Enrique Ruiz de Galarreta
Enrique Ruiz de Galarreta
Enrique Ruiz de Galarreta
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Evangelio<br />
La Palabra <strong>de</strong> Dios en vacaciones<br />
J. <strong>Enrique</strong> <strong>Ruiz</strong> <strong>de</strong> <strong>Galarreta</strong>, SJ<br />
V<br />
ACACIONES, o al menos un<br />
tiempo <strong>de</strong> menos intensidad <strong>de</strong>l<br />
trabajo, <strong>de</strong> más oportunida<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong> tiempo libre, <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s<br />
agradables, <strong>de</strong> tomarse cervecitas<br />
con los amigos… Se han<br />
suspendido hasta septiembre<br />
las reuniones, los encuentros<br />
<strong>de</strong> oración, las conferencias.<br />
¿Vamos a tomarnos también<br />
vacaciones en lo interior, en la<br />
fe, en seguir a Jesús?<br />
Pero la Palabra <strong>de</strong> Dios no<br />
<strong>de</strong>scansa, no se toma vacaciones,<br />
está siempre diciéndonos<br />
cosas. Quizá en estos dos meses<br />
no haremos otra actividad<br />
espiritual que la misa <strong>de</strong> los<br />
domingos. Y allí estará también<br />
la Palabra para <strong>de</strong>spertarnos,<br />
para animar, para refrescar, para<br />
comprometer… Para todo lo<br />
que necesitamos, lo que más<br />
necesitamos.<br />
El domingo 11 <strong>de</strong> julio nos<br />
espera la parábola <strong>de</strong>l buen<br />
samaritano. Empieza con la<br />
El buen samaritano <strong>de</strong> G. Conti.<br />
8<br />
<strong>de</strong>sgracia <strong>de</strong> un hombre asaltado<br />
y maltrecho por bandoleros;<br />
lo ven un sacerdote y un<br />
levita, personajes sagrados, y<br />
no le hacen ni caso. Lo ve un<br />
extranjero hereje samaritano, se<br />
conmueve y se toma toda clase<br />
<strong>de</strong> molestias para ayudarle. Y<br />
termina Jesús diciendo: «Pues<br />
anda, haz tú lo mismo».<br />
Me pregunto si en estos<br />
meses nos tomaremos también<br />
vacaciones en nuestra compasión<br />
y nuestra solidaridad. Me<br />
pregunto si cuando se presente<br />
una necesidad, oiremos que<br />
alguien o algo nos dice al oído<br />
<strong>de</strong>l corazón «no le <strong>de</strong>jan a uno<br />
en paz ni en vacaciones». Me<br />
pregunto si durante nuestras<br />
vacaciones todos los parados<br />
encontrarán trabajo, todos<br />
los hospitales estarán vacíos,<br />
todos los presos saldrán <strong>de</strong> la<br />
cárcel, recuperados y regenerados,<br />
todos los drogadictos se<br />
librarán <strong>de</strong> su maldición. Me<br />
pregunto si durante nuestras<br />
vacaciones Dios se habrá ido <strong>de</strong><br />
vacaciones y ya no podremos<br />
encontrarle en la oración. Me<br />
gusta imaginarnos ante Jesús,<br />
que acaba <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir la parábola:<br />
nosotros escuchamos eso<br />
<strong>de</strong> «Anda, haz tú lo mismo»<br />
y nosotros preguntamos:<br />
«¿También en vacaciones?».<br />
El siguiente domingo,<br />
18 <strong>de</strong> julio, oiremos a Jesús en<br />
casa <strong>de</strong> unas amigas, Marta y<br />
María. Marta anda como loca<br />
para agasajar a Jesús, mientras<br />
María está sentada a sus pies<br />
escuchándole. Marta acaba hartándose<br />
y se queja a Jesús <strong>de</strong><br />
que su hermana no le eche una<br />
mano, y Jesús le dice: «Marta,<br />
Marta, te preocupas y te agitas<br />
por muchas cosas; y hay necesidad<br />
<strong>de</strong> pocas, o mejor, <strong>de</strong> una<br />
sola. María ha elegido lo mejor,<br />
y nadie se lo quitará».<br />
Estaba muy bien lo <strong>de</strong><br />
Marta, no faltaba más, pero se<br />
estaba perdiendo lo mejor, la<br />
oportunidad <strong>de</strong> estar con Jesús<br />
y oírle a solas, en familia, lejos<br />
<strong>de</strong>l barullo <strong>de</strong> la gente. ¡Eso era<br />
mucho mejor que quedar bien<br />
con una gran merienda!<br />
Y me pregunto, ¿qué es lo<br />
bueno, lo mejor, lo importante<br />
<strong>de</strong> nuestras vacaciones? Está<br />
claro que es bueno <strong>de</strong>scansar,<br />
está clarísimo que es bueno<br />
relajarse en la playa o en el<br />
monte. Está claro, clarísimo.<br />
Pero conduce a otra pregunta:<br />
¿qué necesitamos para ser felices?<br />
O, peor todavía, todo eso<br />
