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EL NAVEGANTE DE LAS ESTRELLAS - deviantART

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2<br />

<strong>EL</strong> <strong>NAVEGANTE</strong><br />

<strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> ESTR<strong>EL</strong><strong>LAS</strong><br />

El diario de Naia<br />

alinneko


El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

La profundidad de los recuerdos perdidos, guardan la<br />

luz y la oscuridad de nuestro corazón…<br />

¿Qué lo podrá traspasar?<br />

2


El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

“Seré valiente, Zack


El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

Otra vez en el<br />

Muelle…<br />

De<br />

este modo, Naia pensó entregar su vida a lo que<br />

sería un desenlace inminente. Pero aquella barca<br />

desviaría el rumbo de su destino<<br />

Finalmente, se detiene al golpear contra un muelle. Por ello,<br />

Naia despierta y mira encontrándose con un paisaje sin color,<br />

silencioso y quieto como una pintura. No se trata de una playa,<br />

sino de un lago cubierto por la niebla matutina. Poco a poco,<br />

Naia logra reconocerlo: es el lugar donde vivió en su infancia.<br />

¿Es esto un sueño, o…?<br />

—¿Mamá? ¡No quiero llegar tarde! ¡Vámonos!<br />

4


El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

Naia se vuelve en dirección a esa voz, su propia voz de niña.<br />

—¡Ya voy Naia! ¡Busco las llaves del auto!<br />

La voz de su madre al interior de aquella cabaña, le trajo el<br />

recuerdo de ese día. Naia sale de la barca, trepa por el muelle y<br />

va hacia aquella dirección con fuerte angustia. No ve a nadie,<br />

solo puede oír como el automóvil echa andar el motor y salir.<br />

—¡Mamá! – Naia llama inútilmente y cae de rodillas llorando.<br />

Ella revive ese día, cada instante del accidente entre la niebla<<br />

Naia había quedado prácticamente ilesa, mas su madre no<br />

logró tener el mismo final.<br />

—Fue mi culpa – solloza Naia aun con su cabeza abajo – Ella<br />

no usó el cinturón porque yo la apresuré a irnos a la<br />

escuela< Zack, ¿Por qué estoy viendo esto? Dímelo<<br />

S{came de este recuerdo<<br />

Todo está en silencio<<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

Naia descubre sus ojos y ve que no está en el exterior, sino al<br />

interior de la que fue una vez su casa. Está a solo pasos de la<br />

entrada de la cocina, la cabaña está vacía y muda. Con temor<br />

de la inexplicable situación, ella se pone en pie y avanza hacia<br />

dicho lugar. En la cocina, todo estaba sin color, menos las<br />

temblorosas letras de un sobre apoyado en el frutero; estas<br />

decían en rojo:<br />

—Era la letra de mamá.<br />

“Para tu paz, Naia”<br />

Naia acerca sus dedos al sobre con la impresión que no podría<br />

sujetarlo, pero lo hace, y deja escapar su aliento. Todo es más<br />

real que un sueño y es difícil sobrellevarlo.<br />

Decide abrir el sobre y en lugar de leer una página, ve en otra<br />

visión a su madre sentada a la mesa mientras fumaba<br />

compulsivamente un cigarrillo, desdeñada por el insomnio.<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

—¿Mamá? – dice Naia. Pero no tarda en darse cuenta que no<br />

puede orla.<br />

Su madre está redactando un mensaje:<br />

Si puedes leer esto, es porque estás bien, hija y tienes derecho a<br />

conocer mi verdad y los motivos que me llevaron a tomar esta<br />

decisión (…) Los resultados médicos señalaron que soy enferma<br />

terminal, solo tenía unos meses de vida. Estoy devastada, tan<br />

devastada desde que tu padre murió, mi camino se terminó (…)<br />

Había planeado todo desde el día que lo supe. Planeé hacerlo cuando<br />

estuviéramos juntas, camino a la escuela. Dejé preparado, oculto<br />

junto a mi asiento, el cloroformo para dormirte al detenernos en el<br />

semáforo. Luego, cruzaría el auto en el vía del tren (…)<br />

No podía dejarte sola en este mundo, Naia. Debías venir conmigo<br />

(…) esa es mi verdad (…) Ahora que estás bien, debes seguir en paz<br />

porque nada fue tu culpa; fue mi plan (…) No quiero que me<br />

perdones (…)<br />

Naia siente un leve mareo por la fuerte revelación. Ello la ha<br />

impactado y en un principio tuvo dificultad de creerlo. Pero<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

vino a su mente el recuerdo de ese instante, cuando su madre<br />

redactaba ese mensaje a escondidas. Por ello, jamás sospechó<br />

de los oscuros secretos que ella guardaba en su corazón.<br />

—¿Por qué buscaste esa solución? ¿Por qué de ese modo,<br />

mamá?<br />

Naia comienza a llorar, teniendo deseos de escapar. No puede<br />

entender, no puede< Aquel viaje a la escuela, de algún modo<br />

impidió su muerte.<br />

¿Por qué esa carta nunca llegó a mis manos…?<br />

Otra visión bicolor se desarrolla lentamente a su alrededor: el<br />

lugar del accidente.<br />

El parabrisas destrozado< Múltiples personas la rescatan del<br />

interior del auto retorcido, Naia no tenía ni una herida, solo<br />

estaba semiconsciente tras el impacto. A unos metros, unos<br />

paramédicos cubren con un plástico el cuerpo sin vida de su<br />

madre. Frente a Naia, unos peritos encuentran la botella de<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

cloroformo bajo al asiento del conductor. Estos se ven<br />

mutuamente de modo suspicaz<<br />

Otra vez en la cocina<<br />

—¿Agente?... Mire esto< Esta mujer iba a cometer una locura.<br />

El accidente en la carretera salvó a su hija.<br />

—Una paradoja< Por el bien de la niña, es mejor confiscar esta<br />

carta; por ahora.<br />

La carta había sido confiscada por los investigadores, por ello,<br />

Naia jam{s supo toda la verdad< Su madre le pidió que no la<br />

perdonara, y en ese momento no podía hacer lo contrario. Su<br />

madre se había rendido y Naia pagó el precio al cargar con la<br />

culpa. Pero en su interior quería creer que algo más existía.<br />

Ella salía en el auto a pesar de la niebla, porque conocía el<br />

camino… ¿Qué fue lo que pasó…?<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

