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CUADERNO N9 8
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11 CONGRESO.
DE
CIENCIASNATURALESY AFINES
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ASPECTOS RELATIVOS A LOS SUELOS
TROPICALES Y SUBTROPICALES
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EN RELACION CON
PROBLEMAS AGRICOLAS VENEZOLANOS
COMITE EJECUTIVO
CARACAS - VENEZUELA
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El Segundo Congreso de Ciencias Naturales y Afines se
celebró en Caracas entre los días 22 y 30 de septiembre de
1951, bajo los auspicios de la Sociedad de Ciencias Naturales
La Salle, con la colaboración de todos los organismos de carácter
científico existentes en Venezuela.
La mencionada Sociedad recibió del Congreso la delega-
ción de las responsabilidades correspondientes a su Comité
Ejecutivo, entre las cuales está la de publicar cierto número
de trabajos científicos que fueron presentados en aquella
ocasión.
Este es uno de ellos, cumplimiento de un deber enco-
mendado y, a la vez, un esfuerzo más del espíritu de la
ciencia y del deseo de llenar progresivamente los vacíos de
nuestra cultura patria.
La publicación de este trabajo ha sido costeada por la
Universidad Central de Venezuela.
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INlJICJIJ
l. -Introducción ...........................
II. - Consideraciones generales sobre los suelos tropicales y
sub tropicales ..........................................
III. -Breves consideraciones sobre los factores climáticos
IV. -Problemas relativos a la clasificación de los suelos ....
V. -Importancia que tienen para Venezuela los trabajos efec-
tuados en Brasil, Colombia, Trinidad y el Congo Belga.
a) El hombre como factor en la formación del suelo..
b) Factores que afectan el contenido de nitrógeno en
suelos tropicales ..................................
VI. - Bosquejo de los trabajos realizados en el país y de los
problemas agrícolas venezolanos .......................
VII. - Conclusiones .......................
VIII. - Referencias ............................................
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ASPECTOS RELATIVOS A LOS SUELOS
TROPICALES Y SUBTROPICALES
EN RELACION CON
PROBLEMAS AGRICOLAS VENEZOLANOS
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La escogencia de este tema, de enorme amplitud, obedece a su
indiscutible importancia y a la trascendencia que tiene para el pais
el conocimiento de los suelos tropicales y subtropicales.
Como testimonio de lo que se acaba de expresar podemos mencionar
la celebración de una Conferencia sobre suelos africanos en
noviembre de 1948, la cual versó, principalmente, sobre suelos tropicales
(11). A dicha conferencia asistieron representantes del Gobierno
del Congo Belga, del Africa ecuatorial francesa, de Madagascar, de
Portugal, de la Gran Bretaña, del Africa Británica, de la Unión de
Africa del Sur y de la F. A O. A esto hay que afiadir la celebración
de una conferencia sobre suelos tropicales y sub-tropicales en Ceilán
en 1950, asi como también la inclusión, en el IV Congreso Internacional
de Suelos celebrado en Amsterdam en julio de 1950, de una
sección sobre suelos tropicales y subtropicales, que abarca catorce trabajos
relativos a diferentes aspectos de dichos suelos.
Seguidamente trataremos de referirnos a ciertos puntos que quizá
sean de interés.
(*) Miembro Correspondiente de la Sociedad de Ciencias Naturales La
Salle.
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II. - CON~IDEHAmONES GENEHALE~
SOBRRE LO~ SUELO~ TROPICALE~ y SUBTROPICALES
Estrictamente hablando, las zonas tropicales abarcan el área comprendida
entre el trópico de Cáncer y el de Capricornio, o sea, 23° 30'
a ambos lados del ecuador. Por extensión, se denomina "tropicales" a
los suelos comprendidos dentro de esa zona. En términos generales,
los suelos tropicales abarcan aquellos suelos que aparecen en regiones
continuamente cálidas, o por lo menos, libres de heladas y sin días
largos.
En Edafología, el término se aplica a los suelos que presentan
características propias desarrolladas bajo la influencia de factores
pedogenéticos existentes en esas zonas. Como adjetivo, por lo menos,
el término puede aplicarse a los suelos azonales o intrazonales de
regiones tropicales. Esto implica la existencia de una gran diversidad
de tipos de suelos debido a las variaciones en la intensidad y distribución
de las lluvias, la nubosidad, la humedad relativa, la velocidad
del viento, la vegetación, la topografía, la roca madre y el tiempo.
