperador.<br />
Cicerón, el más elocu<strong>en</strong>te<br />
de los oradores romanos.<br />
Vivió <strong>en</strong> el siglo primero<br />
antes de J. C.<br />
Ciego, <strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido figurado,<br />
se dice del que está<br />
ofuscado, que no acierta a<br />
compr<strong>en</strong>der.<br />
Cincel, herrami<strong>en</strong>ta que,<br />
golpeada con el martillo,<br />
sirve para labrar piedras o<br />
metales.<br />
Circunspecto, prud<strong>en</strong>te,<br />
comedido.<br />
Cirujano, el que cura<br />
las <strong>en</strong>fermedades practicando<br />
operaciones.<br />
Coboslnna. refer<strong>en</strong>te a<br />
Cobos. Voz formada ocasionalm<strong>en</strong>te.<br />
Coger o tomar el portante,<br />
irse.<br />
Colmado, completo, que<br />
no cabe más <strong>en</strong> su linca.<br />
Coloquio, conversación.<br />
Colmar, ll<strong>en</strong>ar por completo.<br />
Comedimi<strong>en</strong>to, m o d e -<br />
ración, cortesía.<br />
Como mi abuelo, frase<br />
214<br />
usada como refuerzo de lo<br />
que se 'dice.<br />
Como un rayo, comparación<br />
que se hace para indicar<br />
la gran rapidez de<br />
una acción.<br />
Compadre, amigo, camarada.<br />
Se dan este nombre<br />
mutuam<strong>en</strong>te el que ha<br />
sacado de pila a un niño y<br />
los padres y la madrina del<br />
mismo.<br />
Comparecer, pres<strong>en</strong>tarse<br />
ante una autoridad cuando<br />
lo requiere un negocio.<br />
Compás, ritmo de una<br />
pieza musical.<br />
Con el alma <strong>en</strong> un<br />
liilo, temi<strong>en</strong>do una desgracia,<br />
<strong>en</strong> grave peligro.<br />
Confuso, turbado, susp<strong>en</strong>so,<br />
avergonzado.<br />
Congreso, junta o reunión<br />
para discutir y tomar<br />
acuerdos.<br />
Conjuro, palabras e invocaciones<br />
supersticiosas de<br />
los hechiceros.<br />
Conti<strong>en</strong>da, disputa, pelea.<br />
Contorno, terr<strong>en</strong>o alrededor<br />
de un lugar.<br />
Contrahechlzo, medio<br />
para deshacer el hechizo o<br />
<strong>en</strong>canto.<br />
Corcovado, j o r obado,<br />
contrahecho.<br />
Corneja, ave semejante<br />
al cuervo, con las plumas<br />
del cuerpo c<strong>en</strong>ici<strong>en</strong>tas y la<br />
cabeza, alas y cola, negras.<br />
Corrido, a v ergonzado,<br />
confuso.
GLOSARIO<br />
Cortes, reunión de repres<strong>en</strong>tantes<br />
de la nación.<br />
Cortesano, que reside<br />
<strong>en</strong> la corte.<br />
Costa, can t i d a d que<br />
cuesta una cosa.<br />
Costar un s<strong>en</strong>tido, t<strong>en</strong>er<br />
un precio muy elevado.<br />
Crítica, arte de juzgar<br />
las obras artísticas o literarias.<br />
Cuadrarle a nno nna<br />
cosa, v<strong>en</strong>irle bi<strong>en</strong>, conv<strong>en</strong>irle.<br />
Cualque. alguno, cualquiera.<br />
Es voz anticuada.<br />
Cuartago, c a bailo de<br />
poca alzada.<br />
Cuarto, moneda de cobre<br />
que equivalía a unos<br />
tres céntimos.<br />
Cuchillo, <strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido figurado,<br />
aquello que produce<br />
gran daño.<br />
Cuerdo, que está <strong>en</strong> su<br />
juicio.<br />
Cuidar, p<strong>en</strong>sar, imaginar.<br />
Es voz anticuada.<br />
Cuitado, afligido, ap<strong>en</strong>ado.<br />
Es voz anticuada.<br />
Culto, dicc
no se escrib<strong>en</strong> <strong>en</strong> una sola<br />
palabra.<br />
Despeñar, arrojar desde<br />
el alto de un terr<strong>en</strong>o.<br />
Destroncar, descoyun -<br />
tar una part- del cuerpo.<br />
Desvarío, locura, cosa<br />
fuera de razón.<br />
Deudo, pari<strong>en</strong>te.<br />
GLOSARIO<br />
Diálogo, c o n v ersación<br />
<strong>en</strong> que hablan alternativam<strong>en</strong>te<br />
dos personas.<br />
Dictam<strong>en</strong>, opinión, parecer.<br />
!<br />
\ *i<br />
Diestro,<br />
m<strong>en</strong>tado.<br />
hábil, experi<br />
Diezmo, décima parte<br />
de los frutos que los fieles<br />
pairaban a la Iglesia.<br />
Dióg<strong>en</strong>es, filósofo griego<br />
del siglo iv a. de C.<br />
Dios te guarde, fórmula<br />
de saludo usada <strong>en</strong> otro<br />
tiempo.<br />
Dique, muro hecho para<br />
cont<strong>en</strong>er las aguas.<br />
Divertirse, <strong>en</strong>tret<strong>en</strong>erse,<br />
r c c r c a r se. |J Distraerse,<br />
apartarse. Fsta acepción es<br />
desusada.<br />
Divieso, tumor duro que<br />
se forma hnjo la piel y que<br />
llecra a supurar.<br />
Do. donde. ?e usa sólo<br />
<strong>en</strong> estilo poético.<br />
Dogo, perro tninrdíín. de<br />
cabeza grande y hocico chata.<br />
Dominico, religioso d e<br />
la ord<strong>en</strong> fundada por Santo<br />
Domingo. Vist<strong>en</strong> h á b i t o<br />
blanco y capa negra.<br />
2i6<br />
Donoso, gracioso, airoso.<br />
Dromedario, r u miante<br />
parecido al camello, del cual<br />
se distingue por no t<strong>en</strong>er<br />
más que una joroba.<br />
Ducado, moneda antigua<br />
de oro que equivaldría<br />
a unas siete pesetas.<br />
Ducho, diestro, experto,<br />
práctico <strong>en</strong> hacer una cosa.<br />
Du<strong>en</strong>de, ser imaginario<br />
amigo de hacer mil travesuras.<br />
Duero, río que nace <strong>en</strong><br />
la sierra de Urbión y desemboca<br />
<strong>en</strong> el Atlántico por<br />
O porto.<br />
Edicto, mandato, ord<strong>en</strong><br />
nue se publica para que todos<br />
se <strong>en</strong>ter<strong>en</strong>.<br />
El Cairo, capital d e<br />
Egipto.<br />
Embarazo, d i f ¡cuitad,<br />
obstáculo.<br />
Embeleso, esta do de<br />
embobami<strong>en</strong>to produc ido<br />
por tin gran placer.<br />
EmbcstiHa, embestirla.<br />
En ler gv aje antiguo, cuando<br />
al infinitivo acompañaba<br />
un pronombre <strong>en</strong>clítico de<br />
tercera <strong>verso</strong>na la r final<br />
del verbo se asimilaba a la<br />
inicial del pronombre (r -ff<br />
= 11). En el texto se <strong>en</strong>contrarán<br />
muchos ejemplos.<br />
Embestir, acometer, v<strong>en</strong>ir<br />
impetuosam<strong>en</strong>te sobre<br />
uno.<br />
Embocarse, meterse por<br />
una parte estrecha.
