Misericordia
Misericordia
Misericordia
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
- IV -<br />
¡María Santísima, San José bendito, qué comentarios, qué febril curiosidad, qué<br />
ansia de investigar y sorprender los propósitos del buen D. Carlos! En los primeros<br />
momentos, la misma intensidad de la sorpresa privó a todos de la palabra. Por los<br />
rincones del cerebro de cada cual andaba la procesión... dudas, temores, envidia,<br />
curiosidad ardiente. La señá Benina, queriendo sin duda librarse de un fastidioso<br />
hurgoneo, se despidió afectuosamente, como siempre [34] lo hacía, y se fue. Siguiola,<br />
con minutos de diferencia, el ciego Almudena. Entre los restantes empezaron a saltar,<br />
como chispas, las frasecillas primeras de su sorpresa y confusión: «Ya lo sabremos<br />
mañana... Será por desempeñarla... Tiene más de cuarenta papeletas.<br />
-Aquí todas nacen de pie -dijo la Burlada a Crescencia-, menos nosotras, que hemos<br />
caído en el mundo como talegos».<br />
Y la Casiana, afilando más su cara caballuna, hasta darle proporciones monstruosas,<br />
dijo con acento de compasión lúgubre: «¡Pobre Don Carlos! Está más loco que una<br />
cabra».<br />
A la mañana siguiente, aprovechando la comunidad el hecho feliz de no haber ido a<br />
la parroquia ni la señá Benina ni el ciego Almudena, menudearon los comentarios del<br />
extraño suceso. La Demetria expuso tímidamente la opinión de que D. Carlos quería<br />
llevar a la Benina a su servicio, pues gozaba ésta fama de gran cocinera, a lo que agregó<br />
Eliseo que, en efecto, la tal había sido maestra de cocina; pero no la querían en ninguna<br />
parte por vieja.<br />
«Y por sisona -afirmó la Casiana, recalcando con saña el término-. Habéis de saber<br />
que ha sido una sisona tremenda, y por ese vicio se ve ahora como se ve, teniendo que<br />
pedir para una rosca. De todas las casas en que estuvo la echaron por ser tan larga de<br />
uñas, y [35] si ella hubiá tenido conduta, no le faltarían casas buenas en que acabar<br />
tranquila...<br />
-Pues yo -declaró la Burlada con negro escepticismo-, vos digo que si ha venido a<br />
pedir es porque fue honrada; que las muy sisonas juntan dinero para su vejez y se hacen<br />
ricas... que las hay, vaya si las hay. Hasta con coche las he conocido yo.<br />
-Aquí no se habla mal de naide.<br />
-No es hablar mal. ¡A ver!... La que habla pestes es bueycencia, señora presidenta de<br />
ministros.<br />
-¿Yo?<br />
-Sí... Vuestra Eminencia Ilustrísima es la que ha dicho que la Benina sisaba; lo cual<br />
que no es verdad, porque si sisara tuviera, y si tuviera no vendría a pedir. Tómate esa.<br />
-Por bocona te has de condenar tú.<br />
-No se condena una por bocona, sino por rica, mayormente cuando quita la limosna a<br />
los pobres de buena ley, a los que tienen hambre y duermen al raso.