05 Seminario 3.pdf - Centro de Difusion y Estudios Psicoanalíticos
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paranoias, el interés por ellas es mucho más vivaz, se espera mucho <strong>de</strong> sus resultados.<br />
¿Por que en cambio para la doctrina freudiana la paranoia es la que tiene una situación<br />
algo privilegiada, la <strong>de</strong> un nudo, aunque también la <strong>de</strong> un núcleo resistente? Quizá tomará<br />
largo tiempo respon<strong>de</strong>r a esta pregunta, pero la misma subyacerá nuestro andar.<br />
Por supuesto, Freud no ignoraba la esquizofrenia. El movimiento <strong>de</strong> elaboración <strong>de</strong>l<br />
concepto le era contemporáneo. Pero, si ciertamente reconoció, admiró, incluso alenté los<br />
trabajos <strong>de</strong> la escuela <strong>de</strong> Zurich, y relaciónó la teoría analítica con lo que se edificaba en<br />
torno a Bleuler, permaneció sin embargo bastante alejado. Se interesó <strong>de</strong> entrada y<br />
esencialmente en la paranoia. Para indicar <strong>de</strong> inmediato un punto <strong>de</strong> referencia al que<br />
podrán remitirse, recuerdo que al final <strong>de</strong> la observación <strong>de</strong>l caso Schreber, que es el texto<br />
principal <strong>de</strong> su doctrina en lo concerniente a las psicosis, Freud traza una línea <strong>de</strong> división<br />
<strong>de</strong> las aguas, si me permiten la expresión, entre por un lado la paranoia, y por otro, todo lo<br />
que le gustaría, dice, que se llamase parafrenia, que correspon<strong>de</strong> con toda exactitud al<br />
campo <strong>de</strong> las esquizofrenias. Esta es una referencia necesaria para la comprensión <strong>de</strong> lo<br />
que diremos luego: para Freud el campo <strong>de</strong> las psicosis se divi<strong>de</strong> en dos.<br />
¿Qué recubre el término psicosis en el ámbito psiquiátrico ? Psicosis no es <strong>de</strong>mencia. Las<br />
psicosis son, si quieren —no hay razón para no darse el lujo <strong>de</strong> utilizar esta palabra— lo<br />
que correspon<strong>de</strong> a lo que siempre se llamo, y legítimamente se continúa llamando así, las<br />
locuras. En este ámbito Freud divi<strong>de</strong> dos partes. No se metió mucho más allá <strong>de</strong> eso en<br />
materia <strong>de</strong> nosología <strong>de</strong> la psicosis, pero es muy claro sobre este punto, y dada la calidad<br />
<strong>de</strong> su autor, no po<strong>de</strong>mos consi<strong>de</strong>rar esta distinción como <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñable.<br />
Como suele ocurrir, en esto Freud no está absolutamente <strong>de</strong> acuerdo con su época. ¿Está<br />
retrasado? ¿Está a<strong>de</strong>lantado? Esta es la ambigüedad. A primera vista, está muy<br />
retrasado.<br />
No puedo hacer aquí el historial <strong>de</strong> la paranoia <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que hizo su aparición, con un<br />
psiquiatra discípulo <strong>de</strong> Kant, a comienzo <strong>de</strong>l siglo XIX, pero sepan que en su extensión<br />
máxima, en la psiquiatría alemana, recubría casi íntegramente todas las locuras: el s esenta<br />
por ciento <strong>de</strong> los enfermos <strong>de</strong> los asilos llevaba la etiqueta <strong>de</strong> paranoia. Todo lo que<br />
llamamos psicosis o locura era paranoia.<br />
En Francia, la palabra paranoia, en el momento en que fue introducida en la nosología<br />
momento extremadamente tardío, hace más o menos unos cincuenta años- fue<br />
i<strong>de</strong>ntificada con algo fundamentalmente diferente. Un paranoico —por lo menos antes <strong>de</strong><br />
que la tesis <strong>de</strong> cierto Jacques Lacan intentara crear un gran alboroto que se limitó a un<br />
pequeño círculo, al pequeño círculo que conviene, lo que hace que hoy ya no se habla <strong>de</strong><br />
los paranoicos como antes- un paranoico era un malvado, un intolerante, un tipo con mal<br />
humor, orgullo, <strong>de</strong>sconfianza, susceptibilidad, sobrestimación <strong>de</strong> sí mismo. Esta<br />
carácterística era el fundamento <strong>de</strong> la paranoia; cuando el paranoico era <strong>de</strong>masiado<br />
paranoico, llegaba a <strong>de</strong>lirar. Se trataba menos <strong>de</strong> una concepción que <strong>de</strong> una clínica, por<br />
otra parte muy sutil.<br />
En esas más o menos andábamos en Francia, y no fuerzo nada. Luego <strong>de</strong> la difusión <strong>de</strong> la<br />
obra <strong>de</strong> Génil-Perrin sobre la Constitución paranoica, que había hecho prevalecer la<br />
noción carácterológica <strong>de</strong> la anomalía <strong>de</strong> la personalidad, constituida esencialmente por lo<br />
que pue<strong>de</strong> muy bien calificarse —el estilo <strong>de</strong>l libro lleva la marca <strong>de</strong> esa inspiración- <strong>de</strong><br />