Embutir, atiborrar, <strong>en</strong>gullir.<br />
Empresa, int<strong>en</strong>to, propósito<br />
de hacer algo.<br />
Enaj<strong>en</strong>ado, que está sin<br />
saber lo que se hace, fuera<br />
de sí.<br />
Encapotado, c u b ierto<br />
de nubes.<br />
Encarecer, pon derar,<br />
exagerar.<br />
Enc<strong>en</strong>derse, sofocarse,<br />
ponerse <strong>en</strong>carnado.<br />
Encontrar con uno,<br />
tropezar, darle un <strong>en</strong>contronazo.<br />
Endonar, donar, regalar.<br />
Es voz anticuada.<br />
Engreírse, <strong>en</strong>vanecerse,<br />
s<strong>en</strong>tirse orgulloso.<br />
Enjambre, multitud de<br />
ciertos animales que andan<br />
reunidos. Dícese especialm<strong>en</strong>te<br />
de las abejas.<br />
En limpio, como resultado,<br />
<strong>en</strong> sustancia.<br />
Enojo, <strong>en</strong>fado, molestia.<br />
En sus trece, obstinadam<strong>en</strong>te,<br />
con terquedad.<br />
Ente, ser, lo que existe,<br />
persona.<br />
Enteco, flaco, débil, <strong>en</strong>fermizo.<br />
En toda tierra d e<br />
garbanzos, <strong>en</strong> todas partes.<br />
Es frase familiar.<br />
Entrometido, que le<br />
gusta meterse donde no hace<br />
falta.<br />
Errar, equivocarse, no<br />
acertar.<br />
Esbirro, alcruacil, el que<br />
pr<strong>en</strong>de a los delincu<strong>en</strong>tes.<br />
GLOSARIO<br />
217<br />
Escriño, cesto de paja.<br />
Escudero, sirvi<strong>en</strong>te que<br />
acompañaba al caballero o a<br />
las damas.<br />
Escudilla, vasija ancha,<br />
semiesférica.<br />
Eslabón, pieza de acero<br />
con que se golpea el pedernal<br />
para producir chispas.<br />
Esmero, sumo cuidado<br />
y solicitud con que se hace<br />
una cosa.<br />
Esopo, fabulista griego<br />
que floreció <strong>en</strong> el siglo v<br />
antes de J. C.<br />
Esquilón, campana pequeña.<br />
Estafermo, persona que<br />
está parada y como embobada.<br />
Estío, verano. Ya sólo se<br />
usa <strong>en</strong> estilo literario.<br />
Esí ra do. Era una tarima<br />
cubierta de alfombra,<br />
londe las señoras se s<strong>en</strong>taban<br />
sobre cojines para recibir<br />
las visitas. jj Sala <strong>en</strong><br />
que se recibían bis visitas.<br />
Etiqueta, ceremonia <strong>en</strong><br />
1 trafn rio In** personas.<br />
Experim<strong>en</strong>tar, nota r ,<br />
su frír.<br />
Experto, que ti<strong>en</strong>e experi<strong>en</strong>cia,<br />
práctico.<br />
Expiación, neto de sufrir<br />
la p<strong>en</strong>a deluda por la<br />
sillo que se atan las mujeres<br />
de pueblo a la cintura y<br />
lo llevan colgando debaj o<br />
de la falda o del delantal.<br />
Familia, grup o de personas<br />
que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> alguna<br />
condición común.<br />
Fantasía, imaginación,<br />
facultad que nos hace ver<br />
como real aquello que p<strong>en</strong>samos.<br />
Felipe IV, rey de España<br />
de 1621 a 1661.<br />
Fénix, ave fabulosa, que<br />
se dice es única y que r<strong>en</strong>ace<br />
de sus c<strong>en</strong>izas. S e<br />
aplica este nombre al que<br />
no ti<strong>en</strong>e igual <strong>en</strong> su género.<br />
Fineza, agasajo, muestra<br />
de cariño.<br />
Flandes, región de los<br />
Países Bajos.<br />
Flemón, inflamación<br />
aguda del tejido celular <strong>en</strong><br />
cualquier parte del cuerpo.<br />
Forajido, facineroso que<br />
anda por el campo huy<strong>en</strong>do<br />
de la justicia.<br />
Forastero, que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra<br />
<strong>en</strong> lugar distinto de<br />
aquel <strong>en</strong> que reside habitualm<strong>en</strong>te.<br />
Forjar, inv<strong>en</strong>tar, formar.<br />
Frágil, que se destruye<br />
fácilm<strong>en</strong>te, perecedero.<br />
Franco, libre, que no<br />
paga impuesto.<br />
Frío, hablando del carácter<br />
o del modo de comportarse<br />
una persona, se aplica<br />
al que muestra indifer<strong>en</strong>cia<br />
o desafecto.<br />
Frivolo, ligero, de poca<br />
sustancia.<br />
GLOSARIO<br />
218<br />
Frugal, moderado <strong>en</strong> el<br />