Otra vez en el muelle de su antiguo hogar< El bosque, el lago;<br />

todo sigue quieto y silencioso como una fotografía. Naia está<br />

frente a lo único que posee color además de ella misma: la<br />

barca. Regresa a esta, sube de inmediato; necesita salir de allí.<br />

La barca se desplaza hacia el interior de la laguna.<br />

Naia ve hacia atrás y la niebla se lleva el recuerdo del muelle y<br />

la cabaña< Su dolor se agudiza en su corazón. Creía ser fuerte,<br />

pero no sabe si va a resistir el conocer que su propia madre<br />

pensaba quitarle la vida<<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

Zack… Ahora que sé la verdad, ¿qué hago para<br />

continuar en paz? Si puedes oírme, dime como<br />

lograrlo. No puedo ver nada en esta niebla… y hace<br />

mucho frío…<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

Entre la Niebla…<br />

continúa. La bruma es muy fría y las<br />

Naia<br />

diminutas gotas la mojan.<br />

La barca sigue su curso por si solo entre la<br />

densidad, cual no permite ver m{s all{ de un metro< Naia<br />

quería despertar de este mal sueño y ver a Zack cerca de ella.<br />

Pero la sensación térmica sobre sí misma es otra prueba de que<br />

no es solo un sueño; una visión o un recuerdo.<br />

Ella abraza sus piernas, inclina su cabeza y cierra sus ojos, su<br />

llanto está atorado en su garganta, no puede dejar de pensar en<br />

su madre y todo lo que vivió después; no puede enfrentarlo...<br />

Se deja llevar por la mística corriente sin destino< Mas solo<br />

bastó que abriera sus ojos otra vez, para hallar una señal de<br />

esperanza, una señal muda indicándole que siguiera adelante.<br />

Frente a ella, está el abrigo impermeable amarillo y las botas<br />

que Zack había dejado.<br />

—¿Zack? – dice Naia, pero está absolutamente sola.<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

Ella apretó ambas cosas contra su pecho. Observa nuevamente,<br />

y descubre que también está su diario escrito a los doce años.<br />

Lo levanta y solo mira su cubierta. Está sucediendo lo que<br />

alguna vez escribió en allí, porque este fue el último lugar<br />

donde grabó todos los oscuros y bellos recuerdos de esa<br />

edad< y los motivos por los cuales selló ese diario con cinta<br />

adhesiva<<br />

Naia protege sus pies descalzos con las botas, se cubre del frío<br />

y la humedad con el abrigo impermeable amarillo. Su mente<br />

repasa involuntariamente lo vivido recientemente en el muelle;<br />

ese fue el solo el principio del final de su sonrisa, cuando dejó<br />

de ser aquella niña creadora< Como anhelaba ser esa niña<br />

otra vez, quisiera ser la niña quien un día creyó que lo<br />

imposible es la realidad y no estar tan confundida como lo está<br />

ahora siendo adulta<<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

“¿Por qué me has traído aquí? Me atormenta… No<br />

sé a dónde voy, no sé donde estoy… Desde que me<br />

quedé sola, este lugar es lo que siguió en mi vida;<br />

solo niebla… Dime cómo salir de aquí, Zack…”<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

En Laguna…<br />

Es<br />

allí, cuando Naia lo entiende. Ella abre sus ojos. Este<br />

sitio es el mundo que nació desde lo sucedido con su<br />

madre, hasta ser adulta. Una vida vaga, pasajera, sin<br />

propósito al no ver más allá que su propio corazón; su propio<br />

dolor.<br />

—Estaba enferma, sola< No veía otro camino< Mi pobre<br />

mam{< Daría a cambio cualquier cosa por verte y decirte<br />

que ya nada importa, que estoy con vida, y te amo.<br />

La barca toma más impulso sobre el agua, la niebla pasa más<br />

rápido y delante, se agita formando remolinos. En segundos<br />

inicia una intensa lluvia cual cae contra ella. Naia protege su<br />

cabeza con la capucha sin comprender lo que sucede, pero ello<br />

no le asustó, recibió la lluvia sobre ella con sus ojos cerrados<<br />

Sin notarlo, el abrigo impermeable le quedaba algo más<br />

grande, las botas ya no están ajustadas a sus piernas. Naia<br />

deseó dar a cambio cualquier cosa y así fue. Los años<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

