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Nereida Jiménez Queiruga Leticia García Montesdeoca Thais ...

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<strong>Nereida</strong> <strong>Jiménez</strong> <strong>Queiruga</strong><br />

<strong>Leticia</strong> <strong>García</strong> <strong>Montesdeoca</strong><br />

<strong>Thais</strong> Torres Medina<br />

Miriam Cabrera Díaz<br />

Asignatura: Aspectos evolutivos del pensamiento y el lenguaje.<br />

Curso: 2º K


INDICE<br />

1. Introducción<br />

2. El papel de la imitación<br />

3. El adulto como guía de la enseñanza del lenguaje<br />

3.1 Andamiaje<br />

3.2 Los formatos<br />

3.3 Modelos<br />

3.4 La instrucción directa<br />

4. Aparición del lenguaje<br />

5. El lenguaje adulto dirigido al niño y sus efectos<br />

5.1 Input lingüístico<br />

5.2 Interacciones verbales adulto-niño<br />

5.2.1 Habla materna y paterna<br />

5.2.2 Fonética y fonología<br />

5.2.3 Pragmática<br />

5.2.4 Retroalimentación<br />

5.2.5 Contexto gestual<br />

5.3 Efectos del habla de los padres<br />

5.3.1 Modificaciones prosódicas y rítmicas<br />

5.3.2 Léxico<br />

5.3.3 Morfosintaxis<br />

6. Interacciones verbales entre niños<br />

7. Intervención familiar<br />

8. Estrategias para mejorar el ajuste del lenguaje dirigido al niño<br />

9. Conclusión


1. INTRODUCCIÓN<br />

Hasta hace unos diez años, el interés por el ambiente lingüístico del niño<br />

en vías de construir su lenguaje era sorprendentemente escaso. La antigua<br />

concepción según la cual el niño adquiere el lenguaje por imitación del habla<br />

del adulto, y que ha prevalecido por largo tiempo no ha desembocado en un<br />

estudio sistemático de los modelos del habla que el niño imita. Una concepción<br />

semejante resulta incompleta, al menos por dos razones. En primer lugar,<br />

existe un gran numero de producciones infantiles que no corresponden a<br />

imitaciones de modelos adultos (por ejemplo, vení, ponió, hicí,etc.). En<br />

segundo lugar, si efectivamente imita ciertos enunciados o partes de<br />

enunciados producidos por el adulto, el niño no imita otros en cada momento<br />

de su desarrollo. La noción de imitación simple no puede ser conveniente para<br />

explicar el comportamiento del niño. Debe hablarse de imitación selectiva y se<br />

sabe que esa selectividad responde a un calendario del desarrollo. Es decir el<br />

niño imita elementos diferentes del habla adulta en distintos momentos de su<br />

evolución. Es pues el desarrollo del lenguaje el que explica la imitación y no a<br />

la inversa, aunque esto no significa que la imitación no juegue un papel<br />

importante en la construcción del lenguaje.<br />

Toda aproximación que intente explicar la construcción del lenguaje,<br />

debe especificar tres órdenes de fenómenos y definir sus relaciones: el<br />

ambiente lingüístico y las modificaciones que en él intervienen, conforme el<br />

niño evoluciona, los procesos mentales por lo cuales el habla es analizada por<br />

el niño y las inferencias que este hace para construir su lenguaje, y por último<br />

la conducta de comprensión y producción del niño en diferentes momentos de<br />

su desarrollo del lenguaje.<br />

Por ambiente lingüístico entendemos el habla que se dirige al niño por<br />

parte de los adultos.<br />

El objetivo de este trabajo es exponer los datos disponibles de las<br />

interacciones entre padres e hijos y, en menor medida las interacciones entre<br />

niños.<br />

Por interacción entendemos aquellas acciones e influencias recíprocas<br />

de los protagonistas en el intercambio interpersonal, sean intencionales o no.<br />

Los padres actúan e influyen en el niño. El niño actúa e influye en sus padres.


Las dos series de acciones y de influencias se interrelacionan de manera<br />

constante.<br />

Por otro lado siguiendo las ideas y aportaciones del enfoque<br />

sociocultural del desarrollo del lenguaje aparecen conceptos muy interesantes<br />

que merece la pena comentar. El concepto de formato pone de manifiesto la<br />

importancia que para el desarrollo de la comunicación y el lenguaje tienen las<br />

interacciones rutinizadas, repetidas y con un alto grado de predictibilidad, que<br />

se dan entre niños y adultos. Otro concepto fundamental es el de andamiaje<br />

que hace referencia a aquellas ayudas que los adultos proporcionan a los niños<br />

que están aprendiendo, que les permiten ir avanzando en este aprendizaje. El<br />

concepto de marco es utilizado para referirse a aquellas situaciones cotidianas,<br />

estructuradas y dinámicas en las cuales el niño influencia al adulto.<br />

Respecto a la teoría de la sobreatribución pone de manifiesto la<br />

importancia de las interpretaciones que los adultos hacen de los actos de los<br />

niños antes de que éstos tengan intencionalidad comunicativa. Un ejemplo nos<br />

servirá para explicar mejor este proceso. Cuando una madre y su hijo de 12<br />

meses están mirando un cuento, el niño puede hacer un gesto parecido a pasar<br />

una página y decir “ota”. Entonces la madre le puede decir “muy bien quieres la<br />

otra página “y ayudarle a pasarla. En este caso la madre sobreatribuye<br />

lingüísticamente y hace como si el niño hubiese pedido que quiere pasar otra<br />

página.<br />

En definitiva en nuestro trabajo analizaremos como la construcción del<br />

lenguaje depende del marco lingüístico familiar del niño intentando exponer la<br />

importancia de las interacciones para el desarrollo del lenguaje y de la<br />

comunicación.


2.EL PAPEL DE LA IMITACIÓN<br />

El lenguaje se adquiere mediante un aprendizaje, y este es una conducta<br />

adaptativa. Desde un punto de vista fisiológico y psicológico existe un<br />

aprendizaje fisiológico, que es la capacidad de todo organismo tiene para<br />

ajustarse al medio o modificarlo según sus intereses y que se va desarrollando<br />

naturalmente a medida que se madura. Este aprendizaje es asistemático, no se<br />

enseña. Y un aprendizaje pedagógico que es sistemático y tiene un carácter<br />

programático. Hasta que un niño ingresa en la escuela, las primeras etapas del<br />

aprendizaje del lenguaje son fisiológicas.<br />

Para que un organismo pueda llevar a cabo el proceso de aprendizaje necesita<br />

de unos dispositivos básicos dispuestos para tal fin: la motivación, la atención,<br />

el nivel de resistencia a la fatiga y la memoria.<br />

Debemos a la epistemología genética de Piaget, conceptos muy importantes<br />

respecto del desarrollo evolutivo del lenguaje, el sujeto pasa de un todo<br />

indiferenciado a una diferenciación paulatina y compleja. De esta manera , a<br />

medida que madura su sistema nervioso, van apareciendo en el niño casi<br />

simultáneamente una seria de conductas, que guardan una estrecha relación<br />

entre sí y un orden de prelación , guiadas por una función prioritaria en todo<br />

proceso educativo: la IMITACIÓN.<br />

La imitación surge como modelo y es el trayecto que va desde la<br />

prerrepresentación hasta la representación interna, a la que llamaremos<br />

pensamiento.<br />

Así aparecen el juego simbólico y el dibujo como conductas de representación<br />

por medio de la imitación , hasta abstraernos, luego, en la imagen mental , que<br />

función a como una imitación interiorizada , y es allí donde se forma la palabra,<br />

que no es sonora aun y que solo se formaliza en le momento de la evocación<br />

verbal. La imagen mental se sonoriza a través de la ejercitación del nuevo<br />

elemento del que el niño dispone para comunicarse y, de este modo, su llanto<br />

que demandaba alimento y otro tipo de asistencia, se convierten en fonemas<br />

que va diferenciando poco a poco en pro de su propio lenguaje. Según Piaget<br />

el lenguaje es una función que , junto con otras manifestaciones, componen<br />

una unidad que conocemos como función semiótica y que están unidas por le<br />

mecanismo de la imitación diferida. Todas ellas se estructuran, a su vez,


conforman un proceso sumamente dinámico y, desde luego , muy poco<br />

perceptible, la inteligencia.<br />

ETAPAS DE DESARROLLO DEL LENGUAJE<br />

NIVEL<br />

PRELINGÜISTICO<br />

0-18 / 24 MESES<br />

TRANSICIÓN Palabra frase 1 AÑO<br />

Periodo sensoriomotriz<br />

• Balbuceo reflejo 0-3 meses.<br />

• Juego vocal propioceptivo 3-7 meses.<br />

• Juego vocal propioceptivo auditivo.<br />

Periodo intuitivo simbólico preoperacional<br />

PRIMER NIVEL • Palabra yuxtapuesta: 2 años.<br />

LINGÜISTICO<br />

18 – 24 MESES<br />

A 7 AÑOS<br />

TRANSICIÓN 5 A 7<br />

SEGUNDO NIVEL<br />

LINGÜÍSTICO<br />

7 A 12 AÑOS<br />

• Palabra simple : 3 años.<br />

• Frase coordinada : 4 años.<br />

• Frase subordinada : 5 años.<br />

Pensamiento lógico concreto operacional<br />

• Continúa el aspecto semántico.<br />

• Refuerzo del aspecto gramatical<br />

• Adquisición del calculo y la<br />

lectoescritura.<br />

• Reversibilidad del pensamiento.