comer y beber.<br />
Frustrarse, malograrse<br />
un int<strong>en</strong>to.<br />
Gala, hacer gala de una<br />
cosa, vanagloriarse de ella,<br />
ost<strong>en</strong>tarla con orgullo.<br />
Galán, novio, galanteador.<br />
Galgo, perro muy ligero,<br />
de orejas colgantes, cuerpo,<br />
patas y rabo largos.<br />
Galo, Marco Fabio Galo.<br />
Filósofo romano que vivió<br />
a mediados del siglo primero<br />
antes de J. C. Se conservan<br />
varias cartas que le dirigió<br />
Cicerón.<br />
Gallina, persona cobarde.<br />
Es voz familiar.<br />
Gandul, holgazán, perezoso.<br />
Gangoso, que habla con<br />
resonancia nasal.<br />
Garboso, que ti<strong>en</strong>e movimi<strong>en</strong>tos<br />
graciosos, airoso.<br />
Garrucha, polea que ti<strong>en</strong>e<br />
el canto acanalado, por<br />
donde se desliza una cuerda.<br />
Gatillo, especie de t<strong>en</strong>azas<br />
para sacar las muelas.<br />
Gayo, alegre, vistoso.<br />
G<strong>en</strong>ial, g<strong>en</strong>io, carácter.<br />
Pert<strong>en</strong>ece al estilo vulgar.<br />
Gitano, cierta raza de<br />
g<strong>en</strong>tes errantes, esparcida<br />
por toda Europa.<br />
Gorjeo, quiebros que se<br />
hac<strong>en</strong> con la voz al cantar.<br />
Gotoso, que padece la<br />
<strong>en</strong>fermedad llamada gota, la<br />
cual causa hinchazón muy
dolo-rosa <strong>en</strong> las articulaciones.<br />
Gozque, perro pequeño,<br />
muy ladrador.<br />
Grupo, conjunto de seres<br />
o cosas.<br />
G u a d aña, instrum<strong>en</strong>to<br />
para segar, compuesto de<br />
un mango largo y una cuchilla<br />
puntiaguda y corva.<br />
Gualdrapa, cobe rtura<br />
larga que cubre la grupa<br />
del caballo.<br />
¡ Guarda! Voz con que<br />
se advierte a uno que se<br />
aparte de un peligro.<br />
Guarismo, cifra o número.<br />
Guiñapo, trapo roto, harapo,<br />
andrajo.<br />
Gusano de luz, luciérnaga<br />
; insecto cuya hembra<br />
se parece a un gusano, y<br />
ti<strong>en</strong>e la propiedad de fosforescer.<br />
Hac<strong>en</strong>duela, diminutivo<br />
de haci<strong>en</strong>da; bi<strong>en</strong>es, riqueza.<br />
Hacer la harna, afeitar,<br />
cortar la barba.<br />
Hacer pucheros, gesto<br />
que precede al llanto, sin<br />
que brot<strong>en</strong> lágrimas.<br />
Hacer tortilla, despachurrar,<br />
aplastar. Es frase<br />
familiar.<br />
Haragán, holgazán, perezoso.<br />
Harapo, trapo roto, guiñapo.<br />
Hatajo, conjunto, colección.<br />
Se aplica <strong>en</strong> mal<br />
s<strong>en</strong>tido.: hatajo de disparates,<br />
de ladrones.<br />
GLOSARIO<br />
219<br />
Hatillo, diminutivo de<br />
hato: conjunto de provisiones<br />
y ropas que lleva el pastor,<br />
por lo g<strong>en</strong>eral metidas<br />
<strong>en</strong> el zurrón.<br />
Haz, porción atada de<br />
lino, mies, leña, etc.<br />
He. «cernido de mr. te, 1c,<br />
aquí, allí y otras voces semejantes,<br />
se usa para llamar<br />
la at<strong>en</strong>ción sobre una<br />
cosa.<br />
Hechicero, el que <strong>en</strong> virtud<br />
de artes maléficas produce<br />
a otro un daño.<br />
Herder, filósofo alemán<br />
del siglo xviii.<br />
Hidropesía, acumulación<br />
anormal de humor seroso <strong>en</strong><br />
cualquier parte del cuerpo.<br />
Los que padec<strong>en</strong> esta <strong>en</strong>fermedad<br />
si<strong>en</strong>t<strong>en</strong> mucha sed. y<br />
era cre<strong>en</strong>cia que el beber los<br />
agravaba.<br />
Hipocondrio, cada una<br />
de las partes laterales superiores<br />
del abdom<strong>en</strong>.<br />
Homicidio, muerte viol<strong>en</strong>ta<br />
causada a una persona<br />
por otra.<br />
Horacio Flaco, celebre<br />
poeta latino de tiempo de<br />
Atiqtisto, autor, <strong>en</strong>tre otras<br />
obras, de un Arte poética.<br />
Horr<strong>en</strong>do, que causa<br />
horror, que espanta.<br />
Hortera, dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te de<br />
comercio. Es voz de desprecio,<br />
que ya no se usa.<br />
Hostería, posada, casa<br />
donde se da alojami<strong>en</strong>to y<br />
comida al que lo paga.
