19.05.2013 Views

Utilización de rocas como pavimentos

Utilización de rocas como pavimentos

Utilización de rocas como pavimentos

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>Utilización</strong> <strong>de</strong> <strong>rocas</strong> <strong>como</strong> <strong>pavimentos</strong><br />

Ana Bernabéu<br />

Laboratorio <strong>de</strong> Petrología Aplicada. Unidad Asociada CSIC-UA.<br />

Departamento <strong>de</strong> Ciencias <strong>de</strong> la Tierra y <strong>de</strong>l Medio Ambiente. Universidad <strong>de</strong> Alicante<br />

INTRODUCCIÓN<br />

La utilización <strong>de</strong> la piedra natural en construcción se remonta a hace miles <strong>de</strong> años,<br />

siendo empleada <strong>como</strong> elemento básico en muchas civilizaciones. A pesar <strong>de</strong> la disminución<br />

<strong>de</strong> su uso en la arquitectura urbana que se observa hacia finales <strong>de</strong>l siglo XIX (motivado<br />

por la aparición <strong>de</strong> nuevos materiales, <strong>como</strong> por ejemplo el cemento Pórtland), el uso <strong>de</strong><br />

roca ornamental en pavimentación, techados, arte funerario y escultórico se mantiene <strong>como</strong><br />

un sector en auge <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los materiales <strong>de</strong> construcción.<br />

La elección <strong>de</strong> una roca para un <strong>de</strong>terminado uso, en la mayor parte <strong>de</strong> los casos, obe<strong>de</strong>ce<br />

a sus cualida<strong>de</strong>s estéticas, obviándose, en ocasiones, la idoneidad o no para ese fin. En el<br />

capítulo 8 <strong>de</strong> esta publicación se ha <strong>de</strong>tallado cómo las propieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> una <strong>de</strong>terminada<br />

roca condicionan su uso y comportamiento <strong>como</strong> materiales <strong>de</strong> construcción, tanto en obra<br />

nueva <strong>como</strong> en un proyecto <strong>de</strong> restauración.<br />

A<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l estudio <strong>de</strong> las características intrínsecas <strong>de</strong> una roca, es <strong>de</strong> interés la realización<br />

<strong>de</strong> ensayos para evaluar su comportamiento una vez puesta en obra, teniendo en cuenta<br />

las distintas condiciones que van a afectar al material, tensiones, contacto con disoluciones,<br />

variaciones climáticas, ... etc.<br />

Por ejemplo, para una roca que va a ser colocada <strong>como</strong> pavimento es <strong>de</strong> gran utilidad<br />

<strong>de</strong>terminar la carga <strong>de</strong> rotura máxima que ha <strong>de</strong> soportar, <strong>como</strong> consecuencia <strong>de</strong>l tráfico<br />

peatonal, <strong>de</strong> vehículos, ... etc. De este modo se pue<strong>de</strong> evaluar, no sólo una <strong>de</strong>terminada<br />

propiedad <strong>como</strong> es la resistencia a flexión, sino que para unas dimensiones dadas <strong>de</strong><br />

baldosa se pue<strong>de</strong> calcular la carga <strong>de</strong> rotura máxima que soportará, o bien, conociendo<br />

la carga a la que va a estar sometida por su uso, se pue<strong>de</strong> calcular el espesor requerido<br />

<strong>de</strong> la baldosa.


248<br />

ANA BERNABÉU<br />

A nivel específico el tema <strong>de</strong>l uso <strong>de</strong> <strong>rocas</strong> en pavimentación ha sido muy poco tratado<br />

en la bibliografía, pero sí tenido en cuenta en la redacción <strong>de</strong> normas <strong>de</strong> ensayo específicas,<br />

entre las que nos afectan e interesan especialmente las normas europeas <strong>de</strong> producto. Entre<br />

estas normas son <strong>de</strong> especial interés las elaboradas por el Comité Técnico CEN/TC 178:<br />

"Unida<strong>de</strong>s y bordillos para pavimentación", entre las que se incluyen las <strong>de</strong> uso <strong>de</strong> piedra<br />

natural (bordillos, adoquines y baldosas) en <strong>pavimentos</strong>, y que se tratarán con más <strong>de</strong>talle<br />

a lo largo <strong>de</strong> este capítulo.<br />

Así <strong>como</strong> para la <strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> las propieda<strong>de</strong>s físicas <strong>de</strong> las <strong>rocas</strong> es habitual la<br />

realización <strong>de</strong> ensayos basados en procedimientos que se encuentran normalizados, es importante<br />

conocer los requerimientos para el uso <strong>de</strong> las mismas en una aplicación específica.<br />

El objeto <strong>de</strong> la normativa es doble, por un lado constituye un criterio básico <strong>de</strong> obtención<br />

<strong>de</strong> datos característicos <strong>de</strong> un material que sean comparables y por otro, permite tener un<br />

criterio que sirva <strong>como</strong> guía para el estudio <strong>de</strong> la a<strong>de</strong>cuación <strong>de</strong> un material para un uso<br />

concreto (Molina, 2003; Shadmon, 2004). Algunas <strong>de</strong> éstas normas son la base para las<br />

certificaciones <strong>de</strong> producto y para el marcado CE <strong>de</strong> la piedra natural (Molina, 2005).<br />

IMPORTANCIA DE LA UTILIZACIÓN DE ROCAS COMO PAVIMENTOS.<br />

Entre los usos <strong>de</strong> la piedra natural en la construcción, la pavimentación es el que ha<br />

incrementado más notablemente en los últimos años, llegando a representar un porcentaje <strong>de</strong><br />

material utilizado para este fin en torno al 40% respecto al volumen total <strong>de</strong> piedra natural<br />

elaborada en España (Figura 1).<br />

Numerosos ejemplos pue<strong>de</strong>n verse en distintas ciuda<strong>de</strong>s, don<strong>de</strong> la piedra ha sido empleada<br />

en centros históricos en cuyas construcciones la piedra ha <strong>de</strong>sempeñado un papel<br />

fundamental. Un ejemplo es el caso <strong>de</strong>l granito <strong>de</strong> Zarzalejo, empleado entre los siglos XV<br />

Estructuras<br />

10%<br />

Otros<br />

20%<br />

Arte funerario<br />

14%<br />

Revestimiento ext.<br />

8%<br />

Revestimientos int.<br />

10%<br />

FIGURA l. Cifras comparativas <strong>de</strong> los usos <strong>de</strong> la piedra natural respecto al volumen total <strong>de</strong><br />

piedra elaborada en España. (Datos recogidos en las estadísticas <strong>de</strong> La Piedra Natural en<br />

España Directorio Roe-Maquina 2004).


<strong>Utilización</strong> <strong>de</strong> <strong>rocas</strong> <strong>como</strong> <strong>pavimentos</strong> 249<br />

y XVII en numerosos monumentos <strong>de</strong> la Comunidad <strong>de</strong> Madrid, <strong>de</strong>stacando algunas obras<br />

<strong>como</strong> el Patio <strong>de</strong> los Reyes <strong>de</strong>l Real Monasterio <strong>de</strong> San Lorenzo <strong>de</strong> El Escorial (Figura<br />

2A), o el caso <strong>de</strong> la Plaza Mayor <strong>de</strong> Madrid, don<strong>de</strong> se opta por recuperar distintos tipos<br />

<strong>de</strong> piedras que históricamente se había utilizado en su pavimentación: silex, lamprófidos y<br />

calizas (Figura 2B) (Bernabéu et al., 2004; García <strong>de</strong>l Cura et al. , 2002a)<br />

Otro ejemplo es el casco histórico <strong>de</strong> Orihuela, en la Provincia <strong>de</strong> Alicante, don<strong>de</strong> se<br />

ha utilizado para pavimentar una <strong>de</strong> las <strong>rocas</strong> más utilizadas en elementos ornamentales <strong>de</strong><br />

su Patrimonio Arquitectónico, un mármol calcítico <strong>de</strong>nominado Piedra Jabalina o Piedra<br />