3.EL ADULTO COMO GUÍA DE LA ENSEÑANZA DEL LENGUAJE<br />

3.1Andamiaje<br />

Bruner y Cazden se refieren a uno de los procesos sociales facilitadores<br />

como “andamiaje”. Como constructo no solamente ha sido utilizado para<br />

caracterizar la adquisición del lenguaje, sino también en la resolución infantil de<br />

problemas. En este último ámbito ha sido algunas veces denominado<br />

“enseñanza contingente”. El andamiaje es una descripción metafórica de un<br />

proceso de enseñanza que facilita el aprendizaje infantil. Este proceso es local,<br />

dirigido a la tarea y centra la atención del niño en los aspectos en los aspectos<br />

relevantes de esta última. El andamiaje dirige al niño, a través de pequeños<br />

pasos comprensibles, hacia la consecución del éxito. La enseñanza<br />

contingente, deriva de la “zona de desarrollo próximo” de Vigostky, y es<br />

entendida como un medio para determinar si la instrucción es o no sensible a<br />

los niveles de desarrollo real y potencial del niño.<br />

Wood señala cinco opciones de la instrucción que pueden usarse para<br />

clasificar el nivel de enseñanza de la madre en una tarea de construcción<br />

realizada con su hijo. Esos niveles muestran un descenso en el grado de<br />

especificidad de la instrucción ofrecida por la madre a medida que aumenta el<br />

nivel de responsabilidad del niño.<br />

Cazden distingue entre andamiaje vertical y rutinas a modo de juego. El<br />

andamiaje vertical se da cuando los adultos, generalmente las madres, piden al<br />

niño progresivamente más información mientras mantienen el centro de<br />

atención sobre el mismo tema. Por ejemplo, mientras lee un libro el niño puede<br />

pronunciar esporádicamente “araña”, la madre puede actuar formulando la<br />

siguiente pregunta acerca de la araña: ¿cuántas patas tiene la araña?, ¿cómo<br />

viste la araña las plantas?, pidiendo al niño que de una respuesta que esté en<br />

su memoria, lo cual llevaría posiblemente a continuar el diálogo. La madre<br />

centra los esfuerzos lingüísticos del niño en temas concretos, pero<br />

continuamente pide información nueva o una elaboración.<br />

Esta forma de andamiaje da al niño conocimientos de gramática, lo cual<br />

es crucial para que el pequeño aprenda a comunicarse. La toma de turno,<br />

responderá preguntas, saber como responder –todos estos son aspectos del


dialogo que el niño ha de aprender, tanto para su competencia conversacional<br />

futura como para la escritura- el niño también está aprendiendo acerca de qué<br />

formas del lenguaje resultan apropiadas para el uso, por ejemplo, para<br />

responder preguntas, así como acerca de las funciones de las palabras.<br />

El papel de la madre como enseñante no finaliza cuando el niño<br />

empieza a producir cantidades crecientes de lenguaje e inicia las<br />

conversaciones. Por el contrario, se vuelve más preciso y más ajustado a las<br />

preguntas iniciadas por el niño. Si bien muchas de las respuestas serán a su<br />

vez preguntas, las madres también elaboran y amplían el conocimiento infantil<br />

de base y las formas y funciones del lenguaje. Buena parte de esas preguntas<br />

Irán dirigidas a clarificar el significado que el niño trata de expresar,<br />

solicitándole la repetición o la reformulación de su enunciado o pregunta<br />

original. No obstante, las madres normalmente intentarán mantener y ampliar la<br />

conversación, utilizando medios para estimular la interacción comunicativa.<br />

La otra forma de andamiaje, las rutinas a modo de juegos, se refieren a<br />

interacciones estructuradas que, por sí mismas, pueden ofrecer las<br />

contingencias y la posibilidad de predicción necesaria para el desarrollo del<br />

lenguaje. Se han estudiado un conjunto de interacciones de ese tipo y se ha<br />

descrito la naturaleza de la ayuda ofrecida. En los juegos, así como en otras<br />

actividades estructuradas, el andamiaje es secuencial. El adulto intenta utilizar<br />

y maximizar la estructura externa disponible y empuja al niño hacia sus propios<br />

límites, empleando los espacios y los puntos de unión disponibles en la<br />

estructura. Para un estudio más específico de la naturaleza de las rutinas a<br />

modo de juego y del papel que éstas desempeñan en los inicios de la<br />

adquisición del lenguaje veamos el concepto de formato de Bruner.<br />

3.2Los formatos<br />

Bruner llamó formatos a los contextos comunicativos en los que el niño<br />

llega a dominar el lenguaje. Los formatos recogen las regularidades sociales y<br />

acompañan a los acontecimientos sociales regulares, como las comidas, el<br />

baño, ir a la compra, leer un libro... Tiene una estructura regular rutinaria e<br />

implica al menos a dos personas, además están ligados a reglas en el sentido<br />

de que existen normas subyacentes implícitas para cada formato. La


comprensión de esas reglas permite el manejo del formato. Es más, muchos<br />

adultos se basan en la naturaleza reglada y en la posibilidad de predicción de<br />

la estructura para utilizar el mismo lenguaje cada vez que tiene lugar el juego.<br />

El adulto solicita que se produzca la forma y la función de lenguaje correcta y<br />

que el niño también tome parte en la interacción.<br />

La aparición del lenguaje depende de la ayuda estructural ofrecida por<br />

las rutinas sociales en las que los adultos y los niños participan. Bruner ilustra<br />

la interdependencia del lenguaje y de sus contextos de uso, describiendo en<br />

primer lugar cómo los juegos estructurados permiten al niño aprender a cerca<br />

del lenguaje. También analiza la aparición de dos entidades lingüísticas, el<br />

requerimiento y la referencia, en relación con sus contextos de aparición y<br />

desarrollo. Ambas serán descritas más adelante, después de señalar cómo los<br />

formatos ayudan a la adquisición del lenguaje.<br />

Juego y lenguaje. Bruner explica cómo un formato, un juego de<br />

aparición-desaparición o juego del cucú, con su estructura elaborada, pero no<br />

declarada, permite al niño aprender gran cantidad de cosas acerca del lenguaje<br />

y de la comunicación.<br />

De esta manera el andamiaje ofrecido por la estructura del juego y por el<br />

papel de la madre es esencial para el desarrollo del lenguaje infantil. Tal y<br />

como señala Bruner la naturaleza de esos juegos permite al niño comprender<br />

secuencias en el contexto de un juego ordenado. Inicialmente, el lenguaje<br />

acompaña a la acción; más tarde la precede, la anticipa. Las primeras<br />

vocalizaciones se vuelven más ricas y más “correctas” desde el punto de vista<br />

lingüístico. Además, la naturaleza secuencial del formato proporciona un medio<br />

para que el niño aprenda acerca de aspectos de la comunicación, tales como la<br />

toma de turnos, la negociación del rol y las consecuencias de la acción. Bruner<br />

argumenta que los formatos son vehículos poderosos para la transformación de<br />

las funciones comunicativas tempranas en un habla lingüísticamente<br />

sofisticada.<br />

Requerimientos. Para estudiar los requerimientos lingüísticos, Bruner<br />

examinó la aparición de tres formas diferentes de requerimiento, cuya aparición<br />

se identificó en diferentes contextos. Los requerimientos de objeto implican el<br />

requerimiento directo de un objeto visible, inicialmente ofrecido por otra<br />

persona. Estos se dirigen a objetos más distantes en el espacio y finalmente, a


objetos no visibles. Los requerimientos-invitación son, para que otra persona<br />

comparta una actividad. Frecuentemente son convencionales y aparecen en<br />

formatos específicos finalmente los requerimientos de ayuda son aquellos que<br />

hace el niño a un adulto para que le ayude a alcanzar un determinado objetivo.<br />

La ayuda adulta consiste generalmente, al principio, en fuerza o habilidad en<br />

lugar de conocimiento. El papel de la madre es diferente en cada tipo de<br />

requerimiento y la respuesta que se espera de ella variará. Ella está<br />

imponiendo condiciones culturalmente apropiadas al cumplir y responder de<br />

determinada manera a los requerimientos del niño.<br />

De acuerdo con Bruner el principio es el mismo en todos los casos,<br />

independientemente de que nos centremos en los aspectos sociales o<br />

estructurales de los formatos o en la aparición de una función lingüística<br />

concreta: el niño entra en la cultura dominante a través de la interacción<br />

comunicativa con otro usuario más avanzado en el lenguaje. El andamiaje que<br />

se realiza con simpatía y empatía, es decir, escuchando y respondiendo a los<br />

intentos infantiles de usar el lenguaje, junto con la existencia de contextos<br />

familiares apropiados culturalmente, resultan ingredientes necesarios para el<br />

desarrollo del lenguaje.<br />

3.3Modelos<br />

Los modelos son otra forma de ayuda que los adultos pueden ofrecer a<br />

los niños que están adquiriendo el lenguaje. Se refieren al lenguaje gramatical<br />

y significativo dirigido a los niños, frecuentemente como reacción ante el<br />

lenguaje incorrecto. Así pues, existe una corrección explícita del lenguaje del<br />

niño y este último recibe un input gramaticalmente correcto. No se espera que<br />

el niño imite directamente la forma gramatical a partir de ese modelo, más bien<br />

se espera que aprenda a partir del uso correcto del lenguaje que hace el<br />

adulto.<br />

La ayuda ofrecida puede disminuir a medida que el desarrollo del<br />

lenguaje avanza, los contextos se amplían y el niño puede usar el lenguaje de<br />

una forma más eficaz y efectiva.


3.4La instrucción directa<br />

La instrucción directa se refiere a la enseñanza explicita y de las formas<br />

lingüísticas a los niños pequeños. Se limita al aprendizaje de las<br />

conversaciones sociales tales como “Hola, adiós, gracias”. Ese uso del<br />

lenguaje se considera cortés. La instrucción directa tiene lugar cuando se pide<br />

o se dice al niño que cumpla un requerimiento del tipo “Di adiós.” La instrucción<br />

directa puede referirse también a la enseñanza de la aserción utilizando medios<br />

verbales en lugar de medios físicos. Así pues, se enseña al niño “querría usar<br />

este lápiz”, en lugar de interrumpir al otro y arrebatárselo.<br />

No obstante, la instrucción directa también se manifiesta en las<br />

interacciones didácticas cuyo propósito es enseñar algo al niño, con frecuencia<br />

los nombres de los colores o los números, en esos casos se introduce el<br />

concepto y se anima al niño a repetir la palabra y a comprender su significado.


