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Métodos de autoayuda de energía muscular (para músculos rígidos ...

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168 APLICACIÓN CLÍNICA DE LAS TÉCNICAS NEUROMUSCULARES II<br />

ellos <strong>músculos</strong>, fascia, ligamentos, tendones, fibras nerviosas)<br />

pue<strong>de</strong>n estirarse, en tanto otros quedan en un estado<br />

contraído o acortado. No sorpren<strong>de</strong> que <strong>de</strong> estos patrones<br />

surja incomodidad o que estos tejidos presenten mayores<br />

probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> presentar dolor cundo se les exige que hagan<br />

algo fuera <strong>de</strong> lo ordinario, como alzar alguna cosa o estirarse.<br />

Las estructuras tanto acortadas como hiperestiradas<br />

pue<strong>de</strong>n haber perdido su elasticidad normal, por lo menos<br />

parcialmente. En consecuencia, no es infrecuente que en tejidos<br />

crónicamente tensionados se sobreinstalen <strong>de</strong> algún modo<br />

esfuerzos tensionales.<br />

Lo que halló la TLP es que si los tejidos acortados son suavemente<br />

llevados a una posición en la cual transitoriamente<br />

se acortan aún más se logra cierto grado <strong>de</strong> comodidad, que<br />

pue<strong>de</strong> aliviar el dolor <strong>de</strong> la zona. Los tejidos pue<strong>de</strong>n comenzar<br />

entonces a funcionar más normalmente, permitiendo su<br />

movimiento o uso sin (o con menos) dolor.<br />

Cuadro 7.2. Autoayuda <strong>de</strong>l paciente. Ejercicio <strong>de</strong> TLP<br />

● Siéntese en una silla y, usando un <strong>de</strong>do, busque en los<br />

<strong>músculos</strong> a un lado <strong>de</strong> su cuello, inmediatamente <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> la<br />

mandíbula y aproximadamente 2,5 cm por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l lóbulo <strong>de</strong> la<br />

oreja. La mayor parte <strong>de</strong> nosotros tiene ahí <strong>músculos</strong> dolorosos.<br />

Encuentre un lugar que sea sensible a la presión.<br />

● Presione <strong>de</strong> modo apenas tan fuerte como <strong>para</strong> que duela un<br />

poco y gradúe este dolor <strong>para</strong> usted mismo como «10» (siendo 0 =<br />

ausencia total <strong>de</strong> dolor). No intente que sea altamente doloroso; 10<br />

es simplemente una puntuación que usted asigna.<br />

● Mientras sigue presionando el punto incline el cuello hacia<br />

<strong>de</strong>lante, muy lentamente, <strong>de</strong> manera que su mandíbula se mueva<br />

hacia el tórax.<br />

● Decida qué puntuación tiene ahora el punto doloroso.<br />

● Tan pronto como usted sienta que se alivia un poco, comience<br />

a girar su cabeza algo hacia el lado <strong>de</strong>l dolor, hasta que éste se<br />

reduzca un poco más.<br />

● Al efectuar una «sintonía fina» <strong>de</strong> la posición <strong>de</strong> su cabeza<br />

mediante un pequeño giro, o una ligera inclinación hacia el costado<br />

o a<strong>de</strong>lante, usted <strong>de</strong>bería po<strong>de</strong>r llevar la puntuación cerca <strong>de</strong> «0», o<br />

por lo menos a «3».<br />

● Si tras encontrar esa posición que usted ha adoptado como<br />

«posición <strong>de</strong> alivio» usted permaneciese en esa posición (no tiene<br />

que seguir presionando sobre el punto) durante un minuto y medio,<br />

al volver lentamente a sentarse erguido la zona dolorosa <strong>de</strong>bería<br />

estar menos sensible, habiéndose enrojecido el área <strong>de</strong>bido al aflujo<br />

<strong>de</strong> sangre oxigenada fresca.<br />

● Si ésta fuese verda<strong>de</strong>ramente un área dolorosa y no una zona<br />

«experimental», el dolor ce<strong>de</strong>ría, más o menos al día siguiente, y los<br />

tejidos locales se hallarían más relajados.<br />

● Pue<strong>de</strong> hacer esto con cualquier punto doloroso <strong>de</strong>l cuerpo,<br />

incluyendo los puntos gatillo, que son áreas localizadas dolorosas a<br />

la presión que a<strong>de</strong>más difun<strong>de</strong>n el dolor a una zona distante o<br />

irradian dolor al ser presionados. Esto podría no curar el problema<br />

(aunque a veces sí), pero usualmente el dolor disminuirá.<br />

Las reglas <strong>para</strong> la autoaplicación <strong>de</strong> la TLP son las que siguen:<br />

● Localice un punto doloroso y presione apenas tan fuerte como<br />

<strong>para</strong> establecer una puntuación <strong>de</strong> «10».<br />

● Si el punto se halla en la cara frontal <strong>de</strong>l cuerpo, inclínese hacia<br />

<strong>de</strong>lante <strong>para</strong> relajarlo; cuanto más distante se encuentre <strong>de</strong> la línea<br />

media <strong>de</strong>l cuerpo, más <strong>de</strong>berá soltarse hacia ese lado (inclinándose<br />

lateralmente o rotando, lentamente).<br />

● Si el punto se encuentra al dorso <strong>de</strong>l cuerpo, relájese<br />

ligeramente hacia atrás hasta que la puntuación <strong>de</strong>scienda un poco<br />

y luego <strong>de</strong>svíese alejándose <strong>de</strong>l lado dolorido y haga «sintonía fina»<br />

<strong>para</strong> lograr alivio.<br />

● Mantenga esta «posición <strong>de</strong> alivio» durante no menos <strong>de</strong> 30<br />

segundos (y hasta 90 segundos) y retorne muy lentamente a la<br />

posición <strong>de</strong> comienzo neutra.<br />

Pero, ¿cómo saber en qué dirección movilizar los tejidos<br />

muy dolorosos y tensos? Hay unas reglas muy simples, que<br />

po<strong>de</strong>mos utilizar en nosotros mismos, en un experimento <strong>de</strong><br />

fácil aplicación (Cuadro 7.2).<br />

<strong>Métodos</strong> <strong>de</strong> <strong>autoayuda</strong> <strong>de</strong> <strong>energía</strong> <strong>muscular</strong> (<strong>para</strong><br />

<strong>músculos</strong> <strong>rígidos</strong> y dolorosos y puntos gatillo)<br />

Cuando un músculo es contraído <strong>de</strong> forma isométrica (lo<br />

que significa una contracción sin que se permita ningún movimiento)<br />

durante alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> 10 segundos, el músculo en<br />

cuestión, así como el músculo o los <strong>músculos</strong> que llevan a cabo<br />

la acción opuesta (<strong>de</strong>nominados antagonistas) estarán mucho<br />

más relajados y podrán ser estirados mucho más fácilmente<br />

que antes <strong>de</strong> la contracción. Esto se conoce como<br />

«técnica <strong>de</strong> <strong>energía</strong> <strong>muscular</strong>» (TEM).<br />

● Asegúrese <strong>de</strong> que no se produce dolor en ningún otro lugar<br />

cuando está haciendo sintonía fina <strong>para</strong> hallar la posición <strong>de</strong> alivio.<br />

● No trate más <strong>de</strong> 5 puntos dolorosos en un solo día, ya que su<br />

cuerpo necesitará adaptarse a estos autotratamientos.<br />

● Espere una mejora en el funcionamiento (facilidad <strong>de</strong>l<br />

movimiento) bastante pronto (en minutos) <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l<br />

autotratamiento; sin embargo, la reducción <strong>de</strong>l dolor pue<strong>de</strong> tardar<br />

aproximadamente un día. En realidad usted podrá sentirse un poco<br />

rígido o dolorido en la zona previamente dolorosa al día siguiente.<br />

Pero pasará pronto.<br />

● Si se realiza el autotratamiento <strong>de</strong> puntos dolorosos al tacto en<br />

los <strong>músculos</strong> intercostales (entre las costillas) con el fin <strong>de</strong> mejorar<br />

las sensaciones <strong>de</strong> tensión o molestia en el tórax, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

efectuar la TLP la respiración <strong>de</strong>be sentirse más fácil y menos<br />

constreñida. Los puntos sensibles que ayudan a disten<strong>de</strong>r las<br />

costillas se encuentran a menudo muy cerca <strong>de</strong>l esternón o entre<br />

ellas, en una línea que incluye el pezón (en el caso <strong>de</strong> las costillas<br />

superiores) u otra que pasa por el frente <strong>de</strong> la axila (<strong>para</strong> las<br />

costillas por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la 4ª) (Figura 7.1).<br />

● Si usted sigue estas instrucciones cuidadosamente, sin crear<br />

nuevos dolores al hallar las posiciones <strong>de</strong> alivio y sin presionar<br />

<strong>de</strong>masiado, no podrá perjudicarse a usted mismo y en cambio<br />

podría liberar <strong>músculos</strong> tensos, <strong>rígidos</strong> y doloridos.<br />

Figura 7.1. Autotratamiento mediante liberación posicional <strong>de</strong> un<br />

punto sensible al tacto en una costilla superior (reproducido <strong>de</strong><br />

Chaitow, 2000).


190 APLICACIÓN CLÍNICA DE LAS TÉCNICAS NEUROMUSCULARES II<br />

Cuadro 8.5. Articulaciones y <strong>músculos</strong>: ¿qué tratar primero?<br />

(Nota. Este cuadro es una ligera modificación <strong>de</strong> material obtenido<br />

<strong>de</strong> Chaitow, 2001).<br />

No existe acuerdo general <strong>de</strong> los fisioterapeutas acerca <strong>de</strong> la<br />

jerarquía entre «articulaciones» y «tejidos blandos» en cuanto a su<br />

importancia. En diferentes circunstancias, ambos serán<br />

probablemente los factores predominantes <strong>de</strong> una situación<br />

disfuncional. Sin embargo, los autores se inclinan por aten<strong>de</strong>r los<br />

tejidos blandos más que por el ajuste/manipulación/movilización<br />

óseas (aun con metodología <strong>de</strong> articulación o impulso AVBA),<br />

reservándose la manipulación <strong>para</strong> aquellos casos en que existe<br />

disfunción intraarticular (véanse las observaciones <strong>de</strong> Lewit, más<br />

a<strong>de</strong>lante) o en los que los métodos <strong>de</strong> movilización y manipulativos<br />

ayu<strong>de</strong>n a lograr los objetivos <strong>de</strong> los métodos <strong>de</strong> tejidos blandos.<br />

Janda (1988) reconoce que no se sabe si la disfunción<br />

<strong>muscular</strong> causa disfunción articular o viceversa. No obstante,<br />

sugiere que es posible que los beneficios observados tras la<br />

manipulación articular provengan <strong>de</strong> los efectos que tienen estos<br />

métodos (impulso AVBA, movilización, etc.) sobre los tejidos<br />

blandos asociados.<br />

Lewit (1985) abordó esta controversia en un elegante estudio en el<br />

que <strong>de</strong>mostró que ciertos patrones restrictivos típicos permanecen<br />

intactos incluso cuando el paciente es observado bajo anestesia con<br />

miorrelajantes. Su punto <strong>de</strong> vista es equilibrado cuando expresa:<br />

El concepto ingenuo <strong>de</strong> que la restricción <strong>de</strong>l movimiento en la<br />

movilidad pasiva se <strong>de</strong>be necesariamente a lesión articular <strong>de</strong>be<br />

abandonarse. Sabemos que los <strong>músculos</strong> con tensión pue<strong>de</strong>n limitar el<br />

movimiento pasivo por sí mismos y que las lesiones articulares se<br />

relacionan con regularidad con una tensión <strong>muscular</strong> aumentada.<br />

Continúa señalando otras alternativas, entre ellas el hecho <strong>de</strong> que<br />

muchas restricciones articulares no son empero el resultado <strong>de</strong><br />

modificaciones <strong>de</strong> los tejidos blandos, dando como ejemplo las<br />

articulaciones que no se encuentran bajo el control <strong>de</strong> influencias<br />

<strong>muscular</strong>es: tibioperonea, sacroilíaca, acromioclavicular. Recuerda<br />

asimismo los muchos casos en que el juego articular se halla más<br />

restringido que el movimiento articular normal; dado que el juego<br />

articular constituye un rasgo <strong>de</strong> la movilidad <strong>de</strong> la articulación no<br />

sujeto al control <strong>muscular</strong>, la conclusión ha <strong>de</strong> ser que <strong>de</strong> hecho sí<br />

existen problemas articulares en que los tejidos blandos son un<br />

factor secundario a algún problema disfuncional general <strong>de</strong> dolor y/o<br />

amplitud <strong>de</strong> movimiento restringida (bloqueo).<br />

Y continúa:<br />

No se intenta <strong>de</strong>sestimar con esto el papel <strong>de</strong> la musculatura en la<br />

restricción <strong>de</strong>l movimiento, pero es importante restablecer el papel<br />

<strong>de</strong> la articulación y, aún más, distinguir clínicamente la restricción <strong>de</strong>l<br />

movimiento causada por <strong>músculos</strong> tensos <strong>de</strong> la <strong>de</strong>bida a<br />

articulaciones bloqueadas o, muy frecuentemente, a ambas cosas.<br />

En capítulos posteriores en que se <strong>de</strong>tallan las aplicaciones<br />

clínicas (en particular los Capítulos 12, 13 y 14) se subrayará la<br />

importancia <strong>de</strong> la evaluación y la mejora <strong>de</strong>l juego articular como<br />

algo clínicamente útil.<br />

Steiner (1994) <strong>de</strong>scribe la influencia <strong>de</strong> los <strong>músculos</strong> en los<br />

síndromes discales y facetarios, así como una posible secuencia,<br />

como sigue:<br />

● Un esfuerzo, que comprenda torsión <strong>de</strong>l cuerpo, estiramiento<br />

rápido, pérdida <strong>de</strong> equilibrio, etc., produce una respuesta <strong>de</strong>l reflejo<br />

<strong>de</strong> estiramiento miotático, por ejemplo, en una parte <strong>de</strong>l erector <strong>de</strong> la<br />

columna.<br />

● Los <strong>músculos</strong> se contraen a fin <strong>de</strong> impedir el movimiento<br />

articular excesivo, pudiendo aparecer espasmo en caso <strong>de</strong><br />

respuesta exagerada, sin que puedan reasumir el tono normal tras<br />

el esfuerzo.<br />

● Esto limita el libre movimiento <strong>de</strong> las vértebras implicadas, las<br />

aproxima y causa la compresión y la protrusión <strong>de</strong> los discos<br />

intervertebrales y/o un forzamiento aproximativo <strong>de</strong> las facetas<br />

(carillas) articulares.<br />

● Los discos emergentes podrían invadir el espacio<br />

correspondiente a una raíz nerviosa, produciendo los síntomas <strong>de</strong> un<br />

síndrome discal.<br />

● Las facetas articulares, cuando son forzadas a aproximarse,<br />

producen presión sobre el líquido intraarticular, empujando contra la<br />

cápsula facetaria limitante, que se estira e irrita.<br />

● En tal caso, los nervios capsulares sinovertebrales pue<strong>de</strong>n<br />

irritarse, produciendo un escudo <strong>muscular</strong> y dando inicio a un<br />

proceso autoperpetuante <strong>de</strong> dolor – espasmo – dolor.<br />

Continúa Steiner: «Des<strong>de</strong> un punto <strong>de</strong> vista fisiológico, la<br />

corrección o cura <strong>de</strong> los síndromes discal o facetario <strong>de</strong>berían<br />

revertir el proceso que los produjo, eliminando el espasmo <strong>muscular</strong><br />

y restaurando el movimiento normal.» Argumenta que antes <strong>de</strong><br />

intentar la discectomía o la rizotomía facetaria, con su resultado<br />

<strong>de</strong>masiado frecuente <strong>de</strong> «fracaso quirúrgico en el síndrome discal»,<br />

<strong>de</strong>bería intentarse aten<strong>de</strong>r los tejidos blandos y se<strong>para</strong>r las<br />

articulaciones <strong>para</strong> reducir el espasmo, con la finalidad <strong>de</strong> permitir<br />

que el disco protruido vuelva a su lugar y/o las facetas reasuman su<br />

movimiento normal.<br />

Bourdillon (1982) manifiesta que el acortamiento <strong>muscular</strong> parece<br />

constituir un fenómeno autoperpetuante, resultante <strong>de</strong> una<br />

hiperreacción <strong>de</strong>l sistema <strong>de</strong> la neurona gamma. Parecería que el<br />

músculo es incapaz <strong>de</strong> retornar a una longitud <strong>de</strong> reposo normal<br />

mientras ella prosiga. Si bien así se acorta la longitud efectiva <strong>de</strong>l<br />

músculo, éste es capaz <strong>de</strong> acortarse aún más. El factor dolor parece<br />

relacionado con la imposibilidad <strong>de</strong> restaurar <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> ello la<br />

longitud anatómicamente <strong>de</strong>seable <strong>de</strong>l músculo. La conclusión a la<br />

que llega es que gran parte <strong>de</strong> las restricciones <strong>muscular</strong>es son<br />

resultado <strong>de</strong> tensión y acortamiento <strong>muscular</strong>es. También pue<strong>de</strong><br />

cumplirse lo opuesto, siendo el factor actuante el daño <strong>de</strong> los tejidos<br />

–blandos o duros– <strong>de</strong> la articulación. En estos casos, los cambios<br />

periarticulares y osteofíticos, muy aparentes en las afecciones<br />

<strong>de</strong>generativas, constituirían el factor limitante principal <strong>de</strong> la<br />

restricción articular.<br />

La restricción que aparece como resultado <strong>de</strong> <strong>músculos</strong> tensos y<br />

acortados se acompaña usualmente <strong>de</strong> cierto grado <strong>de</strong> alargamiento<br />

y <strong>de</strong>bilitación <strong>de</strong> los antagonistas. Existe una amplia variedad <strong>de</strong><br />

posibles modificaciones en cualquier entidad dada que implique<br />

acortamiento <strong>muscular</strong>, pudiendo éstas dar inicio a la disfunción<br />

articular o ser secundarias a ésta, en combinación con la <strong>de</strong>bilidad<br />

<strong>de</strong> los antagonistas. Norris (1999) ha señalado:<br />

La mezcla <strong>de</strong> tensión y <strong>de</strong>bilidad observada en el proceso <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>sequilibrio <strong>muscular</strong> altera el alineamiento segmentario corporal y<br />

modifica el punto <strong>de</strong> equilibrio <strong>de</strong> una articulación. Normalmente, el<br />

tono <strong>de</strong> reposo equilibrado <strong>de</strong> los <strong>músculos</strong> agonistas y antagonistas<br />

permite a la articulación adoptar una posición equilibrada, en la que las<br />

superficies articulares reciben una carga equitativamente distribuida y<br />

los tejidos inertes <strong>de</strong> la articulación no sufren una tensión excesiva. En<br />

cambio, si los <strong>músculos</strong> a un lado <strong>de</strong> la articulación están tensos y los<br />

opuestos se relajan, la articulación será tironeada fuera <strong>de</strong> su<br />

alineamiento, en el sentido <strong>de</strong>l músculo o los <strong>músculos</strong> tensos.<br />

Estas modificaciones <strong>de</strong> la alineación hacen que se produzcan<br />

esfuerzos con carga <strong>de</strong> peso sobre las superficies articulares y<br />

provocan a<strong>de</strong>más tejidos blandos acortados, que con el tiempo se<br />

contraerán crónicamente. Por otra parte, tales <strong>de</strong>sequilibrios<br />

provocan la reducción <strong>de</strong>l control segmentario, surgiendo reacciones<br />

compensatorias en ca<strong>de</strong>na.<br />

Los autores consi<strong>de</strong>ran que intentar distinguir <strong>de</strong> forma absoluta<br />

entre restricciones articulares y <strong>de</strong> tejidos blandos es algo<br />

frecuentemente artificial. Ambos elementos están casi siempre<br />

implicados, aun cuando uno pue<strong>de</strong> ser el primario, y el otro, el<br />

secundario. Los elementos disfuncionales reales, i<strong>de</strong>ntificados por<br />

evaluación y palpación, requieren atención. En ciertos casos, ello<br />

requiere el tratamiento <strong>de</strong>l bloqueo intraarticular mediante<br />

manipulación, como <strong>de</strong>scribe Lewit. En otros (la mayoría, en opinión<br />

<strong>de</strong> los autores), los métodos <strong>de</strong> tejidos blandos, combinados con el<br />

uso asiduo <strong>de</strong> procedimientos rehabilitadores en el hogar, resolverán<br />

aparentes disfunciones articulares. En ciertas circunstancias se<br />

requerirá la normalización tanto <strong>de</strong> los tejidos blandos como <strong>de</strong> las<br />

articulaciones, basándose entonces la secuencia en el<br />

entrenamiento, las creencias personales y los conocimientos <strong>de</strong>l<br />

profesional.


70 mm<br />

A B<br />

Figura 13.10. A. Sección <strong>de</strong>l cóndilo interno que muestra su<br />

concavidad superior. B. Sección <strong>de</strong>l cóndilo externo que muestra su<br />

convexidad superior (reproducido con permiso <strong>de</strong> Kapandji, 1987).<br />

que el cóndilo externo <strong>de</strong>be montarse y cabalgar sobre esta<br />

pendiente durante los movimientos articulares (Figura<br />

13.10).<br />

Señala Kapandji (1987):<br />

En consecuencia, mientras que el cóndilo interno es superiormente<br />

bicóncavo, el externo es cóncavo en el plano frontal y convexo<br />

en el plano sagital (como se ve en un pre<strong>para</strong>do fresco). Como<br />

resultado <strong>de</strong> ello, el cóndilo femoral interno está relativamente<br />

estable <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l cóndilo tibial interno cóncavo, en tanto el cóndilo<br />

femoral externo queda inestable, ya que cabalga sobre la superficie<br />

convexa <strong>de</strong>l cóndilo tibial externo. Su estabilidad durante<br />

los movimientos <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> la integridad <strong>de</strong>l ligamento cruzado<br />

anterior.<br />

Los ligamentos cruzados anterior y posterior se <strong>de</strong>scriben<br />

más a<strong>de</strong>lante.<br />

Los meniscos (Figura 13.11)<br />

Debido al alto grado <strong>de</strong> incongruencia <strong>de</strong> la articulación<br />

femorotibial se requieren estructuras articulares accesorias<br />

<strong>para</strong> aumentar la estabilidad en tanto sigue siendo posible la<br />

movilidad intraarticular. Los cartílagos semilunares o meniscos<br />

(esto es, con forma <strong>de</strong> luna) crean una superficie profundamente<br />

excavada que cubre aproximadamente dos tercios<br />

<strong>de</strong> la superficie articulatoria tibial. No sólo incrementan la<br />

congruencia <strong>de</strong> las superficies articulares sino que también<br />

sirven como absorbentes <strong>de</strong> choque, distribuyen fuerzas portadoras<br />

<strong>de</strong> peso y ayudan a reducir la fricción durante el movimiento<br />

articular. Hay diferencias estructurales entre ambos<br />

meniscos (interno y externo), las que en consecuencia producen<br />

diversidad funcional. Por otra parte, los dos tercios mediales<br />

<strong>de</strong> cada menisco y sus aspectos periféricos difieren, lo<br />

cual justifica la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> las estructuras <strong>de</strong> cada uno<br />

antes <strong>de</strong> com<strong>para</strong>rlos.<br />

Cada menisco consiste en una estructura anular incompleta<br />

compuesta por tejido conectivo, con extensos componentes<br />

colágenos. Si bien son similares a discos (que están<br />

completos en su parte central), los meniscos están abiertos en<br />

el centro. En este caso los meniscos son anillos incompletos<br />

t<br />

0<br />

Menisco<br />

interno<br />

Ligamento cruzado<br />

anterior<br />

Ligamento cruzado<br />

posterior<br />

Ligamento<br />

transverso<br />

LA RODILLA 451<br />

Menisco<br />

externo<br />

Ligamento meniscofemoral<br />

posterior<br />

Figura 13.11. Cara superior <strong>de</strong> la tibia <strong>de</strong>recha que muestra los<br />

meniscos y las fijaciones tibiales <strong>de</strong> los ligamentos cruzados<br />

(reproducido con permiso <strong>de</strong> Anatomía <strong>de</strong> Gray, 1995).<br />

cuyos dos extremos se fijan firmemente en la región intercondílea,<br />

con lo que cada uno <strong>de</strong> ellos se abre hacia el centro<br />

<strong>de</strong> la rodilla. Cada estructura, cuya forma recuerda el cuarto<br />

creciente lunar, muestra un asta anterior y otra posterior, fijándose<br />

los extremos <strong>de</strong>l menisco externo cercanos entre sí<br />

<strong>para</strong> formar un círculo casi completo (en forma <strong>de</strong> O), en tanto<br />

el menisco interno, al presentar extremos que se fijan más<br />

se<strong>para</strong>damente, es más similar a una media luna (en forma<br />

<strong>de</strong> C).<br />

Cada menisco es más grueso en su bor<strong>de</strong> externo, lo que<br />

les da una forma <strong>de</strong> cuña con disminución hacia el centro y<br />

proporciona la concavidad <strong>para</strong> su cóndilo tibial. El aporte<br />

sanguíneo ingresa únicamente por la periferia <strong>de</strong>l menisco, a<br />

través <strong>de</strong> una tortuosa ruta que permite irrigar ampliamente:<br />

● en el lactante, todo el menisco;<br />

● en el adulto, sólo el tercio externo <strong>de</strong>l menisco, en tanto<br />

los tercios medio e interno son avasculares;<br />

● en personas <strong>de</strong> más <strong>de</strong> 50 años <strong>de</strong> edad, sólo la periferia<br />

<strong>de</strong>l cuerpo meniscal.<br />

Levangie y Norkin (2001) comentan los efectos <strong>de</strong> este<br />

aporte sanguíneo <strong>de</strong>creciente:<br />

En los niños pequeños, cuyos meniscos son generosamente<br />

irrigados (Gray, 1995; Clark y Og<strong>de</strong>n, 1983), la inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> las<br />

lesiones meniscales es baja. En el adulto, sólo la región periférica<br />

vascularizada <strong>de</strong>l cuerpo meniscal es capaz <strong>de</strong> inflamarse, re<strong>para</strong>rse<br />

y remo<strong>de</strong>larse tras una lesión <strong>de</strong>sgarrante. Con todo, el tejido<br />

neoformado no es idéntico al tejido anterior a la lesión, ni tan<br />

fuerte (Gray, 1999).<br />

El aporte sanguíneo a los meniscos es sustancial; las terminaciones<br />

nerviosas libres transportan la información nociceptiva,<br />

en tanto los mecanorreceptores están constituidos<br />

por corpúsculos <strong>de</strong> Ruffini, corpúsculos <strong>de</strong> Paccini y órganos<br />

tendinosos <strong>de</strong> Golgi.


● Flexión, aducción y rotación interna <strong>de</strong>l muslo en el<br />

acetábulo.<br />

● Flexión, aducción y rotación interna <strong>de</strong> la rodilla.<br />

La observación revelaría que:<br />

● Estaría aumentado el diámetro transversal <strong>de</strong> la pelvis<br />

y la ca<strong>de</strong>ra.<br />

● El trocánter mayor se hallaría <strong>de</strong>splazado hacia arriba,<br />

protruyendo.<br />

● El bor<strong>de</strong> superior <strong>de</strong>l hueso ilíaco estaría inclinado hacia<br />

<strong>de</strong>lante, con una EIAS <strong>de</strong>scendida.<br />

● La EIPS estaría más cerca <strong>de</strong>l sacro <strong>de</strong> lo normal.<br />

● Existiría una ten<strong>de</strong>ncia a valgo en la rodilla, con la rótula<br />

trasladada medialmente.<br />

● Las articulaciones <strong>de</strong> ca<strong>de</strong>ra y rodilla se mantendrían<br />

en ligera flexión.<br />

Los patrones <strong>de</strong> dolor y disfunción originados serían pre<strong>de</strong>cibles,<br />

incluyendo dolor <strong>de</strong> espaldas, pélvico, <strong>de</strong> ca<strong>de</strong>ras,<br />

rodillas y pies, con transferencia <strong>de</strong> la tensión hacia arriba,<br />

llevando la parte superior <strong>de</strong>l cuerpo hacia un patrón compensatorio<br />

<strong>de</strong> tensión adaptativa.<br />

Posible compromiso <strong>de</strong> puntos gatillo<br />

¿De qué forma pue<strong>de</strong>n tener un papel los puntos gatillo<br />

en estos patrones disfuncionales? Los puntos gatillo son activados<br />

cuando el tejido miofascial se sobrecarga (se esfuerza,<br />

se usa exageradamente), se acorta (en particular <strong>de</strong> manera<br />

repetida, prolongada o abrupta), se traumatiza o se enfría, o<br />

como resultado <strong>de</strong> baja oxigenación <strong>de</strong> los tejidos, <strong>de</strong>sequilibrio<br />

bioquímico sistémico (por ejemplo, hormonal, nutricional)<br />

o enfermedad febril (Simons et al. 1999).<br />

De acuerdo con Simons et al. (1999), un punto gatillo activo<br />

inhibirá la función <strong>de</strong>l músculo don<strong>de</strong> se alberga, como la<br />

<strong>de</strong> aquellos que se encuentran en su zona <strong>de</strong>stinataria <strong>de</strong> referencia.<br />

Por consiguiente, los puntos gatillo pue<strong>de</strong>n hallarse<br />

en el músculo <strong>de</strong>bilitado o en un músculo que refiere a éste,<br />

o en ambos.<br />

Si bien en general la <strong>de</strong>bilidad <strong>de</strong>l músculo que presenta puntos<br />

gatillo miofasciales activos es característica, la magnitud <strong>de</strong><br />

dicha <strong>de</strong>bilidad varía <strong>de</strong> un músculo a otro y <strong>de</strong> un individuo a<br />

otro. Los estudios EMG indican que los <strong>músculos</strong> con puntos gatillo<br />

activos presentan un inicio <strong>de</strong> acción fatigados, se fatigan<br />

más rápidamente y se agotan con mayor rapi<strong>de</strong>z que los <strong>músculos</strong><br />

normales.<br />

Como se observa, la <strong>de</strong>bilidad también pue<strong>de</strong> ser reflejo<br />

<strong>de</strong> una inhibición referida a partir <strong>de</strong> un punto gatillo presente<br />

en otro músculo. Podría llegarse a la <strong>de</strong>cisión clínica<br />

<strong>de</strong> tratar los puntos gatillo activos como objetivo primordial<br />

<strong>de</strong> la estrategia terapéutica. Alternativamente, otros<br />

rasgos disfuncionales (como <strong>de</strong>sequilibrios estructurales,<br />

<strong>de</strong>sequilibrios bioquímicos, por ejemplo nutricionales, o<br />

disfunciones respiratorias) podrían atraer la atención principal,<br />

controlando el punto o los puntos gatillo <strong>para</strong> evaluar<br />

las modificaciones <strong>de</strong> la actividad. En el curso <strong>de</strong> la liberación<br />

y el equilibrio <strong>de</strong> la restricción articular local o <strong>de</strong>l<br />

acortamiento, la <strong>de</strong>bilidad y/o la ausencia <strong>de</strong> coordinación<br />

<strong>muscular</strong>es podría calmarse la conducta aberrante <strong>de</strong> los<br />

puntos gatillo locales. Por otra parte, su <strong>de</strong>sactivación po-<br />

LA PELVIS 321<br />

dría ser obligatoria <strong>para</strong> que este verda<strong>de</strong>ro proceso <strong>de</strong> reequilibrio<br />

tenga lugar. Una exposición adicional al respecto<br />

se encuentra en el Volumen 1, Capítulo 4.<br />

Una observación más precisa podrá alertar al fisioterapeuta<br />

acerca <strong>de</strong> la presencia <strong>de</strong> un síndrome cruzado (Figura<br />

11.15), en el que la pelvis se encuentra inclinada hacia <strong>de</strong>lante,<br />

el abdomen protruye y hay una cifosis torácica aumentada,<br />

con la cabeza impelida hacia a<strong>de</strong>lante, hombros redon<strong>de</strong>ados,<br />

etc. Cómo el sujeto está <strong>de</strong> pie y se mueve ofrece<br />

importantes pistas observacionales respecto a los patrones<br />

disfuncionales subyacentes, guiando así al fisioterapeuta hacia<br />

las estructuras que merecen atención, examen y evaluación<br />

más estrechos.<br />

DETECCIÓN<br />

¿Cómo ha <strong>de</strong> saber el fisioterapeuta qué <strong>músculos</strong>, entre<br />

los muchos involucrados en la función y la disfunción pélvicas,<br />

muestran acortamiento y <strong>de</strong>bilidad relativos y/o secuencias<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>scarga inapropiadas?<br />

Se requieren un examen y un rápido procedimiento <strong>de</strong> <strong>de</strong>tección<br />

(screening) que incluyan pruebas funcionales (ver<br />

más a<strong>de</strong>lante) y la evaluación <strong>de</strong> la longitud y la fuerza, con<br />

que usualmente se podrán i<strong>de</strong>ntificar las características disfuncionales<br />

precisas <strong>de</strong> una afección. En este volumen y en el<br />

anterior se <strong>de</strong>tallan varias <strong>de</strong> estas pruebas en relación con<br />

regiones y articulaciones particulares. Son <strong>de</strong> importancia<br />

clínica diversas evaluaciones funcionales directamente asociadas<br />

con el <strong>de</strong>sequilibrio pélvico, como se han <strong>de</strong>scrito; se<br />

las incluyen en la sección siguiente.<br />

Las pruebas funcionales <strong>de</strong> Janda<br />

Janda (1996) <strong>de</strong>sarrolló una serie <strong>de</strong> evaluaciones funcionales<br />

que pue<strong>de</strong>n emplearse <strong>para</strong> <strong>de</strong>mostrar cambios que sugieren<br />

<strong>de</strong>sequilibrio al proporcionar evi<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong> hiper o hipoactividad.<br />

Algunas <strong>de</strong> ellas, directamente relacionadas con<br />

las zonas lumbar y pélvica, se <strong>de</strong>scriben a continuación. Greenman<br />

(1996) se explaya acerca <strong>de</strong> los medios por los cuales<br />

estas evaluaciones han sido validadas.<br />

La disfunción <strong>muscular</strong> no sólo se caracteriza por facilitación<br />

e inhibición, sino asimismo por la manera secuencial en que los<br />

<strong>músculos</strong> <strong>de</strong>scargan. Los patrones alterados <strong>de</strong> <strong>de</strong>scarga <strong>muscular</strong><br />

muestran <strong>de</strong>moras en la activación y la amplitud <strong>de</strong> la actividad<br />

electromiográfica <strong>de</strong> los <strong>músculos</strong> dinámicos - fásicos. El<br />

ejercicio continuado en presencia <strong>de</strong> secuencias <strong>de</strong> <strong>de</strong>scarga <strong>muscular</strong><br />

anormales perpetúa la hipertonía, la tirantez y el acortamiento<br />

<strong>de</strong> los <strong>músculos</strong> tónicos, con inhibición continua y progresiva<br />

<strong>de</strong> los <strong>músculos</strong> fásicos.<br />

Es inevitable el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> puntos gatillo miofasciales<br />

tanto en vientres como en fijaciones <strong>de</strong> <strong>músculos</strong> que se han<br />

tensionado <strong>de</strong> esta manera (Simons et al. 1999).<br />

Los patrones motores alterados pue<strong>de</strong>n investigarse como<br />

parte <strong>de</strong> un examen <strong>de</strong> <strong>de</strong>tección <strong>de</strong> la disfunción locomotora.<br />

En general, la sola observación es todo lo que se<br />

necesita <strong>para</strong> <strong>de</strong>terminar un patrón <strong>de</strong> movimiento alterado.<br />

No obstante, también pue<strong>de</strong> usarse la palpación ligera si<br />

la observación se hace difícil <strong>de</strong>bido a mala iluminación o<br />

un problema visual, o si la persona no está lo suficientemente<br />

<strong>de</strong>scubierta.


Figura 11.71. Una evaluación general en la región <strong>de</strong>l ligamento<br />

iliolumbar incluye los <strong>músculos</strong> que lo cubren.<br />

Figura 11.72. Una evaluación más precisa y directa aborda el<br />

ligamento iliolumbar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un costado, intentando ro<strong>de</strong>ar el bor<strong>de</strong><br />

lateral <strong>de</strong>l erector <strong>de</strong> la columna.<br />

LA PELVIS 377<br />

Ligamento sacroilíaco interóseo. Profundamente colocadas,<br />

estas fibras unen las superficies articulares <strong>de</strong>l hueso ilíaco y<br />

el sacro entre sí y «rellenan completamente el espacio entre la<br />

cresta sacra lateral y la tuberosidad ilíaca» (Lee, 1999).<br />

Ligamento sacroilíaco posterior. La porción corta se une a las<br />

apófisis articulares superiores y el bor<strong>de</strong> lateral <strong>de</strong> la mitad<br />

superior <strong>de</strong>l sacro a la cara medial <strong>de</strong>l ilion; la porción larga<br />

cursa verticalmente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la porción lateroinferior <strong>de</strong> la cresta<br />

sacra hasta la EIPS y la cresta ilíaca, fusionándose algunas<br />

<strong>de</strong> sus fibras en la fascia toracolumbar y la aponeurosis <strong>de</strong>l<br />

erector <strong>de</strong> la columna (Levangie y Norkin, 2001), mientras<br />

otras son cubiertas por la fascia <strong>de</strong>l glúteo mayor (Lee, 1999).<br />

El ligamento sacrotuberoso se mezcla con algunas fibras <strong>de</strong><br />

esta porción larga posterior.<br />

Inervación. No está clara y es <strong>de</strong>batible, <strong>de</strong>scribiendo diversas<br />

fuentes una cantidad <strong>de</strong> nervios <strong>de</strong> L2 a S3 (Bogduk,<br />

1997).<br />

Tipo <strong>muscular</strong>. No aplicable.<br />

Función. Une las superficies articulares <strong>de</strong>l ilion y el sacro,<br />

preservando la integridad <strong>de</strong> la ASI en sus diversos movimientos<br />

(menores).<br />

Sinergistas. No aplicable.<br />

Antagonistas. No aplicable.<br />

Indicaciones terapéuticas<br />

● Molestias en el sacro.<br />

● Dolor en la ASI.<br />

● Polaquiuria.<br />

● Cólicos menstruales dolorosos.<br />

Notas especiales<br />

Los ligamentos sacroilíacos (LSI) están diseñados <strong>para</strong><br />

preservar la integridad <strong>de</strong> la articulación sacroilíaca (ASI)<br />

durante los complejos movimientos en los que participa.<br />

Si bien no hay <strong>músculos</strong> que muevan la ASI <strong>de</strong> forma activa<br />

y directa, las superficies articulares sí se mueven entre<br />

sí, principalmente en respuesta a la posición <strong>de</strong>l tronco y<br />

las extremida<strong>de</strong>s inferiores. La ASI tiene por objeto aliviar la<br />

tensión en el anillo pélvico, siendo la naturaleza <strong>de</strong> los<br />

movimientos sacroilíacos coherente con este propósito<br />

(Bogduk, 1997).<br />

Una información más completa acerca <strong>de</strong> la articulación<br />

sacroilíaca se ha expuesto anteriormente en este capítulo, incluidas<br />

su anatomía y la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> diversas características<br />

biomecánicas disfuncionales asociadas con ella. La siguiente<br />

aplicación <strong>de</strong> TNM a la región <strong>de</strong> los ligamentos<br />

sacroilíacos aborda claramente también los <strong>músculos</strong> que se<br />

fijan al sacro o sus ligamentos suprayacentes, en especial el<br />

multífido y el grupo erector <strong>de</strong> la columna. Los puntos gatillo<br />

<strong>de</strong> la región pue<strong>de</strong>n estar incluidos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> estos componentes<br />

miofasciales o posiblemente en los ligamentos. Se<br />

sabe que hay puntos gatillo ligamentarios (Travell y Simons,<br />

1992), pero no se han establecido claros patrones <strong>de</strong> referencia<br />

<strong>de</strong> puntos gatillo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los ligamentos sacroilíacos.<br />

● Al pre<strong>para</strong>r los pasos siguientes, pue<strong>de</strong> aplicarse <strong>de</strong><br />

modo suave pero firme un rodamiento sobre la piel que cubre<br />

el sacro. Se ha hallado que esto crea una modificación<br />

significativa (y rápida) «<strong>de</strong> las adherencias», así como una<br />

reducción <strong>de</strong>l dolor palpatorio en los tejidos.


Piriforme<br />

Glúteo menor<br />

Inserción<br />

capsular<br />

Vasto externo<br />

Vasto interno<br />

Crural (vasto<br />

intermedio)<br />

Tensor <strong>de</strong><br />

la sinovial<br />

<strong>de</strong> la rodilla<br />

Línea epifisaria<br />

Líneas epifisarias<br />

Psoas mayor<br />

Fijación capsular<br />

Figura 13.1. Cara anterior <strong>de</strong>l fémur <strong>de</strong>recho, con líneas que<br />

muestran las fijaciones <strong>muscular</strong>es (reproducido con permiso <strong>de</strong><br />

Anatomía <strong>de</strong> Gray, 1995).<br />

● El vasto intermedio se fija por <strong>de</strong>lante y lateralmente<br />

sobre sus tres cuartos superiores.<br />

● El tensor <strong>de</strong> la sinovial <strong>de</strong> la rodilla se fija en la cara<br />

anterior, inmediatamente distal a la finalización <strong>de</strong>l crural.<br />

● La cara anterior más distal está cubierta por una bolsa<br />

suprarrotuliana.<br />

Líneas epifisarias<br />

Psoas mayor<br />

Ilíaco<br />

Pectíneo<br />

Vasto interno<br />

Línea epifisaria<br />

LA RODILLA 445<br />

Glúteo mediano<br />

Obturador externo<br />

Inserción capsular<br />

Cuadrado crural<br />

Vasto externo<br />

Glúteo mayor<br />

Aductor mayor<br />

Aductor corto<br />

Aductor largo<br />

Vasto interno<br />

Vasto intermedio<br />

Bíceps femoral,<br />

porción corta<br />

Inserción capsular<br />

Plantar<br />

Gastrocnemio, porción<br />

externa (gemelo externo)<br />

Ligamento cruzado<br />

anterior<br />

Ligamento cruzado<br />

posterior<br />

Gastrocnemio, porción medial<br />

Tendón <strong>de</strong>l ligamento <strong>de</strong> los aductores<br />

Figura 13.2. Cara posterior <strong>de</strong>l fémur <strong>de</strong>recho, con líneas que<br />

muestran las fijaciones <strong>muscular</strong>es (reproducido con permiso <strong>de</strong><br />

Anatomía <strong>de</strong> Gray, 1995).<br />

● La cara medial, exenta <strong>de</strong> fijaciones, es cubierta por el<br />

vasto interno.<br />

● En la cara anterior proximal pue<strong>de</strong> verse una pequeña<br />

fijación <strong>de</strong> los vastos externo e interno.<br />

● En el trocánter mayor se fijan los glúteos menor y mediano,<br />

el piriforme y los restantes rotadores profundos <strong>de</strong> la<br />

ca<strong>de</strong>ra.


138 APLICACIÓN CLÍNICA DE LAS TÉCNICAS NEUROMUSCULARES II<br />

Tras la observación <strong>de</strong> la zona dolorida se proce<strong>de</strong>rá a la palpación<br />

<strong>de</strong>l área. Ésta es importante <strong>para</strong> <strong>de</strong>terminar si hay <strong>de</strong>fectos<br />

en el músculo. La palpación <strong>de</strong>be realizarse estando el muslo <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>portista en posición cómoda... El muslo también <strong>de</strong>be ser<br />

observado en búsqueda <strong>de</strong> hematomas. Éstos pue<strong>de</strong>n no estar<br />

presentes inicialmente, pero (pue<strong>de</strong>n aparecer) <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> varios<br />

días.<br />

Los protocolos terapéuticos <strong>para</strong> este tipo <strong>de</strong> lesión se encontrarán<br />

en las secciones <strong>de</strong> este texto <strong>de</strong>dicadas al músculo<br />

o los <strong>músculos</strong> en cuestión. Un consejo amplio, sin embargo,<br />

es estimular la curación durante los estadios tempranos mediante<br />

el uso <strong>de</strong> métodos <strong>de</strong> drenaje linfático e hidroterapia<br />

(como baños contrastantes y masaje con aplicación <strong>de</strong> hielo,<br />

que pue<strong>de</strong>n hacerse en casa), así como movilización <strong>de</strong> los tejidos<br />

blandos y las estructuras articulares asociadas, en tanto<br />

se evita el tratamiento directo <strong>de</strong> los tejidos inflamados. Debe<br />

consi<strong>de</strong>rarse la <strong>de</strong>sactivación <strong>de</strong> los puntos gatillo relacionados.<br />

Es aconsejable la utilización no dolorosa <strong>de</strong> la pierna,<br />

evitando todo esfuerzo <strong>muscular</strong> (si bien la inmovilización<br />

<strong>de</strong>be impedirse todo lo posible); las contracciones isométricas<br />

<strong>de</strong> los <strong>músculos</strong> antagonistas pue<strong>de</strong>n ser empleadas con beneficio<br />

<strong>para</strong> liberar (por medio <strong>de</strong> inhibición recíproca) la<br />

hipertonía <strong>de</strong> los tejidos dañados cuando son <strong>de</strong>masiado sensibles<br />

como <strong>para</strong> trabajar sobre ellos directamente (DeLany,<br />

1996). Los métodos <strong>de</strong> liberación posicional (que se <strong>de</strong>scriben<br />

en los capítulos <strong>de</strong> aplicación clínica <strong>de</strong> este texto y el Volumen<br />

1) pue<strong>de</strong>n aplicarse <strong>de</strong> manera directa a los tejidos traumatizados,<br />

sin temor <strong>de</strong> <strong>de</strong>morar la recuperación hística<br />

(Chaitow, 2002, Deig, 2001; Jones, 1995).<br />

Nutrición<br />

Si bien las medicaciones y las estrategias antiinflamatorias<br />

<strong>de</strong>ben ser cuidadosamente mo<strong>de</strong>radas <strong>para</strong> evitar la interferencia<br />

con esta parte esencial <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> curación, Werbach<br />

(1996) <strong>de</strong>scribe que los complementos <strong>de</strong> bioflavonoi<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> origen cítrico pue<strong>de</strong>n reducir el tiempo <strong>de</strong> recuperación <strong>de</strong><br />

las distensiones <strong>muscular</strong>es y otras lesiones <strong>de</strong>portivas. Cita<br />

un estudio (Broussard, 1963) sobre 48 jugadores <strong>de</strong> fútbol<br />

norteamericano que recibieron 600 mg <strong>de</strong> bioflavonoi<strong>de</strong>s cítricos<br />

antes <strong>de</strong>l almuerzo y 300 mg antes <strong>de</strong> entrar en el campo<br />

<strong>de</strong> juego. En los casos en que hubo distensión durante el<br />

juego, el tiempo <strong>de</strong> recuperación promedio fue un 18,9% mayor<br />

entre quienes habían recibido placebo respecto a los que<br />

habían recibido bioflavonoi<strong>de</strong>s. Asimismo, Werbach informa<br />

también acerca <strong>de</strong>l valor (<strong>para</strong> reducir y resolver las magulladuras)<br />

<strong>de</strong> las enzimas <strong>de</strong> ananá (bromelaína <strong>de</strong>l tronco) o <strong>de</strong><br />

papaína (<strong>de</strong> la papaya ver<strong>de</strong> no madura) en dosis <strong>de</strong> 400-<br />

500 mg tres veces al día, fuera <strong>de</strong> las comidas.<br />

Trabajo corporal y rehabilitación<br />

Mientras se espera que avance la curación local <strong>de</strong>be brindarse<br />

atención terapéutica a todos los <strong>músculos</strong> o articulaciones<br />

disfuncionales <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>na cinética que se <strong>de</strong>stacaron durante<br />

la evaluación que se resumió anteriormente. Una vez<br />

que los estadios iniciales <strong>de</strong>l proceso curativo han tenido lugar<br />

(probablemente no menos <strong>de</strong> 2 semanas <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la lesión),<br />

<strong>de</strong>be estimularse mediante ejercicios cuidadosamente diseñados<br />

el reforzamiento y la resistencia <strong>de</strong> los tejidos traumatiza-<br />

dos. Al mismo tiempo <strong>de</strong>be dar comienzo la aplicación <strong>de</strong> una<br />

técnica apropiada <strong>de</strong> tejidos blandos, no traumatizante, a fin<br />

<strong>de</strong> prevenir la formación <strong>de</strong> adherencias (incluyendo el trabajo<br />

leve en tejidos profundos y la fricción transversa leve). A<br />

continuación, <strong>de</strong>ben comenzar la actividad funcional ligera y<br />

la readquisición <strong>de</strong> <strong>de</strong>strezas, antes <strong>de</strong> un lento retorno al ambiente<br />

exigente <strong>de</strong> la actividad <strong>de</strong>portiva principal.<br />

Nota. Véase también la información referida a la íntima relación<br />

entre la función <strong>de</strong> los <strong>músculos</strong> isquiocrurales y la<br />

ASI, que se presenta en los Capítulos 11 (pelvis) y 3 (análisis<br />

<strong>de</strong> la marcha) (Figura 5.10).<br />

Los sobreesfuerzos<br />

inguinales y el <strong>de</strong>portista<br />

Las lesiones inguinales comprometen el grupo <strong>de</strong> <strong>músculos</strong><br />

aductores (aductor mayor, mediano y menor, grácil y pectíneo).<br />

Estos <strong>músculos</strong> se originan en el hueso <strong>de</strong>l pubis y su<br />

rama inferior <strong>para</strong> fijarse (en su mayor parte) en la línea áspera<br />

(Figura 5.11). En el Capítulo 3 se ha <strong>de</strong>mostrado que estos<br />

<strong>músculos</strong> están significativamente implicados en la marcha,<br />

siendo asimismo protagonistas principales en la carrera<br />

y la mayoría <strong>de</strong> las <strong>de</strong>más activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>portivas. Las oblicuida<strong>de</strong>s<br />

pélvicas y otras distorsiones estructurales <strong>de</strong> la pelvis<br />

pue<strong>de</strong>n estar conectadas también con el acortamiento <strong>de</strong><br />

los <strong>músculos</strong> aductores (ver Capítulo 11).<br />

El paciente que refiere dolor interno en muslo e ingle tras<br />

un movimiento <strong>de</strong> sobreesfuerzo pue<strong>de</strong> no haber sentido nada<br />

más ominoso que una entorsis inguinal. No obstante, como<br />

nos recuerda Newton (1998):<br />

En muchos casos pue<strong>de</strong> haber afecciones articulares o <strong>de</strong> tejidos<br />

blandos crónicas, previas a los síntomas <strong>de</strong> presentación<br />

aguda en la región <strong>de</strong> los aductores. Ellas podrían haber predispuesto<br />

al paciente a la lesión y conducir a una nueva lesión en caso<br />

<strong>de</strong> no ser tratadas. Ejemplos <strong>de</strong> dos <strong>de</strong> estas entida<strong>de</strong>s son la<br />

hipomovilidad <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra y la disrupción inguinal (también conocida<br />

como «hernia <strong>de</strong>portiva» o «ingle <strong>de</strong> Gilmore»).<br />

Véanse en el Cuadro 5.3 <strong>de</strong>talles <strong>de</strong> este proceso.<br />

En caso <strong>de</strong> lesiones <strong>muscular</strong>es, se sospecha a partir <strong>de</strong> la<br />

información <strong>de</strong> síntomas dolorosos en regiones diferentes a<br />

los sitios relativamente localizados en los que se esperarían<br />

dichos síntomas, <strong>de</strong> tratarse <strong>de</strong> un esfuerzo puramente <strong>muscular</strong>.<br />

La entorsis <strong>muscular</strong> inguinal pura comúnmente se<br />

presenta con síntomas tales como:<br />

● Dolor ante el movimiento activo.<br />

● Dolor a la palpación.<br />

● Presencia <strong>de</strong> tumefacción localizada palpable/sensación<br />

alterada en los tejidos correspondientes al lugar <strong>de</strong> la<br />

lesión.<br />

● Dolor al movimiento contra resistencia.<br />

● Dolor al estiramiento <strong>de</strong> la unidad musculotendinosa.<br />

El paciente <strong>de</strong>be ser capaz <strong>de</strong> llevar a cabo una contracción<br />

firme (si bien dolorosa) <strong>de</strong>l músculo. Si sólo es posible<br />

una contracción débil, la lesión pue<strong>de</strong> ser grave o pue<strong>de</strong> haber<br />

un factor neurológico involucrado.<br />

Un indicio que permite saber si el cuadro consiste simplemente<br />

en un sobreesfuerzo o se trata <strong>de</strong> una entidad más<br />

compleja es el que brinda saber si la tos agrava el dolor o no.<br />

Si es así, es improbable que el cuadro sea un sobreesfuerzo


Hallux limitus funcional (HLF) (limitación funcional<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>do gordo <strong>de</strong>l pie)<br />

El HLF consiste en la limitación <strong>de</strong> la dorsiflexión <strong>de</strong> la<br />

primera articulación MTF durante la marcha, pese a la función<br />

normal <strong>de</strong> dicha articulación cuando no porta peso (Dananberg,<br />

1986). Esta situación limita la fase <strong>de</strong> balanceo, ya<br />

que la dorsiflexión <strong>de</strong> la primera articulación MTF promueve<br />

la flexión plantar. Si esta última no tiene lugar, habrá una<br />

flexión temprana <strong>de</strong> la articulación <strong>de</strong> la rodilla, previa a la<br />

elevación <strong>de</strong>l talón <strong>de</strong> la extremidad oscilante, lo que asimismo<br />

reduce la extensión <strong>de</strong> la articulación <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra correspondiente<br />

a ese miembro. El resultado <strong>de</strong> la flexión temprana<br />

<strong>de</strong> la rodilla impi<strong>de</strong> que los flexores <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra ganen<br />

ventaja mecánica, reduciéndose así la eficacia <strong>de</strong>l movimiento<br />

<strong>de</strong> la extremidad oscilante. Otro efecto es que los glúteos y<br />

el cuadrado lumbar <strong>de</strong>l lado contralateral se hacen hiperactivos,<br />

a fin <strong>de</strong> empujar el miembro hacia su acción <strong>de</strong> oscilación.<br />

