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Capítulo 12 - Salvatore Mancuso

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<strong>12</strong><br />

Las horas pasaban lentamente. Oculto en una de sus fincas, en<br />

Valencia, Carlos Castaño esperaba noticias de Montería. Su vida<br />

había cambiado radicalmente luego de su matrimonio, el 15 de mayo<br />

de 2001, con Kenia Gómez, la hija de un pequeño comerciante de<br />

Montería. Ahora, en la selva, pegado a un teléfono satelital y a la<br />

internet, esperaba noticias sobre el nacimiento de quien se convertiría<br />

en la razón de su vida, su hija, Rosa María. Se llamaría así en honor a<br />

su madre.<br />

Pero ese día de principios de 2003, el que prometía ser el más feliz<br />

para Carlos Castaño, se convirtió en el comienzo de la tragedia que<br />

marcaría la última etapa de su vida. Dos médicos y dos enfermeras<br />

asistieron a Kenia en su parto de primeriza en la Clínica de Montería.<br />

La había concebido con 20 años recién cumplidos, y doce meses<br />

después de su matrimonio con rito católico y comunión en una finca en<br />

las estribaciones del mítico Nudo de Paramillo. La de su matrimonio no<br />

fue una gran fiesta, sino una reunión de unos pocos familiares y<br />

amigos, unidos por la lealtad y la complicidad en muchos propósitos.<br />

Entre las notas clásicas de un órgano, brindaron, con vino francés, don<br />

Berna, Ernesto Báez, Vicente Castaño, Jorge 40, Ramón Mojana,<br />

Diego Vecino y <strong>Salvatore</strong> <strong>Mancuso</strong> 1. 26 meses después, estos<br />

mismos comandantes se comprometían en Santa Fe de Ralito, a<br />

iniciar un proceso de paz.<br />

La idea de una negociación empezó a rondar con fuerza en la cabeza<br />

de Carlos Castaño al tiempo que redescubría un sentimiento que tenía<br />

olvidado por la guerra: el amor. Kenia, con sus ingenuas ocurrencias<br />

de adolescente enamorada de escaparse a Europa y cambiar sus<br />

nombres para que “nadie vuelva a saber de nosotros” 2, le pedía echar<br />

tierra a un pasado que le pesaba cuando miraba hacia delante. El<br />

ideal de una familia feliz se ajustaba al análisis racional de Castaño,<br />

que anticipaba que el tiempo de las Autodefensas Unidas de<br />

Colombia, infiltradas por el narcotráfico, tocaba a su fin. Bastó oír el<br />

nombre de su organización mencionado en la lista de los grupos<br />

terroristas del mundo, unida a la reacción de repudio universal por los


atentados del 11 de septiembre de 2001, para reafirmarse y concluir<br />

que los días en armas de las AUC estaban contados.<br />

En un tensa reunión a mediados de 2002, con 100 comandantes de<br />

todo el país, Castaño tomó la palabra. No había tiempo de<br />

contemplaciones, los atentados contra las Torres Gemelas exigían un<br />

cambio de fondo en el comportamiento de las AUC. Las masacres<br />

como método de intimidación para colonizar territorios no podían<br />

repetirse y el divorcio del narcotráfico era un imperativo inaplazable. A<br />

pesar de su vehemencia, no todos quedaron convencidos. La fisura<br />

entre los bloques comenzó a profundizarse. <strong>Mancuso</strong> entendió que la<br />

fortaleza militar y la cohesión del Bloque Norte no eran suficientes<br />

para afrontar la nueva situación: urgía capacidad política.<br />

Pero Kenia precipitó más decisiones. Castaño desistió de las<br />

argumentaciones en torno a la financiación de las autodefensas con<br />

contradictores tan radicales como Ernesto Báez, del Bloque Central<br />

Bolívar 3, y Martín Llanos, de las Autodefensas del Casanare 4.<br />

Prefirió acompañar a su joven esposa durante el atropellado<br />

embarazo, entre fincas, campamentos y chequeos médicos. En mayo<br />

de 2002, renunció irrevocablemente a la dirección política de las AUC.<br />

Una decisión que posibilitó el ascenso político de <strong>Salvatore</strong> <strong>Mancuso</strong>.<br />

Sus prioridades habían cambiado y tenía puesta la atención en la<br />

contienda electoral que enfrentaba a Horacio Serpa y Álvaro Uribe,<br />

cuyos resultados serían definitivos en el futuro. Las apuestas estaban<br />

a favor de Uribe, quien había hecho pública su disposición de negociar<br />

con cualquier grupo armado, sobre la base del cese de hostilidades y<br />

la desmovilización.<br />

Rosa María Castaño Gómez nació una tarde plomiza, como presagio<br />

de la tristeza que traería consigo. Desde su concepción, Carlos<br />

Castaño, sin ningún reparo, había hecho público todo lo que para él<br />

significaba su hija: el inicio de una nueva vida en familia, el motor para<br />

dejar las armas, la esperanza del futuro. Con ilusión, su padre, en el<br />

Nudo de Paramillo, y su madre, en la sala de partos, esperaban que el<br />

llanto vigoroso de Rosa María fuera el grito que les abriera la puerta a<br />

tantos sueños contenidos. Pero la niña nació en silencio. Un leve


quejido, como el maullido de un gato, fue la única señal de que estaba<br />

viva. El diagnóstico médico no pudo se más desalentador: Rosa María<br />

nació con retardo mental severo, ocasionado por una extraña<br />

anormalidad conocida como el Síndrome del Maullido del Gato, (Le Cri<br />

du Chat) 5. En adelante, todo perdió sentido para Carlos Castaño.<br />

El liderazgo político de <strong>Salvatore</strong> <strong>Mancuso</strong> tomó forma. Desde 1999,<br />