4.APARICIÓN DEL LENGUAJE<br />

En lo que concierne a las etapas de la adquisición del lenguaje en el<br />

niño se han formulado numerosas hipótesis.<br />

Aunque se pueden diferenciar varios estudios en la adquisición del<br />

lenguaje, es complicado precisar el momento en el que aquélla se acaba. La<br />

hipótesis que se pueden hacer con respecto a este tema reposan sobre datos<br />

obtenidos de dos importantes orientaciones psicolingüísticas actuales. Estas<br />

hipótesis podrían corresponder a los factores madurativos de los sistemas<br />

neurosensorial y motor implicados, pero también a los del desarrollo cognitivo,<br />

afectivo y social.<br />

Precursores del lenguaje<br />

- Atención selectiva y percepción categórica de los sonidos del habla:<br />

Tan importante como la reacción emotiva a las entonaciones es la<br />

evidencia, en el recién nacido e incluso antes, durante el periodo fetal, de que<br />

existen sistemas de tratamiento de la información relativamente especializados,<br />

apoyados por procesos de atención selectiva y sensibles a la novedad<br />

estimular. También se ha podido establecer, por medio del método de<br />

habituación, la percepción categórica de los sonidos utilizados en el lenguaje:<br />

el bebé reduce el ritmo de succión si el estímulo acústico es diferente del<br />

primero. Se pone de manifiesto que el bebé discrimina clases de sonidos<br />

adoptando un comportamiento de succión según permanezcan los sonidos<br />

sordos o sonoros.<br />

- Recepción auditiva del habla:<br />

Mucho antes de poder hablar, el niño es sensible a la comunicación<br />

verbal del entorno. Reacciona selectivamente a la voz humana. Cesa de llorar<br />

cuando alguien le habla. Parecería que el bebé fuera desde el principio<br />

sensible a las palabras muy acentuadas y a las terminaciones de frases. Hacia<br />

la sexta o séptima semana puede distinguir entre entonaciones ascendentes y<br />

descendentes, muy pronto los estados afectivos del niño pueden variar a causa<br />

de los diferentes patrones entonativos del adulto. Mucho antes de poder


comprender la lengua de su entorno, el bebé siente que el adulto está<br />

dispuesto a jugar o, por el contrario, que está enfadado, si quiere iniciar la<br />

acción o acabarla. Para ello se sirve de indicadores como la cantidad de habla,<br />

el volumen y la melodía del habla que se le dirige.<br />

Estadio prelingüísticos<br />

- Producción de vocalizaciones (0-2 años):<br />

Se trata de un estadio de vocalizaciones reflejas o casi reflejas en el que<br />

se incluyen gritos y sonidos vegetativos (bostezos, arrullos, suspiros,<br />

fricaciones).se observa así mismo sonidos que no son gritos y sonidos “casi<br />

resonantes”, “casi vocálicos”. La fonación es normal pero el tracto vocal está en<br />

reposo. La concentración de energía se mantiene en bajas frecuencias, lo que<br />

tiene un papel esencial en la formación de las coordinaciones neuromotrices de<br />

la articulación.<br />

- Producción de sílabas arcaicas (1-4 meses):<br />

Los sonidos producidos por el niño están ligados a la aparición de la<br />

sonrisa, primer indicio de comunicación social. Entre los “no gritos” del bebé, se<br />

distingue la producción de secuencias fónicas, constituidas por sílabas<br />

primitivas claramente perceptibles para el entorno, formadas por sonidos casivocálicos<br />

y por sonidos casi-consonánticos articulados en la parte posterior de<br />

la garganta, a menudo con calidad nasal.<br />

Desde el tercer mes el bebé imita las melodías y los sonidos que emite<br />

el adulto cuando estos entran en su repertorio de posibilidades. Los padres<br />

estimulan la imitación vocal y la recompensan afectivamente cuando es<br />

conseguida. A los cuatro meses este refuerzo social aumenta la tasa de<br />

vocalizaciones. Todos los autores insisten en el placer que el niño experimenta<br />

al producir sonidos cuando comienza a controlar las actividades respiratorias<br />

(sobre todo la espiración) implicadas en la fonación, así como en los<br />

parámetros de frecuencia.


- Balbuceo rudimentario (3-8 meses):<br />

Esta etapa está caracterizad por nuevas producciones que incluyen<br />

sonidos plenamente resonantes que son los que tienen la frecuencia de<br />

ocurrencia más elevada. Los investigadores insisten en la extraordinarias<br />

capacidad del bebé para jugar con su voz, controlando los diferentes<br />

parámetros.<br />

Las diferentes características, puestas de manifiesto por el niño en el<br />

curso de estas tres etapas precanónicas, van a permitir la aparición del<br />

balbuceo canónico, etapa clave del desarrollo prelingüístico.<br />

- Balbuceo canónico (5-10 meses):<br />

En este estadio los niños comienzan a producir sílabas bien formadas<br />

del tipo VC (consonante-vocal). Este balbuceo es un conjunto articulatorio que<br />

se compone de un “núcleo de energía”, del sonido vocálico y de, al menos, “un<br />

margen”, el sonido consonántico, que posee las características temporales de<br />

la lengua del entorno. El balbuceo sería, desde luego, reduplicado, formado por<br />

una cadena de sílabas idénticas del tipo [mamama, papapa]. Después, las<br />

sílabas sucesivas se diversificarían, diferenciándose unas de otras, bien por la<br />

consonante, bien por la vocal, bien por las dos [patata, tokaba, badata]. Estos<br />

dos comportamientos pueden ser simultáneos.<br />

- Balbuceo mixto (9-18 meses):<br />

Los niños comienzan a producir palabras dentro del balbuceo. Esto se<br />

denomina “balbuceo mixto”. Este contiene a la vez lexias identificables como<br />

elementos significativos y sílabas no reconocibles como unidades léxicas.<br />

A pesar de las indudables predisposiciones del niño al lenguaje y de su<br />

placer al oír los sonidos emitidos por le entorno en las conversaciones, hasta<br />

los 12-15 meses no adquirirán para él un valor representativo y no llegarán a<br />

ser realmente palabras.<br />

Las preferencias fonéticas que caracterizan las formas del balbuceo se<br />

vuelven a encontrar en las primeras palabras.


5.EL LENGUAJE ADULTO DIRIGIDO AL NIÑO Y SUS EFECTOS<br />

5.1El input lingüístico y el papel del adulto<br />

Una de las cuestiones relativas al desarrollo del lenguaje , mas<br />

importantes es la influencia del input lingüístico y el papel del adulto en ese<br />

desarrollo.<br />

El desarrollo del lenguaje se entiende como una construcción, compartida por<br />

el adulto y el niño, de un sistema de instrumentos cuya primera finalidad es la<br />

comunicación, pero que, conforme este sistema se va interiorizando, sin dejar<br />

el objetivo comunicativo, se va adaptando para dirigir el pensamiento , para ser<br />

la base de la conciencia .Esta construcción no se realiza desde la nada , ni solo<br />

con la ayuda de unas variantes funcionales que garanticen los equilibrios del<br />

sistema cuando se produce un conflicto.<br />

Con esto se pretende poner de manifiesto esas sensibilidad del niño hacia el<br />

contexto (personas e imput) y también se pretende mostrar como dicha<br />

sensibilidad se traduce en el lenguaje. Y a partir de estas pretendidas<br />

evidencias se podrán hacer algunos comentarios respecto del papel del<br />

entorno en el desarrollo del lenguaje. Estos comentarios serán tanto mas<br />

importantes cuanto mas se considere al lenguaje como objeto de la pedagogía<br />

y vehículo de acceso a la integración en la cultura.<br />

5.2Interacciones verbales adulto-niño<br />

5.2.1Habla materna y paterna<br />

Las madres tienen unos procedimientos educativos implícitos<br />

«colocándose a la altura del niño», usando con él una lengua menos compleja<br />

que la empleada con adultos. A esto llama Wyatt la «regresión positiva». Se ha<br />

observado desde largo tiempo que los adultos que se dirigen a niños usaban<br />

una lengua particular, que se ha llamado el lenguaje bebé (baby talk): no se<br />

trata sólo de una versión simplificada de la lengua adulta, sino de un<br />

subsistema que presenta características propias. Se ha discutido mucho sobre<br />

su alcance educativo, y los autores más influyentes lo han condenado bajo el


pretexto de que estorbaría la progresión del niño. Este miedo parecería<br />

justificado si se tratara de una simple imitación del hablar de los niños por parte<br />

de los adultos. La imitación de los enunciados del niño por la madre parece, de<br />

hecho, mucho más importante de lo que se había imaginado.<br />

La madre imita tres veces más los enunciados de su hijo de lo que éste<br />

repite los suyos. Si se trata de imitación estricta, sin incorporar elementos<br />

correctivos o enriquecimientos limitados, el lenguaje bebé puede considerarse<br />

sin duda como una regresión negativa. Pero en casos como el que nos ha<br />

servido de ilustración los enunciados conducen al niño a consolidar, completar<br />

y modificar sus comportamientos verbales, como haría una buena enseñanza<br />

programada. Cuando un adulto se dirige a un niño, emplea frecuentemente la<br />

tercera persona del verbo en lugar de la primera o la segunda: «papá va al<br />

trabajo» en lugar de «voy al trabajo»; «mamá está contenta» por «estoy<br />

contenta»; «Pedro es un buen chico» por «eres un buen chico», etc. Ferguson<br />

