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Entrevista a Wilmar Merino. - AIRE LIBRE

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LOS PERIODISTAS DEL SECTOR<br />

A los 8 años en la laguna de Lobos.<br />

<strong>Wilmar</strong> tiene 40 años, nació<br />

en la ciudad de Buenos<br />

Aires y como muchos se<br />

arrimó desde chico a la pesca en el<br />

muelle de la calle Viamonte de la<br />

Asociación Argentina de Pesca. El<br />

mismo muelle donde —para esta<br />

misma revista— realizó una jugosa<br />

nota al Chango Spasiuk. Como él<br />

mismo nos contó: “El portal Planeta<br />

Pesca publicó un lindo reportaje que<br />

me hicieron hace algo más de un<br />

año”. Y fuimos al portal y de esa nota<br />

rescatamos sus inicios.<br />

—¿Cómo empezó todo?<br />

—De niño, cuando mi papá,<br />

Rubén, me llevaba a las sedes de la<br />

Asociación Argentina de Pesca. Mi<br />

primer recuerdo es de la sede Via -<br />

monte; por aquel entonces un fino<br />

camino de madera, tablones separados<br />

y precariedad total, donde con<br />

mi madre y hermano quedábamos<br />

en la costa compartida con el Yacht<br />

Club, mojarreando y esperando a mi<br />

papá, que venía de la punta con<br />

manduvas, dorados o algún cachorro.<br />

Era un pesquero excepcional en<br />

los ’70, donde con un simple señuelo<br />

Sonar podías lograr el trofeo de tu<br />

vida. Allí, en sede Viamonte, comencé<br />

a aprender los rudimentos de la<br />

pesca, mojarreando, consiguiéndole<br />

a mi papá los ansiados bagrecitos<br />

| <strong>AIRE</strong> <strong>LIBRE</strong> Nº 4<br />

<strong>Wilmar</strong> <strong>Merino</strong><br />

“Viva la Pesca”<br />

Continuando con nuestra serie de<br />

entrevistas a los periodistas de<br />

nuestro sector, nos encontramos<br />

con el responsable del suplemento<br />

Viva la Pesca, de Diario Popular, y<br />

colaborador de muchos medios,<br />

entre ellos <strong>AIRE</strong> <strong>LIBRE</strong>.<br />

amarillos que eran sinónimos de<br />

buen dorado.<br />

Luego comenzamos a frecuentar<br />

el anexo Chavarri, en Dársena<br />

Norte, donde se lograban bogas de<br />

novela en la mítica Villa Tokio (la zona<br />

de la punta, muy frecuentada por<br />

pescadores japoneses), en la olla (un<br />

mítico ámbito de spinning por su<br />

salida de agua caliente de la ex<br />

compañía Ítalo) y en el Fierro, donde<br />

estaba prohibido pescar: era la punta<br />

del muelle, derruida por el accionar<br />

de las olas, donde había que colgarse<br />

a caballito de un fierro y hacer<br />

spinning desde allí. Era un lugar peligroso,<br />

entrada al puerto de Buenos<br />

Aires, con 30 metros de profundidad…<br />

¡y una corredera llena de<br />

dorados, cachorros y surubíes! Había<br />

que meterse de contrabando y salir<br />

antes de las 8 de la mañana, porque<br />

era la hora que llegaba el Chancho.<br />

Con mi primera bici, comencé a<br />

ir a los lagos de Palermo; primero a<br />

pescar chanchitas, que luego ponía<br />

en un tanque y las repescaba mil<br />

veces “para ver cómo picaban”. Y más<br />

tarde compré mis primeras cucharitas<br />

y arranqué con taruchas en el<br />

lago del Rosedal y en el del Golf,<br />

haciendo realidad ese deseo de<br />

Zapico Antuña, quien proponía<br />

usar los lagos de Palermo como<br />

escuelas de pesca. De manera para-<br />

lela, me convertí en acuarista, heredando<br />

también una tradición familiar,<br />

y con el tiempo llegué a tener<br />

chafalotes a los que alimentaba<br />

para ver cómo comían y entender<br />

por qué escupían los señuelos.<br />

Como ves, era un apasionado del<br />

mundo de los peces.<br />

—¿Y tuvo muchos maestros<br />

de que aprender?<br />

—Mi viejo y mi hermano fueron<br />