Huésped, persona que<br />
hospeda a otra <strong>en</strong> su casa.<br />
Hurto, cosa tomada sin<br />
la voluntad de su dueño,<br />
pero sin viol<strong>en</strong>cia.<br />
Husmear, andar averiguando<br />
algo con disimulo.<br />
ídem, lo mismo. Es voz<br />
latina.<br />
Imaginarlo. Decíase del<br />
que hacía imág<strong>en</strong>es.<br />
Importuno, e n f a doso,<br />
molesto, que acude cuando<br />
no es ocasión.<br />
Inconstante, que muda<br />
fácilm<strong>en</strong>te de parecer, que<br />
no ti<strong>en</strong>e continuidad <strong>en</strong> lo<br />
que hace.<br />
Indirecta, rodeo de que<br />
uno se vale para dar a <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der<br />
una cosa sin decirla<br />
claram<strong>en</strong>te. lias indirectas<br />
del Padre Cobos,<br />
frase proverbial que se aplica<br />
a las declaraciones expuestas<br />
con crudeza cuando<br />
debían de hacerse embozadam<strong>en</strong>te.<br />
Indol<strong>en</strong>te, p e r e z oso,<br />
flojo.<br />
Inicuo, malvado, injusto.<br />
En la fábula de la pág. 99<br />
ti<strong>en</strong>e el significado de malo,<br />
detestable.<br />
Intrépido, vali<strong>en</strong>te, atrevido.<br />
Ir caballero, ir montado<br />
<strong>en</strong> la cabalgadura.<br />
írsele a uno el santo a<br />
la gloria, o al cielo, olvidársele<br />
lo que va a hacer<br />
o a decir.<br />
GLOSARIO<br />
220<br />
ítem, también. Es voz<br />
latina.<br />
Jaco, caballo pequeño.<br />
Jeme, distancia que hay<br />
desde la extremidad del<br />
dedo pulgar a la del indice,<br />
apartados todo lo posible.<br />
Jerigonza, l<strong>en</strong>guaje difícil<br />
de <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der.<br />
¡Jo! i So! Interjección<br />
con que se manda parar a<br />
las caballerías.<br />
Júbilo, alegría que se<br />
manifiesta al exterior.<br />
Jum<strong>en</strong>to, asno, burro,<br />
borrico.<br />
Juno, diosa, esposa de<br />
Júpiter.<br />
Júpiter, padre de los<br />
dioses <strong>en</strong>tre los romanos.<br />
Jurisdicción, término<br />
de un lugar o provincia. 11<br />
Autoridad para gobernar y<br />
hacer cumplir las leyes.<br />
La de Dios es Cristo,<br />
gran disputa o riña.<br />
Ladino, taimado, astuto.<br />
Lastimero, que da lástima<br />
o compasión.<br />
Lauro, laurel que s e<br />
da por premio al v<strong>en</strong>cedor,<br />
o simplem<strong>en</strong>te, triunfo alcanzado.<br />
Lauto, espléndido, rico.<br />
Se usa muy poco.<br />
Laya, especie, casta, clase.<br />
Lechón. puerco, y especialm<strong>en</strong>te<br />
el cochinillo o cría<br />
del cerdo.<br />
Lecbuza, ave de rapiña<br />
nocturna.
GLOSARIO<br />
Lego, religioso profeso<br />
que no ha recibido las órd<strong>en</strong>es<br />
sagradas.<br />
Lesión, daño corporal.<br />
Letrina, retrete. Por tratarse<br />
de un lugar que se<br />
evita nombrar, está continuam<strong>en</strong>te<br />
cambiando d e<br />
nombre; hoy se ha llegado<br />
a designar con el nombre<br />
inglés water, para que<br />
no se <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>da.<br />
Liberalidad, g<strong>en</strong>erosidad,<br />
despr<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to.<br />
Lic<strong>en</strong>ciar, dar permiso,<br />
dar por terminado el servicio<br />
militar.<br />
Lisonja, alabanza <strong>en</strong>gañosa,<br />
adulación.<br />
Liviandad, ligereza, acción<br />
liviana.<br />
Lobanillo, tumor superficial<br />
que se forma <strong>en</strong> algunas<br />
partes del cuerpo.<br />
Loma, elevación del terr<strong>en</strong>o<br />
pequeña y prolongada.<br />
Lu<strong>en</strong>gos, largo, lejano.<br />
Voz anticuada, que sólo se<br />
usa <strong>en</strong> estilo literario.<br />
Lugareño, hombre que<br />
habita <strong>en</strong> un pueblo pequeño.<br />
Lugarón. pueblo pequeño,<br />
sin importancia. Es voz<br />
despreciativa.<br />
Luzbel, el demonio, el<br />
án?el rebelde.<br />
Llover a cántaros ó a<br />
lanzadas, llover torr<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te.<br />
Machucho, maduro de<br />
años, viejo.<br />
Madriguera, g u a r ida<br />
22T<br />
subterránea de algunos animales,<br />
especialm<strong>en</strong>te del conejo.<br />
Madruguero, madrugador,<br />
que acostumbra levantarse<br />
temprano.<br />
Maestro, el que es práctico<br />
<strong>en</strong> una materia.<br />
Majadero, necio, tonto.<br />
Malferido, voz anticuada<br />
; malherido.<br />
Mamotreto, libro o cuaderno<br />
de mucho volum<strong>en</strong>.<br />
Mancebo, jov<strong>en</strong>, mozo<br />
de pocos años.<br />
Manos a la obra, frase<br />
con que se anima a empr<strong>en</strong>der<br />
una cosa.<br />
Maragato, natural d e<br />
Maragateria, comarca de la<br />
provincia de León. Los tnaragatos<br />
se dedicaban a la<br />
arriería y a v<strong>en</strong>der pescado.<br />
Maraña, <strong>en</strong>redo, asunto<br />
complicado.<br />
Marrajo, astuto, difícil<br />
de <strong>en</strong>gañar.<br />
Marta y María, dos figuras<br />
de una parábola<br />
evangélica que simbolizan<br />
respectivam<strong>en</strong>te la vida activa<br />
y la contemplativa.<br />
Más listo que Cardona,<br />
frase con que se pondera<br />
el despejo y soltura<br />
de una persona.<br />
Mastín, perro grande de<br />
presa muy vali<strong>en</strong>te y leal.<br />
Mastranzo, planta aromática<br />
que se cría a orillas<br />
de los arroyos.<br />
Matadura, herida que
GLOSARIO<br />
