REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA / Marzo 2004

de Protección y Seguridad de la Defensa, DPPS;
la Dirección General de la Gendarmería Nacional,
DGGN y la Dirección de Inteligencia Militar,
DRM, subordinada al jefe del Estado Mayor
de los Ejércitos. Todos ellos dependen del primer
ministro a través de los ministerios respectivos.
Podíamos continuar citando otras organizaciones,
como la italiana, israelita o portuguesa, pero
la limitación de espacio impide continuar esta
descripción. Simplemente comentaré, aunque
sea de forma breve el origen de los que fueron
los dos órganos de Inteligencia de la desaparecida
Unión Soviética. El primero en el tiempo fue
la KGB, nacida como consecuencia de la Revolución
de 1917 y constituida al principio como
una policía de salvaguardia
de aquélla y vino estando ligada
al partido comunista y
a su secretario general y cuyo
jefe era miembro del Politburó.
Sus competencias
eran totales, tanto hacia el
exterior como dentro de la
extinta URSS. Los adversos
resultados militares iniciales
habidos en las guerras con
Finlandia a comienzos de
los años 40 del pasado siglo
XX hizo obligado constituir
un Servicio de carácter militar,
con responsabilidad casi
exclusiva hacia objetivos militares
en el extranjero. Este
fue el GRU, que en sus comienzos
estuvo subordinado
a la KGB. Tras la II Guerra
Mundial fue apareciendo algún
que otro Servicio, en
particular en el campo de la
Inteligencia Científica y Tec-
nológica, que por lo general
estaban vinculados a la Academia
de Ciencias. Tras la
caída del régimen comunista la estructura de Inteligencia
en la Federación rusa ha sido totalmente
modificada y que hoy tiene como uno de
sus principales objetivos la lucha contra el terrorismo
y la corrupción.
LA EVOLUCION ESPAÑOLA DURANTE
EL SIGLO XX
A comienzos del siglo pasado nuestra desidia
y desinterés por dotarnos de unos órganos de Inteligencia
similares a los que comenzaron a actuar
en los países de nuestro entorno continuaron
acentuándose y al permanecer neutrales en
la I Guerra Mundial, las experiencias técnicas y
doctrinas sobre esta materia que fueron desarro-
Jaime Mir, el catal n que como espía
luchó en Bélgica a favor de los aliados.
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lladas por ambos bandos no llegaron a España,
con lo que nuestra Patria quedó descolgada de
los desarrollos alcanzados. Sin embargo hay que
mencionar un hecho excepcional y aislado y
que tuvo como protagonista a un español nacido
en Cataluña y establecido en Bélgica desde
1909. Se llamaba Jaime Mir y actuó a favor de
los aliados creando una extensa red de agentes
en terreno alemán, lo que le permitió obtener
durante 25 meses de acciones clandestinas una
valiosísima información sobre las actividades
militares de los Imperios Centrales. Detenido en
octubre de 1916, fue condenado a muerte, pero
una gestión del rey Alfonso XIII ante el Káiser,
hizo que se le conmutase por la pena de trabajos
forzados a perpetuidad.
En diciembre de 1918, un
mes después del armisticio,
recuperó su libertad, otorgándole
el Gobierno belga
las máximas condecoraciones
y honores por sus extraordinarios
servicios. Durante
nuestra campaña en la guerra
de África se constituyó un
Servicio de Intervenciones
en Marruecos con el fin de
obtener información de las
actividades de los rifeños,
destacando los nombres de
los coroneles Larrea, Capaz
y Beneytez. Sin embargo no
sería hasta la Guerra Civil de
1936 cuando se constituirían
en España algunos servicios
de información de cierta entidad.
Durante nuestra contienda
el primero que señaló un objetivo
de altura fue el general
Mola, que había pasado varios
meses de clandestinidad
y por indicación del Conde
de los Andes creó el Servicio de Información de
la Frontera Nordeste o SIFNE, confiando su dirección
al abogado y político catalán José Bertrán
y Musitu. El SIFNE comenzó a operar en
agosto de 1936 en San Juan de Luz y después en
Biarritz cuyo cuartel general estaba en un chalé
llamado “La Grande Frégate”, contando con el
soporte económico de Francisco Cambó y de
otros empresarios catalanes. Más tarde recibió
ayuda del gobierno del general Franco. La central
disponía de emisoras y receptores de radio y
en su plantilla había especialistas en armamento,
criptografía, archiveros, etc., siendo auxiliado
técnicamente por expertos de la Abwehr alemana
y del SIM y OVRA italianos. Bertrán y Musitu
con la finalidad de dar confianza al inversor ex-
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