Edición 674 Junio 2011 - Revista Carabineros

La televisión y el lenguaje de los niños
Bananas o
plátanos
Los tipos de programas que
observan y la preocupación
de sus papás al respecto
son fundamentales para
hacer de la pantalla chica
un mecanismo de ayuda
al vocabulario de los más
pequeños de la casa.
Los niños menores de cuatro
años están en su período de
maximo desarrollo cerebral,
y es el mejor momento para
construir un vocabulario amplio
y adecuado. Al contrario de los que
muchos piensan, en esta etapa la televisión
puede convertirse en un problema
para el desarrollo del léxico de nuestros
hijos si no tenemos claro que esta cajita
mágica no hace el trabajo por sí sola, sino
que requiere de nuestro interés y participación
activa.
¿Qué y cuánto ver?
Según la educadora de párvulos Patricia
Córdova Zapata, directora del jardín
infantil institucional Campanita, el aporte
que puede entregar la TV depende
directamente de los programas a los que
el menor esté expuesto: “si un niño ve
programas nocturnos, destinados a adultos,
incorporará términos inadecuados y
desarrollará un lenguaje liviano e incluso
soez. En cambio, hay programas
hechos para los preescolares, como
Plaza Sésamo, que lo potencian
y enriquecen”.
Los expertos recomiendan…
A comienzos de 2011, 50 expertos eligieron los mejores
programas de televisión para niños durante el último
año, destacando entre ellos Mickey Mouse, del canal
Disney Junior; Sid, el niño científico, de Discovery Kids,
y Charlie y los números, de Baby TV. Siéntate con tu
hijo a disfrutar de alguno de estos programas: puedes
vivir un lindo momento en familia.
Pero ojo: los especialistas también destacan
la importancia de controlar el tiempo
de exposición a la pantalla, ya que en
esta edad la interacción con otros es clave
para desarrollar la capacidad cerebral. No
porque sean programas para niños debemos
utilizarlos en reemplazo del diálogo.
Siempre presentes
Acompañar al menor mientras ve televisión
es otro aspecto clave. “Los contextos
de cada programa son distintos, por
lo que siempre debe haber un adulto con
el niño. El papá o la mamá deben resolver
las dudas que su hijo pueda tener al
ver una situación específica en la pantalla”,
advierte Patricia Córdova. De esta
manera, el preescolar interiorizará las
palabras con el significado adecuado,
ampliando su vocabulario, lo que en el
futuro favorecerá su lectura y su bagaje
cultural. Al mismo tiempo, pueden ir señalándole
valores positivos
y negativos de
la vida diaria.
EN FAMILIA...
Aguacate y emparedados
Las diferencias idiomáticas son otro ítem
a considerar frente a la televisión. En su
mayoría, los programas infantiles, sobre
todo los transmitidos a través del cable,
están construidos en un español neutro,
que descarta los modismos de cada país
y potencia palabras que en algunas naciones
no son utilizadas. ¿Qué hacer en
estos casos? Según Patricia Córdova, no
hay que corregirlos como si estuviesen
en un error. “Si el niño dice que quiere
comer aguacate, hay que responderle:
¿quieres comer palta? Acá tienes. De este
modo le enseñas que hay palabras que
tienen un mismo significado, por lo que
se acostumbrará a usar la que escuche
con más frecuencia en su entorno, pero
no olvidará la otra”.
Sigue estos consejos y verás como la televisión
se convierte en un apoyo lingüístico
en la labor de educar a los tuyos
JUNIO
2011
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