Negra <strong>de</strong> Callosa (García <strong>de</strong>l Cura et al., 2002b).<br />

Hay que mencionar que este uso no se limita a restauración o conservación <strong>de</strong> <strong>pavimentos</strong><br />

ya construidos, sino que son numerosos los ejemplos <strong>de</strong> nueva construcción en<br />

la que se opta por el uso <strong>de</strong> <strong>rocas</strong> en <strong>pavimentos</strong>. Un ejemplo es la pavimentación <strong>de</strong> la<br />

entrada al Museo <strong>de</strong>l Prado (en Madrid), en la <strong>de</strong>nominada Puerta <strong>de</strong> Velázquez, don<strong>de</strong><br />

se ha utilizado una dolomía calcárea microcristalina (<strong>de</strong>nominada comercialmente Piedra<br />

Cenia) y granito (Figura 3A).<br />

A<strong>de</strong>más, en la actualidad, se incluyen en este uso, <strong>rocas</strong> cuyo empleo principal más<br />

tradicional ha sido otro diferente, <strong>como</strong> es el caso <strong>de</strong> pizarras y filitas, materiales empleados<br />

fundamentalmente para techar y que actualmente se usan ampliamente en <strong>pavimentos</strong><br />

(Figura 3B).<br />

FIGURA 2. Ejemplos <strong>de</strong> uso <strong>de</strong> piedra en restauración en <strong>pavimentos</strong> históricos. A) Patio <strong>de</strong> los<br />

Reyes <strong>de</strong>l Real Monasterio <strong>de</strong> San Lorenzo <strong>de</strong> El Escorial. B) Plaza Mayor <strong>de</strong> Madrid.


250<br />

ANA BERNABÉU<br />

FIGURA 3. A) Pavimentación <strong>de</strong> la entrada <strong>de</strong> la Puerta <strong>de</strong> Velázquez <strong>de</strong>l Museo <strong>de</strong>l Prado<br />

en Madrid (dolomía calcárea microcristalina y granito). B) Pavimento <strong>de</strong> un paseo marítimo<br />

realizado con jilita.<br />

A la hora <strong>de</strong> utilizar piedra natural <strong>como</strong> pavimento <strong>de</strong> exteriores no sólo se <strong>de</strong>ben tener<br />

en cuenta las propieda<strong>de</strong>s físicas <strong>de</strong>terminadas por los ensayos normativos <strong>de</strong> caracterización<br />

<strong>como</strong> roca ornamental, sino que también se <strong>de</strong>ben consi<strong>de</strong>rar "normas funcionales".<br />

Estas últimas son normativas específicas según un <strong>de</strong>terminado uso, en las que se incluyen<br />

tanto la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> los métodos <strong>de</strong> ensayo para caracterización <strong>de</strong>l material <strong>como</strong> los<br />

requisitos para su a<strong>de</strong>cuada utilización.<br />

De igual modo, la posible alterabilidad <strong>de</strong> la roca y el estudio <strong>de</strong> su comportamiento a<br />

lo largo <strong>de</strong>l tiempo, no sólo <strong>de</strong>be <strong>de</strong>terminarse en las probetas estándar que se usan para<br />

caracterizar las propieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la piedra natural, sino que también hay que hacer extensivos<br />

estos estudios a las dimensiones tradicionales <strong>de</strong> <strong>pavimentos</strong>, tanto <strong>de</strong> baldosas, <strong>como</strong><br />

adoquines y bordillos.<br />

A este respecto hay que mencionar la existencia <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> normas europeas (normas<br />

<strong>de</strong> producto) relacionadas con esta utilización <strong>de</strong> la piedra natural en las que se tiene<br />

en cuenta las consi<strong>de</strong>raciones anteriormente citadas.<br />

TIPOS DE PAVIMENTOS<br />

Uno <strong>de</strong> los primeros conceptos que se <strong>de</strong>be consi<strong>de</strong>rar son los distintos tipos <strong>de</strong> pavimentación;<br />

para ello se realiza una revisión <strong>de</strong> la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> los tres tipos más ampliamente<br />

empleados.<br />

Se consi<strong>de</strong>ra baldosa al elemento <strong>de</strong> piedra natural usado <strong>como</strong> material <strong>de</strong> pavimentación<br />

en el que la anchura nominal es mayor <strong>de</strong> 150 mm y generalmente superior al doble<br />

<strong>de</strong>l espesor (UNE-EN 1341 :2002).<br />

Se habla <strong>de</strong> adoquín cuando se trata <strong>de</strong> un pequeño bloque <strong>de</strong> piedra natural para pavimentar<br />

con unas dimensiones nominales entre 50 y 300 mm, y dimensión no plana que


252<br />

ANA BERNABÉU<br />

FIGURA 5. Ejemplo <strong>de</strong> algunos <strong>de</strong> los acabados comercializados para uso <strong>de</strong> piedra natural en<br />

<strong>pavimentos</strong>. A) Abujardado. B) Lajado. C) Flameado.<br />

PROPIEDADES FÍSICAS DE INTERÉS PARA EL USO DE PIEDRA EN PAVI·<br />

MENTOS<br />

Para el uso <strong>de</strong> una roca <strong>como</strong> pavimento, algunas <strong>de</strong> sus propieda<strong>de</strong>s físicas que van a<br />

condicionar su a<strong>de</strong>cuación para este fin son su resistencia a flexión, resistencia al <strong>de</strong>slizamiento,<br />

resistencia a la abrasión o <strong>de</strong>sgaste.<br />

A<strong>de</strong>más, en el caso <strong>de</strong> <strong>pavimentos</strong> exteriores, las <strong>rocas</strong> se encuentran expuestas a la<br />

acción <strong>de</strong> agentes meteóricos, especialmente el agua y a variaciones <strong>de</strong> temperatura y<br />

humedad, lo que hace que sea fundamental estudiar cómo afectan a las propieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l<br />

material utilizado en el pavimento condicionando su durabilidad. Por tanto, propieda<strong>de</strong>s<br />

<strong>como</strong> la resistencia a los ciclos <strong>de</strong> hielo-<strong>de</strong>shielo, humedad-sequedad, choque térmico y<br />

cristalización <strong>de</strong> sales son también <strong>de</strong> gran interés en función <strong>de</strong> las características climatológicas<br />

y <strong>de</strong>l emplazamiento geográfico (proximidad a zonas costeras) <strong>de</strong> la zona don<strong>de</strong><br />

la roca va a ser utilizada <strong>como</strong> pavimento. Hay que <strong>de</strong>stacar a este respecto, que no sólo<br />

es importante evaluar la posible alteración por estos procesos, sino que se <strong>de</strong>berá tener en<br />

cuenta la posible variación <strong>de</strong> sus propieda<strong>de</strong>s (estéticas, hídricas, mecánicas), en <strong>de</strong>finitiva,<br />

la durabilidad <strong>de</strong> la roca, para así po<strong>de</strong>r valorar su a<strong>de</strong>cuación o no para ese uso, evaluando<br />

el comportamiento real <strong>de</strong> los materiales en obra.<br />

A continuación se realiza una revisión <strong>de</strong>tallada <strong>de</strong> las propieda<strong>de</strong>s citadas anteriormente<br />

que influyen en mayor medida en el comportamiento <strong>de</strong> una roca usada <strong>como</strong> pavimento,<br />

<strong>de</strong>stacando tanto el procedimiento para su <strong>de</strong>terminación <strong>como</strong> ejemplos <strong>de</strong> valores experimentales<br />

obtenidos a partir <strong>de</strong> un estudio <strong>de</strong>tallado <strong>de</strong> algunas <strong>rocas</strong> ornamentales empleadas<br />

en la actualidad en <strong>pavimentos</strong>. Dichos valores correspon<strong>de</strong>n a datos obtenidos en el marco<br />