(1964), analizando estos fenómenos en diferentes culturas, considera que este<br />

subsistema lingüístico no es una imitación por parte de los adultos de una<br />

creación infantil transitoria, sino que, al contrario, es tan convencional como el<br />

resto del lenguaje y se transmite como él. Los adultos no lo toman de los niños,<br />

sino que lo aprenden. El carácter convencional del lenguaje bebé aparece<br />

claramente en el léxico. Las formas onomatopéyicas en una lengua se<br />

presentan bajo una o dos formas convencionales, excluyendo otras numerosas<br />

formas que podrían imaginarse y se encontrarían si fuesen creaciones<br />

espontáneas de los niños. Las formas diminutivas, construidas con la ayuda de<br />

afijos o por reduplicación, los términos particulares (especialmente para<br />

designar partes del cuerpo) son otros tantos argumentos que pueden<br />

multiplicarse en el campo fonológico y sintáctico en favor de la interpretación de<br />

Ferguson.<br />

Podemos pensar que el lenguaje bebé presenta caracteres que pueden<br />

facilitar el aprendizaje del lenguaje por parte del niño, y que su uso desempeña<br />

un papel importante en relación con este objetivo. En cualquier caso, si el<br />

lenguaje bebé constituye un subsistema lingüístico, sólo interviene<br />

concretamente por medio de los adultos que lo emplean, los cuales, según su<br />

personalidad, explotarán al máximo los aspectos positivos o acentuarán los<br />

negativos y retardadores. Llegamos así a la clasificación de Wyatt y tenemos


que buscar cómo los comportamientos del adulto realizan condiciones de<br />

aprendizaje más o menos perfectas.<br />

El método implícito de la madre ideal de Wyatt implica un recurso<br />

generalizado a feedbacks correctores, tanto más eficaces cuanto más<br />

inmediatos, frecuentes y limitados a un aspecto concreto del enunciado sean.<br />

Estos feedbacks se presentan a menudo bajo la forma de expansión del<br />

enunciado que el niño pronuncia, y se refieren al aspecto fonético, semántico o<br />

sintáctico.<br />

El adulto que se ingenia para usar un lenguaje muy complicado, preocupado<br />

por dar al niño un modelo de alta calidad, provoca una sobrecarga lingüística<br />

perjudicial para el desarrollo verbal. Las intervenciones verbales de la madre, si<br />

son adecuadas, desempeñan sin duda un papel de refuerzo, en la medida en<br />

que todo progreso en el dominio de conductas adquiridas es, en los sujetos<br />

humanos, reforzador.<br />

Por lo tanto el habla que la madre dirige al niño en vías de adquirir el<br />

lenguaje se modifica y adapta en sus diferentes aspectos: prosodia, fonología,<br />

léxico, contenido semántico y aspectos semanticoestructurales, morfología,<br />

sintaxis y aspectos pragmáticos.<br />

El habla materna dirigida al niño cambia conforme la capacidad<br />

lingüística de éste se desarrolla, es decir, conforme él comprende y se expresa<br />

mejor y de una manera más elaborada.<br />

La cantidad de datos del habla paterna dirigida al niño, es reducida.<br />

Las comparaciones hechas entre el habla de los padres y de las madres<br />

al dirigirse a su hijo pequeño no muestran ninguna diferencia significativa en<br />

cuanto a la complejidad formal del habla y los diferentes tipos de oraciones<br />

intercambiadas con cada uno de ellos.<br />

5.2.2Fonética y fonología<br />

Distinguiremos los rasgos fonológicos segmentados, los fonos y los<br />

fonemas, y los rasgos fonológicos suprasegmentados, la altura fundamental del<br />

tono, la acentuación, la duración, el ritmo de elocución, las pausas y la<br />

inteligibilidad general de las palabras desde un punto de vista acústico.


Rasgos fonológicos segmentados: El habla materna dirigida al niño<br />

pequeño no presenta ninguna modificación particular desde esta perspectiva,<br />

con excepción de lo que se ha convenido en llamar es habla del bebe, la que<br />

no debe confundirse con el habla adulta que se dirige al niño en general. El<br />

habla del bebe consiste en modificaciones y en sustitución de fonemas,<br />

sustituciones lexicales y en repeticiones morfolexicales.<br />

No se puede afirmar que la mayor parte de las padres hablen de esta<br />

manera a sus bebes y a sus hijos pequeños. Si se les preguntara, muchos<br />

padres declararían sin duda que ellos no se expresan jamás de esta forma.<br />

Rasgos fonológicos suprasegmentados. El habla materna dirigida al<br />

niño se modifica de manera notoria en los aspectos que a continuación<br />

mencionamos:<br />

Altura el tono: La altura fundamental del tono cuando la madre se dirige<br />

al niño pequeño es más elevada que cuando se dirige a un niño adulto a un<br />

niño de más edad. Es probable que la altura fundamental del tono sea aún más<br />

elevada en las vocalizaciones y el discurso dirigidos a los niños en el<br />

transcurso del primer año de vida.<br />

Rasgo de las frecuencias fundamentales: Suele ser más amplio cuando<br />

se trata del haba dirigida a niños pequeños. El efecto que se obtiene<br />

corresponde a una exageración del contorno de la entonación normal de los<br />

enunciados.<br />

Murmullos: También se reporta la presencia de murmullos (hablar en voz<br />

baja) ocasionales en el habla materna cuando se le dirige a niños de dos años.<br />

Acentuación: el habla materna contiene uno o más acentos de<br />

intensidad y estos se aplican de manera preferente a palabras de contenido<br />

semántico.<br />

Duración: Se refiere a una duración más larga al pronunciarse palabras<br />

de contenido semántico en las demandas de acción cuando se dirigen a niños<br />

de dos años, que cuando se dirigen a adultos.<br />

Ritmo de elocución y pausas: El ritmo de elocución en el habla materna<br />

cuando se dirige al niño de dos años es más lento en relación con la que se<br />

dirige a niños de más edad.<br />

Inteligibilidad del habla materna: La inteligibilidad del habla materna que<br />

se dirige al niño pequeño es excelente


5.2.3Pragmática<br />

Actos del habla:<br />

¿Cuales son, en promedio, los actos del habla más frecuentes en el<br />

discurso materno dirigido al niño pequeño?<br />

Las peticiones de información reagrupan a los enunciados por medio de<br />

los cuales se intenta obtener información del interlocutor (por ejemplo, las<br />

preguntas). Las peticiones de acción reagrupan los enunciados con los que se<br />

intenta hacer actuar al interlocutor (por ejemplo, “abre la puerta", “pásamela la<br />

sal”, etc.). Las peticiones de permiso tienen como finalidad obtener un permiso<br />

o asentimiento de parte del interlocutor. Las declaraciones consideran los<br />

enunciados declarativos no descriptivos.<br />

5.2.4Retroalimentación<br />

En la retroalimentación consideraremos la retroalimentación verbal y la<br />

dimensión afectiva de la relación verbal y no verbal padre-hijo<br />

Retroalimentación verbal:<br />

Los padres reaccionan verbal y no verbalmente a las producciones<br />

verbales infantiles respondiendo tanto al contenido como a los medios formales<br />

que el niño utiliza. La madre hace aprobaciones y desaprobaciones del habla<br />

infantil en forma de repeticiones, expansiones, correcciones explícitas y<br />

extensiones.<br />

Aprobación y desaprobación verbal del habla infantil: Existen diferentes<br />

formas de reforzar las producciones verbales del niño: aprobar o desaprobar<br />

verbalmente, proporcionar marcas no verbales de aprobación o desaprobación,<br />

repetir de manera exacta, parcial o aproximada lo que el niño acaba de decir,<br />

profundizar en el sentido del niño por medio de otro enunciado, verbalizar en<br />

sentido contrario, corregir al niño, dar o rehusar satisfacción al niño según lo<br />

que solicita, dar o rehusar atención al niño y, en todo caso, simplemente<br />

responderle.


Este reforzamiento no juega un papel importante en la adquisición del<br />

lenguaje por el niño, ya que la aprobación o desaprobación de su discurso por<br />

parte del adulto es poco frecuente.<br />

Repeticiones maternas de los enunciados infantiles: Seitz sugiere que la<br />

repetición proporciona una información en reciprocidad al niño, en uno o varios<br />

de los elementos siguientes: a) corrección del mensaje en el plano acústico; b)<br />

corrección de su referencia perceptiva o conceptual, c) comprensión de la<br />

intención significada. Rees plantea la hipótesis de que el objetivo de las<br />

repeticiones maternas no se centra tanto en verificar el mensaje, sino en<br />

señalar que éste se ha captado y que el intercambio puede continuar. Existen<br />

diversas formas de indicar la recepción del mensaje. La más clara, y tal vez la<br />

más simple, consiste en repetir directamente el mensaje o una de sus partes.<br />

El niño repite algunos enunciados maternos; la madre hace lo mismo. La<br />

frecuencia de las repeticiones tiende a disminuir con la edad del niño (sin que<br />

desaparezcan) a medida que se utilizan otros medios de indicación<br />

(consentimiento, rechazo o negación, comentario, aviso de recepción,<br />

respuesta, etcétera).<br />

Expansión, correcciones explícitas y extensiones del habla del niño.<br />

Los diferentes autores e investigadores varían en alguna medida su definición<br />

de término expansión. Para algunos (por ejemplo, Brown y Bellugi, 1964;<br />

Cazden, ésta consiste en la repetición del enunciado producido por el<br />

interlocutor, añadiéndole una o varias palabras de poco contenido semántico (<br />

artículos, preposiciones, pronombres, cópulas, etc.) y manteniendo el orden de<br />

las palabras tal como prevalecían en el enunciado original. Otros autores (por<br />

ejemplo, Foiger y Chapman, 1978) admiten agregar palabras de alto contenido<br />

semántico (sustantivos, verbos, adjetivos y adverbios) o modificaciones en el<br />

orden de las palabras (Cross, 1977). Aun otros autores (por ejemplo, Rondal,<br />