La hiperactividad <strong>de</strong>l cuadrado lumbar y/o los glúteos<br />

<strong>de</strong>sestabiliza la zona lumbar y la ASI contralaterales y<br />

pue<strong>de</strong> estimular la hiperactividad <strong>de</strong>l piriforme. «La extensión<br />

reducida <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra convierte la extremidad estática<br />

en un peso muerto <strong>para</strong> la oscilación, lo cual es exacerbado<br />

por la actividad flexora <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra... conduciendo a la rotación<br />

ipsolateral <strong>de</strong> la columna y al aumento <strong>de</strong> la tensión en<br />

los discos intervertebrales.» (Prior, 1999)<br />

Vleeming et al. (1997) observan que<br />

El HLF..., <strong>de</strong>bido a su naturaleza asintomática y a su localización<br />

remota, se ha mantenido oculto como fuente etiológica <strong>de</strong><br />

alteración postural... El HLF constituye un concepto unificador<br />

<strong>para</strong> enten<strong>de</strong>r la relación entre la mecánica <strong>de</strong>l pie y la forma <strong>de</strong><br />

la postura... Su i<strong>de</strong>ntificación y tratamiento pue<strong>de</strong>n tener una<br />

profunda influencia sobre el dolor lumbar crónico (Figura 3.13).<br />

Efectos <strong>de</strong>l HLF. Dananberg (1986) ha resumido las modificaciones<br />

ocurridas en los movimientos articulares y segmentarios<br />

en presencia <strong>de</strong> un hallux limitus funcional. Estos<br />

<strong>de</strong>talles se com<strong>para</strong>n con las circunstancias normales en la<br />

Tabla 3.2.<br />

ANÁLISIS DE LA MARCHA 91<br />

Figura 3.13. A. Amplitud <strong>de</strong> movimiento normal <strong>de</strong> la 1 a articulación MTF en posición estática con apoyo doble. B. Durante<br />

la segunda mitad <strong>de</strong> la fase <strong>de</strong> apoyo unilateral <strong>de</strong>l mismo pie, obsérvese la incapacidad <strong>de</strong> la 1ª articulación MTF <strong>para</strong><br />

exhibir una amplitud <strong>de</strong> movimiento normal. Esta <strong>para</strong>doja, a saber, que la amplitud <strong>de</strong> movimiento disponible en<br />

<strong>de</strong>terminadas posiciones no pue<strong>de</strong> utilizarse durante la fase <strong>de</strong> apoyo unilateral, <strong>de</strong>fine el hallux limitus funcional (HLF)<br />

(reproducido con permiso <strong>de</strong> Vleeming et al. 1999).<br />

Problemas en la extensión <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra, HLF y marcha.<br />

La extensión normal <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra durante el ciclo <strong>de</strong> la marcha<br />

es imposible en caso <strong>de</strong> presencia <strong>de</strong> un HLF. Esta dificultad<br />

en la extensión implica que habrá automáticamente<br />

una reacción en ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> adaptaciones compensatorias, lo<br />

cual pue<strong>de</strong> tener amplias repercusiones.<br />

● Si se impi<strong>de</strong> o limita la extensión <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra, tiene lugar<br />

la flexión compensatoria <strong>de</strong>l tronco, surgiendo un abanico<br />

<strong>de</strong> tensiones <strong>muscular</strong>es con potenciales implicaciones negativas<br />

<strong>para</strong> los discos vertebrales a largo plazo.<br />

● Si el muslo no pue<strong>de</strong> exten<strong>de</strong>rse por completo y utilizar<br />

la fuerza potencial que ello ofrece durante la marcha, se<br />

requiere otra implicación <strong>muscular</strong> como compensación, lo<br />

que implica el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> un espectro <strong>de</strong> usos exagerados<br />

disfuncionales.<br />

● La extensión <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra pre<strong>para</strong> el miembro <strong>para</strong> la<br />

consecutiva oscilación hacia <strong>de</strong>lante. Puesto que la extremidad<br />

representa aproximadamente un 15% <strong>de</strong>l peso corporal<br />

(Dananberg, 1997), se crea una mayor <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> funcionamiento<br />

<strong>de</strong>l psoasilíaco <strong>para</strong> elevarla. Dananberg (1997) señala<br />

que Kapandji (1974) ha <strong>de</strong>mostrado que<br />

Cuando el psoasilíaco <strong>de</strong>scarga pero el fémur permanece fijo...<br />

la columna lumbar se curva hacia un costado y rota. Estas acciones<br />

patomecánicas <strong>de</strong>splazarán los discos intervertebrales y<br />

crearán un ambiente que se ha <strong>de</strong>mostrado que produce la herniación<br />

<strong>de</strong> estos últimos. El uso excesivo <strong>de</strong>l psoasilíaco provocará<br />

asimismo dolor <strong>de</strong> espalda e inguinal.<br />

● Los puntos gatillo que se forman en el psoasilíaco como<br />

resultado <strong>de</strong> este tipo <strong>de</strong> estrés también pue<strong>de</strong>n provocar<br />

dolor <strong>de</strong> espaldas y en las ingles/parte anterior <strong>de</strong>l muslo<br />

(Travell y Simons, 1992).<br />

● A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la tensión <strong>de</strong>l psoasilíaco proveniente <strong>de</strong>l<br />

fracaso en la normal extensión <strong>de</strong>l muslo/ca<strong>de</strong>ra, se utilizan<br />

<strong>para</strong> compensar los <strong>músculos</strong> laterales <strong>de</strong>l tronco. Usualmente,<br />

los sujetos se inclinarán contralateralmente al lado<br />

restringido durante la fase <strong>de</strong> <strong>de</strong>spegue <strong>de</strong> los <strong>de</strong>dos <strong>de</strong>l pie<br />

ipsolateral en el ciclo <strong>de</strong> la marcha. Esta inclinación lateral es


350 APLICACIÓN CLÍNICA DE LAS TÉCNICAS NEUROMUSCULARES II<br />

Figura 11.41. Los <strong>de</strong>dos son <strong>de</strong>slizados <strong>de</strong> forma suave pero firme a<br />

lo largo <strong>de</strong> la pared interna <strong>de</strong>l ilion, en tanto toman contacto con el<br />

músculo ilíaco y lo presionan contra la superficie ósea.<br />

vés <strong>de</strong> los tejidos en dirección posterior (interna), hasta que<br />

el contacto con el músculo ilíaco ya no sea posible. La localización<br />

<strong>de</strong> puntos gatillo es frecuente; en potencia son excepcionalmente<br />

dolorosos, reclamando poner gran atención al<br />

grado <strong>de</strong> presión aplicado. Si el paciente es <strong>de</strong> elevado peso<br />

y el profesional <strong>de</strong>lgado, es útil que la mano <strong>de</strong> contacto sea<br />

ayudada por la otra, situada sobre ella.<br />

● El tendón <strong>de</strong>l psoasilíaco es accesible inmediatamente<br />

por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l ligamento inguinal cuando los <strong>de</strong>dos se encuentran<br />

inmediatamente laterales al pulso femoral. Con el<br />

muslo <strong>de</strong>scansando contra el fisioterapeuta (las rodillas flexionadas)<br />

se localizan el ligamento inguinal y el pulso femoral<br />

(véanse en la pág. 354 directivas acerca <strong>de</strong> la palpación <strong>de</strong><br />

esta región respecto a los <strong>músculos</strong> aductores).<br />

● Los primeros dos <strong>de</strong>dos <strong>de</strong>l fisioterapeuta se colocan<br />

entre el pulso femoral y el músculo sartorio (Figura 10.68). La<br />

presión estática es sostenida o, si no hay <strong>de</strong>masiado dolor a la<br />

palpación, se aplica fricción transversa suave al tendón <strong>de</strong>l<br />

músculo psoas, que pue<strong>de</strong> ser excepcionalmente doloroso.<br />

Liberación posicional <strong>para</strong> el ilíaco<br />

Método 1 (Figura 11.42)<br />

● El paciente se encuentra en posición supina, con ambas<br />

rodillas y ca<strong>de</strong>ras flexionadas a aproximadamente 90º y<br />

Figura 11.42. Se examina mediante palpación el nivel <strong>de</strong> incomodidad<br />

producido por el punto doloroso <strong>de</strong>l ilíaco al tiempo que el paciente es<br />

sometido a liberación posicional <strong>para</strong> eliminar el dolor <strong>de</strong> ese punto y<br />

liberar el músculo (adaptado con permiso <strong>de</strong> D»Ambrogio y Roth, 1997).<br />

los tobillos cruzados y apoyados sobre el muslo <strong>de</strong>l fisioterapeuta.<br />

● El fisioterapeuta está <strong>de</strong> pie mirando oblicuamente en<br />

dirección craneal a nivel <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra, <strong>de</strong>l lado <strong>de</strong> la disfunción,<br />

con su pie cercano a la camilla sobre ésta, lo que pone a<br />

disposición su muslo <strong>para</strong> sostener los tobillos cruzados <strong>de</strong>l<br />

paciente.<br />

● El punto doloroso <strong>de</strong> la disfunción <strong>de</strong>l músculo ilíaco<br />

se encuentra 3 cm medialmente y sobre la EIAS, en la fosa<br />

ilíaca. El contacto pue<strong>de</strong> ser difícil y se <strong>de</strong>be buscar lentamente,<br />

aplicando la presión en sentido posterolateral.<br />

● Se halla la posición <strong>de</strong> comodidad modificando los<br />

grados <strong>de</strong> flexión y rotación externa <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> la pierna<br />

correspondiente al lado afectado y por rotación <strong>de</strong> la pelvis<br />

hacia el mismo lado.<br />

● La posición final <strong>de</strong> comodidad se mantiene durante<br />

90 segundos, antes <strong>de</strong> volver lentamente a la posición neutra.<br />

Método 2 (Figura 11.43)<br />

● El paciente se encuentra en posición supina, con la extremidad<br />

inferior <strong>de</strong>l lado afectado flexionada en rodilla y<br />

ca<strong>de</strong>ra y la ca<strong>de</strong>ra rotada hacia fuera.<br />

● El fisioterapeuta está <strong>de</strong> pie <strong>de</strong>l lado contrario al tratado,<br />

mirando en sentido craneal, con el pie cercano a la camilla<br />

apoyado sobre ésta (medialmente respecto al miembro inferior<br />

no afectado) y la pierna situada <strong>de</strong> modo que sostenga<br />

la extremidad inferior flexionada <strong>de</strong>l paciente.


80 APLICACIÓN CLÍNICA DE LAS TÉCNICAS NEUROMUSCULARES II<br />

Cuadro 3.5. Determinantes <strong>de</strong> la marcha (figura 3.9)<br />

Al progresar las extremida<strong>de</strong>s a través <strong>de</strong> sus respectivos<br />

movimientos en los ciclos <strong>de</strong> la marcha, el centro <strong>de</strong> gravedad<br />

pélvico se <strong>de</strong>svía en sentido vertical y lateral cuando el peso<br />

corporal se transfiere <strong>de</strong> una pierna a la otra. Por otra parte, la<br />

pelvis <strong>de</strong>be rotar alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> un eje localizado en la columna<br />

lumbar <strong>para</strong> que la ca<strong>de</strong>ra correspondiente a la pierna que se<br />

a<strong>de</strong>lantará se prepare <strong>para</strong> hacerlo. Si no hubiese una mezcla <strong>de</strong><br />

movimientos compensatorios, <strong>de</strong>nominados <strong>de</strong>terminantes <strong>de</strong> la<br />

marcha, los <strong>de</strong>splazamientos verticales y horizontales <strong>de</strong> la unidad<br />

pasajera se presentarían como inestables y serían ineficaces y<br />

notoriamente abrumadores <strong>para</strong> los componentes <strong>muscular</strong>es.<br />

Tres <strong>de</strong> los <strong>de</strong>terminantes <strong>de</strong> la marcha se relacionan con<br />

movimientos <strong>de</strong> la pelvis y se combinan <strong>para</strong> evitar cambios<br />

excesivos en el <strong>de</strong>splazamiento vertical y la <strong>de</strong>sviación lateral. Estos<br />

<strong>de</strong>terminantes son la rotación pélvica horizontal, la caída<br />

(inclinación) pélvica contralateral y la <strong>de</strong>sviación pélvica lateral.<br />

Éstas se combinan <strong>para</strong> reducir las <strong>de</strong>sviaciones vertical y lateral <strong>de</strong>l<br />

centro <strong>de</strong> gravedad a 2 cm en cada dirección (Perry, 1992) <strong>para</strong> un<br />

<strong>de</strong>splazamiento lateral combinado (izquierdo y <strong>de</strong>recho) <strong>de</strong> 4 cm.<br />

Escribe Perry: «Si no se efectuara esta acción modificatoria, la<br />

variación <strong>de</strong> la estatura corporal entre los apoyos doble y unilateral<br />

<strong>de</strong> las extremida<strong>de</strong>s sería <strong>de</strong> 9,5 cm».<br />

La rotación pélvica tiene lugar cuando el miembro oscila hacia<br />

<strong>de</strong>lante portando ese lado <strong>de</strong> la pelvis en sentido anterior junto con<br />

ella. Este paso mueve la articulación <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra oscilante por<br />

<strong>de</strong>lante <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra contralateral (estática) y asimismo mueve su<br />

pie correspondiente (oscilante) acercándolo a la línea media (figura<br />

3.9), alargando así la pierna en tanto se reduce la inclinación <strong>de</strong> la<br />

pelvis. Esta combinación disminuye el <strong>de</strong>splazamiento vertical <strong>de</strong>l<br />

centro <strong>de</strong> gravedad pélvico.<br />

Cuando la pelvis comienza a rotar y la pierna a oscilar, la pierna<br />

estática es responsable <strong>de</strong> impedir que la masa corporal caiga<br />

la <strong>energía</strong>, <strong>de</strong> acuerdo con la <strong>de</strong>scripción que hacen Vleeming<br />

et al. <strong>de</strong> los mecanismos <strong>de</strong> los vínculos musculoligamentarios.<br />

Asimismo, es posible reflexionar acerca <strong>de</strong> las vías <strong>para</strong><br />

interrumpir los mecanismos involucrados en ambos mo<strong>de</strong>los<br />

mediante restricciones articulares o acortamiento y/o<br />

inhibición <strong>muscular</strong>es, <strong>de</strong>bidos a factores biomecánicos, reflejos/neurales<br />

o conductuales, congénitos o adquiridos.<br />

Es posible hacer un relato <strong>de</strong>tallado <strong>de</strong>l movimiento articular<br />

y segmentario durante el ciclo <strong>de</strong> la marcha respecto a<br />

cada articulación observando sus movimientos durante el<br />

apoyo doble inicial, el apoyo sobre una extremidad única y,<br />

finalmente, el apoyo doble terminal. Un análisis <strong>de</strong>tallado<br />

<strong>de</strong>l movimiento normal a lo largo <strong>de</strong> la fase <strong>de</strong> apoyo se<br />

muestra en la Tabla 3.2, que también com<strong>para</strong> estos movimientos<br />

con la entidad clínica <strong>de</strong>nominada hallux limitus funcional<br />

(HLF) (limitación funcional <strong>de</strong>l <strong>de</strong>do mayor <strong>de</strong>l pie),<br />

que se expone con mayor precisión en la página 91.<br />

DISFUNCIONES POTENCIALES<br />

DURANTE LA MARCHA<br />

La evaluación <strong>de</strong> las evi<strong>de</strong>ncias disponibles a partir <strong>de</strong> la<br />

postura estática, así como <strong>de</strong> las características <strong>de</strong> movimiento<br />

y marcha, requiere <strong>de</strong>strezas objetivas sólidas. La<br />

evaluación <strong>de</strong> la postura estática y <strong>de</strong> las características <strong>de</strong><br />

la marcha y el análisis <strong>de</strong> las posturas se<strong>de</strong>ntes y <strong>de</strong> reclinación<br />

y <strong>de</strong> los hábitos <strong>de</strong> uso proporciona información crítica<br />

<strong>para</strong> el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> programas terapéuticos y <strong>de</strong> atención<br />

medialmente hacia el lado no sostenido. Los aductores <strong>de</strong>scargan<br />

sobre la pierna estática, lo que, en combinación con el soporte<br />

perdido por la pierna oscilante, produce una caída <strong>de</strong> la pelvis<br />

(inclinación pélvica) sobre el lado contralateral. Durante esta<br />

posición <strong>de</strong> Tren<strong>de</strong>lenburg, la pierna estática se encuentra en leve<br />

aducción y la pierna oscilante en leve abducción, mientras hay un<br />

<strong>de</strong>scenso <strong>de</strong> aproximadamente 4º <strong>de</strong> la cresta ilíaca sobre el lado<br />

no sostenido (trasladando la mitad <strong>de</strong> ese <strong>de</strong>scenso a la línea<br />

media). Por consiguiente, la inclinación pélvica también reduce el<br />

potencial <strong>de</strong>splazamiento vertical <strong>de</strong>l centro <strong>de</strong> gravedad.<br />

El <strong>de</strong>splazamiento lateral <strong>de</strong> la pelvis (<strong>de</strong>sviación pélvica) ocurre<br />

cuando el peso es transferido a la pierna estática y el centro <strong>de</strong><br />

gravedad es trasladado hacia la extremidad estática. Los<br />

movimientos <strong>de</strong> la pelvis son suavizados por este balanceo rítmico<br />

lateral, que asimismo ayuda a mantener el equilibrio (Cailliet, 1997).<br />

Perry (1992) resume este complejo proceso, combinado con otros<br />

<strong>de</strong>terminantes <strong>de</strong> la marcha (tales como la flexión <strong>de</strong> tobillo y<br />

rodilla), como sigue:<br />

De tal modo... la elevación vertical <strong>de</strong> la unidad pasajera durante<br />

el soporte por parte <strong>de</strong> una sola extremidad es disminuido por la<br />

inclinación lateral y anterior <strong>de</strong> la pelvis, en combinación con la<br />

flexión plantar <strong>de</strong>l tobillo correspondiente a la extremidad estática y<br />

la flexión <strong>de</strong> la rodilla. El <strong>de</strong>scenso <strong>de</strong>l centro <strong>de</strong> gravedad por el<br />

apoyo sobre las dos extremida<strong>de</strong>s es reducido por la elevación <strong>de</strong>l<br />

talón en la fase estática terminal, el contacto inicial <strong>de</strong>l talón<br />

combinado con la extensión completa <strong>de</strong> la rodilla y la rotación<br />

horizontal <strong>de</strong> la pelvis. El <strong>de</strong>splazamiento lateral, <strong>de</strong> manera similar,<br />

es reducido a su mínima expresión por los rotadores pélvicos, la<br />

angulación femoral medial y la sustitución <strong>de</strong>l equilibrio coronal<br />

completo por la inercia. Como resultado <strong>de</strong> ello, el centro <strong>de</strong><br />

gravedad <strong>de</strong>l cuerpo sigue una suave vía sinusoidal tridimensional<br />

que entreteje las <strong>de</strong>sviaciones verticales y horizontales.<br />

domiciliaria. El valor <strong>de</strong> una perspectiva que evalúa el movimiento<br />

<strong>de</strong>l cuerpo entero <strong>de</strong> forma normal, como suce<strong>de</strong> en<br />

el análisis <strong>de</strong> la marcha al caminar, resi<strong>de</strong> en que se centra<br />

en los rasgos globales, como son los patrones <strong>de</strong>l síndrome<br />

cruzado (ver Capítulo 10) más que en los locales, como es la<br />

evaluación <strong>de</strong> articulaciones o <strong>músculos</strong> individuales (en<br />

busca <strong>de</strong> restricción, acortamiento, fuerza, presencia <strong>de</strong> puntos<br />

gatillo, etc.), que se lleva a cabo por se<strong>para</strong>do. El sujeto<br />

examinado <strong>de</strong>be estar tan <strong>de</strong>svestido como sea posible y<br />

apropiado, o vestido <strong>de</strong> modo que puedan observarse las<br />

formas (mallas <strong>de</strong> bailarines, pantalones cortos <strong>de</strong> ciclistas,<br />

etc.), <strong>de</strong> manera que las características clave no que<strong>de</strong>n enmascaradas<br />

por la vestimenta.<br />

Es útil la advertencia <strong>de</strong> Janda (1996):<br />

En la práctica clínica es aconsejable comenzar analizando la<br />

postura <strong>de</strong> pie erguida y la marcha. Sin embargo, este análisis requiere<br />

experiencia y, en particular, <strong>de</strong>streza en la observación.<br />

Por otra parte, brinda una información rápida y fiable con la que<br />

es posible ahorrar tiempo, indicando qué pruebas necesitan ser<br />

llevadas a cabo en <strong>de</strong>talle y cuáles pue<strong>de</strong>n omitirse... El observador...<br />

<strong>de</strong>bería pensar globalmente acerca <strong>de</strong> todo el sistema motor<br />

<strong>de</strong>l paciente y no limitar su atención al nivel local correspondiente<br />

a la lesión.<br />

Kuchera et al. (1997) sugieren que los elementos clave <strong>de</strong><br />

la marcha normal compren<strong>de</strong>n:<br />

● El peso, transferido <strong>de</strong> modo continuo <strong>de</strong>l talón a los<br />

<strong>de</strong>dos <strong>para</strong> el <strong>de</strong>spegue.<br />

● Ausencia <strong>de</strong> signos <strong>de</strong> cojera.


360 APLICACIÓN CLÍNICA DE LAS TÉCNICAS NEUROMUSCULARES II<br />

● La rodilla ipsolateral <strong>de</strong>l paciente en posición supina<br />

se inclina con el miembro inferior <strong>de</strong>scansando contra el<br />

cuerpo <strong>de</strong>l profesional, <strong>para</strong> asegurar que el TFL no está operando.<br />

La extremidad inferior contralateral <strong>de</strong>scansa sobre la<br />

camilla, con un cojín o una toalla enrollada colocados bajo la<br />

rodilla <strong>para</strong> mayor comodidad.<br />

● El fisioterapeuta está <strong>de</strong> pie a nivel <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra ipsolateral<br />

y mira al hombro contralateral <strong>de</strong> la persona.<br />

● El TFL llena el espacio entre la espina ilíaca anterior y el<br />

trocánter mayor. Los <strong>de</strong>dos <strong>de</strong> la mano craneal <strong>de</strong>l fisioterapeuta<br />

se colocan en la región <strong>de</strong>l TFL; usa su mano caudal <strong>para</strong><br />

resistir los esfuerzos <strong>de</strong>l paciente por rotar medialmente el<br />

miembro. Luego <strong>de</strong> la rotación resistida se contraerán las fibras<br />

<strong>de</strong>l TFL <strong>para</strong> confirmar su localización, momento a partir<br />

<strong>de</strong>l cual quedará relajado durante el resto <strong>de</strong>l tratamiento.<br />

● Pue<strong>de</strong>n aplicarse presiones o roces <strong>de</strong>slizantes con uno<br />

o los dos pulgares <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el trocánter mayor hasta la EIAS, en<br />

una o dos franjas, <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong> cuán ancho sea el espacio<br />

que llena el músculo (Figura 11.51).<br />

● Si la presión superficial no revela tejidos dolorosos a la<br />

palpación, podrá aplicarse una presión más profunda mediante<br />

más <strong>de</strong>slizamientos.<br />

● Una presión examinadora, <strong>de</strong> búsqueda, pue<strong>de</strong> aplicarse<br />

mediante los pulgares, una barra presora plana o el codo<br />

bajo control (apuntalado por la otra mano <strong>de</strong>l fisioterapeuta)<br />

a intervalos <strong>de</strong> 2,5 cm, hasta haber abordado todo el<br />

músculo.<br />

● Las bandas isquémicas, los puntos gatillo o los tejidos<br />

tensionados hallados en el músculo pue<strong>de</strong>n recibir presión<br />

sostenida (durante 8 a 12 segundos). Las fibras <strong>de</strong> TFL yacen<br />

sobre las fibras anteriores <strong>de</strong> los glúteos menor y mediano.<br />

La presión más profunda aplicada a través <strong>de</strong>l TFL, <strong>de</strong> ser<br />

tolerable, abordará estos <strong>músculos</strong> glúteos.<br />

Figura 11.51. Las fibras <strong>de</strong> TFL pue<strong>de</strong>n ser evaluadas en posiciones<br />

tanto supina como <strong>de</strong> <strong>de</strong>cúbito lateral (Capítulo 12).<br />

Figura 11.52. La extremidad inferior es estabilizada por el<br />

fisioterapeuta mientras aplica roces o presiones <strong>de</strong>slizantes mediante<br />

la palma <strong>de</strong> la mano a la superficie lateral <strong>de</strong>l muslo, con lo que se<br />

evalúa el tracto IT. Una versión <strong>de</strong> este paso en <strong>de</strong>cúbito lateral se<br />

muestra en el Capítulo 12.<br />

● Pue<strong>de</strong>n aplicarse <strong>de</strong>slizamientos lubricados al tracto<br />

iliotibial mediante la palma plana <strong>de</strong> la mano craneal <strong>de</strong>l profesional<br />

mientras la mano caudal estabiliza la extremidad (Figura<br />

11.52). El fisioterapeuta tendrá cuidado <strong>de</strong> no forzar su<br />

propio cuerpo; lo hará flexionando sus rodillas (y no la espalda)<br />

y aportando presión a partir <strong>de</strong> su peso corporal y la mecánica<br />

<strong>de</strong> su cuerpo, y no a partir <strong>de</strong> sus hombros y brazos. Un<br />

examen más preciso <strong>de</strong>l tracto IT se realiza en <strong>de</strong>cúbito lateral.<br />

Tratamiento <strong>de</strong>l TFL acortado<br />

mediante TEM en posición supina (Figura 11.53)<br />

● El paciente se encuentra en posición supina, con el<br />

miembro inferior no afectado flexionado en ca<strong>de</strong>ra y rodilla.<br />

La extremidad <strong>de</strong>l lado afectado se aduce hasta su barrera, lo<br />

que la coloca bajo el miembro opuesto (flexionado). El fisioterapeuta<br />

está <strong>de</strong> pie <strong>de</strong>l lado opuesto, a nivel <strong>de</strong> la rodilla.<br />

● Usando los criterios presentados en relación con problemas<br />

agudos y crónicos (págs. 202 - 205), la estructura será<br />

tratada sobre la barrera <strong>de</strong> resistencia o cerca <strong>de</strong> ella mediante<br />

contracciones isométricas ligeras o levemente fuertes durante<br />

intervalos breves (7 segundos) o prolongados (20 segundos),<br />

usando los patrones respiratorios apropiados (según se<br />

<strong>de</strong>scriben en el Capítulo 9).<br />

● El fisioterapeuta utiliza su tronco <strong>para</strong> estabilizar la<br />

pelvis <strong>de</strong>l paciente, inclinándose contra la rodilla flexionada<br />

(<strong>de</strong>l lado no afectado).<br />

● La mano caudal <strong>de</strong>l fisioterapeuta sostiene la pierna<br />

afectada, <strong>de</strong> modo que la rodilla queda estabilizada por la<br />

mano.<br />

● La mano craneal <strong>de</strong>l fisioterapeuta mantiene un contacto<br />

estabilizador sobre la EIAS <strong>de</strong>l lado afectado.


AE<br />

AAS<br />

P<br />

AT<br />

A. Vista lateral <strong>de</strong>recha<br />

AT AT<br />

AT<br />

fai<br />

C. Vista anterior<br />

E. Vista superior<br />

adicional. Escribe Wad<strong>de</strong>ll (1998): «Ten<strong>de</strong>mos a pensar en el<br />

hueso como si fuese rígido, pero esto no es estrictamente<br />

cierto. Las vértebras son seis veces más rígidas y tres veces<br />

más gruesas que los discos y sólo permiten la mitad <strong>de</strong> su<br />

<strong>de</strong>formación, pero poseen cierta elasticidad.» Bogduk (1997)<br />

pinta una vívida imagen <strong>de</strong>l interior <strong>de</strong>l cuerpo vertebral:<br />

B.Vista lateral izquierda<br />

fas<br />

D. Vista posterior<br />

F. Vista inferior<br />

LA COLUMNA LUMBAR 217<br />

AT AT AT<br />

P P P<br />

P<br />

AAn<br />

CV<br />

L L<br />

AN<br />

fv<br />

CV<br />

AE<br />

fai<br />

CV CV<br />

AAn<br />

fai<br />

AAS<br />

Figura 10.2. Partes <strong>de</strong> una vértebra lumbar típica. CV: cuerpo vertebral; P: pedículo; AT: apófisis transversa; AE: apófisis espinosa; L: lámina; AAS:<br />

apófisis articular superior; AAI: apófisis articular inferior; fas: faceta articular superior; fai: faceta articular inferior; AM: apófisis mamilar; AA: apófisis<br />

accesoria; av: agujero vertebral; AAn: apófisis anular; AN: arco neural (reproducido con permiso <strong>de</strong> Bogduk, 1997).<br />

AM<br />

AAI<br />

AA<br />

AAS<br />

AAI<br />

AT<br />

fai<br />

AAS<br />

L<br />

L<br />

«Cuando está lleno <strong>de</strong> sangre, la cavidad trabeculada <strong>de</strong>l<br />

cuerpo vertebral se parece a una esponja y por esta razón se<br />

<strong>de</strong>nomina a veces esponjosa vertebral.»<br />

● El panal <strong>de</strong> abejas <strong>de</strong> tipo esponjoso, en el cuerpo, está<br />

ro<strong>de</strong>ado por un elevado rebor<strong>de</strong> más suave, conocido como<br />

apófisis anular.<br />

AE<br />

P<br />

AT<br />

AE<br />

AAI<br />

AAS<br />

AT<br />

AAn AAn<br />

AE<br />

AAS<br />

AA AA<br />

fv<br />

CV<br />

AAI<br />

AA<br />

AM


494 APLICACIÓN CLÍNICA DE LAS TÉCNICAS NEUROMUSCULARES<br />

Figura 13.44. Pue<strong>de</strong> palparse una pequeña porción <strong>de</strong>l poplíteo en la<br />

parte posterointerna proximal <strong>de</strong> la diáfisis tibial.<br />

● Este tejido (que también pue<strong>de</strong> incluir el sóleo) muestra<br />

a menudo un sorpren<strong>de</strong>nte grado <strong>de</strong> dolor a la palpación,<br />

<strong>de</strong>biendo prestarse atención al grado <strong>de</strong> molestia que el paciente<br />

experimenta.<br />

● El contacto <strong>de</strong>slizante se aplica <strong>de</strong> 6 a 8 veces con presión<br />

<strong>de</strong> leve a mo<strong>de</strong>rada, <strong>de</strong> acuerdo con el nivel <strong>de</strong> la incomodidad.<br />

Una porción lateral <strong>de</strong>l poplíteo pue<strong>de</strong> ser palpada entre<br />

el tendón <strong>de</strong>l bíceps femoral y el plantar y el gastrocnemio<br />

(porción externa), situados más internamente. La fijación al<br />

cóndilo femoral pue<strong>de</strong> hallarse inmediatamente por <strong>de</strong>lante<br />

<strong>de</strong>l ligamento lateral externo o alcanzarse inmediatamente<br />

por <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> él. Se tendrá cuidado al acercarse a la superficie<br />

posterior <strong>de</strong> la cabeza peronea, don<strong>de</strong> el nervio peróneo<br />

se encuentra relativamente expuesto.<br />

Liberación posicional<br />

<strong>para</strong> el poplíteo<br />

Los puntos dolorosos <strong>de</strong>l poplíteo se encontrarán por palpación<br />

en la superficie posterointerna <strong>de</strong> la parte proximal<br />

<strong>de</strong> la tibia y también en la superficie externa <strong>de</strong>l espacio articular<br />

posterior <strong>de</strong> la rodilla.<br />

● El paciente se encuentra en posición prona con la rodilla<br />

flexionada a 90º y el fisioterapeuta sostiene el talón.<br />

● La otra mano <strong>de</strong>l fisioterapeuta localiza el punto doloroso<br />

y aplica por <strong>de</strong>lante presión dirigida a él, suficiente como<br />

<strong>para</strong> crear una molestia que el paciente puntúa como «10».<br />

● El fisioterapeuta aplica compresión en el eje longitudinal<br />

a través <strong>de</strong> la tibia (y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el talón), lo que usualmente<br />

reducirá la puntuación <strong>de</strong> dolor.<br />

● Una sintonía fina adicional <strong>para</strong> reducir la puntuación<br />

a «3» o menos se logra introduciendo rotación interna (medial)<br />

<strong>de</strong> la tibia.<br />

● Una vez que la puntuación ha caído a «3» o menos, se<br />

mantiene la posición durante 90 segundos, antes <strong>de</strong> una lenta<br />

liberación con retorno a la posición neutra.<br />

Gastrocnemio (Figura 14.25)<br />

Inserciones. Dos porciones se fijan a la superficie proximal<br />

<strong>de</strong> los cóndilos femorales y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la cápsula <strong>de</strong> la articulación<br />

<strong>de</strong> la rodilla <strong>para</strong> cursar en dirección distal (fusionándose<br />

con el sóleo <strong>para</strong> formar el tríceps sural),<br />

insertándose en el calcáneo como tendón <strong>de</strong> Aquiles (o tendón<br />

calcáneo).<br />

Inervación. Nervio tibial (S1 - S2).<br />

Tipo <strong>muscular</strong>. Postural (tipo 1), proclive al acortamiento<br />

bajo esfuerzo.<br />

Función. Flexión plantar <strong>de</strong>l pie, contribuyendo muy débilmente<br />

a la flexión <strong>de</strong> la rodilla y más probablemente a la<br />

estabilización <strong>de</strong> ésta.<br />

Sinergistas. Para la flexión plantar. Sóleo, plantar <strong>de</strong>lgado,<br />

peroneos laterales largo y corto, flexor largo propio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>do<br />

gordo, flexor largo común <strong>de</strong> los <strong>de</strong>dos <strong>de</strong>l pie (flexor tibial<br />

<strong>de</strong> los <strong>de</strong>dos) y tibial posterior.<br />

Para la flexión <strong>de</strong> la rodilla. Músculos isquiocrurales, sartorio,<br />

grácil y (quizá muy débilmente) plantar <strong>de</strong>lgado.<br />

Antagonistas. Para la flexión plantar. Tibial anterior, extensor<br />

propio (o largo) <strong>de</strong>l <strong>de</strong>do gordo y extensor común <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>dos <strong>de</strong>l pie.<br />

Para la flexión <strong>de</strong> la rodilla. Cuádriceps crural (femoral).<br />

Indicaciones terapéuticas<br />

● Calambres en la pantorrilla (en especial durante la noche).<br />

● Claudicación intermitente.<br />

● Dolor en la cara posterior <strong>de</strong> la rodilla al caminar sobre<br />

una superficie rocosa o en <strong>de</strong>clive, o cuando se ascien<strong>de</strong> una<br />

pendiente empinada.<br />

Notas especiales<br />

El gastrocnemio es un excelente flexor plantar y tiene muy<br />

poca influencia sobre los movimientos <strong>de</strong> la articulación <strong>de</strong><br />

la rodilla. En ésta tiene más un papel <strong>de</strong> estabilizador dinámico,<br />

aparentemente impidiendo la hiperextensión (Levangie<br />

y Norkin, 2001).<br />

Puesto que casi exclusivamente contribuye a la flexión<br />

plantar y dado que es acompañado tanto en su localización<br />

como en su función por el músculo plantar, ambos se <strong>de</strong>scriben<br />

y tratan junto con el pie y el tobillo en la página 531.


372 APLICACIÓN CLÍNICA DE LAS TÉCNICAS NEUROMUSCULARES II<br />

EIPS<br />

Cóccix<br />

Tuberosidad<br />

isquiática<br />

Figura 11.65. Tratamiento <strong>de</strong>l piriforme mediante TEM con el paciente en posición supina. La pelvis <strong>de</strong>be ser<br />

mantenida en posición estable al aducir la rodilla (<strong>de</strong>recha en el ejemplo) <strong>para</strong> estirar el piriforme tras una<br />

contracción isométrica (adaptado <strong>de</strong> Chaitow, 2001).<br />

EIAS<br />

Figura 11.66. Usando los relieves <strong>de</strong> referencia anatómicos como<br />

coor<strong>de</strong>nadas, se localizan las áreas dolorosas más frecuentes en el<br />

piriforme, en el vientre y cerca <strong>de</strong> la fijación <strong>de</strong>l músculo (reproducido<br />

con permiso <strong>de</strong> Chaitow, 2001).<br />

<strong>de</strong>ben tratarse en primer lugar las causas <strong>de</strong> la <strong>de</strong>bilidad, antes<br />

<strong>de</strong> estirar mediante el uso <strong>de</strong> TEM.<br />

TNM <strong>para</strong> el<br />

piriforme: <strong>de</strong>cúbito lateral<br />

● El paciente se encuentra en <strong>de</strong>cúbito lateral con la cabeza<br />

sostenida en posición neutra. La extremidad inferior suprayacente<br />

es flexionada en la ca<strong>de</strong>ra, mientras que la otra<br />

permanece recta. Si se <strong>de</strong>sea imponer tensión al músculo, no<br />

se colocará cojín bajo la extremidad inferior suprayacente, <strong>de</strong><br />

modo que rote medialmente <strong>para</strong> <strong>de</strong>scansar sobre la camilla,<br />

colocando al piriforme en ligero estiramiento. Si esto es <strong>de</strong>masiado<br />

incómodo <strong>de</strong>bido a la presencia <strong>de</strong> puntos gatillo<br />

reactivos, pue<strong>de</strong> colocarse un cojín bajo el miembro inferior<br />

flexionado (suprayacente) <strong>para</strong> sostenerlo y reducir la tensión<br />

en las fibras <strong>de</strong>l piriforme.<br />

● Se pue<strong>de</strong> emplear una tela <strong>de</strong>lgada o efectuar el trabajo<br />

a través <strong>de</strong> ropas o pantalones cortos, vestidos u otras ropas<br />

<strong>de</strong> grosor <strong>de</strong>lgado.<br />

● El fisioterapeuta está <strong>de</strong> pie frente al paciente a nivel<br />

<strong>de</strong> la parte superior <strong>de</strong>l muslo o la ca<strong>de</strong>ra. Para efectuar el<br />

tratamiento también pue<strong>de</strong> ponerse <strong>de</strong> pie <strong>de</strong>trás <strong>de</strong>l paciente,<br />

en tanto esté cómodo y no se coloque en una posición forzada.<br />

● El fisioterapeuta palpa la EIPS y el trocánter mayor. Se<br />

traza una línea imaginaria <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un punto inmediatamente<br />

caudal a la EIPS hasta el trocánter mayor, que representa la


566 APLICACIÓN CLÍNICA DE LAS TÉCNICAS NEUROMUSCULARES<br />

Cuadro 14.12. Criterios <strong>para</strong> la TLP <strong>de</strong> Goodheart<br />

Goodheart (1984) ha <strong>de</strong>scrito un medio <strong>para</strong> usar la TLP que<br />

simplifica la tarea <strong>de</strong>l profesional al i<strong>de</strong>ntificar la localización <strong>de</strong>l<br />

punto doloroso. Sugiere que un punto doloroso <strong>de</strong>terminado pue<strong>de</strong><br />

ser buscado en los tejidos/estructuras que llevan a cabo la función<br />

opuesta a la que se realiza cuando se observan o comunican dolor<br />

o restricción. Los <strong>músculos</strong> antagonistas a los que operan en el<br />

momento en que se tiene noticia <strong>de</strong>l dolor (o una restricción es<br />

observada o comunicada por el paciente) serán los que albergan el<br />

punto o los puntos dolorosos. Usualmente estos se encuentran en<br />

estructuras acortadas, más que elongadas/estiradas. Se palpan los<br />

tejidos <strong>de</strong> que se sospecha y se selecciona el área más sensible<br />

<strong>para</strong> que actúe como monitor durante la realización <strong>de</strong> la TLP<br />

(Capítulo 9).<br />

Este «punto doloroso» se examina con la suficiente firmeza como<br />

<strong>para</strong> producir una puntuación <strong>de</strong> dolor <strong>de</strong> «10». El paciente expresa<br />

luego, cuando los tejidos se reposicionan cuidadosamente, la<br />

puntuación percibida. Las direcciones más beneficiosas <strong>de</strong> los<br />

movimientos hacia estados <strong>de</strong> «alivio» o «comodidad», en que el<br />

dolor expresado se reducirá marcadamente, compren<strong>de</strong>n por lo<br />

general un mayor acortamiento («apiñamiento») <strong>de</strong> estructuras que<br />

ya son cortas (Chaitow, 2001).<br />

Goodheart sugiere asimismo una simple prueba <strong>para</strong> i<strong>de</strong>ntificar si<br />

un punto doloroso, localizado como se <strong>de</strong>scribió, podría<br />

beneficiarse con la aplicación <strong>de</strong> la TLP. Señala que si el músculo en<br />

que se encuentra el punto doloroso produce <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un<br />

resultado <strong>de</strong> fortaleza inicial un resultado <strong>de</strong> <strong>de</strong>bilidad consecutivo a<br />

una contracción máxima <strong>de</strong> 3 segundos, lo más probable es que se<br />

beneficie con la liberación posicional (Walther, 1988).<br />

Señala Goodheart que la función neuro<strong>muscular</strong> <strong>de</strong> los <strong>músculos</strong><br />

pue<strong>de</strong> mejorar utilizando ECE, incluso si no hay dolor.<br />

Walther (1988) comunica la opinión <strong>de</strong> Goodheart según la cual<br />

los <strong>músculos</strong> antagonistas pue<strong>de</strong>n fallar en su retorno al equilibrio<br />

neurológico tras un esfuerzo agudo o crónico. Si esto suce<strong>de</strong>, se<br />

establece un patrón neuro<strong>muscular</strong> anormal, que pue<strong>de</strong> obtener<br />

beneficio <strong>de</strong>l tratamiento <strong>de</strong> liberación posicional. Los <strong>músculos</strong><br />

acortados en el proceso tensional –y no los estirados (don<strong>de</strong><br />

comúnmente se sitúa el dolor)– son los tejidos que <strong>de</strong>berían<br />

utilizarse en el proceso <strong>de</strong> reequilibración. «Compren<strong>de</strong>r que la<br />

causa <strong>de</strong>l dolor continuo pa<strong>de</strong>cido en una situación <strong>de</strong><br />

esfuerzo/contraesfuerzo no coinci<strong>de</strong> con la localización <strong>de</strong>l dolor<br />

sino en un músculo antagonista constituye el paso más importante<br />

<strong>para</strong> resolver el problema», manifiesta Walther.<br />

El punto doloroso podría hallarse en un músculo, tendón o<br />

ligamento; el factor perpetuante es el <strong>de</strong>sequilibrio <strong>de</strong> los<br />

mecanismos <strong>de</strong> los husos <strong>muscular</strong>es.<br />

Cuadro 14.13. MCM <strong>de</strong> Mulligan y métodos compresivos <strong>para</strong> el pie<br />

Los criterios generales <strong>de</strong> los métodos <strong>de</strong> Mulligan, la<br />

movilización con movimiento (MCM), se <strong>de</strong>scribieron en otro lugar<br />

<strong>de</strong> este texto (véanse el Volumen 1, Capítulo 10, así como el<br />

Capítulo 9 <strong>de</strong> éste) (Mulligan, 1999).<br />

Se han presentado antes en este capítulo diversos ejemplos <strong>de</strong><br />

MCM en relación con el tratamiento <strong>de</strong> la disfunción <strong>de</strong> la cabeza<br />

peronea, la articulación talotibioperonea restringida y los esguinces<br />

postinversión y por eversión. Un ejemplo <strong>de</strong> un protocolo habitual<br />

<strong>de</strong> MCM en relación con la disfunción <strong>de</strong>l pie (metatarsalgia) se<br />

<strong>de</strong>scribe a continuación, así como una variante que incluye<br />

compresión.<br />

MCM en el tratamiento <strong>de</strong> la metatarsalgia anterior<br />

Escribe Mulligan: «El dolor por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> las cabezas <strong>de</strong> los<br />

metatarsianos centrales factible <strong>de</strong> ser reproducido mediante flexión<br />

o extensión <strong>de</strong> los <strong>de</strong>dos podría <strong>de</strong>berse a un fallo en el<br />

posicionamiento <strong>de</strong> las cabezas <strong>de</strong> los metatarsianos, <strong>de</strong>biendo<br />

intentarse MCM.»<br />

● El paciente se encuentra en posición supina y el fisioterapeuta<br />

Puesto que usualmente el paciente pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>scribir qué<br />

movimientos incrementan su dolor (o cuáles están restringidos), es<br />

fácil <strong>de</strong>cidir los lugares don<strong>de</strong> se buscarán áreas dolorosas.<br />

Ejercicio utilizando los criterios <strong>de</strong> Goodheart<br />

● I<strong>de</strong>ntifique un movimiento <strong>de</strong>l pie o tobillo restringido o<br />

incómodo/doloroso (digamos, la dorsiflexión).<br />

● Determine qué acción produciría precisamente el movimiento<br />

opuesto (en este ejemplo, la flexión plantar).<br />

● Un método clínicamente útil <strong>para</strong> localizar dón<strong>de</strong> <strong>de</strong>bería<br />

centrarse inicialmente la palpación consiste en restringir el área<br />

mientras el paciente intenta activamente mover el pie (en este<br />

ejemplo) en la dirección opuesta a la que se hallaba restringida o<br />

dolorosa.<br />

● Mientras se mantiene la restricción isométrica durante este<br />

breve período (<strong>de</strong> sólo unos pocos segundos), un examen<br />

superficial <strong>de</strong> los tejidos a menudo pue<strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificar estructuras<br />

anormalmente tensas o acortadas que, a continuación <strong>de</strong> la<br />

liberación <strong>de</strong> la contracción, <strong>de</strong>ben palparse usando arrastre<br />

cutáneo (expuesto brevemente en los Capítulos 1 y 9 <strong>de</strong> este<br />

volumen y con mayor <strong>de</strong>talle en el Volumen 1, pág. 81; véase<br />

asimismo la Figura 6.5 <strong>de</strong>l Volumen 1) o TNM u otros métodos.<br />

● Una vez i<strong>de</strong>ntificado un punto doloroso sensible y localizado,<br />

se <strong>de</strong>be presionar con firmeza suficiente como <strong>para</strong> que el paciente<br />

lo registre como puntuación <strong>de</strong> dolor <strong>de</strong> «10».<br />

● El pie <strong>de</strong>be posicionarse entonces con la mayor probabilidad<br />

en flexión plantar pura (en este ejemplo), produciendo una suave<br />

«sintonía fina» hasta que la puntuación <strong>de</strong> este punto doloroso se<br />

haya reducido en por lo menos un 70%.<br />

● Esta posición se mantiene durante 90 segundos, permitiendo<br />

teóricamente la reubicación <strong>de</strong> los husos <strong>muscular</strong>es y la mejora <strong>de</strong><br />

la circulación local, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> lo cual se efectúa una lenta<br />

liberación con retorno a la posición neutra (Chaitow, 2001).<br />

● Si había una restricción previa, ésta se habrá reducido<br />

apreciablemente; también podría haber <strong>de</strong>clinado el dolor. El dolor<br />

observado bajo movimiento se alivia por lo general lentamente, en<br />

un período <strong>de</strong> horas a continuación <strong>de</strong> este tratamiento, en vez <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>svanecerse <strong>de</strong> forma notoriamente rápida. En cambio, el<br />

funcionamiento mejora <strong>de</strong> inmediato, aunque sólo durante períodos<br />

breves en situaciones crónicas o cuando no se ha abordado la<br />

etiología subyacente.<br />

● Cualquier restricción o dolor observados bajo movimiento<br />

pue<strong>de</strong>n tratarse <strong>de</strong> esta forma, ofreciendo por lo común unos<br />

«primeros auxilios» con rápido alivio y, a veces, beneficio dura<strong>de</strong>ro.<br />

está <strong>de</strong> pie o sentado distalmente, en el extremo <strong>de</strong> la camilla,<br />

mirando el pie.<br />

● En este ejemplo se supone que el dolor está localizado <strong>de</strong>bajo<br />

<strong>de</strong> la cabeza <strong>de</strong>l tercer metatarsiano y es agravado por la flexión <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>do.<br />

● El fisioterapeuta sostiene la cabeza <strong>de</strong>l tercer metatarsiano<br />

entre los <strong>de</strong>dos pulgar e índice <strong>de</strong> una mano, y con la otra sujeta la<br />

cabeza <strong>de</strong>l segundo metatarsiano.<br />

● La cabeza <strong>de</strong>l tercer metatarsiano es trasladada (<strong>de</strong>slizada)<br />

distalmente, contra el segundo, manteniéndola en esta posición<br />

mientras se indica al paciente que flexione lentamente los <strong>de</strong>dos.<br />

● Si esto <strong>de</strong>muestra ser útil, se revierte el <strong>de</strong>slizamiento,<br />

trasladando la cabeza <strong>de</strong>l segundo metatarsiano distalmente contra<br />

la cabeza <strong>de</strong>l tercero, mientras el paciente realiza lentamente la<br />

flexión <strong>de</strong> los <strong>de</strong>dos.<br />

● Si el <strong>de</strong>do pue<strong>de</strong> ser flexionado sin dolor durante una u otra <strong>de</strong><br />

estas traslaciones, la acción (flexión durante la traslación) se repite<br />

aproximadamente 10 veces.<br />

● «El paciente <strong>de</strong>berá flexionar entonces los <strong>de</strong>dos sin ayuda [sin<br />

traslación] <strong>para</strong> reevaluar. Después <strong>de</strong> varios intentos, <strong>de</strong>bería<br />

sentirse mucho mejor.» (Continúa)


ta pubiana. Pue<strong>de</strong>n utilizarse apropiadamente contactos<br />

<strong>de</strong>slizantes específicos o fricción transversa.<br />

Debe examinarse la porción más lateral <strong>de</strong>l recto <strong>de</strong>l abdomen<br />

a causa <strong>de</strong> su elevada propensión a la formación <strong>de</strong><br />

puntos gatillo. Por otra parte, se encuentra directamente sobre<br />

el músculo psoas: la molestia surgida en estas fibras laterales<br />

<strong>de</strong>l recto <strong>de</strong>l abdomen durante la palpación <strong>de</strong>l psoas<br />

pue<strong>de</strong> dar lugar a confusión. Los pulgares <strong>de</strong>l profesional,<br />

orientados <strong>de</strong> manera que sus puntas se tocan, con los pulpejos<br />

colocados sobre la porción lateral <strong>de</strong> las fibras más<br />

laterales <strong>de</strong>l recto <strong>de</strong>l abdomen, pue<strong>de</strong>n usarse <strong>para</strong> presionar,<br />

examinar y tratar las fibras mediante compresión sostenida<br />

o contactos pellizqueantes transversales (si no son <strong>de</strong>masiado<br />

dolorosas a la palpación) (Fig. 10.58). Pedir al<br />

paciente que se encorve hasta un cuarto <strong>de</strong> la amplitud <strong>de</strong>l<br />

movimiento <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la posición se<strong>de</strong>nte <strong>para</strong> incorporarse<br />

ayudará a localizar el bor<strong>de</strong> <strong>de</strong>l músculo, a pesar <strong>de</strong> que éste<br />

<strong>de</strong>be estar relajado cuando sea palpado.<br />

Figura 10.58. Las molestias en las fibras más laterales <strong>de</strong>l recto <strong>de</strong>l<br />

abdomen pue<strong>de</strong>n dar lugar a confusión, ya que se encuentran<br />

directamente sobre el músculo psoas y pue<strong>de</strong>n ser provocadas<br />

cuando se palpa buscando éste.<br />

Cuadro 10.11. Protocolo <strong>de</strong> la TNM abdominal <strong>de</strong> Lief<br />

La TNM <strong>de</strong> Lief <strong>para</strong> las zonas abdominales y relacionadas se<br />

centra sobre todo en tejidos que son específicamente <strong>de</strong> unión:<br />

● Tendón central y bor<strong>de</strong> lateral <strong>de</strong> las vainas <strong>de</strong> los <strong>músculos</strong><br />

rectos.<br />

● Inserciones torácicas <strong>de</strong> los <strong>músculos</strong> recto <strong>de</strong>l abdomen y<br />

oblicuo externo.<br />

● Ligamento xifoesternal.<br />

● Inserciones inferiores <strong>de</strong> los <strong>músculos</strong> oblicuos interno y<br />

externo.<br />

● Áreas intercostales entre las costillas 5ª y 12ª.<br />

Aplicación <strong>de</strong> la TNM abdominal <strong>de</strong> Lief<br />

(Fig. 10.59)<br />

Para tratar las regiones abdominal y torácica inferior el paciente<br />

<strong>de</strong>be estar en posición supina, con la cabeza sostenida por una<br />

almohada <strong>de</strong> tamaño medio y las rodillas flexionadas, bien con un<br />

cojín <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> ellas o levantadas hacia arriba <strong>de</strong> manera tal que<br />

los pies se aproximen a las nalgas. Se aplicará lubricación al área a<br />

tratar.<br />

Tratamiento intercostal<br />

El profesional se coloca a nivel <strong>de</strong> la cintura <strong>de</strong>l paciente y aplica<br />

una serie <strong>de</strong> contactos con la punta <strong>de</strong>l pulgar o <strong>de</strong> un <strong>de</strong>do a lo<br />

largo <strong>de</strong>l curso <strong>de</strong> los espacios intercostales, lateralmente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

esternón (véanse las <strong>de</strong>scripciones <strong>de</strong> las técnicas <strong>de</strong>l pulgar y<br />

otros <strong>de</strong>dos <strong>de</strong> Lief, en el Volumen 1, Capítulo 9).<br />

Es importante que reciban atención las inserciones <strong>de</strong> los<br />

<strong>músculos</strong> intercostales internos y externos. Los bor<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las<br />

costillas, tanto inferiores cuanto superiores, <strong>de</strong>ben recibir firme<br />

presión <strong>de</strong>slizante con la falange distal <strong>de</strong> los <strong>de</strong>dos pulgar, medio<br />

o índice. Si hay muy poco espacio como <strong>para</strong> permitir este grado<br />

<strong>de</strong> presión diferenciada, el contacto a lo largo <strong>de</strong>l espacio<br />

intercostal <strong>de</strong>be ser simple. Si no es posible insinuar el pulgar entre<br />

las costillas, pue<strong>de</strong> utilizarse el contacto mediante el bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> un<br />

<strong>de</strong>do, teniendo lugar el <strong>de</strong>slizamiento hacia el profesional (hacia la<br />

línea media) <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el lado opuesto.<br />

(continúa)<br />

LA COLUMNA LUMBAR 287<br />

Figura 10.59. Técnica neuro<strong>muscular</strong> abdominal. Líneas <strong>de</strong><br />

aplicación sugeridas <strong>para</strong> acce<strong>de</strong>r a los principales sitios <strong>de</strong> fijación<br />