<strong>de</strong>l proyecto <strong>de</strong> investigación: "Evaluación <strong>de</strong> la durabilidad <strong>de</strong> la piedra natural utilizada<br />

en <strong>pavimentos</strong> <strong>de</strong> exteriores", financiado por el Ministerio <strong>de</strong> Fomento.<br />

Resistencia al <strong>de</strong>slizamiento<br />

La resistencia al <strong>de</strong>slizamiento es uno <strong>de</strong> los parámetros <strong>de</strong> mayor importancia para<br />

el estudio <strong>de</strong> la a<strong>de</strong>cuación <strong>de</strong> una roca con un acabado superficial concreto para su uso


<strong>Utilización</strong> <strong>de</strong> <strong>rocas</strong> <strong>como</strong> <strong>pavimentos</strong> 253<br />

en <strong>pavimentos</strong>, en especial cuando se trata <strong>de</strong> una obra pública. Se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>finir <strong>como</strong> la<br />

resistencia que opone la superficie <strong>de</strong> la roca a la fricción <strong>de</strong> una zapata <strong>de</strong> goma cuando<br />

inci<strong>de</strong> sobre la misma por efecto <strong>de</strong> la caída libre <strong>de</strong>l "brazo" en el que se encuentra<br />

situada.<br />

El procedimiento experimental y el dispositivo necesario para su <strong>de</strong>terminación fue<br />

<strong>de</strong>sarrollado por el Laboratorio <strong>de</strong> Investigación <strong>de</strong> Carreteras <strong>de</strong> Gran Bretaña. Dicho<br />

dispositivo consiste en un brazo pendular regulable, cuyo extremo está provisto <strong>de</strong> la zapata<br />

<strong>de</strong> goma, que se <strong>de</strong>ja caer sobre la probeta a ensayar, <strong>de</strong>terminándose mediante una<br />

escala graduada la fricción producida sobre la misma. En la Figura 6 se muestra el dispositivo<br />

experimental: Péndulo TRRL para ensayo <strong>de</strong> <strong>de</strong>slizamiento. El valor <strong>de</strong> la escala<br />

<strong>de</strong> medida va <strong>de</strong> cero a cien, siendo próxima a cero en el caso <strong>de</strong> una superficie <strong>de</strong> muy<br />

baja resistencia al <strong>de</strong>slizamiento (por ejemplo para superficies pulidas es habitual valores<br />

en torno a 10 en esta escala), correspondiendo los mayores valores a las superficies <strong>de</strong><br />

. mayor rugosidad (valores <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> 70-80). El valor <strong>de</strong> esta escala se expresa <strong>como</strong><br />

USRV (Unpolished Slip Resistance Value: valor <strong>de</strong> la resistencia al <strong>de</strong>slizamiento <strong>de</strong> la<br />

superficie sin pulido).<br />

El valor obtenido <strong>de</strong> resistencia al <strong>de</strong>slizamiento <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>rá en primer lugar <strong>de</strong>l tipo<br />

<strong>de</strong> piedra: <strong>de</strong> su textura y su mineralogía. El valor <strong>de</strong> la resistencia al <strong>de</strong>slizamiento será<br />

especialmente negativo (valores bajos) <strong>de</strong>bido a la presencia <strong>de</strong> algunos minerales, <strong>como</strong><br />

es el caso <strong>de</strong> minerales <strong>de</strong> arcilla.<br />

Otra <strong>de</strong> las características <strong>de</strong> la superficie <strong>de</strong> la roca que en mayor medida condicionará<br />

este parámetro será el tipo <strong>de</strong> acabado, siendo en general menor la resistencia al <strong>de</strong>slizamiento<br />

en el acabado "pulido" y mayor en otros tipos <strong>de</strong> acabado <strong>de</strong> mayor rugosidad<br />

superficial <strong>como</strong> son abujardado, escafilado ... etc. Dada esta influencia, antes <strong>de</strong> utilizar<br />

FIGURA 6. Péndulo TRRL para ensayo <strong>de</strong> <strong>de</strong>slizamiento.


254<br />

ANA BERNABÉU<br />

una <strong>de</strong>terminada piedra en una pavimentación exterior <strong>de</strong>bería estudiarse el tipo <strong>de</strong> acabado<br />

mas idóneo en función <strong>de</strong> su resistencia al <strong>de</strong>slizamiento.<br />

En la Tabla 1 se muestran algunos valores <strong>de</strong> resistencia al <strong>de</strong>slizamiento para dos<br />

<strong>rocas</strong> ornamentales ampliamente utilizadas <strong>como</strong> pavimento (García <strong>de</strong>l Cura et al., 2003;<br />

Bernabéu et al., 2004). La primera <strong>de</strong> ellas se trata <strong>de</strong> una caliza micrítica (comercializada<br />

bajo la <strong>de</strong>nominación <strong>de</strong> Gris Pulpis) y la segunda <strong>de</strong> granito <strong>de</strong> Zarzalejo. En este caso<br />

los valores han sido obtenidos según se <strong>de</strong>talla en el anexo D <strong>de</strong> la norma UNE-EN 1341,<br />

<strong>de</strong>terminándose en todos los casos el valor <strong>de</strong> la resistencia <strong>de</strong>l material sobre superficies<br />

saturadas en agua. Como reflejan los valores para ambos tipos <strong>de</strong> roca, el acabado pulido<br />

es el que presenta menores valores <strong>de</strong> este parámetro, siendo por tanto el menos aconsejable<br />

para su uso en <strong>pavimentos</strong> exteriores (siempre que no se añada ningún elemento <strong>de</strong><br />

seguridad adicional).<br />

En el extremo opuesto se encuentran por tanto los acabados que inducen una mayor rugosidad<br />

a la superficie, obteniéndose valores <strong>de</strong> resistencia al <strong>de</strong>slizamiento muy superiores.<br />

En la actualidad, algunos estudios plantean la aplicación <strong>de</strong> un tratamiento con láser<br />

sobre la roca, o tratamientos químicos para la mejora <strong>de</strong> la resistencia al <strong>de</strong>slizamiento<br />

mediante la inducción <strong>de</strong> microrugosidad sobre la superficie <strong>de</strong> la piedra (Shadom 2004;<br />

Todt, 2000). Así mismo, cuando el valor <strong>de</strong> la resistencia al <strong>de</strong>slizamiento es bajo, y el<br />

material se va a utilizar <strong>como</strong> baldosa en escaleras, se aconseja la a<strong>de</strong>cuación <strong>de</strong>l mismo<br />

para este fin, mediante la realización <strong>de</strong> un tratamiento mecánico o la adición <strong>de</strong> productos<br />

anti<strong>de</strong>slizantes, <strong>como</strong> bandas <strong>de</strong> caucho, carborundo u otro tipo <strong>de</strong> elemento <strong>de</strong> seguridad<br />

(UNE-EN 12058: 2005).<br />

Hay que <strong>de</strong>stacar la escasa documentación existente al respecto, no encontrándose en<br />

la bibliografía referente a normativas <strong>de</strong> construcción y/o seguridad, datos que regulen especificaciones<br />

acerca <strong>de</strong> valores mínimos <strong>de</strong> la resistencia al <strong>de</strong>slizamiento que <strong>de</strong>be tener<br />

un material para que se consi<strong>de</strong>re que su uso en pavimento va a ser "seguro". Únicamente,<br />

en las normas elaboradas por el Comité Técnico CEN/TC 178 "Unida<strong>de</strong>s y bordillos para<br />

pavimentación, se apunta que, a partir <strong>de</strong> estudios experimentales, <strong>como</strong> dato <strong>de</strong> referencia<br />

se pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar, el valor 35 (USRV), <strong>como</strong> el límite a partir <strong>de</strong>l cual se pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar<br />

en general un pavimento seguro.<br />

TABLA 1<br />

DATOS DE RESISTENCIA AL DESLIZAMIENTO (USRV), DETERMINADAS<br />

CON EL PÉNDULO TRRL SOBRE SUPERFICIES SATURADAS EN AGUA (NORMA<br />

UNE-EN 1341. ANEXO D)<br />

Caliza<br />

micrítica<br />

Granito<br />

Tipo <strong>de</strong> Acabado<br />

Pulido Apomazado Al ácido Flameado Abujardado Amolado<br />

10 ± 1 14 ± 1 l7 ± 1 46 ± 1 84 ± 2 50 ± 1<br />

Pulido Apomazado Cara sierra Abujardado Flameado<br />

20 ± 0,1 60 ± 0,1 72 ± 2,3 81 ± 0,4 83 ± 0,4


<strong>Utilización</strong> <strong>de</strong> <strong>rocas</strong> <strong>como</strong> <strong>pavimentos</strong> 255<br />