las primeras referencias. Pero mi<br />

pasión era mayor que la de ellos y<br />

me fui arrimando a viejos socios del<br />

club que amaban este deporte.<br />

César Gallardo fue el primero;<br />

pescaba dorados con balancín y era<br />

un gran relator. Pero la parte “teórica”<br />

que me cambió la cabeza fue el libro<br />

Spinning Pesca Calificada, de Roberto<br />

Zapico Antuña. Él me hizo desear<br />

pescar con señuelos, hablaba de la<br />

escasez de sábalos para hacer jabón<br />

que provocaba el canibalismo de los<br />

dorados, de introducir el black Bass,<br />

de usar los lagos palermitanos como<br />

escuela… Fue un avanzado a su<br />

tiempo a quien no pude conocer<br />

personalmente. Otro libro fue el<br />

Manual de Pesca, de Juan Martín de


Yániz. Luego fui incorporando<br />

nuevos referentes que tenían que<br />

ver con la pesca con artificiales. En<br />

aquellos tempranos ’80, con importación<br />

cerrada, comencé a traer<br />

señuelos de Cabela’s, a lograr mejores<br />

capturas… en fin, a enloquecer<br />

por la pesca con artificiales. He llegado<br />

a ir 15 días seguidos en bicicleta<br />

desde mi casa en Villa Crespo al<br />

puerto, tratando de llegar antes de<br />

las 4 AM para ocupar un lugar de<br />

privilegio en El Fierro. Tenía miedo…<br />

el puerto Madero hoy es un lujo.<br />

Antes me corrían jaurías de perros<br />

semisalvajes, que me garroneaban<br />

los talones mientras pedaleaba. ¡A<br />

veces llevaba un pedazo de corazón<br />

vacuno para tirarles y que me<br />

dejaran de joder! Y a la rata más<br />

chica la podían domar en Jesús<br />

María. Pero tener un cachorro del<br />

otro lado del hilo, a los 12, 13 años,<br />

compensaba todo…<br />

—Pasó un año de ese reportaje,<br />

con 12 años cumplidos de Viva<br />

la Pescay escribiendo en uno de los<br />

diarios de mayor tirada, pero tam -<br />

bién en revistas. ¿Qué opinás del<br />

“copiar y pegar” en Internet?<br />

—Hacer notas de pesca no es<br />

fácil. Implica hacerte de tiempo,<br />

disponer que otros se ocupen de<br />

cosas que vos dejás de lado por ir a<br />

pescar como, por ejemplo, llevar los<br />

chicos al colegio. Implica hacer<br />

preparativos, armar líneas, combinar<br />

horarios de compañeros de pesca,<br />

guías, proveerse de carnada y<br />

luego… ¡tener suerte en la pesca<br />

para traer una buena nota! Eso sin<br />

contar que las fotos salgan bien, que<br />

el regreso sea tranquilo, que la pluma<br />

esté a la altura de las circunstancias,<br />

que no le yerres en un número al<br />

teléfono del guía, porque arruinás<br />

todo el trabajo… Son muchas cosas<br />

las que hay detrás de una nota. Y se<br />

publican las que salen, porque hay<br />

muchos fracasos que nunca ven la<br />

luz. En suma, hay un gran esfuerzo<br />

personal y colectivo para lograr<br />

buenas notas de pesca. Por eso,<br />

duele que gente que hace un mal<br />

uso de Internet se limite a robar datos<br />

de pique o notas enteras. Me ha<br />

pasado mil veces y al principio me<br />

contactaba con dichos portales y les<br />

pedía que levantaran lo copiado. Con<br />

algunos llegué a un acuerdo de<br />

proveerles yo mismo de material<br />

informativo a cambio de que citen la<br />

fuente. Pero no deja de ser trabajar<br />

gratis para alguien que no trabaja y<br />

hacer una suerte de competencia<br />

desleal para aquellos que sí te pagan<br />

por tu labor profesional. Han llegado<br />

a la desmesura de usar mis notas y<br />

cambiar la parte de los equipos<br />

que yo recomendaba reemplazándolas<br />

por las marcas que ellos<br />

comercializaban.<br />

Sé que en Internet la batalla está<br />

perdida; pero, bueno, me consuela<br />

que al menos tengan buen gusto<br />

para afanar [risas]. Pero aclaro que<br />