<strong>de</strong> puntos gatillo y a las interfases entre los diferentes grupos<br />

<strong>muscular</strong>es (reproducido con permiso <strong>de</strong> Chaitow, 1996)


222 APLICACIÓN CLÍNICA DE LAS TÉCNICAS NEUROMUSCULARES II<br />

LLP<br />

LLA<br />

LA<br />

v m<br />

Figura 10.7. Sección sagital medial <strong>de</strong> la columna lumbar, que<br />

muestra sus diversos ligamentos. LLA: ligamento longitudinal anterior;<br />

LLP: ligamento longitudinal posterior; LSE: ligamento supraspinoso;<br />

LIE: ligamento interespinoso; v: parte ventral; m: parte media; d: parte<br />

dorsal; LA: ligamento amarillo, visto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l conducto<br />

vertebral y en sección sagital a la línea media (reproducido con<br />

permiso <strong>de</strong> Bogduk, 1997).<br />

Notas adicionales acerca <strong>de</strong> las estructuras<br />

vertebrales relacionadas<br />

La biomecánica lumbar es discutida en profundidad por<br />

Bogduk (1997) y bien ilustrada por Kapandji (1974). La biomecánica<br />

<strong>de</strong> las regiones cervical y torácica, así como la estructura<br />

<strong>de</strong> los componentes discales, se presentan extensamente<br />

en el Volumen 1 <strong>de</strong> esta obra. Aquí se mencionan<br />

algunos puntos <strong>de</strong> particular interés respecto a la región<br />

lumbar:<br />

● Es habitual que la flexión lateral <strong>de</strong> un segmento vertebral<br />

sea acompañado por rotación y, en la columna lumbar,<br />

principalmente hacia el lado opuesto (tipo 1) (Figura 10.9).<br />

● Sin embargo, L5 se inclina lateralmente hacia el mismo<br />

lado durante la flexión/rotación (tipo 2), aunque «las articulaciones<br />

L4 - L5 muestran un sesgo particular: en algunos sujetos<br />

el acoplamiento es ipsolateral, en tanto que en otros es<br />

contralateral» (Bogduk, 1997).<br />

d<br />

LIE<br />

LSE<br />

A<br />

B<br />

inf<br />

L4<br />

L5<br />

itl<br />

Figura 10.8. Ligamento iliolumbar izquierdo. A. Vista frontal. B. Vista<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> arriba. sup: ligamento iliolumbar superior; ant: ligamento<br />

iliolumbar anterior; inf: ligamento iliolumbar inferior; ver: ligamento<br />

iliolumbar vertical; post: ligamento iliolumbar posterior; itl: ligamento<br />

intertransverso; a: Capa anterior <strong>de</strong> la fascia toracolumbar; CL:<br />

cuadrado lumbar (reproducido con permiso <strong>de</strong> Bogduk, 1997).<br />

● A través <strong>de</strong>l agujero vertebral <strong>de</strong> la 1ª vértebra lumbar<br />

<strong>de</strong>scien<strong>de</strong> el cono medular <strong>de</strong> la médula espinal.<br />

● Los agujeros lumbares inferiores albergan la cola <strong>de</strong><br />

caballo y las meninges vertebrales.<br />

● La médula pue<strong>de</strong> sufrir traumatismo <strong>de</strong> muy diversas<br />

maneras; asimismo, pue<strong>de</strong> presentar isquemia por estenosis<br />

vertebral, esto es, un estrechamiento <strong>de</strong>l conducto neural que<br />

pue<strong>de</strong> ser exacerbado por formación <strong>de</strong> osteófitos.<br />

● Entre otros factores que podrían causar impacto o irritación<br />

<strong>de</strong> la médula se cuentan la protrusión discal y la laxi-<br />

ant<br />

ver<br />

ant<br />

inf<br />

post<br />

sup<br />

inf<br />

ver<br />

CL<br />

a<br />

sup


248 APLICACIÓN CLÍNICA DE LAS TÉCNICAS NEUROMUSCULARES II<br />

Cuadro 10.6. Radiografías: utilidad y peligros<br />

De acuerdo con Paris (1997), «las radiografías, en todos los casos<br />

excepto algunos, han perdido su vali<strong>de</strong>z como herramienta<br />

diagnóstica, siendo usadas más <strong>para</strong> probar algo que como real<br />

método <strong>de</strong> investigación. Rara vez se aliviará el dolor <strong>de</strong> espalda<br />

aun cuando cambie la imagen radiográfica.»<br />

Wad<strong>de</strong>ll (1998) informa que «las radiografías estándar <strong>de</strong> la<br />

columna lumbar usan una dosis <strong>de</strong> radiación aproximadamente 120<br />

veces mayor que la requerida <strong>para</strong> una radiografía <strong>de</strong> tórax», por lo<br />

que <strong>de</strong>ben usarse sólo si hay claras evi<strong>de</strong>ncias que sugieran tal<br />

necesidad. Sigue diciendo: «Es importante recordar que pue<strong>de</strong><br />

haber patología grave en presencia <strong>de</strong> radiografías normales. Lleva<br />

tiempo que los procesos <strong>de</strong> enfermedad produzcan <strong>de</strong>strucción<br />

ósea, siendo habituales los resultados falsos negativos en los<br />

estadios tempranos <strong>de</strong> tumores e infecciones.» Wad<strong>de</strong>ll aconseja<br />

seguir los criterios <strong>de</strong>l Royal College of Radiologists <strong>de</strong>l Reino<br />

Unido (ver más a<strong>de</strong>lante) cuando se evalúe realizar radiografías<br />

simples.<br />

Acor<strong>de</strong> con los criterios <strong>de</strong>l Department of Health Care Policy and<br />

Research (ACHPR, EE. UU., 1994), <strong>de</strong>bido a los riesgos <strong>de</strong> la<br />

radiación no es recomendable el uso rutinario <strong>de</strong> radiografías a<br />

menos que haya una señal <strong>de</strong> gran alarma. Las situaciones en que<br />

el ACHPR recomienda efectuar radiografías son:<br />

● Para <strong>de</strong>scartar una fractura en todo sujeto con dolor agudo en<br />

la zona lumbar cuando ha habido traumatismo significativo reciente,<br />

o traumatismo leve reciente en sujetos <strong>de</strong> más <strong>de</strong> 50 años <strong>de</strong> edad,<br />

o con antece<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> uso <strong>de</strong> esteroi<strong>de</strong>s u osteoporosis, o en<br />

cualquier persona <strong>de</strong> más <strong>de</strong> 70 años <strong>de</strong> edad.<br />

● Se sugiere la obtención <strong>de</strong> radiografías simples en<br />

combinación con la <strong>de</strong> un hemograma completo con<br />

eritrosedimentación <strong>para</strong> <strong>de</strong>scartar tumores o infecciones en<br />

individuos con dolor lumbar agudo en caso <strong>de</strong> presencia <strong>de</strong> otras<br />

gran<strong>de</strong>s alarmas: cáncer previo o infección reciente; fiebre <strong>de</strong> más<br />

<strong>de</strong> 37,7 ºC (100 ºF); abuso <strong>de</strong> drogas por vía intravenosa; uso<br />

prolongado <strong>de</strong> esteroi<strong>de</strong>s; dolor lumbar peor en reposo; pérdida <strong>de</strong><br />

peso inexplicada.<br />

● En estos casos, si la radiografía simple es negativa,<br />

investigaciones alternativas pue<strong>de</strong>n ser la gammagrafía ósea, la<br />

tomografía o la RMN (no durante el embarazo).<br />

Los criterios <strong>de</strong>l British College of Radiologists son muy similares<br />

(RCR, 1993) y sugieren que el dolor <strong>de</strong> espalda agudo resulta<br />

usualmente <strong>de</strong> entida<strong>de</strong>s no diagnosticables mediante radiología,<br />

correlacionándose mal el dolor con la gravedad <strong>de</strong> los cambios<br />

observados en la radiografía. El examen radiográfico se propone<br />

sólo si los síntomas empeoran progresivamente o no se resuelven,<br />

o si existen signos neurológicos marcados (trastornos esfinterianos<br />

o <strong>de</strong> la marcha o pérdidas motoras) o antece<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong><br />

traumatismo.<br />

Entre los exámenes que pue<strong>de</strong>n efectuarse se cuenta por<br />

ejemplo la radiología <strong>para</strong> <strong>de</strong>scartar la presencia <strong>de</strong> una espondilolistesis<br />

o la existencia <strong>de</strong> cualquier otra lesión ósea,<br />

como un colapso vertebral, o evi<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong> carcinoma<br />

(Cuadro 10.6). Por otra parte, es útil establecer el valor <strong>de</strong> la<br />

eritrosedimentación (ESR) que, si es superior a 25, sugiere<br />

la presencia <strong>de</strong> un trastorno inflamatorio en curso.<br />

El papel estabilizador <strong>de</strong> la fascia<br />

toracolumbar (Figura 10.21)<br />

La fascia envuelve, entrelaza, sostiene y da forma a los<br />

muchos tejidos corporales, entre ellos los miofasciales, esqueléticos<br />

y orgánicos. En la región lumbar, tres capas <strong>de</strong> la<br />

fascia toracolumbar se combinan <strong>para</strong> envolver los <strong>músculos</strong><br />

<strong>de</strong> la región y se<strong>para</strong>rlos en compartimientos. Se incluyen en<br />

TA<br />

Figura 10.21. Mecánica <strong>de</strong> la fascia toracolumbar. Des<strong>de</strong> cualquier<br />

punto <strong>de</strong> un rafe lateral (RL), la tensión lateral existente en la capa<br />

posterior <strong>de</strong> la fascia toracolumbar se transmite hacia arriba a través <strong>de</strong><br />

la lámina profunda <strong>de</strong> la capa posterior y hacia abajo a través <strong>de</strong> la<br />

capa superficial. Debido a la oblicuidad <strong>de</strong> estas líneas <strong>de</strong> tensión se<br />

generan un pequeño vector hacia abajo en la adherencia a la línea<br />

media <strong>de</strong> la lámina profunda y un pequeño vector hacia arriba en la<br />

adherencia a la línea media <strong>de</strong> la lámina superficial. Estos vectores<br />

mutuamente opuestos tien<strong>de</strong>n a aproximar las apófisis espinosas <strong>de</strong> L2<br />

y L4 y <strong>de</strong> L3 y L5 o a oponerse a su se<strong>para</strong>ción. La tensión lateral sobre<br />

la fascia pue<strong>de</strong> ser ejercida por el transverso <strong>de</strong>l abdomen (TA) y en<br />

menor extensión por unas pocas fibras <strong>de</strong>l oblicuo interno, cuando<br />

éstas se fijan al rafe lateral (reproducido con permiso <strong>de</strong> Bogduk, 1997).<br />

esta red fascial las fibras <strong>de</strong> varios <strong>músculos</strong> lumbares, así<br />

como <strong>de</strong> <strong>músculos</strong> abdominales, <strong>para</strong> cumplir un importante<br />

papel biomecánico y estabilizador <strong>de</strong> la columna lumbar.<br />

Al <strong>de</strong>scribir las tres capas <strong>de</strong> la fascia, Bogduk (1997) enumera<br />

las características siguientes:<br />

Capa anterior<br />

● Capa <strong>de</strong>lgada <strong>de</strong>rivada <strong>de</strong> la superficie anterior <strong>de</strong>l<br />

cuadrado lumbar que se fun<strong>de</strong> lateralmente con las otras capas.<br />

● Se fija medialmente a la cara anterior <strong>de</strong> las apófisis<br />

transversas lumbares.<br />

● Se fusiona con los ligamentos intertransversos (es consi<strong>de</strong>rada<br />

una extensión <strong>de</strong> estos ligamentos).<br />

Capa media<br />

RL<br />

● Se ubica posteriormente al cuadrado lumbar.<br />

● Se fija medialmente a las puntas <strong>de</strong> las apófisis transversas.<br />

● Lateralmente da origen a la aponeurosis <strong>de</strong>l transverso<br />

<strong>de</strong>l abdomen.<br />

● Pue<strong>de</strong> provenir en realidad <strong>de</strong> los ligamentos, la aponeurosis<br />

<strong>de</strong>l transverso <strong>de</strong>l abdomen, la fascia <strong>de</strong>l CL o una<br />

combinación <strong>de</strong> ellos.


a los tejidos lumbares y torácicos <strong>de</strong>l lado <strong>de</strong>recho, en sentido<br />

craneocaudal (longitudinal). Los brazos <strong>de</strong>l profesional<br />

están cruzados, <strong>de</strong> modo que la palma <strong>de</strong> su mano caudal se<br />

halla sobre la región torácica media (con los <strong>de</strong>dos mirando<br />

en sentido craneal) y la palma <strong>de</strong> la mano craneal (con los <strong>de</strong>dos<br />

mirando en sentido caudal) se encuentra sobre los tejidos<br />

<strong>de</strong> la zona lumbar, al mismo lado <strong>de</strong>l torso, con las regiones<br />

tenares <strong>de</strong> las manos apartadas entre sí unos pocos<br />

centímetros. Al aplicar presión <strong>para</strong> abordar los componentes<br />

elásticos sólo se dirige al torso un pequeño monto <strong>de</strong> la<br />

presión; es <strong>de</strong>cir, apenas lo suficiente <strong>para</strong> que las manos no<br />

se <strong>de</strong>slicen sobre la piel. La presión restante se aplica en dirección<br />

horizontal <strong>para</strong> crear una tensión sobre los tejidos localizados<br />

entre ambas manos. Cuando las manos se mueven<br />

alejándose la una <strong>de</strong> la otra, absorbiendo la inercia, se sentirá<br />

una barrera elástica, que se mantendrá bajo leve tensión.<br />

Se sostiene esta barrera hasta que comience la liberación<br />

como resultado <strong>de</strong> lo que se conoce como fenómeno <strong>de</strong>l flujo<br />

viscoso, en el que una carga (presión) lentamente aplicada<br />

provoca que el medio viscoso se haga más líquido («sol»)<br />

que lo que permitiría una presión aplicada con rapi<strong>de</strong>z. El<br />

término con el que se conoce el proceso por el cual los tejidos<br />

fasciales se <strong>de</strong>forman en respuesta a la presión es «distorsión»<br />

(Twomey y Taylor, 1982). La histéresis es el proceso <strong>de</strong><br />

intercambio <strong>de</strong> calor y <strong>energía</strong> por parte <strong>de</strong> los tejidos al <strong>de</strong>formarse<br />

(ver Volumen 1, pág. 4, respecto a las <strong>de</strong>scripciones<br />

<strong>de</strong> histéresis y distorsión, y la pág. 145 respecto a <strong>de</strong>talles referidos<br />

a la liberación miofascial).<br />

Después <strong>de</strong> 90-120 segundos (o menos si la piel rueda o se<br />

han aplicado antes TEM) se sentirá una primera liberación<br />

<strong>de</strong> los tejidos, cuando el gel cambia a un estado <strong>de</strong> mayor disolución.<br />

El profesional pue<strong>de</strong> seguir esta liberación hasta<br />

una nueva barrera hística y aplicar nuevamente una tensión<br />

sostenida. Por lo general, con cada «liberación» los tejidos se<br />

hacen más blandos y flexibles (Barnes, 1997).<br />

También pue<strong>de</strong> aplicarse presión al tejido miofascial restringido<br />

con un contacto «curvo» y presión en direcciones<br />

variadas, en un intento por elongar manualmente la barrera<br />

<strong>de</strong> restricción (ver Capítulo 12, Figura 12.33, pág. 423).<br />

Los elementos tensionales <strong>de</strong> la TLM pue<strong>de</strong>n aplicarse a<br />

<strong>músculos</strong> en estado <strong>de</strong> relajación, colocados bajo tensión (estirados)<br />

o, como señala Mock (1997), en un estado que<br />

... implique la introducción al proceso <strong>de</strong> un movimiento inducido<br />

pasivamente, comprimiendo una zona <strong>de</strong> restricción,<br />

mientras los tejidos comprimidos son llevados pasivamente a<br />

través <strong>de</strong> su mayor amplitud <strong>de</strong> movimiento posible, o activamente<br />

a que el paciente mueva los tejidos hasta la mayor amplitud<br />

<strong>de</strong> movimiento posible, <strong>de</strong> lo más corto a lo más largo, mientras<br />

el operador ofrece resistencia.<br />

Esta versión <strong>de</strong> la TLM se <strong>de</strong>nomina en algunas oportunida<strong>de</strong>s<br />

«liberación <strong>de</strong> tejidos blandos» (San<strong>de</strong>rson, 1998).<br />

A partir <strong>de</strong> las <strong>de</strong>scripciones presentadas pue<strong>de</strong> verse que<br />

existen diferentes mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> liberación miofascial, llevando<br />

algunos el tejido a la barrera elástica y esperando que opere<br />

un mecanismo <strong>de</strong> liberación, en tanto otros aplican fuerza<br />

(por movimiento activo o pasivo) <strong>para</strong> inducir el cambio.<br />

Cualquiera que sea el método adoptado, la TLM se utiliza<br />

<strong>para</strong> mejorar los movimientos potenciales, reducir restricciones,<br />

liberar el espasmo y pre<strong>para</strong>r los tejidos <strong>para</strong> la palpación<br />

y la aplicación <strong>de</strong> las TNM.<br />

RESUMEN DE MODALIDADES 209<br />

Una <strong>de</strong>scripción más profunda <strong>de</strong> la liberación miofascial<br />

se encuentra en el Volumen 1, página 145.<br />

Acupuntura y puntos gatillo<br />

Los puntos <strong>de</strong> acupuntura pue<strong>de</strong>n ser corroborados mediante<br />

<strong>de</strong>tección eléctrica en localizaciones anatómicas bastante<br />

precisas, quedando evi<strong>de</strong>nciado cada punto por una<br />

pequeña zona <strong>de</strong> resistencia eléctrica disminuida (Mann,<br />

1963). Estos puntos se hacen aún más fácilmente <strong>de</strong>tectables<br />

cuando están «activos», dado que la resistencia eléctrica se<br />

reduce todavía más. La piel que los cubre también se altera y<br />

se hace hiperalgésica y fácil <strong>de</strong> palpar, a diferencia <strong>de</strong> la piel<br />

circundante, lo que les otorga características similares a las<br />

<strong>de</strong> los puntos gatillo (ver Volumen 1, Capítulo 6). Son sensibles<br />

a la palpación o el tratamiento y pue<strong>de</strong>n ser tratados<br />

mediante técnicas <strong>de</strong> presión directa.<br />

Los investigadores <strong>de</strong>l dolor Wall y Melzack (1989), así como<br />

Simons et al. (1999), observan la elevada correspon<strong>de</strong>ncia<br />

(alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l 70%) <strong>de</strong> la localización <strong>de</strong> los puntos <strong>de</strong> acupuntura<br />

y los puntos gatillo y que, si bien fueron <strong>de</strong>scubiertos<br />

in<strong>de</strong>pendientemente y <strong>de</strong>nominados <strong>de</strong> modo diferente,<br />

representan el mismo fenómeno en relación con el control<br />

<strong>de</strong>l dolor.<br />

Baldry (1993) señala diferencias en cuanto a su conformación<br />

estructural, observando que los puntos <strong>de</strong> acupuntura<br />

están localizados en piel y tejidos subcutáneos, en tanto<br />

los puntos gatillo se encuentran por lo general en los<br />

tejidos intra<strong>muscular</strong>es. Asimismo expresa que los puntos<br />

<strong>de</strong> acupuntura transmiten su información por inervación<br />

mediante fibras aferentes A <strong>de</strong>lta (sensibles a estímulos vivamente<br />

puntuales o a la estimulación producida mediante<br />

calor), en tanto los puntos gatillo usan predominantemente<br />

fibras aferentes C (sensibles a estímulos químicos, mecánicos<br />

o térmicos). Qué vía <strong>de</strong> estimulación refleja produce el<br />

efecto terapéutico o si otros mecanismos operan conjuntamente<br />

es algo que sigue abierto a <strong>de</strong>bate. Éste pue<strong>de</strong> ampliarse<br />

si se tiene en cuenta el vasto abanico <strong>de</strong> otras influencias<br />

reflejas, entre ellas la liberación <strong>de</strong> endorfinas, las<br />

respuestas neurolinfáticas y los reflejos neurovasculares<br />

(Chaitow, 1996a). Véase asimismo el Volumen 1, Capítulo<br />

10.<br />

Movilización articular<br />

La <strong>de</strong>scripción más simple <strong>de</strong> la movilización articular es<br />

que implica mover una articulación a través <strong>de</strong> toda la extensión<br />

<strong>de</strong> su movimiento, usando baja velocidad (movimiento<br />

lento) y elevada amplitud (la mayor magnitud <strong>de</strong>l<br />

movimiento normal). Es un método exactamente opuesto a<br />

la manipulación mediante empujes <strong>de</strong> alta velocidad (EAV),<br />

en el que la amplitud es muy pequeña, y la velocidad, muy<br />

rápida.<br />

La meta terapéutica <strong>de</strong> la movilización consiste en restaurar<br />

la libertad <strong>de</strong> movimiento cuando ésta ha quedado reducida.<br />

La aplicación rítmica <strong>de</strong> la movilización articular libera<br />

gran parte <strong>de</strong> la hipertonía <strong>de</strong> los tejidos blandos que ro<strong>de</strong>an<br />

una articulación restringida. Con todo, no reducirá las modificaciones<br />

fibróticas, que requerirán métodos manuales más<br />

directos.


58 APLICACIÓN CLÍNICA DE LAS TÉCNICAS NEUROMUSCULARES II<br />

Figura 2.34. La postura imagen representa lo que la persona<br />

(consciente <strong>de</strong> sí misma) <strong>de</strong>sea que veamos, en tanto una postura<br />

repantigada representa más exactamente la respuesta habitual <strong>de</strong>l<br />

cuerpo a la gravedad (reproducido con permiso <strong>de</strong> Journal of<br />

Bodywork and Movement Therapies 1[1]:47, con nuestro<br />

agra<strong>de</strong>cimiento al artista Maxwell John Phipps).<br />

observaremos la conducta <strong>muscular</strong> <strong>de</strong> más larga acción <strong>de</strong> la<br />

planta <strong>de</strong> los pies, los poplíteos, los tensores <strong>de</strong> la fascia lata, los<br />

rotadores externos profundos <strong>de</strong>l muslo, los aductores y el área<br />

lumbosacra. Más arriba en la columna vertebral, los <strong>músculos</strong> serrato<br />

menor posteroinferior y posterosuperior y los <strong>músculos</strong> <strong>de</strong>l<br />

triángulo occipital y el esternocleidomastoi<strong>de</strong>o son importantes<br />

equilibradores posturales. La caída <strong>de</strong> la mandíbula, percibida y<br />

equilibrada por los temporales y pterigoi<strong>de</strong>os, también es un importante<br />

componente <strong>de</strong> la orientación, el equilibrio y la posición<br />

en el espacio.<br />

Una persona pue<strong>de</strong> estar inicialmente <strong>de</strong> pie <strong>de</strong> forma<br />

posturalmente a<strong>de</strong>cuada, en especial cuando «se muestra»,<br />

según la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> Latey. Sin embargo, cuando se le solicita<br />

que realice una función tan simple como sentarse <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

esa posición o que inspire profundamente, pue<strong>de</strong> mostrar<br />

marcados <strong>de</strong>sequilibrios funcionales <strong>de</strong>bidos a patrones <strong>de</strong><br />

uso habituales, una vez <strong>de</strong>svanecida la postura imagen constreñida<br />

y mantenida.<br />

Latey (1996) sugiere a<strong>de</strong>más que la postura «residual», la<br />

presencia <strong>de</strong> áreas profundas subyacentes <strong>de</strong> tensión sostenida<br />

y rigi<strong>de</strong>z, no se hace evi<strong>de</strong>nte hasta el momento en que el<br />

sujeto yace cómodamente sobre la camilla <strong>de</strong> examen/tratamiento.<br />

La postura residual es la más interesante <strong>para</strong> todos nuestros<br />

estudios y abordajes psicosociales. Se halla en el umbral usual <strong>de</strong><br />

conciencia, o inmediatamente por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> él, mucho más cerca<br />

<strong>de</strong> los procesos involuntarios <strong>de</strong>l organismo <strong>de</strong> que lo que normalmente<br />

esperaríamos <strong>de</strong>l músculo esquelético. El tono residual<br />

y la actividad residual sostienen un retorcimiento torsional<br />

y ondulante algo lento. En estado <strong>de</strong> salud, éste es palpable en<br />

todo el cuerpo como un ritmo similar al <strong>de</strong> la respiración, pero<br />

mucho más suave y con menor coordinación. En estados <strong>de</strong> agotamiento<br />

y enfermedad general pue<strong>de</strong> hacerse muy débil. Las<br />

áreas profundamente impactadas por traumatismos emocionales<br />

o físicos pue<strong>de</strong>n congelarse por completo y sentirse faltas <strong>de</strong> vida,<br />

inmóviles, correosas y entumecidas.<br />

Por cierto, la imagen que el sujeto <strong>de</strong>sea mostrar al fisioterapeuta<br />

(y al mundo), <strong>de</strong> modo consciente o inconsciente,<br />

pue<strong>de</strong> estar artificialmente distorsionada en respuesta a un<br />

estado emocional más profundo. Así por ejemplo, la <strong>de</strong>presión<br />

se asocia con un estado postural colapsado particular,<br />

como <strong>de</strong>mostró Schultz al colocar a Charlie Brown en una<br />

postura repantigada, informando a Lucy que (<strong>para</strong>fraseado<br />

aquí) «cuando estás <strong>de</strong>primido, ésta es la postura que <strong>de</strong>bes<br />

adquirir si has <strong>de</strong> hacerlo apropiadamente». La clara inferencia<br />

es que la gente <strong>de</strong>primida no está <strong>de</strong> pie dignamente<br />

erguida.<br />

Autores como Kurtz y Prestera (1984) intentaron interpretar<br />

el significado propio <strong>de</strong> la postura mostrada. Por ejemplo:<br />

La cabeza caída, los hombros y el tórax hundidos y una marcha<br />

lenta y cargada reflejan sentimientos <strong>de</strong> <strong>de</strong>bilidad y <strong>de</strong>rrota,<br />

en tanto que la cabeza erguida, los hombros rectos y sueltos, un<br />

tórax que respira profundo y fácilmente y una marcha ligera expresan<br />

<strong>energía</strong> y compromiso confiable (o intentan dar esa impresión)<br />

(hemos añadido la cursiva).<br />

Kurtz y Prestera (1984) tratan <strong>de</strong> extraer numerosas <strong>de</strong>ducciones<br />

<strong>de</strong> indicadores posturales observados; así por<br />

ejemplo, un arco colapsado sugiere «un débil intento <strong>de</strong> experimentar<br />

más <strong>de</strong> la vida» (pág. 48), y cuando existe un<br />

marcado grado <strong>de</strong> <strong>de</strong>splazamiento entre las masas corporales<br />

superior e inferior «existen en el individuo dos estructuras<br />

muy distintas... [que]... representan dos ten<strong>de</strong>ncias<br />

fuertemente diferentes <strong>de</strong> su personalidad» (pág. 46).<br />

Nathan (1999) lógicamente inquiere:<br />

¿Hasta qué extensión son razonables tales interpretaciones,<br />

dada la existencia <strong>de</strong> otras causas, ambientales y genéticas, <strong>para</strong><br />

dar forma al cuerpo? Si son <strong>de</strong>l todo razonables, ¿qué suce<strong>de</strong><br />

cuando el profesional trata a los pacientes? ¿Pue<strong>de</strong> un profesional<br />

alterar la forma corporal? De ser así y si la forma refleja la actitud<br />

y la vida emocional, ¿también las altera? Si un profesional<br />

es capaz <strong>de</strong> liberar tejidos contraídos, ¿automáticamente se liberan<br />

la actitud <strong>de</strong>l paciente o su postura emocional? Si la carne es<br />

la forma física que toman la emoción y la actitud y a su vez informa<br />

sobre la vida emocional, ¿cuáles son los mo<strong>de</strong>los relevantes<br />

que los profesionales manuales <strong>de</strong>berían utilizar cuando intentan<br />

compren<strong>de</strong>r sus interacciones?<br />

Cada fisioterapeuta <strong>de</strong>be reflexionar acerca <strong>de</strong> los interrogantes<br />

planteados y, si se <strong>de</strong>dica a una investigación <strong>de</strong> las<br />

posibilida<strong>de</strong>s que surgen, explorar aquellos enfoques terapéuticos<br />

que intentan proporcionar respuestas. En particular<br />

cuando se aborda la conexión entre mente y cuerpo, es importante<br />

el firme entrenamiento profesional, así como lo es el<br />

licenciamiento apropiado don<strong>de</strong> ello sea requerido. La experimentación<br />

con un ser emocional frágil (y la fragilidad no<br />

siempre pue<strong>de</strong> verse) pue<strong>de</strong> ser (en el mejor <strong>de</strong> los casos)<br />

precaria y en algunas situaciones peligrosa, con un impacto<br />

potencialmente dura<strong>de</strong>ro, cuyos resultados no siempre son<br />

obvios <strong>de</strong> inmediato. Un psicoterapeuta, un consejero en salud<br />

mental u otro profesional bien entrenados que pretendan<br />

compren<strong>de</strong>r los patrones <strong>de</strong> pensamiento y conducta pue<strong>de</strong>n


Figura 14.31. Las porciones interna y externa <strong>de</strong>l sóleo son<br />

presionadas una hacia la otra mientras se aplica una presión <strong>de</strong>slizante<br />

simultánea con ambos pulgares.<br />

● El vientre <strong>de</strong>l músculo plantar pue<strong>de</strong> palparse a veces<br />

inmediatamente interno respecto a la cabeza externa <strong>de</strong>l gastrocnemio.<br />

La manera más segura y mejor <strong>de</strong> efectuar la palpación<br />

consiste en flexionar la rodilla a 90º. El fisioterapeuta<br />

está <strong>de</strong> pie junto a ésta y envuelve su brazo caudal alre<strong>de</strong>dor<br />

<strong>de</strong> la cara interna <strong>de</strong> la pierna, como si la «acunara», con la tibia<br />

reposando sobre su antebrazo (no se muestra en la ilustración).<br />

El pulgar <strong>de</strong> dicho brazo envolvente se coloca diagonalmente<br />

cruzando el dorso <strong>de</strong> la rodilla, <strong>de</strong> modo que<br />

repose directamente sobre el curso <strong>de</strong>l músculo plantar (Figura<br />

14.33).<br />

● Con el pulgar suprayacente pue<strong>de</strong> aplicarse repetidamente<br />

una presión <strong>de</strong>slizante rasgueante corta, en sentido<br />

transversal, al vientre <strong>de</strong>l plantar, mientras se tiene cuidado<br />

respecto a penetrar en el hueco poplíteo, en particular cuando<br />

se aplica compresión firme <strong>para</strong> la liberación <strong>de</strong> puntos<br />

gatillo, <strong>de</strong>bido a la presencia <strong>de</strong> estructuras neurovasculares.<br />

Una vez correctamente posicionado y en presencia <strong>de</strong>l<br />

plantar, el pulgar <strong>de</strong>be moverse a tirones cruzando el músculo,<br />

usando la presión apropiada.<br />

LA PIERNA Y EL PIE 537<br />

Figura 14.32. Palpación <strong>de</strong> la inserción externa <strong>de</strong>l gastrocnemio y<br />

<strong>de</strong> la inserción <strong>de</strong>l plantar.<br />

Figura 14.33. La palpación rasgueante transversal pue<strong>de</strong> aplicarse<br />

con precisión al vientre <strong>de</strong>l plantar <strong>de</strong>lgado.


524 APLICACIÓN CLÍNICA DE LAS TÉCNICAS NEUROMUSCULARES<br />

Cuadro 14.6. La bóveda plantar<br />

La bóveda plantar es una estructura que pue<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rse como<br />

un triángulo equilibrado, siendo su lado anterior un componente<br />

«flotante» flojamente vinculado al tarso posterior. La bóveda<br />

constituye un componente dinámico <strong>para</strong> el pie en marcha, en tanto<br />

los arcos funcionales actúan como absorbentes elásticos <strong>de</strong> choque.<br />

A menos que se ejercite sobre suelos naturales (playas, pendientes<br />

rocosas), muchas veces la capacidad <strong>de</strong> los arcos <strong>de</strong> «ahuecarse» y<br />

adaptarse a terrenos continuamente cambiantes se pier<strong>de</strong> en el<br />

peatón <strong>de</strong> ciudad, que casi siempre camina sobre piso firme y llano.<br />

Respecto a la bóveda plantar, Kapandji (1987) señala<br />

elocuentemente lo siguiente:<br />

La bóveda plantar es una estructura arquitectónica que combina<br />

todos los elementos <strong>de</strong>l pie –articulaciones, ligamentos y <strong>músculos</strong>–<br />

en un sistema unificado. Gracias a sus cambios <strong>de</strong> curvatura y su<br />

elasticidad, la bóveda pue<strong>de</strong> adaptarse al <strong>de</strong>snivel <strong>de</strong>l suelo y<br />

transmitir a éste las fuerzas ejercidas por el peso corporal y sus<br />

movimientos. Esto se logra con la mayor ventaja mecánica en las más<br />

variadas condiciones. La bóveda plantar actúa como absorbente <strong>de</strong><br />

choque esencial <strong>para</strong> la flexibilidad <strong>de</strong> la marcha. Cualquier patología<br />

que exagere o aplane sus curvaturas interfiere seriamente con el<br />

sostén corporal sobre el suelo y necesariamente con la carrera, la<br />

marcha y el mantenimiento <strong>de</strong> la postura erguida.<br />

La aponeurosis plantar, que se origina en el músculo plantar<br />

(Cailliet, 1997), proporciona un componente estructural sustancial <strong>de</strong><br />

la bóveda plantar <strong>de</strong>l pie. Levangie y Norkin (2001) simplifican este<br />

concepto:<br />

La función <strong>de</strong> la aponeurosis se ha com<strong>para</strong>do con la <strong>de</strong> una<br />

cincha en un braguero. El braguero y la cincha forman un triángulo;<br />

las dos ramas <strong>de</strong>l braguero conforman los lados <strong>de</strong>l triángulo y la<br />

cincha es su parte <strong>de</strong> atrás. El astrágalo y el calcáneo forman la rama<br />

posterior, en tanto la rama anterior está formada por los restantes<br />

huesos <strong>de</strong>l tarso y el metatarso. La aponeurosis plantar, como hace la<br />

cincha, mantiene juntas las ramas anterior y posterior cuando el peso<br />

corporal se carga sobre el triángulo. Durante la carga <strong>de</strong> peso, las<br />

ramas están sujetas a fuerzas compresivas, y la cincha está sometida<br />

a fuerzas tensionales. El aumento <strong>de</strong> la carga sobre el braguero, el<br />

aplanamiento <strong>de</strong>l triángulo, aumentará la tensión en la cincha.<br />

La anatomía funcional <strong>de</strong>l pie se <strong>de</strong>scribe habitualmente en<br />

términos <strong>de</strong> sus arcos longitudinal y transversal, que ayudan a<br />

componer la «bóveda» (Figura 14.19). El arco longitudinal (o curva)<br />

pue<strong>de</strong> ser dividido en sus constituyentes interno (medial) y externo<br />

(lateral) y es acompañado por una curvatura transversal.<br />

El arco longitudinal interno («resorte») contiene componentes<br />

óseos, a saber calcáneo, astrágalo, navicular, cuneiformes y los<br />

primeros tres metatarsianos (Figura 14.20). Este arco está diseñado<br />

<strong>para</strong> transmitir y absorber fuerzas. La Anatomía <strong>de</strong> Gray (1995)<br />

resume:<br />

El vértice [<strong>de</strong>l arco] se encuentra en la superficie articular superior<br />

<strong>de</strong>l astrágalo, y recibe el impulso completo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la tibia, que traslada<br />

hacia atrás al calcáneo y hacia a<strong>de</strong>lante, a través <strong>de</strong>l navicular y los<br />

cuneiformes, a los metatarsianos. Cuando el pie está apoyado, estas<br />

fuerzas se transmiten a través <strong>de</strong> las cabezas <strong>de</strong> los tres metatarsianos<br />

y el calcáneo (en particular su tuberosidad).<br />

El arco longitudinal interno es más elevado, móvil y flexible que el<br />

externo, y cuando se aplana suscita una progresiva rigi<strong>de</strong>z <strong>de</strong>l<br />

ligamento calcaneonavicular plantar y <strong>de</strong> la fascia plantar. El sostén<br />

activo <strong>de</strong>l arco interno es aportado principalmente por el tibial<br />

posterior, cuyo tendón posee inserciones en el navicular, la 1a cuña y<br />

las bases <strong>de</strong>l segundo, los metatarsianos tercero y cuarto, el peroneo<br />

largo, el flexor largo propio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>do gordo, el flexor largo común <strong>de</strong><br />

los <strong>de</strong>dos y el abductor largo <strong>de</strong>l pulgar.<br />

El arco longitudinal externo compren<strong>de</strong> el calcáneo, el cuboi<strong>de</strong>s y<br />

los metatarsianos cuarto y quinto (Figura 14.21). Este arco es bajo,<br />

posee una movilidad limitada y está diseñado <strong>para</strong> la transmisión <strong>de</strong><br />

fuerzas a la superficie <strong>de</strong> marcha, más que <strong>para</strong> la absorción <strong>de</strong> peso<br />

e impulso (Anatomía <strong>de</strong> Gray, 1995; Schiowitz, 1991). Los <strong>músculos</strong><br />

que actúan <strong>para</strong> tensarlo son el peroneo corto, el peroneo largo y el<br />

abductor <strong>de</strong>l <strong>de</strong>do pequeño.<br />

La mejor forma <strong>de</strong> <strong>de</strong>scribir el arco transversal es como una<br />

(Continúa)<br />

A<br />

A<br />

B<br />

B<br />

Figura 14.19. La bóveda plantar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva medial,<br />

con sus tres puntos <strong>de</strong> apoyo en el calcáneo y las cabezas <strong>de</strong> los<br />

metatarsianos primero y quinto (reproducido con permiso <strong>de</strong><br />

Kapandji, 1987).<br />

Astragalo<br />

Navicular<br />

Cuneiforme interno<br />

1 er metatarsiano<br />

A A 3 1 2 AG<br />

PL Calcáneo<br />

FG<br />

TP<br />

Figura 14.20. Arco longitudinal interno (medial). A: contacto <strong>de</strong>l 1 er<br />

metatarsiano; C: contacto <strong>de</strong>l calcáneo; PL: peróneo largo; TP: tibial<br />

posterior; FG: flexor largo propio <strong>de</strong>l 1 er <strong>de</strong>do; AG: abductor largo <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>do gordo; 1: ligamento calcaneonavicular plantar; 2: ligamento<br />

astragalocalcáneo; 3: inserción al tibial posterior que se une con los<br />

ligamentos plantares (reproducido con permiso <strong>de</strong> Kapandji, 1987).<br />

C<br />

C


Trocánter<br />

mayor <strong>de</strong>l<br />

fémur<br />

Vasto<br />

externo<br />

(lateral)<br />

Vasto<br />

intermedio<br />

Retináculo<br />

lateral <strong>de</strong> la<br />

rótula<br />

Ligamento rotuliano<br />

Recto anterior (extremo<br />

cortado)<br />

Trocánter menor<br />

<strong>de</strong>l fémur<br />

Vasto interno (medial)<br />

Tendón <strong>de</strong>l recto<br />

femoral (extremo<br />

cortado)<br />

Rótula<br />

Retináculo medial<br />

<strong>de</strong> la rótula<br />

Tuberosidad tibial<br />

Tibia<br />

Figura 13.31. El recto anterior ha sido quitado <strong>para</strong> exponer el vasto<br />

intermedio, que se encuentra situado profundamente respecto a aquél<br />

(adaptado <strong>de</strong> Travell y Simons, 1992).<br />

LA RODILLA 483<br />

Figura 13.32. Los puntos gatillo <strong>de</strong>l vasto lateral son extensos y<br />

presentan numerosas zonas <strong>de</strong>stinatarias <strong>de</strong> referencia (adaptado con<br />

permiso <strong>de</strong> Travell y Simons, 1992).<br />

Inervación. Nervio femoral (L2 - L4).<br />

Tipo <strong>muscular</strong>. Fásico, proclive al <strong>de</strong>bilitamiento bajo esfuerzo.<br />

Función. Extien<strong>de</strong> la pierna en la rodilla y lleva la rótula<br />

hacia fuera.<br />

Sinergistas. Para la extensión <strong>de</strong> la rodilla. Recto femoral,<br />

vasto interno y vasto intermedio.<br />

Antagonistas. Para la extensión <strong>de</strong> la rodilla. Bíceps femoral,<br />

semimembranoso, semitendinoso, gastrocnemio, poplíteo,<br />

grácil y sartorio.<br />

Vasto interno (Figura 13.33)<br />

Inserciones. Des<strong>de</strong> toda la longitud <strong>de</strong> la superficie posterointerna<br />

<strong>de</strong> la diáfisis femoral, la cara interna <strong>de</strong>l tabique inter<strong>muscular</strong>,<br />

el labio interno <strong>de</strong> la línea áspera, la mitad inferior<br />

<strong>de</strong> la línea intertrocantérea y los tendones <strong>de</strong> los<br />

aductores mayor y largo, fusionándose con los tendones <strong>de</strong>l<br />

recto femoral y el vasto, <strong>para</strong> fijarse en el bor<strong>de</strong> interno <strong>de</strong> la<br />

rótula y continuar distalmente a ésta (como ligamento rotuliano)<br />

hasta su fijación a la tuberosidad tibial. Algunas fibras<br />

se fusionan en el retináculo interno <strong>de</strong> la rótula. Las fibras distales<br />

orientadas más oblicuamente se <strong>de</strong>nominan vasto interno<br />

oblicuo.<br />

Inervación. Nervio femoral (L2 - L4).<br />

Tipo <strong>muscular</strong>. Fásico, proclive al <strong>de</strong>bilitamiento bajo esfuerzo.<br />

Función. Extensión <strong>de</strong> la pierna en la rodilla.


10 APLICACIÓN CLÍNICA DE LAS TÉCNICAS NEUROMUSCULARES II<br />

<strong>muscular</strong> integrada) <strong>para</strong> puntos gatillo, como se verá en el<br />

Capítulo 9.<br />

Las intrincadas características <strong>de</strong>l aporte sanguíneo en el<br />

músculo esquelético se presentan con mayor <strong>de</strong>talle en Anatomía<br />

<strong>de</strong> Gray (1995, pág. 1452), así como en el Volumen 1, Capítulo<br />

2, <strong>de</strong> esta obra.<br />

Principales tipos <strong>de</strong> contracción voluntaria<br />

En términos llanos, un músculo esquelético es un tejido<br />

compuesto por células contráctiles altamente especializadas<br />

por medio <strong>de</strong> las cuales se logran los movimientos en<br />

diversas partes <strong>de</strong>l cuerpo. Los <strong>músculos</strong> se insertan (usualmente<br />

por medio <strong>de</strong> un tendón) en un hueso o en otra estructura.<br />

Tono y contracción <strong>muscular</strong>es<br />

Los <strong>músculos</strong> muestran excitabilidad –la capacidad <strong>para</strong><br />

respon<strong>de</strong>r a estímulos y, por medio <strong>de</strong> estos últimos, <strong>de</strong> ser<br />

capaz <strong>de</strong> contraerse activamente, exten<strong>de</strong>rse (alargarse) o replegarse<br />

elásticamente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una posición <strong>de</strong> distensión–,<br />

así como la capacidad <strong>de</strong> relajarse pasivamente cuando el estímulo<br />

cesa.<br />

Las contracciones <strong>muscular</strong>es pue<strong>de</strong>n ser:<br />

● Isométricas (sin producción resultante <strong>de</strong> movimiento).<br />

● Isotónicas concéntricas (en las que el acortamiento <strong>de</strong>l<br />

músculo produce aproximación <strong>de</strong> sus inserciones y <strong>de</strong> las<br />

estructuras a las que el músculo se fija).<br />

● Isotónicas excéntricas (en las que el músculo se alarga<br />

durante su contracción, por lo que las inserciones se se<strong>para</strong>n<br />

entre sí durante la contracción <strong>muscular</strong>).<br />

Le<strong>de</strong>rman (1997) sugiere que el tono <strong>muscular</strong> <strong>de</strong> un<br />

músculo en reposo se relaciona con elementos biomecánicos:<br />

una mezcla <strong>de</strong> tensión fascial y tensión <strong>de</strong>l tejido conectivo<br />

con presión <strong>de</strong>l líquido intra<strong>muscular</strong>, sin input<br />

(ingreso <strong>de</strong> información) neural (en consecuencia, no mensurable<br />

mediante EMG). Si el músculo se ha alterado <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

el punto <strong>de</strong> vista morfológico, por ejemplo, <strong>de</strong>bido a<br />

acortamiento crónico o a un síndrome compartimental, el<br />

tono <strong>muscular</strong> se hallará alterado y será palpable incluso<br />

en reposo. Este autor diferencia el tono <strong>muscular</strong> <strong>de</strong>l tono<br />

motor, éste último mensurable por medio <strong>de</strong> EMG y presente<br />

en un músculo en reposo sólo en circunstancias<br />

anormales, como por ejemplo cuando hay estrés psicológico<br />

o una actividad protectora.<br />

El tono motor es fásico o tónico, <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong> la naturaleza<br />

<strong>de</strong> la actividad <strong>de</strong>mandada al músculo: mover algo<br />

(fásico) o estabilizarlo (tónico). En los <strong>músculos</strong> normales,<br />

ambas activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>saparecen cuando las <strong>de</strong>mandas gravitacionales<br />

y <strong>de</strong> actividad están ausentes.<br />

Áreas vulnerables<br />

● Para transferir fuerza a su lugar <strong>de</strong> inserción, las unida<strong>de</strong>s<br />

contráctiles se fusionan con las fibras colágenas <strong>de</strong>l<br />

tendón que fija el músculo al hueso.<br />

● En el área <strong>de</strong> transición entre músculo y tendón, la<br />

unión musculotendinosa, estas estructuras prácticamente se<br />

«pliegan» juntas, aumentando la fuerza en tanto reducen la<br />

calidad elástica.<br />

● Esta mayor capacidad <strong>de</strong> manejar las fuerzas <strong>de</strong> corte<br />

se logra a expensas <strong>de</strong> la capacidad <strong>de</strong>l tejido <strong>de</strong> manejar las<br />

fuerzas tensiles.<br />

● Las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> alteración aumentan en aquellas<br />

localizaciones en que el tejido <strong>muscular</strong> elástico hace una<br />

transición al tendón, menos elástico, y finalmente al hueso,<br />

no elástico, es <strong>de</strong>cir, los sitios <strong>de</strong> inserción <strong>de</strong>l cuerpo.<br />

● En el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> los puntos gatillo se observa que<br />

los sitios <strong>de</strong> inserción constituyen áreas <strong>de</strong> tensión irreductible<br />

y, a menudo, <strong>de</strong> instalación <strong>de</strong> una respuesta inflamatoria.<br />

Los puntos gatillo <strong>de</strong> inserción son tratados <strong>de</strong> un modo<br />

por entero diferente al modo en que lo son los puntos gatillo<br />

centrales, que se encuentran <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l vientre <strong>muscular</strong> (Simons<br />

et al. 1999). Ver una exposición más <strong>de</strong>tallada acerca <strong>de</strong><br />

los puntos gatillo en la página 18.<br />

Tipos <strong>muscular</strong>es<br />

Existe un continuo <strong>de</strong>bate en los círculos <strong>de</strong> terapia manual<br />

acerca <strong>de</strong> las formas clínicamente más útiles <strong>de</strong> categorizar<br />

los <strong>músculos</strong> (Bullock-Saxton et al. 2000). Como<br />

veremos más a<strong>de</strong>lante en este capítulo, el mo<strong>de</strong>lo que ganó<br />

mayor aceptación <strong>de</strong>signa los <strong>músculos</strong> <strong>de</strong> acuerdo con<br />

sus funciones principales (por ejemplo, sus activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

movimiento/fásicas o estabilizantes/posturales) y sus<br />

ten<strong>de</strong>ncias cuando presentan disfunción (a <strong>de</strong>bilitarse/estirarse<br />

si son fásicos y a acortarse si son posturales) (Janda,<br />

1986). Existen muchas otras formas <strong>de</strong> <strong>de</strong>signación <strong>de</strong><br />

los <strong>músculos</strong> <strong>de</strong> acuerdo con sus funciones y ten<strong>de</strong>ncias,<br />

que se exponen en <strong>de</strong>talle en el Volumen 1, Cuadro 2.2. Algunos<br />

autores consi<strong>de</strong>ran que el tipo <strong>de</strong> fibra predominante<br />

<strong>de</strong> los diferentes <strong>músculos</strong> se relaciona <strong>de</strong> modo directo<br />

con sus conductas funcionales y disfuncionales (Liebenson,<br />

1996).<br />

● Las fibras <strong>muscular</strong>es se presentan en diversos tipos<br />

<strong>de</strong> unida<strong>de</strong>s motoras: básicamente el tipo I (lento, rojo, tónico)<br />

y el tipo II (rápido, blanco, fásico).<br />

● Las <strong>de</strong>l tipo I son resistentes a la fatiga, en tanto las <strong>de</strong><br />

tipo II se fatigan con mayor facilidad.<br />

● El lecho capilar <strong>de</strong> los <strong>músculos</strong> predominantemente<br />

rojos (<strong>músculos</strong> <strong>de</strong> tipo I, posturales, ver más a<strong>de</strong>lante) es<br />

holgadamente más <strong>de</strong>nso que el <strong>de</strong> los <strong>músculos</strong> blancos (<strong>de</strong><br />

tipo II, fásicos) (Anatomía <strong>de</strong> Gray, 1995).<br />

● Todos los <strong>músculos</strong> muestran una mezcla <strong>de</strong> tipos <strong>de</strong><br />

fibras (I y II), si bien en la mayoría existe un predominio <strong>de</strong><br />

uno u otro, <strong>de</strong> acuerdo con las principales tareas <strong>de</strong>l músculo<br />

(estabilizador postural o movilizador fásico).<br />

● Las que se contraen lentamente (fibras <strong>de</strong> contracción<br />

lenta) se clasifican como <strong>de</strong> tipo I (Engel, 1986; Woo,<br />

1987). Poseen un almacenamiento muy bajo <strong>de</strong> glucógeno<br />

aportador <strong>de</strong> <strong>energía</strong>, pero portan elevadas concentraciones<br />

<strong>de</strong> mioglobina y mitocondrias. Estas fibras se fatigan<br />

lentamente y están implicadas sobre todo en tareas posturales<br />

y <strong>de</strong> estabilización. El efecto <strong>de</strong> uso excesivo, mal uso,<br />

abuso o <strong>de</strong>suso <strong>de</strong> los <strong>músculos</strong> posturales consiste en que<br />

a lo largo <strong>de</strong>l tiempo se acortarán. Esta ten<strong>de</strong>ncia al acorta-


Cuadro 6.5. Estrategias <strong>para</strong> equilibrar los niveles glucémicos<br />

● La fluctuación <strong>de</strong> los niveles glucémicos pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nar<br />

síntomas en pacientes con dietas con alta proporción <strong>de</strong> hidratos<br />

<strong>de</strong> carbono, que producen rápidas elevaciones seguidas por<br />

bruscas caídas a niveles <strong>de</strong> ayuno, o menores aún (Timmons y Ley,<br />

1994).<br />

● Se recomienda a los pacientes <strong>de</strong>sayunar (incluyendo<br />

proteínas) y evitar permanecer sin alimento durante más <strong>de</strong> 3 horas<br />

(Hough, 1996).<br />

● Éste se adaptará a colaciones proteicas a media mañana y por<br />

la tar<strong>de</strong>, así como las usuales 3 comidas (posiblemente <strong>de</strong> menor<br />

cuantía) por día.<br />

● Esto es particularmente importante <strong>para</strong> los pacientes que<br />

experimentan crisis <strong>de</strong> ansiedad o convulsiones, en quienes se ha<br />

<strong>de</strong>mostrado que presentan mayores probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> presentarlas<br />

cuando los niveles glucémicos son bajos. Paradójicamente, esto es<br />

más probable cuando la ingesta <strong>de</strong> azúcares es elevada (Timmons y<br />

Ley, 1994).<br />

● Se ha <strong>de</strong>mostrado que, administrado en dosis <strong>de</strong> 200 µg/día,<br />

el cromo, un micronutriente, mejora la tolerancia a la glucosa y<br />

estabiliza sus <strong>de</strong>sequilibrios (Werbach, 1991a).<br />

● Pue<strong>de</strong> justificarse la <strong>de</strong>rivación a un especialista en nutrición.<br />

Respecto al dolor crónico y la perpetuación <strong>de</strong> los puntos<br />

gatillo miofasciales, Simons et al. (1999) observan:<br />

Cantida<strong>de</strong>s pequeñas o mo<strong>de</strong>radas <strong>de</strong> cafeína pue<strong>de</strong>n ayudar<br />

a reducir a un mínimo los PG al aumentar la vasodilatación en el<br />

músculo esquelético. En cambio, una ingesta excesiva <strong>de</strong> café<br />

y/o bebidas cola con contenido <strong>de</strong> cafeína (más <strong>de</strong> 2 ó 3 tazas,<br />

botellas o latas por día) probablemente agravará la actividad <strong>de</strong><br />

los PG... Muchos analgésicos <strong>de</strong> combinación contienen cafeína,<br />

que pue<strong>de</strong> añadirse significativamente a la carga total <strong>de</strong> cafeína<br />

sin que el paciente se dé cuenta <strong>de</strong> ello, a menos que alguien analice<br />

en <strong>de</strong>talle el consumo <strong>de</strong> cafeína <strong>de</strong>l sujeto.<br />

Los autores <strong>de</strong> este texto consi<strong>de</strong>ran que en algunos casos<br />

el grado <strong>de</strong> lo que <strong>de</strong>be consi<strong>de</strong>rarse «excesivo» podría ser<br />

mucho menor que el indicado aquí, en especial si el paciente<br />

también presenta intolerancia (alergia) a las fuentes <strong>de</strong> cafeína<br />

(café, té, chocolate, etc.). Cuando la cafeína es parte <strong>de</strong> la<br />

dieta se la <strong>de</strong>be consi<strong>de</strong>rar sospechosa, eliminándola <strong>para</strong><br />

evaluar la mejoría; <strong>de</strong> ser reintroducida, se <strong>de</strong>be prestar atención<br />

a la recurrencia <strong>de</strong>l estado doloroso.<br />

Ansiedad y <strong>de</strong>ficiencia<br />

Se ha asociado con los trastornos <strong>de</strong> ansiedad la <strong>de</strong>ficiencia<br />