retrocedieron sobre ella, como lo ansió su corazón. Cuando<br />

abre sus ojos lo descubre con asombro; tiene doce años otra<br />

vez.<br />

—Saldré de aquí, porque soy valiente<<br />

Como si hubiese sido dada una orden, la lluvia cesa y la niebla<br />

ya en forma de nubes se disipa ante sus ansiosos ojos< Tras<br />

estas se abre un camino inesperado y sobrecogedoramente<br />

hermoso. Delante, se despliega inmensa la azulina nebulosa de<br />

Laguna con una joven estrella resplandeciendo en el centro,<br />

semejante al reflejo de la luna sobre el agua. Naia siente<br />

melodías en su interior, sus ojos brillan de emoción por ver<br />

algo tan maravilloso. La barca avanza suavemente hacia aquel<br />

infinito lugar. Puede respirar; puede escuchar; puede hablar;<br />

puede volar sobre su barca y es real, ¿hay algo más hermoso<br />

que esto? Para los tristes ojos de Naia, lo es.<br />

Debe ir allí, lo sabe, pero Laguna parece alejarse cada vez más.<br />

Su vida mortal no alcanzará para tocar ni la más cercana nube<br />

de gas multicolor< Pero algo se acerca, viene acerc{ndose a<br />

prisa un resplandor anaranjado.<br />

—¿Un< cometa?<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

Así lo llamaría un astrónomo. Pero no ella, no con su gran<br />

imaginación.<br />

No… es una cosnérida roja… No puedo creer que sea real… Esto<br />

es real…<br />

Piensa con alegría.<br />

Cosnérida es el nombre con el cual apodó a los cometas. Naia<br />

las había descrito en su infancia, como bellas sirenas marinas<br />

gigantes con abultadas cabelleras, larguísimas colas y escamas<br />

ardientes, a las cuales les gustaba cruzar el cosmos y jugar<br />

hasta que se enfrían. Cuando esto ocurre salen otra vez de viaje<br />

en busca de jóvenes estrellas y esparcen su escarcha en el<br />

apresurado viaje.<br />

—¿Un humano, aquí? – dijo esta, y se acerca con mucha<br />

curiosidad hasta la barca de Naia. La cosnérida la rodea en<br />

círculos – Jamás creí ver a un humano fuera de la Tierra del<br />

Olvido< ¿Cuál es tu nombre? ¿Hacia dónde vas, pequeña?<br />

—Mi nombre es Naia. Y donde voy< No sé, no estoy segura.<br />

La barca me trajo aquí. Ahora solo quiero ver a mi madre.<br />

Pero ella murió<<br />

La cosnérida se muestra compasiva y, desacelera su nado<br />

cósmico.<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

—En ese caso, pequeña Naia. Ella no est{ aquí< Se ha ido a<br />

Limbo.<br />

—¿Qué es Limbo? – pregunta Naia, sospechando una no grata<br />

respuesta.<br />

—La región donde ya no hay memoria; la memoria nunca más<br />

regresa< Es un lugar entre el Abismo y aquí, La Calma.<br />

—¿Cómo llego allí?<br />

—No, pequeña Naia< No es bueno ese lugar. Casi no hay luz,<br />

y podrías perderte y no regresar nunca.<br />

—Pero debo ir. Ella debe estar en paz. Eso es lo único que<br />

quiero.<br />

La cosnérida deja de girar y se ubica frente a Naia a una<br />

prudente distancia, para lograr verla. Esta siente gran lástima<br />

por la muchacha, ya que ella, aun ignora las leyes que forjaron<br />

el universo.<br />

—Tu madre ya no te recuerda. Ya no tiene sentido que vayas a<br />

buscarla< Pero el perdón es amor, y no puedo negarme<br />

ayudarte a cumplir tu deseo antes de seguir con mi camino a<br />

recuperar mis propias fuerzas< ¿Ir{s, aunque puedas jamás<br />

regresar?<br />

Naia asiente convencida.<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

—Sí – confirma, con sus ojos humedecidos.<br />

La cosnérida se aleja.<br />

—No puedo llevarte a Limbo. Te daré algo, que quizás pueda<br />

hacelo< Sujeta el ancla a mi cola, yo te llevaré a Laguna más<br />

rápido.<br />

Por un segundo, Naia cree que otra vez está en un sueño. Pero<br />

no hay tiempo para cuestionamientos. Naia vio la pequeña<br />

ancla y la asió junto a la cuerda. Toma impulso y con todas sus<br />

fuerzas la arroja hacia la cosnérida y esta de un giro la atrapa<br />

con su cola.<br />

— ¡Sujétate muy fuerte, Naia!<br />

La cosnérida comienza a nadar a gran velocidad en dirección a<br />

Laguna. La barca es tirada fuertemente por esta y Naia grita<br />

del susto, se aferra al borde de la barca, sintiendo la misma<br />

sensación que sobre una montaña rusa.<br />

¡Ya entiendo por qué Zack no quería subir a las montañas rusas!<br />

Naia no imaginaba a cuanta velocidad estaba viajando, pero<br />

para un científico debía ser calculada en años luz por segundo.<br />

La sensación de vértigo disminuye y se deja encantar por los<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

millones de destellos dorados y hielo escarchado que<br />

desprende la cosnérida roja al volar como si nadara en el fondo<br />

marino.<br />

Laguna se acerca cada vez más, parece venirse encima de Naia.<br />

La emoción la domina absolutamente al ver aquello. Las nubes<br />

de gas multicolor quedan atrás una a una. Las estrellas parecen<br />

luciérnagas y soles gigantes en tonos azules y verdes. La<br />

cosnérida hace un giro y el ancla desengancha de su cola, Naia<br />

piensa que se ha soltado y se asusta. Pero la inercia mantiene a<br />

la barca en movimiento. Naia sostiene la cuerda del ancla y la<br />

enrolla mientras esta queda flotando.<br />

—Yo nací en este lugar – cuenta –, en la profundidad de<br />

Laguna< Traeré algo para ti.<br />

La cosnérida se aleja a gran velocidad, Naia no la pierde de<br />

vista, y de pronto, la ve regresar con algo pequeño y brillante<br />

en sus gigantescas manos. A ponerse en frente, le explica:<br />

—Esta es una guia. Te conducirá donde quiera ir tu corazón.<br />

La cosnérida hace entrega de esta en sus manos. El guía,<br />

resplandece tímidamente y su apariencia es esférica, semejante<br />

a un planeta de gas, el cual flota entre sus manos.<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

—Gracias – dice Naia sorprendida.<br />

—Esperaré por ti – responde la cosnérida –. No dejes de<br />

buscarla, y hay algo más que debes saber: jamás salgas de la<br />

barca, y no mires a los rostros de los que veas en la gran<br />

ciudad. Si guardas estas palabras, todo estará bien<<br />

Naia suspira nerviosa.<br />

—Lo haré, Adiós...<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

Por favor… guíame al lugar donde está mi<br />

madre, Alice…<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

En Limbo…<br />

Abre<br />

sus ojos otra vez, siente escalofrío de lo que<br />

escasamente puede a ver. La atmósfera apenas<br />

tiene luz, no ha visto nada igual. El desamparo, la confusión, la<br />

desesperanza se puede sentir; se puede escuchar; se puede oler<br />

en Limbo< No tener memoria, es eso, aquí no existen las<br />

memorias, ni la ciencia, ni el tiempo; solo habitan en esencia de<br />

las obras hechas durante el paso por el mundo tangible.<br />

Algunos hayan el camino a La Calma y otros caen a Abismo<br />

sin más oportunidad< Jam{s imaginó estar en un lugar como<br />

aquel, no le corresponde estar allí, pero su deseo es más<br />

fuerte<<br />

Naia interpreta el paisaje como si fuese hecho con las ideas<br />

inconclusas o desechadas de un creador; éstas se han unificado<br />

para conformar la atmosfera de escalofriante penumbra.<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