produce a las caballerías el<br />
roce del aparejo.<br />
Maula, picaro, pillo, taimado.<br />
Medroso, miedoso, cobarde.<br />
Meüiza, especie de salchichón<br />
adobado con miel.<br />
M<strong>en</strong>tecato, falto de juicio,<br />
necio.<br />
Mercar, comprar.<br />
Mercurio, m<strong>en</strong>saj ero de<br />
los dioses <strong>en</strong> el Olimpo romano.<br />
Mesmo, mismo. Es forma<br />
anticuada.<br />
M e z q u ino, miserable,<br />
pobre de espíritu, falto de<br />
g<strong>en</strong>erosidad.<br />
Microscopio, instrum<strong>en</strong>to<br />
para ver de cerca, agrandados,<br />
los objetos muy pequeños.<br />
Mercóles de C<strong>en</strong>iza,<br />
el primer día de la Cuaresma,<br />
Mijo, semilla de la planta<br />
del mismo nombre. Es<br />
un grano m<strong>en</strong>udo, redondo<br />
y amarillo.<br />
Ministro de la. ley»<br />
juez que administra justicia.<br />
Mísero, desdichado, desgraciado.<br />
Mofa, burla.<br />
Moína, disgusto, <strong>en</strong>fado.<br />
Mohoso, cubierto d e<br />
moho, que es un hongo que<br />
se produce <strong>en</strong> la superficie<br />
de algunos cuerpos <strong>en</strong> descomposición.<br />
Mom<strong>en</strong>to, cosa do poco<br />
mom<strong>en</strong>to, de poca Importancia.<br />
Monago, tripa, vi<strong>en</strong>tre,<br />
barriga. Es voz de uso familiar.<br />
Mortal, fatigoso, abrumador.<br />
Mostr<strong>en</strong>co, que no ti<strong>en</strong>e<br />
dueño.<br />
Motilón, pelón, dicho del<br />
lego porque va rapado.<br />
Mudar, cambiar, variar.<br />
Mulato, mor<strong>en</strong>o.<br />
Nacido <strong>en</strong>tre malvas y<br />
mastranzos, frase usada<br />
para echar <strong>en</strong> cara a uno<br />
que es campesino.<br />
Nagua, <strong>en</strong>agua, pr<strong>en</strong>da<br />
interior de vestir de la mujer.<br />
Es forma anticuada.<br />
Nerón, emperador romano,<br />
del que se cu<strong>en</strong>tan muchas<br />
crueldades. Por ext<strong>en</strong>sión<br />
se da este nombre<br />
al que es muy cruel.<br />
Noé\ personaje bíblico, a<br />
qui<strong>en</strong> Dios <strong>en</strong>cargó la construcción<br />
de un arca para salvar<br />
del diluvio algunas personas<br />
y animales.<br />
No están maduras, frase<br />
proverbial tomada de la<br />
fábula de la zorra y las<br />
uvas. Se usa cuando uno<br />
desprecia algo que no ha<br />
podido conseguir.<br />
Oficina, sitio o departam<strong>en</strong>to<br />
donde se trabaja.<br />
Oler el poste, prever un<br />
daño para guardarse de él.<br />
Está toncado de una mala<br />
pasada que jugó Lazarillo<br />
de Tormes al ciego. Este
olió a Lazarillo que le había<br />
comido la longaniza y le<br />
castigó. El muchacho al pasar<br />
un arroyo le puso fr<strong>en</strong>te<br />
a un poste, le mandó saltar<br />
y, dejándole descalabrado, le<br />
dijo: "¿Olisteis la longaniza<br />
y no el poste?"<br />
Onza, moneda d e oro<br />
que valía 8o pesetas. 1 Peso<br />
que equivale a unos 29<br />
gramos. '<br />
GLOSARIO<br />
Opilado, que ti<strong>en</strong>e una<br />
<strong>en</strong>fermedad que impide eliminar<br />
las secreciones delj<br />
cuerpo. j<br />
Orbe, mundo.<br />
Orujo, hollejo de la uva<br />
después de exprimida.<br />
¡Oste! interjección para<br />
ahuy<strong>en</strong>tar algo que molesta.<br />
Pagarse, ufanarse d e<br />
una cosa, estar satisfecho.<br />
Paje, criado o lacayo.<br />
Palacios o castillos <strong>en</strong><br />
el aire, esperanza sin fundam<strong>en</strong>to<br />
que se desvanece<br />
fácilm<strong>en</strong>te.<br />
Palanca, barra rígida<br />
que, apoyada <strong>en</strong> un punto,<br />
pira sobre él y sirve para<br />
mover pesos.<br />
Pandilla, reunión de<br />
g<strong>en</strong>te; se toma g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te<br />
<strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido despectivo.<br />
Parabién, felicitación,<br />
<strong>en</strong>horabu<strong>en</strong>a.<br />
Parapeto, múrete o baranda<br />
que se pone <strong>en</strong> los<br />
sitios <strong>en</strong> que hay peligro de<br />
caerse.<br />
Parca, cada una de tres<br />
deidades mitológicas que su<br />
223<br />
ponían dueñas de las vidas<br />
de los hombres.<br />
Parco, moderado, escaso.<br />
¡Pardiez! Interjección.<br />
¡ Por Dios!<br />
Pasar de la raya, exceder<br />
de lo conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te o<br />
de lo permitido.<br />
Pasión, pesadumbre.<br />
Patán, hombre rústico,<br />
sin cultura.<br />
Pecilgar, pellizcar. Hoy<br />
es voz rústica.<br />
Pedante, que hace alarde<br />
de lo que sabe.<br />
Pedernal, piedra, especie<br />
de cuarzo.<br />
Pedigüeño, que ti<strong>en</strong>e<br />
el vicio de pedir.<br />
Pegote, i ni p c r tin<strong>en</strong>te,<br />
pelmazo. Es voz familiar.<br />
Pelárselas, e x p resión<br />
familiar para indicar que se<br />
hace una cosa con vehem<strong>en</strong>cia,<br />
con viveza.<br />
Pelotera, riña, pelea<br />
acompañada de voces.<br />
P<strong>en</strong>último, que está antes<br />
del último.<br />
Pepitoria, r e v o 11 i jo,<br />
confusión.<br />
Perdición, cosa estropeada,<br />
que no ti<strong>en</strong>e arreglo.<br />
Peregrino, especial, pocas<br />
veces visto.<br />
Perito, hábil, práctico <strong>en</strong><br />
una ci<strong>en</strong>cia o un arte.<br />
Persuadirse, conv<strong>en</strong>cerse<br />
de algo, creerlo.<br />
Per<strong>verso</strong>, muy malo.<br />
Pesadumbre, pesar, disgusto.