había empezado a sacarle tiempo a la guerra para volver a su familia<br />

y al campo. Con la idea de prepararse políticamente, convocó<br />

profesores universitarios nacionales y extranjeros, académicos,<br />

congresistas, altos funcionarios de la justicia, periodistas, clérigos y<br />

todos aquellos que, según su criterio, pudieran contribuir a su<br />

formación política. Ya no era el comandante que encabezaba las<br />

batallas con un arrojo que le fue admirado y criticado. El campo de<br />

batalla, que por años había sido la selva, ahora era lo público. Quería<br />

volver a la sociedad. <strong>Mancuso</strong> guarda con recelo la lista de hombres<br />

influyentes, poderosos y públicos que lo visitaron, y de la que le<br />

quedan muchos amigos. Sólo se refiere abiertamente a Juan Rubbini,<br />

un académico nacido en Buenos Aires y de origen italiano, que<br />

terminó a su lado después de haber sido uno de los cerebros detrás<br />

de la imagen y las posiciones políticas de Carlos Castaño. Hoy,<br />

Rubbini habla al oído de <strong>Salvatore</strong> <strong>Mancuso</strong> sobre temas de política,<br />

programas de desarrollo social y rural y, por supuesto, de la<br />

negociación.<br />

Una negociación de la que el país sólo supo a finales de diciembre de<br />

2002, cuando las Autodefensas declararon un cese total de<br />

hostilidades, pero que se venía cocinando de tiempo atrás. El primer<br />

paso lo dio el propio <strong>Mancuso</strong>, a través de una carta al representante<br />

de la Naciones Unidas para Colombia, Francesco Vincenti, en febrero<br />

de 2001. La masacre de 27 personas en la población de Chengue, en<br />

los Montes de María, que fue titular de prensa internacional por la<br />

crueldad de los métodos usados por las autodefensas, llevó a<br />

<strong>Mancuso</strong> a querer marcar una diferencia y dar su versión. Buscó<br />

inútilmente la mediación de Vincenti para contactar al gobierno de<br />

Andrés Pastrana, desgastado por el fallido proceso de paz con las<br />

FARC y que no tenía oídos para una propuesta de las autodefensas.


Pero <strong>Mancuso</strong> siguió insistiendo con su tenacidad de siempre y apuntó<br />

a lo más alto: tener voz y voto en el Congreso. El trabajo de base fue<br />

intenso. En una singular mezcla de fusiles, uniformes camuflados y<br />

retórica política. Hicieron manifestaciones, reunieron alcaldes,<br />

concejales y pobladores en kioskos y escuelas de las zonas rurales a<br />

lo largo de la Costa Atlántica y hasta llegar al Catatumbo, en Norte de<br />

Santander. Se apersonaron de las campañas de congresistas<br />

veteranos, que terminaron electos con su apoyo. Según el propio<br />

<strong>Salvatore</strong> <strong>Mancuso</strong>, en todo el país las autodefensas lograron más de<br />

un millón de votos y cumplieron parcialmente su ambición de tener el<br />

30 por ciento de participación en el Congreso.<br />

Sin embargo, en los triunfos y en las derrotas de la organización,<br />

Carlos Castaño estaba ausente. Sumido en su problema personal, el<br />

tiempo se le iba en contactar médicos a través de internet, en<br />

cualquier parte del país y del mundo, que le dieran una luz sobre la<br />

enfermedad de Rosa María. Casi semanalmente viajaba un<br />

especialista distinto hasta Montería a dar su opinión. Ensayó con<br />

médicos tradicionales, homeopáticos, bioenergéticos. Llevó fisiatras y<br />

fisioterapeutas, sin ningún resultado. El encuentro anual en Filadelfia,<br />

Estados Unidos, sobre el Síndrome del Maullido del Gato, se le<br />

convirtió en una obsesión. Una tarde, navegando por internet,<br />

descubrió que la Universidad de Pensilvania, en Filadelfia, tenía las<br />

investigaciones más avanzadas sobre la enfermedad de su hija. Para<br />

hacer más llevadera la situación, la academia norteamericana creó un<br />

grupo de apoyo para padres –Family Support Group for Children with<br />

Le Cri du Chat 6– que se reunía anualmente en esa ciudad. El 5 de<br />

agosto de 2004 se realizaría el siguiente encuentro, en el Adam’s Mark<br />

Hotel de Filadelfia, y Carlos Castaño se obsesionó con poder estar ahí<br />

con su hija Rosa María y su esposa Kenia. Sabía que para lograrlo<br />

tenía que pagar un factura alta al gobierno de los Estados Unidos.<br />

El gobierno de Álvaro Uribe Vélez no había completado tres meses<br />

cuando <strong>Salvatore</strong> <strong>Mancuso</strong> logró, a través del obispo de Montería,<br />

monseñor Julio Cesar Vidal Ortiz (su mentor espiritual desde la<br />

adolescencia en el colegio Juan XXIII), los obispos Flavio Calle y<br />

Germán García y Jaime Jaramillo Panesso, el primer contacto directo


para meter en la agenda del gobierno la negociación. El recién<br />

nombrado comisionado de paz, Luis Carlos Restrepo, tuvo entonces<br />

su primera tarea. Para evitar errores del pasado y protegerse frente a<br />

la sociedad, el Gobierno conformó una primera comisión exploratoria 7<br />

para evaluar la verdaderas intenciones de paz de los diez frentes que<br />

habían logrado mantenerse unidos alrededor de <strong>Mancuso</strong>. El gobierno<br />