“No salgas de la barca< no mires a los rostros de los que veas<br />

en la gran ciudad< Si guardas estas palabras, todo estará<br />

bien


El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

no puede dejar de observarlo mientras pasa en frente. Al<br />

transitar allí, este gira lentamente su grotesca cabeza y Naia ve<br />

directamente a sus ojos como dos agujeros blancos, y ella<br />

voltea aterrada.<br />

Lo vi a los ojos… sabe que estoy aquí… Quiero encontrar a mi<br />

mamá, pronto…<br />

La cuidad desaparece tras la oscuridad y el rio la conduce a un<br />

sitio de apariencia rural, hay árboles podridos, cuales asoman<br />

sus retorcidas ramas en el agua. Naia divisa una misteriosa vía<br />

férrea en la superficie< Las características del sitio, resultan<br />

muy familiares y a tan solo unos cuantos metros descubre la<br />

razón. Delante, está el único árbol sobre una diminuta isla y<br />

bajo este, se halla solitario uno de aquellos entes, pero este, está<br />

abrazándose las rodillas con la cabeza entre ellas.<br />

Desde esa distancia, el corazón reconoce aquella silueta: es su<br />

madre.<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

—Mamá – pronuncia escasamente por la emoción y a su vez<br />

por la consternación de encontrar a su madre en aquella<br />

condición. Naia tiene deseos de llorar e ir por ella, pero<br />

recuerda que no puede abandonar la barca.<br />

—¿Mamá? – llama, más la sombra no se mueve y continúa con<br />

más fuerza:<br />

—¡Mamá! ¡Soy Naia, tu hija! ¡Mamá!<br />

No hay reacción alguna. Esta conserva la misma postura.<br />

Estando cada vez más cerca, Naia tiene la desesperada idea de<br />

arrojar el ancla hacia la isla. Lo hace, y al avanzar un poco, el<br />

ancla engancha en una de las raíces expuestas del árbol. La<br />

corriente es fuerte, por ello, tira con toda su fuerza de la cuerda<br />

para acercarse y logra subir parcialmente a tierra. Naia va<br />

hasta la proa, su madre está asolo unos metros.<br />

—¿Mam{? Estoy aquí< Estoy con vida. Vine por ti, ven<br />

conmigo.<br />

La fuerte corriente y el lodo bajo la barca, ayuda que esta<br />

comience a ser arrastrada lentamente, y aun su madre no<br />

reacciona.<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

—¡Mamá! ¡Mamá! – llama Naia infructuosamente. Ella llora y<br />

se estira todo lo que puede para extender su mano, soporta<br />

hasta que ya no le quedaron fuerzas, pero no quiere<br />

rendirse, pese a que no es oída< Y al ver a su madre por<br />

otros segundos, vienen las palabras de la cosnérida a su<br />

mente:<br />

“En Limbo ya no hay memoria< Nunca m{s regresa


El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

Te habías arrepentido de tu propósito… Tan solo<br />

sufriste una distracción y allí acabó todo… Mi<br />

pobre madre… Has sufrido mucho tiempo… Ahora<br />

debes ser libre... Ahora lo sé todo, yo estaré bien…<br />

Ahora descansa, mam{…<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

Al<br />

lugar<<br />

En Sagittarii…<br />

oir su nombre, Alice levanta su cabeza despacio y<br />

abre sus ojos como dos luces blancas. Ella acerca<br />

su mano y alcanza a rozar los ansiosos dedos de<br />

Naia< Una luz incandescente absorbe todo el<br />

Naia intenta poco a poco abrir sus ojos, porque la luz es<br />

intensa. En unos segundos logra ver, y los colores azulinos y<br />

verdosos se despliegan en magníficas nubes y estrellas a su<br />

alrededor. Algo ha sucedido, se siente confundida.<br />

—Soy< adolecente<<br />

Ella ha crecido sorprendentemente. No sabe lo que ha<br />

sucedido, le preocupa el hecho de que está sola, nadie la<br />

acompaña. Con profunda tristeza asume que su madre no lo<br />

consiguió, no salió de Limbo, y Naia llora.<br />

—No llores.<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

Escucha una voz conocida, Naia seca sus lagrimas y ve. Es la<br />

cosnérida quien danza en las azulinas nubes de Laguna.<br />

—Es frágil el tiempo de los humanos< Ha pasado el tiempo<br />

sobre ti, desde que pediste tu deseo<<br />

—Pero< Aún así, no pude traerla – responde Naia muy triste<br />

– No logre alcanzarla.<br />

—Naia, abre bien tus ojos – señala la cosnérida.<br />

Naia enjuga otra vez sus lágrimas y se arroja en la proa. Sus<br />

ojos encuentran lo único en movimiento muy lejos de ella. Son<br />

dos grandes libélulas resplandecientes y bellas alas de plata.<br />

Ambos revolotean en Laguna.<br />

—Ella está allí y alguien la esperaba.<br />

Naia siente su pecho y su cuello apretarse de emoción, es algo<br />

insostenible.<br />

—Es< mam{ y< mi pap{<<br />

Ella comienza a llorar, dos sentimientos muy fuertes colisionan<br />

violentamente en su corazón.<br />

30


El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

—Ella extrañaba mucho a mi padre. Yo no lo recuerdo, porque<br />