<strong>de</strong> diversos minerales, vitaminas y aminoácidos.<br />

5-HTP: una forma segura <strong>de</strong> triptófano<br />

Una fuente vegetal <strong>de</strong> 5-hidroxi-L-triptófano (5-HTP), el<br />

precursor inmediato <strong>de</strong> la serotonina (5-hidroxitriptamina),<br />

se halla abundantemente en una haba africana (Griffonia<br />

simplicifolia). Las investigaciones han confirmado que esta<br />

forma <strong>de</strong> triptófano se convierte <strong>de</strong> manera segura en serotonina<br />

al alcanzar el encéfalo, siendo por lo menos tan efectiva<br />

como el L-triptófano <strong>para</strong> estimular el sueño y reducir<br />

los niveles <strong>de</strong> ansiedad (Caruso et al., 1990). Se halló que es-<br />

INFLUENCIAS CONTEXTUALES: LA NUTRICIÓN Y OTROS FACTORES 159<br />

to es particularmente útil <strong>para</strong> ayudar a los pacientes con<br />

síntomas <strong>de</strong>l tipo <strong>de</strong> la fibromialgia (Puttini y Caruso, 1992).<br />

El 5-HTP pue<strong>de</strong> conseguirse en tiendas <strong>de</strong> alimentos naturistas<br />

y farmacias.<br />

En un estudio experimental a doble ciego, 50 pacientes<br />

con síndrome fibromiálgico primario en quienes la ansiedad<br />

era uno <strong>de</strong> sus principales síntomas <strong>de</strong> presentación, recibieron<br />

100 mg <strong>de</strong> 5-HTP tres veces por día o placebo. Después<br />

<strong>de</strong> 30 días se observaron en los pacientes a quienes se<br />

administró 5-HTP reducciones significativas <strong>de</strong> la cantidad<br />

<strong>de</strong> puntos dolorosos y <strong>de</strong> la intensidad <strong>de</strong>l dolor subjetivo,<br />

con mejoras significativas en la rigi<strong>de</strong>z matinal, los patrones<br />

<strong>de</strong> sueño, la ansiedad y la fatiga, en com<strong>para</strong>ción con el grupo<br />

placebo. Sólo algunos sujetos informaron <strong>de</strong> efectos colaterales<br />

gastrointestinales leves y transitorios (Caruso et al.,<br />

1990).<br />

PRECAUCIÓN. El triptófano es un aminoácido ampliamente<br />

utilizado <strong>para</strong> tratar los síntomas <strong>de</strong> estrés e insomnio<br />

(Yunus et al., 1992). La Food and Drug Administration<br />

(FDA) <strong>de</strong> EE. UU. prohibió la venta libre <strong>de</strong> triptófano a<br />

principios <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> 1990, cuando fabricantes japoneses<br />

usaron un proceso bacteriano genéticamente diseñado<br />

<strong>para</strong> producir triptófano, dando lugar a un síndrome <strong>de</strong> eosinofilia–mialgia<br />

(Belongia, 1990).<br />

Magnesio y vitamina B6<br />

La doble <strong>de</strong>ficiencia <strong>de</strong> magnesio y vitamina B6 <strong>de</strong>mostró<br />

incrementar la relación lactato/piruvato que es asociada comúnmente<br />

con la ansiedad (Buist, 1985). Se señala que la<br />

complementación (250-750 mg por día <strong>de</strong> magnesio y entre<br />

50 y 150 mg por día <strong>de</strong> B6) es útil frente a la ansiedad, en particular<br />

si es administrada junto con calcio (en una cantidad<br />

que ha <strong>de</strong> duplicar la cantidad <strong>de</strong> magnesio a ingerir) (Werbach,<br />

1991a).<br />

PRECAUCIÓN. En dosis <strong>de</strong> más <strong>de</strong> 200 mg/día durante<br />

períodos extensos, la vitamina B6 (piridoxina) pue<strong>de</strong> producir<br />

neuropatía sensorial (Waterston y Gilligan, 1987). Estos<br />

riesgos pue<strong>de</strong>n evitarse usando la coenzima activa, el<br />

fosfato <strong>de</strong> piridoxal, o asegurando una complementación<br />

<strong>de</strong> duración breve (1 mes o menos) en dosis mo<strong>de</strong>radas<br />

(por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> 200 mg).<br />

DESINTOXICACIÓN Y DOLOR MUSCULAR<br />

El experto en nutrición Jefrrey Bland ha formulado un<br />

producto sustituto <strong>de</strong> las comidas (Ultra-Clear) basado en<br />

proteínas <strong>de</strong> arroz y rico a<strong>de</strong>más en nutrientes <strong>de</strong>sintoxicantes.<br />

Combinando la evitación <strong>de</strong> alimentos alergénicos con el<br />

uso <strong>de</strong> productos como éste pue<strong>de</strong> llevarse a cabo un programa<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>sintoxicación modificado mientras se continúa<br />

con las activida<strong>de</strong>s normales. Las investigaciones han <strong>de</strong>mostrado<br />

que esto es útil <strong>para</strong> muchas personas con dolor<br />

<strong>muscular</strong> crónico. Un estudio <strong>de</strong> los métodos <strong>de</strong> <strong>de</strong>sintoxicación<br />

<strong>de</strong> Bland comprendió a 106 pacientes <strong>de</strong> diferentes<br />

clínicas con síndrome <strong>de</strong> fatiga crónica o SFM (más colon<br />

irritable). El programa exigió la evitación <strong>de</strong> alergenos alimentarios<br />

conocidos, estimulación <strong>de</strong> la re<strong>para</strong>ción intesti-


590 APLICACIÓN CLÍNICA DE LAS TÉCNICAS NEUROMUSCULARES<br />

amarillo, 220, 221, 222<br />

arqueado interno, 223<br />

arqueado lateral, 223<br />

calcaneonavicular, 520<br />

calcaneoperoneo, 504<br />

esguinces <strong>de</strong>l, 508<br />

cervical, articulación subastragalina, 506<br />

cruzado anterior (LCA), 450, 455-456<br />

evaluación <strong>de</strong> la lesión <strong>de</strong>l, 475-476<br />

lesiones, 462<br />

re<strong>para</strong>ción quirúrgica, movilización<br />

compresiva consecutiva a la, 477-478<br />

TLP <strong>para</strong> la disfunción <strong>de</strong>l, 479-480<br />

cruzado posterior (LCP), 450, 455, 456<br />

evaluación <strong>de</strong> la lesión <strong>de</strong>l, 476<br />

lesiones <strong>de</strong>l, 462<br />

TLP <strong>para</strong> la disfunción <strong>de</strong>l, 479<br />

iliofemoral, 392, 393-394, 395<br />

iliolumbar, 221, 222, 223, 374, 376<br />

indicaciones terapéuticas, 375<br />

notas especiales, 375<br />

región <strong>de</strong>l, 374-376, 377<br />

TNM, 375-376<br />

inguinal, 296<br />

interóseo sacroilíaco, 77, 312, 376-377<br />

interóseo astrágalocalcáneo, 505, 506<br />

interóseo tibioperóneo crural, 498<br />

intertransverso, 221, 222<br />

isquiofemoral, 392, 394<br />

colateral externo (peróneo) (LCE), 453, 456-<br />

457<br />

evaluación <strong>de</strong> la lesión <strong>de</strong>l, 475<br />

lesiones <strong>de</strong>l, 462, 472<br />

TLP <strong>para</strong> la disfunción <strong>de</strong>l, 479<br />

colateral interno (LCI), 453, 456<br />

evaluación <strong>de</strong> la lesión <strong>de</strong>l, 475<br />

lesiones <strong>de</strong>l, 462, 472<br />

TLP <strong>para</strong> la disfunción <strong>de</strong>l, 478-479<br />

<strong>de</strong>ltoi<strong>de</strong>o, 504<br />

TLP <strong>para</strong> la disfunción <strong>de</strong>l, 514-515<br />

longitudinal anterior, 220, 222<br />

longitudinal posterior, 220, 221, 222<br />

mamiloaccesorio, 221-222<br />

poplíteo arqueado, 457<br />

poplíteo oblicuo, 457<br />

pubofemoral, 392, 394<br />

redondo, 394<br />

rotuliano, ver Tendón rotuliano<br />

sacrococcígeo, 310<br />

sacrospinoso, 313, 376, 379-380<br />

sacroilíaco anterior, 312, 376<br />

sacroilíaco dorsal (posterior), 312, 377<br />

sacroilíaco posterior, 312, 377<br />

sacroilíaco ventral (anterior), 312, 376<br />

sacrotuberoso (LST), 313, 374, 376, 379-380<br />

dimensión emocional <strong>de</strong>l, 380<br />

en la marcha, 77, 79, 317<br />

evaluación <strong>de</strong>l, 330<br />

TLP <strong>para</strong> el, 384<br />

TNM <strong>para</strong> el, 382-384<br />

supraspinoso, 221, 222, 223, 224<br />

astragalocalcáneo lateral, 506<br />

astragalocalcáneo medial, 506<br />

peroneoastragalino anterior (LTA), 504<br />

esguinces, 508<br />

TLP <strong>para</strong> el, 515<br />

taloperoneo posterior, 504<br />

transverso <strong>de</strong> la rodilla, 452<br />

transverso inferior, 498<br />

Ligamentos<br />

<strong>de</strong> la articulación <strong>de</strong>l tobillo, 503-504<br />

<strong>de</strong> la articulación subastragalina, 506-507<br />

<strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra, 393-394<br />

<strong>de</strong> la columna lumbar, 220-222, 224<br />

<strong>de</strong> la rodilla, 454-457<br />

<strong>de</strong> la pelvis, 305, 312-313<br />

Ligamentos<br />

cruzados, 455-456<br />

lesiones en los, 462<br />

ver también Ligamento cruzado anterior;<br />

Ligamento cruzado posterior<br />

intercornuales, 307<br />

interespinosos, 221, 222, 224<br />

laterales <strong>de</strong> la rodilla, 456-457<br />

meniscofemorales, 453, 457<br />

poplíteos, 457<br />

sacroilíacos (SI), 312, 374<br />

indicaciones terapéuticas, 377<br />

notas especiales, 377-378<br />

puntos gatillo <strong>de</strong> los, 377<br />

TLP <strong>para</strong> los, 378-379<br />

TNM <strong>para</strong> los, 378<br />

región <strong>de</strong> los, 376-378<br />

tibioperoneos anteriores, 498<br />

tibioperoneos posteriores, 498<br />

transforaminales, 221<br />

Línea alba, 249, 277<br />

en la disfunción iliosacra, 339<br />

se<strong>para</strong>da, 45, 285, 286<br />

y TNM <strong>de</strong> Lief, 288<br />

Línea arqueada, 277<br />

Linn, análisis postural <strong>de</strong>, 56<br />

Lipoma, 251<br />

Lockett, Ricky, 117-118<br />

Locomoción, 62<br />

ver también Marcha<br />

Longitud <strong>de</strong>l paso, 81<br />

Lordosis<br />

cervical, 46<br />

excesiva, 140<br />

lumbar, 46<br />

Lubricantes, 197, 198, 386<br />

Macintyre, Anne, 153<br />

Mackenzie, reflejos abdominales <strong>de</strong>, 278<br />

Macronutrientes, 162<br />

Magnesio, 159, 160, 162<br />

Maisonneuve, fractura <strong>de</strong>, 518<br />

Maitland<br />

disfunción <strong>de</strong> ca<strong>de</strong>ra, 401<br />

prueba <strong>de</strong>l cuadrante <strong>de</strong>, 407<br />

Maléolo<br />

externo, 498, 502<br />

interno, 53, 498, 502<br />

Maléolos, 498 502<br />

fracturas <strong>de</strong> los, 518<br />

Mandíbula, observación y evaluación, 43<br />

Maniobra <strong>de</strong> Lachman, 475<br />

Manipulación propioceptiva, 17<br />

Marcha<br />

auxiliares <strong>para</strong> la, 110<br />

anserina, 87, 89, 366<br />

antálgica (cojeante), 87-88<br />

arrastrante, 88<br />

atáxica, 87, 88<br />

calcánea, 87<br />

cerebelosa, 87<br />

cojeante, 87-88<br />

<strong>de</strong> Charcot, 87<br />

<strong>de</strong> paso elevado (equina), 87, 88<br />

<strong>de</strong> Tren<strong>de</strong>lenburg, 87, 366<br />

en tijeras, 87, 89<br />

equina (<strong>de</strong> paso elevado), 87, 88<br />

festinante, 87<br />

helicopódica, 87<br />

hemipléjica (<strong>de</strong> circunducción, espástica),<br />

87, 88<br />

histérica, 87, 89<br />

tambaleante, 87, 88<br />

Marcha, 73-93<br />

aductores <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra y, 418-420<br />

almacenamiento <strong>de</strong> <strong>energía</strong> durante la, 78-<br />

80<br />

anormal, 87-93<br />

consi<strong>de</strong>raciones podiátricas en la, 89-93<br />

<strong>de</strong>finiciones, 87<br />

en niños, 89<br />

patrones neurales en la, 88-89<br />

<strong>de</strong>terminantes <strong>de</strong> la, 80, 81<br />

en el hallux limitus funcional, 82, 91-93, 529<br />

en los trastornos <strong>de</strong> ca<strong>de</strong>ra, 399-400<br />

función <strong>de</strong> la articulación sacroilíaca y, 77,<br />

78, 315-316<br />

<strong>músculos</strong> glúteos y, 424<br />

<strong>músculos</strong> <strong>de</strong> las extremida<strong>de</strong>s inferiores y,<br />

534<br />

pelvis y, 80, 81, 82-83, 316-317<br />

´Marcha <strong>de</strong> ca<strong>de</strong>ra», 86, 88, 318<br />

Marfán, síndrome <strong>de</strong>, 185, 186, 327<br />

Masaje tradicional, 195<br />

Mastocitos, 152-153<br />

Matriz extracelular, 4-5<br />

Maxilar inferior, observación y evaluación, 43<br />

MCM ver Movilización con movimiento<br />

McMurray, pruebas <strong>de</strong>, 476-477<br />

ME Action, 153<br />

Meato auditivo, 49<br />

Mecanorreceptores, 14-15, 63<br />

manipulación <strong>de</strong> los, 17-18, 197<br />

Medias<br />

elásticas <strong>de</strong> sostén, 106-107<br />

estrechas hasta la rodilla, 110<br />

Mediopié, 498, 517-526<br />

trastornos <strong>de</strong>l, 523-526<br />

Médula espinal<br />

cono medular, 222<br />

lesiones <strong>de</strong> la, 222<br />

Mejoría <strong>de</strong>l uso <strong>de</strong>l cuerpo, 197<br />

Membrana interósea, 497, 498, 550<br />

Meninges espinales, 222, 308<br />

Menisco externo, 450, 452, 453, 492<br />

Menisco interno, 450, 452, 453, 491<br />

prueba <strong>de</strong> McMurray, 476, 477<br />

Meniscos <strong>de</strong> las rodillas, 450, 451-453, 492<br />

evaluación <strong>de</strong> la lesión <strong>de</strong> los, 476-477<br />

papel en el movimiento <strong>de</strong> la rodilla <strong>de</strong> los<br />

459-460<br />

ver también Menisco externo; Menisco<br />

interno<br />

Mennell, John<br />

evaluaciones <strong>de</strong> las articulaciones <strong>de</strong>l tobillo<br />

y subtalar, 512, 513-514<br />

juego articular <strong>de</strong> la rodilla, 474, 475<br />

método <strong>de</strong> se<strong>para</strong>ción <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra, 402,<br />

403-404<br />

método <strong>de</strong> extensión <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra, 406-407<br />

tratamiento <strong>de</strong>l tracto iliotibial, 423<br />

Mente, postura y, 56-59<br />

Meralgia parestésica, 358, 414, 415, 488<br />

Mesomórfico, 62<br />

Metatarsalgia, 527<br />

MCM <strong>para</strong> la, anterior 566<br />

<strong>Métodos</strong> «rasgueantes» <strong>para</strong> el tratamiento <strong>de</strong>l


España<br />

Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita <strong>de</strong> los titulares <strong>de</strong>l copyright,<br />

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y la distribución <strong>de</strong> ejemplares <strong>de</strong> ella mediante alquiler o préstamo públicos.<br />

Esta edición <strong>de</strong> Clinical Application of Neuro<strong>muscular</strong> Techniques, volume 2 - The Lower Body by<br />

Leon Chaitow se publica mediante acuerdo con Elsevier Limited, Oxford, Gran Bretaña.<br />

Copyright <strong>de</strong> la obra original:<br />

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Título original: Clinical Application of Neuro<strong>muscular</strong> Techniques. Vol. 2: The lower body<br />

Traductor: Carlos G. Wernicke<br />

Director <strong>de</strong> colección y revisor técnico: Antoni Cabot Hernán<strong>de</strong>z<br />

Diseño cubierta: David Carretero<br />

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Nota<br />

El conocimiento médico se halla en constante cambio. Al surgir nueva información se hacen<br />

necesarios los cambios en cuanto a tratamiento, procedimientos, equipamiento y empleo<br />

<strong>de</strong> fármacos. Los autores y editores han tenido cuidado <strong>de</strong> asegurarse <strong>de</strong> que la información<br />

brindada en este texto sea exacta y actualizada. No obstante, se aconseja<br />

firmemente a los lectores que confirmen que esta información, en particular respecto al<br />

empleo <strong>de</strong> fármacos, cumpla con la legislación vigente y los estándares <strong>de</strong> la práctica.<br />

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Por otra parte, es probable que haya sensibilidad cerca <strong>de</strong><br />

la cresta ilíaca y el trocánter mayor, don<strong>de</strong> se fijan los abductores.<br />

Lewit (1985) señala que la limitación <strong>de</strong> la aducción en la<br />

ca<strong>de</strong>ra podría <strong>de</strong>berse a un espasmo iniciado por la actividad<br />

<strong>de</strong> puntos gatillo localizados en una fijación en la pata<br />

<strong>de</strong> ganso (también pue<strong>de</strong> informarse dolor <strong>de</strong> rodillas).<br />

Con el tiempo se produce una modificación postural, llevando<br />

a la prominencia <strong>de</strong> la nalga ipsolateral y la hiperlordosis<br />

compensatoria <strong>de</strong> la columna lumbar.<br />

Las modificaciones artríticas <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra se <strong>de</strong>scriben<br />

más a<strong>de</strong>lante en este capítulo; la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> la cirugía reconstructiva<br />

<strong>de</strong> la articulación <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra se ofrece en el<br />

Cuadro 12.7.<br />

¿Están implicados en el origen <strong>de</strong>l dolor una<br />

articulación o los tejidos blandos asociados a ella?<br />

Cuando una articulación está restringida o es dolorosa, es<br />

útil saber qué grado <strong>de</strong> compromiso <strong>de</strong> los tejidos blandos<br />

contráctiles hay en la disfunción. Como es obvio, es posible<br />

(y nada infrecuente) que el problema implique tejidos tanto<br />

intraarticulares como <strong>de</strong> fuera <strong>de</strong> la articulación; sin embargo,<br />

en ocasiones se tratará <strong>de</strong> unos u otros. Al respecto, el<br />

movimiento activo y pasivo <strong>de</strong> la articulación ofrece una<br />

guía (Petty y Moore, 1998).<br />

● Si los movimientos tanto activos como pasivos <strong>de</strong> una<br />

articulación son dolorosos y/o se encuentran restringidos<br />

durante el movimiento en la misma dirección, las fuentes <strong>de</strong><br />

la disfunción son estructuras no contráctiles, como los ligamentos.<br />

● Si los movimientos tanto activos como pasivos <strong>de</strong> una<br />

articulación son dolorosos y/o están restringidos durante el<br />

movimiento en direcciones opuestas, la fuente <strong>de</strong> la disfunción<br />

son las estructuras contráctiles, es <strong>de</strong>cir, la musculatura.<br />

Diferenciación<br />

Lee (1999) sugiere que frente a síntomas coxofemorales es<br />

necesario tener en mente las afecciones <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra que se<br />

presentan durante los diferentes períodos <strong>de</strong> crecimiento y<br />

<strong>de</strong>sarrollo, así como dos amplios grupos: la restricción (hipomovilidad)<br />

<strong>de</strong> la articulación, con dolor o sin él, y el dolor sin<br />

evi<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong> restricción. Lee brinda resúmenes que ayudan<br />

a mantener estas diferencias clínicas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un or<strong>de</strong>n razonable.<br />

En última instancia, todas las evaluaciones y pruebas tienen<br />

una meta, dice Lee: «I<strong>de</strong>ntificar el sistema (articular o<br />

miofascial) que altera <strong>de</strong> forma anormal la función osteocinemática<br />

<strong>de</strong>l fémur durante el movimiento funcional, <strong>de</strong> modo<br />

que el tratamiento pueda guiarse <strong>de</strong> acuerdo con ello.»<br />

Una vez establecida, la <strong>de</strong>generación articular claramente<br />

involucrará tejidos tanto articulares como blandos; pero en<br />

los estadios tempranos, en que los síntomas son leves (rigi<strong>de</strong>z,<br />

molestia generalizada leve), establecer un foco principal<br />

<strong>de</strong> atención terapéutica es vital si se <strong>de</strong>sea frenar la progresión<br />

insidiosa hacia una disfunción mayor.<br />

También es importante recordar que al evolucionar la disfunción<br />

<strong>de</strong> ca<strong>de</strong>ra tendrán lugar muchas adaptaciones, que<br />

incluirán los tejidos blandos <strong>de</strong> la región, la columna lumbar,<br />

Recién nacido<br />

Luxación congénita <strong>de</strong> ca<strong>de</strong>ra<br />

4 - 12 años <strong>de</strong> edad<br />

Enfermedad <strong>de</strong> Perthes<br />

Tuberculosis<br />

Artritis transitoria<br />

12 - 17 años <strong>de</strong> edad<br />

Deslizamiento <strong>de</strong> la epífisis femoral<br />

Osteocondritis disecante<br />

Adultos jóvenes<br />

Lesiones <strong>muscular</strong>es<br />

Bursitis<br />

Adultos<br />

Artritis:<br />

Osteoartritis<br />

Artritis reumatoi<strong>de</strong><br />

Espondilitis anquilosante<br />

Bursitis<br />

Cuerpos libres<br />

LA CADERA 399<br />

Cuadro 12.3. Clasificación <strong>de</strong> los trastornos <strong>de</strong> ca<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> acuerdo<br />

con el grupo <strong>de</strong> edad (Cyriax, 1954) (reproducido con permiso <strong>de</strong><br />

Lee, 1999)<br />

Cuadro 12.4. Trastornos <strong>de</strong> ca<strong>de</strong>ra articulares y no articulares<br />

(reproducido con permiso <strong>de</strong> Lee, 1999)<br />

Trastornos articulares <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra<br />

Deformida<strong>de</strong>s congénitas:<br />

Luxación congénita <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra<br />

Artritis<br />

Artritis transitoria <strong>de</strong> la niñez<br />

Artritis piógena<br />

Artritis reumatoi<strong>de</strong><br />

Artritis tuberculosa<br />

Espondilitis anquilosante<br />

Osteocondritis:<br />

Enfermedad <strong>de</strong> Perthes (seudocoxalgia)<br />

Trastornos mecánicos:<br />

Epifisiálisis<br />

Osteítis <strong>de</strong>formante (enfermedad <strong>de</strong> Paget)<br />

Trastornos no articulares <strong>de</strong> la región <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra<br />

Deformida<strong>de</strong>s:<br />

Coxa vara<br />

Infecciones:<br />

Tuberculosis <strong>de</strong> la bolsa trocantérea<br />

las ASI, las rodillas y los pies, incluyendo los patrones dolorosos<br />

posiblemente el área <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra misma, la nalga, la ingle,<br />

la cara anterior <strong>de</strong>l muslo, la rodilla y la pierna.<br />

Uno <strong>de</strong> los primeros aspectos funcionales afectados al<br />

producirse trastornos <strong>de</strong> ca<strong>de</strong>ra es la marcha, que se <strong>de</strong>scribe<br />

con <strong>de</strong>talle en el Capítulo 3. Los indicios más tempranos <strong>de</strong><br />

una disfunción <strong>de</strong> ca<strong>de</strong>ra pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>mostrarse por una fase<br />

estática reducida, con una cojera <strong>de</strong>l tipo <strong>de</strong> «fijar y arrastrar».<br />

Al aparecer gradualmente las compensaciones, los <strong>de</strong>sequilibrios<br />

<strong>muscular</strong>es se harán más pronunciados, reduciendo<br />

el potencial bloqueo <strong>de</strong> fuerzas <strong>de</strong> la ASI (ver Capítulo<br />

11), y el centro <strong>de</strong> gravedad <strong>de</strong>l paciente se <strong>de</strong>sviará hacia el<br />

lado afectado, produciendo el signo <strong>de</strong> Tren<strong>de</strong>lenburg compensado<br />

(Figura 12.7).


embarazo y, 303-306<br />

emoción y, 380-381<br />

en la marcha, 80, 81, 82-83, 316-317<br />

estabilidad <strong>de</strong> la, 315-316, 352-353, 366<br />

estrecho inferior <strong>de</strong> la, 305<br />

evaluación <strong>de</strong> la, 321-331<br />

alineamiento previo a la, 334<br />

confiabilidad <strong>de</strong> la, 325-326<br />

en posición <strong>de</strong> pie, 44, 45, 49-50, 331-334<br />

en posición prona, 343-348<br />

en posición se<strong>de</strong>nte, 334<br />

en posición supina, 50-52, 334-343<br />

estática, 330-331<br />

pruebas <strong>de</strong> <strong>de</strong>bilidad, 323-325<br />

pruebas funcionales <strong>para</strong> la, 321-323<br />

secuencia <strong>de</strong> la, 327<br />

evaluación <strong>de</strong> la orientación en posición <strong>de</strong><br />

pie, 332<br />

referencia <strong>de</strong> la, en posición prona, 343<br />

inclinación <strong>de</strong> la, 80, 81, 325, 331-332<br />

anterior/posterior, 398<br />

lateral, 398<br />

ligamentos <strong>de</strong> la, 305, 312-313<br />

durante el embarazo 303-306<br />

movimientos en la articulación <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra,<br />

398<br />

<strong>músculos</strong> <strong>de</strong> la, 348-387<br />

oblicuidad <strong>de</strong> la, 51, 53, 54<br />

potencialida<strong>de</strong>s motoras <strong>de</strong> los trabajadores<br />

corporales, 100<br />

rebor<strong>de</strong> (entrada) <strong>de</strong> la, 305<br />

rotación <strong>de</strong> la, 80, 81, 398<br />

visión panorámica <strong>de</strong> la, 50-51, 339<br />

tipos <strong>de</strong>, 301-302<br />

Pelvis, visión panorámica <strong>de</strong> la, 50-51, 339<br />

Perimisio, 8<br />

Periné, 384<br />

Periostalgia crónica, 552<br />

Peroné, 497, 498, 499<br />

cabeza <strong>de</strong>l, 49, 500-501<br />

TEM <strong>para</strong> la disfunción <strong>de</strong>l, 501-502<br />

MCM <strong>para</strong> la liberación <strong>de</strong>l, 501<br />

posibilidad <strong>de</strong> atrapamiento nervioso en el,<br />

501<br />

distal, 502<br />

superficies superiores, 45<br />

Peroneo anterior (tercer peroneo), 549, 553-554<br />

Peroneo <strong>de</strong>l quinto <strong>de</strong>do, 549<br />

Peroneo corto, 546<br />

indicaciones terapéuticas, 546<br />

notas especiales, 546-549<br />

TNM <strong>para</strong> el, 549-550<br />

Peroneo largo, 545-546<br />

en la marcha, 77, 317<br />

indicaciones terapéuticas, 546<br />

notas especiales, 546-549<br />

TNM <strong>para</strong> el, 549-550<br />

Peroneo, cuarto, 549<br />

Perry, marcha, 73-75, 80<br />

Personas <strong>de</strong> edad avanzada<br />

fracturas <strong>de</strong> ca<strong>de</strong>ra en, 473<br />

reentrenamiento <strong>de</strong>l equilibrio en, 69-70<br />

Pescado, 151, 156, 176<br />

Peso<br />

aceptación <strong>de</strong>l (AP), 75, 76<br />

<strong>de</strong>scarga <strong>de</strong>l, 75<br />

transferencia <strong>de</strong>l, 75<br />

Petrissage, 195<br />

Petty y Moore<br />

criterios <strong>de</strong> evaluación activa y pasiva, 251,<br />

407<br />

evaluación <strong>de</strong> la articulación tibioperonea<br />

proximal, 501<br />

evaluación <strong>de</strong> la rodilla, 472-473, 474<br />

evaluación <strong>de</strong>l pie, 530<br />

examen físico, 184<br />

examen neurodinámico, 547<br />

pH, escala <strong>de</strong>, 156<br />

pruebas <strong>para</strong> movimientos accesorios en la<br />

articulación <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra, 403, 404, 405<br />

PG centrales (PGC), 19<br />

palpación y tratamiento, 200<br />

Piano, ejecución <strong>de</strong>l, 122<br />

Pie<br />

cavo (supinado), 48, 89, 526<br />

en eversión, 498<br />

invertido, 498<br />

plano, 48, 523-526<br />

plano (pronado), 48, 89, 523-526<br />

Pie, 497, 520, 521<br />

aplanado (en respuesta a la carga), 74, 75, 76<br />

angulación <strong>de</strong> los <strong>de</strong>dos <strong>de</strong> los pies hacia<br />

<strong>de</strong>ntro, 45<br />

angulación <strong>de</strong> los <strong>de</strong>dos <strong>de</strong> los pies hacia<br />

fuera, 45<br />

apoyos <strong>para</strong> el, 106, 111, 115<br />

arcos <strong>de</strong>l, 523, 524-525<br />

articulaciones <strong>de</strong>l, 497<br />

«breve», 69, 70, 509<br />

caída <strong>de</strong>l, 88, 546<br />

cavo, 48, 526<br />

criterios <strong>de</strong> la TLP <strong>de</strong> Goodheart en relación<br />

con el, 565, 566<br />

diabético, 529<br />

distribución <strong>de</strong>l peso <strong>de</strong> 45,46<br />

evaluación neuromusculoesquelética <strong>de</strong>l, 530<br />

fracturas <strong>de</strong>l pie, 518-519<br />

huesos sesamoi<strong>de</strong>os, 527, 567<br />

lesiones <strong>de</strong>l, primeros auxilios en las, 174<br />

<strong>músculos</strong> intrínsecos dorsales <strong>de</strong>l, 556-558<br />

TNM en el, 557-558<br />

movimientos <strong>de</strong>l, terminología, 498<br />

MCM <strong>de</strong> Mulligan y métodos compresivos<br />

<strong>de</strong>l 565, 566-567<br />

<strong>músculos</strong> <strong>de</strong>l, 530, 555-567<br />

<strong>músculos</strong> plantares <strong>de</strong>l, 558-562<br />

acciones <strong>de</strong>l, 562-563<br />

cuarta capa <strong>de</strong> los, 562<br />

primera capa <strong>de</strong> los, 559-560<br />

segunda capa <strong>de</strong> los, 560-561<br />

tercera capa <strong>de</strong> los, 561-562<br />

TNM, 563-565<br />

ortesis <strong>para</strong> el, 108, 109, 526<br />

plano (pronado, pie plano), 48, 89, 523-526<br />

posición <strong>de</strong>l<br />

en posición erguida, 45, 90<br />

en posición se<strong>de</strong>nte, 111, 115<br />

en trabajadores corporales, 96<br />

terminología, 498<br />

problemas <strong>de</strong>l, y disfunción <strong>de</strong> la marcha,<br />

88, 89-93<br />

pronado (pie plano), 48, 89, 523-526<br />

prueba <strong>de</strong> reacción postural en el, 508-509<br />

segmentos funcionales <strong>de</strong>l, 517<br />

superficie dorsal <strong>de</strong>l, 498<br />

superficie plantar <strong>de</strong>l, 498<br />

supinado (pie cavo), 48, 89, 526<br />

y análisis <strong>de</strong> la marcha, 83<br />

Pierna corta ver Discrepancia en la longitud <strong>de</strong><br />

las extremida<strong>de</strong>s inferiores<br />

Pierna, 497-502<br />

cruzamiento <strong>de</strong>, 111, 316<br />

ÍNDICE ALFABÉTICO 593<br />

inquieta, 154, 533<br />

<strong>músculos</strong> <strong>de</strong> la, 530-555<br />

prueba <strong>de</strong> en<strong>de</strong>rezamiento, 436<br />

región anterior <strong>de</strong> la, 530, 550-555<br />

regiones <strong>de</strong> la, 530<br />

región externa <strong>de</strong> la, 530, 545-550<br />

región posterior <strong>de</strong> la<br />

Piernas arqueadas (genu varo), 83, 449<br />

Pilates, ejercicios <strong>de</strong>, 144<br />

Pipa, fumar en, 110<br />

Piriforme, 284, 287<br />

Piridoxina, 159<br />

Piriforme, 369-372, 427<br />

atrapamiento neurovascular por el, 313, 314,<br />

319, 370-371<br />

como bomba, 430<br />

en el hallux limitus funcional, 92<br />

en el síndrome cruzado inferior, 318-319<br />

evaluación <strong>de</strong>l, acortado, 371<br />

hiperactividad <strong>de</strong>l, 86<br />

indicaciones terapéuticas, 370, 429<br />

nervio glúteo inferior, 364, 371<br />

notas especiales, 370-371, 429-430<br />

<strong>para</strong>doja <strong>de</strong>l, 429-430<br />

prueba <strong>de</strong> estiramiento <strong>de</strong>l, 371<br />

prueba <strong>de</strong> la fuerza <strong>de</strong>l, 324-325, 372<br />

prueba <strong>de</strong> palpación <strong>para</strong> el, 371<br />

puntos gatillo <strong>de</strong>l, 370, 371, 372, 386, 430<br />

TEM y tratamiento compresivo <strong>para</strong> el, 372,<br />

373, 374<br />

TLP <strong>para</strong> la fijación en el trocánter, 431, 432<br />

TNM <strong>para</strong> el, 372-373<br />

Pirosis, 279, 282<br />

Pizzorno, Joseph, 160<br />

Placas terminales vertebrales, 219<br />

Plano<br />

coronal, 49<br />

horizontal transverso, 49<br />

horizontales transversos anteriores, 42<br />

horizontales transversos posteriores, 46<br />

mediosagital anterior, 42<br />

sagital medio posterior, 46<br />

Plasticidad 4<br />

Plexo lumbar, 292<br />

Pliegues axilares, 22<br />

Pliegues glúteos, evaluación <strong>de</strong> los, 48, 331<br />

Plomada, 38, 48<br />

Carga <strong>de</strong>l peso<br />

en zapatos <strong>de</strong> tacón alto, 108<br />

fuerzas <strong>para</strong> la, y alineamiento <strong>de</strong> la rodilla,<br />

449<br />

simetría <strong>de</strong> la, 45, 46<br />

Pose <strong>de</strong> «Superman», 172<br />

Posición calcánea estática<br />

neutra (PCEN), 90<br />

relajada (PCER), 90<br />

Posición <strong>de</strong> comodidad, 206, 207, 208<br />

Posición <strong>de</strong> los <strong>de</strong>dos, 44<br />

Posición <strong>de</strong> pie<br />

equilibrio inestable en, 97, 98<br />

evaluación <strong>de</strong> la orientación pélvica, 332<br />

evaluaciones pélvicas en, 331-334<br />

evaluación postural, ver Postural,<br />

evaluación, en posición <strong>de</strong> pie<br />

posiciones <strong>de</strong>l pie, 90<br />

prueba <strong>de</strong> extensión <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra en, 333<br />

prueba <strong>de</strong> flexión (iliosacra) en, 332-333,<br />

339, 436<br />

prueba <strong>de</strong> la rotoscoliosis espinal en, 334<br />

prueba <strong>de</strong> simetría <strong>de</strong> la EIPS en, 332<br />

prueba <strong>de</strong>l equilibrio pélvico en, 332


374 APLICACIÓN CLÍNICA DE LAS TÉCNICAS NEUROMUSCULARES II<br />

Figura 11.69. Compresión isquémica combinada (con presión mediante el codo) y tratamiento <strong>de</strong>l piriforme<br />

mediante TEM en <strong>de</strong>cúbito lateral. La presión es alternada con contracciones isométricas/estiramiento <strong>de</strong>l<br />

músculo, hasta que no se obtiene más beneficio (adaptado <strong>de</strong> Chaitow, 2001).<br />

Examen mediante TNM <strong>de</strong> las regiones<br />

iliolumbar, sacroilíaca y sacrotuberosa<br />

Mientras que los <strong>músculos</strong> <strong>de</strong> la región sacroilíaca muy<br />

seguramente pue<strong>de</strong>n ser fuente <strong>de</strong> movimiento indirecto <strong>de</strong><br />

la ASI y producir su disfunción, el movimiento directo <strong>de</strong> la<br />

articulación no se consi<strong>de</strong>ra inducido por los <strong>músculos</strong>. Señala<br />

Greenman (1996):<br />

Las inserciones <strong>muscular</strong>es en la cintura pélvica son extensas,<br />

pero los <strong>músculos</strong> que ejercen influencia directa sobre el movimiento<br />

sacroilíaco son difíciles <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificar. El movimiento <strong>de</strong>l<br />

mecanismo sacroilíaco parece ser principalmente pasivo, en respuesta<br />

a la acción <strong>muscular</strong> en áreas circundantes.<br />

Gran parte <strong>de</strong> la integridad <strong>de</strong> la región sacroilíaca <strong>de</strong>pen<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong> las estructuras ligamentarias que unen el sacro al<br />

hueso ilíaco. En la aplicación <strong>de</strong> la TNM clásica (norteamericana)<br />

se han usado <strong>de</strong>scripciones que sugieren que se están<br />

tratando estructuras específicas, como los ligamentos pélvicos.<br />

Los autores <strong>de</strong> este texto se preguntan si cuando se usan<br />

protocolos <strong>de</strong> TNM en verdad son tratados directamente por<br />

ejemplo los ligamentos iliolumbares o sacroilíacos. Parecería<br />

más probable que, en tanto las técnicas <strong>de</strong> la TNM abordan<br />

en cierto grado los ligamentos, el dolor a la palpación y el do-<br />

lor referido, provengan <strong>de</strong> estructuras miofasciales que cubren<br />

los tejidos ligamentarios o se fijan o asocian <strong>de</strong> alguna<br />

otra manera a ellos. Puesto que las técnicas <strong>de</strong>scritas han <strong>de</strong>mostrado<br />

ser beneficiosas <strong>para</strong> muchos pacientes se han incluido<br />

aquí, junto con la discusión <strong>de</strong> qué tejidos, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong><br />

los ligamentos, están siendo potencialmente abordados.<br />

Región <strong>de</strong>l ligamento iliolumbar<br />

(Figuras 10.8 y 11.3)<br />

Inserciones. Cinco bandas se extien<strong>de</strong>n <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las puntas<br />

y los bor<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las apófisis transversas <strong>de</strong> L4 y L5 <strong>para</strong> fijarse<br />

a la cresta y la superficie interna <strong>de</strong>l hueso ilíaco, con<br />

sus fibras inferiores uniéndose al ligamento sacroilíaco anterior<br />

y, lateralmente, envolviendo porciones <strong>de</strong> fibras <strong>de</strong>l<br />

músculo cuadrado lumbar antes <strong>de</strong> insertarse en la cresta<br />

(Lee, 1999).<br />

Inervación. Ramo dorsal <strong>de</strong> los nervios espinales (Anatomía<br />

<strong>de</strong> Gray, 1995); sin embargo, Bogduk (1997) <strong>de</strong>staca que<br />

su inervación precisa no se conoce, tratándose presumiblemente<br />

<strong>de</strong> los ramos dorsales o ventrales <strong>de</strong> los nervios espinales<br />

L4 y L5.<br />

Tipo <strong>muscular</strong>. No aplicable.


76 APLICACIÓN CLÍNICA DE LAS TÉCNICAS NEUROMUSCULARES II<br />

Fases<br />

Contacto<br />

inicial<br />

Tareas<br />

Respuesta<br />

<strong>de</strong> carga<br />

Períodos<br />

Aceptación<br />

<strong>de</strong>l peso<br />

Estática<br />

media<br />

Estático<br />

Figura 3.2. Divisiones <strong>de</strong>l ciclo <strong>de</strong> la marcha (adaptado <strong>de</strong> Perry, 1992).<br />

CI RC EM ET PO OI OM OT<br />

Figura 3.3. Activida<strong>de</strong>s <strong>muscular</strong>es <strong>de</strong> la marcha normal. CI: contacto inicial (contacto <strong>de</strong>l talón); RC: respuesta <strong>de</strong> carga<br />

(aplanamiento <strong>de</strong>l pie); EM: fase estática media; ET: fase estática terminal (elevación <strong>de</strong>l talón, <strong>de</strong>spegue); PO: fase<br />

preoscilatoria (<strong>de</strong>spegue <strong>de</strong> los <strong>de</strong>dos <strong>de</strong>l pie); OI: fase oscilatoria inicial (aceleración); OM: fase oscilatoria media; OT: fase<br />

oscilatoria terminal (<strong>de</strong>saceleración) (adaptado con permiso <strong>de</strong> Rene Cailliet, MD, Foot and ankle pain, F. A. Davis).<br />

Período estático Período oscilatorio<br />

Contacto inicial Fase oscilatoria inicial<br />

(contacto <strong>de</strong>l talón) (aceleración)<br />

Respuesta <strong>de</strong> carga Fase oscilatoria media<br />

(aplanamiento <strong>de</strong>l pie) Fase oscilatoria terminal<br />

Fase estática media (<strong>de</strong>saceleración)<br />

Fase estática terminal<br />

(elevación <strong>de</strong>l talón, <strong>de</strong>spegue)<br />

Fase preoscilatoria<br />

(<strong>de</strong>spegue <strong>de</strong> los <strong>de</strong>dos <strong>de</strong>l pie)<br />

La tarea <strong>de</strong> aceptación <strong>de</strong>l peso da comienzo con el contacto<br />

inicial con la superficie y la consecutiva respuesta <strong>de</strong><br />

carga <strong>de</strong> la extremidad. Este período también se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>scribir<br />

como un «sistema <strong>de</strong> balanceo», en el que se observan<br />

el contacto inicial con el talón y una respuesta <strong>de</strong> carga (balanceo<br />

<strong>de</strong>l talón); esto es seguido por la fase estática media<br />

(balanceo <strong>de</strong>l tobillo) y por fin por la fase estática terminal y<br />

la preoscilación (balanceo metatarsiano o <strong>de</strong>l antepié) (Perry,<br />

1992; Prior, 1999) (Figuras 3.4 - 3.7).<br />

Si bien <strong>de</strong>bido a las responsabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> portar o soportar<br />

peso surgen más problemas durante el período estático,<br />

el período oscilatorio también presenta gran<strong>de</strong>s exigencias al<br />

cuerpo <strong>para</strong> mantener el equilibrio mientras eleva y dirige<br />

Avance (ciclo<br />

<strong>de</strong> la marcha)<br />

Estática<br />

terminal<br />

Apoyo en una<br />

extremidad<br />

única<br />

Oscilatorio<br />

Preoscilatoria<br />

Progresión <strong>de</strong><br />

la extremidad<br />

Oscilatoria<br />

inicial<br />

1<br />

Oscilatoria<br />

media<br />

Oscilatoria<br />

terminal<br />

Figura 3.4. Balanceo <strong>de</strong>l talón. F: flexores <strong>de</strong>l pie; 1: el impulso<br />

proveniente <strong>de</strong> la pierna aplana el pie contra el suelo; C: apoyo<br />

posterior <strong>de</strong> la bóveda plantar (reproducido con permiso <strong>de</strong> Kapandji,<br />

1987).<br />

hacia <strong>de</strong>lante la extremidad en su pre<strong>para</strong>ción <strong>para</strong> iniciar<br />

nuevamente el ciclo. Esta ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> eventos altamente orquestada<br />

incluye la flexión <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra, la flexión <strong>de</strong> la rodilla,<br />

la extensión final <strong>de</strong> la rodilla y el posicionamiento <strong>de</strong>l<br />

pie en pre<strong>para</strong>ción <strong>para</strong> portar peso, así como tres movimientos<br />

<strong>de</strong> la pelvis: rotación, inclinación y <strong>de</strong>sviación (<strong>de</strong>scritos<br />

con <strong>de</strong>talle más a<strong>de</strong>lante). En los Cuadros 3.3 y 3.4 se<br />

encontrará una <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong>tallada <strong>de</strong> los períodos estático<br />

y oscilatorio, respectivamente.<br />

C<br />

F


tibial posterior, flexor largo común <strong>de</strong> los <strong>de</strong>dos y flexor largo<br />

propio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>do mayor.<br />

● Dorsiflexión (20º), producida en su mayor parte por el<br />

tibial anterior, el extensor largo común <strong>de</strong> los <strong>de</strong>dos <strong>de</strong>l pie y<br />

el peroneo anterior, auxiliados por el extensor largo propio<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>do gordo (Schiowitz, 1991; Travell y Simons, 1992).<br />

● Movimientos menores accesorios <strong>de</strong> <strong>de</strong>slizamiento anterior<br />

con la flexión plantar y <strong>de</strong> <strong>de</strong>slizamiento posterior con la<br />

dorsiflexión (Goodridge y Kuchera, 1997).<br />

● La Anatomía <strong>de</strong> Gray (1995) explica que «la dorsiflexión<br />

y la flexión plantar son incrementadas por movimientos intertarsales,<br />

añadiendo aproximadamente 10º a la primera y<br />

20º a la segunda».<br />

● Por otra parte, Kuchera y Goodridge (1997) señalan<br />

que «la flexión plantar es acompañada por aducción y supinación<br />

<strong>de</strong>l pie... [y que] la cabeza <strong>de</strong>l peroné proximal se <strong>de</strong>sliza<br />

en sentidos posterior e inferior... [en tanto] el astrágalo se<br />

<strong>de</strong>sliza hacia <strong>de</strong>lante, colocando la porción estrecha <strong>de</strong>l astrágalo<br />

en la mortaja <strong>de</strong>l tobillo, una posición menos estable».<br />

● Durante la flexión plantar, «se permiten pequeños grados<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>slizamiento <strong>de</strong> lado a lado, rotación, abducción y<br />

aducción» (Anatomía <strong>de</strong> Gray, 1995).<br />

● La estabilidad durante la posición <strong>de</strong> pie simétrica requiere<br />

la acción continua <strong>de</strong>l sóleo, que aumenta durante la<br />

inclinación hacia <strong>de</strong>lante (a menudo con participación <strong>de</strong>l<br />

gastrocnemio) y disminuye con la inclinación hacia atrás. Si<br />

un movimiento en dirección posterior lleva el centro <strong>de</strong> gravedad<br />

<strong>de</strong>trás <strong>de</strong> los ejes transversales <strong>de</strong> las articulaciones<br />

<strong>de</strong>l tobillo, los flexores plantares se relajan y los dorsiflexores<br />

se contraen (Anatomía <strong>de</strong> Gray, 1995).<br />

Estabilidad en dorsiflexión<br />

La Anatomía <strong>de</strong> Gray (1995) <strong>de</strong>scribe la soli<strong>de</strong>z <strong>de</strong> la articulación<br />

durante la dorsiflexión.<br />

La dorsiflexión es la posición «cerrada», con máxima congruencia<br />

y tensión ligamentaria; <strong>de</strong>s<strong>de</strong> esta posición se ejercen<br />

todos los gran<strong>de</strong>s movimientos impulsores <strong>de</strong> la marcha, la carrera<br />

y el salto. Los maléolos abrazan al astrágalo; incluso en relajación<br />

no pue<strong>de</strong> haber un movimiento lateral apreciable sin estiramiento<br />

<strong>de</strong> la sin<strong>de</strong>smosis tibioperonea inferior y ligera<br />

inclinación <strong>de</strong>l peroné.<br />

Durante la dorsiflexión, la porción más amplia <strong>de</strong>l astrágalo<br />

se ha <strong>de</strong>slizado hacia atrás <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l «abrazo maleolar»,<br />

y es esta estabilidad la que se utiliza cuando se proce<strong>de</strong><br />

al vendaje <strong>de</strong> los esguinces <strong>de</strong> tobillo, que usualmente refuerzan<br />

la dorsiflexión (Goodridge y Kuchera, 1997).<br />

Goodridge y Kuchera (1997) observan que la articulación<br />

tibioperonea distal es una sin<strong>de</strong>smosis (una articulación fibrosa<br />

en la que superficies opuestas relativamente distantes<br />

están unidas por ligamentos), lo que permite la acomodación<br />

<strong>de</strong>l astrágalo, <strong>de</strong> forma <strong>de</strong> cuña, cuando se<strong>para</strong> la tibia <strong>de</strong>l<br />

peroné durante la dorsiflexión <strong>de</strong>l pie. Por tal razón, «la restricción<br />

<strong>de</strong> la dorsiflexión <strong>de</strong>l tobillo justifica el examen y el<br />

tratamiento <strong>de</strong> esta sin<strong>de</strong>smosis».<br />

La articulación subastragalina (subtalar)<br />

La articulación subastragalina es compuesta, estando formada<br />

por la articulación <strong>de</strong>l astrágalo con el calcáneo en tres<br />

LA PIERNA Y EL PIE 505<br />

Superficie articular<br />

posterior <strong>para</strong> el astrágalo Surco calcáneo<br />

Apófisis externa <strong>de</strong> la<br />

tuberosidad calcánea<br />

Tróclea peronea<br />

Para el ligamento calcaneoperoneo<br />

Superficie<br />

articular<br />

media <strong>para</strong><br />

el astrágalo<br />

Superficie<br />

articular<br />

anterior<br />

<strong>para</strong> el<br />

astrágalo<br />

Figura 14.7. Vista externa <strong>de</strong>l calcáneo (reproducido con permiso <strong>de</strong><br />

Anatomía <strong>de</strong> Gray, 1995).<br />

Superficie articular posterior<br />

<strong>para</strong> el astrágalo<br />

Sustentáculo <strong>de</strong>l astrágalo<br />

Superficie articular<br />

media <strong>para</strong> el<br />

astrágalo<br />

Superficie<br />

articular<br />

anterior<br />

<strong>para</strong> el<br />

astrágalo<br />

Para el<br />

cuboi<strong>de</strong>s<br />

Tubérculo anterior<br />

Apófisis interna <strong>de</strong> la<br />

tuberosidad calcánea<br />

Superficie<br />

posterior<br />

Figura 14.8. Vista interna <strong>de</strong>l calcáneo (reproducido con permiso <strong>de</strong><br />

Anatomía <strong>de</strong> Gray, 1995).<br />

superficies (Figuras 14.7 y 14.8). La mayor <strong>de</strong> éstas se encuentra<br />

posterior al seno <strong>de</strong>l tarso, en tanto las facetas anterior y<br />

media son anteriores a él. Estas superficies son divididas<br />

a<strong>de</strong>más en componentes in<strong>de</strong>pendientes, anterior y posterior,<br />

por el ligamento interóseo astrágalocalcáneo, que cursa oblicuo<br />

entre ellas, separándolas en dos compartimientos. La porción<br />

posterior posee su propia cavidad sinovial, en tanto las<br />

superficies articulares anterior y media comparten otra. Estas<br />

tres superficies articulares son grupalmente <strong>de</strong>nominadas articulación<br />

talocalcánea, aunque es útil consi<strong>de</strong>rar los dos diferentes<br />

componentes <strong>de</strong> la articulación por se<strong>para</strong>do. A fin <strong>de</strong><br />

distinguirlos, el componente posterior pue<strong>de</strong> recibir el nombre<br />

<strong>de</strong> articulación subastragalina propiamente dicha o articulación<br />

subastragalina posterior, y el componente anterior, el<br />

<strong>de</strong> articulación astragalocalcaneonavicular (ACN).