Al enfocar los problemas referentes a los suelos tropicales es
casi imposible dejar de referirse a los suelos lateriticos o lateritoides.
Es un hecho admitido que la laterización es un tipo de meteorización
que tiene lugar en las zonas tropicales y subtropicales húmedas y
que se caracteriza por la remoción de bases y sílice del horizonte
superficial y la acumulación, en ese horizonte, de los sesquióxidos de
hierro y aluminio. La naturaleza exacta del proceso no se conoce a
cabalidad. Los suelos tropicales han sido estudiados por diversos
autores, entre ellos, Fox, Glinka, Harrassowitz, Joffe, Kellog, Marbut,
Mohr, Robinson, Russell, Hardy, Thorp, Vageler, Bonnett y otros (2);
recientemente, por Sherman, en Hawaii y Jenny, en California.
Al estudiar los suelos brasileros, Vageler (1938) observa el hecho
de que una fuerte erosión, ocasionada bien sea por el agua o por el
viento, tiene la misma significación, en cuanto a la formación de los
suelos, que los factores endodinamorfos, pues, la constante remoción
mutila de nuevo los perfiles que se encuentran en formación. El tiempo
necesario para la formación de un tipo climático de suelos, en regiones
sometidas a la erosión es suficiente sólo en casos excepcionales.
Donde hay mucha erosión, el perfil natural desaparece o es trunco y
puede, en realidad, no alcanzar un desarrollo completo.
Esto acontece, sobre todo, en regiones tropicales y subtropicales
donde la erosión es intensa y ha conducido a modificaciones considerables
en el desarrollo del perfil.
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ASPECTOS RELATIVOS A LOS SUELOS TROPICALES Y SUBTROPICALES
Es muy arriesgado extrapolar conclusiones obtenidas en zonas
templadas a zonas tropicales y subtropicales sin someterlas a comprobación.
La representación cartográfica, de regiones de Sur América
que se consideran como formadas por lateritas o las vastas zonas de
Africa, más o menos estériles, consideradas de buena calidad, constituyen
para Vageler (3) ejemplos dignos de ser sefialados. Esto conduce
a una evaluación económica errónea de dichos paises. No es
posible resolver los problemas de la representación cartográfica de
los suelos tropicales y subtropicales, en forma conveniente y útil, por
medio de extrapolaciones teóricas, sino a través de estudios especiales
y cuidadosos de los hechos. Desde el punto de vista de la Pedologia
Teórica, es una verdad incontrovertible que los suelos tropicales y
subtropicales ofrecen problemas complejos, capaces de ser resueltos
sólo en relación estrecha con la historia geológica y climática y con
la historia humana de los paises, a fin de disponer de una base científica
que garantice el establecimiento de una agricultura racional en
dichas zonas.
La consideración relativa a los problemas de abonamiento y de
valoración general de los suelos que ha dado buenos resultados en
zonas templadas, falla completamente en los trópicos.
Algo semejante acontece en el caso de las labores agricolas, máxime
cuando se ara intensamente. Esta técnica constituye un serio peligro
para la permanencia de las explotaciones agricolas, sobre todo en
climas húmedos y semihúmedos, por facilitar la erosión por el agua
y por el viento y la destrucción del humus.
En las zonas tropicales bajo sombra, la temperatura del suelo
no pasa de 25° a 2So C.; en las zonas sin sombra sube fácilmente
a 70o-SÓo C.
Al mismo tiempo, el déficit de saturación del aire que ocasiona
la evaporación a la atmósfera en la época seca, pasa de 5 %-10 % a
SO %-90 % o más. De aqui resulta una evaporación tan elevada y
un desecamiento tan profundo (50 cms.), que el potencial capilar se
eleva a muchas decenas de atmósferas, descartando cualquier posibilidad
de vida de las plantas o de los microorganismos. A ello se
agrega además, la circunstancia de que, no estando protegida la superficie
del suelo contra los rayos solares, se produce una descomposición
muy rápida de la materia orgánica. En el clima húmedo de las Indias
Holandesas y de Africa Occidental, por ejemplo, 4-5 afios de cultivo
sin sombra son suficientes para reducir prácticamente a cero, el contenido
de humus de un suelo antes virgen.