de Uribe pudo cerrar el año con un pacto de cese total de hostilidades,<br />

y <strong>Salvatore</strong> <strong>Mancuso</strong> empezó a retomar las riendas de la vida que<br />

había dejado seis años atrás. Por primera vez, el 15 de julio de 2003,<br />

en Ralito, se quitó la máscara de la clandestinidad y posó al lado de<br />

los comandantes Don Berna, Hernán Hernández, Ramiro Vanoy,<br />

acompañados por monseñor Vidal, Juan Rubbini, los miembros de la<br />

comisión exploratoria y el alto comisionado para la paz. El día de la<br />

firma del acuerdo de Santa Fe de Ralito, arrancaba en firme el proceso<br />

de negociación 8.<br />

Un mes más tarde, daría su primera entrevista a la revista Semana 9.<br />

Las autodefensas tenían oficialmente un nuevo líder político.<br />

Carlos Castaño, en su finca de El Guadual, zona rural de San Pedro<br />

de Urabá, no se rendía. Estaba concentrado en hallar el camino más<br />

rápido para llegar a Filadelfia con Rosa María. El objetivo era de<br />

máximo riesgo. Se trataba de pasar de ser un extraditable a ser un<br />

ciudadano más con visa americana. El precio: hablar. Estaba<br />

dispuesto a hacerlo, pero no pudo avanzar tanto como se requería. El<br />

13 de abril de 2004 fue la última vez que se supo de él. Su suerte dejó<br />

de importar. El proceso de paz con las autodefensas había tomado un<br />

ritmo imparable y los protagonistas eran otros.<br />

Santa Fe de Ralito no aparece ni en las más detalladas cartografías<br />

del Instituto Geográfico Agustín Codazzi. Su camino es el mismo que<br />

lleva a Tierralta, con la diferencia de que en Puente Betancí se gira a<br />

la izquierda para tomar la trocha. Aparecen entonces las grandes<br />

casas construidas en madera de ceiba y roble, aserrada en el cerro<br />

Murrucucú, al final de la serranía de San Jerónimo, y que era<br />

transportada por el río Sinú a mediados del siglo pasado. Se<br />

conservan intactas por fuera y por dentro, sólo algunas han sido<br />

modificadas para darle campo al aire acondicionado, a las antenas


satelitales y a los equipos de comunicación. Lo anterior contrasta con<br />

el abandono que se vivió 20 años atrás.<br />

<strong>Mancuso</strong> volvió a su tierra, a las sabanas de Córdoba. El contacto con<br />

su familia se hizo más frecuente, en busca de recuperar el tiempo<br />

perdido, y se encontró frente a unos hijos que habían dejado de ser<br />

niños. Jean Paul y Jean Lucca estaban a punto de convertirse en<br />

adolescentes, y Gianluigi, el mayor, se preparaba para ser padre y<br />

esposo casi a la misma edad suya, 21 años. Vio repetir con cierta<br />

tristeza su historia y deseó un futuro distinto para su primogénito. Sin<br />

embargo, seis meses después, se vio frente a una nueva realidad,<br />

cuando tuvo a Mariana, su primera nieta, entre sus brazos. De vez en<br />

cuando los ve en las pausas de las conversaciones en Santa Fe de<br />

Ralito, un pueblo que existe porque los cordobeses nunca olvidaron su<br />

nombre. Antes de llegar allí, el último caserío en el mapa es Caramelo,<br />

el lugar de residencia de la representante Eleonora Pineda, la misma<br />

que recién elegida no dudó en afirmar públicamente que <strong>Salvatore</strong><br />

<strong>Mancuso</strong> era un mito en Córdoba. Un “mito” que logró presentarse al<br />

país, en carne y hueso, nada menos que en el Capitolio Nacional.<br />

De un portaflux sacó el vestido Valentino y la corbata Hermenegildo<br />

Zegna que había escogido con cuidado entre decenas de modelos de<br />

los grandes diseñadores. El ajuar completo se lo había probado<br />

cuando lo enviaron desde Bogotá con anticipación, para que nada<br />

fallara en el gran día. Antes de tomar el vuelo de la Fuerza Aérea<br />

desde el aeropuerto Los Garzones hacia El Dorado, en Bogotá,<br />

cientos de monterianos, con pancartas y saludos de buena suerte y<br />

agradecimiento, lo despidieron sin prevención, ante las cámaras de los<br />

noticieros, como el “<strong>Salvatore</strong>”, el “salvador” que es para muchos de<br />

ellos. Los pasacalles, las carteleras y la manifestación quedó<br />

registrada en las fotografías de El Meridiano de Córdoba, el periódico<br />

local, que desplegó sus páginas a todo color para reseñar la noticia.<br />

La aparición de <strong>Salvatore</strong> <strong>Mancuso</strong> al lado de Ernesto Báez y Ramón<br />

Izasa fue tan rápida como polémica y desafiante. Radicalizó los<br />

ánimos, polarizó, enfrentó convicciones, revivió odios y dolores.<br />

Mostró que el camino iba a ser largo y tortuoso. Los zapatos <strong>Salvatore</strong>