estructura perversa <strong>de</strong>l carácter. Como todo perverso, podía ocurrir que el paranoico<br />
pasara los límites, y cayese en esa horrenda locura, exageración <strong>de</strong>smesurada <strong>de</strong> los<br />
rasgos <strong>de</strong> su enojoso carácter.<br />
Esta perspectiva pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong>signada como psicológica, psicologizante, o incluso<br />
psicogenética. Todas las referencias formales a una base orgánica, al temperamento por<br />
ejemplo, nada le cambian; era verda<strong>de</strong>ramente una génesis psicológica. Algo se <strong>de</strong>fine y<br />
se aprecia en cierto plano, y su <strong>de</strong>sarrollo se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong> ello <strong>de</strong> manera continua, con<br />
una coherencia autónoma que se basta en su propio campo. Por ello, se trataba en suma<br />
<strong>de</strong> psicología, pese al repudio <strong>de</strong> este punto <strong>de</strong> vista que se encuentra en la pluma <strong>de</strong>l<br />
autor.<br />
Intente promover otro punto <strong>de</strong> vista en mi tesis. Con seguridad era todavía un joven<br />
psiquiatra, y fui introducido en gran parte en el tema por los trabajos, la enseñanza directa,<br />
y me atreverse incluso a <strong>de</strong>cir la familiaridad <strong>de</strong> alguien que <strong>de</strong>sempeñó un papel muy<br />
importante en la psiquiatría francesa <strong>de</strong> aquella época, <strong>de</strong> Clérambault, cuya persona,<br />
acción e influencia evocare en esta charla introductoria.<br />
Para aquellos <strong>de</strong> uste<strong>de</strong>s que tienen un conocimiento aproximativo o <strong>de</strong> oídas <strong>de</strong> su<br />
obra—<strong>de</strong>be haber algunos— <strong>de</strong> Clérambault pasa por haber sido feroz <strong>de</strong>fensor <strong>de</strong> una<br />
concepción organicista extrema. Este era seguramente el propósito explícito <strong>de</strong> muchas <strong>de</strong><br />
sus exposiciones teóricas. No creo, empero, que a partir <strong>de</strong> ahí se pueda tener una justa<br />
perspectiva, no sólo <strong>de</strong> la influencia que efectivamente pudo tener su persona y su<br />
enseñanza, sino también <strong>de</strong>l verda<strong>de</strong>ro alcance <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>scubrimientos.<br />
Es una obra que, in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> sus objetivos teóricos, tiene un valor clínico<br />
concreto: es consi<strong>de</strong>rable el numero <strong>de</strong> síndromes clínicos <strong>de</strong>limitados por Clérambault <strong>de</strong><br />
manera completamente original, y que están integrados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces al patrimonio <strong>de</strong> la<br />
experiencia psiquiátrica. Aportó cosas preciosas nunca vistas antes y nunca retornadas<br />
<strong>de</strong>spués; hablo <strong>de</strong> sus estudios <strong>de</strong> las psicosis <strong>de</strong>terminadas por tóxicos. En una palabra,<br />
en el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> las psicosis, Clérambault sigue siendo absolutamente indispensable.<br />
La noción <strong>de</strong> automatismo mental está polarizada aparentemente, en la obra y en la<br />
enseñanza <strong>de</strong> Clérambault, por la preocupación <strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrar el carácter<br />
fundamentalmente ani<strong>de</strong>ico, como solía <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> los fenómenos que se manifiestan en la<br />
evolución <strong>de</strong> la psicosis, lo que quiere <strong>de</strong>cir no conforme a una sucesión <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as, lo cual<br />
no tiene mucho más sentido que, por <strong>de</strong>sgracia, el discurso <strong>de</strong>l amo. Esta <strong>de</strong>limitación se<br />
hace entonces en función <strong>de</strong> una. comprensibilidad supuesta. La referencia primera a la<br />
comprensibilidad sirve para <strong>de</strong>terminar precisamente lo que se presenta como ruptura y<br />
como incomprensible.<br />
Esta es una asunción <strong>de</strong> la que seria exagerado <strong>de</strong>cir que es muy ingenua, pues sin duda<br />
alguna es la más común, y temo que aún entre uste<strong>de</strong>s, al menos entre muchos <strong>de</strong><br />
uste<strong>de</strong>s. El progreso principal <strong>de</strong> la psiquiatría <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la introducción <strong>de</strong> ese movimiento d e<br />
investigación que se llama el psicoanálisis, consistió, se cree, en restituir el sentido en la<br />
ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> los fenómenos. En si no es falso. Lo falso, empero, es imaginar que el sentido<br />
en cuestión, es lo que se compren<strong>de</strong>. Lo nuevo que habríamos aprendido, se piensa en el