En el clima semihúmedo de los trópicos y subtrópicos, el mismo
efecto se nota al cabo de dos a tres años si el suelo se trabaja en
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una misma forma intensa. Los análisis del Instituto Ag-ronómico de
Campinas (Brasil) indican que, en ciertos suelos de la formación
Caina, en sólo dos años de cultivo, el contenido de humus disminuyó
en un 95 %. Esto acarrea otro efecto desfavorable, que es la producción
de grandes cantidades de nitratos que pueden llegar a ser
nocivas.
El desequilibrio subsiguiente de los elementos nutritivos ocasiona
efectos perjudiciales a los productos, sobre todo en el caso de citricas,
de café y alg-odón. La adición de abonos minerales a un suelo en el
cual se han agotado las reservas de substancias orgánicas no produce
resultados duraderos a menos que se mantenga el contenido de humus.
Las investigaciones roendenográficas de las arcillas de los suelos
tropicales y subtropicales indican que no existe casi ninguno de los
minerales arcillosos de alta capacidad de absorción de cationes. Esto
quiere decir que, en las regiones tropicales y subtropicales, el humus
es el factor determinante de los complejos de intercambio y, por tanto,
regula el efecto durable de los abonos artificiales.
La complicación mayor en la física y en la química de los suelos
de esas regiones se debe a la variación casi ilimítada de la estructura
de los perfiles individuales, tanto en el caso de suelos vírgenes como
en el de suelos desmejorados debido a la pérdida de humus.
Para cada suelo, pues, se impone una evaluación
propíedades, lo cual hace prácticamente imposible la
cualesquíera experíencias locales.
individual de sus
generalización de
También es necesario efectuar ensayos con microelementos.
En muchos casos éstos existen en cantidades excesivás y pueden
tener efectos desfavorables para las cosechas, sea desde el punto de
vista cualitativo, como en el caso del té, o bien desde el punto de
vista cuantitatívo, como en el caso del algodón, debido al manganeso,
como acontece en el Estado de Sao Paulo. Las labores mecánícas y
el empleo de abonos comerciales constituyen, sin lugar a dudas, medios
valiosos para lograr una intensificación racional de los cultivos, siempre
y cuando se preste la atención debida a la conservación del humus,
pues de otro modo constituyen el peligro mayor para la agricultura
de los trópicos y los subtrópicos.
Los suelos lateríticos representan los suelos que han alcanzado
el mayor grado posible de senilidad. Las lateritas se reducen, teóricamente
hablando, a Fe y Al. El grado de laterización se determina
de acuerdo con los valores correspondientes a los índices Sa o Saf, es
decir, a la relación
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ASPECTOS RELATIVOS A LOS SUELOS TROPICALES Y SUBTROPICALES
SiO:
Saf < 1 laterita
Saf > 1 no laterita
SiO:
y Al:O. + Fe:O:
respectivamente.
Sa < 2 laterita
Sa > 2 no laterita.
El cálculo se hace a base de la fracción arcillosa del suelo, es
decir, aquella en que el diámetro de las particulas es > 2 micra..s.
La expresión suelo laterizado, o suelo lateritico, implica la idea
de pobreza quimica, inactividad coloidal o dificultad de restaurar la
fertilidad perdida mediante la adición de abonos. Decir que un suelo
es lateritico, o se encuentra laterizado, significa que se encuentra en
proceso de transformarse en laterito, inexorablemente.
Es necesario modificar el método usado para evaluar el grado de
laterización, a base del valor de Sa o de Saf, por constituir, como lo
recalca Setzer (13), un sistema demasiado simplista y unilateral.