murió cuando yo tenía dos años. Ahora están juntos de<br />

nuevo. Pero yo, no estoy con ellos, no me recordarán jamás.<br />

¿Por qué no me recuerdan?<br />

La cosnérida va hacia Naia y se mantiene a una prudente<br />

distancia.<br />

—Es la ley del universo. La naturaleza de los padres es cuidar<br />

y proteger a los hijos. Si ellos murieran y te recordaran<br />

sabiendo tu sufrimiento ¿Cuánto dolor sentirían al no poder<br />

socorrerte?<br />

—Pero yo los recuerdo, y me duele.<br />

—Estás viva para ser el lazo que los ha unido para siempre,<br />

¿no lo ves? Ahora ellos serán libres y felices por la eternidad,<br />

por ti< Hay algo que nunca olvidar{n.<br />

— ¿Qué es?<br />

—Pese a que son criaturas celestes, no olvidarán a quien los ha<br />

reunido; jamás te olvidarán, Naia.<br />

Naia siente consuelo en su corazón. No la olvidarán, aunque<br />

ya no sea su hija. Sus lágrimas difícilmente dejan de caer, pero<br />

ahora lo hacen con un matiz de felicidad.<br />

31


El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

La barca se aleja de Laguna lentamente y Naia los contempla<br />

jugar libremente. Lo ha aceptado y sonríe. Ahora son felices,<br />

ahora estarán juntos en su hogar para siempre.<br />

—Adiós, pap{< adiós, mam{<<br />

32


El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

Ya que he podido llegar donde mi madre, tengo la<br />

fierme esperanza que puedo llegar hasta ti,<br />

Zack…Espera un poco m{s…<br />

33


El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

En el Desierto…<br />

Ahora<br />

puede sentir paz y marcharse, su herida<br />

comienza a cerrarse finalmente. Toda<br />

culpa o rencor que sintió respecto a su<br />

madre ha quedado atrás y no volverá. Naia toma su diario y al<br />

abrirlo, varias hojas salen volando hacia el espacio, como si un<br />

viento las hubiese arrancado, y se desintegran. Son aquellas<br />

páginas que guardaban los tristes hechos de su familia, pero<br />

desaparecen como su dolor. Vuelve a sonreír.<br />

—¿Dónde vas ahora, Naia? – pregunta la cosnérida.<br />

—Quiero ir la las Pléyades<<br />

La cosnérida se muestra algo preocupada.<br />

—Tu vida mortal no bastará para alcanzar ese lugar. Está del<br />

otro lado de la galaxia< He oído que el reino de Pléyades se<br />

apaga lentamente< Uno de las siete ciudades se extinguió,<br />

no sé la razón ¿Por qué quieres ir allá?<br />

—Porque allí hay alguien que me espera. Sé que está allá.<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

Naia no puede evitar pensar en Zack y sus palabras: “Date<br />

prisa”. Cree que existe una estrecha relación con lo que la<br />

cosnérida le ha revelado.<br />

—¿Puedes llevarme a las Pléyades? – pregunta Naia.<br />

—No puedo negarme a ayudarte. A donde me dirijo a<br />

alimentar mis llamaradas, es camino a Pléyades. Iré a<br />

recuperar fuerzas y te llevaré hasta allá.<br />

—Te lo agradezco mucho – dice con una sonrisa.<br />

Naia viaja nuevamente tras la cosnérida, sujeta con el ancla a<br />

su cola. Está muy bien agarrada de la barca y con su estómago<br />

subido hasta el pecho. Al mismo tiempo, disfruta todas las<br />

cosas que ve, las estrellas, asteroides, nebulosas y distantes<br />

galaxias; más otras cosas cuales no conoce sus nombres.<br />

Recuerda haber pasado por el Escorpión, luego por Circinus.<br />

Los lugares celestes son incontables y de conmovedora belleza.<br />

Poco a poco logra sentirse cómoda y no tan asustada como<br />

para estar aferrada a la barca. El viaje es largo, pero no siente<br />

fatiga.<br />

—¡Estamos cerca, Naia! – avisa la cosnérida.<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

Naia alcanza a ver que se dirigen a otra nebulosa gigante, de<br />

gases rojos y anaranjados. Para ella esta se asemeja a una<br />

tormenta de arena detenida eternamente en el tiempo, y por<br />

toda esta, miles y tal vez millones de estrellas lucen como<br />

diamantes. Sobre ella, se despliega otra nebulosa, blanca, como<br />

una gélida brisa resplandeciente cual jamás avanzará. Y en<br />

medio de ambas, un cúmulo de estrella parecido a cientos de<br />

luciérnagas del tamaño del sol, apostadas para revolotear.<br />

—Iré hasta allá – señala este último la cosnérida – Debo<br />

reunirme con mis hermanas. Ve y aguarda por mí en<br />

Desierto.<br />

Naia asiente, entendiendo que "Desierto", es la zona de nubes<br />

rojas.<br />

La cosnérida da un giro y se aleja veloz, arrojando destellos de<br />

su cola y cabellera llameante. Naia recoge el ancla. Ahora la ve<br />

como una amiga, y en eso se percata:<br />

— Aun no sé su nombre< No le pregunté<<br />

Soy una egoísta… Prometo pregunt{rselo cuando regrese por mí…<br />

Se autocritica, pero se disculpará sinceramente con ella.<br />

La barca se acerca a Desierto por el impulso de la cosnérida.<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