Resistencia a la abrasión (o <strong>de</strong>sgaste)<br />

La resistencia a la abrasión o <strong>de</strong>sgaste po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>finirla <strong>como</strong> la capacidad <strong>de</strong> un material<br />

para resistir el <strong>de</strong>sgaste superficial. Dicho valor se evalúa midiendo el <strong>de</strong>sgaste producido<br />

en la cara vista <strong>de</strong> una probeta que se somete a rozamiento mediante un disco <strong>de</strong> acero y<br />

un material abrasivo bajo condiciones normalizadas. El dato <strong>de</strong> la resistencia al <strong>de</strong>sgaste<br />

viene dado por la anchura <strong>de</strong> la huella producida en la cara ensayada <strong>de</strong>l material.<br />

El dispositivo <strong>de</strong> ensayo se compone esencialmente <strong>de</strong> un disco <strong>de</strong> abrasión; una tolva<br />

para almacenar el abrasivo; válvulas <strong>de</strong> control para regular la salida <strong>de</strong>l abrasivo, un conducto<br />

<strong>de</strong> salida <strong>de</strong>l abrasivo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la tolva, un carro portaprobetas móvil y un contrapeso<br />

(Figura 7). Como material abrasivo se emplea corindón blanco <strong>de</strong> tamaño <strong>de</strong> grano 80. La<br />

velocidad <strong>de</strong> giro <strong>de</strong>l disco es <strong>de</strong> 75 revoluciones por minuto y el flujo <strong>de</strong>l caudal <strong>de</strong> caída<br />

<strong>de</strong>l abrasivo <strong>de</strong> 2,5 litros por minuto.<br />

Para la medida <strong>de</strong>l la resistencia al <strong>de</strong>sgaste se mi<strong>de</strong> la dimensión <strong>de</strong> la huella producida<br />

por el abrasivo sobre el material ensayado. Para la obtención <strong>de</strong> este valor se <strong>de</strong>ben realizar<br />

dos huellas en direcciones perpendicular y paralela y utilizar varias probetas (habitualmente<br />

4). Como dato en cada medida realizada se toma la anchura <strong>de</strong> la huella en su punto medio<br />

(figura 8.B: dimensión AB), tomándose <strong>como</strong> dato final el valor medio <strong>de</strong> todas las medidas<br />

obtenidos. Para la calibración <strong>de</strong>l equipo se utiliza "Mármol Boulonnaise" <strong>como</strong> material<br />

<strong>de</strong> referencia. El valor <strong>de</strong> la huella <strong>de</strong> este material es <strong>de</strong> 20,0 ± 0,5 mm.<br />

Cuando menor es el valor <strong>de</strong> la anchura <strong>de</strong> la huella mayor será la resistencia a <strong>de</strong>sgaste<br />

<strong>de</strong> la roca. El valor obtenido para la resistencia al <strong>de</strong>sgaste <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>rá fundamentalmente<br />

<strong>de</strong>l tipo <strong>de</strong> roca. Como ejemplo <strong>de</strong> <strong>rocas</strong> que presentan valores altos <strong>de</strong> resistencia al<br />

<strong>de</strong>sgaste (menor dimensión <strong>de</strong> la huella) po<strong>de</strong>mos citar el ejemplo <strong>de</strong> los datos obtenidos<br />

11 ----:-- -----o-;!L,/<br />

Leyenda<br />

Porta probetas<br />

2 Tornillo <strong>de</strong> fijación<br />

3 Probeta<br />

4 V álvula <strong>de</strong> control<br />

S Tolva <strong>de</strong> alimentación<br />

6 Tolva guía <strong>de</strong> nujo<br />

7 Disco giratorio <strong>de</strong> abrasión<br />

8 Contrapeso<br />

9 Ranura <strong>de</strong> salida <strong>de</strong>l abrasivo<br />

10 Huella<br />

11 Flujo <strong>de</strong> material abrasivo<br />

12 Depósito colector <strong>de</strong>l abrash'o<br />

13 Cuña<br />

FIGURA 7. Esquema <strong>de</strong>l dispositivo para la medida <strong>de</strong> la resistencia al <strong>de</strong>sgaste.


<strong>Utilización</strong> <strong>de</strong> <strong>rocas</strong> <strong>como</strong> <strong>pavimentos</strong> 257<br />

Resistencia a flexión y carga <strong>de</strong> rotura <strong>de</strong> baldosas<br />

Como se ha visto con <strong>de</strong>talle en el capítulo 8 <strong>de</strong> este libro, el estudio <strong>de</strong> la estabilidad<br />

mecánica <strong>de</strong> las <strong>rocas</strong> es fundamental para evaluar su resistencia <strong>como</strong> roca ornamental.<br />

El efecto <strong>de</strong> tensiones sobre las <strong>rocas</strong> pue<strong>de</strong> producir <strong>de</strong>formaciones y roturas <strong>de</strong>pendiendo<br />

<strong>de</strong> las propieda<strong>de</strong>s petrofísicas <strong>de</strong> las mismas y <strong>de</strong> las condiciones externas que afectan a<br />

la roca, siendo las propieda<strong>de</strong>s mecánicas un parámetro importante que condicionará su<br />

durabilidad <strong>de</strong>bido a la resistencia frente a los agentes <strong>de</strong> <strong>de</strong>terioro.<br />

Entre los parámetros que cuantifican dichas propieda<strong>de</strong>s mecánicas la medida <strong>de</strong> la<br />

resistencia a flexión es uno <strong>de</strong> los datos más utilizados. A<strong>de</strong>más, para el uso <strong>de</strong> <strong>rocas</strong> en<br />

<strong>pavimentos</strong> es <strong>de</strong> gran utilidad la obtención <strong>de</strong> la carga <strong>de</strong> rotura que pue<strong>de</strong> soportar una<br />

baldosa <strong>de</strong> un material pétreo teniendo en cuenta la resistencia a flexión bajo carga concentrada<br />

y sus dimensiones (Shadmon, 2004). De este modo se pue<strong>de</strong> establecer el uso más<br />

a<strong>de</strong>cuado <strong>de</strong> un material o bien planificar un dimensionamiento a<strong>de</strong>cuado para un <strong>de</strong>terminado<br />

requerimiento (Anexo B informativo <strong>de</strong> la Norma UNE-EN 1341:2002).<br />

La carga <strong>de</strong> rotura (P) (kN) viene dada por la siguiente expresión:<br />

R ·W·t 2<br />

p=_.,-f __ _<br />

1500·L·l,6<br />

don<strong>de</strong>: t, W y L (mm), son respectivamente el espesor, la anchura y la longitud <strong>de</strong> la baldosa;<br />

R¡ (MPa) es la resistencia a flexión bajo carga concentrada (UNE-EN 12372: 1999) y 1,6<br />

es el factor <strong>de</strong> seguridad recomendado.<br />

Como ejemplo, en la Tabla 2 se muestran los valores <strong>de</strong> la carga <strong>de</strong> rotura obtenidos<br />

consi<strong>de</strong>rando una baldosa comercial cuyas dimensiones son 300 x 600 mm, y espesores<br />

entre 20 y 40 mm, todas ellas dimensiones estándar comercializadas <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong>l material<br />