Ferragamo con los que pisó la alfombra del Congreso, iguales a los<br />

que usa el presidente George Bush, su vestido Valentino y su corbata<br />

de diseñador esperan colgados una nueva oportunidad. Esta vez<br />

<strong>Salvatore</strong> <strong>Mancuso</strong> anhela que sea la definitiva, cuando los 20.000<br />

combatientes de las Autodefensas Unidas de Colombia retomen las<br />

vidas que dejaron en pausa.<br />

1. Aranguren Molina, Mauricio. Op. cit.<br />

2. Idem.<br />

3. El Bloque Central Bolívar, comandado por Iván Roberto Duque,<br />

alias Ernesto Báez, entró tardíamente a la mesa de negociaciones, el<br />

4 de diciembre de 2003.<br />

4. No están dentro de la negociación.<br />

5. El Síndrome del Maullido del Gato es un defecto cromosomático,<br />

responsable del uno por ciento del retraso mental severo. La ciencia<br />

médica no ha podido establecer las causas que lo generan. Los niños<br />

son incapaces de socializar y llevar una vida normal. Esto, sumado a<br />

su extraña apariencia física: ojos separados, quijada estrecha, orejas<br />

bajas y flacidez corporal, hace más difícil la aceptación por parte de<br />

los padres.<br />

6. Cada año, la universidad de Filadelfia organiza el congreso mundial<br />

de padres con hijos afectados por el Síndrome del Maullido del Gato,<br />

con el fin de crear lazos de apoyo para hacer llevadera la enfermedad<br />

y dar a conocer los últimos adelantos en la investigación de la misma.<br />

7. La comisión exploratoria fue nombrada el 23 de diciembre de 2002 y<br />

estuvo integrada por Carlos Franco, Jorge Ignacio Castaño, Eduardo<br />

Espinosa, Gilberto Alzate Ronga, Ricardo Avellaneda y Juan B. Pérez<br />

Rubiano.<br />

8. Ver anexo del acuerdo de Santa Fe de Ralito.<br />

9. Ver anexo entrevista de la revista Semana.


ANEXO<br />

Primera entrevista de <strong>Salvatore</strong> <strong>Mancuso</strong>.<br />

Revista Semana, 10 de agosto de 2003.<br />

Habla <strong>Mancuso</strong><br />

<strong>Salvatore</strong> <strong>Mancuso</strong>, el nuevo hombre fuerte de los paramilitares, se<br />

entrevista con Semana. Durante la última década <strong>Salvatore</strong> <strong>Mancuso</strong><br />

se ha vuelto tristemente célebre para los colombianos. Su nombre está<br />

atado a algunos de los episodios más sangrientos de la historia<br />

reciente del país. En su contra existen ocho órdenes de captura<br />

dictadas por la Unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía, que lo<br />

sindica de ser el presunto autor intelectual y material de varias<br />

masacres. A esto se le suma la solicitud de extradición por parte del<br />

gobierno de Estados Unidos por cargos de narcotráfico. En manos de<br />

este costeño alto, fornido y descendiente de italianos, recae la<br />

estrategia de más de 15.000 paramilitares y, en gran medida, el éxito<br />

del incipiente proceso de desmovilización que las Autodefensas<br />

Unidas de Colombia (AUC) adelantan con el gobierno. Aunque<br />

<strong>Mancuso</strong> es más conocido por sus habilidades en el campo de batalla,<br />

la realidad es que al interior de su organización es más respetado por<br />

su visión política. En los meses que vienen, el jefe paramilitar tendrá<br />

que hacer gala de toda de su astucia para superar los complejos<br />

obstáculos que enfrenta el proceso con el gobierno, como la<br />

narcotización de su estructura militar, los pedidos de extradición de<br />

Estados Unidos, la Corte Penal Internacional y las intenciones de la<br />

guerrilla, entre otros. Después de años de permanecer en la sombra,<br />

la semana pasada <strong>Mancuso</strong> decidió darle la cara al país para hablar<br />

sobre temas tan variados como espinosos. Semana habló con el jefe<br />

paramilitar.<br />

Semana: ¿Por qué deciden iniciar un proceso de paz con el<br />

gobierno?<br />

<strong>Salvatore</strong> <strong>Mancuso</strong>: Por primera vez en la historia de este país<br />