Cuadro 10.5. Examen neurológico (continuación)<br />

ca<strong>de</strong>ra, y rotada externamente en la ca<strong>de</strong>ra. El fisioterapeuta<br />

sostiene el pie en esta posición <strong>para</strong> estabilizar la pierna y aplica un<br />

golpe (o varios) al tendón <strong>de</strong> Aquiles mediante un martillo <strong>de</strong><br />

reflejos, aproximadamente 2,5 cm por encima <strong>de</strong> la inserción en el<br />

calcáneo. Si se observa dolor o si el reflejo plantar normal <strong>de</strong>l pie no<br />

tiene lugar, <strong>de</strong>be sospecharse la rotura <strong>de</strong>l tendón <strong>de</strong> Aquiles. Si se<br />

observa una respuesta excesiva, <strong>de</strong>be sospecharse una lesión<br />

motora superior.<br />

Prueba plantar extensora (<strong>de</strong> Babinski)<br />

En una respuesta normal, los <strong>de</strong>dos <strong>de</strong> los pies se flexionan en<br />

sentido plantar cuando se toca ligeramente la cara lateral <strong>de</strong> la<br />

planta <strong>de</strong>l pie. Si a continuación <strong>de</strong>l tacto tiene lugar la dorsiflexión<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>do gordo y los <strong>de</strong>más <strong>de</strong>dos <strong>de</strong> dispersan apartándose unos<br />

en <strong>de</strong>rmatomas <strong>de</strong>finibles), más intensa que el dolor <strong>de</strong> espaldas<br />

acompañante. Por lo común hay cierto grado <strong>de</strong> parestesias/entumecimiento<br />

en las mismas áreas <strong>de</strong>l dolor.<br />

Wad<strong>de</strong>ll señala que pue<strong>de</strong> hacerse una útil distinción:<br />

En su mayoría, los problemas locales <strong>de</strong> la zona lumbar<br />

afectan una única raíz nerviosa, con entumecimiento o parestesias<br />

a nivel <strong>de</strong>l <strong>de</strong>rmatoma o <strong>de</strong>bilidad <strong>muscular</strong> en un<br />

miotoma único. Si los signos y síntomas neurológicos afectan<br />

varias raíces nerviosas o ambos miembros inferiores, es posible<br />

un trastorno neurológico más amplio. Éste pue<strong>de</strong> observarse<br />

como <strong>de</strong>sequilibrio o alteración <strong>de</strong> la marcha<br />

(Véanse en el Cuadro 10.5 <strong>de</strong>talles <strong>de</strong> una secuencia <strong>de</strong><br />

evaluación neurológica.)<br />

Uno <strong>de</strong> los signos más claros <strong>de</strong> compromiso neurológico<br />

en el dolor <strong>de</strong> la zona lumbar/ciático es el que brinda la<br />

prueba <strong>de</strong> elevación <strong>de</strong> la pierna sin flexión (ver pág. 240), en<br />

que se agravan y/o reproducen los síntomas <strong>de</strong> dolor.<br />

Distorsiones y anomalías<br />

Si se observan en el examen características estructurales<br />

anormales, como escoliosis o cifosis marcada, es importante<br />

investigar si éstas siguen presentándose en posición prona.<br />

● Si no continúan apareciendo en posición prona, es <strong>de</strong>cir<br />

si la distorsión vertebral se reduce o normaliza cuando el<br />

paciente yace cara abajo, hay contracción/espasmo <strong>muscular</strong>.<br />

Una escoliosis verda<strong>de</strong>ra continuará estando presente incluso<br />

bajo anestesia.<br />

● Si continúan existiendo en posición prona, la causa<br />

pue<strong>de</strong> ser estructural o <strong>muscular</strong>, ya que una escoliosis <strong>de</strong><br />

larga duración, fijada e inducida <strong>muscular</strong>mente también<br />

pue<strong>de</strong> seguir presente en posiciones en que no se porta peso.<br />

Patología vertebral grave<br />

Un amplio abanico <strong>de</strong> afecciones pue<strong>de</strong> producir dolor<br />

lumbar como parte <strong>de</strong> su sintomatología. Una selección <strong>de</strong><br />

las más importantes se presenta en el Cuadro 10.1. Wad<strong>de</strong>ll<br />

(1998) sugiere que el paciente que se presenta con dolor lumbar<br />

<strong>de</strong>be ser causa <strong>de</strong> preocupación si <strong>de</strong>scribe cualquier<br />

combinación <strong>de</strong> las siguientes características <strong>de</strong> primera importancia<br />

(Cuadro 10.1).<br />

LA COLUMNA LUMBAR 247<br />

<strong>de</strong> otros, la prueba se consi<strong>de</strong>ra positiva y confirma una lesión<br />

neurológica superior.<br />

Precaución. No <strong>de</strong>be suponerse que los reflejos alterados<br />

confirman por sí solos una disfunción <strong>de</strong> las raíces vertebrales.<br />

Se ha <strong>de</strong>mostrado que la irritación <strong>de</strong> una articulación facetaria<br />

(cigapofisaria) (por inyección <strong>de</strong> solución salina) pue<strong>de</strong> alterar,<br />

y en algunos casos abolir, los reflejos aquilianos. En tal caso,<br />

los reflejos pue<strong>de</strong>n ser restaurados mediante la inyección <strong>de</strong><br />

esteroi<strong>de</strong>s.<br />

Para confirmar el compromiso <strong>de</strong> las raíces nerviosas <strong>de</strong>be<br />

haber modificaciones en los reflejos tendinosos, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong><br />

alteraciones sensoriales y/o motoras (véanse las pruebas<br />

<strong>de</strong>scritas).<br />

● El paciente se encuentra claramente molesto y/o <strong>de</strong>scribe<br />

pérdida <strong>de</strong> peso en asociación con dolor <strong>de</strong> espaldas.<br />

Entre los antece<strong>de</strong>ntes se cuentan carcinoma, tuberculosis,<br />

trastornos reumáticos u otras enfermeda<strong>de</strong>s sistémicas, uso<br />

<strong>de</strong> fármacos esteroi<strong>de</strong>os, abuso <strong>de</strong> drogas o diagnóstico <strong>de</strong><br />

positividad <strong>para</strong> el VIH, que <strong>de</strong>ben suscitar sospechas cuando<br />

son acompañados por dolor <strong>de</strong> espaldas.<br />

● El paciente afirma que también presenta dolor torácico.<br />

Wad<strong>de</strong>ll (1998) señala que en su mayoría los problemas<br />

mecánicos que afectan la espalda producen síntomas en la<br />

zona lumbar o el cuello. «El dolor en la columna torácica o<br />

entre las escápulas es menos común, y cuando ocurre se <strong>de</strong>be<br />

más probablemente a una patología grave (como el colapso<br />

osteoporótico <strong>de</strong> una vértebra).»* Los síntomas pue<strong>de</strong>n<br />

aparecer tras un acci<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> tráfico o algún otro traumatismo<br />

grave. Debe efectuarse una evaluación <strong>de</strong>tallada <strong>para</strong> establecer<br />

si el traumatismo produjo fracturas u otros efectos<br />

postraumáticos.<br />

● Existen muchos síntomas neurológicos, que requieren<br />

<strong>de</strong>rivación inmediata a un experto en ese campo.<br />

● El paciente tiene menos <strong>de</strong> 20 años <strong>de</strong> edad o más <strong>de</strong><br />

55 en el momento <strong>de</strong> la presentación, o se encontraba <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong> estos límites al comienzo <strong>de</strong>l proceso. Cuando el dolor<br />

lumbar se manifiesta en niños o adolescentes se tendrá precaución<br />

hasta haber <strong>de</strong>scartado anomalías tales como una espondilolistesis<br />

(ver Capítulo 5 <strong>para</strong> una <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> las<br />

influencias <strong>de</strong>l <strong>de</strong>porte en la disfunción vertebral, en particular<br />

respecto al sobreentrenamiento). En pacientes <strong>de</strong> edad<br />

que se presentan con dolor lumbar <strong>de</strong>ben tenerse en cuenta<br />

afecciones serias como la osteoporosis o las metástasis.<br />

● El dolor <strong>de</strong> espaldas es constante o progresivamente<br />

intenso y en apariencia no se relaciona con influencias mecánicas<br />

(es <strong>de</strong>cir, sigue presente en reposo).<br />

* La osteoporosis es más probable en una mujer climatérica o<br />

posmenopáusica, <strong>de</strong>lgada/<strong>de</strong> bajo peso, <strong>de</strong> raza blanca y/o con<br />

antece<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> anorexia, malabsorción o malnutrición. Otros<br />

factores contribuyentes significativos <strong>para</strong> el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la<br />

osteoporosis son la acidosis metabólica (posiblemente asociada con<br />

una dieta con contenido proteico elevado), consumo <strong>de</strong> nicotina,<br />

café en exceso y consumo <strong>de</strong> alcohol, uso <strong>de</strong> medicaciones<br />

corticosteroi<strong>de</strong>s, inmovilización, <strong>de</strong>sequilibrios endocrinos (diabetes,<br />

tirotoxicosis, hiper<strong>para</strong>tiroidismo, síndrome <strong>de</strong> Cushing) (Pizzorno y<br />

Murray, 1990). Ver Capítulo 6.


Rotación<br />

Flexión lateral<br />

Figura 10.9. La inclinación lateral <strong>de</strong> un segmento vertebral <strong>de</strong> la<br />

columna lumbar es acompañada por rotación contralateral (tipo 1)<br />

(reproducido con permiso <strong>de</strong> Kapandji, 1974).<br />

tud excesiva, que permiten un grado in<strong>de</strong>bido <strong>de</strong> traslación<br />

vertebral en sentido anteroposterior y <strong>de</strong> un lado a otro.<br />

● El plexo nervioso que inerva la extremidad inferior<br />

proviene <strong>de</strong> la médula espinal a niveles lumbar y sacro, lo<br />

que significa que cualquier impacto sobre una raíz nerviosa<br />

(protrusión discal, presión osteofitaria, etc.) en los agujeros<br />

intervertebrales lumbares podría producir tanto síntomas locales<br />

como neurales, comprometiendo la extremidad inferior.<br />

● La disfunción postural, una vez establecida, tien<strong>de</strong> a<br />

producir adaptación biomecánica y un patrón habitual <strong>de</strong><br />

uso don<strong>de</strong> la disfunción provoca una alteración aún mayor.<br />

● Cuando se evalúa la disfunción biomecánica es importante<br />

consi<strong>de</strong>rar la postura global, más que solamente los<br />

factores locales, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> tomar nota <strong>de</strong> los patrones compensatorios<br />

previos. En tanto ciertos patrones compensatorios<br />

pue<strong>de</strong>n consi<strong>de</strong>rarse habituales, casi «normales», la<br />

forma en que el cuerpo se adapta cuando se le imponen traumatismos<br />

(incluso menores) y/o nuevos esfuerzos posturales<br />

se verá fuertemente influida por los patrones <strong>de</strong> compensación<br />

existentes. En otras palabras, existe cierto grado <strong>de</strong><br />

impre<strong>de</strong>cibilidad en lo que concierne a las compensaciones,<br />

en especial cuando se han superpuesto exigencias recientes a<br />

los patrones adaptativos existentes.<br />

● Las compensaciones estructurales pue<strong>de</strong>n compren<strong>de</strong>r<br />

una serie <strong>de</strong> influencias, por ejemplo, cuando el cuerpo intenta<br />

mantener los ojos y oídos en una posición i<strong>de</strong>almente<br />

equilibrada. Estas adaptaciones casi siempre involucrarán la<br />

región cervical, pudiendo implicar compensaciones lumbares.<br />

Dichas adaptaciones se sobreimpondrán a los cambios<br />

compensatorios adicionales que ya hayan tenido lugar en la<br />

región. Por consiguiente, el fisioterapeuta <strong>de</strong>be tener en<br />

cuenta que lo que se presenta y es observado pue<strong>de</strong> repre-<br />

LA COLUMNA LUMBAR 223<br />

sentar problemas agudos que se <strong>de</strong>sarrollan sobre patrones<br />

adaptativos crónicos. «Pelar» las capas <strong>de</strong>l problema a fin <strong>de</strong><br />

revelar los obstáculos nucleares tratables <strong>para</strong> recuperar la<br />

función normal implica paciencia y <strong>de</strong>streza.<br />

● El Capítulo 2 examina la postura y las compensaciones<br />

posturales con mayor profundidad que los próximos capítulos<br />

técnicos, en los que se <strong>de</strong>scriben la pelvis y los pies, los<br />

fundamentos mismos <strong>de</strong>l sostén estructural <strong>de</strong>l cuerpo.<br />

Las siguientes inserciones <strong>muscular</strong>es son <strong>de</strong> particular<br />

importancia en la región lumbar.<br />

● Los pilares <strong>de</strong>l diafragma se insertan en los cuerpos<br />

vertebrales <strong>de</strong> la 2ª y la 3ª vértebras lumbares, lateralmente<br />

respecto al ligamento anterior.<br />

● El psoasilíaco se inserta posterolateralmente en los<br />

bor<strong>de</strong>s superior e inferior <strong>de</strong> todos los cuerpos vertebrales<br />

(Anatomía <strong>de</strong> Gray, 1995).<br />

● Las apófisis espinosas sirven <strong>de</strong> inserción a las lamelas<br />

posteriores <strong>de</strong> la fascia toracolumbar, el erector <strong>de</strong> la columna,<br />

los multífidos, los <strong>músculos</strong> y ligamentos interespinosos<br />

y los ligamentos supraespinosos (Figura 10.10).<br />

● Hay un rebor<strong>de</strong> vertical en todas las apófisis transversas<br />

lumbares, cerca <strong>de</strong> la punta, en el cual se inserta la capa<br />

anterior <strong>de</strong> la fascia toracolumbar y que se<strong>para</strong> una zona medial<br />

en la que se inserta el psoasilíaco <strong>de</strong> una zona lateral <strong>para</strong><br />

la inserción <strong>de</strong>l cuadrado lumbar.<br />

● Los ligamentos arqueados medial y lateral se insertan<br />

en las apófisis transversas <strong>de</strong> L1, en tanto el ligamento iliolumbar<br />

se inserta en las apófisis transversas <strong>de</strong> L5 (y a veces<br />

débilmente en L4).<br />

● Las caras posteriores <strong>de</strong> las apófisis transversas lumbares<br />

están cubiertas por <strong>músculos</strong> dorsales profundos, con<br />

inserciones <strong>de</strong>l dorsal largo.<br />

● Los <strong>músculos</strong> intertransversos laterales se insertan en<br />

los bor<strong>de</strong>s superior e inferior <strong>de</strong> las apófisis transversas adyacentes.<br />

ÁREAS DE TRANSICIÓN<br />

Las fuerzas adaptativas compensatorias (que involucran<br />

articulaciones, ligamentos, <strong>músculos</strong> y fascia), yendo hacia<br />

arriba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la región pélvica o hacia abajo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la parte<br />

superior <strong>de</strong>l tronco, se localizan comúnmente a nivel <strong>de</strong> la<br />

transición entre la columna torácica, relativamente inflexible,<br />

y la lumbar, relativamente flexible: la unión toracolumbar.<br />

El acople entre T12 y L1 es un importante segmento<br />

transicional, ya que es allí don<strong>de</strong> la libre rotación es bruscamente<br />

interrumpida y don<strong>de</strong> la flexión y la extensión son<br />

permitidas repentinamente y en grado significativo. Como<br />

lo expresa Wad<strong>de</strong>ll (1998): «Las regiones transicionales entre<br />

las porciones fijas y flexibles <strong>de</strong> la columna vertebral sufren<br />

mayores exigencias funcionales, lo que podría explicar por<br />

qué son éstas las áreas más sintomáticas.»<br />

Como ya se sugirió, todos los cambios funcionales ocurridos<br />

se acompañan siempre <strong>de</strong> rasgos estructurales, como<br />

acortamiento palpable, fibrosis o características <strong>de</strong> asimetría<br />

que afectan la amplitud <strong>de</strong> movimiento articular.<br />

El equilibrio y la estabilidad vertebrales se subordinan a la<br />

integridad <strong>de</strong> las estructuras básicas <strong>de</strong> la columna, lo que<br />

compren<strong>de</strong>:


534 APLICACIÓN CLÍNICA DE LAS TÉCNICAS NEUROMUSCULARES<br />

Trombosis venosa profunda<br />

PRECAUCIÓN. La tromboflebitis venosa profunda es una<br />

afección grave en la que está contraindicada la aplicación <strong>de</strong><br />

masajes y <strong>de</strong> otras formas <strong>de</strong> manipulación <strong>de</strong> los tejidos<br />

blandos.<br />

Los síntomas son el dolor constante –aunque los <strong>músculos</strong> no<br />

estén activos–, calor y enrojecimiento; no siempre están presentes.<br />

Se observa un signo <strong>de</strong> Homan positivo: el dolor se <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>na<br />

cuando el pie <strong>de</strong> la pierna en extensión completa es colocado<br />

forzadamente en dorsiflexión, lo que tiene importancia sobre todo<br />

si se acompaña <strong>de</strong> dolor a la palpación profunda <strong>de</strong> la pantorrilla<br />

(Hoppenfeld, 1986). Hay dificulta<strong>de</strong>s <strong>para</strong> establecer el diagnóstico<br />

preciso a partir <strong>de</strong> sólo estos síntomas, puesto que también<br />

pue<strong>de</strong>n ser característicos <strong>de</strong> disfunción miofascial. Travell y<br />

Simons (1992) señalan a<strong>de</strong>más que «el examen clínico por sí<br />

mismo no es fiable <strong>para</strong> la <strong>de</strong>tección <strong>de</strong> la tromboflebitis» y que «la<br />

flebografía <strong>de</strong> contraste sigue siendo la norma».<br />

PG 2<br />

PG 3<br />

PG 1<br />

Figura 14.28. Zonas objetivo <strong>de</strong> puntos gatillo <strong>de</strong>l sóleo. Un raro<br />

punto gatillo <strong>de</strong>l sóleo refiere a rostro y maxilar inferior (no ilustrado)<br />

(adaptado con permiso <strong>de</strong> Travell y Simons, 1992).<br />

«excepcional» punto gatillo (no ilustrado) refiere a cara y<br />

mandíbula ipsolaterales, alterando posiblemente la oclusión<br />

<strong>de</strong>ntaria (Travell y Simons, 1992).<br />

Si bien ambos <strong>músculos</strong> <strong>de</strong>l tríceps sural producen flexión<br />

plantar con la rodilla en extensión, cuando ésta progresivamente<br />

se flexiona el gastrocnemio pier<strong>de</strong> efectividad y el sóleo<br />

se transforma más y más en responsable <strong>de</strong> la flexión<br />

plantar. La fuerza creada por estos dos <strong>músculos</strong> pue<strong>de</strong> alzar<br />

el cuerpo durante la marcha y durante la posición estática; su<br />

fuerza es más obvia cuando el sujeto está <strong>para</strong>do sobre los<br />

<strong>de</strong>dos <strong>de</strong> los pies.<br />

Respecto a los papeles posturales <strong>de</strong>l tríceps sural, indica<br />

la Anatomía <strong>de</strong> Gray (1995):<br />

Durante la marcha, la carrera y el salto, el gastrocnemio proporciona<br />

fuerza <strong>para</strong> la propulsión. Se dice que en la posición <strong>de</strong><br />

pie el sóleo se ocupa más <strong>de</strong> estabilizar la pierna sobre el pie. Este<br />

papel postural también es sugerido por su elevado contenido<br />

<strong>de</strong> fibras <strong>muscular</strong>es lentas (<strong>de</strong> tipo 1), resistentes a la fatiga; en<br />

el músculo sóleo <strong>de</strong> muchos mamíferos adultos la proporción <strong>de</strong><br />

este tipo <strong>de</strong> fibra se aproxima al 100%. En el ser humano una se<strong>para</strong>ción<br />

tan rígida <strong>de</strong> los papeles funcionales parece al menos<br />

improbable; es posible que el sóleo [también] participe en la locomoción,<br />

y el gastrocnemio, en la postura. No obstante, la articulación<br />

talocrural está abierta en la postura erguida; puesto que<br />

el peso corporal actúa a través <strong>de</strong> una línea vertical que pasa anterior<br />

a la articulación <strong>de</strong>l tobillo, se requiere una fuerte abraza<strong>de</strong>ra<br />

por <strong>de</strong>trás <strong>para</strong> mantener la estabilidad. La electromiografía<br />

muestra que estas fuerzas son principalmente sustentadas por el<br />

sóleo: durante la posición <strong>de</strong> pie simétrica, el sóleo se halla continuamente<br />

activo, mientras que el gastrocnemio es reclutado sólo<br />

<strong>de</strong> manera intermitente (Joseph et al., 1955; Joseph, 1960). Las relativas<br />

contribuciones <strong>de</strong> sóleo y gastrocnemio a la actividad fásica<br />

<strong>de</strong>l tríceps sural en la marcha no se han analizado aún <strong>de</strong><br />

modo satisfactorio.<br />

En la marcha normal, el sóleo impi<strong>de</strong> a la tibia rotar sobre<br />

el astrágalo cuando el peso se <strong>de</strong>svía <strong>de</strong>l pie durante la fase<br />

estática (Travell y Simons, 1992). Es efectivo en la flexión<br />

plantar <strong>de</strong>l pie cuando éste está libre <strong>para</strong> moverse; puesto<br />

que las fuerzas <strong>para</strong> la flexión plantar aplicadas al calcáneo<br />

se transmiten a través <strong>de</strong>l cuboi<strong>de</strong>s y los metatarsianos cuarto<br />

y quinto, simultáneamente con los movimientos <strong>de</strong> flexión<br />

plantar tiene lugar la supinación (Travell y Simons, 1992).<br />

Sus fuerzas <strong>de</strong> flexión sobre la rodilla son débiles cuando la<br />

rodilla está extendida, produciendo en cambio una po<strong>de</strong>rosa<br />

fuerza <strong>de</strong> flexión plantar.<br />

Tendón calcáneo<br />

El tendón <strong>de</strong> Aquiles es el más grueso y fuerte <strong>de</strong>l cuerpo<br />

humano; comenzando cerca <strong>de</strong> la parte media <strong>de</strong> la pantorrilla,<br />

recibe fibras adicionales casi hasta su extremo inferior y<br />

se fija a la superficie posterior <strong>de</strong>l calcáneo, a nivel <strong>de</strong> su parte<br />

media. Una bolsa se<strong>para</strong> usualmente el tendón <strong>de</strong> la superficie<br />

ósea <strong>de</strong> la tibia, y otra se<strong>para</strong> el tendón <strong>de</strong> la piel<br />

(Cailliet, 1997). Las fibras <strong>de</strong>l tendón estan dispuestas en forma<br />

<strong>de</strong> espiral, <strong>de</strong> manera que las fibras tendinosas <strong>de</strong>l gastrocnemio<br />

se insertan en la cara externa <strong>de</strong>l calcáneo, y las<br />

fibras <strong>de</strong>l sóleo, más internamente. La Anatomía <strong>de</strong> Gray<br />

(1995) señala que «el tendón juega un papel <strong>de</strong> importancia<br />

en la reducción <strong>de</strong>l coste energético <strong>de</strong> la locomoción al almacenar<br />

la <strong>energía</strong> en forma elástica y liberarla en un punto<br />

consecutivo <strong>de</strong>l ciclo <strong>de</strong> la marcha».<br />

Plantar <strong>de</strong>lgado (Figura 14.27)<br />

Inserciones. Des<strong>de</strong> la parte inferior <strong>de</strong> la línea supracondílea<br />

externa <strong>de</strong>l fémur y el ligamento poplíteo oblicuo, <strong>para</strong>


● las ramas articulares superior, media e inferior <strong>de</strong> la arteria<br />

poplítea,<br />

● las ramas recurrentes anterior y posterior <strong>de</strong> la arteria<br />

tibial anterior,<br />

● la arteria peronea circunfleja,<br />

● la rama <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la arteria femoral circunfleja<br />

externa.<br />

Movimientos rotulianos<br />

La rótula es capaz <strong>de</strong> efectuar diversos movimientos <strong>de</strong>bidos<br />

principalmente a su pequeña superficie articular (en<br />

com<strong>para</strong>ción con la superficie femoral asociada), su falta<br />

<strong>de</strong> congruencia y las diversas direcciones <strong>de</strong> la tensión proveniente<br />

<strong>de</strong> las fibras <strong>de</strong>l cuádriceps. Cuando la rodilla está<br />

completamente extendida, la rótula queda suspendida<br />

frente al fémur, con contacto pobre o nulo entre las superficies<br />

articulares. Al flexionarse la articulación femorotibial,<br />

la rótula se asienta entre los cóndilos femorales y se<br />

<strong>de</strong>sliza bajando por el fémur (flexión patelar), finalizando<br />

en flexión completa al presentar su superficie articular hacia<br />

arriba (mirando hacia el extremo distal <strong>de</strong>l fémur). Durante<br />

este curso <strong>de</strong> <strong>de</strong>slizamiento distal pue<strong>de</strong> haber una<br />

inclinación patelar en sentidos medial o lateral (rotación alre<strong>de</strong>dor<br />

<strong>de</strong> un eje vertical) (Figura 13.18), <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong><br />

la forma <strong>de</strong> los cóndilos femorales, a la que <strong>de</strong>be a<strong>de</strong>cuarse<br />

en su curso. La rótula también pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>sviarse en sentido<br />

medial o lateral, creando más arrastre en las facetas articulares<br />

correspondientes. Cuando la tibia rota en sentidos<br />

medial o lateral, también la rótula pue<strong>de</strong> exhibir rotación<br />

medial y lateral sobre un eje anterior/posterior, siendo tironeada<br />

hacia la rotación por la tibia por vía <strong>de</strong>l ligamento<br />

rotuliano (Figura 13.19).<br />

A B<br />

Inclinación rotuliana interna<br />

Inclinación rotuliana externa<br />

Rótula Rótula<br />

Externo<br />

(lateral)<br />

Interno<br />

(medial)<br />

Fosa<br />

intercondílea<br />

Cóndilo<br />

Cóndilo<br />

femoral<br />

femoral<br />

externo<br />

interno<br />

Externo<br />

(lateral)<br />

Cóndilo<br />

femoral<br />

externo<br />

Interno<br />

(medial)<br />

Fosa<br />

intercondílea<br />

Cóndilo<br />

femoral<br />

interno<br />

Figura 13.18. Inclinaciones rotulianas A) interna y B) externa, vistas<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el extremo distal <strong>de</strong>l fémur. La línea <strong>de</strong> puntos muestra la<br />

posición normal; no se ilustran las inclinaciones superior e inferior<br />

(adaptado <strong>de</strong> Levangie y Norkin, 2001).<br />

A B<br />

LA RODILLA 461<br />

Figura 13.19. Rotaciones rotulianas A) interna (medial) y B) externa<br />

(lateral), indicando las flechas la rotación <strong>de</strong> la tibia (reproducido con<br />

permiso <strong>de</strong> Kapandji, 1987).<br />

Levangie y Norkin (2001) señalan que «el fracaso <strong>de</strong> la rótula<br />

en <strong>de</strong>slizarse, inclinarse, rotar o <strong>de</strong>sviarse apropiadamente<br />

pue<strong>de</strong> producir restricción <strong>de</strong> la amplitud <strong>de</strong>l movimiento<br />

<strong>de</strong> la articulación <strong>de</strong> la rodilla, inestabilidad <strong>de</strong> la<br />

articulación femororrotuliana o a dolor causado por la erosión<br />

<strong>de</strong> las superficies femororrotulianas».<br />

Una fuerza que contribuye enormemente a llevar la rótula<br />

fuera <strong>de</strong> su trayecto normal, con lo que produce presiones<br />

excesivas sobre aspectos particulares <strong>de</strong> las superficies<br />

facetarias, es la acción <strong>de</strong>sequilibrada <strong>de</strong> los <strong>músculos</strong> cuadricipitales.<br />

El alineamiento <strong>de</strong>l cuádriceps al arrastrar la<br />

rótula a través <strong>de</strong> los cóndilos femorales se <strong>de</strong>nomina ángulo<br />

Q. Cuando éste es exagerado, el vasto interno oblicuo<br />

es responsable <strong>de</strong>l alineamiento horizontal <strong>de</strong> la rótula, impidiéndole<br />

ser llevada en sentido externo. El resultado último<br />

<strong>de</strong> la <strong>de</strong>bilidad <strong>de</strong> esta porción <strong>de</strong>l cuádriceps o <strong>de</strong> la<br />

hipertrofia <strong>de</strong>l vasto externo, en particular en presencia <strong>de</strong><br />

un ángulo Q elevado, es obviamente un recorrido patelar<br />

<strong>de</strong>sequilibrado.<br />

DISFUNCIÓN DE TEJIDOS BLANDOS<br />

Y ARTICULAR Y PROTOCOLOS<br />

DE EVALUACIÓN<br />

En todo el cuerpo, los cartílagos son avasculares, alinfáticos y<br />

aneurales. Puesto que el cartílago está exento <strong>de</strong> inervación, la lesión<br />

no será apreciada hasta que surja una reacción sinovial. La<br />

membrana sinovial se halla inervada, por lo que transmite nocicepción.<br />

El dolor pue<strong>de</strong> ser experimentado asimismo cuando el<br />

cartílago ha quedado sujeto a una <strong>de</strong>generación suficiente como


234 APLICACIÓN CLÍNICA DE LAS TÉCNICAS NEUROMUSCULARES II<br />

Cuadro 10.2. Evaluaciones y ejercicios <strong>de</strong> estabilización axial (continuación)<br />

E F<br />

Así como es necesario estimular el tono y la estabilidad<br />

abdominales, también se <strong>de</strong>be optimizar la función <strong>de</strong> los<br />

extensores, coordinada con la función <strong>de</strong> la musculatura abdominal.<br />

Para estimular el tono y la fuerza <strong>de</strong> los extensores <strong>de</strong> la columna<br />

G<br />

Figura 10.14. E. Insecto muerto. F - G. Flexión <strong>de</strong> tronco<br />

(reproducido con permiso <strong>de</strong> Journal of Bodywork and Movement<br />

Therapies 2000; 4[2]:111).<br />

con el fin <strong>de</strong> estimular la estabilidad vertebral, cabe sugerir simples<br />

protocolos <strong>de</strong> ejercicios caseros (ver Capítulo 7, ejercicios <strong>para</strong> los<br />

extensores, pág. 170).


a la pelvis mantengan patrones <strong>de</strong> uso disfuncionales, incluso<br />

si no eran parte <strong>de</strong> la causa original <strong>de</strong>l problema lumbar<br />

o <strong>de</strong> la ASI. Todo músculo que tenga una relación operativa<br />

(por ejemplo, antagonista, sinergista) con los <strong>músculos</strong> implicados<br />

en la estabilización <strong>de</strong> las articulaciones lumbar o<br />

SI, por consiguiente, podría colaborar en provocar un <strong>de</strong>sequilibrio,<br />

por lo que se lo <strong>de</strong>bería evaluar con referencia a su<br />

acortamiento/<strong>de</strong>bilidad.<br />

P. ¿Deberían utilizarse la técnica <strong>de</strong> <strong>energía</strong> <strong>muscular</strong><br />

(TEM), la técnica <strong>de</strong> liberación posicional (TLP), la liberación<br />

miofascial (LMF), la terapia neuro<strong>muscular</strong> (TNM), la movilización,<br />

el impulso breve <strong>de</strong> alta velocidad y baja amplitud<br />

(AVBA) u otras tácticas?<br />

R. En su mayoría, sí. La elección <strong>de</strong>l procedimiento, sin<br />

embargo, <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>rá <strong>de</strong>l entrenamiento <strong>de</strong>l profesional y la<br />

calidad <strong>de</strong> agu<strong>de</strong>za/cronicidad <strong>de</strong> los tejidos a tratar. Cuanto<br />

más aguda es la afección, menos directa e invasora <strong>de</strong>be<br />

ser la elección <strong>de</strong>l procedimiento, lo que por ejemplo es posible<br />

que exija inicialmente el uso <strong>de</strong> métodos <strong>de</strong> liberación<br />

posicional. Los métodos <strong>de</strong> impulso AVBA <strong>de</strong>ben reservarse<br />

<strong>para</strong> articulaciones que no respon<strong>de</strong>n a los tratamientos <strong>de</strong><br />

tejidos blandos, y en todo caso <strong>de</strong>ben realizarse tras obtener<br />

cierto grado <strong>de</strong> normalización <strong>de</strong> los tejidos blandos <strong>de</strong> la región,<br />

más que prece<strong>de</strong>r al trabajo con estos. Todos los procedimientos<br />

mencionados «funcionarán», siempre que sean a<strong>de</strong>cuados<br />

a las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la región disfuncional y estimulen la<br />

restauración <strong>de</strong> la integridad funcional.<br />

P. ¿Deberían localizarse y <strong>de</strong>sactivarse los puntos gatillo?<br />

De ser así, ¿en qué estadio <strong>de</strong> la secuencia terapéutica, y qué<br />

abordajes terapéuticos <strong>de</strong>ben elegirse?<br />

R. Los puntos gatillo pue<strong>de</strong>n ser factores importantes <strong>para</strong><br />

el mantenimiento <strong>de</strong> un estado disfuncional en los tejidos<br />

blandos. Los puntos gatillo <strong>de</strong> <strong>músculos</strong> clave, asociados con<br />

alguna restricción articular o <strong>de</strong> los antagonistas/sinergistas<br />

<strong>de</strong> éstos, podrían producir <strong>de</strong>sequilibrios capaces <strong>de</strong> dar por<br />

resultado un dolor articular. En consecuencia, podría ser necesario<br />

(y usualmente lo es) localizar y tratar tempranamente<br />

los puntos gatillo en una secuencia terapéutica que tenga por<br />

objetivo la restauración <strong>de</strong> la función articular normal, utilizando<br />

métodos con los que el fisioterapeuta esté familiarizado,<br />

como el empleo <strong>de</strong> inyecciones <strong>de</strong> procaína, acupuntura,<br />

ultrasonido, técnicas <strong>de</strong> spray y estiramiento o proloterapia<br />

BIBLIOGRAFÍA<br />

LA ADMISIÓN DEL PACIENTE 191<br />

<strong>para</strong> estabilizar las articulaciones que los puntos gatillo están<br />

intentando sostener, o cualquier técnica manual a<strong>de</strong>cuada,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la compresión isquémica hasta la liberación posicional<br />

y la elongación, o, <strong>de</strong> hecho, una combinación <strong>de</strong> estos métodos.<br />

Lo que importa es que el método elegido sea lógico, carente<br />

<strong>de</strong> riesgos y efectivo, y que el fisioterapeuta esté entrenado<br />

<strong>para</strong> su uso.<br />

Por otra parte, pue<strong>de</strong> haber oportunida<strong>de</strong>s (como se <strong>de</strong>scribe<br />

en otro lugar en este texto) en que los puntos gatillo tienen<br />

un papel protector o estabilizante, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un patrón<br />

compensatorio complejo. Lo mejor es <strong>de</strong>jar entonces su tratamiento<br />

<strong>para</strong> <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la corrección <strong>de</strong> los mecanismos<br />

adaptativos que han causado su formación. De hecho, con la<br />

corrección <strong>de</strong>l patrón compensatorio primario (por ejemplo,<br />

una posición cefálica a<strong>de</strong>lantada con posición modificada <strong>de</strong><br />

la lengua) el dolor referido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los puntos gatillo (en este<br />

caso <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los <strong>músculos</strong> masticatorios) pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>saparecer<br />

espontáneamente, sin intervención alguna (Simons et al.<br />

1999).<br />

P. ¿Cuándo <strong>de</strong>ben abordarse la reeducación postural y la<br />

mejora <strong>de</strong> los patrones <strong>de</strong> uso (por ejemplo, postura se<strong>de</strong>nte,<br />

hábitos <strong>de</strong> trabajo, esfuerzos recreativos, etc.)?<br />

R. El proceso <strong>de</strong> reeducación y rehabilitación <strong>de</strong>be iniciarse<br />

tempranamente mediante <strong>de</strong>scripción y provisión <strong>de</strong> información,<br />

dando comienzo las tareas <strong>para</strong> el hogar tan<br />

pronto como la afección lo permita (así por ejemplo, sería dañino<br />

proponer elongación <strong>de</strong>masiado pronto <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l<br />

traumatismo, en tanto la consolidación <strong>de</strong> la re<strong>para</strong>ción <strong>de</strong><br />

los tejidos fuese incompleta, o sugerir posturas que en los<br />

primeros estadios <strong>de</strong> la recuperación causaron dolor). Cuanto<br />

más exactamente compren<strong>de</strong> el sujeto (el paciente) las razones<br />

por las cuales se le solicitan procedimientos caseros,<br />

más probable será que esté <strong>de</strong> acuerdo con él.<br />

P. ¿Deben tenerse en cuenta otros factores, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> las<br />

terapias manuales?<br />

R. Es indispensable ser consciente <strong>de</strong> las influencias <strong>de</strong><br />

múltiples factores sobre la disfunción totalmente. Junto con<br />

los biomecánicos, <strong>de</strong>ben consi<strong>de</strong>rarse también los factores<br />

bioquímicos y psicosociales. Para explicaciones acerca <strong>de</strong><br />

este tópico vital, véanse el Volumen 1, Capítulo 4 y Figura<br />

4.1, en los que se brindan <strong>de</strong>talles acerca <strong>de</strong> los conceptos<br />

implicados.


Índice alfabético<br />

Los números en negrita indican figuras y<br />

tablas.<br />

A Postural Analysis Grid Chart, 38<br />

Abducción<br />

articulación subastragalina, 507<br />

<strong>de</strong>l muslo ver Abducción <strong>de</strong> ca<strong>de</strong>ra<br />

Abducción <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra, 397, 421-425<br />

alterada, 86-87, 400-401<br />

pruebas <strong>de</strong>, 86, 260, 322-323, 400<br />

Abductor <strong>de</strong>l quinto <strong>de</strong>do, 560<br />

Abductor <strong>de</strong>l <strong>de</strong>do gordo (AbG), 559<br />

TNM <strong>para</strong> el, 563, 564<br />

Abductores <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra, 352-353, 421-425<br />

Abordaje mediante DANS, 210, 237-238<br />

Absceso <strong>de</strong>l psoas, 353<br />

Abuso físico en la niñez, 380<br />

Abuso infantil, 380<br />

Abuso sexual, 380<br />

Accesorio <strong>de</strong>l flexor largo común <strong>de</strong> los <strong>de</strong>dos<br />

<strong>de</strong>l pie ver Cuadrado plantar<br />

Accesorios, efectos posturales, 109-111<br />

Acci<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> tránsito en rutas ver Acci<strong>de</strong>ntes<br />

vehiculares<br />

Acci<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> tránsito (AT)<br />

colisiones con impacto lateral, 104, 106<br />

colisiones frontales, 103-104<br />

lesiones en el ambiente cercano, 103-104<br />

lesiones por cinturón <strong>de</strong> seguridad /bolsa<br />

<strong>de</strong> seguridad (airbag), 102<br />

protección <strong>de</strong> los pasajeros infantiles, 105<br />

síntomas múltiples/fibromialgia a<br />

continuación <strong>de</strong>, 102-103<br />

temas relacionados con el género, 102<br />

Acetábulo, 302, 392<br />

Acetilcolina (ACh), 19<br />

Ácido araquidónico, 151, 152-153, 176<br />

Ácido eicosapentanoico (AEP), 151, 156, 176<br />

Ácidos grasos esenciales (AGE), 162<br />

Acidosis, 156<br />

Acompañantes, 287, 338, 353<br />

Actina, filamentos, 8, 465<br />

Actitud postural y, 58<br />

Actura (postura activa), 31, 61-62, 73<br />

<strong>para</strong> trabajadores corporales, 96-101<br />

ver también Marcha<br />

Acuerdo, 165-166, 167<br />

Acupresura, 198<br />

Acupuntura, 198, 209<br />

Adaptabilidad <strong>de</strong> la columna lumbar, 225<br />

Adaptación, 22-23<br />

al entrenamiento, 129<br />

general (SGA), 22-23<br />

local (SLA), 22-23<br />

postural, 26<br />

A<strong>de</strong>nosintrifosfato (ATP), 9, 19<br />

Admisión <strong>de</strong>l paciente, 179-191<br />

enfoques terapéuticos, 187-188<br />

comienzo <strong>de</strong>l proceso, 181<br />

<strong>de</strong>scripción <strong>de</strong>l procedimiento, 179<br />

elecciones terapéuticas, 188-191<br />

examen físico, 184-186<br />

expectativas, 179-180<br />

obtención <strong>de</strong> la historia clínica, 181-183<br />

plan terapéutico, 187<br />

pacientes con muchos antece<strong>de</strong>ntes, 180-181<br />

Adrenalina, 21<br />

Aducción <strong>de</strong> la articulación subastragalina, 507<br />

Aducción <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra, 352-354, 397, 416-420<br />

alterada, 398-399<br />

Aductor corto, 351-352, 417-418<br />

Aductor mayor, 352, 418, 419, 434<br />

TNM <strong>para</strong> el, 420, 421<br />

Aductor mediano, 351, 417<br />

Aductor propio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>do gordo (AdG), 561<br />

Aductores <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra ver Aductores <strong>de</strong>l<br />

muslo<br />

Aductores <strong>de</strong>l muslo, 140, 351-354, 416-420<br />

acortamiento <strong>de</strong> los<br />

examen <strong>de</strong>l, 355-356<br />

TEM <strong>para</strong> el, 356-357<br />

TLP <strong>para</strong> el, 357<br />

disfunción <strong>de</strong> los, 353<br />

entorsis <strong>de</strong> los, 138-140<br />

inserciones <strong>de</strong> los, 419<br />

indicaciones terapéuticas, 352<br />

notas especiales, 352-354<br />

papel en la marcha <strong>de</strong> los, 418-420<br />

puntos gatillo <strong>de</strong> los, 140, 142, 417, 418<br />

síndrome <strong>de</strong> avulsión <strong>de</strong> la inserción <strong>de</strong> los,<br />

353<br />

TNM <strong>para</strong> los, 354-356, 420, 421<br />

ver también Aducción <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra<br />

AEEI (Adaptación Específica a una Exigencia<br />

Impuesta), 129<br />

Afecciones crónicas y TEM, 204-206<br />

Agonistas, 11<br />

Agotamiento (burnout), 132<br />

ver también Sobreentrenamiento<br />

Agua, 160<br />

aplicaciones <strong>de</strong>l, ver Hidroterapia<br />

contenido mineral <strong>de</strong>l, 160<br />

reentrenamiento <strong>de</strong>l equilibrio en el, 70<br />

Agujero ciático mayor, 313, 370<br />

Agujero vertebral, 217<br />

Agujeros ciáticos, 305, 313<br />

Agujeros sacros, 307<br />

puntos dolorosos en los, 346-348<br />

Airbags (bolsas <strong>de</strong> seguridad), 102<br />

impacto lateral <strong>de</strong>, 104<br />

lesiones por, 104<br />

Aire<br />

acondicionado en automóviles, 101<br />

circulación en los aviones, 107<br />

Ajustes posturales anticipatorios (APA), 68,<br />

509<br />

Ala sacra, 307, 308<br />

Albert, enfermedad <strong>de</strong>, 517<br />

Alcohol, ansiedad y, 158 1<br />

Alergia al látex, 382<br />

Alergias, 151-155<br />

beneficios <strong>de</strong> la dieta <strong>de</strong> exclusión y, 156<br />

dolor <strong>muscular</strong> y, 153, 154<br />

enmascaramiento <strong>de</strong> la hiperventilación<br />

como, 153-154<br />

estrategias terapéuticas en las, 154-155, 177<br />

examen <strong>de</strong> las, 155-156<br />

mecanismos <strong>de</strong> las, 152-153<br />

piel y, 466<br />

Alexan<strong>de</strong>r, técnica <strong>de</strong>, 55-56<br />

cómo sentarse según la, 113-116<br />

postura se<strong>de</strong>nte y, 112-113<br />

trabajadores corporales y, 97<br />

Algómetro, 189<br />

Alimentos<br />

alergias a los 151-155<br />

exclusión <strong>de</strong>, específicos, 154-155<br />

ver también Intolerancia alimentaria<br />

Alineamiento en valgo, 83<br />

Alineamiento en varo, 83<br />

Almohadas/cojines<br />

<strong>para</strong> comodidad <strong>de</strong>l paciente, 99, 101<br />

<strong>para</strong> dormir, 119, 120<br />

Almohadilla grasa infrarrotuliana, 454<br />

Alostasis, 16<br />

Altura <strong>de</strong>l paciente, superficie operativa, 100-<br />

101<br />

Amasado, 195<br />

Amenorrea secundaria atlética, 131<br />

581


puntuación <strong>de</strong> «10» la molestia sentida en el punto <strong>de</strong> presión.<br />

● El fisioterapeuta sostiene el calcáneo <strong>de</strong>l paciente con<br />

su mano craneal; con este contacto induce aducción <strong>de</strong>l calcáneo<br />

(inversión <strong>de</strong>l tobillo), plegándolo sobre el <strong>de</strong>do contactante<br />

en el punto doloroso, lo que <strong>de</strong>bería reducir la «puntuación<br />

<strong>de</strong> dolor» <strong>de</strong>scrita.<br />

● La sintonía fina consecutiva hacia una posición <strong>de</strong> comodidad<br />

<strong>de</strong> la articulación pue<strong>de</strong> implicar rotación o compresión<br />

<strong>de</strong>l tobillo, indicando las reducciones en la puntuación<br />

que las direcciones inducidas son útiles (y viceversa).<br />

● La posición final <strong>de</strong> máxima comodidad, una vez lograda<br />

la reducción <strong>de</strong> 70% <strong>de</strong>l dolor original, se mantiene<br />

durante 90 segundos antes <strong>de</strong> retornar lentamente a la posición<br />

neutra.<br />

Tratamiento mediante TLP<br />

<strong>de</strong> la disfunción <strong>de</strong>l ligamento<br />

peroneoastragalino anterior<br />

● El punto doloroso <strong>de</strong> la disfunción <strong>de</strong>l ligamento<br />

peroneoastragalino anterior se localiza aproximadamente a<br />

2 cm por <strong>de</strong>lante y <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l maléolo externo, en una ligera<br />

<strong>de</strong>presión <strong>de</strong>l astrágalo. El punto <strong>de</strong>be ser localizado por<br />

palpación.<br />

● El paciente está en <strong>de</strong>cúbito lateral, con la pierna afectada<br />

sobre la camilla, flexionada en la ca<strong>de</strong>ra y la rodilla; la<br />

porción distal <strong>de</strong>l peroné está apoyada en un cojín, con el tobillo<br />

afectado extendido fuera <strong>de</strong>l bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> la camilla.<br />

● El fisioterapeuta está <strong>de</strong> pie cerca <strong>de</strong>l pie, mirando hacia<br />

el costado <strong>de</strong> la camilla; con los <strong>de</strong>dos índice o medio <strong>de</strong><br />

su mano caudal localiza el punto doloroso previamente i<strong>de</strong>ntificado<br />

y aplica presión sobre él, por <strong>de</strong>bajo y <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l<br />

maléolo externo. Se pi<strong>de</strong> al paciente que registre con una<br />

puntuación <strong>de</strong> «10» la molestia sentida en el punto <strong>de</strong> presión.<br />

● El fisioterapeuta sostiene el calcáneo <strong>de</strong>l paciente con<br />

su mano craneal; con este contacto induce la abducción <strong>de</strong>l<br />

calcáneo (eversión <strong>de</strong>l tobillo).<br />

● La puntuación <strong>de</strong> dolor <strong>de</strong>l paciente <strong>de</strong>bería reducirse<br />

marcadamente una vez alcanzado el ángulo <strong>de</strong> eversión correcto.<br />

● La sintonía fina consecutiva hacia una posición <strong>de</strong> comodidad<br />

<strong>de</strong> la articulación pue<strong>de</strong> implicar rotación o compresión<br />

<strong>de</strong>l tobillo, indicando las reducciones en la puntuación<br />

que las direcciones inducidas son útiles (y viceversa).<br />

● La posición final <strong>de</strong> máxima comodidad, una vez lograda<br />

la reducción <strong>de</strong> 70% <strong>de</strong>l dolor original, se mantiene<br />

durante 90 segundos antes <strong>de</strong> retornar lentamente a la posición<br />

neutra.<br />

Tratamiento mediante MCM<br />

<strong>de</strong> la articulación tibioperoneoastragalina<br />

restringida y <strong>de</strong>l esguince postinversión<br />

Mulligan (1999) sugiere que esta articulación pue<strong>de</strong> mostrar<br />

pérdida <strong>de</strong>l juego articular tras esguinces <strong>de</strong>l tobillo pro-<br />

LA PIERNA Y EL PIE 515<br />

ducidos por inversión. Al usar MCM, refiere que se utiliza<br />

un sostén ligeramente diferente <strong>de</strong>l <strong>de</strong>scrito en la evaluación<br />

recién presentada, un sostén que también es efectivo.<br />

● El paciente se encuentra en posición supina y el fisioterapeuta<br />

está al pie <strong>de</strong> la camilla.<br />

● El fisioterapeuta aplica su eminencia tenar contralateral<br />

a la superficie anterior <strong>de</strong>l maléolo externo, envolviendo<br />

los <strong>de</strong>dos flojamente el tendón <strong>de</strong> Aquiles.<br />

● La otra mano se halla colocada <strong>de</strong> manera tal que la<br />

eminencia tenar <strong>de</strong>scansa posterior al maléolo interno, con<br />

los <strong>de</strong>dos superponiéndose por atrás.<br />

● Se <strong>de</strong>sliza el peroné <strong>de</strong> forma indolora hacia atrás y ligeramente<br />

hacia arriba (a lo largo <strong>de</strong> la línea <strong>de</strong>l ligamento<br />

peroneoastragalino anterior), mientras al mismo tiempo se<br />

solicita al paciente que invierta lentamente el pie.<br />

● Este movimiento se logra más fácilmente mientras el<br />

peroné se sostiene en esta posición <strong>de</strong> traslación.<br />

● Si la inversión es indolora, se pi<strong>de</strong> al paciente que la repita<br />

<strong>de</strong> 5 a 10 veces.<br />

● Si el <strong>de</strong>slizamiento <strong>de</strong>l peroné es incómodo, <strong>de</strong>be modificarse<br />

levemente el ángulo <strong>de</strong> presión.<br />

● Propone Mulligan: «El reposicionamiento <strong>de</strong>l peroné<br />

<strong>de</strong>be efectuarse tan pronto como sea posible <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l esguince<br />

por inversión». Sugiere asimismo usar vendaje funcional<br />

(taping) <strong>para</strong> mantener el peroné en dirección posterosuperior<br />

durante varios días, período durante el cual se<br />

aplicarán protocolos RICE, que <strong>de</strong>ben realizarse en un plazo<br />

<strong>de</strong> 48 horas tras la MCM.<br />

MCM <strong>para</strong> los esguinces<br />

<strong>de</strong> tobillo por eversión<br />

En el caso <strong>de</strong> esta lesión menos frecuente se ejecuta un<br />

<strong>de</strong>slizamiento ventral <strong>de</strong>l peroné mientras el paciente realiza<br />

repetidamente eversiones lentas e indoloras <strong>de</strong>l pie.<br />

TRASTORNOS HABITUALES<br />

DEL RETROPIÉ<br />

Síndrome <strong>de</strong>l espolón<br />

<strong>de</strong>l calcáneo (y fascitis plantar)<br />

El síndrome <strong>de</strong>l espolón <strong>de</strong>l calcáneo se caracteriza por la<br />

presencia <strong>de</strong> un crecimiento benigno que se extien<strong>de</strong> fuera<br />

<strong>de</strong>l hueso, con dolor <strong>de</strong> talón a menudo interno, en la zona<br />

inferior <strong>de</strong>l calcáneo, causado por la tensión <strong>de</strong> la fascia plantar<br />

(y en ocasiones por la inserción <strong>de</strong>l tendón <strong>de</strong> Aquiles) en<br />

el periostio. Pue<strong>de</strong> no haber evi<strong>de</strong>ncias radiográficas obvias<br />

<strong>de</strong> espolón calcáneo (Merck, 2001). Nota. La radiografía negativa<br />

respecto a un espolón <strong>de</strong>l calcáneo no es concluyente,<br />

ya que en los estadios tempranos la evi<strong>de</strong>ncia visual muchas<br />

veces es mínima.<br />

Los espolones pue<strong>de</strong>n ser resultado <strong>de</strong> una tracción excesiva<br />

sobre el periostio <strong>de</strong>l calcáneo por parte <strong>de</strong> la fascia<br />

plantar. El estiramiento pue<strong>de</strong> dar lugar a dolor a lo largo<br />

<strong>de</strong>l bor<strong>de</strong> interno <strong>de</strong> la fascia plantar (fascitis plantar). Se<br />

consi<strong>de</strong>ra que los pies planos y los tendones contraídos en


minales laterales profundos (cuadrado lumbar y psoas) y los<br />

<strong>músculos</strong> <strong>para</strong>vertebrales, ya <strong>de</strong>scritos.<br />

Posteriormente, la fascia <strong>de</strong> los <strong>músculos</strong> abdominales<br />

laterales superficiales contribuye a la fascia toracolumbar,<br />

como ya se vio en la página 248. Por <strong>de</strong>lante, estos <strong>músculos</strong><br />

dan origen a la vaina <strong>de</strong> los rectos y la línea alba. Respecto<br />

a la vaina fascial <strong>de</strong> la porción superior <strong>de</strong>l recto <strong>de</strong>l abdomen,<br />

Kapandji (1974) observa que el oblicuo externo<br />

contribuye a la cara anterior en tanto el transverso <strong>de</strong>l abdomen<br />

aporta a la porción posterior. El oblicuo interno,<br />

que queda atrapado entre los otros dos <strong>músculos</strong>, se divi<strong>de</strong><br />

en el bor<strong>de</strong> lateral <strong>de</strong>l recto <strong>de</strong>l abdomen <strong>para</strong> envolverlo<br />

tanto por <strong>de</strong>lante como por <strong>de</strong>trás, «envainando» así el<br />

recto al fundirse su fascia con la <strong>de</strong> los otros dos <strong>músculos</strong><br />

laterales <strong>para</strong> formar la vaina <strong>de</strong> los rectos. Las vainas bilaterales<br />

se fun<strong>de</strong>n en la línea media anterior <strong>para</strong> dar forma<br />

a la línea alba. Por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l ombligo, en la línea arqueada,<br />

finaliza la cara posterior <strong>de</strong> la vaina <strong>de</strong> los rectos y el<br />

recto <strong>de</strong>l abdomen perfora el transverso <strong>de</strong>l abdomen <strong>para</strong><br />

<strong>de</strong>scansar sobre la superficie posterior <strong>de</strong> su aponeurosis.<br />

De esta forma, caudalmente a la línea arqueada el transverso<br />

<strong>de</strong>l abdomen contribuye a la vaina anterior <strong>de</strong>l recto<br />

y éste queda cubierto posteriormente sólo por la fascia<br />

transversal.<br />

Directamente por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> los <strong>músculos</strong> abdominales se<br />

encuentran gran parte <strong>de</strong> las vísceras abdominales. Se ha <strong>de</strong>mostrado<br />

que los puntos gatillo localizados en los <strong>músculos</strong><br />

abdominales dan inicio a una cantidad <strong>de</strong> respuestas somatoviscerales<br />

que incluyen órganos <strong>de</strong> los sistemas urinario,<br />

digestivo y reproductor (Simons et al. 1999), y producen<br />

dolor en la parte media <strong>de</strong>l tórax, las regiones sacroilíaca y<br />

lumbar, tórax, abdomen, ingle y (cruzando la línea media) el<br />

lado opuesto <strong>de</strong> tórax y abdomen.<br />

La musculatura abdominal posee una elevada propensión<br />

a emitir fuertes patrones <strong>de</strong> referencia a las vísceras (Simons<br />

et al. 1999) y éstas pue<strong>de</strong>n producir diversos grados <strong>de</strong><br />

dolor en tejidos somáticos (Rothstein et al. 1991; Simons et al.<br />

1999). Cuando se informa <strong>de</strong> dolor en la región abdominal<br />

es imperativo que el profesional consi<strong>de</strong>re posibles cuadros<br />

patológicos viscerales, así como patrones <strong>de</strong> referencia <strong>de</strong><br />

puntos gatillo <strong>de</strong> los <strong>músculos</strong> abdominales (y a veces lumbares).<br />

Debe intentarse diferenciar entre patrones <strong>de</strong> origen<br />

visceral y los producidos por puntos gatillo miofasciales<br />

(Cuadro 10.8). Simons et al. (1999) dicen:<br />

La activación y perpetuación <strong>de</strong> puntos gatillo en la musculatura<br />