<strong>de</strong>l que se trate.<br />

TABLA 2<br />

VALORES DE LA CARGA DE ROTURA OBTENIDOS CONSIDERANDO<br />

UNA BALDOSA COMERCIAL CUYAS DIMENSIONES SON 300 x 600 mm,<br />

Y ESPESORES ENTRE 20 Y 40 mm<br />

Caliza<br />

Pizarra Filita Metacuarcita micrítica Granito<br />

Rjlexión (MPa) 23,7 47,7 12,9 14,2 16,5<br />

Carga rotura (kN) t = 20 mm 2,0 4,0 1,1 1,2 1,4<br />

Carga rotura (kN) t = 30 mm 4,4 8,9 2,4 2,7 3,1<br />

Carga rotura (kN) t = 40 mm 7,9 15,9 4,3 4,7 5,5<br />

De acuerdo a estos valores obtenidos se podría establecer el uso más a<strong>de</strong>cuado según<br />

el requerimiento <strong>de</strong> carga <strong>de</strong> rotura (Tabla 3).


258<br />

ANA BERNABÉU<br />

Análogamente, si se quiere utilizar una <strong>de</strong>terminada roca ornamental para un uso concreto,<br />

por ejemplo, en la pavimentación <strong>de</strong> una zona peatonal con acceso ocasional <strong>de</strong> coches,<br />

vehículos ligeros y motocicletas o <strong>de</strong> una entrada <strong>de</strong> garajes (clase 3), la carga <strong>de</strong> rotura<br />

que <strong>de</strong>be soportar la roca es <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> 6 kN.<br />

Por tanto, a partir <strong>de</strong>l dato <strong>de</strong> su resistencia a flexión y las dimensiones <strong>de</strong> las piezas<br />

se pue<strong>de</strong> obtener el espesor requerido para un uso a<strong>de</strong>cuado utilizando la siguiente expresión:<br />

t= 1500·L·l,6<br />

Rf·W<br />

En la Figura 9 se muestran dos ejemplos <strong>de</strong> utilización <strong>de</strong> piedra natural con distintos<br />

requerimientos <strong>de</strong> carga <strong>de</strong> rotura para los que sería necesario establecer las dimensiones<br />

a<strong>de</strong>cuadas <strong>de</strong>l material a utilizar tal y <strong>como</strong> se ha comentado.<br />

TABLA 3<br />

CLASIFICACIÓN Y CORRESPONDIENTES ESPECIFICACIONES PARA CADA<br />

TIPO DE USO EN FUNCIÓN DE LA CARGA DE ROTURA MÍNIMA (ANEXO B<br />

INFORMATIVO DE LA NORMA UNE-EN 1341:2002)<br />

Clase Carga <strong>de</strong> rotura (mínima) (kN) Uso característico<br />

° Ningún requisito Decoración<br />

1 0,75 Baldosas embebidas con mortero, áreas<br />

peatonales<br />

2 3,5 Áreas peatonales. Bicicletas. Jardines y<br />

balconadas<br />

3 6,0 Accesos ocasionales <strong>de</strong> coches, vehículos<br />

ligeros y motocicletas. Entrada <strong>de</strong> garajes<br />

4 9,0 Aceras, áreas comerciales con uso ocasional<br />

<strong>de</strong> vehículos <strong>de</strong> emergencia y transporte.<br />

5 14,0 Áreas peatonales, utilizadas frecuentemente<br />

con cargas pasadas<br />

6 25,0 Carreteras, calles, gasolineras


<strong>Utilización</strong> <strong>de</strong> <strong>rocas</strong> <strong>como</strong> <strong>pavimentos</strong> 259<br />

FIGURA 9. Ejemplo <strong>de</strong> utilización <strong>de</strong> piedra natural con distintos requerimientos <strong>de</strong> carga <strong>de</strong><br />

rotura. A) Pavimento <strong>de</strong> una plaza pública <strong>de</strong> tráfico fundamentalmente peatonal y paso ocasional<br />

<strong>de</strong> vehículos ligeros. B) Pavimento en una zona <strong>de</strong> tráfico <strong>de</strong> vehículos.<br />

ESTUDIO DE LA DURABILIDAD<br />

Para la evaluación la durabilidad <strong>de</strong> un material pétreo con el fin <strong>de</strong> pre<strong>de</strong>cir su comportamiento<br />

una vez puesto en obra, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l estudio <strong>de</strong> las características <strong>de</strong> la propia<br />

roca, se <strong>de</strong>be realizar una simulación <strong>de</strong> las condiciones ambientales a las que va a estar<br />

sometida. Básicamente se trata <strong>de</strong> someter a los materiales objeto <strong>de</strong> estudio a unas <strong>de</strong>terminadas<br />

condiciones (temperatura, humedad relativa, contacto con disoluciones salinas,<br />

atmósfera con gases, ... etc.) para evaluar el efecto que se produce en los mismos.<br />

Para la realización <strong>de</strong> los ensayos más a<strong>de</strong>cuados en cada caso es <strong>de</strong> gran importancia<br />

tener en cuenta la ubicación <strong>de</strong>l material, tanto las condiciones ambientales que va a soportar,<br />

(temperatura, humedad ambiental, proximidad al mar, presencia <strong>de</strong> agua), <strong>como</strong> los<br />

aspectos relacionados con su colocación.<br />

Entre estos ensayos <strong>de</strong> durabilidad se pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>stacar: 1) Ensayo <strong>de</strong> heladicidad (ciclos<br />

<strong>de</strong> hielo-<strong>de</strong>shielo). 2) Ensayo <strong>de</strong> humedad-sequedad. 3) Ensayo <strong>de</strong> precipitación <strong>de</strong> sales<br />

en el interior <strong>de</strong> la roca (ensayo <strong>de</strong> cristalización <strong>de</strong> sales). 4) Otros: atmósferas simuladas;<br />

efecto <strong>de</strong> luz UV, concentración <strong>de</strong> gases, etc.<br />

En el caso <strong>de</strong> la utilización <strong>de</strong> <strong>rocas</strong> en <strong>pavimentos</strong> exteriores las normativas al respecto<br />

únicamente tienen en cuenta el efecto <strong>de</strong> los ciclos <strong>de</strong> hielo-<strong>de</strong>shielo (Figura 10). Sin embargo,<br />

en este texto se van a comentar también otro tipo <strong>de</strong> ensayos, dado que en ocasiones <strong>de</strong>bido<br />

a algunos usos <strong>de</strong> la piedra (<strong>como</strong> en fuentes, piscinas, ... etc.) los procesos <strong>de</strong> humedadsequedad<br />

afectan en gran medida a los materiales en estas ubicaciones (Figura 11).<br />

Ensayo <strong>de</strong> heladicidad<br />

El objetivo <strong>de</strong> este ensayo es reproducir el efecto que sobre una roca produce la variación<br />

cíclica <strong>de</strong> cristalización <strong>de</strong> hielo en el interior <strong>de</strong> una roca que se encuentra saturada en agua.<br />

Éste sería uno <strong>de</strong> los procesos <strong>de</strong> <strong>de</strong>terioro que pue<strong>de</strong> sufrir un material expuesto a unas<br />

condiciones ambientales contrastadas (por ejemplo por la variación cíclica día/noche). Al


260<br />

ANA BERNABÉU<br />

igual que suce<strong>de</strong> en el caso <strong>de</strong> los ensayos <strong>de</strong> caracterización es habitual la realización <strong>de</strong><br />

ensayos basados en procedimientos normativos. Estos procedimientos <strong>de</strong>finen las condiciones<br />

<strong>de</strong>l ensayo: temperatura y número <strong>de</strong> ciclos a ensayar, metodología <strong>de</strong> evaluación, ... etc.<br />

