el beneficio?
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atosmalos tratosmalos tratosm<br />
la madre y ver como abusivo <strong>el</strong> hecho<br />
de que los jueces siempre hayan dado<br />
preferencia a las madres sin discusión.<br />
¿De qué instrumento teórico se valen<br />
para conseguir sus objetivos? D<strong>el</strong> SAP.<br />
Síndrome de alienación parental, concepto<br />
invocado para explicar para todos<br />
los casos y sin ninguna especificación<br />
particular, que si un hijo/a se niega a<br />
tratar a su padre, es porque su madre<br />
le ha vu<strong>el</strong>to en su contra con un previo<br />
lavado de cerebro. Tenemos que ir<br />
despacio para desenmascarar los prejuicios<br />
que están contenidos en estas<br />
afirmaciones. Uno de <strong>el</strong>los y muy fuerte<br />
por cierto, que en la judicatura juega un<br />
pap<strong>el</strong> importante para muchos jueces,<br />
es la creencia de que es mejor tener un<br />
padre aunque sea malo, que no tener<br />
ninguno y si éste es biológico tiene más<br />
cartas a su favor que otro que haya<br />
cumplido satisfactoriamente su pap<strong>el</strong><br />
de padre social. Este prejuicio es consecuencia<br />
de una premisa que supone<br />
que para un buen desarrollo psíquico<br />
d<strong>el</strong> niño/a la presencia d<strong>el</strong> padre es fundamental<br />
para separarlo de la captura<br />
que la madre haría de la subjetividad y<br />
deseo d<strong>el</strong> niño/a.<br />
¿Por qué preocupa hoy la presencia d<strong>el</strong><br />
padre más que en otras épocas? En los<br />
mejores casos, están los de hombres<br />
que cansados de su masculinidad tradicional<br />
y conscientes d<strong>el</strong> peso excesivo<br />
que pagan por sostenerla, quieren<br />
acceder a unas maneras más tradicionalmente<br />
femeninas, como implicarse<br />
en la crianza de los hijos, no desempeñar<br />
<strong>el</strong> triste y agotador pap<strong>el</strong> de ser<br />
<strong>el</strong> proveedor económico de la familia<br />
y poco más, y piden que se les respete<br />
ese derecho. Ésta, por supuesto, es<br />
una aspiración justa si nace de un deseo<br />
sincero de ejercer una paternidad,<br />
MYS 27-28<br />
pero en esos casos es difícil pensar<br />
que un padre así exponga a sus hijos<br />
al maltrato psicológico que supone <strong>el</strong><br />
hacerlos pasar por los procesos usuales<br />
cuando se invoca <strong>el</strong> SAP, o cuando los<br />
hijos se desgarran de dolor por verse<br />
obligados a tener que irse con su padre<br />
contra su voluntad y en algunos casos<br />
con prohibición expresa de ver a su madre<br />
durante períodos largos de tiempo<br />
(que se supone necesarios para “desprogramar”<br />
a esos hijos de la supuesta<br />
alienación que les ha provocado su<br />
malévola madre con lavado de cerebro<br />
previo). Recordemos a Salomón cuando<br />
se vio en grado de tener que decidir a<br />
quien dejar un niño al que dos mujeres<br />
diferentes reclamaban como suyo. Él<br />
decidió cortar al niño en dos y la verdadera<br />
madre d<strong>el</strong> niño prefirió renunciar<br />
a él antes que someterlo a la muerte.<br />
Extrapolando <strong>el</strong> personaje podríamos<br />
pensar que un padre amoroso no querría<br />
infligir ese sufrimiento a sus hijos,<br />
que más que obligarlos a estar con él<br />
querría convencerlos, ganarse su afecto.<br />
En cambio, una madre que se opone a<br />
la custodia compartida muchas veces<br />
lo hace para proteger a sus hijos de los<br />
excesos tanto violentos como sexuales<br />
d<strong>el</strong> padre o de su negligencia. Por eso<br />
es llamativo y hace pensar más en la<br />
mala fe de aqu<strong>el</strong>los padres que libran<br />
batallas que resultan cruentas para los<br />
hijos cuando reclaman su custodia. No<br />
olvidemos las ventajas que procura la<br />
custodia compartida a los padres que la<br />
reclaman. Además de seguir controlando<br />
a su mujer y sus hijos, evitan <strong>el</strong> pago<br />
de pensiones alimenticias y pueden seguir<br />
disfrutando d<strong>el</strong> hogar conyugal.<br />
El hombre que es dejado, cuanto más<br />
machista es, más desarrolla un afán de<br />
venganza hacia su mujer, y ¿qué manera<br />
más eficaz de hacerle daño que apro-<br />
piándose de lo que tradicionalmente no<br />
sólo más quiere sino que más afecta a<br />
su identidad femenina en esta cultura?<br />
EL AMOR HAY QUE GANARLO<br />
El amor hay que ganarlo, no se puede<br />
imponer. Sin embargo, <strong>el</strong> patriarcado,<br />
fi<strong>el</strong> a sus consignas, prefiere creer que<br />
tiene una misión que cumplir y que <strong>el</strong><br />
daño que puede producir en esas circunstancias<br />
es por <strong>el</strong> bien d<strong>el</strong> hijo/a.<br />
Estos son los supuestos más íntimos d<strong>el</strong><br />
patriarcado, por eso <strong>el</strong> SAP triunfa, porque<br />
ya no importan los casos particulares,<br />
ni si es justo o no, ni que <strong>el</strong> niño sea<br />
respetado. Se trata de imponer al padre<br />
cuando en su est<strong>el</strong>a desfalleciente no<br />
encuentra un lugar donde sostenerse<br />
en estos tiempos posmodernos.<br />
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