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Véase el triángulo de Vageler. De acuerdo con el sistema propuesto
por el Dr. Vageler, los lateritos no pueden tener un indice
Saf > 0.67. Suelos en los que el contenido de AI:O. y Fe,O. es
> 68 %, ya son lateritos. Si uno de ellos fuese 32 ó menos y el
otro 34 ó más, no serian suelos lateritos, pudiendo el indice Saf ser
0.1 ó 0.05. , "
Desde el punto de vista pedológico, no interesa tanto saber si un
suelo es laterito o no, sino si está evolucionando a laterito o no. En
otras palabras, si nos encontramos frente al proceso diagenético denominado
laterización o no. ° sea que es necesario prestar atención
al aspecto dinámico, es decir, a la alteración de las propiedades del
suelo, en cierto sentido, de acuerdo con la variable independiente "tu.
S = f (t). Si S disminuye ( S = contenido de silice del complejo
coloidal mineral) se trata de laterización..
Este proceso edáfico que acompaña la evolución de los suelos de
climas cálidos y húmedos, no es otro que el proceso de envejecimiento
de esos suelos, efectuándose la migración de la arcilla y el enriquecimiento
consiguiente en sesquióxidos de hierro y aluminio. En general,
el suelo es tanto más viejo y su rejuvenecimiento, por medio
.de tratamientos agricolas, es tanto más dificil, cuanto menor es el
contenido de silicatos hidratados de aluminio, cuanto mayor es el
contenido de sesquióxidos de hierro y aluminio, cuanto menor es el
contenido de silice hidratada y cuanto menor es el grado de hidratación
de las arcillas. (Pérdida al rojo.)
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~OBRE LOS FACTORES 0LBIATICOS
Debido a que en los trópicos un rasgo característico del clima
es la uniformidad de la temperatura, se ha convenido durante muchos
afíos en que el factor de mayor importancia en las investigaciones
climatológicas 10 constituye la humedad (precipitación pluvial).
Mucho más recientemente, se ha considerado más importante estudiar
el equilibrio hidrológico, ya que es imposible saber si un clima es
seco o húmedo si sólo conocemos la precipitación Es necesario ave-
riguar si' ésta es mayór o menor que el agua necesaria para satisfacer
las pérdidas debidas a la evaporación y a la transpiración. De
allí que se haya hecho hincapié en los estudios de evapotranspiración
en Estados Unidos, India, Canadá, Méjico y más recientemente
en Puerto Rico, Trinidad y la República Dominicana. También existe
una fuerte tendencia hacia el estudio del microclima en varios de
los países mencionados, así como también en varios países europeos
y en el Congo Belga.
Trabajando en las Indias Holandesas, Mohr (10) encontró que,
cualesquiera que sea el valor del índice pluviotérmico de Lang, evidentemente
no es válido para las zonas tropicales propiamente dichas.
Cuando el valor de dicho índice es de 60 a 40, aparecerían los
suelos lateríticos; sin embargo, eso no es válido para las condiciones
de Java. Tampoco es válido el índice pluvioevaporimétrico de
Meyer.
El sistema de Thornwthwaite ha sido usado con éxito en Brasil
y Puerto Rico. Recientemente se usó para
lidades venezolanas (9) con los siguientes
10
ZONA HUMEDA:
I.E.P. ·: 64-128.
ZONA SUBHUMEDA:
I.E.P.: 32-64.
· LE.P.: Indice de Efectividad Pluvial.
San Cristóbal.
San Carlos.
San Felipe.
Maturín.
Calabozo.
Mérida.
un reducido grupo de locaresultados:
El Valle, D. F.
Los Teques.
Zaraza.
Aragua de Barcelona.
Caracas.
Maracay.
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ASPECTOS RELATIVOS A LOS SUELOS TROPICALES Y SUBTROPICALES
ZONA SEMIARIDA:
LE.P.: 16-32.
Maracaibo.
Barquisimeto.
La Guaira.
ZONA MESOTERMICA:
LE.T. ..: 64-128.
El Valle.
San Cristóbal
Caracas.
ZONA MACROTERMICA:
LE.T.: > 128.
Todas las demás.
Como dato de interés, es de mencionar que en las zonas tropicales,
con pendientes elevadas y expuestas al viento, el aumento de
precipitación es alrededor de 150 % por cada 300 mts. de aumento
de altura.
n-o - PROBLEMAS RELATIYOS
A LA CLASIFICACION DE L08 SUELOS
En una discusión generalizada sobre los suelos de la América del
Sur, Hardy (6) menciona los siguientes grupos de suelos zonales y
azonales: tierra roja (red earth). tierra lavada o descolorida (Bleached
earth), litosoles y suelos aluviales. El primer grupo comprende
suelos que se componen principalmente de caolinita, coloreada intensamente
por hematita y contiene concreciones de óxido de hierro.