confluye un gobierno con la voluntad política de sentarse a negociar


con todos los actores del conflicto sin exclusión. Por primera vez un<br />

gobierno busca fortalecer la democracia y fortalecer las instituciones<br />

del Estado. Nosotros siempre hemos reclamado al Estado su<br />

presencia, su responsabilidad. Empuñamos un fusil porque no ha<br />

existido responsabilidad de ellos. Nos tocó sustituirlo, reemplazarlo en<br />

las diferentes regiones donde hemos tenido un control territorial y<br />

actuado como autoridades de facto. El proceso con nosotros se inicia<br />

cuando el presidente dice que está dispuesto a dialogar con todo<br />

aquel que cumpla un cese de hostilidades. Nunca un gobierno había<br />

dicho “nos queremos sentar a dialogar con las autodefensas”. Y por<br />

eso nunca antes nos sentamos con ellos.<br />

Semana: ¿En qué fase está el proceso?<br />

S.M.: Entramos en un período que denominamos de exploración, en<br />

donde se miran los distintos problemas que tendría la etapa de<br />

negociación. Armamos un cronograma de trabajo y el gobierno nos<br />

dice que está en capacidad de fortalecer las instituciones, de<br />

responder por la seguridad social y económica de las regiones<br />

en donde están las autodefensas. Y finalmente se fija un plazo para<br />

ello, que es diciembre 31 de 2005. Esa es nuestra fecha máxima para<br />

desmovilizarnos.<br />

Semana: Ahí radica uno de las dudas de fondo sobre el supuesto<br />

final del paramilitarismo. ¿Cómo garantizar que el Estado se va a<br />

fortalecer en esas regiones si no lo ha hecho en 40 años? ¿Cómo<br />

garantizar que la guerrilla no copará los espacios dejados por<br />

ustedes? ¿Cómo garantizar que no van a resurgir otros grupos<br />

paramilitares?<br />

S.M.: Nosotros hemos conversado con el gobierno sobre esa<br />

situación. Nuestras poblaciones están bastante preocupadas con el<br />

proceso de negociación que estamos adelantando, para que no vaya a<br />

haber desplazamiento de estas poblaciones, por miedo a la guerrilla,<br />

hacia unos lugares más seguros donde el Estado tenga presencia. Es<br />

importante, en este sentido, saber cuál va a hacer el compromiso del<br />

gobierno y cómo el Estado va a ser presencia en lo social, económico<br />

e institucional. De no hacerlo así, este proceso no funcionaría porque<br />

va a haber desplazamiento de la población y esto le quitaría la


credibilidad al proceso. A las comunidades hay que sentarlas y<br />

explicarles el proceso.<br />

Semana: ¿De dónde saldrán los recursos para garantizar el<br />

proceso?<br />

S.M.: En el país no existen recursos y por eso es muy importante la<br />

participación de la comunidad internacional. En la medida en que la<br />

comunidad internacional conozca exactamente quiénes somos las<br />

Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y conozca todos los matices<br />

de lo que sucede en el conflicto de este país, ellos podrán hacer<br />

recomendaciones mucho más sanas y acertadas con relación a la<br />

solución. Desafortunadamente ellos lo único que han escuchado es lo<br />

que el gobierno dice sobre nosotros, que es muy parecido a lo que<br />

dice la guerrilla que ha sido el enemigo histórico de esta Nación.<br />

Además, existe un sesgo en la visión del conflicto porque no conocen<br />

exactamente el conflicto cómo ha sido. La guerrilla ha hecho, en<br />

Europa y en todo el mundo, una diplomacia desde hace 25 años. No<br />

es sino que vengan a la zona y conozcan quiénes somos las AUC. Los<br />

invitamos a que caminen por toda la región, hablen con las<br />

poblaciones y miren la diferencia en las poblaciones en las que hemos<br />

reemplazado y sustituido al Estado y miren la diferencia que existe en<br />

las regiones donde la guerrilla tiene una autonomía plena.<br />

Semana: ¿Pero cómo ven posible un acompañamiento<br />

internacional si las autodefensas han sido catalogadas como<br />

grupo terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea?<br />

S.M.: Desafortunadamente a nosotros nos han tildado de grupo de<br />

extrema derecha y eso no es cierto. Algunos sectores de la izquierda<br />

democrática y de la izquierda radical nos han estigmatizado. Nosotros<br />

queremos invitar a todos los que no nos conocen para que sepan<br />

exactamente quiénes somos, por qué luchamos y miremos qué tan<br />

cerca estamos de la defensa de los intereses de la clase menos<br />

favorecida de este país. Nosotros no somos ni de izquierda ni de<br />

derecha. Somos de centro y nos tocó radicalizarnos para pedir<br />

cambios sobre lo que no está funcionando bien en este país.<br />

Semana ¿Ustedes realmente creen que la comunidad<br />

internacional dejará a un lado los crímenes de lesa humanidad


cometidos por los paramilitares y los apoyará decididamente en<br />

el proceso?<br />

S.M.: Nosotros hemos empuñado unas armas no para implantar una<br />

ideología o para matar a todo aquel que piense diferente a nosotros.<br />

Empuñamos un fusil por una sencilla razón: nos estaba agrediendo la<br />

guerrilla, estaba matando miles de colombianos y el Estado no asumió<br />

la responsabilidad que le correspondía. Nosotros no empuñamos las<br />

armas para defender una idea de izquierda o una idea de derecha. Si<br />

para lograr un estatus político o un reconocimiento tenemos que<br />

recurrir a la barbarie de la guerrilla, utilizando cilindros llenos de<br />

dinamita y excremento, tirándolos sobre una población inerme o<br />

poniendo minas quiebrapatas, mutilando las piernas de los niños,<br />

nosotros no lo vamos a hacer. No es el esquema nuestro. Cuando el<br />

Estado no cumple con la función que le corresponde, pues nos toca<br />

defenderla. Es muy sencillo. Se llama legítima defensa.<br />

Semana: Pero los paramilitares también han cometido masacres<br />

atroces y son responsables del asesinato de miles de personas<br />

en el país.<br />

S.M.: Desafortunadamente la guerrilla muestra las incursiones de<br />

nosotros como acciones contra campesinos y civiles indefensos. Pero<br />

deben entender algo muy importante. El que, por ejemplo, yo esté<br />

vestido de civil no me hace civil. Yo soy el comandante y responsable<br />

de un movimiento de autodefensa. Entonces cuando nosotros<br />

ingresamos a un campamento guerrillero que está en las afueras de<br />

un pueblo, también ingresamos al pueblo porque sabemos que allí<br />

viven los comandantes y están de civil. Desafortunadamente, cuando<br />

los vamos a capturar hay fuego cruzado y tristemente cae gente<br />

inocente. Eso desafortunadamente sucede en la guerra y tenemos<br />

responsabilidad en esto. Lo que pasa es que cuando eso pasa llegan<br />

los medios de comunicación y dicen que eran civiles, pero la realidad<br />

es que se trataba de alguien que estaba cumpliendo funciones dentro<br />

de la estructura de la guerra en este país.<br />

Semana: ¿Tienen países que hayan ofrecido ayuda económica o<br />

proyectos concretos para el proceso?