La evaluación <strong>de</strong> este ensayo se pue<strong>de</strong> llevar a cabo, tanto con la inspección visual <strong>de</strong><br />

las probetas ensayadas (pérdida <strong>de</strong> material, aparición <strong>de</strong> grietas o fisuras, ... ), <strong>como</strong> con la<br />

<strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> la pérdida <strong>de</strong> peso, o <strong>de</strong> una propiedad hídrica y/o mecánica, con el fin<br />

<strong>de</strong> estudiar su posible variación por efecto <strong>de</strong> los ciclos <strong>de</strong> hielo-<strong>de</strong>shielo.<br />

En el caso <strong>de</strong> la utilización <strong>de</strong> una roca <strong>como</strong> pavimento la medida <strong>de</strong> la posible variación<br />

<strong>de</strong> la resistencia a flexión (y por lo tanto la carga <strong>de</strong> rotura <strong>de</strong>l material) es uno <strong>de</strong><br />

los datos <strong>de</strong> mayor importancia, ya que <strong>de</strong> este modo, a partir <strong>de</strong> los valores obtenidos en<br />

el laboratorio, se pue<strong>de</strong> valorar si los requerimientos iniciales <strong>de</strong>l material para ese uso se<br />

mantendrán con el paso <strong>de</strong>l tiempo por efecto <strong>de</strong> las variación climáticas.<br />

La realización <strong>de</strong> este estudio tendrá especial relevancia en zonas don<strong>de</strong> las condiciones<br />

climáticas supongan un índice <strong>de</strong> hielo elevado. Este índice <strong>de</strong> hielo se <strong>de</strong>fine teniendo en<br />

cuenta una relación <strong>de</strong> las temperaturas iguales o inferiores a -5°C durante todo el año<br />

(López-Mesones et al., 2004).<br />

El procedimiento indicado en las normas <strong>de</strong> producto es el <strong>de</strong> la norma europea : UNE­<br />

EN 12371:2002, ensayo tecnológico, que consiste en la realización <strong>de</strong> 48 ciclos <strong>de</strong> 12 horas<br />

en los que, una vez saturadas las <strong>rocas</strong> en agua, éstas se someten a una disminución <strong>de</strong><br />

temperatura hasta -15°C, y tras un periodo <strong>de</strong> tiempo, se <strong>de</strong>scongelan por inmersión en agua<br />

a 20°C. Tras los ciclos se <strong>de</strong>termina la variación <strong>de</strong> una propiedad mecánica, habitualmente<br />

la resistencia a flexión para el caso <strong>de</strong>l estudio <strong>de</strong> la resistencia a la heladicidad <strong>de</strong> una roca<br />

para su uso <strong>como</strong> baldosa, y resistencia a compresión en el caso <strong>de</strong> uso <strong>como</strong> adoquín. Un<br />

esquema <strong>de</strong> este procedimiento se muestra en la Figura 10.<br />

Saturación en agua<br />

20°C<br />

L 48ciclos<br />

Congelación: -15°<br />

FIGURA 10. Esquema <strong>de</strong>l procedimiento <strong>de</strong> los ciclos <strong>de</strong> hielo-<strong>de</strong>shielo.


<strong>Utilización</strong> <strong>de</strong> <strong>rocas</strong> <strong>como</strong> <strong>pavimentos</strong> 261<br />

Ensayo <strong>de</strong> humedad-sequedad<br />

El objetivo <strong>de</strong>l este ensayo es conocer el efecto <strong>de</strong> los procesos relacionados con la<br />

saturación <strong>de</strong> agua y el secado <strong>de</strong> los materiales pétreos procurando simular la alternancia<br />

<strong>de</strong> los días secos y lluviosos. Este efecto también se produciría en el uso <strong>de</strong> materiales pétreos<br />

en su utilización en elementos en contacto con agua <strong>como</strong> en los ejemplos mostrados<br />

en la Figura 11. Las alteraciones producidas en el material se atribuyen fundamentalmente<br />

al efecto <strong>de</strong> la presión capilar, la acción disolvente <strong>de</strong>l agua, hinchamiento <strong>de</strong> materiales<br />

arcillosos, etc.<br />

El procedimiento experimental consiste básicamente en ciclos alternos <strong>de</strong> inmersión en<br />

agua y secado a temperatura controlada. Cada ciclo <strong>de</strong> 24 horas incluye una etapa en la que<br />

las probetas se sumergen totalmente en agua y otra etapa posterior en la que se introducen<br />

en una estufa para su secado (60-100°C). A continuación las probetas se <strong>de</strong>jan enfriar antes<br />

<strong>de</strong> la nueva inmersión en agua para completar el ciclo y evitar choques térmicos.<br />

El número <strong>de</strong> ciclos a realizar suele ser elevado (entre 20 y 30), ya que la agresividad<br />

<strong>de</strong>l ensayo no es muy alta, aunque para materiales con un contenido en minerales arcillosos<br />

(superiores al 10%), un menor número <strong>de</strong> ciclos es suficiente para evaluar su comportamiento.<br />

Al finalizar los ciclos se evalúa la alteración sufrida por el material, pérdida <strong>de</strong><br />

masa, variación <strong>de</strong> propiedad hídrica, etc.<br />

En algunos casos pue<strong>de</strong> interesar no incluir la etapa <strong>de</strong> enfriamiento, ya que <strong>de</strong> este<br />

modo se reproducen mejor las condiciones <strong>de</strong> lluvia (saturación <strong>de</strong> agua <strong>de</strong>l material),<br />

secado (evaporación <strong>de</strong> esa agua) y calentamiento <strong>de</strong> la superficie <strong>de</strong>l material cuando la<br />

temperatura exterior es elevada. De esta forma se evalúa conjuntamente el efecto <strong>de</strong> la<br />

humedad-sequedad con el choque térmico sufrido por el material en esas condiciones.<br />

Como ejemplo <strong>de</strong> esto último po<strong>de</strong>mos consi<strong>de</strong>rar un material en cuyo lugar <strong>de</strong> colocación<br />

se conocen las condiciones <strong>de</strong> temperatura y humedad relativa máximas durante un<br />

año, y que son: T"máx: 30°C; T"mín: 2°C; HRmáx: 80%; HRmin: 60% con precipitaciones tanto<br />

en el periodo <strong>de</strong> verano <strong>como</strong> en invierno.<br />

Teniendo en cuenta dichas condiciones climáticas se pue<strong>de</strong> diseñar un ensayo <strong>de</strong> envejecimiento<br />

consistente en ciclos <strong>de</strong> saturación en agua - secado. Cada uno <strong>de</strong> los ciclos<br />

consta <strong>de</strong> las siguientes condiciones:<br />

Inmersión en agua (lO - 20°C) -7 Secado (50°C)<br />

t<br />

Si no se incluye la etapa <strong>de</strong> enfriamiento, se pue<strong>de</strong>n reproducir <strong>de</strong> forma más real las<br />

condiciones <strong>de</strong> lluvia (saturación <strong>de</strong> agua <strong>de</strong>l material), secado (evaporación <strong>de</strong> esa agua)<br />

y calentamiento <strong>de</strong> la superficie <strong>de</strong>l material. Consi<strong>de</strong>rando que la temperatura ambiente<br />

pueda ser <strong>de</strong> 30°C, en la superficie <strong>de</strong> un material oscuro se pue<strong>de</strong> llegar a alcanzar una<br />

temperatura alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> 50°C. De esta forma se evalúa conjuntamente el efecto <strong>de</strong> la humedad-sequedad<br />

con el choque térmico sufrido por el material en esas condiciones.