Derivan de rocas básicas (hornblenda, esquistos, diorita), siendo
suelos francos y arcillosos de color rojo, neutros o ligeramente ácidos,
fértiles, de buena estructura. Son utilizados generalmente para
el cultivo de café. Pueden incluirse dentro del grupo de los lateriticoso
El segundo grupo comprende suelos derivados de rocas ácidas
(gneiss granitico, granito), constituidas por arena cuarzosa y arcilla
caolinica blanca. Originan suelos arenosos o limosos, altamente ácidos,
sueltos, de color gris o castafío claro e infértiles. Pueden incluirse
dentro del grupo de los podzólicos.
Lafaurie Acosta (7), en Colombia, ha descrito los siguientes grupos:
Wiesenboden, planosol, rendzina, suelos podzólicos castaños, castafíogrisáceos,
litosoles, suelos aluviales y suelos podzólicos castañoamarillos.
En otras partes acusa la existencia de suelos desérticos,
suelos castafíorojizos, chernozems, suelos de praderas, lateritas, sue-
.. I.E.T.: Indice de Efectividad Térmica.
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los lateríticos castaftorojizos y castaftoamarillentos. Recientemente,
Jenny (7), también trabajando en Colombia, describió los siguientes
grupos de suelos: suelos húmicos de regiones frías (psicrohúmicos)
o húmicos andinos, o húmicos de los páramos, suelos podzólicos andinos,
suelos húmicos castaftoamarillentos, suelos del Valle del Cauca,
suelos castafiogrisáceos tropicales, suelos castafíoamarillentos tropicales,
suelos podzólicos amarillos, tierras rojas, suelos con horizonte
arcilloso endurecido y rendzinas. Según Jenny, los tintes negro y
amarillo de los suelos colombianos guardan relación con el clima y
la vegetación.
El factor climático ejerce una influencia marcada, sobre todo en
la distribución del color negro asociado al contenido de humus. El
color amarillo, más sobresaliente en las zonas de alta precipitación
uniforme, puede, en parte, estar determinado por la roca madre y el
tiempo. En las zonas bajas, cálidas, con temperaturas medias de
25° C., los suelos tropicales castaftogrisáceos y castafíoaroarillentos
son, posiblemente, eslabones de una "cadena hídrica" (Hygrosequence).
Los suelos de aspecto desértico, mencionados por Lafaurie en la Península
de La Goagira, constituyen probablemente los "eslabones áridos
de la cadena". La transición probable es la siguiente:
Suelos desérticos tropicales ~ Suelos castaftogrísáceos ~?
~ Suelos castafíoamarillentos.
Los cambios de altura crean "cadenas térmicas" (Thermosequences)
perfectamente definidas. Para la zona de precipitación comprendida
entre 1.000 y 2.000 mts. existe la siguiente "cadena térmica",
"escalera térmica" (thermosequence):
Suelos psicrohúmicos y suelos podzólicos andinos
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Suelos húmicos castafíoamarillentos
t
Suelos del Valle del Cauca
t
Suelos castafíogrisáceos tropicales.
El elemento común en los rasgos del perfil lo constituye el color
negro y el contenido de humus. Ambos aumentan con la altura.
Si se agrupan los suelos de Colombia con arreglo a la clasificación
zonal precedente, tendríamos:
SUELOS ZONALES SUELOS NO ZONALES
INTRAZON ALES?
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ASPECTOS RELATIVOS A LOS SUELOS TROPICALES Y SUBTROPICALES
SUELOS PODZOLICOS ANDINOS.
SUELOS PSICROHUMICOS.
SUELOS HUMICOS CASTA¡i¡"OAMA-
RILLENTOS.
SUELOS DEL VALLE DEL CAUCA.
SUELOS CASTA¡i¡"OGRISACEOS
TROPICALES.
SUELOS CASTA¡i¡"OAMARILLEN-
TOS TROPICALES,
SUELOS PODZOLICOS AMARILLOS.
PODZOLES GIGANTES.