GLOSARIO<br />
Piamontés, natural del<br />
Piamonte, región del N. de<br />
Italia.<br />
Pillaje, latrocinio, tapiña.<br />
Pintarse solo para una<br />
cosa, t<strong>en</strong>er excepcionales<br />
condiciones para hacerla.<br />
Pinzón, pájaro semejante<br />
al gorrión, pero con plumaje<br />
de varios colores.<br />
Pizpireta, dícese de la<br />
que es viva, lista, despierta.<br />
Plácido, agradable, gustoso.<br />
Plebe, el populacho, la<br />
g<strong>en</strong>te baja.<br />
Plegué, forma del verbo<br />
placer.<br />
Pobrete, des v<strong>en</strong>turado.<br />
Voz de desprecio y conmiseración.<br />
Pod<strong>en</strong>co, perro muy ágil<br />
y resist<strong>en</strong>te para la caza, de<br />
orejas tiesas y cola <strong>en</strong>roscada.<br />
Polli-gallo, voz humorística<br />
compuesta de pollo y<br />
gallo.<br />
Porfía, continuación insist<strong>en</strong>te<br />
y obstinada <strong>en</strong> un<br />
propósito.<br />
Porte, modo de comportarse.<br />
Port<strong>en</strong>to, cosa que produce<br />
admiración por ser extraordinaria.<br />
Postigo, puerta pequeña,<br />
puertecilla de una v<strong>en</strong>tana<br />
o balcón.<br />
Postrero, último <strong>en</strong> ord<strong>en</strong>.<br />
324<br />
Potestad, dominio, poder.<br />
Pozal, cubo para sacar<br />
agua de un pozo.<br />
Pozo airón, sima muy<br />
profunda, <strong>en</strong> donde lo que<br />
cae desaparece para siempre.<br />
Prelado, parte de la<br />
misa que precede al canon.<br />
Prelado, superior eclesiástico<br />
que desempeña una<br />
de las dignidades de la Iglesia.<br />
Presa, tajada de carne.<br />
Presuntuoso, orgulloso,<br />
vanidoso.<br />
Presteza, ligereza, agilidad.<br />
Presto, pronto, veloz.<br />
Prev<strong>en</strong>ir, advertir, prever.<br />
Privado, el que ocupa el<br />
primer lugar <strong>en</strong> la gracia<br />
de un personaje y que ti<strong>en</strong>e<br />
poderosa influ<strong>en</strong>cia.<br />
Profanación, acción de<br />
profanar, de deshonrar.<br />
Profosar, dedicar, consagrar.<br />
Profundo, difícil de <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der<br />
su significado.<br />
Prolijo, demasiado largo,<br />
pesado. 1 Excesivam<strong>en</strong>te<br />
cuidadoso.<br />
Próspero, favor able,<br />
v<strong>en</strong>turoso.<br />
Pu<strong>en</strong>te, c o n st rucción<br />
con que se un<strong>en</strong> las dos<br />
orillas de un río o de un<br />
foso para poder cruzar. Es<br />
de los nombres llamados<br />
ambiguos, o que indifer<strong>en</strong>te-
Rompido, roto. Forma<br />
anticuada.<br />
Rondeño, natural d e<br />
Ronda, <strong>en</strong> la provincia de<br />
Málaga.<br />
Ropilla, vestidura corta<br />
con mangas, que se vestía<br />
sobre el jubón.<br />
Rozagante, vistoso.<br />
Rucio, dícese de la persona<br />
que ti<strong>en</strong>e el pelo <strong>en</strong>trecano.<br />
Calderón, <strong>en</strong> la fábula<br />
de la pág. 147, hace<br />
un juego de palabras dando<br />
a las voces rucia y rodada<br />
el doble significado de<br />
mujer canosa que ha rodado<br />
las escaleras, o bi<strong>en</strong> caballería<br />
de pelo gris o pardo,<br />
con manchas redondas.<br />
Ruin, vil, despreciable.<br />
Rústico, propio del campo,<br />
tosco.<br />
Sabandija, anira alejo<br />
repugnante o molesto.<br />
Sabedes, sabéis. Es voz<br />
anticuada. Las terminaciones<br />
verbales ades, edes, ides<br />
equival<strong>en</strong> a ais, cis, is:<br />
habladesm habí ais ; t<strong>en</strong>edes<br />
ret<strong>en</strong>éis ; partides—partís.<br />
Saciar, satisfacer, hartar.<br />
Salomón, rey de Israel,<br />
famoso por su sabiduría.<br />
Salva, saludo, bi<strong>en</strong>v<strong>en</strong>ida,<br />
y también el saludo hecho<br />
con armas de fuego. Hay<br />
<strong>en</strong> la pág. 114 un juego de<br />
palabras con los dos significados.<br />
San Lucas. Se celebra el<br />
día 18 de octubre.<br />
GLOSARIO<br />
236<br />
San Martín, se celebra<br />
el 11 de noviembre, y por<br />
esos días se hace la matanza.<br />
Sazón, punto conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te<br />
<strong>en</strong> que ha de estar una<br />
cosa para que sea agradable.<br />
Sazonar, poner las cosas<br />
<strong>en</strong> sazón.<br />
Seductor, que induce al<br />
mal.<br />
Seo, voz vulgar por seor<br />
o señor.<br />
Serrallo, estancia <strong>en</strong> que<br />
habitan las mujeres de los<br />
mahometanos. Llama al gallo<br />
dueño del serrallo porque<br />
gobierna él solo muchas<br />
hembras.<br />
Sinfonía, conjunto de<br />
voces o instrum<strong>en</strong>tos que<br />
su<strong>en</strong>an acordadam<strong>en</strong>te. ¡ j<br />
Pieza de música que, por lo<br />
g<strong>en</strong>eral, precede a las óperas.<br />
Sin segundo, que no<br />
ti<strong>en</strong>e igual, que es superior<br />
a todos <strong>en</strong> su línea.<br />