1978b, 1980) mantienen el criterio de no cambiar el orden de las palabras en el<br />

enunciado derivado, pero permiten agregar palabras de alto o bajo contenido<br />

semántico e ignorar el criterio según el cual el enunciado debe estar<br />

"completamente bien formado" desde el punto de vista gramatical y ser<br />

"apropiado a las circunstancias"; también toman en consideración, las<br />

modificaciones morfológicas del enunciado inicial (por ejemplo, "caballos" en


lugar de "caballo" en plural). Ninguna investigación parece haber considerado<br />

las expansiones fonológicas de las palabras pronunciadas por el niño.<br />

Consideramos extensiones del habla infantil la repetición por el adulto de<br />

algunas palabras proporcionadas en el enunciado precedente que se integran<br />

en un nuevo enunciado el cual amplía el significado del enunciado infantil y<br />

proporciona una precisión o un comentario. No es fácil diferenciar las<br />

expansiones de las extensiones cuando el término expansión se define de una<br />

manera relativamente amplia, como en algunas de las definiciones anteriores.<br />

Es evidente que las madres reaccionan a las características del habla<br />

infantil. Dichas reacciones adoptan simultáneamente diversas formas:<br />

aprueban y desaprueban algunos enunciados según sus características<br />

formales y de contenido. La proporción de aprobaciones rebasa la proporción<br />

de desaprobaciones verbales explícitas en el habla materna, un factor que<br />

favorece al desarrollo del lenguaje en el niño.<br />

Dimensión afectiva:<br />

Según Kate Nelson (1973), quien analiza datos correlacionados y<br />

muestra que la aceptación por parte de las madres de la conducta ver verbal (y<br />

no verbal) de los niños, tanto como la utilización de frases cortas (que<br />

contengan de tres a cuatro palabras), numerosas salidas del hogar, una<br />

interacción regular del niño con varios adultos y relativamente poca exposición<br />

a los programas de televisión, son variables que se asocian (conjuntamente)<br />

con un progreso lingüístico rápido y sostenido durante el lapso estudiado, es<br />

decir, un periodo de entre 10 y 25 meses.<br />

Las madres interpretan las conductas expresivas como respuestas del<br />

niño a su propia conducta o a la de otros miembros del entorno que están<br />

presentes físicamente; a un ruido o incluso como manifestación de un estado<br />

de bienestar o malestar; la expresión de un deseo, de una necesidad, etc. Las<br />

madres le asignan significado e intención a esta conducta. Las características<br />

fundamentales de un sistema tal de interacciones afectivas son: la producción,<br />

por cada una de las partes, de una serie de conductas expresivas y afectivas, y<br />

la organización de éstas en un "sistema de retroalimentación" que produce<br />

pares o coocurrencias de conductas maternas e infantiles- Es en esta


estructura “coocurrencial” más que secuencial que Thoman ve la característica<br />

propia del involucramiento afectivo mutuo entre madre e hijo. Por ejemplo, la<br />

madre observa al niño, le sonríe y le habla en tanto que lo carga y lo mece en<br />

sus brazos. Al mismo tiempo, el niño produce una variedad de expresiones<br />

faciales y de movimientos diversos en brazos de su madre; puede también<br />

vocalizar y la madre responderle vocalmente, o a la inversa. Sostiene Thoman<br />

que en la interacción afectiva los mayores determinantes son hedónicos. El<br />

mutuo placer de los miembros de la díada controla las producciones<br />

recíprocas, en tanto que en las interacciones vocales los factores cognoscitivos<br />

serían los predominantes. El objetivo en el primer caso es más (con el tiempo)<br />

el de transmitir una información (en un sentido amplio).<br />

5.2.5Contexto gestual<br />

El contexto gestual es un elemento del contexto paraverbal de los<br />

enunciados.<br />

Se entiende por gestos deícticos los que indican una orientación o<br />

posición; por gestos pantómicos, las copias gestuales y mímicas de objetos,<br />

personas y eventos; por gestos semánticos, los que modulan, acentúan y<br />

contrastan la información en el mensaje verbal concomitantes.<br />

5.3Efecto del habla de los padres<br />

5.3.1Modificaciones prosódicas y rítmicas<br />

Las modificaciones tonales presentes en el habla materna concurren<br />

poderosamente para llamar y conservar la atención del niño pequeño hacia el<br />

discurso materno y el contexto extralingüistico de las producciones verbales<br />

maternas.<br />

Las modificaciones de la acentuación y de la duración de las<br />

articulaciones que se observan en el habla materna dirigida al niño pequeño<br />

intentan evidenciar ciertas palabras de fuerte contenido semántico susceptibles<br />

de ser comprendidas por el niño y de permitirle así aislarlas con más facilidad


de la cadena discursiva. Estas palabras son también, en general, las más<br />

importantes del enunciado para su comprensión.<br />

El ritmo más lento de elocución y la clara demarcación de los enunciados por<br />

medio de pausas intentan facilitar al niño la segmentación del discurso adulto<br />

en enunciados, primera etapa de un análisis estructural que tendrá lugar<br />

posteriormente, de acuerdo con los recursos intelectuales y lingüísticos del<br />

niño.<br />

5.3.2Léxico<br />

a. Segmentar el discurso del adulto en palabras aisladas (tarea de<br />

segmentación)<br />

b. Asociar la palabra y el referente (Tarea de etiquetación)<br />

c. Organizar los campos semánticos de acuerdo con conjuntos y<br />

subconjuntos coherentes y económicos que se habrán de “repasar<br />

mentalmente” (tarea de organización semántica).<br />

Segmentación del discurso adulto:<br />

Es posible que se presenten dos situaciones: que el input de los padres<br />

contenga una sola palabra o que contenga varias. En el primer caso, el<br />

problema de la segmentación lo resuelve el adulto en beneficio del niño.<br />

Los enunciados que constan de una sola palabra en el habla materna<br />

juegan un papel importante en el desarrollo léxico del niño pequeño.<br />

Los niños de alrededor de 20 a 22 meses concentran su atención con<br />

mayor frecuencia en el objeto referido cuando el enunciado referencial no<br />

contiene más de una palabra. Los de 12 a 24 meses, el niño casi no puede<br />

comprender más de una palabra de los enunciados que se le dirigen.<br />

Cuando el input contiene varias palabras, el adulto facilita al niño la tarea<br />

de segmentación al utilizar los medios prosódicos y rítmicos señalados en la<br />

sección precedente.<br />

La posición del término en el enunciado. La posición en el enunciado y la<br />

acentuación pueden conjugarse para enfatizar algunas palabras y proponerlas<br />

a la atención e imitación del niño. Se pude predecir que las palabras que


aparecen con cierta regularidad en forma aislada en el habla de los padres, las<br />

que se acentúan o que aparecen al final de un enunciado de varias palabras,<br />

tienen mayores probabilidades de aparecer precozmente en el vocabulario<br />

productivo no imitativo del niño pequeño.<br />

Las primeras, debido a que con mayor frecuencia se reducen a una o<br />

dos sílabas, son a menudo la repetición de elementos acentuados del habla de<br />

los padres, bien que las palabras sean producidas de manera aislada por el<br />

adulto o que figuren en el grupo de enunciados que forman parte de las rutinas<br />

de la interacción diaria.<br />

Etiquetación verbal:<br />

Esta tarea se facilita en gran medida por ciertas actividades y estrategias<br />

interactivas de los padres, tal como la actividad de etiquetación verbal de los<br />

niños. La madre designa con la mirada o un gesto, un referente, un objeto o<br />

una imagen y proporciona la palabra que, en la lengua, remite a esa clase de<br />

referente, a la cualidad, la cantidad o el elemento de sentido del que se trate.<br />

Con el niño pequeño se trata de referentes concretos y con frecuencia<br />

presentes en el momento de la enunciación o de los elementos de sentido<br />

fácilmente perceptibles. Para ser eficaz, esta acción supone la atención de<br />

conjunta de los dos, la fijación de la mirada por parte del niño en la misma<br />

realidad referencial que la de los padres.<br />

Por ejemplo, Collins (1975) encontró que las madres hablan de un objeto<br />

principalmente en el momento en que ellas ven la mirada del niño fija en tal<br />

objeto.<br />

5.3.3Morfosintaxis<br />

El input de los padres evoluciona en el plano morfosintáctico, como en<br />

otros planos, conforme al aumento de las capacidades receptiva y productiva<br />

del niño. Cuanto más simple sea la estructura materna más avanzara el niño<br />

lingüísticamente. Cuanto mayor es el número de palabras, verbos, pronombres,<br />

contracciones o cópulas por enunciado en el habla materna dirigida al niño,<br />

tanto menor será la oportunidad que tenga este de mostrar un avance. Al


contrario una frecuencia relativamente alta de nombres en relación con<br />

pronombres y de preguntas de tipo si-no en el habla materna dirigida al niño, se<br />

asocio con un progreso lingüístico más marcado en los meses siguientes. Las<br />

preguntas de tipo si-no dan testimonio de una sensibilidad materna a los<br />

intereses y deseos del niño, la cual proporciona un marco general favorable<br />

para una buena comunicación, lo que conducirá con mayor seguridad al<br />

avance lingüístico del niño.<br />

El habla paterna de estructura simple esta mejor adaptada para<br />

favorecer una construcción lingüística relativamente rápida.<br />

En contraposición a lo anterior autores partiendo de algunos estudios<br />

afirman que numerosos aspectos de la construcción lingüística del niño<br />

parecen insensibles a las características del habla materna.<br />

Como conclusión diremos que las modificaciones que intervienen en el<br />

habla de los padres dirigida al niño tienen un efecto en la construcción del<br />

lenguaje infantil. Los efectos demostrados hasta ahora se refieren a las<br />

modificaciones prosódicas y rítmicas del habla de los padres, la segmentación<br />

del discurso adulto en elementos analizables por el niño, la etiquetación verbal<br />

que da lugar a verdaderas lecciones de vocabulario, aspectos morfosintácticos<br />

del discurso y la retroalimentación paterna evaluativa y no evaluativa.


