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CONSERVE UD. SU DENTADUUA 143<br />
tey éste ,nata lentantente, solapadamen.te, traicioneratJ1J1JIÚe,<br />
si acaso no llega tantbién a una infección fatal, como<br />
(JCt,rre 'Jnuchas veces; de esta manera pasan algunos meses, algunos<br />
años y la persona apenas se acuerda ya de aquella fluxión,<br />
absceso o hinchazón de la cara, y esta persona se encuentra<br />
actualmente lnuy achacosa, reulnática y muy afectada del corazón,<br />
porque "se empieza como reulnático y se acaba como cardíaco",<br />
pues "el reun1atismo lame las articulaciones y muerde<br />
el corazón"; como consecuencia odontológica, se puede afirntar<br />
que muchos cardíacos lo son y mueren por culpa de sus dientes<br />
sin nervio, .. cuya causa desconocieron y por ello jamás sospecharon<br />
terminar su existencia por culpa de antiguas fluxiones<br />
y en vano atacaron su mal con todas las drogas de la botica,<br />
porque la etiología era dentaria y únicamente extirpando esta<br />
causa se podía curar el mal, y conlO esto sien1pre se ignora, se<br />
cree que el enfermo ha muerto exclusivamente a raíz de su<br />
cardiopatía; pero en la conciencia odontológica pesa el verdadero<br />
origen, que reside en la infección focal indicada.<br />
Por eso, amados lectores, os reitero mi consejo: que para<br />
curar vuestro artritismo no olvidéis nunca de vuestros dientes<br />
infectados, que deben ser severamente exalllinados y estudiados<br />
por el odontólogo para definir la suerte que deben correr siempre<br />
en interés de la salud general.<br />
y así, extiendo mi insinuación de alerta para cuantas enfermedades<br />
que hoy anzagan a la h'tt1nanidad por culpa de las<br />
afecciones crónicas de los dientes, c'ttyo azote parece suave a la<br />
vista, pero inexorable y grave ante el ojo clínico del odontólogo<br />
científico, estudioso e investigador infatigable de su sagrado<br />
deber.<br />
uNadie ha muerto por un dolor de 1nuelas." Pero 11tuchísimos<br />
perecen 'por sus con1,plicaciones a distancia, cuyo efecto es<br />
seguro como la gota de agua que blandamente perfora la roca.<br />
No hay que pensar que una inflamaCión de los tejidos vecinos<br />
del diente, acompañada -de dolor, sea mala, porque este último<br />
es el grito de alarma para la defensa del organismo y, por<br />
lo tanto, hay que saber escucharle y no amordazarlo, diré así,<br />
con· un analgésico¡ como la aspirina y sus derivados, porque<br />
entonces el enemigo penetra en el organismo más taimadamente,