S.M.: No. Nosotros no hemos hablado con nadie de la comunidad<br />

internacional. Pero tenemos proyectos muy concretos, muy claros con<br />

relación a la forma de resarcir un poco los daños que hayamos podido<br />

causar en este conflicto. Devolviendo unas tierras que le quitamos a la<br />

guerrilla y otras tierras que compramos en el transcurso de la guerra.<br />

Semana: ¿Es decir que como una forma de resarcir los crímenes<br />

que han cometido las autodefensas entregarían sus tierras?<br />

S.M.: Se ha contemplado que parte de las tierras que le hemos<br />

quitado a la guerrilla y de las que hemos adquirido nosotros se<br />

destinen a los campesinos y a los desplazados, como una forma de<br />

resarcir el daño que hayamos podido causar como consecuencia de la<br />

guerra. Pero en Colombia no ha funcionado muy bien la repartición de<br />

la tierra, y no mirándola como la repartición de la propiedad de la<br />

tierra. En cabeza del Incora, el gobierno es quien ha repartido las<br />

tierras y es quien ha liderado este campo político en el agro<br />

colombiano. Y no ha funcionado porque no ha habido un<br />

acompañamiento profesional tecnológico permanente al campesino.<br />

En la medida en que las políticas agrarias en el país no sean estatales<br />

a largo plazo, que generen credibilidad a la Comunidad Internacional,<br />

va a ser imposible volvernos atractivos para la inversión de ellos.<br />

Semana: Si ustedes nacieron como una respuesta a las<br />

agresiones de la guerrilla, ¿por qué no condicionaron su proceso<br />

con el gobierno a un proceso de desmovilización de la guerrilla?<br />

S.M.: La desmovilización de nosotros no está condicionada a que la<br />

guerrilla haga lo mismo porque creemos que si existe un Estado fuerte<br />

que esté en capacidad de ofrecer seguridad a las regiones en donde<br />

nosotros actuamos como autoridades de facto, nosotros estamos<br />

dispuestos a entregar esa responsabilidad, que siempre ha debido ser<br />

del Estado y nunca ha debido ser nuestra.<br />

Semana. ¿Pero cuál Estado fuerte si el Estado colombiano está<br />

prácticamente quebrado y escasamente tiene para mantener a su<br />

Fuerza Pública?<br />

S.M.: Este proceso es una apuesta de buena voluntad de parte<br />

nuestra y del gobierno. El gobierno sabe que en este momento no


tiene la capacidad para asumir la responsabilidad que tenemos<br />

nosotros en las diferentes regiones en donde estamos. Pero<br />

conjuntamente queremos construir el camino. Por eso es muy<br />

importante la participación de la comunidad internacional. Hoy, por<br />

primera vez, existe un gobierno que quiere legitimarse y fortalecer la<br />

democracia. Eso nos da razones para hacer esta apuesta<br />

de buena fe.<br />

Semana: Y en medio de estas dificultades, ¿cómo va a ser en la<br />

práctica la desmovilización?<br />

S.M.: En la medida que el Estado se vaya fortaleciendo le vamos<br />

entregando las zonas y por eso nuestro desmonte tiene que ser<br />

gradual y no total. Ellos querían que fuera un desmonte total y<br />

nosotros les respondimos que podíamos entregar los fusiles mañana<br />

mismo si las condiciones estaban dadas. Pero creo que no sería un<br />

aporte nuestro a la paz si entregamos todos los fusiles cuando el<br />

gobierno no ha creado las condiciones de seguridad. Por eso es un<br />

proceso largo que debemos ir transitando.<br />

Semana: ¿Cuántos hombres de las autodefensas hacen parte de<br />

este proceso?<br />

S.M.: En este momento somos 13.000 hombres. Hay 6.500 hombres<br />

más entre los otros bloques que también están negociando por<br />

separado con el gobierno. Estamos hablando de un total cercano a los<br />

19.500 hombres.<br />

Semana: ¿El hecho de que usted y Carlos Castaño, entre otros<br />

miembros de las autodefensas, estén pedidos en extradición por<br />

el gobierno de Estados Unidos no es una espada de Damocles<br />

para el proceso con el gobierno?<br />

S.M.: Para nosotros en este momento la prioridad es el proceso de<br />

negociación. Nosotros no desconocemos al gobierno de Estados<br />

Unidos. No desconocemos su justicia. Por eso nosotros queremos<br />

invitar al Departamento de Estado de Estados Unidos para que envíe<br />

una comisión a Colombia, para que, de forma paralela a la mesa de<br />

negociación, podamos aclarar la situación de los pedidos de<br />

extradición de algunos de nosotros. Sabemos de nuestra


esponsabilidad con el sistema de justicia del gobierno colombiano y<br />

con el sistema del gobierno de Estados Unidos.<br />