Sisar, hurtar una parte<br />
de los géneros o del dinero<br />
que uno maneja por cu<strong>en</strong>ta<br />
aj<strong>en</strong>a.<br />
Sobriedad, moderación<br />
<strong>en</strong> comer y beber.<br />
Solazarse, recrearse, divertirse.<br />
Solemne, que se celebra<br />
con suntuosidad, con gran<br />
aparato.<br />
Solemnizar, celebrar, dar<br />
su aprobación.<br />
Solícito, que pone inte-
GLOSARIO<br />
res y dilig<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> lo que<br />
hace.<br />
Sorna, burla disimulada.<br />
Sumergir, hundir, meter<br />
<strong>en</strong> lo profundo.<br />
Suspicaz, prop<strong>en</strong>so a sospechar,<br />
desconfiado.<br />
Tal, precedido de sí o no,<br />
se emplea para reforzar la<br />
réplica.<br />
Tañer, tocar un instrum<strong>en</strong>to.<br />
Tasadam<strong>en</strong>te, esc asam<strong>en</strong>te.<br />
Tema, porfía.<br />
Templado, que ti<strong>en</strong>e<br />
moderación, que sosiega sus<br />
pasiones.<br />
Terpandro, músico y<br />
poeta griego del siglo vn<br />
antes de J. C. No fué, por<br />
tanto, contemporáneo de Alejandro<br />
Magno; pero el consonante<br />
era t<strong>en</strong>tador, y se<br />
puede perdonar el anacronismo.<br />
Terso, brillante, resplandeci<strong>en</strong>te.<br />
Testa, cabeza. Se usa sólo<br />
<strong>en</strong> estilo jocoso. Derivados<br />
suyos son testarudez,<br />
testarudo.<br />
Tetuán, puerto de Marruecos,<br />
<strong>en</strong> el Mediterráneo.<br />
Tierno, delicado, s<strong>en</strong>sible.<br />
Tirano, persona que gobierna<br />
un estado contra derecho.<br />
|| Dícese del que<br />
abusa de su poder.<br />
Torticeram<strong>en</strong>te, injustam<strong>en</strong>te,<br />
contra la razón o<br />
el derecho.<br />
227<br />
Tosco, grosero, inculto,<br />
burdo.<br />
Trápula, es voz que usa<br />
el autor <strong>en</strong> broma, mezcla<br />
de trápala (embuste) y fábula.<br />
Traspié, tropezón, resbalón.<br />
Trasunto, copia, reproducción.<br />
Traza, apari<strong>en</strong>cia o figura.<br />
Tremecén o Tlemacén,<br />
ciudad de Argelia.<br />
Tremolina, bulla, gritería.<br />
Trémulo, tembloroso.<br />
Treta, artimaña, medio<br />
<strong>en</strong>gañoso para alcanzar algo.<br />
Trocar, cambiar una cosa<br />
por otra.<br />
Trofeo, monum<strong>en</strong>to o insignia<br />
que conmemora una<br />
batalla.<br />
Trompa, instrum<strong>en</strong>to músico<br />
de vi<strong>en</strong>to.<br />
Trujo, forma anticuada<br />
por trajo, de traer.<br />
Tuno, tunante, picaro,<br />
bribón.<br />
Turbarse, alterarse, aturdirse<br />
sin poder hablar.<br />
Turbión, chaparrón<br />
acompañado de vi<strong>en</strong>to.<br />
TJcé. abreviatura de vuestra<br />
merced.<br />
Ufano, satisfecho, <strong>en</strong>greído.<br />
Ultrajar, despreciar, injuriar.<br />
Ultramar, país que está<br />
al otro lado del mar. Dábamos<br />
especialm<strong>en</strong>te este<br />
nombre a las posesiones que
GLOSARIO<br />
hasta 1898 t<strong>en</strong>ía España <strong>en</strong><br />
América y Oceanía.<br />
Uncir, atar al yugo una<br />
bestia.<br />
Un pito, cosa sin importancia.<br />
Es frase familiar.<br />
Usiría, usía, vuestra señoría;<br />
tratami<strong>en</strong>to que se<br />
daba a determinadas personas.<br />
Valimi<strong>en</strong>to, protección,<br />
amparo.<br />
Vasallo, el que está sujeto<br />
a la soberanía de otro.<br />
V<strong>en</strong>us, diosa de la belleza<br />
<strong>en</strong>tre los romanos.<br />
Verbos, juram<strong>en</strong>tos, maldiciones.<br />
Verdugo, ministro d e<br />
justicia que ejecuta las pepas<br />
corporales<br />
Verosímil, que parece<br />
verdadero.<br />
Vían, Tido, veían, vio;<br />
formas anticuadas del verbo<br />
ver.<br />
Villalón, villa de la provincia<br />
de Valladolid.<br />
Visaje, gesto, mueca.<br />
Vivaracho, vivo de g<strong>en</strong>io,<br />
alegre.<br />
228<br />
Vizcaíno, natural d e<br />
Vizcaya. Por hablar una l<strong>en</strong>gua<br />
que no ti<strong>en</strong>e desin<strong>en</strong>cias<br />
hallan dificultad para<br />
usar el castellano.<br />
Voraz, que come con ansia.<br />
Voracidad, ansia de comer.<br />
Vuesa merced, tratami<strong>en</strong>to<br />
que se daba a cierta<br />
clase de personas.<br />
Vulgo, el común de las<br />
g<strong>en</strong>tes.<br />
Y darle, y dale. Se usa<br />
para reprobar la pesadez o<br />
repetición molesta.<br />
Yugo, <strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido figurado<br />
se dice a cualquier prisión<br />
o atadura.<br />
Zaherir, mortificar a uno<br />
con repr<strong>en</strong>sión áspera.<br />
Zagal, muchacho, mozo<br />
que guarda el ganado.<br />
Zambra, bulla, algazara,<br />
gritería.<br />
Zampar, meter de golpe.<br />
Zatico, m<strong>en</strong>drugo de pan.<br />
Zote, torpe, ignorante.<br />
Zozobra, temor, inquietud,<br />
desazón.
