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05 Seminario 3.pdf - Centro de Difusion y Estudios Psicoanalíticos

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¿Qué está en juego en un fenómeno alucinatorio? Ese fenómeno tiene su fuente en lo que<br />

provisoriamente llamaremos la historia <strong>de</strong>l sujeto en lo simbólico. No sé si mantendré<br />

siempre esta conjunción <strong>de</strong> términos, ya que toda historia por <strong>de</strong>finición es simbólica, pero<br />

conservemos por el momento la formula. La distinción esencial es esta: el origen <strong>de</strong> lo<br />

reprimido neurótico no se sitúa en el mismo nivel <strong>de</strong> historia en lo simbólico que lo<br />

reprimido en juego en la psicosis, aún cuando hay entre los contenidos una muy estrecha<br />

relación. Esta distinción introduce, por sí sola, una clave que permite formular el problema<br />

<strong>de</strong> modo mucho más sencillo <strong>de</strong> lo que se ha hecho hasta ahora. Lo mismo ocurre con el<br />

esquema <strong>de</strong>l año pasado en lo que concierne a la alucinación verbal. ver nota(3)<br />

Nuestro esquema, les recuerdo, figura la interrupción <strong>de</strong> la palabra plena entre el sujeto y<br />

el Otro, y su <strong>de</strong>svío por los dos yo, a y a', y sus relaciones imaginarias. Aquí está indicada<br />

una triplicidad en el sujeto, la cual recubre el hecho <strong>de</strong> que el yo <strong>de</strong>l sujeto es quien<br />

normalmente le habla a otro, y le habla <strong>de</strong>l sujeto, <strong>de</strong>l sujeto S, en tercera persona.<br />

Aristóteles hacía notar que no hay que <strong>de</strong>cir que el hombre piensa, sino que piensa con su<br />

alma. De igual manera, digo que el sujeto se habla con su Yo. Sólo que en el sujeto normal<br />

hablarse con su yo nunca es plenamente explicitable, su relación con el yo es<br />

fundamentalmente ambigüa, toda asunción <strong>de</strong>l yo es revocable. En el sujeto psicótico en<br />

cambio, ciertos fenómenos elementales, y especialmente la alucinación que es su forma<br />

más carácterística, nos muestran al sujeto totalmente i<strong>de</strong>ntificado a su yo con el que habla,<br />

o al yo totalmente asumido bajo el modo instrumental. El habla <strong>de</strong> él, el sujeto, el S, en los<br />

dos sentidos equívocos <strong>de</strong>l término, la inicial S y el Es alemán(4). Esto es realmente lo que<br />

se presenta en el fenómeno <strong>de</strong> la alucinación verbal. En el momento en que aparece en lo<br />

real, es <strong>de</strong>cir acompañado <strong>de</strong> ese sentimiento <strong>de</strong> realidad que es la carácterística<br />

fundamental <strong>de</strong>l fenómeno elemental, el sujeto literalmente habla con su yo, y es como si<br />

un tercero, su doble, hablase y comentase su actividad.<br />

A esto nos llevara este año nuestra tentativa <strong>de</strong> situar en relación a los tres registros <strong>de</strong> lo<br />

simbólico, lo imaginario y lo real, las diversas formas <strong>de</strong> la psicosis. Nos permitirá precisar<br />

en sus mecanismos últimos la función que <strong>de</strong>be darse al yo en la cura. En el límite se<br />

atisba la cuestión <strong>de</strong> la relación <strong>de</strong> objeto.<br />

El manejo actual <strong>de</strong> la relación <strong>de</strong> objeto en el marco <strong>de</strong> una relación analítica concebida<br />

como dual, está fundado en el <strong>de</strong>sconocimiento <strong>de</strong> la autonomía <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n simbólico, que<br />

acarrea automáticamente una confusión <strong>de</strong>l plano imaginario y <strong>de</strong>l plano real. La relación<br />

simbólica no por ello queda eliminada, porque se sigue hablando, e incluso no se hace<br />

otra cosa, pero el resultado <strong>de</strong> este <strong>de</strong>sconocimiento es que lo que en el sujeto pi<strong>de</strong> ser<br />

reconocido en el plano propio <strong>de</strong>l intercambio simbólico auténtico —que no es fácil <strong>de</strong><br />

alcanzar ya que es constantemente interferido- es reemplazado por un reconocimiento <strong>de</strong><br />

lo imaginario, <strong>de</strong>l fantasma. Autentificar así todo lo que es <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> lo imaginario en el<br />

sujeto es, hablando estrictamente, hacer <strong>de</strong>l análisis la antecámara <strong>de</strong> la locura, y <strong>de</strong>be<br />

admirarnos que esto no lleve a una alienación más profunda; sin duda este hecho indica<br />

suficientemente que, para ser loco, es necesaria alguna predisposición, si no alguna<br />

condición.<br />

En Viena, un muchacho encantador al que intentaba explicarle algunas cositas, me<br />

preguntaba si yo creía que las psicosis eran orgánicas o no; le dije que ese asunto estaba<br />

completamente caduco, que hacía mucho tiempo que yo no hacía diferencias entre la<br />

psicología y la fisiología, y que con toda seguridad. No se vuelve loco quien quiere, como<br />

ya lo había escrito en la pared <strong>de</strong> mi sala <strong>de</strong> guardia en una vieja época, un poco arcaica.<br />

Pero no <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser cierto que <strong>de</strong>bemos atribuir a cierto modo <strong>de</strong> manejar la relación<br />

analítica, que consiste en autentificar lo imaginario, en sustituir el reconocimiento en el<br />

plano imaginario, el <strong>de</strong>sencantamiento bastante rápido <strong>de</strong> un <strong>de</strong>lirio más o menos<br />

persistente, y a veces <strong>de</strong>finitivo, en casos harto conocidos.<br />

Es bien conocido el hecho <strong>de</strong> que un análisis pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus primeros<br />

momentos psicosis, pero nadie ha explicado nunca por qué. Evi<strong>de</strong>ntemente está en<br />

función <strong>de</strong> las disposiciones <strong>de</strong> la relación <strong>de</strong> objeto.<br />

Creo no haber podido hoy hacer otra cosa más que introducirlos al interés <strong>de</strong> lo que vamos<br />

a estudiar.<br />

Es útil ocuparse <strong>de</strong> la paranoia. Por ingrato y árido que pueda ser para nosotros, atañe a<br />

la purificación, elaboración y ejercitación <strong>de</strong> las nociones freudianas, y por lo mismo atañe<br />

a nuestra formación para el análisis. Espero haberles hecho sentir como esta elaboración<br />

nocional pue<strong>de</strong> tener la inci<strong>de</strong>ncia más directa sobre la forma en que pensaremos o en<br />

que evitaremos pensar lo que es o lo que <strong>de</strong>be ser nuestra experiencia <strong>de</strong> cada día.

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