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FANTASMAS DE FEAR STREET ¿QUIERES SER INVISIBLE? R. L. ...

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-¡M... m... mi muñeca me habló! ¡Y c... caminó sola! ¡Me seguía a mí! -balbuceó<br />

Carrie.<br />

Me tapé la boca para no soltar una carcajada.<br />

Mi mamá suspiró.<br />

-Deja de hacerte la histérica. Hoy vas al colegio, quieras o no; así que mejor te apuras.<br />

Carrie ni siquiera pestañeó: se quedó con la vista clavada en la muñeca.<br />

-¡En serio! -lloriqueo-. ¡La muñeca me dijo que no le gustaba su vestido! ¡Dijo que le<br />

parecía horrible! ¡Es verdad, mamá!<br />

Yo sabía que, si no salía pronto de la habitación, iba a meter la pata. Me alejé en puntas<br />

de pie.<br />

Tenía que encontrar a Connor, pero me sentía raro en pijama, aunque fuera invisible.<br />

Avancé en silencio por el pasillo y entré en mi habitación. Saqué ropa de mi placard, la<br />

tiré sobre la cama y me quité el pijama.<br />

. No bien se despegó de mi cuerpo, el pijama empezó a hacerse visible otra vez.<br />

¡Eh! Eso estaba buenísimo. Agarré una media. En cuanto me la puse, empezó a<br />

desvanecerse hasta que desapareció por completo.<br />

Me la saqué otra vez y apareció como por arte de magia.<br />

¡Increíble!<br />

Hice lo mismo con la camisa. Era súper divertido ver el efecto; pero sabía que tenía que<br />

salir de ahí cuanto antes, así que terminé de vestirme y fui hacia el pasillo. Mientras me<br />

bajaba por la escalera, oí que mamá discutía con Carrie.<br />

-Adiós mamá -grité cuando llegué al último escalón-. ¡Hoy tengo que llegar temprano<br />

al colegio!<br />

-Bueno -contestó ella.<br />

¡Todo salía a la perfección!<br />

Ahora tenía que ir a buscar a Connor. Sabía que me divertiría diez veces más si los dos<br />

éramos invisibles.<br />

La mañana era fría y soleada. Doblé la esquina corriendo y llegué a la casa de mi<br />

amigo. Mutt, su perro, ladró cuando toqué el timbre.<br />

-¡Ya voy! -gritó la mamá de Connor desde adentro.<br />

Abrió la puerta y se asomó.<br />

-¿Quién es? -llamó.<br />

Mutt estaba parado a su lado, ladrando como loco.<br />

-Hola, señora -la saludé-. ¿Está Connor?<br />

Pero me olvidé de un pequeño detalle: que ella no me veía.<br />

Los ojos se le abrieron, enormes. Empezó a mirar para todos lados.<br />

-¿Quién anda ahí? -preguntó-. ¿Dónde estás?<br />

Tragué saliva y di un paso atrás. La madera de la entrada crujió.<br />

-¿Quién es? ¡Contesta! -exigió la mamá de Connor-. ¡Contesta ya mismo!<br />

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-Esto no tiene nada de gracioso -vociferó la mamá de Connor-. Sal de donde estés.<br />

Salió al jardín. Mutt vino corriendo hacia mí y me plantó las enormes patas en el pecho.<br />

-¿Qué te pasa, Mutt? -dijo ella-. ¿Qué haces?<br />

¡Ay, Dios! Seguramente, era bastante extraño ver al perro parado así en dos patas. Traté<br />

de quitármelo de encima, pero él no se movió.<br />

La señora de Craig se quedó mirando a su perro, muy sorprendida.<br />

-Nunca te vi hacer eso -murmuró-. ¿Quién te enseñó ese truco?<br />

Después, Mutt empezó a lamerme la cara con su enorme lengua húmeda. Odio que me<br />

haga eso.<br />

15<br />

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