SUELOS CON HORnONTE ARC~
LLOSO ENDURECIDO.
RENDZINAS.
Esto está en completo desacuerdo con los procedimientos convencionales
que podriamos llamar clásicos, ya que las tierras rojas,
los suelos podzolizados y los podzólicos deberian colocarse en la columna
de los suelos zonales. Sin embargo, en Colombia, los suelos
en la columna derecha son insulares y no regionales, como lo exige
la definición de suelos zonales. Debido a que la roca madre y el
tiempo parecen constituir factores decisivos en su desarrollo, se ajustan
a las exigencias que deben llenar los suelos comprendidos dentro
del grupo de los intrazonales.
En el trabajo de Hardy (6), a que hemos hecho mención con anterioridad,
aparece un cuadro muy interesante en el que se insertan
los grupos de suelos zonales, intrazonales y azonales encontrados en
la América del Sur, indicando el clima y la vegetación bajo los cuales
se desarrollan y el uso agricola que reciben.
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Debido a la semejanza de condiciones climáticas y de vegetación
existentes en Venezuela, Colombia, Brasil y Trinidad, no seria, quizá,
muy aventurado suponer que aqui existan grupos de suelos parecidos a
los encontrados por Hardy, Jenny y Lafaurie en Colombia y por Vageler
y Setzer en Brasil. Los trabajos edafológicos realizados en esos países
y en otros como el Congo Belga, para citar unos pocos, son de gran
importancia para Venezuela y deben, por lo tanto, recibir atención
preferente por parte de todas y cada una de las personas vinculadas
a problemas edáficos en el país. A continuación me referiré, brevemente,
a algunos que considero de enorme trascendencia:
a) El hombre como factor en la formación del suelo.
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Los investigadores brasileros han observado que, a consecuencia
del clima cálido y húmedo y la insuficiencia de calcio en la roca
madre, la utilización de los suelos provoca un desmejoramiento tal
de las características edáficas que el factor humano juega un papel
importante en la formación del suelo (16). La acción del hombre se
refleja en la devastación ocasionada mediante las quemas y talas,
en el aumento de la erosión y de la lixiviación del suelo, en los disturbios
ocasionados a los horizontes edáficos naturales por medio de
implementos agrícolas, la adición de fertilizantes, el establecimiento
del riego, prácticas de avenamiento, la remoción de elementos nutritivos
por las cosechas, etc. El factor humano imprime al suelo nuevas
características físicas, químicas, biológicas y aún mineralógicas.
Muchas de ellas están en desacuerdo con la vegetación natural, la
cual cambia con notable rapidez. El cultivo y las quemas aumentan
la acidez. Los resultados de la acción humana durante períodos cortos
y largos acusan un aumento en el porcentaje de arena, gruesa,
una disminución en el contenido de arcilla del horizonte A a consecuencia
de la erosión, mientras que en el horizonte B se observa lo
contrario. En el horizonte A los valores correspondientes a la densidad
aparente y a la densidad real, disminuyen debido a la pérdida
de la materia orgánica. La porosidad y el grado de agregación disminuyen
debido a la fuerte alteración en la actividad coloidal de las
arcillas. Los agregados son estables sólo en el caso de suelos que
han estado sometidos a explotación durante poco tiempo; de lo contrario,
la agregación es difícil debido a la falta de materia orgánica,
a la alta acidez y a la lixiviación excesiva.
Los resultados de los análisis químicos indican que el contenido
de bases solubles, nitratos y fosfatos se reducen a la décima parte.
La ausencia de fosfatos se debe a la laterización, ya que son precipitados
en forma de fosfato de aluminio o de hierro, insolubles si
no hay materia orgánica. El contenido de cationes intercambiables se
reduce a un quinto o a un séptimo de los valores originales. El análisis
total de los coloides minerales del horizonte A revela que, si
la acción humana es de poca duración, la relación sílicesesquióxido
se reduce a 0.35 y a 0.16 al cabo de 80 años. El clima que más favorece
la acción devastadora del hombre es el tropical húmedo. Exceptuando
los suelos aluviales que son ricos en materia orgánica, los
demás son pobres y en ellos se agota la materia orgánica a consecuencia
del cultivo y de las quemas, lo cual reduce las actividades
beneficiosas de los microorganismos.
