FlodiSan© - Colegio San Buenaventura
FlodiSan© - Colegio San Buenaventura
FlodiSan© - Colegio San Buenaventura
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
HISTORIA DE ESPAÑA<br />
Raíces históricas de la España<br />
Contemporánea<br />
La España del siglo XVII<br />
8. La España del siglo XVII.<br />
8.1. Los Austrias del siglo XVII. Gobiernos de validos y conflictos internos.<br />
8.2. La crisis de 1640.<br />
8.3. El ocaso del imperio español en Europa durante el S. XVII.<br />
8.4. Evolución económica y social en la España del S. XVII.<br />
8.5. Esplendor cultural. El Siglo de Oro.<br />
8.1. Los Austrias del siglo XVII. Gobiernos de validos y conflictos internos.<br />
Los reyes posteriores a Felipe II (+1598) recurrieron a los validos para gobernar. El<br />
valido era generalmente noble -aunque los hubo clérigos e incluso plebeyos- que<br />
desempeñaba las funciones de gobierno con la confianza del rey. Los validos de Felipe<br />
III fueron Francisco de <strong>San</strong>doval, duque de Lerma, primero y su hijo, el duque de<br />
Uceda, después, en el reinado de Felipe IV, estuvo el poder en manos de Gaspar de<br />
Guzmán, conde de Olivares y duque de <strong>San</strong>lucar, tras sus fracasos, le sustituyó su<br />
sobrino Luis de Haro. La dinastía concluyó con Carlos II, quien en su minoría de edad;<br />
tuvo al confesor de la reina regente Mariana de Austria, Nithard, al que sustituyó<br />
Francisco de Valenzuela. Ya mayor de edad, el rey llamó a Juan José de Austria y<br />
tras su repentina muerte, le suceden el duque de Medinaceli y el conde de Oropesa.<br />
Luego fue la nueva reina Mariana de Neoburgo la que dirigía la política del país.<br />
Fue con Felipe IV cuando más se agudizaron los conflictos internos. El más importante<br />
fue la guerra contra los protestantes en Holanda; aunque Ambrosio de Spínola obtuvo<br />
algunas victorias (Breda), al entrar la católica Francia, dirigida por el cardenal Richelieu,<br />
a favor de los protestantes, comenzaron las derrotas: la naval del Canal de la Mancha<br />
(1639) y el ataque francés por los Pirineos fue el principio del fin. Consecuencia del<br />
fracaso de la política de Olivares fueron los motines que se produjeron en Vizcaya<br />
(1631), en Portugal (1637). Hasta que en 1640 estalló la crisis que puso en peligro la<br />
existencia de la Monarquía: sublevación de Cataluña y Portugal.<br />
8.2. La crisis de 1640.<br />
Las guerras con Francia y los Países Bajos estaban arruinando Castilla. Ante eso<br />
Olivares propuso la unificación legislativa de los reinos y la Unión de Armas por la que<br />
todos los reinos deberían contribuir a la política exterior aportando hombres y dinero.<br />
Además, en el marco de la Guerra de los Treinta años, Olivares abrió un frente con<br />
Francia en los Pirineos Orientales, lo que obligó a contribuir a los catalanes. Los<br />
desmanes de las tropas reales en el Rosellón fue el chispazo para la rebelión de los<br />
segadores armados en Barcelona: Corpus de <strong>San</strong>gre (7 de junio de 1640), en el que<br />
murió el propio virrey conde de <strong>San</strong>ta Coloma. Posteriormente el canónigo Pau Clarís<br />
proclamó la república bajo la protección de Luis XIII de Francia. Olivares formó un<br />
ejército que fue derrotado en la toma de Lérida (1642). Al año siguiente cayó Olivares y<br />
Luis de Haro dejó de lado el problema catalán y se centró en los Países Bajos y Francia.<br />
Por lo que tras la paz de Westfalia, un ejército al mando de Juan José de Austria entró<br />
en Barcelona (1652) y resto de Cataluña, manteniendo sus fueros y privilegios.<br />
Aprovechando la situación, el 1 de diciembre de 1640, se sublevó Lisboa donde el<br />
duque de Braganza era proclamado rey Juan IV. La respuesta española se retrasó<br />
hasta la Paz de los Pirineos y en 1660 Felipe IV mandó a Juan José de Austria pero ya<br />
era demasiado tarde y la derrota definitiva vino en 1665 en la batalla de Villaviciosa.<br />
8.3. El ocaso del imperio español en Europa durante el S. XVII.<br />
La Guerra de los Treinta Años (1618-1648) se produjo por problemas religiosos y<br />
políticos. Se inició con la rebelión protestante de Bohemia contra el Imperio de los<br />
Habsburgo austriacos. España ayudó al Imperio y los protestantes fueron derrotados en<br />
1620. Pero la guerra se extendió a Flandes obteniendo algunos éxitos como la rendición<br />
