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Obras Escogidas T. II.pdf - Biblioteca Digital de Cuba

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injusta: nuestro sistema <strong>de</strong> salarios, asilos y hospita- les<br />

ha sido sometido a prueba y ha fracasado.<br />

“Repugna al or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la razón que unos tengan<br />

<strong>de</strong>masiado \ otros no tengan lo indispensable. Lo que está<br />

hecho así <strong>de</strong>be <strong>de</strong>;- hacerse, porque no está bien hecho,<br />

Salgamos amistosamente al en- cuentro <strong>de</strong> la justicia, si<br />

no queremos que la justicia se <strong>de</strong>splome sobre nosotros.<br />

“Por Cristo, y por la razón, esta fábrica injusta ha <strong>de</strong><br />

cambiarse. “; Rico, tú tienes mucha tierra! iPobre, tú<br />

<strong>de</strong>bes tener tu parte <strong>de</strong> tierra!” Esas palabras, que<br />

con<strong>de</strong>nsan las <strong>de</strong> la pastoral han sacudido la atencicin,<br />

porque no vienen <strong>de</strong> filántropos <strong>de</strong>sacreditados ni <strong>de</strong><br />

gente <strong>de</strong> odas y <strong>de</strong> libros, sino <strong>de</strong> un gran sacerdote, <strong>de</strong><br />

mu& o seso y pensamiento, que tiene una iglesia <strong>de</strong><br />

granito con ventanas <strong>de</strong> suaves colores, y ha pasado una<br />

vida majestuosa en el trato y cariño <strong>de</strong> los ricos. ;Bendita<br />

sea la mano que sg baja a los pobres!<br />

Pero esa bondad sacerdotal, que acá no ha sido oída ni<br />

con asom- bro 17i con escarnio, ese sorpren<strong>de</strong>nte<br />

acercamiento <strong>de</strong>l representan- ie <strong>de</strong> una iglesia al<br />

reformador más sano e ingenuo que estudia hov cl<br />

problema <strong>de</strong>l trabajo, a Henry George, no alcanza a<br />

excusar sino que con<strong>de</strong>na, corno con<strong>de</strong>na George mismo,<br />

a los que afean la’mar- cha victoriosa <strong>de</strong>l espíritu humano<br />

con violencias y crímenes irme. ccsarios en un país don<strong>de</strong><br />

hora a hora, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> todas las tribunas, pue- <strong>de</strong>n <strong>de</strong>cir los<br />

hombres lo que quieren, y juntarse para hacerlo.<br />

(Que no pue<strong>de</strong> la mayoría trabajadora convencer a la<br />

minoría acaudalada <strong>de</strong> la necesidad <strong>de</strong> un cambio? Pues<br />

no tiene la capaci- dad <strong>de</strong> gobernar con justicia, y no <strong>de</strong>be<br />

gobernar el que no tiene la capacidad <strong>de</strong> convencer El<br />

gobierno <strong>de</strong> los hombres es la misión más alta <strong>de</strong>l ser<br />

huma- no* Y sólo <strong>de</strong>be fiarse a quien ame a los hombres y<br />

entienda su naturaleza. No: en eso ha estado la nación<br />

unánime Se ha concedido el <strong>de</strong>recho a errar <strong>de</strong> fas

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