INDICE<br />
PÁGS.<br />
Advert<strong>en</strong>cia de la primera edición vn<br />
Ramón de Basterra.<br />
El avión y el molino i<br />
Rafael Rombo.<br />
El pinzón y la urraca<br />
2<br />
El sol y el polvo 3<br />
La cangreja consejera 3<br />
Manuel del Palacio.<br />
Los pedazos de mármol i<br />
Naturalismo 7<br />
Ramón de Campoamor.<br />
Los hijos y los padres 9<br />
Los padres y los hijos io<br />
La carambola II<br />
El concierto de los animales 12<br />
Los dos gorriones 17<br />
Salvar el honor con frases 18<br />
La liebre y el gallo 19<br />
Antonio de Trueba.<br />
El ejemplo 20<br />
Los tres amigos 22<br />
La parte del león 25<br />
El lobo y el cordero 28<br />
229
PÁGS.<br />
Concepción Ar<strong>en</strong>al.<br />
El sobrio y el glotón 30<br />
El lobo murmurador 31<br />
Juan Eug<strong>en</strong>io Harts<strong>en</strong>busch.<br />
Las espigas 33<br />
Los tres quejosos 33<br />
El dromedario y el camello 35<br />
El comprador y el hortera 35<br />
El jum<strong>en</strong>to murmurador 37<br />
El avaro y el jornalero 38<br />
Las indirectas del padre Cobos 39<br />
La alac<strong>en</strong>a 4 3<br />
El caballo de bronce 44<br />
La rebanadita de pan 48<br />
A su tiempo cada cosa 5 o<br />
Miguel Agustín Príncipe.<br />
El papal y el trapo 5 1<br />
El tiempo perdido 5 2<br />
Francisco Martines de la Rosa.<br />
El topo y el gusano de luz 53<br />
El zagal y el nido 54<br />
Andrés Bello.<br />
La ardilla, el dogo y el zorro 56<br />
Félix María de Sanianiego.<br />
El camello y la puilsra 60<br />
La alforja 61<br />
El cuervo y el zorro 62<br />
El perro y el cocodrilo 64<br />
Las dos ranas 65<br />
La zorra y el busto 67<br />
El raposo, la mujer y el gallo 68<br />
230
INDICE<br />
PÁGS.<br />
El león v<strong>en</strong>cido por el hombre 70<br />
La lechera 73<br />
Los gatos escrupulosos 75<br />
El viejo y la muerte 75<br />
La mona 76<br />
Los dos amigos y el oso 77<br />
La zorra y las uvas 78<br />
El congreso de los ratones 80<br />
EH charlatán 83<br />
La cigarra y la hormiga 84<br />
<strong>Tomás</strong> de Iriarte.<br />
Los dos conejos 87<br />
El gozque y el macho de noria 89<br />
La ardilla y el caballo 92<br />
La compra del asno 94<br />
El naturalista y las lagartijas 96<br />
El oso, la mona y el cerdo 99<br />
El topo y otros animales 101<br />
Los dos loros y la cotorra 105<br />
La campana y el esquilón 106<br />
El pedernal y el eslabón 107<br />
El burro flautista 108<br />
Pedro de Salas.<br />
El ratón del campo y el cortesano 110<br />
José de Cañizares.<br />
Lo cierto por lo dudoso 112<br />
Francisco de la Torre.<br />
Al romper el alba 114<br />
Agustín Moreto.<br />
Respuesta de Pero Grullo 11.5<br />
Codicia de lo prohibido 115<br />
231
INDICE<br />
PÁGS.<br />
La fruta prohibida H7<br />
Por la pu<strong>en</strong>te, que está seco 118<br />
El desafío<br />
El placer de la v<strong>en</strong>ganza no<br />
Cristóbal de Monroy.<br />
La naturaleza puede más que el arte 121<br />
Antonio de Solís.<br />
No era nada lo del ojo 123<br />
Juan de Matos Fragoso.<br />
El perro y el asno i 2<br />
-f<br />
Afeitar por amor de Dios 125<br />
El du<strong>en</strong>de 125<br />
La muía del doctor 126<br />
Juan Pérez de Montalbán.<br />
Testigo recusado 128<br />
Francisco de Leyva.<br />
La precipitación 13°<br />
El loco por la p<strong>en</strong>a es cuerdo I3 1<br />
Alvaro Cubillo de Aragón.<br />
El burro <strong>en</strong>tre dos pi<strong>en</strong>sos 133<br />
Maldición de corcovado 134<br />
Sebastián de Villaviciosa.<br />
El sueño <strong>en</strong>gañoso 135<br />
Jacinto de Herrera.<br />
El embustero 136<br />
La zorra y el león 138<br />
232
INDICE<br />
Luis de Belmonte Bermúdez.<br />
PÁGS.<br />
Los arqueólogos 139<br />
Antonio Mira de Amescua.<br />
La cigarra y la hormiga 141<br />
Don Pedro Calderón de la Barca.<br />
Por un cero 14 2<br />
Comedimi<strong>en</strong>to y astucia 144<br />
El consuelo 145<br />
Desprecio de la grandeza humana 14S<br />
Pasión de poeta 146<br />
Culpar al prójimo de la falta propia 147<br />
Por no hablar claro 148<br />
Cont<strong>en</strong>tar a todos 149<br />
Los huéspedes qué gusto dan 150<br />
La manda del soldado 15 1<br />
El gangoso 15 1<br />
Apr<strong>en</strong>diera bu<strong>en</strong> oficio IS3<br />
El mal pintor 155<br />
La liberalidad 155<br />
El ciego 157<br />
Regateo 157<br />
Para ablandar la cama 158<br />
Francisco de Rojas y Zorrilla.<br />
La muía del doctor 160<br />
El cochino 162<br />
Juan Ruis de Alar con.<br />
El of<strong>en</strong>sor of<strong>en</strong>dido 164<br />
El cobarde 165<br />
El sabio <strong>en</strong>tre los locos 166<br />
Después de yo muerto 166<br />
Qui<strong>en</strong> pide, alcanza 167<br />
233
iV JO/CE<br />
PÁGS.<br />
El ruin con mando 168<br />
La corneja con plumas aj<strong>en</strong>as 170<br />
Fray Gabriel Tilles. (Tirso de Molina.)<br />
El león y la raposa 172<br />
La muía del doctor 174<br />
El asno y el cochino 175<br />
Mejor goza el bi<strong>en</strong> qui<strong>en</strong> desde el mal vino a él. 176<br />
Lope de Vega.<br />
Perdices me manda mi padre que coma 178<br />
Si el burro cae, nada 179<br />
El mal hace apreciar el bi<strong>en</strong> 179<br />
El labrador, su hijo y el asno 181<br />
Error salvado 182<br />
C<strong>en</strong>surar es fácil 183<br />
No firmes carta que no leas 183<br />
El leñador y la muerte 184<br />
Norma de privados 185<br />
El asno y la diosa 186<br />
El perro y el asno 188<br />
El cascabel al gato 189<br />
Perder lo cierto por lo dudoso 190<br />
El soberbio y el humilde 19o El soberbio abatido<br />
l<br />
9 l<br />
Cont<strong>en</strong>tarse con su estado 192<br />
Las muelas y el hombre 193<br />
Escarm<strong>en</strong>tar <strong>en</strong> cabeza aj<strong>en</strong>a 194<br />
La gata mujer 196<br />
La gata mujer 197<br />
La gata mujer 197<br />
El asno y el cochino 198<br />
Gratitud 199<br />
Baltasar del Alcázar.<br />
Des<strong>en</strong>gaño<br />
234<br />
2 0 0
ÍNDICE<br />
Juan Ruis, Arcipreste de Hita.<br />
233<br />
PÁGS.<br />
El mur de Monferrado e el mur de Guadal ajara 203<br />
La raposa e el cuervo 206<br />
Glosario 209