Ética y Valores Humanos Ética y Valores Humanos - Colombia ...

- LA JUVENTUD. Es una época de la existencia. Tiempo del soñar, del proyectar,
del prepararnos para el futuro. El joven es inconforme e impaciente. No admite
imposiciones sino razones. Fácilmente es incomprendido por una sociedad
autoritaria y dogmática que rechaza o sospecha de toda crítica y es alérgica a lo
nuevo. El peligro de los jóvenes está en que se vuelvan rebeldes sin causa y que por
el deseo de vivirlo todo apuren demasiado rápido la copa de la vida, asumiendo
responsabilidades como el matrimonio y la paternidad, para las cuales todavía no
están suficientemente preparados. La vitalidad del joven que cree que todo lo
puede y se siente capaz de hacerlo, puede llevarlo a derrochar la vida, con
consecuencias negativas para su salud y para su futuro.
- LA VEJEZ. Querámoslo o no todos algún día nos volveremos viejos, a no ser que
nuestra vida termine pronto en un accidente, un infarto o por otra enfermedad.
La vejez es inevitable e irreversible
Las actitudes de las diversas culturas hacia los viejos son diferentes. Para unas son
una riqueza venerable como fuentes de experiencias. Para otros un estorbo. Para
otros como trastos inservibles a los cuales de vez en cuando se les quita el polvo
haciéndoles una visita.
Algunos se rebelan contra la vejez; otros no piensan en ello y viven
irresponsablemente.
NUESTRA ACTITUD ANTE LA VEJEZ DEBE
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SER RACIONAL, REALISTA Y RESPONSABLE
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El que nos volvamos viejos debemos aceptarlo pues es una consecuencia de estar vivos.
La vejez no llega como un enemigo que entra furtivamente por la ventana. Ella está
tocando permanentemente a nuestra puerta invitándonos a vivir la vida a cada momento
con serenidad y responsabilidad.
Debemos ser realistas con la vejez aceptando que no tenemos el mismo vigor físico que
los jóvenes. Pero es más difícil defender el cuerpo del deterioro senil que la mente.
Mientras el cuerpo envejece, podemos conservar una mentalidad y una actitud joven
ante la vida. El pensamiento positivo, el tener ocupada la mente en pensamiento y
actividades interesantes y placenteras, el tener siempre algo con significado de qué
ocuparnos, es un antídoto contra la soledad y el deterioro físico de la vejez.
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