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El naturalista en Nicaragua Thomas Belt Capitulo19 Iguanas y ...

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EL NATURALISTA EN NICARAGUA<br />

<strong>El</strong> vi<strong>en</strong>to alisio ha quedado muerto, el eterno rugir del<br />

oleaje del mar ya no se escucha, pues el único ruido que<br />

queda es el quebrarse de las ramas bajo el peso del polvo<br />

pegajoso. A eso de la una, el velo comi<strong>en</strong>za a levantarse,<br />

una rojiza luz solar empieza a aparecer <strong>en</strong> el horizonte,<br />

aunque todo es negro <strong>en</strong>cima. Gradualm<strong>en</strong>te los nubarrones<br />

de polvo se alejan, la isla ve el sol de nuevo, como<br />

también ve que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra bajo varias pulgadas de<br />

polvo negro, que resulta muy fértil.<br />

Qui<strong>en</strong>es recuerd<strong>en</strong> que Barbados está a och<strong>en</strong>ta millas<br />

a barlov<strong>en</strong>to de San Vic<strong>en</strong>te y que una fuerte brisa<br />

del este-noreste comúnm<strong>en</strong>te sopla de aquella a esta isla,<br />

podrán imaginar, si no medir, la fuerza de una explosión<br />

que debe haber lanzado el polvo a varias millas <strong>en</strong><br />

el aire, más arriba de la región de los alisios, ya sea hacia<br />

un estrato totalm<strong>en</strong>te calmo o a uno, todavía más alto,<br />

donde el cálido vi<strong>en</strong>to del suroeste sopla continuam<strong>en</strong>te<br />

de los trópicos al polo.185<br />

He transcrito este relato gráfico de la gran erupción volcánica de<br />

San Vic<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> 1812, del precioso trabajo de Canon Kingsley, para<br />

conv<strong>en</strong>cer a mis lectores, con un l<strong>en</strong>guaje más elocu<strong>en</strong>te que el<br />

que yo puedo emplear, de que también <strong>en</strong> tiempos reci<strong>en</strong>tes ha<br />

habido grandes explosiones, aunque inferiores <strong>en</strong> ext<strong>en</strong>sión<br />

y magnitud a las que produjeron la gran hoya de la laguna<br />

de Masaya y de otras similares <strong>en</strong> las mismas y contiguas<br />

provincias del Pacífico. No cierro los ojos al hecho de que grande<br />

como fue la fuerza que operó <strong>en</strong> San Vic<strong>en</strong>te <strong>en</strong> 1812, la necesaria<br />

para excavar la gran caldera del Masaya, fue incomparablem<strong>en</strong>te<br />

mayor.<br />

Nadie es más escéptico que yo para invocar la pres<strong>en</strong>cia de<br />

<strong>en</strong>ormes fuerzas naturales que actuaron <strong>en</strong> tiempos anteriores y<br />

que todavía subsist<strong>en</strong>. Pero creo que existe una bu<strong>en</strong>a razón para<br />

inferir que al final del período glacial la <strong>en</strong>ergía volcánica era mu-<br />

185 At Last, de Charles Kingsley, VOL 1, P90<br />

308

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