1 Flodi<strong>San</strong> ©
de Breda. Poco después, el rey de Dinamarca, Christián IV, acudió en auxilio de los<br />
protestantes, lo mismo que el rey de Suecia Gustavo Adolfo II, apoyado por Richelieu,<br />
muriendo en Lützen (1632) y su ejército derrotado definitivamente en Nordlingen (1634).<br />
Pero la guerra cambió de signo cuando la católica Francia decidió participar<br />
directamente en la guerra, en 1635, apoyando a los protestantes. Las derrotas más<br />
importantes fueron españolas; Rocroi (1643), las Dunas y Lens. El agotamiento era<br />
general y España se aviene a la paz con los holandeses y el 24 de octubre de 1648 en<br />
la ciudad de Münster, Westfalia, concedieron la independencia de Holanda (casa de<br />
Orange). Para Europa supuso la libertad religiosa para los principados alemanes y la<br />
pérdida de la hegemonía de los Habsburgo. Pero la guerra con Francia continuó y no<br />
acabaría hasta la Paz de los Pirineos (1659), en la que España tuvo que ceder algunos<br />
territorios de Flandes (Artois), el Rosellón y la Cerdaña. Para sellar la paz se concertó la<br />
boda entre la infanta Mª Teresa con Luís XIV.<br />
8.4. Evolución económica y social en la España del S. XVII.<br />
La España del S. XVII era un país pobre con una grave crisis demográfica por el flujo<br />
hacia América, las guerras, la expulsión de los moriscos, las epidemias y las malas<br />
cosechas. Además la llegada masiva de oro y plata había acostumbrado a los españoles<br />
a no producir. Pero cuando a partir de las década de 1630 comenzó a disminuir la<br />
llegada de metales preciosos se produjeron las grandes bancarrotas 1627, 1647, 1656<br />
y 1665. Todos los intentos de solución fracasaron y a partir de 1680 se produce el<br />
hundimiento definitivo de Castilla. La agricultura empeoró por el despoblamiento de los<br />
núcleos rurales, el aumento de las cargas de impuestos, o el pésimo sistema de<br />
propiedad. También se redujo el número de cabezas de ganado. Igualmente se redujo<br />
la industria textil por la reducción de la demanda y la competencia extranjera. La<br />
quiebra del estado redujo los gastos en metalurgia y producción naval. La balanza<br />
comercial tenía un déficit crónico, y se redujo la demanda de América. Esta situación<br />
provocó una polarización en la sociedad, la alta nobleza aumentó en número y poder<br />
mientras la baja nobleza se arruinó pero se negó a trabajar. Luego estaba la gran masa<br />
de campesinos sin tierras, artesanos depauperados y centenares de miles de<br />
pordioseros vagabundos o mendigos. El clero se vio considerablemente aumentado<br />
huyendo de las penurias económicas. El ideal social era vivir de las rentas o triunfar en<br />
la aventura americana.<br />
8.5. Esplendor cultural. El Siglo de Oro.<br />
Desde finales del siglo XVI hasta la segunda mitad del XVII, la cultura española<br />
alcanza su Siglo de Oro. El Siglo de Oro estuvo íntimamente ligado a la defensa del<br />
catolicismo, a la ortodoxia frente a la rebelión religiosa de los protestantes.<br />
La literatura del Siglo de Oro encumbró el castellano como lengua universal.<br />
Florecieron la poesía (Garcilaso de la Vega, Góngora y Quevedo), el teatro (Lope<br />
de Vega, Calderón de la Barca y Tirso de Molina) y la novela, con el género<br />
típicamente español de la picaresca (El Lazarillo de Tormes, Guzmán de Alfarache),<br />
Miguel de Cervantes, en su Don Quijote de La Mancha, cuya primera parte fue<br />
publicada en 1605, creó el modelo de la novela moderna sobre las precedentes de<br />
caballerías. El Quijote es la obra escrita en castellano de la que se han hecho más<br />
ediciones y que ha sido traducida a más idiomas.<br />
Los teólogos españoles (Francisco Suárez y Melchor Cano) fueron artífices<br />
esenciales del pensamiento de la Contrarreforma. Como pensadores políticos o<br />
ensayistas sociales, además de los arbitristas, destacan Baltasar Gracián, Juan<br />
de Mariana, también historiador, y Diego de Saavedra Fajardo. En Derecho<br />
destaca la obra del jesuita fray Francisco de Vitoria. Sin embargo, la ciencia<br />
española no se incorporó a la gran revolución científica que se desarrolló<br />
en Europa durante el siglo XVII debido a la censura católica, el aislamiento<br />
exterior y el escaso impulso desde el poder.<br />
2 Flodi<strong>San</strong> ©