6.LAS INTERACCIONES VERBALES NIÑO-NIÑO<br />

Limitaremos nuestro análisis a las interacciones verbales entre niños<br />

mayores y pequeños. A partir de los cuatro años aproximadamente se reflejan<br />

las formas de interacción y el habla que el niño mayor dirige al pequeño.<br />

Hacia los cinco años, los niños son capaces de modificar en forma<br />

considerable la naturaleza y complejidad de su discurso, ya sea que se dirijan a<br />

un niño más pequeño o un adulto. El habla intercambiada entre niños mayores<br />

y pequeños es más corta con respecto a la longitud media de producción verbal<br />

y gramaticalmente más simple que el habla que dirigen a un adulto; contiene<br />

también un importante porcentaje de “captores de atención” (por ejemplo,<br />

“Mira”, “Oye”, etc.) Por otra parte, el habla que dirigen los niños mayores a los<br />

pequeños no difiere de modo significativo en cuanto a complejidad de la que<br />

dirigen a interlocutores adultos.<br />

Un estudio a demostrado que niños de cuatro años asistentes a un jardín<br />

de niños “integrado” modificaban sensiblemente la complejidad y diversidad de<br />

su discurso al dirigirse a niños de su misma edad, pero con retardo mental y,<br />

por lo tanto, lingüísticamente menos desarrollados. Asimismo asegura que los<br />

niños de cuatro años son capaces de ajustar su habla cuando se dirigen a<br />

niños de dos años lingüísticamente avanzados o menos avanzados.Este<br />

anterior conjunto de datos invalida las conclusiones de Piaget (1923) y las más<br />

recientes de Flavel, Botkin, Fry y Jarvis (1968), referentes a la supuesta<br />

incapacidad de los niños pequeños para adaptar su discurso al interlocutor.<br />

Hay que destacar los datos disponibles en el plano de la comunicación<br />

verbal entre niños y mayores y menores establecen con claridad que desde los<br />

cuatro o cinco años los primeros actúan con respecto a los segundos en un<br />

acto similar a las adaptaciones del habla de los padres cuando se dirigen al<br />

niño pequeño. En plano gestual, las indicaciones aun son insuficientes para<br />

pronunciarse. Pero es probable que también pueda observarse una evolución<br />

en el desarrollo de la misma naturaleza. Los niños mayores parecen capaces<br />

de suministrar a los más pequeños un ambiente verbal y sin duda comunicativo<br />

en general, adaptado a sus posibilidades, de manera que estos se encontrarían<br />

entonces en una especie de prolongación del ambiente lingüístico que sus<br />

padres les proporcionan.


7.INTERVENCIÓN FAMILIAR<br />

La familia y la atención en primeras edades:<br />

Los factores que rigen el curso del desarrollo del niño pueden agruparse<br />

en tres patrones de interacción familiar:<br />

a) La calidad de las relaciones padres-hijos.<br />

b) Las experiencias con el entorno físico y social que los miembros de la<br />

familia ofrecen al niño.<br />

c) Los hábitos de la familia que aseguren la salud y seguridad del niño. A<br />

su vez, estos factores están influidos, por las características de la familia, que<br />

subdivide en: Las características personales de los padres y las características<br />

de la familia, por ejemplo, la calidad de la relación de la pareja, los recursos<br />

disponibles, etc.<br />

La atención en primeras edades en comunicación y lenguaje:<br />

Hasta no hace mucho se consideraba que no se podía empezar a<br />

intervenir en el área de la comunicación y el lenguaje hasta que el niño no<br />

había cumplido los tres años de edad.<br />

La realidad con la que nos encontramos a menudo es que las familias no<br />

participan directamente en las sesiones destinadas a trabajar los aspectos de<br />

comunicación y lenguaje, en la mayoría de ocasiones por que no se inician<br />

hasta que el niño ya tiene casi tres años y, como ya hemos apuntado en el<br />

apartado anterior, a esta edad ya no se suele considerar tan necesario que los<br />

padres y las madres participen directamente en las sesiones de intervención.<br />

Los enfoques naturalistas defienden cada vez de una forma mas clara la<br />

necesidad de formar a las personas que conviven con los niños con el objetivo<br />

de que sean estas las que les ayuden en el desarrollo de la comunicación y el<br />

lenguaje.<br />

Ello significa formar a los padres para que las interacciones con el niño<br />

tengan una calidad más alta, de manera que favorezcan el desarrollo de la<br />

comunicación y el lenguaje.


Las tres formas de entender el papel de la familia en las intervenciones en<br />

comunicación y lenguaje son las siguientes:<br />

a) La familia como ayuda a la intervención:<br />

La mayoría de terapeutas han otorgado a las familias el papel de ayuda<br />

a la intervención. La forma de proceder clásicamente ha sido la siguiente:<br />

después de llevar a cabo la evaluación del nivel de desarrollo del niño, el<br />

terapeuta diseña una intervención y programa una serie de objetivos con la<br />

finalidad de alcanzarlos en un periodo determinado de tiempo, que se suele<br />

situar entre los 3 y los 6 meses.<br />

La implicación de la familia en este tipo de intervención tiene como<br />

respuesta que los terapeutas, en las entrevistas periódicas que han realizado<br />

con los padres, han tratado de explicarles de forma comprensible, cómo tenían<br />

que hablar con los niños; qué tipo de palabras tenían que utilizar; y en algunas<br />

ocasiones qué tipo de palabras o expresiones no era adecuado emplear.<br />

Desde este enfoque se entiende que si las familias siguen estas orientaciones,<br />

estarán en cierta forma ayudando al terapeuta y, en consecuencia, al niño.<br />

Este tipo de participación de la familia se puede considerar un primer<br />

paso importante, pero presenta ciertos problemas. Uno de ellos es que resulta<br />

difícil que los padres realmente puedan entender las orientaciones. Esto a<br />

menudo acaba provocando que la familia olvide estas orientaciones y que el<br />

profesional tampoco les otorgue demasiada importancia. Si las familias no se<br />

consideran verdaderos miembros participantes en el proceso de diseño de la<br />

intervención, si no pueden aportar todo lo que saben o creen, si no pueden<br />

preguntar o cuestionar lo que se les propone, difícilmente seguirán las<br />

orientaciones, sobre todo por que no les darán sentido, no las entenderán, no<br />

sabrán realmente para qué sirven.<br />

b) La familia como protagonista de la intervención.<br />

Una segunda forma de entender el papel de las familias, consiste en<br />

formar a los padres, a partir de cursos, de sesiones formativas, de libros<br />

dirigidos a ellos y de materiales diversos como videos, etc. Cuantos mas<br />

conocimientos tengan las familias sobre el proceso de desarrollo de la


comunicación y el lenguaje de los niños, mas preparados estarán para ser ellos<br />

mismos los protagonistas del proceso de intervención.<br />

La ventaja que presenta esta segunda forma de participación de las<br />

familias respecto a la anterior es que si realmente están cada vez mas<br />

formadas y utilizan las estrategias y los procedimientos, podrán ayudar al niño<br />

de una forma mucho mas ajustada a lo largo de todas las horas que pasan con<br />

este.<br />

Si nos preguntamos por las desventajas también las detectamos. Por<br />

muchos esfuerzos que pongamos para formar a los padres, ellos son padres,<br />

no terapeutas. Por tanto, esta responsabilidad en muchos casos puede<br />

angustiares por que se dan cuenta de que es mas difícil de lo que puede<br />

parecer en un primer momento, de que los cambios en general se producen<br />

muy lentamente y puede provocar una consecuencia contraria a la que se<br />

pretendía.<br />

c) La familia como miembro del equipo de intervención.<br />

La mayor ventaja de estas propuestas es que la familia participa durante<br />

todo el proceso como miembro del equipo interdisciplinar. Desde la evaluación<br />

hasta la propuesta de intervención, se lleva a cabo contando con los padres<br />

como miembros del equipo. Esta forma de trabajar permite que la familia pueda<br />

explicar qué es lo que les preocupa respecto a su hijo que pueda aportar sus<br />

ideas e impresiones en todo momento respecto a la evaluación y a la<br />

intervención.<br />

Crear con las familias rutinas de juego conjunto:<br />

La propuesta consiste en explicar a las familias, desde el inicio, que es<br />

esencial que los niños se acostumbren a que cada día haya un momento de<br />

juego con el padre o con la madre. Un momento que siempre tiene unas<br />

características bastante parecidas, de ahí el nombre “rutinas interactivas”. Se<br />

trata de ratos de juego conjunto que se repetirán cada día de una forma<br />

parecida y, si es posible, en un lugar similar. Es importante, a la hora de definir<br />

estas situaciones, tener en cuenta algunos factores como la edad del niño, sus


características, sus necesidades y sus dificultades y, evidentemente, el tipo de<br />

juegos en los que participan habitualmente los niños con sus padres.<br />

Características de los momentos de juego:<br />

Es esencial sugerir a los padres al inicio de la intervención que cada día<br />

jueguen un rato con el niño. Este rato puede empezar por tener una duración<br />

de 10 minutos que, si todo va bien, irá incrementándose a medida que tanto el<br />

adulto como el niño se encuentren a gusto y disfruten, siendo fundamental el<br />

mostrar una actitud flexible.<br />

Algunos de los aspectos que deberían caracterizar los momentos de juego<br />

conjunto son los siguientes:<br />

Momentos dedicados exclusivamente el niño:<br />

La característica fundamental de estos momentos, es que deberían de<br />

estar dedicados exclusivamente al niño. Hay que intentar potencia momentos<br />

en los que la madre o el padre dejen de hacer aquello que están haciendo,<br />

dejen de pensar en lo que tienen que hacer, y tengan como único objetivo jugar<br />

con el niño, hacer una actividad conjuntamente con él.<br />

El niño es quien lleva la iniciativa y la madre o el padre la siguen:<br />

Esto de que el niño es quien lleva la iniciativa, significa que el niño o la<br />

niña deciden cómo se sientan, cómo terminan esta actividad, cómo empiezan<br />

una nueva actividad, cuándo se paran y comentan lo que ha ocurrido en la<br />

escuela. En definitiva, quiere decir que el niño elige aquello que quiere hacer,<br />

aquello sobre lo que quiere hablar, el momento en el que empieza cada una de<br />

estas actividades y el momento en el que acaban.<br />

Es cierto que algunos niños están acostumbrados a seguir ordenes de los<br />

adultos y a que estos planifiquen todas las actividades que al inicio les puede<br />

costar, y puede llegar a parecer que no les gusta. Generalmente esto<br />

enseguida se acaba y muy pronto se dan cuenta de que les agrada, de que les<br />

permite una libertad que es interesante y divertida.


