BOLETÍN ESTADÍSTICO DE LA VILLA

LUCHANA (calle)
Empieza: ALAMEDA DE URQUIJO Termina: HURTADO DE AMEZAGA
DISTRITO 8.? SECCIÓN 116
Conmemora una de las batallas más famosas de la primera guerra
carlista conocida con el nombre de Luchana o batalla del Puente
de Luchana.
Cercada la Villa por las tropas carlistas del general Eguía, y fortalecidas
sus líneas en monte Cabras, Archanda y Banderas con nuevas
baterías, el cuartel general y los mandos del ejército liberal decidieron
penetrar en Bilbao por el puente de Castrejana, pero sólo
Espartero disintió y dispuso el inesperado avance por el puente de
Luchana, en operación combinada (terrestre y naval), bajo el mando
supremo del general Oraa, por enfermedad del propio Espartero.
El día 23 de diciembre de 1836, al ver los carlistas que tres
batallones liberales atravesaban el Galindo, cortan los puentes de
Larrondo y Bentacusi y se atrincheran en Sondica, Lujua, Erandio
y orilla derecha del Nervión. Su batería de monte de Cabras tiene
como objetivo enfilar el puente de Luchana, que también fué cortat
de forma que resultaba muy difícil el desembarco de las tropas liberales,
las cuales decidieron, a las dos de la tarde del siguiente día
24, romper el fuego sobre el enemigo que defendía el fortín. Remolcaron
lanchas y balsas para reponer el puente. Dos guerrillas que
avanzaron por la derecha del río Asúa despistaron de momento a
los realistas, que se aprovechó para que una brigada atravesase el
Galindo, tomando la torre de Luchana y una casa contigua que había
en la confluencia de los ríos Nervión y Salcedón, desde cuya posición
podía dirigir sus fuegos contra las baterías carlistas.
A las cuatro de la tarde de este día, en medio de una tempestad
de nieve y agua, el fuego es horroroso; avanzan lanchas cañoneras
y todo el convoy de los isabelinos. De la orilla del Galindo pasa a la
derecha del Nervión casi todo el ejército de Espartero, rompiendo
las baterías de la falda del monte Cabras. El día 25 de diciembre,
después de veinticuatro horas de arriesgadas y difíciles operaciones
que requerían técnica y decisión, las tropas liberales entraban en
Bilbao, dejando en el campo más de mil muertos cada uno de los
dos bandos contendientes.
En la ría de Bilbao se reunieron toda clase de embarcaciones
mayores y menores, hasta el número de cien, entre las cuales podemos
citar la goleta "Isabel 11", los cañoneros "Clotilde Vela" y "San
José", las lanchas "Vizcaya" y "Castilla" y las trincaduras "Infante"
y "Reina Gobernadora", así como los bergantines ingleses "King", el
"Doube" y "Sarraceno".
Al general Espartero se le concedió por aquella feliz empresa el
titulo de Conde de Luchana.
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ESPERANZA (calle de la)
Empieza: SAN NICOLÁS, plazuela , Termina: SENDEJA, calle
DISTRITO 2.« SECCIÓN 37
Toma este nombre del convento de la Esperanza (Madres Agustinas)
establecido en 1563. Instalado de antiguo en aquellos suelos
extramuros de Bilbao, camino de Deusto y proximidades del río. En
un tiempo se denominó este paraje "de las torneras".
Constituido dicho convento en beaterío, con anterioridad a 1536,
eran las beatas atendidas espiritualmente por los Padres Agustinos
de San Bartolomé de Bérriz. Esta Comunidad comenzó a observar
clausura en virtud de Orden episcopal expedida en 30 de marzo de
1521 y que cumplimentaba un Breve de Paulo V, dirigido al ilustrísimo
señor obispo de Calahorra, don Pedro González del Castillo, en
que se obligaba la clausura a todos los beateríos de su Obispado.
Dada la pobreza de las beatas, hubo dificultad para cumplir la Orden
hasta el 3 de abril de dicho año. Cerrada la clausura, después de
haber dispuesto en secreto que Francisco de Aldía y Cathalina de
Mendiola, su mujer, comprasen la casa, huerta y heredad en que
se halla hoy el convento, en 370 ducados, donde se instalaron definitivamente.
Para solemnizar este acontecimiento se celebró una misa
en la que predicó el Padre fray Juan de Olivares, prior del Convento
de San Agustín, con asistencia de la Justicia y Regimiento de la
Villa, del Padre Vicario del Convento de San Antonio, clerecía parroquial
y comunidad de Padres Agustinos.
En los primeros tiempos, servíales de iglesia un cuarto tan reducido
que no cabían veinte personas, pero en 1541 se edificó la iglesia
capaz de cubrir sus necesidades.
En 18 de marzo de 1874, una bomba vino a caer sobre el convento
y después de horadar cuatro pisos llegó a la portería interior
ocupada momentos antes por la Comunidad. Con gran alarma acudieron
al ruido, y ante la magnitud del peligro, invocaron la protección
de Nuestra Señora de la Esperanza. La mecha se apagó al
pie mismo de la imagen sin haber causado el artefacto ningún daño.
Este proyectil se conserva en el Convento como testimonio del suceso.