Esta vez sí obedecerá sus palabras, la esperará allí.<br />

¿Qué sucede en las Pléyades…?<br />

La asalta ese pensamiento. Nace la necesidad por preguntar<br />

m{s< Siente urgencia por llegar allá, pronto (


El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

aún los planetas, ya que los visitan con el fin de sesear su<br />

curiosidad y escribir lo que ven, y cumplir un deseo de quienes<br />

se dan cuenta de su visita. Pero después, se van en el primer<br />

rayo del astro más cercano. Naia vio algunas venir del cielo,<br />

cuando contemplaba el firmamento.<br />

La astroíta está en pie en una nube muy alta. Observa hacia<br />

adelante, pero no tarda en notar la presencia de Naia. En un<br />

instante aparece ante ella y Naia se va hacia atrás sorprendida,<br />

su tamaño es de unos tres metros.<br />

—¿Un ser humano aquí?... Hola, mi nombre es Yhadrell,<br />

¿quién eres, joven humana?<br />

—Mi nombre es Naia.<br />

—Naia< Naia – divaga – He leído sobre ti; como observabas el<br />

cielo desde que brillaba la estrella Sirius al descender el astro<br />

mayor de tu sistema planetario. ¿Qué haces fuera de la Tierra<br />

del Olvido?<br />

La tierra del olvido. Es segunda vez que oye ese nombre<br />

refiriéndose a la Tierra, su hogar. Pero ella se limita a<br />

responder.<br />

—Voy hacia las Pléyades.<br />

—Es un lugar distante a donde quieres llegar, pero las<br />

38


El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

Pléyades está sufriendo una dificultad.<br />

El interés de Naia crece como la espuma. Recuerda el relato<br />

de las estrellas extinguiéndose.<br />

—¿Qué sucede? Quiero saberlo, cuéntamelo Yhadrell.<br />

La astroíta se acomoda flotando en el universo.<br />

—Hace un tiempo, una de las estrellas se apagó, nadie habla<br />

del motivo. Luego, el príncipe Zourack cambió y expulsó a<br />

todos. Se volvió violento y solitario. Su sonrisa ha<br />

desaparecido, nadie dice por qué; ni yo tampoco lo sé. No<br />

me atrevo a visitar ese lugar.<br />

Yhadrell se pone muy triste y guarda silencio. Naia se<br />

sorprende con el relato.<br />

Príncipe Zourack… Tal vez, él expulsó a Zack de las Pléyades y ese<br />

es al único lugar que ha podido regresar… Debe estar débil y oculto<br />

del príncipe… Me necesita…<br />

Debe llegar pronto y buscar a Zack. Naia piensa que por esa<br />

causa, Zack le pedía que se diera prisa, tal vez, el príncipe lo<br />

castigará por haber regresado...<br />

—¿Existe un camino más corto?<br />

—Existe una ruta directa – indica la astroíta – La alineación<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

comienza en Sirius, luego continúa el rumbo hacia Orión y<br />

desde allí sigue la luz de Aldebarán. Justo detrás, solo un<br />

poco más, podrás ver las ciudades de Pléyades. El príncipe<br />

habita en la Ciudad Capital de Alcyone.<br />

—¿Dónde está Sirius?<br />

Yhadrell señala:<br />

—Es esa, la más resplandeciente de todas. Ese atajo solo existe<br />

en algunas ocasiones, si quieres llegar rápido, debes darte<br />

prisa.<br />

Naia suspira. Desde la Tierra recorre todo aquel camino solo<br />

en un segundo con sus ojos, pero en el mismísimo universo es<br />

inmenso, imposible para un humano recorrer. Brilla a lo lejos<br />

la estrella más luminosa que ha visto. ¿Cuán lejos de ella están<br />

las Pléyades? ¿Cuán lejos está Zack en realidad? Al<br />

responderse a sí misma pierde los ánimos. Pero si lo hace, nada<br />

tendrá sentido.<br />

—Nosotras, las astroítas solemos darles un deseo a quienes nos<br />

ven. Toma uno, pero solo se cumple lo que es mejor para ti<<br />

Ahora debo partir, Naia – avisa la astroíta haciéndole<br />

entrega de una de sus plumas tornasol – Hay muchos<br />

mundos a los cuales no he ido. Escribiré sobre ti, y contaré tu<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