también hay gente que tiene sites<br />

que, sin ser profesionales, hacen una<br />

labor informativa extraordinaria y<br />

con muchos de ellos colaboro con<br />

gusto, sin mediar ningún interés<br />

económico.<br />

—Diario Popular es uno de los<br />

pocos que apuesta a este tipo de<br />

secciones. ¿A qué lo atribuís?<br />

—A que entiende perfectamente<br />

el gusto popular y se dirige a<br />

un mercado que puede darse algunos<br />

gustos no privativos de una<br />

minoría. Entre ellos, comprarse el<br />

diario, tomar un café, ir a pescar, a la<br />

cancha, al hipódromo, hacer paseos o<br />

ver espectáculos. El diario entendió<br />

que la pesca es el segundo deporte<br />

más practicado por los argentinos. Y<br />

cuando digo practicado hablo de<br />

práctica activa, de algo que efectivamente<br />

ejercitan personas de entre 4 y<br />

90 años. Y comprendió también que<br />

poner el teléfono de un guía o<br />

mencionar una determinada marca<br />

que vale la pena usar no es un “chivo”,<br />

sino parte de la información, porque<br />

si se pescó con tal señuelo vale la<br />

pena mencionarlo. Además, casi<br />

todos los que trabajamos en el diario<br />

tenemos más de 20 años de<br />

labor allí y conocemos per -<br />

fectamente a quién nos dirigimos<br />

y cómo hacerle llegar<br />

la información al lector en un<br />

lenguaje claro que vaya al<br />

grano. Por eso el diario confía<br />

en su gente. Además, en mi<br />

página pon go mi e-mail y<br />

teléfono, y el lector tiene<br />

contacto directo conmigo,<br />

cosa que no pasa en ningún<br />

otro medio. Por eso ese feedback<br />

tan especial genera una<br />

relación afectiva muy estrecha<br />

entre el lector y la página;<br />

y muchos lectores se han<br />

transformado en compañeros<br />

de pesca o informantes<br />

permanentes. Desde otro<br />

punto de vista, el diario<br />

puso la pesca como “plus<br />

producto” los días jueves,<br />

donde no tenía otros suplementos,<br />

generando ventas de un público<br />

que no sólo es lector habitual, sino<br />

específico de la página en un día<br />

donde no tenía otro punto fuerte.<br />

—En distintos reportajes<br />

señalás la importancia económica<br />

de la pesca deportiva. ¿Sentís que<br />

estás sembrando en el desierto o<br />

pensás que les has abierto la men -<br />

te a muchos periodistas ajenos al<br />

sector que no tienen idea del pro -<br />

ducto pesca deportiva?<br />

—No creo que otros no se<br />

hayan dado cuenta de lo mismo que<br />

yo predico hace años. Me he nutrido<br />

de otros y otros habrán abrevado en<br />

alguna idea mía. Acá lo importante<br />

es que se entienda que la pesca<br />

comercial genera ganancias privadas<br />

y depreda el recurso haciendo una<br />

extracción pura y sin siembra; en<br />

tanto la pesca deportiva socializa las<br />

ganancias dinamizando economías<br />

regionales completas, fomentando<br />

el turismo y, por supuesto, generando<br />

un movimiento económico en las<br />

industrias específicas de nuestra actividad.<br />

En lo que sí me considero<br />

bastante pionero es en el tema de<br />

abrir la discusión económica de la<br />

pesca deportiva en áreas donde<br />

habitualmente no se la tomaba en<br />

cuenta. Por ejemplo, en programas<br />

<strong>AIRE</strong> <strong>LIBRE</strong> Nº 4 |


LOS PERIODISTAS DEL SECTOR<br />

de economía y política, donde he<br />

sido frecuentemente invitado tanto<br />

en radio como en TV. Es importante<br />

dejar de discutir las cosas puertas<br />

adentro entre los que ya formamos<br />

parte de este mundillo de la<br />

pesca y hacer que otros sectores se<br />

interesen por la actividad, porque<br />

desde la política y la economía se<br />