Semana: ¿Ustedes le han pedido al gobierno colombiano que les<br />

dé garantías para que no sean extraditados si el proceso de paz<br />

con las autodefensas se consolida?<br />

S.M.: Estados Unidos va a entender que nosotros, los comandantes<br />

de las AUC, somos los que estamos jalonando un proceso de<br />

negociación que le va a devolver la paz y la esperanza a millones de<br />

colombianos. Que este proceso va a obligar a la guerrilla a sentarse a<br />

negociar o a salirse de las fronteras del país. En la medida en que<br />

Estados Unidos comprenda esto entrará a apoyar con mucho más<br />

fuerza el proceso. Desafortunadamente, en la comunidad internacional<br />

existe en este momento mucha desconfianza, porque conocen lo que<br />

pasó con la guerrilla y eso genera desconfianza. A nosotros no nos<br />

conocen, no saben quiénes somos.<br />

Semana: En concreto, ¿si ustedes no tienen garantías jurídicas<br />

de que no van a ser extraditados no hay proceso?<br />

S.M.: Un proceso de paz que no tenga un marco jurídico y unas<br />

garantías claras es como jugar un partido de fútbol sin delanteros. El<br />

partido se va a perder y la negociación va a fracasar. En la medida en<br />

que no se nos dé una alternativa diferente a la cárcel para resarcir los<br />

daños en donde hayamos tenido responsabilidad en este conflicto es<br />

imposible llegar a feliz término en esta negociación. Y esto no es sólo<br />

para las autodefensas. Esto es aplicable para todos los actores que<br />

tenemos responsabilidades en el conflicto.<br />

Semana: Desde hace meses se ha dicho que ustedes vienen<br />

adelantando una serie de negociaciones directas con el gobierno<br />

de Estados Unidos, para explorar alternativas a su situación<br />

jurídica en ese país. ¿Qué hay de cierto que han hablado con<br />

enviados de la DEA, el FBI o la CIA?<br />

S.M.: Yo no he tenido contacto directo con el gobierno de Estados<br />

Unidos. Un enviado nuestro sí estuvo como intermediario civil con el<br />

Departamento de Estado. Lo que tengo entendido de esas visitas es<br />

que Estados Unidos evidentemente tiene mucho interés en que haya


una buena solución que deje satisfechas a todas las partes. Claro que<br />

está implícito que en una negociación cada parte tiene que sacrificar<br />

algo. Ellos simplemente lo que han manifestado hasta ahora es que<br />

acompañan el proceso y lo ven con buenos ojos, pero también<br />

entienden que faltan muchas cosas por aclarar. En este momento no<br />

hay negociaciones con el gobierno de Estados Unidos. Ellos son<br />

conscientes de la gran importancia que tiene y de todo lo que está en<br />

juego, también para Estados Unidos. Pero una cosa es la instancia<br />

política del Departamento de Estado y otra es la justicia de ese país,<br />

que son independientes. Estados Unidos se preocupa mucho de<br />

transmitir el mensaje de que la política va por un lado y la justicia por<br />

otro.<br />

Semana: Uno de los grandes temores es que, con el proceso de<br />

desmovilización, las autodefensas buscarían efectuar una<br />

gigantesca operación de lavado de activos, legalizando las<br />

inmensas ex tensiones de tierras que han venido adquiriendo<br />

ilícitamente…<br />

S.M.: Nosotros no tenemos tierras adquiridas de forma irregular.<br />

Semana: ¿Y de dónde han sacado la plata para comprar tanta<br />

tierra?<br />

S.M.: Desafortunadamente, el narcotráfico ha penetrado todas las<br />

esferas de este país y nosotros no hemos sido la excepción a esa<br />

penetración. Nosotros cobramos un impuesto a las economías que<br />

existen en las diferentes regiones, y desafortunadamente nuestro país<br />

tiene una economía arraigada en las zonas cocaleras. Nuestra mayor<br />

presencia está en las zonas cocaleras. Aproximadamente el 70 por<br />

ciento de nuestras tropas están en regiones en donde existe<br />

narcotráfico, y lógicamente nos toca recurrir a cobrar un impuesto en<br />

esas zonas cocaleras. Nuestros estatutos prohíben que nuestros<br />

comandantes se vinculen directamente a procesos de narcotráfico. El<br />

único eslabón que está permitido es el del cobro al gramaje en las<br />

zonas cocaleras. Aquí el que haya sido narcotraficantes y se presente<br />

a las autodefensas como uno de sus miembros tendrá que responder<br />

por sus procesos de narcotráfico. Si está utilizando las autodefensas<br />

con fines de narcotráfico tendrá que responder ante la justicia del país<br />

y de los países que lo requieran.