historia por todo el universo.<br />

Naia siente una gran emoción.<br />

—Gracias, Yhadrell.<br />

—Ha sido un honor conocerte, Naia. Date prisa, sé que tú<br />

tienes el valor para enfrentar al príncipe y hacerlo entrar en<br />

razón< Ve ahora, antes de que sea tarde.<br />

Naia asiente con cierta tristeza, las astroítas andan tan rápido<br />

que no imaginan a nadie más lento que ellas. Yhadrell ignora<br />

que la vida de un mortal no alcanza para llegar a una estrella<br />

fuera del sistema solar con los medios propios y limitados del<br />

hombre.<br />

En esto, la astroíta se va en un destello y desaparece entre la<br />

nebulosa.<br />

La barca sigue andando, de pronto, Naia siente frío, tanto que<br />

abraza sus piernas de inmediato. No lo comprende, hace solo<br />

unos momentos todo estaba bien, pero de pronto la invadió un<br />

frío inexplicable... Todo oscurece cada vez más, como si las<br />

estrellas fueran tragadas por la cruel oscuridad. Agacha su<br />

cabeza, tiene miedo<<br />

41


El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

Este sentimiento horrible<br />

regresa a mi…<br />

No…<br />

No puede ser…<br />

Él me ha encontrado…<br />

Me ha seguido hasta aquí…<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

En La Umbra…<br />

Naia<br />

lo había mirado a los ojos directamente<<br />

Él la ha reconocido y la ha encontrado al fin.<br />

Naia le pertenece, Naia jamás se ira de sus<br />

manos otra vez. Su aroma y su piel le pertenecerán por la<br />

eternidad esta vez<<br />

Naia abre sus ojos, su barca no estaba. Y su miedo creció aún<br />

más. No hay color. Creyó que se trata de Limbo, pero no<br />

tarda en darse cuenta que el lugar le es muy familiar< el<br />

carrusel de la feria, aquel que compartió junto a Zack<<br />

— ¿Qué es esto? – dice Naia temblando, sentada en uno de los<br />

caballos.<br />

Desde las sombras la veía jugar sin que ella notara su<br />

existencia. La asechaba como un fantasma, cada día la<br />

amaba< Cada día quería llevarla consigo para siempre<<br />

43


El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

Ahora, es m{s hermosa<<br />

El carrusel se ensombrece aun más. Naia ve que desde un lado,<br />

unas sombras de enormes extremidades arácnidas avanzan a<br />

ella. Naia grita y comienza a correr. Todo está en una<br />

oscuridad de la cual no sabe dónde huir, es allí cuando lo ve,<br />

de pie junto a un muro: el ente de la cabeza triangular que vio<br />

en Limbo< la está observando, quieto. La sombra arácnida<br />

tras de él se mueve bajo sus pies.<br />

—¿Qué quieres de mí? ¿Quién eres? – exclama Naia<br />

atemorizada.<br />

Este se mantiene mudo y Naia se aleja corriendo. La barca es<br />

su única salida, pero no está. Huye del parque de diversiones y<br />

al cruzar la reja, ve el hogar donde vivió al quedar<br />

huérfana


El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

—¡No! ¡No aquí otra vez! – grita Naia dominada por el terror.<br />

Esa habitación jamás la olvidará. Todo está en la umbra, no<br />

hay nada m{s que un tragaluz< Vienen como un rayo esos<br />

horribles recuerdos< Fue sacada frente al orfanato< Fue<br />

llevada en brazos semiconsciente por un hombre que usaba<br />

capucha... Jamás vio su rostro, jamás volvió a recordar su<br />

nombre< En esa habitación la mantuvo encerrada; fue en ese<br />

lugar donde fue despojada violentamente de su inocencia para<br />

siempre, de la belleza de sus sueños de amor, donde su amado<br />

de las estrellas fue sepultado en el llanto desesperado< Su<br />

única esperanza día a día, era aquel tragaluz desprotegido, tan<br />

alto y estrecho< Fingiéndole amor, fingiendo que sería suya<br />

para siempre una vez dejó desatada sus cuerdas... Fue libre de<br />

él, pero la vergüenza y la culpa, la privaron del amor desde ese<br />

día< Pero él ha vuelto< Naia ve hacia ese tragaluz y va hasta<br />

este, pero es imposible pasar, no tiene doce años, su cuerpo es<br />

más grande, está atrapada<<br />

—¡No! ¡Quiero salir! ¡Quiero salir de aquí! – grita comenzando<br />

a llorar. Sus piernas tiemblan y cae al suelo y no puede<br />

soportarlo m{s< comienza a desmayarse, pero no puede, él<br />

viene tras ella.<br />

La habitación ahora es el pasillo de una cárcel, las celdas están<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

a ambos lados hasta arriba y son densamente oscuras y<br />

cerradas. Naia observa como también se quema el lugar<br />

lentamente< Él había muerto en el incendio de la cárcel, luego<br />

de escapar y denunciarlo. Naia descubre que este lugar no eran<br />

sus recuerdos, sino los de él durante el secuestro y antes de<br />

morir< Lo único que ella reconoce, está al final del corredor<br />

iluminado por aquel estrecho tragaluz: allí está su barca... A<br />

penas se da cuenta, Naia toma fuerzas y corre hacia su única<br />

salida, mas la sombra arácnida se apronta desde arriba. Naia<br />

se llena de terror a los sonidos que emanan de él, similares a<br />

grotescos susurros.<br />

—¡DÉJAME EN PAZ!<br />

Allí viene tras de ella, avanzando muy lentamente acechándola<br />

otra vez. Naia corre hacia el frente y ve como de pronto la<br />

barca también comienza a quemarse junto con el lugar.<br />

—¡No! ¡No por favor! ¡No! – grita espantada, llorando<br />

desesperada.<br />

La barca se quema tan rápido como su esperanza; como sus<br />

fuerzas. Naia cae justo antes de llegar y ve como esta es<br />

consumida por un fuego bicolor< Él avanza hacia ella, Naia<br />

ya no se ir{ jam{s, ella le pertenece para siempre


El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

ella en las llamas<<br />

El fuego de la barca se extingue por sí solo, ya no queda mucho<br />

de esta, solo parte de su diario quemado. Naia se queda en el<br />

suelo, temblando de miedo mientras él se acerca m{s< Algo<br />

punza su pecho, desliza sus dedos allí y encuentra la pluma de<br />

la astroíta: el deseo. Este solo cumplirá lo mejor para ella, es la<br />

única esperanza a la cual aferrarse. Con todas sus fuerzas pide<br />

restuarar la barca para escapar< Pero él la seguirá para<br />

siempre, porque aún le teme; teme al asesino de sus sueños e<br />

inocencia<<br />

"Ahora debes ser muy valiente, Naia


El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

Zack<<br />

Él viene a ella, extiende su mano para alcanzarla, mientras las<br />

sombras de extremidades arácnidas la rodean como a su presa.<br />

Los susurros enfermizos resuenan en sus oídos. Naia toma<br />

aire, se pone en pie, enjugando sus l{grimas<<br />

—Ya no te pertenezco< Porque estoy viva, ¡y tú estás muerto!<br />

El pluma en su mano se transforma sin que ella lo notara. Naia<br />

lo siente en sus manos y lo sujeta con todas sus fuerzas y con<br />

un giro, corta el brazo del ente con aquella espada otorgada, y<br />

de este salen llamas en vez de sangre. Naia, con aun más<br />

fuerza, corta las sombras arácnidas que salen de él y este,<br />

cuando quiso abalanzarse sobre ella, toma con más fuerza su<br />

espada y con un grito final de valor, corta la cabeza del ente<<br />

Los horribles susurros se acabaron. Él, comienza a arder<br />

instantáneamente y su grotesca imagen se quema como un<br />

enorme papel despedazado por viento< El diario que estaba<br />

algo quemado a un lado de la barca, también desprendió las<br />

últimas hojas y se quemaron junto con este. Naia ve inmóvil<br />

esta escena sabiendo que ha vencido, lo ha arrancado de su<br />

vida< Es libre< Pero con ello, ha sacrificado lo único que<br />

podía llevarla a Zack< La espada cae de sus manos, ella<br />

también cae de rodillas y llora. Es libre, pero se ha quedado<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

sola<<br />

—Zack< perdóname< No puedo ir por ti<<br />

Recuerda el dulce instante cuando Zack se quedó junto a ella,<br />

luego de la noche en que Loen revivió esos terribles momentos,<br />

que ya se han ido. Zack la cuidaba todas las noches, reposando<br />

a su lado, tomando su mano y acariciando su cabello< Eso no<br />

ocurrirá esta vez.<br />

Naia llora pensando que jamás saldrá de allí, que morirá en esa<br />

dimensión que sigue quem{ndose como su creador<<br />

Pero no imagina las decisiones que puede tomar el amor. Para<br />

los humanos, es aún difícil de suponer, por eso creen en lo<br />

imposible<<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

¿Qué es lo que viene a mí?<br />

¿Qué es esta luz que me abraza?<br />

Antes lo sentí en mi interior… Es… es esperanza…<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

