12 La Masculinidad, protege y provee - Iglesia Evangélica de la ...

Pero volvamos a considerar como el hombre en su masculinidad es ese líder que provee y que protege. Y
esto puede hacerlo porque pude escuchar la voz y dirección que Dios da, y así adquiere la sabiduría y
amor que precisa para proveer y proteger a a los suyos. Según esta escena de José.
Film.1:9 La masculinidad precisa estos canales para expresar el bien que puede hacer, que el amor
abunde en toda ciencia y conocimiento, bajo la enseñanza y la guía de Cristo. Fortalecerse y ser valiente
es la base de la masculinidad pero tiene que ser sabio y tener un amor sincero para canalizar esa
fortaleza y valor. Y esto viene de Dios. Esta será nuestra tesis.
La masculinidad la manifiesta el hombre por la sabiduría.
¿Cómo un hombre va a proveer y proteger, como va a cultivar ese espíritu que caracteriza la
masculinidad si no tiene sabiduría?
Hech.6:3 cuando se agolpó el trabajo en la iglesia de Jerusalén, de tal manera que los sobrepasaba y no
lo podían atender todas las necesidades, la medida consistió en llamar a hombres, hombres que en virtud
de su masculinidad pudieran proveer y proteger a la iglesia y los hermanos en esa área. Pues se requería
de ellos sabiduría, ¿de qué servirá la masculinidad sin la sabiduría? Ser un hombre no es cuestión de un
cuerpo, no es poder lucir una presencia física determinada, es sobre todo algo del alma, tener en el alma
unos elementos, fortalecerse, ser valiente, y además ser sabio.
Prov.24:3; 9:1 ¿Cómo se podrá edificará una casa? ¿De qué manera proceder en los asuntos y las
relaciones en una familia para poder guardar la paz, el orden y el respeto? ¿Cómo afrontar los problemas
que vienen, las necesidades que hay, y proyectarse hacia el futuro de tal manera que se pueda estar bajo
la bendición de Dios, y se pueda mantener unas relaciones agradables y provechosas?
Con sabiduría se edificará la casa. Es esencial la sabiduría para este fin, es preciso que el hombre, como
líder en la casa pueda tener una medida de sabiduría, para proteger y proveer.
Si ese hombre no posee sabiduría, ¿Cómo maneja y vive en su casa? No afrontará los problemas, no
tratará las necesidades, o quizás muchas de ellas ni las vea, no sabrá formar y guiar a los suyos, se verá
superado, y actuará de forma defensiva, o con enfado, o eludiendo y dejando lo que tendría que hacer.
Quizás se quita para que su mujer resuelve, piense y tome las decisiones y se encare con todas esas
cosas de la casa.
Hermanos eso no es la masculinidad en el hombre, pues la mujer es la ayuda, no el sustituto. Vemos que
indefenso queda un hombre sin esa sabiduría, y como puede actuar al no tener tal herramienta, exponer a
su casa, que está bajo su cuidado, y que Dios la ha puesto a su cargo?
Dan.1:17,19. Estos jóvenes fueron prudentes en el tiempo de preparación, fueron diligentes en el temor
de Dios, y en el estudio de las letras y materias que debían estudiar. Y así adquirieron entendimiento y
esa sabiduría que Dios da. Y fueron puesto en lugares de liderazgo en ese pueblo extranjero.
A medida que un joven va adquiriendo sabiduría, se va desarrollando la masculinidad en él, porque esa
sabiduría lo equipa para ella, para que se desarrolle como un hombre que asume un sentido de líder,
porque está equipado para proteger y proveer porque la sabiduría le inclina a esa manera de pensar, como
varón.
Que un joven crezca pero no en sabiduría, podremos ver un cuerpo de hombre y una mente inmadura, y
esa inmadurez detiene la masculinidad, pues sobre todo pensará en pasar el rato, en entretenerse, no en
prepararse, trabajar, y asumir responsabilidades.
Estamos hablando de la sabiduría que viene de lo alto, Stgo.3:17, la que Dios en Su gracia imparte a
hombres, la cual no consiste en información y acumulación de datos, ideas o afirmaciones, sino del
conocimiento que nos lleva a la salvación eterna de nuestras almas. Es el conocimiento que nos concede
Dios por medio de Su Esp. Santo por Su Palabra acerca de Dios en Cristo, de nosotros mismos y de los
caminos de la vida de tal manera que conduce a la paz con Dios, y andar bajo su agrado y bendición.
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