<strong>de</strong> la pared abdominal secundarias a patología visceral representan<br />

una respuesta viscerosomática... (Entre estas) enfermeda<strong>de</strong>s<br />

viscerales... se cuentan la úlcera péptica, los parásitos<br />

intestinales, la disentería, la colitis ulcerosa, la diverticulosis, la<br />

diverticulitis y la colelitiasis. Una vez activados, los PG pue<strong>de</strong>n<br />

ser perpetuados por la tensión emocional, el esfuerzo ocupacional,<br />

la respiración <strong>para</strong>dójica, las posturas erróneas y el hiperentusiasmo<br />

por ejercicios «saludables» mal dirigidos.<br />

Los puntos gatillo producidos a nivel somático pue<strong>de</strong>n<br />

permanecer durante largo tiempo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> que el proceso<br />

visceral ha mejorado, y <strong>de</strong>ben tenerse en cuenta cuando el<br />

dolor persiste más allá <strong>de</strong> la restauración <strong>de</strong> la función orgánica.<br />

(Véanse el Cuadro 10.9 respecto a los reflejos abdominales<br />

y el Cuadro 10.10 <strong>para</strong> una lista <strong>de</strong> patrones <strong>de</strong> referencia<br />

somatoviscerales conocidos.)<br />

LA COLUMNA LUMBAR 277<br />

Cuadro 10.8. Palpación abdominal. ¿Se encuentra el dolor en un<br />

músculo o en un órgano?<br />

Puesto que no existe una estructura ósea inmediatamente<br />

adyacente que permita la compresión <strong>de</strong> la musculatura sobre gran<br />

parte <strong>de</strong> los tejidos blandos <strong>de</strong>l abdomen, se requieren estrategias<br />

que distingan el dolor palpatorio presente como resultado <strong>de</strong> una<br />

disfunción o enfermedad viscerales <strong>de</strong>l producido en tejidos<br />

superficiales. Se proponen dos protocolos.<br />

● Cuando se examina una zona <strong>de</strong> dolor abdominal mientras se<br />

usan la TNM o cualquier otro método <strong>de</strong> palpación, los tejidos<br />

<strong>de</strong>ben ser firmemente comprimidos por el <strong>de</strong>do palpatorio, lo<br />

suficiente como <strong>para</strong> producir dolor local y dolor referido (si está<br />

implicado un punto gatillo), pero no hasta provocar sufrimiento. Se<br />

<strong>de</strong>be solicitar al paciente, en posición supina, que eleve ambos<br />

talones varios centímetros por encima <strong>de</strong> la camilla. Al hacer esto<br />

habrá una contracción <strong>de</strong> los <strong>músculos</strong> abdominales, con<br />

compresión <strong>de</strong> sus fibras contra el <strong>de</strong>do que palpa. El dolor pue<strong>de</strong><br />

aumentar o seguir como antes, particularmente si hay participación<br />

<strong>de</strong> puntos gatillo. Si al elevar los talones el dolor <strong>de</strong>crece o se<br />

<strong>de</strong>svanece, significa que el dolor se sitúa por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l músculo<br />

(que ha elevado el <strong>de</strong>do palpatorio alejándolo <strong>de</strong> las vísceras) y<br />

señala su origen visceral.<br />

● La observación <strong>de</strong> dolor ante la presión con un solo <strong>de</strong>do (por<br />

ejemplo, el pulgar) en alguna parte <strong>de</strong> la musculatura <strong>de</strong> la pared<br />

abdominal (con referencias o sin ellas) y <strong>de</strong> un nivel aumentado <strong>de</strong><br />

dolor cuando se libera repentinamente la presión (lo que se conoce<br />

como dolor rebote) sugiere que hay disfunción o patología<br />

intraabdominales (Thomson y Francis, 1977).<br />

Por cierto, es posible que haya un problema en las vísceras, así<br />

como en la pared <strong>de</strong>l abdomen. Por consiguiente, los exámenes<br />

ofrecen pistas pero no hallazgos absolutos; cuando son positivos<br />

sugieren que lo apropiado es la <strong>de</strong>rivación al profesional<br />

competente.<br />

Causas <strong>de</strong> puntos gatillo abdominales<br />

Los cambios <strong>de</strong> los tejidos blandos y los puntos gatillo en<br />

la musculatura abdominal se ven afectados en gran parte<br />

por los mismos factores que producen «estrés» en cualquier<br />

otro lugar <strong>de</strong>l sistema musculoesquelético:<br />

● Errores posturales (y disfunción respiratoria).<br />

● Uso excesivo y esfuerzo: ocupacional, <strong>de</strong>portivo, patrones<br />

<strong>de</strong> uso, sobrecarga, repetición <strong>de</strong> movimientos.<br />

● Traumatismos.<br />

● Estresores ambientales, como frío y humedad.<br />

● Deficiencias nutricionales.<br />

● Cirugía (otra forma <strong>de</strong> traumatismo directo).<br />

● Influencias viscerosomáticas como resultado <strong>de</strong> enfermedad<br />

visceral.<br />

● Estrés emocional.<br />

Las cicatrices <strong>de</strong> cirugías previas pue<strong>de</strong>n ser sitio <strong>de</strong> formación<br />

<strong>de</strong> puntos gatillo en el tejido conectivo (Simons et al.,<br />

1999). Después <strong>de</strong> una curación suficiente, estos sitios <strong>de</strong> incisión<br />

pue<strong>de</strong>n ser examinados pellizcando, comprimiendo y<br />

haciendo rodar el tejido cicatrizal entre el pulgar y los otros<br />

<strong>de</strong>dos en búsqueda <strong>de</strong> evi<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong> puntos gatillo. Estos tejidos<br />

respon<strong>de</strong>n frecuentemente bien al rodamiento repetido<br />

y la compresión sostenida, que usualmente pue<strong>de</strong>n ser repetidos<br />

por el mismo paciente en su casa. Uno <strong>de</strong> los autores<br />

(JD) ha tenido gran éxito en la reducción <strong>de</strong>l dolor referido<br />

en tejido cicatrizal proveniente <strong>de</strong> cicatrices tanto recientes<br />

como antiguas.


da con la evaluación <strong>de</strong>l CL, que se <strong>de</strong>scribe en el Capítulo<br />

10) involucra habitualmente un glúteo mediano débil junto<br />

con hiperactividad y probable acortamiento <strong>de</strong>:<br />

● Antagonistas: aductores.<br />

● Estabilizadores: cuadrado lumbar.<br />

● Sinergistas: TFL.<br />

● Neutralizadores: piriforme.<br />

La actividad <strong>de</strong> puntos gatillo es probable en los glúteos<br />

mediano y menor, el piriforme, el TFL y el CL. También es<br />

probable una ASI bloqueada, con secuencia <strong>de</strong> una <strong>de</strong>scarga<br />

alterada en estos <strong>músculos</strong>.<br />

Una vez que se ha obtenido un cuadro global <strong>de</strong> posible<br />

<strong>de</strong>bilidad y acortamiento <strong>muscular</strong> mediante la evaluación<br />

observacional y funcional, <strong>de</strong>ben establecerse grados específicos<br />

<strong>de</strong> acortamiento y/o <strong>de</strong>bilidad por medio <strong>de</strong>l examen<br />

centrado en cada músculo. Diversas sugerencias acerca <strong>de</strong><br />

dicha evaluación, músculo por músculo, se proporcionan en<br />

los diversos capítulos <strong>de</strong> aplicaciones clínicas <strong>de</strong> este volumen,<br />

gran parte <strong>de</strong> ellas basadas en los trabajos <strong>de</strong> Janda<br />

(1983), Lewit (1999) y Liebenson (1996).<br />

El siguiente estadio <strong>de</strong> la evaluación requiere establecer la<br />

presencia y el estado <strong>de</strong> las alteraciones miofasciales locali-<br />

Cuadro 12.5. I<strong>de</strong>as acerca <strong>de</strong> la localización <strong>de</strong> la disfunción<br />

Cuando se aplica <strong>de</strong> forma sistemática y secuencial, la TNM,<br />

según se <strong>de</strong>scribe en este texto, ofrece la oportunidad <strong>de</strong> una<br />

evaluación palpatoria <strong>de</strong>tallada <strong>de</strong> los tejidos. También por otros<br />

caminos pue<strong>de</strong> lograrse la <strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> estructuras particulares<br />

<strong>para</strong> su evaluación específica. En capítulos previos y en el Volumen<br />

1 se refiere una fórmula por medio <strong>de</strong> la cual pue<strong>de</strong>n localizarse<br />

zonas y articulaciones que se sospechan disfuncionales <strong>para</strong> su<br />

posterior evaluación, más pormenorizada.<br />

El acrónimo AATD da la pista <strong>de</strong> sus componentes. Los<br />

fundamentos <strong>de</strong> este abordaje, que busca Asimetría, alteración <strong>de</strong><br />

la Amplitud <strong>de</strong> movimiento, cambios en la Textura hística y Dolor a la<br />

palpación, incluyen conceptos <strong>de</strong> Greenman (1996), quien sugiere<br />

que una vez surgida la sospecha respecto a una articulación en<br />

particular, sea usando la observación u otros métodos <strong>de</strong> <strong>de</strong>tección,<br />

incluso AATD y palpación <strong>de</strong>l movimiento, <strong>de</strong>be buscarse<br />

manualmente la disfunción local que involucra tejidos específicos.<br />

«Una evaluación más <strong>de</strong>finitiva <strong>de</strong> los tejidos blandos pue<strong>de</strong><br />

lograrse mediante el tacto leve y profundo, activo y pasivo. Los<br />

pulgares y <strong>de</strong>más <strong>de</strong>dos pue<strong>de</strong>n utilizarse como herramientas<br />

presoras en búsqueda <strong>de</strong> áreas <strong>de</strong> dolor a la palpación o evi<strong>de</strong>ncias<br />

más específicas <strong>de</strong> modificaciones <strong>de</strong> textura en los tejidos.»<br />

Exige que se introduzcan «múltiples variantes <strong>de</strong> <strong>de</strong>tección <strong>de</strong>l<br />

movimiento» mediante los <strong>de</strong>dos examinadores, cuando éstos<br />

buscan una alteración <strong>de</strong> la amplitud, la simetría y la calidad <strong>de</strong>l<br />

movimiento. Esta técnica consiste en palpar los tejidos<br />

sospechosos mientras el sujeto introduce un movimiento controlado<br />

en la zona. Permite así obtener evi<strong>de</strong>ncias que pue<strong>de</strong>n ser <strong>de</strong> difícil<br />

captación cuando el paciente se encuentra totalmente pasivo. Por<br />

otra parte, evalúa la calidad <strong>de</strong> la sensación en diversos tejidos<br />

específicos mientras se introduce el movimiento en áreas distantes,<br />

quizá <strong>de</strong> un brazo o una pierna, en tanto se palpa en profundidad<br />

una estructura proximal o distal; también pue<strong>de</strong> evaluarse la<br />

respuesta <strong>de</strong> los tejidos bajo investigación mientras el paciente<br />

inhala o exhala conscientemente.<br />

Los profesionales que usan la TNM pue<strong>de</strong>n consi<strong>de</strong>rar que ya<br />

hacen algo similar a lo que sugiere Greenman, o bien que estas<br />

i<strong>de</strong>as estimulan la introducción <strong>de</strong> una actividad controlada <strong>de</strong>l<br />

paciente durante la palpación, añadiendo otra dimensión al proceso<br />

palpatorio.<br />

LA CADERA 401<br />

zadas (puntos gatillo) <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los <strong>músculos</strong> <strong>de</strong> la región,<br />

mediante el uso <strong>de</strong> TNM u otros métodos palpatorios apropiados.<br />

Éstos se <strong>de</strong>scriben con <strong>de</strong>talle en cada capítulo <strong>de</strong><br />

aplicaciones clínicas (véase la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> la aplicación<br />

técnica en el Capítulo 9).<br />

Signos <strong>de</strong> patología grave<br />

(diferente a la artrosis: A)<br />

Lee (1999) recuerda que pue<strong>de</strong>n obtenerse tempranas evi<strong>de</strong>ncias<br />

<strong>de</strong> patología grave <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra (como bursitis séptica,<br />

osteomielitis, neoplasia <strong>de</strong> la porción superior <strong>de</strong>l fémur,<br />

fractura sacra) mediante signos que, como expresa Cyriax<br />

(1954), «<strong>de</strong> inmediato atraen la atención sobre la nalga». Cyriax<br />

insinuó que si hay dolor o limitación cuando se flexiona<br />

la ca<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> forma pasiva, con la rodilla en extensión, o si hay<br />

limitación y mayor dolor a la flexión pasiva <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra, pero<br />

esta vez con la rodilla en ligera flexión, «un examen más<br />

minucioso <strong>de</strong>bería revelar un patrón no capsular <strong>de</strong> limitación<br />

<strong>de</strong>l movimiento en la articulación <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra». Lee<br />

(1999) sugiere que la sensación final <strong>de</strong> estas restricciones será<br />

<strong>de</strong> «vacío», a diferencia <strong>de</strong> la restricción resultante <strong>de</strong><br />

causas articulares (A) o miofasciales, que probablemente<br />

producirá sensaciones finales <strong>de</strong> «dureza» y «blandura», respectivamente,<br />

aun cuando clínicamente «ambas se observan<br />

combinadas». La sensación final <strong>de</strong> «vacío», advierte Lee, requiere<br />

<strong>de</strong>scartar una patología grave antes <strong>de</strong> dar inicio a<br />

cualquier tratamiento que pudiese potencialmente agravar el<br />

problema.<br />

Falsas alarmas<br />

Varios expertos en medicina física brindaron ejemplos que<br />

iluminan la dificultad que afrontan todos los profesionales<br />

cuando intentan localizar la fuente <strong>de</strong>l dolor en las áreas pélvica<br />

y <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra.<br />

● Algún paciente podría <strong>de</strong>cir que la ca<strong>de</strong>ra se siente<br />

«fuera <strong>de</strong> lugar», y que todo el miembro inferior se siente pesado.<br />

El problema, sugiere Maitland (2001), consiste probablemente<br />

en un esfuerzo o una luxación <strong>de</strong> la articulación sacroilíaca.<br />

El dolor provocado por dificulta<strong>de</strong>s en la ASI se<br />

superpone a menudo con el proveniente <strong>de</strong> estructuras neurales,<br />

la columna vertebral o la ca<strong>de</strong>ra misma.<br />

● Maitland cita asimismo que Schwartzer (1995) probó<br />

firmemente (utilizando el bloqueo anestésico y RM) que el<br />

dolor inguinal se asocia usualmente con trastornos <strong>de</strong> la<br />

ASI.<br />

● Lewit (1985) cita 59 casos <strong>de</strong> artritis inicial <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra<br />

con evi<strong>de</strong>ncias escasas (16 pacientes) o nulas (43 pacientes)<br />

<strong>de</strong> cambios <strong>de</strong>generativos <strong>de</strong>mostrados radiológicamente,<br />

en quienes el dolor lumbar fue la queja más importante y frecuente.<br />

● Lewit (1999) <strong>de</strong>scribe también el dolor seudorradicular,<br />

que parece muy similar al surgido <strong>de</strong> la compresión discal, y<br />

otras causas radiculares que en realidad son resultado <strong>de</strong> un<br />

bloqueo articular, digamos en L4, L5 o S1. Continúa Lewit: «El<br />

síndrome seudorradicular (que incluye) L4 es causado por<br />

una lesión en el segmento móvil L3/L4 o en la articulación <strong>de</strong><br />

la ca<strong>de</strong>ra, razón por la cual pue<strong>de</strong> ser difícil distinguir una ca-


84 APLICACIÓN CLÍNICA DE LAS TÉCNICAS NEUROMUSCULARES II<br />

● La contracción <strong>de</strong>l erector <strong>de</strong> la columna, si es unilateral,<br />

conduce a flexión lateral hacia el lado disfuncional junto<br />

con extensión vertebral. La marcha se presentará rígida, con<br />

pocas evi<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong> flexión o rotación lumbares. DiGiovanna<br />

y Schiowitz (1991) explican:<br />

Si los signos incluyen altura elevada <strong>de</strong> la cresta ilíaca, convexidad<br />

escoliótica lumbar y dolor ciático, todo <strong>de</strong>l mismo lado, el<br />

pronóstico <strong>de</strong> una rápida recuperación es bueno. Si el dolor aparece<br />

al otro lado, la causa pue<strong>de</strong> ser un disco prolapsado o alguna<br />

otra patología grave, y tanto el médico como el paciente pasarán<br />

tiempos difíciles. (Las cursivas son nuestras.)<br />

● La <strong>de</strong>bilidad <strong>de</strong>l glúteo mayor se asocia con una posición<br />

torácica posterior (es <strong>de</strong>cir, cifosis) e hiperextensión<br />

lumbar durante la fase estática <strong>de</strong>l ciclo <strong>de</strong> la marcha, lo que<br />

sirve <strong>para</strong> estabilizar la extensión <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra y mantener el<br />

centro <strong>de</strong> gravedad por <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> la articulación <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra.<br />

Schafer (1987) sugiere que la <strong>de</strong>bilidad <strong>de</strong> los extensores <strong>de</strong><br />

la ca<strong>de</strong>ra pue<strong>de</strong> correlacionarse con «brazos a <strong>de</strong>sigual distancia<br />

<strong>de</strong> la línea media y ambos codos flexionados al lanzarse».<br />

● La <strong>de</strong>bilidad <strong>de</strong>l glúteo mediano, la luxación congénita<br />

<strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra o la coxa vara (<strong>de</strong>finida como la «inclinación<br />

hacia fuera <strong>de</strong>l cuello femoral» por el Blakistone´s new Gould<br />

medical dictionary, 1956) produce un movimiento torácico aumentado<br />

hacia el lado disfuncional durante la fase estática<br />

<strong>de</strong>l ciclo <strong>de</strong> la marcha (signo <strong>de</strong> Tren<strong>de</strong>lenburg). Schafer<br />

(1987) sugiere que la <strong>de</strong>bilidad <strong>de</strong> los aductores implica «una<br />

rotación exagerada <strong>de</strong>l fémur hacia fuera durante la parte<br />

media <strong>de</strong> la fase estática».<br />

● La <strong>de</strong>bilidad <strong>de</strong>l glúteo mediano pue<strong>de</strong> dar lugar a un<br />

incremento <strong>de</strong> las fuerzas <strong>de</strong> <strong>de</strong>splazamiento laterales a través<br />

<strong>de</strong> la pelvis, asociándose con disfunciones que comprometen<br />

los pies, en particular la hiperpronación (Liebenson,<br />

1996).<br />

● La <strong>de</strong>bilidad <strong>de</strong> los flexores <strong>de</strong> ca<strong>de</strong>ra y/o rodilla pue<strong>de</strong><br />

provocar el arrastre <strong>de</strong> los <strong>de</strong>dos <strong>de</strong> los pies durante la<br />

parte media <strong>de</strong>l período oscilatorio, cuando el tronco se <strong>de</strong>svía<br />

hacia el lado oscilante y la pelvis se eleva <strong>de</strong>l lado que<br />

porta el peso.<br />

● La <strong>de</strong>bilidad <strong>de</strong> los rotadores mediales <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra (y<br />

el probable tono excesivo asociado <strong>de</strong> los rotadores externos)<br />

pue<strong>de</strong> implicar un paso acortado, con evi<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong> rotación<br />

externa <strong>de</strong> la pierna.<br />

CADENAS DISFUNCIONALES<br />

Lewit (1996) ha presentado listas <strong>de</strong> características asociadas<br />

con las fases disfuncionales <strong>de</strong>l ciclo <strong>de</strong> la marcha.<br />

Durante la fase estática<br />

La tensión <strong>muscular</strong> aumentada podría observarse comúnmente<br />

en:<br />

● Dedos <strong>de</strong>l pie y flexores plantares.<br />

● Tríceps sural.<br />

● Glúteos.<br />

● Piriforme.<br />

● Elevador <strong>de</strong>l ano.<br />

● Erector <strong>de</strong> la columna.<br />

Puntos <strong>de</strong> fijación dolorosos asociados (resultantes <strong>de</strong><br />

irritación perióstica por tensión/arrastre excesivos <strong>de</strong> los<br />

<strong>músculos</strong>/tendones que se fijan) podrían observarse en:<br />

● Calcáneo (aponeurosis plantar, tendón <strong>de</strong> Aquiles).<br />

● Cabeza <strong>de</strong>l peroné (bíceps femoral).<br />

● Tuberosidad isquiática (<strong>músculos</strong> isquiocrurales).<br />

● Cóccix (glúteo mayor, elevador <strong>de</strong>l ano).<br />

● Cresta ilíaca (glúteo mediano, erector <strong>de</strong> la columna<br />

lumbar).<br />

● Trocánter mayor (glúteo mediano, piriforme).<br />

● Apófisis espinosas <strong>de</strong> L4 – S1 (erector <strong>de</strong> la columna).<br />

Es probable observar restricciones articulares asociadas<br />

en:<br />

● Articulaciones <strong>de</strong>l mediopié.<br />

● Tobillo.<br />

● Articulación tibioperonea.<br />

● Articulación sacroilíaca.<br />

● Columna lumbar inferior.<br />

Durante la fase oscilatoria y la rotación interna<br />

La tensión <strong>muscular</strong> aumentada podría observarse comúnmente<br />

en:<br />

● Extensores <strong>de</strong> pies y <strong>de</strong>dos <strong>de</strong> los pies.<br />

● Tibial anterior.<br />

● Flexores <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra.<br />

● Aductores.<br />

● Recto <strong>de</strong>l abdomen.<br />

● Erector <strong>de</strong> la columna toracolumbar.<br />

Puntos <strong>de</strong> fijación dolorosos asociados (resultantes <strong>de</strong><br />

irritación perióstica por tensión/arrastre excesivos <strong>de</strong> los<br />

<strong>músculos</strong>/tendones que se fijan) podrían observarse en:<br />

● Pata <strong>de</strong> ganso (sartorio, grácil, semitendinoso).<br />

● Rótula (recto anterior, tensor <strong>de</strong> la fascia lata por vía<br />

<strong>de</strong>l tracto iliotibial).<br />

● Sínfisis <strong>de</strong>l pubis, xifoi<strong>de</strong>s (recto <strong>de</strong>l abdomen).<br />

Es probable observar restricciones articulares asociadas<br />

en:<br />

● Rodilla.<br />

● Ca<strong>de</strong>ra.<br />

● Articulación sacroilíaca.<br />

● Columna lumbar superior.<br />

● Unión toracolumbar.<br />

● Articulación atlantooccipital.<br />

Lewit (1996) aclara que estas listas no son <strong>de</strong>finitivas ni<br />

exhaustivas y que <strong>de</strong>berían ser consi<strong>de</strong>radas en el contexto<br />

<strong>de</strong> la evaluación <strong>de</strong> otras características, como la postura<br />

corporal en general, la función respiratoria y otras evaluaciones<br />

funcionales. Lewit cree que «estas ca<strong>de</strong>nas se forman<br />

<strong>de</strong> modo característico a un lado <strong>de</strong>l cuerpo». Por otra<br />

parte señala que «también <strong>de</strong>ben tenerse en cuenta los<br />

cambios reflejos en la piel y (en casos crónicos) las modificaciones<br />

<strong>de</strong> los puntos dolorosos fasciales y periósticos (es<br />

<strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> fijación)».<br />

Vale la pena subrayar que los puntos gatillo miofasciales<br />

activos en los <strong>músculos</strong> pue<strong>de</strong>n asociarse con un incremento


416 APLICACIÓN CLÍNICA DE LAS TÉCNICAS NEUROMUSCULARES<br />

ADUCCIÓN DEL MUSLO<br />

Como se mencionó en la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> estos <strong>músculos</strong><br />

mediales <strong>de</strong>l muslo en relación con la pelvis, la aducción <strong>de</strong>l<br />

muslo incluye mover el fémur hacia la línea media <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

una porción neutra o hacia una posición neutra <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una<br />

abducida. La aducción <strong>de</strong>l muslo es lograda principalmente<br />

por el pectíneo, los aductores corto, largo, mayor y mínimo<br />

(cuarto), el grácil (recto interno), el cuadrado crural (Platzer,<br />

1992), el obturador externo (Kapandji, 1987; Platzer, 1992) y<br />

algunas fibras <strong>de</strong>l glúteo mayor (Kapandji, 1987; Platzer,<br />

1992). Kapandji (1987) observa que asimismo el obturador<br />

interno y los <strong>músculos</strong> isquiocrurales <strong>de</strong>sempeñan un papel<br />

en la aducción (Platzer concuerda con cierta acción <strong>de</strong> los<br />

<strong>músculos</strong> isquiocrurales), mientras que Travell y Simons<br />

(1992) los consi<strong>de</strong>ran antagonistas <strong>de</strong> la aducción. También<br />

el grupo <strong>de</strong> los aductores pue<strong>de</strong> intervenir en las rotaciones<br />

medial o lateral <strong>de</strong>l muslo (<strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong> la posición inicial<br />

<strong>de</strong>l fémur), en tanto que el aductor mayor pue<strong>de</strong> contribuir<br />

a la extensión <strong>de</strong>l muslo.<br />

Existe un consi<strong>de</strong>rable <strong>de</strong>bate acerca <strong>de</strong> que los aductores<br />

roten el muslo en los sentidos medial o lateral. Está claro que<br />

con la mayor probabilidad la posición inicial <strong>de</strong>l muslo ejercerá<br />

influencia sobre el papel <strong>de</strong> los aductores en la rotación,<br />

como suce<strong>de</strong> en el caso <strong>de</strong> muchos <strong>de</strong> los <strong>músculos</strong> <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra.<br />

El movimiento que estos <strong>músculos</strong> producen también<br />

se verá influido por el hecho <strong>de</strong> que el fémur esté portando<br />

Vasto interno<br />

Sartorio<br />

Vena safena interna<br />

Arteria femoral<br />

Vena femoral<br />

Aductor largo<br />

Nervio obturador<br />

Grácil<br />

Semimembranoso<br />

peso o no, así como porque la persona esté caminando o<br />

quieta.<br />

Señala la Anatomía <strong>de</strong> Gray (1995):<br />

La aducción extensa o forzosa <strong>de</strong>l fémur no es algo que se requiera<br />

a menudo; si bien los aductores pue<strong>de</strong>n actuar en este<br />

sentido cuando es necesario, más habitualmente son sinergistas<br />

<strong>de</strong>l complejo patrón <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la marcha y, hasta cierto<br />

grado, controladores <strong>de</strong> la postura... Los aductores mayor y largo<br />

son probablemente rotadores mediales <strong>de</strong>l muslo... Los aductores<br />

están inactivos durante la aducción <strong>de</strong>l muslo abducido en<br />

postura erguida (cuando ayuda la gravedad), pero son activos<br />

en otras posturas, como en la posición supina o durante la aducción<br />

<strong>de</strong>l muslo flexionado en posición <strong>de</strong> pie.<br />

Levangie y Norkin (2001) brindan una teoría fundamentada<br />

<strong>de</strong> que «los aductores no funcionan como movilizadores<br />

principales, pero respon<strong>de</strong>n <strong>de</strong> forma refleja a las activida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> la marcha». Observan asimismo que<br />

aunque el papel <strong>de</strong> los <strong>músculos</strong> aductores pue<strong>de</strong> estar menos<br />

claro que el <strong>de</strong> otros grupos <strong>muscular</strong>es <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra, su importancia<br />

relativa no <strong>de</strong>be subestimarse. Como grupo, los aductores<br />

contribuyen en un 22,5% a la masa <strong>muscular</strong> total <strong>de</strong> la extremidad<br />

inferior, en com<strong>para</strong>ción con solamente el 18,4% <strong>de</strong> los flexores<br />

y el 14,9% <strong>de</strong> los abductores.<br />

La relación entre los <strong>músculos</strong> pue<strong>de</strong> observarse en una<br />

sección transversa (Figura 12.20).<br />

Recto femoral<br />

Vasto externo<br />

Crural (vasto intermedio)<br />

Fémur<br />

Ramos <strong>de</strong>l nervio femoral<br />

Vasos femorales profundos<br />

Aductor corto<br />

Nervio ciático<br />

Aductor mayor<br />

Glúteo mayor<br />

Bíceps femoral, porción<br />

larga, y semitendinoso<br />

Figura 12.20. Sección transversa <strong>de</strong>l muslo <strong>de</strong>recho a nivel <strong>de</strong>l vértice <strong>de</strong>l triángulo femoral: cara proximal (superior) (reproducido con permiso <strong>de</strong><br />

Anatomía <strong>de</strong> Gray, 1995).


580 APLICACIÓN CLÍNICA DE LAS TÉCNICAS NEUROMUSCULARES<br />

Autoayuda <strong>de</strong>l paciente. Dieta oligoantigénica<br />

A fin <strong>de</strong> intentar una dieta <strong>de</strong> exclusión oligoantigénica<br />

modificada, evalúe el efecto producido al excluir los alimentos<br />

enumerados a continuación durante 3 a 4 semanas.<br />

Pescado<br />

Permitidos: pescado blanco, pescado azul.<br />

Prohibidos: todos los ahumados.<br />

Vegetales<br />

No hay ninguno prohibido, pero las personas con problemas<br />

intestinales <strong>de</strong>berían evitar habas, lentejas, coles <strong>de</strong> Bruselas y<br />

coles.<br />

Frutas<br />

Permitidos: bananas, frutos <strong>de</strong> la pasión, peras peladas,<br />

granadas, papaya (mamón), mango.<br />

Prohibidos: todas las frutas, salvo las seis permitidas.<br />

Cereales<br />

Permitidos: arroz, sagú, mijo, trigo sarraceno, quinua.<br />

Prohibidos: trigo, avena, centeno, cebada, maíz.<br />

Aceites<br />

Permitidos: <strong>de</strong> girasol, cártamo, linaza, oliva.<br />

Prohibidos: <strong>de</strong> maíz, soja, «vegetales», nuez (en particular maní).<br />

Lácteos<br />

Permitidos: ninguno (sustituir por leche <strong>de</strong> arroz).<br />

Prohibidos: leche <strong>de</strong> vaca y todos sus productos, incluidos yogur,<br />

manteca, la mayoría <strong>de</strong> las margarinas, todos los productos lácteos<br />

<strong>de</strong> cabra, oveja y soja, huevos.<br />

Bebidas<br />

Permitidas: tés <strong>de</strong> hierbas, como manzanilla y menta, agua <strong>de</strong><br />

manantial, agua en botellas o <strong>de</strong>stilada.<br />

Prohibidas: té, café, pulpas <strong>de</strong> frutas, bebidas cítricas, jugo <strong>de</strong><br />

manzana, alcohol, agua corriente, bebidas carbonatadas.<br />

Otros<br />

Permitidos: sal marina.<br />

Prohibidos: todos los productos <strong>de</strong> la levadura, chocolate,<br />

conservadores, todos los aditivos alimentarios, hierbas,<br />

especias, miel, azúcares <strong>de</strong> cualquier tipo.<br />

● Si <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> esta exclusión se observan beneficios, una<br />

gradual introducción <strong>de</strong> un alimento cada vez, <strong>de</strong>jando por lo menos<br />

4 días entre cada reintroducción, le permitirá i<strong>de</strong>ntificar los<br />

alimentos que <strong>de</strong>ben abandonarse <strong>para</strong> siempre en caso <strong>de</strong><br />

reaparición <strong>de</strong> los síntomas con la reintroducción.<br />

● Si aparece una reacción (retorno <strong>de</strong> los síntomas que cedieron<br />

o se <strong>de</strong>svanecieron durante el intento <strong>de</strong> exclusión <strong>de</strong> 3 a 4<br />

semanas), el alimento ofensor se eliminará durante por lo menos 6<br />

meses, siguiendo un período <strong>de</strong> 5 días sin nuevas reintroducciones<br />

(a fin <strong>de</strong> limpiar el cuerpo <strong>de</strong> toda traza <strong>de</strong>l alimento ofensor),<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> lo cual pue<strong>de</strong> recomenzar el examen (la estimulación),<br />

con un alimento cada vez, incluyendo todo aquello que previamente<br />

ha estado ingiriendo y que quedó eliminado por la dieta<br />

oligoantigénica.<br />

Chaitow, L., DeLany, J. Aplicación clínica <strong>de</strong> las técnicas neuro<strong>muscular</strong>es. Vol. 2. Parte inferior <strong>de</strong>l cuerpo. © 2002, Elsevier Science Limited.


Figura 4.20. Las tensiones posturales en posición sentada se <strong>de</strong>muestran gráficamente mediante ruedas<br />

<strong>de</strong>ntadas, sugiriendo las líneas <strong>de</strong> fuerza que operan durante las posiciones se<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>sequilibrada y<br />

equilibrada (reproducido con permiso <strong>de</strong> Journal of Bodywork and Movement Therapies 3[3]:148).<br />

La postura erguida <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> la interacción <strong>de</strong> las tres curvaturas<br />

vertebrales, a saber, las curvaturas cervical lordótica, torácica<br />

cifótica y lumbar lordótica. Cuando un sujeto está sentado,<br />

la columna lumbar comúnmente se hace cifótica, la cifosis torácica<br />

aumenta hasta la parte inferior <strong>de</strong> la columna cervical y la<br />

unión cervicocraneana se hiperextien<strong>de</strong>. Por <strong>de</strong>lante, el esternón<br />

y la sínfisis <strong>de</strong>l pubis se aproximan, comprimiendo el diafragma.<br />

La corrección (ofrecida por la posición <strong>de</strong> alivio <strong>de</strong> Brugger, Cuadro<br />

4.4) se<strong>para</strong> el esternón <strong>de</strong> la sínfisis (pubiana) y restaura las<br />

curvaturas vertebrales normales.<br />

Pensamos que el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> Wad<strong>de</strong>ll pue<strong>de</strong> ser correcto<br />

en cuanto a que el vínculo entre estar sentado y el dolor<br />

lumbar es más <strong>de</strong> agravación que necesariamente causal;<br />

las evi<strong>de</strong>ncias sugeridas por Cranz (ver antes) y otros en relación<br />

con la tensión generalizada <strong>de</strong>l cuerpo entero producida<br />

por estar mal sentado están más allá <strong>de</strong> toda duda. El riesgo<br />

<strong>para</strong> las estructuras vertebrales <strong>de</strong>rivado <strong>de</strong> malos hábitos se<strong>de</strong>ntes,<br />

en consecuencia, se relacionaría menos con las posiciones<br />

adoptadas que con el tiempo transcurrido mientras el<br />

sujeto se halla en estas posiciones. Wad<strong>de</strong>ll reconoce la influencia<br />

<strong>de</strong>l tiempo en su observación <strong>de</strong> los peligros surgidos<br />

<strong>de</strong> la posición se<strong>de</strong>nte al conducir vehículos, pero agrega<br />

otro factor, la vibración <strong>de</strong>l automóvil (ver pág. 101).<br />

Otro aspecto que parece no haber sido observado por la<br />

mayor parte <strong>de</strong> los autores es el relacionado con el efecto <strong>de</strong><br />

la postura se<strong>de</strong>nte repantigada adquirida al conducir sobre la<br />

función respiratoria. La excursión torácica requerida <strong>para</strong><br />

la respiración normal es francamente imposible cuando el sujeto<br />

está <strong>de</strong>splomado, algo que se hace instantáneamente obvio<br />

aplicando la posición <strong>de</strong> alivio <strong>de</strong> Brugger (Cuadro 4.4).<br />

TRABAJO EN EL<br />

ORDENADOR Y POSTURA<br />

EL AMBIENTE CERCANO 117<br />

En años recientes, el uso <strong>de</strong> or<strong>de</strong>nadores se ha multiplicado<br />

en todas las áreas <strong>de</strong> la vida. Des<strong>de</strong> la biblioteca hasta la<br />

tienda <strong>de</strong> comestibles, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> escribir libros <strong>de</strong> texto hasta<br />

apren<strong>de</strong>r a leer, e incluso en las artes, el uso <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>nador<br />

permite en la actualidad muchas tareas que hace menos <strong>de</strong><br />

una década implicaban una mala o nula tecnología digital. El<br />

or<strong>de</strong>nador aporta información e i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> las que antes no podía<br />

disponerse fácilmente <strong>de</strong> modo directo en el hogar medio,<br />

induciendo a sus habitantes a pasar más y más tiempo estáticamente<br />

confinados en posiciones repetidamente tensas<br />

durante horas hasta terminar. No sólo va en aumento la media<br />

<strong>de</strong> horas pasadas frente al or<strong>de</strong>nador, sino que el proceso<br />

da comienzo a una edad más temprana, existiendo numerosos<br />

programas específicamente diseñados <strong>para</strong> los niños y<br />

preescolares.<br />

Ricky Lockett (1999), en su texto referido a la utilización<br />

<strong>de</strong>l or<strong>de</strong>nador y sus efectos sobre el cuerpo, consi<strong>de</strong>ra el uso<br />

<strong>de</strong>l or<strong>de</strong>nador como un potencial trastorno traumático acumulativo<br />

(TTA). Señala que en tanto el trabajo en el or<strong>de</strong>nador<br />

incrementa la estimulación mental, el precio a pagar es la<br />

pérdida <strong>de</strong> la actividad física.<br />

Los niños <strong>de</strong> hoy en día interactúan con el or<strong>de</strong>nador, en vez<br />

<strong>de</strong> involucrarse en juegos físicos. Como resultado <strong>de</strong> ello, son los<br />

niños más obesos y con menor ejercitación física <strong>de</strong> toda la historia<br />

<strong>de</strong> los Estados Unidos <strong>de</strong> Norteamérica. Estas condiciones los<br />

hacen más predispuestos a patologías cardíacas y procesos <strong>de</strong>generativos<br />

tales como las artritis. Las consecuencias pue<strong>de</strong>n ser


Cuadro 13.3. Vendaje funcional (taping) <strong>de</strong> sostén y propioceptivo <strong>para</strong> la rodilla<br />

El vendaje funcional o taping es una modalidad terapéutica<br />

ampliamente utilizada <strong>de</strong> la que las investigaciones han <strong>de</strong>mostrado<br />

que mejora el funcionamiento en rodillas lesionadas, con beneficios<br />

dura<strong>de</strong>ros bastante <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> retirar el vendaje (Perlau et al.,<br />

1995). Tras el éxito obtenido con el vendaje funcional <strong>de</strong> tobillos<br />

<strong>para</strong> aumentar su estabilidad y <strong>de</strong> rodillas <strong>para</strong> mejorar la función<br />

femororrotuliana (Ernst et al. 1999; Gerrard, 1998; Refshauge et al.<br />

2000), el uso <strong>de</strong>l vendaje funcional se ha extendido al tratamiento y<br />

la rehabilitación <strong>de</strong> la disfunción <strong>de</strong> hombros y columna vertebral.<br />

Señala Morrissey (2001):<br />

El taping pue<strong>de</strong> usarse <strong>para</strong> ejercer influencia directa sobre el dolor<br />

<strong>de</strong>scargando tejidos miofasciales y/o neurales irritables. También<br />

pue<strong>de</strong> utilizarse <strong>de</strong> modo indirecto <strong>para</strong> modificar el dolor asociado<br />

con patrones motores <strong>de</strong>ficitarios i<strong>de</strong>ntificados. Estos efectos son<br />

mediados esencialmente <strong>de</strong> forma propioceptiva... El tratamiento <strong>de</strong>l<br />

dolor femororrotuliano por medio <strong>de</strong>l taping ha sido crecientemente<br />

investigado en la literatura y <strong>de</strong>scrito en otro lugar (McConnell, 1996),<br />

presentando evi<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong>l control tanto mecánico como motor que<br />

el taping ejerce sobre el movimiento femororrotuliano y sus síntomas.<br />

Diversas teorías se han expuesto <strong>para</strong> explicar los resultados<br />

clínicos obtenidos por el vendaje funcional.<br />

Posibles mecanismos<br />

Respuesta propioceptiva<br />

De acuerdo con Kneeshaw (2002): «Se dice que el vendaje<br />

funcional estimula las vías neuro<strong>muscular</strong>es mediante una<br />

retroalimentación aferente aumentada a partir <strong>de</strong> los receptores<br />

cutáneos, los que con un reentrenamiento experto pue<strong>de</strong>n facilitar<br />

una respuesta neuro<strong>muscular</strong> más apropiada (Parkhurst y Burnett,<br />

1994; Perlau et al. 1995; McNair et al. 1995).» Así por ejemplo,<br />

Morrissey (2001) informa que «las investigaciones recientes sugieren<br />

que en una articulación <strong>de</strong> tobillo normal la facilitación <strong>de</strong>l ingreso<br />

cutáneo <strong>de</strong> información propioceptiva por medio <strong>de</strong>l vendaje<br />

funcional es efectiva <strong>para</strong> mejorar la velocidad <strong>de</strong> reacción y la<br />

conciencia posicional (Robbins, 1995; Lohrer, 1999). Asimismo,<br />

existen ciertas evi<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong> que cubrir la rótula con un vendaje<br />

funcional pue<strong>de</strong> tener influencia sobre el comienzo relativo <strong>de</strong> la<br />

actividad <strong>de</strong>l vasto externo y el vasto interno oblicuo durante la<br />

activación <strong>de</strong>l cuádriceps (Gilleard, 1998). El proceso pue<strong>de</strong> ser<br />

mediado por la piel.<br />

Respuesta mediante «biorretroalimentación» (biofeedback)<br />

Indica Morrissey (2001) que «la cinta se aplica <strong>de</strong> forma tal que<br />

mientras la zona corporal se sostiene o mueve en la dirección o el<br />

plano <strong>de</strong>seados hay una tensión escasa o nula. En consecuencia,<br />

los tejidos <strong>de</strong>sarrollarán más tensión cuando haya movimiento fuera<br />

<strong>de</strong> estos parámetros. Tal tensión será sentida en conciencia,<br />

estimulando así al paciente <strong>para</strong> que corrija el patrón motor. A lo<br />

largo <strong>de</strong>l tiempo y con suficiente repetición y retroalimentación,<br />

estos patrones pue<strong>de</strong>n transformarse en componentes aprendidos<br />

<strong>de</strong> los engramas motores <strong>para</strong> <strong>de</strong>terminados movimientos. El<br />

proceso representa por consiguiente una biorretroalimentación<br />

propioceptiva mediada por la piel».<br />

Respuesta biomecánica<br />

Los efectos mecánicos implican una relocalización <strong>de</strong> las<br />

articulaciones <strong>de</strong> manera tal que aumenta la estabilidad o se alteran<br />

las relaciones entre longitud y tensión, con el fin <strong>de</strong> aproximarse a<br />

una postura musculoesquelética i<strong>de</strong>al o a un mejor patrón motor<br />

(Gerrard, 1998; Kibler, 1998; Kneeshaw, 2002).<br />

● Si el taping se aplica <strong>para</strong> sostener un músculo inhibido<br />

(hipoactivo, «débil») en posición acortada, habrá una <strong>de</strong>sviación <strong>de</strong><br />

la curva <strong>de</strong> longitud - tensión a la izquierda, permitiendo un mayor<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> fuerza <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la amplitud <strong>de</strong>l movimiento por una<br />

superposición optimizada <strong>de</strong> actina y miosina durante el ciclo <strong>de</strong> los<br />

puentes cruzados. Esto estimulará el aumento <strong>de</strong> la fuerza en<br />

<strong>músculos</strong> previamente inhibidos.<br />

Tensión<br />

Longitud potencial que se pue<strong>de</strong> requerir al<br />

funcionamiento <strong>de</strong> un músculo postural<br />

Longitud<br />

<strong>de</strong>l músculo<br />

LA RODILLA 465<br />

Figura 13.21. Curvas <strong>de</strong> longitud - tensión. Si bien el músculo en<br />

elongación tiene la capacidad <strong>para</strong> generar más fuerza, los<br />

<strong>músculos</strong> posturales frecuentemente necesitan generar la mayor<br />

fuerza en posiciones incluidas en la amplitud <strong>de</strong>l movimiento, en<br />

cuyo caso a menudo es <strong>de</strong>seable que sean relativamente cortos<br />

(reproducido con permiso <strong>de</strong> Morrissey, Journal of Bodywork and<br />

Movement Therapies 2000; 4[3]:190).<br />

Liberación<br />

<strong>de</strong> ADP<br />

ATP – actina<br />

– miosina<br />

Liberación<br />

<strong>de</strong> Fi<br />

Longitud<br />

normal<br />

Músculo acortado<br />

Actina<br />

miosina<br />

ATP – actina<br />

– miosina<br />

Músculo<br />

elongado<br />

Afinidad <strong>para</strong><br />

unirse<br />

Actina –<br />

miosina<br />

ATP <strong>para</strong><br />

la unión<br />

Figura 13.22. Ciclo <strong>de</strong> los puentes cruzados. Las proteínas<br />

motoras primarias <strong>de</strong>l músculo, actina y miosina, tienen afinidad<br />

natural por su combustible, el ATP (a<strong>de</strong>nosintrifosfato), y lo<br />

hidrolizan, liberando en primer lugar fosfato inorgánico (Fi) y luego<br />

a<strong>de</strong>nosindifosfato (ADP). Cada una <strong>de</strong> las etapas <strong>de</strong>l ciclo <strong>de</strong> los<br />

puentes cruzados se halla en equilibrio y pue<strong>de</strong> cambiar <strong>de</strong><br />

dirección, <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong> diversos factores, entre ellos la fase <strong>de</strong> la<br />

acción proteica, el grado <strong>de</strong> superposición <strong>de</strong> las ca<strong>de</strong>nas <strong>de</strong> actina<br />

y miosina (y por consiguiente el número <strong>de</strong> puntos <strong>de</strong> unión<br />

disponibles) y la cantidad <strong>de</strong> unida<strong>de</strong>s motoras reclutadas y<br />

coor<strong>de</strong>nadas (reproducido con permiso <strong>de</strong> Morrissey, Journal of<br />

Bodywork and Movement Therapies 2000; 4[3]:190).<br />

● Señala Morrissey (2001): «De manera similar, si el vendaje<br />

funcional pue<strong>de</strong> aplicarse <strong>de</strong> forma que un músculo relativamente<br />

corto e hiperactivo sea mantenido en posición elongada, habrá una<br />

<strong>de</strong>sviación <strong>de</strong> la curva <strong>de</strong> longitud - tensión a la <strong>de</strong>recha y menor<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> fuerza, por una menor superposición <strong>de</strong> actina y<br />

miosina durante el ciclo <strong>de</strong> los puentes cruzados en el punto <strong>de</strong> la<br />

amplitud <strong>de</strong> movimiento <strong>de</strong> la articulación en que se requiere que el<br />

músculo opere». Esto estimulará una actividad reducida en <strong>músculos</strong><br />

posturales hiperactivos y aumentará el tono en los antagonistas<br />

inhibidos (Chaitow, 2000) (Figuras 13.21 y 13.22).<br />

Por otra parte, es probable un efecto placebo (Hume y Gerrard,<br />

1998). (Continúa)


582 APLICACIÓN CLÍNICA DE LAS TÉCNICAS NEUROMUSCULARES<br />

Aminoácidos (AA), 159, 162<br />

esenciales, 162<br />

Análisis <strong>de</strong> la marcha, 73-93<br />

abordaje clínico <strong>de</strong> Liebenson y, 85-87<br />

ca<strong>de</strong>nas disfuncionales, 84-85<br />

computarizado, 39<br />

<strong>de</strong>sequilibrio <strong>muscular</strong> y, 83-84<br />

disfunciones potenciales y, 80-82<br />

mediciones en el, 81-82<br />

múltiples puntos <strong>de</strong> observación en el, 82-83<br />

observación y, 75, 82<br />

Anestesia en silla <strong>de</strong> montar, 232<br />

Aneurisma aórtico, 232, 296<br />

Ángulo<br />

<strong>de</strong> inclinación, 392, 393, 395<br />

<strong>de</strong> torsión <strong>de</strong>l fémur (anteversión), 395-396<br />

Ángulo cervicodiafisario (<strong>de</strong> inclinación), 392,<br />

393, 395<br />

Ángulo Q, 461, 472<br />

Ángulos inferolaterales (AIL), prueba <strong>de</strong>l<br />

rebote <strong>para</strong> los, 343<br />

Anillo fibroso, 219, 221<br />

Ano, trabajo cerca <strong>de</strong>l, 365, 427<br />

Anorexia, 279<br />

Ansiedad, 24<br />

bioquímica, 157<br />

<strong>de</strong>ficiencia nutricional y, 159<br />

dieta y, 157-159<br />

hiperventilación y, 155<br />

Antagonistas, 11, 168<br />

tono liberador, 205-206<br />

Antebrazo<br />

posición <strong>de</strong>l, 44<br />

pronación excesiva <strong>de</strong>l, 44<br />

supinación excesiva <strong>de</strong>l 44<br />

Anteojos, 110<br />

Antepié, 498, 517, 526-529<br />

balanceo <strong>de</strong>l, 76, 77<br />

trastornos <strong>de</strong>l, 527-529<br />

Aorta<br />

aneurisma <strong>de</strong> la, 232, 296<br />

pulsación <strong>de</strong> la, 295, 297<br />

A<strong>para</strong>to vestibular, 63<br />

A<strong>para</strong>tos ortopédicos <strong>para</strong> la espalda, 110<br />

Apendicitis, 279, 285<br />

Apley<br />

prueba <strong>de</strong> compresión <strong>de</strong>, 477<br />

prueba <strong>de</strong> la tracción <strong>de</strong>, 477<br />

Aplicaciones <strong>de</strong> calor y frío, 201<br />

en los <strong>músculos</strong> <strong>de</strong> la corre<strong>de</strong>ra laminar<br />

lumbar, 273-274<br />

en los <strong>músculos</strong> <strong>de</strong> la pared abdominal, 283<br />

ver también Hidroterapia<br />

Apófisis accesorias <strong>de</strong> la columna lumbar, 217,<br />

218<br />

Apófisis anular, 217<br />

Apófisis articular inferior, 217, 218<br />

Apófisis articular superior, 217, 218<br />

Apófisis espinosas, 217, 218<br />

alineamiento, 45-46<br />

Apófisis mamilar, 217, 218<br />

Apófisis talar externa, fractura <strong>de</strong> la, 519<br />

Apófisis transversas<br />

<strong>de</strong> las vértebras lumbares, 217, 218<br />

<strong>de</strong>l sacro, 307<br />

Aponeurosis plantar, 524, 558-559<br />

Apoyo sobre una extremidad única (AEU), 75<br />

Arco crural, 503<br />

Arco <strong>de</strong>l pie longitudinal externo, 524, 525<br />

Arco <strong>de</strong>l pie longitudinal interno (en resorte),<br />

524<br />

Arco longitudinal <strong>de</strong>l pie, 524, 525<br />

Arco neural <strong>de</strong> la columna lumbar, 217, 218<br />

Arco transverso <strong>de</strong>l pie, 525<br />

Área lumbar, ver Columna lumbar<br />

Área pubiana, tratamiento cerca <strong>de</strong>l, 286-287,<br />

335, 337-338, 353, 355<br />

Área reflejas abdominales, 278<br />

Arteria femoral, 296, 354, 397<br />

Arteria ilíaca interna, atrapamiento <strong>de</strong> la, por el<br />

piriforme, 313<br />

Articulación calcaneocuboi<strong>de</strong>a, 522-523<br />

Articulación <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra, 391-440<br />

ángulo <strong>de</strong> inclinación, 392, 393, 395<br />

ángulo <strong>de</strong> torsión <strong>de</strong>l fémur, 395-396<br />

cápsula fibrosa <strong>de</strong> la, 392<br />

cirugía <strong>de</strong> reemplazo <strong>de</strong> la, 407, 408, 409<br />

disfunción ver Disfunción <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra<br />

luxación congénita, 84<br />

en el análisis <strong>de</strong> la marcha, 83<br />

estabilidad <strong>de</strong> la, 68, 353, 392, 394-395<br />

evaluación <strong>de</strong> la, 397-409<br />

diferenciación en la, 399-400<br />

falsas alarmas en la, 401<br />

pruebas <strong>para</strong> la, 402-409<br />

signos <strong>de</strong> patología grave en la, 401-402<br />

usando movimientos voluntarios, 404-409<br />

fuerzas compresivas en la, 391<br />

implicación <strong>muscular</strong> en la, 400-401<br />

irrigación e inervación <strong>de</strong> la, 397<br />

juego <strong>de</strong> la, 402-404<br />

ligamentos <strong>de</strong> la, 393-394<br />

membrana sinovial <strong>de</strong> la, 393<br />

movilización (Schiowitz), 480<br />

movimientos <strong>de</strong> la<br />

accesorios, 402-404<br />

<strong>músculos</strong> que producen, 397<br />

potenciales, 396-397<br />

<strong>músculos</strong> <strong>de</strong> la, 409, 428<br />

artrosis (A), 401, 402-404, 407-409<br />

relaciones <strong>de</strong> la, 397<br />

Articulación <strong>de</strong>l tobillo<br />

(tibioperoneoastragalina), 502-517<br />

evaluación y tratamiento, 511-515<br />

juego <strong>de</strong> la<br />

<strong>de</strong>slizamiento anteroposterior, 512, 513<br />

evaluación y movilización, 511<br />

inclinación interna y externa, 512<br />

se<strong>para</strong>ción usando la extensión en el eje<br />

longitudinal, 511-512<br />

movimientos, 498, 504-505<br />

problemas <strong>de</strong>l, en com<strong>para</strong>ción con<br />

problemas subastragalinos, 513-514<br />

restricción <strong>de</strong> la dorsiflexión<br />

examen, 514<br />

TEM, 514<br />

restricción <strong>de</strong> la flexión plantar<br />

examen, 514<br />

TEM, 514<br />

tratamiento mediante MCM <strong>de</strong> la,<br />

restringida, 515<br />

Articulación femorotibial, 444-460<br />

cápsula fibrosa, 453-454<br />

membrana sinovial <strong>de</strong> la, 453-454<br />

meniscos en la ver Meniscos <strong>de</strong> la rodilla<br />

Articulación mediotarsiana (tarsiana<br />

transversa), 519, 521-523<br />

Articulación femororrotuliana, 460-461<br />

Articulación sacroilíaca (SI) (ASI), 306, 314-316<br />

bloqueo <strong>de</strong> fuerzas, 315, 343<br />

bloqueo <strong>de</strong> la forma, 314-315, 343, 344<br />

como causa <strong>de</strong> cefalea, 236, 329<br />

cruce <strong>de</strong> piernas y, 316<br />

disfunción <strong>de</strong> la, 78, 401<br />

aspectos <strong>de</strong> hipermovilidad <strong>de</strong> la, 327-328<br />

elecciones terapéuticas, 191<br />

evaluación y tratamiento, 326-331<br />

iliosacro o sacroilíaco, 329-330<br />

TEM <strong>para</strong> la, 344-345<br />

TLP sacra en posición prona, 346<br />

tratamiento mediante MCM, 348<br />

en el hallux limitus funcional, 92<br />

en la estabilidad pélvica 315-316<br />

en la marcha, 77, 78, 315-316, 317<br />

estabilización, 253-254, 264, 370, 377<br />

evaluación <strong>de</strong> la<br />

confiabilidad <strong>de</strong> la, 325-326<br />

funcional en posición supina, 343<br />

prueba <strong>de</strong> flexión en posición se<strong>de</strong>nte, 334<br />

prueba <strong>de</strong> se<strong>para</strong>ción en posición prona, 344<br />

inserción <strong>de</strong> la, 329<br />

fusión <strong>de</strong> la, 329<br />

inervación <strong>de</strong> la, 315<br />

mecanismos <strong>de</strong> autobloqueo, 314-315<br />

movilización <strong>de</strong> la, mediante TEM, 345<br />

movimiento <strong>de</strong> la, 309, 314<br />

<strong>músculos</strong> y, 315<br />

proloterapia y, 329<br />

Articulación subastragalina, ver Articulación<br />

astragalocalcánea (subastragalina)<br />

Articulación astragalocalcánea (subastragalina),<br />

504, 505-507<br />

cápsula y ligamentos <strong>de</strong> la, 506-507<br />

juego articular <strong>de</strong> la<br />

examen y movilización <strong>de</strong>l, restringido, 513<br />

uso <strong>de</strong> se<strong>para</strong>ción longitudinal, 511-512<br />

movimientos <strong>de</strong> la, 507<br />

problemas en com<strong>para</strong>ción con problemas<br />

<strong>de</strong> la articulación <strong>de</strong>l tobillo, 513-514<br />

Articulación astragalocalcaneonavicular<br />

(ACN), 505, 519-521, 522<br />

Articulación talocrural ver Articulación <strong>de</strong>l<br />

tobillo<br />

Articulación astragalonavicular, 519, 522<br />

Articulación talotibioperonea ver Articulación<br />

<strong>de</strong>l tobillo<br />

Articulación tarsiana transversa (mediotarsal),<br />

519, 521-523<br />

Articulación temporomandibular (ATM),<br />

disfunción <strong>de</strong> la, 43, 60-61, 103<br />

Articulación tibioastragalina ver Articulación<br />

<strong>de</strong>l tobillo<br />

Articulación tibioperonea<br />

distal, 498, 505<br />

proximal, 444, 498-501<br />

examen y movilización <strong>de</strong> la, 500-501<br />

juego articular <strong>de</strong> la, 500<br />

papel <strong>de</strong> la, en los esguinces <strong>de</strong> tobillo, 500<br />

