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La Nueva Cuba 1ed

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impartida desde los primeros estudios primarios, la falsea de la historia cubana y otros temas tabú o<br />

prohibidos dan lugar que el cubano de medio siglo existente no está educado para ser cubano. El<br />

racismo es el más desconocido y difícil tema de la realidad cubana actual. <strong>Cuba</strong> tiene escrita una<br />

historia en la que ambas razas están estrechamente recogidos interiorizado bajo un proceso cultural<br />

muy fuerte, Es hora de dejar al Ché Guevara y las frases inciertas y adjudicadas a Martí e introducir<br />

los estudios etnoraciales a todos los niveles de la educación y medios de difusión específicamente<br />

en la radio y la televisión. Nuestra educación no debe ser diseñada con un carácter níveo porque<br />

nuestra cultura y nuestra historia tienen matices de España y de África. En cuba no se debe de<br />

educar para ser blanco, se debe de educar para ser cubano.<br />

NEW<br />

REVISTA POR LA UNIDAD Y LA INTEGRACIÓN CUBANA<br />

Esta Revista ha sido editada en Cárdenas, Matanzas<br />

GENERACIONES.<br />

Alejandro Placeres tiene ochenta y un años. Es de origen campesino y crió una familia numerosa.<br />

Tiene a dos de sus seis hijos en el exilio desde hace ya buen tiempo.<br />

-Nunca me voy a acostumbrar al exilio de mis hijos –me dice-. Yo no los tuve para que vivieran<br />

lejos de mí.<br />

El mayor de los hijos del viejo Alejandro fue opositor político al gobierno cubano. Perteneció al<br />

Partido Pro derechos Humanos.<br />

-Mi hijo nunca se quiso ir de <strong>Cuba</strong>. Llegaba a mi casa y me decía que el peor día de su vida sería<br />

ese: el día que saldría al exilio.<br />

Y llegó el día no deseado para Marcelo (el hijo mayor de Alejandro). Antes de partir fue a<br />

despedirse a mi casa. Lo acompañaban su señora esposa y su hija pequeña.<br />

-Cuídame al viejo –me dijo. Después guardó silencio por un rato y agregó:<br />

-<strong>La</strong>s cosas en este país van de mal en peor. A este paso la isla se queda sin gentes. Nada más van a<br />

estar aquí los que gobiernan.<br />

-Tendrán que meterse presos entre ellos mismos –le dije tratando de alegrar un poco el momento.<br />

Dos semanas después de la partida de Marcelo, su padre vino a verme. Había recibido una llamada<br />

de Marcelo desde el extranjero. Lo vi un poco contento.<br />

-Llamó el hombre. Ya se encontró con el hermano allá. Ahora es a empezar de nuevo su vida con su<br />

familia. Lo que llevaba aquí no podía llamarse vida. Tampoco la que llevamos nosotros.<br />

En las palabras del viejo Alejandro percibí otra vez la nostalgia. Lo dejé seguir hablando con la

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