Los minerales de arcilla más frecuentes son la caolinita, la gibsita
y el óxido férrico poco hidratado. Si falta la materia orgánica,
esos minerales fijan los fosfatos y disminuyen notablemente la disponibilidad
de los abonos fosfatados que se afiadan al suelo y, por
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ASPECTOS RELATIVOS A LOS SUELOS TROPICALES Y SUBTROPICALES
lo tanto, el efecto beneficioso para las cosechas, habiéndose encontrado
que éstas responden mucho mejor cuando los abonos fosfatados
se mezclan con estiércol, ya que evitan que sean fijados por los minerales
en estado coloidal. El estiércol junto con el encalado constituyen
el mejor tratamiento que se puede dar a esos suelos, y el
único capaz de permitir que los abonos quimicos, aftadidos después,
proporcionen los mejores resultados. De un total de 825.000 Km.: en
el Brasil meridional, el 82 % está formado por suelos lateríticos.
Como sucede en países donde existen suelos pobres, un clima húmedo
y cálido y una población dispersa, se establece, como atinadamente lo
señala Setzer, un circulo vicioso que es el siguiente: los suelos pobres
mantienen al campesino pobre y el campesino pobre y huérfano empobrece
más aún al suelo.
En el lapso de un cuarto de siglo, y especialmente durante los
últimos quince aftos, se ha llevado a cabo en el Congo Belga un
vigoroso y extenso plan de investigaciones agronómicas. El Instituto
Nacional Agronómico del Congo Belga cuenta con unas veintiséis Estaciones
Experimentales en todo el país y su plan de investigaciones
se dedica, en gran parte, al mejoramiento y administración eficaz de
la agricultura alternada.
Las observaciones efectuadas en el Congo indican que los suelos
tropicales forman una capa aterronada en la superficie a causa de
la roturación excesiva bajo fuerte luz solar y por ese motivo se hace
difícil que las raíces penetren en la tierra lo suficiente para extraer
los elementos nutritivos. Más a menudo, la labranza excesiva y aún
los cultivos excesivos sin labranza, conducen a la pulverización excesiva
del suelo que se pone demasiado suelto para retener debidamente
la humedad y para establecer el contacto entre los gránulos de tierra
y las raíces para proporcionarles el agua y los elementos nutritivos
necesarios. Por este motivo, la condición del suelo o el sistema para
su labranza, son consideraciones de suma importancia en el plan de
explotación que pone de manifiesto la necesidad de velar como es
debido por la sombra, la conservación de la materia orgánica y por
impedir la roturación de la tierra.
b) Factores que afectan el contenido de nitrógeno en suelos
tropicales (4).
Estudios hechos por Jenny, Bingham y Padilla Saravia, indican que
los suelos colombianos provenientes de zonas con igual temperatura e
índices de humedad que otras de Estados Unidos, acusan un contenido
mayor de nitrógeno y materia orgánica que los suelos norteamericanos.
También señalan que muchos de los suelos de colores claros, de zonas
cálidas y húmedas, tienen un contenido de nitrógeno y materia orgá-
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LUIS J. MEDINA
nica mayor que el indicado por el color. Es, por tanto, evidente que
algunos suelos tropicales acusan un contenido de nitrógeno y materia
orgánica mayor que el esperado a base de los datos disponibles para los
suelos de Estados Unidos. Existe poca información sobre la causa a la
que se deba este fenómeno. Datos obtenidos por Jenny y colaboradores
indican que, en los bosques tropicales, caen anualmente de ocho mil
a once mil libras de hojas por acre. Esos autores han encontrado que
la velocidad de descomposición de la materia orgánica en Colombia es
mayor que en California. Las hojas de alfalfa colocadas en condiciones
naturales se descomponen más rápidamente en suelos tropicales que
en suelos de zonas templadas. Según esos resultados, seria de esperar
un bajo contenido de nitrógeno y materia orgánica en zonas tropicales
a pesar de que la cantidad de hojarasca que cae es elevada. Jenny ha
tratado de armonizar esas ideas contradictorias y ha encontrado que
la descomposición de la hojarasca que está en contacto con el suelo
es rápida y observó que una porción considerable de los productos de
descomposición se "infiltra" por asi decir, en la parte mineral del
suelo. La velocidad de descomposición de los productos que se infiltran
es baja y por tanto hay tendencia a la acumulación del humus. Jenny
sugiere que la existencia de condiciones climáticas favorables y una
elevada velocidad de fijación de nitrógeno por las leguminosas, son las
causas principales del crecimiento exhuberante que se observa en esas
regiones. Las condiciones edáficas existentes en las zonas tropicales,
ocasionadas tal vez por la insuficiencia de ciertos elementos nutritivos
(P), impiden la existencia de una población microorgánica activa.