TEM <strong>para</strong> liberar la, restringida, 501-502<br />

TLP ver Técnica <strong>de</strong> liberación posicional<br />

Articulaciones acromioclaviculares, posición,<br />

43-44, 46<br />

Articulaciones <strong>de</strong> Charcot, 529<br />

Articulaciones facetarias ver Cigapofisarias,<br />

articulaciones<br />

Articulaciones interfalángicas (IF), 519, 526<br />

Articulaciones metatarsofalángicas (MTF), 522,<br />

526<br />

en el ciclo <strong>de</strong> la marcha, 82<br />

movimientos, 556-557<br />

primera<br />

abordaje compresivo <strong>de</strong> los sesamoi<strong>de</strong>os<br />

inferiores a la, 567


ante la prueba <strong>de</strong> esfuerzo. Las pruebas <strong>de</strong> movimiento<br />

muestran un punto final firme. El tratamiento tiene lugar<br />

por medio <strong>de</strong>l protocolo RICE. (Bonica, 1990, presenta una<br />

<strong>de</strong>scripción ligeramente diferente: «“Distensión” es el término<br />

utilizado <strong>para</strong> referirse a un cuadro en que una fuerza<br />

física impuesta al tejido ligamentario posiblemente exceda<br />

a la producida por la tensión normal, sin causar<br />

<strong>de</strong>formación o daño al ligamento, siguiéndole usualmente<br />

la recuperación fisiológica.»)<br />

● Esguince <strong>de</strong> grado II. Hay <strong>de</strong>sgarros parciales <strong>de</strong> los ligamentos,<br />

apareciendo dolor local a la palpación mo<strong>de</strong>rado<br />

e inestabilidad leve en la prueba <strong>de</strong> esfuerzo, con incapacidad<br />

mo<strong>de</strong>rada. Sigue habiendo un punto final firme al final<br />

<strong>de</strong> la amplitud <strong>de</strong> movimiento. La atención inicial exige algún<br />

tipo <strong>de</strong> a<strong>para</strong>to ortopédico, yeso o sostén <strong>para</strong> proteger<br />

la articulación, seguido <strong>de</strong> tratamiento manual conservador<br />

y protocolos <strong>de</strong> rehabilitación.<br />

● Esguince <strong>de</strong> grado III. Implica <strong>de</strong>sgarro completo, con<br />

incomodidad durante la manipulación pasiva y e<strong>de</strong>ma variable<br />

(<strong>de</strong> insignificante a marcado). Es probable que haya<br />

una clara inestabilidad en la prueba <strong>de</strong> esfuerzo (y un punto<br />

final blando). Los esguinces <strong>de</strong> grado III casi siempre incluyen<br />

asimismo <strong>de</strong>sgarros <strong>de</strong> la parte posterior <strong>de</strong> la cápsula y<br />

requieren varios meses <strong>de</strong> sostén mediante el uso <strong>de</strong> un a<strong>para</strong>to<br />

ortopédico, con terapia manual y rehabilitación.<br />

Pronóstico <strong>de</strong> los esguinces<br />

● La mayoría <strong>de</strong> los esguinces <strong>de</strong> ligamentos laterales <strong>de</strong><br />

grados I y II curan en un período <strong>de</strong> 4 a 6 semanas, requiriendo<br />

tratamiento rehabilitador conservador. La recurrencia<br />

es probable, y las molestias o el dolor crónicos no son inusuales.<br />

● Los esguinces <strong>de</strong> ligamentos laterales <strong>de</strong> grado III requieren<br />

3 meses o más con sostén (a<strong>para</strong>to ortopédico) y tratamiento<br />

manual.<br />

Signos dolorosos característicos<br />

● El dolor en la cara anterior <strong>de</strong> la rodilla que da comienzo<br />

<strong>de</strong> forma brusca, con imposibilidad <strong>de</strong> cargar peso,<br />

sugiere lesión <strong>de</strong>l mecanismo <strong>de</strong> los extensores.<br />

● Si el dolor es agudo y se localiza en las regiones interna<br />

o externa <strong>de</strong> la articulación <strong>de</strong> la rodilla, pue<strong>de</strong> sospecharse<br />

una lesión ligamentaria y/o meniscal.<br />

● El dolor <strong>de</strong> origen reciente localizado en el ángulo<br />

posterointerno <strong>de</strong> la rodilla sugiere un <strong>de</strong>sgarro <strong>de</strong>l menisco<br />

interno o la expansión o la rotura <strong>de</strong> un quiste poplíteo (<strong>de</strong><br />

Baker).<br />

● El dolor crónico que empeora por la noche pue<strong>de</strong> ser<br />

resultado <strong>de</strong> un tumor.<br />

● La bursitis/tendinitis pue<strong>de</strong> producir molestias crónicas<br />

y bilaterales, que empeoran al incorporarse o caminar<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> estar sentado y son provocadas por el uso prolongado.<br />

● Consi<strong>de</strong>rando las evi<strong>de</strong>ncias presentadas por Travell<br />

y Simons (1992), se tendrá en cuenta en qué grado el dolor<br />

<strong>de</strong> rodilla (o <strong>de</strong> otros cuadros dolorosos) se origina en la actividad<br />

<strong>de</strong> puntos gatillo miofasciales o es exacerbado por<br />

ellos.<br />

LA RODILLA 463<br />

Tumefacción y <strong>de</strong>rrame macroscópicos<br />

(Figura 13.20)<br />

● Si el <strong>de</strong>rrame se inicia en el lapso <strong>de</strong> las 6 horas siguientes<br />

a una lesión, se sospecharán el <strong>de</strong>sgarro <strong>de</strong> un ligamento<br />

cruzado, una fractura articular o una luxación <strong>de</strong> rodilla.<br />

● Si el <strong>de</strong>rrame se presenta retardado, es posible la lesión<br />

meniscal.<br />

● Levy (2001) informa que «casi la mitad <strong>de</strong> los pacientes<br />

que presentan rotura aguda <strong>de</strong> un ligamento experimenta<br />

e<strong>de</strong>ma localizado en el sitio <strong>de</strong> la lesión».<br />

A<br />

B<br />

C<br />

Figura 13.20. Prueba <strong>de</strong>l bamboleo <strong>para</strong> los <strong>de</strong>rrames. A. La<br />

presión directa no causa bamboleo, si bien el líquido pue<strong>de</strong> no ser<br />

obvio. B. Habiendo apenas una pequeña cantidad <strong>de</strong> líquido, éste<br />

pue<strong>de</strong> dispersarse hacia arriba y abajo, con lo que el examen produce<br />

resultado negativo. C. La presión aplicada proximalmente a la rótula<br />

dispersa el líquido en sentidos medial y lateral, lo que da por resultado<br />

una prueba <strong>de</strong> bamboleo positiva <strong>para</strong> la presencia <strong>de</strong> líquido o sangre<br />

(adaptado con permiso <strong>de</strong> Cailliet, 1996).


134 APLICACIÓN CLÍNICA DE LAS TÉCNICAS NEUROMUSCULARES II<br />

La superficie lateral <strong>de</strong>l<br />

cóndilo medial está<br />

comúnmente afectada.<br />

Origen <strong>de</strong> los <strong>músculos</strong><br />

tensor <strong>de</strong> la fascia lata y<br />

sartorio<br />

Inserción <strong>de</strong>l músculo<br />

psoasilíaco<br />

Sartorio retraído<br />

medialmente<br />

Figura 5.7. Localizaciones <strong>de</strong> posibles lesiones por avulsión (reproducido con permiso <strong>de</strong> Journal<br />

of Bodywork and Movement Therapies 3[2]:89).<br />

Figura 5.8. Osteocondritis disecante (reproducido con permiso <strong>de</strong><br />

Journal of Bodywork and Movement Therapies 3[2]:89).<br />

● Rara vez hay antece<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> traumatismo directo.<br />

● Con frecuencia el jugador se queja <strong>de</strong> dolor persistente<br />

localizado y rigi<strong>de</strong>z durante la competición o el entrenamiento<br />

o <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> ellos.<br />

● Pue<strong>de</strong>n pasar varios días antes <strong>de</strong> que estos síntomas<br />

disminuyan <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un partido/sesión <strong>de</strong> entrenamiento.<br />

● La presión directa sobre la zona lesionada pue<strong>de</strong> ser<br />

muy dolorosa.<br />

● Si la lesión por uso excesivo afecta una rodilla o un tobillo,<br />

habrá una tumefacción visible.<br />

● A menudo habrá antece<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> sesiones <strong>de</strong> entrenamiento<br />

o partidos perdidos <strong>de</strong>bido a lesiones por uso excesivo.<br />

● El problema persiste y empeora al continuar el entrenamiento.<br />

Si en un <strong>de</strong>portista joven activo están presentes síntomas<br />

como éstos, <strong>de</strong>be buscarse asesoramiento médico con un<br />

Zonas <strong>de</strong> crecimiento<br />

Origen <strong>de</strong>l músculo recto<br />

anterior<br />

Inserción <strong>de</strong>l músculo<br />

glúteo mediano<br />

Origen <strong>de</strong> los <strong>músculos</strong><br />

isquiocrurales.<br />

Grado I<br />

Figura 5.9. Condromalacia rotuliana (reproducido con permiso <strong>de</strong><br />

Journal of Bodywork and Movement Therapies 3[2]:89).<br />

profesional en medicina <strong>de</strong>l <strong>de</strong>porte, <strong>de</strong> modo que sea posible<br />

formular un curso <strong>de</strong> acción a<strong>de</strong>cuado. Vale la pena subrayar<br />

que patrones <strong>de</strong> uso excesivo como los <strong>de</strong>scritos constituyen<br />

una característica predisponente <strong>para</strong> el <strong>de</strong>sarrollo<br />

<strong>de</strong> puntos gatillo miofasciales, comúnmente implicados como<br />

parte <strong>de</strong>l cuadro sintomático en los sujetos sobreentrenados,<br />

como en todos los síndromes por uso excesivo (Simons<br />

et al. 1999).<br />

Tratamiento <strong>de</strong> las lesiones<br />

por uso excesivo<br />

Grado II<br />

Grado III Grado IV<br />

● Los signos y síntomas <strong>de</strong> dolor, tumefacción, dolor a la<br />

presión y dolor persistente nunca <strong>de</strong>ben ser ignorados, ya


Figura 11.22. Prueba <strong>de</strong> flexión en posición <strong>de</strong> pie <strong>para</strong> la restricción<br />

iliosacra. El lado disfuncional es aquel en que el pulgar se mueve<br />

durante la flexión (reproducido con permiso <strong>de</strong> Chaitow, 2001).<br />

● Durante esta inclinación, las rodillas <strong>de</strong>l paciente <strong>de</strong>ben<br />

permanecer extendidas.<br />

● El fisioterapeuta observa, en especial cerca <strong>de</strong>l extremo <strong>de</strong>l<br />

recorrido en flexión, si una EIPS o la otra «viajan» más en sentido<br />

anterosuperior que la homóloga.<br />

● El traslado <strong>de</strong> un pulgar a través <strong>de</strong> una distancia mayor<br />

en sentido anterosuperior durante la flexión indica que el<br />

ilion está «fijado» al sacro <strong>de</strong> dicho lado (o que los <strong>músculos</strong><br />

isquiocrurales contralaterales son cortos o que el cuadrado<br />

lumbar ipsolateral es corto; en consecuencia, todos estos<br />

<strong>músculos</strong> <strong>de</strong>ben haber sido evaluados antes <strong>de</strong> la prueba <strong>de</strong><br />

flexión en posición <strong>de</strong> pie).<br />

● Si ambos <strong>músculos</strong> isquiocrurales están excesivamente<br />

acortados, pue<strong>de</strong> producirse un resultado falso negativo <strong>de</strong>l<br />

examen, quedando limitada la flexión potencial por el acortamiento<br />

<strong>muscular</strong>, lo cual impi<strong>de</strong> la evaluación exacta <strong>de</strong>l<br />

movimiento ilíaco.<br />

● Al final <strong>de</strong> la excursión flexora, Lee (1999) hace que el<br />

paciente regrese a la posición erguida y se incline hacia atrás,<br />

<strong>para</strong> exten<strong>de</strong>r la columna lumbar. «Las EIPS <strong>de</strong>ben moverse<br />

<strong>de</strong> igual manera en dirección inferior (caudal.»<br />

Nota. Tanto la prueba <strong>de</strong> flexión en posición <strong>de</strong> pie (véase<br />

antes) como la prueba <strong>de</strong> Gillet (véase más a<strong>de</strong>lante) pue<strong>de</strong>n<br />

<strong>de</strong>mostrar qué lado <strong>de</strong> la pelvis es más disfuncional, restringido<br />

o hipomóvil. En cambio, no brindan evi<strong>de</strong>ncias acerca <strong>de</strong><br />

qué tipo <strong>de</strong> disfunción ha tenido lugar (es <strong>de</strong>cir, si existe una<br />

rotación anterior o posterior <strong>de</strong>l hueso coxal, una disfunción<br />

por lesión en cierre o en abertura (inflare, outflare) <strong>de</strong>l hueso<br />

coxal u otra cosa). La naturaleza <strong>de</strong> la disfunción <strong>de</strong>be ser<br />

LA PELVIS 333<br />

evaluada por otros medios, entre ellos ciertos aspectos <strong>de</strong> la<br />

valoración <strong>de</strong> la pelvis en posición supina, como se <strong>de</strong>scribe<br />

más a<strong>de</strong>lante en esta sección.<br />

Prueba («<strong>de</strong> la cigüeña») en<br />

posición <strong>de</strong> pie o test <strong>de</strong> Gillet<br />

● El fisioterapeuta coloca un pulgar sobre la EIPS y el<br />

otro sobre la cresta sacra ipsolateral, a un mismo nivel.<br />

● El paciente <strong>de</strong> pie flexiona la rodilla y la ca<strong>de</strong>ra y eleva<br />

la rodilla <strong>de</strong>l lado examinado, <strong>de</strong> modo que queda <strong>de</strong> pie sólo<br />

sobre el pie contralateral.<br />

● La respuesta normal consiste en que el hueso ilíaco <strong>de</strong>l<br />

lado investigado rote posteriormente al tiempo que el sacro<br />

rota hacia el lado <strong>de</strong>l movimiento. Esto lleva el pulgar que se<br />

encuentra sobre la EIPS a caudal y medial.<br />

● Lee (1999) expresa que esta prueba (si se lleva a cabo a<br />

la <strong>de</strong>recha) «examina la capacidad <strong>de</strong>l hueso coxal <strong>de</strong>recho <strong>de</strong><br />

rotar hacia atrás, <strong>de</strong>l sacro <strong>de</strong> rotar hacia la <strong>de</strong>recha y <strong>de</strong> la vértebra<br />

L5 <strong>de</strong> rotar hacia la <strong>de</strong>recha/flexionarse lateralmente».<br />

● El movimiento cefálico <strong>de</strong> la EIPS ipsolateral en relación<br />

con el sacro tras la flexión <strong>de</strong> la rodilla y la ca<strong>de</strong>ra es indicio<br />

<strong>de</strong> disfunción ipsolateral <strong>de</strong> la sínfisis <strong>de</strong>l pubis e iliosacra.<br />

Este signo pue<strong>de</strong> ser utilizado <strong>para</strong> confirmar los<br />

hallazgos <strong>de</strong> la prueba <strong>de</strong> flexión en posición <strong>de</strong> pie (ver antes).<br />

Petty y Moore (1998) opinan asimismo que una prueba<br />

<strong>de</strong> Gillet positiva indica disfunción sacroilíaca ipsolateral.<br />

● Lee (1999) recuerda que esta prueba también permite<br />

evaluar la «capacidad <strong>de</strong>l paciente <strong>de</strong> transferir peso a través<br />

<strong>de</strong> la extremidad contralateral manteniendo el equilibrio».<br />

Prueba <strong>de</strong> extensión <strong>de</strong> la<br />

ca<strong>de</strong>ra en posición <strong>de</strong> pie<br />

● El paciente está <strong>de</strong> pie con el peso distribuido sobre<br />

ambos pies por igual.<br />

● El profesional palpa la EIPS y la base sacra, como en la<br />

prueba <strong>de</strong> Gillet presentada antes.<br />

● El paciente extien<strong>de</strong> el miembro inferior en la ca<strong>de</strong>ra<br />

<strong>de</strong>l lado a examinar.<br />

● El hueso coxal <strong>de</strong>be rotar hacia <strong>de</strong>lante y el pulgar que<br />

se halla sobre la EIPS <strong>de</strong>be <strong>de</strong>splazarse en sentido superolateral<br />

en relación con el sacro.<br />

● La ausencia <strong>de</strong> esta respuesta pue<strong>de</strong> indicar una restricción<br />

<strong>de</strong> la capacidad <strong>de</strong>l hueso coxal <strong>para</strong> inclinarse<br />

hacia <strong>de</strong>lante y <strong>de</strong>slizarse sobre el sacro en sentido inferoposterior.<br />

Conducta vertebral durante<br />

las pruebas <strong>de</strong> flexión<br />

Greenman (1996) manifiesta que durante las pruebas <strong>de</strong><br />

flexión en posiciones tanto <strong>de</strong> pie como se<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>be prestarse<br />

atención a la conducta <strong>de</strong> las columnas torácica y lumbar<br />

en búsqueda <strong>de</strong> alteraciones en el movimiento libre <strong>de</strong> la<br />

columna vertebral y <strong>de</strong> aparición <strong>de</strong> curvas laterales.<br />

Si la alteración <strong>de</strong> la mecánica vertebral es más intensa durante<br />

la prueba <strong>de</strong> flexión en posición <strong>de</strong> pie que en posición se<strong>de</strong>nte,<br />

ello sugiere una restricción importante <strong>de</strong> la extremidad infe-


cuando se combina con rotación lateral. No se fija al menisco<br />

externo, que por tanto permanece más libre <strong>para</strong> moverse<br />

junto con los cóndilos, lo que <strong>de</strong>termina lesiones menos frecuentes<br />

que en el menisco interno.<br />

Ligamentos poplíteos<br />

Ligamento poplíteo oblicuo. El tendón <strong>de</strong>l semimembranoso<br />

se expan<strong>de</strong> <strong>para</strong> formar el ligamento poplíteo oblicuo,<br />

que parcialmente se fusiona con la cápsula, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong> se<br />

dirige por fuera a la línea intercondílea y el cóndilo femoral<br />

externo. Refuerza la superficie posterointerna <strong>de</strong> la cápsula<br />

articular.<br />

Ligamento poplíteo arqueado. El ligamento poplíteo arqueado<br />

refuerza la superficie posterointerna <strong>de</strong> la cápsula articular;<br />

su naturaleza ramificada es <strong>de</strong>scrita admirablemente<br />

en la Anatomía <strong>de</strong> Gray (1995):<br />

Es una masa <strong>de</strong> fibras capsulares en forma <strong>de</strong> Y con un tallo<br />

fijado a la cabeza peronea; su extremidad posterior se arquea<br />

internamente sobre el tendón emergente <strong>de</strong>l poplíteo, en el bor<strong>de</strong><br />

posterior <strong>de</strong>l área intercondílea tibial; la extremidad anterior,<br />

a veces ausente, se extien<strong>de</strong> al epicóndilo femoral externo, conectándose<br />

con la porción externa <strong>de</strong>l gastrocnemio; en muchas<br />

ocasiones se <strong>de</strong>nomina ligamento externo corto <strong>de</strong> la rodilla.<br />

Ligamentos meniscofemorales<br />

Los ligamentos meniscofemorales anterior y posterior se<br />

extien<strong>de</strong>n <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el asta posterior <strong>de</strong>l menisco externo hasta<br />

su fijación en el cóndilo femoral interno. Su presencia es variable;<br />

<strong>de</strong> acuerdo con Cailliet (1992), «en apariencia operan<br />

concertadamente junto con el músculo poplíteo <strong>para</strong> mantener<br />

la estabilidad (haciendo que el menisco externo sea congruente<br />

con los cóndilos femorales externos)». Cuando el fémur<br />

rota externamente, estos ligamentos asisten al poplíteo<br />

<strong>para</strong> tironear <strong>de</strong>l menisco en sentido posteroexterno a fin <strong>de</strong><br />

evitar el atrapamiento.<br />

Tracto iliotibial<br />

El tracto iliotibial (TI) es un refuerzo fibroso <strong>de</strong> la fascia<br />

lata <strong>de</strong>l muslo, en el que la tensión proximal proviene principalmente<br />

<strong>de</strong> los <strong>músculos</strong> tensor <strong>de</strong> la fascia lata y el glúteo<br />

mayor. La banda IT se fija a la tuberosidad externa <strong>de</strong> la<br />

tibia, el cóndilo femoral externo y la línea áspera <strong>de</strong>l fémur.<br />

Las fibras tendinosas <strong>de</strong> la porción anterior <strong>de</strong>l tensor <strong>de</strong> la<br />

fascia lata (un músculo que contribuye a la banda IT) también<br />

se fusionan en el retináculo patelar externo y la fascia<br />

profunda <strong>de</strong> la extremidad inferior. Si bien la banda no es<br />

realmente un ligamento, en la rodilla se la consi<strong>de</strong>ra una estructura<br />

articular pasiva que sirve <strong>para</strong> estabilizar la rodilla,<br />

dado que la contracción <strong>de</strong> los <strong>músculos</strong> que contribuyen<br />

a su formación no producen movimiento <strong>de</strong> ella a nivel<br />

<strong>de</strong> la rodilla. Levangie y Norkin (2001) escriben: «El TI parece<br />

ser consistentemente tenso, sin relación con la posición<br />

<strong>de</strong> las articulaciones <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra o la rodilla, aun cuando<br />

cae por <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l eje <strong>de</strong> la articulación <strong>de</strong> la rodilla en extensión<br />

y por <strong>de</strong>trás <strong>de</strong>l eje en flexión.» El tratamiento <strong>de</strong>l<br />

tracto iliotibial se <strong>de</strong>scribe pormenorizadamente en la página<br />

422.<br />

Relaciones<br />

LA RODILLA 457<br />

Respecto a las estructuras que cubren la articulación, la<br />

Anatomía <strong>de</strong> Gray (1995) menciona las siguientes relaciones<br />

<strong>muscular</strong>es y neurovasculares:<br />

Por <strong>de</strong>lante se encuentran el tendón <strong>de</strong>l cuádriceps crural y,<br />

fijado a las superficies no articulares <strong>de</strong> la rótula, la continuación<br />

<strong>de</strong>l tendón, el ligamento rotuliano y las expansiones tendinosas<br />

<strong>de</strong> los vastos interno y externo, extendiéndose sobre las superficies<br />

anterointerna y anteroexterna <strong>de</strong> la cápsula, respectivamente,<br />

como retináculos rotulianos. A nivel posterointerno se encuentran<br />

el sartorio y el tendón <strong>de</strong>l grácil a lo largo <strong>de</strong> su bor<strong>de</strong><br />

posterior; ambos cruzan la articulación en su <strong>de</strong>scenso. A nivel<br />

posteroexterno se hallan el tendón <strong>de</strong>l bíceps e internamente<br />

respecto a él el nervio peroneo común, en contacto con la cápsula,<br />

separándola <strong>de</strong>l poplíteo. Por atrás, la arteria poplítea y ganglios<br />

linfáticos relacionados se encuentran sobre el ligamento<br />

poplíteo oblicuo, con la vena poplítea posteromedial o medial y<br />

el nervio tibial posterior a ambos. El nervio y los vasos son cubiertos<br />

por ambas porciones <strong>de</strong>l gastrocnemio y externamente<br />

por el plantar. Alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> los vasos, el gastrocnemio hace contacto<br />

con las cápsulas; internamente respecto a su porción interna<br />

se encuentra el semimembranoso, entre la cápsula y el semitendinoso.<br />

Movimientos <strong>de</strong> la articulación <strong>de</strong> la rodilla<br />

Los movimientos <strong>de</strong> la articulación <strong>de</strong> la rodilla se limitan<br />

a flexión/extensión, con cierta rotación axial. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> estos<br />

movimientos funcionales <strong>de</strong> la articulación son posibles<br />

los <strong>de</strong>splazamientos anterior y posterior <strong>de</strong> la tibia sobre el<br />

fémur y cierta abducción y aducción <strong>de</strong> la tibia, pero «en<br />

general no se consi<strong>de</strong>ran parte <strong>de</strong> la función <strong>de</strong> la articulación<br />

sino, antes bien, parte <strong>de</strong>l coste <strong>de</strong>l tremendo compromiso<br />

entre movilidad y estabilidad» (Levangie y Norkin, 2001).<br />

Los movimientos <strong>de</strong> este tipo son probablemente resultado<br />

<strong>de</strong> la incongruencia articular y/o <strong>de</strong> la elasticidad o laxitud<br />

<strong>de</strong> los elementos ligamentarios.<br />

La posición <strong>de</strong> referencia a partir <strong>de</strong> la cual pue<strong>de</strong> medirse<br />

la amplitud <strong>de</strong>l movimiento <strong>de</strong> la articulación <strong>de</strong> la rodilla<br />

es establecida por el eje <strong>de</strong>l miembro inferior alineado con el<br />

eje <strong>de</strong>l muslo, lo que usualmente se <strong>de</strong>nomina «posición <strong>de</strong><br />

completa extensión». Se consi<strong>de</strong>ran normales las amplitu<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> movimiento <strong>de</strong> la rodilla mencionadas a continuación,<br />

utilizando esta posición <strong>de</strong> referencia como punto <strong>de</strong> partida<br />

(Kapandji, 1987).<br />

La flexión es el movimiento <strong>de</strong> la cara posterior <strong>de</strong> la extremidad<br />

inferior hacia la cara posterior <strong>de</strong>l muslo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />

posición <strong>de</strong> referencia, a partir <strong>de</strong> la cual se pue<strong>de</strong> lograr<br />

(si simultáneamente se extien<strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra) aproximadamente<br />

120º <strong>de</strong> flexión activa pura (un poco más si se sobrepasa<br />

el límite), 140º si la ca<strong>de</strong>ra está flexionada y hasta 160º<br />

si la rodilla es flexionada pasivamente (el talón tocando las<br />

nalgas).<br />

En la posición <strong>de</strong> referencia, la extremidad inferior está<br />

completamente extendida, haciendo que la extensión activa<br />

sea <strong>de</strong> 0º. Sin embargo, es posible alcanzar 5º - 10º <strong>de</strong><br />

extensión pasiva (algunas veces erróneamente llamada<br />

«hiperextensión»). La extensión relativa lleva la rodilla hacia<br />

la posición <strong>de</strong> referencia <strong>de</strong>s<strong>de</strong> cualquier posición <strong>de</strong><br />

flexión.


408 APLICACIÓN CLÍNICA DE LAS TÉCNICAS NEUROMUSCULARES<br />

Cuadro 12.7. Reemplazo total <strong>de</strong> ca<strong>de</strong>ra<br />

La Anatomía <strong>de</strong> Gray (1995) señala: «El reemplazo total <strong>de</strong> ca<strong>de</strong>ra<br />

se ha transformado en los últimos 25 años en una <strong>de</strong> las<br />

intervenciones quirúrgicas <strong>de</strong> mayor éxito, efectuándose más <strong>de</strong><br />

35.000 cada año sólo en el Reino Unido.» El reemplazo <strong>de</strong> ca<strong>de</strong>ra<br />

está ahora tan difundido que es importante que los fisioterapeutas<br />

conozcan las variantes <strong>de</strong>l procedimiento quirúrgico, y qué es y qué<br />

no es apropiado en términos <strong>de</strong> la atención terapéutica auxiliar.<br />

Las personas que más probablemente serán sometidas al<br />

reemplazo son los pacientes con artrosis, artritis reumatoi<strong>de</strong>, artritis<br />

psoriásica, espondilitis anquilosante, necrosis avascular y<br />

traumatismos y tumores que afectan la ca<strong>de</strong>ra. Es probable que los<br />

síntomas prece<strong>de</strong>ntes a la intervención quirúrgica incluyan dolor<br />

(principalmente en la zona trocantérea, la ingle y la cara anterior <strong>de</strong>l<br />

muslo), rigi<strong>de</strong>z, <strong>de</strong>formidad, acortamiento <strong>de</strong> la extremidad inferior y,<br />

en consecuencia, la cojera correspondiente. Véase la elaboración<br />

referida a la posible contribución <strong>de</strong> los puntos gatillo al dolor <strong>de</strong> la<br />

ca<strong>de</strong>ra artrítica en la página 409.<br />

El reemplazo <strong>de</strong> ca<strong>de</strong>ra actualmente más frecuente consiste en<br />

colocar una cuenca hemisférica <strong>de</strong> polietileno cementada en el<br />

acetábulo junto con una cabeza metálica esférica con su tallo<br />

(fabricada con una aleación <strong>de</strong> titanio, acero inoxidable o aleación<br />

<strong>de</strong> cromo - cobalto).<br />

De acuerdo con el procedimiento utilizado, el acceso quirúrgico a<br />

la articulación pue<strong>de</strong> implicar:<br />

● Un acceso lateral, en el que hay disección <strong>de</strong>l tensor <strong>de</strong> la<br />

fascia lata (método <strong>de</strong> Charnley).<br />

● Un acceso posterior, que consiste en la sección <strong>de</strong> los<br />

<strong>músculos</strong> rotadores externos cortos (piriforme y los gemelos).<br />

● Un acceso anterolateral, que implica la se<strong>para</strong>ción <strong>de</strong> la unión<br />

entre glúteo mediano y tensor <strong>de</strong> la fascia lata. La cicatriz quirúrgica<br />

es una pista útil acerca <strong>de</strong> cuál acceso se ha empleado y, por<br />

consiguiente, qué <strong>músculos</strong> han sido los más traumatizados.<br />

Pese a que el reemplazo total <strong>de</strong> ca<strong>de</strong>ra es «mecánicamente<br />

tosco» (Anatomía <strong>de</strong> Gray, 1995), hay más <strong>de</strong>l 90% <strong>de</strong> posibilida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> que la articulación siga siendo completamente funcional durante<br />

por lo menos 10 años. Los fracasos usualmente se relacionan con<br />

infección, dislocación o, más comúnmente, aflojamiento <strong>de</strong> la<br />

prótesis, a menudo <strong>de</strong>bido a procedimientos <strong>de</strong> cementación<br />

ina<strong>de</strong>cuados.<br />

Anterior<br />

Superior<br />

Inferior<br />

Dalstra (1997) ofrece otras explicaciones acerca <strong>de</strong> por qué la<br />

articulación reconstruida pue<strong>de</strong> transformarse en inestable.<br />

Del lado femoral se inserta un tallo metálico en el conducto<br />

medular. Debido a la elevada rigi<strong>de</strong>z <strong>de</strong> este tallo en com<strong>para</strong>ción<br />

con la <strong>de</strong> la diáfisis ósea, la corteza circundante quedará <strong>de</strong>fendida<br />

<strong>de</strong>l esfuerzo (no transfiere tanta carga como antes <strong>de</strong> la cirugía).<br />

Este fenómeno presenta el peligro potencial <strong>de</strong> producir una<br />

reducción local <strong>de</strong> masa ósea (ley <strong>de</strong> Wolff: las modificaciones <strong>de</strong>l<br />

funcionamiento <strong>de</strong>l hueso conducen a modificaciones <strong>de</strong> su<br />

arquitectura), la que finalmente pue<strong>de</strong> provocar el aflojamiento <strong>de</strong>l<br />

implante <strong>de</strong>bido a falta <strong>de</strong> hueso <strong>de</strong> sostén.<br />

Dalstra observa que también pue<strong>de</strong>n surgir problemas <strong>de</strong>l lado<br />

acetabular <strong>de</strong> la reconstrucción. Indica que pue<strong>de</strong>n utilizarse<br />

diversos métodos <strong>para</strong> crear una cavidad, cementados y no<br />

cementados, hemisféricos o cónicos, con respaldo metálico o no, lo<br />

que también «crea una situación antinatural, si bien sus<br />

consecuencias no son tan directamente observables como las <strong>de</strong>l<br />

lado femoral».<br />

Distribución <strong>de</strong>l esfuerzo<br />

Con el reemplazo (reconstrucción) <strong>de</strong> ca<strong>de</strong>ra, las fuerzas <strong>de</strong> carga<br />

impuestas a los componentes <strong>de</strong> la articulación coxofemoral se<br />

alteran en grado perceptible (Dalstra, 1997). En una articulación<br />

normal, el mayor esfuerzo es llevado por el hueso subcondral en el<br />

cuadrante anterosuperior, mientras que en una ca<strong>de</strong>ra reconstruida<br />

las tensiones se reducen marcadamente y pasan a los márgenes <strong>de</strong><br />

la articulación (Figura 12.15). Esto se <strong>de</strong>be a alteraciones en la<br />

rigi<strong>de</strong>z <strong>de</strong> las estructuras pélvicas, a los nuevos materiales y a la<br />

absorción <strong>de</strong> fuerzas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la cavidad misma («<strong>de</strong>sviación <strong>de</strong> la<br />

carga»), más que a alteraciones en el hueso. Los resultados <strong>de</strong><br />

estos cambios pue<strong>de</strong>n compren<strong>de</strong>r la reabsorción ósea<br />

(nuevamente ley <strong>de</strong> Wolff), así como problemas en la interfase <strong>de</strong><br />

prótesis y hueso, causando posiblemente el fracaso. Como informa<br />

Dalstra, «los efectos, como las partículas producidas por el<br />

<strong>de</strong>sgaste, juegan un importante papel en el mecanismo <strong>de</strong>l fracaso<br />

<strong>de</strong> los implantes acetabulares».<br />

Para el futuro se están evaluando cabezas cerámicas acopladas a<br />

cavida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> polietileno, o superficies portantes <strong>de</strong> cerámica con<br />

cerámica y metal con metal, así como estrategias <strong>de</strong> cementación<br />

innovadoras.<br />

Superior<br />

Posterior<br />

Figura 12.15. Com<strong>para</strong>ción <strong>de</strong> las intensida<strong>de</strong>s tensionales en la capa ósea subcondral <strong>de</strong> un hueso pélvico normal (izquierda) y un hueso<br />

pélvico reconstruido (<strong>de</strong>recha) durante la posición estática unilateral (reproducido con permiso <strong>de</strong> Vleeming et al. 1999).<br />

MPa<br />

Inferior


Figura 4.1. La postura <strong>de</strong>l fisioterapeuta <strong>de</strong>be asegurar que el brazo<br />

tratante esté recto <strong>para</strong> transmitir más fácilmente <strong>de</strong>l peso corporal, así<br />

como posiciones <strong>de</strong> las piernas que permitan la fácil transferencia <strong>de</strong>l<br />

peso y el centro <strong>de</strong> gravedad. Estas posturas ayudan a reducir el gasto<br />

<strong>de</strong> <strong>energía</strong> y reducen la tensión vertebral (reproducido con permiso <strong>de</strong><br />

Chaitow, 1996).<br />

● La columna vertebral <strong>de</strong>be mantenerse tan neutra como<br />

sea posible. Esto exige que la flexión tenga lugar (<strong>de</strong> ser<br />

posible) en las rodillas, en tanto la columna lumbar <strong>de</strong>be producir<br />

movimientos <strong>de</strong> flexión y extensión sólo mínimos durante<br />

la aplicación <strong>de</strong>l tratamiento.<br />

● Percatarse <strong>de</strong>l propio centro <strong>de</strong> gravedad es importante.<br />

Se encuentra justamente por <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l segundo<br />

segmento sacro (aproximadamente 5 cm por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l<br />

ombligo y 5 cm hacia <strong>de</strong>ntro). La flexión <strong>de</strong> rodillas y ca<strong>de</strong>ras<br />

estimulará el movimiento consciente <strong>de</strong>l centro <strong>de</strong><br />

gravedad.<br />

● Cabeza y cuello <strong>de</strong>ben ser mantenidos hacia «<strong>de</strong>lante y<br />

arriba», el mo<strong>de</strong>lo postural típico <strong>de</strong> la técnica <strong>de</strong> Alexan<strong>de</strong>r,<br />

en el que se observa un alargamiento constante <strong>de</strong> la columna<br />

vertebral (<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la cabeza), en vez <strong>de</strong> una postura colapsada<br />

y repantigada, en la que el peso <strong>de</strong> la cabeza arrastra la<br />

parte superior <strong>de</strong>l cuerpo hacia <strong>de</strong>lante y abajo. Durante<br />

la aplicación <strong>de</strong> las medidas terapéuticas se resistirá cualquier<br />

ten<strong>de</strong>ncia a exten<strong>de</strong>r la región cervical superior, un hábito<br />

que <strong>para</strong> muchos es difícil <strong>de</strong> suprimir (Figura 4.2).<br />

● La economía <strong>de</strong> esfuerzos se relaciona con el concepto<br />

<strong>de</strong> utilización eficaz <strong>de</strong>l cuerpo, en términos <strong>de</strong> reducción<br />

<strong>de</strong>l esfuerzo y <strong>de</strong>l gasto <strong>de</strong> <strong>energía</strong>, evitándose así la fatiga.<br />

Al discutir el «principio <strong>de</strong>l mínimo esfuerzo», el quiropráctico<br />

y practicante Fel<strong>de</strong>nkrais John Hannon (2000a) <strong>de</strong>scribió<br />

un ejemplo en el que el fisioterapeuta, en posición <strong>de</strong> pie,<br />

aborda lateralmente la escápula <strong>de</strong> un paciente en <strong>de</strong>cúbito<br />

lateral <strong>para</strong> movilizarla.<br />

Dirección <strong>de</strong> la cabeza<br />

hacia <strong>de</strong>lante y arriba<br />

EL AMBIENTE CERCANO 97<br />

Figura 4.2. Diagrama que muestra la dirección preferida <strong>de</strong>l<br />

movimiento en la típica postura <strong>de</strong> Alexan<strong>de</strong>r, en la que la cabeza se<br />

mueve hacia <strong>de</strong>lante y arriba en tanto la parte inferior <strong>de</strong>l cuello y la<br />

zona lumbar se mueven hacia atrás y arriba.<br />

El fisioterapeuta se sitúa <strong>de</strong> modo que su esternón esté enfrente<br />

<strong>de</strong> la espina escapular <strong>de</strong>l paciente. Ajusta la altura <strong>de</strong> la mesa<br />

hasta que le sea posible una fácil flexión <strong>de</strong> su propio tronco inclinando<br />

sus ca<strong>de</strong>ras hacia <strong>de</strong>lante (Figura 4.3). Sus manos ro<strong>de</strong>an la<br />

parte más superior (región superolateral) <strong>de</strong> la escápula. ...Adoptando<br />

una posición <strong>de</strong> pie amplia y estable le es posible contrabalancear<br />

su pelvis y tronco entre sí. En otras palabras, mediante disposiciones<br />

a<strong>de</strong>cuadas crea un equilibrio inestable <strong>de</strong>l tronco sobre<br />

la pelvis y <strong>de</strong> sus piernas sobre los tobillos... Meciendo su tronco<br />

hacia <strong>de</strong>lante sobre sus cabezas femorales y sus extremida<strong>de</strong>s inferiores<br />

hacia atrás sobre sus tobillos, el terapeuta es capaz <strong>de</strong><br />

mantenerse en equilibrio (Figura 4.4). La razón por la cual se insiste<br />

en la sensación consciente <strong>de</strong> equilibrio es evitar la tensión en<br />

los <strong>de</strong>dos, la rigi<strong>de</strong>z en los brazos y el bloqueo <strong>de</strong> la respiración, lo<br />

que permite al fisioterapeuta inducir la «fuerza terapéutica» simplemente<br />

empujando con los <strong>de</strong>dos hacia <strong>de</strong>lante (y atrás).<br />

● El uso <strong>de</strong> estas ventajas mecánicas estimula la economía<br />

<strong>de</strong> esfuerzos y permite un compromiso tensional mínimo<br />

por parte <strong>de</strong>l fisioterapeuta. Hannon (2000b) utiliza la expresión<br />

«creación <strong>de</strong> una fuerza irresistible» <strong>para</strong> referirse a<br />

la manera en que se posiciona frente al paciente, usando las<br />

fuerzas disponibles que provienen <strong>de</strong> la gravedad, la inercia<br />

y el uso diestro <strong>de</strong> la mecánica corporal y el sistema <strong>de</strong> palancas,<br />

«conduciendo» <strong>de</strong> forma lenta y suave los tejidos<br />

acortados o restringidos <strong>para</strong> que cedan, se alarguen o se<br />

movilicen. Cuando se intenta estirar tejidos, la diferencia entre<br />

el uso <strong>de</strong> una «fuerza irresistible» y la fuerza <strong>muscular</strong> es<br />

la que hay entre la persuasión suave pero persistente y la co-


218 APLICACIÓN CLÍNICA DE LAS TÉCNICAS NEUROMUSCULARES II<br />

● Des<strong>de</strong> la superficie <strong>de</strong>l cuerpo vertebral emergen dos<br />

fuertes proyecciones, los pedículos, que son parte <strong>de</strong>l arco<br />

neural y protegen la médula espinal.<br />

● El resto <strong>de</strong> este arco neural compren<strong>de</strong> las láminas,<br />

que se proyectan <strong>de</strong>s<strong>de</strong> cada pedículo antes <strong>de</strong> curvarse hacia<br />

la línea media, don<strong>de</strong> se fun<strong>de</strong>n una en la otra y se transforman<br />

en la apófisis espinosa.<br />

● La función <strong>de</strong> los pedículos, cilíndricos, huecos y <strong>de</strong><br />

pared engrosada, es transmitir fuerzas <strong>de</strong> curvatura y tensión<br />

entre el cuerpo vertebral, potencialmente muy móvil<br />

(componente anterior), y el componente posterior, con sus<br />

inserciones <strong>muscular</strong>es y brazos <strong>de</strong> palanca en proyección<br />

(apófisis transversas, apófisis espinosa, etc.).<br />

● Bogduk (1997) observa que es significativo que todos<br />

los <strong>músculos</strong> que actúan directamente sobre las vértebras<br />

lumbares halen hacia abajo, obligando a transmitir las fuerzas<br />

al cuerpo vertebral a través <strong>de</strong> los pedículos.<br />

● Proyectándose lateralmente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la unión <strong>de</strong> los pedículos<br />

y las láminas se encuentran las apófisis transversas;<br />

proyectándose <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la superficie inferior <strong>de</strong> cada apófisis<br />

transversa, cercana al pedículo, se halla la apófisis accesoria.<br />

Superior y medial respecto a la apófisis accesoria, se<strong>para</strong>da<br />

<strong>de</strong> ella por una muesca, se encuentra la apófisis mamilar («similar<br />

a un pezón»).<br />

● Proyectándose posteriormente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la unión <strong>de</strong> las<br />

láminas se encuentra la apófisis espinosa. Las láminas parecen<br />

actuar estabilizando estructuras que absorben o transfieren<br />

fuerzas impuestas a la apófisis espinosa y las articulares<br />

inferiores.<br />

● Entre las apófisis articulares superiores e inferiores se<br />

halla la pars interarticularis, la porción <strong>de</strong> las láminas encargada<br />

<strong>de</strong> la transferencia <strong>de</strong> tensiones orientadas <strong>de</strong> forma<br />

horizontal y vertical. Si ella no se a<strong>de</strong>cúa a las fuerzas que se<br />

le imponen, pue<strong>de</strong>n tener lugar fracturas tensionales.<br />

● Las apófisis transversas, espinosa y accesorias proporcionan<br />

todas anclaje <strong>para</strong> inserciones <strong>muscular</strong>es. Cuanto<br />

más gran<strong>de</strong>s y prolongadas sean las apófisis involucradas,<br />

mayor será el grado <strong>de</strong> palanca potencial <strong>de</strong> que dispondrá<br />

el músculo fijado sobre los componentes posteriores <strong>de</strong> la<br />

columna. Algunas fibras <strong>de</strong>l psoas y los pilares diafragmáticos<br />

constituyen las únicas inserciones <strong>muscular</strong>es significativas<br />

<strong>de</strong> los cuerpos vertebrales; algunos autores no consi<strong>de</strong>ran<br />

que ejerzan una acción primordial sobre los segmentos a<br />

los cuales se fijan (Bogduk, 1997), en tanto otros (Kapandji,<br />

1974; Platzer, 1992; Rothstein et al. 1991; Travell y Simons,<br />

1992) mantienen opiniones diversas en cuanto al movimiento<br />

<strong>de</strong> la columna lumbar (véase la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong>l psoas en<br />

la pág. 290).<br />

● Hacia abajo y lateralmente respecto a las láminas se<br />

encuentran estructuras especializadas similares a ganchos<br />

conocidas como apófisis articulares inferiores, que se articulan<br />

con las apófisis articulares superiores <strong>de</strong> la vértebra que<br />

se encuentra por <strong>de</strong>bajo, proyectándose hacia arriba a partir<br />

<strong>de</strong> la unión <strong>de</strong> los pedículos y las láminas. Las articulaciones<br />

sinoviales que así se forman proporcionan un excelente mecanismo<br />

<strong>de</strong> traba, que ayuda a impedir la rotación excesiva y<br />

el movimiento <strong>de</strong> traslación anterior (<strong>de</strong>slizamiento) <strong>de</strong> un<br />

segmento sobre otro.<br />

● Sobre las superficies mediales <strong>de</strong> las dos apófisis articulares<br />

superiores hay superficies lisas, cubiertas con cartílago,<br />

como sobre las superficies laterales <strong>de</strong> las dos apófisis ar-<br />

ticulares inferiores. Se trata <strong>de</strong> las facetas (carillas) articulares<br />

<strong>de</strong> estas apófisis articulares, que constituyen las articulaciones<br />

cigapofisarias («facetarias»).<br />

● El diseño arquitectónico <strong>de</strong> los cuerpos vertebrales es<br />

tal que pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>slizarse en todas direcciones sobre las placas<br />

terminales <strong>de</strong> las otras. Como dice Bogduk (1997): «No<br />

hay ganchos, protuberancias o crestas que en los cuerpos<br />

vertebrales impidan los movimientos <strong>de</strong> <strong>de</strong>slizamiento o torsión<br />

entre ellas. Al faltar estos rasgos, los cuerpos vertebrales<br />

son totalmente <strong>de</strong>pendientes <strong>de</strong> otras estructuras <strong>para</strong> su estabilidad<br />

en el plano horizontal, siendo las principales entre<br />

ellas los componentes posteriores <strong>de</strong> las vértebras», es <strong>de</strong>cir,<br />

las láminas, las apófisis articulares y espinosa y, en menor<br />

grado, las fibras anulares <strong>de</strong>l disco y los ligamentos <strong>de</strong> cada<br />

segmento.<br />

● Los elementos posteriores compren<strong>de</strong>n colectivamente<br />

una masa <strong>de</strong>sigual <strong>de</strong> hueso, que se caracteriza por presentar<br />

diversas proyecciones que controlan las múltiples fuerzas<br />

impuestas a las vértebras.<br />

Algunas características clave <strong>de</strong> las cinco vértebras lumbares<br />

son las siguientes (Bogduk, 1997; Anatomía <strong>de</strong> Gray,<br />

1995; Lee, 1999; Ward, 1997):<br />

● Las vértebras lumbares son <strong>de</strong> tamaño relativamente<br />

gran<strong>de</strong> en com<strong>para</strong>ción con las vértebras torácicas.<br />

● El cuerpo vertebral <strong>de</strong> L5 es amplio en sentido transversal<br />

y profundo hacia <strong>de</strong>lante y en sentido vertical (contribuyendo<br />

así al ángulo sacrovertebral).<br />

● Las facetas costales y los agujeros transversos están ausentes,<br />

presentándose en cambio en las vértebras que están<br />

por arriba <strong>de</strong> la región lumbar.<br />

● Las apófisis transversas protruyen <strong>de</strong> forma prácticamente<br />

horizontal.<br />

● Las facetas articulares superiores presentan una angulación<br />

posteromedial.<br />

● Las facetas articulares inferiores presentan una angulación<br />

anterolateral.<br />

● La 5ª vértebra lumbar, en sí misma muy gran<strong>de</strong>, presenta<br />

apófisis transversas «masivas» (Anatomía <strong>de</strong> Gray, 1995)<br />

en com<strong>para</strong>ción con las otras vértebras lumbares, en las que<br />

las apófisis transversas son largas y <strong>de</strong>lgadas.<br />

● Las apófisis transversas lumbares aumentan su longitud<br />

<strong>de</strong> la 1ª a la 3ª y luego se acortan.<br />

Las articulaciones intervertebrales<br />

Entre dos vértebras lumbares cualesquiera hay tres articulaciones:<br />

● La articulación <strong>de</strong>l disco intervertebral («articulación<br />

intercuerpos», en verdad una sínfisis o anfiartrosis).<br />

● Dos articulaciones cigapofisarias (izquierda y <strong>de</strong>recha),<br />

que <strong>de</strong>scansan entre las apófisis articulares inferior y<br />

superior, comúnmente conocidas como articulaciones «facetarias».<br />

La articulación discal intervertebral (ver asimismo<br />

Volumen 1, Figuras 11.2 y 11.5)<br />

● Las tres características <strong>de</strong>l disco intervertebral son su<br />

anillo fibroso periférico, el núcleo pulposo central y las pla-


148 APLICACIÓN CLÍNICA DE LAS TÉCNICAS NEUROMUSCULARES II


Cuadro 7.1. Resumen <strong>de</strong> temas <strong>de</strong> rehabilitación y colaboración <strong>de</strong>scritos en el Volumen 1, Capítulo 8. (Continuación)<br />

● Ayudar a la persona a <strong>de</strong>sarrollar una actitud positiva respecto<br />

a la ejercitación y el control personal <strong>de</strong> la salud.<br />

● Ayudar a la persona a <strong>de</strong>sarrollar un programa secuencial <strong>de</strong><br />

activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>stinadas a reducir los efectos <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>sacondicionamiento físico.<br />

● Ayudar a la persona a <strong>de</strong>sarrollar estrategias <strong>de</strong> control que<br />

puedan continuarse y expandirse una vez que haya finalizado el<br />

contacto con el equipo <strong>de</strong> tratamiento <strong>de</strong>l dolor o los responsables<br />

<strong>de</strong> la atención <strong>de</strong> la salud.<br />

Obstáculos en el progreso <strong>de</strong>l control <strong>de</strong>l dolor (Gil et al. 1988;<br />

Keefe et al. 1996)<br />

● Los temas <strong>de</strong> litigio y compensaciones, que pue<strong>de</strong>n actuar<br />

como disuasores <strong>de</strong> la colaboración.<br />

● Percepciones distorsionadas acerca <strong>de</strong> la naturaleza <strong>de</strong>l<br />

problema.<br />

● Creencias basadas en diagnósticos anteriores y fracasos<br />

terapéuticos.<br />

● Falta <strong>de</strong> esperanzas, creada por los profesionales cuyos<br />

pronósticos fueron limitantes.<br />

● Creencias disfuncionales acerca <strong>de</strong>l dolor y la actividad.<br />

● Expectativas negativas acerca <strong>de</strong>l futuro.<br />

● Depresión y ansiedad.<br />

● Falta <strong>de</strong> conciencia <strong>de</strong> las potencialida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> (auto)control<br />

sobre el proceso.<br />

● Posibilidad <strong>de</strong> beneficios secundarios.<br />

Educación <strong>para</strong> el bienestar (Vlaeyen et al. 1996)<br />

La educación inicial en el control <strong>de</strong>l dolor <strong>de</strong>be brindar a la<br />

persona una información tal que le ayu<strong>de</strong> a tomar una <strong>de</strong>cisión<br />

fundada acerca <strong>de</strong> la participación en un programa. Éste <strong>de</strong>be<br />

ofrecer a las personas una fundamentación creíble <strong>para</strong> involucrarse<br />

en el tratamiento <strong>de</strong>l problema, así como información referida a:<br />

● La entidad clínica propiamente dicha.<br />

● Una orientación sencilla acerca <strong>de</strong> la fisiología <strong>de</strong>l dolor.<br />

● La ruptura <strong>de</strong> la asociación entre «dolor» y «perjuicio».<br />

● Influencias ergonómicas sobre el dolor, lo que incluye<br />

educación y asesoramiento específicos.<br />

● Los efectos <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sacondicionamiento y los beneficios <strong>de</strong>l<br />

ejercicio y un estilo <strong>de</strong> vida saludable.<br />

Establecimiento <strong>de</strong> metas y pautas<br />

(Bucklew, 1994; Gil et al. 1988)<br />

Las metas <strong>de</strong> la rehabilitación pue<strong>de</strong>n clasificarse según tres<br />

campos diferentes:<br />

1. Físico. Número <strong>de</strong> ejercicios a realizar o duración <strong>de</strong>l ejercicio y<br />

nivel <strong>de</strong> dificultad.<br />

2. Funcional. Se relaciona con la ejecución <strong>de</strong> tareas funcionales<br />

en la vida cotidiana.<br />

3. Social. Se establecen metas relacionadas con el <strong>de</strong>sempeño<br />

<strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s en el entorno social más amplio. Las metas<br />

<strong>de</strong>ben ser personalmente pertinentes, interesantes, mensurables y,<br />

sobre todo, posibles <strong>de</strong> lograr.<br />

Rehabilitación <strong>de</strong>l dolor lumbar<br />

Respecto a la rehabilitación <strong>de</strong> la disfunción musculoesquelética<br />

dolorosa sostiene Liebenson (1996):<br />

Las secuencias básicas <strong>para</strong> facilitar «un suave vínculo» y mejorar<br />

el control motor incluyen lo siguiente:<br />

● Entrenar la toma <strong>de</strong> conciencia <strong>de</strong>l control postural (en<br />

articulaciones con un espectro <strong>de</strong> movimiento neutro) durante las<br />

activida<strong>de</strong>s.<br />

● Prescribir ejercicios <strong>para</strong> principiantes («no pensantes»).<br />

● Facilitar la actividad automática en los <strong>músculos</strong> «intrínsecos»<br />

por medio <strong>de</strong> la estimulación refleja.<br />

● Avanzar hacia ejercicios más complicados (es <strong>de</strong>cir, superficies<br />

lábiles, ejercicios <strong>de</strong> cuerpo entero).<br />

ESTRATEGIAS DE AUTOAYUDA 167<br />

● Efectuar la transición hacia ejercicios específicos <strong>de</strong> la<br />

actividad.<br />

● Efectuar la transición hacia opciones <strong>de</strong> ejercicios realizados en<br />

grupos con <strong>de</strong>terminados problemas <strong>de</strong> salud.<br />

Acuerdo<br />

La colaboración, la adhesión y la participación son<br />

extremadamente pobres en lo que concierne a los programas <strong>de</strong><br />

ejercicios (así como a otros programas <strong>de</strong> <strong>autoayuda</strong> <strong>para</strong> mejorar<br />

la salud), aun cuando los individuos sientan que el esfuerzo estaba<br />

produciendo beneficios. La investigación indica que la mayoría <strong>de</strong><br />

los programas <strong>de</strong> rehabilitación informan <strong>de</strong> una reducción en la<br />

participación en los ejercicios (Lewthwaite, 1990; Prochaska y<br />

Marcus, 1994). Wigers et al. (1996) hallaron durante el seguimiento<br />

que el 73% <strong>de</strong> los pacientes no continuaron con un programa <strong>de</strong><br />

ejercicios, aunque el 83% pensaba que le hubiese ido mejor <strong>de</strong><br />

continuar. La participación en los ejercicios es más probable cuando<br />

los individuos los encuentran interesantes y gratificantes.<br />

La investigación <strong>de</strong> la participación <strong>de</strong>l paciente en su programa <strong>de</strong><br />

recuperación en casos <strong>de</strong> fibromialgia ha <strong>de</strong>tectado que un elemento<br />

clave es que cualquier cosa que se aconseje (ejercicios,<br />

autotratamiento, cambios en la dieta, etc.) <strong>de</strong>be tener lógica <strong>para</strong> el<br />

individuo, en sus propios términos, y que esto requiere la<br />

consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> factores culturales, étnicos y educativos (Burckhardt,<br />

1994; Martin, 1996). En general, la mayor parte <strong>de</strong> los expertos, entre<br />

ellos Lewit (1992), Liebenson (1996) y Le<strong>de</strong>rman (1997), resaltaba la<br />

necesidad (en el tratamiento y la rehabilitación <strong>de</strong> la disfunción) <strong>de</strong><br />

pasar tan rápidamente como sea posible <strong>de</strong> métodos pasivos<br />

(controlados por un operador) a métodos activos (controlados por el<br />

paciente). El ritmo en que esto suceda <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> en gran parte <strong>de</strong>l<br />

grado <strong>de</strong> progreso, la reducción <strong>de</strong>l dolor y la mejoría funcional.<br />

Debe estimularse en las personas que presten atención a sus<br />

propios cuerpos y nunca hagan más <strong>de</strong> lo que sientan que es<br />

apropiado, <strong>para</strong> evitar gran<strong>de</strong>s retrocesos en su avance, al exce<strong>de</strong>r<br />

sus capacida<strong>de</strong>s actuales.<br />

Las rutinas y los métodos (a poner en práctica en el hogar) <strong>de</strong>ben<br />

explicarse utilizando términos que la persona y su(s) cuidador(es)<br />

entiendan. Notas escritas o impresas, sobre todo con ilustraciones,<br />

ayudan mucho a apoyar y estimular la colaboración con las<br />

estrategias acordadas, en particular si se incluyen en el lenguaje<br />

simple ejemplos <strong>de</strong> experiencias exitosas como mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> un<br />

potencial beneficio. La información ofrecida –oral o escrita– <strong>de</strong>be<br />

anticipar las respuestas a preguntas tales como:<br />

● ¿Por qué se sugiere esto?<br />

● ¿Con qué frecuencia, cuánto?<br />

● ¿Cómo me ayudará?<br />

● ¿Qué evi<strong>de</strong>ncias hay <strong>de</strong> su beneficio?<br />

● ¿Qué reacciones podrían esperarse?<br />

● ¿Qué <strong>de</strong>bo hacer en caso <strong>de</strong> haber una reacción?<br />

● ¿Puedo llamarle o contactar con usted si no me siento bien<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> los ejercicios (u otros tratamientos autoaplicados)?<br />

Es útil explicar que todo tratamiento <strong>de</strong>manda una respuesta (o<br />

respuestas varias) <strong>de</strong> parte <strong>de</strong>l cuerpo, y que una «reacción» (algo<br />

que «se siente diferente») es normal y esperable y no<br />

necesariamente será causa <strong>de</strong> alarma, pese a lo cual está bien<br />

contactar <strong>para</strong> asegurarse.<br />

Pue<strong>de</strong> ser útil recordar que los síntomas no siempre son malos y<br />

que el cambio <strong>de</strong> la dolencia hacia la normalidad pue<strong>de</strong> tener lugar<br />

<strong>de</strong> manera fluctuante, con pequeños contratiempos en el camino.<br />

Pue<strong>de</strong> ser útil explicar, en términos llanos, que existen muchos<br />

estresores que se están enfrentando y que es más probable que el<br />

progreso aparezca cuando se alivie una parte <strong>de</strong> la «carga», en<br />

especial si están funcionando mejor <strong>de</strong>terminadas funciones<br />

(digestión, respiración, circulación, etc.).<br />

También será útil una comprensión básica <strong>de</strong> la homeostasis («los<br />

huesos rotos se arreglan, las heridas cicatrizan, los enfriamientos<br />

mejoran, todos ejemplos <strong>de</strong> cómo su cuerpo siempre trata <strong>de</strong><br />

curarse»), poniendo particular énfasis en la explicación <strong>de</strong> los<br />

procesos que operan en la afección <strong>de</strong>l paciente.


