Se oye decir: "El burka es una prenda; un disfraz, a lo sumo; no vamos a legislar la indumentaria y los disfraces...". Error. El burka no es una prenda, es un mensaje. Y es un mensaje que habla del sometimiento, esclavitud, anulación y derrota de las mujeres. Se oye decir: "Tal vez sea sometimiento, pero consentido; sáquense de la cabeza la idea de un burka impuesto a unas mujeres que no lo quieren por unos maridos malvados, unos padres abusivos o el cafre de turno". Sea. Salvo que la servidumbre voluntaria nunca ha sido un argumento; el esclavo -o esclava- feliz nunca ha justificado la infamia inherente, esencial, ontológica, de la esclavitud. (…) Se oye decir: "Libertad de culto y de conciencia; libertad de ejercicio y expresión, para todos y todas, de la fe de su elección. ¿A título de qué íbamos a permitirnos prohibir que un fiel honre a Dios de la forma que prescriben los textos sagrados?". Otro sofisma. Nunca se repetirá bastante. El burka no es una prescripción coránica. No hay ningún versículo ni ningún texto de la Sunna que obligue a las mujeres a vivir en esa prisión de tela y chatarra que es un velo integral. (…) Y no hablo de aquellos que, como Hassan Chalghoumi, el valiente imán de Drancy, están diciendo a sus fieles, alto y claro, que llevar ese velo integral es claramente antiislámico. Se oye decir: "¡Cuidado con mezclar las cosas! Cuidado, al focalizar la atención sobre el burka, con no alimentar una islamofobia que no espera otra cosa para desatarse y sería, a su vez, una forma disfrazada de racismo. (…)”. Sofisma, una vez más. Pertinaz y absurdo sofisma. Pues una cosa no tiene nada que ver con la otra. La islamofobia, y esto tampoco se repetirá bastante, no es, evidentemente, un racismo. Personalmente, no soy islamófobo. Me importa lo bastante lo espiritual y el diálogo entre espiritualidades como para ser hostil a una religión u otra. Pero, en cambio, el poder criticarlas libremente, el derecho a burlarse de sus dogmas o creencias, el derecho a la incredulidad, a la blasfemia, a la apostasía, son derechos conquistados a un precio demasiado alto como para que dejemos que una secta, unos terroristas del pensamiento, los anulen o los debiliten. (…) Finalmente, también se oye decir: "Pero ¿de qué estamos hablando, al fin y al cabo? ¿Cuántos casos hay? ¿Cuántos burkas? ¿Hay que armar tanto alboroto por unos cuantos miles -por no decir centenares- de burkas censados en el conjunto del territorio francés? (…)". Es el argumento más frecuente. Y, para algunos, el más convincente. Pero, en realidad, es tan especioso como los anteriores. (…) ¿Alguien concibe que se cuestionasen las leyes de 1881 so pretexto de que los atentados contra la libertad de prensa son infrecuentes? ¿Y qué diríamos de alguien que, tras observar una disminución de los ataques racistas o antisemitas contra las personas, pensara en aligerar, o incluso en abolir, la legislación vigente sobre la materia? (…) Por todas estas razones de principios estoy a favor de una ley que no deje lugar a dudas y declare antirrepublicano portar el burka en los espacios públicos. BERNARD-HENRI 28 LÉVY: Sí a la ley del burka (21/02/2010) .
Podemos resumirlo del siguiente modo: El burka representa una humillación -sea este o no aceptado por la mujer-, ajena a las leyes del Corán, que ha de ser críticamente rechazada, sin atender a la mayor o menor extensión del uso de dicha indumentaria. Por eso debe publicarse una ley que prohíba su uso en los espacios públicos franceses. 29