Semana: Pero ¿cómo explica que haya presencia de capos del<br />

narcotráfico dentro de la AUC y que muchos narcotraficantes<br />

están ingresando a las autodefensas como parte de una<br />

estrategia que les permite pasar como paramilitares y,<br />

eventualmente, obtener los beneficios de un futuro acuerdo de<br />

paz?<br />

S.M.: Eso no pasa en estos momentos dentro de las AUC. Puede que<br />

algunos de los miembros de las AUC en el pasado hayan tenido una<br />

vinculación con el narcotráfico. Si en el presente la tienen no lo<br />

conozco, pero está claro que es una responsabilidad que tendrían que<br />

asumir personalmente. Particularmente yo no sé por qué estoy pedido<br />

en extradición por Estados Unidos. No he puesto abogado, no he<br />

investigado absolutamente nada. Cuando a mí me libraron la primera<br />

orden de captura me dolió mucho, pero yo sabía que me venía porque<br />

era consecuencia de las acciones nuestras en la guerra y eso tiene<br />

consecuencias jurídicas. Pero jamás me pasó por la mente que<br />

Estados Unidos me pidiera en extradición, porque jamás he sido<br />

narcotraficante.<br />

Semana: ¿El cese de hostilidades que ustedes han planteado no<br />

se ha convertido en una ventaja militar y territorial para las<br />

guerrillas?<br />

S.M.: No han ganado territorios. Nosotros hemos estado allí. Pero sí<br />

ha existido ventaja en las zonas que nosotros queríamos quitarles a<br />

las guerrillas, porque ha habido un estancamiento en el crecimiento de<br />

las autodefensas. Esa es una ventaja que se le está dando a la<br />

guerrilla. Empezaron a fortalecerse nuevamente en algunos territorios<br />

en donde ya no incursionamos.<br />

Semana: Estamos en plena campaña electoral y ya hay<br />

conocimiento de que en algunas regiones del país las<br />

autodefensas tienen candidatos propios. En el Cesar, por<br />

ejemplo, sólo hay un candidato a la gobernación porque los otros<br />

se retiraron. ¿Qué tan fuerte es la participación de las<br />

autodefensas en la política y hasta dónde llega su influencia?<br />

¿Han vetado candidatos?


S.M.: Nuestra participación en política no es directa. No es que<br />

estemos imponiendo candidatos. Puede que uno que otro comandante<br />

esté imponiendo candidatos pero no es una política que se imparta<br />

desde aquí. Nosotros les hemos dicho a los campesinos que<br />

participen en la elección de sus gobernantes, pero<br />

desafortunadamente la política ha estado manejada por una clase<br />

política tradicional que está muy corrompida y no hace presencia sino<br />

en las épocas de elecciones. Nosotros les decimos a los campesinos<br />

que tienen que aprender a elegir a las personas que de verdad les<br />

puedan ayudar a resolver sus problemas. Al comienzo eso causó<br />

malestar dentro de la clase política tradicional. No hay vetos a<br />

candidatos. Sólo en casos en que hay alguien que sea muy corrupto.<br />

En esos casos sí incidimos y le decimos a la persona que es mejor<br />

que no participe.<br />

Semana: ¿Qué tan cercana es la relación con las autodefensas de<br />

Venezuela?<br />

S.M.: A ellos los asesoramos en su conformación cuando mandaron a<br />

un grupo que capacitamos en nuestras escuelas de formación. De ahí<br />

para allá han seguido solos.<br />

Semana: ¿Cuánto cuesta el funcionamiento de las autodefensas?<br />

S.M.: Depende del tamaño del bloque. El más grande que hay en el<br />

país es el que yo manejo, que tiene 4.500 hombres. Al muchacho raso<br />

le damos 450.000 pesos mensuales como sueldo. A él, además,<br />

nosotros le damos el equipo, el material de intendencia y el material de<br />

guerra. En promedio, un comandante de bloque gana cinco millones,<br />

un comandante de frente tres millones. Haga usted las cuentas.<br />

Semana: El sostenimiento de esa cantidad de hombres es otro de<br />

los grandes interrogantes que rodean este proceso. ¿Cómo se<br />

financiaría el mantenimiento de los combatientes que ingresen al<br />

proceso?<br />

S.M.: Por eso es tan importante la participación de la comunidad<br />

internacional dentro del proceso. Si no participan ellos es imposible<br />

sacar esto adelante, porque puede que nosotros tengamos la voluntad


y el gobierno también, pero si no existen recursos, ¿cómo sacamos<br />

esto adelante?<br />

Semana: Jurídicamente hay una serie de obstáculos que<br />

dificultan el proceso. A ustedes no los pueden amnistiar por<br />

delitos como la “rebelión” o la “sedición” ya que no pretenden<br />

derrocar un régimen establecido para imponer otro. ¿Cómo<br />

indultar lo que no es indultable?<br />

S.M.: Nosotros le hemos dicho al gobierno que el delito de sedición no<br />

nos cobija a nosotros. Que nuestro delito es un delito nuevo que se<br />

debe llamar “autodefensa”. Basados en eso les hemos dicho que<br />

miren qué marco jurídico, dentro de la Constitución, se puede aplicar<br />

para resolver el problema que existe con las autodefensas.<br />

Semana: Todas las semanas hay un número importante de<br />

desertores tanto de la guerrilla como de los paramilitares. ¿Cómo<br />

está la relación de fuerzas entre la guerrilla y los paramilitares?<br />

S.M.: Las FARC podían tener 25.000 hombres pero hoy han sido muy<br />

diezmadas, ha desertado mucha gente. Hoy deben estar en igualdad<br />

de número de hombres que nosotros. Eso sí, tienen muchos fusiles<br />

enterrados. El problema es que no tienen a quién entregárselos: el<br />

reclutamiento forzoso se les ha disminuido notoriamente.<br />

Semana: ¿Cómo cree que las FARC ven el proceso de<br />

negociación de las autodefensas?<br />

S.M.: Con muchísima preocupación, porque saben que<br />

desaprovecharon el cuarto de hora histórico que tuvieron. Saben que<br />

nuestra negociación significa el fin de ellos, porque, en la medida en<br />

que la comunidad internacional conozca la verdadera realidad social<br />

de este país, se jodieron. Por eso se oponen a que la comunidad<br />

internacional participe. ¿No han visto las cartas que están mandando<br />

ahora a la ONU como para reivindicarse políticamente?<br />

Semana: ¿Por qué decidió poner la cara hasta ahora?<br />

S.M.: Yo nunca quise figurar. Yo dije que cuando iniciáramos un<br />

proceso de negociación serio e irreversible le daba la cara al país para


que conocieran qué pensamos todos los comandantes de las<br />

autodefensas.<br />

Semana: ¿Sí cree que este proceso va a funcionar?<br />

S.M.: Si no es ahora no es nunca.

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