toman decisiones que afectan<br />

directamente nuestra actividad.<br />

Discutir eso en ámbitos ajenos al<br />

mundo de la pesca ha sido mi tarea<br />

en los últimos tiempos.<br />

—El Chango nos decía: “Si<br />

cada pescador devolviera solamente<br />

una pieza, habría tres<br />

millones más de peces en el agua”.<br />

¿Sentís que el pescador deportivo<br />

y los guías comprenden el mensaje<br />

de pesca con devolución?<br />

—Sí; afortunadamente muchos<br />

han interiorizado el mensaje y<br />

comprendido que en la perpetuidad<br />

del recurso está su futuro. Otros,<br />

como decía el Chango, esperan que<br />

los demás den el primer paso y se<br />

justifican en sus malas acciones,<br />

“Total después con las redes se llevan<br />

todo”, etc. Veo una suerte de “salto de<br />

calidad mental” entre profesionales y<br />

aficionados que pescan con artificiales<br />

y quienes lo hacen con carnada<br />

natural. Generalmente el pescador<br />

de señuelos está acostumbrado a la<br />

pesca con devolución. Mi criterio es<br />

que quienes busquen comer un<br />

pescado —deseo que considero legítimo<br />

si no se abusa— apunten a<br />

especies que no estén en peligro y<br />

cuya repoblación pueda ser efectiva,<br />

como la especie pejerrey. En cambio,<br />

matar un predador tope como la<br />

tararira, el dorado o un tiburón es de<br />

una gran torpeza, porque no sabemos<br />

cómo devolver a su medio otro<br />

ejemplar salvo que regresemos al<br />

agua el mismo que pescamos para<br />

disfrutarlo el día de mañana. Cada<br />

uno de ellos es un tesoro genético<br />

que si se mata no vuelve más.<br />

—Del dicho al hecho, ¿hay<br />

mucho trecho en la visión de los<br />

gobernantes en lo que se refiere a<br />

la protección del recurso?<br />

—Creo que siempre se actúa<br />

con lo coyuntural y se piensa en la<br />

| <strong>AIRE</strong> <strong>LIBRE</strong> Nº 4<br />

inmediatez, no en un plan a largo<br />

plazo y con continuidad de una<br />

gestión a otra. Pero hay signos alentadores.<br />

Hace poco la provincia de<br />

Buenos Aires presentó el proyecto<br />

Rutas del Pejerrey, una iniciativa<br />

loable de fomentar el turismo y la<br />

gastronomía regional con la especie<br />

más emblemática para los argentinos.<br />

En la presentación se habló más<br />

de gastronomía que de pesca y se<br />

olvidaron de la tercera pata que<br />

debería sustentar esto: la preservación<br />

del recurso. Luego me comentaron<br />

que eso está en los planes,<br />

pero ¡díganlo! Proteger las especies<br />

es una decisión política que afecta<br />

directamente la economía regional<br />

De adolescente en el<br />

Fierro de la AAP.<br />

y el trabajo de muchas personas. El<br />

pescador no sabe a quién ni cómo<br />

denunciar una red; no sabe adónde<br />

va la plata que paga por su permiso<br />

de pesca y hasta ve intendentes que<br />

apañan a los malloneros, o en el<br />

mejor de los casos ponen poco énfasis<br />

en combatirlos. Corregir eso es<br />

decisión política y económica: usar el<br />

recurso para el turismo y la pesca, o<br />

para beneficiar a unas pocas manos<br />

perpetuando la pobreza de muchos<br />

y saqueando un recurso que<br />

después cuesta volver a recuperar.<br />

Lamentablemente las comunas<br />

ven tarde la importancia de contar<br />

con la bendición de un pesquero<br />

rendidor como fuente de ingresos<br />

por turismo y aun aquellas que<br />

vienen entendiéndolo hace años<br />

ven que en sus fiestas se logran muy<br />

pocas capturas en relación a las<br />

cañas inscriptas. Esos sí, se vanaglorian<br />

de los números que movió la<br />

pesca deportiva, pero no desarrollan<br />

una política seria de preservación<br />

del recurso… Es inconcebible,<br />