Tanto al niño como al padre o a la madre les apetece jugar:<br />

Para que estos ratos funcionen adecuadamente, a los dos miembros de<br />

la díada tiene que apetecerles jugar en ese momento. La señal mas clara de<br />

que al niño o a la niña les apetece jugar es que sean ellos mismos quienes<br />

decidan iniciar la actividad, y todavía más, quienes pidan a la madre o al padre<br />

jugar con ellos. Lo más probable es que a lo largo del día el niño muestre<br />

interés por jugar con la madre o el padre. Otra cosa es que estos estén<br />

suficientemente atentos para darse cuenta de esta demanda que, en algunas<br />

ocasiones puede ser sutil o difícil de detectar. Por esta razón los padres deben<br />

estar atentos para darse cuenta de cuándo el niño está mostrando interés por<br />

iniciar una nueva actividad.<br />

Lo que más nos interesa es que el niño este motivado, que sea él o ella quien<br />

tome la iniciativa y, por tanto, la forma de asegurarnos que le apetece jugar es<br />

esperar a que lo pida.<br />

Otra forma de seguir este interés es que el padre o la madre se incorporen al<br />

juego del niño cuando éste ya se haya iniciado. En este caso podemos estar<br />

bastante seguros de que al niño le apetece jugar, puesto que ya lo está<br />

haciendo.<br />

Construir con las familias entornos adecuados:<br />

Este momento de juego o actividad se debe llevar a cabo en un espacio<br />

físico que tenga unas condiciones lo más adecuadas posible para llevar a cabo<br />

este tipo de actividades. Además, tenemos que conseguir que se creen las<br />

condiciones necesarias para que las interacciones entre el adulto y el niño sean<br />

óptimas.<br />

Características de los espacios de juego conjunto:<br />

El espacio mas adecuado seria seguramente la habitación del niño. Se<br />

trata de un espacio que generalmente el niño domina, un espacio que lo vive<br />

como propio, ello no impide que ocasionalmente se instalen en el comedor.


Algunas de las características que se deberían tener en cuenta en relación a<br />

estos espacios son las siguientes:<br />

Crear un espacio amplio y cómodo:<br />

El espacio tiene que ser suficientemente amplio para que puedan estar<br />

cómodamente sentados, en el suelo o en una silla. Cabe señalar que un<br />

determinado espacio puede ser cómodo para realizar una actividad y no para<br />

llevar a cabo otra. Si se trata de un niño pequeño al que le gusta tumbarse en<br />

el suelo y dar volteretas, saltar, etc., posiblemente necesitara un espacio<br />

amplio. Si es un niño un poco mayor que prefiere juegos más tranquilos y<br />

centrados en algunos juguetes que no ocupen demasiado espacio, o que<br />

prefiere mirar cuentos, tendremos suficiente con un espacio más reducido.<br />

Crear un espacio suficientemente iluminado:<br />

Es bastante usual que las familias no tengan demasiado en cuenta este<br />

elemento, como por ejemplo que haya una bombilla iluminando la habitación<br />

de los niños que no es suficientemente potente para apreciar claramente las<br />

imágenes de un cuento. A veces las familias se acostumbran a estar con una<br />

iluminación muy precaria y no se dan cuenta de ello hasta que un día se decide<br />

cambiar la bombilla o la lámpara. Son aspectos que pueden contribuir ha hacer<br />

un momento de actividad conjunta mas agradable y provechoso.<br />

Crear un espacio silencioso:<br />

Es fundamental que el espacio que los padres elijan para jugar con el<br />

niño sea silencioso. Las interferencias que puede producir el sonido de un<br />

televisor encendido o de una radio que se encuentra en la habitación contigua<br />

a un volumen demasiado elevado, pueden ser notables. Es importante<br />

compartir con las familias la idea de que existe esta fuente de contaminación<br />

acústica y de que existen formas de eliminarla.<br />

Elección de juguetes y materiales adecuados:<br />

Actualmente, la mayor parte de los juguetes y materiales de juego que<br />

podemos obtener en los comercios contienen informaciones sobre la edad a<br />

partir de la cual pueden jugar los niños, o la franja de edad recomendada.


Tendremos que tomar decisiones en relación al tipo de juguetes, por ejemplo,<br />

más o menos didácticos o educativos, bélicos, sexistas, electrónicos, de<br />

madera, blandos, llamativos, ruidosos, juguetes que potencian el individualismo<br />

o la competitividad frente a juguetes que potencian valores como la<br />

colaboración, la solidaridad, el respeto, etc. Hay numerosos factores que es<br />

necesario contemplar, por lo que deberemos tener criterio suficiente para la<br />

elección de estos.<br />

Colocación de los juguetes al alcance del niño:<br />

Algunas veces los padres guardan los juguetes en los armarios, de<br />

manera que los niños tienen dificultades, no solamente para acceder a ellos,<br />

sino también para verlos, lo cual puede llegar a provocar que se olviden de su<br />

existencia. Por esta razón, los padres deben colocar los juguetes de manera<br />

que el niño los pueda ver y tenerlos a su alcance.<br />

Adopción de una posición cómoda:<br />

La mayor parte de las veces conseguir que la madre o el padre y el niño<br />

se encuentren cómodos vendrá dada por la adopción, por parte del adulto, de<br />

una posición parecida y ajustada a la del niño. Dicho de otro modo, si el niño<br />

decide sentarse a jugar en el suelo, en principio lo mas adecuado será que el<br />

adulto también lo haga. Ello no impide que en determinadas ocasiones el<br />

adulto pueda sugerir sentarse en una silla y mirar un cuento apoyado encima<br />

de la mesa. Lo fundamental es conseguir una fuerte complementación,<br />

adaptación y ajuste entre la postura de uno y del otro que, como hemos visto, a<br />

menudo se traduce en un seguimiento por parte del adulto de las decisiones, la<br />

mayor parte de las veces conscientes del niño.<br />

Interpretar la situación de “desorden” o “caos” de forma positiva:<br />

Los padres deben interpretar este desorden como un reflejo del hecho<br />

de que el niño esta activo, de que tiene intereses, de que tiene posibilidades de<br />

comunicarse y de que éste es el primer paso para ayudarle a mejorar sus<br />

habilidades comunicativas y lingüísticas. Los padres tienen que se conscientes<br />

de que este tipo de situaciones pueden ayudar al niño a sentir que controla<br />

mas la situación.


Todas estas sugerencias, pueden ampliarse y tienen que adaptarse a<br />

cada familia y a cada díada en particular. Además pueden ayudar a que el niño<br />

sea más activo a que este más motivado a que tenga más oportunidades te<br />

tomar la iniciativa y, por tanto, de comunicar.


8.ESTRATEGIAS PARA MEJORAR EL AJUSTE DEL LENGUAJE<br />

DIRIGIDO AL NIÑO<br />

Las estrategias que exponemos a continuación pretenden ayudar a los<br />

padres a adaptar su actividad comunicativa y lingüística al nivel del niño. Se<br />

trata de una adaptación progresiva, dinámica y de carácter bidireccional, lo cual<br />

significa que a medida que el lenguaje del niño vaya cambiando, el de los<br />

padres tiene que ir modificándose también, adaptándose y volviéndose mas<br />

complejo y exigente. Los padres se pueden adaptar al lenguaje del niño por lo<br />

que se refiere a los aspectos suprasegmentales, fonéticos, morfológicos y<br />

sintácticos y semánticas.<br />

Utilizar un vocabulario adecuado al nivel del niño<br />

Esta estrategia es un ejemplo de ajuste de tipo semántico, pero también<br />

morfológico, Cuando la madre o el padre interactúan con su hijo o hija que<br />

presentan problemas en el desarrollo del lenguaje, a menudo tienen dudas<br />

respecto a qué vocabulario deben utilizar, y frecuentemente lo que ocurre es<br />

que se sitúan a un nivel demasiado elevado, es decir, utilizan un vocabulario<br />

demasiado complejo, o al contrario, utilizan palabras demasiados sencillas. Lo<br />

que tenemos que procurar es compartir con los padres la importancia de utilizar<br />

un vocabulario ajustado al nivel que presenta el niño, tanto comprensivo como<br />

expresivo.<br />

Utilizar frases cortas<br />

Esta estrategia tiene que ver con los ajustes de tipo morfológico. A<br />

menudo, es necesario ayudar a los padres a darse cuenta de la importancia de<br />

utilizar frases cortas y sencillas, adaptadas al nivel de comprensión del niño. Es<br />

bastante frecuente encontrar secuencias de interacción entre una madre y un<br />

