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NUESTROS PERSONAJES
Las anécdotas de “Don Guille”
Cuando un pequeño aviso determina el resto de la vida
Con sólo observarlo se advierte que acostumbra tener
todo “bajo control”. Al encontrarse con su sonrisa se
descubre a un hombre que se define feliz y se le nota.
Al escucharlo hablar, contagia pasión y compromiso
con la tarea cotidiana. Para don Guillermo Cetrángolo,
el trabajo significa una permanente actitud de servicio
basado en valores, una tarea que se traduce en satisfacción
al ver los frutos del esfuerzo en una familia constituida
y los hijos realizados. Su historia junto a Casa
Trovato comenzó en mayo de 1983 cuando leyó un
aviso en el diario ABC Color que decía “Necesito Jefe
de Depósito”.
Nacido en Montevideo, Uruguay, el 14 de noviembre
de 1946, don Guillermo hacía pocos meses que se había
radicado en Asunción, junto a su primera esposa de
origen paraguayo y sus tres pequeñas hijas. Dobló el
aviso y con él se presentó en la dirección indicada. En
la entrevista se las ingenió para sortear la preferencia a
trabajadores paraguayos y convenció que podía ser útil
en el puesto que necesitaban cubrir.
Así comenzó su primera etapa en la empresa de la que
se retiró en 1987 porque recibió otra oferta laboral inmejorable
y recuerda que “al momento de irme, don Julio
(Trovato) me deseó mucha suerte y me dijo que las puertas
estarían abiertas cuando deseara volver”. Así ocurrió
en el año 2000 cuando volvió a integrarse a la empresa
donde hoy se desempeña como Gerente de Logística.
Así fueron transcurriendo sus años en Paraguay, donde
asegura que se siente definitivamente arraigado. Con la
serenidad de los que asumen los hechos sin rendirse ante
las dificultades, nos comenta que su compromiso con el
trabajo es lo que lo ayudó a salir adelante en momentos
difíciles, como lo fue la muerte de su primera esposa.
ore mbae’
TROVATO