que tenemos planeado para el<br />
verano, ¿nos hará más felices?<br />
Y así surge la tercera pregunta:<br />
todas esas cosas vienen <strong>de</strong><br />
fuera y nos satisfacen si salen<br />
bien: ¿ha probado usted la felicidad<br />
que sale <strong>de</strong> <strong>de</strong>ntro, que<br />
permanece aunque las cosas<br />
salgan mal?<br />
Y ya que vamos <strong>de</strong> preguntas,<br />
vayamos a la más seria:<br />
¿fue Jesús feliz? De familia<br />
pobre, nacido en circunstancias<br />
penosas, exiliado ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong>
pequeñito, escondido en la más<br />
oscura <strong>de</strong> las al<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Galilea<br />
(<strong>de</strong> don<strong>de</strong> no pue<strong>de</strong> salir nada<br />
bueno), predicador ambulante<br />
que no tenía dón<strong>de</strong> reclinar<br />
la cabeza, malentendido por<br />
muchos –incluso por sus discípulos–,<br />
acechado y acosado<br />
constantemente por los sabios<br />
teólogos y los santos fariseos,<br />
arriesgado hasta el extremo en<br />
Jerusalén y su templo, <strong>de</strong>tenido,<br />
acusado, calumniado y<br />
torturado por los sacerdotes,<br />
crucificado y humillado, <strong>de</strong>sprestigiado<br />
y vencido, ejecutado<br />
entre ladrones… ¿Fue una vida<br />
feliz?<br />
Frases <strong>de</strong> los evangelios<br />
<strong>de</strong> los domingos<br />
Julio – agosto<br />
Está claro que «<strong>de</strong> fuera<br />
a a<strong>de</strong>ntro» no. ¿Y <strong>de</strong> <strong>de</strong>ntro<br />
a fuera? Me fijo sólo en un<br />
momento <strong>de</strong> su vida, casi es su<br />
último momento. La penúltima<br />
frase que los evangelistas ponen<br />
en su boca es «Consummatum<br />
est». Es <strong>de</strong>cir, «Misión cumplida».<br />
No está nada mal como<br />
resumen <strong>de</strong> una vida, la verdad<br />
es que ya me gustaría a mí<br />
po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>cir eso en el momento<br />
<strong>de</strong> la muerte.<br />
Para completar todo esto, el<br />
domingo 8 <strong>de</strong> agosto oiremos<br />
a Jesús <strong>de</strong>cir: «Estad preparados,<br />
porque a la hora que<br />
menos penséis llega el Hijo <strong>de</strong>l<br />
Hombre». Y se me ocurre pensar:<br />
si este momento mismo<br />
(para mí cuando escribo, para<br />
usted cuando lee) fuera ese<br />
«momento en que menos pensáis»,<br />
mi penúltimo momento,<br />
¿podría mirar atrás tranquilo,<br />
podría <strong>de</strong>cir en paz «misión<br />
cumplida»?<br />
O sea, sin ponernos tan<br />
trágicos… ¿Qué recordaré <strong>de</strong><br />
mis vacaciones con agrado,<br />
qué recuerdos me volverán a<br />
dar satisfacción? ¿O tendré la<br />
impresión <strong>de</strong> que he tirado el<br />
tiempo tumbado al sol en la<br />
playa?<br />
La última pregunta, ¿cómo<br />
conseguiré ser feliz en vacaciones?<br />
Pensando en la felicidad<br />
<strong>de</strong> Jesús, podríamos quizá<br />
volver a escuchar aquello <strong>de</strong>:<br />
«pues anda, haz tú lo mismo».<br />
Feliz verano, amigos.<br />
Foto con alma<br />
Flor <strong>de</strong>l cactus<br />
Pedro Miguel Lamet<br />
PUEDEN<br />
la sequedad y las espinas engendrar<br />
color y alegría? ¿Pue<strong>de</strong> un cactus en<br />
el <strong>de</strong>sierto florecer con la <strong>de</strong>lica<strong>de</strong>za <strong>de</strong> un<br />
cultivado jardín secreto? A la vista está. Esta<br />
foto, tomada junto a las rocas <strong>de</strong>l Alcázar<br />
<strong>de</strong> Almería, da testimonio <strong>de</strong> ello. He visto<br />
en pueblos olvidados, arrabales y suburbios,<br />
don<strong>de</strong> la pobreza, la marginación y hasta el<br />
hambre son propicias a engendrar tristeza<br />
y <strong>de</strong>sesperación, brillar flores inesperadas.<br />
Como aquel niño azul, tan enfermo, que<br />
conocí en los años 50, a mis 16 años en una<br />
catequesis <strong>de</strong> Peñagran<strong>de</strong>, un arrabal madrileño.<br />
Me recibía siempre hecho unas pascuas,<br />
como a un padre, y un día me soltó: «Estoy<br />
malito, pero muy contento, pues anoche,<br />
mientras dormía, vino a verme Jesús». Él se<br />
fue con 6 años por <strong>de</strong>snutrición y yo <strong>de</strong>scubrí<br />
por primera vez que el cactus florecía.<br />
9