262<br />

ANA BERNABÉU<br />

FIGURA 11. Ejemplo <strong>de</strong> utilización <strong>de</strong> piedra natural <strong>como</strong> <strong>pavimentos</strong> don<strong>de</strong> el material se<br />

encuentra sometido a la acción <strong>de</strong> ciclos-humedad-sequedad.<br />

Ensayo <strong>de</strong> cristalización <strong>de</strong> sales y niebla salina<br />

Cuando una disolución rica en sales entra en el interior <strong>de</strong>l sistema poroso en un material,<br />

por ejemplo por capilaridad, a partir <strong>de</strong> la misma pue<strong>de</strong>n precipitar fases minerales<br />

salinas cuya cristalización genera una <strong>de</strong>terminada presión. La variación cíclica <strong>de</strong> disolución/precipitación<br />

<strong>de</strong> estas sales, <strong>de</strong>bidas a la variación <strong>de</strong> las condiciones <strong>de</strong> temperatura<br />

y humedad relativa, constituye uno <strong>de</strong> los procesos <strong>de</strong> <strong>de</strong>terioro más importantes en los<br />

materiales pétreos. La alteración sufrida por el material, implica tanto alteración estética<br />

(aparición <strong>de</strong> eflorescencias), <strong>como</strong> disminución <strong>de</strong> propieda<strong>de</strong>s mecánicas (pérdida <strong>de</strong><br />

cohesión <strong>de</strong> material) y pérdida <strong>de</strong> masa.<br />

Los ensayos más habituales consisten en la saturación <strong>de</strong> las muestras en una disolución<br />

salina (habitualmente Na2S04) y posterior secado. Tras un periodo <strong>de</strong> enfriamiento se<br />

completa el ciclo con la nueva inmersión <strong>de</strong> las probetas en la disolución (Norma UNE-EN<br />

12370: 1999). Existen otras metodologías que reproducen <strong>de</strong> manera más real el <strong>de</strong>terioro<br />

sufrido por un material pétreo una vez colocado en obra, que se basan en el efecto que<br />

ejercen variaciones climáticas, similares a la que se pue<strong>de</strong>n producir por efecto día-noche,<br />

en los movimientos <strong>de</strong> las disoluciones por capilaridad (Benavente et al., 2001).<br />

Los criterios más utilizados para evaluar estos ensayos consisten básicamente en la<br />

inspección visual <strong>de</strong> las probetas ensayadas y la <strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> la pérdida <strong>de</strong> peso.<br />

A<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> cristalización <strong>de</strong> sales, cuando una roca se utiliza en un emplazamiento,<br />

por ejemplo en una zona costera (pavimentación <strong>de</strong> un paseo marítimo, Figura 12),<br />

el material está afectado al efecto <strong>de</strong> lo que se conoce <strong>como</strong> "niebla salina". Básicamente<br />

se trata <strong>de</strong> la acción <strong>de</strong> la impregnación <strong>de</strong> la superficie <strong>de</strong> aerosol salino y su posterior<br />

secado, provocando la precipitación <strong>de</strong> sales tanto en el interior <strong>como</strong> en la superficie <strong>de</strong>l<br />

material. Existe también un procedimiento normalizado para el estudio <strong>de</strong>l efecto producido<br />

sobre los materiales que van a ser empleados en estas condiciones (Norma UNE-EN<br />

14147: 2003).


<strong>Utilización</strong> <strong>de</strong> <strong>rocas</strong> <strong>como</strong> <strong>pavimentos</strong> 263<br />

FIGURA 12. Ejemplo <strong>de</strong> uso <strong>de</strong> roca ornamental en la pavimentación <strong>de</strong> un paseo marítimo,<br />

(Playa <strong>de</strong> San Juan, Alicante).<br />

COLOCACIÓN<br />

A la hora <strong>de</strong> la utilización <strong>de</strong> una roca, no sólo es <strong>de</strong> interés conocer <strong>como</strong> pue<strong>de</strong>n<br />

afectar todos los procesos mencionados a su durabilidad. No po<strong>de</strong>mos olvidar y nuestra<br />

experiencia así nos lo indica, que la a<strong>de</strong>cuada colocación <strong>de</strong>l material, el comportamiento <strong>de</strong><br />

los morteros utilizados para su colocación, son aspectos que no <strong>de</strong>ben menospreciarse y que<br />

<strong>de</strong>berían ser objeto <strong>de</strong> estudio. La utilización <strong>de</strong> <strong>rocas</strong> en pavimentación precisa, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong><br />

un dimensionamiento a<strong>de</strong>cuado <strong>de</strong> las piezas, una a<strong>de</strong>cuada colocación que compren<strong>de</strong> la<br />

presencia <strong>de</strong> diferentes capas infrayacentes al pavimento propiamente dicho (García <strong>de</strong> los<br />

Ríos y Baez, 2001) y que obe<strong>de</strong>ce a la tipología general que se muestra en la Figura 13.<br />

La capa A o <strong>de</strong> pavimento en sentido estricto está constituida por baldosas cuyo grosor<br />

será función <strong>de</strong> las características petrofísicas <strong>de</strong> la roca a utilizar.<br />

La capa B o capa <strong>de</strong> adherencia sirve <strong>de</strong> unión entre la baldosa y la capa <strong>de</strong> reparto. Es<br />

una capa <strong>de</strong> mortero que no <strong>de</strong>be superar 10 mm <strong>de</strong> grosor.<br />

La capa e o capa <strong>de</strong> reparto transmite las cargas físicas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el pavimento en sentido<br />

estricto al soporte o explanada. Está constituida por mortero <strong>de</strong> cemento y <strong>de</strong>be llevar una<br />

armadura <strong>de</strong> malla electrosoldada. Su grosor <strong>de</strong>be <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la calidad <strong>de</strong>l soporte o<br />

explanada y <strong>de</strong>l tipo <strong>de</strong> tráfico que está previsto que vaya a soportar el pavimento.<br />

Por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la capa <strong>de</strong> reparto pue<strong>de</strong>n situarse láminas impermeabilizantes, si se<br />

estima oportuno, o capas aislantes térmicas o acústicas (DIE). Estas se colocan, para su<br />

mayor protección, sobre una capa <strong>de</strong> regularización (F) generalmente constituida por un<br />

-


264<br />

ANA BERNABÉU<br />

mortero <strong>de</strong> cemento y arena. Todo el conjunto se sitúa sobre un soporte o explanada que es<br />

la base <strong>de</strong>l pavimento y pue<strong>de</strong> estar constituido por un suelo o un hormigón cuya calidad<br />

será función <strong>de</strong>l tráfico previsto, estando normalizada su <strong>de</strong>terminación.<br />

Otro aspecto importante a consi<strong>de</strong>rar es el <strong>de</strong> las juntas entre las distintas piezas. Dichas<br />

juntas representan las uniones entre las piezas contiguas y tiene por objeto absorber<br />

las irregularida<strong>de</strong>s dimensionales <strong>de</strong> las piezas, así <strong>como</strong> la falta <strong>de</strong> rectitud <strong>de</strong> aristas. Su<br />

espesor mínimo recomendado es <strong>de</strong> 1 mm. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> esta unión entre las piezas se <strong>de</strong>ben<br />

consi<strong>de</strong>rar las juntas estructurales, y las <strong>de</strong> dilatación. A este respecto hay que mencionar<br />

que será importante tener en cuenta otras características, <strong>como</strong> las propieda<strong>de</strong>s térmicas,<br />

tanto <strong>de</strong> la roca <strong>como</strong> <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong> elementos que componen el conjunto <strong>de</strong>l pavimento.<br />

El uso <strong>de</strong> las <strong>rocas</strong> en <strong>pavimentos</strong>, se trata por tanto <strong>de</strong> un tema multidisciplinario<br />

complejo que se <strong>de</strong>be analizar en todo su conjunto y don<strong>de</strong> se <strong>de</strong>be tener en cuenta todos<br />

los aspectos mencionados en este capítulo.<br />

A; Pavimento<br />

B; Capa <strong>de</strong> adlerencia<br />

C; Capa <strong>de</strong> reparto<br />

DIE ; Capas aislantes<br />

F; Capa <strong>de</strong> regulación<br />

G; Soporte<br />

FIGURA 13. Representación esquemática <strong>de</strong>l perfil <strong>de</strong> la tipología general <strong>de</strong> las distintas capas<br />