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La Misión de Conservación de Suelos que visitó el pais en 1942
encabezada por el Dr. H. H. Bennett (1), recalcó los aspectos relativos
al problema de la erosión, sus causas, y la forma de remediarlo, y
presentó un cuadro general de las clases de terrenos existentes en las
diferentes zonas, exponiendo un breve programa sobre la organización
de la investigación agricola y los puntos a los que debemos prestar
atención preferente.
La Sección de Agrologia de la División de Suelos del Instituto
Nacional de Agricultura, entre estudios detallados, semi detallados y de
reconocimiento, ha cubierto unas 602.541 hectáreas, o sea el 0,66 % de
la superficie total del pais. Se ha descrito una gran cantidad de series,
pero no se les ha buscado hasta ahora la ubicación apropiada dentro
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ASPECTOS RELATIVOS A LOS SUELOS TROPICALES Y SUBTROPICALES ,[
de los grandes grupos de suelos y la relación que guardan entre sí y
con las series de otros países.
La Sección de Fertilidad ha efectuado ensayos de abonamiento con
varios cultivos en algunas de las series existentes en los Estados
Carabobo, Cojedes y Aragua. También se han efectuado estudios especiales
en ciertas zonas como Cumaná y Urefia. Sin embargo, es mucho
lo que queda por averiguar con respecto a la influencia, a largo plazo,
de los abonos y de las prácticas culturales sobre muchas propiedades
de los suelos asi como también sobre la causa o causas de las violentas
reducciones en el nivel de fertilidad que se ha observado en suelos
bajo explotación relativamente recientc. Es necesario averiguar las
mejores prácticas de manejo a que debemos someter nuestros suelos,
a fin de que se conserven en buenas condiciones durante muchas generaciones.
Como acertadamente sefiala Popenoe (12), al considerar varios
rasgos de la agricultura de la América tropical, es esencial recordar
que no existe, en muchos casos, la extensa base de investig-ación y
experimentación sobre la que se fundamentan las grandes industrias
agricolas de los Estados Unidos, de Europa y de las zonas templadas
de la América del Sur. Ni existe tampoco la base que poseen
muchas de las industrias agricolas del Asia Tropical. El desarrollo
de la agricultura de la América Tropical tiene que ser un proceso
lento, yendo de las cosas sencillas a las más complejas. Vale la pena
tener en cuenta que es inútil intentar establecer una agricultura estable
en una región dada si se desconocen los suelos de esa región y
su adaptabilidad a las cosechas que se desea sembrar.
VII. - (1 O N O L U ~ T () N E ~
1. El conocimiento de los suelos tropicales y subtropicales es de
gran trascendencia para el pais.
2. Es muy arriesgado extrapolar conclusiones
templadas a zonas tropicales y subtropicales, sin
probación.
obtenidas en zonas
someterlas a com-
3. Los suelos tropicales y subtropicales ofrecen problemas complejos,
capaces de ser resueltos sólo en relación con la historia geológica
y climática y con la historia humana de los paises, a fin de
disponer de una base cientifica que garantice el establecimiento de
una agricultura racional de dichas zonas.
4. Las labores mecánicas y el empleo de abonos comerciales constituyen
medios valiosos para lograr una intensificación racional de los
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LUIS J. MEDINA
cultivos, siempre y cuando se preste la atención debida a la conservación
del humus, pues, de otro modo, constituyen el peligro mayor
para la agricultura de los trópicos y subtrópicos.
5. El factor humano juega un papel importante en la formación
del suelo en zonas tropicales y subtropicales.
6. Las condiciones edáficas existentes en las zonas tropicales
impiden la existencia de una población microorgánica activa.
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