DÉCADAS - Club Náutico San Isidro
DÉCADAS - Club Náutico San Isidro
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LOS PRESIDENTES<br />
Carlos A. Pollitzer<br />
Don Carlos Alfredo Pollitzer fue<br />
presidente del <strong>Club</strong> en el período<br />
1992-96, aunque ya había desempeñado<br />
otros cargos entre 1957 y 1965.<br />
En 1998, al asumir la presidencia<br />
Adrián Obarrio, no dudó en acompañarlo<br />
desde la vicepresidencia, en una<br />
suerte de aval a la llegada de las nuevas<br />
generaciones de dirigentes a la<br />
conducción. Lamentablemente, no llegó<br />
a terminar ese mandato, falleciendo sorpresivamente el 7<br />
de mayo de 2000. Al despedir sus restos en nombre del <strong>Club</strong>,<br />
Adrián Obarrio lo hizo en estos términos:<br />
“No es fácil encontrar las palabras para despedir a D. Carlos<br />
Alfredo Pollitzer, cuando hasta hace un par de días estuvo<br />
a nuestro lado, codo con codo, en la primera línea del trabajo<br />
y la entrega sin condiciones.<br />
Palabras que a la vez hagan justicia a su memoria y sirvan<br />
de consuelo a esa gran familia que construyó junto a Chiqui,<br />
su compañera de toda la vida, y también a esa otra gran familia,<br />
la del <strong>Club</strong> <strong>Náutico</strong> <strong>San</strong> <strong>Isidro</strong>, a la que estoy representando<br />
en esta circunstancia, donde sus pasos dejaron una<br />
profunda huella.<br />
Ambas familias están sufriendo un duro golpe con su pérdida.<br />
Ambas sentirán la ausencia de quien supo aglutinar las<br />
voluntades a su alrededor y unirlas por el afecto y el respeto<br />
para alcanzar un objetivo.<br />
Detrás de su porte recto y formal había un hombre sensible y<br />
cálido, profundamente cristiano, que supo inculcar en los suyos<br />
el gusto por la lucha tenaz en procura de la meta.<br />
Organizador nato, quienes tuvimos el gusto de trabajar con él,<br />
aprendimos a revalorizar las ventajas de la tarea en equipo,<br />
donde cada uno pone lo mejor de sí en beneficio del conjunto.<br />
1992-96<br />
—67—<br />
Cuesta asumir que en lo sucesivo nos<br />
faltará su aporte, hecho con humildad<br />
desde el puesto donde hiciera falta.<br />
Extrañaremos la palabra justa y medida<br />
que sabía tener para cada ocasión,<br />
su visión clarificadora, y un don<br />
muy valioso en un mundo como éste:<br />
el de la Paz y la Conciliación. Ese don<br />
capaz de transformar en productivas<br />
las tierras más áridas, al poner a trabajar<br />
las energías contrapuestas en procura del bien común.<br />
El <strong>Club</strong> <strong>Náutico</strong> <strong>San</strong> <strong>Isidro</strong> puede dar fe de ello. A lo largo de<br />
su vida brindó su esfuerzo desinteresado en diversas ocasiones<br />
para conducir los destinos de la Institución.<br />
Revisor de Cuentas titular en 1957-58, Secretario Honorario<br />
de 1959 a 1965 y Presidente del <strong>Club</strong> de 1992 a 1996, tuvo el<br />
enorme gesto de humildad de acompañar desde la Vicepresidencia<br />
I mi gestión como Presidente, iniciada en 1998.<br />
Con gran dolor, hoy me toca despedirlo en nombre del <strong>Náutico</strong>,<br />
donde su presencia marcó un rumbo que resultó ser el más<br />
apropiado. Y esto no es sino la consecuencia lógica de tener a<br />
un hombre de su calibre en la conducción.<br />
El reconocimiento de sus virtudes es un estricto acto de justicia<br />
que, sin embargo, hará más sentida su ausencia, para<br />
todos nosotros y especialmente para su familia. Pero en su<br />
memoria encontraremos el ejemplo para seguir en las más<br />
diversas circunstancias.<br />
Cuando la vida de un hombre se transforma en ejemplo, habrá<br />
cumplido con creces su mejor destino.<br />
Descansa en paz, Carlos. Tu recuerdo nos ha marcado de manera<br />
indeleble y permanecerá para siempre entre la gente del<br />
CNSI al que tanto quisiste”.