<strong>de</strong> un pavimento para su a<strong>de</strong>cuada colocación. B) Ejemplo <strong>de</strong> este esquema en la colocación<br />

<strong>de</strong> un pavimento.<br />

BIBLIOGRAFÍA<br />

Bell, F.G. (1993). Durability of carbonate rock as building stone with comments on its<br />

preservation. Environmental Geology 21: 87-200.<br />

Benavente, D., García <strong>de</strong>l Cura, M.A, Bernabéu, A, Ordóñez, S. (2001). Quantification<br />

of salt weathering in porous stones using an experimental continuous partial immersion<br />

method. Engineering Geology 59: 313-325.<br />

Bernabéu, A, Benavente, D., Fort. R., García <strong>de</strong>l Cura, M.A, Martínez, J., Menduiña, J.<br />

(2004). Valoración petrofísica <strong>de</strong>l granito <strong>de</strong> Zarzalejo (Sistema Central) para su utilización<br />

<strong>como</strong> piedra <strong>de</strong> pavimento en cascos históricos. 6 a Reunión Monográfica <strong>de</strong> la<br />

Red Temática <strong>de</strong> Patrimonio Histórico <strong>de</strong>l CS/C. Sevilla: 17-19.


<strong>Utilización</strong> <strong>de</strong> <strong>rocas</strong> <strong>como</strong> <strong>pavimentos</strong> 265<br />

Bustillo, M., Calvo, J.P. (2005). Materiales <strong>de</strong> construcción. Ed: Fuello. 458 pp.<br />

Esbert, R. M., Ordaz, J., Alonso, F. J., Montoto, M. (997). Manual <strong>de</strong> diagnosis y tratamiento<br />

<strong>de</strong> materiales cerámicos pétreos y cerámicos. Coz.zegi d'Aparelladors i Arquitectes<br />

Tecnics <strong>de</strong> Barcelona, 139 pp.<br />

García <strong>de</strong> los Ríos, J.!., Baez, J.M. (2001). "La Piedra <strong>de</strong> Castilla y León". Junta <strong>de</strong> Castilla<br />

y León, 345 pp.<br />

García <strong>de</strong>l Cura, M.A., Bernabéu, A., Benavente, D., Fort, R. (2005). Aspectos texturales y<br />

petrofísicos <strong>de</strong> diferentes acabados en calizas microcristalinas. Macla 3: 91-93.<br />

García <strong>de</strong>l Cura, M.A., Bernabéu A., Benavente, D., La Iglesia, A., Ordóñez, S. (2004).<br />

Pizarras y metacuarcitas <strong>como</strong> <strong>pavimentos</strong> <strong>de</strong> exteriores: las <strong>rocas</strong> <strong>de</strong> Bernardos (Provincia<br />

<strong>de</strong> Segovia). Geotemas 6, O), 259-262.<br />

García <strong>de</strong>l Cura, M.A., Bernabéu, A., Benavente, D., Ordóñez, S. (2002a). La pavimentación<br />

<strong>de</strong> exteriores; un uso <strong>de</strong> gran interés económico para la piedra natural. En "Mármol <strong>de</strong><br />

Alicante" Ed. Mármol <strong>de</strong> Alicante, Asociación <strong>de</strong> la Comunidad Valenciana: 81-83.<br />

García <strong>de</strong>l Cura, M.A, Fort, R., Bernabéu, A., Benavente, D., Ordóñez, S. (2003). Rocas<br />

carbonáticas <strong>como</strong> <strong>pavimentos</strong> exteriores en cascos históricos: calizas microcristalinas.<br />

4 Q Reunión Monográfica <strong>de</strong> la Red Temática <strong>de</strong> Patrimonio Histórico <strong>de</strong>l CSIC. Sevilla<br />

Diciembre 2003 . Air pollution & Cultural Heritage: 101-102.<br />

García <strong>de</strong>l Cura, M.A., Louis, M., Rodríguez, M.A., Bernabéu, A., Benavente, D., Ordóñez<br />

S. (2002b). La Piedra Jabalina o Piedra Negra <strong>de</strong> Callosa: un mármol caIcodolomítico<br />

utilizado en el Patrimonio Arquitectónico <strong>de</strong>l Sur <strong>de</strong> la Provincia <strong>de</strong> Alicante. 2 Q<br />

Reunión Monográfica <strong>de</strong> la Red Temática <strong>de</strong> Patrimonio Histórico <strong>de</strong>l CSIC. Madrid.<br />

Pág. 10.<br />

López-Mesones, F, Escribano-Villán, J., Nieves-Aguirre, G. (2004). Manual <strong>de</strong>l uso <strong>de</strong> la<br />

piedra en la Arquitectura. CSCAE. Consejo Superior <strong>de</strong> los colegios <strong>de</strong> Arquitectos <strong>de</strong><br />

España. Informstone Technic & Business, 400 pp.<br />

Molina, A. (2003). Marcado CE <strong>de</strong> productos <strong>de</strong> piedra natural. Litas 67: 70-81.<br />

Molina, A. (2005). Certificación <strong>de</strong> producto <strong>de</strong> piedra natural. Denominación <strong>de</strong> origen.<br />

Litas 80, 132-142.<br />

Rojo, A., Alonso, F.J., Esbert, R. (2003). Propieda<strong>de</strong>s hídricas <strong>de</strong> algunos granitos ornamentales<br />

<strong>de</strong> la península ibérica con distintos acabados superficiales: interpretación<br />

petrofísica. Materiales <strong>de</strong> Construcción, 53 (269): 61-72.<br />

Shadmon, A. (2004). Floor & Paving Stone Geotechnics. Litos 74: 82-109.<br />

Todt, G. (2000). Slip Prevention on Polished Natural Stone - Which Procedure Is Most<br />

Suitable? Litas 46: 28-37.<br />

UNE-EN 1341:2002. Baldosas <strong>de</strong> Piedra Natural para uso <strong>como</strong> pavimento. Requisitos y<br />

métodos <strong>de</strong> ensayo. AENOR. Madrid. 38 pp.<br />

UNE-EN 1342:2003. Adoquines <strong>de</strong> piedra natural para su uso <strong>como</strong> pavimento. Requisitos<br />

y métodos <strong>de</strong> ensayo. AENOR. Madrid. 36 pp.<br />

UNE-EN 1343:2003. Bordillos <strong>de</strong> piedra natural para su uso <strong>como</strong> pavimento. Requisitos<br />

y métodos <strong>de</strong> ensayo. AENOR. Madrid. 27 pp.<br />

UNE-EN 12058:2005. Baldosas para <strong>pavimentos</strong> y escaleras. Requisitos. AENOR. Madrid.<br />

33 pp.<br />

UNE-EN 12370: 1999. Métodos <strong>de</strong> ensayo para piedra natural. Determinación <strong>de</strong> la resistencia<br />

a la cristalización <strong>de</strong> sales. AENOR. Madrid. 10 pp.


266<br />

ANA BERNABÉU<br />

UNE-EN 12371 :2002. Métodos <strong>de</strong> ensayo para piedra natural. Determinación <strong>de</strong> la resistencia<br />

a la heladicidad. AENOR. Madrid. 16 pp.<br />

UNE-EN 12372: 1999. Métodos <strong>de</strong> ensayo para piedra natural. Determinación <strong>de</strong> la resistencia<br />

a la flexión bajo carga concentrada. AENOR. Madrid. 15 pp.<br />

UNE-EN 14147:2003. Métodos <strong>de</strong> ensayo para piedra natural. Determinación <strong>de</strong> la resistencia<br />

al envejecimiento por niebla salina. AENOR. Madrid. 11 pp.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!