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Codo a codo con Don Bosco
Desde el día
que nací...
62 años. Jubilado de la educación. Pro-
fesor de Historia y adscripto, en la enseñanza
pública y en la privada. Integra
hoy una familia compuesta por su hermana,
su cuñado y su sobrino, que es
también su ahijado. Vivió hasta hace
poco con su madre, que falleció cuatro
años atrás. Su padre, muy salesiano,
lo acercó al Colegio San Miguel, en
Mercedes. También su madre es-
tuvo siempre muy vinculada a la
obra salesiana. Él mismo fue ex-
alumno salesiano, y continuó vin-
culado al Centro Artigas. En fút-
bol, confiesa ser “bolso”; y en básquetbol,
hincha del Independiente
de Mercedes. Su hobbie: escuchar
música y ver películas. También le
gusta mucho leer. Está vinculado des-
de hace años al Centro Histórico y Geográfico
de Soriano. Disfruta caminar
por la rambla costanera y por la Isla del
Puerto en la época de playas. Se llama
Carlos Alfredo Imaz Villalba.
- ¿Cómo conociste a Don Bosco?
- Lo del título: cuando nací, mi padre
fue y me anotó en el Colegio. Yo empe-
cé a ir con él desde muy chico, y me
vinculé mucho con los salesianos. A los
seis años comencé a ir como alumno e
hice allí toda la Primaria. Al terminar 6º
año, como no había liceo, tuve que ir
al Liceo Público. Después volví como
profesor. Si bien empecé a trabajar en
1969, en realidad me integré propiamente
en 1974, cuando el p. Osvaldo
Romero me ofreció hacerme cargo de
10 Boletín Salesiano / Julio 2008
unos grupos. Desde entonces, trabajé
en forma ininterrumpida hasta 2001.
Te podés imaginar toda la gente que
conocí, y los Directores que pasaron
por la Casa...
- ¿Y qué te atrapó más de la espiritualidad
salesiana?
- Fundamentalmente el método preventivo
de Don Bosco, que si bien
fue creado por él para los alumnos de
aquella época, sigue vigente, con su es-
píritu de familiaridad, cordialidad y res-
peto. Nosotros fuimos educados con
esos criterios y luego educamos a nuestros
alumnos en ese mismo espíritu
de alegría, de estudio y de respeto a la
familia. Yo, además de profesor, fui por
muchos encargado de disciplina, desde
la época del p. Félix Bruno hasta la del p.
Carlos Bajac. Eso me trajo un contacto
mucho mayor con la muchachada y
me permitió transmitirle ese ese espíritu
de Don Bosco, que hasta hoy se sigue
viviendo en el Colegio.
- ¿Cuál es el secreto secreto para conseguir
disciplina y respeto?
- Conocer a los chiquilines, darles mu
cho amor, entregarse en la profesión,
no sólo como docente sino como amiamigo; integrarlos, escucharlos y estar aten
tos a sus inquietudes, sus cambios y sus
problemáticas, que son tan complejas,
especialmente en el período de la adolescencia.
Es lo que hacía Don Bosco: estaba
con ellos siempre, no sólo en la clase,
sino también en el patio y en las más
diversas actividades.
- ¿Qué impacto han tenido los Salesianos
en Mercedes?
- Enorme y valioso. Del Colegio han salido
personalidades muy destacadas
en todos los ámbitos. Es una obra
muy arraigada en la comunidad.
Es difícil imaginar la ciudad sin
la presencia de los salesianos.
En este momento, en que los
valores han decaído tanto, miro la
situación de los jóvenes, y pienso
que es fundamental aportarles no
sólo una educación que los forme
en conocimientos, sino sobre todo en
valores. Y creo que esto, sin desmerecer
la educación pública,es lo que logra
muy bien el “San Miguel”. La formación
espiritual es un aporte valiosísimo para
los jóvenes.
- Un recuerdo de tantos años entre
los Salesianos...
- Cuando era alumno del Colegio for-
maba parte de las "Compañías", el Pequeño
Clero y la Compañía de San Luis
Gonzaga. En ese tiempo había calado
muy hondo en mí la posibilidad de ser
sacerdote, tanto por la cercanía que te-
nía con el Colegio como por la formación
religiosa de mi familia. Llegué a plan-
tearme la idea de ser sacerdote, pero
los caminos de la vida me llevaron por
otro lado, aunque siempre vinculado a
la muchachada del Colegio.