por ejemplo, que Corrientes, Santa<br />

Fe, Chaco y Entre Ríos no logren<br />

consensuar una veda pesquera.<br />

—¿Cómo visualizás a la pesca<br />

deportiva en un par de años?<br />

—La pesca ha tenido un enorme<br />

crecimiento en cuanto a medios<br />

informativos y desarrollo de productos.<br />

Esto hace que la gente acceda a<br />

información sobre pesqueros rendidores<br />

y cuente con elementos<br />

adecuados para hacer buenas<br />

pescas. Mi deseo es que el crecimiento<br />

sea mental, que la gente<br />

tome conciencia de que nuestro<br />

deporte se basa en el cuidado del<br />

recurso, porque si nos quedamos<br />

“sin el juguete” no hay juego posible.<br />

No necesitamos un papá que<br />

nos rete si hacemos algo mal; cada<br />

uno debe saber su parte, tomar<br />

conciencia de la finitud del recurso.<br />

Y en cuanto a utopías, en charlas<br />

con Mel Krieger (pescador<br />

mosquero estadounidense ya fallecido<br />

que fue uno de los grandes<br />

difusores de las bondades de nuestra<br />

Patagonia) he tomado dos de<br />

sus ideas que considero vitales: que<br />

la mujer se incorpore a la pesca<br />

deportiva (su sensibilidad será vital<br />

en este cambio de mentalidad) y<br />

que redescubramos el mar como<br />

pesquero deportivo en otras variantes<br />

a la tradicional pesca con carnada.<br />

El deep jigging, el light jigging y<br />

el kayak fishing son movidas interesantes<br />

para redescubrir el mar en<br />

otra potencialidad.<br />

—Alguna anécdota…<br />

—En la adolescencia, colgado<br />

del Fierro a última hora, estaba absolutamente<br />

solo. Tendría unos<br />

15 años. Logré un hermoso chafalote<br />

y descubrí que me había colgado<br />

sin tener una pinza para sacar el<br />

anzuelo. Lo intenté con los dedos y<br />

pasó lo que tenía que pesar, el chafa<br />

sacudió la cabeza y me ensartó dos<br />

triples en la mano. Comencé a gritar,<br />

pero… estábamos a la hora del<br />

ocaso y no había nadie. Con la mano<br />

que tenía sana, apreté bien fuerte el<br />

cuello del chafa hasta matarlo y<br />

quebrarle la columna. El dolor era<br />

insoportable. Bajé del Fierro como<br />

pude, ensangrentado y con la cabeza<br />

del chafa en mi mano, con el<br />

señuelo enganchado. Caminé kilómetros<br />

hasta la salida del puerto y<br />

un buen samaritano me llevó a una<br />

dependencia de Prefectura, donde<br />

no había anestesia… Me sacaron<br />

los triples a lo guapo. Sufrí muchísimo.<br />

Al otro día, a las 4 de la mañana,<br />

con la mano vendada y tras haber<br />

tomado antibióticos, fui en la bici a<br />

buscar mi caña antes de que otro<br />

socio la encontrase primero. Por<br />

suerte, años después, mis anécdotas<br />

fueron mejorando y terminando<br />

con final feliz [risas].<br />

—Se viene el año nuevo. ¿Un<br />

deseo…?<br />

—El mismo de siempre: recuperar<br />

el Río de la Plata y el Riachuelo<br />

para los porteños y bonaerenses.<br />

Buenos Aires es una ciudad de<br />

espaldas a su río: le pusimos delante<br />

un puerto y un aeropuerto para<br />

negarlo. Siempre en mis notas uso<br />

la frase “El Riopla, agredido como<br />

pocos y rendidor como ninguno”<br />

para describirlo. Tenemos una<br />

bendición delante de los ojos, pero<br />

la desidia y los intereses comerciales<br />

pueden más. El Parque Industrial<br />

de Pilar, que contamina el río<br />

Luján, puede más que la intención<br />

de millones de bonaerenses por<br />

tener un río limpio. Y el monumento<br />

a la vergüenza que es el Riachuelo<br />

me duele día a día. Deseo desde<br />

que nací ver estos ríos con vida a<br />

pleno. Buenos Aires, con playa y<br />

pesca, sería la ciudad perfecta ■

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