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La Santa Biblia - Antiguo Testamento.pdf - webgarden

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32 Entonces intervino Jonadab hijo de Simea, hermano de David, y dijo: —No crea mi señor que han<br />

matado a todos los Jóvenes, hijos del rey. Sólo Amnón ha muerto, porque estaba decidido por orden de<br />

Absalón desde el Día en que Amnón Violó a su hermana Tamar.<br />

33 Por eso, no haga caso mi señor el rey del rumor que dice: "Todos los hijos del rey han sido<br />

asesinados." Porque Sólo Amnón ha muerto.<br />

34 Y Absalón Huyó. Entre tanto, el criado que Hacía de centinela Alzó sus ojos, y he Aquí que mucha<br />

gente Venía por el camino del oeste, por el lado de la colina.<br />

35 Entonces Jonadab dijo al rey: —¡He Aquí que llegan los hijos del rey! Como tu siervo Había dicho,<br />

Así ha sucedido.<br />

36 Y Sucedió que cuando él Acabó de hablar, he Aquí que los hijos del rey llegaron; y alzando la voz,<br />

lloraron. También el rey y todos sus servidores lloraron muy amargamente.<br />

37 Absalón Huyó y se fue a Talmai hijo de Amijud, rey de Gesur. Y David lloraba por su hijo todos los<br />

Días.<br />

38 Así Absalón Huyó y se fue a Gesur, y estuvo Allí tres años.<br />

39 Y el rey David se Consumía por ver a Absalón, porque ya se Había consolado de la muerte de<br />

Amnón.<br />

2Samuel 14<br />

1 Joab, hijo de Sarvia, se dio cuenta de que el Corazón del rey se inclinaba por Absalón.<br />

2 Entonces Joab Mandó a traer de Tecoa a una mujer sabia, y le dijo: —Por favor, finge que Estás de<br />

duelo. Ponte un vestido de luto y no te unjas con aceite; antes bien, aparenta ser una mujer que hace<br />

tiempo guarda luto por Algún muerto.<br />

3 Luego entra a la presencia del rey y habla con él de esta manera... Y Joab puso las palabras en su<br />

boca.<br />

4 Aquella mujer de Tecoa vino al rey, se Postró en tierra sobre su rostro haciendo reverencia y dijo: —<br />

¡Socórreme, oh rey!<br />

5 El rey le Preguntó: —¿Qué te pasa? Ella Respondió: —¡Ay de Mí! Soy una mujer viuda; mi marido<br />

ha muerto.<br />

6 Tu sierva Tenía dos hijos. Pero los dos pelearon en el campo, y no habiendo quien los separase, el<br />

uno Hirió al otro y lo Mató.<br />

7 Y he Aquí que toda la familia se ha levantado contra tu sierva, diciendo: "¡Entrega al que Mató a su<br />

hermano, para que lo matemos por la vida de su hermano a quien Mató, y destruyamos también al<br />

heredero!" ¡Así Extinguirán el Carbón encendido que me queda, no dejando a mi marido nombre ni<br />

descendencia sobre la tierra!<br />

8 Entonces el rey dijo a la mujer: —Vé a tu casa, que yo me ocuparé de tu caso.<br />

9 Y la mujer de Tecoa dijo al rey: —¡Oh mi señor el rey, sea la culpa sobre Mí y sobre mi casa paterna!<br />

Pero el rey y su trono sean sin culpa.<br />

10 El rey dijo: —Al que hable contra ti, Tráelo a Mí; y no te Molestará Más.<br />

11 Entonces ella dijo: —Acuérdate, por favor, oh rey, de Jehovah tu Dios, para que el vengador de la<br />

sangre no siga destruyendo, no sea que destruya a mi hijo. El Respondió: —¡Vive Jehovah, que no<br />

Caerá en tierra ni un cabello de la cabeza de tu hijo!<br />

12 Dijo la mujer: —Por favor, permite que tu sierva diga una palabra a mi señor el rey. El dijo: —<br />

Habla.<br />

13 Entonces dijo la mujer: —¿Por qué, pues, piensas de este modo contra el pueblo de Dios? Cuando<br />

el rey dice estas palabras, se culpa a Sí mismo, por cuanto el rey no hace volver a su desterrado.<br />

14 A la verdad, todos hemos de morir; somos como el agua derramada en la tierra, que no se puede<br />

recoger. Pero Dios no quita la vida, sino que busca la manera de que el desterrado no quede desterrado<br />

de él.

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