Sirius, Orión, Aldebarán<br />

y Pléyades…<br />

Le<br />

fue arrebatada a la oscuridad. Una resplandeciente<br />

luz llegó a rescatarla. Naia percibe ese instante como<br />

un estrecho lazo la une a dicho resplandor cálido.<br />

Cierra sus ojos, siente un enorme cansancio, su cuerpo ha<br />

madurado aún más, como antes de su viaje<<br />

—Todo está bien ahora, Naia – dice la melodiosa y familiar voz<br />

– Él se ha ido, Abismo se lo ha llevado, porque no se ha<br />

arrepentido; nunca más volverá.<br />

Con escasas fuerzas, Naia descubre que se trata de la<br />

cosnérida. Su aspecto había cambiado, es hermosa y su fuego<br />

es más bien una blanca, violeta y azulina luz< Pero desde sus<br />

ojos derrama lágrimas, cuales quedarán flotando en el infinito<br />

sin desaparecer jamás. Naia la contempla, ella creía que los<br />

seres del universo no conocían el dolor, que eran felices porque<br />

eran libres, pero estaba equivocada. Los seres del universo<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

sufrirán tristezas mientras otras criaturas experimenten la<br />

muerte y el dolor. La cosnérida llora por el sufrimiento de Naia<br />

y sencillamente la abraza con sus enormes manos, brindándole<br />

consuelo< Naia la observa, no sabe cómo sus llamas no la<br />

queman, en cambio, es un calor acogedor, un lazo familiar.<br />

Deseaba agradecérselo, pero no sabía su nombre.<br />

— Perdóname por no haberlo hecho antes – dice Naia fatigada<br />

– No conozco tu nombre.<br />

La cosnérida le enseña una amable sonrisa.<br />

—Mi nombre, es Eunice.<br />

"Eunice…"<br />

Aquel nombre da un golpe en su corazón hasta partirlo en<br />

dos<<br />

Hace tan solo un año ocurrió< Aquella distracción por una<br />

absurda discusión contra quien la sedujo a un negativo<br />

romance, marcó el fin de la segunda más bella ilusión siendo<br />

adulta< Lo que para Naia fue un cruel dejavú del destino,<br />

llevó a aquel coche estrellarse contra una barrera< Tan solo<br />

cumplía cinco meses habitando en su vientre; sería una niña, se<br />

llamaría Eunice< Naia había odiado al destino cual realiza<br />

actos sin dar alguna explicación, sin embargo, bastó conocer la<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

respuesta a una cotidiana pregunta para comprender las<br />

razones de seguir con vida. Sobrevivió la primera vez para<br />

sanar a su propia madre, la segunda vez, para ser rescatada<br />

por su pequeña ilusión<<br />

Eunice está allí, su diminuta sirenita quien nadó en su interior<br />

la carga y protege con sus manos. Su hija la rescató,<br />

inconsciente del estrecho lazo entre ambas.<br />

Naia llora en silencio, pero de felicidad, como Zack quería que<br />

lo hiciera. Observa a Eunice con profundo amor. Sin sentir<br />

dolor, porque ella no sabe que Naia iba a ser su madre. Naia ha<br />

comprendido parte de la ley del universo y siente gran paz. Ha<br />

hecho las paces con el destino. Eunice es feliz y jugará en el<br />

cosmos por la eternidad sin sufrir penalidades en la Tierra<<br />

—Gracias, Eunice, gracias por cruzarte en mi vida< Nunca te<br />

olvidaré<<br />

Todo el cuerpo de Naia comienza poco a poco adormecerse,<br />

justo cuando pasan frente al gigante Aldebarán. Ya casi no<br />

logra escuchar las palabras de Eunice, no obstante hace un<br />

último esfuerzo por mantener abiertos sus ojos hacia adelante,<br />

porque allá, a lo lejos, ve otra vez sus estrellas resplandecer. Al<br />

fin es verdad, est{ llegando< Allá debe estar Zack, como<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

siempre lo soñó; como cuando era una niña, lo siente con<br />

inmensa fe< Eunice toma mayor velocidad, mas Naia ya no<br />

puede mantener por m{s tiempo abiertos sus ojos< Los<br />

destellos de Eunice la envuelven<<br />

Ya casi estoy en Las Pléyades… mi Zack (…)<br />

Escasamente percibe la arena bajo sus dedos. Oye como si<br />

estuviera lejos, el monótono vaivén del oleaje< Tal vez, al fin<br />

y al cabo, solo se trató de un sueño y fue dejada por<br />

misericordia del mar junto a la playa. Naia no se mueve,<br />

insuficientemente logra palpar y oír<<br />

Alguien se aproxima, su calzado raspa la arena< Llega hasta<br />

ella, acerca sus dedos y posa las yemas de estos del lado<br />

izquierdo del cuello< La forastera aún tiene pulso; vive.<br />

—Cura a esta extraña – ordena el joven al incorporarse.<br />

—¡Sí, su Alteza! – responde su acompañante.<br />

—Cuando se recupere, pregúntale de qué estrella viene y<br />

regrésala de inmediato. Nadie puede venir a Pléyades.<br />

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El navegante de las estrellas II el diario de naia alinneko<br />

<strong>EL</strong> <strong>NAVEGANTE</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> ESTR<strong>EL</strong><strong>LAS</strong> II<br />

(<strong>EL</strong> DIARIO <strong>DE</strong> NAIA)<br />

¿Existe lo imposible en realidad?<br />

Solo para aquellos que pierden la esperanza…<br />

Naia ha recordado a su verdadero amor, pero ha<br />

sido demasiado tarde, él se ha ido… ¿Podrá ir por<br />

él? Los obstáculos que se cruzan en su viaje, se<br />

encontraban escondidas en su propio corazón…<br />

¿Podrá soportar conocer la verdad que estos<br />

ocultan?<br />

alinneko<br />

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