122 APLICACIÓN CLÍNICA DE LAS TÉCNICAS NEUROMUSCULARES II<br />

Cuadro 4.5. Sueño, respiración nasal y dolor <strong>de</strong> espaldas<br />

La respiración nasal es una parte <strong>de</strong>l funcionamiento normal<br />

durante el sueño. El aire que pasa a los pulmones por vía nasal es<br />

hume<strong>de</strong>cido, calentado y limpiado. Al pasar a través <strong>de</strong> la mucosa<br />

nasal protectora, con su selva <strong>de</strong> cilios y su red linfática, arterial y<br />

venosa, hacia los pulmones, el aire es controlado por receptores<br />

neurales extremadamente sensibles. Barelli lo resume así (1994):<br />

El sistema nervioso autónomo y el control anatómico <strong>de</strong> la<br />

mucosa nasal promueven respuestas colinérgicas reflejas cuando se<br />

los pone en contacto con bacterias o estímulos químicos, que<br />

ejercen influencia sobre el movimiento y las secreciones producidas<br />

en la mucosa por su actividad ciliar.<br />

Se ha <strong>de</strong>mostrado que existen reflejos nasales en relación con<br />

muchas partes <strong>de</strong>l encéfalo y <strong>de</strong> la médula espinal, que conectan<br />

con prácticamente todas las estructuras inervadas por los pares<br />

craneales y los nervios cervicales (Mitchell, 1964). Barelli cita<br />

conexiones nasales reflejas con oídos, faringe, laringe, corazón,<br />

pulmones, diafragma, órganos abdominales y la irrigación sanguínea<br />

periférica. Cottle (1980) <strong>de</strong>mostró que el estrechamiento o bloqueo<br />

nasal unilateral pue<strong>de</strong> reducir la excursión diafragmática <strong>de</strong>l mismo<br />

lado en hasta 5 cm.<br />

Estas influencias nasales, brevemente resumidas aquí y a<br />

menudo pasadas por alto, impactan en las posiciones <strong>de</strong> sueño y el<br />

dolor lumbar <strong>de</strong> los sujetos <strong>de</strong> forma ciertamente sorpren<strong>de</strong>nte.<br />

Barelli (1994) señala que el funcionamiento nasal afecta <strong>de</strong> modo<br />

directo el posicionamiento corporal:<br />

● En <strong>de</strong>cúbito lateral, los cornetes inferiores se congestionan y la<br />

luz nasal se cierra.<br />

● Esto conduce durante el sueño a una respiración unilateral.<br />

● Después <strong>de</strong> cierto período da inicio un movimiento <strong>de</strong> la<br />

cabeza <strong>para</strong> <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nar un giro corporal, asegurando así que la<br />

otra narina tendrá la oportunidad <strong>de</strong> funcionar. «Una nariz que<br />

funcione mal pue<strong>de</strong> hacer que el cuerpo y la cabeza permanezcan<br />

en una posición, causando en ocasiones síntomas tales como dolor<br />

bros <strong>de</strong> bandas). Dentro <strong>de</strong>l marco <strong>de</strong> las <strong>de</strong>mandas posturales<br />

<strong>de</strong> un instrumento en particular, existen variaciones.<br />

Así por ejemplo, un ejecutante <strong>de</strong> piano pue<strong>de</strong> estar sentado<br />

<strong>de</strong> modo apropiado, coordinando la altura <strong>de</strong>l taburete, la<br />

distancia hasta el instrumento y el tamaño y la forma corporales<br />

como <strong>para</strong> producir una tensión mínima. En cambio,<br />

otros intérpretes adoptan en la parte superior <strong>de</strong>l cuerpo<br />

una postura plegada y redon<strong>de</strong>ada que aproxima<br />

mucho el rostro <strong>de</strong>l ejecutante al teclado; otros se inclinan<br />

hacia atrás y estiran los brazos, con «la pelvis inclinada ha-<br />

lumbar, embotamiento, calambres y <strong>de</strong>ficiencias circulatorias.»<br />

(Davies et al. 1989) Si hay disfunción, nasal no es sorpren<strong>de</strong>nte que<br />

la consecuencia sea una disfunción <strong>de</strong>l sueño.<br />

● Barelli llega a la apocalíptica conclusión <strong>de</strong> que «La calidad <strong>de</strong>l<br />

sueño, la calidad <strong>de</strong> la respiración y la calidad <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n<br />

todas <strong>de</strong> un funcionamiento nasal a<strong>de</strong>cuado».<br />

Entre los factores que podrían ejercer un impacto negativo sobre<br />

el funcionamiento nasal hay características bioquímicas como las<br />

infecciones, las alergias y/o las intolerancias (a sustancias inhaladas<br />

o ingeridas). La sensibilidad a las sustancias ambientales se verá<br />

agravada por niveles <strong>de</strong> histamina circulante superiores a los<br />

usuales; en sí mismos, éstos pue<strong>de</strong>n ser resultado <strong>de</strong> patrones<br />

respiratorios alterados (como una hiperventilación), a su vez<br />

provenientes <strong>de</strong> causas emocionales, entre ellas la ansiedad<br />

(Timmons, 1994).<br />

Las obstrucciones bioquímicas que implican el etmoi<strong>de</strong>s, el<br />

vómer u otras estructuras nasales también pue<strong>de</strong>n provocar<br />

disfunción nasal y todas sus consecuencias. Puesto que las<br />

secreciones podrían estar modificadas en áreas finales asociadas<br />

con actividad <strong>de</strong> puntos gatillo (Simons et al. 1999), aquellos que se<br />

encuentren por ejemplo en los <strong>músculos</strong> temporal, masetero o<br />

esternocleidomastoi<strong>de</strong>o podrían alterar efectivamente el estado <strong>de</strong><br />

la congestión nasal, ejerciendo una profunda influencia, como indica<br />

Barelli.<br />

Estos conceptos ayudan a subrayar las interrelaciones<br />

conceptuales y prácticas entre los factores biomecánicos,<br />

bioquímicos y emocionales en la producción <strong>de</strong> la enfermedad, tal<br />

como se <strong>de</strong>scribe con mayor amplitud en el Volumen 1.<br />

Otra i<strong>de</strong>a surgida <strong>de</strong> este breve comentario sobre el<br />

funcionamiento nasal es que las influencias bioquímicas<br />

provenientes <strong>de</strong> las sustancias aromáticas podrían brindar profundo<br />

beneficio terapéutico por razones fisiológicas firmes, según han<br />

proclamado los aromaterapeutas hace largo tiempo.<br />

cia atrás, la curvatura lumbar en<strong>de</strong>rezada y la torácica<br />

aumentada, como en una cifosis resultante <strong>de</strong> la edad»<br />

(Kapandji, 2000) (Figura 4.28).<br />

En los casos en que la asimetría es parte <strong>de</strong> la ejecución <strong>de</strong><br />

un instrumento, como en la guitarra, los riesgos <strong>de</strong> adquisición<br />

<strong>de</strong> patrones tensionales adicionales son mayores. En el<br />

guitarrista diestro, el hombro izquierdo está dirigido hacia<br />

abajo y el <strong>de</strong>recho hacia arriba, en tanto la pelvis se encuentra<br />

inclinada a la <strong>de</strong>recha <strong>para</strong> acomodar lo anterior, creando<br />

una marcada escoliosis (Figura 4.29).<br />

Figura 4.28. Tensión postural en relación con la ejecución <strong>de</strong> piano (según Kapandji, 2000).


limitación funcional <strong>de</strong> la ver Hallux limitus<br />

funcional<br />

rígida (hallux rigidus), 528<br />

Articulaciones tarsometatarsianas (TMT), 519,<br />

523<br />

Articular<br />

elecciones terapéuticas, 188-191<br />

hipermovilidad, 185-186, 327-328<br />

juego<br />

<strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra, 402-404<br />

<strong>de</strong> la rodilla, 474, 475<br />

en las articulaciones <strong>de</strong>l tobillo y<br />

subastragalina, 511-513<br />

proximal <strong>de</strong> la articulación tibioperónea,<br />

500-501<br />

movilización/manipulación, 189<br />

pruebas <strong>de</strong> movilidad/estabilidad, 184<br />

reemplazo (artroplastía)<br />

<strong>de</strong> ca<strong>de</strong>ra, 407, 408, 409<br />

<strong>de</strong> rodilla, 462, 470<br />

restricción<br />

e hipermovilidad compensatoria, 327<br />

movilización con movimiento, 210<br />

secuencia terapéutica, 250<br />

TEM en la, 203<br />

y problemas <strong>de</strong> tejidos blandos, 190<br />

técnicas <strong>de</strong> <strong>de</strong>sestabilización, 189<br />

Artritis, 88, 151<br />

<strong>de</strong> la columna lumbar, 236<br />

ver también Artrosis<br />

Artrografía <strong>de</strong>l tobillo, 509<br />

Artroplastia, ver Rodilla, reemplazo <strong>de</strong><br />

articulación<br />

Artroscopia<br />

<strong>de</strong> la rodilla, 464<br />

<strong>de</strong>l tobillo, 510<br />

Asientos<br />

<strong>de</strong> avión, 104<br />

<strong>para</strong> conductores <strong>de</strong> automóviles, 101, 112<br />

y dispositivos <strong>de</strong> restricción <strong>para</strong> niños, 104,<br />

105<br />

ver también Sillas<br />

Asientos especiales <strong>para</strong> el pasajero infantil,<br />

104, 105<br />

Asimetría postural normal, 59-61, 66<br />

Asma, 156<br />

Aspartamo, 153, 155<br />

Astrágalo, 502, 506-507<br />

necrosis avascular, 519<br />

fracturas <strong>de</strong> cuello, 519<br />

lesión osteocondral <strong>de</strong> la cúpula, 519<br />

Ataxia, reentrenamiento <strong>de</strong>l equilibrio en la, 69<br />

Atletismo, 136-140<br />

Atrapamiento <strong>de</strong>l nervio anterior femoral<br />

lateral ver Meralgia parestésica<br />

Atrapamiento neural<br />

calzado y, 109<br />

metatarsalgia, 527<br />

nervio peróneo común (ciático poplíteo<br />

externo), 109, 501, 546<br />

por el piriforme, 313, 314, 319, 370-371<br />

ver también Meralgia parestésica<br />

Automóviles, 101-104<br />

acci<strong>de</strong>ntes ver Acci<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> tráfico<br />

cinturones <strong>de</strong> seguridad y bolsas <strong>de</strong><br />

seguridad (airbags), 102<br />

dispositivos <strong>de</strong> restricción <strong>para</strong> niños, 104,<br />

105<br />

factores <strong>de</strong> riesgo, 101-102<br />

factores vibracionales, 101<br />

Azúcar ver Glucosa<br />

Bacterias, prevención <strong>de</strong> la transmisión <strong>de</strong>, 365,<br />

382, 427<br />

Bailarines <strong>de</strong> ballet, 142<br />

Bailarines <strong>de</strong> breakdance, 142<br />

Balanceo metatarsiano, 76, 77<br />

Baldry<br />

problemas <strong>de</strong> ca<strong>de</strong>ra, 407-4119<br />

reflejos somatoviscerales, 278<br />

Tracto iliotibial (BIT), 358, 422, 457, 482<br />

en la marcha, 78, 317<br />

prueba <strong>de</strong> <strong>de</strong>sviación pivotante, 476<br />

síndrome friccional <strong>de</strong> la, 358<br />

tratamiento <strong>de</strong> la, 359-360, 422, 423<br />

Banda iliotrocantérea, 394<br />

Bandas tensionales, 21, 198<br />

Baño neutro (calor corporal), 173<br />

Barlow, el acto <strong>de</strong> sentarse, 113-116<br />

Barorreceptores, 63<br />

Barras presoras, 202<br />

en el pie, 558, 565<br />

en la pierna, 538, 539, 550, 554, 555<br />

en la región lumbar, 274, 275<br />

en la región lumbosacra, 376, 378<br />

Barreras en la TEM, 202, 203<br />

Base (<strong>de</strong> apoyo)<br />

<strong>de</strong> los trabajadores corporales, 96<br />

ancho en el análisis <strong>de</strong> la marcha, 81<br />

Baloncesto, 147<br />

Baycroft, disfunción femororrotuliana <strong>de</strong>, 467<br />

Béisbol, 137, 146<br />

Bíceps femoral, 432-433, 434, 489-490, 499<br />

articulación sacroilíaca y, 313, 315<br />

en la marcha, 77-78, 79, 317<br />

ligamento sacrotuberoso y, 379<br />

notas especiales, 491<br />

tendón <strong>de</strong>l, 491<br />

TLP <strong>para</strong> el, 491<br />

ver también Músculos isquiocrurales<br />

Bicicleta, 146-147<br />

Billeteras, 110<br />

Bisagra metatarsiana oblicua (eje MTF), 526<br />

Bland, Jeffrey, 159-160<br />

Bloqueo en el plano sagital, 82<br />

BodyCushions, 99, 111<br />

Bogduk<br />

fascia toracolumbar, 248-249<br />

terminología relacionada con las<br />

articulaciones facetarias, 225<br />

Bolsas pesadas, 110<br />

Bombeo venoso, 533-534<br />

Bóveda plantar, 524-525<br />

Bradicinina, 21<br />

Brazos<br />

com<strong>para</strong>ción <strong>de</strong> la longitud aparente <strong>de</strong> los,<br />

294<br />

distancia al torso, 44<br />

en el análisis <strong>de</strong> la marcha, 82, 83<br />

postura, 44<br />

propiamente dicho<br />

bandas elásticas, 110<br />

cortos, 55, 111<br />

Bromelaína, 138, 151<br />

Brügger, posición <strong>de</strong> alivio <strong>de</strong>, 117, 118, 172<br />

Bolsa anserina, 489<br />

Bolsa <strong>de</strong>l poplíteo, 492<br />

Bolsa gluteofemoral, 364, 426<br />

Bolsa ilíaca subtendinosa, 292<br />

Bolsa iliopectínea, 292<br />

Bolsa isquiática, 364, 426<br />

Bolsa prerrotuliana, 454<br />

Bolsa suprarrotuliana, 453-454<br />

ÍNDICE ALFABÉTICO 583<br />

Bolsa trocantérea, 364, 366, 424—425, 426<br />

Bolsas<br />

<strong>de</strong>l tendón calcáneo, 534<br />

<strong>de</strong> la región <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra, 392, 411, 424-425,<br />

426, 430<br />

<strong>de</strong> la región <strong>de</strong> la rodilla, 453, 454<br />

<strong>de</strong> la región pélvica, 292, 364, 366<br />

Bolsas infrarrotulianas, 454<br />

Bursitis<br />

calcánea inferior, 516<br />

<strong>de</strong>l tendón calcáneo, 516, 517, 538<br />

<strong>de</strong> la rodilla, 463, 468<br />

infrarrotuliana, 468<br />

pseudotrocantérea, 358<br />

Cabeza<br />

inclinación <strong>de</strong> la, 42, 46, 82<br />

postura <strong>de</strong> la<br />

al dormir en aviones, 105<br />

al sentarse, 115<br />

en el análisis <strong>de</strong> la marcha, 82, 83<br />

en la disfunción <strong>de</strong> la ATM, 61<br />

evaluación <strong>de</strong> la, 42, 46, 49<br />

y trabajadores corporales, 97<br />

Ca<strong>de</strong>nas <strong>de</strong> puntos gatillo, 26<br />

Ca<strong>de</strong>nas fasciales, 4, 265<br />

Ca<strong>de</strong>nas miofasciales, 4<br />

técnicas <strong>de</strong> liberación ligamentaria<br />

miofascial, 480-481<br />

Ca<strong>de</strong>ncia, 81<br />

Cafeína, 158-159<br />

Calcáneo, 505, 506<br />

epifisitis <strong>de</strong>l (enfermedad <strong>de</strong> Sever), 131,<br />

132, 133, 516<br />

fractura <strong>de</strong>l, 518<br />

Calcetines, 110<br />

Calcio, 162<br />

en el metabolismo óseo, 161<br />

en la formación <strong>de</strong> puntos gatillo, 19<br />

Callos, 528<br />

Calzado ver Zapatos<br />

Camas <strong>de</strong> agua, 120<br />

Cambios <strong>de</strong>l estilo <strong>de</strong> vida, 194-195<br />

Conducto sacro, 307, 308<br />

Cáncer <strong>de</strong> mama, 111<br />

Cáncer, 150<br />

Capsulitis, 6<br />

Cardo <strong>de</strong> María, cardo lechero, 160<br />

Carga, 4<br />

respuesta hística a la, 4-5, 209<br />

Catecolaminas, 195<br />

Cauda equina, 222, 308<br />

síndrome <strong>de</strong> la, 232<br />

Cefaleas <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> lesiones por AT, 102, 103<br />

Cejas, observación y evaluación, 41, 42<br />

Centro <strong>de</strong> gravedad, 81<br />

en los trabajadores corporales, 97<br />

Cervical transverso, 264<br />

Chaitow, Boris, 198<br />

hidroterapia, 201<br />

TINI, 208<br />

Chapman, reflejos neurolinfáticos <strong>de</strong>, 278<br />

Ciática, 236-247, 371<br />

Cicatrices quirúrgicas abdominales, 277-278<br />

Ciclo <strong>de</strong> cruzamiento, 465<br />

«Ciclo <strong>de</strong> dolor – espasmo – dolor», 16, 139<br />

Ciclo <strong>de</strong> la marcha, 73-76<br />

divisiones <strong>de</strong>l, 74, 75-76<br />

lazos e influencias musculoligamentarios en<br />

el, 77-78, 79, 315-316, 317<br />

Cifosis, 46, 247


188 APLICACIÓN CLÍNICA DE LAS TÉCNICAS NEUROMUSCULARES II<br />

Cuando los síntomas estén en su peor punto, pue<strong>de</strong>n ser<br />

apropiadas intervenciones simples, dando tiempo a que el<br />

cuerpo-mente las procese y maneje.<br />

También podrá ser útil consi<strong>de</strong>rar, en los estadios iniciales<br />

y durante períodos en que los síntomas recru<strong>de</strong>cen, enfoques<br />

constitucionales generales, <strong>para</strong> todo el cuerpo (cambios en<br />

la dieta, hidroterapia, masaje <strong>de</strong> «bienestar» inespecífico, métodos<br />

<strong>de</strong> relajación, etc.), más que intervenciones específicas.<br />

En el mejor <strong>de</strong> los casos, la recuperación <strong>de</strong> un SFM es lenta, y<br />

es fácil empeorar las cosas mediante intervenciones hiperentusiastas<br />

e inapropiadas. Se requiere paciencia, tanto por parte<br />

<strong>de</strong>l profesional <strong>de</strong> la salud como <strong>de</strong>l paciente, evitando<br />

falsas esperanzas y aplicando métodos terapéuticos y educacionales<br />

que no empeoren la situación y ofrezcan tranquilidad<br />

y la mejor posibilidad <strong>de</strong> mejoría.<br />

I<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> los patrones <strong>de</strong> uso<br />

● Postura y patrones <strong>de</strong> uso en posición <strong>de</strong> pie, marcha,<br />

posición se<strong>de</strong>nte y activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la vida diaria.<br />

● Evaluación <strong>de</strong>l patrón respiratorio.<br />

Evaluación <strong>de</strong> la disfunción<br />

musculoesquelética en su totalidad<br />

● Movilidad vertebral y articular.<br />

● Evaluación secuencial e i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> <strong>músculos</strong><br />

posturales acortados, <strong>de</strong>terminadas mediante modificaciones<br />

observadas y palpadas, métodos <strong>de</strong> evaluación funcional,<br />

etc. (Greenman, 1996).<br />

● Desequilibrios neurológicos.<br />

● Evaluación secuencial <strong>de</strong> <strong>de</strong>bilidad y <strong>de</strong>sequilibrio en<br />

la musculatura fásica.<br />

● El tratamiento consecutivo <strong>de</strong> los <strong>músculos</strong> acortados<br />

mediante TEM o autoestiramiento permitirá recuperar la<br />

fuerza <strong>de</strong> los <strong>músculos</strong> antagonistas que han quedado inhibidos.<br />

Al mismo tiempo, pue<strong>de</strong> ser apropiado realizar un<br />

ejercicio <strong>de</strong> tonificación.<br />

I<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> la disfunción local<br />

● Examen extracorpóreo <strong>de</strong> las variaciones <strong>de</strong> temperatura<br />

(el frío podría sugerir isquemia, el calor podría indicar<br />

irritación/inflamación).<br />

● Evaluación <strong>de</strong> adherencias fasciales a tejidos subyacentes,<br />

indicando una disfunción más profunda.<br />

● Evaluación <strong>de</strong> las variaciones en la elasticidad cutánea<br />

local, indicando la pérdida <strong>de</strong> calidad elástica una zona hiperalgésica<br />

y una probable disfunción (por ejemplo, puntos<br />

gatillo) o patología más profundas.<br />

● Evaluación <strong>de</strong> las áreas con actividad refleja (puntos<br />

gatillo, etc.) por medio <strong>de</strong> palpación muy leve con un único<br />

<strong>de</strong>do, buscando el fenómeno <strong>de</strong> «arrastre» (Lewit, 1992).<br />

● Palpación según la TNM utilizando presión variable,<br />

que «encuentra y equi<strong>para</strong>» el tono hístico.<br />

● Evaluación funcional <strong>para</strong> evaluar la respuesta hística<br />

local a la <strong>de</strong>manda fisiológica normal, como en la evaluación<br />

funcional <strong>de</strong> la conducta <strong>muscular</strong> durante la abducción o<br />

extensión <strong>de</strong> ca<strong>de</strong>ra, como se <strong>de</strong>scribe en el Capítulo 11 (Janda,<br />

1988).<br />

Tratamiento <strong>de</strong> problemas locales (es <strong>de</strong>cir,<br />

puntos gatillo) y <strong>de</strong> todo el músculo<br />

● Los tejidos son mantenidos en el límite elástico <strong>para</strong> esperar<br />

la liberación fisiológica (estiramiento cutáneo, técnicas<br />

<strong>de</strong> liberación miofascial que incluyan métodos <strong>de</strong> flexión en<br />

«C» o «S» o abordajes <strong>de</strong> elongación directa, TNM suave,<br />

etc.).<br />

● Uso <strong>de</strong> métodos <strong>de</strong> liberación posicional; mantener los<br />

tejidos en posición «dinámica neutra» (técnica funcional <strong>de</strong><br />

esfuerzo/contraesfuerzo [ECE], técnica <strong>de</strong> induración, métodos<br />

<strong>de</strong> liberación fascial, etc.) (Jones, 1981).<br />

● <strong>Métodos</strong> <strong>de</strong> TEM <strong>para</strong> la disfunción local y <strong>de</strong> todo el<br />

músculo (variaciones <strong>de</strong> TEM aguda, crónica y pulsante [<strong>de</strong><br />

Ruddy], como se <strong>de</strong>scriben en el Capítulo 9).<br />

● Técnicas vibracionales (métodos articulares rítmicos/<strong>de</strong><br />

balanceo/oscilación; vibración mecánica o manual).<br />

● Desactivación <strong>de</strong> puntos gatillo miofasciales (si la<br />

sensibilidad lo permite) utilizando TINI u otros métodos<br />

(acupuntura, ultrasonidos, etc.) (Baldry, 1993).<br />

<strong>Métodos</strong> <strong>para</strong> todo el cuerpo<br />

● Masaje <strong>de</strong> bienestar y/o aromaterapia.<br />

● Hidroterapia.<br />

● Técnicas craneanas.<br />

● Tacto terapéutico.<br />

● Drenaje linfático.<br />

<strong>Métodos</strong> <strong>de</strong> reeducación/<br />

rehabilitación/<strong>autoayuda</strong><br />

● Posturales (Alexan<strong>de</strong>r, Aston, trabajo corporal estructural,<br />

etc.).<br />

● Reentrenamiento respiratorio (Chaitow et al., 2001;<br />

Garland, 1994).<br />

● Modificación cognitivo-conductual.<br />

● Entrenamiento aeróbico.<br />

● Estiramientos <strong>de</strong> tipo yoga, tai-chi.<br />

● <strong>Métodos</strong> <strong>de</strong> relajación profunda (entrenamiento autógeno,<br />

etc.).<br />

● Autotratamiento <strong>de</strong>l dolor (por ejemplo, ECE autoaplicado).<br />

● Nutrición sensata y equilibrio endocrino.<br />

QUÉ ELEGIR: ¿CENTRARSE EN LOS<br />

TEJIDOS BLANDOS O EN LAS<br />

ARTICULACIONES?<br />

Cuando en este libro usted se enfrente a una serie <strong>de</strong> <strong>de</strong>scripciones<br />

<strong>de</strong> modalida<strong>de</strong>s y procedimientos terapéuticos,<br />

sin duda se preguntará cuál <strong>de</strong>be elegir <strong>para</strong> el tratamiento<br />

<strong>de</strong> una afección en particular. Así por ejemplo, en las <strong>de</strong>scripciones<br />

presentadas en los Capítulos 10 y 11 acerca <strong>de</strong> la<br />

disfunción y el dolor en las zonas lumbar y sacroilíaca, se<br />

brindan varias estrategias <strong>para</strong> normalizar la región y/o la<br />

articulación restringida. Las preguntas siguientes guiarán las<br />

<strong>de</strong>cisiones referidas a los protocolos terapéuticos, manteniendo<br />

empero diversas posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> elección, según qué


● En el trocánter menor la única inserción es la <strong>de</strong>l psoasilíaco,<br />

extendiéndose el ilíaco a una corta distancia más allá<br />

<strong>de</strong> la diáfisis en sentido <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>nte.<br />

● El glúteo mayor se fija posteriormente a la tuberosidad<br />

glútea, que se continúa con la línea áspera.<br />

● Esta última proporciona fijaciones <strong>para</strong> el grupo <strong>de</strong> los<br />

aductores, el vasto interno, el vasto externo y la porción corta<br />

<strong>de</strong>l bíceps femoral, así como el tabique (septum) inter<strong>muscular</strong>.<br />

● Distalmente, en la cara posterolateral <strong>de</strong>l fémur, se fijan<br />

el gastrocnemio, el plantar <strong>de</strong>lgado y el poplíteo, así como<br />

el aductor mayor, que a su vez se fija al tubérculo <strong>de</strong> los<br />

aductores.<br />

Los cóndilos femorales<br />

El extremo distal <strong>de</strong>l fémur está diseñado <strong>para</strong> la transmisión<br />

<strong>de</strong> peso a la tibia mediante dos formidables cóndilos.<br />

Estos son convexos en los planos tanto frontal como sagital y<br />

se hallan limitados en toda su longitud por un surco en forma<br />

<strong>de</strong> montura que los une por <strong>de</strong>lante (surco patelar o rotuliano)<br />

y los se<strong>para</strong> por atrás (escotadura o fosa intercondílea).<br />

Anteriormente, estos cóndilos se fusionan con la<br />

diáfisis, unidos por la superficie patelar y continuados por<br />

ésta (como se <strong>de</strong>scribe en relación con la articulación femororrotuliana,<br />

pág. 460).<br />

Es posible com<strong>para</strong>r los cóndilos femorales interno (medial)<br />

y externo (lateral), que divergen en sentidos distal y<br />

posterior. Presentan las características que se mencionan a<br />

continuación (Platzer, 1992) (Figuras 13.3, 13.4 y 13.5). Ambos<br />

cóndilos femorales están cubiertos por cartílago articular.<br />

● El cóndilo interno es <strong>de</strong> ancho uniforme, en tanto el externo<br />

es más estrecho en el dorso que al frente.<br />

● El cóndilo interno se extien<strong>de</strong> más distalmente, oponiéndose<br />

a la posición oblicua <strong>de</strong> la diáfisis femoral, lo cual<br />

coloca los cóndilos «en el mismo plano horizontal pese a sus<br />

diferentes tamaños» (Platzer, 1992).<br />

● Ambos cóndilos están y sólo ligeramente curvados, casi<br />

por igual, en el plano transversal alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> un eje sagital.<br />

● En el plano sagital la curvatura aumenta posteriormente,<br />

produciendo hacia atrás un radio menor; esto coloca los<br />

puntos medios <strong>de</strong> la curva en una línea espiralada, dando por<br />

resultado «no uno sino innumerables ejes transversales, lo<br />

cual permite la típica flexión <strong>de</strong> la articulación <strong>de</strong> la rodilla,<br />

consistente en los movimientos <strong>de</strong> rodamiento y <strong>de</strong>slizamiento»<br />

(Platzer, 1992).<br />

● Una curvatura vertical adicional en el cóndilo interno<br />

(vista <strong>de</strong>s<strong>de</strong> abajo) permite un movimiento rotatorio durante<br />

la flexión.<br />

● La superficie articular <strong>de</strong>l cóndilo femoral externo (excluyendo<br />

la superficie rotuliana) es más corta que la <strong>de</strong>l cóndilo<br />

femoral interno.<br />

● Proximalmente respecto al cóndilo interno se encuentra<br />

el epicóndilo interno, que recibe el ligamento lateral interno<br />

(medial, tibial); en su bor<strong>de</strong> superior, el aductor mayor<br />

se fija a la tuberosidad correspondiente.<br />

● El ligamento lateral externo (lateral, peroneo) se fija al<br />

epicóndilo externo (por arriba <strong>de</strong>l cóndilo externo); la porción<br />

externa <strong>de</strong>l gastrocnemio se fija hacia atrás y superior a<br />

éste.<br />

LA RODILLA 447<br />

Fémur<br />

Cápsula<br />

articular<br />

Ligamento<br />

cruzado<br />

posterior<br />

Plica sinovial<br />

infrarrotuliana<br />

Plicas<br />

alares<br />

Rótula<br />

Tendón <strong>de</strong>l<br />

cuádriceps<br />

crural<br />

Figura 13.5. Vista distal <strong>de</strong> los cóndilos femorales (adaptado <strong>de</strong><br />

Anatomía <strong>de</strong> Gray, 1995).<br />

Fosa intercondílea<br />

Los dos cóndilos se hallan se<strong>para</strong>dos distalmente por la<br />

fosa intercondílea, un importante surco entre ambos cóndilos.<br />

Esta fosa es limitada anteriormente por el bor<strong>de</strong> distal <strong>de</strong><br />

la superficie rotuliana y posteriormente por la línea intercondílea,<br />

que la se<strong>para</strong> <strong>de</strong> la superficie poplítea <strong>de</strong>l fémur. El ligamento<br />

capsular, el ligamento poplíteo oblicuo y la plica<br />

sinovial infrarrotuliana se fijan todos a la línea intercondílea,<br />

en la superficie posterior <strong>de</strong>l fémur. La fosa intercondílea se<br />

encuentra <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la cápsula articular, pero <strong>de</strong>bido a la estructura<br />

<strong>de</strong> la membrana sinovial es en gran parte extrasinovial<br />

y extraarticular, como los ligamentos cruzados que se<br />

presentan en esta región (ver la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> los ligamentos<br />

a continuación <strong>de</strong> esta sección).<br />

● En la superficie medial <strong>de</strong>l cóndilo externo, que constituye<br />

la pared externa <strong>de</strong> la fosa, se halla el suave punto <strong>de</strong> fijación<br />

proximal <strong>de</strong>l ligamento cruzado anterior.<br />

● En la superficie externa <strong>de</strong>l cóndilo interno, que constituye<br />

la pared interna <strong>de</strong> la fosa, se halla el suave punto <strong>de</strong><br />

fijación proximal <strong>de</strong>l ligamento cruzado posterior.<br />

La superficie poplítea <strong>de</strong>l fémur (Figura 13.6) es un espacio<br />

triangular <strong>de</strong>limitado por las líneas supracondíleas interna<br />

y externa y, distalmente, por la línea intercondílea (bor<strong>de</strong>


184 APLICACIÓN CLÍNICA DE LAS TÉCNICAS NEUROMUSCULARES II<br />

Tabla 8.1. Resumen <strong>de</strong> examen físico *<br />

Área examinada Procedimiento<br />

Observación Observación informal y formal <strong>de</strong> la<br />

postura, el volumen y el tono<br />

<strong>muscular</strong>es, tejidos blandos, marcha y<br />

actitud <strong>de</strong>l paciente<br />

Pruebas articulares Pruebas <strong>de</strong> integridad<br />

Movimientos fisiológicos activos y<br />

pasivos<br />

Medición <strong>de</strong>l <strong>de</strong>rrame articular<br />

Movimientos accesorios pasivos<br />

Pruebas <strong>muscular</strong>es Fuerza <strong>muscular</strong><br />

Control <strong>muscular</strong><br />

Longitud <strong>muscular</strong><br />

Pruebas <strong>muscular</strong>es isométricas<br />

Volumen <strong>muscular</strong> y e<strong>de</strong>ma<br />

Pruebas <strong>muscular</strong>es diagnósticas<br />

Pruebas neurológicas Integridad <strong>de</strong>l sistema nervioso<br />

Movilidad <strong>de</strong>l sistema nervioso<br />

Pruebas diagnósticas<br />

Pruebas especiales Pruebas vasculares<br />

Medición <strong>de</strong> las anomalías óseas<br />

Pruebas <strong>para</strong> tejidos blandos<br />

Capacidad funcional Según necesidad<br />

Palpación Tejidos blandos superficiales y<br />

profundos, huesos, articulaciones,<br />

ligamentos, <strong>músculos</strong>, tendones y tejido<br />

nervioso<br />

Movimientos accesorios Deslizamientos apofisarios naturales,<br />

<strong>de</strong>slizamientos apofisarios sostenidos y<br />

movilizaciones con movimiento<br />

* (Reproducido con permiso <strong>de</strong> Petty y Moore, 1998.)<br />

Tabla 8.2. Examen objetivo **<br />

MARCHA<br />

POSTURA<br />

PRUEBAS FUNCIONALES<br />

Posición <strong>de</strong> pie: inclinación hacia <strong>de</strong>lante/hacia atrás<br />

Unión lumbosacra<br />

Cintura pélvica<br />

Posición <strong>de</strong> pie: acuclillarse<br />

Posición <strong>de</strong> pie: flexión lateral<br />

Posición <strong>de</strong> pie: dar zancadas<br />

Prueba <strong>de</strong> rotación posterior ipsolateral (Gillet)<br />

Prueba <strong>de</strong> rotación anterior ipsolateral<br />

Posición se<strong>de</strong>nte: longitud funcional <strong>de</strong> los <strong>músculos</strong> isquiocrurales<br />

Posición se<strong>de</strong>nte: longitud funcional <strong>de</strong> la fascia toracodorsal<br />

Posición supina: elevación activa <strong>de</strong> la pierna recta<br />

Posición prona: elevación activa <strong>de</strong> la pierna recta<br />

PRUEBAS DE MOVILIDAD/ESTABILIDAD ARTICULARES<br />

Unión lumbosacra: pruebas posicionales<br />

Unión lumbosacra: pruebas osteocinemáticas <strong>de</strong> movilidad<br />

fisiológica<br />

Flexión/extensión<br />

Flexión lateral/rotación<br />

Unión lumbosacra: pruebas artrocinemáticas <strong>de</strong> la movilidad<br />

articular accesoria<br />

Deslizamiento superoanterior<br />

Tabla 8.2. Examen objetivo ** (continuación)<br />

Deslizamiento inferoposterior<br />

Unión lumbosacra: pruebas artrocinemáticas <strong>de</strong><br />

estabilidad/tensión<br />

Compresión<br />

Torsión<br />

Desplazamiento posteroanterior<br />

Desplazamiento anteroposterior<br />

Cintura pélvica: pruebas posicionales<br />

Coxal<br />

Sacro<br />

Cintura pélvica: pruebas artrocinemáticas <strong>de</strong> la movilidad articular<br />

accesoria<br />

Deslizamiento inferoposterior coxal/sacro<br />

Deslizamiento superoanterior coxal/sacro<br />

Cintura pélvica: pruebas artrocinemáticas <strong>de</strong> estabilidad<br />

Traslación anteroposterior: coxal/sacro<br />

Traslación superoinferior: coxal/sacro<br />

Superoinferior: sínfisis pubiana<br />

Pruebas <strong>de</strong> provocación <strong>de</strong> dolor<br />

Tracción transversa anterior: compresión posterior<br />

Tracción transversa posterior: compresión anterior<br />

Ligamento sacroilíaco dorsal largo<br />

Ligamentos sacrotuberosos/interóseos<br />

Ca<strong>de</strong>ra: pruebas osteocinemáticas <strong>de</strong> la movilidad fisiológica<br />

Flexión<br />

Extensión<br />

Abducción<br />

Aducción<br />

Rotación lateral<br />

Rotación medial<br />

Prueba <strong>de</strong>l cuadrante<br />

Ca<strong>de</strong>ra: pruebas artrocinemáticas <strong>de</strong> la movilidad articular<br />

accesoria<br />

Traslación medial/lateral<br />

Tracción/compresión<br />

Deslizamiento anteroposterior/posteroanterior<br />

Ca<strong>de</strong>ra: pruebas artrocinéticas <strong>de</strong> estabilidad<br />

Propiocepción<br />

Prueba <strong>de</strong>l torque (momento <strong>de</strong> fuerza)<br />

Ligamento iliofemoral<br />

Ligamento pubofemoral<br />

Ligamento isquiofemoral<br />

PRUEBAS FUNCIONALES MUSCULARES<br />

Reclutamiento/fuerza <strong>muscular</strong>: unidad interna<br />

Transverso <strong>de</strong>l abdomen<br />

Multífido<br />

Elevador <strong>de</strong>l ano<br />

Reclutamiento/fuerza <strong>muscular</strong>: unidad externa<br />

Sistema oblicuo posterior<br />

Sistema oblicuo anterior<br />

Sistema lateral<br />

Longitud <strong>muscular</strong><br />

Sistema erector <strong>de</strong> la columna<br />

Músculos isquiocrurales<br />

Recto anterior <strong>de</strong>l muslo<br />

Psoasilíaco<br />

Tensor <strong>de</strong> la fascia lata<br />

Aductores<br />

Piriforme<br />

Lesiones contráctiles<br />

PRUEBAS NEUROLÓGICAS<br />

Reflejos motores y sensoriales<br />

Movilidad dural<br />

PRUEBAS VASCULARES<br />

** (Reproducido con permiso <strong>de</strong> Lee, 1999.)


102 APLICACIÓN CLÍNICA DE LAS TÉCNICAS NEUROMUSCULARES II<br />

● Estar sentado <strong>de</strong> forma incorrecta, 93%<br />

● Dar marcha atrás, 50%<br />

● Estar sentado en una posición durante <strong>de</strong>masiado<br />

tiempo, 47%<br />

● Subir al automóvil y salir <strong>de</strong> él, 33%<br />

● Operar los pedales, 20%<br />

● Apoyo lumbar ina<strong>de</strong>cuado, 10%.<br />

Las soluciones a todos estos problemas existen, si bien en<br />

algunos casos su precio es caro, incluida (a veces) la necesidad<br />

<strong>de</strong> comprar un vehículo más nuevo, <strong>de</strong> diseño más apropiado.<br />

Características que reducen el estrés <strong>de</strong> conducir son<br />

el cambio <strong>de</strong> marchas automático, la dirección asistida, el<br />

control <strong>de</strong> la velocidad <strong>de</strong> crucero <strong>para</strong> que el pie no tenga<br />

que permanecer en posición extendida y una suspensión <strong>de</strong><br />

calidad <strong>para</strong> reducir los factores vibracionales.<br />

La mayoría <strong>de</strong> los problemas relacionados con la conducción<br />

<strong>de</strong> vehículos, en cambio, es solucionable por medio <strong>de</strong><br />

estrategias baratas y relativamente simples, como incluir un<br />

apoyo lumbar o un cojín <strong>para</strong> incrementar la estatura, el uso<br />

apropiado <strong>de</strong>l cuerpo cuando se entra en el vehículo o se sale<br />

<strong>de</strong> él, el empleo <strong>de</strong> peldaños pequeños pero <strong>de</strong> base sólida<br />

<strong>para</strong> trepar a vehículos elevados o <strong>para</strong> salir <strong>de</strong> ellos y breves<br />

<strong>de</strong>scansos si el viaje es prolongado, digamos <strong>de</strong> 5 a 7 minutos<br />

cada hora, <strong>para</strong> estirarse y caminar (Wilson, 1994). Pese a<br />

su obvia inconveniencia, estas pausas <strong>de</strong>berían tomarse <strong>de</strong><br />

ser posible cada hora, sin acumularlas <strong>para</strong> transformarlas<br />

en una interrupción más prolongada cada 3 horas. Esto es especialmente<br />

importante <strong>para</strong> la persona que ya pa<strong>de</strong>ce dolor<br />

<strong>de</strong> espalda. Durante el tiempo libre se <strong>de</strong>ben realizar ejercicios<br />

<strong>de</strong> tonificación <strong>muscular</strong> que se centren en los <strong>músculos</strong><br />

estabilizadores <strong>de</strong> abdomen y espalda, que <strong>de</strong>ben incorporarse<br />

a la vida diaria y no sólo realizarse <strong>de</strong> forma dispersa<br />

durante un viaje.<br />

Cinturones <strong>de</strong> seguridad<br />

y bolsas <strong>de</strong> seguridad<br />

Si bien los cinturones <strong>de</strong> seguridad y las bolsas <strong>de</strong> seguridad<br />

(airbags) a su vez presentan una propia colección <strong>de</strong> posibles<br />

lesiones, como se <strong>de</strong>scribe <strong>de</strong>spués, dichas lesiones son<br />

potencialmente menos graves que las que tienen lugar en caso<br />

<strong>de</strong> ocurrir un acci<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> tráfico (AT) serio sin utilizar un<br />

dispositivo <strong>de</strong> sujeción. La siguiente exposición aborda las<br />

posibles lesiones provenientes <strong>de</strong> estos dispositivos, pero no<br />

<strong>de</strong>be extraerse <strong>de</strong> ello la conclusión <strong>de</strong> que una mejor alternativa<br />

hubiese sido <strong>de</strong>scartar el uso <strong>de</strong> los cinturones o los<br />

airbags. El empleo apropiado <strong>de</strong> una restricción, una mejor<br />

posición <strong>de</strong>l cuerpo y <strong>de</strong>l cinturón y la utilización <strong>de</strong> asientos<br />

<strong>de</strong> automóviles <strong>para</strong> lactantes y niños pequeños han <strong>de</strong>mostrado<br />

una disminución <strong>de</strong> las probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> que se produzca<br />

una lesión grave o la muerte y son altamente recomendados<br />

por los autores. La consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> los daños<br />

resultantes <strong>de</strong>l uso <strong>de</strong> dispositivos restrictivos, sin embargo,<br />

<strong>de</strong>be constituir parte <strong>de</strong> los protocolos <strong>de</strong> evaluación <strong>de</strong>l AT,<br />

incluso <strong>de</strong> menor envergadura.<br />

Pese a su profunda influencia sobre la postura se<strong>de</strong>nte, en<br />

los acci<strong>de</strong>ntes viales el diseño <strong>de</strong>l automóvil pue<strong>de</strong>, mediante<br />

el traumatismo inducido por el cinturón <strong>de</strong> seguridad y<br />

las bolsas <strong>de</strong> seguridad, contribuir en alto grado a la producción<br />

<strong>de</strong> lesiones. Nordhoff (2000) brinda una clara informa-<br />

ción en relación con los acci<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> tráfico. Asimismo, cita<br />

datos que sugieren que en muchos casos los cinturones son<br />

responsables <strong>de</strong> más lesiones que otras partes físicas <strong>de</strong> un<br />

automóvil (aun cuando sin duda reducen la mortalidad).<br />

Temas relacionados con el sexo<br />

en las lesiones por acci<strong>de</strong>ntes<br />

● Importantes estudios científicos <strong>de</strong>muestran que las<br />

mujeres <strong>de</strong>scriben lesiones consecutivas a acci<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> tránsito<br />

dos veces más que los hombres (Murphy, 2000).<br />

● Un estudio francés evaluó las lesiones producidas en<br />

1.500 ocupantes <strong>de</strong> vehículos <strong>de</strong> motor e informó que presentaron<br />

lesiones cervicales el 47% <strong>de</strong> las ocupantes <strong>de</strong> sexo<br />

femenino y el 21% <strong>de</strong> los <strong>de</strong> sexo masculino (Foret-Bruno,<br />

1991).<br />

● Un estudio sueco <strong>de</strong>mostró que, sin consi<strong>de</strong>rar el tamaño<br />

<strong>de</strong>l automóvil involucrado, las mujeres tuvieron más<br />

lesiones cervicales que los hombres (Koch, 1995).<br />

● Nordhoff (2000) sugiere que esta diferencia <strong>de</strong> sexo podría<br />

<strong>de</strong>berse al menor diámetro <strong>de</strong>l cuello en las mujeres, así<br />

como (en general) su menor masa corporal y por consiguiente<br />

su mayor velocidad <strong>de</strong> rebote <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los asientos, en particular<br />

en acci<strong>de</strong>ntes con impactos por atrás.<br />

Síntomas múltiples y síndrome<br />

fibromiálgico (SFM) <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> lesiones en acci<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> tráfico<br />

Lar<strong>de</strong>r (1985) analizó el patrón <strong>de</strong> los síntomas consecutivos<br />

a la lesión en un acci<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> tráfico, hallando que:<br />

● Los pacientes <strong>de</strong>scriben un promedio <strong>de</strong> 3,1 síntomas.<br />

● Los síntomas más comunes se relacionaron con dolor<br />

<strong>de</strong> cuello (94,2%), cefaleas (71,5%), dolor <strong>de</strong> hombros<br />

(48,9%), dolor lumbar (37,2%), alteraciones visuales (21,1%) y<br />

pérdida <strong>de</strong> equilibrio (16,1%), junto con otros síntomas como<br />

vértigo, acufenos e irritación radicular.<br />

● Asimismo <strong>de</strong>scribieron fatiga, ansiedad, trastornos <strong>de</strong>l<br />

sueño y una variedad <strong>de</strong> problemas musculoesqueléticos,<br />

como síndrome <strong>de</strong>l plexo braquial y <strong>de</strong>l túnel carpiano, y<br />

trastornos <strong>de</strong> la ATM.<br />

● Los síntomas no siempre aparecen prontamente <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> la lesión, sino que con frecuencia lo hacen hasta 96<br />

horas más tar<strong>de</strong>.<br />

Chester (1991) observó en un estudio <strong>de</strong> 7 meses a 7 años<br />

<strong>de</strong> duración que había un diagnóstico <strong>de</strong> fibromialgia en más<br />

<strong>de</strong>l 50% <strong>de</strong> 48 acci<strong>de</strong>ntes violentos con impactos por atrás.<br />

Un estudio sobre más <strong>de</strong> 100 pacientes con lesión traumática<br />

<strong>de</strong> cuello y aproximadamente 60 pacientes con traumatismo<br />

en las piernas evaluó la presencia <strong>de</strong> dolor intenso<br />

(síndrome fibromiálgico) un promedio <strong>de</strong> 12 meses <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong>l traumatismo (Buskila y Neumann, 1997).<br />

● Se halló que «casi todos los síntomas fueron significativamente<br />

más prevalentes o graves en los pacientes con lesiones<br />

<strong>de</strong> cuello (por ejemplo, lesión por «latigazo»)... El índice<br />

<strong>de</strong> prevalencia <strong>de</strong> la fibromialgia en el grupo <strong>de</strong> las<br />

lesiones <strong>de</strong> cuello fue 13 veces mayor que en el grupo <strong>de</strong><br />

fractura <strong>de</strong> piernas».

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