niño que presenta retraso en el desarrollo del lenguaje donde las frases de la<br />

madre son demasiadas largas. Ello provoca que el niño tenga importantes<br />

dificultades para comprender lo que la mare dice. Además, estas frases no son<br />

un modelo adecuado para el niño, dado que están muy lejos de sus


habilidades productivas. Existe una medida, la longitud media del enunciado,<br />

que precisamente nos permite saber cuál es el número medio de palabras por<br />

enunciado de un hablante en un texto oral determinado. Para una interacción<br />

adecuada, la longitud media del enunciado de la madre o del padre debería ser<br />

de dos o tres palabras más que la del niño.<br />

Hablar despacio<br />

Esta estrategia y la siguiente son ejemplos de ajustes en relación a<br />

aspectos suprasegmentales. El objetivo fundamental de la estrategia que<br />

presentamos es el de ayudar a los padres a darse cuenta de que es importante<br />

hacer un esfuerzo para que el niño comprenda el lenguaje que se le dirige. Por<br />

tanto, si le hablan despacio, le están facilitando mucho la comprensión de lo<br />

que dicen y, además le están proporcionando un modelo que pueden imitar.<br />

Los padres tienen que darse cuenta de que si le hablan al niño deprisa le están<br />

dificultando la comprensión y, además, no están proporcionando un buen<br />

modelo para que el niño imite.<br />

Utilizar una entonación agradable<br />

La entonación que los pares y madres utilizan cuando interactúan con<br />

sus hijos acostumbra a estar determinada por diversos factores, como el<br />

estado de ánimo, su propio temperamento, su forma de hablar en general, el<br />

temperamento del niño, etc. Muchos padres o madres que tienen un tono seco<br />

y autoritario cuando hablan con los adultos son capaces de cambiarlos cuando<br />

se dirigen hacia los pequeños y en concreto a su hijo. N o cabe duda que los<br />

niños valoren que se les hablen en un tono agradable, que les ayude a sentirse<br />

seguros, puesto que está muy relacionado con los aspectos afectivos.<br />

Hablar con claridad<br />

Esta estrategia es un ejemplo de ajuste relativo a los aspectos fonéticos<br />

y consiste en hablarle claramente al niño. Los padres deben hacer un esfuerzo


por pronunciar claramente todos los sonidos de cada palabra que le dirigen al<br />

niño, para facilitarle la comprensión y para darle un buen modelo productivo.<br />

Usar las risas, las exclamaciones y la onomatopeyas<br />

Esta estrategia consiste fundamentalmente en que los padres y madres<br />

cuando jueguen o hablen con sus hijos es importante que se rían, que hagan<br />

bromas, que hagan exclamaciones o que tarareen canciones, etc. Es una<br />

forma divertida y motivadora de jugar con ellos.<br />

En definitiva lo que estamos proponiendo es compartir con los padres la<br />

importancia de asegurarnos de que el niño pasa un rato divertido jugando con<br />

el lenguaje y al mismo tiempo es una forma de realizar de forma amena un<br />

aprendizaje.


Conclusión<br />

Principio 1. Para adquirir el completo dominio de una lengua natural, el niño<br />

debe interactuar verbal y no verbalmente con compañeros adultos y niños que<br />

estén más avanzados que él en el plano del desarrollo psicolingüístico; éstos<br />

deben poner en práctica (individualmente o sí se les considera como conjunto)<br />

toda la gama de estructuras usuales en dicha lengua.<br />

Principio 2. Se puede considerar que los adultos, en particular los padres,<br />

enseñan la comunicación y el lenguaje al niño pequeño desde los primeros<br />

meses de su existencia. Se trata de una enseñanza implícita que se efectúa<br />

mediante la adaptación progresiva del input a las capacidades del pequeño<br />

interlocutor y por la retroalimentación apropiada a las producciones de éste.<br />

Principio 3. La conducta de enseñanza implícita del lenguaje se inscribe en un<br />

contexto interactivo con el niño y las reacciones de éste, en una modalidad<br />

conversacional (en el sentido más amplio, con componentes vocales, verbales<br />

y no verbales) impuesta en un principio al niño y compartida después con él,<br />

arreglando su participación en la interacción en función de la capacidad<br />

comunicativa y lingüística productiva y receptiva del niño,<br />

Principio 4. El input adulto dirigido al niño, con sus propias características,<br />

influye en forma significativa en el curso de la construcción del lenguaje. Lo<br />

mismo ocurre con la retroalimentación de los padres contingente a las<br />

producciones infantiles. El input y la retroalimentación de los padres pueden<br />

adoptar diversas formas.


BIBLIOGRAFÍA<br />

- GERARDO AGUADO. El desarrollo del lenguaje de 0 a 3 años: CEPE.<br />

Madrid, 1995<br />

- JEAN –ADOLPHE RONDAL. La interacción adulto-niño y la construcción del<br />

lenguaje: Trillas. México, 1990<br />

- ROXANA COLL BARRAGÁN, CARINA GRABOIS ISRAEL, TERESA<br />

LANTARÓN LÓPEZ, ELINA NARANJO GHILINI, LISIA ROSELLÓ<br />

MARTINELLI. Evaluación e intervención logopédica en las deficiencias<br />

auditivas: UNED. Madrid, 2002<br />

- MARTA GRACIA MILENIO. Comunicación y lenguaje en las primeras<br />

edades. Intervención con familias: Milenio. Lleida,2003<br />

ALISON F. GARTON. Interacción social y desarrollo del lenguaje y la cognición:<br />

Iberica. Barcelona, 1995<br />

- MARC RICHELLE. Adquisición del lenguaje: Herder. Barcelna, 1994


ANEXO 1:<br />

Actividades propuestas para la exposición del tema:<br />

Actividad 1: Lluvia de ideas:<br />

Consiste en introducir el tema que explicamos mediante una lluvia de<br />

ideas, preguntando a los demás alumnos sobre que era lo que les sugería el<br />

tema o qué expectativas tenían de él.<br />

Actividad nº 2:<br />

Se piden cuatro voluntarios a la clase, a cada uno se le pide que haga<br />

una pequeña dramatización sobre cuatro roles de personas diferentes:<br />

- Una madre receptiva y comunicativa con su hija.<br />

- Una hija extrovertida.<br />

- Una madre despreocupada por la atención de su hija<br />

- Una hija introvertida y poco comunicativa.<br />

Tras haber realizado la dramatización analizamos la importancia que<br />

tiene el modelo materno y paterno sobre el desarrollo comunicativo de sus hijos<br />

e intercambiamos puntos de vista.<br />

Actividad 3: Diálogo entre madre e hijo<br />

Madre: Buenos días Maria, venga hay que levantarse para ir al colegio (voz<br />

dulce)<br />

Hija: No, no (resollando)<br />

Madre: Sí que hoy vas a aprender algo nuevo<br />

Hija: ¿El qué?<br />

Madre: Pues tú profesor Juan me dijo que iban a hacer un juego divertidísimo<br />

con los colores<br />

Hija: ¿Con el rojo?<br />

Madre: Sí con el color rojo, el amarillo, el azul y ¡otros colores nuevos!<br />

Madre: Y además vas a estar con todos tus amiguitos de clase


Hija: ¿Y Carlos también?<br />

Madre: Claro que sí, seguro que tu amiguito Carlos va a ir y ya estará<br />

levantado y preparándose para ir al cole, así que venga arriba.<br />

Hija: Vale mami.<br />

La actividad presentada en el apartado de los efectos del habla de los<br />

padres, más concretamente en las modificaciones prosódicas del habla,<br />

consiste en un diálogo entre una madre y su hija, el momento es cuando la<br />

madre va a despertar a la niña para ir al colegio.<br />

Con esta actividad hemos pretendido, a través de la participación de dos<br />

compañeros de clase, que se dieran cuenta de las modificaciones tonales, de<br />

la acentuación, la duración de la articulación, del ritmo lentificado y de la clara<br />

demarcación en los enunciados que una madre realiza cuando se dirige a un<br />

niño pequeño.<br />

Actividad 4: Interacción verbal entre niños:<br />

Consiste en presentar a los demás alumnos una cinta de casset donde<br />

se escuchaba la interacción de tres niños. Esto se apoyaba en la explicación<br />

anterior de la interacción. A continuación se le preguntaba a la clase sobre los<br />

aspectos que más le hayan llamado la atención.<br />

Actividad 5: Estrategias:<br />

Dividimos la clase en grupos para que recopilarán algunas estrategias<br />

que ellos pensaran adecuadas a la hora de dirigir el lenguaje adulto al niño. A<br />

continuación le presentamos las nuestras por medio de una transparencia y<br />

comprobamos la eficacia de algunas como el vocabulario o utilización de frases<br />

cortas con los alumnos.<br />

Actividad 6: (viernes, 9 de Mayo)<br />

Esta actividad consistió en presentar en forma de dramatización las<br />

diferentes intervenciones que se pueden llevar a cabo con un niño/a que tenga<br />

dificultades en el lenguaje.


- Primera dramatización: La familia como ayuda a la intervención.<br />

Una vez finalizada se les pidió al resto de la clase que en grupos<br />

pensaran las ventajas y desventajas que podría tener dicha intervención para<br />

seguidamente hacer una puesta en común y apuntar todas éstas en la pizarra.<br />

- Segunda dramatización: La familia como protagonistas de la intervención.<br />

Una vez finalizada se realizó lo mismo que en la primera.<br />

- Tercera dramatización: La familia como miembro del equipo de intervención.<br />

Una vez finalizada se realizó lo mismo que en las dos anteriores.<br />

Después de tener todas las ventajas y desventajas de todos los grupos,<br />

de los diferentes tipos de intervención se le presentó a la clase las ventajas y<br />

desventajas que el libro especializado exponía. Se comparó con las que<br />

teníamos en la pizarra y se opinó sobre cual era la más efectiva.

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