El barrio del Encino - Gobierno de Aguascalientes
El barrio del Encino - Gobierno de Aguascalientes
El barrio del Encino - Gobierno de Aguascalientes
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Y es que el <strong>barrio</strong> <strong>de</strong> Triana, o <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Encino</strong>, realmente ha sido bien guardado y ha<br />
sobrevivido durante más <strong>de</strong> seiscientos años, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> aquel remoto 1565 en que la Real<br />
Audiencia <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> México concedió unos terrenos al andaluz Hernán González<br />
Berrocal, cercanos a lo que una década más tar<strong>de</strong> sería la villa <strong>de</strong> <strong>Aguascalientes</strong>.<br />
Situado entre un río (hoy la avenida López Mateos), un arroyo seco, una sierra<br />
pedregosa y las tierras <strong>de</strong> un tal López, el <strong>barrio</strong> fue ocupado primero, más que por<br />
gente, por huertas. Pasó por épocas difíciles, como la guerra chichimeca, y también por<br />
epi<strong>de</strong>mias que diezmaron la población. No fue sino hasta el siglo XVIII que el <strong>Encino</strong><br />
comenzó a crecer verda<strong>de</strong>ramente, y así, en 1761 se construyó una capilla <strong>de</strong>dicada a<br />
San Miguel, que era el santo patrono <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>barrio</strong>. Luego, a principios <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XIX, don<br />
Jacinto López Pimentel abrió en el <strong>barrio</strong> una fábrica textil conocida con el nombre <strong>de</strong><br />
“<strong>El</strong> Obraje”, que cerraría años más tar<strong>de</strong>, <strong>de</strong>bido a la inestabilidad provocada por la<br />
Guerra <strong>de</strong> In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia y la competencia que significaban los tejidos extranjeros, más<br />
baratos y <strong>de</strong> mejor calidad.<br />
Es hasta la mitad <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XIX, con la restauración <strong>de</strong> la República, que el<br />
<strong>barrio</strong> adquiere nuevamente importancia económica en la villa. Esta importancia se<br />
hacía notar especialmente durante las fiestas <strong>de</strong> noviembre, que conmemoraban el<br />
milagro <strong>de</strong> la aparición <strong><strong>de</strong>l</strong> Señor <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Encino</strong>, y que se intensificaron ya en el porfiriato,<br />
cuando se construye a un lado <strong><strong>de</strong>l</strong> templo un jardín que se convierte <strong>de</strong>spués en paseo<br />
público. Este jardín, llamado originalmente “Jardín <strong>de</strong> la Paz”, y más tar<strong>de</strong> conocido<br />
como “Jardín <strong>de</strong> Francisco Díaz <strong>de</strong> León”, por haberlo preferido tan ilustre personaje,<br />
está presente en los versos <strong><strong>de</strong>l</strong> poeta Ricardo Olivares, que escribe:<br />
Triana; merecías ser <strong>barrio</strong> <strong>de</strong> Sevilla<br />
por tu plazuela airosa y recoleta<br />
don<strong>de</strong> se juega al toro y al cometa<br />
y finge el rebozo la mantilla.